TABLA 1: Las competencias claves que los profesores deben contribuir a desarrollar
a través de su enseñanza (y en consecuencia, deben formar parte de su formación
inicial) definidas por las autoridades europeas (ocho) y españolas (siete).
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Hacia una formación inicial del profesorado de ciencias basada en la investigación
Desde la perspectiva docente, la Comi- fesores de ciencias, que detalla en: conte-
sión Europea recomendó 12 competencias nidos, naturaleza de la ciencia, investi-
docentes que debería poseer todo el pro- gación, temas relacionados con ciencia y
fesorado europeo. Ante la diversidad de tecnología, destrezas generales de ense-
prácticas nacionales, encargó un estudio ñanza, capacidad de planificar y aplicar
(FIER, 2009) que diseñó ocho grupos de el currículo de ciencias, capacidad de re-
competencias (competencias en la materia, lacionar la ciencia con la comunidad, eva-
pedagógicas, integración de teoría y prácti- luación, capacidad de promover seguridad
dad de los procedimientos que validan co- innovación inclusiva del currículo científi-
nocimiento científico, que es falible y pro- co y el profesorado debería estar formado
visional, y en algunos casos, solo probable para realizar esta inclusión de todos.
e incierto, aunque también puede ser du-
radero (Chalmers, 2000; Gauch, 2012). En los países desarrollados, tras varios
años de educación científica, la investiga-
Otro mito sostiene que la educación ción didáctica reitera un resultado inquie-
científica enseña a los estudiantes a pen- tante: los estudiantes presentan actitudes
sar bien, porque maneja destrezas de negativas hacia la ciencia, aumentan su
pensamiento científico (razonamiento, ar- desafección, disminuyen su intención de
gumentación o pensamiento crítico). Este elegir estudios de CyT o tener un traba-
mito se basa en la atribución de racionali- jo relacionado con la CyT, etc. (Osborne,
dad absoluta a la ciencia y, por tanto, con- Simon y Collins, 2003; Sjøberg y Schrei-
cluye que los contenidos científicos permi- ner, 2005). La educación científica fracasa
ten a los estudiantes aprender destrezas en implicar e interesar a los jóvenes en la
de pensamiento. Piaget ya demostró hace ciencia, que va unido también a un fracaso
más de 50 años que la mayoría de estu- académico y cognitivo, como demuestran
diantes no alcanzan el estadio de operacio- los pobres resultados de rendimiento y la
nes formales, necesario para comprender baja relación entre rendimiento y actitu-
los contenidos abstractos de la ciencia; en des que PISA y TIMSS asignan a los estu-
el mismo sentido, los estudios del desarro- diantes españoles (MECD 2013a, 2013b).
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para todos los estudiantes (inclusivo), pro- tífica, y superador de los mitos. Este objeti-
veedor para el ciudadano medio, a la vez, vo, amplio y polisémico, se sintetiza en cua-
de conocimientos básicos, de competencia y tro elementos básicos y funcionales para la
afección hacia la ciencia y comunidad cien- vida diaria de la ciudadanía (Tabla 2).
des de los profesores cuando trataban de pues no se trata de asumir meros discursos
enseñar ideas sobre NdCyT, señalando teóricos, sino de aplicar contenidos y com-
cinco dimensiones de la práctica docente petencias innovadores. Para dar coheren-
cruciales para innovar: cia a la relación entre creencias y prácticas
en formación del profesorado, Loughran
— Comprensión del contenido de (2007) propone:
revista española de pedagogía
tar tres categorías innovadoras. Algunos (mejor que enfoques abstractos o des-
estudios se hacen eco global de aspectos contextualizados).
de este modelo, tales como incrementar la
reflexión crítica de los estudiantes sobre — Incrementar la evaluación for-
la profesionalidad (García Carmona, 2013; mativa y auténtica, enfocada al pro-
Solbes et al. 2013), hacer pensar a los es- greso del aprendizaje.
tudiantes (Guisasola et al. 2013), elaborar
unidades didácticas (Martínez Aznar et al. — Visibilizar el pensamiento de
2013) o incorporar aportaciones consolida- los estudiantes de modo que sus ideas,
das de la didáctica de las ciencias (Solbes et razonamientos y experiencias sean re-
al. 2013). Otras propuestas sugieren nue- cursos para el aprendizaje de todos.
vas prácticas metodológicas sobre conteni-
dos específicos como energía (Martín et al. — Facilitar a los estudiantes opor-
2013), nutrición (Martínez y García, (2013), tunidades para revisar su propio pen-
naturaleza de la ciencia (Solbes et al. 2013; samiento.
Vázquez y Manassero, 2013), formulación
química (Fernández, 2013) o conservación — Fomentar en los estudiantes el
y sostenibilidad medioambiental (España discurso razonado, la lectura y la escri-
et al. 2013; Vilches y Gil, 2013). tura de explicaciones basadas en prue-
bas (argumentación).
Aunque este estudio justifica una pro-
recibir formación sobre evaluación autén- ALLCHIN, D. (1998) Values in Science and in
tica para valorar objetivos innovadores. Science Education, en FRASER B. J. y TOBIN
K. G. (Eds.), International Handbook of Scien-
En suma, con base en la investigación ce Education, v.2 (Dordrecht, Kluwer Acade-
se proponen tres categorías de innovación mic Publishers) pp. 1083-1092.
para la formación inicial, transversales a
los tradicionales conceptos y procesos de la BARTHOLOMEW, H., OSBORNE, J. y RAT-
ciencia: actitudinal, NdCyT y desarrollo de CLIFFE, M. (2004) Teaching Students
destrezas cognitivas (reflexión, pensamien- «Ideas-About-Science»: Five Dimensions of
to crítico, argumentación, etc.). La innova- Effective Practice, Science Education, 88,
ción debe aplicarse gradual, pero firmemen- pp. 655-682.
te, sin consumir excesivo tiempo ni provocar
tensiones innecesarias, pero sin perderse en BAUER, M. W. (2013) Los cambios en la cultura
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implica cambiar el fondo y la forma de pen-
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