DERECHO DE AUTOR
DERECHO A LA IDENTIDAD
NOMBRE
DOMICILIO
DERECHO DE AUTOR
I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
I.1 GRECIA
I.2 ROMA
II.3.1 CONCEPTO
III.1 DEFINICIÓN
6
SUMARRIVA GONZALES, Víctor, “Derecho de autor” Lima Edial, 2005 P.26
intelectual del autor con respecto a la obra, así como la integridad de la
misma”7.
Es cierto, estas atribuciones que se le dan al autor que consta de dos
partes tanto los derechos patrimoniales (conocidos también como económicos)
logran que se le considere un incentivo para que siga aportando más y no
paralice su producción creativa, y los derechos personales (o derechos
morales) que es algo más íntimo a la persona, que logra darle una posición de
reconocimiento al autor, tomando como premisa que una obra de arte refleja
mucho la personalidad y la manera de ser de su autor: que es una proyección
un una objetivación de su personal y espiritual manera de ser, de tal manera
que el modo de ser peculiar y característico de cada autor no pueda menos
que ser reflejado en su creación8.
Tenemos como ejemplo de estos derechos el ser reconocido como autor,
prohibir que se altere su propio nombre, decidir su la propia obra se publica,
etc. A continuación haremos referencia cuales son las características de los
derechos morales y que a la vez diferencia de los derechos económicos; como
es que se consideran unidos a la persona del autor, este es el punto de
partida para las otras características9, son perpetuos, inalienables,
imprescriptibles e irrenunciables.
7
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las personas. Gaceta Jurídica. Lima. 2004 Págs.
416 - 417
8
HERRERA MEZA, H. Javier. Iniciación al derecho de autor. Limusa. México. 1992 Pág. 37
9
HERRERA MEZA, H. Javier. Iniciación al derecho de autor. Limusa. México. 1992 Pág. 40
10
HERRERA MEZA, H. Javier. Iniciación al derecho de autor. Limusa. México. 1992 Pág. 36
individualidad suficiente y que se encuentra comprendida en el ámbito de la
protección dispensada11.
Entonces el derecho de autor es el conjunto de prerrogativas morales y
pecuniarias que poseen los creadores de una obra por el hecho mismo de
haberla creado. Tales prerrogativas son, generalmente, reconocidas y
enumeradas por las leyes12 y Lipszyc complementa con que el derecho de
autor es la rama del derecho que regula los derechos subjetivos del autor
sobre las creaciones que presentan individualidad resultantes de su actividad
intelectual, que habitualmente son enunciadas como obras literarias,
musicales, teatrales, artísticas, científicas y audiovisuales; en sentido amplio, y
nace con la obra misma, como consecuencia del acto de creación y no por el
reconocimiento de la autoridad administrativa, aunque se pueden establecer
formalidades con distintos propósitos13.
El derecho de autor puede definirse como el poder jurídico que
corresponde al creador intelectual para ejercer derechos de naturaleza moral y
patrimonial respecto de sus obras, independientemente del genero a que
pertenezcan.14
El derecho de autor concierne a todas las obras o producciones del
ingenio humano, de carácter creativo, en los dominios literario, científico y
artístico, y cualquiera que sea el modo o la forma de expresión. Tal derecho
comporta atributos de orden intelectual, moral y patrimonial. Los atributos de
orden intelectual y moral son permanentes e inalienables; los de orden
patrimonial permiten la explotación de la obra o producción por le tiempo que
señala la ley.
Los derechos del autor se originan de la propia creación de la obra, sin
que sea necesario registro, depósito o ninguna otra formalidad para su
protección.
El derecho de autor es un término jurídico que describe los derechos
concedidos a los creadores por sus obras literarias y artísticas.
El tipo de obras que abarca el derecho de autor incluye: obras literarias
como novelas, poemas, obras de teatro, documentos de referencia, periódicos
y programas informáticos; bases de datos; películas, composiciones musicales
y coreografías; obras artísticas como pinturas, dibujos, fotografías y escultura;
obras arquitectónicas; publicidad , mapas y dibujos técnicos.
Rama del derecho que regula los derechos subjetivos del autor sobre las
creaciones que presentan individualidad resultante de su actividad intelectual,
que habitualmente son enunciadas como obras literarias, musicales, teatrales,
artísticas, científicas y audiovisuales.15
11
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993. Pág.
18
12
HERRERA MEZA, H. Javier. Iniciación al derecho de autor. Limusa. México. 1992 Págs.18 -
19
13
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993.
Pág.11
14
CABALLERO LEAL, José Luis. Derecho de Autor para Autores. 1º Edición. Fondo de Cultura
Económica. México D.F. 2004. Págs. 15 y sgtes.
15
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993.
Págs. 40 y sgtes
Hay dos concepciones bien definidas, una es la del copyright y la otra
droit d’ autour, una origen anglosajón y la otra francesa.
III.3.1 COPYRIGTH
16
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993.
Págs. 40 y sgtes
17
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993.
Págs. 40 y sgtes
18
BUSTA GRANDE, Fernando A. El derecho de autor en el Perú. Grijley. Lima. 1997. Pág. 50
grabaciones sonoras fonogramas, las emisiones de radiodifusión y de
cable y la presentación tipográfica de las ediciones publicadas como en
relación con las personas que admite como titulares originarios del derecho 19.
En consecuencia, el copyright se utiliza para proteger derechos
originados en actividades técnico- organizativos que no tienen naturaleza
autoral, tales como las que realizan los productores de grabaciones sonoras y
de films, los organismos de radiodifusión, las empresas de distribución de
programas por cable y los editores de obras impresas 20. Estas dos
concepciones dificultaron la determinación de su naturaleza jurídica, dando
lugar a debates y a conclusiones muchas veces opuestas, que enriquecieron y
contribuyeron de forma decisiva al desarrollo de la materia.
19
Lipszyc, Delia. Op. Cit. P.40 y sgtes.
20
Ibid.
efectos, extensión, y duración del derecho intelectual están perfectamente
determinados por la ley, la doctrina y la jurisprudencia 21.
B. Teoría de la personalidad
21
SATANOWSKY, Isidro. Derecho intelectual. Editorial. Argentina. Buenos Aires. 1954 Pág. 35
22
SATANOWSKY, Isidro. Derecho intelectual. Editorial. Argentina. Buenos Aires. 1954. Pág. 37
23
SATANOWSKY, Isidro. Derecho intelectual. Editorial. Argentina. Buenos Aires. 1954. Pág.
35
24
PIZARRO DÁVILA, Edmundo. Los bienes y derechos intelectuales. Editorial Arica. Lima.
1974. Pág. 30
25
SATANOWSKY, Isidro. Derecho intelectual. Editorial. Argentina. Buenos Aires. 1954. Pág. 49
asuma decisiones que determinen la estima social, la fama que puede obtener
y que influyen en su carrera profesional 26.
E. Teoría de la colectividad
Esta teoría fue enunciada por Colin y Capitant, acogiendo las ideas
socialista francesa. Parten del supuesto de que las obras de arte y los inventos
son patrimonio de la humanidad, porque es esta a la cual benefician y también
que las obras son de todos porque de todos son las ideas que han contribuido
a crearlas. A pesar de que unos niegan que esto sea cierto no se admitirá que
solo el autor ha sido un elegido tocado por Dios o que su creación ha salido de
la nada, esto es un absurdo, no quiero caer tampoco en el extremo que no hay
26
PIZARRO DÁVILA, Edmundo. Los bienes y derechos intelectuales. Editorial Arica. Lima.
1974. Pág. 31
27
LIPSZYC, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. UNESCO. Buenos Aires. 1993. Pág.
27
28
SATANOWSKY, Isidro. Derecho intelectual. Editorial. Argentina. Buenos Aires. 1954. Pág. 51
29
BUSTA GRANDE, Fernando A. El derecho de autor en el Perú. Grijley. Lima. 1997 Pág. 65
que considerarlo al autor como algo ajeno a su obra o quitarle meritos por su
creatividad pero no se le puede dar tanto prioridad –con privilegios- que logre al
final de todo el alejamiento de aportes a la sociedad viéndose perjudicada.
Juan Espinoza afirma que el hombre es bidimensional, es un ser único e
irrepetible, pero vive en una sociedad y no se le puede concebir fuera de esta.
Lo mismo ocurre con las obras de su invención: pertenecen a un mentor, que
ha necesitado de experiencias anteriores y ajenas para la creación de un
objeto con características propias que no pueden ser atribuible a ningún otro
sujeto, ya sea considerado individual o colectivamente 30.
E. Teoría dualista
33
ANTEQUERA PARILLI, Ricardo El nuevo derecho de autor en el Perú. Editorial Monterrico.
Lima. 1996 Pág. 283
34
BUSTA GRANDE, Fernando A. El derecho de autor en el Perú. Grijley. Lima. 1997. Pág. 193
cesionario por la explotación de la obra, en la cuantía convenida en el
contrato35.
En cuanto a lo citado en el párrafo anterior, nuestra legislación prescribe
que no será de aplicación la participación proporcional en los ingresos a favor
de los autores que participan en una cesión y, por tanto, la remuneración puede
ser a suma alzada, en primer lugar, cuando, atendida la modalidad de la
explotación, exista dificultad grave en la determinación de los ingresos o su
composición sea imposible o de un costo desproporcionado con la eventual
retribución; en segundo lugar, cuando la utilización de la obra tenga carácter
accesorio respecto de la actividad o del objeto material a los que se destine; en
tercer lugar, cuando la obra utilizada con otras no constituya un elemento
esencial de la creación intelectual en la que se integre; en cuarto ligar, cuando
se trate de la primera o única edición de obras no divulgadas previamente,
taxativamente indicados como diccionarios, antologías y enciclopedias;
prólogos, anotaciones, introducciones y presentaciones, obras científicas,
trabajos de ilustración de una obra, traducciones o ediciones populares a
precios reducidos; y, por último, cuando las partes expresamente lo pacten. Las
disposiciones aplicables en la actualidad y mencionadas anteriormente son
igualmente aplicables a las tarifas de las entidades de gestión colectiva.
35
BUSTA GRANDE, Fernando A. El derecho de autor en el Perú. Grijley. Lima. 1997. Pág. 194
DERECHO A LA IDENTIDAD
I. CONCEPTO
II. NATURALEZA
36
FERNANDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la Identidad Personal. Editorial Astrea.
Buenos Aires. 1992. Págs. 113 y sgtes.
37
FERNANDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la Identidad Personal. Editorial Astrea.
Buenos Aires. 1992. Págs. 113 y sgtes.
Es el bagaje de características y atributos que definen la verdad
personal., entonces el derecho a la identidad supone la exigencia del derecho a
la propia biografía, es la situación jurídica subjetiva por la cual el sujeto tiene
derecho a ser fielmente representado en su proyección social.
38
J.A. NIETO (Compilador). Transexualidad, transgenerismo y cultura: Antropología, identidad y
género Talasa. Madrid. 1998. Pág. 16.
39
J.A. NIETO (Compilador). Transexualidad, transgenerismo y cultura: Antropología, identidad y
género Talasa. Madrid. 1998. Págs. 79 - 89.
El discurso médico dice que es en este caso donde nos encontramos
ante una quiebra de la identidad sexual del individuo que se expresa en forma
de disociación entre el factor biológico o genético de su sexo y la realidad
sexual psico - social que vive y siente. El derecho se debe enfrentar ante lo que
la medicina y sexología oficial40califica de “síndrome transexual o disphoria de
género.
El derecho sólo puede aceptar el concepto de “transexual verdadero” (o
irreversible), ya que la aspiración, desde el punto de vista jurídico es la
modificación de la mención registral del sexo, para que se adecue al sexo
“realmente” sentido y vivido. Las repercusiones sociojurídicas (matrimonio,
adopción, relaciones familiares, ejército, centros penitenciarios, usos
sociales...) deben producirse dentro de un ordenamiento jurídico que sólo
reconoce la existencia de dos sexos, y que no permite ni el matrimonio ni la
adopción cuando se trata de personas del mismo sexo registral.
Por otra parte el derecho se ha enfrentado a esta cuestión (debido a las
demandas judiciales que se han producido en los tribunales de los países
europeos y norteamericanos) con un desconocimiento absoluto del fenómeno,
aunque se ha decantado rápidamente por explicaciones de tipo clínico,
(medicina, psicología, sexología....aquellas que hablan de ciertas identidades
sexuales como patologías de la supuesta identidad sexual correcta, que es
aquella que hace coincidir sin fisuras el sexo biológico, el psicológico y el
social, y que tiene como modelo de orientación sexual correcta la
heterosexualidad41).
El hecho de optar por explicaciones de tipo clínico no puede hacernos
olvidar (en honor a la “verdad” científica) que las ciencias implicadas en esta
cuestión como la medicina, psiquiatría, sexología, psicología, biología no se
ponen de acuerdo, o si se quiere, no dan una única explicación sobre las
complejas cuestiones que tienen que ver con la “identidad sexual”. Pero como
hemos dicho el derecho se ha enfrentado a esta situación legislando en muy
pocos países, despenalizando las operaciones de “cambio de sexo” y
regulando los casos en los que se acepta una rectificación registral del sexo así
como determinando cuál es el alcance jurídico de dicha modificación. En otros
países, la mayoría, no ha legislado y nos encontramos con distintas posiciones
dentro de la doctrina y la jurisprudencia.
Cuando dentro del derecho se plantea la cuestión de la transexualidad 42
lo que jurídicamente se plantea es si lo que se llama “identidad sexual”, como
una de las cuestiones que forman parte del más genérico derecho a la
“identidad de la persona”, tiene o no tiene la importancia necesaria para que
pueda considerarse un derecho inherente a la persona y por lo tanto para que
el derecho plantee ciertos mecanismos orientados al reconocimiento, tutela y
garantía de dicho derecho, como puede ser la rectificación registral del sexo y
las consecuencias jurídicas de esta rectificación.
40
J.A. NIETO (Compilador). Transexualidad, transgenerismo y cultura: Antropología, identidad y
género Talasa. Madrid. 1998. Págs. 91 - 123.
41
J.A. NIETO (Compilador). Transexualidad, transgenerismo y cultura: Antropología, identidad y
género Talasa. Madrid. 1998 Págs. 249-269
42
C. CHILAND. Cambiar de sexo. Biblioteca Nueva. Madrid. 1999, Págs. 183 y sgtes.
IV. IDENTIDAD SEXUAL Y ORIENTACIÓN SEXUAL ¿ORIENTACIÓN O
DESVIACIÓN SEXUAL?
V. CONCEPTOS AFINES
A. LOS TRANSEXUALES
B. EL HOMOSEXUAL.-
C. EL LESBIANISMO
D. TRAVESTIS
E. TRANSFORMISTAS
F. HERMAFRODITISMO
G. SEUDO - HERMAFRODITISMO:
Art. 6: ‘Los actos de disposición del cuerpo están prohibidos cuando ocasionan
una disminución permanente de la integridad física o cuando de alguna
manera sean contrarios al orden publico o las buenas costumbres. (…) ‘
Bien, es cierto que existe una lesión, después de la operación de
adecuación será totalmente incapaz de procrear (impotentia generandi 43), mas
se supone que el paciente conoce los riesgos de la operación y los admite
voluntariamente al iniciar el proceso (silencio), aunque como en otros países
podría firmarse una especie de certificado, que indique todo estos detalles.
A la vez que ocasiona una ‘disminución’ permanente al transexual, esta
es pues, ‘el precio’ que asume para poder desarrollar plenamente su
IDENTIDAD.
Pero en el mismo Código, en su art.277 inc.5, ‘Invalidez del matrimonio’,
hallamos una interesante construcción:
43
La Impotentia Generandi, es tomado de manera extensiva del homosexualismo sobreviviente
como causal de divorcio en países que admiten los matrimonios homosexuales, y han legislado
en la materia del tema. En nuestro Código Civil art. 277 inc. 7 se toma esta como causal de
anulabilidad del matrimonio.
otro hombre no puede llamársele homosexual. A fin de cuentas un homosexual
no tiene la disyuntiva a ese nivel, el homosexual se acepta tal y como es, con la
salvedad de que su orientación, su sexualidad va dirigida hacia personas de su
mismo sexo.
Antes de analizar lo dictado por la RENIEC, debemos recordar que en
sus artículos 19, 29, 30, 31 y 32 del Código Civil se reconoce el derecho de
llevar un nombre, permitiéndose su cambio bajo justificación, a la vez que
buscando no afecte a terceros y no atribuyéndosele filiación ni alteración del
estado civil al titular, e incluso asumiendo que el pseudónimo puede adquirir la
importancia de nombre debiendo.
Y claro, la transexualidad, con la debida operación, es, por lo expuesto,
una justificación mas que suficiente para el cambio y no sólo de nombre, sino
también de sexo en cualquier documento identificatorio, salvo el de la partida
de nacimiento, documento que no miente respecto del sexo que tuvo la
persona al nacer ni el nombre que se le dio aquella vez, como si fallaría el DNI
no permitiéndose el cambio de nombre ni de sexo cuando la persona ya se
hace llamar por otro nombre o pseudónimo de igual importancia, su foto ha
variado y la apariencia de su cuerpo ha también sido modificada.
Art. 32, inc. D: ‘El Documento Nacional de Identidad (DNI) deberá contener
(…). El sexo del titular’
-¿Cuál es la noción de sexo utilizada? ¿El referente al ‘cómo me veo’ o
al ‘cómo me siento’? Primer alegato en contra: El como me siento es, en
demasía, subjetivo.
‘Ante un Verdadero Cambio’; el transexual busca no solo verse diferente,
sino ser aceptado como tal, y que manera más clara que en el mismo DNI
hacer notar si bien no necesariamente la aprobación de él como tal, pero si el
pleno respeto a su personalidad y atributos.
Obviamente no todo humano es un transgénero. Luego de un minucioso
examen psicológico se obtiene el permiso medico para tal operación. Y ese
permiso se remite al sexo al cual se siente pertenecer. Siente porque su
anatomía le fue configurada de manera distinta a la que hubiese querido. Pero,
cuidado con el detalle, se SIENTE del otro género. Término, a mi parecer
correcto, en cuanto es el desarrollo de su persona en que se halla en debate
(¿Es posible desarrollarnos como alguien si ni siquiera contamos con una
identidad definida en torno de la cual desenvolvernos?), además de estar
ratificado por un profesional en el campo.
El sexo es uno, el biológico, el determinante del género al cual se
pertenece son los genitales. La identidad de género es un concepto mucho
más amplio que el de sexo, e incluso aquél contiene a éste por cuanto la idea
de sexo dada es la de cómo me veo <o en su defecto, me ven contra la de
Identidad de genero que abarca además el como me siento. Entonces,
hablaríamos de una restricción de la Identidad, la cual no es de ninguna
manera estipulada en legislación alguna nuestra, incurriendo en un gravísimo
error: La discriminación.
44
J.López-Galiacho, op.cit. pag.151
Alemania: Ley de 10 de septiembre de 1980 sobre el cambio de nombre y
sobre la determinación de la pertenencia sexual en casos particulares.
Peculariedad: La gran solución y la pequeña solución. Respecto a la gran
solución lo mismo que en el caso de Suecia, mayor, no estar casado, esteril,
operación, 3 años demostrando. Consecuencias jurídicas plenas.
La pequeña solución supone la posibilidad de cambiar sólo el nombre
(registral), no es necesaria la operación, ni estar soltero.
Italia: Ley núm.164 de 14 de abril de 1982. Es de tendencia bastante liberal.
Mediante sentencia puede acceder una persona que haya seguido un
tratamiento médico de modificación de caracteres sexuales (permitido por
sentencia).
No se exige ni edad, ni estado de soltería.
Holanda: Ley de 24 de abril de 1985 (permite a nacionales y extranjeros
resisdentes).
Turquía: Ley de 11 de mayo de 1988. La ley cambia el art.29 .Si después del
nacimiento se produce un cambio de sexo, será procedente la rectificación
necesaria en el Registro del estado civil se el cambio de sexo ha sido
confirmado por el dictamen de al menos una comisión médica. Si la persona
afectada por el cambio de sexo está casada, su cónyuge debe intervenir en las
instancias judiciales relativas al mismo y participará delante del tribunal a fin de
decidir quién asume la patria potestad de sus hijos comunes; el matrimonio
cesa de pleno derecho desde el día en que se inicie el juicio sobre cambio de
sexo(sin presión política, el Tribunal de Casación se tenía que pronunciar sobre
un caso del entonces presidente de Turquía).
EEUU: Las rectificaciones no se basan en textos legislativos sino en
reglamentos.
Canadá desde 1973, Sudáfrica ley de 1974, Australia Meridional 1988, Israel
1986. Finlandia (nunca casado ni haber tenido hijos).
I. IMPORTANCIA45
III. ELEMENTOS
IV. CONCEPTO46
45
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo y SOMAMIRA UNDURRAGA, Manuel. Curso de Derecho
Civil. Editorial Nascimento. Chile. 1940. Págs. 86 y sgtes.
46
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las Personas. 8ª Edición. Editorial Grijley.
Perú. 2001. Págs. 105 y sgtes.
propio nombre implique también el deber, frente a la sociedad, de no cambiar
de nombre, salvo por motivos justificados y mediante autorización judicial”.
El presente articulo no consigna el derecho que asiste a los padres, según sea
el caso, a escoger los nombres de pila de sus hijos.
De otro lado, dado el carácter particular de estas cuestiones se ha dejado como
materia propia de la ley o del reglamento que a de dictarse, el determinar
cuantos nombres de pila o prenombres pueden ser usados por los padres.
Se considera imprescindible regular, a nivel legal o reglamentario las
limitaciones del derecho que tienen los padres de escoger los nombres de pila
o prenombres de sus hijos, teniendo en cuenta tanto la necesidad de no
desnaturalizar la función identificadora del nombre como impedir la asignación
de prenombres inapropiados, extravagantes, ridículos o contrarios al orden
publico y a las buenas costumbres.
La inexistencia de una debida y oportuna regulación del derecho de los padres
a escoger el prenombre de los hijos podría conducir en el futuro a situaciones
incómodas para la persona, la que ha de generar frecuentes acciones para
conseguir el cambio de sus nombres de pila.
El artículo bajo revisión establece, con toda claridad que al hijo le corresponde
el primer apellido del padre y el primero de la madre.
El nombre, además de la función individualizadora que le es inherente, permite
determinar en la mayoría de los casos, el entronque familiar de la persona.
El apellido es la designación común del grupo familiar. A través de los apellidos,
entonces, es posible no solo individualizar a la persona sino a evidenciar
generalmente su relación familiar.
Y este dispositivo está relacionado a su derecho de identidad, como derecho
inherente a la persona humana y por lo cual todo hijo nacido dentro como fuera
del matrimonio merece identificarse plenamente con sus progenitores.
47
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las Personas. 8ª Edición. Editorial Grijley.
Perú. 2001. Págs. 105 y sgtes.
Este artículo consagra el derecho al nombre e identidad de toda persona, por
consiguiente el hijo nacido fuera del matrimonio no puede ser privado de su
derecho al nombre y de su derecho a la identidad, en el sentido de su
vinculación “parental” con determinada persona.
ARTÍCULO 24.- “La mujer tiene derecho a llevar el apellido del marido
agregado al suyo y a conservarlo mientras no contraiga nuevo
matrimonio. Cesa tal derecho en caso de divorcio o nulidad de
matrimonio.
Tratándose de separación de cuerpos, la mujer conserva su derecho a
llevar el apellido del marido. En caso de controversia resuelve el juez”.
ARTICULO 26.- “Toda persona tiene derecho a exigir que se designe por
su nombre.
Cuando se vulnere este derecho puede pedirse la cesación del hecho
violatorio y la indemnización que corresponda”.
Este artículo ordena que la violación del derecho al nombre (el uso de un
nombre ajeno) sea sancionada con su cesación y con una indemnización.
El nombre es un derecho inherente a al persona, y un deber cuyo pretensor o
facultado es la sociedad jurídicamente organizada, fundamente la regla del
presenta artículo en tanto impide que la persona pueda usar nombre que no le
corresponde.
El uso indebido de nombre ajeno significa la violación de un deber frente a la
sociedad jurídicamente organizada, sino que además lesiona el derecho de una
persona cuando se usurpa su nombre; es posible que el infractor de la norma
utilice un nombre ficticio, pero puede suceder que se atribuya el nombre de otra
persona con el afán de causarle daño o de obtener algún beneficio.
Es en esta última hipótesis que se coloca el artículo en mención, cuando
prescribe que el perjudicado por la usurpación de su nombre tiene acción para
hacerla cesar y obtener la indemnización correspondiente. El daño a la
persona, por usurpación de su nombre puede no solo ser de índole
patrimonial, sino también de naturaleza extrapatrimonial.
La presente norma, es recogida en sentido del anterior código, solo que en este
se cambio la expresión “apellido” por la de “nombre”, además que el cambio
deba obedecer a causas justificadas.
La fundamentación de este artículo se encuentra precisamente en la función
individualizadora del nombre. Porque como es sabido la función implica
también el deber de la persona de no cambiar su nombre no hacerle adiciones,
ya que ello significaría, obviamente, desvirtuar la indicada función jurídica del
nombre. Si existe la eventualidad, en resguardo de terceros se dispone que tal
autorización debe ser publicada e inscrita.
El artículo establece también excepciones, reglamentadas para acceder al
cambio del nombre, además que puede alcanzar, si fuere el caso al cónyuge y
a los hijos menores de edad existentes. No se consideran los motivos que
justifican el cambio del nombre, por considerarse inconveniente, en razón de la
diversidad de casos que puedan presentarse en la vida real. En tal caso se
deja la participación de justicia del juez, que según su comprensión debe
autorizar una modificación del nombre.
Cabe resaltar también, que se considera viable una alteración del nombre
originada por el transcurso del tiempo y del uso social. Ya que puede ocurrir,
que por circunstancias se produzca de hecho un cambio del nombre de la
persona, situación que sirve de fundamento para su modificación legal en
resguardo del interés, tanto personal como social, de evitar confusiones
contrarias a la especifica función jurídica del nombre.
I. IMPORTANCIA48
III. CONCEPTO49
48
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo y SOMAMIRA UNDURRAGA, Manuel. Curso de Derecho
Civil. Editorial Nascimento. Chile. 1940. Págs. 98 y sgtes.
49
DIEZ PICAZO, Luis; Antonio. Sistema de Derecho Civil. Editorial Tecnos. España. 1994.
Págs. 657 y sgtes; FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las Personas. 8ª Edición.
Editorial Grijley. Perú. 2001. Pág.117 y sgtes.
Puede suceder que el domicilio se constituya por la residencia, si así lo
determina la ley. En este último caso el dato formal coincide con el fáctico, con
la realidad.
Esta disposición permite que no sólo para los contratos se pueda designar
domicilio especial, sino para todos los actos jurídicos. Así pues deviene en la
facilidad para celebrar actos jurídicos.