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Violencia cotidiana de los naturales de

Ouispicanchis, Canas y Canchis en el si·glo XVIII


Ward A. Stavig

En los últimos años existe una preocupación creciente por el proble-


ma de la violencia en la sierra del Perú. Desgraciadamente, hasta la muerte de
un grupo de periodistas no llamó la atención de mucha gente este fenómeno
de la violencia en la cual aún viven muchos de los campesinos: la violencia de
una economía que mantiene hambre y pobreza , la violencia ideológica que
mata a campesinos con el rótulo de "ayudarlos" y la violencia cotidiana, que
viene a ser parte de su articulación con la sociedad regional y nacional (y al-
gunas veces internacional) y de su propia cultura.
Hace doscientos años, en la década del ochenta del siglo XVIII, la
gente también estaba preocupada por la violencia en la sierra. Igualmente ,
algunos historiadores de la Colonia han prestado mucha atención tanto a la
mita de Potosí como a los repartimientos de los corregidores. En este senti-
do , e_l pasado se asemeja al presente. Se conocía las causas estructurales que
relacionaban a los campesinos con el resto del mundo, pero, al igual que en el
presente, se sabía poco acerca de la violencia que se engendró entre los pue-
blos indígenas y qué opinión tenían ellos de la misma. Sin duda, mucha de la
violencia cotidiana padecida por los naturales de Quispicanchis, Canas y Can-
chis (en la época colonial este territorio incluyó parte de Acomayo y Espi-

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Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

nar)( *) a fines del siglo XVII y en el XVIII, período que será objeto de este
análisis, provino de la articulación con la sociedad colonial fuera de sus co-
munidades. Trataré esta violencia cuando afecte directamente a los indios ,
pero no voy a analizar aquí "El Sistema Colonial" , donde existía la violencia.
Voy a analizar más la violencia que se originó en su propia cultura (sabiendo
que es imposible separar al pueblo de la sociedad y que uno puede hablar úni-
camente de diferentes grados de articulación) y sugeriré maneras en que la
percepción de varios tipos de violencia local por los naturales pueda , tal vez ,
modificar nuestra percepción del impacto de la sociedad colonial sobre las
comunidades indígenas.
Estudiar la violencia cotidiana que afectaba a los naturales nos permi-
tirá profundizar nuestro entendimiento del pueblo y sus problemas desde un
punto de vista más cercano a su realidad, y espero que nos posibilite enten-
derlos más , como los entendieron ellos mismos(** ). El problema de analizar
un sistema desde arriba es que a veces aprendemos mucho del sistema , pero
poco de la gente que vivió bajo el mismo. Hay que tener cuidado de no pen-
sar que los sucesos que uno analiza desde arriba eran percibidos de la misma
manera por los que tuvieron sus pies en la tierra. Por ejemplo, si una econo-
mía está en crisis, podemos comprender que haya más gente desesperada y
que a veces lleguen a robar ; pero si nos roban, ¿en qué pensamos más : en la
crisis o en el robo? , ¿y la respuesta de la mayoría de la gente cuál será: recla-
mar contra el sistema o contra el crimen? Para ser más claro , si Ud. es origi-
nario de Layo, Canas y Canchis y vive bajo un sistema que demanda mucho ,
donde hay hacendados con tierras que tal vez eran del pueblo en el pasado , y
los indios de la comunidad contigua, Langui , entran en sus tierras por la fuer-
za, sembrando y cosechando, ¿de quién se va a quejar : de las demandas y los
hacendados, que son parte de una sociedad colonial que está presionando a
todas las comunidades , o de los naturales de Langui que han tomado su tie-
rra? Probablemente se quejaría de los dos, pero sin duda reclamaría contra
los de Langui y probablemente no iba a tener un buen concepto de ellos.
Este es sólo un ejemplo de la manera en que estaban divididas las comunida-
des indígenas. También existían tensiones entre familias, entre ayllus, entre
originarios y forasteros y entre los kurakas y tributarios , sin mencionar otras .

(*) Uso términos que se emplearon en esa época, como naturales, indios y cholos, por-
que es importante entender algunas de las violencias.
(**) De ninguna manera estoy sugiriendo que se pueda hablar de " una cultura indígena"
fuera de cosas muy generales. Gran parte de mi argumento trata de demostrar casi lo
contrario, y cuando hablo de la cultura indígena, no estoy hablando de la cultura
que encontraron los conquistadores, sino de la cultura que había evolucionado du-
rante la época que estoy estudiando. Una sociedad que, por ejemplo, había mezcla-
do la cristiandad con las creencias indígenas, pero que tuvo ideas concretas sobre la
conducta honorable de un cura católico.

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En el proceso de comprender estos conflictos locales y cotidianos vamos a


entender mejor una de las razones por las que a veces no vemos mucha cohe-
sión en y entre las comunidades indígenas. Entre otras cosas, estas divisiones
ayudaron al Gobierno a controlar sin usar más fuerza directa o gastar más
recursos en el ejército colonial para gobernar, así como también probable-
mente impidieron más sublevaciones y fueron factor de derrota en otras. El
mundo andino era (y es) un mundo muy complejo. No podemos pensar úni-
camente en divisiones y conflictos entre europeos y naturales si queremos
entenderlo.
Para tratar de comprender este mundo , tenemos que percibirlo con
vivencias similares a las de los naturales , lo que no es cosa fácil, como pode-
mos verlo analizando hechos personales como el sexo. Como seres humanos,
probablemente compartimos muchos sentimientos y deseos con los naturales
del siglo XVIII en el valle del río Vilcanota, pero no necesariamente de la
misma manera. Por ejemplo, en los pocos casos de violaciones que encontré
en comunidades indígenas, vemos algo interesante: cuando una muchacha
fue violada , usaron la palabra "violación" para describir el crimen, pero cuan-
do la violada fue una mujer casada, el término empleado fue "adulterio for-
zado" . ¡,Cuál es la diferencia : el usar "adulterio" significa que percibieron el
hecho como crimen contra el marido, o que culparon a la mujer por la viola-
ción , o era únicamente una manera de diferenciar el estado civil, como si éste
representara una graduación menor de la ofensa?
Al hablar de violencia en la sierra sur del Perú en el siglo XVIII, no
quiero plantear la idea de una ola de violencia en las comunidades. Podemos
observar el aumento de algunos problemas, como los que se refieren a los ku-
rakas, pero nunca vamos a saber totalmente sobre este asunto u otros en la
región de Quispicanchis, Canas y Canchis por dos razones: primero, porque
muchos documentos han sido destruidos, imposibilitando toda continuidad
en el tiempo y el espacio en esas provincias, y segundo , porque los españoles
delegaron en las comunidades indígenas ciertas responsabilidades para gober-
narse , y este sistema no produjo documentos a través de los cuales los histo-
riadores puedan indagar. Esto hace que cualquier análisis de esa realidad sea
un estudio desde arriba, que no nos permite acercarnos más a la vida de los
naturales. En los archivos del Cusco sólo encontré datos de 43 asesinatos(*)
en un lapso de más de un siglo . Estoy seguro que esta cifra no representa la
totalidad de muertes violentas. Muchos documentos han desaparecido y pro-
bablemente hubo situaciones en las que las comunidades o familias decidie-
ron no informar a las autoridades o éstas no escribieron informes. Sin embar-
go, en los pueblos donde sí existe documentación , como en Sicuani después

(*) Sin duda las cifras cambiarán cuando revise todos mis datos del Cusca y otros ar-
chivos. Aquí no se incluye ejecuciones ni, obviamente , muertes por la rebelión de
Tupa Amaru .

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de la rebelión de Tupa Amaru , el nivel de violencia no alcanzó connotaciones


diferentes y no he encontrado documentos en donde los naturales o los euro-
peos hablen de un alto grado de violencia.
Quispicanchis, Canas y Canchis son notorios por ser la cuna de la su-
blevación más importante del siglo XVIII, pero esta insurrección fue poco
usual dado que no hubo muchas otras y las que he encontrado no desborda-
ron los linderos de su doctrina de origen. Estos motines, como el de Tinta,
tuvieron raíces en problemas profundos: disputas sobre tributos y servicios o
con representantes del Gobierno -local o virreinal- fueron importantes cau-
sas. Pero al contrario de la de Tupa Amaru, estas sublevaciones no fueron
bien planificadas. El detonante fue generalmente un suceso que turbó a la
gente , llevándola a emprender acciones más o menos espontáneas, algunas
veces bajo efectos del alcohol( l ). Hay tan pocos motines que no podemos
hablar' de ellos como sucesos cotidianos, pero tampoco estuvieron aislados de
la vida de todos los días. Al contrario, generalmente fueron el resultado de
una larga experiencia de abusos y estuvieron provocados por un impulso in-
mediato. Después de un acto de violencia o una amenaza de violencia, la vida
continuaba como si nada hubiera pasadQ, pero la experiencia a veces quedó
grabada en la mente de los que la provocaron. Vamos a analizar tres casos
que muestran algunos de esos puntos.
Tal vez el motín al que estamos más acostumbrados es el que sucedió
en Cusipata, Quispicanchis, en 1774. Un cobrador mestizo de mala fama mal-
trató a un cacique llamado don Lucas Poma Inga, quien era muy popular en-
tre sus indios y lós españoles. Lo encerró en el troje y después un médico y
un escribano testificaron que el cacique estaba "muy maltratado en todo el
cuerpo, la cab~za, estómago y vientre por los golpes, espolazos y palos". De-
sesperados y temiendo por la vida de su cacique, los indios pidieron ayuda al
cura, pero éste les dijo que don Carlos Ochoa, el cobrador, era "muy ternera- _
rio y que no podía entremeterse con él". Cerca de cien indios del ayllu perte-
necientes al cacique se reunieron y , según un testigo,
"habían entrado en consulta todos sus indios de su ayllu para sacarlo
del dicho cobrador por lo mucho que lo querían su cacique, entraron
en la casa del cobrador y lo ejecutaron, todos aquellos indios que lo
querían al dicho don Lucas por haberlo maltratado a éste , dicho co-
brador con ignominia(2)".
El cura no trató de prevenir el suceso y después cuidó al cacique en la
iglesia. Parece que nadie fue castigado por esta acción. Los muchos .abusos le
dieron mala reputación al cobrador; ni siquiera el cura trató de defender a
este mestizo. Aquí se desarrolló una situación en que una acción brutal con-
tra una persona popular quebró las normas de sumisión a la autoridad. El co-
brador había rebasado los límites, pero su ajusticiamiento no fue una rebe-
lión contra el sistema o los españoles. Al contrario, los españoles testificaron
por la comunidad. El acto de rebeldía fue contra un cobrador rriestizo que

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abusó demasiado de una comunidad. Después de la noche de violencia, el


ayllu retomó su cauce.
Menos conocidos son motines como el de Coporaque, en 1768, que
parece más espontáneo y tal vez no tan justificado. Los indios se alzaron con-
tra el nombramiento de un cacique interino. Parece ser que su cacique , quien
había abandonado su posición y se ausentó de su ay!lu . volvió a Coporaque y
compró una botija de aguardiente para la gente. Estaban bebiendo el aguar-
diente y hablando entre todos antes de que se desencadenara la violencia.
Según el testimonio de testigos, parece ser que la violencia no fue resultado
únicamente de la embriaguez de la gente, sino también del hecho que este
cacique era un borracho que nunca desempeñó su oficio(3), ni siquiera co-
braba los tributos. Bajo la influencia del alcohol y de este cacique, los natura-
les desafiaron la reimposición del sistema colonial que habían evitado por un
tiempo gracias a un cacique alcohólico.
Otro motín. En el mes de enero, un cura trató de llevar la imagen de
Belén de la capilla de los indios a la iglesia, y éstos se resistieron a este atenta-
do contra su imagen. En marzo, Francisco , según descripción de los docu-
mentos un "negro libertino doméstico del cura", dijo a los indios que en ven-
ganza de
"los movimientos del día primero de febrero y el día 6 de enero del
año presente se preparaban .. . 400 soldados con el destino de que la
noche de este día los pasasen cuchillo, lo que dio mérito a que los
míceros yndios desamparasen sus casas y familias con intención de
retirarse a pueblos estraños( 4)".
Parece que los naturales tuvieron mucho miedo de una represalia con-
tra sus acciones, porque suficientes razones para creerle a Francisco no te-
nían. Existen testimonios de indios sobre la conducta de Francisco que mues-
tran que él había azotado y maltratado a mucha gente. Un cacique testificó
que Francisco "tiene el despotismo en los cholos y cholas de doctrincilla, a
cuyas órdenes están sujetos los dichos". Estos hechos, en combinación con la
huida de los indios después de la falsa amenaza, eran demasiado para el corre-
gidor, quien echó al negro de la provincia "por convenir así a la administra-
ción de justicia y publica tranquilidad", haciendo notar que había recibido
innumerables quejas contra Francisco, "ya de agravios, que les hace, ya inju-
rias y vituperios con que los trata, y ya de castigos que en ellos ejecuta". El
cura trató de culpar a otros, pero los indios mencionaron en su testimonio
que él sabía lo que hizo Francisco, "que es regular que dicho cura no lo igno-
re por ser su obligación vigilar estos excesos". ¿Por qué el cura trató de cul-
par a otros?, ¿era para protegerse a sí mismo y a su ayudante? , ¿qué significa
que los naturales estuvieran dispuestos a creer en un tipo como Francisco?,
¿estaba jugando Francisco con el cura y con los indios?, ¿les hizo el corregi-
dor cosas malas antes?, ¿o tal vez, como parte de los problemas entre la igle-
sia y algunos corregidores , el cura y Francisco habían hablado mal del corre-

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gidor, por lo cual los indios, debido a la ira del cura sobre el asunto de la ima-
gen, creyeron posible un castigo tan cruel? De qué manera afectaron el futu-
ro las acciones del cura y de Francisco y las impresiones que causaron en los
indios este conflicto y su temor a las represalias nunca lo sabremos con segu-
ridad. Pero el pueblo era San Pablo de Cacha (cerca de Tinta), el año 1780 y
el corregidor se llamaba Arriaga. Ahora el corregidor nos parece un profeta
pues escribiéndole al cura sobre el asunto expresó: "Cuando los incendios no
se apagan en los principios, suelen sus llamas consumir lo más distante".
La tierra era la base de la vida indígena. El derecho de acceso a la tie-
rra fue el factor más importante para ser originario de la comunidad. Perso-
nas o comunidades que no poseyeron las tierras suficientes para su sustento y
para pagar muchos de los tributos, se consideraban pobres. La importancia de
la tierra y sus productos, las cosechas y los animales, fueron el centro de mu-
chos conflictos. Quispicanchis, Canas y Canchis no fueron excepciones. Co-
mo ya he mencionado, estos enfrentamientos tuvieron sus raíces en proble-
mas profundos como la desagregación del sistema imperialista incaico , que si
bien no fue benévolo en todos sus aspectos, por lo menos aseguró tierras a
quienes estaban acostumbrados a trabajarlas. En retribución por la mano de
obra -tributo- , el imperio almacenó productos que , entre otras cosas, sirvie-
ron para proteger a la población contra desastres naturales. El gobierno colo-
nial no incluyó tales protecciones. El aumento de demandas, haciendas y
fluctuaciones en la población empobrecieron a algunos individuos y comuni-
dades. No he analizado todos mis datos, pero parece que a fines del siglo
XVII y principios del siglo XVIII, cuando el porcentaje de conflictos entre
comunidades y europeos fue más alto, muchas haciendas aún estaban en pro-
ceso de formación, particularmente en doctrinas cerca del Cusco. Todo el
resto del siglo XVIII se caracteriza por el aumento de los problemas entre las
comunidades, particularmente en Canas y Canchis. Existieron otros factores
de igual importancia en la lucha rural por tierras que dieron enfoques distin-
tos a los conflictos que acosaron a los naturales.
Las epidemias y la política sobre tierras que las acompañaron fueron
causantes de tensiones adicionales en el siglo XVIII. Las epidemias, particu-
larmente la de 1720, trastornaron la región. Muchos indígenas murieron, de-
jando tierras baldías por falta de mano de obra para barbecharlas , cultivarlas
y cosecharlas. A veces el Gobierno vendía estas tierras, pero más tarde , cuan-
do la población creció, la presión por su usufructo aumentó.
Un ejemplo de los problemas que se originaron entre indios y españo-
les con la peste de 1720, pero no muy ligado a mi argumento, nos lo da un
hecho que se dio en Quispicanchis, en 1745 . Ese año, los indios de Urcos y
Andahuaylillas trataron de recuperar algunas tierras vendidas por el gobierno.
Después de la peste se realizó una revisita, la misma que tuvo como resultado
la rebaja de los tributos que tenían que pagar los indios y la venta de algunas
de sus tierras, pues el Gobierno consideró que éstas sobraban y que existían

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bastantes tierras para los tributarios, v1eJos, ninos , inválidos , cofradías y


o tros. Luego de dos décadas, los naturales demandaron la devolución de las
ti erras adu ciend o qu e éstas faltaban. Pero el asunto no es tan claro como pa-
rece. Los dueños españoles dijeron que el Gobierno no podía privarlos de las
tierras antes de que los indios pagaran los tributos de los que fueron exonera-
dos después de la revisita. Los españoles usaron estas tácticas porque , según
ellos, los indios querían las tierras para alquilarlas a otros , como hacían antes
de la revisita . El corregidor, por su parte , apoyó a los indios porque quería
forz arlos a trabajar unas ti erras para él , tal como hizo con los indios de Guaro
(comunidad entre Ureas y Andahuaylillas). No sabemos en este caso si en
realidad había crecido tanto la población o no . Sólo quise demostrar que por
distintas razon es el corregidor y los indios pudieron ser cómplices en esgrimir
un argumento -- real para muchos otros-, como fu e el justo reclamo de tie-
rras. Tal vez las cosas fu eron como parecían y no hubo razones maquiavélicas
escondidas tras el velo de reclamos. Es cierto que, aparte de la presión demo-
gráfica, existían muchas razones legítimas para explicar el porqué una comu-
nidad necesitó más tierras, pero el litigio no fue resuelto y nunca sabremos la
verdad , ni siquiera la opinión de un juez.
La mayoría de las querellas sobre tierras son más obvias, porque la
apropiación ilegítima de tierras o las amenazas son generalmente poco suti-
les . Los que se apropiaban de tierras o amenazaban con invadirlas se introdu-
cían en las mismas por la fuerza, usando a veces perros, ganado y gente para
asegurar su dominio. Otras veces, trataron de dificultar la vida a los indígenas
haciendo maniobras tales como cortar los sistemas de riego . Los europeos , es-
pecialm ente , usaron este método , no siempre porque estuvieran interesados
en las tierras de los indios , sino más bien en la mano de obra que ellos signifi-
caban. Destruyendo sus cosechas, los europeos podían forzar a los naturales
a trabajar en sus haciendas. Un caso típico es el de un ayllu de Quiquijana en
los últimos años del siglo XVII. En 1699, los indios reclamaron contra Fran-
cisco Ochoa , quien cuatro años antes ,
"con manos poderosas, y de su propia autoridad sea entrado violenta-
mente en las tierras del .. . nuestro aillo .. . viendonos pobres yndios
pusilanimos y yndefensos con ánimo conosido de quitarnos para in-
corporar un pedaso de dos topos".
Ochoa llevó a cabo la apropiación , según los indios, introduciendo
ovejas, cabras, vacas y mulas. Como otros europeos, éste empleó a los indios
que vivían en sus haciendas en la realización de sus acciones. Los del ayllu se
quejaron de que "ha entrado todos sus yndios y les ha mandado haser barve-
chas" (otra cosa que dividió a los indígenas). Ochoa cortó también el agua de
riego y sus indios y mayordomo mataron animales del ayllu, pagando sólo la
mitad de su valor. Los naturales del ayllu reclamaron argumentando que las
tierras y los animales eran esenciales para vivir y pagar tributos. Bajo tal apre-
mio, muchos pasaron a las haciendas de los españoles, quienes " los agregan

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con todo gusto" protegiéndolos sin hacer caso de sus caciques, sus servicios
personales o tributos, aumentando las cargas sobre los otros. Tampoco res-
pondieron a la doctrina cristiana(S). Sin embargo, esto resulta ser casi un
caso clásico: simplemente, los naturales "olvidaron" mencionar qu'e Ochoa
poseía las tierras legalmente y que estaba usando estos métodos para recupe-
rarlas. Pero si ellos exageraron la verdad , el protector de los naturales mostró
en su defensa que Ochoa la había tergiversado para conseguir sus tierras . Otra
vez, no sabemos con seguridad cómo se resolvió la situación , pero con este
ejemplo hemos visto que las comunidades , al igual que los europeos, podían
ser bien sutiles en usar la ley en la defensa de sus intereses.
Los naturales también usaron la fuerza para apropiarse de tierras y
no únicamente contra otros indios. Un clérigo , enfermo en su lecho, se quejó
de un cacique, su familia y otros indios :
"se han conspirado con notable excezo en arruinar las sementeras de
la hacienda ... que poseo; pasteando sus ganados y sembrando las
mejores tierras que dejé para descansar"( 6 ).
Los indios también se quejaron contra este cacique y su familia , di-
ciendo que ellos los privaron de sus tierras. De hecho, los problemas por tie-
rras entre la comunidad e individuos de la comunidad con su cacique son in-
numerables. Muchos son los caciques que defendieron las tierras y a su gente
gastando a veces sus propios recursos en desempeñar su oficio. Pero hubieron
otros, particularmente en el siglo XVIII, que abusaron de su posición , apro-
piándose de tierras de la comunidad para su propio bienestar y demandando
más trabajo de la comunidad para cultivar estas tierras.
Los conflictos por tierras entre comunidades son numerosos. Muchas
veces las tierras lejanas y limítrofes con otras comunidades fueron centro de
conflictos. A veces eran "tierras flacas" que la comunidad dejaba en descanso
por años. Había gente que vigilaba las tierras de vez en cuando, pero no fre-
cuentemente, lo que permitía a otros aprovechar estas tierras. El caso del
ayllu Machacamarca, en Ureas, es un ejemplo de esto. A este ayllu le pertene-
cían 500 topos de tierras flacas que eran barbechadas cada siete años y que
estaban cerca del límite con la Provincia de Paucartambo. En 1714, indios de
esta provincia apoyados por su corregidor se apropiaron de algunas de estas
tierras destruyendo mojones, lo que complicó el asunto . Esta era la sexta vez
en poco menos de un siglo y medio que el ayllu reclamaba oficialmente con-
tra indios o españoles de Paucartambo de tal abuso. La importancia de las
tierras, pobres o no , y la distancia de la comunidad permitieron desarrollar
una situación de conflicto continuo.
Con tanto conflicto, las comunidades tuvieron que aprender a usar el
sistema para defender sus intereses. Algunas comunidades se convirtieron en
·litigantes continuos en defensa de sus tierras y a veces se envolvieron en una
máscara de legalidad para encubrir sus propias apropiaciones . Este proceso
puede ser muy complejo, como sucedió en Layo (Layosupa, Canas y Can-

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chis) . Algunos años después de la rebelión de Tupa Amaru , los indios de


Layo se quejaron de los de Langui, la comunidad colindante , diciendo que
"se han introducido barbechándolos (tierras) intrepidamente , violen-
tando la posesión antiguada de ciento setenta años . . . y limitando-
nos al pastoreo de nuestros ganados amagando nuestras mujeres y
hijos".
Al mismo tiempo que estallaron los problemas con Langui , la comu-
nidad estaba en litigio con otras dos comunidades sobre el "deslinde de linde-
ros" . Layo no podía entregar sus títulos ya "que han sido presentados en
otro juicio de deslinde con el pueblo de Pichigua"(7). Todos estos conflictos
no tuvieron origen en la crisis de fines del siglo XVIII , porque en 1633 un
indio viejo de Pichigua reclamó contra los de Layo , quienes , según él,entra-
ron en sus tierras con "mano poderosa (metiendo) su ganado en los pastos de
mi tierra en perjuycio de los míos" . El viejo ganó , pero cuarenta años des-
pués su nieto se quejaba contra Layo nuevamente(8) .
Los problemas provocados por la posesión de la tierra y sus riquezas
fueron la fuente de muchas de las violencias personales, como rifias, golpes y
a veces asesinatos . El descuido de animales causó mucha violencia , como en
el caso de dos indios, Diego Tito y Thomas Condori. Tal vez porque fue día
de fiesta , Diego no cuido bien sus bueyes , que entraron en las sementeras de
Thomas provocando su enojo . Riñeron y Diego le dio un puñetazo a Tho-
mas. De inmediato el hermano de Thomas hirió a Diego con una piedra en la
cabeza(9). La negligencia , cosa evitable , enredó a muchos indígenas y sus fa-
milias en disputas y violencias, ya que los productos de la tierra eran el prin-
cipal recurso de la gente y era grave si algo amenazaba su bienestar.
Los recursos -especialmente los animales- eran blanco de muchos
de los robos. Aparte de las riquezas de la iglesia y la plata de algunos ricos,
los animales eran casi los únicos bienes que los ladrones podían robar para
vender o usar. Aunque los animales eran más difíciles de ocultar después del
robo , causaban menos sospechas que un blandón de la iglesia , aparte de que
muchas veces se realizaban lejos de la gente. Canas y Canchis eran especial-
mente susceptibles a robos de bestias, ya que eran centros agropecuarios y
contaban con mercados como la tablada de Coporaque y estaban vinculados
con los mercados más lejanos, como los de Cusca, Arequipa, Potosí y Tucu-
mán. Esta articulación con la economía mayor dio a los ladrones la oportuni-
dad de conv~rtir los bienes robados en plata u otros bienes deseados.
Muchos de los ladrones no eran indígenas. Los mestizos, por ejemplo ,
son numerosos en las querellas por robos; pero en una sociedad donde cerca
del 850/0 de la población era indígena, no debe sorprendernos que la mayo-
ría de los perpetradores y las víctimas de los mismos fueran indios. Frecuen-
temente , los ladrones eran conocidos por sus delitos anteriores y/o eran oriun-
dos de otras partes , pero generalmente no eran de muy lejos , ya que el cono-

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cimiento de la gente y el ambiente era de gran ayuda para los ladrones. Comu-
nes son los casos como el de Andrés Quecaño , indio de Checasupa , quien des-
de una edad tierna se ganó la vida robando mulas , caballos y vacas, llevando
un estilo de vida "desarreglado". Un cacique y un español testificaron que
Andrés, en su última juerga, les había robado a ellos y a otros indios más de
quince caballos y tres mulas. Por su crimen fue condenado a dos años en el
obraje de Lucre , para que "sirva de escarmiento a otros delincuentes"(! O) .
Otro caso común fue el de Agustín Gonzales, indio de Coporaque . Este pue-
blo fue el centro del comercio de las mulas y mercado muy importante de
muchos otros animales . Cuando Agustín estuvo asociado con algunos arrieros
mestizos, robó mulas y caballos de un cacique. Confesó que había robado
otros animales antes y que a un indio le robó una mula que luego vendió " a
unos de los tucumanes trancientes"(l l).
Ferias y mercados eran oportunidades importantes para robar no sola-
mente porque los ladrones tenían la oportunidad de mercadear sus "adquisi-
ciones". Muchas veces, la gente descuidaba sus bienes , dando a los ladrones
más oportunidades para robar. Por la misma razón , las fiestas figuran como
muy buenas ocasiones para el robo , especialmente de cosas o bienes, como
cosechas y yuntas, que eran guardadas cerca de las casas. En 1780, en la fies-
ta de Corpus Christi, a un indio , mayordomo del Sor Sacramento de la igle-
sia, que estaba en Yanaoca desempeñando su cargo , le robaron muchos de los
bienes que recibió en el reparto, como paño de Quito . Dos indios confesaron
el crimen. Los testigos indicaron que dichos indios estuvieron vendiendo bie-
nes pertenecientes al reparto en Yanaoca y Pampamarca.

Números y causas de asesinatos en Quispicanchis, Canas y Canchis


a fines del siglo XVII y en el siglo XVIII
Hombres 28 Bebida 9
Mujeres 12 Fiestas 5
Niños 3 Bebida y fiesta 7
Total 43 Total 21
Causas*
Robos 4 Amor, celos, sexo 15
Riñas 9 Contra esposo o esposa 9
Riñas por animales 3 Familia de esposa contra marido 4
De o por autoridades 2 T~~ 28
Etnicidad 9
Total 27
(*) Hay más causas de asesinatos porque, por ejemplo, una rlna puede Incluir Insultos étn icos también .
En el rubro "amor, celos y sexo" se Incluye asesinatos entre parejas causados por terceros que no
pertenecían a la familia. Todos los otros asesinatos entre parejas están en los rubros "contra esposo
o esposa" o en "familia de esposa contra marido".

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De hecho, el calendario religioso con todas sus fiestas es casi un espe-


jo de períodos cuando el crimen y la violencia aumentan. Las oportunidades
que se presentaban y la embriaguez que acompañaba muchas fiestas se com-
binaron para convertir, irónicamente, los días de las celebraciones religiosas
en los más peligrosos en las vidas de los naturales. En los datos de 43 asesina-
tos que involucraron a indios, 9 mencionan la bebida, 5 una fiesta (sin men-
cionar bebida) y 7 incluyen fiestas y bebidas(*). A causa de esta violencia, la
muerte de hombres duplicó la de las mujeres. Es impresionante comprobar
que muchos asesinatos tuvieron sus raíces en asuntos muy personales. Más de
la mitad de las causas de los asesinatos tienen sus raíces en las relaciones en-
tre hombres y mujeres. Es así como, aparte de la bebida y las fiestas, lo más
peligroso -no en la percepción de los naturales, pero sí a nivel de estadísti-
cas- fue el amor.
Tensiones entre grupos, por ejemplo entre miembros de los ayllus y
cholos o de indios contra mestizos, negros, españoles y viceversa , también
fueron causas importantes de asesinatos y otras violencias. En una sociedad
que impuso o liberó de ciertas obligaciones y derechos por razón de rasgos
físicos heredados y muchas veces se caracterizó por una segregación de facto
en el trabajo que acentuó las diferencias, no fue poco común el aumento de
conflictos que se manifestaron en tensiones sobre el color de la piel y diferen-
cias culturales. En un mundo lleno de tales divisiones, los indígenas fueron al
mismo tiempo perpetradores y víctimas de las injurias y la violencia que este
orden de cosas generaba.
Indios de distintas comunidades percibieron las diferencias entre ellos
mismos, diferencias que tal vez podrían ser consideradas como conflictos ét-
nicos. A veces estas tensiones tomaron la forma de violencia ritual, como el
tinku, que se llevaba a cabo generalmente después de la misa del domingo,
antes del miércoles de ceniza, en el período llamado carnestolendas. En esos
días, comunidades mayormente colindantes se desafiaban a "jugar carnesto-
lendas" , lo que significaba la lucha con hondas. A veces los contrincantes no
mostraban misericordia ni hacia un herido y continuaban usándolo como
blanco de sus piedras con consecuencias fatales.
De vez en cuando, los forasteros también recibían mal trato de parte
de los lugareños. En un mundo donde la identificación con un lugar era muy
fuerte, la vida podía llegar a ser muy difícil para los que se habían ausentado
de sus comunidades, dejando atrás sus obligaciones y derechos, para vivir en
otra comunidad , donde su sobrevivencia dependía generalmente de su habili-
dad para alquilar y cultivar las tierras de otros. A veces los caciques alquila-

(*) Las cifras que mencionan la bebida pueden ser más altas. En realidad, muchas situa-
ciones tuvieron alta posibilidad de incluir bebida, pero los documentos no mencio-
nan el hecho específicamente .

No. 2, diciembre 1985 461


Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

ban tierras que la comunidad quería trabajar, involucrando a forasteros en la


lucha entre ellos y la comunidad y colocándolos en una posición poco agra-
dable.
Muchas de las injurias usadas para expresar desprecio en las riñas sir-
ven para mostrar actitudes de los que las pronuncian. Por ejemplo , si un indio
quería insultar a un mestizo , tal ve.z lo llamase "zambo". Los dos creían que
ser zambo era peor que ser mestizo. "Ladrón" era otra palabra usada con fre-
cuencia para ofender a alguien y da una muestra de los valores de los natura-
les. Comunes fueron los insultos en las riñas entre españoles e indios. "Perro"
era palabra muy popular entre los españoles para injuriar a los indios. Un ca-
cique reclamó contra un español que le había quitado " la honra en público".
El español había llamado al cacique "un perro, un ladrón y un mulato"( 12).
Un buen ejemplo del conflicto entre mestizos e indios es el de Ber-
nardo Cachi , quien tuvo mala fama entre los indios. Fue conocido por la-
drón , por el uso de armas blancas, por tener mal genio y por ser fugitivo de la
cárcel de Tinta. En el día de San Juan de 1776, Cachi cortó a un indio de la
nariz a la oreja cuando éste "injurió" su reputación diciendo: "voy a prender
este ladrón". En años anteriores , Cachi había herido a varios indios, pero és-
tos no eran inocentes. Habían golpeado a su madre y lo habían maltratado
de palabra y obra. El mestizo estuvo tomando chicha un día con la hermana
de un indio llamado Lorenzo, cuando éste entró con tres amigos y dijo :
"¿qué haces aquí cholo perro?". Atacaron al mestizo y "teniéndolo agarrado
lo cogió uno por los testículos y se los apretaron fuertemente de cuya resulta
estuvo padeciendo más de un año"(l 3).
Problemas similares se presentan a veces en las riñas entre amantes.
Un mestizo , Hipólito Aguilar, se peleó con su novia anterior. Dijo que casi se
casó con una mujer llamada María antes de que "llegue a conoser que la dicha
... no era por el, caso por muger mui liviana (y) carnal con otros hombres" ª
En realidad, él tuvo otra novia. En la riña, María lo llamó "un zambo ladrón"
y él se enojó y deslizó una injuria que tal vez reflejó mejor sus sentimientos.
El quiso "tratar" con una mujer buena , no con una "chola"(l4).
Como hemos visto al tratar de los asesinatos , las relaciones entre
hombre y mujer provocaron mucho sufrimiento y violencia en la comunidad ,
involucrando las vidas de otros en problemas personales. Las categorías de los
problemas incluyen desde actos que únicamente -ofendieron la sensibilidad de
los indígenas, como un cura que vivió con una mujer, hasta crímenes que se-
rían extraordinarios si uno los leyera en los periódicos actuales más sensacio-
nalistas. Por ejemplo , casos como el de Faustino Espinoza, indio de Sicuani,
quien fue acusado de matar a su mujer y a sus dos hijos tiernos "con motivo
de haver mantenido el sinistroso concuvinato con su propia madre"( 15). Si-
milar fue la querella contra un indio que mató a su mujer porque "el diablo"
le había tentado. En este caso hubieron circunstancias atenuantes: el indio
testificó que una "india con quien tenía mala amistad le dixo que la matase

462 Revista Andina, año 3


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - S t a v í g : Violencia

que ella se casaría con él y lo trataría mui bien"(l6). Muchas veces la violen-
cia entre marido y mujer involucró a otras personas . Esto fue especialmente
frecuente en el adulterio. Maridos con amantes tendían a pegar más, acción
bien común, a sus mujeres, y/o se volvían violentos cuando sospechaban el
mismo engañci en sus mujeres. Esta violencia no se manifestó siempre contra
la mujer . Cuando el marido de Santusa Guamán sospechó que su mujer tenía
relaciones con otro hombre, "tomó el arbitrio del homicidio" , dando porra-
zones que ellos estaban "atropellando el matrimonio .. . y de zelos para li-
bertarse de quien lo injuriaba"(l 7) . La víctima que provocó sus celos fue un
muchacho de doce o catorce años.
En situaciones de adulterio no siempre eran los miembros de la pareja
los que usaron la violencia. Algunas veces las amantes trataron de mejorar su
situación con el hombre . Cuando la mujer de Domingo Utcca se despertó con
"dolor en su vientre y todo su cuerpo", el marido salió a buscar medicina.La
consiguió de su propia amante. Cuando su mujer tomó la medicina, su lengua
se hinchó inmediatamente y vomitó sangre por tres semanas(l 8).
La brutalidad entre parejas se dio con frecuencia y fue algo que la
mayoría de la gente soportó como parte de la vida marital. Pero algunos no
la toleraban o decidieron finalmente no tolerarla más y tomaron medidas
para cambiar su vida . El divorcio era una posibilidad , pero pocas son las mu-
jeres que , como Joana Inquillay , solicitaron el divorcio de su marido después
de un largo período de sufrimientos. El marido de Joana mantuvo una amis-
tad ilícita con otra y la había "azotado en diferentes ocasiones poniendola
desnuda en carnes con tanta crueldad que la dejado toda llena de sangre y
cardenales"( 19). A pesar de todo , ella no solicitó el divorcio hasta la vez en
que fue azotada cuando estaba encinta de ocho meses, porque creyó que su
marido quiso matarla para huir con su amante .
Muchos eran los que huían de relaciones negativas, pero , después de
huir, se encontraban con que la sociedad ponía obstáculos en el sendero de
aquellos que querían tener otras relaciones. Era difícil anular matrimonios y
aun cuando la sociedad lo aceptó, no miró con buenos ojos a los amanceba-
dos. Teresa Sisa huyó de su marido para escapar de sus "malos tratamientos"
después de un año de matrimonio. Sin anular su matrimonio se volvió a casar.
Cuando la Iglesia descubrió la verdad, la condenó a que
"sea sacada en una bestia de alvarada desnuda de la sintura para arriva
con corosa en la cavesa . .. y con voz de pregonero , manifieste su de-
lito y la den cien azotes"(20).
Además, ella tuvo que trabajar en un convento por seis meses , pero
tal vez lo peor de todo fue que la forzaron a hacer vida marital con su primer
marido, anulando el segundo matrimonio. Tales castigos y la dificultad de
conseguir un divorcio o una anulación hicieron que la decisión de huir o asu-
mir una vida nueva con otro hombre fuese cosa seria , algo más que un trauma
normal.

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Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Muchas eran las mujeres que buscaban refugiarse de un marido violen-


to en su propia familia. A veces, la familia no soportaba más el maltrato dado
a una hija o hermana. Existen bastantes casos de familias que usaron la vio-
lencia para proteger a una pariente. Cuando Paviana Paucara, una mujer de
quince años , pidió a su hermano que matara a su marido, la madre de ella lo
instó a hacer Jo mismo. El hermano cumplió con el acto. explicando que el
marido "dava mala vida a Faviana"(2 l ).
Los crímenes de incesto y de violación fueron poco comunes , o por
Jo menos existen pocos datos en los archivos sobre el asunto, pero parece que
las comunidades los consideraron ofensas graves. El incesto ofendía a la co-
munidad en su totalidad y a su sentido religioso. En cuanto a las violaciones,
como he mencionado antes, parece que , desde el punto de vista de los indíge-
nas, el grado del crimen dependió de la edad y estado civil de la mujer. En los
documentos he encontrado violaciones únicamente de niñas de menos de
diez años y de mujeres casadas. La no existencia de violaciones de solteras es
impresionante. Puede ser nada más que un lapsus en la documentación, pero
tal vez esto también podría significar una actitud distinta frente a la violación
de una soltera, actitud que permitió a la comunidad resolver el problema en
su seno, sin reclamar fuera de ella. Por otro lado, también puede ser que este
crimen no fuera considerado muy grave si se trataba de solteras. En relacio-
nes normales, parece que la vida sexual de una soltera no era considerada
como problema para la comunidad , salvo los casos de adulterio o incesto. No
he encontrado documentos en los que la comunidad se quejara de las relacio-
nes sexuales de una soltera, con las excepciones mencionadas. Unicamente la
Iglesia tomó medidas oficiales contra tales mujeres (y a veces hombres). Esto
no quiere decir que una soltera "liviana", para usar una palabra común en los
documentos, no pudiera tener mala fama o que los maridos no resintieran las
relaciones anteriores que sus mujeres pudieran haber tenido. Hay bastantes
casos en que el marido, al reñir con su mujer, se quejó de su pasado sexual.
A veces la violación de una niña era fatal o puso en peligro la vida de
la víctima. Una niña de nueve años fue violada cuando estaba lejos, "sacando
unas papas". Los testigos dijeron que la chica "casi murio de desangrada". El
caso es interesante también por lo que nos muestra de la sociedad y sus valo-
res. La madre de la niña fue a la casa de una española a pedirle ayuda. La
española, casada con español , pero "no .. . muy inteligente en la lengua cas-
tellana", testificó que la madre dijo que un perro había mordido a su hija.
Cuando llegó a la casa , vio que la sangre le corría a la niña entre las piernas y
que había un charco de sangre en el suelo. La señora abrió las piernas de la
niña y vio que había sido "lastimada y corrupta la virginidad". Cuando le
preguntó a la madre la razón por la que había dicho que había sido un perro
quien hirió a la niña, la madre dijo que "por la vergüenza que tenía por su
honra y la de su hija"(22). Gregorio, el violador, cantor en la iglesia, fue con-
denado a la cárcel y , como en el caso mencionado antes de la mujer que con-

464 Revista Andina, año 3


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Stavig: Violencia

trajo matrimonio dos veces, fue también condenado "en que ... sea sacado
. .. en bestia de albardo y con bos de pregonero que manifieste su delito .. .
y se le den cincuenta azotes".
Numerosas son las peleas que tuvieron por origen los celos o insultos
con connotaciones sexuales. La palabra "puta" fue injuria común contra mu-
jeres y también fue usada en rifias entre hombres para insultar a la mujer del
adversario.
Es importante la presencia de caciques y curas en los problemas
sexuales ocasionados por abusos de poder y por ofensas a la comunidad a tra-
vés de su conducta. De hecho, los dos grupos estuvieron involucrados de tal
manera en la violencia hacia los naturales que cada uno -caciques o curas-
puede ser terna de un artículo entero en Quispicanchis. Canas y Canchis en el
siglo XVIII. por lo que prefiero concluir aquí y dejar para otra oportunidad
el desarrollo de este interesante terna.
En resumen, al examinar la vida cotidiana de los indígenas, vernos
que ésta está articulada con la sociedad mayor. pero las investigaciones de la
sociedad mayor no necesariamente reflejan las actitudes de los indígenas.
Esta articulación involucra sus propias percepciones de la vida y asuntos más
personales e inmediatos. Sus pensamientos y las soluciones de los problemas
tienen corno origen esta experiencia cotidiana. Para entender este mundo en
toda su complejidad es menester integrar las dos realidades: la vida cotidiana
y la estructura de la sociedad colonial.
Al examinar los motines, vernos que tuvieron corno origen conflictos
profundos de la sociedad colonial, corno las relaciones entre funcionarios del
gobierno y la comunidad indígena. Pero estos motines generalmente no re-
chazaban la socied.!d colonial. Fueron resultado de abusos de autoridad, te-
mor a tales abusos o de situaciones especiales, corno la embriaguez colectiva,
y permitieron aflorar expresiones generalmente reprimidas . El detonante de
los motines era un impulso inmediato que resultaba de una larga experiencia
cotidiana. Después del alzamiento , los involucrados en el mismo retornaban
su cauce. La rebelión de Tupa Amaru fue poco común puesto que fue plani-
ficada y ofreció una dinámica -la leyenda del Inca- que permitió a algunos
indígenas, no a la mayoría , superar sus intereses particulares y sus conflictos
para unificarse y desafiar el sistema colonial.
En el siglo XVIII nos encontramos con muchas disputas por tierras
entre comunidades . Estas tensiones tuvieron causas como las ventas de tie-
rras, más demandas y la presión demográfica . Los naturales se quejaban de
manera general del sistema que producía los problemas, pero los conflictos
y tensiones eran consecuencia de acciones inmediatas, como apropiaciones
de tierras . En el siglo XVIII, europeos e indios se apropiaron de tierras perte-
necientes a indios (y a europeos a veces), pero la mayoría de quejas fue de
una comunidad en contra de otra comunidad . Estos conflictos magnificaron
problemas que siempre existieron entre las comunidades , como los que eran
manifestados ritualmente en las carnestolendas. Diferencias raciales y cultu-

No. 2,diciembre 1985 465


Artículos, Notas y D o c u m e n t o s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

rales entre indios e indios y entre indios y otros grupos, como negros , mesti-
zos y europeos, también fueron causas importantes de violencia. Los indios
fueron tanto perpetradores como víctimas del racismo y etnicismo.
A nivel individual , mucha de la violencia en las comunidades se origi-
nó en las relaciones personales, especialmente entre hombres y mujeres. La
mayoría de las causas de asesinatos tuvieron una vinculación con tales rela-
ciones . Numerosas fueron también las violencias y robos que sucedieron du-
rante las fiestas religiosas , muchas veces en relación con el estado de embria-
guez. En resumen , gran parte de la violencia se originó en las propias culturas
y comunidades indígenas.
Existen aún algunos que ven a los indígenas únicamente como vícti-
mas pasivas de la explotación colonial. Usando ejemplos de documentos que
nos acercan más a las vidas de los naturales, he demostrado que si bien a nivel
del "sistema colonial" y también a nivel regional y local los indios muchas
veces fueron víctimas , no siempre fueron pasivos y en muchos casos ni siquie-
ra se puede decir que fueran víctimas. De cualquier manera , la vida es dema-
siado complicada para pensar únicamente en perpetradores y víctimas. Las
personas y las culturas no presentan rostros buenos o malos , negros o blan-
cos. Los indígenas influyeron activamente en sus propios destinos dentro del
sistema colonial y dentro de sus propias culturas. Uso el plural porque única-
mente a nivel muy general y con gran riesgo podemos hablar de una sociedad
o cultura indígena, ya que ellos mismos percibieron las diferencias que los
separaban .
He sugerido algunas maneras para que nuestra comprensión de la rea-
lidad de Quispicanchis, Canas y Canchis pueda modificar y profundizar los
estudios que analizan la sociedad colonial. Espero también que este estudio
haya ayudado a otros a percibir a la gente del valle del río Vilcanota y sus
alrededores no únicamente como indios de una región o modelos para estu-
dios en otras partes, sino como a seres humanos , con todas las alegrías y su-
frimientos que ello conlleva.
· Espero que, además del análisis a nivel del sistema colonial, podamos
comprender un poco mejor la importancia de la etnohistoria y la necesidad
de entender a la gente y sus problemas de una manera más cercana a como se
ha venido haciendo. Estos dos aspectos no pueden ser separados si se quiere
entender la historia del mundo andino . El corregidor Arriaga , perpetrador y
víctima de la violencia en el siglo XVIll , entendió muy bien esta relación al
escribir: "Cuando los incendios no se apagan en los principios , suelen sus lla-
mas consumir lo más distan te".

Ward A. Stavig
Universidad de California, Davis
Davis, 9S616
California, USA

466 Revista Andina, año 3


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Stavig: Violencia

NOTAS

( 1) Véase TA YLOR, William. Drinking, Homicide and Rebellion. Trata de la situación


en Oaxaca, México.
(2) Archivo Departamental del Cuzco (ADC). Corregimientos (Corrg.). Provincias
(Prov.) . Criminales (Crim .). Leg. 80,1773-75. Año 1774. Don Lucas Poma Inga, ca-
cique . .. de Cusipata en Pueblo de Quiquijana contra don Carlos Ochoa.

(3) ADC. Corrg. Prov. Crim. Leg. 79, 1745-73. Año 1768. Don Cristobal Sinanyaca
Cacique de Collana de Coporaque ... se ha ausentado ...

( 4) ADC. Corrg. Prov. Crim. Leg. 81, 1776-84. Año 1780. Criminal contra Francisco
negro livertino doméstico del cura.

(5) ADC. Corrg. Prov. Leg . 61 , 1679-1705. Año 1699. Indios del Ayllo Collatia del
Quiquijana contra Cap. Juan Frans. de Ochoa.
(6) ADC. Intendencia (Intend.) Crim. Leg. 120, 1785-88. Año 1786. El común de
yndios de ayllo quejuar contra Maria Cheque; Simon Benta. Aymituma .. .
(7) Archivo Arzobispal del Cuzco (AAC). LXVII, 2, 26. Miserables-Pobl. Indígena 1787.
Clemente Zapata, alcalde mayor, cacique y gobernador de Layo.
(8) ADC. Corrg. Prov. Leg. 60, 1601-1677. Años 1633 y 1676. Don Diego Arqui, indio
viejo natural de Pichigua .. .
(9) ADC. Corrg. Causas Ordinarias. Leg. 27, 1700-1711. Año 1703. Thomas Condori,
yndio natural del pueblo de San Francisco de Guayqui.
(10) ADC. Corrg. Prov . Crim. Leg. 79, 1745-73. Año 1771. Criminal contra Andrés
Quecaño.
(11) ADC. Corrg. Prov. Crim. Leg. 81, 1776-84. Año 1777. Criminal de Dn. Eugenio
Sinanyuca ... contra Agustín Gonzalez.
(12) ADC. Corrg. Prov. Leg. 63, 1719-1730. Año 1724. Don Juan Ramos,indioprinci-
pal y cacique . .. contra Silvestre Alfonso del Castillo.

No. 2, diciembre 1985 467


Artículos, Notas y Documentos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

(13) ADC. Corrg. Prov. Crim. Leg. 81 , 1776-84. Año 1776. Criminal contra Bernardo
Cachi, Mestizo.

(14) ADC. Intend. Prov . Crim. Leg. 125 , 1800-1824 . Año 1802. Sumario seguido contra
Hipólito Aguilar .
(15) ADC . Intend. Prov. Crim. Leg. 125, 1808-1824. Año 1802. Autos criminales segui-
dos de oficio de la Rl. Justicia (Ayllo Anza) .
(16) ADC. Corrg. Prov. Leg. 62, 1706-1718. Año 1706 . Ocongate . Estancia de Tocto-
pata.
(17) ADC. Intend. Prov . Crim. Leg. 121, 1789-90. Año 1789. Criminal contra Javier
Rafael e Ygnacio Rafael Yndios del pueblo Pitumarca.
(18) ADC. Intend. Prov. Ordin. Leg. 91, 1788-90. Año 1790. Acto criminal que sigue de
oficio de la R. Justicia contra Domingo Utcca . No sabemos con seguridad quién dio
el veneno. El marido y la amante estuvieron en la cárcel por el crimen.
(19) AAC. XLIX, 2, 40. Miserables-Pobl. Indígena . 1671. El protector de naturales, a
nombre de Joana lnquillay mujer y conjunta persona de Domingo López.
(20) AAC. LXXV, 2, 30 y 33. Liturgia. Auto, cabeza de proceso y comisión contra una
india nombrada Teresa Sisa, casada dos veces ... 1698.
(21) ADC. Corrg. Prov . Crim. Leg . 81, 1776-84. Año 1779.Coporaque. Criminal contra
Pasqual Paucara y Faviana Paucara por la muerte violenta que ejecutaron en Pablo
Guana yndio del pueblo de Coporaque.
(22) ADC. Corrg. Prov . Leg. 61, 1679-1705 . Año 1704. Causa criminal contra Gregario
Leon, yndio . ..

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