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NOMBRE:

GUTIERREZ GUERRA SHANAY AMANDA.

DOCENTE:
ING. BORIS LOPEZ.

ASIGNATURA:
GEOGRAFIA UNIVERSAL.

TEMA:

EL CICLO DE VIDA DE UN DESTINO TURISTICO

PERIODO ACADEMICO.
MAYO – SEPTIEMBRE
INTRODUCCION:

El ciclo de vida de los destinos turísticos está íntimamente ligado al desarrollo de


productos, en el sistema turístico todo está interrelacionado, y todos los elementos
deben trabajar al mismo ritmo y en óptimas condiciones para funcionar.

Desde que se inician las actividades turísticas en un espacio geográfico ya está


empezando el ciclo de vida del destino turístico y por tanto de los productos que se
encuentran dentro de este.

Las etapas de desarrollo más comunes y que se pueden aplicar a cualquier lugar sea
rural, natural, arqueológico, cultural, etc. son: 1. Exploración o desarrollo (llamado
también etapa de inicio o introducción); 2. Crecimiento; 3. Madurez (para otros de
consolidación) y 4. Declive (o llamado también de estancamiento, deterioro).

DESARRROLLO:

Exploración o desarrollo:

Se caracteriza por la llegada de pocos turistas al lugar, donde existen muy pocos
servicios, el lugar es casi inaccesible, se comienza a invertir en infraestructura. Es el
momento en que irrumpen los turistas a un sitio casi virgen ya sea por una carretera, un
nuevo descubrimiento, etc.

Crecimiento:

Es difícil definir la frontera entre esta etapa y la anterior, en esta etapa llegan más
turistas, aquí aparecen nuevos competidores, negocios, más servicios, mejora el acceso,
el atractivo principal se habilita para el turista.

Madurez: Es cuando los productos y servicios son suficientes para atender la demanda,
ha habido una progresión en el aumento de visitantes, todo el sistema turístico va al
ritmo de la demanda, el atractivo principal está posicionado en la mente del cliente. Es
cuando difícilmente se puede crecer más en número de turistas, cuando comienzan las
tensiones en la economía turística, un solo mercado para muchas empresas (Caso
Cusco, donde un pequeño espacio concentrado en tres provincias donde está la oferta
turística se la están repartiendo demasiadas empresas, ocupación intensiva del territorio.

El sector turístico de un país está ligado, como es normal, a las leyes del desarrollo:
nace, crece y se extiende, pero: ¿Puede llegar a extinguirse? ¿Cuánto tiempo dura cada
fase del desarrollo? ¿Cómo se las reconoce? Todas estas preguntas motivaron en los
años 80 a Richard Butler para componer la teoría del ciclo de vida de un destino
turístico, en adelante, CVDT. La herramienta teórica que pergeñó sirve para que toda la
industria de servicios turísticos pueda reconocer y anticipar, un poco, los ciclos por los
que atraviesa el sector.
La teoría se ha ido afinando con el paso de las décadas y esta semana encontramos una
actualización del año 2013 muy interesante realizada por tres investigadores
universitarios: Blanca García Henche, de la Universidad de Alcalá; Eva Reinares Lara,
de la Universidad Rey Juan Carlos y Guillermo Armelini de la Universidad de los
Andes.
Los investigadores actualizaron el modelo de CVDT propuesto por Butler y lo
aproximaron a la situación de un destino consolidado, España, y uno emergente, Chile.
¿Cómo opera el modelo de Teoría de Ciclo de Vida de un Destino Turístico?
El modelo analiza toma varios factores que influyen en el ciclo vital de un destino: las
infraestructuras de un país; la disposición de una población para recibir turistas; la
implicación de los agentes locales y externos en el desarrollo de un sector turístico y la
accesibilidad disponible para un destino y la competencia que tiene.
Según los datos que obtiene, establece las fases del ciclo vital del destino. Cada
episodio presenta unas características propias. Así, se cuentan seis estadios:
1) Exploración
2) Implicación
3) Desarrollo
4) Consolidación
5) Estancamiento
6) Declive
La fase de exploración, como se pueden imaginar, se refiere a la primera fase de vida de
un destino: aún es poco conocido, solo unos cuantos de turistas se acercan a él y lo
hacen porque huyen de los destinos masificados. Durante esta fase, el entorno natural
todavía está sin explotar, así que los accesos a los atractivos turísticos son difíciles.
Tampoco encontramos ni restaurantes sofisticados, ni calles de ocio, ni campings. Por
supuesto, ni hablar de paseos, aeropuertos cercanos o carreteras hasta la playa.
Playa de poniente en Benidorm en 1950, según el folleto del hotel Tanit
La fase de implicación comienza cuando el flujo de turistas comienza a elevarse, no
mucho, pero se vuelve regular. La zona se ha equipado con instalaciones turísticas y
comienza a desarrollarse el mercado para los turistas: encontramos restaurantes con
menús “típicos”, pequeños bares cerca de las zonas donde paran los visitantes e
instalaciones para que prologuen sus estadías: hostales, pequeños hoteles y campings.
La estacionalización obliga a la administración a ofrecer mejoras en las infraestructuras
así que comienza degradarse el entorno natural.
Durante la fase de desarrollo el destino ya cuenta con una llegada de turistas en gran
número y durante más tiempo. Ahora el sector turístico se profesionaliza la gestión la
llevan grupos que no tienen por qué ser locales. Ya tenemos hoteles de mayor tamaño,
más competencia en restaurantes; se amplían las infraestructuras para el turismo:
muelles deportivos, paseos por zonas de atractivo, etc. Eso sí, comienza uno de los
fenómenos que serán causa de declive: la singularidad del destino comienza a
desvanecerse al ampliar la oferta y la masificación ya es un hecho.
Al llegar la fase de consolidación, se atisba el cénit de la vida del destino turístico. La
llegada de turistas aumenta, pero ya no lo hace de forma exponencial. El destino ya es
un clásico en los paquetes organizados por las operadoras del sector y el sector genera
altos niveles de venta que permiten una economía a escala. Eso sí, a los turistas pioneros
de los primeros tiempos hace años que no se les ve el pelo por la zona. Seguramente
estén abriendo mercado en otro lugar.
Fase de estancamiento. Poco que añadir. El número de turistas no crece y comienza a
atisbarse la pérdida de atractivo de un destino, el principio del fin de su modelo de
comercialización. La capacidad de acogida está al límite y las comprase se hacen por
repetición.
Fase de declive. Ahora toca reinventarse o cerrar. La pérdida de visitantes es un hecho
así que hay que recurrir a la bajada de precios para atraer clientes y mantener la cuota de
mercado. Renovarse o morir se convierte en el nuevo lema favorito y los esfuerzos se
concentran en encontrar un “nuevo” para todo: usos, canales de distribución, clientes,
productos y ofertas turísticas. Todo lo que haga falta para reposicionar el destino y darle
una nueva vida.
La misma playa de Poniente, hoy en día
Y el ciclo de la vida continúa.
Por supuesto, los investigadores reconocen que esta plantilla es un modelo teórico y que
la realidad escapa a los moldes demasiado rígidos. La demografía y el comportamiento
del mercado es lo que permite aproximar este modelo de CVDT a la realidad.
Los investigadores concluyeron que la vida de España como destino turístico se
encontraba en la fase de estancamiento, así como el producto turístico de “sol y playa”.
Esta oferta ganadora llevaba tiran del sector turístico desde los años 70 del siglo pasado,
pero a mediados de los años noventa comenzó a dar las primeras, y leves, muestras de
agotamiento.

Gráfica de la llegada de turistas internacionales incluida en el estudio


Todo empieza con un casi nada.
Las verdaderas señales de que debía potenciar otros productos turísticos, además de la
joya de la corona, vinieron con la crisis de 2008. La desaceleración comenzó en 2006
pero los turistas aún visitaban España con los precios de “antes de la crisis”. Entre 2008
y 2010 se recibieron 5 millones menos de visitantes
¿Por qué?
La competencia del mercado se multiplicó: cada vez más destinos prometían las mismas
aguas azules y tibias, la misma arena fina, pero a precios mucho menores y con el plus
del “exotismo” de un destino turístico en sus primeros años de desarrollo. Túnez,
Croacia o Turquía comenzaron a llevarse a alemanes, británicos y europeos del norte en
general.
A partir de aquí, el signo de la madurez como destino turístico había llegado a España.
Se hizo necesario emprenden acciones comerciales para mantener el atractivo turístico
de España: comenzaron a recibir más atención de las administraciones aquellos lugares
más lejos del perfil del Mediterráneo.
El estudio recomienda atender a estos datos de llegada de turistas y capacidad de
acogida del destino como un factor fundamental de diagnóstico de fase de vida del
destino. Al saber en qué estadio estamos, podremos saber cómo emprender una
estrategia de reposicionamiento.
También aplican la receta para la renovación: humanización del servicio; la
conservación del entorno y los espacios naturales; renovación y modernización de la
oferta de ocio y diversificar la oferta hacia un mercado segmentado

Ferrán Adrià y la gastronomía son un activo en la renovación de la oferta turística


El ejemplo que toma el estudio para ilustrar este reposicionamiento del destino turístico
es la campaña I need Spain, emprendida en 2010 y que reivindicaba la diversidad de la
oferta turística: instalaciones modernas en todo el estado, accesibilidad, lugares íntimos
y aún por descubrir; la reivindicación del potencial gastronómico español se hizo más
fuerte e incluso se apeló al carácter abierto de los españoles.
¿A quiénes se dirigían? A potenciales turistas de países de los que menos se reciben
visitantes: China, Estados Unidos o Sudamérica. También se dirigían a un sector de
población amplio, así que no se pierde esperar un turismo de grandes gastos a los que
aplicar precios altos.
El hecho de resaltar tus diferentes valores por encima del producto que te labró un
puesto en el pódium del turismo puede ser una señal de que se entra en la fase de
estancamiento, pero, a tenor de las cifras, parece que aplicar el diagnóstico puede
ayudar a revertir la situación.

CONCLUSION:

Es cuando difícilmente se puede crecer más en número de turistas, cuando comienzan


las tensiones en la economía turística, un solo mercado para muchas empresas, donde un
pequeño espacio concentrado en tres provincias donde está la oferta turística se la están
repartiendo demasiadas empresas, ocupación intensiva del territorio.
Esto provoca que el ciclo sea más corto en el destino turístico.

OBJETIVOS.
Objetivo general.
 Medir el nivel de importancia del ciclo de vida de un destino turístico.
Objetivos específicos.
 Dar a conocer a las demás personas esta información.
 Indagar todo lo referente al ciclo de vida de un destino.
 Innovar los debidos conocimientos.
RECOMENDACIÓN:
Tratar de difundir todo el conocimiento adecuado para así disminuir la falta de
información de un cicló de vida de un destino ya que estos son muy importantes para
todos sean turistas o no lo sean ya que la mayoría son recursos naturales.

Bibliografía
https://www.entornoturistico.com/la-teoria-del-ciclo-vida-los-destinos-turisticos-richard-
butler/

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