Condiciones agroecológicas para el cultivo del plátano Altitud: Es una condición que
determina el periodo vegetativo del plátano de acuerdo con la variedad, adaptándose en
un amplio rango que va desde los cero metros hasta los 2000 msnm (Universidad de
Córdoba, 2011).
Humedad relativa: La humedad relativa del ambiente debe ser adecuada (75-80 %), dado
que condiciones de alta humedad podrían favorecer la presencia de enfermedades
causadas por hongos (Corpoica, 2006).
Luminosidad: Se debe contar con buena cantidad de luz día, para que las plantas se
desarrollen adecuadamente (hojas, racimos, yemas o brotes laterales). En el caso
contrario, la baja disponibilidad de luz retrasa la producción y afecta la calidad del fruto
(Universidad de Córdoba, 2011).
Suelo: El plátano requiere de suelos con topografía ondulada a plana, profunda, bien
drenada, fértil y con buena cantidad de materia orgánica, de texturas medias y sueltas
(franco arenoso a franco-arcillo-arenosos). En la tabla 1 se presentan los rangos óptimos
para el desarrollo del cultivo de plátano de acuerdo con la variedad.
Obtención de la semilla
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Ministerio de agricultura, DANE. Boletín mensual INSUMOS Y FACTORES ASOCIADOS A LA PRODUCCIÓN
AGROPECUARIA. Abril 2014 • Núm. 22
El plátano se propaga por medio de material vegetativo conocido como colinos, cormos,
cepas o hijos. Por esto se hace necesario obtener la semilla de plantaciones sanas para
evitar la propagación de enfermedades o plagas como bacteriosis, moco, picudo negro,
gusano tornillo, entre otras. Por otra parte, las plantas seleccionadas para obtener la
semilla deben ser vigorosas y con racimos grandes. La semilla se obtiene por extracción
de colinos, inducción de brotes o mediante la compra directa de cormos o colinos en
fincas certificadas por el ICA de acuerdo con la resolución 3180 (ICA, 2012).
a. En la selección del terreno para el establecimiento del cultivo el lote debe estar ubicado
cerca de una fuente de agua, contar con posibilidad de mecanización de algunas labores
y contar con vía de acceso. Una vez seleccionado el terreno, se adelanta la limpieza
cortando y repicando las malezas, dejándolas sobre el suelo para facilitar su
descomposición; se ubican las partes húmedas, en donde se construyen drenajes para
evacuar el agua sobrante y bajar el nivel freático. Se recomiendan labores de arado solo
cuando el uso del suelo está en potrero (Agronet, 2014).
b. La siembra del plátano se debe adelantar al inicio del periodo de lluvias, ubicando el
cormo o colino en el centro del hoyo en posición vertical y cinco centímetros por debajo de
la superficie del suelo. En el caso de plántulas obtenidas por inducción de brotes se
deben retirar previamente la bolsa de polietileno, agregar la mezcla de suelo con la
materia orgánica y apisonar para eliminar bolsas de aire que puedan acumular agua y
causar pudrición de la semilla o de las raíces. Finalmente, se debe repicar alrededor del
hoyo para soltar el suelo y permitir la penetración de las raíces, cubriendo la superficie
con residuos de malezas. Es importante adelantar la resiembra en el menor tiempo
posible con el fin de reemplazar los cormos o plántulas muertas y así lograr un desarrollo
homogéneo de la plantación; de igual manera, es recomendable, para aprovechar el
espacio en las calles durante las primeras etapas del cultivo, el establecimiento de
cultivos transitorios como: ahuyama, fríjol, maíz, habichuela, yuca, entre otros (Corpoica,
2006).
En el caso del plátano el momento crítico por competencia se presenta desde la siembra
hasta los seis meses de edad; aun así el control de malezas se debe hacer
permanentemente durante la vida del cultivo, para evitar pérdidas en la producción que
solo se detectan al momento de la cosecha (Corpoica, 2006).
2) control manual con machete, guadaña o a mano especialmente en el área del plato de
la planta, para evitar herir las raíces superficiales; en igual sentido, este método es el más
recomendado durante la etapa de crecimiento, ya que no se causan daños a las plantas;
Por otra parte, experiencias de fertilización del plátano en diferentes suelos indican que el
cultivo demanda suministro importante de nitrógeno, potasio, boro y azufre, el cual varía
de un suelo a otro. Un mes antes de la fertilización se recomienda en suelos ácidos
suministrar 200 gramos de cal dolomita y dos kilogramos de materia orgánica, repartidos
en dos aplicaciones al año antes del inicio de las lluvias (Corpoica, 2006).
Por su parte, para el suministro de los nutrientes requeridos por el cultivo, existen en el
mercado diversos fertilizantes como: cloruro de potasio 0-0-60, 15-15-15, fosforita, 15-4-
23-4, entre otros.
c. Deshije. Este se considera una labor de gran importancia en la vida útil del cultivo que
repercute en la producción sostenida y en la calidad de la fruta. Mediante el deshije se
eliminan los colinos más débiles que le compiten a la planta por nutrientes, espacio, agua
y luz; se dejan los más vigorosos y distantes de la base de la planta, llamados puyones de
espada o agujas, como reemplazo de la planta madre, buscando siempre mantener la
secuencia madrehijo-nieto. El primer deshije se realiza entre el sexto y séptimo mes de
establecida la plantación, repitiendo esta actividad cada 7 u 8 semanas; se recomienda el
uso del barretón o barreno tipo sacabocado para eliminar el ápice vegetativo1 del colino,
sin herir o cortar la cepa de la planta (Agronet, 2014).
d. Deshoje. Existen dos tipos de deshoje: el sanitario, que busca eliminar hojas enfermas
por sigatoka, dobladas o que han cumplido el ciclo de vida (hojas bajeras, amarillas o
secas); y el de protección de racimos, consistente en eliminar hojas o parte de ellas que
puedan causar daño al racimo (Agronet, 2014).
El corte de las hojas se debe realizar de abajo hacia arriba, teniendo precaución de dejar
una pequeña porción del falso peciolo o vena de la hoja para evitar la entrada de
enfermedades por el pseudotallo o vástago; al pasar de una planta a otra es muy
importante desinfectar las herramientas con hipoclorito de sodio al 2 o 3 % 2,
especialmente cuando se tenga la presencia de la enfermedad del Moko (Corpoica,
2014). El deshoje se puede adelantar cada una o dos semanas, dependiendo de si hay o
no presencia de lluvias y vientos fuertes, y del grado de incidencia de enfermedades,
teniendo en cuenta que la planta debe mantener mínimo nueve hojas funcionales (hojas
en buen estado), para producir un racimo de excelentes condiciones. Esta labor permite:
a) entrada suficiente de luz solar a la base de la planta, favoreciendo el desarrollo de los
colinos de reemplazo y acortando los tiempos de los ciclos productivos, b) mejor aireación
de la plantación, con lo cual se reduce la humedad y se evita la afectación por
enfermedades y plagas, y c) acelerar la descomposición de la materia orgánica,
contribuyendo a mantener la fertilidad del suelo (Universidad de Córdoba, 2011).