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Amado Jesús, hemos venido con gran alegría a adorarte, a alabarte, a declararte una vez más, que

eres nuestro Dios. Sabemos que estás VIVO y que estás aquí, expuesto en esa bellísima Custodia.

¡Oh! Dios Eucaristía, te bendecimos, por ser nuestro Redentor. Amamos Tu Sagrado Corazón,
porque ahí guardas el amor más infinito hacia nosotros… Gloria a Ti Señor, que siendo el Creador,
el Rey de cielo y tierra, estás aquí presente, vivo, delante de nosotros. Señor, Tu inundas todo con
Tú Gloria; por eso estamos seguros, que en este lugar está Tu bendita Madre, porque ella es la
primera adoradora que Tu tienes, rodeada de ángeles, arcángeles, serafines y de todos los Santos
del cielo.

Revélanos Tu amor y por medio de ese amor, transforma y cambia nuestra vida. Jesús…… Salvador
del mundo, te abrimos nuestro corazón para que lo visites y puedas cambiar nuestro corazón de
piedra por un corazón de carne.

Oh! Padre… te presentamos todo lo que está herido, lo que está deformado dentro de nosotros y
nos abrimos a Tu amor para ser sanados espiritualmente y físicamente nosotros y nuestros hijos.
Creemos que esto es posible… porque Tu eres Todopoderoso,… Señor y Dios nuestro.

Jesús que en tu amor profundo por cada uno de nosotros, quisiste que
tuviéramos al Espíritu Santo para que nos acompañara, condujera, liberara
y muchas cosas más, te pedimos que soples sobre nosotros para que
dejemos actuar en nuestras vidas, al Espíritu de verdad. Amén.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23 De pie
Al anochecer del día de la Resurrección, estando cerradas las puertas de
la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se
presento Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz este con ustedes”
Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De
nuevo les dijo Jesús: “La paz este con ustedes. Como el Padre me ha
enviado, así también los envío Yo”.
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el
Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán
perdonados y a los que se no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Ahora adorado Dios, te vamos a presentar nuestras suplicas en la Batalla Espiritual. Santísimo
Sacramento…, amado Jesús Eucaristía, aquí estamos ante Ti en alabanza, adoración, reparación y
petición.... Señor, cada día que amanece queremos abrir nuestros ojos y ver tu grandeza, Tu Gloria
y TU VICTORIA sobre toda maldad. Padre Celestial, en este momento queremos hacer lo que nos
dice Tú Palabra en Efesios 6: 11: “Pónganse la armadura de Dios, para poder resistir las maniobras
del diablo”.

Sabes Padre que nuestra lucha es por defender a nuestros hijos, tus jóvenes Señor…, de los
ataques, de las influencias y fuerzas oscuras del enemigo. Por eso Señor, nos ponemos tu
armadura de gracias infinitas, para declarar en este momento en nombre nuestro y en nombre de
nuestros hijos, que aceptamos la salvación que viene de Dios. Que creemos en Tú palabra y Tú
acción y que a través del Espíritu Santo nosotros y nuestros hijos…, estamos libres de toda atadura
del maligno.

Todos: “Si Señor, lo aceptamos”

Padre amado, enséñanos por Tu Gran Misericordia cualquier área de nuestra vida y en la vida de
nuestros hijos en la que Satanás mantiene su influencia. Nos colocamos ahora a los pies de la Cruz
de Jesucristo, nos cubrimos con Su sangre preciosa y con el “escudo de la fe”, te entregamos todas
esas áreas atadas y las ponemos ante la grandeza de Jesucristo, nuestro Salvador.

Todos: “Si Señor, las reclamamos y las ponemos a Tus pies”

Rechazamos toda influencia enemiga en nuestros hogares y nuestros hijos y los declaramos libres
de ataduras en el nombre poderoso de Jesús.

PERDON

Dios nuestro y Señor nuestro…. Te pedimos que abras nuestro corazón para poder sentir Tu amor
y el amor de la Virgen María, y que siempre llevemos en nosotros el deseo de Ti y del cielo
cooperando así en la tarea de la salvación.

Danos la gracia de tomar conciencia en cada uno de nosotros, de que las cosas no pueden seguir
igual cuando todo ha cambiado, esta nueva realidad que se está viviendo, exige cambios. No
queremos que se pierdan nuestros hijos, no queremos quedarnos cruzados de brazos mientras
vemos a nuestros hijos, continúa su marcha, pero…. sin Ti, amado Dios.

Señor…, ellos saben que Tú existes como una verdad histórica, pero, consideran Tus
mandamientos irrelevantes, sin importancia. Eso nos duele, nos duele mucho por ellos, por
nosotros y por Ti. Se han acostumbrado a ver lo malo como bueno, y creen que lo que ellos hacen
no es malo, que nosotros decimos que es malo, porque estamos anticuados.

Otros piensan que nada es realmente malo, sino que todo está sujeto a la situación y los tiempos y
quieren vivir “a su manera”, y otros Señor; reclaman todo como un derecho, pero no creen tener
deberes.

Te pedimos perdón…nosotros los padres, madres, hijos que estamos hoy aquí.... unos, por no
haber sido capaces de trasmitir una fuerte fe a nuestros hijos, y por no haberles hecho sentir el
amor de Dios.

Otros porque no supimos infundir en ellos los valores cristianos de la fe, otros porque a pesar del
ejemplo, y los esfuerzos de nuestros padres nos hemos alejado del Señor.

ORACION DE UNA MADRE

Amado Jesús, Dios y Señor nuestro, ahora te hablo en nombre de todas las madres del mundo,
unidas a Tú Madre, a esa mujer-Virgen, limpia de todo pecado para ser la madre de Dios, y que
dijo SI, cuando por obra del Espíritu Santo quedo esperando al Salvador del mundo, sin importarle
por los sufrimientos que tuviera que pasar

Jesús, te presentamos todas las dificultades que estamos teniendo los padres y madres de familia
para comunicarnos con nuestros hijos, y convertirnos en sus amigos. Nuestros hogares se han
convertido en centros de angustia y discordia por la falta de comprensión entre los miembros de la
familia. ¡Oh! Señor únenos en Tu amor.

Te ofrecemos el dolor que estamos sintiendo al ver a nuestros hijos acosados por peligro de la
droga, el licor, la violencia, el sexo libre y por todo tipo de peligros que los asechan y lo más
doloroso de todo, es verlos tan alejados de Ti, mi Señor.

No queremos seguir llorando cruzados de brazos, queremos luchar por nuestros hijos. Sabemos
que ellos son tesoros que Tú, amado Dios nos diste para que cuidáramos de ellos y para que los
enseñáramos a amarte y servirte a Ti sobre todas las cosas.

Enséñanos para poder ayudarles a defenderse de los peligros a que están expuestos en la sociedad
actual. Queremos cuidar de nuestros hijos, como lo hizo la Santísima Virgen María en el silencio de
la oración. Sabemos que la oración es un medio muy poderoso para salvarlos, y que la oración de
las madres no puede ser desatendida por Ti.

Señor, con toda humildad te pedimos que renueves las gracias bautismales de nuestros hijos, para
que la luz del Espíritu Santo los ilumine y los guíe en el camino hacia Ti. Permítenos Señor,
presentarte en el silencio de nuestro corazón a nuestros hijos, por su nombre…

INVOCACION AL ESPIRITU SANTO

Amado Jesús, en Tu nombre pedimos al Espíritu Santo que derrame sobre nosotros en este
momento:

El don del amor, para poder amar a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a nosotros
mismos.

El don de la sabiduría, para que siempre estemos dispuestos a actuar bajo la luz divina. El don del
discernimiento, para saber escoger el camino de la verdad que nos lleve a ganar el tesoro del
Reino de los Cielos.

El don de consejo, para que podamos por medio del conocimiento y palabras de amor, ser capaces
de orientar a nuestros hijos y a todos los que pidan nuestro consejo, de manera que cada palabra
nuestra sea luz para otros.

El don de la fortaleza, para que podamos soportar todas las pruebas y hagamos siempre la Divina
Voluntad del Padre, especialmente en los momentos difíciles con nuestros hijos.

El don de gozo, para que podamos estar siempre con alegría y serenidad a pesar de los problemas
que puedan existir.

El espíritu de sanación, para que cure en nosotros todas las heridas y haga crecer el amor entre los
miembros de la familia, parroquias y comunidades.

El don de la aceptación, a los sufrimientos como una prueba de amor por Dios, dándole al
sufrimiento un sentido nuevo que produce gozo y libertad.

Don de entrega y abandono a Tú Divina Voluntad.

ORACION DE REPARACION
Ahora Señor, queremos reparar a Tu Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de Tú Madre la
Bienaventurada Virgen María, reparamos entregándote nuestro corazón y te ofrecemos todos
nuestros sufrimientos diarios por los pecados de nuestros hijos, por nuestros pecados y por los
pecados del mundo entero.

Reparamos por nuestra falta de amor hacia y Ti y hacia nuestros hermanos. Reparamos los
pecados sociales y todos los horrores que nos hacemos unos a otros.

Reparamos todas las faltas de amor y fidelidad a nuestra Iglesia, por el irrespeto al comentar o
juzgar a los sacerdotes, sembrando esa indisposición en nuestros hijos y en nuestras amistades.

Reparamos por la falta de amor, fidelidad y respeto a nuestro cónyuge y por el mal ejemplo que
hemos dado a nuestros hijos con nuestras actuaciones.

Reparamos el crimen del aborto, por ese doloroso acto de interrumpir el nacimiento del niño en el
vientre de su madre.

Reparamos por la discriminación y el racismo que se lleva a cabo sin tomar en cuenta que todos
somos hijos tuyos y que nos quieres a todos por igual.

Reparamos por la comida que nos sobra en el hogar, mientras que millones de niños y ancianos no
tienen que comer. Reparamos por nuestros pecados de omisión, lo que debemos hacer por Ti y
por los demás… mi Señor.

Reparamos por los abusos que se le hacen a los niños y a los ancianos. En fin mi Señor, queremos
reparar todos los pecados cometidos contra Ti. Ofreciéndote nuestra vida diaria, con los buenos y
malos momentos.

Reparamos porque muchas veces hemos estado ciegos y no hemos visto los regalos en nuestra
vida, y en la vida de los demás perdiendo la alegría de vivir. Que renazca ahora por el poder del
Espíritu Santo a fin de que podamos mostrar la alegría y la paz de ser hijos de Dios. Te ofrecemos
mantenernos en alabanza perenne, en oración y aceptación, Para que Dios tenga misericordia de
nosotros, de nuestros hijos y del mundo entero.

GOZO Y ORACION

Amado Jesús Eucaristía, gracias por que estamos seguros que has escuchado con mucho amor las
alabanzas y ruegos en este tiempo contigo, Tu Señor nos escogiste en tu bondad, para permitirnos
traer Tus hijos al mundo.

Danos la gracia de llegar a entender este tiempo de oración que hemos podido hacer hoy, como
un tiempo de gracia y que podamos aprovecharlo para nuestra conversión, para la salvación de
nuestros hijos y los hijos del mundo entero.

Oh! Padre, libera nuestra vida para que Tu puedas tener el primer lugar en nuestro corazón y que
Tu amor llene nuestra vida. Confiamos que nos des el espíritu de AMOR, perdón, reconciliación y
comprensión para las familias, para nuestros hijos, para las parroquias, las comunidades y los
bautizado también para los que se han cansado, los que se han desesperado, y los que han
renunciado al deseo de la salvación. Sana cualquier miedo y cualquier herida en las familias y en
las comunidades. Por los que se sienten incapaces de seguir luchando, por los que tienen el
corazón vacío.

Que renazcan ahora por el poder del Espíritu Santo, a fin de que reconstruyan su vida según Tu
voluntad. Haz que lleguemos a comprender que teniéndote a Ti tenemos todo lo que nuestro
corazón necesita.

Con la Santísima Virgen María, te pedimos por nuestra Iglesia encabezada por el Papa, los Obispos,
Sacerdotes, Diáconos, Religiosos y Laicos comprometidos, para que cada día haya más servidores
en la Viña del Señor.

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