ffin ffiwffiwffiffiffi ffiwK

SetbmbÍe 19Í)2
XISMO anol-ne4

. Jorge Altamira. La crisis mundial.

. Osvaldo Coggiola ,1492-1992: El capitalismo Íesteja su senilidad (2e parte) .
. Rui Costa Pimenta. Expulsiones en el PT: ;Adonde va la izquierda? .
. Julio N. Magri . Apuntes a la historia del trotskismo argentino
(3e parte). Otra experiencia neÍasta del morenismo: el PST (1971-76) ,
. Aldo Ramírez. ElXllle Congreso del Secretariado UniÍicado de la Cuarta lnternacional .
. Hernán Díaz. Arte y subjetividad .
. Crítica de Libros: "La caldera de las brujas" . "CUT por dentro y por fuera" .
"Historia del Partido Socialista de Chile"
#ffi ffimtrmgkffiffi ffiffiã
itír.,aRr(Islttlo

Consejo editorial
Jorge Altamira (Argentina)
Osvãtdo Coggiola (Brasil)
Rui Costa Pimenta (Brasil)
RaÍael Fernández (UruguaY)
Julio N. Magri (Argentina)
Luis Oviedo (Argentina)
Pablo Rieznik (Argentina)

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Cheques Y giros a la orden

de Pablo Rieznik
Avacucho 444
tiOzO) Capital Federal
República Argentina

CorresPondencia a:
Avacucho 444
tíozo) Capital Federal
República Argentina

*;*Èiá;s.çà*;..,. .
1r..,*Éi,ri!**;r;.
 en defensaüel
ffiIIO
SetbmbÍ! 19gl AíloÍ-nc4 $s

NVI'ICE

La sids m,'rüal pag. 5

Jorye Afrnee

\m-lY_- El c4faËrm
Osnllo OgCO
tesileia se senitidad (2q paÍte) pag.27

Expulimes en cl PT: èFür* va la izquierda? pag.38

Rrl6ctl Pllsür
ApÍfes a h lËbta del tots*isrro argenüno (3e parte) pag.50
Otre ea+e neíasta rbt rorentsrp: el eSf 1tSZilìSZOi
ütoil.Iryl
El )OlF Corryeso d Ssetariaó UniÍicado pag.59
de h qlata htercitnd
Aklo RalÍe
Arte ystieüuËilD pag.61
lbrult DE
CrÍtba (F tDÍ6
'La caldera de hs bnrias' pag.66
Luclam Avta

'CUT pordenüo y porftrera. pag.68

Antonlo Cdbs Sürn

'Histoda del PaÍtiô Sod*ta de Chile" pâs.72

Marcelo Peraia
Setiembre de 1992 . afro 1 . Ì.le 4 endeÍensadsl tWarxismoo
tr
Informe Internacional
al ff Congreso del Partido Obrero

La crisis mundial
prJoqelüamitìa

Uétodo político
Cuando gndádoa lc Ffur. do la eituación internacional, normalmente, se ha-
ce ala co5l@r pdEcr dcl momento internacional, que se desenvuelve en
rcfer.ncia
un cuadro hi*&ico &rint llc un modo general, se busca apreciar cómo ha evolu-
cionado la luàa rL dE, lr zirir mórmica y política de los distintos regímenes polÍti-
cos dsntrìo d! cr cnròc ffiico drterminado.
Ls dtuatie iüadorl prcntq indudablemente tiene un deterrninado cuadro
histárico, as 3 drrrtlh a cl vado y hay, Por lo tanto, un coqiunto de modificaciones;
poro rrr cerdrrÍiúr finept m ce la co5runhrra sino la ruptura del orden mundial, del
guedro hfut&io po-Ame Pra el ooiunto de las fuerzas que intervienen en la poU-
tica mrmdieil, h pinCpd FtotrFción ee la apreciación del "prído pohtico", debido al
giro qu. hrn bdrtc rrúcinicdc internacionales como consecuencia de una serie
de bcchcr ò inpcUËr cqitr} d drrnmbe de la burocracia stalinista, la crisis econó-
nica nr. a;. t crdtürn, y la llmada 'wúfut de Alemania, algo que para el 99 %
do lehunniiHrd ooetmento inesperado. Hoy son muchos los que dicen que
C'qüü6lllitú fu sirmntc afectado poronwt)o
estos acontecimientos; Eon muchoe
trmlÍae lc çr d[rn ço hry quc rútrctuÌar rtrr ord.en internacional'. Induila-
tilencntc, cnnò r Lt o telc tÍrminc no estamos, aÌ menos en lo fundamental,
frsntc a un prrúlan t coyume ni frente a una alteración de las relacioneg de fuer-
zas cnlrr lr. ds a m oòo hiúórico determinado, sino ante la ruptura de ese cua-
dro; frmtc a una rrirb ndirL Xl método del informe internacional, en consecuencia,
dcbe vuiar cm rdrih e lo çr habihralmente se entendía que eran las discusiones so-
bns cl ctdtb dc la dEi& inlrrnacional.
A difccncia dd Olinimo, dc nue;has corientes nacionalistas e inclugo del libera-
lismo buguóc, C mtrirno pütq como método, de la economía y de la política mundia-
les; no egtablccc bcrrrs atr la didintos países que integran la economía mundial,
sean cualc firau or ôdiúa cdadios de desanollo y sus distintas caracteísticaa so-
ncannpo soeialista'y el
cialeg. Pare lc nrriÉg no hen existido cogas tales como el
'nmpapiúò'@ & atidades absolutamente separadas, cuando desde el punto
do vista histei.o, cl nun& r cmÉihryó hace ya mucho tiempo como una unidad, e in-
cluso cuaÍrdo d arginicm d; Egbdc qne tuvieron por base la expropiación del capital
s€ debió a la madrncz alcanrada pcr osa unidad. Aunque no se aprecien los vÍnculos y
laa presiones dc la cmda mundial eobre el coqjunto de las partes componentes, agué-
lla hace un trqbqlr lento pcro implacúle gue en un determinado momento alcanza pm-
porciones gigentscas. Edo ángulo metodológco ya nos está diciendo que la crisis en Eu-
ropa del Este y ef d*rumbe de la burocracia soviótica y de sus estmcturas políticae tota-
litarias, indepeadientmente dò su8 características parüiculares, son una expresión de
una crisis de dt*ncs mmdial.
Ya.a partir de ciertc fenómenc y movimientos de luchas en Europa, de movimien-
tos de lucha en,Srasil, del análisis de la crisis en la URSS y en China, de la srisis econó.
mica en los EE..IIU., el PO enpezó a hacsr la caracterizasión del desarrollo de una crieie
mundial (1). Hrii, a la hora ds tener que explicar la crisis de la Unión Soviética y cuando
se pretende salir de rrna erplicación puramente nacional de esa crisis, hay gento que
afirma que eei,âúc antc una crisig mundial. Peqo es importante seíalar que nuestro
(1) Pnenea Obrerai,lP"f86, .WtÀingfon, Bneilie, Frrir: virqiteú 18 Flítics mundial',3/1286
 Gl en defensa dsl Margflffi@
ll
Partido formuló esa apreciación de conjunto mucho
antes de que comenzara a desbarrancarsê la política
de Gorbachov y a fundirse la bçocracia de Europa
Oriental. Muehos tratan de encoríürar en la caracteri-
zación de crisis mundial, una justificaciórç posterior a
los acontecimientos; para nosotros, en cambio, fue una
guía que nos ayudó a interpretarlos'
La crisis mundial
La crisis mundial es una categoría historica preci'
sa que se refiere al momento en que la descomposición
ãel'con;unto del capitalismo (sistema mundial) ad'
quiere ÌL forma de crisis poUticas y revoÌuciones' y que
i.rt"g"" a los Estadoe obreros br:rocratizados, ya ün-
.ulaão" a la circulación económica mundiaì, y a Ìa bu'
rocracia como un agent€ de Ìa brnguesÍa mundial en el
seno de los Estados obreros. El desarollo de la crisis
mundial es el desarrollo de la ctisis conjunta del impe-
y la burocracia. El PO actuó a principios de la
"i.ti"-o
'?0 en el CORCI --+ importa sefralarlo pa-
década del
ra establecer los elementos de conti'núdad de nuestras
caracterizaciones- que planteaba la existencia de
una crisis conjunta del imperialismo y de la burocra-
cia.
La burocrasia stalinista eq desde eÌ punto de üsta
internacional, una agencia de la burguesía mundial en
el seno del Estado obrero- Incluso su p'retensión de ex-
plotar las conquistas de la revdución en zu propio be-
neficio, debe sãr ünculada al cmjunto de la economía
y de la política mundiales- Por referencia al conjunto
ã" l" súedad mundial, la bunoclacia es un sujeto de
la contrarrevolución, no de la revoÌución' lYotsky no
seíaló que la restaurasión capitalista fuera sólo una
(como si la burocra-
de las tendenciag de la burocracia
cia estuviera cruzada por muchas tendencias diver-
gentes), sino que aseguró que si la br'rrocracia lograba
ãstabilizar su dominación, al ismo üempo, prepara'
rÍa las condiciones de la restauraeión capitalista' Todo
el problema estaba en si tograba estabiìi"$ las condi-
ciones de su dominación.
En el curso del proceso histórico, el enfelazamien-
to entre la burocraõia y el capitalismo se fue haciendo
cada vez más intenso, desde el respaldo aI presupues-
to de Defensa de Francia (1934), el ingreeo a la Socie-
dail de las Naciones (1935) (2) y los frentes popuÌares'
(3),
hasta los acuerdos de Yalta y Postdam (1944/45)
las Naciones Unida's (1945) (4)
la firma de la Carta de
E48dc fornqda al 6na'
(2) Sociedad de las Nacioneg: organización de
ì#;Ëil;; cuerra Irru"aí* 'para 6adcr la fi a iniciativa
wit"*, nràia1t1 a; laÌstad* unidc' se'
ilib;t;;;;;1Í-a-* progra'
el
gã" ffit"iitz, Revolución Tr;icionado1,1asussDN' eegúnúrmdiztos
--" Uot"l.úqu"
que ya conooemls,'cnns9e1t $wcru
i ìeortmir los mouimienlos revolucionaria-'
rsiï;ti.- u Yaìta: acuerdos establecidc entre las potencias vence'
ìiJ;*;ift;Jtt;rì' s.s"naa cu"t'" Mundial poT !6 qo9laeburocracia
dividió a
Ãì;;;" t;;hblecierun "mnas de inÍluenci4'en*"- el etalinismo
;;;tút'"I imperialismo. En frrnción de estc anrerdc' en la 'zo-
.ï;ilï.'";;i'*là.* ct*la, Italia y Fnncia" ubicadag
""
rn ecid,ental",
;;ô;"t" de la oNU: documento fundacional de las Nacionee Unidas'
àã iu"gi"ttn el FIMI, el GAT{, el Banco Mundial como
""".--ìttl, Lí*ïio"io" *onótttio del imperialisrno y que autori'
il;tï;;Ë
mundialdel imperialismo $o
,Ããlã i"i"t"'""àón política y militar(guerras
de C-orea del Golfo)
i.*uã"ãà ãã inteincional"
"a ereho
à. S"g"tidad y Cooperacion Europea (<t'e
-y
Helsinki): 6rma'
õiüt"d*
I
{
Setiembre de 1992 ' afio 1 ' Nc 4
y la intcgración de su Consejo de Seguridad y Ìa firma
âe los tratados de Helsinki (5), que establecieron, con
carácter de Ìey internacional, los principios básicos del
derecho burgués.
Tlotsky no dejó de apreciar la creciente integra-
ción de la burocracia con el orden imperialista mun-
dial. Inicialmente, caracterizó a la burocracia stalinis-
ta como centrista, es decir que su estrechez nacional y
la defensa de sus intereses priúlegiados y parasitarios
la llevaban a subordinar al movimiento obrero mun'
dial a su poÌítica y a conducirlo a la derrota' Más tar-
de, despuãs de que la Internacional Comunista entre'
gO'"i.t iucha al proletariado alemán a las garras de
íIitl.", Trotsky ü re-caracterizó como contrarrevolu'
cionaria, e" dúr, que era una câpa social tan concien'
te de sus intereses sociales -y dê la necesidad de su
integración al orden mundial para defender a esos in'
t"""ã"*- que sacrificaba impune y úìertamenta a la
revoìución mundial y a los trabajadores de todo el
mundo en defensa del orden capitalista
Los acuerdos de Helsinki fueron, a escala mun-
dial, lo que fue el acuerdo de EsquiÌpulas (6) para
América Central, por el cual el sandinismo se compro-
metía a integrar el Parlamento Centroamericano' es
decir una estructura estatal supranacional burguesa'
Atal punto estos acuerdos tenÍan el carácter de un de-
recholnternacional, vigente para los Estados naciona-
les signatarios, quê todo" los países de-Europa del
Este ãe formaron los"tt
"grupos dc d'efensa d'e los acuer'
d.os d.e Helsinki" en ef enlendimiento de que estaban
defendiendo una ley internacional, lo cual no impidió
que la burocracia lãs reprimiera (y que--el imperiali'"'
Ào mundial guardara un silencio cómplice, porque la
función de los acuerdos de Helsinki no era garantizar
la ügencia de los derechos democráticos paxa los ciu'
dadaïros de los países de Europa del este y la URSS en
contra de la buioclacia sino, por el contrario, reforzar
la integración y económica- de la burocra-
-política
cia al o'rden mundial). A través de este acuerdo inter'
nacional, la burocracia del Estado obÌero soviético es-
taba estableciendo el derecho al libre comercio' un
principio capitalista, que luego sirvió de base y de va-
iioro ãnot"i"d'ente' a los
oreformistas perestroikos"'
Aún en Ìos momentos de mayor enfrentamiento entre
la burocracia y el imperialismo (guerra de Corea,
1950/53; "crisii dc los misiles",1962; invasión de Afg-
hanistán, revolución en lrán, 1979; etc), estos acuer-
dos nunca perdieron ügencia.
dos por una treintena de países de Europa O"l{:f4 y Oriental' Ca-
las front€ra!
v e"t a* Unidc, qúe consagrú la intangibilidad.de del BáÌtico y
;*pãì;;*uguerra
"áãá iaiüsion ãe Alemania, ocupación
ã;ã;;fu"ó por la URSS) v lc derechc de libre comercio-y de
iLfJJa i"ãiláãi" r* ciud'áaïos de todoslc país? eignataúa'
(Guatemala) pÚ
i6;ffiãiliil;õ1" úo"to de 1e8? en Esqúlpulas
Ë s"bt;; centruameicanos. lnvocala principic de la oEA y de
CEE y d
i" otNu. v el apovo ae toe jãúi"r"os latinôamericsnoe' alaformar ula
v"ir*"á."p* ó__á*"tao, se compmmetió
;;;^kió"- d; concíIíación""it"nainismo
con los agentes internos de la contra' e
g*;;õ;t t.; iit"rt"ao de prensa-y agitación para-eseunsector; t
amnistiar a loe presoe *ntotË"of"Aãntïi*; t declarar
cese dd
il;;; ; .orr"o*" a elecciones municipaìes y para el parlamento
ãÏt"ffiã;;..'rniuntãt ru "ontra' mantenía-intactaa eua baae'
;ii;;. Eí it.t"ao a" Esquilpulas Íue "muc,ho mó's alló de ut
d'eba
;;;";; d:"i*, como que dfinàneI cardctzr scr;ia,tv político que
-t*";í;;tuí"s gdrdnfra
de to regüu así coma su correspond'i'ente
iitzrnacbnat" (Prenea Obrnera, ÌiF 199, 2319/87)'
Setiembre de 1992. aõo 1 . Ns 4
La burocracia soúética formaba parto del orden
mundial capitalista (que iba muúo más allá de Yalta
y de Postdam, que enan en cierto modo acuerdos de ca-
racterísticas provieorias, sobre crfuo resolver una si-
tuación internasional). En este maneo político se mon-
tó en los últimos aúoe un proce€o de integración econó-
mica que tiende a reveÉir el rechazo al Plan Marshall
y al ingreso al FMI y al Baaco ìtundial por parte de
Stalin, en 1946. to tedimonian el acuerdo de abaste-
cimiento de gas de la Unión Soviética a Europa Occi-
dental; el ingreso ds HungÉa, de Polonia, de Rumania
y de Yugoslaúa al Fondo Monetario Internacional y
las *refonnas errnlnómia's'consiguientes; el avance fe-
nomenal de los acuetde enire Alemania Oriental y
Alemania Occidental en nateria de c,r',éditos y el'pro-
tectorado'comencial de la RFA sobre la RDA Qos pro-
ductos orientale ingresaban aI Mcircado Común Euro-
peo como 'prduús ittqtw'a través de empresas
occidentales); y, finalmente, el gropio endeudamiento
de la Unión Soviética que trega a sêtenta nil miìlones
de dóÌares.
A Hungría a Polonia, etc. las hunde la deuda ex-
terna, aÌ rgual que a Ârgentina a Brasil o a cualquier
otro país latinoamericamE ésta es la relación. EÌ capi-
talismo mundial le pre*ró õnero a todc esos paÍses;
cuando lìegó Ia hora de pagu la deuda a través de una
ampliación del comqcio mundial, no hay tal comercio
mundial. La burocacia de la URS€! pensó que podía
endeudarse sin límitee grrque la Unión Soúética es
uno de los principales p,odoctores mundiales de petró-
Ìeo. El precio del pedeo c$âbo a 4O dóIares cuando
la LIRSS se endeudó y ca)ú a ã) dólares a Ìa hora de
pagar. ;Las leyes ib la economía mundiaÌ valen para
todos sus componeutes! ;Por qué se endeudó la buro-
cracia soüética? En primer lngar, porque así podía ro-
bar, como en cualquier pds de Âmérica Latina. Pero
además, y por sobretodo, porìÍJue el sentimiento de la
rebelión latente en las mâ*et era tan agudo que, por
medio del endeudamiento, Breúnev pretendió resol-
ver los agudc protilemas de abastecimiento del consu-
mo que sufría la economÍa soúética; fue la época de
las grandes importacimes de cereal€s de EE.UU. y de
la Argentina- Inversameote, el cierre del mercado so-
viético al cereal nortesmericano, colno consecuencia de
esta crisis, tiende a agudizar la crisis de sobreproduc-
ción de aliúentos,
Cuando, por ejempìq bajo el gobierno de Gierek,
naufragó la política fodomonetarista en Polonia y el
presidente de Francia Giscard üEstaing viajó a Var-
soüa a respaldar al grbierno de la brrocracia; o cuan-
do hoy algunos economistas franceses se preguntan
cómo es posible pedirle a Poloria qrc'llago el ajuste"
y al mismo tiempo cerrar lc mercados europeos occi-
dentales a las exportaciones pdacas, entonces, cuando
eso ocurre, estamos en presencia de una crisis mun-
dial. Polonia tenffa que especializarse en la exporta-
ción de algunos cereales y de carìr,ín. Históricamente
el carbón polaco fue a Alemaniq pêro hoy Alemania
tiene exceso de carbón (o, por lo menos, tiene sobre-
producción de acero y, por lo tanto, no necesita mrís
carbón) y hay una sobreproducción alimentaria êuro-
endefeneadelilfiarxflsmoo
tr
pea occidental y mundial y nadie quiere ìa producción
polaca. La revuelta de los trabajadores polacos y el
fracaso de las reformas económicas, entonces, denun-
cian no crisis nacionales específicas sino una crisis de
orden mundial. Si no se considera la integración eco-
nómica ya operada entre los Estados obreros y el im-
perialisrno, y en particular, ìa implementación de la
polÍtica fondomonetarista por ìa buroeracia y Ìa rebe-
üón de las masas contra esas políticas y contra las bu-
rocracias que las Ìlevan adelante, no se puede enten-
der el carácter histórico de la crisis ni, mucho mênos,
sus alcances revolucionarios de conjunto.
i*Vie tori a de I c ap it ali s tnou
o crisis mundial?
Estamos en presencia de una crisis mundial por-
que cada vez se fusionaron más el imperialismo y la
burocracia. Pero, en cambio, para los apologistas del
capitalismo, entre los quê se encuentra la burocracia
stalinista, existiría nada menos que una "uictoria del
capitalismo sobre el socialistno",
Esta última es, en realidad, una hipótesis perfec-
tamente prevista por los matxistas, como consecuen-
cia de la superioridad del régimen capitalista mundial
sobre las nacíones donde triunfó la revolución, supe-
rioridad que le es dada no por ser eapitalista ---es de-
cir, por la superioridad de la anarquÍa (mercado) sobre
la planificación- sino porque el capitaìismo, como sis-
tema mundial, representa aún al conjunto histórico
más avanzado de la sociedad mientras que la revolu-
ción ha triunfado en los países más atrasados del
mundo desde el punto de vista de la economía y de la
cultura. Los marxistas fueron Ìos primeros en pronos-
ticar que no sólo era probable y hasta posibÌe, sino que
en definitiva, o en últirna instancia, era inevitable que
si la revolución no lograba triunfar en la mayor parte
de los principales países capitalistas, Ìa presión del ca-
pitaìismo terminaría revirtiendo por completo las vic-
torias o los alcances de Ìa revolución y se produciría
entonces la restauración del capitalismo.
Existe toda una corriente, mayoritaria o por lo me-
nos la más difundida, que seíala que efectivamente se
trata de una victoria del capitaìismo sobre el socialis-
mo como consecuencia del hecho de que el capitalismo,
a diferertcia de la economía pÌanificada, ha sido capaz
de revolucionar las fuerzas productivas y de elevar la '
producüüdad del trabajo humano en forma constante
(*reuoluci6n científico-tecnológica"), lo que, en defi niti-
va, le habría dado al capitalismo la victoria en la com-
petencia entabÌada. Este punto de vista se infiltra, in-
cluso, entre sectores que no son elÌos mismos repre-
sentantes del imperialismo, como el castrismo o el Pl
de Brasil. Por ejempÌo, Fidel Castro, para explicar el
carácter socialista de la Revolución cubana, afirmó
*ln m.ayor parte de las
q:ue fiibrícas cubanas son obso-
letas y que tesultaría. más econórnico mandar a, sus
trabajad,ores a. su.s cas@s y pagarlns los su.eld,os antes
que hacerlos trabajar. Pero, como Cuba es socialista,
seflaló Õastro, y Lo que primero nos importa es el ser
humano, se manti.enen las ftíbricas fu.ncionando y se
l-ã-l en defensa del ilfrarxflsmao
tt
pdgan los salarios corno si estuuieren realizando un
uerda.dero trabajo productiuo ...n. Es evidente que fin-
grin régimen social puede sobreviür sobre la base de
semejanüe despilfarro de las fuerzas productivas.
Tïotsky ya había sefralado que con el monopolio del
comercio exterior se puede hacer frente, hasta cierüo
punto y.hasta cierto grado, a la presión económica del
impeúalismo, se puede eütar eÌ dislocamiento indus-
trial de un Estado obrero, se puede proteger su desa-
nollo industrial y permitir que se desenvuelva hasta
adquirir una determinada madurez, puede servir para
que Ìa nación atrasada que ha hecho la revolución
aprenda el manejo de la técnica moderna; pero no pue-
de servir nunca para reproducir constantemente un
atraso que Ìa distancia cada vez más deÌ capitalismo
más avanzado. La afirmación de Castro es la condena
más brutal de Ìa teoría del sociaÌismo en un solo país y
de la relación económica que Cuba mantenía con la
Unión Soviética (cuya ruptura Fidel Castro caracteri-
za como la causa de todos Ìos problemas de Cuba). En
estas decìaraciones de Castro, eúdentemente, se ha
infiltrado el punto de üsta del imperialismo, según el
cual mientras eÌ capitalismo se moderniza constante-
mente, la economía estatizada sólo es capaz de 'haer
obsoLescencia".
La afirmación de que Ìas empresas soviéticas o cu-
banas son obsoletas, sin embargo, vale sólo desde el
punto de üsta de la circulación mundial de mercand-
as y de capitales, es decir, que son empresas que están
sobrando en el mercado mundial. Pero aÌ caracterizar-
las como obsoìetas, Castro asume el punto de üsta de
Jeffrey Sachs, que pretende justamente desmantelar
la mayor parte de la industria de la URSS y de Euro-
pa del Este ... con el argumento de que es "obsoleta".
Sin embargo, la ventaja del régimen de planifrcación,
la gran ventaja histórica del régimen proletario, es
justamente que puede procesar ìas transformaciones
tecnológicas sin proceder, de tiempo en tiempo, a una
destrucción masiva de fuerzas productivas. Una em-
presa puede ser obsoleta, desde el punto de üsta del
mercado mundial, pero lo que impoúa ver es qué apor-
te puede significar para el desarrollo económico de Cu-
ba, de China o de la URSS y, en caso de que ese apoúe
ya esté cuestionado, ver cómo se la reconüeúe, sin pa-
sar por una destrucción masiva de fuerzas productivas
(que no es consecuencia de la oobsolescerrcia" sino de la
anarquía capitaÌista). La caracterización de Fidel Cas-
tro, en cambio, lleva a una poÌítica restauracionista, a
una poÌítica de destrucción de fuerzas productivas,
aunque diga que quiere defender al trabajador.
La penetración del capitaìismo en China, por
ejemplo, está transformando en obsoletas a todas las
empresas estatales, pero ya no sólo como una catego-
rÍa de la economía mundial sino realmente, desde el
punto de vista productivo. Es muy ftecuente leer que
el sector estatal chino tiene un déficit enorÍne y que su
nivel de productiüdad es considerablemente inferior
al de las empresas capitalistas que están ingresando
en China. Pero lo que ingenua, o interesadamente, se
presenta como "la uictoria del capitalisrno sobre el so-
cialismo" no es más que la preparación de la guerra ci-
Setiembre de 1992 . afio 1 . Ns 4
vil en China. Esto porque desde el punto de viÉa de la
lógica capitalista que se ha establecido, v"tt a tener
que oerrar todas las empresas estatales y ae van a pro-
ducir miÌlones de despidos y una todavía más üolenta
polarización sociaì. EÌ régimen de la planificación, por
el contrario, puede ejecutar una política dirigida a la
reconversión industrial; asignar un fondo dirigido, por
ejemplo a suplantar industrias extremadamente in-
tensivas en cornbustibles y eìectricidad -1ue hoy son
caras con relación a 1970-y hacer al país menos de-
pendiente de esas materias primas, sin pasar por el
proceso destructivo del capitalismo, que significa --+o-
mo lo que importa es el interés privado- una destruc-
ción masiva de recursos, liquidación de industrias en-
teras, miÌìones de trabajadores en la calle.
En eì púmer período de la industrialización china,
por ejempÌo, aunque una producción pudiera hacerse
con una tecnoÌogía avanzada, se prefería hacerìa con
una tecnologÍa más atrasada, que estaba disponible
(mientras que la otra, más avanzada, aún había que
crearla) y, además, porque había una mano de obra
extraordinariamente disponible que podía ser usada
con esa tecnología más atrasada. Desde el punto de
vista de la economía mundial, en abstraeto, esaÁt em-
presas son inferiores en términos de rendimiento del
trabajo y productividad, pero no cabe la menor duda
que permitieron ìa acumulación y el desarroìlo econó-
mico y que sirvieron de base para etapas ulteriores deÌ
desarrollo industrial chino. Ya los economistas de los
parses gue llegaron tarde al desarroìlo económico capi-
talista eue, por lo tanto, se üeron obligados a aco-
-y
meter la tarea en forrna acelerada- (Alemania, Italia,
Japón y, hasta cierto punto los Estados Unidos) sabí-
an que era mejor producir caro en el propio pats que
comprarÌe barato al extranjero. El propio Marx, por
vez hecha la
ejempìo, también, era partidario
-una
revolución agraria en lrlanda- de establecer barreras
aduaneras proteccionistas para una primera etapa deÌ
desarroll o industrial irì andés.
Las categorías capitalistas tienen que ser exami-
nadas con un criterio crítico. ;Qué se entiende por esa
lÌamada "obsolcscencia? Es indudable que la ex-UR.SS
üiene un elemento fantástico para una reconversiór'- la
mano de obra más calificada del mundo, superior in-
cluso, eientífica y tecnológicamente, a la norte:merica-
na. iQue los trabajadores soüéticos tengan libertad y
veremos como terminan en un santiamén con todas
las porquerías que hay en la ex-URSS! Pero guien ca-
ractertza que la industria soüética o cubana es'oóco-
leta" ya está hacientlo un planteamiento de re*alr&
ción capitalista. Esto porque reconveÉir, no con crite-
rio de competencia internacional sino en base a un
equiÌibrio de fuerzas internas, presuF)ne una c*at€-
gia mundial de lucha contra el capitalismo. Xrto tade
o más tempraÍÌo, esa reconversión se üerc qu conju-
gar con la economía mundial y entrc en cmülldicsirfo
con eìla.
Pero la supuesta
nreuohtcün ta@ia'ao do
ha dejado en "obsolescencia" a las fuenae Fld[düas
de la Unión Soüética o de Cuba (su reÈo rd*ivo
respecto del capitalismo es muy antiguo y ba de
Setiembre de 1992 . aõo 1 . Ne 4
origen) sino que, además, ha colocado en estado de
"obsolescetrcid" alainmensa mayoría de las industrias
de los propios países capitalistas. La industria side-
rúrgica mundial, por ejempÌo, tiene una capacidad ex-
cedente equivalente al 50 %; habría que liquidar la
mitad de Ìas empresas. Desde hace diez aflos en AIe-
netnden'
mania están tratando de cerrar las acerías
úes" y cada vez que ìa burgrresía toma una iniciativa
en esta dirección, ìa cuenca deì Ruhr se llena de gi-
gantescas manifestaciones de masaE que la obligan a
retroceder; cuando la sobreproducción mundiaÌ obli-
gue a las patronales alemanas, finalmente, a cerrar la
mitad de las industrias sidenirgicas, se podría arlnar
una guena civil.
En su proceso de desintegración, el capitalismo ha
nobsolcscencia" alainmensa ma-
colocado en estado de
yoía de la economía capitaÌista; eì proceso de valori-
zación mundial del capitaÌ no puede continuar sin des-
truir todo ese capital excedente que él ha creado y que
no encuentra lugar en el mercado, Durante un largo
perÍodo, el capitalismo trató de disimular esa sobre-
producción a través de una gigantesca producción ar-
mamentista, sin percibir que si en alguna rama 8e
crea más que en ninguna otra sobrante de capitales es
en la producción arrnamentista (donde el componente
de capital fijo, tecnología y materias primas, es mucho
más intenso en relación a la fuerza de trabajo que en
cuaÌquier otra industria). El "desguoce" industrial no
opaí-
sólo caracteriza a las naciones atrasadas y alos
ses seialistas" sino también a regiones y a ramas en-
teras de los paÍses desarroìlados. La desvaìorización
de capitaÌes bancarios y financieros o de industrias co-
mo la siderúrgica" la automotriz y sectores entero.q de
la electrónica y de la quírnica supsra en envergadura a
todo eÌ ocapital'de los Estados obreros, y este úismo
es ahora mucho mayor como consecuencia del gigan-
tesco remate de la propiedad estatal realizado en los
últimos aõos por la burocracia.
La polÍtica de restauración capitalista de la buro-
cracia, de abolición del monopoìio del comercio exte-
todas las limi-
rior, de libertad de cambio
-al liquidar
taciones y restricciones a ìa acción del mercado mun-
diaì en eì interior de sus propios países- coloca auto-
máticamente en obsoìescencia y bancarrota a la indus-
tria de los Estados obreros. Lo único quê se puede es-
perar en estas condiciones es un gigantesco proceso de
destrucción de fuerzas productivas y, por lo tanto, una
inmensa catástrofe social. lEso fue lo que ocurrió con
Alemania Oriental! La política de la burguesía de Ale-
mania Occidentaì fue eliminar un competidor, no rees-
tructurar la industria oriental. Es que si la hubiera
reestructurado, habría colocado varios productores
más en un mercado mundial sobresaturado de produc'
tos y de capitales.
Los principales países imperialistas, incluso, están
muy alarmadoe por la propia tnndencia del capital a
colocar on êEtado de obrolegoencia económica oapitalie'
ta a toda la induetria de log Egtados obr€ros. Esto ee
lo gue explica, entre otras razones, su oporición a la
diüsión de la ex-Unión Soviótica. El imperialigmo con-
gidera que la Unión se ti6ne que mantener ügente por
la interdependencia económica de sus component€e; 8i
endefensadel Dfrarxflsmoo
tr
se dividiera, los ucranianos íntentarían vender su gra-
no en el mercado mundial, justo cuando hay un exceso
de gtanos, de leche en polvo, trigo, etc. y Ìos producto-
res colocarían sus mercancías a precio de dúmping lo
mismo los rusos. El imperialismo quiere mantener la
URSS para que ìos ucranianos les sigan vendiendo a
los rusos y viceversa y asÍ evitar una desintegración
completa de cada una de Ìas repúblicas y una disloca-
ción todavÍa mayoÌ del mercado mundial. Esto," apa'
rentemente, no estarÍa en el interés directo del capital
privado particular, pero el capitaì en su conjunto teme
que de 1o contrario la ex-URSS se iría a Ia ruina muy
rápidamente, superando incluso las actuales posibili-
dades de intervención de los Estados imperialistas.
Desde eÌ punto de üsta de la circulación interna-
cionaÌ de mercancías, de capitales y de fuerzas produc-
tivas, ìa crisis en la Unión Soviética, en China, en Po-
ìonia o en Cuba no es más que una manifestación más
de Ìa crisis general del capitalismo, de la economía
mundial capitalista, que se refracta en los Estados
obreros por el agotamiento absoluto de las posibilida-
des de Ìa burocracia para jugar un papel de interme-
diación entre el imperialismo y ìas masas, y quê se
manifiesta" también, en el dernrmbe de la mayor par-
te de las naciones atrasadas, que habiéndose indus-
trializado a partir de la década del '50, hoy tienen el
90Vo de su industria fuera de circulación, incapaces de
competir en el mercado mundiaÌ.
Crisis económica
Resulta muy eüdênte viene siendo sefralado
-y
desde hace tiempo por Ìos principales diarios capitalis-
tas- que, desde eÌ punto de vista estrictamente eco-
nómico, Ìa crisis actual no es coyunturâì ni cícÌica. La
crisis presente del capitalismo pone de relieve limita-
ciones estructurales profundas en su actual etapa his-
tórica y no un mero hecho cíclico típico (ya que el capi-
taÌismo no puede evolucionar si no es a través de cri-
sis, destrucción de fuerzas productivas, caÍda de la
producción y retomada general de la producción). El
capitalismo ha lÌegado al límite de su desarrollo histó-
rico hace ya mucho tiempo, con la Primera Guerra
Mundial, Ìa crisis del '30, y ìa Segunda Guerra Mun-
dial. A través de los recursos políticos del Estado, de
una centralización económica enorme, el capitaÌismo
encontró en eÌ pasado Ìos medios para salir de la cri-
sis. Esos medios extraeconómicos, sin embargo, mos-
traban a un régimen que se estaba sobreúüendo a sí
mismol no eran las fuerzas productivas del capital las
que, desenvolüéndose Ìibremente, superaban los esco-
ìlos a su desarrollo, sino la intervención de una fuerza
exterior, de un poder extra-económico, el poder político
uonticícli'
del Estado, las guerras, etc. Toda la teoría
ca" keynesiana de intervención del Estado en Ia econo'
mía para superâr lag crisis mediante la aplicación de
medidae impositivas, del gaato público, la inÍlación y
6l déÍicit Ílscal eon lae propiar de un médico frente a
un paciente en un estado cenil al cual sólo eo le quiere
prolongar la agonÍa, colocándole al desenvolvimiento
del capitaliamo las muletas de la intervención econó'
mica del Estado.
 en d.efensa del Marxflsmoo
El capitalismo utilizó a fondo las posibilidades del
gasto armamentista, del desarrollo parasitario, de la
formación de capitales ficticios, del desarrollo incluso
artificial de las naciones más atrasadas con vistas a
crear de cualquier modo mercados para exportar sus
capitaìes y sus mercancías. Lo hizo en forma absoìuta-
mente sistemática y en ese proceso agotó sus recursos.
En la crisis actuaÌ, la producción mundial cae por
primera vez desde 1945, pero los teóricos capitaÌistas
no logran encontrar medidas para reactivar ìa econo-
mía porque su uso sistemático, en los últimos treinta o
cuarenta af,os, las ha agotado. La principal de elìas,
seflalada ya por Marx en "El Capital", es la contínua
expansión del crédito, es decir la expansión del merca-
do más aìlá de sus límites; la extensión del consumo
más allá de la posibilidad de consumo, hipotecando la
capacidad de consumo futura. Pero hoy Ìa deuda gene-
ral de los EE.UU. es de catorce biÌlones de dólares: no
hay ningrin régimen monetario que pueda seguir sos-
teniéndola sin amenazar con un derrumbe monetario
general, una caída del valor de las monedas, de Ìos pa-
trimonios, de los capitales, de los salarios, y la pers-
pectiva de una hambrurra generaÌizada en medio de ìa
abundancia general.
La tasa de interés de corto plazo en los Estados
Unidos ha caído, en etapas sucesivas, del \Vo al 3,5Vo,
y aún puede seguir bajando, sin por ello lograr la ex-
pansión deÌ crédito. No se puede expandir el crédito,
pesê a la baja de las tasas de corto pÌazo, porque ni los
bancos quieren prestar (porque los deudores son insol-
ventes), ni las empresas quieren tomarlos (porque no
tienen a quién venderle su produceión) ni tampoco
quieren tomarìos Ìos consumidores (porque el aumento
del desempleo les impide devoÌver los créditos ya to-
mados). Pero la reducción de las tasas de interés a cor-
to pÌazo está en contradicción con las altÍsimas tasas
de interés real a largo plazo, lo que bÌoquea ìa reacti-
vación ya que los bancos dirigen el dinero obara.to' ala
especulación con la deuda pública y bursátil
se producen beneficios imposibles de conseguir -donde en
cualquier proceso productivo corriente- en tanto que
el crédito de largo plazo, más caro, es incompaüble con
las actuaìes tasas de beneficio capitaÌista. Más aún, la
rebaja de las tasas de descuento de corto pÌazo ha
otorgado un subsidio a los bancos que prestan a Ìos
consumidores al LBVo Ìos fondos que reciben de la Re-
serva Federal (banco central norbeamericano) al B,\Vo,
un ospread (diferencia entre las tasas activas y pasi-
vas) descomunaì. Mediante este ntnecanisrno'los ban-
cos obtienen los beneficios que les permiten enjugar
sus pérdidas y superar sus quiebras.
En este marco general (el endeudamiento de Ìas
familias equivale al LLïVo de sus ingresos), el sistema
económico en su conjunto se encuentra formaìmente
en quiebra. Algunos comentarÍstas económicos de aÌto
copete (The Economist, The Wall Street Journal) lle-
gan a sef,alar que con eÌ crecimiento (especulativo) de
los activos financieros, el endeudamiento neto de ìain-
dustria y de los consumidores sería iguaÌ a cero; el
único con una deuda neta sería eÌ Estado. Para estos
ncornentarist@s',
en consecuencia, no habría posibili-
dad de una quiebra generalizada, como si la desvalori-
Setiembre de 1992 . afio 1 . Nq 4
zación de las deudas estatales y de ìa moneda no fue-
ran el equivalente de una quiebra. Por otra parte el
endeudamiento nacionaÌ no es recÍproco; los que no
paguen sus deudas van a mandar a la bancarrota al
iniciar una cadena de quiebras. Aun cuando se pudie-
ra hacer un"clearing'general (compensación de crédi-
tos y deudas), no exíste el Estado que sepa en qué pro-
porciones cada capitalista y cada consumidor tiene
deudas con ìos demás, para cancelarles simultánea-
mente sin provocar un cambio de patrimonios y la
quiebra de cada uno de ellos (ni existe el "super-Esta-
do' capaz de cancelar recíprocamente las deudas de
Ìos capitalistas de los distintos países entre sí ein crg-
ar un colapso económieo mundial). Pero aún si lo con-
siguiera, una ìiqúdación general de créditos y deudas
crearía una situación de oeconomía aI contadoo, ini-
ciando un largo período de declinación económica, caí-
da de las inversiones y crecimiento expÌosivo de la de-
socupación.
En un informe reciente se detallaba un dato que
retrata eÌ parasitismo capitalista: el gSVo del uso de
los medios de la informática se aplica a las transaccio-
nes financieras entre Ìos distintos mercados. El capi
talismo ha hecho una revolución tecnológica de magni-
tud creando las computadoras y las comunicaciones
digitales para aplicarlas en un gSVo a la especulación
en las Bolsas (cuando normalmente se piensa que ha-
bría creado las computadoras para producir, por ejem-
plo, una colada de acero a mayor velocidad, para hacer
más leves ìas tareas de los metalúrgÍcos o, incluso, pa-
ra reducir el número de sus tareas). El proceso econó-
mico, como se puede ver, ìe da su contenido al proceso
tecnológico.
Frente a una crisis de tales dimensiones, los teóri-
cos del capitalismo, por primera vez en un período de
crisis, afirman que ìa solución no sería aumentar el
gasto público para incentivar la producción sino que,
por el contrario, la solución sería oausteridad.n,
la ee
decir, llevar la crisis hasta sus úÌtimas consecuencias;
cortar el déficit frscal, para lo cual hay que destruir los
sistemas de salud, ìos sistemas de educación, el segrro
de desempÌeo y el caso de las empresaa endeuda-
da*- bajar Ìos -en salarios, incrementar la explotación y
crear una masa de desocupados. La burguesía impe-
rialista, su prensa, sus teóricos y sus políticos, sin em-
bargo, osciÌan a diario por temor a Ìas consecuenciae,
no sólo económicas, sino sobretodo sociales y poìíücae
del "ajuste". oUs necesario el gran ajuste'afirmarL pe-
ro cuando estalla la rebelión de Los Angeles, el mi.smo
diario que pedía eÌ ajuste recuerda que '* ln'Ietü-
dado la atención d.e lr:ls problenlas seiab-- ;Y oómo
podían atenderlos si estaban llevando adclante el
najuste'que eÌìos pedían?
"The New Yot Tlmca'pu-
blicó un editorial en su des(ripción de ta
-notable
hondura de la crisis-- en el que, en rêsrm@, rc &-
ma quê "si hacemos el ajuste nos hutdiru; po ti
ga.stamos mris, nos hunditnos también'.6Qul popme
"The New York Times"? "Durante un pfufu,4rrat
ocho meses, gastemos más paro enfriar lot ótiryt
h
apercs hayamas logrado enfrior b ónitu,, fu
eI ajuste'. El imperialismo tiene que catr d.r'l-1
hacer quebrar a una serie de sectores p€n, pÍ.br.,
los impulsa a que se endeuden más"
 Setiembre de 1992. afio 1 . Ne 4
La crisis tiene un caráster esüructural; puede ha-
ber subas o bajas en Ìa producción pero no hay ningu-
na posibilidad de nueva expensión económica, más
aún, si se considera que la llamada expansión econó.
mica del período de Reagen fue la gimera en la cual
los países avanzadog tomdc en sl conjunto, prácti-
camente no úsorbieron deeocrrpadm. Hoy, en muchog
paÍses de Europa occidental, la deacupación supera el
LSVo de la población activa, con tendenqia a aumentar.
Está planteada, en conse<nencia, la descompqsisi6n 4.
naciones enterae.
La crisis econfuica capitalists, oflno un todo, no
niega el desarrollo de alguno de ss componentes. Los
aúículos de ïlotsky de ìa década del 30 eeõalaban
que China tenÍa erFaordinarias pmlbitidades de desa-
rrollo económico prdsamcntê por la srisis mundial,
porquê tenÍa un mertado interno completamente inex-
plotado, y la unidgd nrcioal po&ía provocar un ex-
traordinario desenvolvinieuto de las fuerzas producti-
vas capitaÌistas. En la década del fue cuando Ar-
gentina y Brasil más sc deenvolvieron
"O en términos
industriales, en conFadicción con la srisis mundial pe-
ro como resultado de la crisis mundial y, en conse-
cuencia, dando lugw a un desamllo defsrmado. Pero
el capitalismo mundial halÉa entrado en crisis y no se
iba a regenerar pG el desarrdlo irduÉrial argentino o
brasileõo (como tampoco la trids ar:hral va a sêr supe-
rada por ìos llo-ade 'üé,Ê asúÉtitxs1. Al revés, es-
tas tentativas encontraru sr ÌÍmite en la crisis del ca-
pitalismo mundial. (Esto, de paso, demuestra el error
de la reepuesta de Mil.írdr. Rôa a Ramos, porque si
bien es cierto que la brnguetíe nacional igual que
el imperiaÌismÈ- prËura útener la mayor -al tasa de
ganancia, una y otro mpen pciciones diferentes en
la economÍa mundial: Ìa poÌftica gue puede serwir para
aumentar la tgsa de gunancia de uno bien puede sig-
nificar la quiebra para el sgaq ïsc brnguesÍas nacio-
nales se ven entoncee obÌigadas a defender los Estados
..nacionales para asegrrar sr tasa de ganancia frente a
los imperiaÌistas. Ya TboLrky flanteaba que en defen-
sa de su tasa de beneisio la bnrgueaía está dispuesta
a entregar a la Nación y en defensa de esa misma tasa
de beneficio, la burgueda mÉs de una yez se ve obli-
gada a recordar s'rs'd.ba wciorcb'. Otra cosa es
decir que vaya a liberar al muado o vaya a emprender
una cruzada mundial en cmEa del imperiaÌismo).
Crisis lrclíticas
y luchas interimperialistas
La agudeza de la srisis eeonómica" los sucesivos
fracasos de los'remúi.u' destinados a zuperarla y la
insoportable tensión social consiguiente, han puesto
en crisis al conjunto de lc regÍmenes poUticos impe-
rialistas desde Tokyo a Washington. En pocos meaes
han rodado cabezas de varios gobiernos (Creseon,
lÌratcher, la coalición 'pntapc,rtido'italiana); se han
producido gïuesas crisis la ocagionada en Ale-
-como
mania por la renuncia del ministro Hans Dieter Gens-
cher- y los paúidos oficialistas han sufrido sigrrifica-
tivas derrotas electorales en todos ìados (Canadâ,Ita-
lia, Francia, Alemania). [Un cronista de'I-as Angeles
en defenga ôel Marxflsmao
tr
Times'acaba de deÍinir la reciente reunión del "G-?"
realizada en Munich como ouna reunión d.e perdedo-
resl. Flora Lewis, periodista norteamericana y editora
de la sección internacional de "The New York Times",
afirma que habiendo frecuentado por algrin tiempo los
círculos oficiales en Europa nunca había üsto tanta
confusión. Seíala que los gobernantes saben exacta-
mente lo que van a hacer las siguientes 24 horas, pero
que no se les pregunte más allá porque no tie4en la
menor idea. 1Y está hablando de Alemania, de Fran-
cia, de Inglaterra, de las grandes potencÍas del plane-
ta, no de la Argentina de Munir Menem y Amira Yo-
ma o deì BrasiÌ de Collor y "PC"!
La crisis también ha alcanzado de ìleno al régimen
político norteamericano, 1o que se expresa deformada-
mente en las desventuras pre-electorales de Bush y
fundamentalmente en la impotencia del conjunto de
las instituciones del Estado frente a la crisis económi-
ca (fracaso de los acuerdos entre el Ejecutivo y el Par-
lamento por Ìa oposición- para reducir el
-dominado
déficit fiscal) y frente a las agudísimas contradicciones
sociaìes (el conjunto de Ìas instituciones od,ernocníti-
cas'del Estado y sus partidos e incluso una parte del
aparato represivo quedaron paralizadas frente a la re-
belión de Los Angeles). Cuando más necesita el impe-
rialismo una mano fuerte y segura para enfrentar la
crisis mundial, la revolución política en el Este, el ago-
tamiento de los regÍmenes democratizantes latinoame-
ricanosy el ascenso huelguístico en sus propios países,
la crisis política golpea el corazón de los regímenes po-
ìíticos imperi alistas.
En estas circunstancias se agravan lae llamadas
luchas interimperialístas, un fenómeno que pareció ol-
üdado y atenuado hasta hace cerca de diez aõos y que
ahora se esüi desarrolìando abiertamente. Por prime-
ravez,los paÍses más importantes del mundo desde el
punto de vista económico no logran hacer un acuerdo
de ìibre comercio (la famosa ronda Uruguay del GATT
está al borde del fracaso). Nadie qúere bajar sus pro-
pias defensas ni su propia protección, no sólo respecto
al comercio agrÍcola sino también respecto a la indus-
tria, a los servicios, a las patentes.
Un ejemplo verdaderamente instructivo ee la Iu-
cha sin cuartel que se libra en la industria siderúrgica
entre Estados Unidos, Japón y Europa. Estados Uni-
dos, por ejemplo, mantenÍa un acuerdo con los europe-
os y los japoneses para restringir voluntariamente la
exportación de acero de esos países a los EE.UU., es
decir un acuerdo atentatorio al libre comercio, de ma-
nera que los europeos y losjaponeses no exportaban a
EE.W. más que cierta cantidad de acero, no porque
hubiera una barrera sino por un acuerdo voluntario.
Recientemente, el gobierno de ìos Estados Unidos
quê se beneficiaba con la limitación de la competencia-
extranjera- tomó la medida 'liberaln de anular el
acuerdo voluntario y proclamar el retomo al "libre co-
mercio'. Los europeos y losjaponeses, sin embargo, re-
chazaron la medida y reclamaron la vigencia del
acuerdo de restricción voluntaria. ;Absurdo? No, en
absoluto. Porque sabÍan que ante la primera exporta-
ción de acero llegada a los Estados Unidos, los indus-
triales siderúrgicos estadounidenses denunciarían la
 en defensa del Masxflsmo@
tr
existencia de "dumping'y el gobierno norteamericano
inmediatamente cerraría la exportación de acero. $,sÍ
sucedió. Un diario dio la noticia bajo un título que àe-
cía
*Ia libertad
de comercia del acerc: dttró 48 horaso.
Antes habÍa un cupo, ahora hay libre comercio; antes
habÍa exportaciones de acero a los EE.UU., ahora no.
Se ha pasado de un acuerdo voluntario a algo infinita-
mente más grave, la posibilidad de una restricción te,
tal dela exportación de acero.
La lucha comercial, que va tomando dimensiones
gigantescas, va a tener alcances muy grandes en la po,
lítica mundial, en las relaciones entre loe distintos Es-
tados. Con relación a los paÍses del Estê y de la ex-
URSS, se va a desarrollar una lucha feroz entre loa
distintos Estados capitalistas para copar eaos merca-
dos. Así, antes de poder conquistar económicamente a
la ex-URSS, los Estados imperialistas van a tener que
sacarse los ojos entre ellos, para ganarse el derecho a
esa conquista.
El fracaso del utópico
socialismo en un solo país
La economía mundiaÌ no es la suma de sus partes
componentes; entre la economÍa mundial como un to-
do, y Ìos distintos paÍses y naciones y mercados nacio-
nales, existe una relación contradictoria. El dernrmbe
de ìos regrmenes burocráticos (sus fuerzas productivas
dejaron de crecer) es la consecuencia del carócter ge-
neral de la política de esos Estados de la política
-no
de un gobierno o de una fracción determinadq- que
se desprende necesariamente de la estructura estatal
burocrática de esos países. Esta políüca debía condu-
cir ineütablemente al derrumbe porque pretendía de-
sarrollar en un marco autárqúco las fuerzas producti-
vas que mucho antes habían adquirido una dimensión
internacional, o alcanzar los estadios modernos del de-
sarrollo económico al margen de la división internacio-
naÌ del trabajo. En tanto que naciones que expropia-
ron al capital, esos Estados sólo podían integrarse a la
economía mundial por medio de la victoria de la revo-
lución en los principales países avanzados. Al contra-
rio, la política de la burocracia en eÌ campo económico
ha sido la autarquía (socialismo en un solo paÍs) y en
el campo político, Ìa coexistencia con el imperialismo,
en calidad de nueva casta parasitaria que intermedia
entie el imperialismo mundial y las masas de su pro-
pio paÍs. Por Ìo tanto, no se trata, simplemente, de la
superioridad de la economía mundial sobre ìas nacio-
nes atrasadas, incluso sobre aquéllas que han expro-
piado al capital, sino que se trata de la impasse gene-
ral a la que han llevado a esas sociedades los regíme-
nes burocráticog.
El dermmbe de los regÍmenee burocrátiens revela
Ia agrrdeza de Ìoe análisis de Trotsky y la magnitud de
la barbarie ideológica del stalinismo. A fines de la dé-
cada del '20, Stalin y Bujarin afirmaban que la URSS,
El no se viera sometida a una intenrención militar ex-
terna o a una guerra, lograría oalcanzar y euperer" al
capitalismo mundial en términos de organización eco-
O) León Trotsky,.'carta al Vo Congrero de la lnternaclonal
Comunista'en "Stalin, el gran organizador de deroüas', Edltorial El
Setiembre de 1992. afio I .lS
4
nómica, desanollo de las fuerzas productivc y rendi-
miento del trabajo humano en un plazo dc vuinte o
treinta aflos. Trotsky (7), por el contrario, deló que
el problema no êra el tiempo porgue era inpoeible
plantear un desarrollo económico aislado; en el msco
de la autarquÍa Tlotsky- el dearrollo eco-
nómico incipiente-advertía
de la URSS y la presión &l capita-
lismo mundial generarían tales contradicciones que
estrangularían la posibiÌidad de ese desenvolvimiento
y llevarían las conquistas sociales de la revolución a
una completa impasse. Como explicaba el propio
lYotsky, la inüabilidad del desar4ollo autárquico en
una época en que las fuerzas productivas han alcanza.
do una dimensión mundial se desprende casi elemen-
talmente de los fundamentos de la concepción manris-
,ta de la historia- EI valor de su análisis consistió en
haber resguardado la tradición marxista
-pronosti-
cando el fracaso de la utopía reaccionaria del soqialis-
mo sn un solo paí+- cuando, al menos desde el punto
de vista estadístico, la Unión Soüética registrúa gi-
gantescos progrÊsos económicoe.
El régimen burocrático significa una traba natural
al desarrollo económico, ya que cuando una nación
empieza a alcanzar estadios más evolucionados en el
campo económico, la ausencia de libertad política para
las masas (iUn paÍs donde no se podía tener un mime-
ógrafo, donde no se podÍa acumular inforr4ación, don-
de el desarrollo de la computación masiva estaba blo-
queado por ora.zones d.e Estado" y estaba confinado a
las esferas militares!); la falta de libertad inviabiliza
en tórminos absolutos cualquier desenvolümiento eco-
nómico. Los progresos gigantescos de la URSS en el
campo militar y espacial demuestran eì contenido so-
cial parasitario de la dominación de la burocracia, que
ha sacriÍìcado eì porvenir de los Estados obreros
que ninguna sociedad ha logrado acrecentar gus fuer--ya
zas productivas con vistas a resolver las necesidades
más elementales del ser humano en base al desarrollo
militar- en beneficio de os&'seguridad. El desarrollo
militar y aeroespacial soüético, al mismo tiempo, re-
futa las tonterías descomunales de los centroizquier-
distas argentinos que escriben la reüsta 'Ralid4d
Económ.ica.o, donde se aÍirma que la planificación serÍa
un factor de bÌoqueo del desarrollo moderno, y que, en
ausencia de mercado, no podrÍa haber tal deeanollo.
(Estos centroizquierdistas, sin embargo, se ciudan
muy bien de explicar cómo Ìa URSS habrÍa logrado ea-
ür del atraso semi-bárbaro de principios de siglo y con-
veÉirse en la segunda potencia industrial del planeta
sin la planificación aún desfigrrrada por la buocra-
cia). -
Cuando la burocracia intentó por enésima vez, a
través de Gorbachov, llegar a un acuerdo con el capi-
taüsmo mundial en función de recibir apoyo crediticio,
integrar:e paò{ficamente a la economÍa muadiat etc.
se puso de manifiestol a) que las nacione goc ban cr-
propiado al capital, y en donde el proletariado h. ddo
expropiado por la burocracia, no pueden eutaúa-
marse sin crear una situación revolucionsie, y b) qu.
la burocracia no puede desanollar ningun! pdËcr d€
yunque, Buenc Airee, lg?4.
Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4 endefensadel üÃanxflsmoo
acuerdo con el capitalismo mundial, sin desarrollar al
mismo tiempo las bases de la restauración del capita-
lismo. Este fue el punto de vista que tuvo el PO frente
a la poÌÍtica de Gorbachov y éste ee el punto de üsta
que se ha confirmado plenomente contra las principa-
les corrientes del 'trotskismo', que afirmaban que
Gorbachov era el Bismarck o el Roosveelt de la Unión
Soüética, el hombre que gretendÍa salvar al régimen
burocrático aplicando medidas que el conjunto de la
burocracia rechazúa- Esa pudo haber sido, subjetiva-
mente, la pretensión de C'orbachov, Pero objetivamen-
te, como lo demostraron experiencias anteriores que
no fueron lÌevadas tan lejos, una polÍtica de este tipo
lleva a un impasse y a unÊ crisis general del Estado
quê no puede evolucionar sino en el sentido de una
restauración eapitalista-
Desde el punto de ústa del conjunto de la econo-
mÍa mundiaì, este proc€so forma parte de la crisis
mundial porque la groducción de fuerzas productivas,
capital y mercancías sobrantes (que no encuentran sa-
lida en el mercado y que, desde el punto de vista eco-
nómico, significan declarar en obsolescenqia a la ma-
yor parte de la industria mundial), ya había comênza-
do a manifestarse en forma absolutamente declarada
desde fines de la déceda del'60. Incluso, luego de que
en los países deÌ Este se dermmbó la burocracia y los
sectores restauraeionistas tomaron el poder (y cuando
todo el mundo afirmaba que el capitalismo mundial se
fortalecerÍa), la consecuencia generaì es que, simuìtá-
neamente con esê prïceso, a-sistimos a una crisis mun-
dial capitalista de enorme envergadura.
La IIRSS, la crisis de 1929
y la crisis actual
La situación de la URSS y de la burocracia soüéti-
ca frente a Ìa crisis actuaÌ es notoriamente diferente a
Ìa que enfrentaba a fines de ìa década del '20, cuando
se desató una crisis mundial de tal envergadura que el
capitalismo no se recuperaría de ella sino con la Se-
gunda Guerra Mundial. Amigos y enemigos de la bu-
rocracia coinciden en afirmar que mientras en plena
crisis de 1929 la burocracia Ìlevaba adelante la colecti-
üzación del campo y ìa nacionalización de toda la in-
dustria de la URSS, hoy marcha a la restauración. Pe-
ro, en realidad, aunque esas diferencias puedan ser
muy grandes, importa ver las similitudes de la política
mundial y de la polÍtica de la burocracia frente a una
y otra crisis.
Ya en 192í27 Ìa burocracia de StaÌin, trató de sa-
car a ìa URSS del marasmo económico que la agobiaba
a través de la inyección de grandes créditos intsrna-
cionales. Pero el rógimen de Stalin no daba garantías
ni económicas ni poÌíticas sobre el uso (primero) y la
devolución (después) de cualquiera de esos créditos,
porque a los ojos del capitalismo mundial todavía era
la encarnación de la Revolución de Octubre y del bol-
chevismo. Se produjo entonces una violenta disputa en
el seno de la burocracia acerca de hasta qué punto ir
en ìas concesiones al imperialismo, algo que no podía
ser detprminado por cálculos previos Y que, en deter-
minado plano, podía conducir a la desintegración del
tr
país. (No hay que oÌüdar que Tïotsky habÍa advertido
que si no se encaraba Ìa industrialización, el parque
industrial deÌ paÍs quedaría fuera de funcionamiento).
En esta disputa en el seno de la burocracia, el im-
perialismo mundial a primera vista pueda
-aunque
parecer contradictorio con sus intereses- no apoyó a
la fracción de Bujarin (partidaria del endeudamiento y
de las concesiones aÌ capital externo, al punto de pro-
pagandizar la abolición del monopolio estatal dql co-
mercio exterior y Ìa des-nacionalización
-privatiza-
ción- de las tierras) sino que, de hecho (por omisión)
apoyó a la fracción de Stalin y Ìa tomó casi como su
aìiado poÌÍtico.Laraz6n es que, para el imperialismo,
StaÌin era el único capaz de garantizar eloord'en" errla
URSS (aún cuando estuüera obÌigado a resolver la es-
tabilidad política del pars mediante la coÌectiüzación
del campo para abastecer de alimentos a las ciudades
hambrientas). aQué diferencia hay entre la política
imperialista de la década del '30 de sostener, de he-
cho, a Stalin, y sus esfuerzos de ayer para mantener a
Gorbachov en eì poder y los de hoy para eütar ìa de-
sintegración de la URSS, para que el rubÌo sea la mo-
neda aceptada por todas Ìas repúblicas y para que el
pago de la deuda externa esté garantizada por todas
elÌas a través de un Banco Central único?
La poÌítica deÌ imperialismo puede confundir a
aquéllos que piensen que Ìo que quiere eÌ imperialismo
es la privatizaciôn. Pero eì imperialismo, que actúa
por motivaciones de clase y que va descubriendo tam-
bién su camino como cÌase de una forma empírica, en
nor'
todos los casos tiene como primerÍsimo objetivo el
d.en" ("ordcn y progreso" como reza ìa frase que está
inscripta en la bandera brasileía, y no "progreso y or'
*progre-
den" ). Para eì imperialismo, Ìa condición del
so" (es decir, de la restauración capitaÌista) no son los
planes de privatización sino la existencia un poder po-
Utico estatal fuerte capaz de aplicarÌos.Elnorden" es
la obsesión de Ìos explotadores (Rosa de tuxemburgo
escribía "el orden reina en Berlín'cuando triunfó la
contrarrevolución); lo demás no dejan de ser negocios
opriuados". (lPor eso, Ìos ataques de Ìa prensa imperia-
lista a las maffias que se van apoderando de distintas
parcelas de la propiedad en ìa ex- URSS, acelerando la
disÌocación deÌ Estado, son todavÍa mayores que los
ataques que dirigen contra el cìan Yoma!) El imperia-
lismo defiende, en primer lugar, el "orden", Ìo que ex-
plica no sóÌo su apoyo al goÌpe de Jaruzelski contra So-
üdaridad en PoÌonia sino también su tardío repudio al
golpe de agosto en la URSS, deÌ que sólo se "despegó"
cuando se convenció de que éste no tenía ninguna base
sólida.
Se afirma también que, a diferencia de la hora ac-
tual, a fines de la década del '20 y a principios de la
del '30 ìa burocracia staÌinista estaba consolidada. En
la década del '30 en la URSS hubo un proceso de reac-
ción poÌítica y se produjeron victorias de la burocracia
contra las masas peïo quê, sin embargo, no llegaron a
consoìidar su dominación. Por eso TYotsky caracterizó
al régimen burocrático en esa década como un régi-
men en crisis, y su manifestación más paÌpable es que
Stalin se vió obligado a asesinar a Ìa plana mayor del
oPracesos
Partido Comunista y del Ejército Rojo en los
 en defensa del Dfranxflsnao
de Moscú" y las purgas posteriores y marchar a una
colectiüzación del campo al costo de millones de vícti-
mas para garantizar el abastecimiento de las ciuda-
des.
;Puede afirmarse que la crisis soviética de fines de
la década'del '2Q eraya la manifestación de una crisis
mundial? La URSS, eúdentemente, no escapaba a la
influenqia de la economía mundial pero la integración
de la economía soviética a ìa economía mundial y la
integración polÍtica de la burocracia al orden imperia-
lista no estaban t'an avanzadas y, por lo tanto, esa cri-
sis no tenía las caract€rísticas de la presente. Enton-
ces, la Unión Soviética un país atrasado que
-como
tenía enormes reservas económicas a explotar y donde
la planificación haçÍa sus primeras armas- podía en-
contrar un marco de desenvolümiento económico aun
en el estadio de esa crisis mundial.
Revolución política
Hemos seíalado las contradicciones de los regíme-
nes burocráticos: la inviabiüdad de la autarquÍa, la po-
lítica de saqueo de la propiedad estatal por paúe de ìa
burocracia, quê se apropia en su beneficio de la êcono-
mÍa del país y que va destruyendo sus bases sociales,
la presión del capitalismo mundial. Pero el desarrollo
histórico concreto tiene que ser precisado; no fueron
las categorías abstractas de la presión económica o de
la insuficiencia de desarroÌlo auhárquico las que hicie-
ron estallar la crisis. La inviabilidad histórica de los
regímenes burocrátieos se materializó en la forma de
una lucha de clases determinada y concreta. La'prime-
ra manifestación, el primer fenómeno serio, profundo
y de gran alcance que determinó el origen y las conse-
cuencias de esta crisis es la huelga general polaca de
1980, la ocupación de los astilleros y el surgimiento de
Solidaridad. A quienes niegan el fenómeno de la revo-
ntec'
ìución política y disuelven ìa crisis en términos de
npresión" nrnodelos de acuntulación', hay
nologíau, o los partidos monárquicos perdieron una elección mu-
que recordarles que fueron las Ìuchas tenaces y persis-
tentes de lae masas en Polonia, en Hungría, en Checo-
eslovaquia, en Alemania Oriental las que determina-
ron la inüabilidad política concreta de los regímenes
burocráticos. La burocracialanz6 la perestroika y el
gìasnost, antes que para resolver sus problemas eco-
nómicos, como una medida de defensa contra la revo-
ìución proletaria y como un reclamo de apoyo al impe-
rialismo contra esa revolución.
oTime" publicó reciente-
La revista norteamercana
mente un larguísimo artícuìo aeetca de los acuerdos
tejidqs entre Reagan y el Papa para apoyar a Solidari-
dad. Resulta extrafro que Echegaray no haya tomado
esa información para demostrar que fueron Reagan y
el Papa, y no las masas, los responsables de ìa crisis
en la Unión Soviéüca. [Por qué no 1o hizo? Porque co-
mo dice la.revista oTimêo, esa
osanta, alianza" pata
apoyar a Solidaridad comenzó a liartir de 1982, cuan-
do ya Solidaridad no era una fuerza política relevante
y sus dirigentes estaban encarceiados, cuando ya se
había producido el golpe de Estado y ya regía la ley
marcial, es decir, cuando ya había triunfado la contra-
rrevolución burocráüca: mienà'q las masas estuvie-
Setiembre de 1992 . afio'l . Ne 4
ron en ascenso no hubo ningún acuerdo enhe el Papa
y Reagan para apoyar a Solidaridad sino todo Io con-
trario. EÌ ministro de Defensa de Poloniq por ejemplo,
se escapó a tos EE.UU. y puso sobre aviso a Reagan de
que en diciembre del'81 Jaruselski pensaba dar un
golpe de Estado; iningún servicio de informaciones del
mundo informó a Solidaridad de que en diciembre de
1981 Jaruselski iba a dar un golpe de Estado contra
ella! Luego, Reagan y Wojtila trataron de usar al
nnu.erto" para ejercer una presión política sobre la bu-
rocracia, pero después de algunas maniobras Jarusels-
ki eonsiguió renovar los créditos de Polonia con la ban-
ca internacional. En consecuencia, cualquiera haya si-
do el complot que armaron el Papa con Reagan, el
FMI y el Banco Mundiai seguían sosteniendo a Jaru-
selski frente a ìa revolución política y frente a la eú-
deneia de que fenómenos de la misma envergadura se
estaban planteando en Europa del Este.
' En Ia URSS y en Europa del Este se ha abierto un
proceso de revolución política poïquê 1e) los regímenes
han sido quebrados por sus propias contradicciones;
2e) no han sido sustituidos por una contrarrevolución
triunfante; y 3q) han cardo porque ya no podÍan conte-
ner más a las propias masas. Se ha abierto un proceso
revolucionario, una situación revolucionaria: o el régi-
men restableee, por vías democráticas o contrarrevolu-
cionarias directas, un nuevo equilibrio o varnos a una
revolución.
Existe una revolución poìítica en ìa URSS y en to'
da Europa Oriental, en el sentido de que hay un perío-
do de acciones, movimientos y hasta una insurrección
de las masas, y de que se ha creado una situación re-
volucionaria. El reflujo actual de ìas masas importa
pero de ningún modo para negar el carácter del con-
junto de la etapa (de ìa misma manera que el grado de
participación, conciencia y organización de las masas
espaõolas en 1931 no impidió a Tlotsky caracterizar
q:u.e "había comenzado la reuolución espafr,ola" cuando
nicipal y, como consecuencia de esa derrota, se produjo
una crisis en la cúpula y en24 horas el rey abdiaó ...
sin que fuera derribado por las masas).
La rebelión de los obreros polacos, rusos, etc., for-
ma parte de la revolución mundial, y es otra expresión
del carácter mundial de la crisis. Â1 defender sus con-
quistas sociales y sus nuevas conquistas de organiza-
ción y de acción, Ìa Ìucha de las masas del Este gene-
taliza, apuntala y ayuda a la defensa de esas nisrnas
conquistas en cuaìquier pars capitalista- Esto explica
la tendencia ascendente que empieza a manifcgtatse
en las masas de Occidente, Ìuego del der:rmbe & los
regÍmenes burocráticos. El imperiaÌismo ha teaido que
contemporizar con la clase obrera de los diferertcs pa-
íses y defender las superestrueturas denocrdirantes
que las masâs ìe impusieron cuando crrJi"r'[rl lae dida-
duras miÌitares, en contraste con el cnadrs poHtico
ideaì para el imperialismo frente a una sigis cmo la
de la URSS, que sería tener bien sujets a bs rns'cae
en Occidente. El imperialismo no puede ir a ln cmEa-
rrevolución en la URSS en un cuadro de libçttÒs de-
mocráticas y huelgas en ascenso en w pnqir duüade-
la. No hav que olüdar que cuando lb*ky wíbió

Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4
"La. Reuoluci.ón Tlaieinnadzo, el naeismo y eì fascismo
habÍan triunfado en Alemania y en ltalia y había un
período de reacción política mundial. La posibiÌidad de
la üctoría de la contratrevolución en la URSS, punto
de partida de la restauración capitaÌista" se apoyaba
en la reacción mundial y formúa parte de ella-
Hoy en los aÌtos círculos imperialistas se discute si
es neceËario lanzar, o no, un 'pbn Marshall" para la
tlRSS. Algunos
otúrirx' imperialistas sostienen que,
cualquiera fuera la decisión, el capitalÍsmo mundial
no tiene los fondos necesarie para embarcarse en una
empresa de tamaia magnítud como consecuencia de
la acumuìación de déficits fiscales, de deudas públicas
monumentales, de las perspectivas de quiebras banca-
rias en sus propios países. Es un dato importante, por-
que revela que eÌ imperiaÌÌsmo está históricamente
debiiitado para asumir la tarea de la restauración en
la URSS. Lo que interesa destacar, sin embargo, es
que cuando discuten el probleoa" lm imperialistas se-
flalan que la gran diferencia enãe la situación de Eu-
ropa y Japón de la pcguerra y Ia situación actual de
la URSS es que cuando Ìanzaron el'p/an Marshall"
originaì (créditc para Europa y p€ra Japón), el ejérci-
to norteamericano ocupaba femania y Japón, es decir
que eran créditos y apo)-o econórnico a naciones ocupa-
das militarmente. Efectivarnente, ésa no sóÌo es la
gran diferencia sino que, además, el ìmperiaÌismo es
conciente de ello.
Las discusiones aÌrededcn del ?lan Marshall" so-
viético vienen a eonfirmar, cincuenta y cinco af,os des-
pués, los pronósticos fundamentales de frotsky.
Cuando Trotsky seÃaìó ìa perspectiva de una contra-
rrevolución afirmó que si el partido burgués tomaba eÌ
poder, aplastaría a Ìas masas y organizaría entonces
la restauración capitaÌista; corno consecuencia de la
contrarrevolución, eÌ Estado se potenciaría en su capa-
cidad de aeción contrarrevalucionaria- Una manifesta-
ción del proceso de revolución política que estamos vi-
viendo es que estos Estados se han quebrado como
consecuencia de la crisis y de ìos movimientos de las
masas, de ning]iLn modo se han potenciado' En Rusia,
Yeltsin, presidente y pnmer minisf,1's, no controla ni
las Ìocalidades ni los municipios ni Ìas empresas, que
no lÌevan adelante muchas de las medidps que él orde_
na. eQué capitalista va a exportar su capital a un Ìu-
gar dónde no se sabe quien decide? (Más aún cuando
hay un "hambre'mundial de capitales y fondos frescos
por la envergadura de la crisis capitalista y cuando el
negocio para el capitalista no es meter capital en Ia
URSS y crear sus propias empresas, sino expropiar en
su beneficio el capitaÌ productivo de ìa nación, es decir
privatizar las empresas soviéticas).
Algunas coúentes -trotshistas', como la revista
que dirige Pierre Broué, sostienen que en la URSS
hay una revoìución poUtica, pero no una revolución
ndemo'
política "socialista.o sino una revolueión pohtica
crá.tica.o. El único sentido que tiene la expresión 'reuo-
lución política detnacnítice" es abogar por eì reempla-
zo de la dictadura burocrática por un sistema parla-
mentarista; sólo en ese sentido se puede habÌar de una
oreuolución política d.emrcníticao como una cosa dife-
rente de la revolución política, que teniendo un carác'
-,1
en defensa det lMarxflsmoo
tr
ter democrático (porque denoca la díctadura de la bg-
rocracia) es socialista por las basee sociales del Esta-
do. Naturalmente, los que sostienen esta tesis la encu-
bren afrrmando que en la Unión Soüética la revoÌu-
ción política signiÍica la conquista de la democracia,
porque el contenido social del régimen, de un modo ge-
neral, no va a ser rnodificado; no tendr{a sentido, en-
tonces, hablar de una revolucÍón polÍtica socialista.
lPero si Ìa revolución es polÍtica, el contenido socialis-
ta le está dado de antemano! El único sentido de la te'
sis de Ìa nreuohrción política democr<ítica" es plantear
la vigencia del "Esta.da de d.erecho", que en los países
burocráticos significa el respeto de los derechos adqui-
ridos por la burocracia. En estê sentido, la revolución
democrática, es un principio de contrarrevolución de-
mocrática, que se enfrenta a la dictadura del proleta-
riado y configura un intento de restauración por la vía
de la demagogia democratizante; postular el parla-
mentarismo, el retorno a Kerensky, no es un punto de
üsta revolucionario frente al desenvolvimiento histó-
rico de la Unión Soviética. La reüsta que dirige Pierre
Broué no identifica a la revolución política con la dic'
tadura del proletariado, lo cual sólo puede significar,
de un lado, un camuflage de la burocracia con-
-que
serva su dominación económica-y, del otro, ün camu'
Ítage de larestauración capitalista. El contenido histó-
rico del parlamentarisrno es contratrevoluci onario.
El ÍntrÍngulis teórico delaoreuohrción política de'
mocrdtica.'tiene como única función encubrir al ala de
la burocracia que afirma estar encabezando una tevo'
lución democrática (iYeltsin!) cuando está actuando en
función de la restauración capitalista. En consonancia
con esta tesis, sostienen que "en Ia lucha' contrq' el m'o'
nopolio del PC, es necesario hacer un frente'único con
Yeltsin". El PO de la revolución política,
-partidario
es decìr, la dictadura del proletariado- Ìucha, por el
contrario, independientemente contra el monopolio del
poder político de Ìos stalinistas; jamás en un frente
únjco con Yeltsin. Si hay un golpe de Estado, podemos
estar en la calle al igual que Yeltsin, pero naturalmen-
te por motivos completamente diferentes a los suyos
(como hemos estado en la calle en Semana Santa sin
ser alfonsinistas y como ha estado el Partido Bolchevi-
quê en ìa calle contra el golpe de Kornilov sin ser ke-
renskysta). Estos *trotskisúas' ìlegan a afirmar que
hay una "reuolución política democrótica" porque "J,zs
mã.sas no han maduradn para el socialisrno', es decir
que las masas quieren la democracia parlamentaria
con mercado y "Iibre iniciatiua". Exactamente eso es Ia
restauración capitalista y ésos son los únicos términos
en que son capaces de defender la idea que ellos se ha-
cen de que hay una"reuotución" enla URSS. Sin Yelt-
sin y cÍa,, son incapaces de comprender que hay una
revolución en curso, es decir, una descomposición del
viejo aparato estatal y un despertar de las masas.
El Mas, por su parte, plantea que se desarrolla
oreuolución política anüburocrtitica'', vrra redun'
una
dancia. Quiere decir que se limita a desalojar a la bu-
rocracia del poder, por la vía de una democratización
de las instituciones del Estado. Es decir que no plan-
tea la expropiación de los derechos políticos de la bu-
rocracia como categorÍa sociaì ni de los medios econó-
 l-Gl
tt
endefensadel üfrarxflsmoo
micos que ha acumulado. EÌ Mas se coloca entonces
también en el campo de la revolución democrática, al-
go natural ya que ha reemplazado la consigna estraté_
gica cardinal del marxismo, la dictadura deÌ proleta_
riado, por e\ "socialismo con democracia".
La unilateralidad mrás vulgar domina las posicio-
nes de ìa izquierda y de los otrotskistas,. En una poÌé-
mica reciente, el PC argentino criticó al Mas por ,ro
ver quê las masas en la URSS hoy están en una situa-
ción ihfinitamente peor que en el pasado reciente; esto
porque sus condiciones de üda se han dermmbado. El
Mas responde que la afirmación del PC es crimimal,
porque ahora las masas üenen libertad de organiza-
ción. Naturaìmente que sólo un stalinista puede repu-
diar ìas conquistas democráticas de las mas.s ien
nombre de su saìario o de cuaÌquier otra cosa). pero
sóìo un democratizante puede desconocer que hoy los
trabajadores en ìa URSS ganan un salario equivaiente
al LVo de la canasta famiÌiar en nombre de la conquis-
ta de Ìibertades democráücas. Conquistas demociáti-
cas y denumbe de las condiciones de vida de las ma-
sas son expresiones de dos tendencias contradictorias
y excluyentes de la situación soüética: las primeras
son la expresión del desarrollo de una revoluãión polí-
tica; eÌ último es expresión del proceso de restauración
en curso. Los derechos de organización y lucha que
han conquistado Ìas masas no son .la reuohrción de-
mocnÍtica" sino la base de su lucha por la expropiación
poìÍtica y económica de la burocracia y la ìiqúdaciOn
de Ìa tendencia restauradora.
El Mas, en su momento, afirmó que había una re-
volución política antiburocrática, un enorme moü-
miento de masas y activistas de vanguardia pero que
el imperiaÌismo había logrado Ìanzar una *contraofen-
siua" por la falta de un partido revolucÍonario. pero es-
to no pasa de ser un esquema. Para tener un partido
revolucionario, los grandes movimientos revoluciona-
rios tuvieron que pasar, antes, por diversas etapas de
maduración revoÌucionaria. La Revolución francesa de
1789 no se produjo porque un día Ìos franceses se can-
saron de ìa monarquÍa, hicieron la revoÌución y le cor-
taron ìa cabeza aì rey. La monarquía estaba condena-
da por el puebÌo, en los bares, en los cafés, en las ca-
Ììes, en su conciencia, mucho antes de que una deter-
minada conjunción de fuerzas políticas, en una coJ rn-
tura determinada, lÌevara al triunfo a Ìa Revolución
Francesa. Lo mismo con el zarismo: el partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia se fundó en 1896, afro que
se consideró un afro de gran auge de huelgas; hubo
grandes huelgas, moüìizaciones y luchas en 1902; el
"ensayo general" de 1905; Ìa lucha de los estratos infe-
riores de la nobleza por derrocar a la monarqúa venía
desde diciembre de 1825. Hoy estamos ante los prime-
ros pasos (que son diferentes en cada país) de un mo-
ümiento de enorme alcance; no se puede negar la re-
volución política y condenar los esfuerzos de las masas
con el pretexto de que falta (por ahora) un partido re-
volucionario.
!e].f.ry_nsa Obrera, ne 350, "El carácter del Estado en la ex-URSS',
29n192.
setiembre de 1992. afio 1 . Ne 4
El carácter del Estado en la ex-UR.SS
La crisis actual ha demostrado que la burocracia
es efectivamente una casta parasitaria que expropia
económicamente las conquistas de la Revolución y el
patrimonio del país y expropia polÍticamente al prole-
tariado, y que solamente puede afirrnar sus priüiegios
si se transforma en una clase propietaria. En este pro-
ceso se manifiestan en forma extraordinaria ìas ten-
dencias restauracionistas de la burocracia. Un arlculo
recÍente en "The New York Times" informa que el di-
rectorio de una gran empresa le alquila una parte de
su proceso de producción al presidente del directorio:
éste se hace cargo del proceso de producción con los
obreros de la misma empresa, la vende a la empresa, y
se queda con el beneficio unã vez deducido el alquilei.
En Prensa Obrera (8) seüatábamos que l" ex-
IIRSS no existe un código ciüt que garantice"nel dere-
cho de propiedad ni que determine las características
de los contratos pero que se han establecido un con-
junto de normasjurídicas de hecho para garantizar los
contratos entre las distintas empresaÊr. Apenas Gorba-
chov, por ejemplo, dio libertad comersial con el exte-
rior y abolió parcialmente el control del comercio exte-
rior, los burócratas fugaron casi 3000 millones de dó-
lares de las reservas de diüsas y oro del Banco Cen-
tral a las cuentas que tenían en los banôos extranje-
ros. En dos afros las r€servas del Banco Central caye-
ron de tres miì millones de dólares, a 20 millones. Ès-
tá claramente en desarrollo un proceso abierto y de-
clarado de acurnulación privada de capital.
Algunas corrientes 'trotskistaso, los posadistas y
especialmente Mandel, sostenÍan que esto era Ímposi-
ble porque, como la burocracia depende de la prãpie-
dad estatal, estaía 'cond,enad,ao a defenderla ante Ìa
presión del imperialismo, es decir, a ser revoluciona-
ria. Mandel aÍirmó que como la burocracia está consti-
tuida como por dieciocho millones de personas, dividi-
das en numerosos estratos, y como la inmensa mayo-
ría de estos estratos no tiene ningún recurso para
transformarse en capitalista, estaría ocondenado, a
defender la propiedad estatal. Esto no es más que un
encubrimiento ideológico parajustificar su respaldo a
la burocracia; los burócratas no necesitan recurEffr pa-
ra convertirse en capitalistas; lo que necesitan es el
poder políüco para simplemente expropiar la propie-
dad estatal sin poner un peso, y esto depende ae su
alianza con el capital mundiaÌ. Pero el error funda-
mental es que entf,e el millón de burócratas superiores
que dominan las palancas del Estado y los ohos dieci-
siete milÌones existe la misma relación que enfe la
gran burguesÍa y la pequef,oburguesÍa en el proceso de
polarización social capitalista: una vez quc el millón
de'grandes burócrataso se lanza a una poìÍtica de res-
tauración capitalista, los diecisiete millonee &.gue-
fios burfuratas'o se someten a sus dictade y re aao-
cian a ellos, o se verán obligados a proìetarizare.
El proceso de disolución del Estado Ohrem y la
tendencia restauracionista de la burocrracia ,re €rÊ-ha
 Setiembre de 1992 . aõo 1 . Ne 4
presente, como tendencia, con anterioridad a la peres-
troika. Estaba presente en PoÌonia (que con una deuda
externa de 40.000 rnillones de dólares se habra conver-
tido en una semicoÌorua del FIVíI igual que Ruma-
nia, Hungría, Checoslovaquia o-d Yugosìavia- mien-
tras los burócratas fugaban fondm al erterior); estaba
presente en China (en hensa Obrera (9) mostramos
cómo poco antes de la ms"acre de Tienanmen, cuando
las moviìizaciones estaban en ascenso, se producía
una fuga de capitales hacia Oecidente porque los buró-
cratas no estaban segìrros de poder dominar la rebe-
lión y, ante la posibilidad de que ésta triunfara, saca-
ban sus oahorros'a Europa. para pr€parar su exiÌio);
estaba presente en la URSS coola'reforma económi-
cc'en la época de Liberman ;* Ikuschov (Kruschov fue
el primero que discutió la posibílidad de que Alemania
Occidental se anexara a Alemania OrientaÌ y ésa fue,
probabÌemente, la causa de su caída). En consecuen-
cia, cuando Gorbachov adopto ìa poìÍtica exterior de
"desrnantekrmiento de l-ds defenss úqioreso
-Ìa ex-
presión es de su ex-canciller Sheverdnadze (10I--y no
lo voltearon, cuando e1 Soriet Sugremo y el Alto Man-
do militar votaron Ìos tratados de Ìa anexión de la
RDA a la RFA y Ìos hatados de armamentos que con-
sagraban la superioridad nilitar estratégica nortea-
mericana, entonces, cuando todo esto ocurría, la única
conclusión posible era caracterizaÌ que la burocracia
soviética marchaba abiertamente a Ìa restauración y
que actuaba en eì teneno de ìa poÌrtica intprnacionaì
conforme a esta orientación.
iQué significpha si no gue una nación como Polo-
nia tuüera ,rtt sndsuirmiento externo de 40.000 mi-
Ìlones de dóÌares y aplÌcara pÌanes fondomonetaristas?
Su propiedad todaúa poòa estar estatizada pero ya
Polonia êra una semicolonia del FMI y de Ia banca in-
ternacional y ya la erplotación social de los trabajado-
res en beneficio de la burocracia poÌaca era una parce-
la ínfima en comparación con esa misma explotación
dirigida a saüsfacer eÌ pago de los intereses de la ban-
ca mundial.
Asistimos a un giro mu.v importante de ìa situa-
ción mundial. los procesos de restauración capitalista
quê se iniciaron tímidamente bajo el perÍodo gorba-
chiano adquieren, de golpe, caracteústicas muy ac€n-
tuadas con posterioridad a ìa toma del poder por Yelt-
sin. ;Se trata solamente de que subió al poder ìa frac-
ción restauracionista de ìa burocracia? No sólo es eso
sino que, además, hay un fenómeno más complejo y
profundo. YeÌtsin, en realidart, no tiene una sola idea
cÌara sobre cómo reintroducir el capitaìismo en Ìa
URSS porque ìa restauración capitalista que no aÌTan-
ca con la üctoria de Ia confuanevoÌución y con la mili-
tarización de las masas es un proceso úsolutamente
caótico de descomposición económica. Es a partir del
Estado que se puede camfiar la naturaleza social de
las soeiedades intermedias; al revés, seía un proceso
extremadamente largo y convulsivo (en cuyo transcur-
so deberían ocurrir golpes, contrarrevoìuciones y ocu-
paciones rnilitares que definirían en qué sentido se de-
(9) Prensa Obrera, Ìf 272, 'Un pequeío eable que denuncia una
gran descompeición', 296/89.
(10) Edouard Shevardnadze, "El futuro pertenece a la libertad',
endefensadet üfrarxflemao
tr
sarrolÌa el proceso). Cuando Yeltsin se Ìanza con ma-
yor ügor a Ìa restauración capitalista es porque la cri-
sis deì Estado llegó a un punto tan extremo gue sin el
sostén abierto y descarado del FMI y de la banca mun-
dial la burocracia no puede hacer frente a las masas ni
un instante. Tiene que dar un salto desesperadamente
hacia el vacío para presentar un frente común con el
imperialismo contra las masas. De lo contrario es im-
posibìe expÌicar el giro tan acentuado que se produce a
parüir de que Yeltsin era un burócrata como
cualquier otro- llega al poder: este giro es una mani-
-que
festación de un proceso político, no del oprogramo.' de
Yeìtsin. En hensa Obrera (11) los pro-
-comentando
blemas que enfrentaba la restauración capitalista en
la URSS- pronosticamos que los planes oreformistas"
nunca iban a salir del papel y que sólo se iban a poner
en marcha como consêcuencia de grandes coÌisiones de
clases, sobre eì fuego mismo de los acontecimientos,
improüsadamente. Mientras discutan uno u otro plan,
nunca van a aplicar ninguno. Pero cuando el Estado
se hunda y desesperadamente haya que ir en una di-
rección, a través de la lucha, del choque de fuerzas so-
ciales, se va a definir eì curso de los acontecimientos.
Así ocurrió luego deÌ golpe de Estado de agosto: frente
aÌ vacío de poder y la crÍsis de Estado, Yeltsin salió a
buscar desesperadamente una apoyatura en el impe-
rialismo mundiaì. Esa apoyatura, sin embargo, está
en duda. ;Dónde están los veintiséis miÌ millones de
dólares prometidos por la banca mundial? Todavía lo
están discutiendo, pero mientras tanto Ìos burócratas
y toda una serie de sectores siguen acumulando capi-
tal y, en la medida de lo posible, mandándolo al exte-
rior.
El Partido Obrero define el carácter del Estado en
la ex-Unión Soüética como un Estado obrero en des-
composición, Estado obrero en disolución, cuyos eÌe-
mentos dinámicos son, d€ un Ìado, la negación del Es-
tado obrero a través de una poÌítica de restauración
capitaÌista (y en esa medida, el Estado obrero, como
protección de las relaciones sociales de la RevoÌución,
ha dejado de existir); y, de otro lado, larevolución polÍ-
tica de las masas que potencialmente tiende a la ex-
propiación de la burocracia. Ese es eì elemento contra-
dictorio de la situación donde no hay una expresión
políticamente conciente de los trabajadores en defensa
de sus propias conquistas.
No se puede encasilìar un proceso de restauración
capitalista como éste en términos que son apenas sus
variantes. Por ejemplo, que un Estado obrero no setía
capitalista hasta que no esté e\ "sujeto histórico', es
decir, hasta que no haya capitalistas. Si esa fuera la
condición, nunca va a haber capitalismo en la Unión
Soüética porque es muy difícil que aparezcan como
clase dominante los "sujetos" capitaÌistas si antes no
se apoderan del poder del Estado. EÌ capitalismo se
desarroÌló en los intersticios de la sociedad feudal a
través del capital comercial; en la URSS no va a ocu-
rrir una cosa de este tipo, o por lo menos es una va-
riante extremadamente remota. kimero hay que re-
Ediciones B.,Barcelona, 1991.
(11) Prensa Obrera, "Por qué fracasó el,Plan de loe Quinientos
ãíaeú,2J4/91.
 en ôefeilta d€l Marxfumao
solver el problema del poder político; luego, el proble-
ma de las relaciones sociales. Esto no significa que el
poder polÍtico invente las relaciones sociales, porque
ese poder político, que fue capturado por fuerzas res-
tauracionistas, va s impulsar el capitalismo apoyándo-
se en toda las relaciones económicas internacionales
gestadas bajo el régimen burocrático. Trotsky sefraló
que si triuhfara la contrarrevolución y tomara el po-
der, la Unión Soüética dejarÍa de ser un Estado Obre-
ro *inclt"tsiue d.unq.te toda la propiúad sea estalal' y
hasta llegó a afirmar que la contrarrevolución no iba a
privatizar inmediatamente las empresas, esto para
aprovechar las ventajas del monopolio estatal que pre
ducir{a plusvalía, beneficios, que por los distintos ca-
nales del presupuesto del Estado, del comercio exte-
rior, etc., alimentarían la acumulación privada deì ca-
pital mundial. Cuando se estabilizara, el poder contra-
rrevolucionario podría entonces comenzar un proceso
de privatización en beneÍicio de los grandes pulpos
rnonopólicos internacionales. ;Dónde está entonces eì
"sujeto" capitalista? En la fuerza política que tomó el
poder del Estado, que es la representante del capita-
lisrno, de Estados capitalistas y, por lo tanto, el impe-
rialismo mundial es el*sujeto" de este Estado.
Hay que distinguir entre Estado, gobierno y régl-
men y, una vez hecha la distinción, relacionarlos; es
un principio de la dialéctica. En la ex-URSS no hay
gobiernos capitaÌistas, no hay ninguna clase capitalis-
ta que sea Ìa base social de Yeltsin y de los dirigentes
de las repúblicas, asÍ como tampoco hay ninguna clase
capitalista que sêa la base social de \Malesa. Son go-
biernos restauracionistas, por su política, que reflejan
los intereses de la burocracia que quiere la restaura-
ción. En Polonia, por ejemplo, con el objeto de aplacar
a las masas -*que sufren un desempleo del 157o, viven
en una situación desesperante y que responsabilizan a
Walesa por permitir que los burócatas stalinistas si-
gan en sus puestos y enriqueciéndose-, un ala del
walesismo qúere montar una eampaía contra los üe-
jos burócratas stalinistas. Se trata, evidentemente, de
una campaõa reaccionaria para fortslecer al gobierno
contra las masas y proseguir el proceso capitalista. Pe-
ro, por otra parte, la campaf,a atacarÍa las bases socia-
les del gobierno, porque tendría que comênzar por de-
purar al propio Ejército, cuyos mandos siguen siendo
los staÌinistas. Cat6lico y restauracionista, el gobierno
de Walesa no es, sin embargo, un gobierno capitalista
en el sentido de que haya capitalistas de carne y hueso
que sean su base; sigue sosteniéndose con el concurso
de la burocracia stalinista.
;Qué significa Estado obrero en descomposición?
El PO, naturalmente, no plantea que la URSS sea un
tipo intermedio de Estado entre el Estado obrero y el
Estado burgués sino que seflala un proceso (contradic-
torio) de disolución de las bases sociales del Estado
obrero. No se puede determinar la fecha exacta en que
un Estado se transforma exactamente en eì otro; hay
cambios cualitativos y eìementos de conservación;
cuando hay un moümiento revolucionario determina-
do, ayuda a clarificar que hay un giro político en un
determinado instante. Pero len qué momento el Esta.
do francés se conürtió de feudal en capitalista? AlSo-
Setiembre de 1992. aõo 1 . No 4
nos historiadores dicsn que fue con la declarasión del
4 de agosto de 1789, cuando la Convenqión Constitu-
yente decìaró abolidos los derechoe feudales; pero
otros dicen que no fue el 4 de agosto de 1?89 -ì)orque
la Convención Consütuyente abolió los derechos feu-
dales autorizando a los campesinog a reecatarìos en
dinero, lo que equivale a un reconocimiento de ese de-
recho feudal- sino cuando Robespierre abolió el res-
cate monetario de los derechos feudales.
Un Estado capitalista con un gobierno obrero, por
ejemplo, es un Estado capitalista en disolución (natu-
ralmente, si el partido obrero que está en el gobierno
es un partido revolucionario). Un gobierno laborista
en Gran Bretafla no significaría, ciertamente, que
Gran Bretafra fuera un Estado capitalista en disolu-
ción porque, oomo ya 1o seflalõ la III Internacional, un
gobierno obrero de estâs características, por su políti-
ca, por representar los intereses de la aristogracia
obrera" sería un gobierno obrero burgués y, por lo tan-
to, el Estado capitalista no estarÍa en disolución. Pero
si el que toma el poder o el que sube al gobierno es un
partido revolucionario y es un gobiemo anticapitalista
quê arrna a las masas, hay un principio de disolución
del Estado capitalista, porque una de las palancas del
Estado ha dejado de estar en manos de los capitalis-
tas, algo de lo cual son muy celosos custodios. Los ca-
pitaÌistas en EE.UU. prefieren a los republicanos que
a los demócratas (a pesar de que son tan capitalistas
como los repubìicanos); prefieren los conservadores a
los laboristas; Collor al PI (pese a que los laboristas y
el Pï están dirigidos por burocracias sóìidamente in-
tegradas al Estado y al orden capitalista). En conse-
cuencia, si sube un gobierno obrero, en el sentido leni-
nistq es decir, revolucionario, hay un principio de di-
soÌución del Estado. Lo que importa destacar es que
los Estados ruso, ucraniano, etc., con egtos gobiernos
(que no son todavía capitalistas sino burocráticos, es
decir, restauracionistas) no defienden las relasiones
de propiedad frente a la presión imperialista; las de-
fienden sólo como un instrumento de subsisteneia del
propio régimen con üstas a esa transformación capita-
lista, para eütar que un dislocamiento conduzca sim-
plemente a la revolución.
En la Unión Soviética, hay una crisis y un disloca-
miento colosal del Estado pero, aun bajo esa rìisloca-
ción, el Estado existe y, poi lo tanto, tiene lc instru-
mentos represivos propios de todo Estado. El ejército
existe y la burocracia ha hecho un esfuerzo descomu-
nal para preservarlo de ìa descomposición. El ejército,
sin embargo, no ha podido sustraerse de este proceso
general y atraviesa una fase de desintegración enorme
en todos los niveles, pero tiene su Estado Mayor, ac-
túa, y impoúante- en el curso del golpe de
-muy
agosto, en lo fundamental, no se rompió la cadena de
mandos, algo que, por ejemplo, ocurrió en la Argenti-
na, durante los acontecimientos de Semana Santa
(que son irrelevantes como expresión de ìa aisis del
Estado en comparación eon el golpe de agodo)-
La URSS es un Estado obrero en disoluejón. Pero,
entonces, si es un Estado en disolución, todaúa seía,
por lo tanto, un Estado obrero, ;desde qué rángulo ee
un Estado Obrero? Desde un ángulo quê no ücnc que
 Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4 en d,efensa d.el üfrarxflSmoo
ver, principalmente, con Ìa estrrrctura formal deÌ Esta-
do. Las empresas soviéticas no están aún en manos de
los capitalistas, no tienen las caracterÍsücas de una
fábrica de cualquier paÍs capitalista donde la autori-
dad sobre eì obrero tiene una base hisü5rica y esüi fun-
dada en una relación de propiedad. En Argentina, por
ejemplo, los trabajadores de ENTeì, y hasta cierto
punto los usuarios, estaban en contra de la privatiza-
ción de los teléfonos pero nadie cuestionó eì derecho
del gobierno a privatizar los teléfonos porque en Ar-
gentina existe la propiedad capitalista y eÌ Estado es
propietario, no en nombre del pueblo, sino como un ca-
pitalista más. En la ex-Unión Soviética" los obreros
han formado comités de fiábrica que s€ arrogan el de-
recho a decidir cómo, por qué y quién va a decidir la
privatizaeión; ìos obreros todaría se consideran due-
flos de ìas fábricas. Entonces, no se trata de un proble-
ma de propiedad sino de que el principio estatal está
en contradicción, o está en crisis, en la sociedad. Esto
tiene una expresión tan aguda que en todas las priva-
tizaciones se discute si hay que darÌe las fábricas a ìos
obreros bajo la forma de enbega de acciones gratuitas
(si no en el cien por ciento, en el sincuenta por ciento u
otra proporción signifi'cativa). Quienes lo proponen
sostienen que, de otra n-rnnera, los obreros impedirÍan
la privatización; por el conbario, si recibieran gratui-
tamente una fracsión susancial de las acciones de la
êmpresa, estar{an obligados a interesarse en aumen-
tar la producción y el rendimiento, en someterse a las
leyes del mercado, en tomar medidas de despidos y, de
esa manera, se iría produciendo la traosición. En Che-
coslovaquia, por ejempÌo, hay ìargas colas de personas
para que se Ìes entregue un eupón, no de una fábrica
en particular sino de todo el apa.rato productivo che-
coslovaco en general; se ha dirìdido ìa propiedad entre
toda la población entregando cupones y Ìas fábricas
van a ser manejadsg por -fondrc de inuersiót{ que van
a ser la "gererrcia d.el pueblo'y después cada habitante
recibirá Ìos beneficios correspondientes a Ìas acciones
que tenga en su poder- Es exactamente lo que Tlotsky
definía como un "cepiÍalìsmn de Estada".
Pero para los capitaÌistas, esta,'solución' plantea
un enonne problema porque Ìos trabajadores siguen
viendo a las relaciones jurídicas de propiedad no como
una categorÍa capitalista. -The Eqtnmrst" de Londres
ataca furiosamente esta'sohción'y plantea que si en
la URSS se llegan a repartir Ìas acciones de las em-
presas entre sus obreros no habrá ningtín napoyo" del
capitalismo occidentaÌ. 6l.os capitalistâs van a inyec-
tar capitaìes en una empresa cuyas acciones están en
manos de los obreros? EÌ Estado obrero todavra existe
como realidad en la dominación intangibÌe de Ìos tra-
bajadores sobre ìos medios de producción, en el poder
de veto de los trabajadores sobre los medios de produc-
ción, que aún debe ser quebrado; en la conciencia de
las masas; en la revoÌución política.
La caracterización del PO de la IIRSS como un Es-
tado obrero en descomposición o en disolución se atie-
ne estrictamente a lo seflalado por Trotsky en "La Re-
Prensa Obrera, no 339, *Revolución y contrarrevolusión en ta
L]
I ,tr)
I uRSS",29l&/91.
I
t
I
ml
tt
uolu.ción Traicionad.a" cuando explicaba que "la reuo-
lución social, traicionadn por el partiü gobernante (no
sôlo) uiue todauía en las relacíones de propiedad, (srno
también) en la conciencia de lrrs tra.bajadores y en las
condiciones dc ln. crisis capitalista", Las relaciones de
propiedad están en compÌeta destrucción; la concien-
cia de los trabajadores va redescubriendo el programa
revoÌucionario; la crisis capitaÌista es mayor que nun-
ca, y por Ìo tanto las condiciones de la revolución mun-
diaì.
Lo que importa de una caracterización es definir
exactamente cuál es el choque de las fuerzas sociaÌes y
determinar una polÍtica; la caracterización de la URSS
como un Estado obrero en disolución, precisamente,
define con exactitud el cuadro del enfrentamiento en-
tre la burocracia y las masas. El Mas, por ejemplo, le-
vanta una consigna aparentemente inobjetable, ono a
las priuatizaciones" y aunque no Ìo plantea, si hubiera
un lugar ya privatizado, la consig'na que estaría en la
misma línea de razonamiento sería "por la renacinna-
lización'. Sin embargo, la consigna de mantener la
propiedad estatal es una consigna vacía de contenido
si hay un gobierno restauracionista y, por lo tanto,
hay que plantear eì derrocamiento del gobierno res-
tauracionista. En Argentina, por ejemplo,.lo plantea-
mos como una consigna de transición cuando nosotros
planteamos: oerpropiación bajo control obrero' y soste-
nemos que es íncompatible con eÌ gobierno existente.
Es necesario retomar ìos elementos de descomposición
pro-capitalista que ha introducido el régimen al levan- I
tar consignas frente al problema de la propiedad (que
no estaba pÌanteado cuando Tlotsky ìevantaba la con-
signa de la revolución poÌítica; entonces estaba plante-
ado eÌ probÌema del Estado pero no el de la propie-
dad). La consigla "no a las priuatizaciones" en sí mis-
ma es abstracta; debe ser entendida claramente como
una Ìucha por eÌ derrocamientci de este gobierno. To-
memos, por ejemplo, otro aspecto práctico. Ni la ex-
URSS ni la CEI ni ninguna de las repúblicas tiene un
carácter constitucional; se basan en la acción de facto
de Ìa burocracia que tiene el poder. Entonces ahora,
euando Yeltsin quiere instaurar la propiedad privada
a través de ìa aprobación de una Constitución por el
Parlamento, levantamos Ìa consigna ono a la. restaura-
ción capitalista", ono a la Constitución antidemocráti-
ca, de fachada, ficticia.", "por une Asamblea Constitu-
yente soberana y d.emocnitlco". Que el pueblo delibere,
vote y eÌija a sus representantes y los mande a una
Constituyente para que discutan cómo reorganizar el
país.
El PO ha planteado en su prensa que, simultánea-
mente, "el Estado obrero ha d.ejad,o de eristir, es decir,
que se encuentra en disolución" (t2) parà subrayar que
la dinámica deÌ Estado formaÌ no es la defensa de las
relaciones de propiedad, sino su negación. Pero, en un
momento determinado de Ìa crisis, puede llegar a re-
surgir el estatismo, una repetición, pero como farsa,
del aflo '30, en un intento de la burocracia de recupe-
rar parciaÌmente el control de la situación, de resta-
 en ôefensa del Nfranxflgmoo
blecer un conjunto de relaciones y de frenar laorestau'
ración saloaje" que va despedazando las empresas.
Entre los trab ajadores soviéticos, ciertamente,
también hay tendencias pro-capitalistas (como las hay
entre los trabajadores argentinos, que muchas veces
quieren agarrar una indemnizaciôn e irse): es la lucha
por la e{istencia individual exacerbada por la crisis.
Muchos imaginan que si se les entrega la fábrica, Io-
grarían arreglárseÌas para sobrevivir. Esto "?l.e
-que
Economist'rechaza- no deja de mostrar una tenden-
cia privada por parte del obrero, que se manifiesta
más abiertamente en aquellas ramas de la producción
que tendrían posibilidades en eÌ mercado mundial (pe-
tróleo, extracción de oro). Se han firmado acuerdos co-
merciales entre empresas japonesas y soviéticas por
los cuales las empresas soüéticas les entregan peffi-
leo a cambio de videocasetteras, comida, etc. Entonces,
mientras hay un desabastecimiento generalizado, Ìos
obreros de esa empresa están abastecidos de sobra. El
destino de todo este moümiento depende de la marcha
de la crisis mundial y del papel que juegue la clase
obrera occidental en la lucha contra el capitalismo,
que va a ejercer una in{luencia enorÍne en potenciar, o
no, la eonducta de los trabajadores de la ex-Unión So-
üética, con referencia al dominio de la propiedad.
IJn proceso de restauración capitalista diferente es
el de China, donde la burocraçia masacró a los traba-
jadores y estudiantes, reforzó el poder contrarrevolg.
cionario del Estado, y a partir de un poder consolida-
do, la penetración del capital en China es infinitamen-
te superior a la de la URSS: hay regiones donde el ca-
pital privado supera al capital estataÌ, algo que no su-
cede en ninguna región de la ex-URSS; es decir, que
ncornunismo' (Castro dixit), el capitalis-
donde rige el
mo está avanzando más que donde rige el "capitalis'
mo", El objetivo de Yeltsin, en realidad' es aproximar-
se todo lo que pueda a China, en el sentido de un régi-
men políticamente fuerte, con un control general de
los recursos, de la propiedad estataÌ, es decir, un Esta-
do sólido que pueda negociar, con garantÍas efectivas,
con el capital extranjero, crear zonas francas, etc', y,
orestauraeión
hasta cierto punto, impedir ìa ìlamada
capitalista salua.je" en donde van despedazando pro-
piedades, etc. Pero la crisis social en China tiende a
crear la misma crisis que se ha producido en la URSS
y abrir una nueva etapa revolucionaria.
En la izquierda mundial hay posiciones de todos
tipo sobre la cuestión de ìa URSS. Hay corrientes que
consideran que no hay un proceso de restauración ca-
pitalista y, más aún, que no puede haber restauración
capitalista; que sigue la üeja burocracia y que carac-
terizan aì PO como "desrnoralizad'o" porque muestra el
proceso de descomposición deÌ Estado obrero y de sus
bases sociales y la política restauracionista de la buro-
oürotsibisúas" desconocen la idea profunda
cracia. Estos
que planteó Tlotsky en"La Reuolu.eión Traicionada" y
que ya se ha seflalado más arriba: que en caso de pro-
ducirse una contrarrevolución en la Unión Soviética,
el gobierno contrarrevolucionario, no privatizaría sino
que explotaría eì conjunto de la propiedad estataì co-
mo una única empresa capitalista. Luego, progresiva-
mente, una vez reintrodueido por la fuerza y bajo con-
Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4
troÌ, en el marco de la economÍa mundial, comenzatía
a privatizar. Pero Tlotsky tenía perfectamente claro
que nadie iba a comenzar el capitalismo grivatizando
sino al revés, defendiendo la estatización'
Este planteamiento es interesante para explicar la
enorrne confusión teórica e ideológica quê campea en-
*trotskistas" que critican que el PO
tre las tendencias
hable de desintegración del Estado obrero porque la
inmensa mayoría de la propiedad aún sigue estatiza-
da. Afirman que
oPolonia es un Estadn Obrero
Porquc
en Polonia. la ma'yor pa.rte de Ia propiedad. estó esta'ti-
zad,a|. Con êse arg:umento, la Unión Soviética habrÍa
continuado siendo un Estado obrero --en el pronóstico
de Trotsky- una vez que hubiera triunfado la contra-
rrevolución burguesa. Las formas de propiedad no nos
deben ocultar el contenido del proceso económico, por-
que la política económica de Walesa con el
-armada al'
Fondo Monetario Internacional, dirigida a destruir
gunas empresas deì Estado, a rentabilizar otras, a
asumir créditos, e ir preparando eì proceso de privati-
zación- tiene un contenido económico capitalista y
sirve aÌ proceso de acumulación mundial del capital y
no al fortalecimiento de la propiedad estatal. Cuando
se están formando todas las categorías económicas de
la restauración capitalista, Èeguir diciendo que nada
ha pasado es completamente ridículo. Argumentan
que si hubiera una revolución proletaria e'n Rusia o en
Polonia, casi no habría nada que estatizar, porque ya
eskí todo estatizado. Pero con el mismo argumento (la
preeminencia de la propiedad estatal), podría decirse
que Argentina, en 1950, era un Estado obrero porque
si entonces hubiera habido una revolución proletaria,
tampoco habrÍa sido necesario estatizar nada porque
ya estaba todo estatizado. Pero en Argentina en 1950
habÍa un Estado capitalista y un gobierno capitalista
(aunque precisamente, la oligarqúa acusaba a Perón
de haber creado todas las premisas del socialismo).
Las posiciones de los diversos agrupamientos
trotskistas frente a Ìa desintegración de la URSS, tra-
ducen las condiciones de esta enorÍne crisis- las
-en
mismas diferencias que nos han separado en el pasa-
do. Los mandelianos apoyaron a la burocraeia en to-
das las revoluciones políticas que hubo en Europa del
Este y ahora, una vez más, en todos lados procuran
hacer acuerdos políticos con la llamada 'fracción co-
munista dura' o con alguna variante surgida de ella,
con los escombros del üejo partido comunista. La ten'
dencia democratizante de Lambert apoyó en el pasado
cuaìquier expresión liberal hasta encontrarse con que
hoy sus viejos amigos en la LIRSS terminaron trans-
formándose en agentes del Departamento de Estado
norteamericano.
El derrumbe de los Estados obreros abre para el
capitalismo la gran posibiìidad de tomar el control de
esas vastas naciones de millones de personas, de ex-
propiar la propiedad estatal y tomarla bajo su control,
y de abrir fenómenaìes posibiÌidades de acumuìación
capitaìista. Pero esta empresa va a tener que pasar
por revoluciones y contrarrevoluciones gigantescas,
porque en tanto que una revolución política colocaría
en el escenario mundial a ochenta millones de proleta-
rios, la contrarrevbluciórt va a aniquilar a cien millo-
 Setiembre de 1 992 . afio 1 . Ne 4 en defensa det ilfranxflsmaO
nes de trabajadores; ìos va a someter a la escÌaütud, y
va a reducir en proporciones catastróficas la economÍa
ex-soviética. En ìas condiciones de Ìa crisis deÌ capita-
lismo, la expropiación de los Estados obreros por parte
del capitalismo va a significar aÌ misrno tiempo la des-
trucción generalizada de fuerzas productivas, las que
están en demasía en eì mercado mundial, que son so-
brantes para el mercado mundial.
Por la independencia
de las repúblieas de la ex-URSS
Es preciso distinguir entre ìa desintegración de la
URSS (en tanto que "fed.eración') y ìa descomposición
del Estado Obrero (como esf.rucÈura social no capitaÌis-
ta). Detrás de la fachada de Ia IJRSS existía una des-
comunal opresión de ìas nacionalidades, no sólo de las
naciones periféricas, sino de Ìa propia nación rusa. Ya
en la "Reuolución Treieionada", Tïotsky mostró el
enorrne perjuicio que eÌ regimen buroerático había sig-
niÍicado para el desarrollo nacional de Rusia. En la
centralización que ejerció la bumcracia se elaboró la
tesis del "pueblo souiéüco'; se pretendió hacer de la ca-
tegorÍa poÌítica de los soviets una categoría nacionaÌ;
no una unión ìibre de naciones sino Ìa supresión buro-
crática de éstas; no Ìa dictadura proletaria en ia forma
de Consejos sino la ìiqüdación de éstos en una enti-
dad supra-cÌasista, nacionalista. Los soviets son el ré-
gimen político de la dictadura del proìetariado, que
une a diversas naciones. En nombre del "puebln souié-
tico", las repúbìicas tenían que coÌocarse al ras de la
euÌtura de la burocracia y eran vaciadas de su tradi-
ción histórica. Pero ningrin puebÌo puede contribuir a
la creación de la humanidad futura sin desenvolverse
libremente, sin partir de lo mejor de su producción
histórica.
Hoy, sin embargo, después de \a "d.esintegración',
ninguna república de Ìa ex-{-IRSS es independiente.
La CEI es presentada como una "ficción"- tie-
-que función de segrrir
ne la concreta negando Ìa indepen-
dencia efectiva y real de Ìas repúbìicas; aparece como
un deshilachado poUtico compÌeto que no tiene de nin-
gún modo la eficacia de un aparato estatal, pero si ma-
õana hay reaÌmente un movimiento revolucionario de
masas en cualquiera de las repúblicas, el ejército ruso
va a intervenir porque la burocracia de Rusia no ha
renunciado, de ninguna manera, a mantener a todas
las repúblicas bajo su propia féruia. Ucrania, por
ejemplo, no puede emitir su propia moneda porque el
FMI ìa ha obligado a seguir aceptando los rubÌos. ;Có-
mo va a ser soberano un paÍs que no puede emitir su
propia moneda y que, además, se comporta como colo-
nia deÌ FMI?
La independencia nacional de Ìas repúblicas sigue
I siendo una tarea revoìucionaria, Si un paúido inter-
nacionalista tomara el poder en cada una de ìas repú-
bÌicas naturalmente planteaúa la unidad de todas, de
la misma manera que si tomara eÌ poder en Alemania,
plantearía la unidad sociaÌista con FYancia, con Ingla-
terra, con toda Europa. Pero hoy Ìa consigna de la in-
dependencia de esas naciones es un ariete de la revo-
lución porque no se puede ir a la revolución sin la ìu-
|ãl
tt
cha por la independencia de esas naciones. aCómo se
podrá ganar, de otro modo, a los ucranianos, a los ru-
sos, a los armenios para la revolución, después que les
pasaron el cepilÌo de la opresión más nefasta durante
setenta af,os? llndependencia nacional! llibertad!
No puede haber independencia efectiva de las re-
públicas sin la expulsión de la burocracia stalinista, ni
tampoco habrá revolución sin darle un contenido anti-
burocrático y anti-restauracionista a los reclamos in-
dependentistas de ìas masas de las repúblicas. Los de-
rechos nacionales de los pueblos son Ìa condición para
su desenvolümiento poÌítico y su libertad. Como de-
mócratas consecuentes partidarios
-es decir,decomo
del derrocamiento revolucionario la burocracia-
defendemos la vigencia iruestricta para Ìas masas de
todos ìos derechos políticos, el derecho a la indepen-
dencia nacional (separación) en primer lugar. Como
Lenin, no comprometemos el prestigio de la revolución
y la causa deÌ sociaìismo reteniendo a ninguna nación
por la fuerza, porquê la revolución depende, no de un
metro de territorio, sino de la conciencia internaciona-
lista de los trabajadores.
Se trata de un gran diferencia con el Mas que,
mientras está a favor de la desintegración de YugosÌa-
üa, es partidario de ìa unión de Ìa URSS, esto en fun-
ción de la necesidad de mantener la "integración eco-
nómica." (obüamente, no le importaría, entonces, Ìa
oecorwtníd"
de YugosÌavia). Et Mas afirma que las re-
públicas no deben independizarse porque son económi-
camente interdependientes e integradas; porque, por
ejemplo, las fábricas de acero de Rusia dependen del
carbón ucraniano, etc. Pero no se puede colocar ìa in-
terdependencia económica de las repúblicas
-gober-
nadas por una burocracia que utiliza esta"interdepen-
derrcia" en función de Ìa restauración- por encima de
los derechos nacionales y cuìturaìes de Ìos pueblos,
porque esos derechos son la condición para su desen-
volümiento poìítico y su ìibertad; la cuestión del abas-
tecimiento es una mera cuestión práctica; si una repú-
blica necesita hierro y Ìa otra necesita acero, cuando
se independicen ìas dos, sin Ìugar a dudas, van a lle-
gar a un acuerdo comercial de íntercambio. El Mas, en
cambio, enfatiza *esta interdependencia profunda del
espacio econórnico que condiciona a Bielorrusia con
Kasajastan, ,.. etc,", es decir que ìos condena a una
unión estatal contra su voÌuntad. Por más profunda
que sea, y en verdad 1o es, la "interdependencia econó-
tnica" no puede ser usada para justificar la negación
de la independencia nacional. El PO, por el contrario,
está por \a "desintegración" de la Unión Soviética y
por Ìa unión sociaÌista de Yugoslaüa, porque para el
PO la cuestión nacional no es un problema económieo
(en este caso de üolencia económica)
--que puede re-
soìverse simplemente mediante la cooperación entre
repúblicas libres- ni étnico un planteo feu-
-que,es
dal que nos ÌÌevarÍa, directamente, al fascismo- sino
histórico, que plantea las tareas propias de ìa demo-
craciay que en el caso de los países donde se ha expro-
piado el capital son paúe de la revolución poÌítica (dic-
tadura deÌ proletariado). lQue Ìas masas de las dife-
rentes naciones deliberen colectivamente y decidan
sus destinos! Reivindicamos así la tradición política
 Eil
tt
en d.efensa dêI Sfrarnflsmao
del boìcheüsmo que, bajo el zarismo, luchó por eÌ de-
recho de todas Ìas naciones a separarsê libremente del
imperio (y que ìue6go, en eì poder, otorgó efectivamente
ese derecho) mientras que en Ìos Baìcanes luchaba por
una "Federaeión Socialista de ìos Balcanes".
Entre febrero y octubre de 191?, en medio del caos
que era Rusia, muchas naciones declararon su separa-
ción de la república burguesa, pero no terminaban de
romper éfectivamente con Rusia, ni los "demócratas'
rusos estaban dispuestos a reconoceÌ su independen-
cia. Lenin escribía artÍcuÌo tras artÍculo planteando
"1Ucrartict independiente? Mentiras que sea indepen-
diente, lo parece pero no ln es porque sigue bajo el do-
ntinio de Rusia. iPor la independeneia de Ucrania!
lQue se separe!"
Un historiador ingìés, Carr, viene a coincidir con
Trotsky cuando afirma, con toda claridad, que lo que
Ìe permitió a los boìcheüques ganar la guer:ra civil y
consoÌidarse en el poder fue ìa política leninista de las
nacionalidades, ia defensa a muerte del derecho a la
independencia nacionaÌ de ìas repúblieas, en tanto que
los blancos, siguiendo Ìa política centralizadora del za-
rismo y de ìa burguesÍa, en caso de triunfar hubieran
liquidado Ìa independencia nacional de las repúblicas.
Con su poìítica rabiosamente chovinista, los blancos Ie
permitieron a Lenin ganar la gueÌTa ciül y volcar a to-
das Ìas naciones hacia el campo boÌchevique y, recién
a partir de aÌlÍ, plantear una unión de naciones sobe-
ranas, una unión de naciones libres.
Esa es hoy nuestra poÌítica; nosotros defendemos
Ìa independencia nacionaì. ;Y si las repúblicas se van
con un jeque? ;Que se vayan! Si las masas tienen que
hacer Ìa experiencia de sufrir Ìa opresión de un jeque
para después voÌver al socialismo, es necesario que la
hagan. Las masas tienen que madurar por su propia
experiencia; no va a ser pcìr la fuerza que sê Ìes va a
impedir que se vayan con un jeque ni se Ìes va a impo-
ner que se hagan socíaìistas. Somos el único partido
en eÌ mundo que sostiene esta posición; somos los ra-
biosos de la independencia nacional de todas las repú-
blicas. Luchamos por Ìa independencia de ìas repúbü-
cas y por derribar a la burocracia, por la dictadura del
proletariado y, madurando este proceso, por la unión
socialista de todas las repúbÌicas. eEsa unión socialis-
ta de repúblicas se va a confinar al ámbito de Ìa üeja
Unión Soviética o va a envolver también a otros países
de Europa? A partir de ciertos desenvoÌvimientos polí-
ticos que se pueden dar con la crisis en Europa Occi-
dental, la gran consigna de T?otsky de los Estados
Unidos Socialistas de Europa, desde el Atlántico hasta
los Uraìes, puede saìir nuevamente a Ìa superficie.
IJna cosa es Ìa Ìlamada"desintegración" del apara-
to estatal centralizado de ia URSS, otra cosa diferente
es ìa desintegración del Estado Obrero, es decir, la
restauración del capitaìismo. El PO Ìucha contra Ìa
restauración capitalista, contra Ìa desintegración de la
base deÌ Estádo obrero; por la nacionalización de Ìa
qg) "Casi todas las grandes naciones deben separar:se de una fracción y Nacionalismo", "En Defensa del Marxismq ne 3, abril de 1gg2).
de su propio cuerpo, desprendida de la vida nacional e incorporqda a (f4) Prensa Obrera, no 335, "Por la unión libre y socialista de
la vida nacional de otro pueblo, al punto de no pretender volver-a su *Yugoslavi*,, flngl.
cuerpo original" (K, Man y F. Engels,'Ihe First Internationalo, Lon-
drs, Penguin Books, 1973, Citado por Osvaldo Cogiola en "Naciones
Setiembre de 1g92 . afio 1 . Ne 4
propiedad, eì control obrero de Ìa producción y la dic-
tadura del proletariado.
Yugoslavia
Mientras es paúidario de la independencia de las
repúblicas de Ìa URSS, el Partido Obrero es partidario
y lucha por *la unión libre y social*ta d.e las distintos
componentes en Yugosla.uia". Esto porque la cuestión
nacional no es un problema étnico sino democrático,
algo que ya reconocía Ìa I Internacionaì (13). Plantear
la cuestión nacional en el pÌano étnico significaría es-
tar por la independencia de las fracciones mrís milimé-
tricas del planeta, es decir, ipor el retorno al feudaìi-
smo! Se trata de un planteo reaccionario cuando el Es-
tado burgués moderno ya ha logrado establecer un
principio de centralización nacional, superando en la
mayoría de los casos las diüsiones étnicas, linguísti-
cas o religiosas. Argentina o Estados Unidos, por
ejemplo, son estados nacionaìes con diferentes compo-
nentes nacionales en todo un período de su historia
y en cierta medida, lo son todavía -
- sinoetnias"
ya planteado que los italianos u otras
que nadie ha-
debían
tener un Estado propio dentro de Argentina o de los
Estados Unidos. Cuando la burguesÍa plantea hoy eÌ
tema nacional desde el punto de vista étnico, está de-
mostrando su declinación histórica irrevensible porque
está levantando un pÌanteo propio deÌ fascismo (las
'razas\ o del oscurantismo religioso (que es la base,
no de Estados democráticos sino teocráticos).
Nuestro punto de üsta respecto de la cuestión na-
cional es la democracia y las vÍas para el desarrollo de
la conciencia de las masas. Por este moitivo, los mar-
xistas y la III Internacional, levantaron la consigna de
opor
una federación socialista d.e los Babones"; es de-
cir, una poÌítica de unidad estatal-nacional de los dis-
tintos componentes de los Balcanes y, al mismo tiem-
po, el derecho de autodeterminación de ìos componen-
tes del Imperio Zarista. Esta política de autodetermi-
nación la siguió levantando Tlotsky en la década del
'30, en particuÌar con referencia a lJcrania.
A diferencia de la URSS bajo StaÌin, en Yugosla-
üa, en todo el período del gobierno titista, nunqÉr se
planteó un probÌema nacional. En Prensa Obrera (14)
reprodujimos encuestas que mostrabaÍì que llos yugos-
lavos preferían no separarse si podían derrocar a to-
dos los sectores podridos que estaban arriba! En la
g:uerra que se está desarrollando, la burocracia serbia
quiere anexarse una parüe de Croacia y una parte de
Bosnia con el argumento de que hay serbios en esas
repúblicas; pero esos serbios que están fuera de Serbia
ya se habían fusionado con las otras nacionalidades.
Había sido relativamente superada la política de opo-
sición de los distintos puebÌos (serbios, croatas, eslove-
nos, albanos, etc.) que üvran dentro del Imperio Aus-
trohúngaro, de crear rivalidades nacionales para me-
jor asentar Ìa dominación imperial sobre todos esos
Setiembre de 1992 . afio 1 ' Ne 4 endefensadel Dfranxflsmoo
'
tr
pueblos. Yugoslavia estuvo dirigida durante cuarenta su unidad, y Ìa revolución sólo podÍa triunfar a través
y cinco anos poi Tito, que intentó nivelar burocrática- de la unidad. Para nosotros la consigna siempre fue
mente a ìos diversos componentes historicos de Yugos- "por I,a Reuolución Socialista en Alernania"u la unidad;
Ìavia. la destrucción del Muro.
Pero las presiones dei imperialismo desbarataron La destrucción del Muro tiene un alcance revolu-
el esquema burocrático y g€neraron un extraordinario cionario independientemente de sus consecuencias in-
desarrollo desigual entre los distintos eomponentes mediatas y aparentes, porque sin ella no había ningu-
nasionales de Yìrgoslavia, y en paÉicular, a lartir de na posibilidad de reyolución socialista en Alemania. Al
la quiebra econóúca de la burocraei", una lu- contrario, era con el Muro que Alemania Oriental vol-
"*p"rã
ch* por la desintegración de Yugoslavia. El sector más úa al capitalismo porque sus bases sociales se des-
importante de la Èúrocrecia 1rugosìava, después de sa- compo-nían aceleradamente frente a la presión capita-
qoãar el patrimonio del Estadq empe,z6 a saquear el lista- La caída del Muro ha abierto la posibilidad de
dirr""o de los bancos, para enjugar los fraudes que ha- que ìas masas tomen eÌ problema poìítico de conjunto
bía cometido contra una serie dã empresas del Estado. deì país como una unidad de clase' La clase obrera
Eso llevó al país a una crisis política enorÍne y Yugos- alemana tiene una tradición histórica, es, objetiva-
laüa entró en un periodo de hiperinÍÌación. Para encu- mente, una unidad clasista. Restaurar esta unidad en
brir sus propias fechorÍas, esta fraceión de la burocra- Ìa práctica es la cÌave deÌ porvenir de la SevoÌuciól "Y-
cia pretendió tener un monopolio completo del poder ropea. Las últimas huelgas marcan el riesurgimiento
poyàco en detrimento de las ãemas hndencias, que la del proletariado alemán. Hoy ìa clase obrera alemana
ãcusaban de robar el dinero y que preêndÍan abrir el comienza a transformarse realmente en un factor polÍ-
comercio con Alemanir y *r É*op" Oòcidental. Así tico y este hecho completamente novedoso el PO lo
empezó la disputa qu" hãy desangra a Yugoslavia. pronosticó. Dijimos que como consecuencia de la caída
No hay un enfrentaniento nacional en Y-ugoslavia del Muro, la tendencia deì capitaìismo a reducir e1 ni-
sino una gu"*u de aparatos armados, de cliques ar- vel de úda y aumentâr la explotación de los obreros de
madas, de"fracciones turocrátices, casi todas ãrigin"- Alemania Occidental se iba a acentuar. La Ìiquidación
das en el paúido comunista y en el ejército, tanto en delas conquistas sociaÌes por parte deÌ capitalismo en
Croacia, Serbia y en Ìas demás repúblicas. El AÌemania Occidental forma parbe de la tendencia del
qonflicto "ã*o "r,
en Croacia 1o montó la burocrasia seibie. No capitalismo a liquidar las conquistas sociales en todos
había problemas en Bosnia" pero una vez que logró re. Ìados. ;Cómo podría entonces sostener ìos derechos
y
solveria crisis con Croacia (quedrándos€ con un pedazo las conquistas sociales de los obreros orientales, mejo-
del territorio croata), la burocracia seròia armó '- la gue- rar sus perspectivas?
. , .' I ' èstuvo ausente una direcció11-ev9h1-
ïTa en Bosrúa. ì Eq Alemania
t^- fu?rl pero existió la menor posibilidad de
;;;ú;ïú""*" yog*lava era una uni=dad polítÍea que- hubiera esa dirección' tampoco
porque ninguna corriente
que protagonirú" ú,rãlg* muy importarrt"" ã" ,orr- planteaba la unidad socialista
junto. Laacción ehovinista del conjunto d" ú; fr;..i"- potítica de la izquierda
valor de ìa consigna de la unidad ale'
nes burocráticas enfrentadas Ìa divide. E";;;;;- * St::nia' EÌ la gran tendencia histórica de las ma'
tra todas las fracciones burocráticas, a"",rrr.ïï.*"ïo iii:^i::.t"-ar
chovinismo y ruchamos por ra unidaá rm"" r #Ï# ïji:t'.i1"'ïï:"i*ïâïïï,ïtïÏ*tf#:"Jïï:ïiã
ïï:
del pueblo yugoslavo. De lamisma manera' si Ernpeza- poi *"dio de laãeliberación pãpular, y no por la a!e-
ra, por ejempÌo, una g"uerra entre Rusia y Ucrania por xiO.t d" Alemania OrientaÌ por parte de AÌemania Oc-
Crimea, denunsiaríamos que esa guera no tiene nada cidental. Esto no era nada artificiaÌ, aì contrario. iApe-
qu€ ver con la independencia, ni con la autodetermi- lamos al sentimiento democrático del pueblo y no po'
nación, ni con el desar:roÌlo progresivo de las naeiones drÍa entonces venir ninguna Ádelina de Viola a con-
sino que es la consecuencia del chovinismo nacional de testarnos "sentintiento democrótico, las pelotas'\, En
ambas burocracia y plantearíamos el derrocamiento Alemania Oriental, por ejemplo, había una ley de
de ras burocracias dã Rusia y de ucrania que ensa-
grentan a sus pueblos' *:ï;fiïïïi"ffif,i"1ïïãìllï;'iffi::ïJ'#-
para aplicar esa legisÌació";;;g;i;;;l'; Ã"-
dios
Alemania mania Occidental, por el contrario, hay una ley de
aborto extremadamente reaccionaria porque gobier-
Para todas las corrientes internacionales deÌ trots- ïil:itï#ffiïiïË ì:%ï.ïã*gt l:
kismo, con excepción del lambertismo' con el cual en olr", decir que .o-h..r"ïTì;iï":ï
podiáo-hacer ìa unidad ale-
una época el PO integró el CORCI, Al"3"q. estaba -à.r"
".potqn"
cãn la ley deãborto no ha habido un solo
constitúda por un Estado Obrero y un Estado capita- alemán oriental qr" bajara del cabaÌlo .'.i y mucho
"L
lista. El PO siempre negó el carácter de Estado nacio- menos las mujeres! Entonces, lque el pueblo delibere y
nal a Alemania Oriental poryue ela una dependencia resuelva democráticamente cuál es la ley de aborto
de la burocracia rusa y aet EjCrciãíRojo para dividir que debe regir en toda AÌemania! Lo mismo con los sa-
al proletariado alemán. La revolución alemana era im- lãrios: los obreros de AÌemania Occidental tienen un
poriUt" sin la unión de la clase obrera alemana, por saÌario, los de Alemania OrientaÌ tienen uno inferior
ã.o no.rr" levantamos la consigna "por la-r"uohrción porìa misma actiüdad. (por eso se üenen las huelgas
èn Alemania Oriental poiel reclamo del 80 Vo del sala-
política en Alema.nia Oricntal'. Cualquier ;;ã;i
proletariado alemán, ;;;ü; ;;i;tá;;;"b; rio de Alemania Occidental)' iNada de imposiciones!
 en defensedel üÃarxflsnoo
tr
;Que el pueblo delibere y resuelva colectivamente!
,. - La posición de la izquierda, por el contrario, fue
"democraticetnos Alemania Orliíntal", ono a ln uni-
dad". Resultado: las corrientes de izqúerda que lide-
raron los movimientos de masas se ,zfundieron, unas
semarÌas despuós dela caída deì Muro, cuando se pro-
dujo l-a-votació4 por la Alemania unida. En cambiâ, el
jefe del partido demócrata cristiano de Alemania
Oriental, que inte5,iraba desde hacía éuarenta aflos la
loalición con eì partido comunista" se pasó aì paúido
Demócrata Cristiano de Kohl y sesentã días dìspués
ganó las elecciones. d";;;i; v J-pìãr"t.riado ate-
mán se han transformado en fãctorós políticos inter-
nacionales, 1o que significa un cambio profundo en to-
do el mapa político mundial. 4Alemania va a mantener
una postura de unidad con el capitalismo europeo pa-
ra competir con Japón y EE.UU. además pr*.to-
mar la delantera en relación a la-ycolonizaciOn de los
Flstados obreros- o romperá el acuerdo con Francia y
el resto de Europa parà marchar a un acuerdo con
EE.ULI. con vistal a la coÌonización conjunta de Euro-
pa del Este? Existe una pugna abierta para ver cómo
se distribu-ye-n las piezas en el tabÌero imperialista y
hacia qué Ìado se inclinará Alemania y
p,lgrr.
ha expresado en la crisis desatada poi la "rà "e
recieite re-
nuncia del ministro de RelacioneJExteriores Hans
Dieter Genscher.
' Cuba
Detrás de una fachada de slogans socialistas, Cu-
ba está _en_un proceso de acercamiento al capital inter-
nacionaì absoìutamente descomunaÌ.
Para confirmarÌo, importa ver Ìa caracterización
que hace Castro de ia siiuación mundiaì
-y no
afirmación de que "defenãeni el socialismo hasta
su
ta At-
tiyla- gota de sa.ngre". Cuando Fidel Castro dijo, en
1986, que "no había posibilid.ad. de Reuohtci.ón Srcia-
lista en América Latina, por cirtcttenta afras, ya estaba
seüalando una orientación, porque de ahí sjdespren_
día que habÍa que ir a una poÌìtica de concordância
con el imperialismo, algo que se reafirna cuando se-
f,ala que "ha. caíd.o el socialismo,, es decir, que se ha
producido_un retroceso irreversible, lo que se-despren-
de de confundir a la burocracia, negación del socìaüs-
mo, con el socialismo.En"Le Mond,e Diplomatique,,
reproducido por oPágina 12", un artícdï de un-alto
miembro de la burocracia cubana, Lisandro Otero, ü_
cepresidente de la Unión de Escrjtores, plantea la re-
forml qg el mercado, la libertad de propìedad, se opo-
ne a la libertad de partidos y hasta ieclãma la renún-
cÍa de Fidel Castro. En el plano de la política interna_
gfolal, eÌ castrismo apoya al Pl, a lo! sandinistas, a
Felipe González, etc., lo que tiende a reforzar el aisia-
miento de_Cuba respecto al cerco capitalista, aunque
de otro lado refuerza la confianza dei capital ínterna-
cional en FideÌ Castro. Echegaray reclama defender a
Fidel Castro y a su poÌítica, como antes reclamaban
hacerlo con el FSLN y los hermanos Orbega. Los resuÌ.
tados están a la üsta.
EÌ bloqueo norteamericano ha sido un factor histó-
rico de estrangulamiento para la Revolución cubana y
sigue existiendo como factor político. Pero hay un cam-
bio de tendencias: una reciente estadÍstica del "New
York Times" mostraba que el comerôio Cuba-EE. UU.
(15) Prensa ObÌ€ra, nc 295,,íBalance de Nicaragua", g/Blg2.
Setiembre de 1gg2 . afio 1 . Ne 4
ha pegado-un gr,an salto desde lg8g. Caryill, que pre-
tende dominar el mercado mundial, el me-rcádõ de ex_
portación del azúcar cubano, ya tiene contratos de
venta del azítcar cubano a cambio de darle a Cubalos
productos que necesite. No hace falta decir hasia dón-
de va este tipo de política. El monopolio francés, Den-
rée et Sucres, está pugnando por álcanzar el mismo
objelivo que, en Miami, CargiìÌ.
La particularidad de Cúba es la existencia de una
colonia cyba-na gapitalista, económi camente poderosa
(reclama la devoÌución de todas las propiedadã que te-
úa en 1959). La presión de ìa colonia gu.sana, en la
eventualidad de un derrumbe deÌ re4imen castrista,
]levala a una g'uerra ciül implacabl".-Por eo, la polí-
tica de Castro de mantener ól Estado frrmemente en
sus manos mientras llega a acuerdos de distinto tipo
capitalismo, no eã mal üsta por grandes círcì-
_con _el
ìos del capitalismo mundial.
Reconocemos a Cuba el derecho a recurrir a ma-
niobras económicas. Pero en este caso, es todavra más
rpprescindible la libertad completa de organizaeión y
derechos políticos de las masaÉ, püâ que- ìos obreú
tengan ta capacìdad para dãfendèrse de la pre-
!od_1
sión capitalista y de la burocracia Cuba puede hàcer
concesiones a los capitalistas, firmar acuàrdos de Es-
tado a Estado pero si maúana los obrerm de cualquier
empresa capitalista instalada en Cuba hacen una
hu-elga por aumento de salarios, la obligación del Es-
tado cubano, como Estado, debería ser ãefender a los
trabajadores. AJ revés, junto a las concesiones al capi-
tal, el castrismo acentúa el ataque a estos derechãs.
La reforma de la constitución prjtende poner una cás-
cara parlamentaria at régimen burocrdtico y estable-
cer un compromiso con los representantes.demeráti-
cos" del imperialismo.
FSLN, PT
No debería extraf,ar a nadie que, junto con el de-
rrumbe de la burocracia stalinista y lú par*t5e abierto
al campo de la rgstauración capitalistá, lG ei-staìinie-
tas o ex-"onigos d.e le URSS' en América Latina se
hayan convertido en férreos defensores del orden capi-
talista y aun de las obuenas relacianes. con el imperia-
lismo norteamericano. Sobre eso no puede existii nin-
guna duda.
"Brecha" de Monteüdeo, un diario pro-castrista,
pro-sandinista, acaba de informar que firente al hechó
$e-que la policía sandinista no pudo deealojar las fá-
bricas ocupadas por los trabajadores nicaiagüenses
q-ue-pedían aumentos de salarios, el gobierno recurrió
aÌ gjército sandinista que, efectivemeãte, logró desalo-
jarlos. La informaciín de "Brecha- confirmã la carac-
terización y el pronóstico formulado por el pO a horas
de la derrota electoral del sandinismo de que .elejérci-
to (sand.inista) se transformaría en et ins*umenio det
yr(vo r_egilten" (L5). Pero ya no hace faltâ citar al pO;
E-duardo Galeano, sandinista de siempre, acusa a la
dirección sandinista de que en la guerrilìa entregaba
su vida por la causa de la revolución mientras-que
ahora ;no qúeren entregar las mansiones! La dereõha
norteamericana ve en el hecho de que et ejército sandi-
nista exprrlse a los obreros nicaragüenses de las fábri-
cas ocupadas, una demostración de que el sandinismo
 Setiembre de 1992 ' aõo 1 ' Ne 4
t
va a volver al poder. Pero lo que les interesa a los ca-
l.
pitalistas norteamericanos es "aher qrrién mantiene el
I korden". En Nicaragrra, hay un plan de convertibilidad
I (dólar que entra" córdoba nicaragüense que se emite;
está prohibida la indexación); ;es el único- país de
t
I América Latina que tiene exactsmente en funciona-
t miento eì plan Cavallo! Como además los nicaragüen-
ses usan ãl
*"h"', prácticomente se podía hacer la
unión entre los dos países '.. soto que Para resguardar
el "ordzn' eapitalista en Ì'Iicaragua, en lugar de tener
a un Osés o ã un Balzao está el sandinista Humberto
ftega.
ú PT tto sólo está inteerâdo a fondo aì Estado bur'
gués brasìleflo (sus hombres actúan en carácter de
funcionarios de ese Estado contra lc trabajadores) si-
oord.en'imperialista continentaÌ, como
no, además, ú
lo revela más que suficientemente la invitación a asis-
tir a su I Congreso efectr.rada al cónsul norteamericano
en San Pablo]Recientemente se desarrolló una huelga
de choferes en San Pablo' I-os funcionarios municipa-
les del PT afirmaron que la hueiga se trataba de una
maniobra del gobierno confi^a el PT (el viejo argumen-
to stalinista de que 'la huelga * el arma de los morn'
polios"); "la pruéba eshi -ìecían Ìos funcionarios del
PI- en que el gobierno no manda al ejército para-re-
primir a los huãÌguistas y forzarìos a voÌver al traba-
jo". La intendente de San Pablo, Lrliza Erundina, del
PI, despidió a 500 choferes. En Brasiì existe un tribu-
nal de conciìiación y arbihaje úligatorio -instaurado
por Ìa dictadura- que deternina si los conflictos son
ilegaÌes o no y que establece lm aumentos de saìarios
en-c.to de conflicto; los choferes pedÍan I04Vo, el Tfr'
bunal les fijó un aumento del 89% con la amenaza de
declarar ilegat la continuidad de Ìa hueÌga, pero Erun-
dina continúó diciendo que no iba a aumentar más del
77Vo.La intendente del Partido dos Tlabalhadores
despidió quinientos trabajadores, pidió a ìa policía qle
los reprimiera afirmando que actuaba en defensa de
los usuarios que no poüan ir a trabajar, es decir de
una masa de-trabajadores tan hambreada como los
choferes. El PI se ha hundido en un denumbe poìítico
completo. La pequef,a burgueda y la burocracia sindi-
cal que dirigen e] Pl se han integrado al Estado, es
una minoría acomodada" que cobra sueldos estatales,
entra en coimas, está corrompida, y ha üqüdado al Pl
como una vía para eÌ desarroÌÌo de una vanguardia
obrera en Brasil.
El Frente
Contrarrevolucionario Mundial
El Mas quedó herido de muerte, desde el punto de
vista de la teoría y del programa, cuando afirmó que
exisla un *frelnte contrarreuoluciottario mund.ial', que
Gorbachov; Yeltsin, Thatcher, Castro, Bush, Alan
GarcÍa o Alfonsín eran lo rrismo (imientras llamaba a
apoyar lae "tnoratories" de Grinspun, Alan García,
Sàrn"y, etc.!). Pero las contradicciones enüre aquéllos
son muy gïandes, ocuPan posiciones 4iferentes en ìa
eociedaã, íeflejan de ai.tinú modo la situación, la evo'
lución de cadi uno de sug paísee tiEne difarentEe rit-
moa, ComprendEr el contenido de claee, la perepectiva,
los límitei de los diEtintos sectorts, no significa aline'
arlos er1 w "frcnte conhanewluciornrio murúial', al'
so va suDerado por la C\dtica de Manr a la afirmación
ãel"hoei'ama de Gotha, en 18?5 de-que frente al p-ro'
letariado el resto de lag claees gocialee eta"una' única
en defensa del Marxflsmo
E
masa. rea,ccionaria.o. No existe un bloque homogéneo
del otro Ìado; deì otro lado exjste un bloque completa'
mente heterogéneo que se diüde, se rompe' se qúe-
bra, lleno de contradicciones; por eso la revolución es
posible.
El movimiento obrero
y la IV Internacional
El Paúido debe segrrir con mucha atención las mo-
dificaciones de conjunto que se han comenzado a pro-
ducir en el panorama mundial, ìas glandes crisis en-
tre los grandes países imperialistas y las tendencias
huelguíiticas, lãs grandei modificaciones- entre EE.
UU., Europa, la evolución del movimiento obrero, etc.
;Cómo prevemos el desarrollo del movimiento
obrero mundial, de la vanguardia, de la fV Internacio-
nal? El conjunto de las corrientes trotskistas no tiene
ya nada quê ver con el marxismo, ha sufrido un proce-
so de degeneración política muy claro coÏno consecuen-
cia de su aislamienÌo, compromisos y burocratismo. El
papeì del lambertismo en el PT, por ejempìo-, es abier'
iamente contrarrevoìucionario; lo mismo vale para su
posición neutral en la guerra del Goìfo. L-a corriente
ãe Mandel votó a favor de la expulsión deÌ PT de nues-
tros compafleros de Causa Operaria y votó a favor de
la expuÌsión deì Mas (Convergencia Socialista). Son
corrientes completamente podridas, dominadas por la
pequef,a burguesía de Europa Occidental, de los me-
ãioi universitarios. Han perdido el frlón revolucionario
y han sido tragadas por la profunda descomposición de
la sociedad imperialista. Hay un oportunismo' gue es
casi un acto de lucha por la existencia, de sobreüven-
cia personal, totalmente apartado del moúmiento
obrero mundial. EÌ fenómeno tiene características
mundiales.
El movimiento obrero no se va a recomponer ên
términos de perspectivas revolucionarias por un desa:
rrollo independiente en cada país; se va a recompoíer
por eI desenvolümiento de la experiencia- mundial co-
mo un todo. Las huelgas en Alemania se lanzaron con
el voto del 96 y el 98 Vo de los obreros. Cuando la buro-
cracia firmó ei acuerdo, perdió las elecciones que debí-
an ratificar el acuerdo. Este es un fenómeno político
profundo, porque quiere decir que 1 nivel de las masas
ie ha impúesto la tendencia a luchar, lo que también
se refleja en las tendencias huelguísticas que se desa'
rrollan en Puropa Occidental (Espaf,a, Francia) y en
América Latina.
El anáìisis de la situación internacional resuelve
muchos debates sobre la situación argentina. La ten'
dencia generaÌ explosiva del capitalismo eshi llevando
a un próceso de huelgas en todos lados,-que ha refuta'
do a todos los "pesimista's". Que las huelgas triunfen o
no triunfen es otra cuestión; 1o que estaba en discu-
sión no es si triunfan o no triunfan sin un partido, si-
no si el partido tiene que tener en-cuenta, como mate-
rial de trabqjo, a masai inertes, políticamente pasivas,
frente a burgueses progresistas, o a masae que se re'
belan contrf capitaiistás que tienen que liquidar sus
conquistae gosiales.
El trabaio internacional
del Pãrtido Obrero
A la luz de estê análisis, es importante que el Par'
tido Obrero realice una Conferencia especial eobre la
 en d,efensa del ilfrarxfumoo
E
cuestión internacional para quê todo el Partido parti-
cipe, eÌabore, discuta, se arme y se eduque en eÌ cono-
cimiento, en el manejo y en Ìa comprensión de estos
problemas y en el internacionalismo como método, es
decir, en Ìa compresión de los problemas de Ìa poÌítica
y de la revolución de conjunto y por país. Un partido
es reaìmente internacionaìista cuando, en su actiüdad
teórica y en su actividad práctica, aborda todas Ìas
cuestiones políticrÍs a partir de Ìos probÌemas plantea-
dos por la economía y Ìa pôIítica mundiales, por Ìa lu-
cha de iÌases a nivel mundial.
La clave.deì trab4jo internacional del PO es la in-
tervención del partido'en su conjunto en Ìa eÌaboración
y la discusión, y no coino ocurre con otros grupos trots-
kistas en el mundo donde hay cuatro o cinco dirÍgen-
tes que conocen el planeta entero, viajan y dominan eÌ
tema internacionaì mientras que hay una base úili-,
tante que yuga cotidianamente para ìevantar el paúi-
do en el país. Eso es ajeno a nuestra poÌítica y a nues-
tro método. El PO no tiene dirigentes üajeros ni una
base que seala"espa.lda nacional" del "internaciona-
lisrno" de la cúpuÌa. Ahí está la experiencia del Mas-
Lit, se hundió. El PO siempre caractertzó que la LIT
no existía como una organización actuante en la ìucha
de clase a niveÌ mundial sino que era apenas una ex-
tensión del aparato nacional deÌ Mas. Sus dirigentes.
viajan y sacan resoluciones internacionaÌes que nunca
van a poder lÌevar adelante porque no tienen condicio-
nes de verificar su caÌidad poÌítica de ninguna mane-
ra. En lana "resolución sobre el trabajo sobre Rusia",
por ejemplo, se afirma que "tenemos que seguir apo-
yando a T. en las minas de ...".,, ipero es obuio a lr,s
ojos de cua.lquiera que "apoyand.o a 7." (un indiüduo)
en una mina, la Lit no tiene ninguna política para Ru-
sia!
El PO tiene que convocar a una Conferencia para
abordar la situación internacional, conocer, producir
caracterizaciones y documentos, es decir, intervenir en
eÌ proceso de cÌari{icación política; como enseflaba Le-
nin, primero las ideas, después Ìos cuadros, después Ìa
organización. Por eso es importante que eì Congreso le
ordene a Ìa futura dirección, ese objetivo mínimo pero
terribìe de producir un documento internacionaÌ que
aborde en profundidad los probìemas y defina clara-
mente una orientación; un material de estas caracte-
rísticas puede tener una gran influencia a nivel inter-
nacional.
Naturalmente, el PO invitará a otras organizacio-
nes, estudiará sus posiciones, sacará materiales y Ìos
intercambiaráy, en el futuro, nos hayamos puesto de
acuerdo o no, podrá invitarlos a una Conferencia. Si
ÌÌegaramos a un acuerdo, entonces sería posible fijar
tareas de mayor envergadura, Esa es la tarea: fijar po-
siciones, debatirlas, caracterizar y a partir de una ca-
racterización, intervenir en el debate internacionaì.
En el trabajo que el PO viene realizando con otras
organizaciones (Causa Operaria de Brasiì, Paúido de
los Tïabajadores de Uruguay) se ha establecido una
integración en eÌ trabajo que tropieza, todavía, con
una serie de problemas que nos impiden intervenir co-
mo un bloque real, político, en todos los procesos de Ìa
lucha de clases. En estas condiciones, sin superar es-
tos probÌemas, hacer una Conferencia para irjar una
posición internacional, significaría
-en lanombre
una posición internacional común- abrir
de
puerta al
Setiembre de 1992'aõo 1 . Ne 4
liberaìismo organizativo propio de las distintas "inter-
naciona.les"; el PO no quiere que su nombre o el de la
Tendencia internacional que podamos llegar a formar,
sea usado para justifiear ----si existiera- el centrismo
de nadie, con el pretexto, por ejemplo, de que todas las
organizaciones compartirían una posición común so-
bre el goÌpe del L9 de agosto en Moscú. Esta tendencia
internacional tendrá que trabajar como un partido
centralizado.y para ello hay qu" tomar un conjünto de
medidas, económicas y materiales, que permitan veri-
ficar el cumplimiento de tareas votadas y permitan
destinar cuadros del PO y de los otros paúidos a la ta-
rea internacional. Entonces sÍ podremos tener una in-
tervención política en común, por ejemplo,-en la crisis
del PT, con resoluciones efectivas, de trabajo político
en Ìos diversoS países,
Los cornpafleros de Causa Operaria, por ejemplo,
saben perfectamente bien, que las relaciones polÍticas
entre eÌ PO y CO atravesaron distintas etapas. En un
determinado momento, esa relación política cambió
ante la absoluta eúdencia de que CO no era un grupo
de estudiantês que hacían una actividad polÍüca oca-
sional, sino una auténtica organización que luchaba
cotidianamente en la lucha de clases del Brasiì. Por lo
tanto, eÌ Partido Obrero interviene junto a Causa Ope-
raria como organizaciones iguaÌes, realmente actuan-
tes en la ìucha de clases (a diferencia del Mas que en-
vra dos militantes a un país, obtiene tres simpatizan-
tes y ya está la osección" de ese país). En el caso de los
compaf,eros uruguayos nunca se planteó este proble-
ma porque tuümos la ventaja inicial de que eì primer
grupo con el que nos reÌacionamos en la época de ìa
dictadura militar, tanto aquí como alÌá, era un grupo
activo en la lucha de clases de Uruguay. En. el caso de
los compafreros brasiìef,os sí se planteó porque ha-
biendo estado eÌ PO en relación con las organizaciones
del CORCI se produjo una escisión y un gÌupo de com-
pafleros muy jóvenes tenía que reconstruir el trabajo.
La tarea extraordinario de Causa Operaria es que ha
reconstruído eÌ trabajo y asiste al derrumbe de los que
nos dividieron en 1979.
Este es el criterio del Partido Obrero para el tra-
bajo internacional, el criterio de un paúido común; no
podemos trabajar sobre la base de declaraciones, por-
que eso conspira contra un principio revoìucionario.
No se trata de Ìo que decÌaremos sino de Ia actiüdad
práctica que podemos hacer con Ìo que declaramos. Es
la unidad de la propaganda, de Ìa agitación y de la or-
ganización.
Derrumbe de Ìos regímenes burocráticos y crisis
política de Ìos regrlnenes imperialistas, agotamiento
de los regímenes democratizantes en América Latina;
crisis económiea, recesión, dislocación de ramas y re-
giones enteras, ataques brutaÌes a las condiciones de
üda de las maSas en todo el planeta; revolución políti-
ca en *Orienle", ascenso huelguístico en noccídente";
descalabro de las direcciones tradicionales deì movi-
miento de masas y de las tendencias democratizantes,
en primer lugar de las "trotski,stas". Estas son las con-
diciones en que tendrá que luchar el proletariado
mundial y ên que su vanguardia deberá desenvolverse
hacia un reagrupamiento internacionalista y clasista.
La crisis mundial ha abierto una perspectiva revo-
Ìucionaria de dimensiones planetarias.
24 de mayo de 1992
 Abril de 1992 . afio 1 . Ne 4 en defensa det Marxflsmoo
@

L4g2-1gg2:
El. capitalismo
festeja su senilidad
(2u parte)
por Gvaldo Coggiola

I"a Independencia de los

Estados Unidos de América
"Los arnericanos son un pueblo débil que debe ser pro-
tegido. por.u.na potencia naval durahte varios sigios todavía" (De-
claración del gobiemo inglés Írente a la revuelta de sus colonras en
América del Norte).
"Existen. espíritus especulativos que llevan su imagi-
nación más allá 4 lp postHg, y qu.g gustarían de hacernos creer qúe
Améri.ca (d-el Norte) será algün día una potencia temible. pero su
Constitución excluye toda coalición con'otros países. Además de
ello.pasarán muchos afros, tal vez siglos, antes de que los ,,nttevos
inglesps oçupgn todos sus tenitoriõs vírgenes" Uôrgennes, min-
istro de Luis Xúl, jusüficando elapoyo trúcés a lòs airericanos en
la guerra de independencia contra inglaterra).

Los hombres diffcilmente son contempóraneos de su tiempo. La indepen-

dencia norteamericana fue inicialmenteconsiderada, po" sús actores prin-
cipales, como un siqrnle ineident€ político de proyecciãnes limitadas. ba"a
lnglaterra se trataba de una rebelión más en iu Imperio colonial. para
Francia,-cuyo apoyo miìital a los rebeldes fue decisivo, ãe otta carta más en
eljuego de la política europ€a, en su disputa con Inglaterra. para los colonos,
que comenzaron a protestar contra los impuestos crecientes de la Corona y
contra-sus prohibiciones (Ley de sello, mônopolio del comercio y de cieriaï
manufacturu!ì, d" la reivindicación de una consideración mayoide paúe de
la corona, del bienestar económico de las coloni as,El"incidenre" sin embar-
go, rría a liberar fuerzac sociales que cambiarían la faz del planeta.
Está claro que esas fuerzas sociaÌes preexistían al incidenle. Las colonias
del Norte constituían en América el único caso de conformación de una eco-
nomía no volcada a la exportación de productos primarios. para esa sociedad
de-granjeros y artesanos, precozmente industrial, la lucha por Ia
indepe_ndencia era una lucha por la supervivencia, esto es, por la expansión.
Pero mono-polio colonial afectaba a todas las colonias y á todas lãs capas
-el
sociales. La diversidad de estas fueru as se expresó en la óonstitución deãos
partidos que, formalmente, reproducían los ya existentes en Inglaterra: los
(ìegalistas, partidariosde un entendimiento con la corona)ylos whigs
-tgries
(liberales o radicales, independentistas).
Bajoìa dirección de estos últimos,'úos nrnuos ingleses" irían mucho más
lejog.de lo que el mundo pensaba y, para comenzar, ãejarían de ser ingleses.
La disputa en torno de los impuestos se tiansformó en dïsputa
política, en -económica
la cual las colonias reclamaban (1?65) la aplicación de un prin-
 en d.efensa det ilEanxüsuoo Abril de 1992 . afio 1 . Ne 4
tr
cipio democrático vigente desde hace mucho en rio era la única forma en que éste podía ejercer su
Inglaterra: "No taxatinn without representatian" dictadura contra los opresores: en los nacientes
(nada de impuestos sin Parlamento), que es el EE.UU. se prefiguró así la Convensión de la Revo-
propio principio de la revolución democrática bur- lución Francesa, que sería para Man y Engels el
guesa. La cuestión étnica tuvo importancia en el antecedente inmediato de lã dictadura-prolãtaria,
conflicto desencadenado, pues "si los ingleses se Ia forma especÍfica de ejercicio del poáer por loó
habían negado a pagar impuestos a un autócrata oprimidos.
real, sus descendientes de América poüan úora "Las bases originales de la campafla contra los
usar los mismos argumentos y discutir el precepto tories vinieron de latoma del poderpor los comités
de que el comercio colonial debía beneficiar sola- y convéncioneq que se esparcían por todo el conti-
mente a Inglaterra. Tal actitud prevaleció en la nente. En Ia recomendación bajada por el Congreso
India hasta mediados del siglo )OÇ pero también en Continental (octubre 1775) sã qu-e los
colonias pobladas por personas dè origen inglés, Comités de Seguridad'tornen en"stãbleee
custodib a todas
que no se sentían en nada inferiores a sus gober- Laspersonas'que pued,an con sus opininnesponer en
nantes brifuínicos, y sólo iría a generar un gran ricsgo la segurid.ad de las colonias o la líbertad de
conflicto" (1). América'. En noviembrc de L777, el Congreso re-
El trazo político decisivo de la independencia de comendó a los Estados que confiscasen laã propie-
I,os EE.UU. se debe, entonces, al hecho excepcional dades de todos los tories. Hubo crueldad en la
de que las colonias inglesas del Norte fuerartocoln- Revolución Americana, sin embargo ese aspecto
nias de poblamiento". La reivindicación de los fue oscurecido. La naturaleza limitada del progra-
colonos fue rechazada por la Corona, la cual, ma revolucionario, en términos de la poLtuõiOtt
además de sus necesidades financieras, estaba nativ4 y de su economía, y el auxilio aplastante
exasperada por el hecho de que las colonias habían dado a la Revolución, sirvieron para suavizar el
comerciado activamente con Francia en plena aspecto civil de la guerra en la lucha' (2).
guerra de ésta contra Inglatena (concluida en Las grandes propiedades de los tories, confisca-
1763). Pero eso mostraba el abismo ya existente das, fueron vendidas en pequeflas parcelas, pues
entre los intereses de las colonias y los de la así se entendía cerrar el camino para la formación
metrópoli. de una nueva clase de 'traidorest. Buena parte de
Siguió la represión contra los colonos (Boston, los propietarios sudistas, sin embargo, adhirió a la
7770. La reacción inglesa hizo prevalecer, en las lucha por la Independencia (el propio Washington
colonias,las tesis de los orad.icales",paúidarios de era uno de ellos). La disputa continuó en el campo
Ìa independencia. La guerra contrá la metrópoli norteamericano. La declaración de la Independen-
explotó en 1775, cuando el Congreso Continenlal, cia de los EE.UU. (L776), que defrnió el alcance de
c_on representación de doce de las trece colonias, Ia revolución en marcha, significó un compromiso
llamó a tomar las armas. Pero el enfrentamiento entre radicales y grandes propietarios: eÌ proyecto
entre radicales y tories encubría, en verdad, una inicial contenía duras críticas a la esclaütud que
lucha social, pues los tories estaban dirigidos por fueron eliminadas del texto final. Las colonias, no
buena parte de los hacendados acomodaïos. Sus obstante, gozaban de gran autonomía entre ellas,
tesis conciliadoras en la guerra significaban una lo que permitió a las del Norte y del Centro aprobar
alianza con los ingleses. Fue así que la lucha por la legislaciones antiesclavistas, antilatifundistas y
independencia fue en la práctica una lucha simul- anti-monopolistas, al mismo tiempo que los líderes
tánea contra los ejércitos metropolitanos y contra radicales no dejaban de sefralar en plena guerra el
los grandes propietarios, en la cüal, en nombre de contenido social de la revolución y de anúciar sus
Ìa der4ocracia, se apeló a la más dura dictadura pÌanes para el desarrollo de la naóión independien-
sobre Ìos contrarrevolucionarios. Fue gracias a eso te. La constitución revolucionaria de MaryIand
que la población se sumó masivamente a la lucha, denunció los monopolios como nodiosos" y contra-
y.ese fue el factor del sostenimiento de los ejércitos rios a los principios del gobierno libre y del comer-
libertadores liderados por George Washingion. "El cio.
éxito de la Revolución hubiera sido impoãible sin "La posesión de inmensas propiedades por par-
un gobierno revolucionario capaz de cümpür sus tg de unos pocos indiúduos es piligrosa pará los
deterrninaciones. La lucha de los patriotas contra derechos y perjudicial para la felicidad común de la
lo s legalistas era un a luch a por la sìpervivencia : el humanidad y por eso cada Estado libre tiene el
ejército de Washington mantenía úna existencia deber de desaprobar la posesión de tales propieda-
p_recariafrente a las tropasbritánicas, en efecto, si des" (Carta de Derechos de la Constitución de
_el -gobierno civil fracasaba en la retaguardia, no Pennsylvanía, L776). "Patrones de libertad como
habría quedado nada", dice Richard Hãskett duz- jamás fueron vistos en el mundo prevalecerán en
gando la Revolución). América.Aquel orgullo excesivo que resultó en una
La democracia directa del puebto revoluciona- dominación insolente de unas pocas, muy pocas,

(1). R. Crossman, Biografía del Estado Moderno, Méxlco, : FCE, (2). Herbe* Aptheiker, Una nova história dos EUA, A Revo.
19?3. luçao Americana, Río de Janeiro, Ciülizaçao Brasileira, 1g69.
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 4 en defensa del Marxflsmoo

familias insolentes y monopolizadoras de riquezas, movimiento democrático, bastante foúalecido en

será llevado en muy pooo tiempo a los confines de la ' los estados noúeffos, pudo destruir las caracterís-
razóny la moderación de una manera que ni siquie- ticasfeudales que habían sido impuestas por Ingla-
ra se puede imagina/ (JohnAdams, 17?7). terra. Los privilegios reales desaparecieron o se
Al mismo tiempo, los Estados del Sur intensifi- transfirieron a las asambleas locales. Lapropiedad
caron durante la Revolución su maquinaria de de los tories fue confiscada y dividida en pequeõas
control esclavista. En Carolina del Sur (1780) fue parcelas, anulándose los derechos de primogenitu-
sancionada una ley concediendo un esclavojoven a ra y manos muertas. Se efectuó un ataque contra
los voluntarios al sen'icio de la independencia. Los las iglesias localizadas en las colonias. En cinco de
gérmenes de un fuhrro conflicto crecían... la Iglesia Anglicana perdió los previlegios
- Con el apoyo de Franeia a los rebeldes, el conflic- ellas,
concedidos anteriormente. En diez af,os, los nor-
to norteamericano ganó proyeeción mundial, ade- teamericanos destruyeron hasta Ios vestigios de
más de tornarse definitivamente desfavorable a las prácticas feudales existentes. La nueva fuerza
Inglaterra. En 1781 las tropas inglesas se rindie- del nacionalismo, unida a las necesidades esencia-
ron y la Paz de Versalles (1783) concedió la inde- les de la comunidad propietaria, consiguió estable-
pendencia a los Estados Unidos. Pero la Revolución cer un verdadero gobierno civil... o sea, un gobierno
no se detuvo. El movimiento democrático en los fundado en una sociedad libre, compuesta de co-
estados del Nortc pretendía inponer su hegemonía merciantes y de latifundistas volcados al gozo de su
al Sur latifundista, y para eso necesitaba afectar riquezas y de sus caprichos" (3).
las lases económicas de su poder. En el plano social nació otro movimiento. La
"Es muy temprano en nuestro país para decir guerra arruinó a muchos granjeros, dejando una
que los hombres que no pueden encontrar empleo, gran deuda pública, que el gobierno descargó sobre
pero que pueden encontrar tierra para trabajarla, ellos, aumentando los impuestos. Los granjeros y
tienen toda la libertad para orltivarla, mediante el los pobres de las ciudades, principalmente aúesa-
pago de una pequefla renta" sin embargo no es nos del Norte, se rebelaron, encabezados por
demasiado temprano para tomar las proüdencias, Daniel Shays (1786), que había participado de la
por todos los medios disponibles, para que el menor Guerra de la Independencia. Costó mucho trabajo
número de personas quede sin su pedazo de tierra. a las tropas derrotarlos. La potencialidad de ese
Las pequeãas propiedades son la parcela más tipo de revueltas obligó a la burguesía del Noúe y
preciosa del Estado'(lhomas Jefferson, caúa a a los duefros de las plantaciones y de esclavos del
Madison, octubre de 1785). Sur a unirse. Pero no sólo eso: posibiÌitó el compro-
En el terreno político el conflicto se trabó en miso de la Constitución de 1787.
torno de la definición de la Constitución. El movi- Una violenta depresión económica tuvo lugar en
miento democútico se expresa a través del partido 1?85-86. La causa inmediata fue la excesiva emi-
nacionalista o "antifderalisúa' (Jefferson) que pro- sión monetaria (cada Estado podía emitir moneda)
curaba un fuerte poder central para imponer limi- lo que acabó desvalorizando el circulante y dificul-
taciones crecientes al poder de los grandes propie- tandolos intercambios. Así se manifestó el carácter
tarios. Los "federolistss'(Hamilton), por el con- anacrónico del proyeeto semiseparatista de los
trario, buscaban pres€n/ar las autonomías y con federalistas: los Estados Unidos tendían a consti-
ellas los priülegios de los hacendados, haciendo de tuir un mercado nacional único (incompatible con
las trece ex colonias países casi independientes, la separación de cada Estado) gracias al desarrollo
vinculados formalmente, para lo cual llegaron a económico alcanzado en época colonial, sobre todo
proponer un régimen semimonárquico (presidente en el Norte.
y Senado vitalicios):'Gran proporción de América La "democracia oligd.rqudco" resultante de la
es propiedad de los latifirndigtas; ellos monopoli- Constitución reconoció importantes puntos al pro-
zanlatierra y no la cultivan, no están dispuestos a yecto federalista: quedaron sin derecho al voto las
hacer ningún gasto en dinero ni sen'icio personal mujeres, los negros (esclavos) y los trabajadores
para defenderla y, manteniendo altos los precios a manuales (porque no poseían la renta suficiente
través del monopolio, impiden la colonüación y el paraejercerlo). El Senado no reconoció larepresen-
cultivo del país" (Robert Morris, en el Congreso tación proporcional: cada Estado posee un número
Continental de los EE.tru. en 1?82). igual de representantes, independientemente de
Antes de resolverse en el foro constitucional, el su población (característica existente hasta hoy).
conflicto fue dirimiéndose en la púctica. El impul- Los nacionalistas (futuros republicanos) por su
so revolucionario fue barriendo todos los trazos del parte, obtuvieron la representación proporcional
antiguo régimen colonial, quebrando las resisten- en la cámara de diputados, medida en relación con
cias de los reaccionarios. la totalidad de la población (inclusive Ìos esclavos)
"Sólo después de la guerra, el problema de la y un fueúe poder presidencial, de mandato limi-
unidad naeional norteamericana s€ solucionó y el tado.

(3). R. Crossman, op. cit.

 en ôefensa dot Dfianxflsnoo
tr
_ Escribía en 1884 un observadorfrancés:
los elementos nuevos que
"Entre
durante mi estancia en
los Estados Unidos atràjeron mi atención, ninguno
me impresionó más vivamente que Ia iguatdad de
condiciones. No me costó percibir la-inÍluencia
prodigiosa que esa realidad primaria ejerce sobre
la marcha de la so_ciedad: dd a la opiníón púbú;;
una orientación deÍinida, una tendencia cierta alas
leyes, máximas nuevas para los gobie"nos yfràUitos
peculiares a los gobernados. t uego reconoõíque ese
mismo hecho extiende su influõncia mueú más
allá de las costumb""r potiU.ml-i"r t-"v"., V qo.
tiene tanta influencia sóbre la sociedadiivít coino
sobre elgobierno: crea opiniones, hace nacer senti-
mientos, sugiere prácticas y moáifrca todo aquetio
quq e_lla_ no produce. e. medida que estudiaba la
sociedad norteamericana, veía caàa vez más, en la
iguald4d_{e condiciones, el hecho esencial, aá cuai
' parecía descender cadà
hecho paúiculart(4).
- En verdad, las relaciones ã".ãrretirus en la
sociedad ciüI, cròa{as por la Revolución, servían
de base a las prácticas políticas democráticas. Es
por esto que Ia Constitución tuvo, hasta cierto
punto, una elasticidad capaz de adaptarla a los
cambios sociàles (extensipn del dereciro ae r.oto).
Como toda verdadera Revolución, la americana
creó un cuerpo propio de ideâs. Èï eiplano insti-
tucional, su originalidad consistía en ia indepen_
denciay el equilibrio entre los tres poderes (Ejlcu_
tivo, Legi slatìvo y Judicial) y en la cõmbinaciOâ ael
poder central con el federalismo de los Estados.
"Por- primeÍa vez en la historia, un grupo dã
hombres se enfrentó a la tarea de cónïtrúi" de
nuevo el órgano central de la autoridad coercitiva,
procurando resauardar al mismo tiempo la reladvá
independencia de las autoridades locãles existen_
tes, que eran las asambleas estatales. La Consti_
tución debía ser el pro4ucto del talento del hombrã,
c,onquistando la gprobasión de Estados indepen_
djentes y libres" (5). Al mismo tiempo no se âebe
olvidar que "demasiado democrática a los ojos de
los poseedores, la constitución no lo es sufic-iente-
mente.para el guslg po_pular. Los notables, en_
tretanto,.yan q pedir al pueblo que la respete,
mientra ellos mismos le haian sufrii graves distorj
siolgs.:. tal_qt.el precio del triunfoïel proyecto
capitalista" (6).
, La en victola del proyccto capitalista se apoyó
(como la Revolución Francesã) en la derrota âe
fracción democrática revoluci on ari q"ì Ua""O iã
l_a
Revolución Norteamericana, y de su" proyecto de
una soeiedad basada en un õcéano dã pequerios
propietarios (rinica base social posible para una de-
mocracia real combinada con la propiedad pri_
vada)-,
!a idelogÍa de la pequena pioducción mer-
cantil derrotada por el avance de la burguesía
(4).
Alexis de Adeuocracia na América, São Paulo,
FOUSP.19??.
(6). R. Crossman, op. cit,
(6). Claude Julien, O sonho e historia, Lisboa"
Arcadia, 1g76.
Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
c-apltalista que se alió a los propietarios esclavistas
del Sur: "En los EE.U-U., dóhecho, no hubo nin$ín
Termidor. El partido Republicano no fue derrotãdo
por ninguna (c-ontra)revoìueión: gobernó el Estado
arin despufs de 1815 y ganó laJelecciones; así y
todo, fue corroído impiadosamente por el espírití
burgués _capitalista dã su época. Su lucha, iniciada
con muchas ilusiones en 1?98, perdió completa-
mente sus ideales 25 aflos después. Robespierre
cayó en combate en el campo de
batalla de Ia revo_
lución y la contranevolüción. Jefferson murió
como un pacÍfico ancianoy padre de la patria, pero
qge en sus últimos aflos difícilmente podría ocülhr
el fracaso de su obra. Vivió aun muchì dempo para
ver Ìas dimensiones que había adquiiido el
problema de la esclavitud y de que formaìsb ponía
en crisis la existencia de la Unión" (Z).
Un equilibrio inestable se mantendría durante
tres cuartos de siglo gracias a los ejes de desarrollo
del nuevo país: a) la expansión en dirección a los
t:rritorios_vírgenes del Oeste; b)la expansión en
dirección de p-osesiones ajenas; c) el rapido y pr;_
fundo desarrolìo industriâl.
La dinámica del equilibrio favorecía en defini-
tiva a la burguesía industrial nortefra: ,,La nueva
nación intentó, antes que nada, dotarse de una
economía autosuficiente, la mejora de Ìas comuni;
caciones, a través de empresas tales como la cons-
trucción del canal de Erie entre 1g1Z y 1g25, impli_
caba un impoÉante paso en la integración al per_
mitir una drástica reducción de los piecios pagádos
en el Norte por los productos agríõolas dei õeste.
Thvo también importantes con-seeuencias políti-
cas: el incremento de las relaciones entre el Noúe
y el Oeste en detrimento del Sur" (g).
El estatuto del Noroeste (1Zg?) estableció que
ningrin Estado p.odrí€ fijar colonias en el Oesie,
considerado territorio federal (tierras ... del Esj
tado) hasta alcanzar cierto número de electores,
cuando serían admitidos en los EE. UU. La
legendaria"Conquista del Oeste,
los in-
dios, cuyos derechos fueron mil veces -conJra
establecidos
y mil y una_veces violentados- fue favorecida por
una serie de circunstancias: 1) completar la ocu_
pación territorial, anticipándose al mismo tiempo a
ocupaciones de otros países (Inglaterra reivindi_
caba Oregon); 2) asentar el enõrme contingente
inmigratorio, cuya perïnanencia, sin empleo"y sin
posesiones, en las ciudades del Este, aïirraba el
fantasma de la revuelta social, ya
en otras
ocasiones; 3) procurar, a través âe la "iitã
creación de
una vasta capa de pequeflos propietaribs, un mer-
cado consumidor para las industrias en rápido
desarrollo. Todos los gobiernos favorecieron ese
proceso, Ìlegand_o a donar 65 hectáreas a cada pio-
nero. Los EE.UU. extendieron su dominio ïel
9]..4Í4gt !"senberg, Democracia e socialismo, São paulo,
Global,1986.
(8)..F. A. Ramírez Esparsa e A. B. de Mendoza,
"Los Estados
Ulidos de América en el siglo XIX" In: pérez, Demetrio R.,
Hisúoria de América, IV Paúe, Madrid, Majera, 1ggZ.
 Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 4
AtÌántico hasta el Pacífieo, y la población aumenüó
de 4 millones en 1790 a 10 millones en 1820.
Al mismo tiempo se desenvuelven las insti-
trrciones de crdito (parafinanciar la colonización),
de las cuales los pequeflos agricultores acaban
tornándose dependientes, y que favorecerían una
fantástica expansión de los negocios capitalistas.
El"HornesteadAd" Qffi2) consolidó el proceso,
donando tierras atodos los que las deseasen. Así se
absorbió la masa inmigratoria (sólo de 1820 a 18?0,
más de 5 millones de personas).
_ La ocupación de territorios ajenos siguió las
líneas ya ftaaadas por eì eolonialismo inglés en
detrimento de los decadentes imperios colòniales
de Espaffay de Francia- Por el dinero o porlafuerza
primero complementando la segunda-fueron
-el
ocupados Florida de los espafloles, Louisiana y la
cuenca_del Mississippi de Ìos franeeses, Oregon y
parte de Canadá (de los ingleses), Alaska de lo!
rusos, y nada menos que la mitad del territorio de
la antigua colonia espafrola independiente-
de México (los aetuales Estados-ya de
Texas, Nuevo
México, California y Arizona). El descubrimiento
del oro para ironía del destino y para
-tardíode ingÌeses y espaõoles-
remordimiento eh Oali-
fornia (1849) favoreció la corrida en dirección de los
nuevos territorios, y aumentó enormemente la
masa inmigratoria de casi todos los países eu-
ropeos.
La continua expansión territorial favoreció ei
compromiso sociaì y político, pues si bien era
ejecutada por una imposición del Estado hacia el
exterior, minimizaba el poder estatal en eÌ interior,
volviendo relativamente menos importantes los
conflictos por la hegemonía Dos pensadores con-
tradictorios y complementarios explican ese
proceso.
"Para que un Estado adquiera las condiciones
de existencia de un verdadero Estado es preciso
que no se vea obligado a una emiglaeión constante
y que la clase agricultora, imposibilitada de expan-
dirse hacia el exterior, tenga que concentrarse en
ciudades e industrias urbanas. Sólo así se puede
producir un sistema civil y ésta es Ìa condición para
que exista un Estado organizado" (g).
_ '(La) fuerza pública existe en todo Estado, está
formada no sóIo de hombres armados sino, también
de medios materiales, las ciírceles y las institucio-
nes coercitivas de todo tipo. Puede ser poco inl-
portante y hasta casi nula en las sociedades en las
que todaúa no se desarrollaron los antagonismos
de clase o en Tagares disüantes, como sucedió en
ciertas regiones y en ciertas épocas en los Estados
Unidos de América. Pero se fortaìece en la medida
en que se exacerban ìos antagonismos de clase
dentro deÌ Estado, en la medida en que los Estados
contiguos crecen y aumentan su población" (10).
(9. G. W. F. Hegel, Lecciones sobre la Filosofía de la
Histori)aUniversal, Madrid, Reústa de Occidente, 1974.
(10). F. Engels, Origem da familia, da propiedade privada e do
en defenga del ilfiarxfismoo
Y si la expansión tendía a agotarse, los antago-
nismos de clase tendían a crecer con el desarrollo
agrícola e industrial. Desde 1820 a 1860, el capital
invertido en la industria pasa de 50 a 1000 millones
de dólares. Bajo el efecto de la mecanización, la
agricultura progresa rápidamente: en la época de
Washington, los plantadores del Sur producían 2
millones de libras de algodón, mientras que en
1860, producían 1000 veces más. Al mismo tiempo,
a pesar de la contribución de las máquinas, aumen-
taron su "gozado" de700.000 eselavos a4millones.
Eso signifrca entre una séptima y unâ octava paúe
de la población total *y una proporción mucho
mayor de la fuerza de trabajo- fuera de los mer-
cados de trabajo libre y de consumo. Al mismo
tiempo, se planteaba la cuestión de qué tipo de
sociedad se asentaría con la ocupación definitiva
del Oeste, si Ia esclavista del Sur o la fundada en el
trabajo libre del Norte. Estaban ahí las bases de un
conflicto preparado por el desarrollo del capitalig-
mo, que mostraría que las fuerzas Ìiberadas por la
Revolución continuaban en acción.
-
-
La frustración de la revolución
campesina en laAúérica Espafrola
En la misma épôca de la Independencia de los
EE.UU., un vesto movirniento social sacudió la
principal región de colonización espafrola. Por su
extensión (desde Cuzco, en Peú, hastaJu5uy, en la
Argentina) y sobre todo por su profundidad, se
puede decir que laimportanciayla amplitud social
que abarca este movimiento fue, en la época, por lo
menos equivalente â la de la independencia
norteamericana.
"En 1602, cuando los 102 puritanos ingleses
desembarcaban del Mayflower'en nna tierra sin
ninguna otra población que no fueran pequefios
poblados detenidos en el estadio de la recolección y
la aaza, los soberanos espâffoles que, en esa época,
eran también los de Portugal, reinaban ya desde
hacía un siglo sobre un imperio de más de 20 millo-
nes de kilómetros cuadrados v habían sometido a
su dominio a millones de indïgenas de àlta ciúli-
zación a quienes explotaban su trabajo y confisca-
ban sus riquezas (...). Es verósimil que la población
de América Latina a fines del siglo XVIII firese
cuatro veces más numerosâ qúe la de las trece colo-
nias inglesas que se acababan de unir en América
del Norte y sólo tenían aún poco tnenos de 4 millo-
nes de habitantes en el primeÌ censo realizado en
7790" /17).
La sociedad colonial espafrola presentaba una
división i{rterna marcada, donde el origen étnico no
oculi'abá el hecho de tratarse de una dfuisión social
clases soeiaìes- en que cada sector tenía una
-en
relación espeeíÍïca y distinta con el proceso de
Estado, Río de Janeiro, Vitória, 1962,
(11). Jacques Lambert, América Latina, São Paulo, Campanhia
Editora Nacional, 1979.1 13. G. Lora, Ibidem. 12) Guillermo 12)
 en d,efensa det [fianxlsmoo Abril de 1gg2 . afio 1 . Ne 4
E
producción.

^^_?ii;"+;anoresmiembrosderaadminisrración iflxtii'ã"rï"::.#f*j*;99x:$l*::
*rÃãïõïíJá'tlãJLïr,il1"".1Ë,j;ffiË,"."'J:iì''::
militares y religiosos, ffi!trij"*'Jif,:,ï'ó..ï.á;"1j"ï*,: Ëiiïi:ï:
"oidõreá"'diel"t T"ft*iâr"q
--' it.^ái,ïoi -.1da.entonc_es porra sociedad coroniar,
etc. ocupaban el tope de la pirámide social. - ;;;;';ih. tuvieron ras
cierto apoyo de las
b) La clase propietaria ã" Íat iú""".-y de tas
minas' los grandòs comerciantes, esiãÉ? ;ü,"ïd;h;ffi;ãiüïï*u"""iìãrr"ipio todo en cuzco).
puesta de blancos nacidos en América g,"T- Ãil;L"o" una consignaãoderada: "iviva el Rey
r."ioilori, g.óïig"vabajoelmalgobierno(colonial)!,pero
aunque poseedora de. riquezas, ocupaba una posi-
los crío-il0-s üe"on Ia masiva moüli-
ción social v política inferior'
zación ii{siÌr;ü."#;il':"
"apiãaiànte conrroly reivindicar
c) La plebe de Ìas ciudades, pequeflos comer_
ciantes y propietarios, artesanò.] u.t"b" .o-- f nã.àriO" de la tierra (en manos de los criollos).
puesta mavoritariamente por mestizos, y triiâ. e*"* ; ;; ,ãrìï se dirigió a "todos los
tambìén
-por blancos. "lpffiiilã;ilã;";.".fiihectro dehaber conouis_
d) sobrã ros indígenas (indios) descansaba rodo
el edificio colonial: õllos proveí"" ü;;;
fïïitïrïif#iïilfllï1ï::S,itr:::*.tl;
d";ú;; i",:"rïinÀ"ã;õ"h;ú;;ï'arnirestaaounadisposi_
de las minas, fundicionesy propiedãdãs agrarias,ã
;ü;;;i" qpo-yar una revueìta coÌectiva contra los
través de las obligaciones-impuestãs a sús p.q,õãioráãi,ïüaãì.i.tããionce't"al"(cornblit).
comunidades (ayllus' en Perú)'
La aristocracia indígena (caciques o. curacasl Laïorruocrtoria de Túpac Amaru no cayó en el
ocupaba, como intermedìaria entreìasãutoridadeó "*õ-ri teneÀÃ;; ;;"t" que durante dos afros
v Ë;;;;iã;ã;, una posició"tili.si-.qil iiiôõ-õ
ìoï*""ál"li"'i:Ï3:r'ilï',ï,;Jïïflï$3fr,"#;:
reÌación con sus herma"os de a. Ëãi ot"ãru_ão, ã" ;;;;;.ãìã;Ë;Ë;ï#;'.à.p".ir,"s
Ia periferia de ras. principare- "a, ói"a-uã", proragoni_
fiiirã; '*ïitï".r,o
;;ffi;or los indígenas.
Potosí) muchos indios se nãniãn
de sus comunidades, una vez cumplidas"ri"urãõiaà
r"ãã militar más importanre tue el sirio de
sus obtila- Uã*ì_"lro_octubredgi?ãU,

-ï;;r;;;ïá:
i,ïâïJ: ffi}?}!
,;#:j:;::ta nï" ãã ãrú;, ;;ã ffiffi, en qoã r,""o,,ã,1à"t",o.ooo
er
dirigidoporT\ípac
personaJ,
ra
r;i-p""b;r"simpricaron Aï,?:'S:Jffir.ïïï.1ïi9j:ïIãHï;jJï",trffii*
ficaciones en la administracion, àïeisentido roq-
ae pã*.ïã"airadas_entre sí, fueron aniquiladas. La
volverla más eficiente' "El propóóito a"*oa"-i"ãi ;õ;"#" contra ror
la burocracia imoìicó á-"-"ãã pã"*'lo, g"opo, ãã'üï.ioardã,ifi;; ".Íãiâ". (los indios y la plebe
""t
locales poderosol d" .aaÀi.ei;", Ï,ãJË"riãtarlos ;t.;ìi muertos. "iJrãïtrËi-a,
dejando más de
de minas y Ìos comerciantes- a"úã" Ãrtota pagar Del lado esparlol, cuarenta mil
impuestos" (oscar cornbÌit). variãs ãã murieron en las revueltas y en ìos combates: en
ggpi sec-
tores se hallaban en situación difïciÌ, d"biã;;los t"trr, .iï;;ËÌ";;Ëüftïta.r pení y Boìivia aa
pop"rï.ïãã-i"'a-e"i.a
altos intereses cobrados por los pre.à-i.tur.
según cornblit ("Levãnhmiã"iõ ã"'*u9ars
1ã-üï"".-a.
tilpacAmaru
espaf,ota).
fue capturado el 5 de abril de 17g1 v
Peú en muLrro d,; il;;;ffi;iï"ú
v Boliüa"). "oara resisitir la prãsio" aãiõ- ãrr"ïàa";;-"i;r'i"ãià', a" mayo. En su dd-
bierno central, ias clases dì;1.;'i;;ìo;"1;;ï; ì"a" ganarán con el
tenían otrorecurso quemovilizaralossectoresmás ;ËJiy l?r providencias de sus Majestades ni con
bajos de la pobtaci-ón Fu9 t. ;iã.;.ãt i.;-;,ilJ"J,"i."r õ"no". La razón es que
s;;;;;"aó
mavoría de las revueltas inicia^das en 1.780". ã"ip"â'a"habercumplidoconrasmitasysufrido
""ì;Eì *ïãroü"":.r,á....raãããr-João"r.ravos,oquedan-
primersectormovilizadofueuiã;lor "i;di";f";"*
terol"' Pero rápidamente los indios I" i-p;ríi;; ilïffi;-ente desamparados por los corre-
su propia dinámica al movimiento: el piopierario s_tffiu..:i;;p;ã"!iü, d.ï"i'riu""aos a su suerte,
minero Jacinto Rodríguez, que ã;;ãü,'i,;ilËH.ìr:i#1".-or-atestado".
-"'iiïï"orlde
t.-ó ãiãáui."."ãã
Ia ciudad de oruro,-fu" ãËriguáoïuã.ti. la derrota del gran revantamienro
lid"ãããïo"TúpacAmaruyrosrbtarifuerainca-
"opur pi.'i'í"ïa" ra- cràse
indígenas' si los indios tpoyã1o" Ët iãi"i"ãi.*
ciones de los de ras ciudades
nuevos aranceles v gabelas),^ luego dìrigi""on
lõs
criollos rcotit"a tõs irnpuàstos, ã" No"errorocío'aria
re corrro-ó ra alianza entre la
t,, "ï.ruà""rlo...
.i"ããa-ï campo, de Ìa rínica manera entonces
odio contra los co'íefrdo""., h.nãir,;;il;i;il: -.r
h;;ï;;Ërü
les encargados de loí"rg4grtop; ã;-i*iíÀ"s, que irïïtü,t r psefenãÃãrrã-r,ãl".or,.umóporquelos
ï"rp".i'o dirigido por
iorr"ioitos.
actuaban de manera arbìtraria-y desJãïica.
Así estalló una serie de rebehánà; ã' i;r que
c-ampesinos no se presentaban como sector
sociar,
comunidades indíeenas se movili"u"ot-ã"=ãoãã
las diü;;;-t"r a arrajürar las otras clases sociares, y
independiente: la ãitigiaa p;; Tü;;Qg"i, g. iàì"iJìï"to ros objerivos básicos de Ios criolos
febrero de 178L, en chüqyisac3, õ;;.-;{-Potosí; ãã."p"iã.*" dejadós de lado. se dice que la causa
de laregión de La ea"àirigid;
iã ããiF.irì" ildË;;
r".-qü"ì;; poseyeran armas o
ilJútá"
(Túpac lGtari), la más cél"ebre-comenz;á;ã"
eparà ;;-;;;Ë;"" uürtas. r,"s ráii", en esre aspecro
v ü i;9""ïr"p."aaas cãí bélico der propio
"ìãati"iar
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 4
ejército real, y con la ayuda de algunos mestizos y
criollos que servían en la artillería de losinsurgen-
tes. (...) No es que los mestizos se enfrentaran vio-
lentamente con los eriollos; se limiraban al saqueo
de sus riquezas. La plebe no se formulaba la ideã de
constituirse ìen clase gobernante. Marchaban junto
a los..campesinos con-tra los chapetones o Ioi crio-
llos. No tenían razones para oponerse a la recon-
quista de lâíierra por sus ex duóaos, pero no lucha-
ban porla dirección políticay cuando los levantam-
ientos campesino-indígenas ganaron en belicosi-
dad, presentándose con un carácter independiente,
los mestizos se pasaron al lado de los criollos. (... ) La
victoria del movimiento de Túpac Amaru habría
destruido los grandes latifundios, fortaleciendo las
comunidadés, generando una amplia capa de
pequefr os'prbpietario s. El desarrollo po sterior del
capitalismo habría partido de la expropiación de
estos últimos, que así se habrían transformado
bajo las nuevas condiciones, en fuer-za de trabajo
dispuesta a proletarizarse. La derrota de T\ipac
Amaru cerró la perspectiva de un desarrollo capi-
talista pleno" (12).
Segrin ìa definición de Guillermo Lora, las re-
vueltas campesinas del sigto XYIII fueron el "en-
sayo general'de los movinientos de independencia
comenzados en 1809. Susfrustraciones se deben al
hecho de''no existir una clase soeial urbana dis-
puesta a luchar no sólo en eontra del dominio colo-
nial, sino también contra los latifundistas criôllos.
Esto también confirma que la revolusión campesi-
na es el anuncio, o el telón defondo, de la revolución
burguesa, pero no tiene identidad propia, pues no
es capaz de plantar por sí sola la creación de una
nueva sociedad.
Por eso mismo, no podemos seguir al autor cita-
do cuando afirma gue los criollos "de alguna man-
era encarnaban las tendencias progresistas de la
sociedad; tenían la posibilidad de transformar sus
propios intereses en intereses nacionales, y de
tomar erl sus manos la solución (positiva o nega-
tiva) de los grandes problemas debtros sectores...
(era) la clase social capacitada para abrir la pers-
pectiva de la estructuración de una nueva so-
ciedad... Los espafloles americanos eran los únicos
que demostraban tener capacidad histórica (lo que
significaba que emergía del propio desarrollo de la
sociedad) para plantear las tareas democráticas, y
se puede decir que eso ocurrió aescalacontinental".
Lo que no se arregla afirmando que esas tareas no
fueron "totalmente" cumplidas, o que "esa clase
revolucionaria estaba ausente por lo menos en
gran paúe" (13). Laimprecisióny el eclecticismo de
ese planteo tuvieron proyección actual en la afir-
mación de Lora de que la burguesía latinoameri-
l2)Guillermo Lora, trÍotas sobre el movimiento campesino del
siglo XVIIP, América India, Ì+ 1, Buenos Aires, Janeiro 1972.
13) G Lora, Ibidem.
14). Ver crítica a esa posicióa en: Política Obrera" "Sobre el in-
forme preparativo a la tercera conferencia trotskista lati-
en defensa del [fianxflsmoo
cana contemporánea es capaz de "plantear las
tareas de la revolución democrática" (no de
resolverlas), lo que supone atribuirle la capacidad
de desencadenar movimientos revolucionarios
(14). La revoìución campesina del siglo XVIII no
encontró una dirección jacobina (o "jeffersonianal
en las ciudades, por ausencia de la clase de origen
de esa dirección, laburguesía capitalista (actuando
a través de la pequef,o burguesía revolucionaria):
"La mayor paúe de los operadores económicos más
activos de América son espaffoles, no criollos, más
fieles a Espafla que al país en el que viven más o
menos provisoriamente. Pocos pueden ser de-
finidos como burgueses: aun practicando ac-
tividades de comercio intemacional, los bienes de
expoúación que comercializan son producidos por
otros grupos sociales, a travrás de modos y rela-
ciones de producción que pueden ser definidos
como esclavistas, feudales, serviles, pero no pre-
cisamente capitalistas. Los famosos grupos de
comerciantes internacionales apresuradamente
deffnidos como "burgueses" no están de ninguna
manera interesados en modifrcar una situación
que a nivel de producción les proporciona ganan-
cias colosales en los mercados internacionales"
(15).
No se trata de medir la progresividad de los
criollos en relación con la administración colonial
(históricamente anacrónica aÍines del siglo XVIII),
sino su capacidad de ser la cabeza de un movimien-
to revolucionario capaz de abrir la vía para el de-
sarrollo capitalista autocentrado (como en los
EE.IÍU., a paúir de la burguesía nortefla) y para,
consecuentemente, estructurar verdaderos Esta-
dos nacionales (pues no signifïca otra cosa "tener
intere ses nacion ale s").
La revolución de los "criollos"
"Lima, donde la parte no ilustrada de la
'sociedad es tan numerosa (en especial
esclavos y negros) es al mismo tiempo,
tan Íormidable... Las clases bajas han
obtenido un predominio indebido y
están comenzando a maniÍestar una
predisposición revolucionaria peligro-
sa" (José de San Martín),
"El Perú n0 está en condiciones de ser
gobernado por el pueblo. óDe qué esta
compuesta la población, sino de indios
y negros? Las diversas clases de habi-
tantes consideran que poseen derechos
iguales (y) como la población de color
excede en muchO a la blanca, la seguri-
dad de esta última está amenazada"
(Simón Bolívaô.
noamericana", BoletÍn fnterno, Ìf 8, Comité de Organización
por la Reconstrucción de la IV Internacional, ParÍs, 1978.
15), Ruggiero Romano, "Le rivoluzioni del centro e sudamerica",
Le revoluzioni borghesi, Milão, Fratelli Fabbri, 1973.
 en defensa det Manxflsmao
tr
Las luchas por laindependenciaenAmérica es-
pariola no son un movimiento homogéneo, ni si-
quiera coordinado. Sus anteeedenteJ más claros
son los movimientos ocomuneros" del paraguay
( 1640 y 1 7 1 735);-en Corrientes, Argentina tú AZí
;
en Nueva Granada 6779-82);iniciãdos contra las
arbitrariedades de las autoridades coloniales, pero
poniendo,ìn disputa el poder político <q".- iã.
"comu,neso pueblo- Ilegan ã asumir -tempo-
-el
lariamente). En los diversos procesos de indepãn-
dencia iniciados en 180g se distingue pauiati-
name_nte el,liderazgo de la clase propietaria de la
sociedad colonial, los criollos.
"La Revolución fue obra de la aristocracia crio-
lla con o sin qoyo de la población mestiza. Los
indios fueron casi siempre testigos pasivos de los
acontecimientos que los sobrepasaban, esto
cuando no tomaron partido primero por njpánà,
sef,or distante, contra el crioilo, senoi inmediato.
La revolución de América Latina, la región más
aristocrática de la tierra, fue esencialàente un
emprendimiento aristocrático... esa elite
económica e intelectual, en una sociedad en que la
presencia del indio y del esclavo confiere a toao
hombre blanco un complejo de superioridad, sufre
con Ia exclusión de la administraõión real y con la
desconfianza que ésta le manifiesta. Eios es-
paffoles de raza y cultura son mantenidos al mar-
gen de los altos cargos, de las funciones honoríficas
y lucr_ativas. Entre los sesenta virreyes de ta histo-
ria colonial hubo apenas cuatro criollos y 14 entre
los 602 _capitanes generales. La exclusiõn que los
aparta de la alta administración laica, también los
aparta de los altos cargos eclesiásticos" (16).
Las tremendas limitaciones políticas de las
djrecciones de la independencia sô explican por la
clase social de la cual emergían, o sea, por la úexis-
tencia de una clase (burguesa) revolucionaria
(eomparemos su actitud frónte a indios y negros,
con la actitud de los jacobinos frente a la eiclaütud
del campesinado iletrado). De ahítambién elvacío
político en que cayeran sus proyectos "continen-
tal.es" (nohabía una clase que plantease la creación
de q1 gran Estado moderno, condición para un
amplio desenvolvimiento capitalista), y eÍ d"a-a,
la frustración y la soledad final de síjviaas (San
Martín en el e_xil]o, Bolívar en su"lnberintoo, según
la expresión de GarcíaMárquez). yde úítamb-ién
el carácter no democrático (monárquico o dictato-
rial) de sus proyectos políticos, quefüe criticadopor
Marx en el caso de Bolívaf ("separatista sí,
demócrata no") (1?), coherente con-los intereses
conservadores de su clase (que se tornó indepen-
dentista, en el cuadro de la crisis mundial pre-
l6)!_ierre Chaunu, Higtória da América Latin4 Sâô paulo,
DIFEL,1981.
Y). Cf. Carlos Marx, Simón Bolívar, Buenos Aires, Rafael
Cedeno,1987. :'
18). Ruggiero Romano, op. cit.
Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
cedentemelrte explicada): ?asarán al paúido de
la indepen{encia, sólo cuando se corra ei riesgo de
recibir de_ Espafra órdenes demasiado liberaïes y
susceptibles de traer cambios nítidos" (1S), debidã
al inicio de una revolución democrática en la
metrópoli (las Juntas) contra la invasión na-
loleónica. De ahí, finalmente, el carácter conserva-
dor, tímido y hasta poco serio (pocos países com-
parecieron) del Congreso Continental de panamá,
qrre ni siquiera convocó al Paraguay o a la peligrosa
"república negra" de Haití ni aborãO la cuesüãn de
la independencia de las supervivencias coloniales
espaflolas de Cuba y Puerto Rico (1g).
El sentimiento crioÌlista antiespaflol preparó
largamente la Independencia. Muclios de los blan-
cos nacidos en América, y euyos derechos eran in-
feriores a los de Europa, se sentían superiores a
éstos y Ìo eran realmente desde el punto de vista
cultural (pues habían estudiado en Europa). La
necesidad económica y social de liberarse del colo-
nialismo encontró el suelo abonado por ese senti-
miento.
El primergran movimiento independentista de
_,
México (1810) desmiente aparenlemente esta
lír_9", pues fue protagonizado por un ejército
indíg_ena y campesino dirigido dúe"o por ei sacer-
dote Hidalgo y luego por el igualmentè sacerdote
Morelos.
"No es la rebelión de la aristocracia local contra
la metrópoli, sino la del pueblo contra la aristocra-
cia local. Eso explica por qué los revolucionarios
prestaran mayor atención a ciertas reformas que a
lmiqmg independencia: Hidalgo decreta la aboÌi-
ción de Ia esclavitud. Morelos, el reparto de las
tierras. F\re una guena de clases y se compren-
clerÍa mal su carácter si olvidáramos que, contra-
riamente a lo que pasó enAmérdca det Sur, nuestra
independencia fue una revolución agraria en ges-
tación" (20).
Pero ese movimiento acabó siendo aplacado por
las tropas fieles a la Corona. [a crisis àel sistema
colonial persistiõ, agravada por la invasión france-
sa a Espafra (1808-14)
y después por la
toma del poder espafrol-primero,
por los iiberales (Cortei
Constituyentes). "Un brúsco cambio se opera en-
tonces; ante este nuevo peligro exterior, la alta
co:|l los gran-des propietarioé, la burocracia y los
militares criollosbuscarrín aliarse a los insurrectos
y se completa la independeneia." Se trata de un
verdadero acto de prestidigitación: ,.La ruptura
política con la metrópoli se rõaüza contra las ôhses
que habían luchado por la Independencia" (21). El
resultado es catastrófico para el indio. Tbansfor-
mado en "ciudadano" de la misma forma jurídica
que el criollo descendiente de los colonos espafloles,
19) "El fracaso de l" unidad@
L,, Gran Historia de Latinoanérica, ÌS 86, Buenos Aires, Aúril
19?3. r
20) Octavio Paz, O labirinto da solidão, RÍo de Janeiro, paz e
Terra, 1984,
21) Ibidem.
 Abril de 1992. afio 1 . Ns 4
uo
pierde los priülegios otorgados
:.ï. Taaxflseo@ tr
por la corona: dis- esperar
pensa de alcabala (impuõsb de un,código eraborado a
dos m' Ìeguas de
i"'aua"ãii ias
obvenciones na"'oo"iaïesJ;" v de ãi,':r",ïJri, .in ru
Ëã;:ïi;;,,L;;i; iniã"Ë;;;;; represen_
toma del poder porios.oioÍtot iiiïã'Jïï":o er influjo aeÌ esp,ritu
""estros
"ãotoüãï"ï ,irt.-.u
aorninJuã ras cories de rá rsra
der partido oue

1J,".ËïïÏÏ t'u,ïriïfrï"lel et""b;ì;;;onomía is";;;ï;. "nÌa rndepend;;.i" à" de León? Naãie

cual
por una via dire,entc, América ocurrió
er Río de ra prara ({rse1;
tiná-' uruguav) llesara'"i
poder colonial se desmorooo -rã"-;."úàd;:Ïr ;ljiliTËrïï*iìii,t::,n:*Í;;ïtrr*";i:
Ë".ïãï". Aun suponieído que
invasiones ingÌesas (en 1806-v
a" r'""no,
"o"ì"r'aã, ãidã','u ngrle rguaÌ en ãr poderra regisrativo,.iamás
consr*ución nos
plena crisis económicav
idôïi:ì;si;;;;" o.ï,ï".;"n;i;;;ì'ilrlino de America, doroue
dustrial'habíao""aiaoi*iã"-áïãrrrïror.oto'iu,
""'p1""â'Éiuõlo"ion
"ï
tn- ;;;;;;" ai.tu".i"-ã.ì'J.',.,Lo de imputsión, y ias
de América deiNort€: il**o;'á"q i"ïããr"t*;Ëil;, ãïirpunu con ros jefes
intentó apropiarse a"-"rr'pãiïd; o-r,u salida ãffit"-"rrto ejecutivo, ìarían ar gobierno der un
imperio colonial i;;ú'-;il; ;"',iáï"r parciar qou *oiu"iu nuesrros derechos,,
r,""'t"ofu"";d".ã;iii;;
de la Plata fueron "'p"nol
maninott-L1tã'incapaces iËiËtï;' ;fu;ì;lïj:;ih Liberrador, José de
enfrentar la agresión túÌü';r''""rirt.r.iãd" sunïu"t?n,
"*ï"L a" peni, 1820).
masiva de Ia noblacion-queãerroto "iãr'n"rirïiiïL,
onu revoÌur.ión porítiea
fue organi"âda po' l";;;i"fË rã*i""ãrlo^"ü qo" iJ""iu'
con ìimitaciones
pa.areras aïã, ro"-u, de propiedad
õì. ,,o veían
ninguna ventaia à o-úií t'Jio"iru.,tenienão ,=ú"
ju, cuaÌes ro, .riottJ, usentaban
su poderío
el status colon-ial ããã"ãrri.". E;,uri;;;ï's'Jdebran
tanto pasado
*"""""ir,ãrnrïâ"Ìï"ï,Hffi;3ffiï,tÌ"'ürl;: ãJi"'lïr .o*;;l;"àilï.ìil rnrernacionararder rra-
.'
"";;;;;;;(ü;;;ËËj""ï;:,;ïiï,ï'*f,y3i
gobierno en BíenosAires! garqntiz;rì;
Ë;;;:
Lg1f!ïï:,t"i;1,;,il;*:ïï:|ï,ï:ï13ï,ïi,lïí,
"'f,ilbur.matãrial
de larevoluciónfue, adiÍeren-
p"3ïr"t"Hxïrïfffix];iJïFk',:'j:iÏ ;;;1ii*::"I.;F;ì;iãái,",ionu, ur i.iiro,,aï
(180e)' "'-ili-t"'i;;Ãï'ii.i"'ï"'iã'àã ffiT
Pero la
Buenos Aires'rmio uarpenn tfà:,ï#,Í,,ïâ"1"0tï,i""n::líf"tgid:
b""tïe'iìl
versible: al afro siguientalos crioltoï "*1"Ë àffirï,T" pudiese competir con ros productos
poder a través lomaron_
de Ìïs õ;"ü;rri"rïo.-.r."do.
el por las pqtenci;s
como Gran Bretafra.
portaadminisrracionôoú'nãlaôã;tü."n.r""vã i"ã",ãr"ri""â;ã;;s"iïïn
"f"úï.ãao.
de 1810' la Revolució";*t";Ëtuïí?1 J'ãï'i"";;. ã"-;;il;#;nes desarrorroburgués
juïuoo cueros y orros
a"àr1ã ã;;#;. de ra de
nuevo liderazgo v la pre6;4. a" iã ii".io" críà a. (carnes saradas).
namentaÌ de Ìos reore*l-ta"te"
d"l pode.
óË;i: il;ïï" eso fuera rentãbre debía ser
rearizado
(22;' 3t'"notant""uuolï1""Ji'Jt'ïïïr*ruau ;"qãËï^t:,::Fl.i."*r,_qì"
Iascabezasd"n""",t"q;r"il;;;ïà',it ".iuããi" ." táo-ra consrituido ra esírüctura la forma en que
""u producriva
enAmérica, urrpãíã Ë;;'ã;';"
queincruvít"-*iiiàãiáï'-'itã"ã; pìara,
ú r,;;;os aqueua capaz
der
casi toda la poblacíó",-'d;;;;áãï 4."a" ãã *lJ;i-r ..i.ãá" n,,.nïi"r,, (Juan Lamarca. d,e
5;ï',.:"ünà""ir.iJ"-ãJrü;ï, enprensaobrerú.
resrones enteras (Jujuy). F\re
derrot ào ul proy".ìã ""ïi# r"
de creación de monarquÍ:" e.s.ïii"iïi,iÍíih"aio
ro, ï,ìãrìo. p{i".r, *"niJï.pursãdo -irr-d"p",ra".rcia;
sería decisiva_
imponiéndose el princ.ibio "" po" Íu
Lilil,,ï.;os-ejércil
tos organizados a oartii ae n'ie"osÃiã"r ;;Ë; iàtinou*""iìunor, .ãì un grado ma.yor en otros
riordelaArgentin"potagãnã;ãiô*ï=t$l; q.jïtï ffi'"ì#n hrrloriar durante ra coronia, ésró sería de
ron decisivos Dara ,i,ì"'ï#ç"te preservado.
""ìt"t uït tt"úï".p*olas en .o'ii.,,rìdud dr;i;;;ãà nste
chile'PerúvÈcuaao"v'tì"Ã'"ããJoiuíàu-'itu.
es er eremento de
-.Jrl'iur
que marca a ra
movilizaron políticamãnte a rà pãúiaJãr, ;;i;üd q"e surse
tentativa de imponer co'tra Ia ;;;; ;-r;"rponen enderara Independencia:..Dos ra-
constitución del Estado en
por parte de las cortes"" "oroÃãúãtã'""*"a.rãáã Àïã"r.ì"r,"üna: ra.o,rq,rirlïãe Ìa unidad
constituvìnã ,i; territo_
9$"1'," '"iïiãï""gr"ación d;Ë;;;;idad sociar. Las dos
o.aiJï3J'1#:ïiïËilll;'â1'ltì'.*rti:ïïi;ï::qruffimrul,t;ilï*iffiJïïâi
mantener el sistema- colonial, que
conservar por más tiempo pot ãJì.nporibte i;;;õ.ï". y por [a estructura jerárquica
iu f*;":3i;; iffi;:iii-r"r.o-.iut.s. La independencia de ras
no es una
ìí'ii'ïü,,r,,,-a"riãÀ;; ;:"id", sociar basado
iü'x
e'
;if"ï':'.1ã"'l"li*';:
-'
ãËïï ìÏI
ïi$iy"l"'.t;
;;ï;.ï en
ã
"ï' "
Península, v por ro menos
;ï.'âï{i
l, r; sería iguar ;f;ú-*;
diputadosqueaquéilano-ir,"r",'roããorio-uyo",
Ïi
iüïf,ffi ü ;:.
á; Ëã;;ïü;"opiedad ffi
tr' ,1ïf fÈïïï,ïJft..''ïì
rur;i;b;; ra rorma porírica de
como lo exige Ìa masa de tu rupúútiôr.^Iry* tanto, Ìo.que
t" poriàãion-tÃpu.ãaá iãárii"""ï-ounarestauraciónencubreuncambio
ros protagonistas

ry"""q"ã-u"i"nïiã"o.i."';;;;ã;;JïacoacciónextraeconómicadelPacto
22) T\rlio H. Donghi, Guerrae revoluçâo,
Brr"oo"Aiffiffi
 en ôêfensa del Dfiarxflsmoo
tr
Colonial es sustituidaen el comercio externo porun
intercambio entre partes libres e iguales... en ãi
mismo momento en que se consohãa el modo dó
producción capitalista en Buropa. L,a "restaura-
ción'del orden social üradicional se realiza dentro
de los precarios límites de la nueva división inter-
nacional del trabajo provocada por la Revolueiàn
Industrial" (Norbeït Le.h"e"j.
La'transformación de Ìas ex colonias en so-
ciedades independientes, modifica su relasión con
el mercado mundial. Pero también modifica las
relaciones internas entre las clases pues la clase
p-oseedora, la aristocracia criolla, se transformaen
clase dominante, usufructuando ahora fte-
n_amenteel poder estatal y pudiendo utilizãrlo
plenamente en sus relacionei con las clases "subal-
ternas" (explotadas).
Ya hemos mencionado dos de los tres núcleos
principales de las guerras de la independencia:
México, cuya inÍIuencia se extendió sobre buenà
parte de América Central; y Buenos Aires que in_
fluirá directamente, ademái del Vineynato áel Río
de la Plata, a Bolivia, Chile y peni. bl tercero es
Venezuela, qge será el eje de lá independencia de la
-y
Gran Colombia (Vene_zúela, Colom'bia, eúamá
Santo
.Domingo). Desde 18d6, Francisóo Ivfirarrdi
patriota venezolano paÉicipante de la Revolución
F1llg9!u y de la gueira de lra indepndencia de los
ryE.UU., organiza acciones miliìares contra el
dominio espaf,ol. Masón, como su lugarteniente
Bolívar, es igpuÌsado por Inglaterra,-que quiere
pedudicara Espafia, aliada dãFrancia desae f ZgS
(Tïatado de Basilea). Fracasadas las primeras
tentativas, Bolívar rompe-con Miranda deide tg tZ,
cuando este último fuõ derrotado por las tropas
espaf,olas, y deja que sea detenido y enviadã a
Espafla, donde Miranda muere en 1gí0. Uberaì
V
dueflo de un fuerte carácter, Bolívar encabeza lo"s
ejércitos que libertaron_ p"imero a Vene"oeìa y
ìuego establecieron la Gran Colombia en 1g2d,
después de una larga lueha militar. Conla influen_
ga,ge los ejé-rcitos de San Martín en el sui y los de
BolÍvar etel norte, el bastión espafiol se concentra
en feni. Es para allí que se destinan los esfuezoÀ
combinados de San Maúín y Bolívar después de
que se entrevistaron en 1822.
eueda supelado de
esto mo-do elperíodo (181a-1?)eri que lamonarqúa
espaflola, recuperada en la metrópoli, había recu-
perado la iniciativa en América Ìsalvo el centro
revolucionario de Buenos Aires). "Era fácil a los
espafloles, seflores del mar, luchar contra rebeldes
desprovistos de marina, mover a sus ejércitos regu-
lares, Iiberados por la paz en Europr,-y Ie, era fácil
aplastar sucesivamente los distintós puntos de
resistencia". La recuperación de la iniciativa pa-
triótica,las victorias de Bolívary las de San Marïín
en Chile y- el-sur peruano, no -fue"on ajenas a la
ayuda de lnglaterra, por ejemplo, la flota coman-
23). Pierre Chaunu, op. cit.
Abril de 1992 . aõo 1 . Nq 4
dada por Lord Cochrane.
"_TL r,r sim_patía interesada
por las jóvenes
repúblicas, Inglaterra, única capaz de actuár, ya no
se sentía estorbada por la preocupaeión de no herir
las susceptibilidades de Eãpana,ìu antigua aliada
contra Francia, y no cesaba de defender ãl inmenso
mercado que le ofrecía "Amérira Lib re". lnglatena,
que había iniciado su revolución industriaf S0 aflos
antes que el resto de Europa, no podía dejar esca_
par esa ocasión única de abrir nuevos mercados
para sus jóvenes manufacturas. En el momenüo
decisivo habría de levantar obstáculos a cualquier
ayuda efectiva de la Metrópoli contra los insuirec-
tos. La simpatía inglesa fúe una simpatía aetiva;
grae!ry a ella no faltaron arÍnas ni capitales a los
rebeldes criollos. Medio tímido al priìcipio, más
decisivo en el momento crítico, se fue revelando el
g_gyilio de la joven República Norteamericana,'.
Qil. La ayuda inglesa y la de los EE.UU. no era
gratuita.
Los ejércitos libertadores cercaron el bastión
espafrol con determinación. La proclamación de la
independencia de Perú por San Martín (1g21), fue
seguida por la tomade Quito (Ecuador) por Sícre,
lugarteniente de Bolívai. Finalment",
tgZa lo,
"n
espafroles son vencidos en elAlto perri ÍBolivi", qrró
así se llama en honor de Simón Bolívar), por Suãre
en la batalla deAyacucho. Consumada ìa llberaciOn
de América Central, toda la América espafrola,
salvo las islas de Cuba y puerto Rico, qüedó en
manos de los criollos. En lbs últimos epióoãios de la
que-rra de la independencia se prodlce una casi
fusión entre ellos y la administración coìonial.
"Fspaf,a se desembãrazl defa Cupl-tÃià General
de Guatemala en uno de los ciclos àconómicos más
oítico_s de Ia región. El tránsito de ìa colonia a la
repúl'lica se hiz.o pagílca y sorprendentemente, a
través de una virtual declaración formal, que dója
"intg.c,ta, inclusiue, en la persona fisi"ca ari ,ittirio
capitdn-general y primer jefe de Estad,o, la estruc-
tura_administratiug de la colonio' (Edeiberto Tor_
res Rivas).
_ La rínica revolución de independencia en que las
cÌases explotadas tuvieron ün papel de primer
_y no como fuerza de ápovo de los
pla-no,
glqlgtgfoles "nacionales,,, fue ta ae Hãitf (1?91_
180-4), En Ia lúcha de los negros y mulaios contra
los blancos colonizadores, se-dio una coÀ-binaciOn
rinica en Améri ca Latin a : la luch a contra la esclaü_
tud, por la tiena y por la independencia. Só tratO de
un caso excepcional, ya que Haití era la última
cotonra,trancesa impoúante en América Latina,
Sufrió directamente la influencia de la Revolución
Francesa en la metrópoli y fue el primer país lati-
noamericano en proclamar su indópendencia, des_
pués de una gueÌTa contra los franceses, inglesesy
espafroìes. Sin embargo, el inédito iguadtarismo dã
la"República Negra""fie q"uúr;;Ëã; La5o la dis-
Abril de 1992. aõo 1 'Ne 4
puta entre los mulatos y negros libres contra los ex
esclavos.
Su aislamiento geogrtífico, y sobre todo social,
no le permitió romper el esquema de-m-onocultivo
exportador heredado de la colonia: eÌ ideal demo-
c"âtico y repubücano que la animara fue degene-
rando eï crueles dictaãuras con las cuales se fue
consolidando una reducida casta de explotadores,
una especie de criollos 'w bla.nrns'. Haití terminó
siendo-uno de los países mtfu pobres de América,
pagando el precio dìl aislat"iento de surevolución.
-Siã
embaú, el impulso de su revolución fue im-
portante pãrá eÌ continelte;la primera expedición
ãe Bohvãr fue financiada y apoyada por el pre-
sidente haitiano Alexandre Pation bajo la promesa
de aquél de abolir la esclavitud. El apoyo haitiano
a BoÈvar salvó la lucha por la independencia de la
Gran Colombia cuando Espaia había recuperado
la iniciativa.
Podemos aceptar con Manfred Kossok (24) que
"con la adopción de las ideas de la llustració,n y su
elaboración, la revoÌución de la independencia
ingresó en eì plano políticeintelectual, en la época
hiãtórica maicada por la burguesía revoluciona-
ria". Pero este aboidaje del historiador de la ex
RDAes unilateral, y, por lo tanto, idealista, p-ues en
el plano social la aristocracia criolla limitó
drásticamente el alcance de la revolución. La aboli-
ción de la esclavitud fue realizada "de manera de no
herir los intereses de los propietarios'l (L. Galda-
mes). La situación del eampesinado indígena de-
pendiente no mejoró y frecuentemente empeoró.
24). Manfred Kossok, "Elcontenido burgués de las revoluciones
Ìf
de independencia en América Latina", Historia y Sociedaile,
4, México, 1974.
en defensa del Dfianxflsmo
Nacía una nueva sociedad políticamente inde-
pendiente, pero su clase dirigente tendió a estruc-
iurarla corno una economía primario-exportadora,
función heredada de la época colonial, eri un mer-
cado mundial, donde a pesar de reinar la igualdad
iurídica. no reinaba la izualdad económica. La
ïacionaÍi"ación de la ren-ta frn de la explo-
tación colonial- favorece -el
el desarrollo de una
sociedad independiente pero no impide Ìa depen-
dencia económica. "Bajo muchos aspectos
Inglaterra es la heredera de Espafra-y.disfruta de
unã situación de monopoÌio, defendida más por
medios económicos que jurídicos' pero que se
efectúa muy fáciÌrn entã en la práctica para obtener
el mayorlucro de un tráfico marítimo mantenido a
nivel ïelativamente estable. La América espafl ola
de 1825 no es igual a aquella anterior a 1810;la
expansión del õmercio ultramarino promovía el
consumo, y la industria exterior infligió qravgs
golpes al aúesanado local" (25). De la dependencia
ãcot ó-i.u a la política hay sólo un paso; para evi-
tarloAmérica Lãtina enteia debíahaber seguido el
camino de Paraguay: aislamiento económico, prio-
ridad al desarrãllo interno, represión contra los
propietarios de tierras que perdían- así fabulosos
negìcios con el capital inglés. Pero el?aragu-ay del
Dr]Francia quedó aislado y hostilizado en todas las
formas posibles por Ìos Estados vecinos.
(continuará)
25). Tulio H. Donghi, História contemporánea de América
Latina, Madrid, Alianza, 1976'
fgil en defensa det Manxflsmoo Setiembre de 1992 ' afio 1 ' Ne 4
l--l

EN êI PT

ízquierda?
por RuiCosta Pimenta

La realización del Ie Congteso det Partido de los Trabajadores' en no-

viembre de 1991, dio lugar ã que la izquierda del partido (Movimiento
po" orr" Tendencia MarxIsh, O Tïabelho, Convergencia Socialista; Força
bocialista y varios gïupos menores) caracterizaran qqe s3 abría la pers-
pã.ti"" deia consttõcción de un a"ntret)a mayoría en el PT, o sea, de qrre
ãl dominio de la dirección buúcrática cediese lugar I una dirección
formada por un bloque de izqúerda. De esta forma, el Ie Congreso habría
sewido eãmo reg'istio de la vigencia de la democracia interna del partido
y de evolución dã éste hacia la izquierda
Los acontecimientos de los últimos seis meses desmintieron de la for-
ma más categórica posible estas ilusiones. En lugar de un-a evolusión a la
izquierda, lapohtiõa derechista de la dirección petista llegó a su auge
lu relresión a la vigorosa huelga de los conductores del transporte
"on
de sao Pãulo. Por otro lado, el apoyo al gobierno de collor, cuya perma-
nencia hasta 1994 había sido voiada pofet Ie Congreso. El PT apoyó el
cambio ministerial orquestado por Collor a fines de abriÌ para "darle ai' Í
re, al gobíerno. "El ministerio tãnía que caer. La sociedad estaba perple- q
ja' deãlaró Lula. "Lula apoya Ia salida de los ministros" titulaba Jornal
ãa Tarde (3V3) y "aprobã ia constitución del nuevo gabinete" (Eduardo
Jorge, líder de lã bancada parlamenüaria peüista en Fo-lha de sao Paulo,
1g7i;,'Inmediatamente votõ a favor de la enmienda del PFL, partido del
gobierno, sobre la revisión constitucional y el aplazamiento del plebiscito
ãobre el tist"-a de gobierno, maniobra parlamentaria directamente im-
puesta por Collor. El PT apoyó la formaeión de la Comisión Parlamenta-
ria de Iìvestigación (CPI)-que fue un intento, al principio, de evitar la
caída de Colloï y qüe en todo caso pretende canalizar toda la crisis den-
tro de los límites controlados rígidãmente por las diferentes alas de la
Èurguesía". "El PT acató la sogeitión de los partidos d-e _oposición de es-
perãr los hechos" con el significativo pretexto_de que "el partido quiere
ior*u" ta CPI cuando ella cuente con el apoyo de un gran abanico {e parl
tidoc El Pf se transformó, en este proceso político en un- claro instru-
-."to de atadura de las masâs a la política de sectores del gran capital
 Setiembre de 1992 . aõo 1 . Ne 4
que luchan por determinar la orientación del Es-
tado.
Denunciada presisament€ por oponerse a la
orientación de defender el gobierno de CoÌlor
hasta el'94, las corriente de izquierda más ex-
presiva numéricomente fue exclúda del paúido
por parte de la direceión,'sin pnátticamente ofre'
õer iosistencia, mientras $re los demás compo-
nentes del bloque de izqnierda se integraron a
la política de lJdirección mayoritafia'en relación
a la CPI, lo que los hizo ingresar a una etapa de
crisis sin precedentes, cortro fue el easo del grupo
O Trabalho (lambertista). Es muy significativo
que' CS fuera acusada de "organizar campaflas
contra Collor"; su expulsión del PI fue, por lo
tanto, a cuenta de la política de sostén del régi-
men político y a disciplinar a todas las tenden-
cias en esta dirección. Para sostener la legalidad
I del régimen, el Pf no dudó en violar su propia
legalidad. Se confirmó de esa forma, al eontrario
r de tas ilusiones de Ìa izquierda centrista del f{I,
el pronóstico que hicinos en diversas oportuni-
dades desde fines deÌ aflo pasado. "La escisión
del PT eshí objetivement€ planteada y subjetiva-
mente impulsada por la dirección oficial en fun-
ción de una estrategia de conjuntl. Hasta ahora
la izquierda ha sido víetima pasiva de los aconte-
cimientos" escribíamos en'En defensa del mar-
úsmo" (Ns 3, abril del 92). Mientras la izquierda
se adaptaba profundamente a la política de la co'
niente mayoritaria, éstâ, al contrario, preparabà
claramente la ruptura del PT para colocarlo de
forma clara y definitiva en los rieles de la políti
ca de la burguesía.
La exclusión de
Convergencia Socialista
La expulsión de Convergencia Socialista, ten-
dencia legalmente reconocida, es una expresión
mas de la integración del PI al Estado. Esta in-
tegración se manifiesta en todos los terrenos: "ui-
gilia contra ln reesi.ón" con la FIESP bajo el le-
f ma de "trabajadores y empresarios unidos jamás
serán vencidos'; establecimiento de un "foro
r paulista de desarrolla" con el quercismo y la
FIESP por parte de la dirección de la CUiI; polí-
tica de aislamiento de las Ìuchas obreras como
ocurrió con la ocupación por 78 dias del frigorífr-
co Pedrozo en el ABC paulista, o aún más, con la
represión de la huelga de Ìos conductores de Sao
Paulo; propuesta de la dirección de la CUT de
"auto-regulacíón' de las huelgas, en particular
del sector público, qrre fue la principal òoncìusión
que sacó esta burocracia de la huelga de conduc-
tores, y proponiendo que las huelgas que no
afectaran a Ìa población (como si hubiera huel-
gas qüe no la afectaran) sean sustituídas por
una cárnara de conciliación, o en resumen' que
los trabajadores del servicio público tengan pro-
en defensa del ilfrarxflsmo
hibido hacer huelga. Un conjunto de empresas
definió adesuadamente la política de la dirección
de la CUT: "los dirigentes sindicales fueron a to-
dos lados,. menos a las puertas de las fábricas"
(FoÌha de Sao Faulo,6l7). r
Finalmente, la política de la dirección del PT
de apoyar a la CPI dirigida por un ala del propio
gobierno (Benito Gama del PFL; que responde al
gobernador derechista de Bahía, Antonio Carlos
Magalhaes) y proponer la realización de actos
conjuntos con el quercismo y el PSDB de Jereis-
sati. Sin el PT, la CPI no podía, ni por un ins-
tante, jugar un papel de bombero de la crisis gu-
bernamental... incluso contra sí mismo, soste-
niendo de presidente de la CPI, a un diputado
oficialista vinculado públicamente... a las empre-
sas protagonistas de la corrupción "collorida":
"los diputados montaron un extraordinario pacto
de silencio. La excepción correspondió al diputa-
do Jacques Wagner quien, en un documento diri-
gido al presidente del Congreso, cuestionó la
neutralidad del diputado Benito Gama (presi-
dente de la CPI). El diputado Wagner no contó ni
siquiera con la solidaridad de su propio partido,
el FT" (Folha de Sao Paulo, L7/6).Esta política,
que fue interpretada forzosamente por la iz'
quierda del Pf como un giro a la izquierda, es en
realidad, una profundización de la política dere-
chista decidida en el Iq Congreso. Nada está más
lejos de la política del PI que la idea de impulsar
cualquier acción independiente de las masas,
mucho menos de tirar abajo al gobierno de Co-
llor. Toda la función de la CPI es armar una red
de seguridad para el régimen político en crisis, a
través de un acuerdo entre situacionistas y opo'
sicionistas.
Este desarrollo político no deja margen de
duda de que el PT lleva adelante una política
que se opone por el vértice a los intereses de los
explotados del campo y la ciudad. En junio, por
ejemplo, la bancadrfederal (y la intendencia de
Santos) del PT chocaron con la extraordinaria'
huelga nacional de los portuarios (L00 Vo de ad1
hesión), votando la Ìey de omodernización" dd
pueúos, en el mejor estilo "neoliberal" que el PI
ataca, liquida la estabilidad en el trabajo de los
estibádores,aitaca los salarios y acaba con el mo-
nopolio de los sindicatos para las contrataciones.
Aloisio Mercadante (del ÍII) se atribuyó la ges-
tión del "consensoo que permitií "sacar" la ley,
que mereció el siguiente comentario del dirigente
(lpelego!) de la Federación Nacional de Estibado-
res: "Fuimos engaflados, pues nuestros derechos
fueron escamoteados por las artimaflas de los di-
putados" (O Estado de Sao Paula,27/6).
El PT se caracterizahoy como una eorriente
política que se coìoca integratmente en un terre-
no de clase opuesto aÌ de la clase obrera y los ex-
plotados en general y, como tal, es incapaz de
conviür con cualquier especie de derecho demo-
 en d€fensa del Dfranxflsmao
crático de sus tendencias internas. Este hecho
que ya se había expresado claramente con la ex-
clusión de Causa Operaria en el propio Ie Con-
greso (a través de un proceso que se desarrollaba
desde 1988) y, ahora, es confirmado a través de
la expulsión de Convergencia Socialista.
Un desenlace anunciado
Causa Operaria fue expulsada del PT del fr-
nes del aflo pasado, culminando un largo proceso
de persecución política que incluyó expulsiones
individuale s de innumerables dirigente s obrero s;
exclusiones de los cargos de diversos dirigentes
municipales y estaduales del partido y de candi-
daturas, como ocurrió en las elecciones de 1g8g
con la intervención administrativa de los directo-
rios de Bauru y Volta Redonda; agresiones ffsi-
cas e, inclusive, la anulación de encuentros esta-
duales enteros, como ocurrió con el de Brasilia,
ganado por una coalición dirigida por Causa
Operaria en 1990. Durante todo este proceso de
lucha contra la persecusión política de los revolu-
cionarios dentro del PT, que duró de 1g8g a
1991, seffalamos innumerables veces que el pro-
ceso de persecución contra Causa Operaria co-
rrespondía a un proceso de conjunto, de integra-
ción del FT al Estado, de fortalecimiento de la
burocracia pro-burguesa en el aparato del parti-
do, que no se trataba, por lo tanto, de una cues-
üión particular sino de un proceso político que
afectaba a todas las corrientes del partido y al
conjunto del movimiento obrero
Todo este proceso fue ignorado por el conjun-
to de la izquierda del PI que procuró atribuirlo a
causas puramente fortuitas justificando y apo-
yando, de facto, este proceso de exclusión. En el
Ie Congreso, todas las corrientes se negaron a to-
mar la palabra para defender el derecho de par-
ticipación de los delegados pertenecientes a
Causa Operaria, elegidos por las bases.
Asistimos al fenómeno de corrientes y orga-
nizaciones que acaban siendo úctimas de su po-
lítica de adaptación al adversario. En la CUT,
después de un tumultuoso y fraudulento IVe
Congreso Nacional, CS impulsó un "Documento
de compromiso" de la oposición con la dirección
(surgida fraudulentamente del Congreso), propo-
niendo una tregua en la lucha interna. Apoyrán-
dose en este "Documento...", Articulación quedó
con las manos libres para llevar adelante su polí-
tica traidora; ese documento paralizô y dividió a
la oposición (mayoritaria en las organizaciones
sindicales), llegándose al extremo de que la
"CUT por la base" enviara delegados, junto con
ArticulacióR, al Forum Paulista para el desarro-
llo con el gobierno de Fleury. Las tendencias que,
como CS, se negaron en aquel momento a sacar.
las conclusiones de los acontecimientos ahora es-
tán sufriendo en carne propia los efectos de una
Setiembre de 1992 . aío 1
política que, obviamiente se negó a ser ignorada.
Frente a la amenaza de expulsión por "actuación
independiente del partido", CS respondió que "es
eüdente y pública la acción autónoma del brazo
parlamentario (deÌ PT), del sindical y de las in-
tendencias. Y esto no impidió la convivencia en
un espacio común' (Convergencia socialista, Ìf
328,24/4); con un pie afuera y aunque rechazara
la expulsión, CS revindicaba el "espacin coÌnún"
con la derecha. La exprrlsión de CS fue, en este
sentido, un resultado anunciado de la política de
la izquierda y de la propia CS. La principal con-
clusión que debe sacarse de todos estos aconteci-
mientos es que es imposible escapar a la obliga-
ción de encarar de frente vale para to-
-y esto
das las corrientes de izquierda del PI- la carac-
terización de la evolución política del PI.
Un balance
El PT cumplió integralmente un eiclo como
organización política vinculada al movimiento
obrero. Las características democratizantes de
su origen --que muchos sectores del movimiento
obrero tomaron, eqúvocadamente, por un sinóni-
mo de clasismo, de combatiúdad, en fin, por un
verdadero sustituto del partido revolucionario-
maduraron, se desenvolvieron plenamente a
través de la integración del partido al Estado.
Las intenciones constantemente proclamadas del
"programa original' del Pt
reivindicado por la izquierda -sistemáticamente
petista- de "dcmo-
cratizar el Estad,o" y "participar d.el Estal.o" se
realizaron en ìa práctica de Ia lucha política en
la forma de una completa integración al Estado
orealmente
existente', con todas sus taras y su ca-
rácter de instrumento de opresión de clase. La
idea de volver a los "orígenes" democratizantes
del PI < sea, a un PT úmi-revolucionario- es
por lo tarito, apenas una ilusión, una utopía que,
al pretender hacer girar hacia atrás el motor de
la lucha de clases, desprecia Ia experiencia con-
creta. Ya no estamos más en el momento en que
se levantaba la consign a "trabqja.d,or uote traba-
jadoreso, sino en el momento en que el PT define
una alianza preferencial con el PSDB, partido
que estando en el gobierno y fuera de é1, es un
partido de Collor; estamos en la etapa en que en
Santa Catarina en un tercio de los municipios el
PI apoya candidatos quercistas.
Este desarrollo absolutamente previsible con-
firma, sin dejar sombra de dudas,la ca-racteriza-
ción efectuada por nosotros en los primeros mo-
mentos de vida del PT de que éste no podría
sustituir la tarea estratégica de luchar por la
construcción de un auténtico partido revolucio-
nario.
, El momento en que se podría pensar €Ít o,:es- .
catar", osalua:r" o "recuperar" al PTpara"l4lucha ,
de clase del proletariado ya pasó. ta tarea qüê se ,'
Setiembre de 1992 . afio 1 ' Ne 4
plantea en este momento es sacar todas las con-
clusiones de la experiencia democratizantes.
, El frn de las tendencias
Ios proeesos de expulsión contra CS, ahora,
comó antes contra Causa Operaúa, no sólo son
goÌpes dirigidos a erradicar del paúido (o, alter-
nativamente, domesticar) a dos corrientes "in-
convenienteso para la dirección partidaria. La
burocracia partidaria necesita terminar con la
propia existencia de tendencias en el PT como
paúe de la transformación del Pl en un partido
de Estado, Es muy claro que los choferes en hue-
ga de Sao,Paulo, perseguidos por Erundina no
podrían tener sus nricleos y su derecho de ten-
dencia deütro del PT. Si el Estedo-PT del muni-
cipio de Sao Paulo se vale de la ley (de la burgue-
sía) y de la policía (brazo armado de la burgue-
sía) para "acabar con It huelga': a,cómo podría
tolerar la democracia interna con los portavoces
poÌíticos de esos huelguistas dentro del PT? 1,Qué
diferencia existe entre la actitud del Estado-PÏ
de Erundina con la actihrd de un Quercia o de
un Fleury frente a Ia huelga de los funcionarios
estaduales o a la de un Collor frente a ìas huel-
gas de Petrobras? eCuát es Ia diferencia entre es-
ia actitud y la de un Helmut Kohl frente a la
huelga de los trúajadores del servicio público en
Alemania, o de la de un Reagan frente a la huel-
ga de los controladores aéreos en los Estados
Unidos? En todos estos episodios, la burguesía,
su Estado y los alcahuetes que tienen transito-
riamente el comando del aparato del Estado,
procuran lanzar a la población contra la clase
obrera en nombre del interÉs 'na'yor" de la socie-
dad, que no es otra cosa que el interés mezquino
de la clase social que domina el Estado.iPero
dentro de los partidos de Quercia, Kohl y Reagan
no podría haber democracia interna para los
obreros!
No es casualidad que la vanguardia de esta
política en el interior del Pl esté compuesta fun-
damentalmente por elementos oriundos del sta-
linismo, como José Ctenoino, José Dirceu, Marco
Aurelio Garcia, Augusto da Franco, Eduardo Jor-
ge y otros de menos lustre. Tampoco es casuali-
dad que la misrra direeción que lleva adelante
esta política esté procurando su integración con
la social-democracia internacional a través de la
afrliación de la CIII a la CIOSL y del PT a la In-
ternacional Socialista, enemigos históricos e irre-
conciliables del proletariado.
El PT no es más una vía de desarrollo
La inversión de las tendencias en el movi-
miento obrero brasileflo que marca la actual eta-
pa política en su conjunto, a paúir de las huel-
gas de 1978, planteó la construcción de un par-
endefensadel8frarxflsmao
tr
tido propio de la clase obrera. Esta tarea objeti-
va se expresaba en las tendencias propias de la
acción obrera (reconstrucción de sindicatos y de
las organirasiones de base, centralización nacio-
nal del movimiento obrero, organización política,
etc.). Estas tendencias no pueden desenvolverse
más en el interior del PT. El PT dejó de ser un
cuaãro que permitiría el desenvolvimiento de es-
tas tendencias, a las cuales tampoco expresó
nunca sino en forma muy indirecta y deformada'
Esta conclusión ya se había tornado absoluta-
mente clara en el 19 Congreso del PÏ, pero el con-
junto de la izquierda se negó a tomar las flagran-
tes evidencias que se presentaban para sacar
una conclusión de conjunto. En función de eso,
como ya sefralamos en diversas opoúunidades en
materiales nacionales e internacionales, la iz-
quierda se convirtió en una víctima pasiva de los
acontecimientos.
La principal conclusión que sacó esta izquier-
da de los acontecimientos del Is Congreso del Pl
fue elaborada por la corriente O Trabalho, expre-
sando de una forma más clara y más acabada la
confusión existente en la izquierda del partido.
La consigna de "fonnar una nueua mayoría en el
P7'', expresó después del F Congreso las profun-
das y fatales ilusiones del conjunto de la izquier-
da en el desenvolümiento del PI, y en que el Pl
integrado al Estado, que se oponía a luchar con-
tra el gobierno Collor incluso en el terreno elec-
toral, permitiría el desenvolvimiento de una nue-
va mayoría y, por lo tanto, su radical transfor
mación interna. La consigna de O Trabalho fue
la expresión de una profunda ceguera política de
aquellos que se negaron a ver que lo que estaba
en juego eran intereses sociales y no un conflic-
to ideológico entre "socialistas", una lucha de
clases y no la búsqueda filosófica del "rnejor ca-
rnino". En este sentido, OT marcó el rumbo al
lanzarse a disputar con candidaturas alternati-
vas, bloques y otros aúificios el control partida-
rio y que este control superaría indoloramente el
rumbo reaccionario adoptado.
Las convenciones municipales realizadas pos-
teriormentc al Ie Congreso fueron, en este senti-
do aleccionadoras porque la dirección del PI no
dudó en utilizar el aparaüo del Estado para favo-
recer a su corriente. Por otro lado también se
manifestó un visible retroceso de la izquierda,
como puede verificarse en el caso de San José
dos Campos, donde CS perdió la candidatura
municipal a manos de una ex-militante del "pro-
cesista" PDS apoyada por la Articulación. En las
convenciones del PI para la elección del candida-
to para las elecciones municipales de este afro,
CS impulsó listss ("Ì{s luta, [{f') con los lamber-
tistas, Tendencia Marxista y sectores desplaza-
dos de Articulación y un manifiesto en que se
suscribía la tesis del "impeachrnent" (o sea, del
ascenso del vicepresidente Itamar Franes y la
 en defensa del Dfranxüsmoo
tr
preservación de las actuales instituciones), evi-
dentemente destinada a llegar a un acuerdo con
Aúiculación. En Sao Paulo, el conjunto de la iz-
quierda fue incapaz de oponerse a Suplicy, quien
terminó el encuentro municipal saludado por to-
das las corrientes como el "mejor candidato" lo
que verificó que la oposición que se le hizo fue
poeo más que una formalidad política.
Ya antes del Ie Congreso habíamos caracteri-
zado que la derecha preparaba la ruptura del PT
y pronosticamos que esa ruptura era inevitable.
La orientación de construir unaonueua mayorta"
en el interior del Hl, o sea, la ilusión de que se-
ría posible un progïeso de la izquierda, de los
sectores que se reivindican de una posición cla-
sista en un cuadro común de discusión y de tra-
bajo con la derecha del PT, sirvió apenas para
profundizar la crisis de la izquierda y contribuir
para que la derecha preparase, en mejores con-
diciones, la ruptura del paúido. La exclusión de
CS, hecha con la complacencia y hasta incluso
con la colaboración directa de tendencias como el
MTM, OT, DS y Força Socialista (así como, an-
tes, la exclusión de Causa Operaria fue hecha en
medio de una total pasividad, cuando no con la
directa colaboración de la izquierda del partido)
reveló que el bloque de izquierda había pasado
de Ia adaptación a ìa completa capitulación.
Nuestra organización repudia integral e in-
condicionalmente la exclusión de CS y denuncia
los métodos totalitarios y stalinistas utilizados
por aquéllos que, a cada paso, se llenan la boca
para dar lecciones de moral al mundo en nombre
de la democracia, pero que imponen en su propio
partido un régimen de caza de brujas, de impedi-
mento de cualquier debate de ideas f de manipu-
lación de las masas y de las bases partidarias (la
dirección del PI suspendió su 8q Encuentro Na-
cional, que tenía como única función la elección
de la nueva dirección: la actual fue electa hace
tres aflos y ha sido objeto de deserciones y coop-
taciones no apoyadas por nadie). Denunciamos el
hecho que esta expulsión se da como producto de
la profunda integracion del PI al régimen bur-
gués, y del bloqueo total de la acción obrera con-
tra la ofensiva del capital.
Sin embargo, por sobre todo, nuestro propósi-
to es elaborar Ìrna comprensión política y social
de este proceso, que no comienza con este hecho,
pero sí alcanza su nivel más alto. Los que en este
momento reivindican la disolución de las tenden-
cias están repitiendo la tentativa del régimen
militar instalado en 1964 de eliminar a la iz-
quierda. Están repitiendo la tentativa del stali-
nismo de eliminar las expresiones revoluciona-
rias del movimiento obrero. En nombre de defen-
der una disciplina de paúido totalmente ficticia,
está en marcha un proceso de destrucción de to-
dos los sectores que guardan alguna ünculación
con la lucha del movimiento obrero.
Setiembre de 1992 . afio 1 . Nq 4
Romper con el PT
La alternativa que se desprende de esta cri-
sis es clara, las masas nada tienen que esperar
de un paúido que habla en nombre deÌ Estado,
que deÍiende, frente a la ofensiva de despidos, de
congelamiento y de miseria, una política de de-
fensa del capital; que neutraliza a las organiza-
ciones de lucha de las masas, como los sindicatos
y la CUT y que hipoteca totalmente su indepen-
dencia política. Permanecer atado a tal partido
es seflalar un camino de derrotas aún más pro-
fundas que las de Usiminas, Vasp, del salario de
hambre, etc.
Lo que estamos plantenado claramente para
la izquierda, para Convergencia Soeialista, para
los grupos que se oponen a la actual composición
política del PI en todo el país, para los agrupa-
mientos y militantes del movimiento sindical,
popular y de lajuventud que en todos ìos rinco-
nes procuran una perspectiva política para las
luchas que se están librando; lo que planteamos,
en definitiva, es que nos unamos en una amplia
ruptura de conjunto de estas fuerzas y agrupa-
mientos con el PT para estructurar una alterna-
tiva política de clase que sólo puede basarse en
un programa revolucionario.
Las masas expÌotadas que luchan están sin
referencias políticas de conjunto, organizadas,
que puedan seflalar un norte para esas ïuchas,
un camino de evolución y de desenvolvimiento .
La burocracia del PT y la CUT aparece a los
ojos de muchos militantes como una fuerza que
no puede ser suplantada. Esto es absolutamente
falso. La burocracia es fuerte para el Estado, pa-
ra la prensa burguesa, pero cada día que pasa
ella se revela más débil frente a las masas, como
se puede verificar en los congresos de la CUT, en
su crisis en el interior de los sindicatos y en el
propio FT.
Más y más sectores, por la vía de la experien-
cia, rompen con la política de Ia burocracia del
P-T y entran en choque con ella. Las tendencias
al reagrupamiento sindical y político, que for-
man paúe de la evolución de la clase obrera en
los últimos afros, están amenazadas de perderse,
de dispersarse y de desmoralizarse, por la ausen-
cia de una perspectiva política independiente or-
ganizada de la burguesía, por la ausencia de una
alternativa real al PT y a la dirección de la CUT.
Esta situaeión que en diferente grado
-claro es una característica
y con diferentes formas-
decisiva de la política mundial, como lo podemos
ver en la poderosa huelga de los sindicatos ale-
manes, en la revuelta de las masas pauperizadas
en Los Angeles. La.idea de que las masas no lu-
chan es falsa. No sólo tuchan eh un gran número
de países sino que van a luchar todavía más en
el próximo período con el agravamiento de la cri-
sis.
Setiembre de 1992 . ano 1 ' Ne 4
La crisis y descomposición del stalinismo
abrió un período de profunda e irrecuperable
inestabilidad entre las direcciones que sirven co-
mo obstáculo a la evolución poÌitica de las masas
y abrió enormes perspectivas para la creación de
una alternativa revoÌucionaria.
El ttfrente revolucionariott
Frente a la evolución de la situación, CS ar-
un frente con grupos
ticuló en el interior del PTorcuolttcinnarios",
regionales "socialistaso y que
bautizó como F(IR, Frente Unico Revolucionario,
que supuestamente debía ser una preparación de
la ruptura con el PT. Uno de los objetivos de este
FUR sería capitalizar la crisis de las corrientes
consideradas como centristas en el PT (OT, DS,
MIM, FS, etc.).
El objetivo que s€ asignaba este frente a lar-
go plazo era construir vn "partido reuoluciona-
rio". En esta concepción, eì 'parti.da reuoluciona-
rio" sería el resultado de una amalgama de
agrupamientos "reuolucionorios', definidos a
priori como tales por los mismos componentes
del frente. El frente no se propone convertirse
en partido a partir de una delimitación política
sino de las coincidencias que empíricamente pue-
da encontrar, sin que estas coincidencias tampo-
co surjan de una delimitación previa. La deter-
minación de las posiciones (determinar es deÌi-
mitar, "determinatio e# negotio"), na tiene lugar
ni siquiera en el plano de la táctica, es decir con
referencia a la situación y luchas del momento.
Las "coincid,encias' se convierten así en procla-
maciones abstractas y arbitrarias o contingentes,
lo cual tiene naturalmente la ventaja de autori-
zar a cada organización, y en especial a Conver-
gencia Socialista a hacer Ìo que le venga en ga-
na.
Cualesquiera fueran las consideraciones ini-
ciales de este frente sobre la necesidad de rom-
per con el PI, o incluso, de los plazos y las carac-
terísticas de esta ruptura, los acontecimientos se
precipitaron independientemente de é1. El secre-
tario general del Pl <onocido por ser el autor
de la mayor parte de los procesos internos en re-
lación a las tendencias del PT- Ìanzó un docu-
mento dando un ultimatum a CS para que se
adecuara totalmente a las normas deÌ partido y
se integrase efectivamente al PT. En un abrir y
cerrar de ojos, todas las ilusiones sobre la im-
portancia política, la capacidad de maniobra y
ãtros elementos que impedirían una exclusión de
CS por la dirección del I|t se derrumbaron como
un castillo de arena golpeado por una ola. CS fue
excluída del FT en forma administrativa, con
una tímida protesta, y prácticamenmte sin nin-
guna lucha, con lo que quedaba claro que su au-
iencia de combate en la anterior exclusión de
Causa Operaria no era incidental o particular si-
en d,efensa del Marxflsmoo
tr
no que respondía a una política general y de con-
junto, a una caractertzación y una política capi-
tuladora en relación al PT.
Pero al mismo tiempo en que la excluía, la di-
rección del PT autoriza a CS a registrar sus can-
didatos por el PT para las próximas elecciones.
El ofrcialismo pretendía con esto evitar la pre-
sentación de recursos ante la justicia electoral
por vulneración de derechos adquiridos por los
candidatos y evitar por sobre todo las protestas
de las convenciones que los habían elegido. Pero
con esta maniobra el "frente reuolucionario", qule
ya contaba con varias candidaturas registradas
por el PI, quedó en una situación ambigua, con
un pie adentro y otro afuera del PT; proponiendo
la. ruptura con el PT pero manteniendo varios
candidatos por el Pl.
El manifresto del
t'frente revolucionari o'
Después de la exclusión de CS, el "frente re'
uolucionario" lanz6 una Carta de Principios y
una Resolución sobre Estrategia como "Primer
Cuaderno de Debate hacia un Encuentro Nacio-
nal" del "Mouimiento por la construcción d,e un
Frente Reu alucionario".
Lo que caracteriza, antes que nada, a estos
documentos es su completa desvinculación de las
cuestiones en juego actualmente en la situación
política, a pesar de que el"frente" está obligado a
actuar en relación a ella en todo momento: por
ejemplo, la crisis política, las elecciones munici-
pales, la situación del movimiento obrero, la po-
sición sobre la CUT y el PI, situación internacio-
nal, etc. O sea, de las cuestiones que diüden y
agïupan a los diferentes sectores políticos del
movimiento obrero y de las masas y que, supues-
tamente, deberían ser la base de un reagrupa-
miento que merezca el nombre de frente revolu-
cionario. Lo más notable es que la Carta de
Principios no hace un balance de la experiencia
en el Pl, cuando todos sus integrantes' con ape-
nas una excepción, estuüeran en los últimos tre-
ce aflos dentro del PT. Hace apenas siete meses,
en el Ie Congteso del PT (diciembre de oortge-1991),
Convergencia Socialista reivindicaba los
nes" del PI, o sea las formulaciones políticas de-
mocratizantes (burguesas) "originales" de la ac-
tual dirección responsabìe de la propia exclusión
de CS. Los demás grupos no tienen en general
una formulación sobre estos problemas' habien-
do defendido los planteamientos de CS o simila-
res en diversas oportunidades. eEl "PT de I'os orí-
genes" que CS reivindicaba habría sido un "por-
lido reuolucionario-Ì Según la defrnición de la te-
sis presentada por CS al Iq Congreso (ver En De-
fensa del Man<ismo, 11e 2), sí. En el documento
inaugural del frente, apenas se hace mención de
 endefensa detnmarEflsmao
tr
este problema, refiriéndose a que "el paúido que
nació de las huelgas mostró su total fracaso al si-
lenciar el brutal ataque impulsado por Ia inten-
dencia petista ... contra la huelga y Ia organiza-
ción sindical" de los choferes seõalando la con-
tradicción pero no logrando explicarla, de modo
que no sabe si es un reproche a la traición a los
choferes o al origen huelguístico del partido.
lDespués de todo, en el líbro "Que ltacer', Lenin
reclamaba un partido compuesto de políticos so-
cialdemócratas y no de 'huelguistaso, que res-
ponden al curso espontáneo del moümiento
Los "principios" del ftente
En lugar de definiciones políticas concretas,
los documentos iniciales del *frente reuohrciona-
rio" r,os presentan generalidades que se procura
que hagan las veces de "prineipios reuoluniona-
rios'.
Segrin el documento del frente "los principios
son definiciones de puntos (sic) que dirigen toda
nuestra acción en el movimiento de masas, que
están presentes en nuestra acüividad, y que sir-
ven tambirón para defrnir las relaciones de los re-
volucionarios con las demás organizaciones de la
clase obrera (partidos, sindicatos etc)". Queda
claro al leer esta definición que el frente no en-
tiende a sus uprineipioso como la expresión
conciente (comprensión) de los procesos incon-
cientes (agotamiento del capitalismo, crisis de di-
rección del proletariado), sino como un compen-
dio de dogmas establecidos por la tradición de
cada corriente integrante del frente. Se trata por
lo tanto, de principios de carácter pragmáticoi y
no teóricos, o sea, no se trata precisamente de
principios.
Los "principios bdsi,c,os" del frente son: la in-
dependencia de clase, la democracia obrera, la
moral y !a ética revolucionaria, la necesidad de
un partido revolucionario, el carácter internacio-
nal del socialismo. Estos principios fueron consa-
grados en 1848 en Alemania; no pueden consti-
tuir, por lo tanto, una respuesta a la presente
crisis histórica. Ya Trotsky, en 1g34, fustigó a
quienes pretendían evadirse de la lucha política
del momento con un proclamado retorno a Lenin
o a Marx, es decir ignorando las lecciones de las
gigantescas experiencias y tragedias de la clase
obrera durante casi un siglo. Pero lo curioso de
ese retorno a las tablas de la ley del marxismo es
el hecho de que no proclama como principio lo
eue Marx y [enin definieron como el punto car-
dinal de su doctrina: la dictadura del proletaria-
dO. De lo que ee concluye que los "principins bú.si-
coo'del frente delatan una completa falta de
principios, ya que la independencia de clase y el
socialismo internaeional no con más que pala-
bras sin la dictadura del proletariado.
Todo el documento está apoyado en la estra-
Setiembre de 1992 . afio 1 .
Ne 4
tegia defendida por CS en sus tesis del Ie Con.
greso del HI en defensa de un "régimen de dorno-
cracia obrera, donde reine la mas amplia liber-
tad para todos los sectores organizadoJ o no del
movimiento obrêro'. ;Quienes esto sostienen,
sospechan el alcance de sus postulados? Si un
orégimen
de democracioo pudiera ser la garantía
de una completa libertad, quedaría refutada la
especie de que el Estado es un órgano supraso-
cial de coacción al servicio de la clase social do-
minante. Estado y libertad no serían antagóni-
cos, en cuyo caso Ia democracia podría transfor-
mârsê nn un "ualor uniuersal" bajo el Estado ca-
pitalista. Sostener que el Estado obrero no es
una dictadura significa admitir que tampoco lo
es el Estado burgués; que la dictadura de los ex-
plotadores solo rige allí donde no hay Estado, es
decir donde dominan las bandas armadas de los
latifundistas, comerciantes de drogas, es decir en
los feudos. Que, en cambio, cuando aparece el
Estado, eon su derecho onahlral", suocontrato so-
cial", etc., se impone, por encima del imperativo
de clase, el imperio de la ley. Negar que el Esta-
do obrero es también una dictadura significa
convalidar la tesis fundamental det PI eon res-
pecto al Estado, a saber de que puede asumir el
carácter de representante general a fuerza de
perfeccionar sus fundamento s con stitucion ales.
Pero como todo Estado, la dicüadura obrera pue-
de restringir hasta un cieúo punto la libertaã de
la propia cÌase que ejerce la dictadura, cuando se
produce una presión o amenaza extrema de ca-
racterísticas adversas, al igual que lo que ocuÌTe
en el Estado burgués cuando ante una presión
revolucionaria de las masas, las democracias de-
claran el estado de sitio y la ley marcial e incluso
se transforman en dictaduras "de ju,re', restri-
grendo brutalmente las libertades de la propia
clase burguesa que ejerce el poder.
El principio de la "d.ernocracia obrera" tampo-
co va más allá de una declaración de formalida-
des jurídicas: "estamos permanentemente en de-
fensa de la democracia obrera, en todos los orga-
nismos e instancias de lucha de nuestra clãse
(sindicatos, central sindical, asociaciones, conse-
jos, paúidos, etc.). Luchamos por la total liber-
tad de expresión, proporcionalidad, asambleas
democráticas que decidan todas las cuestiones
importantes. Luchamos resueltamente contra la
burocratización de los organismos de clase; es
para nosotros una cuestión de principios impe-
dir que rijan en el movimiento obrero los méto-
dos de los aparatos burocráticos (las maniobras,
las calumnias, las agresiones frsicas, el cercena-
miento a la palabra, etc.) Pero Tïotsky en llos
sind,icatos en Ia época del imperialismo' ya expli-
eaba que estos principios habían tenido vigencia
en el periódo del capitalismo atomizado de la li-
bre competencia, pero ya no cuando la centrali-
zaciín del capital privaba a los sindicatos de la
 Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4
posibilidad de o<plotar las diferencias entre los
capitalistas y cuando, como consecuencia, la ac-
ción del Estado sobre los sindicatos destruía las
posibilidades de la democracia interna de éstos.
Es así que Trotsky sefialaba que las "uiejas" con-
signas de independencia y democracia sindicales
solo eran posibles si Ìos sindicatos eran ganados
por una dirección revolucionaria.
Moral y ética
Para la derecha del PI Ìa política "socialista"
debe tener como fundemento a la ética, lrn viejo
concepto "socialrrìstinizoo que permitiría la con-
versión de los hombres a principios más justos y
evitaría el desgarramiento de la lucha de clases.
El "frente reuoltttiorwria'ha sido incapaz de
criticar este nuevo auge de "moralidad" pero lo
que es peor han asimilado este contrabando ide-
ológico propio de la colaboración de clases. "Las
diferencias entre revoìucionarios son nada más
que una lucha de ideas, franca, abierta y hones-
ta, donde el uso de la mentira, simulaciones,
agresión ffsica son inaceptables entre revolucio-
narios. Sólo son utilizados los mismos contra el
enemigo de clase frente a la necesidad de preser-
var su organización y la intcgddad de sus mili-
tantes", dice el documento del Frente. La idea
que para integtar el Frente es necesaria una
"moral y ética revolucionarias" signiÍica que no
sería suficiente con tener un progÌama revolucio-
nario... además habría que tener vrt "alrna reuo-
lucianaria'.
La idea de que las divergencias entre revolu-
cionarios "no son nada más que una lucha de ide-
as'es ajena al marxisno del mismo modo que es
ajena a la psicología científica la idea de que sólo
mienten los mentirosos. Las divergencias de ide-
as, siempre y cuando tengan alguna importancia
real, claro está, expresan en el terreno de las ide-
as intereses de clase al menos en forma poten-
cial, y, tienen por base las contradicciones mate-
riales de la sociedad. Lo contrario sería sostener
que las divergeneias sayeron del cielo, o que ca-
recen totalmente de importancia, en cuyo caso
tienen un carácter escolástico. ;Por otro lado, si
las divergencias no expresan intereses sociales
antagónicos, qué importancia tienen entonces es-
tas divergencias, al menos para la lucha de un
partido revolucionario?
El dislate del documento, no obstante, es re-
velar el carácter de la "moral y ética" que se pre-
tende: las divergencias entre revolucionarios no
pueden ser tratadas con ügor, o sea con los mé-
todos de la lucha de clases en el campo de las
ideas, sino con los de la diplomacia. El "frente re'
li- uolucionardo" suprime por decreto la lucha de
üi- clases en su interior y la transporta al exterior.
la gPero el 'frente reuolucinnaruoo üene del PT,
el cual hasta hace pocos meses era su "espacio
en defensa del Efrarxflsmao
interbr",y de donde fue disparado al"espacin ex-
terior', por métodos nada dplomáticos. Las orga-
nizaciones del frente no se prepararon para esta
expulsión porque seguramente creian que en el
ex ointerior" regía la lucha de ideas y no la de
clases, y ahora trandforma a aquel "interior" en
nerterior", quedando el frente como ínico ointe-
rior", donde ya se pueden pronosticar separacio-
nes y salidas, precisamente por que quien no ad-
mite el rigor clasista de la lucha de ideas se tiene
que hacer alaidea de que serâ*expulsado" cuarr-
do menos lo espere hacia el campo de la lucha de
clases.
La definición de que la lucha de ideas en de-
terrninado ámbito está privada de contenido de
clase es de cufro staliniano, quien precisamente
justificaba sus purgas con el argumento de que
en el partido comunista se había "infiItrado" w
"enemigo de clnse". Su idea de que en un partido
revolucionario solo está presente la inocente lu-
cha de ideas constituye una confesión inconcien-
te de monolitismo; soÌo se admiten las divergen-
cias irrelevantes, las cuales aparezcan difícil-
mente entre personas serias. Esta confesión in-
conciente o vergonzante se aprecia en el párrafo
del documento que afirma que "incluso en el más
revolucionario de los partidos siempre habrá (sic)
divergencias y opiniones diferentes..." No "inclu-
so" sino ESPECIALMENTE en los partidos revo-
lucionariod se expresan vigorosas luchas de ideas
y divergencias, por la simple razôn de que repre-
sentan a las clases lanzadas a Ìrn nuevo descu-
brimiento del mundo, sea la burguesía en su épo-
ca, sea el proletariado en la actual. El carácter
clasista de una oidea" no solo tiene que ver con lo
que "refl,eja" sino con lo que nproyecta", y más to-
davía cuanto más revolucionaria es. La realidad
clasista en su estructura y movimiento es tan in-
sondable como el inconciente freudiano, por eso
no saben lo que dicen los charlatanes que denun-
cian al método marxista como un reduccionismo
de clase, que sería como acusar a un psicólogo
por haber penetrado en todos los pliegues del in-
conciente individual.
La teoúa moral del "frente reuolucianarioo es
un enorÍne retroceso ideoÌógico pués significa la
búsqueda de un sustituto a una comprensión
materialista, es decir, revolucionaria y socialista,
de la realidad. Su carácter funcional
-que es el
de establecer un modus vivendi arbitrario y de
convenencia entre los componentes de la coali-
ción en ausencia de un real acuerdo de princi-
pios- esclarece aun más este otro hecho.
Partido revolucionario
La Carta de Principios glorifica el partido re-
volucionario: 'es más que una estrategia, es un
verdadero principio que orienta nuestra militan-
cia y al cual los revolucionarios no deben renun-
 en ôefensa det [frasxflsaoo
E
ciar...". Sin embargo el frente está compuesto de
varios "partidos revolucionarios" que harr "orien'
tad,o' difercntes "rnilitancias' hasta úora y aun
ahora. A estos desatinos se llega por no plantear
en forma concreta las cuestiones y por el afan de
esquivar la delimitación de posiciones. Se dice
que "el partido revolucionario debe agrupar a la
vanguardia más conciente de la clase obrera", co-
mo si pudiese existir esta vanguardia sin estar
organizada en un partido de clase . El cará'c-
ter declarativo de la defensa del paúido revolu-
cionario denota que este "principio" es un injerto
artiÍicial en un documento que defiende con cla-
ridad la oauto-organiza'ción" de las masas' es de-
cir la espontaneidad.lla más "autorganizada' de
las "autó-organizaciones" obreras, es eÌ resultado
de una experiencia acumulada (conciencia) y de
una lucha de partidos, que vehiculiza, deforma o
enriquece la experiencia de las masas. Esta se-
gunda tesis, la de la "auto'organización", estâ
õlaramente elaborada en las tesis presentadas
por CS al Ie Congreso del PT, donde se encuentra
formulada en oposición a la idea de un partido
para que las masas tomen el Poder.
EL FRENTE EN I"A PRACTICA (I)
. La nueva reglamenüación
de tendencias
Habiéndose formado en torno a la expulsión
de CS del PT, uno de los primeros actos del nue-
vo movimiento fue el de excluir algunas corrien-
tes políticas sin ninguna fundamentación, en
paúicular Causa Operaria. La explicación dada,
posteriormente, para esta decisión es la de que
"los criterios votados por el frente, en su última
reunión, reconoce a todas las organizaciones que
lo componen como revolucionarias. Esto es lo que
determina la convivencia entre ellas: una rela-
ción entre revolucionarios cotejada por la prácti-
ca cotidiana conjunta.
"(...) para Causa (Operaria) la mayoría de las
organizaciones que componen el frente son capi-
tuladoras y enemigas. Para nosotros, esta es una
actitudnde autoproclamación, propia de sectas
que parasitan a las organizaciones de izqüerda
y sólo consiguen mirar su propio ombligo. En
nuestra opinión eso es incompatible con el fren-
te. Sólo un cambio real de actitud por parte de
estas organizaciones, comprobada en la práctica,
puede determinar el futuro de las relaciones con
el frente y con las organizaciones que lo compo-
nen. O sea, que dejen de ser las sectas de hoy y
pasen a tener una relación leal y seria en el mo-
úmiento" (periódico Convergencia Socialista, Ne
335).
Entre estas afirmaciones hay un conjunto de
cosas que merecerían una consideración. aQuó
Setiembre de 1992 . afio 1 ' Nc 4
.puede ser más "auto-proclamatiuo" que una reu-
nión de diversas corrientes que vota que todas
ellas, independientemente de cualquier progra-
ma y hasta incluso antes de definir un progra-
üâ, y aún reconociendo que no tiene programa,
"son revolucionarias"? CS, en su periódico, saca
la conclusión de que Causa Operaria es incompa-
tible con el frente, pero lel propio frente sacó al-
guna resolución sobre Causa Operaria? ;Será es-
ta una actitud nlealo, "moralo y "étiÊa', que una
corriente decida en nombre de todas las otras y
después procure argumentos para justiÍicar esta
posición?
Sin embargo, el principal problema no está
en estos argumentos artificiales y penosamente
elaborados por CS, sino en eì hecho en sí. CS,
arrogándose autoridad para hablar en nombre
del frente, exige que Causa Operaria abjure de
sus posiciones políticas para ingresar al frente.
No sólo su procedimiento es típicamente stalinis-
ta, como para colmo exactamente el mismo pro-
cedimiento adoptado por el PT, primero contra
Causa Operaria y después contra CS. Pero para
el Frente, estos procedimientos habrían sido,
una de las principales demostraciones, sino la
púncipal, de la degenaración del I{I.
Hay aquí un fraude diabólico. Se publican
aúículos llamando a los revolucionarios, a los so-
cialistas a formar un frente de oposición al curso
adoptado por el FÏ. Sin embargo, la corriente
que más intensa y claramente luchó contra este
curso y defendió una perspectiva de clase, revo-
lucionaria, es la primera a la que se impide par-
ticipar en ìa discusión.
La oposición de CS al ingreso de Causa Ope-
raria en el frente demuestra que CS concibe al
frente como un negocio particular. 1O será que el
frente, para CS, apunta a ocultar su enorme cri-
sis política, tanto o más grande que la del Mas
de Argentin a? iLa escisión dentro del Mas y de
usolo"
Convergencia es una lucha de ideas o tam-
bién de clases?lSerá por esto que procura pros-
eribir.del frente toda y cualqúer real polémiea,
transformándolo en un convento de la moral y la
ética?
EL FRENTE EN I.A PRACTICA (II)
Elecciones en Volta Redonda
Después de la realización del Congleso de los
Metalúrgicos de Volta Redonda, Causa Operaria,
por medio de una carta abierta distribuida nacio-
nalmente, propuso a los militantes y a la direc-
ción de Convergencia Socialista la formación de
un frente para disputar las elecciones para el
sindicato.
Esta carta nunca obtuvo respuesta. Poco des-
pués del Congreso, CS comenzó a apoyar la pro-
puesta deÌ actual presidente del sindicato, Vag-
I Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4
i
ner Barcelos, de realizar una convención cutista
para elegir una lista ounitarin'para disputar las
elecciones. Esta posición repite la que CS tuvo en
nconuen-
1989 cuando decidió ir a una supuesta
ción democrdtico dE le CVf para apoyar a Vag-
ner Barcelos, y la propia CS y sectores indepen-
dientes que hoy componen la corriente Luta Me-
talúrgica y Causa Operaria en Volta Redonda
fueron dejados fuera de la lista.
CS erigió la llamada "unidad. de la CUT' en
un principio político, pero que no frgura entre los
principios del Frente, el cual ataca a la burocra-
cia sindical ;Debemos conclúr de aquí que CS
tiene una doble moral? Segrin este principio de
unidad de la CUT, los cutistas deberían estar
juntos en las elecciones sindicales en todos lados.
Fue lo que propusieron en la elección de banca-
rios en Río de Janeiro rechazada
por Articulación- y ahora -propuesta
en Volta Redonda.
CS pretende ignorar concientemente que esta
práctica de "unid.ad. dc ln CVf es una completa
abstracción, porque no se matenaliza en ningrin
tipo de unidad de acción en defensa de los intere-
ses de los trabajadores. ;Qué otra conclusión se
puede sacar de una propuesta genérica de uni-
dad con los que defienden el pacto social con la
burguesía en general (vigiÌia con la FIESP, foro
Paulista de DesarroÌlo, acuerdo con las termina-
les automotrices) y con el gobierno ColÌor en par-
ticular (entendimiento nacional)? ;En qué ade-
lanta la unidad en Volta Redonda con los que de-
fienden la privatización ocon transparencia"
(Vagner Barcelos) y los que defienden crear "fon-
dos para administrar las acciones de los obreros
al en la privatización de la CSN" (PDT/Articula-
el ción)?;Qué puede esperar Ia clase obrera de una
unidad con los responsables de innumerables de-
rrotas en los últimos arlos?
La política de'unidad. d.e la CUT en Volta
Redonda no está apoyada en las necesidades re-
ales del proletariado y en la necesidad de éste de
unirse para luchar, sino que responde tan sólo a
las maniobras de las cúpulas sindicales en el in-
terior de los aparatos burocráticos de los sindica-
tos.
' Uno de los alegatos usados por CS y por Ìos
demás defensores de la formación de una lista
unitaria de la CIII era derrotar a Formigueiro,
agrupamiento que apoyó abiertâmente la política
del presidente de CSN, Roberto Procopio Lima
Neto, recientemente alineado con la Força Sindi-
cal. De paúe de CS, se tratarta de la re-edición
en el movimiento sindical de Volta Redonda de
de la política de voto útil qr:€ dlce que, frente a la
el supueski amenaza de la derecha, se haee necesa-
rio apqyar el maì menor, conforme ocurrió en el
des- segundo turno de las elecciones pasadas en va-
pÌo- rioi lugares (San Pablo, Porto Alegre, etc.), don-
ag,- de las direcciones del Pt proponían apoyar a Ìrn
sector burgués quairía a negociar a los trabaia-
en defensa d€l Efiarxflsmoo
dores contra otro sector burgués que iría a masa-
crar a los trabajadores: Fleury vs. Maluf, Colares
vs. Marchezan, etc.
oconuención democróti'
CS, en vrsperas de la
ca", hizo un llamado a Luta Metalurgica para
que "se sumara a la lucha por la unidad de la
CUT contra los pelegos y la privatizaciún, paúi-
cipando de la convención democrática". Segun
CS la política correcta sería la de aliarse con la
CUT Por la Base, el PDT y la Articulación/Pl
(defensores de la privatización y responzables
por las peores derrotas ya sufridas por el gremio)
contra "la priuatizoción" y los "pelegos', en lugar
de luchar para construir una alternativa real-
mentes clasista que se opusiese de hecho a la
privatización y defendiese, a través de la lucha,
los intereses deÌ gremio. El único resultado de la
política de "uoto útí|" y del "mal rnenor'es el de
crear obstáculos a la creación de una dirección
para el movimiento obrero independiente de la
burguesía. Esta es la lección de toda la historia
del movimiento obrero y, con particular énfasis,
la historia reciente del país, con la creción de la
CUT, de las oposiciones sindicales, la experien-
cia del PI, etc.
iComo se enfrentó Vagner Barcelos, con la
política de privatización del gobierno de Collor
representado por el presidente de la CSN, Procó-
pio Lima Neto? Esta política se tradujo de inme-
diato en despidos en masa y profundización del
congelamiento salarial con el objetivo de "sane-
or" financieramente la empresa. Los trabajado-
res de la CSN respondieron con una huelga de 31
días. Durante esta huelga, Vagner, aliado de los
directores que porteriormente irían a formar el
Formigueiro, prohibirá a los activistas de base
hablar en las asambleas y procurará en todo mo-
mento quebrar la huelga, Io que consiguió convo-
cando una asamblea totalmente vaciada para
aprobar su película.'Despues de esta derrota, la
CSN realizó nueve mil despidos, despidió a todos
los activistas que se encontraban dentro de la fá-
brica.y redujo los salarios de los operarios a su
más bajo nivel histórico. En la campafra siguien-
te, Vagner Íìrmó, sin ninguna tentativa de lucha,
un acuerdo que concedía4,57o de reajuste para el '
greinio (frente a Ìrna inflación de cerca del307o
al mes) y permitió que la fecha y el local de la
asamblea fuesen fijados por el propio Procópio a
través de los boletines de la empresa. A fines de
aflo, aceptó que una asamblea controlada por los
jefes y por Ìos guardias de la CSN aprobase un
acuerdo con Procópio y finalmente entregó la ne-
gociación de la camparla de este afro directarnen-
te en las manos de Luiz Antonio Medeiros, de la
Força Sindical que, desconociendo la voluntad
expresa de millares de trabajadores simplemente
firmó el acuerdo reivindicado por el presidente
de la CSN. Podríamos escribir páginas y mae pá-
sinas de las derrotas v de las capitulaciones de
 en defensa del Dfrarxflsmao Setiembre de 1992. afio 1 . Ns 4
tr
la política de Vagner. tual del PT 0, por lo tanto, también de la direc-
_. lagner Barcelos, además, siempre
(inclusive
defendió ción de la CUT).
con los recurso más antidemocráticos, Las elecciones de Volta Redonda, por la im-
como impedir por la fuerza la utilizacion de Ia portancia del sindicato de los metalúrgicos de
palabra en las asambleas y la intervención de los esa ciudad, ponen sobre el tapete también la
elementos clasistas y de base del gremio) la polí- cuestión de la alternativa al PT. La política se-
tica de Formigueiro. Siempre se colocó al lado de gurda-por CS se coloca, sin embargo, â contrama-
Formigueiro contra el gremio. ;Cual es la base no de la constitución de una alternativa a la polí-
para elegir a Vagner como un "zn al menor" en re-
lación a la Força Sindical y al Formigueiro? !ic.a segur!1por el PT. En Volta Redonda, lá po-
lítica de CS da un aval a toda la defensa de la
Mas aún, recientemente, el propiõ Bartolomé privatización, a la política de colaboración de cla-
Citeli, que integró durante todì eite tiempo la ses, de freno a las luchas, etc. que caracterizan,
directiva de Vagner y compuso la lista encaËe"a- e_n realidad, la política de pactó social preconiza-
da por él para la próxima dirección, denunció a da por el PI.
los diarios que Vagner era apoyado por el propio La constitución de un frente de izqúerda que
representante de Collor, el presidente de la CSN, sea una verdadera alteinativa independiente de
Roberto Procópio Lima Neto! y agrega: ,.ellos ya la burguesía al PT, que se materialice como una
tienen Ia experiencia de Vagner en la presiden- alternativa de lucha y de defensa de los intereses
cia. ;Cual es el resultado? Huelgas derrotadas, de los trabajadores pasaría no por una alianza
bajos salarios en el sector privaão por falta dó .91 la Arti-culación, Ia DS y el pIII (de Brizzola,
propuestas. Resultado, privatizar y debilitar a aliado de Collor) sino por una ruptut'a con esos
fos trlbajadores"
(Jornal do Vale, tíi/6/gL) to que sectores y su política antiobrera y por un frente
Bartolomé dice no es nada más que lo que toãos con los sectores de base, combativós, que están
vieron en Volta Redonda: Vagner creó todas las realizando una verdadera resistencia a-la priva-
condiciones para el avance de ta poÌitica de pro- tizaciín y a la política de tierra arrasada de Co-
cópio. llor y d_e Pro_cópio, en primer lugar los integran-
La política del*mal rnenor" o ot)oto útil", como tes de Luta Metalurgica que, inclusive, mostra-
se puede ver, carece completamente de conteni- ron el camino para la constitución de èsta alter-
do. E-sto es así porque en la realidad, la política nativa con su victoria en la CIpA de la CSN y
de CS
-que mal se oculta detrás de estas formu-
laciones insustanciales- es Ia de apoyo a la poÌí-
con el agrupamiento en torno de la lücha contrâ
la privatización de los dos concejales del pï en la
tica de Vagner Barcelos. ciudad. Este es el camino para l,a constitución de
En estas elecciones, CS no defendió siquiera un verdadero frente de izquierda. La política de
la "conu ención unitaria' como un planteo aislado, CS en Volta Redonda constituye, en realidad,
sino que defendió desde el primer momento la una política de aborto de la construcóión de un
candidatura de Vagner Barcelos en esta conven- frente que sea una alternativa revolucionaria al
ción como la mejor expresión de esta política. En PT.
momento alguno CS evaluó lanzar una candida_
tura propia, una candidatura combativa. para EL FREì{TE EN I,A PRACTICA (Iü)
CS, la candidatura de Vagner Barcelos no es un
otnal
menor" sino la mejor candidatura para el El "Fuera Collor,
sindicato y para el gremio.
La consigna de CS fue "Unidad urgente: Vag- La prueba más importante para el frente re-
_
ner presidente", pues para ella Vagnei represen- volucionario es evidentemente la crisis política
ta la garantía de üctorias, la "inteligenclà" y los en marcha en el país. En esta crisis, ptllevó
el a
"mejores luchad,ores', a pesar de todã la hisloria ru punto más alto su política de integración al
d_e derrotas, de la total falta de apoyo a (y de lu- Estado y de alineamiento con los interãses de la
cha contra) Ios cipeiros y otros luchadoreõ despe- burguesía. Por detrás de la CpI y de la acusación
didos por Procopio (inclusive los de la propia CS), de corrupción, la dirección del pT eshí en verdad
a pesar de la defensa de la privatización, etc.
Con esta política, CS se convirtió en garante int_egrando un amplio frente político que va de
- Lula-a- O_1e$9s Quercia, pasando por loã dirigen-
de tres afios de capitulación y de derrotãs de la t_es d9l PSDB, Mario Covas, Taslo
gestión de Vagner Barcelos, de donde salió el Jo_sé Richa, notorios representantes Jereissalti
y
propio Formigueiro.
y asociado-s
del _gran capital nacional y extranjerã. El objeti-
9l"frente'se presenta con el objetivo declara- vo de esta articulación burguesa es el de montar
do dg constituir una "alternatiua íeuotucionaria un esquema de sustentación del próximo presi-
al PT. La necesidad de constituir una alternati- dente, el vicepresidente de Collor, Itamar Fran-
va re, -l-:cionaria al PT es incuestionable. Sin co, para que éste pueda poner en marcha la polí-
entnargo, para crear esta alternativa.es preciso ticl del gran capital que viene flagelando
oponer una política revolucionaria al curso ac- población para enfrentar la crisis capìtaüsta.
ã la
 Setiembre de 1992. afio 1 . Ne 4 en defensa alel Dfranxfsmo

Frente a esta operación política de carácter nir de forma independiente en la crisis.

claramente antiobrero, CS asumió la siguiente El frente debe estructurarse en función de la
posición: "llegó la hora de ir a las calles. Llegó la necesidad de las masas y para dar una expresión
hora de ir con quien guiera Con Quercia o sin consecuente a la lucha del conjunto de las co-
Quercia. Con el PSDB o sin é1. Esa es la respon- rrientes de izquierda ftente a la crisis del Pt-
sabilidad del Pf. Llamar, oonvocar, organizar y
movilizar para realizar grandes actos. (...) Siete Fuera Collor y el conjunto
meses después del P Congreso, el Directorio Na- del Congre so íeollaridoo
cional del PT votó la defensa pública del "Fora
Collof lBravo! Ahora se trata de ir a las calles" Elecciones generales con libertad partidaria com'
(periódico Convergenon Socialista, ne 337). pleta. HueÌga general para acabar con el régi-
La Convergencia se integra al frente popular men corrupto.
que va de Quercia a lrrla bajo el pretexto de que
e la directiva del Pf habría dado un giro a la iz' Contra los despidos
le
quierda con la anestión de la CPI, y no de que en
realidad ha profirndizado el curso derechista. Escala móvil de horas de trabajo; control obrero
ra
Más aún, CS ltega a progrner un "gobierno enea- de la producción y ocupación de las fábricas.
ts
la bezado por el más legítimo representante de los
I, trabajadores, el propio Lula' (Convergencia So' Abqio la confrscación de los salarios
0s
cialista, Ìf 3Íì2, L2l6), @i lo que CS (y el Frente)
se declaran como un satélite (exclúdo) del PT, el Reposición integral de las pérdidas salariales;
que a p€sar de tndo, representaría ulegítimamen'
üe
reajuste mensual de acuerdo con la inflación; pa-
in go inmediato de los L477o de los jubilados y un
úe" a los trabajadores.
a- nruptu.ra"
o-
Esta posición demuestra que la de salario igual al de los trabajadores activos.
CS con el PT debería senrir de fundamen-
n-
to a un'frent+-que
tiene un carácter poco más que Porun salario mínimo vital
a-
secundario y formal
'v
'r- Salario mínimo real suficiente para la atención
Por un verdadeno frente de lucha de las necesidades básicas del trabajador y su fa-
Ía
la
milia, discutido por las organizaciones obreras.
de El completo agptamiento político del Pl como
de vía para el desanrollo de las masas plantea la ne' Reforma agraria con expropiación
rd, cesidad de ronper clara e integralmente con este del laúifrrndio
un
partido. La tendencia de las masas va en el sen-
al tido opuesto al del Pf, o sea, a un choque de Plan ,nacional de ocupación de tierras; creación
enormes proporciones con el conjunto del régi- de comités de auto-defensa en el campo.
men político. La ruptr:ra con el PT se constiüuye
en un requisito para la estnrchración de esta al- Fuera el imperialismo
ternativa.
Está planteada la estmcturación de un fren- No al pago de la deuda externa; no a las "prii;ctí-
te de combate. La vigencia de este frente estará zaciones"; anulación de las privatizaciones.
re- dada por su capacidad de orientar a las masas
sobre la base de un programa claro para interve- 20 de julio de 1992
ica
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rla
ión
üad
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en defensa del Marxflsmoo Abril de 1992. afio 1 . Nc 4

tr
Apuntes a la historia del
trotskismo argentino - $a parte

Otra etapa ïlefasta

del morenrsmo:
eI PST (r97Lt1976)
por Julio N. Magri

Después del Cordobazo

El "Cordobazo" abrió una etapa revolucionaria en el país. Et 29 y 30 de
mayo de 1969 se reunieron los elementos de una potencial crisis revoÌuciona-
ria. En el marco de un ascenso internacional (huelga francesa, proceso de
revolución política en Checoslovaqúa), las masas de Argentina iniciaron
una acción independiente, que puso fin al régimen de OnganÍa, una dic-
tadura militar semibonapaúista.
El Cordobazo puso fin de un modo general a la etapa abieúa por el triunfo
de la Libertadora en 1955.
En esta nueva etapa, la burguesía, por medio del gobierno de Lanusse,
planteó la política del "desuío democrótico', a través de la legalización del
peronismo en el marco de un Gran Acuerdo Nacional. El objetivo: explotar
las ilusiones de los trabajadores en el peronismo.
El gobierno de Lanusse, que subió en marzo de 1971, fue una transición
entre el semibonapaúismo moribundo (Onganía) y la alianza de tipo
parlamentaria del conjunto de los partidos burgueses y el stalinismo,
apoyada tanto por la burguesía nacional como por el imperialismo. La Hora
del Pueblo (alianza radical-peronista pro-institucionaìizaciôn), formada a
principios de 1971, se conveúirá en su expresión política y también lo será
desde la "izquierda", el ENA (Encuentro Nacional de los Argentinos),
alianza del PC con sectores peronistas y radicales.
l0uáles fueron las posiciones del PRT (LaVerdad), nombre que entonces
tenía la corriente morenista, en este período? El morenismo comenzó por
caractnizar a los gobiernos post-onganianos como nacional-populistas y- a la
Hora del Pueblo como una coalición política de contenido progresivo.
Para el morenismo, el giro histórico producido por el Cordobazo no era el
inicio de una acción histórica independiente de las masas sino el "rea-
nimamiento del nacionalismo burgués", interpretando en estos términos
"progresivos" el planteamiento del GAN, dirigido contra el proletariado
como clase. "La consecuencia de la ofensiva monopolista imperialista yanqui
contra nuestro país, por un lado, como la situación de la burguesía nacional
(... ) por el otr o, han p rou ocado u n reanim amient o del nacinn alisrno b urgué s"
(1).
onueuo"
;Cuáles eran las características y objetivos de este fenómeno?
"La manifestación euidente y mós resaltante de este reanimamiento del na-
cionalismo burgués es Ia coincid.encia peronista radical alrededor de un
prograrna económico de defensa de la econornía burguesa nacíonal de la
(1) N. Moreno, noüembre de 1970, Después del Cordobazo, pág. 46, diferenciado del
original.
 Abril de 1gg2 . afro 1 . Ns 4
en defensa der DEanxflsmoo
E
ofensiua del imperialh^9
!"+nui'y El punto en ton, sucesor de onganía,
aparentemente misierio.o I eue buscaba serÌo de
l"^Ti: ã""ïoso, que
ú;;ü";Ë;iiïiiï!:"iff1';X"g:í?#ïï'ãï: Lanusse. una enrnhinoniÁn,ro i-,r^*^-r^-^:- -r-

+;rËül; "?Hïïïüi":'*'lï:1ï;1i'#i*.1*ïï.ffi1_
hov en un frenre conrra
es la unidad de la rieja 9l
s"ú;;"-ã" .f,,J"'ã; ;"u;{q,-,.r;;;oïiiroao,.,,se impone
brirguesiã nãcionuÌ;; ã"ìïã pRT (LV)_ que seamos
defensa del mercadq úr-t"iitul;'gÈ;..üË
penetración Y colonización iúperia-lisq iã
iïïÍ"[un.i" que tienen ros moümienros
"f concientes de la
naciona_
vanuui; ii;;ã;;"nuestrospaíses.Ahoraqueestáenvíasde
como contra el desarrollisro burgué....
delnacionalismoburgués,de-sarr-onisLono,esen
Èrã;;;
gã.ïJo" *oú'-iã"ãoã" tipo es un perigro
un sentido progresir:o, ]'a e.re .v"ar a piJ"-t-"áï moúal-para "" nuestro paúido "rt"no comprender su
ante el movimiento de masas ta tuetra ônt"a iïãrïïqã-rts"ffiH
'iãrï*u"to- "oláË.ri"o. .. Junto con er
principalopresordel paí-<3-Ìasma*.i"ãnuiuãã"u.i ãr gbrero, el'naiionalisrno (Levingston,
el imperiaÌismo vaaqui'izi' lïíiã""ta puehlo, J.M) es la gran vertiente de la
Losconceptoiaulá"it"Jiecedente son-unretra- *ìãÏ".i0" socialista argentina... se trata, en esta
to perfecto deÌ car.ácter dell morenis'oo. un ;t#;n-inestabte ã" ìã ."ãr üvimos, de precisar
medio después del =c-ordobazo'y ú;; iiJ"àü"r;;;õ;ì;;üJËp.rrp".rivaelecroral)
dil'aosariaàí,
en que las masa-', =sin a1'uda"- d" ì"-b;-"g";ã; uïoËttâr..o.rientes que actúan en el sentido de Ia
nacionalista o no- adoptarãn métodos insuãeccio- iït"oàïa""cia polítiãa del movimiento obrero v a_
nales para tirar a dg'";;,^üï"ãiã'."auma q"élü; que_actúan en el sentdo de la indepenã.en-
"avuda" del 'nacianstiímo bu,euéiü"" la iiã-ïíinam.tca del pats.paratratar de
contra el imperialismo- ;Y esto a-partirãe ú;h;; ãáL[iï".i0., concrèta, ès decir porítica, dar con ra
perón de ambas
totalmente conlrolado por el vatïca"o,ìa.rogia p-t fr;;;... É;r;Ë;ü; ã" iïïirpr'sable que preci-
un
y varios monoPolìos it'lianos y e*opóos! ;ãi,ffi"
- ãã"ãiãï.
:-- ".tu"iorãLJ*"áãJuu"i"bles -indepen-
clase o independ.encia nacional_
Pero para el PRT
'L\.r la írt* á;í P*!]g
algo más que Ìrna na1'ude.'."coãï toããïovimiento üj;ïò ra fracción y la
oué

progresivo que se pone en marcha

"ï" põrón d.,;h .i;Ë6;;ËtlïcGT.
"tt*;r
fracción oio-
muy posìbte
-3sresaba
Moreno- superaní fa-'-*o"tig,,". ai"u..ioï"r'[oã q"à-i" r"u.ción- Miguál ;sté másEspróxima a Ìa
nodenlassoluciones-adecuaãa..' ícìÉ""osieiiã ìiia""pãrra"ncia .de clãse por razones burocráticas,
v
era así' eÌ nacìonalismo deberíu r.áb."-en ;;;;'*" más claudicantì frente ar imperialismo.
movimiento internacionalista de t".i.." un ã"opã.i.iori;i;.Ëffiilo"!a"u"sermásconse-
ãui"-i"
Apartir de esta cÌarârterizacion, eimoiã;j;;" ã,r"ïtïìr"t,t" antiyanqui, pero está totarmente en
apovará críticamente la "instit"óio"àiaïin'i;, ffi;ïiilraindep_endenciapoÌíticadeìmovimienro
esto es, Ia reconsrrucción del nstaao úureues, ;b;;;;;". significaría su riquidación hisrórica...,,
iol."'Sïi"pf.mõnh, arrtolãgiJo: la independencia
lffï:*ï:::'â:H'trf"Ho der intent" á; p';;;
i,ïútiã ã;i;;ì;;;#;;lã,ìu.o-n tibre con una
n" u-uiir ãu rïzi .ipÌir rivr ro_rmar un
pranreó g.ijl:i$:
llamadopartidoobreroFdg"'-.,ïi.?."*".iuu* ï:,:;#Zl;":#:fr;iT{ï#á#Ëf#*
jã-;iïíoiuria,r"
sectordelaburocraci.a sinrÌicalqi";rpãi"-.e-ncomo iiu ina.p.iã*r,.iu de clase y er
"ãrüïJíJrr''
los enemigos acérrimot ì;l- á".rãã'ì'"r?di; ra.iorailïá-"1 g""r, importan-
Balbín' pero se cuidan ."v Íi."- ã; i,iti.ìï; ïi2..'.;"ìï*oro,L", ," óo"Jiãpi"ían entre sí, y por
rodo
Lanusse ãrïã rã'íïrrt ica nco*ecta,'e"ã qoe marcharan
y a su gobierno, ya ;li";;"; la e_spe- tor. r,ã Ji-pre Ìectura de estas verdaderas barbari_
iun_
ranza de poder nesosiar ão" ôqe ãtgn" tà;"r 4-"1 il
bierno" (4)' Aunoue-.1 áïáJJ* *nciente pa"a entànder por qué er nuevo
"."ãião*p?r.aii;;"lbda"
la Hora del Puetlor t'táuiu Ëilil;""
hrb;;ã;;ãuï-üo""r,o, el psT, ruego
tìáã ï"ïtË.ãa" apenas il"1g"*.rÍxitos-organizativossetransformaraen
cinco meses antes' qomo acabamos de
.vór, de pã.tãã"iurrque deìã
,,gobernabilidad,bajoperón

i{;!t#:'*J.,ï,ffi,ï;::l;*H'í:tï"";ïrïi -jËÏï',#;;;Ë"ï"ï'ït;í;;*";ní"*::;;;
(LV) "sti4.ntemente, no podemos -iilpiT(LV)apo-yó
dãsca*ar la
posibilidad de oue en zu desespt"*io" p*a a,,lasnueuas62,,,unsector
su desapari cióiflns 9-lt ;;;i;;;;;""t.
eütar q"J"uìã tomado distancia de perón con vistas a
correcta
(!!)' aunque más no, sea.paÌa cna"ta;Lã"-(!!), negociár un_acuerdo por separado con la
dictadura
independencia política aót rtoti-il"i;;bl;"-; d; i""ïr.ï.tr.peroel *partidòobrerod,elosg,,notuvo
travésdeunpartidolaborista(!!).sieúvariante 'A ãïïïi""r.i"a ni de morir anres de nacer.
se diera' Ìa vanguardia del movìml""tá
il;, de rgz1, er pRT (LV) pranteó otro
olrero aebã o' polo socialista, para participar de las
utilizarla..." (5). "rq**ái
,;.Ëi$,ïi";*ïlïi":il.ji*"ï,:*lg"s_:,_1h
que carincaba de agente det gobierno á" i"-"iiüï
;fü:ffi ,l,fü:;,:t*tf#íí;í"i:;.:nlZ,
ffiffiil". ,díËïi";";ì}ï$: iï.Jgfjï ,y::'::;
Í?l 1{.*, pâg. 46-47, subrayado d"t
(3)
(5) LV Ídem.
ídem, pag. 47 "riCl"rl-
(4) La Verdad, \g/ /Ig7t. (6) Después del Cordobazo, agosto,
1g?0, subrayado
original, pâg.40.
 en d,efensa del Dfianxlsmoo
tr
condiciones para que exista. De aqú que nuestro
partido haya lanzado en forma exploratoria esta
consigna. De aquí que estemos en conversaciones
con otros grupos y partidos, que aunquê no son
revolucionarios están afavor de estos planteos.,. El
polo socialista, seamos claros, no es el partido de la
ganguardia obrera, pero su creación puede ayudar
a que ésta lo vea como una alternativa" (7).
El polo socialista no tenía todavía programa ni
consignas, y en esto seguramente residian sus
méritos para convertirse en "alternativa', es decir
para captar incautos o para desnaturalizar a Iu-
chadores revolucionarios. ";Qué entendíamos por
tal (por polo socialista)?", se preguntaba LaVerdad
(ídem) "Que en nuestro país-respondía- se diera
un fenómeno parecido al de ChiÌe, pero a una escala
muchísimo menor de polarización de corrientes,
gïupos o personalidades, en torno a un eje sociali-
zante, antimperialista y pro-obrero" (8). Ni socia-
lista, ni siquiera obrero, sino apenas favorable a ...
Moreno no podía decir otra cosa cuando estaba
oconuersacbnes"
ert con el grupo "socialista" lide-
rado por Jorge Selser, integrante de La Hora del
Pueblo, y con el de Coral, quehabíaparticipado del
ENA. Este opolo", sin embargo, no prosperó.
Que el PRT (LV) haya planteado perspectivas
en un acuerdo con un partido integrante de La
Hora deÌ Pueblo demuestra cuán lejos estaba de
una política de independencia obrera y cuán cerca
del "nacionalismo" y dela "institucionalización".El
acuerdo se terminó haciendo con Coral ("polo so-
cialista\.
En una carta dirigida al PSA (Coral)
noviembre de 1971- el PRT (LV) seflaÌaba -su
oposición a La Hora del Pueblo, el EÌ{A y a ìa
consigna "gobicrno popular" pero enseguida acla-
raba que "estas diferencias no son inconveniente
para que ambas organizaciones consideren como
altamente positivo el formar un frente obrero y
socialista..." (9).
Al final, el"polo socinlista" fuepresentado eomo
una maniobra para obtener la personería electoral.
"Se trata de una alianzacon fuerzas políticas cen-
tristas, como el PSA, que pueden facilitar el logro
de la legalidad política", que sin embargo, "se debe
establecer sobre una base concisa y clara: Contra el
GAN y todas sus variantes; por una Argentina
Socialista; por un gobierno obrero y popular" (10).
Moreno no se molestaba en explicar aquí por qué lo
que era descalificado como una maniobra requeía
un acuerdo que fuese, además de oconciso" ,oclaroo,
y que por oclaro'entendiera la denuncia del GAN
es decir de la Hora del Pueblo y el gobierno de
Lanusse, y no a la propia Hora del Pueblo.
- El PRT (LV) no renegará de ninguno de sus
planteamientos anteriores y, en la núeva manio-
(7) LV, Nc 293, 8/LA7L.
(8) ídem, páC. 3.
(9) La Verdad Na 294, L5/L2/7L,
Abril de 1992 . afio 1 ' No 4
bra, dejará abieúas todas, absolutamente todas,
las opciones.
PSA (Secretaría Coral) .
En marzo de 1972, el PRT (LD se disolvió en el
PSA sobre la base de una resolución de los Centros
Socialistas (de Coral), "Nuestra coincidencia se
basa LV- en que nuestra organización
puede-decía
suscribir plenamente el documento de la
tendencia de Coral..." (11). La coincidencia dejaba
nconeisa',y
de ser, entonce$, mucho menos "clarao
Esta resolución, con muy pocas modificaciones,
se convirtió meses después (agosto 1972) en el
programa del PSA. La resolución planteaba "la
elección de un gobierno popular y obrero que
asegure el camino hacia la hegemonía del prole-
tariado y de su paúido...", un planteamiento que
delata la intención de formular un programa muy
definido, muylejos de una maniobra organizativa.
Se trata de una versión, claramente desmejorada,
de la fórmula del "gobicrno obrero-earnpesinoo
transición hacia la dictadura del proletariado, -y
que por lo tanto no puede ser otra cosa que un
gobierno de organizaciones democratizantes y de
ningun modo realmente socialistas. A través del
PSA el morenismo se esfuerza por definir su propia
person alidad políti ca, vna nrnanin b r a' que expli ca
por qué los morenistas siempre se jactaron de
haber absorbido al PSA, rechazando haberse
"disuelto" en é1. ;Lo uno y lo otro!
Con relación a los métodos de lucha, seõalaba
"que la utilización de los medios legales de lucha a
su alcance, no deben distraer la atención del Par-
tido hacia la tarea de adecuar también su organi-
zación para aceptar y desarrollar la lucha por el
Poder político, en todos los terrenos...", inviúiendo
los términos de Ia cuestión que hubieran debido
plantear en forma subordinada los llamados
métodos "pactficos" o "parlamentarios" (Somos
parlamentarios hasta que se pruebe lo contrarin"
uendría a ser eI eje de la resolución).
Por último, la resolución terminaba planteando
el "socialismo nacional" al subrayar que su inter-
nacionalismo no significaba "abdicar a su inalie-
nable derecho a determinar su estrategia y sus
hícticas a dirección u orientación alguna que no
emane de las entraflas del proletariadoydelpueblo
argentino'. El patrioterismo del planteo no se
limita al intelecto, incluye las vísceras.
Los primeros pasos del "polo' se dirigieron a
interesar a sectores del Paúido Socialista Popular
y más concretamente a Alicia Moreau de Justo,
buscando ampliarse hacia la derecha,
específicamente en dirección a la sociaÌdemocracia.
El intento no prosperó porque el PSP eetaba car-
(10) LVNe 295.LALA7L.
(11)Ìf 296,9tA7L
 Abril de 1992 afio .Ne4
comido internamente, con aìgunas tendencias,
' partidarias del ingreso a La Húa del pueblo.
Amediados de LgT2. el PSAtuvo una entrevista
oÍicial cor-r,el gobierno militar, al que presentó un
memorial de varios puntos, básicamenie dirigido a
las FF.AA. y a la burguesía.
.-$llí se_ planteaba lo siguiente: a) que los
militares. "se retiren del ejerãcio del poáef; b) un
"pacto de garanffas nacional, obrero y popular,'con
"todos los paúidos que se reclaman- dã la clase
obrera y el pueblo y sostengan la liberación
nacional"; e_s decir, todo el mundõ a excepción deAl-
sgSgray; c) los firmantes del pacto y la-burocracia
-elecciones,
de la CGT debían controlar las las
cuales deberían ser paraAsamblea Constituyónte;
d) esta Asamblea Constituyente designaría "un
gobierno provisorio, obrero y popular" que "abrirá
el camino para Ia conshucción dèt s<iciaiismo,,(12).
1Un cronograma tan preciso y anticipado no hubi-
era debido necesitar ni'pactos", ni "asarnbleos,o, ni
reuniones con gobiernos militares!
- Se trató,_como se ve, de un planteo que lejos de
denunciar la "institucinnatiàación " lanus-sista,
proponía un acuerdo de conciliación de clases con
Ios agentes siviles de las FF.AA
unada
El memorial se veía obligado a aclarar que
de esto (o sea" sus proposiciones) significa
de-positar confianza, y muõho menos apoy{ en el
gobi erno actu al_q:u9 p e rmite (?) el en c arce lãmi ento,
la toúura y_ el úogo de los trabajadores y eÍ
pueblo". Todas estas _posiciones coístituyeá el
antecedente político del apoyo brindado.por el
morenismo, con posterioridad a las modificaõiones
de la Constitución que propugnaba el lanussismo
con vistas a cercenar aun más las libertades de-
mocráticas. l.Iosotros, a diferencia de los demás
partidos A,S Np 26, 28 de agosto de 19?2-
-decía las refonrras que
no cuestionamos quieren intro-
ducir por sí las Fuerzas Armadãs en la Constitu-
ción de 1853..."
Para esa misma fecha, el pSA dio a conocer su
plograma oficial. Este volvió con el tema del ..go-
bierno obrero y popul.ar" que se explicaba ãel
sigui_ente modo: "Plantear a lós trabajaãores que se
moülicen para imponer el inmediato retiro de las
Fuerzas Armadas del_poder y la convocatoria, bajo
control- de la CGT y los paúidos obreros y popu-
Ìares, de una Asaniblea Õonstituyente libi.e yìo-
berana, elegida en comicios abiolutamente de-
mocráticos. Qg" esta Asamblea Constituyente
designe u! gobierno provisional obrero y popular,
que echg las bases para Ia construcción-dã una
Arg_entina S_ocialista". El"gobícmo obrero y popu-
laf no resultaba ser otra côsa que la convocãtõria
a una Asamblea Constituyente.
EI programa acentúa las características reac-
cionarias de la resolución de los centros socialistas
referida a los métodos de lucha, esto al púnteãr
(12)Avanzada Socialista Nq 25.
(13) Las Bases, 2W/72.
en defensa ôel Marxüsmoo
nada menos que "la supresión del rol represivo de
las FuerzasArmadas y.su utilización al iervicio de
los intercses del capitalo, sin reparàr que con una
fuerza armada se puede hacãr cuaiquier cosa
menos suprimir su rol represivo. El programa
volvía a insisitir en su oposición a la necesiãad de
ula Internacional, no digamos ya de reconstruir la
IV Internacional.
De esta forma, a través del PSA, el morenismo
consolida un programa defïnido de reformas dentro
de las estructuras del Estado burgués y de colabo-
ración de clases.
El retorno de Perón
Todo este balance demuestra que el morenismo
utilizó a la legalidad electoral como una coartada
política para poner en pie un paúido centrista de
vocación frentepopulista.
El retorno de Perón agudizó al extremo esta
poÌítica capituladora. En setiembre de Lg7Z,
Cámpora (delegado de Perón), en un inomento cul-
minante de las negociaciones entre Lanusse y
Perón, convocó a una reunión multipartidaria parã
"lograr coincidencias naeionales btisicas',. f,a aic-
tadura militar había planteado que los candidatos
a las elecciones debían residir en el país con ante-
rioridad al 25 de agosto, invitando a Perón a regre-
sar al país para establecer las "reglns" del GAÍI o
renunciar a la posibilidad de ser candidato. perón
rcehazí el chantaje.
El PSA concurrió a la multipartidaria.
"Confiamos Coral- en la decis-ión práctica
Perón que-dijo
rÌ_e produciráÌa derogación de ese decreto
absurdo (se refiere a la cláusúla del 25 de agosto)
con la presencia en el país y con la movilizaclón de
los trabajadores. Y dècimós hmbién que ese re-
torno.de Perón tendrá que producirse, si se pro-
duce, no por la úa de la negociación, del diálogo, del
participacionismo, de los buenos modale-s con
Lanusse, y de labuena letra con los empresarios. Si
se produce, se v,a a producir como se produjo el 1Z
de octubre, por la lucha de las masas,-porqüe el 1Z
de octubre... " ( 13). "La realid.ad, fue mâs r ica,, que el
pronóstico de Coral, pero sirve como muestraìe la
l"ltl 4g indèpe-ndencia potítica e ideológica del
PSA El propio Coral dijo-también en esa ieunión:
"La solidaridad con todos los esfuerzos que se
hagan por el retorno de Perón a la Argentina
porque creemos que el peor crimen para el avance
de las masas obreras en el país sería imponerles la
arbitraria dispersión por el descabezamiento del
único jefe que reconocen disciplinadamente"
(ídem). En una declaración espeõial del Comité
Nacional se agregaba: "En esia encrucijada, Ia
legalidad para Peión y su derecho a ser cdndidato
puede ser la prenda de unidad de los traba'gdores
argentinos y su vanguardia revolucionaúí" (14).
(14) AS Ne 29, L3/9/72
 [5?
tt
en d.efensa del Dfianxflsmoo
Lainminencia del retorno de Perón llevó al PSA
a pl4ntear: "Ojalá (el retorno) sea para imponer
candidatos obreros luchadores". Para eso propuso
concretamente: "Perón no debe pactar un candi-
dato con Balbín ni con el gobierno. El tiene la
oblig?ción de entregar el\ïVa de sus listas para que
sean llenadas por candidatos obreros elegidos por
las bases" (AS N, 38, L5/IU72). De esta forma, en
lugar de decirles a los trabajadores que Perón
retornaba como parte de un programa de acuerdo
con el lanussismo y el conjunto de la burguesía; que
su retorno era para desviar a las masas del proceso
revolucionario abierto con el Cordobazo; en lugar
de esto el PSA reforzaba el elemento ilusorio en
Perón que aun existía entre las masas.
El PSA (Coral), transformado en PST concurrió
a las elecciones apoyando la política de "insti-
tucinnalización" como un partido democratizante
más.
El triunfo del Frejuli el Í de marzo
La caracterización que hizo el PST del triunfo
del peronismo-Frejuli en las elecciones del 11 de
marzo de L973 fue absolutamente clara. SegúnAS,
"la clase obrera y gran parte de las capas ãedias,
votando juntas contra Lanusse y lo que él repre-
senta, definieron abrumadoramente las elecciones
en la primeravuelta, pegando un formidable golpe
a los planes 'institucionalizadores'de las Fuerzas
Armadas" (15). Para agregar, más adelante, Çue
"las elecciones golpearon también a los paÉidos
con los cuales contaba el Ejército para lrêcer pasar
sa 'GAÌr{'". En síntesis, todos los partidos eran
carcterizados coÍno agentes del gobierao- militar,
menos eI frente de Perón con el Vaticano, el impe-
rialismo europeo y la burguesía industrial. GANy
gobierno militar eran dos comodines de los que se
valía el PST para no decir que gran parte de laclase
capitalista, internacional incluso, había apoyado al
Frejuli. Decir que la institucionalización fue deno-
tada dijo AS- porque el candidato lanu-
ssista-como
sacó un íVo de votos era una tontería.
Con este balance, el PST Íijó su pronóstico y su
política respecto del nuevo gobierno. "La presión de
los trabajadores y el pueblo movilizándose pueden
lograr grandes concesiones a los trabajadores,
yendo más allá de lo que tenían calculado...
Pensemos nuevamente en el caso de Chile, donde
apretado por las fuerzas sociales antagónicas, la
única úa de sustentaeión del gobierno es apoyarse
en las masas" (16). La comparación con Chile fue
realmente una desgracia: ni Ìa UP en el país tras-
andino ni el peronismo en Argentina frieton "rnrÍs
alla de lo que tenían calculado*.", para decir lo
(15) AS N0 52, 15/3/73
(16) ídem, l5 /3/ 73
(1?) A.S. Ne 61,30/5/?3.
(18) A.S. Ne 63, 13i/6/73
(19)4.5. Ne 60,2315/73
Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
menos.
El morenismo aplaudió las primeras declara-
ciones y medidas de Cámpora basadas en el pro-
grama CGE-CGT de pacto social.'âlgunas de estas
medidas propuestasporCámpora son positivas y el
tono de su discurso es fuertemente antimperialis-
ta" (17).Un cÌásico pronunciamiento stalinista. El
discurso del ministro del Interior, Righi, mereció
también el apoyo del PSI y a pesar de que preser-
vaba a la Policía de una depuración, y planteaba
una especie de ley del olvido (18). En un memorial
presentado a Cámpora, el PST decía: "apoyaremos
toda medida positiva...", recomendándole designar
un "gabinete obrero designado por la CCÌT" (19).
El morenismo coincidía en todo esto con el
man delismo (Secretariado Unifi cado ). AS j ustifrcó
la publicación de una declaración del SU, porque se
trata "de una política correcta frente al peronis-
mo..." (20). La declaración planteaba el "apoyo
crítito" al nuevo gobierno, al que definía como una
oconsecuencia
de grandes movilizaciones de masas
y de las valientes acciones de la vanguardia", esto
último por los grupos foquistas.
El retorno definitivo de Perón a laArgentina el
20 de junio de 1973 de Ezeiza- también
fue apoyado por el-masacre
PST. "La vuelta de Perón
sostuvo- es uno más entre los triunfos obtenidos -
por ïa clase trabajadora en el curso de las luchas
que üenen golpeando al régimen patronal desde el
29 de mayo de 1969, fecha del Cordob azo" (2I). Esta
caractertzación simpìemente ocultaba que el re-
torno de ?erón habíásidg aeeionâdo por el Vaticano
yla dcrechadel pgronismoparavohóar a Cií4pora,
acusado de incapaz para contener los "desbordes
ízquierdista.s". PaÍa coÌmo de dêsastres, el PST
pronosticó que lapresencia de Perón acentuaríalas
perspectivas antimperialistas del peronismo. "En
su gobierno (1945-55), el General Perón tuvo fuer-
tes roces con el imperialismo. Estos roces pueden
volver a repetirse y, si el ritmo de las luchas obreras
no decae, producir medidas positivas que, aunque
parciales, rescaten para el país algún sector de
nuestra economía, actualmente dominado por los
monopolios" (221.
El derrocamiento de Cámpora por un putsch
derechista, que llevó al gobierno al lopezreguista
Lastiri, también fue apoyado por el PST. "Era
correcto aceptar dicha renuncia (Ìa de Cámpora) y
dar la. posibilidad al pueblo de votar por Perónr'
(23Ì Cámpora en verdad no había renunciado sino
.
qrre fue obligado a hacerlo a través de un semigolpe
de Estado. El ejército y la burguesía en su conjunto
apoyaron la renuncia de Cámpora y apostaron a
que subiera Perón.
Toda la burguesía stalinismo apoyaron la
A.S. Ns 63, L3/6/73
(21)AS. Ne 64,20/6/73
(22) Ídem.
(23)AS Ne 69,25/7/79
 Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
candidatura de Perón, gestando un frente nacional
que obtuvo el 62Vc de los votos.
La política del PST ante el nuevo gobierno de
Perón fue de apoyo crítico. Criticó el"pacto social"
poïque los trabajadores no habían sido consulta-
dos.
La política económiea del nuevo gobierno mere-
ció eì apoyo deì PST. 'Est€ Gabinete Económico
-
le dijo Coral a Gelbad- ha desmostrado una
sensibilidad democrátiea-.. Seflalamos que esta-
mos complacidos eon una serie de medidas que ha
tomado el gabinete eeonómico, como el rompi-
miento del blogueo a Cuba la impoúancia que se
da al mercado de los países socialistas, a las rela-
ciones económieas eon ellos; también nos complace
la exposición del Dr. Cafiero en cuanto al criterio
con que enfoca la actiddad delaCaja (deAhorro y
Seguro) los problem as de ür:i.enda, de salud,. de lai
carnes. Nuestra crítica seguirá por los mismos
carriles, pero con respeto y con toda responsabili-
dad..." (24).
La política económisa de Perón estuvo natu-
ralmente aI senrisio del capital: congeló salarios y
convenciones colectivas para imponer por las
buenas (inÍlación ceroÌ X las malas (regimentación
de los sindicatos l zu objetivo de'paz social", esto en
una etapa política extremedamente convulsiva.
Por otro lado, sólo entehló relaciones comerciales
con Cuba, ChinaylaLlRSS despuésque el imperia-
lismo yanqui diera la luz verde (viajes de Nfuon a
China y Moscú).
Desde el punto de dsta político, el peronismo se
conveúiría en una pieza elave de la política yanqui
para América Latina, en especial para respaldar
los golpes militares de lJmguay y Chile, y para
abrir negociaciones eon Cuba.
EJ PST llegó a apo]-ar el proyecto de la ley de
asociacionps profesionales, (que diera origCn a
innumerables manifestaeiones en su contra del
movimiento obrero i. en el queveía"unproyecto con
puntos positivos'.'1,..-tenenos que estar en contra
de este proyeeto de leyï-se preguntabaAs Ne ?0
(L/ I /7 3 )-- *Ibrmin antemen te NO".
El ingreso al'btrquc d.e los B,
El gobiemo de Peún se caracterizó por los
golpes que intentó infringirle a la clase tra-
lajadora, a las Ìibertades demoeráticas y a la
Juventud Peronista- Produjo una andanada de
leyes represivas y de fortaiecimiento de los apara-
tos represivos y buromáticos.
Perón buscó establecer un gobierno bonapar-
tista; pero no lo logró. El paeto social, Ias leyei de
asoci-aciones profesionales, de reformas al código
penal fueron susumbiendo por las contradiccionãs
internas del gobierno.
El propio Perón se vio entonces obìigado a utili-
(24) A.S. Ne 79, 10 /10/19?3
en defensa del ilfianxüemo
zar métodos terroristas, lo cual se consolidó des-
pués de su muerte. Una expresión de lo que deci-
mos fue el "nauarra,zoo, (febtero Ig74) el golpe
policial-fascista en Córdoba, que desplazó ãe la
qobernación a la izquierda peronista de Obregón
Cano-Atilio López. Perón dejó actuar a estas ban-
das y, una vez asegurada la destitución del gobier-
no provincial, intervino la provincia por vía par-
lamentaria.
Un mes más tarde, sin embargo, un reguero de
ocupaciones de fábrica en Villa Constitución ter-
minó en victorias que eonsolidaron a una nueva
dirección, la encabezada por el entonces clasista
Aìberto Piccinini.
Perón comprendió que el GAN estaba naufra-
gando por labeligeranciaobrera, y entonces dio dos
pasos aparentemente contradietorios. Abrió una
úa de acuerdo con el conjunto de los paúidos
burgueses "opositores", al mismo tiempõ que le
daba vía libre a las bandas terroristas (navarrazo,
masacre de Pacheco, etc.). El objetivo de éstas era
el apl?stamiento de la vanguardia obrera y estu-
diantil, mientras "los 8", prãserv'ando el GÁN, ac-
tuaban como dique "democrdtico"de conüención de
Ios trabajadores.
Como respuesta al onaue,nazo" y a las ocu-
paciones de fábrica en Villa Constitución, el PST
propuso un frente democrático de naturalezaften-
tepopulista. 'Tbdas lasfuerzas obreras y populares
Ne 96, 2AB- deben exhibir su pre-
-proponíaAS
sencia miìitante y unirse en defensa de las liber-
tades democráticas. Es necesario y urgente que
todos los Partidos Políticos digan su palabrã y
actúen en este sentido: enérgicamente, para que
todo el país quede notificado qüe ninguna àventura
golpista contará con el apoyo de la civilidad". Una
semana después, Coral ingresaba a Olivos junto al
y seis partidos patronales (UCR, PRC, PSR PI,
_PÇ
UDELPA, PDP).
EI PST más tarde ha querido embrollar las
cosas diciendo que no hubo tal bloque porque no se
lrmó ningrin documento conjunto (basta leerA.S.
del28 de marzo para ver la vehemencia con que de-
fendieron haber firmado un documento de princi-
pios en el bloque). La política que el morenismo
desarr_olló con posterioridad coinõide eon los térmi-
nos del documento que supuestamente no habían
firmado.
. El PST justificó su ingreso a este bloque di-
ciendo que "nos está perúitido, y a veces ìs im-
prescindible, organizar y rcalizar acciones prácti-
cas en defensa de los derechos democráticos con-
jun_tamente con organizaciones y tendencias no
proletarias. Esa es la ensef,anza-de Lenin" (Res-
puesta del PST al SU). Agregaba más adelante: la
reunión de Olivos, "era un acto formal de gobierno,
de características casi parlamentarias".
Pues bien, el 'bloque de los 8" en dos aios
-1y
 en defensa del Efianxüsmoo
tr
qgé aflos!- se caracterizôpor no hacer ninguna,
absolut_amente ninguna, acción práctica põr las
libertades democráticas. Su función est
ocultó- fue asociar a direcciones que-queìl
se reclaman
de la izquierda y obreras a una política de colabo-
ración de clases y de contención de las masas. por
eso la clave está cuando el PST dice que era un "ocúo
parlamentario". Eso fue, no una acción práctica,
circunstancial, deÌimitada, de movilización de las
mâsas sino una acción de colaboración de clases,
parìamentaria, en el terreno del Estado burgués.
El PST defendió su ingreso y pennanencia en
este bloque porque este bloque defendía la"insti-
tuci.onalización". iQué signifi caba esto? "Nosotros
la entendíamos como el proceso de conquista de
libertades democráticas abierto por el Cordobazo.
Proceso que incluye no sólo las conquisüas de-
mocráticas de la clase obrera, sino la existencia de
instituciones burguesas como el parlamento, que
creemos esnecesario defender de todo posible goÌpe
de derecha hasta tanto no tengamos la fuerza
suficiente para tomar el podet''(respuesta del PST
al SU).
(En oportunidad del triunfo del Frejuli el 11de
matzo, el PSThabría dicho que se había derrotado
la "institucionq.lización", ahora, que había que
defenderla. La "institucionalización" es usada .b
piq,cere", pero siempre en el sentido del apoyo al
gobierno peronista). Pero el "bloque de loi B; de-
fendía al gobierno que impulsaba las acciones de la
derecha, alegando que eraatacadopor ella, es decir
que hacía un trabajo inmundo y sucio de encubri-
miento del lopezreguismo. El PST prefirió
cobijarse detrás de la hopocresía de un peligro
golpista para defender al gobierno que socavãba las
Iibertades democráticas y asesinaba a los militan-
tes populares. El PST dejó de esgrimir el peligro deÌ
golpe a partir de julio de 1g75, cuando Vidãla fue
nombrado comandante en jefe y comenzaron los
preparativos del golpe militar.
EI argumento que dio el PST para defender la
institucionalización no era nada original: retoma-
ba lo-s argumentos clásicos de los PC,los cuales, en
nombre del peligro fascista y derechista, justifica-
ban el frente popular, o sea la alianzacon la bur-
guesía llamada democrática. El trotskismo demos-
tró que e-l ïrente popular era, sin embargo, la
antesala del fascismo que se pretendía combãtir y,
en último caso, un recurso del imperialismo contra
la posibilidad de una revolución proletaria. La
reciente experiencia chilena con la UP paralizada
ante el golpe de Pinochet confirmaba nuevamente
el programa trotkista.
El PST pretendió justificar también su ingreso
a este bloque con el argumento de que ello le
permitía un acceso a los medios de comunicación
para denunciar al gobierno y la represión. La reali-
dad fue muy distinta: "El socialismo de los tra-
(25) AS Ne 125, t5/L0/74
Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
bajadores... luchará por la continuidad de este
gobierno Coral en una de las tantas
-dijo porque fue elegido por la mayo-
multisectoriales-
ría de los trabajadores argentinosy poryue permite
el ejercicio de algunas libertadeg demócráhcas..."
(zil.
Tan paralizante fue este bloque frentepopulista
que el PST forma capituladora- llegó a sos-
tener que -en
la UCR "uacilaba'en la lucha de-
mocrática y no que encubría con lenguaje de-
mocrático el terrorismo de derech a. "La seriedad
política que hemos encontrado en la UCR (AS Ns
L30,2811U74) nos obliga a hacer nuestra erítica a
esta fuerza, máxime cuando, a nuestro juicio, sus
posiciones vacilantes están favoreciendo el
crecimiento de la extrema derecha..." Eso impidió
más adelante-"que los g se transformen
-dijeron
en un núcleo coordinador de una movilización de-
mocrática y no pasen, como ha ocurrido hasta
ahora, de una mesa de discusión a todas luces
insuficientes (?) para defender las tibertades públi-
cas" (Idem). El lenguaje de Codovilla.
La política del PST ante el gobierno de Isabel y
_
López Rega se basó en la expectativa de una reac-
ción de los partidos burgueses "democrdti.cos". "En
su momento Ns 134, 30/lZ/7+- los Nueve
fueron la única-AS
posibilidad seria y real de iniciar un
proceso de movilización de masas... Nadie podría
decir que el PST no exploró y seguirá explorando
todas las posibilidades de la realidad..." A eso se
resumió su política.
Afines demayo de 1975, esto es, en el umbral de
la huelga general, el PST seguía afrrmando, esta
vez ante una declaración (una entre tantas) del
radicalismo: 'A los sociaÌistas... la declaración del
radicaÌismo nos parece que ayuda a la campafla
para terminar con la violencia asesina del fas-
cismo... Creemos que ella contribuye a crear el
clima social de repudio necesario paia aplastar al
fascismo..." (26). lPara el PST, una deìÌaración
radical pulverizaba al fascismo!
Çor esta poìítica, el PST no previó ni intuyó la
-huelg_a general de junio-julio de 1925, que iba a
demoler al gobierno peronista.
El PST y la huelga general
_ Apenas se conoció el Plan Rodrigo, Ìa clase
_obrera ganó la calle, pasando por encima de la
burocracia. En Córdobay Santa Fe el 6, 10 y 12 de
junio se desanollaron grandes paros activos y
también en Ìa zona noúe del Gran Buenos Aires
(Ford). Durante todo el mes de junio, los abandonos
de planta fueron permanentes, hasta que fi-
nalmente, obligada por las circunstancias, lã buro-
cracia tuvo que decretar un paro activo para el 28.
Las movilizaciones adoptaron de innmediato
una proyección política de ruptura con el gobierno,
(26)AS Ne 148, 3115/75
 Abril de 1992. aõo 1 . Ne 4
abriendo paso a una situación revolucionaria. Las
masas sus ilusiones en el peronismo-
-rotasel camino de una
emprendieron acción histórica
independiente, arrastrando tras de sí a todos los
sectores explotados y poniendo en crisis al régimen
de dominación burgués: el gobierno peronista,
sostènido con los métodos del terrorismo y en el
sistema de alianzas del GAI.{.
La primera reacsión del PST ante las manifes-
taciones huelguísticas fue... lreprocharle a los tra-
bajadores su marcado carácter antiburocrático!
Así, en AS del 13 de junio criticaba, como Ìrn eïTor
divisionista, a los obreros de Fiat Córdoba por
haber repudiado a un burócrata. En una situación
de huelgas y abandonos de fábrica, el PST se limitó
a plantear que'nada se firme en las paritarias sin
discutirìo en asambìea deÌ gremio" porque "de esta
manerar estaremos en mejores condiciones para
encarar un plan de lueha único, que puede llegar a
la huelga generaÌ"í27i. Es decir, ni siquiera pro-
ponía un plan de iucha inmediato y enAS del 21 de
junio se insistía en las mismas generalidades.
La clave para entender esto está en que mien-
tras el PST no proponía nada para centralizar las
luchas del movimiento obrero, firmaba sendos
acuerdos en defensa de la institucionalización en el
"resucita.do'bÌoque, ahora de los 9.
Y acá apareeieron en toda su dimensión los
acuerdos de frente popular: porque no fue la
supuesta amenâza de un golpe derechista sino la
huelga generaì que annenazúa al Estado burgies.
El PST, mientras no tenía consignas para el
movimiento obrem sellaba acuerdos con las fuer-
zas políticas burgueses en defensa de las insti-
tuciones, esto es, del regimen contra el que se
levantaban las masas.
- Recién el 30 de junio, es decir, dos días despues
del paro activo de la CGT, el PST planteó una
perspectiva política a la huelga. .. pero a favor de la
recomposición burgue sa.
"En la Plaza de bÍayo el balcón está definitiva-
mente vacío, pero en el Congreso podemos triun-
far", (28). Es que, según eÌ PSï, a los obreros'los ha
reconfoúado leer que el bloque sindical de la CGT
en la Cámara de Senadores y Diputados, apoyado
por el Frejuìi, la tlCR y todos los representantes
partidarios ap oyan nue stra luch a..." . La can allada
política que hay aqú es enorme. El PST se refu-
giaba en el Parlamento, absolutamente paralizado
en los días de huelga, y proponía el mantenimiento
del gobierno peronista con un cambio ministerial,
con que un sindicalista ocupara la presidencia del
Senado. Arenglón seguido, aclaraba que si laburo-
cracia dividía al justicialismo "está abieúa la posi-
bilidad de que surja un paúido basado en los
sindicatos y en la CGT. Se conquistaría así, por esa
vía, el objetivo revolucionario más importante..."
ee).
(27)AS, L3l6/75 (29)
(28) 30/6, Boletín especial
en d,efensa del [fianxflemoo
A mediados de julio, planteó la renuncia de
Isabelyla elección porel Parlamento de ungremia-
lista como presidente interinon que convocaría a
una Asamblea C onstituyente.
Varios meses después (diciembre), al explicar
por qué retiraban a partir de entonces Ia consigna
de"renuncia de Isabel",el PST decía (enAS Ns 174,
5/12/75): "La renuncia, tal como la pedimos no-
sotros, para abrir paso a elecciones verdadera-
mente libres ya no es posible. Todas las grandes
organizaciones: la CGI el Parlamento,los mandos
militares, los partidos políticos patronales, es de-
cir, todas las fuerzas que en la huelga general de
junio-julio estaban detrás del movimiento obrero y
reclamando, con algunas diferencias el alejamien-
to del Gobierno (por supuesto que con objetivos
distintos a los nuestros) ahora están a favor de que
se quede". Interpretando que los partidos del re-
cambio burgués estaban por la permanencia de
Isabel abandonaban -ellos también* esa con-
signa. lPero los par[idos patronales en esa fecha ya
estaban por la caída de la presidenta!
La huelga general puede apreciarse-
-como del PSI no por un
acentuó el giro frentepopulista
cambio en su política sino que ante la incapacidad
del peronismo para contener a los trabajadores y
ante el desborde obrero, la burguesía necesitaba
más que nunca de su contrapeso"democrú.tico".Y el
PST, al igual que el PC, hicieron causa común con
la burguesía en favor del recambio burgués y en
defensa de la "institucionalización?. La razón de
clase para ello es que ambos querían seguir ali-
mentándose de las migajas de la democracia y
crecer a su sombra.
Esta política los llevó a abandonar reivindica-
ciones elementales de la democracia política. Vea-
mos.
Libertad a los presos:Argumentando contra los
atentados foquistas, el PST planteó que no había
que reclamar la libeúad de todos los presos, inclui-
dos los guenilleros, porque éstos no eran presos
políticos. Sintetizó su posición en el reclamo de
libertad a los que están a disposición del PEN,
haciendo del statusjurídico burgués de los presos
una divisoria de aguas. Con esta posición, el PST
rompía la posibilidad del frente rinieo por las liber-
tades porque dividía primero a los presos en las
cárceles y al movimiento democrático y segundo,
justificaba la represión supuestamente contra los
foquistas, en lugar de denunciarÌa como pantallay
justificativo para atacar al movimiento obrero.
Condolencias a los militares: En oportunidad
del asesinato del vicecomodoro Rolando SiÌeoni,
director de Inteligencia del Ministerio de Defensa,
el PST se solidarizó "con el dolor de sus familiares
y colegas..." (AS Ne 163,1:9/9/75). De esta forma,
pretendiendo escudarse en una posición anti-
foquista, el PST se solidarizaba con el alto mando
es Ne 152,5/7t75
{
en defensa del ilfianxflsmoo
tr
militar, con los colegas del ücecomodoro, esto es,
con los Capellini (los que tres meses después lan-
zat on la intentona contrarrevolucionaria).
La huelga del SIYIAIAy
la multisec"torial de Córdoba
" El gobierno de Isabel intentó recomponerse de
la huelga general sobre la base de un acuerdo con
la burocracia sindical verticalistay un sector de Ìa
burguesía industrial representado por el plan
Cafiero-Di Tella. Este se basaba en una tregua
social por 180 días, la imposición del Instiúuto de
las Remuneraciones como paso tendiente a anular
los convenios y concesiones a la burocracia para
lograr una cieúa regimentación del movimiento
obrero.
Este plan estalló con la huelga general del
gremio mecánico ante el llamado laudo 2g. Este
laudo otorgaba mejoras salariales a la rama auto-
motriz de Ìa UOM como base para absorber al
SMAfAen el grernio metalúrgico, eje del veúicalis-
mo. La posición correcta consistía en promover Ia
unidad de los metalúrgicos y mecrínicos contra la
burocracia y el gobierno reclamando la efectivi-
zaciôn de las mejoras de la rama automotriz y
plantear que las asambleas de metalúrgicos y
mecánicos dicidieran soberanamente a qué gremio
debían pertenecer.
En volantes y declaraciones, el PST llamó al
gremio mecánico a reclamar la anulación del laudo
29, con lo que enfrentaba a los mecánicos con los
metalúrgicos, haciendo de Ia defensa de losprevile-
gios burocráticos de Rodríguez el eje de su política.
De aquí que criticaron a las comisiones internas
mecánicas opositoras (Mercedes Benz, etc.) que
apoyaron las movilizaciones contra la regimón-
tación gubernamental-burocrática pero que se
negaron a servir de comparsa de la burocracia de
RodrÍguez.
El triunfs de los mecánicos, y las luchas salaria-
les en bancarios y otros gremios, quebraron este
intento de recomposición gubernamental. La
sublevación golpista de la Fuerza Aérea en di-
ciembre de 1975 intentó precipitar la caída del
gobierno, abriendo las compuertas a una salida
contrarrevolucionaria. Este intento no prosperó,
pelo fue marcando todo un alineamiento golpista
en la burguesía y en las FF.AA
Una consecuencia directa fue el auge terrorista
de los meses de diciembre y enero, con una trein-
tena de secuestros y asesinatos en Córdoba, lo
mismo en La Plata y Villa Constitución, etcétera.
En Córdoba, estas movilizaciones adquirieron
un gran desarrollo e intensidad. El gobierno pro-
vincial Bercovich-Rodríguéz-
-intervención
apeló entonces al método de la multisectorial.
(30) La Voz del Interior, 2AU76
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 4
Convocó a una reunión de ese tipo y lanz6
demagógicamente la idea de realizar wa"marcha
del silencia" de repudio a los secuestros, pero sin
ponerle fecha. Pretendía así diluir Ìa movilización
obrera detrás de una promesa vaga, al mismo
tiempo que canalizarla detrás de los planteamien-
tos burgueses multisectoriales. La Comisión de
Familiares de los Desaparecidos tomó la idea de la
"Marcha" y decidió concretarla para la maianadel
mismo día de la muÌtisectorial. Esta iniciativa
suscitó rápidamente el apoyo de Ìas principales
fábricas y de todos los sectores obreros, juveniles y
populares de la ciudad: la marcha se perfrlaba, asi
como una verdadera movilización masiva y uni-
taria contra el tenorismo.
Precisamente por esto, la Intervención prohibió
la marcha, y mantuvo la convocatoria de la
multisectorial para conservar las expectativas en
una acción deliberativa, controlada, de los partidos
burgueses. Lógicamente, esta multisectorial no
resolvió nada pero le sirvió a la intervención para
ganar tiempo y diluir las movilizaciones.
El PST participó de la multisectorial. Ala salida
de ésta, el representante del PST sostuvo: "No-
sotros consideramos que es positivo el inicio de este
tipo de reuniones..." (30). Ratificando esta con-
ducta,. Avanzada Socialista del g/2, agreg6:'El sólo
hecho de realizarse la reunión era un paso muy im-
portante en la lucha contra los secuestros" . "Si bien
no se tomó ninguna resolución (sic) la reunión fue
muy útil (sic) porque permitió expresar el repudio
generalizado a las bandas armadas y sentó un pre-
cedente (sic) para encarar futuras acciones comu-
ne s". 6D ónde e stá la " acción p rd.ct ica' en defensa de
los derechos democráticos? EI PST reiündicó el
emblocamiento con los partidos burgueses libera-
les, no alrededor de acciones prácticas, deli-
mitadas, sino como tal: "El solohecho de realizarse
la reunión..."; "...es positivo el inicio de este tipo de
reuniones", etc. En síntesis: laposición del PSTfue
de ocultamiento de la real función y resultado de la
multisectorial y esto era precisamente lo que bus-
caban la Intervención y los partidos liberales: que
las organizaciones obreras convenzan a los Cra-
bajadores en lucha que hay que reemplazar la
movilización por la confi anza.enlas palabras de los
políticos, la Iglesia y gobernantes.
Un mes después estalló el golpe de Videla, que
encontró al PST totalmente desarmado
políticamente para enfrentarlo, además de no
haberlo previsto, porque hasta las propias úsperas
del golpe insistía en que la burguesía no quería
desplazar al peronismo del gobierno. La primera
posición del PST ante el golpe fue calificarlo de
"democrdticoo, nproinstitucional", limitado a re-
primir sólo ai foquismo y no al movimiento obrero.
Sobre esto volveremos en la próxima nota.
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 4 en ôefensa det ilfianxflemoo
E

El XIII Consreso
Mundial ãeI
Secretariado Unifïcado de
la Cuarta Internacional
porAldo RamÍrez

El )üII Coogreso del S€cretariado Unificado (SU) de la W Internacional

tuvo lugar m febrero de 11991, esto es, bastante antes de los acontecimientos
de agosto de ese aõo en la unss. El congreso retrató una corriente en estado
de descomposirtín: arrscnte yra una de las principales secciones del SU, el SWP
(Socialist Wortels Pãrtt) norteamericano (pasado con arÍnas y bagages al
castrismo, y que r@ilt eqilícitrmente con la IV Internacional), el Congreso
fue puesto en mimiento de Ia fusión de algunas secciones europeas con
corrientes ex o ne@linisÈas (Alemania). Sin hablar del estado de postración
en que quedó la rnfq tradisional organización del SU (ta LCR francesa después
de su avenhra pomUerccorat junto a los "renouadores" comunistas (en-
c,abezados por Pi-reequin) pasados después abieúamente hacia el campo
de la burguesía El 1lrqfur Congreso tuvo que mantener "respeto general y una
actitudpirsüdua pralc pocesos de unificación EMK-LKI (vascas) y MC-lCn
(espafiolas) que inclufrr la desafiliación de la LKI y de la LCR de la Inter-
nacional, aunque huyahghido debates en los cuales se expresaran impresiones
y diversos puntc de vistas'(Imprecor Ns 86, Madrid, setiembre de 1991, así
como las citas que rigu)- Estaban presentes dos miembros del cC del PCUS,
partido que cwrtrÍr cn heve Ìa suerte conocida.
de tado leimgesión gue puedan causar las numerosap páginas de
-las Dejqldg
resolucioneg en cmjmto fueron puestas bajo el influjo de esta idèaientral,
contenida en la rccslución internacional: *ïerminó la época en que el movi-
miento obretr inEnacirnal se determinaba en función de la victoria y de la
degeneraciõrn & }a rewludón rusa. si ésta, como experiencia funãadora
constituye rrnr c$lrfrrrción histórica y programática para todo proyecto de
transformacifu ço.-lieÊq, yg no representa una referencia estratógica central
en función de la tral c defrnen los revolucionarios de todo el múdo',.
El SU identificr, prlo tarrto, la crisis y el retroceso de las buroeracias como
retrocesosde la rwia rcrolución (ésta es exactamente la posición del impe-
rialismo). Por otlo lrda, ;qué significa la finalización de la etapa histórica
abierta por la Bcvclucifu de Octubre sino la finalizaeión del ciclo histórico de
la revoluci6n?
- Lo que es poo! la p,opia impasse de la socialdemocracia europea (agente
abierta y declarada d.l inperialismo) es identificada con la crisis de la piopia
revolución socialista: Ttr ecÊaneamiento de las políticas reformistas en los
países capit-listas y lc derrota del sistema burocrático cuestionan túo el
proyecto socialista'- lÍne clam, agua.
6"Derrocamiento de ln bnrosracia"? Pero el propio SU, que levantó de
enürada el fracaso delarcyolución, decreta al mismo tiempo la incapacidad de
la burocrasia eo iryIsar rn proyecto restauracionista: "Los privilegios
parasitarios cmstiürycn un fondo de acumulación demasiado limitado para
poder üransformare en capital nacional, permitir la compra de empresas
ofrecidas para la prriv*iraciiín y hacer de las altas capas de la burocracia una
 en dêfense dol üflarxflemo
tr
nueva burguesÍa competitiva frente a sus rivales
de Europa Occidental". La revolusión acabó, pero
laburocracia es eterna. Queda explicada, entonces,
la presencia de representantes del CC del PCUS en
el Congreso del SU.
El error de este oee,onomicislno" consiste "en
creer que los burócratas precisan recursos para
transformarse en capitalistas. Lo que precisan es el
poder para expropiar la propiedad estatal, y esto
depende de su alianza con el capital mundial"
(Jorge Altamira, Informe Internacional al V Con-
greso del PO, reproducido en Prensa Obrera ÌS
361, Buenos Aires, 16 de julio de 1992).
En estas condiciones, el SU se propone "hacer
creíble el proyecto socialista". Pero la lectrrra de las
resoluciones demuestra apenas que el SU ya no
cree en el socialismo. Este habría sido derrotado, en
la URSS, pero no por la impasse económica y
política creada por el dominio burocrático, sino por
la concurrencia del capitalismo y de su "economía
mundial abierta" (contrapuesta al "soeialismo en
un soln país). Ahora, es preciso no saber nada para
no saber que la economía capitalistamurdial nada
tiene de "abierta", siendo actualmente el teatro de
una guerra comercial y proteecionista sin pre-
cedentes.
La presión de la economía capitalista mundial
sobre la URSS es tan vieja como la tendencia de la
burocracia a adaptarse a esa presión, tendencia
expresada en los múltiples acuerdos económicos,
en el endeudamiento creciente de la URSS y del
Este europeo, y en la política de "coexistencia
pacífíca", El retroceso de las burocracias es, por
eso, un aspecto de la crisis mundial capitalista y su
derrumbe por las masas, un acontecimiento re-
volucionario que,lejos de enterrar larevolución, la
potencia en un nivel nunca antes alcanzado.
Pero para el SU, siguiendo a su ideólogo Man-
del, la crisis del capitalismo no pasa de una ilusión,
todavez que este sistema, através de Ia"revolución
tecnológica permanente" habúa descubierto la
fórmula de la expansión permanente de sus fuerzas
productivas, el fin de sus contradicciones y sus
crisis: "Los cambios en los procesos productivos y
las transformaciones en los modos de financia-
miento de la economía favorecerán la reconsti-
' tución de las ganancias". Es lo que los teóricos del
capitalismo repiten cotidianamente, ocultando,
pormotivos ideológicos (de clase) que "el proceso de
valorización mundial del capital creó un capital ex-
cedente extraordinario, que no encuentra lugar en
el mercado. El estancamiento industrial no sólo es
característico de las naciones atrasadas y de los
países socialistas, sino también de regiones y
ramas enterag de los países desarrollados. La
desvalorización del capital bancario y financiero o
de lndustriac coÍno la automotriz,la sideúrgicay
secüor€s entorot de la electrónica supera en enveÌ-
gadura todo el capital de los Estados Obreros, un
deenivd que ss eneuJntre oouio debido a la gigan-
tegca privatisaeión de la propierlad esüaüal reaii-
LL- j-+-alaI
Abril de 1992 . afio 1 . Ns 4
zado en los últimos cinco afios por la burocracia"
(Informe Internacional, Prensa Obrera, N, 36 1).
No sólo el capitalismo y sus cúsis, sino el propio
imperialismo desaparece de la perspectiva del SU.
El Congreso se realizó en pleno ataque imperialista
contra lrak, que el SU condenó por la razón que "no
constitúa una guena de liberación nacional, ni
tampoco una guerra por la emancipación de los
pueblos (!) sino un acto brutal de rapiffa
equiualcnte al dpl propio régimen iraquf, (sic). O
sea, la guerra sólo es condenable por motivos paci-
fistas, toda vez que lrak (nación oprimida) y el
imperialismo son puestos en el mismo plano.
lQué puede tener de sorprendente que el SU se
refiera a la sangría de América Latina por Ia deuda
externa como "la transformación de América
Latina en u,portad,ora de capital" (sic) eAmérica
Latina se habrá vuelto imperialista (es decir, ex-
poúadora de capitales)? Hasta la terminología del
SU es lamisma de los que reivindican queAmérica
Latina vuelva a su vieja condición de importadora
de capitales, o sea, que se restaure la onorrnalid,ad,"
imperialista. No seìrata de expoúación de capita-
Ies sino de capitalización de los superbeneficios por
la extración de plusvalía monopolizada.
He aquí por qué el SU transformó el interna-
cionalismo proletario, expresión de unidad mili-
tante de la clase obrera mundial, en un concepto
democratizan tp de "soli.daridad intemacional; y
nos dice que "el internacionalismo comienza en el
propio país (;la lucha contra la burguesía en su
Estado?). 1No!: "La lucha contra los preconceptos
retrógrados, la defensa intransigente de los tra-
bajadores y de los emigrados de las comuíidades
oprimidas, de sus derechos políticos, de sus cultu-
ras y lenguas. La lucha por los derechos de las
nacionalidades a dispoher de símismas". El inter-
nacionalismo proletario queda reducido a solida-
ridades con las minorías, y subordinado a princi-
piosnacionales (lo que seríabueno que el SUrecor-
dase, no en el plano de las generalidades abstrac-
tas, sino en el de la guerra del Golfo).
Dstamos en presencia de una tendencia inter-
nacional que rompió con los principios más elemen-
tales del manrismo y de la militancia en el movi-
miento obrero. Nada tiene de sorprendente, por lo
tanto, que laaSenciabrasilefra del SU (la Democra-
cia Socialiita) se comporte como aliada de la di-
rección integrada al Estado burgués; se encuentre
en rrn proceso de disolución en aquéllay actúe como
policía de las tendencias de izquierda (para las que
votó la expulsión del PT, en un notable ejemplo de
"dem o cracia so c iali sta').
Queda clara la caracterización del Partido
Obrero: el SU "es una corriente completamente
podrida, dominada por la pequefloburguesía de
Europa Occidental, de los medios universitarios.
Ha perdido el filón revolucionario y h a sido tragada
por la profunda descomposición dò la sociedad
imperialista" ("La crisis mundial", Prensa Obrera,
ìF 361).
 Setiembre de 1992. afio 1 . Ne 4 en defensa det Marxflsmo@
E

Arte y
subjetividad
porHemán Diaz

La aparición de un slícnto que reÍrexiona sobre el arte y el realismo, a la luz

de las posiciones m,aziÉas (aÍarxismo y realismoo, por Jorge Figueroa,
En de_
fensa deÌ mar-imo Ìt B[ me lleva a hacer una serie de reflexioies que êspero
sean consideÍradaE oÍtrDo un alprte, estrictamente indiüduaì, a las ideàs
cionarias y cono u dcfensa rnáq de las ideas del marxismo. "".rìlo-
A lo largo det rtÍnlq sc d$lizan algrrnos conceptos confusos que dan ìugar
a malinterpretaincs srnea de lo que la diaréctica pìede decir sobre el arte. por
momentos, en espccial hacia el finaì del artÍculo, se asiste a una especie dê
oeclecticismo', y
uno *rc' la conclusión de que en arte aodo es posible" yàebe ser
estudiado'desdÊ muthc ángulc a la vez", pues hay que tener en cuenta tanto
lo
"obj9!ivo" como lo'wbjetin', tanto la forma como-el contenido, es realista pero
también puede m ã rËliÉa-.. Más que erróneas, estas afirmaciones no dicen
gïan cosa y no hacen a""r''ü en la reflexión acerca del fenómeno. por otra parte,
se deslizan alglnc pincftic qu", seguramente, son cuestionables como perte-
necientes a 'na tradidóa mcristay dialéctlca.

El arúe oomo fuente de conocimiento

- Entre esos @c * ensuenba, a mi entender, la afirmación de Lukacs

de que "el rte üúocmciencia de la evolución de la humanidad". En la for_
ee l,a
mulación de Lutács, c ütÊ r=pesenta aÌgo así como la coronación conciente
de
la evolución de lah-'n-'riib4 d arte comúemate lógico y conciencia de sí de esa
evolución, la concrrdh y rl.pnzación del p"ogr".o-ho*ano que resume,
incor-
pora y asimila todos lc mmsntc pasados y los expresa ,rnu id". conciente.
Esta expresión * cúadice con otros lasa5es de Lukács "r, en los que declara
que en definitiva esa csrcicncia, es conciencia del aspecto subjetivo
de la evolu-
ción del hombro- Prnc cn c*o se pueden ver argunâs incohelencias q;;
analizaremos' En &fisity+ para Lukács el arte ãs iguatado a ra ciencia. pero
l";;"
la
conciencia de la eduifu dc Ia humanidad sólo puedã estar en la ciencia y,
espe-
ciaLnente, en las cicacies humanas. ciencia es, precisamente, conoeimiento
de
los procesos evolutivu, Quien busca comprendei los fenómenos sociales en
su
prTo movimie_nto, qui"* b'sca reproducir, en un vaivén de acercamiento y dis-
tanciamiento, eÌ nlp*nrigrtq deearrollo y muerte de todo proceso social, esiá
ha_
ciendo ciencia, ..âábmndo arribar ar conocimiento de es'e fenómeno.
El problema radica_q la firnción que ra escuera stalinista (cuyo principal re-
presentante te&io cg Luhícs) le asignq al arte. para ellos el arte es conocimien_
to, y esta afirmación debc ser combatida en dos aspectos.
El primero debe coce*imar la afirmación cirìunstancial de que se conocía
más a rlancia leycado a Balza que leyendo a los historiadores. pãro ìa frase es
engafrosa al tomar eI ejeqlo & un escritor cercano a nuestro tiempo, pues
con
el mismô criterio conoocríam más a la Edad Media t"y"nao i. úúna comedia
que la Historie social y çonómica de la Edad Media de Henri pirenne.
quiere desir "cmocar máf? La úrmación tiene otra trampa y consiste leué q,r"
para que sea verdadera, antgs de leer a BaÌzac tenemos qu. t"ner una idea "n-
rela_
tivamente crercana .le qué fuca se está retratando y cuáf es su reÌevancia histó-
 en defensa d€l ilfranxflemoo
rica. Es decir, tenemos que haber recurrido a esos his-
toriadores cuesüonados.
Una época histórica, un paÍs, un proceso político,
es un mar de elementos y factores que no tienen tér-
mino fijo. La lectura "directa" de esos factores, incÌusi-
verlos etïóneos, los subjetivos, los circunstanciales,
nos podrá dar un "conocimiento" del fenómeno. Pero la
médula de ese proceso, el carácter objetivo que asumê,
las tendencias fundamentales que determinan su evo-
lución futura y que inciden sobre las generaciones pos-
teriores, eso sólo lo podremos 'conocer'racionalizan-
do, es decir, haciendo ciencia. Lo que hacfa Balzac, e
hicieron muchos otros escritores, es reflejar una parte
de ese mar inagotable y multifacético de la Francia
que asistía al nacimiento del capitalismo triunfante.
Lo reflejó tal cual lo üo y por ese "realismo" ês que nos
formamos una idea relativa del proceso vivo social que
anidaba bajo la fachada de los sucesivos gobiernos,
que conformaban quizás la cáscara de esta evolución.
Si comparamos a Balzac con un maì historiador, segu-
ramente terminaremos diciendo que el noveÌista nos
hace conocer mucho más de Francia que un historia-
dor mediocre, pero eso no quiere decir que el arte sea
conocimiento, y mucho menos autoconciencia de la
evoìución de la humanidad. Para que esa noveÌa nos
aporte conocimiento, tenemos que poseer un conoci-
miento preüo, históri-co, gtacias al cual contextualiza-
r€mos con precisión todo 1o que la novela nos aporta.
Entonces,;cuál es el conocimiento que aporta?
Todo suceso que podamos "leer" o "conocer" (tanto
una noveÌa como una vasija de barro de una comuni-
dad tribal) nos aportará datos, muchos o pocos, para
conocer una realidad. Pero la vasija de barro no es au-
toconciencia de nada.
Este es entonces el primer aspecto por el cual eÌ
arte no debe ser considerado conocimiento. Es decir,
no puede ser con$iderado conocimiento para eÌ Ìector,
porque esto depende de la actitud subjetiva con la que
el lector aborde el testimonio en cuestión. Resta aún
pensar si entonces el arte es, en sÍ mismo y como fun-
ción principal, conocimiento.
El arte como conocimiento
Para los staìinistas, definir que la función princi-
pal del arte era eì'conocimiento fue fundamentaÌ. Si eì
arte era conocimiento, debía conocer y reflejar las ten-
dencias fundamentales y centrales de su época. A par-
tir de elÌo, el arte podía ser analizado y juzgado (en eì
sentido judicial del término) de la misma manêra que
la política, la filosofía, la economía. Los personajes de-
bían ser típicos (es decir, reflejar a ìas principales cla-
ses sociales en acción) y el obrero siempre debía ser
bueno, sano, fuerte, bello y además triunfar en la lu-
cha que entablaba contra eì üÌ burgués. Toda esta teo-
ría simplista lo único que logró fue destruir el aúe y
envenênar las mentes de varias generaciones de miÌi-
tantes de izquierda.
Un gran problema de esta teoría consistía en dis-
. tinguir, en precisar la diferencia básica entre arte y
ciencia. Si ambas eran lo mismo, ;por qué no hacer un
Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4
poema sobre ìa fotosíntesis de la hoja del árbol ante Ìa
luz del sol? Lamentablemente para nosotros, todavía
aìgunos poetas franceses lo estrín intentando. La solu-
ción, totalmente precaria, consistió en decir que eÌ ar-
te tomaba sólo aqueÌÌas cosas que involucraban direc-
tamente aÌ hombre y, más precisamente, al espÍritu
del hombre. La soìución, además de ideaìista, llevaba
a nuevos diÌemas: lcuál era entonces la diferencia en-
tre el arte y Ìa historia de ìas ideas, eÌ ensayo filosófi-
co, ìa psicología, ete.? Además, y esto jamás se lo pu-
dieron haber planteado Ìos stalinistas, lcuál era la po-
sición del sujeto deÌ conocimiento, es decir del autor,
por la cual él podía conocer el espíritu del hombre y no
los demás indiüduos? ;Era que acaso él encarnaba ob-
jetivamente ìas tendencias espirituales de los hombres
de su época como para conocerlas y ofrecerÌas a ìos lec-
tores? Otro además: ;qué sucedía con la música y la
pintura? l,También eran "conocimiento" de las tenden-
cias fundamentales de Ìa época? lDe qué manera? No
se sabía nada de esto, pero por las dudas se les orde-
naba a ìos músicos que hicieran música optimista y a
los pintores que pintaran paisajes insuÌsos.
En cierta manera, los stalinistas tienen raz6n...
"si como define Lukács" el arte es conocimiento. Si es
conocimiento, el autor debe, a través de su escrito, col
nocer la realidad. Pero la realidad no es arbitraria:
hay niveles y aspectos que son más relevantes, más
determinantes que otros. A partir de allí, sólo pode-
mos reflejar esos determinantes principaÌes, que cons-
tituyen el fundamento y la esencia de lo social, pues
de otra manera no estaremos "conociendo" la evolu-
ción de la humanidad. Y Ìo fundamental en esta socie-
dad es Ìa Ìucha del proÌetariado contra la burguesía,
lucha encabezada por el Paúido Comunista y la santa
madre Rusia. Si pretendemos "conoeer'la realidad a
través del arte, eÌ héroe de nuestro texto debe ser el
obrero luchador. Como se ve, de aquel principio iniciaì
al asesinato en masa de artistas no habÍa más que aÌ-
gunos pasos ìógicos.
El arte y la subjetividad
En una de esas frases brillantes que dejaba des-
perdigadas en sus escritos, Roland Barthes dijo que lo
que llamamos arte no es más que Ìa inscripción de Ìa
subjetividad. La paÌabra inscripción no es aquí arbi-
traria: se habìa de un mostrar, no de un conocer, Y
quizás esa frase puede ser reìacionada eon Hegel,
cuando decÍa que la verdad está conformada por un
sinfín de momentos parciales, falsos, subjetivos. La
subjetividad puede ser uno de los caminos haeia la
verdad, pero no es ìa verdad misma. Los conceptos
subjetivos, los que son así para mí a paúir de mi expe-
riencia directa, no se han transformado aún en con-
ceptos objetivos, es decir para los demás. A través de
Ìa subjetividad es que la verdad se va abriendo paso,
pero aquélla no es aún ìa verdad.
Para continuar con Hegel, la expresión artística
está m:ís cerca de Ìa certeza sensible y de la percep-
ción, que deÌ entendimiento y deÌ conocimiento. Los fe-
nómenos expuestos (asÍ sea en la pintura, en Ìa músi-
 Setiembre de 1g92 . afio 1 . Ns 4
en defensa dels nanxnsmoo
@
ca o en ia narrativa) no son más que
exposiciones de la fos (o atn.si fuerqsu tesis central,
cosa particular observada y transmitida como en eI arte
por el artista. panfletario) referidos a la reaÌidad polÍtica
Para llegar al entendjmiento, debemo" p'"L* o cienfffica,
la cosa no es más que uno de ìos aspectos que participan
en su ley, es decir en su movimiento, y esa
ley debe ser de la
obra artístisa. Y al ser uno más de'losLpectos,
explicada através de una exposición.'Esto quiere es so_
decir metido por eI lector a una percepción subjetiva
que el fenómeno debe ser entendido como más.
una fuerza g asÍ que nosotros podemo-e disfrutai ãã-lur." .o*o
en movimiento, en devenir,,y ya no como
una eosa par- El.q1n dictador, de Cha_plin, que no
ticular en sÍ misma, sin relâción .o" toao uqrrelo que que una
pelÍcula de propaganaa aì uno a" io" "rrrre" (el
no constituye el fenómeno. A la percepción artÍstica *rto""s de-
se mocratizante) de la Guerra Imperialista de
le-escapan las determinaciones ã" tulo.a..omo
paúi_ podemos gozar artfsticamente 1g3g. O
cular de un universaÌ (es decir, se abstraen las 1y no cientfficamente)
simili- del teatro.de tesis, desde lbsen hasta Sartre.
tudes y diferencias con otros fenómenos de Ìa Toda
misma obra artÍstica contiene un sinfín de elementos
naturaleza) y se Ìe escapan las circunstancias
de la co_
y nive-
q.u." podemos percibir
sa.en su devenir, cuyo conocimiento puede
hacernos l":.
jetividad ã" una sub-
entender Ia ley de ese movimiento. La percepción
"orno
determinada. Nadie ,,. "*p"""i"o"
I u"" oU"" p*
tística a duras penas busca en eì aquí y ahora
ar_ que le "demuestre" una determinada "rr.para "cono-
tesis,
percepciones, expresa con una patenciã y
de las cer" con eúaustividad un determi""ao j"ioao
una inme_ de la
cuatez enorrne (mayor cuanto mayor es
historia, ni nada parecido. Lo único qu" i" p"Amo" *
ìa calidad del autor es que nos *muestreo
arüi$a) la profunda e irrepetible experiencia su üsióndel momento, lo
deÌ suje_ y viüó
to observando la cosa, utiúzando p.". 9". Íl ?".:bió" c6mo subjetirr"*"rrt" esa si-
io. instru_ tuacjón. En Ìa percepción subjetivã poa"*o" coinsidir
mentos que ìa tradisión ìe ha dejaào, es "tto
decir las leyes
que cada arte posee y que se transmiten *,r.h_o más que en las concluúones pohticas
o histórÍ-
a través deì cas alas que él arribe.
tiempo.
Como dice Susan Sontag lo que se busca
La habilidad del aÉista consiste en expresar es cono-
ese cer la "sensibilidad de una é!oca", eso
momento irrepetible (contenido de la obra) es todo lo que el
sacando el arte expresa. Solamente que, debemos acotar,
mayor partido deÌ instrumento elegido, materia oépocas'no Ias
efecti- tienen .rr,.
va.de su trabajo. Es lo que Heidãgger, con palabras
"".r"ibilidad
ú;;;, qr" lu
más vagas, Ilamaba .hacer patente
sensibiÌidad está fragmentada en miles "ì.o
de'pa*es, tan_
ú"rrao a través tas como sectores sociales se encuentran.
de una Tierra". "-" La "sensibi_
lidad? subjetiva del obrero no será la misma
Por eso dijimos más arriba que aunque Lukács que la del
. de- burgués, y la de éste no coincidirá ,r".""""i**"nte
9]ar9a que eÌ arte es autoconciencia del aspecto subje- la del inteÌectual pequeflo burgués. El;;,
con
tivo hunÌano se estaba contradiciendo en fo'rma
delibe-
;" defini_
tÌva, ên la.rnayoría de los casos está expresandojusta-
rada y el acento lo ponía en la autoconciencia
y no en mente la subjetividad deì intelectuaÍ pequef,o
el as_pecto subjetivo. Autoconciencia de bur-
ta suU;etiüdad gués, poseedor del oÍicio del artista. pf"rte
puede s_er la psieologÍa (conciencia de van-
de las yivencias guardia, experimentador y abstracto,
pero jamás el arte. para nosotros Ìa disonante y dis-
PjT*tt-ql, subje-
tiüdad del arte no llega a transformarse en autocon_ !o1s]onan!e, expresa justamente la desubicación del
ciencia, pues esa sub;eiividad intelectuat (y de ta inrelecrualid.d) ; ;;;época
un estado de
"" "rp""*u mercantilismo, su falta de perspectiva polÍtica,
y:To, queriendo y no buscando llegar "n
a Ìa objetivi_ l su in-
comprensión del drama soqial.
dact y "o,
a la verdad. El arte, al menos en nuestra
cultu_
ra, busca expresar Ìa multiplicidad de momentos
del
proreso de la üda, el camino de la
en busca de la verdad, pero nunca
oscuridad y el eror Lo subjetivo y lo objetivo en arte
como un
hallazgo final de la veidad, ,i"o "*pr"ruão.
y tambjén -en ll .*Írlo de Figueroa mezcla todo al afirmar que
.o_
""ïojoïà*"rto
mo esa búsqueda de vaìores no degradados.
como expresión directa de esos momentos "^- el arte conviven los dos_términos: objetividaá y
subjetivos subjetiüdad, siendo el segundo casi siemprïprevalen-
.9l1ig"t.a,la..ri1ru1a y Ia poesía
rrrepetibles e indiüdualizables, que son
; evidente),
"rtoa Ìa vez subje_ te por la propia dirección y característica artistica". Si
.tengo un pensamiento en mi mente
tivos y universales, como decÍa Kãnt. Es decir,
los üvi-
y logro plasmarlo
mos como subjetivos, pues no llegan a ser en un papel (hoy alguien diría en ,rrra ãomputadora)
más que uno he pasado de Io abstracto a lo concreto,
m:m_entos- parciales, particulares y abstractos
le,los
cle la- verdad, y a la vez son universales,
la primera y necesaria concresión del pensamiento.
"i1ì'rrgou3" ""y
pues son üü_ también he pasado de lo_subjetivo
d3s
{e esa manera por toda tu ir"*."iáiJo 0a iãea qrr" p.-
ctrculan con fluidez en un determinado grupo "Ì -"rro.
social.
ra mí solo) a lo objetivo: la idea se me ha hecho """
objeìo,
aquí ese."plus- que siempre s" Ì" a"igrio Jarte, seÌra concretado, se ha congelado, es decir qr"
ese
fru p""_
_De .tgo (la vitaìidad) pero ha ganado rnurii" más (es
valor superÍor e inasible, que no es más que t{j
el "plus" útil, ya es un instrumento).
inasible que tiene todo p"o.e"o vivo concr"to, que La Jola plasmacíón de esa
nin_ idea-ha hecho que esa idea se objeiive,
guna objetiüdad puede apresar y absorber i"rrto q,r"
en sus de_ era idea para mÍ. A partiy de ahãra, .orrro "r,
talles. objeio,
puede ser observada y medida por cualquÍer "" pero
. El rÍ", entonces, está mucho más cerca de la mo_
éste no es el único plano en que se mueve
ctro.
ral_ y de Ia religión que de ìa política y el fenór:aeno
las ciencias. por (como todo Í'enómeno para la dialóctica):
más que en alsún texto narratiuo si la idea que
oárra_
""-irrrorporen "n nlssmé ce rlna Ìev fÍsina. habré expresado un Densa_
a

en defensa ôel Efralpxflsnoo Setiembre de 1992 . afio 1 . Ne 4

t*"*rr"t*t
de amor, habró expresado mi subjetividad, es decir le de que el capitalismo se descompone y da lugar a una
habré otorgado un carácter objetivo (para los demás y nueva sociedad. Se puede cuestionar: aún no se ha de-
para mí) a mi subjetividad. El arte exptesa la subjeti- mostrado "objetivamente" (es decir, en los hechos) gue
údad. Si seguimos en esa lÍnea, aunque yo haga una el capitalismo muera y dé a luz otra sociedad. No im-
obra panfletaria o una canción "con mensaje" estaré porta, igualmente es una afirmación "objetiva', eü€
de todas formas expresando mi subjetiüdad eon refe- nace del estudio cienffÍico de los hechos y cuyos pasog
rencia a algunos procesos de larealidadtomados como lógicos previos (la crisis del capital, la insurgencia
újetivos, pero la objetiüdad como tal no tendrrí lugar obrerq etc.) se han ido verificando aio a af,o. Objetiü-
en mi obra artíetica. El pensamiento político en todas dad, entonces, no es infalibilidad y m€nos predicción
sus variantes está más cerca de la ley frsica que de la mágica.
mris politizada de las obras artísticas. El pensamiento Pero lo subjetivo también va mucho más allá y la
político y teórico es conocimiento, el arte no pretende hallamos incluso en la propia descripción científica.
serlo nunca. lAcaso cuál es la diferencia entre pueblo y clases so-
Es necesario insistir. La objetiüdad forma nêcesa- ciales, diferencia que hoy en día en el ambiente de la
riamente parte del arte. Una sola palabra ("hombreo) historia se considera punto fundamental? La categoría
es ya un concepto y como tal ya expresa un grado del de pueblo, o de sectores populares como les gusta a los
conocimiento. Pero ìa'función principal del arüe no se- historiadores, es una categoría subjetiva (los que se
rá la inscripción del conocimiento objetivo sino de la piensan a sí mismos como pueblo, o aquellos quê noso-
subjetiúdad del autor, que buscará depositarse en el tros pensamos como pueblo), mientras que la categoría
corazón (si se me permite ìa expresión) de la subjetivi- clase obrera o clase social en generaì, es una categoría
dad de los receptores. Por eso no existe eì arte anóni- objetiva, medible estadÍsticamente y comprensible a
mo ni colectivo, aún cuando pueda haber ejemplos partir del lugar que sê ocupa en la producción. Pero
marginaÌes de ello. El arte en nuestra sociedad es ne- como los marxistas somoa, antes que otra cosa, objeti-
césariamente individual. En cambio, una investiga- vistas, no sólo defendemos el concepto de clase social
ción científica, un panfleto, un diario, puede no llevar sino que impugnamos la palabra pueblo porque jurÍdi-
firma y, de todas formas, expresará una verdad újeti- camente (otra objetividad) refiere a cualqúer persona
va, la misma que si estuüera firmado. que habite un paÍs.
Lo que estamos discutiendo entonces es el funda- En realidad, el manrismo revolucionario (el que se
mento del arte, la unidad que conforma su esencia, o deÍiende en esta reüsta) es el único moümiento no
al menos a la que ha llegado luego de siglos de evolu- subjetiústa de la política. Y si no, veámoslo en la rea-
ción. No soìamente el arte ha devenido en lo que es lidad política. Fácil es verlo en la izqúerda peronista,
hoy, sino que a partir de él reconcebimos y modifica- que hasta tiene una teoría de por quó ser subjetivista:
mos nuestra concepción de lo que fue arte en las épo- "si el pueblo es peronista, nosotros somos peronistas",
cas pasadas. Pocos siglos atrás no existía diferencia sin adveúir quê en realidad terminan siendo un lastre
notoria entre literatura, historia y filosoffa; la música de derecha cuando ese pueblo quiere evolucionar polí-
y la pintura eran consideradas ofrcios al igual que la ticamente. Para ayudar políticamente a ese pueblo,
carpintería o la relojerÍa. El capitalismo consumó la sólo podemos qútarle de los ojos la venda de la ilusión
división de las artes respecto a otras prácticas, y su en el nacÍonalismo y ofrecerles la verdad de sus objeti-
agrupamiento en el concepto general de uaúe". Se res- vos históricos, el socialiemo y el gobierno obrero. Como
cató del pasado, entonces, 1o que fue literatura y se lo dijo Mam, ìa revolución proletaria, a diferencia de to-
separó de la historia o del pensamiento polÍtico (véase das las revoluciones anteriores, se hará con concien-
a ese respecto todas las disçusiones en torno del Fa- cia.
cundo de Sarmiento). La intención de realizar un aúe Cuando el stalinismo se identiÍica con los movi-
ideológico o panfletario, igualado al pensamiento cien- mientos nacionales o democráticos, o cuando ponon co-
tÍfico, contiene la ilusión de unir lo que la misma his- mo lema de su frente "Todos unidos triunfaremos",
toria ha separado, y en cierto sentido comporüa un tambión están corriendo detrás de un supuesto senti-
programa reaccionario, pues pretçnde dar vuelta la miento subjetivo del pueblo. Dije "supuesto", ;pero
rueda del tiempo. Su estrepitoso fracaso demostró que acaso no es comprobable que el pueblo tiene el senti-
la separación entre aúe y conocimiento era, también, miento peronista? Puede ser, pero como toda subjetivi-
un hecho objetivo. dad es inestable, es inaprehensible y está fragmenta-
da en un sinfín de sentimientos parecidos pero no
l idénticos. Como alguna vez dijo P.O., hay más peronie-
Arte y política mos que peronistas. Y esa categoría, ese sentimiento,
no resistirá a los embates de las condiciones objetivas
Será necesario, finalmente, seflalar la forma que (que ya no es el socialismo, sino simplemente la impo-
asume el problema subjetivo y objetivo en la política, tencia burguesa para eì desarrollo nacional y la mise-
para poder distinguir con claridad nuestro planteo del ria de ese pueblo peronista).
esqueÍna stalinista. óY acaso el Mas, con toda su verbonagia trotskis-
Tro sui,.lctivo y lo objetivo se presenta, generalmen- ta, no hace política subjetivista? Cuando propician el
te en forma esquemática, como Ìo inherente a la con- "socialismo con democraciao no hacen más gue dejarse
ciencia obrera y a las condiciones económicas, respec- llevar por el palabrerÍo burgués de moda. Como a la
 Setiembre de i9g2. afio 1 . Ne 4 en defensa detilflaExflsmo@
E
gente ahora Ie gusta la democracia, ponemos socialis_
mo corÌ democracia y conformamos a -todos. La polÍtica Conclusiones
mancisüa debe ser la contraria: denunciar las mod.as
Y así, vemos que el stalinismo construyó una onor-
$scursivas que no hacen más que llevarle agua al mo- rne y_monstruosa paradoja: mientras objetivizaba el
lino de los democratizantes de turno.
arte (pues éste debía reÍlejar las tendencias típicae y
Pero el centrismo, el stalinismo y el nacionaÌismo
objetivas_de su época), subjetivizaba la poUtià (quã
son agí; cuando la moda üene con liberación nacional, jamáe reflejó Ìas tendencias o$etivas de
todos "deseubreno las bondades que "en última instan- tà lucha obre-
cia" tendrÍa la liberación nacional; cuando la moda
ra hacia el socialismo, sino que siempre asimiló los
programas de la burguesÍa nacionaliet& o democrati-
viene con democracia, descubren lae bondades de la
zante). Mientras mataba artistas por no pon€r ên BuB
democracia. Y así, de etapa en etapa, pretenden ins_
novelas un obrero bueno que denote al ül burgués,
cribirse en el discurso del momento, iãenüficándose
apoyaba a los Batista y a los Videla, que mataban a
aunque sea parcialmente con las tendencias subjetiva-
log obreros por querer derrotar a los úes burgueses.
mente dominantes, pretendiendo que harán lueto una
presión hacia la izquierda, pero subidos al carro del p1 algo êran consecuentes: siempre estaban del tado
del asesino.
pueblo.
No debemos cometer el mismo enor, juzgando la
EI dernrmbe de todas esas corrientes demuestra
obra artística como si fuera un "reflejo; i?) tdirecto"
que lo único perdurable es ir al pueblo con la verdad,
(??) de la conciencia políüca de su autor.
p_or cruda que 6sta sea, expÌicar, como querÍa
Lenin, ir En estas líneas he tratado de discuür justamente
al pueblo con conciencia, oomo decía l\iam. y esto'no
aquellos conceptos fundantes que hicieron ãel stalinie-
significa que el marxismo revolucionario deba tener
mo una máquina trituradora de arte, al punto que la
ì una políti_c1 "objetivista pural Debemos ser muy ros_
Iiteratura virtualmente desapareció de ta Unión So-
.; petuosos del sentimiento democrático y nacionali"o-o
viótica durante décadas (;o quién puede afirmar sin
decía la III Internacional. Lo que no d-ebemos hacer es .
sonrojarse que Cemento de Fedor Giadkov es literatu-
ceder un milímetro en cuanto a la comprensión újeti-
ra?). Igualmente, de los principios aquí esbozados se
I yl de-la realidad. Desarollar una política subjetiüsta siguen una serie de conclusiones, quã no he desano-
(decirle "al pueblo" lo que éste "quiãre" escuchãr)
| mismo que hablarle a un chico en media lengua: cree-
es lo llado, pero gue están implÍcitas en tãdo lo expuesto.
mos-queìmitándolo noa va a comprender mejor y en -
B*tj*ente, pienso que el arte ,ro Gfl"5o" d"
la realidad (en rigor, tampoco Ia consiencia"" es un "re-
i_ realidad lo único que hacemos su evolución
"",ótr"""r flejo" puro de la realidad), que el arte no puede aer
1 lingüÍstica. juzgado entonces con las mismas premisas que
tP" interesante observar que en los últimos aõos tica Lejos la polí-
I toda la izquierda intelectual, posmarxista del conocimiento, el arte es
I o neostaìi_ """n.irlmãrrb
diversión: en eÌ sentido brechtiano (di-versión, una
p-"!", busca alejarse del üejo, y supuesto, marxisrno
I "objetiüsta". versión difgrqnte) y también en el sentido vulgar (di-
| Se puede ver o.,
prensa"rd.rrlo
"r,
del pCA-Re- vertimento). Descreo, iglal que Trotsky en Literatura
Sur, en
I +.11{ _reproducido Obrera Ì,lp B5g, del y revolución, de un supuesto arte prolátario u obrero,
| 316/92, donde se afirma que la dirección gtalinieta re_ pero no exalto el arte vanguardieta e intelectual. Re-
I ghaza ."1 ?rryr1o Objetiüsta, Economicista" y pre- cuerdo, tambión con Tlotsky, que el marxismo ha de-
al, plano "donde ee conforma ta subjeàü-
I t"Ì"..tender
humana" el imaginario popular". La direcciãn del
sarrollado un pensamiento político, Íilosófico y econó_
I 14 con mico, pero no mucho más que eso, con lo cualia "sub-
I {Ut esto, máe que "lavarse la cara" se está .sacan- jetiüdad" cultural obrera o socialista es una abstrac-
do la careta". En toda su historia no han hecho más
I qo." ereer, conÍiar, adular y construir el imaginario po_
ción utópica. La contradicción del artista de izquierda
I es que a su cerebro lo maneja Manr, pero a su sensibi-
I u* deJamáshan
n"t.,. dado cédito a las tendenáas oUjËU-
la lucha obrera. En cuanto al resto de la iz-
lidad la maneja el capitalismo.
I Por último, no tenemos que caer en los errores del
euierda intelectual, quede para otra oportunidad un
I comentario stalinismo-, que significaron el mayor descrédito para
I po" parte dellobre el rechazo a las tendencias objetivas Ias ideas del marxismo en todo el mundo, al punto que
I conjunto de las ciensias sociales ãe hoy la üsión que la mayorÍa de la gente tiene de ãt es la-de
día: Foucault, Ia semiología, Mcluhan, el posmJ-
I dernsmo,
:" etc.)
un pensamiento anquilosado, mecanicista y fosilizado.
I Las posibilidades de desarollar la teoría marxista no
II son muchas, pero al menos combatamos los monstruo-
II sos principios que dieron origen a la catastrófica paro-
I dia de manrismo de los últimos Z0 afres.
I
I
rI
I
I
II
I
II
I
I
I
I
I
I
I
I
 en d.efensa del Marxflsmoo
cúta cald,era d,e las
Herminio Saccheta," La caldera de las bruias y otros
eqçr1tgs polit!.cos],_ Campinas. Pontes- Editora da
UNICAMR 1992, 161 Páginas.
Por primera vez, reparando una larga injusticia' son
compiÌados en un Ìibro diversos trabajo de Hermínio
Sacúeta, una de Ìas figuras más significativas de la
historia de la izquierda brasileffa. Muerto en 1982, fue
dirigente del PCB en la década del'30, rompiendo con él
para adherir aÌ trotkismo, habiendo sido el principal
dirigente de la primera sección brasileõa de la fV Inter-
nacionaÌ, el PSR, Partido Socialista Revolucionario
(1938-1952), sin duda el principal diúgente trotskista
brasileõo del perÍodo (más aún después de que Mario
Pedrosa, miembro de su Comité Ejecutivo Internacional,
rompió con la fV Internacional en 1940, junto a ìa
fracción liderada por eÌ norteamericano Max Schacht-
man), fundador y dirigente de otros grupos de izquierda
activos en ìa década del'60 (Ìa LSI y, después, el MCI), e
importante periodista a Ìo ìargo de casi medio siglo'
La selección de Ìos textos incluidos en el volumen,
aunque muyrepresentativa, se resiente porÌa penumbra
en que fue mantenido el autor, no sólo para los académi'
cos, sino inclusive para ìa propia izquierda. No hay, sin
duda, cómo negar la importancia de su principal texto de
poÌómica con el PCB (Saccheta era el principal dirigente
paulista deì Partido, cooptado para el Buró Políüco), de
193?, en el cuaì rechaza la etiqueta de "trotskista" (que
asumirÍa al aflo siguiente, en Ìa prisión, vÍctima de la
persecución deÌ régimen varguista), atribuyendo los
errores del partido al "banguzismo" (de "Bangu", seudó-
nimo del secretario general deÌ PCB) y no al stalinismo,
que ên 1937 Saccheta aun defendía. En nada esclarece ìa
poìémica la presentación del texto que hace Heitor Fe-
rreira Lima, un "histórico" del PCB (poste-riormente
asesor de ìa FIESP) quien dice, respecto de Ìos hechos
que ìlevaron aÌa prospcripción deÌ Comité San Pablo del
PCB, que "(Saccheta) fue eÌ responsable por los aconte-
eimientos ocurridos entonces porque' creo, nunca Ìos
había comprendido" (p.12). Ferreira Lima, que nunca
compredió esos hechos (ni aÌ propio stalinismo) no
menciona que Sacchetta fue el único miembro del comité
de San Pablo, que rompió con el partido stalinista (des'
pués de un período en que intentó disputar conlafracción
stalinista Ìa representación de ìa Internacional Comu-
nista, que le fue negada por la propia Radio Moscú), el
único en adherir al trotskismo, lo que retrata la indepen-
dencia de su personaÌidad.
oJorge
También esmuy importante el artículo Amado
e os poroes d.a decerrcia'', en el cual Sacchetta se defiende
Abril de 1992. afio 1 . Ne 4
brqiastt
de Ìas caÌumnias deì escritor bahiano en su obra "/,os
subterrtíneos de la libertad", en que aparece como perso-
naje "traidor, cínico, corrupto y... trotskistao. Amado, en
esa época (af,os'40) estaba al servicio de Staìin-Zdanov
y sunrealismo socielista" (más recientemente se puso al
servicio de los gobiernos brasilefros de turno, como el de
José Sarney). Sacchetta lo gratifica, con un coraje que
hoyìe falta amás de un críticoliterario, eon el calificativo
de "analfabeto semi-Ìetrado".
Lo mejor del libro es, sin duda, el artículo -Ilotskis-
mo" (pág. 83), texto de una conferencia de 1946, en que
son expuestas con raro brillo las bases deÌ pensamiento
poÌÍtico deÌ Ìíder de la Revolución de Octubre, su filiación
marxista, su coincidencia objetivay subjetiva con Lenin,
y su aptitud única para comprender y transformar el
mundo contemporáneo. Sólo ese texto ya sitúa a Sacche-
tta en un pÌano teórico superior, a nuestro entender, al
más indiscreto ex trotskista Mario Pedrosa (que debe su
fama más a sus cuaÌidades de crítico de arte que a su
actuación política, ÌÌena de altibajos) cuyos textos de los
aíos'30 fueron recogidos en el voÌumen de Dainis Kare-
povs e Fulvio &ramo,"La contra corrien'te de kr' Historia"
(Editora Brasiliense).
Se incluye también un texto inconcluso que da su
títuìo aÌ volumen (La cal'd.era de lns brujas), intento de
noveìarÌaruptura de Sacchetta con el PCB, que demues-
tra al mríximo que Sacchetta carecía de ürtudes de
novelista. Así como testimonios acerca de Sachetta de
figuras intelectuales y poÌíticas (como el ya citado, e
insulso, de Heitor Ferreira Lima; Florestan Fernandez,
Michael Lowy, Claudio Abramo, Jaco Gorender
-éste,
de lejos, el más interesante-, y Mauricio Tlagtenber).
Nada habría para objetar en la inclusión de esos textos,
si no fuese notabÌe Ìa excÌusíón de cualquier texto de
Sacchetaentre 1938y 1952, o sea, cuando era eÌ dirigente
brasilef,o de Ìa IV Internacional (a excepción del ya
citado "T!otskismo"). No se han incìuído por lo tanto,
textos esenciales para Ìa comprensión de su trayectoria
políti ca, como los pubÌicados en " O rie nt ación S ocial ista"
(en especial la serie de artículos'?restes y el problema
agrario", crítica a Ìas posiciones del PCB sobre la cues-
tiãn agraria), órgano deì PSR, en Ìa década deÌ'40; o las
discusiones contra Mario Pedrosa y ArnaÌdo Pedroso
d1lorta publi cadas en'Var ry un rdia S oci ali sta' ( diri gida
por Pedrosa) en la misma época, en defensa de la inde-
pendencia de clase y contra el voto a Eduarodo Gomez, el
candidato "burgués progresista' ert la "redemocratiza'
ción", defenüdo por ìos ex-trotkistas transformados en l
osocialistq.s".
lPorque Sacchetta rompió con Ia IV Internacional y
 Abril de 1992 . afio 1 . Ne 4
disolüó el PSR? Michael Lowy, evocando su relación
personal, se refiere a Ìa ausencia de manifestaciones de
Sacchetta sobre el asunto (páS. 81). Albeúo Luis da
Rocha Barros, hijo de su compaiero de la década del .30
(el abogado"laboralista Alberto da Rocha Banos) y su
propio camarada de miÌitancia en las décadas del b0 y
'60, nos confiesa la desilusión de Sacchetta con Ìaã
resoluciones del Iü Congreso Mrurdial de la W Interna-
cional en 1951, cuando se adoptó ìa línea 'pblista" de
apoyo crítico alaburocracia soüéticay de-entrisma sui-
géneris' en los paúidos comunistas. Es probúle que
Sacchetta haya üsto en esa línea, no lo que realmente iue
(un reüsionismo total del trotskismo y det propio mar-
xismo) sino una manifestación inesperada del trotskis-
mo. Sólo Jacó Gorender se refiere a un texto de Sacchetta
(no incluído en eì volumen),'Relatos sobrc cuestiorrcs dc
la política organiza.tiua en el campo seialistan, escrito
"probablemente en aquella época (en que) se desalienta
al anaÌizar el fracaso del trotskismo" (pág. 154).
Desilusionado, Saccheta pasaría hacia el nhtrem-
burgu.ismo' (ideoìogra que presidirÍa la LSI y el MCI, en
la década del '60). En cualquier hipótesis, ese nluxem-
burguismoo erâ políticamente más piogresivo Qos textos
l_o demuestran) que el pseudo-trotskismo pablista
defen-
dido por eì grupo deÌ Buró Latinoamerilano de la IV
Internacional (liderado porJ. Posadas), el POR, pues la
LSI defendía intransigenternente la independencia de
clase contra los restos del varguismo y contra la orienta-
ción del PCB, en tanto el POR Ìlamaba at pCB ahacer la
revolución, habiendo llegado a apoyar (ilamó a votar) a
Janio Quadros..."por su progÌama nacionalista" (co-
rrectamente desnenuzado por Sacchetüa, en el arlculo
oNi L^ott,
ni Janio: por una polftica de eÌase", pag. 10g),
eran Ìas limitaciones de la LSI (úgã Socia-
-ìista Independiente,
;,Cuáles
que nunca-traspasó algunas dece-
nas de militantes) y, después, del MCI (Moümiento Co-
munista Internacionalista)? Los textos de los volúmenes
de los aflos'60 permiten apreciarlas.
Desde el punto de vista de los principios
_
h_ay nada que
generales, no
criticar: defensa de la independencia de
cÌase, crítica a la revolución por etapas y del apoyo a la
'burguesía. progresisÍo", la luìha contraLì impóriãÌismo
(y contra la dictadura miìitar) y una lucha anticapita-
lista, que solo podrá ser üctoriosa con la instauracióì de
un gobierno obrero y campesino.
EÌ problema es la traducción de estos principios a una
- en
polÍtica correspondiente a ellos, lo que demuestra que no
basta con formulaciones generales,y que todaÌa ciencia
del marxismo (el "analisis concreú ãe una situación
co_ncr€tao, según Lenin) consistejustamente en el pasaje
o la transición de los principios hacia la realidad inmã-
diata, considerada como una combinación concreta y
especÍfica de las diversas determinaciones teóricas
(abstractas): es por eso que el manrismo es "una gúa
para la acción".
La propuesta políüca central era la de ïrente único
proletario" dirigida alas "organizaciones marxistas"y a
los "socialistas de diversas doctrinas".
Las organizaciones *socialistas' y ornarristas, qae
surgÍan en los aÉos '60 eran menos la expresión de la
radicalización proletaria (a la cual de modo
muy deformado) que ìa expresión "xpr".áb"n
de Ia paulatina des-
composición del stalinismo brasileflo, primero, y los
remanentes de Ìas fracasadas tentativas de organizar un
en defensa del flfiarxfsmoo
partido socialdemoócrata después. La ruptura con el
stalinismo fue, en general, totalmente empiriea" como lo
demuestra quebuenaparte de ellas se encáminarahacia
el foquismo, haciendo dela"Iucha arrn@dd,, elevada al
nivel de estrategq el eje de diferenciación con el pCB (el
cual, frente de sus crisis, llegó a coquetear literaria-
mente con el foquismo). Sacchettq como manrista, tenía
elementos de sobra para criticar al terrorismo aislado de
la evolución de las masas (y lo hizo), pero sus posiciones,
a vecos, no dejaban de reflejar la presión ejercida por el
foqúuno, la búsqueda de un oterreno cornttn, con las
organi-zaciones que lo practicaban: "Preparémonos para
Ì_a lucha armada, desde ahora, pero õon un proceso
diaÌóctico que encare la realidad como ella se prãsenta"
(pás. 140).
El "frente único proletario', por 1o tanto, solamente
podrÍa tener expresión como frente de las üudas del
staÌinismo en descomposición (y secundariamente, del
socialismo reformista), y no como frente de los trabajado-
res de vanguardia que, rompiendo con el naciona-lismo
y el stalinismo, enfrentaban la impasse delandemocra-
ci.a populista" y, luego, la represión antiobrera de la
dictadura militar. SoÌamente la lucha por un partido
obrero inde_pendiente podría haber dado expresiãn polí-
tica a aquellatendencia, que explotó a cielò abierüo con
eì procesohuelguístico delABC en 19?9/80.
El "frente único", por otro lado, era planteado (antes
del golpe de abril de 1964) como perspãctiva política de
"ampliación, en sus límites máximos, de las actuales
instituciones democráticas" (pág. 106). Ya bajo el gobier-
no miÌitar, el "frente único" será planteado bajo un
programa de nobjetivos inmediatos" (tácticos) agregado
de otro de "újetivos estratógicos" (pág.l3g). Esú signi-
fica colocar al ïrente único" como alã dã extremaizquìer-
da de la democracia burguesa, no como agente ãe la
organización independiente del proletariado (que en la
medida en, que se concreta, tiende objetivamente a
oponerse al Estado burgués y sus instituciones).
Para el trotskismo (el marxismo) los "objetivos tácti-
cos' no se agotan en sí mismos: a medida que las
reiündicacionesinmediatas son planteadas como palan-
ca de la constitución del proletariado como clase inde-
pendiente, se transforman en una preparación para la
lucha por los objetivos estratégicos (estã es, por el poder
obrero) en un procêso perÍnanente, o sea, no sãp"r.ão por
rl-os etapas históricas diferenciadas. El gran ausente,
el pensamiento político de Sacchetta Ìinclusive en su
excelente arãcuÌo sobre "ïbotskismo") es el'kograma de
Thansición, justamente uno de los últimos granães docu-
mentos políticos de totsky, sobre como arÍnar la van-
guardia revolucionaria nucleada en la fV Internacional.
Esta incomprensión política de Sacchetta, manifestada a
Ìo largo de su trayectoria polÍtica, fue la base de su
eÌ:rónea interpretación de la emergencia del pablismo
como sinónimo del fracaso del trotskismo.
En el último documento del volumen, uno de los
últimos de la úda de Sacchetta, producido en medio de
una crisis de la dictaduramilitary del ascenso proletario
(1979), esta concepción es reafirmada con relación a la
reiündicación de Asamblea Constituyente: "Cabe a las
fuerzas popuìares organizadas, con el proletariado al
frente, conquistar los segmentos de la põblaciOn menos
c-oncientes de sus prerrogativas políticas para el trabajo
de inserción en la futura ley básica, vãle decir en ia
 en defensa ôel Manxflsmoo
Constitución, de los derechos fundamentales de los
trabajadores, en especial en el ámbito político. Y a los
trabajadores corresponde hacerlos cumplir, por presión
continua, con todos los recursos de que disponen'.' Por
ese camino, el pueblo deìerá participar, a través de sus
representantes, de la promulgación de las leyes y por
có^nsecuencia" de Ia conducción de los azuntos públicos"
(pag. laS). Es la Constitución colocada como cimiento de
ün
-régimen burgués democratizante, en el cual el
proletáriado organizado será conÍinado al papel de
presionar las ústituciones (o sea, castrado de la
ferspectiva,de candidatearse al-poder),-y no como
ôor,"igtt. de transición,en la luúa por la cuaÌ, las
consilnas d.el programa trotskista, "los-soviets (esto es,
los ór-ganos dJpoder obrero) pueden y deben surgir"' -
liËlado del movimiento revolucionario internacional
(esto es, de la lucha por la IV Internacional) la
trayectoria polÍtica de Sachetta concluye como una
variante de izquierda de la política democratizante, que
ser{a ampliamente desarrollada por -la izquierda
brasileúaãn los aíos siguientes, sobre todo a través del
(La CIII por dentro y Porfuera"
"La CUT. 0or dentro v 0or Íuera"- 2e edición, revisada
vìumeótada con an-eios sobre el Pacto Social' Vito
êiãnnotti y Sebastian Neto RJ- Brasil-
1991- Editora Vozes. . -Petropolis,
Dirigentes destacados de la oposición metalúrgica de
San Pabìo hace varios afros y miembros de las direcciones
de la CUT en varias de sus instancias (Regional, Estatal
y Nacional) desde la formación de la Central Unica de Ìos
Trabajadores, en L983, Vito Giannoni y Sebastiao Neto
se próponen con su libro
uestimular la discusión, la
invãstigación y contribuir a una ubicación crítica de los
lectores" a""rô" de la historia de la principal central
obrera brasilefla, sus características, principios y pêrs-
pectivas.
- Los autores son también dirigentes de "CUT por la
Basê', el principal bloque de oposición a ìa dirección
oficial de la CUT, esta última hegemonizada por la
conriente Articulación, que es también mayoritaria en la
dirección del Partido de los Ttabajadores. Eato agpega
importancia al anáÌieis de los compaõeroe y soloca al
lecïor en la expectativa ôe sncontrar en lae P{gl.ngs- d-el
libro una ubicación crítica frente a la histori a ofi cial de la
Central y frente al programa y la práctica implementa'
das por su sector dirigente.
Abril de 1992 . afio 1 ' Ne 4
PT. De esta manera expresó hasta sus últimas
consecuencias las contradicciones que pusieron en
tensión toda su trayectoria intelectual y polÍtica, las
cuales iÌustran concentradamente las dificultades para
construir la sección brasilefla de la fV Internacional a lo
largo de cuatro décadas.
' Con todas esas contradicciones, el volumen que
comentamos rescata una de las páginas más
importantes y ütales de la historia de ìa izquierda
brásileia, por eso pasada en silencio por el stalinismo y
por sus herederos democratizantes, que ven en
Sacchetta, como máximo, uno de los dos principales
periodistas brasileflos de este siglo. Con errores o sin
ãilos, Sacchetta murió como un combaüente por-la
independencia clasista y por la revoluqión. De allÍ que I'e
totaimente justo hacôilo presidente honorario del
Simposio Iniernacional en homenaje a L9,on llotsky,
reaÌizado en la USP (Departamento de Historia) en
setiembre de 1990, ocho af,os después de la muerte de
Sacchetta.
Luciano Avilo
Las raíces de la CIII
Después de una breve historia de las innurnerables
tentativas reaÌizadas por el moümiento obrero brasileflo
de construir una organización nacional que centralizase
sus luchas --desde la realización de Ie Congreso Obrero
en 1906, que aprobó un plan irarala creaeión de la COB
(Confederãción Operaria Brasilefia - 1908)-, Neto y
Giannotti destacan como principales "fuentes" que lleva'
ron a la creación de Ìa CUT dos movimientos que se
gestaron en el movimiento obrero en medio de la dictadu-
ra militar (1964 a 1984).
"Poco apoco", explicanlos autores'se crearonfocos de
resistencia-al cilindro compresor de la dictadura militar
(...) Esos núcleos de resistencia se estructuraron"' y se
iransformaron en oposiciones sindicales". Estas oposi-
ciones, frente al control total de loe sindicatos-por el
régimán militar por medio de sus interventores, dirigie'
roã importantesiuchas obreras bqjo el régi-men militar y
en la organización de base de los trabajado'
"u"rrzàon
prinoipalmeçtã,por medio de las Comieioneg de
res,
fáU;ii", Sidestaõaroir las opoeicioneg metalúrgicae de
b"""oo (SP) y Contagem, (MG) y de San Pablo. Las
primera5{irïgi"ron oJupacioner de fábrica e'lel período
ã" *uyo"-""tresión dJl regimen militar (finec de la
Abril de 1992 ' aõo 1 . Na 4
década del 60) y fueron violentamente reprimidas, y la
última, además de innumerables luchas parciales, diri-
gió en 1979, alacabeza del comando dehuelgadel gremio
que agrupaba entgnces más de 400 mil trabajdores, una
combativa huelga en que "se formaron los prirneros
piquetes de hasta 10.000 obreros".
Estas oposiciones, que se constituirían en una refe-
rencia para todo el moümiento obrero combativo de
entonces, buscaron aúicularse nacionalmente y realiza-
ron, en 1979, el ENOS Nacional de las
-Encuentro
Oposiciones Sindicales, donde actiüstas del campo y de
la ciudad debatieron sus experiencias de lucha contra la
estructura sindical oficial,la necesidad de unificación de
las luchas y de la constitución de una centraì obrera.
Paralelamente a este movimiento, que expresabalas
tendencias presentes en el moúmiento obrero brasileflo
de pasar a la ofensiva contra eÌ régimen militar por
medio de sus movilizaciones y de la evolución en eì
sentido de su unificación y centralizaciín nacional, se
desenvolvió un moümiento de discrepancias que llevó a
roces y rupturas entre la burocracia sindical.
Para los autores, esta crisis en el interior de la
burocracia sindical frente aI desplazamiento del movi-
miento obrero será la otra gran raíz de la CUT'. Sefr aÌ an
que ésta "está representada por dirigentes sindicales
combativos, que durante los af,os difíciles de la dictadu-
ra disputaron, indiüduaÌmente, un espacio en elinterior
de las direcciones conservadoras, conciliadoras o nítida-
mente pelegaso, dentro de las cuales varios "avanzaron
gradualmente hasta la conquista de la mayorÍa en la
dirección de sus sindicatos", como fue el caso de Lulq en
el sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do
Campo.
Desfigurando la realidad, en perjuicio inclusive del
propio pasado de combativos militantes del niovimiento
obrero que, juntamente con decenas de otros compaúe-
ros, percibieron en la época el desplazamiento de secto-
res de la burocracia sindical en dirección a una aìianza
con el moümiento de las oposiciones como una forma de
alcanzar sus propios objetivos frente alaluchainterna
que se desarrollaba en eÌ interior de los aparatos sindi-
cales, Neto y Giannotti presentan la alianza formadapor
esos dos movimientos en torno a la construcción de la
CUTcomo una perfecta comunión de intereses en pro de
la construcción de un sindicaÌismo cÌasista.
Ocultan que el principal objetivo de la llamada "ola
auténtica.o de la burocracia, encabezada por LuÌa, fue
desde el primer momento buscar una unificación con los
sectores pelegos, interventores del régimen militar y Ìos
staìinistas, en una central común, oúnica", de todos los
sectores del movimento sindical, Ìo que sólo se mostró
imposible frente al desacuerdo de esos sectores en conce-
der a los nauünticos'(entoncês en alianza con la oposi-
ción) una mayor representación en el interior de la Cen-
tral, en la medida en que se oponÍan a la participación en
los Congresos e instancias dirigentes de la central a ser
creada, de los deìegados de base electos por la oposición
al margen y en contra de las direcsiones sindicales.
De esta fofrna, colocan en eÌ rnismq nivel y con los
mismos objetivos la parüicipación de las dos 'raúces" en la
construcción de la Õentral, seflalando que si por un Ìado
la "fuente de las oposiciones trajo al seno de la CUT una
crítica arrasadora de la vieja estructura sinücal, la
necesidad d.e total ruptura dél Estado,fin del populismo,
en defensa det Marxflsmoo
E
énfasis en la paúicipación de la base en la üda sindical,
destacando a la Comisión de Fábrica como
(escuela
de
poder obrero'; por otro lado, "la fuente de los
sindicalistas'auténticos' trajo para la CUT su práctica de
grandiosas moülizaciones de masas, su capacidad de
poner en funcionamiento la máquina sindical en función
de la organización de las luchas".
Ausencia de una política
El expresivo ascenso obrero iniciado a fines de la
década del '70, con expresivas movilizaciones obreras,
todas realizadas en contra de las direcciones sindicales,
"auténtica,s" o pelegas, provocó una división en el interior
de la burocracia.
Un sector de la burocracia, por cuestiones de sobreü-
vencia frente a las enormes movilizaciones obreras que
amenazaban barrer con los pelegos de los sindicatos
-y
asÍ lo hizo en centenares de elÌos en los aflos posterio-
res- acompafló al movimiento obrero. Esta burocracia
no.uténtica"
no entró en este moümiento como un mero
aliado de las reiündicaciones del movimiento obrero.
Tampoco se colocaba este sector como aliado incondicio-
nal de los organismos independientes creados por la
vanguardia en sus últimos aios de lucha,las Comisiones
de Fábrica y las oposiciones sindicales clasistas, que
tenían como uno de sus principales objetivos la indepen-
dencia de los sindicatos del Estado, la libertad de organi-
zacióny de expresión política y sindical.
hesionada por un lado por la burocracia sindical
tutelada por el régimen militar (interventores) y porlos
sectores "refonni sta. s' (stalinistas) que buscaban eütar
cualquier alteración en el cuadropolÍticoügentebuscan-
do colaborar con el proyecto polÍtico del régimen militar
de "apertttrct, lenta y gradualn, y, por otro lado por las
combativas moülizaciones obreras que expresaban una
tendencia de conjunto de las masas explotadas a salir a
Ia ìucha por sus reivindicaciones contra la dictadura
militar, el'ala atrténtica'buscó, por todos los medios,
llegar a un acuerdo con el peleguismo (intentando cons-
truir con éste una central única) e imponer límites a las
movilizaciones obreras y a la destrucción de la estructu-
ralegal ügente (derrotando las huelgas metalúrgicas del
ABC del'79 y del'80, en una de las cuales negoció con el
régimen militar el fin de la huelga a cambio del fin de la
intervención en el sindicato; oponiéndose a las comisío-
nes de fábrica creadas al margen del sindicato y procu-
rando estructurarlas como órgano de representación del
sindicato dentro de las fábricas, etc...).
De esta forma, este sector de la burocracia buscaba
también fortalecerse como fracción del movimiento sin-
dical para poder, junto al gobierno militar y junto a la
estructura sindicaÌ ügente, intentar alcanzar sus objeti-
vos polÍticos negados por el régimen militar: participa-
ción en la elaboración de la política salarial y económica,
en la legislación sindical, de ley de huelga, etc. y hoy,
satisfechos parcialmente, se materializan en el reconoci-
miento de la CUT como central oficial, en la política de
entendimiento (en tanto que orepresettta.ntes de los tra-
baja.d.ores"), en la alianza con empresas y gobiernos
nsolueio.
burgueses en los foros sectoriales que discuten
nes comu.neso para empresarios y trabajadores frente a la
crisis, etc.
El alineamiento "acrítico de Gioannotti y Neto, y a
 Abril de 1992 'aõo 1 'Ns 4
en ôefensa üel DGarxflsuoo
E
operado intrumento de transmisión de I a políti ca de la burocracia
veces hasta exagerado frente al desplazamie-nto
l" burocracia cãmandado por Lulan -i"ai."f "auténtica'', a la cual combatieron en aquel
cualida-
ã;;";"*-"".t"t"d"
""i la rendición de los lÍderes de las oposiciones ;;;;;t", ;"etenden atribuirle determinadas profundamente
que frente a sus limitaciones políticas se ã;;.ã;;.ã" de poder presentar como
;;iil"i;i;fl,reici* dá oste sobre Ìa central unica de
"iïArJ"",
confundieron y se curvaron ante las direcciones
de Ìos
'"- TYabajadores.
los
--A;;;; de una reÌación inicialmente marcada por
"auténtieos". S"ãlã
uel
nacimiento y consoÌidación de la CUT
el nivel
de cada ,oto ií""o" po"ibl". gracias aia existencia' en
"ifos,
innunïerables choques en función de la situación Partido de los Thaba-
rátú", f" situación nunca llegó-a un punto en que las
;;út;;;;;ral, del itogr.-t deì
l

política a la í"a"".t,ï"" aetánaiâ esãindependencia de clase"'AsÍ es

ooosiciones presentasen unJalturnativa
el programa pequeõo-burgués' dem ocrati-
ú"""".*ti" lulista, lo que expresaba la carencia' por ;;;;;di" ã.*" aA PT, que tãnía como ã;" tu bú*qotdade "partici-
a" éstas de una polÍtica propia consecuente' trúajadãres en el Estado"' o sea' la
""rt"
'-iiH; imporcante lirrútacion estaba determinada por rï.io"oãfitila de los
(si ndi caÌi s-
1" i**d;;;cia poÌítica de la vanguardia en
formación ãi"li.ip".r o" poÌítica de su s " rep re s entl'núes" estructuras del
ìas
i*" to.ftu" obrãras y principalmente por el fracaso de il,;;i;*.ntarios),
apartadôs de
burgues?
"n (morenistas' lamber- ood"ï po, el régimen *iÌitut y pot la oposición
íì úii*a"' entoncàs existõnte y en-presentar iËüòË;;;-;fË.,.d" capitãÌista sin la por necesidad deì
ii"t.r, -""a"üstas, castristas maoístas) de éste y dã su sustitución un Estado
;;Ë*p";ú poutit* de clàse frente al fracaso del derrocamiento Ìos trabajadores de la
stalinismì (entonces aliado de los pelegos y dela"aper'
;ü;;;;; .on on gobienrã propio de
y del camPo.
tirà a"**raüca' delrégimen mititar) y de ìas preten- ciudad ---
to. autorãs seflalasen al PI como defensor de la
auténtica' Qn"
*--ii;;i;q"ierda
siones de la burocracia
lna"ìããencia de cÌase hace doce aflos ya seía' por lo
osciló entre una política de totaÌ capi-
distorsión de ìa realidad' Lo más
t"f*iã" V'"poyo cr{tico a la política tttzada por la ;;;;il;rofunda
y srave. sin .*b^rgo, es que ìo que hacen en -1991' cuando
ú"to*"."i" oã'uíéntica" y una polÍtica abstencionista ÍaevoÍución deÌ PTposibilitó a su dirección
(hegemontza'
ãrrãrrto:r"t" de construõciÍn de "sindicatos paralclos"' por Ìos mismos õctores desde su fundaçión) materia'
ã"" de la misma polÍtica de rehuir la lucha ãa
política, Ìa de defensa del
verdadera estrategia
:""to . i* u"nguardia de la cÌáse obrera que buscaba una úzâr "o democrático y del-Estado burgués y-de la cola-
"oi*"t"s
""r" ãt"*"tiã d" *o estructuración en cuanto clase' a
partir de sus propias experiencias de lucha' ;;?;.tó" ãã.ú"." de Íos trabajadores con la burguesía'
"ãnirn"n
ã"-fo"ttt" de no dejar ninguna duda a quien busque
de üsta
caracterizar ìa situáción de aquét desde el punto
El PaPel del PT de los trabajadores'
- los intereses
de
pt de elase" ptesentado por
los Tlabajadores Èf dela"ind'epend'en'cia
Al analizar el papel del Partido de ãtig"";". ãeta C'UtPeÌa Base, es el {I tu-e narticinó
Ë*"tt"ccion dè la CUT y en su trayectoria poste- f"t
aïf . de la Constitución del Estado burgués
"tt los autores recurren a un profundo
rior, enmascara-
"fãUo""ción
que en las intendencias usó el aparato del Esta-
;ì;;il ie la realidad, construyendoéste' una-verdadera lSZfSSl;
à", úLi""ao a la policía y a lajusticia, para reprimir a
*i"úfi."ti0" acerca de Ìa estrategia de Parahacer-
y dirìgentes sindieales y popuìares que
iã,êiãi*ãtti y N"to, llegan 1u-evlmente a alterar los triUãiuaãt"t ateniado cãntra el "orden" con sus huelgas y
tt"ttlot de lahistoria poUúca de la clase obrerabrasileía habrÍãn
aipunto de qúe "porPrimera-vez lostrabajadores o-.üt.io"""; es el PT que en las disputas electoraÌes y en
"firmar utt pártido' el Partido de los Tla- su ãctuaciOn cotidiana escogió como estrat-egia' no.el
brãsilef,os construyen deìos trabaja-
bajadores".
i*p"úã" f t organización inãependiente
los partidos
" la ãore", sino frenies populares y iosforos con
Con tal afirmación no pretenden solamente borrar responsabìes por la poìúicade
,, sobiernos burgueses
historia de las ricas expãriencias políticas-de la clase mavoria de la pobÌación; es eì PT
;;;;; ;;""nstruir una organizaciól Partidaria propia í,"ï[tïv írt"tiã a.la
q"" saìario mínimo inferior a 100 dólares y que
;;Jiiã; 1922 conlafundãción deÌ PartidodeComunista la Revolu-
"ot.
defrende ""
en este momento la reglamentación deì derecho
ãËt grasil (PCB), impulsada por la üctoria su limitaciónl para evitar los "ebu'sos"
rio" â" õ"t"U"ã. Ua" q,t" ãto, pretenden- reforzar la ã;it""lg;,; sea'
."*"tia""t por Ìos trabajadoreJ en su lucha cotra Ìa
por innumerables sectores diri-o'lntes-y
-i"U.u sreada âet Pf, de que éste habríasido*abajo el fruto de explotación
----Àtnqrr. caPitalista.
ã;ï;iã;;;Ja para destaquen como positivaÌainfluencia del PÏ
út ú""ïgu", surgido .omã un partido dela realidad de ì. CUT, los autores seõaÌan como uno de los
ít".b" forma buscan ocultar
"*iti; "Jt" "obre
orincipios de Ia Central la "autonomía de los sindicatos
orr" pt de la articulación polÍtica de sectores de
"t "otgió
tú"to."uti""tindical (los * auténticos) conorganizacio' ã";;.';ios p.rtidos poìíticos"' Una vez más niegan del PI
*" áã irq"i"rda, sectores de la inteÌectualidad pequeflo- .ì""ir" que rËalment" ãto""t Ìa preponderancia política de colabo-
obrero y ,oï"" t. ôUt y, consecuente*et't", lá
üduÃi que buscaron apoy-aïsê en el.ascenso como Lula t.tiAtt a" de sus direcciones, lo cuaÌ nadatiene
que
;-;t;;dáo de algunos lideres sindicales "t"."s la interfe-
al fracaso del provecto de ;;; "sind.icalismo elnsistaí y "libre de
;;; ;;;;ï"a albïnativa sectores del ,"o"ii ";
aa Atüado" que los compafieros también apuntan
construcción de un partido popular con princiPios de la CUT'
como
it-nfi cuat la mÃyoría abrumadora de los impulso-
"" "f
- -- ãà iry rt.uia militãdo
iã" o al cual húía apovado'
Presentando un origen irreaÌ del PÏ, los autores
que "Por la Base" Y democrât'íca
de-este paúido senegaron a dar una
en los primeros af,os
!t era un Para los autores, la CUT se constituyó en un verda-
lucha potítica en su interior por entender que éste
ti
I't)
Abril de 1992 . aão 1 . Ne 4
dero modelo de democracia obrera, con principios de un
"sindicalismo enraizado en Ìa base y no de cúpuÌa", que
privilegia la participación de labase en todas sus instan-
cias, y la "democracia interna en las instancias de la
Central". Hacen apenas la salvedad de que "a medida
que los afros pasan, se observa en la CUT el surgimiento
de unatendencia que pretende cambiar estos principios
y aplicar una forma de dirección supercentralizada",
agregando que "aparecen de formatímida, casi como un
globo de ensayo, propuestas de acabar con la proporcio-
nalidad, esto es, tàrminar con el derecho de repreenta-
ción proporcionaì de las voces discordantes de la mayo-
ría", de "disminuir el peso de particpación de labase en
los congresos y en varias instancias de la CUT'y mas
"específicamente de ìas oposiciones sindicales, uno delos
dos polos constituyentes de la CUT en 1983".
Para colocarse al frente del gigantesco moúmiento
antiburocrático, expresado en las huelgas y recambio de
las direcciones, en Ia formación de las Comisiones de
fábricas y de las oposiciones sindicales, los dirigentes
sindicales "a.uténtiros" admitieron, en los primeros aflos
de existencia de la CUT, convivir con una serie de normas
de funcionamiento, que a pesar de los límites impuestos,
garantizaron la construcción de la CUT con amplias
características democráticas en su funcionamiento,
principalmente en realación a los aparatos burocráticos
constituidos por el Estado como supuestos representan-
tes de los trabajadores (federaciones, confederaciones,
etc). Se realizaban congresos anuales (nacional, estatal
y regional) y plenarios con delegados elegídos en as'am-
bìeas de base, convocadas por las direcciones o por las
oposiciones, bajo el criterio de la proporcionaüdad del
número de trabajadores existente en la base de eada
gremio y del número de trabajadores y activistas que
participasen de las asambleas. Esto permitió que el
sector más combativo del movimiento obrero organizado
de la CUI las oposiciones sindicales, tuviesen un peso
decisivo en la polítiea y en la estructura de la CUI que
sólo no era mayor debido a la ausencia de una política
independiente de su dirección en relación al ala*autén-
tica'de la burocracia. La oposición de los metalúrgicos
de San Pabìo mayor sindicato obrero del país y
-elluchas
vanguardia de las antiburocráticas en el país, por
ejemplo, tenÍala mayor representación en los principales
congresos de la Central.
Parala burocracia oauténticoo, sin embargo, estas
oprirrcipia"
caracterÍsticas democráticas lejos de ser un
constitúa una forma intermedia de garantizar su
dominación sobre este movimiento, imponiéndole res-
tricciones, y utilizándolo para conquistar un mayor
espacio en su disputa por la hegemonÍa del movimiento
sindical con las otras alas del sindicalismo, con el objeti-
vo de colocarse como intermediaria de los trabajadores
frente al Estado y la patronal. Por otro lado , esta"dzrno-
cracia" en elinterior de la central se presentaba como un
obstrículo, en la medida en que concedía largos espacios
a la participaeión de la base, que chocaban cada vez más
con las posiciones proburguesas de la dirección de la
Central. Por esomismo, enlamedida en que consolidó su
dominio dentro de la Central y realizó por medio de ésta
su proyecto inicial (reconocimiento por el Estado, hege-
monía sobre las otras alas de laburocraci a,odcsmantela'
rniento" polÍtico de innumerables alas opositoras en el
interior de la central, etc,) la burocracia no tuvo, ni tiene,
en defensa dêl Manxflsmoo
dudas en atacar violentamente estaodemocra.cia'" y d.e
reducirla drásti camente,
*El peor
ciego es elque na quiere uer". Al presentarlos
ataques del sectormayoritario de la dirección de la CUt
la Articulación y sus aliados, a la democracia en su
interior como una acciín *tírnida'y nconlo u.n globo de
ensego'rlos autores expresan una ênorÍne miopía políti-
ca.
Las alteraciones en el funcionaÌniento de la Cenüral,
impuestos en el momento en que Articulación comenza-
ba a perder la mayoría en el interior de la Central,
materializadas en la aprobación de ìos nuevos estatutos
de Ìa Central en su III Congreso Nacional (Concut), en
1988, son la oÍìcialización de un proceso de burocratiza-
ción en el interior de la misma. Estos le quitan casi
totalmente el poder sobre las decisiones a las bases
obreras .
Los congtesos nacionales pasan a serrealizados cada
tres aflos, perdiendo cualquier caracterÍstica de foro
centralizado de las luchas obreras; las oposiciones sindi-
cales son prácticamente proscriptas de la CUT por una
serie de medidas, tales como establecer sus representa-
ciones en los congresos sobre labase del número de votos
obtenidos en las elecciones sindicales, elecciones estas
invariablemente antidemocráticas y conducidas por
pelegos; los congresos tienen sus rêpresentaciones redu-
cidas drásticamente y, lo que es más importante, el
criterio representación en el interior de la central pasa
de
a estar ünculado al número de trabajadores sindicaliza-
dos en la base de cada sindicato, en un país donde en la
mayorÍa de éstos el porcentual de sindicalización no
alcanza al20Vo.
De esta forma, lejos de ser un "globo d.e ensayo",las
modificaciones en el interior de Ìa CUt a partir de sus
estatutos, constituyen un operativo de burocratización
de la Central y de reducción de la presión de clase deì
moümiento obrero sobre su dirección, la cual queda de
esta forma con monos impedimentos para dar continui-
dad a su política de integración aì Estado, de coÌabora-
ción de clases conlaburguesíay debuscarun acuerdo con
los antiguos pelegos, hoyminoritarios en eÌ movimiento
sindical, en eì sentido de la reestructuración burocrática
del movimiento sindical.
Internacionalismo y Socialismo
El "internacionaìismo sin alineamientos" es apunta-
do porlos autores como otra característica de la Central,
quienes apuntan como otro mérito de ésta su "equidis-
tancia de las tres centrales mundiales: la CIOSL, la
FSM,la CMT'.
Pero la CUI en su reciente Pìenario Nacional, acaba
de afiliarse a la CIOSL. Si bien el libro precede estos
acontecimientos, ni de lejos es verdad que la posición de
la dirección de la CUT fu e de "equidistancia' enrelacíón
a los aparatos burocráticos sindicales mundiales. Por
intereses materiales (entiéndase fi nanciamientos exter-
nos) y polÍticos, la burocracia cutista siempre buscó
mantener relaciones con todas las centrales, principal-
mente la socialdemócrata, CIOSL y la pro-soviética,
FMS. Es por demás conocido en el moúmento obrero
brasilef,o el hecho de que, en los momentos que antece-
dieron al derrumbe dei Muro de Berlín, dirigentes de la
CUTy del Pï se encontraban en esa ciudad en cursos de
 en d€fensa det üfianxflsmoo
formación ofrecidos por un instituto ligado al PC local,
sólo para citar un ejemplo de las estrechas Ìigazones de
sectores dirigentes de la Central con las diferentes buro-
cracias del Este, de la URSS, de Cuba, etc.
Por otro lado, la CIOSL constituye, desde hace ya
varios aflos, la prineipal fuente de recursos externos
utilizados en proyectos de Ia Central y ni siquiera el más
estúpido de los mortales creería que la Centraì sindical
úncúláda a los partidos imperiaÌistas social-demócratas
Una historia del PS chileno
"Historia del Partido Socialista de Chile". Julio CésarJobet.
Documentos/Santiago de Chile - Prólogo de Ricardo Núfie2.
En la historiografia del movimiento obrero y \a iz-
quierda chilenos, esta obra de Jobet es considerada un
ncld.s
ico". Aunque só}o abarca hasta el inicio de la Unidad
Popular y su autor falleció en 1979, la "Historia" fue
reeditada en las postrimerías del gobierno pinochetista,
cuando decir del prologrrista Ricardo Núfiez- el
-alchiìeno atravesaba "una de sus más grandes
socialismo
crisis que haya úvido a través de su historia". El libro de
Jobet es, fundamentalmente, un compendio riguroso de
los sucesivos Congresos partidarios, de sus debates y
resoluciones. EÌ carácter de la revolución chilena, eÌ
problema del frentismo y el internacionaìismo, son
temas recurrentes del libro de Jobet, militante socialista
situado en el "al'a izquierda" de su partido'
Oríge-nes
Nacionalmente, el marco histórieo del surgimiento
del PS está dado por el dermmbe de la dictadura proim-
perialista de Ibáiez (1931), enmedio de unageneraliza-
óion de ìas luchas obreras y populares. Intemacional-
mente, la crisismundiaì capitaìistaestrechalas perspec-
tivas del régimen entregu.ista chileno. Pero, a Ia vez, los
elementos activos de Ia intelectualidad y el moümiento
obrero asisten ala degeneración stalinistay susrepercu-
siones sobre los partidos comunistas del mundo (entre
ellos el chileno).
En 1932, elementos de la intelectualidad marxista y
una fracción militar nacionalista se unirán para protago-
nizatri"putscá": en sus doce dÍas deüda,\a"reuohrción
socialista" del 4 dejunio de ese aflo propondráun conjun-
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 4
de Europa (la CIOSL) invertiría sus recursos en favor de
direcciones sindicales "egrz idistan'tes".La afiliación de la
CUT a este aparato capitalista es eÌ resultado de la
poÌítica anterior y de la desintegración de los aparatos
*taìinistas, entre ellos el FSM (la CMT desdehace mucho
tiene apenas una existencia formal)' Representa la
extensión de la política de colaboración de cÌases de la
fracción mayoritaria de la CUT y del PT en el terreno
internacionaì.
Carlos Antonio Silua
to de nacionaÌizaeiones y estatizaciones como respuesta
a la crisis general. A pesar de su fracaso, eÌ programa y
los hombres de la asonadafundarán, un aflo después' el
Paúido Socialista de Chile.
En su programa de fundación, los socialistas propon-
drán la planificación económica integral desde el Estado.
Su declaración de principios llegará a sefralar que "du-
rante el período de transformación total del sistema es
necesaria una dictadura de Ìos trabajadores organiza-
dos" ya que la "transformación evolutiva deÌ sistema
democrático no es posible". Sin embargo, los fundadores
del PS eluden un balance del moümiento obrero interna-
cional y de sus corrientes: el PSCh "repudiaba por igual
ala Segunda Internacional, conciliadora y reformista; y
alatercera Internacional, por su seetarismo exclusiüsta
y dependencia det PC Rusoo, para concÌuir que "no
reconocerá otra acción internacional que la que dirijan
los propios trabajadores deAmérÍca". Al mismo tiempo,
se pronunciaba por una'economía continental antiimpe'
rialista". Este era el significado de Ìa consigna de "Con-
federación de Repúblicas Socialistas del Continente". A
pesar de las invocaciones al socialismo, el PSCh sofiaba
ãon la "patria grande" o "nación latinoamerican<t" de
todos los nacionalistas burgueses o pequeflo burgueses
del continente. La prueba de Ìalucha de clases demostra-
úa, precisamente, que el PS serÍa incapaz de superar las
limitaciones políticas de la pequeflo burguesía.
La cuestión del frentismo
En el derrotero de los congresos socialistas, Jobet de-
muestra que óstos fueron dominados por una cuestión: el
carácter deÌ frente que debía impulsar el PS con otros
agrupamientos obreros o populares.
 Abril de 1992. aõo 1 . Ne 4
_ ,El primero de estos debates se producirá en úsperas
de las eìecciones
presidenciaÌes de i98g. Inicialmente, el
PS opondrá ìa política del "BÌock de Izquierda" a la áel
FYentePopuÌar,-que promoúan el pC y un ala del partido
Radical. Para el PS---segrin JobeË aceptar el Frente
Popular "significaba reviializar al partidã Radical, res_
ponsable de innumerables atropellos contra las cÍases
trabajarloras". Aunque el partidã incialmente procìama
sus propioS candidatos, aceptaráluego concurriry disci-
plinarse a una convención de izquierãas que proclamará
al radicalAguirre Cerdá... El PS declinarã sú candidato,
para sumarse a Ìa campaf,a luego al gobiemo_ de
-y con-un
Aguirre Cerdá. La colaboraciOn goibi""rro que se
mostró, desde el vamos, impotente frente a la oligarquía
y aì ìmperiaìismo, no tardará en desatar la primera
escisión partidaria: "en el país se manifestaba unarepul_
sa franca al carácter burgués del Frente popular, y eì
el
seno del PS se generalizaba un sentimientoìe r".iraro
la orientación de la dirección oficial" (Jobet). Aunque el"
PS se retira del FP en 1941, la Sndependencia pol'ítica"
sólo subsiste durante las elecciones parlamentarias de
ese aflo... Luego, eÌ PS vuelve al gobierno, colaboración
que se continúa con el sucesor de Aguirre Cerdá y el Fp,
la "Alianza Democrática". Según Íobet, entre -Lg4L y
1945 el PS "pasó de una escìsión a otra, hasta caji
desintegrarse". En esas condiciones, el pS no paúicipa
del gobierno de fu nidad nacional" (radical-comunista) ãe
Gonzâlez Videla (1946-52),pero actúa oen el sentido de
ayudar programa de su agitación
-lJ 9llnptimiento deì
electoraìn. (El gobierno de Gonzãez Videla desátará, a
poco de andar, una desenfrenada represión contra la
izquierda y las organizaciones obreras).
Realizando un balance de esta etapa, Jobet conclúrá
en que "el viraje reaccionario de Gonzáìez Videla canceló,
en eÌ más rotundo fracaso, la poÌítica reformistay colúo-
racionista traducida en ìas combinaciones dã Frente
P_opular, Alianza Democrática y Unidad Nacional.
Un
decenio de colaboración política de los paúidos obreros
con los partidos demo-búrgueses quedó sepultado en la
traicionera entrega del radicalismã a la reãcción feudo_
clerical imperialista". Lo que Jobet no consigue explicar
9-s qué condujo al PSCh de ìa defensa fõrmat ãe ìa
"indep_endencia política" a la capitulación sistemática
ante eì ÍÌentepopuÌisrno.
Au!queJobet afirmaque apartirde 1g4Z se abre una
etapa de aenacimiento" del pSCh, el oCongreso prográ-
*r"gr"SOn
matico" de ese afro impone una abierta ae
posiciones políticas: se aprueba un programa d'e naciona-
lizaciones en base a eipropiaciorr".-pug.". Las refe_
rencÍas al control obrero sonieemplazaãal por la "parti_
cipación obrera en la dirección y uúlidades áe las empre-
saso, es decir la colaboración obrero_patronal. En
un
congïeso Ìatinoamericano de tendencias socialistas
(1946) participarán el ApRA peruano y la AD
-donde_
venezolana- el PSCh acordará que "la transformación y
el progreso deAmérica Latinay su participación en una
nueva organización mundial requieren la únidad econó_
micaypolítica de las naciones que laintegran". El apoyo
al npana.tnericanismoo burguéJ precedió ãl voto y p;ú_
cipación minióteriat del PSbh en el gobierno nacionalis-
ta burgués áe Cartos lbáfle2, quien üpidamenL declarO
Ìa guerra a lad'organizacionãs sinaicates y reabrió Ìa
pen_etración
í,el imperialismo yanqui.
Según Joliel, hacia 1g55 "los socialistas considera_
en defensa det Manxüsmoo
E
ban agotada la experiencia de los frentes con los partidos
DuÌguesês, porque éstos sirven ainúereses opuestos a
las
masaa y son causantes de su explotación... únicamente
gn felt-e de paÉidos obreros y ta CUT, un Frente de
lÌabajadores, podría conducir, sin claudicaciones, una
polÍtica de clase...". Sobre estabase se creará el F rente
de
Acción Popular (FRAP) en 1g56, con el pC y otros
agrupamientos menoÌes de la izquierda. A pãsar de
_êncarnar, para el PSCh, el ïrente de clase", el FRÂp sólo
lÌamará_"a la lucha por un programa antimperialista,
antioligárquicoy antifeudal", esáecir, burzueJ. H FRAP
servirá a los sucesivos intentos electoralà de Salvador
Aìlende, hasta constituir Ìa base de la Unidad popular:
en 1967, un congreso deÌ pS vuelve a plantear la cuãstión
!e1üsta, y aleúa contra la incorpãración del paúido
fa{ica] ?I.TIAP,ya que lejos de fortalecer a laizquier-
da, Ìa debilita enorrnemente y signiÍica asegurar áúifi-
cialme,nte la supervivencia de uã paúido Jaduco". Dos
af,os después, se formará la Up al incorporarse... el
radicalismo a las fuerzas deÌ FRAp: Jobet no encuentra
colisión entre-la UPy la polÍtica del "Frente de Trabaja_
dores", considerando eÌ progreso de la "posición de iz_
quierda del radicalismoy su depuracióninterna at elimi_
nar a su sector burgués",
El ìibro deJobet no agotala experiencia delaU! ysu
,"ulol "9 sobreüüó al pinochetismo. De haberlo tráãtro,
!"Y" tenido que balancear la más trágjcaexperÍencia
de FYente
fofular donde el gobiernoãe los partidos
obreros
pavimentó -alel respetar a los explotadores y su Éstado_
camino de la contranevolución pinochetis-
ta. Pero su libro brinda las cÌaves p.". .o*i"".der las
limitaciones del PSCh y de su estrâtegia frentista: para
Jobet, ésta reside en ei "rechazo inn"ïUie a' ia alianza
con los partidos políticos centristas, en cuyo seno se
encuentran representados amplios sectores de la bur_
guesÍa progresista', aÌ tiempo que declara al pS nenemi_
go de tales combinaciones por estimarìas trampas perju-
diciales para el desarroÌlo del moümiento popuiar". pãra
JoF9l V su paúido, la cuestión de la independencia
política y del frentismo residen en el mero
"rechazo de
combinacion^es políticas" con Ìa burguesía. Bastaría, por
.lo tanto, un frente de partidos declarados obreros __*on
la ausencia ffsica formal-de representantes de los explo_
tadores-paraimprimirle al mismo un carácter clasista
o revolucionario.
fue prisionero de una üsión superficial y
- El-P,SCh
formaì de la cuestión frentista (del otro tado de la cordi-
llera, otros izquierdistas le han extendido ceúificados
"clasistas" a combinaciones electoraìes similares). El
carácter de un frente, sin embargo, debe considerarse a
la ìuz-de su programa y de ìos irótodo. que propugna
para desenvolverlo.
Eì PS nació con una concepción polÍtica nacionalista
y. democratizante, bien que li misma fue ocuttada
baio
ciertos clichés "iaquierdistas'. Cuando capituló ante los
frentes populares de los aõos .80 y,40, fue sencillamente
porque la estrategia política de ios mismos no era
dife_
rente a la del propio PS y no halló, por Ìo tanto, motivos
de fondo para delimitarse y luchar cànha los mismos.
En
_esas
condiciones, atribuyó el fracaso de estos gobiernos a
la furesencia de los_partidos burgueses y ,rï. p".*orr"-
ros". Luego, cuando Ia radicalizacíón de lás masas ya no
admiffa ni a estos últimos, fueron los propios p.rtido*
obreros quienes tomaron en sus manos la djfensa a
 en d,efensa ôeI ilfianxflsnoo
uìtranza del Estado burgués (UP). Los sucesivos debates
frentistas combinaciones cênsuradas por Jobet-
-ylas
sólo se desarrollan en el plano electoral, lo que ya delata
el estrecho campo de miras de la política del socialisrno
chileno. Pero, len qué residieron sus limitaciones pro-
gramáticas?
" El carácter de la revolución
Oscar Ìffaiss, un teórico del socialismo chiÌeno, sefra-
laba en 1953 que oÌa revolución latinoamericana es un
suceso histórico cuyo propio desarrollo obedece a leyes
también propias, extraídas de su dinámica interna".
Esta posición reiterada en los documentos
-largamente
del PSCh- es clásica del nacionalismo burgués o peque-
fro burgués continental: la pretensión de encontrar un
camino propio frente a las fuerzas sociales fundamenta-
les de la sociedad capitalista- el imperiaìismo y Ìa clase
obrera- cuyo desarrollo ya ha traspuesto largamente
Esla
las fronteras nacionales y los'bloques regiona-les".
unidad dela economíaylaluchade clasesmundial la que
eÌimina, en la era del imperialismo, la distinción entre
naciones maduras o inmaduras parala revolución: en Ìas
I naciones atrasadas, la revolución proletaria hará de las
I
tareas nacionales y democráticas un episodio de su
'i
propia revolución, que sólo tiene porvenir como parte de
:.1
Ia lucha internacional por la expropiación del capital. El
PSCh renegó desde eÌ varnos del internacionalis-
-que en cambio, caracterízat a la revolución
mo- intentó,
chiìena o latinoamericana eÌudiendo aquella considera-
ción crucial. AsÍ, cuando quiso diferenciarse del PC -1ue
propugrraba el frente popular y Ìa revolución democráti-
ca- eÌ PSCh pretendió seõalar el carácter "socialista" de
la revoÌución a partir de factores puramente nacionales:
principalmente, el carácter "raqútico y entreguista de la
burguesÍa nacional". Pero esta condición de los explota-
dores nativos es el resultado de la penetración imperia-
lista, que ha cancelado la posibilidad de un amplio
desarrolÌo capitalista autónomo. En cambio, si el atraso
chileno y el parasitismo de su burguesía es un factor
"específico y propioo, entonces queda en pie la posibilidad
de un capitalismo "nacionaÌ e independiente"... impulsa-
do desde el Estado. La Aevolución socialista" que pro-
pugnó el PS no superó nunca al estatismo, es decir, a la
pretensión de la pequefio burguesía de supÌir ìas
paìancas del aparato estatal- a la burguesía -connacional
en eÌ proceso de acumulación capitalista. Esta fue la
intentona de ìos ministros socialistas del Frente Popular
de 1938, que luego se reeditó bajo la UP. Un autor
contempóraneo al FP de Aguirre Cerdá resefró de este
modo la función de la Corfo (Corporación de Fomento)
creada por inspiración sociaÌista: la "a5ruda y afluencia
deì capital estatal al capital privado, mediante el otorga-
miento de préstamos, impoúación de maquinarias, y eÌ
establecimiento de nuevas industrias. Establecía la cola-
boración del Estado con la iniciativa privada, bajo la
orientación del Estado". (Bermúdez Miral, Sl drama
político de Chile').
Pretendiendo la "independencia respecto de los gtan-
des bloques internacionales de podern, el PSCh fue un
rehén de todos ellos: en 1940, el socialista Schnake
ministro del FP- suscribe un acuêrdo de aprovisiona- - dictadura del proletariado y la revolueión socialista
miento de materias primas y salitre- al impe-
-cobre
t
II
I
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Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 4
rialismo yanqui: poco después, un Congreso del PSCh
propicia la ruptura de relaciones con el Eje "sobre bases
y condiciones que dieran a Chile la seguridad de una
amplia y efectiva colaboración finaneiera de Ìos EE.UU.
para ampliar su economía" (Jobet). (Varias décadas
antes que los Lagos y Núíez del actual
gobierno de "Concertación" con-miembros
la democracia cristia-
na- propugnen la nrnodernización" de la mano del
imperialismo, los fundadores del PSCh ya habían ensa-
yado ese camino).
Las mismas ilusiones fueron recorridas respecto del
stalinismo: en 1941, eÌ PS rompe el Frente Popular con
el PC a raíz del pacto Hitler-Stalin... y de las ilusiones
socialistas en el imperialismo yanqui. Luego, las reÌacio-
nes de ambos partidos se recomponen en el realinea-
miento común con el imperiaÌismo "democrcítico". En
1956, el PS caracterizarâ a la ascensión de l(ruschev
abriendo un leríodo de progresiva democratización del
régimen".
Raúl Ampuero teórico y dirigente socia-
lista época- -principal
de ìa propugnará "una integración demo-
crática del socialismo internacional, que incorpore al
frente anticapitalista a todas las fuerzas antimperialis-
tas, aún cuando sus objetivosinmediatosy expresosno se
propongan el establecimiento de una sociedad integral-
mente socialista". Eì PSCh postulaba colocar a los movi-
mientos nacionaìistas de los países coloniales'.. bqjo la
égida de la burocracia rusa,
Conclusión
La historia del PS es la de todos los virajes e ilusiones
de la pequeflo burguesía izqúerdista chilena que se
voÌcó, alternativamente, hacia el nacionalismo burgués,
elimperialismo o el staÌinismo. EIPSCh es unatentativa
más de colocar a la cÌase obrera (o a una fracción de ella)
bajo la dirección de Ìa pequeflo burguesía democratizan-
te. Este esfuerzo exige, necesaúamente, servirse de una
eierta verborragia de "izquierda" y aún trotskyzante,
que nunca puede ser confundida con una genuina
evolución hacia posiciones revolucionarias.
En la actualidad, el PSCh es el más firme defensor de
la continuidad del rumbo económico antiobrero del pino-
chetismo, el que garantizaría sus teóricos- un
odaloroso pero trânsito -según
la modernización capita-
finne" a
lista. Esta política está en abierto choque con las reivin-
dicaciones de las camadas de obreros y jóvenes que
acudieron aÌ PS, principalmente, en las postrimerías del
gobierno de Pinochet. Existe, en ese sector, un vivo
debate sobre el rumbo del partido. AÌgunos eÌementos
reivindican "el retorno a las bases fundaeionales del
PSCh". Otro sector sindical yjuvenil (en conjunción con
elementos independientes o desencantados deÌ PC) pro-
pone la formación de un PI "lulista". Pero la propia
histoúa del PS es un espejo anticipado del partido de
Lula, esto es, delapretensión de colocar ala clase obrera
tras eÌ "programa.'y los métodos de la pequeflo burgue-
sÍa. La superación de esta experiencia debe dar lugar a
un partido rEvolucionario, que sêflale lag limitaciones
insúperables dela"democraciq chibnq" (y por lo tanto de
la colaboración obrera en sus gobiernos), luche por la
mundial.
Morcelo Perolto
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WISn[O Iü9 I
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