ffiffi ffiwffwffiKffiffi ffiwK

Abril 1992
XISMO
afro'l - ne 3

. Osvaldo Coggiola . 1492-1992: EÍ capitalismo festeja su senilidad .

. Claudio Katz. Crítica a la teoría de la regulación .
. Christian Rath. Congreso del PT: ;Adonde va la izquierda?.
. AHo Ramírez. El PTdespués del l"'Congrso.
. JuIô H. H4ri . Apuntes a la historia del trotskismo argentino - 2q parte .
La cuwüón boliviana (194346).
. Joqe Fi'gueroa . Manismo y realismo.
. GilkÌa ê Lüos: Golpe de agosto en la ex URSS . Partido dos Trabalhadores .
lkciones y nacionalismo ." Modernidad' .
#ffi& #etr*sa#& ffieã
WSn'IO
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Jorge Altamira (Argentina)
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#ffi f,efensa üel
WSIIO
Abrll 19Í12 Afro1-ne3 $ s.-

UVIIICE

pá9. 5
1 492-1992: El capfafsrp lesteia su senilidad
Osvaklo CogCü
pâ9.24
Críüca a h teoda ê lr rcg.kión
Claudb l€tz
pá9.38
Corgreso PT:deN Aìffim la izquierda?
Chdsüil Balh
pâ9. +4
El PTdesgréselFOoryeso
Aldo Rill̀z
- parte pá9.48
ApunÈes a h lËbüadlrctsftism argentino 20
La cxreslión bofrim (1943-{6)
Julio N.llagil
pá9.55
reËm
MarxisnP Y
Jorge Fhr:n

CrfthatbLüc
pá9.61
Lc ïrsruüÉ & Gorbachov y Shevardnadze
Joíge EÚl
pá9.64
'RepensalÚ o Socialsírp" de José Genoino
Lub(Ë
pá9.69
Una hisbriad PT
llarceb Fer&
pá9.73
'Nffimes Y mirnlsm desde 1870"
de EÍicFtoüsbant
Osìtdó Oog$oll
pá9.80
'Asedo a }r lilefuerrcid de Juan José Sebrelli
CNildb ReìÍel
Abril de 1992 ' afio 1 ' Ne 3 en defensa del ilfianxflsmoo
tr

L492-1992:
El capitalismo
festeja su senilidad
por Osvaldo Coggiola

En las ex+clcruas espafrolas de América, la llegada--{e Ìo9 europeos

ri.ãptàããìil"lr"a" ;-i de octubre) bajo el nombre de "Día de Ia Raza":
:i=b.: l: de sen'iÌismo histórico de la burguesía latinoame-
"ãËr'iri.Ã":o:
;i;;", ,^pu Ce e:-i:sar hasta ìos argumentos racistas con que fue
j".linàao'eì Compárese con los
"nnUU, aonde =1::: -cular de nuestrosucontinente.
'Columbus Doy', el mito político
la iecha"honra, con
=:s::la Destiny y sus
ã. úÍu., o -tíi-rc",: que. desde 1492, ìegitim aúasuManifest
ambiciones rn';ld-la-es- 1 .

--É; i;;;spera cei Qui:rto Centenario, la monarquía espafroÌa decidió

ua"ptÃ. áË id".l 4:" Cemocratizante en boga en las propias-entraflas del
td;;;Ë,iã;r." ,=-- bautizando a la celõbración como "Encuentro de
lai Ctt,tlUct:*..;-:". P-rdencia evitada por la Iglesia Católica que, al no
prcpic. con más cìaridad la ideología de
;;;;; ÈsúCc consigue expresar
ia cri,.tiandad capìtan'rsta. I.íiuan Pablo II saìudó en Santo Domingo a.la
;;"q"i.t" del \ueo-c 1Í'*ndo como "el surgimiento vigoroso deì universalis-
mo requerido pir Cr:s:c para su mensaJe '
Et novelisia p.t=g.^i'o Augusto Roa Bastos no tuvo dificultades en
denunciar en eÌ ìiar:aãc -Ln.o"ãt"o de culturas o encuentro de dos mundos,
dos fórmulas aur raâ< equivocadas, por compìacientes y_ ambìguas' para
rã-úr"t aquello que c,cur-rió a partir de la ìÌegada de Colón. IJna manera
vergonzosa de fuera de tiempo
ca-ul.Ìot'1ar. tardíamente' hay que
-bastante
aá.ïtfo-- eÌ trenencio choque de civiliiaciones culturas, las luchas terri-
y
ll.. .n las cuaÌes la-. ruliuras autóctonas acabaron desvastadas y sus
po.t"ã0r". =omedd.cs o aniquilados, como ocurre siempre_en Ìas guerras de
ãonqústa con sus iner-ìtabÌàs ciclos de opresión colonial. La conquista y la
coloàización del ]ìarnado \uevo Mundo ìambién están llenas de sombras,
á" i,o-à.".1- de cnmenes. Y, de hecho, no son eì etnicidio,la esclavitud-y
tu optot".ión Ìos que honran esta empresa. No se puede maquillar tan fácii-
*"ni" Ìa r'erdad histórica con medias verdades o contraverdades puramen-
te verbaìes. Encuentrt de dos mundos, encuentro de culturas' son apenas
subterfugios retóncos de una maÌa conciencia colectiva o de una todavía
;;;;Ã";a histórica que ciertosún gobiernos excesivamente contemporiza-
ãoru. ," empeflan en mãnipular de obtener el equilibrio ceÌebratorio
o conmemoiativo. sac.índole la catga de sus eÌementos polémicos, en lo
úiriã.i.r, ìo político, en ìo culturá1. EmpeRo, para decir verdad, bastan-
""
l. ã.."plo"echádo, pues deja intacto el fondo real del problema. Conocemos
;i;;ij;" de estas fO.molás de buena voìuntad, p,ero p_oco-verosímiÌes,
poã.tã, al servicio áe la causa de 1a conciliación, del o1üdo, deÌ perdón de
OU".r, Cfrãrrr^r*. T.io*ph.lir-" dechirure pÌanetaire. Le Monde Diplomatique,
"n.opeen,
París, diciembre 1991.
 en d.efensa del Dfianxflenoo Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3

la historia" (2). mográfica de ìa historia humana: la pobìación indo-

No sabemos dónde Roa Bastos consigue hallar americana, caÌcuÌada en 80 millones de personas
nbuena
uoluntad" al servicio de objetivos tan reac- en 1500, había caído a... 110 miììones en 1550! Una
cionarios. Como veremos, la matanza de indios empresa frente a cuyo horror la propia IgÌesia
tampoco se entiende sustituyendo "encuentro" pot Católica (que debe ala "conquista" su expansión
och.oqlte"
de culturas. Pero, en cualquier hipótesis, mundiaÌ) reculó de su intención de canonizar a
lo notable de este Quinto Centenario es el hecho de Isabeì de Castilla y CristobaÌ Colón. Sorprendente
la reivindicación del saqueoy deÌ genocidio colonia- sólo si no se tiene en cuenta la función de la
lista oeurridos, no por la clase dominante espaõoÌa conquista y de Ìa colonización en la historia deÌ
(que trata púdicamente de ocultarlo) sino por la capitalismo mundial.
"democracia" latinoamericana. Así, el ex-presiden-
te de la democracia uruguayâ (Sanguinetti) res- Descubrimiento, conquista
ponsabiliza a la "unificación microbianao por el ex- y acumulación
terminio indígena, comparándoìa con ìas pestes
que asolaron a Europa entre 1360 y 1460: declara "Los ÍÍanceses reclaman que la suerte no les
sin avergonzàrse, que "ìâ población indígena se dió América. Están equivocados. En realidad,
recuperó, al punto que tres siglos después logra Espaõa desempefia el papel de las lndias para
una cifra parecida a la existente a la Ìlegada de Francia" (Baltazar Gracián, El Criticón, 1651).
Colón", concluyendo que "no se puede hablar de "La esclavitud asalariada de los obreros asala-
genocidio porque nadie tuvo voluntad de matar" Íiados en Europa exigía, como pedestal, la
(3). Para el alfonsinista Ernesto Sábato, "si ìa esclavitud sansphrase en el Nuevo Mundo" (Karl
Leyenda Negro fuese verdadera, los descendientes Marx, ElCapital).
de esos indígenas sometidos deberían mantener re- Como es sabido, el Ìlamado "descubrimiento" de
sentimiento s atávico s respecto a E spafl a (lo que ) n o América se debe mucho a Ìa casuaìidad, y no mere-
es el câso" (4). Como se puede apreciar, los razona- ce siquiera ese nombre. Es posible que los fenicios
mientos que condujeron al opunto final" en 7a y los libios hubieran Ìlegado al continente america-
Argentina y al Pacto del Club Naval en l-iruguay, no y es seguro que los vikingos desembarcaron en
verdaderos modelos de olüdo criminal, poseen él cuatro siglos antes que Colón. Este, a su vez,
profundas raíces "lristóricas". De la absohrôión de pensaba poder âlcanzar, navegando en dirección al
los militares a la absolución de los genoeidas de un Oeste, el extremo orientaÌ de Asia (la"India") _1o
continente hay sólo un paso... que creyó haber alcanzado. Aún en 1493, en la bula
La extrapolación racista correspondió, como Intercaetera, se hablaba de las "islas y tierras
viene siendo habitual, al paÌadín literario del libe- firmes, situadas en las partes occidentales del Mar
ralismo latinoamericano, el novelistas peruano Océano, en dirección de Ìas Indias" (7), circunstan-
Mario Vargas Llosa, que se pregunta ";cómo fue cia a la que deben su nombre genérico los antiguos
posible que culturas tan poderosas y tân refinadas habitantes del continente. Progresivamente des-
como las de los antiguos mejicanos y peruanos se cartada la "hipótesis asiática", Colón Ììegó a sus-
desmoronasen tan fácilmente ante eì primer cho- tentar seriamente haber hallado el Paraíso Terre-
que con Ìas pequeflas huestes de aventureros nal.
europeos? En esta respuesta puede estar la clave Fue así que la epopeya colombina fue olvidada
del'subdesarrollo' de América Latina, ese eonti- durante la primera mitad del sigÌo XVI (Colón no es
nente que hasta ahora fue incapaz de materializar mencionado en Ìas primeras grandes obras que
todas las esperanzas y los sueflos que acompaflaron hacen referencia al Nuevo Mundo: Ìa "Utopía" de
su historia" (5). Ayer, como hoy, la justificación del Tomás Moro-1516-y "De revolutionibus orbium
imperialismo reposa, en última instancia, sobre coelestium" de Copérnico EÌ nombre del
Ias bases de una supuesta "superioridnd ratial". continente se debe al hombre -1"543).
que supuestamente
Puede parecer sorprendente que se digan seme- llegó primero, a éÌ (no a las islas), caracterizándo-
jantes cosas sobre lo que fue considerado como la lo como un nuevo continente, hecho reconocido en
mayor empresa de "des-civilización" de la historia 1507 por el cartógrafo M. H. WaÌtzemulÌer: "La
(6), con la destrucción no sólo de "cultur&s" sfno cuarta parte del mundo que, desde que la descubrió
también de las propias poblaciones que las susten- Américo (Vespucio), merece llamarse América" (8).
taban, en lo que fue, sin duda, no sólo el mayor A partir de 1520- 1530, Ìa conquista revela Ìa exten-
genocidio sino también la mayor catástrofe de- sión del nuevo continente, y "un nuevo saber cos-

(2) Augusto Roa Bastos. El controvertido \F centenario. EÌ FoÌha de S.Paulo, Sao Paulo, 12 de octubre de 1991.
PaÍs, Madrid, 24 de junio de 1991. (6) Jan Carew. CoÌumbus and the origins of racism in América.
(3) JuÌio M. Sanguinetti. 500 aios en los tiempos del cólera. El Race and Class ne 4, Londres, 1988.
País, Madrid, J.0 de junio de 1991. (7) Edmundo O'Gorman. La invención de América, México,
(4) Ernesto Sábato. Qu 'est-ce que Ì'identité d'une nation. Le FCE, p. 89.
Monde Diplomatique, París, noviembre 1991. (8) Marianne Man-Lot, La decouverte de I'Ameríque. Paris,
(5) Mario Vargas Llosa. Ex-colonias nao cooperam com indios. Flammarion, I97O, p. L24.
Abril de 1992 . afio 1 ' Ne 3
mográfico (que produjo) una primera unificación
del mundo" (9).
Pero la unifieación cart+geográfiea del mundo,
entonces definitivamente lograd4 es reflejo del
proceso histórico gue Jean Chesneaux denomina
ala historia mundial, trandomada en historia de
la dominación europea del mundo'- En verdad, se
trata del comienzo de la historia mundial propia-
mente dicha engtobando a todos los pueblos del
planeta. Las civilizacimes americana-s, algunas de
ias cuales (incas, mayas, aztecas) habían logrado
ocontacto"
eon
un aÌto grado de desarmllo antes deì
Europa]se desarmltaban hasta entonces fuera de
Ìa hiitoria mundial, a ta eual fueron conpulsiva-
mente incorporadas porla eonguista, a través de su
destrucción: los mexicas (mal llamados aztecas) 25
miÌlones en 151?, 46 millones en 1568; los incas
de Perú, 9 millones en 1á32, 1B millones en 1570
(10).
Los viajes de Colónfoeron considerados el "des-
cubrirnientn- porr1uc precedieron y abrieron el
camino a la eonquistay colonización de América, lo
que no sucedió en ctntactos anteriores. El motivo
eì que los viajes de Colón tuvieron desde el vamos,
un propósito económico definido.';CoÌón buscaba
oro? Se puede respmder que sí con toda tranqúli
dad. Las príginas de su diario, entre el 12 de octubre
de 1492, iuando él toma la primera isla, y el 17 de
enero de 1493, arandoinieia suregreso' contienen
por lo merìos &5 relatos sobre oro' (11). O como
õxplicó Federico Engels: 'EÌ descubrimiento de
América se debió at* sed de oro que anteriormente
había lanzado a los poúugueses al Africa, porque la
industria eïrropea, enormemente desarrollada en
los siglos XIV y XV, y el comercio correspondiente,
reclamaban másmediosde cambio de lo que podía
abastecer Alemania, la gran productora de plata
entre 1450 y 1550r (12).
EÌ descubrimiento y conquista de América se
produjeron con el transfwrdo de: 1) La crisis del
listemafeudal imperante en Europa: el hambre, la
peste, el desabastecimiento y las guerras- sangui-
narias habían reducido, en el siglo XIV, a la pobla-
ción europea a un tercio de lo que era, y'nunca
debemos oÌvidar que'el srecimiento (o retroceso)
de lapoblación resume eldesarrollo (o crisis) de las
fuerzãs productivas de la sociedad'(Marx);2) La
aparición de nuevas fuerzas productivas sociales,
qúe preparaban el advenimiento del modo capita-
listade producción 0a manufactura y la in dustria),
fuerzas que chocan con las trabas puestas por las
relacionesfeudales de producción, cuya crisis esta-
ba evidenciada" en el plano económico, por la cre-
ciente monetización de las prestaciones feudales, y
en el plano polítieo, por el surgimiento de las
monarquías (Estados) absolutistas, que debilita-
(9) Qui a decouvert Colomb? I.e Monde, ParÍs, 17 de setiembre
de 1991.
(10) C. Bernard e S. Gruzinski- Historie de Noveau Monde'
París, Fayard. 1991.
en defensa del Dfianxflsmoo
tr
ban a la nobleza feudal, de las cuales la monarqúa
de los Reyes Católicos de Espafla era el ejemplo
más acabado.
La monetización de las obligaciones feudales y i
el surgimiento de una producción artesanal para el
mercado dinamizaron considerablemente la econo-
mía urbana en el siglo XV. La monetización ya
tenía latentes posibilidades en el sistema económi-
co de las ciudades y se podía desarrollar aún más en
vista de la recuperación de la explotación minera
en Europa Oriental. En este contexto de expansión
comerciãly urbana es que ocurrieron las expedicio-
nes navales. Estas, a su vez' se transformaron en
un poderoso impulso a las nuevas fuerzas produc-
üvás sociales. Como dice Marx en el Manifiesto Co-
munista, "El descubrimiento de América y la cir-
cunnavegación de Afríca ofrecieron a la burgue-sía
ascendente un nuevo campo de actiüdad- Los
mercados de las Indias y de China, la colonización
de América, el comercio colonial, el incremento de
los medios de cambio y de las mercaderías, impri-
mieron un impulso hasta entonces desconocido al
comercio, a la industria, a la navegación, y desarro-
llaron rápidamente al elemento revolucionario de
la soeiedad feudal en descomposición. La antigua
organización feudal de la industria, que la circuns-
cribía a corporaciones cerradas' ya no podía satis-
facerla demanda que crecía con la apertura de nue-
vos mercados. La manufactura la. sustituyó. La
pequefla burguesía industriaÌ suplantó a los maes-
lroi de las côrporaciones: la diüsión del trabajo
entre las diferentes corporaciones desapareció
frente ala división del trabajo en el seno del propio
taller (...) La gran industria creó el mercado mun-
dial, ya prepaiado por el descubrimiento de Améri-
ca. Ei mõrcádo mundial aceleró prodigiosamente el
desarrollo del comercio, de la navegación, de los
medios de comunicación. Este desarrollo influyó a
su vez en el auge de la industiay amedida que la
industria, el comercio, la navegación, las vías Íé-
ïïeas se desarrollaban, crecía la burguesía, multi-
plicando sus capitalesy relegando a segundo plano
a las clases legadas por la Edad Media".
La unificación mundial a la que asistimos a
través del descubrimiento es producto de la crisis
del feudalismo y de la emergencia de la producción
mercantil, y prepara, a su vez, la forma específica
de expansión del sistema económico del capitalis-
mo: el mercado mundial. En ese contexto histórico,
el "descubrimiento" se transformó en "conquista y
colonización", las cuales tuúeron una función es-
pecífica en el surgimiento del nuevo modo de pro-
ducción.
En efecto, según Marx, "la acumulación de
capital presupone plusvalía, la producción capita'
hsta, y ésta, lã exislencia de grandes cantidades de
(11) Pierre Vilar. Ouro e Moeda na Historia 1450- 1920' Río de
Janiero, Paz e Terra, 1981, P' 80.
(12) Caúa de F. Engels a C.Schmidt, 17 de octubre de 1890'
 en d,efensa del Dfianxflsmoo
capital y de fuerza de trabajo en las manos de
productores de mercancías. Todo este moümiento
tiene asíla apariencia de un círcuìo vicioso, del cuaÌ
sólo podemos escapar admitiendo una acumula-
ción primitiva, que no deviene deÌ modo capitalista
de producción, pero es supunto de paúida'.. Cierta
acumulación de capital en manos de productores
particulares de mercancías constituye la condición
preliminar del modo de producción específicamen-
te capitalista. Puede ser llamada acumulnción pri-
rnitiua, pues en lugar de resultado es fundamento
histórico de ìa producción espeeíficamente
capitalista" (13).
En Europa, las úas de esta acumulación fueron
la ruina y ìa expropiación compuÌsiva de campesi-
nos y artesanos (separación del productor directo
de lós medios de producción, condición preüa del
capitalismo). La explotación de América (y de Asia
y Africa) proporcionó la otra condición esencial: la
posesión de "grandes cantidades de capital". "El
sistema colonial tiró de una sola vez por la ventana
todos los viejos ídolos. Proclamó la producción de
plusvalía como la finalidad úÌtima y única de la
humanidad" (Marx).
La explotación de América fue condición esen-
cial para el nacimiento del capitalismo e índice de
su victoria a escala mundiaì.'Los descubrimientos
de oro y de plata en América, el exterminio, la
esclavización de las poblaciones indígenas, forza-
das a trabajar en el interior de las minas, el inicio
de la conquista y pillaje de las Indias Orientales y
la transformación de Africa en un vasto campo de
caza lucrativa, son Ìos acontecimientos que marcan
los albores de la era de la producción capitalista.
Esos proceso idflicos son factores fundamentales
de la acumulación primitiva...(los) métodos (de la
acumulación primitiva) se basaban en parte en ìa
violencia más brutal, como es el caso del sistema
colonial. Pero todos ellos utilizaban el poder del
Estado, la fuerza concentrada y organizada de Ìa
sociedad para activar artificialmente el proceso de
transformación del modo feudal de producción en el
modo capitalista, abreviando así las etapas de
transición (...) Et sistema colonial hizo prosperar el
comercio y la navegación. Las sociedades dotadas
de monopolio eran poderosas palancas de concen-
tración de capital. Las coìonias aseguraban merca-
do a las manufacturas en expansión y, gracias al
monopolio, una acumulación acelerada. Las rique-
zas apresadasfuera de Europapor el pillaje, la es-
clavización y la masacre refluían hacia Ìa metrópo-
lis donde se transformaban en capital" (14).
El mismo autor no vaciló en concluir que "si el
dinero nace eon manchas naturales de sangre en el
rostro, el capital viene al mundo chorreando sangre
y barro por todos los poros, desde los pies hasta la
cabeza".
El principal estudioso de lahistoria de la mone-
(13) Karl Marx. O Capital. Libro 1, Río de Janeiro, Civilizacao
Brasileria, 1971, pp. 828 e725.
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3
da y de Ìos metaÌes preciosos confirma no sólo el
carácter compulsivo de la acumulación deì capital-
dinero venido de América, sino también su función
no marginal en la revolución comerciaÌ de Ìos siglos
XVI y XVII: "El oro ( de las Américas) siempre fue
obtenido: 1) por el pillaje y el desatesoramiento
forzados; 2) por simple trueque y sin auténtico
mercado económico; 3) por Ìa búsqueda de pepitas
en arenas auríferas.. . La llegada, primero a Li sboa,
después a Seviìla, del oro africano y más tarde del
oroãmericano (es) el comienzo de una atracción, de
una vivificación comercial y de un alza de los
precios fomentando la iniciativa. lPor qué será eì
oÌo necesario para el comercio internacional? Por-
que, aunque todas las transacciones se realicen por
compensaciones escriturales, en un momento dado
queda un saldo que eì país beneficiario insiste en
cìbrar en forma de moneda válida internacional-
mente" (15).
Espafla primero, y Portugal después, iniciaron
con casi un siglo de anticipación, en relación a las
otras potencias colonizadoras (Inglaterra, Holan-
da, Francia) Ìa conquista de nuevas tierras ameri-
canas. El primer objetivo de los conquistadores fue
la obtención de metales preciosos, atendiendo a las
necesidades de las monarquías europeas, que nece-
sitaban de ellos para financiar sus gastos. Estos
habían crecido mucho desde que se transformaron
en monarquías naeionales superando las muchas
divisiones territoriales propias de Ia Edad Media;
ìa organización de los ejércitos reales, para someter
a la nobleza feudal y emprender las continuas
guerras por la supremacía en Europa, implicaban
gastos desconocidos hasta entonces.
Así, según cálcuÌos oficiales, Espafla recibió de
sus colonias americanas, en el periódo 1503-1660'
181. 133 kg. de oro y 16.886.815 kg. de plata. Pierre
Chaunu calcula de 85 a 90 miì toneÌadas en valor
plata la producción de metales preciosos de la
América coìonial de 1500 a 1800, esto es, el equiva-
lente al 80-85Vo de la producción mundial en ese
mismo período.
Dígase, de paso, que esta enorme entrada de
metales preciosos en Europa constituyó uno de los
episodios más importantes de la Historia. Segrin el
autor citado, "fue ese hecho el que desencadenó la
crisis de los precios deÌ siglo XVI y salvó a Europa
de una nueva Edad Media, permitiendo la recons-
titución de su reserva metálica". Pero esa crisis,
llamada la"reuolución de los precios" (Ìos cuales se
multiplicarán por cuatro a Ìo largo de un siglo)
contribuyó como la inflación de hoy- a la ruina
de -
innumerables artesanos y pequeflos propieta-
rios, creando una de las condiciones del pasaje al
capitalismo: ìa aparición de trabajadores libres,
desposeídos de cuaìquier propiedad salvo de su
fuerza de trabajo. En esa época los seõores feudales
ya recibían las contribuciones anuales de los sier-
(14) Karl Marx, Idem. cap. XXIV.
(15) Pierre Vilar, idem, pp. 93 y 139.
Abril de 1992 'aío 1 'Ne 3
vos en moneda, una tqsa fijapor persona' Al doblar-
se la cantidad áe o"o, per-aneciendo poco alterada
la producción de bieneg los precios-se dupÏcaron
igúalmente. reduciendo a la mitad los rendimien-
lãr ã. los seflores feudales. Asi ta lpnlución de
transferencia de renta de los
io s nrecins" llevó a una
."fro""t feudales a favor üe la clase capitalista co-
mercial. emergentc, debifibndo a los primeros y
fortaleciendo a los segundos"
Pero si la onquista & América impulsó decisi
vamente ese procesq éste a sll Yez' reactivó a
aquélla, transformríndola en colonización' Por
eiãmolo. la coloniaiín deBrasil no comenzó antes
ãï "i"ai"ao* del sieh XVL Antcs, Portugal se
freocupO poo por BÉsil,-debido-a lasrutas orien-
i"f". aã y rtÍnla dc hdg' El descubri-
miento ae "'"p".ü*
Èrasneraúaruüón de importancia
secundaria- Los esfrerrc prt[gEeses por contro-
iar la costahasíleúaftcrm rma acción de defensa,
qrr" a iacdir el establecimiento de
"prrot"U"
e,nclav^es costerc de Brmcira e Inglaterra' Estos
oJ**t no aceptabmh tlivisión del Nuevo Mundo
ã.ttã1* úrrõ" 56nis (tepaae y Portugal, entre
1 o s cuales- eI Pryodo
r'i'lr aiviüaa a Amf f c 1-C en-
tral v del Srr a trgvÊ del lratado de Tordesillas) y
estaLan interesadc cn lt eldracción del palo'bra-
sil. utilizado en lafrhiración de lanas en Inglate-
rra v en los Países BqiË Golanday Bélgica), típica
próáuctción capüttüsta Si ta conquista ayudó a re-
ãmphzar al fcmdati--'o por el capitalismo, eì desa-
rtoilo d" ése implsó la colonización de América
por los países cúopcc-
' Pero si "Espaõa, jmb a Portugal, fue la impul-
sora de Ia revolucth mreial que aceleró la crisis
general del ftudalimo eropo' ( 16), si esos países
ãi"too losprimerc, ea hropa' en conquistar la
úa"a odamat y deHitar a la nobleza y las
orimeras ootenç'-s olmizarloras de América, no
hr"rot las principatesbeneficiarias de ésta, enten-
dida como aqrecto centralde laacurnulación priml
tiva capitalista, puqre carccían de una burguesía
industiial rledcrribar definitivamente al
"apú Lo onquista y la- colonización
antiguo régiãen-
fortalecen
-decisiYam€nte-al capital (burguesía)
comercial y la 1ev sêgún la cual -el desarrollo
autónomo ãel capital comercial es inversamente
proporcional al desarÍollo de la prod3cción capita-
ïi.tr t* verifica más daramente en Ìos pueblos en
los cuales el comercio esun comecio de intermedia'
rios" ( 1?). En el caso porhryués, "el oro brasileffo iba
para Porhrgal V de allí+rapagar el excedente de
ias importaaõnes por sobre las exportaciones-
pára Inglaterra-.. Brasil y Porhrgal no sólo fueron
un clienïe muy importante para las manufacturas
inglesas, ctecimiento estimularon en la época
ei ""yo
m-ercado errrolteo tendía a rechazarlas,
".r"qrr"
(16) Luis Vitatre, Espana antec y dcq-Fés de la conquista de
América, Barcelona, Rojas' 19?it' p. 12.
(1?) Karl Marx, idem III.
Ìisi Ããú 6nder Frank. Acumulaçao munelial L4wt789'
en ôefensa del Manxflemoo Ël
l"l
sino apovaron también su desarrollo... ese oro,
ademáì áe lubricar los engranajes de la riqueza
británica durante las precondiciones para la larga-
da, en el siglo XVIII, rumbo a la Revolució1 l1d.ug-
triâl, finanïió gran parte del renacimiento británi
co en el come-rcio ãe Oriente, a través deÌ cual
imoortó teiidos de aìgodón más ligeros para reex-
po"t""lot á ìos climà más calurosos de Europa,
Àfrica, América, y para los cuales no tenía otros
medioi de pago qúe no sea el oro brasileio" (18)'
Debido ã ãsa estructura interna de los países
ibéricos, la conquista y la colonización de América
se traniformó en un fáctor de su atraso económico
y político. "La debilidad congénita.de Espafra, que
á.-*igitt" en su e structura eõonómica exportadora
ãe mãtetias primas (lana) e impoúadora de pro-
ãuctos manuiacturados, se agrava con la conquis-
ta de América. Espafla pasa a contar con recursos
monetarios suficientes iin poder, con todo, abas-te-
.ã" u tot colonias de los productos manufacturados
que necesitaban. A partìr del siglo XVI, Espaia se
cïnvierte cada vez más en simple intermediaria
entre Ìas colonias amerieanas y la Europa comer-
cial y manufacturera"( 19).
Á través de este proceso, el financiamiento de
la destrucción capitalista del orden feudal, que-ya
h.-ot descrito, se daría de modo indirecto, c-on l^as
úqo"""t de las Américas ibéricas llenando el cofre
.-=aã tá industria inglesa, que conquistaría el
mundo. Engels hizo notar en 1854 qu9'1 después
deì reinadoãe Carlos I la decadencia de Espafra en
el campo político y social exhibió todos lossíntomas
de estã vergonzôsa y lenta descomposición qrre
por 1ô menos bajo el emperador las
tarrto ttot
".p-ele,
antiguas h6eúailes fueron enterradas fastuosa-
ãe"ï.. Era la época en que Vasco Nufiez de Balboa
alzabalabandãra de Cãstilla en las costas de Da-
rién, Cortés en Méjico y Pizarro en Perú,.Ìos tiem-
oo* ótt que la influencia espaflola preponderaba en
iódu nú"opa y la imaginãción meridional de las
íbãiosftacà an1e sus ojos visiones de Eldo-
""fl"5a"
rado, de aventuras de caballería y d9 una mo-nar-
quía universal. La libertad e-spaflola se eclipsó
uìtott..t entre el estrépito de las armas' bajo una
verdadera lluvia de oio en medio del esplendor
-
siniestro de los autos de'fe."
Hubo diferencia entre las colonizaciones ingle-
sa e ibérica en América (en razón del desarroÌlo
capitalista de IngÌaterra yìa ausencia de éste en
Espaffa y Portugãl) que tendría incidencia decisiva
en los destinos diversos de los países que emerge-
rían de esas colonizaciones. En IngÌaterra eÌ capi-
t li.tno penetró las relaciones agrarias determi-
nando ef cercamiento de los campos que creó las
grandes propiedades individuales capitalistas,
proceso que no se produjo en los países ibéricos' En
Río de Janeiro,Tahat, 1977.
iló ió;;ilttt"lã, sociologÍa de América Latina' RÍo de
Janeirp, Pallas, 1975.
 en defensa del üfianxflemoo
tr
tanto que en éstos la población, demográficamente
alta, se quedaba aferrada a la tierra y sólo aceptaba
participar de la colonizaeión en la medida en que
ésta le proveyera riquezas y dominios territoriales,
en Inglaterra se liberó a una parte de la población,
expuÌsada de las tierras, y que no encontró ocupa-
ción en la industria naciente.
Marx distinguió diversas etapas del sistema
colonial y de acumulación primitiva entendiendo
que sólo en la última el colonialismo se configura
definitivamente como cimiento del capitalismo.
"Las diversas etapas de la acumulación originaria
tienen su centro, por orden cronológico, en Espafra,
Portugal, Hoìanda, Francia e Inglaterra. Es ahí, en
Inglaterra adonde a fines del siglo XVII se resu-
men y sintetizan sistemáticamente en el sistema
colonial, el sistema de deuda pública, el moderno
sistema tributario y el sistemaproteccionista" (20).
Fue el desarrollo del capitalismo industrial
inglés, el que permitió a Inglatena transformarse
en la principal potencia marítima, la'reina de los
mdres". "El poder naval es la plataforma de lanza-
miento del propio imperio coloniaì de Inglatena y,
aì mismo tiempo, el elemento que le permitirá
desagregar los sistemas coloniaÌes de sus adversa-
rios. Pero la superioridad fundamental de Inglate-
rra reside en las transformaciones que se están
operando simultáneamente en su estructura pro-
ductiva, articulando su expansión internacional
con el proceso de acumulación originaria. El siste-
ma colonial no sóÌo es importante como forma de
acumuÌación de capital-dinero, sino también como
periferia orgánica del crecimiento industrial (y
ésta es una diferencia radical entre Inglaterra y
sus predecesores coloniales). Durante los siglos
XVI y XVII I a exp ansi ón comercial holandesa tenía
todavía las características clásicas de la expansión
mercantil (comprar barato paravender caro) y por
esa causa se e specializaba en los exóticos productos
tropicales. La expansión ingÌesa incorporaba a sus
colonias como apéndice proveedor de materias pri-
mas (algodón) y después como mercado protegido
para su producción manufacturada. Amedida que
la industria inglesa va echando raíces, el monopo-
lio colonial perdía importancia como vía de acumu-
lación originaria y se transformaba progresiva-
mente en un obstácuÌo. D e alÌí que Adam Smith, re-
conociendo las ventajas que significaban posesio-
nes coloniales, se pronunciara contra el monopolio
eoÌonial" (21).
A pesar de su debilidad relativa, los reinos
ibéricos protegieron celosamente sus posesiones
americanas contra las embestidas de las más diná-
micas Holanda e Inglaterra. Esta se quedó con las
principales posesiones coloniales francesas
- Iglesia y exterminio
Canadá, el valle del Alto Mississipi (en los Estados
Unidos) y parte de las Antiìlas- después de la
(20) Karl Marx, idem, Libro I. cap. XXIV.
(21) Hector AÌimonda. Acumulaçao originaria: una revisao.
Estudos na 4, San Paulo, FFLCH-USP, octubre 1986, p.10.
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3
Guerra de los Siete Afros, concluída con la Paz de
París (1763). En ìas colonias ibéricas, Holanda e
Inglaterra promovieron activamente el contraban-
do, introduciendo sus manufacturas y comprando
materias primas a pesar del monopolio de Espafra
y Poúugal. No conformes con esto, atacaron e
intentaron apropiarse repetidas veces de territo-
rios coloniales ibéricos en América Central, en
BrasiÌ (los holandeses en el siglo XVII) e incluso en
América del Sur: el corsario inglés Drake atacó el
Perú en el siglo XVI en tanto que la flota inglesa
invadió el Río de la Plata a comienzos del siglo XIX.
Lo que Inglaterra no consiguió a través del
comercio ilegal o de Ìa invasión territorial intentó
conseguirlo promoviendo oficialmente la piratería.
Sir (título nobiliario) Walter Raleigh y SirWilÌiam
Íffalker se destacaron en esta actividad ennobleci-
da (por la Corona inglesa), pero el principal honor
corresponde a Sir Francis Drake, el pirata que hizo
legendaria la isla de Tortuga (en el Caribe), su
cuartel general para los pillajes que 1o llevaron por
los cuatro rincones de América. Cometería un
grave error quien considerase esa actividad como
marginal, pues no fue esa la opinión del principal
ideólogo del capitalismo moderno, John Maynard
Keynes, en su "Treàtise on Money": "Sin duda, el
pillaje obtenido por Drake puede ser considerado
con justicia como la fuente y el origen de la inver-
sión externa británica. Con é1, Isabel pagó la tota-
lidad de su deuda externa e inürtió una paúe del
remanente en la Compaflía del Levante; con los
beneficios extraídos de esa Compaflía se formó la
Compaflía de ìas Indias Orientales, cuyos benefi-
cios representaron, durante los siglos XVII y XVIII,
laprincipalbase de lasligazones externas de Ingla-
tena ... Jamás hubo una oportunidad tan prolonga-
da y tan rica para el hombre de negocios, el especu-
ladory el aprovechador. En esos aflos de oro, nació
el capitalismo moderno."
El sistema colonial fue, por lo tanto, la base
tanto de la acumulación originaria (infancia del
capitalismo) eomo del moderno imperialismo capi-
talista (expresión de su pasaje de la madurez ala
senilidad). Lafunción orgánica del colonialismo en
el capitalismo fue, por eso, reconocida por el primer
estudioso del imperialismo y del "capitalismo de ìos
monopolios", el inglés J. A. Hobson: "La Economía
Colonial debe ser considerada como una de las
condiciones necesarias del capitalismo moderno.
Su comercio, en gran paúe compulsivo, fue en
buena medida poco más que un sistema de robo
velado y en ningún sentido un intercambio de mer-
cancías" (22),
"Un cronista, reconstituyendo la batalla de Ro-
(22) In Maurice Dobb. A evoluçao do capitalismo. Rio de Janei-
ro,Zahar, Í976.
Abril de 1992. afio 1 'Ne 3
sebud, en eltarcanrco Ô h cual las bopas &l
oeneralCookÍueon üíÍü# pí
los Sbux de
Õaballo loco, pregurú a bs gtreíieíc de éste por
qué no habían petseguib a b üopas aando se
retiraban, lo qre lõ hàÍA Cpers*. La res-
puesta: E$aban cans#ytenian harüre, gnton-
bes volvieron asu cea' (H. H. J&n, Un sBb de
deshom'al.
&
'Cor6brú a h nrenuh LYqn !, !ove,
quien, en d-transdtso de su viJa mató a 98 indios
ciue le ÍueÍoítd# por el Senor. El esperaba
dlevu esa ciÍra a 1ü) ates de fin de aflo, cuando,
en su cõa se dmÉ en b brazos de Jesús"
(EpitaÍb en büÍüatb um puihm delsiglo XVll).
Los primerw entaryues de oro emericano fue-
ron obtenidc a través del saqueo y del exterminio
de Ìas altas sultmas indípnas arnericanas (incas,
mayas, aztecas), lqÌizadas en ìos actuales Perú,
América Central y ìíó*ico. Se trate del saqueo de
las altas cultuÍas o&l sometimiento de las tribus
más atrasadas ... la cmquista de América fue,
proporcionalmentc, rmo de los episodios más san-
grientos de la Historia- Dohyns estima que, en las
irincipales regfurc' el 95%de la población indíge-
nafire exterminade- En lc treinta alos posteriores
al primer viaF dc Coh,lm espaíoles ocuparon
las Grandes Antilhs. Sc calcula que apenas la isla
de Santo Domingp dCÉa tener 5O0.000 habitantes
indígenas. El trabait frrzado inpuèsto por los
espafroles hizo que, en 1510, estuviesen reducidos
a 50.000 y en ladócadade 1530 a apenas 16.000. En
la época det des&imiento, lapoblación indígena
de América Larinasegtón etüimaciones seúa de 80
millones de habitantes. En 1800Ia población total
era de 15 mitloneq iml,upndo también a los blan-
cos, negros y mcstizc. La destrucción de los
indígenas alcanzó, por lo tanto, de % 3 a 3/ 4 de la po -
blación.
Después del somctiniento de poblaciones au-
tóctonas, lm colonizadores las obligaron a trabajar
fonadamente pan elhsbajo un régimen de semi-
esclavitud, para lo aâl obtuviemn de la Corona la
creación de diversasinstitrrciones, como la mita, la
enco ienda, el 5ranaconugo, por los cuales las
comunidades debían proveer mano de obra, duran-
te un cierto período del aio, para los emprendi-
mientos de la colonización Oas minas en primer
lugar). Estê íegimen, oon sus constantes disloca-
mientos de población ycon leq condicioneshorroro-
sas de trabajo, fue también un factor de exterminio
de tos indígenas. Las cosas llegaron al punto de que
la propia Corona se alarmó por la nípida disminu-
ción de la población indígena. A la Corona no le
convenía el exterminio, que sólo producía enormes
ganancias de eorto plazo a sus ejecutores, sino la
implantación de un sistema tributario sobre Ìas
comunidades, viúle a largo plazo. La Corona apro-
(28) Gtaucio A. Dillon Soares. A questao agraria na América
en defensa del Marxflsmo
E
bó una serie de leyes buscando contener la voraci-
dad asesina de los colonizadores (en Espafla fueron
conocidas como "compilación de Leyes de Indias",
pues ése era el nombre dado a las posesiones ame-
ricanas). La lglesia, en particular los jesuitas,
contribuyó con ese esfuerzo, enviando contingentes
evangelizadores que, al mismo tiempo procuraban
el cumplimiento de aquellas leyes: se destacaron
las "misione s j e suítfua s" de Paraguay, que pre servó
buena parte de la población indígena (los guara-
níes) de lafuria explotadora de los coìonizadores, y
los esfuerzos de Fray Baúoìomé de Las Casas, eI
"protector de los indins". Se debe, con todo, seflalar
que la acción de la lglesia no cuestionaba las insti-
tuciones de trabajo forzado. Al contrario, en su
versión más "radicalo,el padre dominico Las Casas
proponía la sustitución del trabajo indígena por
õsctavos imporbados de Africa(!) y consideraba la
acción evangelizadoracomo el objetivo de lacoloni-
zación. Podemos decir, con DilÌon Soares, que "el
aval religioso a una política esclavista con funda-
mentos racistasfue una conüción importante para
que las relaciones de trabajo entre las razas fueran
lo que fueron" pues "dados los parámetros religio-
sos de la época, esa imposición sería difícil de
aceptar en caso de que las poblaciones en cuestión
fueran étnicamente semejantes." El mismo autor
resalta las consecuencias de largo plazo de la catás-
trofe demográfica de los siglos XVI y XVII: "La
despoblación posibilitó la formación de extensos la-
tifundios, con propietarios blancos, espafloles o
criollos, pero casi nunca indios o negros. La escasez
de mano de obra, juntamente con Ìa abundancia de
tierra, generó la utilización de esta última como
forma dì asegurar la primera. Se expandieron las
múltiples formas de aparcería, inquilinato, colona-
to, agregaduría, yanaconazgo. etc.... Se institucio-
nalizó el minifundio en el interior del latifundio,
instrumento sagaz de éste para asegurar mano de
obra barata y constante ... La irrelevancia de-
mográfica, combinada con el bajo poder adquisitivo
de la población, hizo que América Latina participa-
se de la expansión del capitalismo internacional
como exportador de materias primas y no como
mercado" (23).
Más atlá de las excepciones, queda el hecho
central de que la conquista, el exterminio y el
sometimiento a trabajos forzados fueron hechos en
nombre de ìa cruz, con lo que la Iglesia Católica (y
Ìuego después el protestantismo en América del
Norte) carga con la responsabilidad por el primer y
mayor genocidio de los tiempos modernos. En
cuanto ã las leyes "humanistas" de la Corona,'Ìa
fórmula de los colonos era: 'se obedece, no 8e ür'n'L-
ple'. El argumento era que el futuro económico de
todo el sistema estaría comprometido por la aplica-
ción de leyes de protección del indio, y que lo
importante era proteger la obra colonizadora
Latina. Río de Janeiro,Zahar,1976, pp. 38/39.
 en d,efensa del Dfianxflsmoo
tr
(particularmente la evangelización) contra las
visiones no realistas de la metrópoli. Muchos teólo-
gos y predicadores apoyaban este punto de üsta'
(2D.
ta opinión de una testigo cristiana (Hewitt)
contemporánea de los hechos no deja dudas: "Ips
actos de barbarie y los perversos ultrajes perpetra-
dos por las.IÌamadas razas cristianas en todas las
regiones del mundo y contra todos los pueblos que
pudieron subyugar no encuentran paralelo en
ninguna época de lahistoria universal ni en lings-
nâ íaza, por más salvaje e inculta, impiadosa e
impúdica que fuese."
El descubrimiento de puebÌos "omplctamente
diferentes" ("otrol'), el inédito fenómeno de la "alte-
ridad", es considerado el hecho decisivo para el
nacimiento del llamado "espíritumodernoo, sea en
su versión religiosa (Bartolomé de ras Casas) o
laiea (Rousseau y el mito del buen salvaje): es un
hecho que el espíritu de las Luces, que preparó la
revolución burguesa, se alimentó de esa vertiente.
Asi, se dice que "Las Casas trasciende a su época,
porque admite plenamente que los indios fuesen
'otïos', distintos de los europeos, teniendo el dere-
cho de conservar su originalidad; (inquietud) que
se tornó laica en eÌ mito del buen salvaje, que
aparece en Montaigne y Rabelais, desarrollado en
los siglos XVII y XYIII" (25).
Pero es falsa esa pretendida universalidad del
*tnodernizad'o" o del racionaìismo bur-
catolicismo
güés. En primer lugar, "la debilidad de los indios
tiene una dimensión descomunal en la interpreta-
ción lacasiana... en su propósito de convencer que
el indio es un ser desarmado y anodino. Las Casas
llega a pintarÌo simplemente como un imbécil" (26).
La función del"h.umanismo católicoo fue,en última
instancia, complementaria y no contradictoria con
"la cruz y ln espada".
. En cuanto a las Luces, "el europocentrismo es-
taba constantemente presente y no era sino a
través de la propia cultura que el europeo percibía
larealidad del mundo salvaje, que en símismo con-
tihuaba extraflo e inaccesible (lo que estaba en
juego era menos la condición de salvaje y más el
status de civilizado) y el sentido de la historia
humana. De allíla metamorfosis del hombre salva-
je en hombre primitivo, como unamanera de hacer
de él un ser histórico en un estadio primitivo de
evolución, pero apto para ser civilizado, a través de
lo cual el hombre europeo podría reconocersè y
aprender a conocerse. El hombre primitivo fue
siempre eÌ objeto y el civilizado el sujeto... Cuando
se denunciaba (en las Luces) al hombre civilizado
(24) Pierre Vilar, idem. p. 259.
(25) Marianne Mahn-Iott. idem pp. 9V93.
(26) Hector H. Bruit. América latina: 500 anos entre a resisten'
cia è a revoluçao. Revista Brasileira de Historia na 20, Sao
Paulo, Marco Zero, rtarzo de 1990.
(2?) Isabel Alexandfe. A colonizâçao cientÍÍica: algumae consi-
deraçoes. Estudos na 4, Sao Paulo, FELCH-USP, octubre de
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
como corrompido e infeliz, lejos de proponerse la
descivilización,lo que se defendía era una sociedad
,civil digna de ese nombre" (27).
El pensamiento burgués emergente, tanto en su
versión laica como religiosa, fue incapaz de pensar
la unidad concreta de la especie humana, esto es, su
unidad contradictoria 0a unidad que no elimina la
diversidad, y la diversidad que no eÌimina la uni-
dad) pues le faltaban los atributos de un verdadero
pensamiento dialéctieo capaz de disolver todaslas
ielaciones de opresión, para oponérseles en la
práctica, Ìo cual sólo tendrá proyección histórica en
õtra etapa de la historia, con la aparición del
proletariado como clase. Por eso fue incapaz de
criticar la esclavitud, el otro gran pilar de la explo-
tación de América Latina: en los siglos XVI y XVII
?,5 millones de esclavos fueron "importados" à
América (28) (contra'2,5 millones de europeos, a
veces sometidos a trabajos forzados). Los frlósofos
preconizaron el fin de la esclavitud al mismo tiem-
po que los propios administradores coÌoniales.
Pero si las tesis iluministas tenían, en la época,
un contenido progresivo (contra el clericalismo)
que expresaba la emergencia hiqtórica de la bur-
guesía, no sucede lo rnismo cuando tesis semejan-
[es son defendidas hoy. Sin mencionar respetables
"scholars" para los que "cuaÌquiera que hayan sido
los defectos de Ìos colonizadores, el gobierno es-
paflol en la metrópoli, apoyado por la Iglesia Cató-
lica, hizo lo mejor que pudo para proteger los
intereses de sus nuevos súbditos, si bien sus decre-
tos (no eran respetados) por los criollos" (29). Esto
significa absolver a los responsables y a los propios
ejecutores, concibiendo aì genocidio indígena como
producto natural de Ìa lamentable "naturaleza h'u-
rnana". Es sobre mentiras criminales de este géne-
ro que se apoya el mito de América Latina como el
continente dela"armonía racial" que redimiúa a
las clases dominantes deì genocidio indígena y de
la esclavitud africana, presentes en cuatro de los
cinco siglos de nuestra historia: ";Cuántos brasi-
leffos saben que, según datos oficiales del IBGE,los
brasileflos no blancos ganan en promedio menos de
la mitad del salario de sus equivalentes blancos?
1O que los niflos no blancos sufren un índice de
mortalidad igual al existente entre los bÌancos de
dos décadas atrás?" (30).
La argumentación de moda, de Tzvetan Todo-
rov, es que la superioridad de comunicación de los
europeos permitió la conquista de América (Todo-
rov es linguista...). El indio era incapaz de concebir
"al otro" esto porque "debido a los üajes maútimos
haeia Asia y Africa, los conquistadores europeos
1986, p. 21.
(29) A. Zotbçrg. Descoberta da América abre era das grandes
migraçoes. WorÌd Media. Sao Paulo, 18 de julio de 1991.
(2gJ J.'Halpro Ferguson. EÌ equiÌibrio racial en América Latina.
Buenos Aires. EUDEBA, 1963, p. 45.
(30) Thomas Skidmore. Relaçoes raciais. O Estado de S.Paulo.
Sao Paulo, 27 de diciembre de 1991.
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3
estaban más preparadrs para ìa diversidad y te-
nían mayor apertura de espíntu que Ìos indios
americanos. Aì percibir que los ertranjeros no eran
inferiores y que no padíal ser sometid6'r, los indios
pasaron a divinizarlns-. Cor una conclusión funda-
mental: "Esto es tan ìmpc rtant€ que se l''relve sin
sentido conmemorer el descubrimiento o condenar
'la
el genocidio que sì3.ruó" Esle es eÌ inicio de los
tiempos modern,:=. d" n-;esta historia moderna"
(31).
IJna expresión radisal de este punto de üsta se
encuentra en eÌ Ple:ri,: Stbel mexicano Octavio
Paz,pataqúen nr cabr-aha'slar de genocidio, dado
que en la conquista -la circr,:nstancia más significa-
tiva (es) eÌ suicidrn del pueblo azieca' (Todos Ìos
puebÌos indígenas es:án presos deÌ mismo horror,
que se expresa ca:i siempre con una fascinada
aceptación de la muerte- 32'.
Además de ser una genÊraìización indebida (e
ideoÌógica:, que oculta Ìa inipresionante y secular
resistencia de Ìos diter=os pueblos indígenas (par-
ticuÌarmente er, ios exrreÍnos meridional y septen-
trionaì de Àmer-ìca . taÍnpoco parece correcta la
afirmación de que el indio no entendía lo que
sucedía por incapac:daC de asimilar la"alteridad".
Según el antropil-g; Claude Léry-Strauss "En eÌ
noideste american; r desde el comienzo del siglo
XIX, Ìos indígena. e=taban en contacto con los
viajantes franco-ca:'laienses. para el comercio de
pieles. Son gente pl'bre. pequenos traficantes, pero
que tienen con lo. i:ritgenas un contacto muy
íntimo. Es muy wrprereiente ver cuanto el pensa-
miento amerindio =e a,irientó por Ìa boca de esos
viajantes, transfor:nó e integró una parte de sus
narrativas en su pr':pia miroÌogía" (33).
EÌ discurso acadernlcr ahora dominante no hace
más que reproducir reaccionariamente (y sin más
novedad que Ìa termir,c,Ìogía, eÌ raciocinio ya ex-
puesto por Las Casas. Pues debería ser obvio, como
dice Hector Bruit. que -eÌ indio no era tan pacífic0,
obediente y desganado corno lo pintó Las Casas' En
realidad, Ìa destrucción 3" eÌ asesinato fueron pro-
ducto, entre otras caìl-.as bastante conocidas, de
una relación de guema que se desenvueÌve porque
existen combatientes de u-no1- otro lado. El conquis-
tador mata porque el inCio opone diversas formas
de resistencia desde Ìa militar hasta las subrepti-
cias como la ruptura de Ìa comunicación verbaì"
(34).
La derrota de los puebÌos indígenas frente a
ejércitos inferiores en número. pero venidos de
sociedades con un grado mucho mayor de desarro-
IÌo de Ìas fuerzas producrivas i\'. por ìo tanto, de la
ciencia y deì arte militaresi se debe a diversos
(31) Foiha de S. PauÌo. Sao Paulo. l2 de octubre de 1991. CF
Tzvetan Todorov. A conquista da Amer'íca. A questao do outro.
San Paulo, ÌtÍartins Fontes, 1986.
(32) Octavio Paz. O labirirto da solidao. Río de Janeiro' Paz e
Terra, 1984. p. 87.
(33) Folha dJSao Paulo, Sao Paulo, 5 de octubre de 1991. Cf.
en defensa del Dfianxüsmo
E
factores, de Ìos cuaÌes uno es el decisivo. Como
constaía Ruggiero Romano, "las victorias más
extraordinarias son exactamente aquéllas que
opusieron un pequef,o número de espafloles a un
gran número de indios organizados en ejércitos
regulares... Ìa victoria más fácil contra ejércitos
más poderosos, Estados más sólidos y mucho más
diffciì contra tribus no organizadas, dispersas,
frecuentemente nómades... los antiguos imperios
dominaban rigurosamente numerosas pobÌacio-
nes. Para éstas, era aceptar con ingenuidadyhasta
con demasiada prisa, sustituir al antiguo amo por
otro. Era la oportunidad de vengarse de los anti-
guos opresoïes". En eì sur argentino y chiìeno, en el
ãorte de los actuales Estados Unidos y Canadá,
mientras tanto, la resistencia es feroz (la corona
e s pafr ola, " lr umanit at'io " se gún al gun o s autonzó la
esõìavitud de Ìos indios "brauos" o "de gtt'erra";la
propia Igiesia poseyó numerosos esclavos) y "estas
zonas de resistencia nos revelan la extraordinaria
capacidad de asimiÌación del mundo indígena en el
plãno militar para apropiarse de los me{ios {e
ãefensa... del aprendizaje amontar a caballo al de
las armas de fuego; de la construcción de defensas
fijas a Ìa adquisición de una movilidad extrema:
toda la ciencia militar espafrola es asimilada con
perfección e incluso superada"(35).
Para el autor, la gran conclusión es que "la
conquista, efectuada por las armas, debía ser
mantenida por otros medios": el papel de la Iglesia
fue esencial para mantener la dominación, inclusi-
ve a través de la política de exterminio, cuando fue
necesario (las excepciones Casas y los jesui-
tas- la regla). -Las
confirman
Pero hay más aún. Si la guerra es la continua-
ción de ìa pólítica por otros medios, lcuáles eran las
políticas en disputa? Para las potencias colonizado-
ias, se trataba de someter a cualquier costo el
continente y sus pobÌaciones, en virtud de la lógica
de expansión de ìa producción mercantil en vías de
transformarse en capitalista a través de la acumu-
lación originaria. Para los indios, nada de eso se
planteaba. Léry-Strauss da el ejemplo de las beli-
cosas tribus de Canada: "En los conflictos que
siempre los oponen a los canadienses venidos de
Europa, no paran de decir que ellos nuncarechaza-:
ron la llegada de los blancos, que nunca fueron sus
enemigos. Ellos jamás se ìamentaron de la presen-
cia de los blancos sino apenas del hecho de que éstos
los habían excluído".
Esta es la cuestión capital: "Para eÌ indio la
guerÌaes un ritual que no se lleva hasta el extremo.
íJnauerderrotado el enernigo, éste es abandonado,
puesto que los guerreros que demostraron su supe-
Claude Lery-Strauss, Historie de Lynx, París, Pìon, 1991.
(34) Héctoi H. Bruit. Visao ou simulaçao dos vencidos? A
historiografia sobre os indios na conquista da América. \F
Congreso ADHILAC, Sao Paulo, USP. 1990' p. 5.
(35)-Ruggiero Romano. Mecanismos da conquista colonial. Sao
Paulo. Perspectiva, 1973, pP. 15'17.
 en defensa ôel Marxüsnoo
rioridad están satisfechos. Los indios no poseen el
.ott."pto de adqúsición territoria!, no pudiendo,
por lo tanto, aprìpiarse de la idea de guerra metó-
dica al estilo euroPeo"(36).
La rebelión, qúe tendrá un episodio-gigantesc.o
con el levantamiento de Tupac Amaru y los Kataris
; fi";i;r del siglo xvIII cambiará de contenido al
calor de las nueias configuraciones nacionales y de
ãürã,ã to turgo del siglo XIX y especialmente en el
riâiok to" e'Í desattõtlo de la clase obreralatinoa-
mericana.
El Parasitismo colonial
Sobre la larga polémica queagitó al manrismo
u."ããài.o uce"ïa ãe las modos de producción en la
ããú"it tf""aalismo vs. capitalismo) ya-fue dicho
"anali"ado el cuadro mãs general del período-y
àrrã
ie.ri"ndo en cuenta que su trúo fundnmental es la
ináueuiaciOn de una economía mercantil de di-
mettíiones geográficas mundiales, co-n-statamos
configuracioïes-sui-generis- e irreductibles, tanto
ái-i"üa*it-o, comial capitalismo. S-e-trata deÌ
periodo de aôumulación primitiva del capital,
ãuando Ìa economía mercantil ganaba espacio y se
diseminaba, sin embargo laproducci-ón no seregía
por el capital en tanto relación social, sino apenas
õomo rique"a acurnulada en el cfucuito mercantil"
igZl. El ãominio relativo det capital Tercantil sig'
nifica que el capital aún no penetró decisivamente
en el esfera de la Producción.
Definir a la emlresa colonial como'eapitalista''
y a la sociedad emìrgente corno'capitalismo colo'
ïrirl", .o-o hicieron ãlgunos 'trotski'úas'(38), sig-
sólo olvidar lo-dicho más ariba sino sobre
todo hacer tabla rasa del sistema de esclaütud y
"in.á "o
trabajos forzados en que se basó el saqueo europeo
en América.
En relación al feudalismo, yafire dicho que "a di-
ferencia de los seõores feudales, que extraían un
excedente de la población sometida a su control
para utilizarlo dõ una u otra forma en.la misma
región, el objetivo principal del espaiol que em-
prãndía la conquistã o recibía una encomienda era
ia extracción ãe un excedente que pudiera ser
transferido a Europa".
Toda e sta polémica olvidó el carácter eminente-
mente parasiiario (saqueador) del sistema c'olonial
implantado por el capital comercial, que carecía de
las características piogresivas, sea del feudalismo
.o del capitalismo.
-tt sìciedad capitalista se caracteriza por,el
trabajo libre o asalãriado: el -trabajador es coaccio-
nado ãconómicamente a vender su fuerza de traba-
(36) Eric Veil, in Helen H. Jacksopn' Un siecle de deshonneur'
ìirír Úcg, ïsiz. p. tl . Este es un extraordinario relato del
ãJ"r-f"1"' de lás'indios norteamericanos, relatado por la
ã.pÃu au del ejército de la Unión' Para,el extermi-
"".apitán
a"t sur aiçntino v chileno, ver Liborio Justo,
;iã J" t;; i"aloJ
Pampas y Lanzas' Buenos Aires, Palest-ra, L962-'
ia?tï;ú;ã4. Ferlini' Terra, trabalho e poder' Sao Paulo'
Abril de 1992 ' afio 1 ' Nc' 3
jo al capitalista (porque si no se muere de hambre)'
"úã-t. [rahba, tu*po.o, de una sociedad feudal,
àotrã. imperaia seiüdumbre consentida en rela-
ciOnal "igrtor'y una producci,ón- principalmente
;;üã; À À*tittát." hã necesidadós del feudo; en
eãè"i.u, el trabajo forzado de indígenas-o esclavos
;;úúú a la producción en gran escala para el
mercado mundial.
América no es una excepción dentro de las
.otonizadas por las grandes potencias: la
acimulación originaria del capital, y-la primera
""nio"".
i"re a.t capitali-smo (cuya cuna es Europa)'- se
del traba-
'en por la impósición violenta
fta.e" nototias
i" f"*"ao loi paises áconómicamente atrasados
fãscfa"itoa en Africa y América, trabajo forzado en
Àsia y AmOrica), donde no se desarrollaron Ìas pre-
;ú"t del modó de producción capitalista' Para
esos países, con todo-, esa imposición.signiÍicó un
social y económico, hecho ert benefrcio del
"ãiioã..o
ut'-.t económi-co de Europa. Esto fue comprendi-
do oor el peruano Mariategui, en los Siete Ensa-y-os
ããGt"ó""hción de la Realidad Peruanai "La
ããrtt"õ.ió" de la economía incaica ---yde la cul-
tot" qo" se alimentaba de ella'es unl de las res-
pô"t"Uiha"des menos discutibles de la coloniza-
;ió";; porhaber significado la rì.gstrucción de las
formas a-utóctonas, sìno por no haberÌas sustituído
por formas superiores. El régimen colonial.desor-
ganizí y aniquiló la economía agratrra rncarca srn
ínstalai una economía de mayores rendimientos'
Baio la aristocracia indígena, los nativos compo-
níãn una nación de 10 miìlones de habitantes, con
Éttuao eficiente y orgánico cuya acción llegaba
""
a todos los ámbitos de sü soberanía. Bajo la aristo-
."".i" extranjera los nativos fueron reducidos dea
-"t" dispersa y anarquizada d-e un millón
""â
p"ìtott"t, ut titta siiuación-de servidumbrey fella-
hismo".
-
Después de los saqueos de los colonizadores, la
e*piotaïion minerafúe el eje de la colonización' Su
ãxito, testimoniado por las cifras citadas, no tenía
,".r"tos:'Humboldi calculó los costos comparati-
vosy las ganancias de la producción de plata en una
mina mexicana y en una mina alemana: con cuatro
veces y media más de trabajadores-, aunque con
salariõs seis veces más elevaàos' en la mina mexi-
ãa"a el capital extrajo cincuenta veces más mine-
reÍinó treinta y ãeis veces más plata Y-lbtqvo
treinta y tres vecei más benefrcio líquido' No obs-
"à1,
tante,lõs propietarios de minas en América esta-
ban côn michà frecuencia al borde de la bancarro-
tay permanentemente en deuda de capitaì-de giro
.ôí Ío. comerciantes u otros frnancistas" (39)'
Ios primeros grandes asentamientos humanos
Brasiliense. 1988, P. 27.
õ8)-õi-ú"h""i íúì""to. Cuatro tesis sobre laAiles,
colonización
setiem-
àrí"aJ"y pott"guesa. Estrategg- nq 1, Buenos
Urã ae tósz, y f"rt to desarioÌlo más profundo.consultar:
úilJ.a"r páaã.'.c'nt"" de Mayo. Buenos Aires, Fièhas, 1973'
(39) Andre Gunder Frank. obrg citàda'
Abril de 1992 . afio 1 ' Ne 3
de la Colonia (Potosí, en la actual Bolivia, por
ejemplo) fueron producto de Ia economía minera.
lPor qué, sin embargo,los propietarios-de minas se
óncontraban frecuentemente al borde la bancano-
ta? Las cansas son varias, pero distinguimos entre
ellas las que s€ reÌacionan con el conjunto de la es-
tructura coloniql: el producto de las minas estaba
sometido al quinm real ( 1.6 de la producción era
-automáticamente propiedad de la
considerada
Corona). EsÊa condición formaba parte de lo que se
llamaba el ?ocúo blntial' - EÌ'exclusivo metropo-
litano", que t'rnbién formaba parte de esos pactos,
significaba que lÈ C,orona (espafrola y portuguesa
en-Ane;ca ãel Srr, eqaõola en América Central,
inglesa y francesa en Âmérica del Noúe) re servaba
paialas conpaõíaspor ella designadas el mono-
polio del eomercio olonial, tanto para las manúac-
luras y prodnctm que Ia Colonia compraba (impor-
taciones) cüno parl las materias primas que ésta
$1min istraln a hrça (eryortasione s). La impo si-
ción de otras codici<nes (por ejenplo la prohibi-
ción del eomerqio de las eolonias entre sí, aún las
que dependían del mismo país, en el caso de las
coloniú espaíolas) compleaba el "Pacto Colo-
nial", que se nesrrnía en:
pcporte de la Corona de pesados
-Imposicifo
tributos e impuedos atodas las actividades econó-
micas de las colmiasn @ando hasta la prohibición
de las initustrias colmiales-
priyado del comercio colonial,
tanto-MonopoÌio
interno oono €dêr'no, imponiendo altos pre-
cios a los productm de importación y bajos a los de
exportación.
De esta Ínânenr, la C.orona conseguía su parte
del botín cotonial Pra garanttzarla se reservaba
la nominación de hs Árimas autoridades de los
territorios colmiales (Virreinatos y Capitanías
Generales en Ia América espafrola, Capitanías en
la América portryüesa, Colonias Reales en la
América inglgsa). No es preciso decir que el "Pacto
Colonial" creaba una a nrod.icciln potencial en-
tre los quelousufructuaban-las autoridades de la
nación colonizadoray la borguesía mercantil de las
Compaflías metropoÌitbana.-y los que pagaban los
tributos y las manrt'astnras encaresidas por eÌ mo-
nopolio: los colonizadores ya asentados. Por otra
parte, necesidades elenentales de gobierno obliga-
ban a la Corona a tolerar,junto a las autoridades
nombradas directamente ffirrey o Gobernador
General), órganos de representación, si bien res-
tringidos, de los colwrizadores (Cabildos, Audien-
cia la América espaiola-, Consejos Munici-
- encon lo que se creaban las condiciones para
pales)
unauprcsión polítie de aquella contradicción. El
sistema de Capitanías hereditarias, implantado en
el Brasil por la Corona portuguesa, hubiera tal vez
(40) Süanley e Barbara Steir' A herança colonial da América
Latina. Río de Janeiro . Paz e Terra, 1976' p.30-
(41) Ruggiem Romano. Le Rivoluzione del centro e sudameri-
en defensa del ilfianxflsmo
actuado en el mismo sentido, si no hubiese fracasa-
do por lafalta de capitales (la nobleza empobrecida,
receptora de las Capitanías, carecía de recursos
para
- Fuecolonizar sus posesiones).
sobre estas bases que se desasarrolló la
economía Colonial durante tres siglos (XVI al
XVIII). "Alrededor de 1700, esos elementos eran los
siguientes: 1) una serie de enclaves mineros en
MZxico y Peni; 2) áreas de agricultura y ganadería
situadas en la periferia de los enclaves mineros y
volcados al suministro de productos alimenticios y
materias primas;3) un sistema comercial planifr-
cado para permitir el flujo de la plata y,el oro a
EspaRa qrrô, posesión de esa riqueza adquiriría
los artícülos ".tpróducidos en Europa occidental y
enúados a trãvés de puertos espafroles a las colo-
nias americanas" (40). El colonialismo peninsular
configuraba así un sistema de freno al desarrollo
de laJfuerzas productivas de las colonias, y de for-
talecimiento del sector comercial de la burguesía
metropolitana, en detrimento del sector industrial
(o sea, capitalista) que se transformará en un
impedimiento histórico para revolucionar las rela-
ciones de producción en Ìa metrópoli hispano-por-
tuguesa. De allí que fuese correcta la afirmación de
Baltasar Gracián de que la península era "las
Indias" de Inglaterra y Francia (los países que re-
alizarán la revolución industrial y la revolución
democrática burguesa).
De acuerdo con Ruggiero Romano, "la sistema-
tizaciôneconómica deÌ inmenso espacio conquista-
do por los espafloles puede ser resumida así: distri-
buõión de tierras en cantidad casi ilimitada a los
conqústadores y atribución a los mismos de un
gran número de indios adscriptos al trabajoforzado
ãtt esas tierras. Terminado el momento úolento de
Ìa conquista, no se puede decir que la colonización
se haya desarrollado sobre principios diferentes"
(41).
No se trata entonces, de lo que los apologistas
del capitali smo llamaro n "rn ode rna colon izaci'ón",
o seâ ocupación de tierras libres por inmigrantes
igualmente libres.
El"absolutismo ilustrado" de los Borbones, que
sustituyeron a la casa de Austria en Espafla, ape-
nas racionaliza y perfecciona el sistema
cambiar sus bases- que se torna cada vez-sin más
insoportable: "la segunda mitad del siglo XVIII
conoie una fueúe expansión de Ìa producción y de
la exportación de bienes de origen americano (...)
movimientos que no dan lugar a fenómenos de
desarrollo, sino apenas de crecimiento (...) no hay
ningún cambio en la estructura social (de las colo-
nias)"(42).
La larga duración de la explotacion colonial se
explica por la función cumplida en f,avor del desa-
ca, in Le rivoluzioni borghesi. Milán. FraüelÌi Fabriì' 1973' p'
162.
(42) Ruggiero Romano. idemP. 163.
l,
ì'
L
t:
r
h

rrollo económico con centro en las naciones euro-
peas colonizadoras o, como ya se {ij9 "el monopolio
ãe las colonias por la metrópoli defrne al sistema
colonial porque a través de él las colonias desem-
peflan *ofttt.iOttttistórica, esto es, responden alos
ãstímulos que ìes dieron origen y que forman su
razôn de sãr". La principal beneficiaria de esa
funcibn no es su mandante Corona-ni sus 9je-
cutores
-la sino su intermedia-
colonizadores-
-los
ria, la burguesía mercantil europea, que organiza
la colonizaãión y se queda con la mayor-parte de sus
frutos, acelerando aiíla acomolación de capital co-
mercial.
ella no
----e.taSi ésa es la lógica del sistema coloniaÌ,
que yahemos
desprovista ãe contradicciones,
mencionãdo. Durante la primera etapa del sistema
coloniaÌ, las contradicciones entre el monopolio de
la Corona y los intereses de los colonizadores se
resolvieron a través de un activo contrabando
entre éstos y las potencias excluídas por el "Pacto
Colonial" (Inglatãrra fue paúicularmente activa
en la Américã espaflola y en el Brasil) y t-ambién,
como veremos, dõ la piratería, además del contra-
bando en el comercio intercolonial. Las contradic-
ciones deÌ sistema colonial no se reducían a las que
oponían a dos sectores priüìegiados-ìos coloniza-
dãres yla monarquía. En el interior-de las colonias,
se prúundizó también una contradicción entre la
maïa de los oprimidos indios y los esclavos
-los
negïos sometidos al trabajo forzado-y los explota-
doies blancos, Las frecuentes revueltas indígenas
y eampesinas en Hispanoamérica, la resistencia y
ias guã""as indias en América del Noúe, fueron-su
expïesión. En eÌ Brasit, tenemos lafamosarevueÌta
de'los esclavos fugitivos que crearon el "Quìlombo
de Palmares'(s.XVII) que duró casi un siglo'
Según Celso Furtado, podem-os-considerar los
primJros ciento cincuenta aflos de Ìa colonización
ãspaflola como los del predominio de la producció-n
- *itt""u (en Brasiì la primera fundición de oro es de
L694, la cafra de anicat, entretanto, fue introduci-
da desde1530). Ese siglo y medio fue "marcado por
gtandes éxitos económicos para !q Corona y para la
irinoría espafloÌa que participó directamente de ìa
Conquista".
En los siguientes ciento cincuenta aíos asisti-
mos a la declinación de la producción minera y a la
reducción de la interdependencia de ìas regiones'
Pero el camino abierto por la minería sería recorri-
do por otros tipos de pioducción primaria. Así, el
poblamiento de Chile, basado inieialmente en la
producción de oro, encontró una base permanente
ãn Ìa agricultura de exportación' cuyo mercado era
el polJperuano. Recordemos que la América es-
panola comprendía cuatro Virreinatos: Nueva
bspaRa (Méjico), Nueva Granada (Colombia), Perú
y ei Rio de ta plata (Argentina, Paraguay, Uruguay
y Bolivia).
(43) Edward C. Kirkland. Historia económica de los Estados
Abril de 1992 ' aõo 1 ' Ne 3
Ahora, Ìa producción agropecuaria impÌica una
ocupación efectiva del territorio, un asentamiento
de población. Una leyenda tan persi-stenrn como
abzurda pretende Qü€, debido aÌ diferente
"e:spíritu' âe IngÌaterrã, Ìa colonización inglesa de
Américahabría tenido una naturaÌeza y objetiv^os
diferentes de la ibérica' En verdad, la única dife-
rencia consiste en que la colonización inglesa, ade-
más de tardía, fue al comienzo, un fracaso.
"La Compaflía de Comercio y C-oloniz-ación fue eì
medio a trávés del cual se implantó Ìa primera
colonia ingìesa exitosa en eì continente norteame-
ricano. Tãles Compaflías disponían de amplios
poderes y otras ventajas (...) para -el Gobierno era
inas faclï regular las âctividades de una sociedad
que las de loJcomerciantes dispersos. Por eso daba
á las Compafrías poderes y oportunidades que él no
asumía põr temor o morosidad (...) Virginia, la
primera colonia exitosa de América comenzó como
una hacienda de una Compaflía mercantiì' Las
suscripciones de los accionistas se invertían en
mercaãerías, en eÌ reclutamiento de colonos y e-n el
pago de los barcos para el transporte. Los produc-
ios-obtenidos por los colonos eran transportados a
Inglaterra, y Áu venta engrosaba las utilidades de
los-accionislas. Los productos con los que la Com-
paflía pensaba hacer fortuna eran los mismos que
Ìos mercantilistas apreciaban. El descubrimiento
de oro y plata podría transformarlos en un segundo
Perú. Lôs bosques sumistraban eÌ material naval
que liberaría a Gran Bretafla de las importaciones
extranjeras, y ìos campos le darían los productos
tropicãles. Gorgia,los estabÌecimientos de los "pe-
re{rinos" enPlymouth y de los puritanos en Massa-
cúsets fueron otras cólonias impÌantadas bajo el
sistema de Compaflías (...) (Ellas) fueron un rotun-
do fracaso financiero. No dieron utilidades a sus
accionistas. La empresa de Virginia disipó los fon-
dos recogidos, y en 1621, tres aflos antes de que
perdiese la concesión, había arriesgado-en la em-
presa más de 100 mil libras (cantidad fabulosa
para la época) sin haber devueìto la menor suma en
interesei o en capital. No tuvo mayor éxito el
accionista de ìas comunidade s de "peregrinos" ("')
Hasta el establecimiento de Georgia la coloniza-
ción es llevada adelante bajo el sistema de domi-
nios. La Corona concede tierras, no a una Com-
paflía, sino a individuos o grupos-de ìndividuos,
ãotro.idot como propietarios. MaryÌand fue la pri-
mera aplicación- vaÌiosa de ese sistema (...) (pero)
las rentas que los propietarios extraían de sus
tierras eran tan rttoãettat como las ganancias de
las c9mpaflías colonizadoras" (43)'
Las mismas Ìimitaciones existentes en el "Pacto
CoÌonial" de los países peninsulares incidían en las
colonias inglesas, pot 1o menos desde qrre Inglate-
rra empiezã a ocuparse seriamente de elÌas, con las
Actas de Navegación { 165 1). "Un Informe del Comi-
Unidos. México, FCE, 1941.
Abril de 1992. afio 1 'Ne 3
sario de Comercio y Plantaciones declaraba en
1699 que 'la interrción de crear nttestros plnntadn-
nes en Amérira es In dc que el ptnbln de olU se ocupe
con cosas qIrc no x. prd,uztan en Inglnteta, a-la
cual pertenecen'. Fuiron tomadas medidas prohi
bienão la manufachra colonial de mercaderías que
compitiesen con los productos exportables de la in-
du stria in gle sa y para impedir la exportaci ón de de-
terminadõs productos coloniales a otros mercados
fuera de Inglabrra- Con esto se esperaba que In-
glaterra sJ quedase con la crema del comercio
ãoloniaÌ. UnJley de 1699, por ejemplo, prohibió a
las colonias americanas exportar aúículos de lana,
en tanto que eì tabaco y el azícat etan"relaciona-
das" y sólo se podían exportar a Inglaterra u otras
colonias inglesas' (44).
Las colo-nias inglesas no demoraron en perforar
el monopolio real, a través del contrabando, espe-
cialmenle con el Africa y Ìas Antillas francesas. Un
trazo característico de las trece colonias inglesas
era su diversidad, debida a ìas vicisitudes de su
proceso de formación. Eran de tres tipos: autóno-
mas, de propietarios y reaìes. En las autónomas,
los gobernadores eran electos, por un af,o, con
menãs poderes que en las de propietarios (los go-
bernadóres eran nombrados por los propietarios) y
que en las reales (nombrados por el rey). La auto-
nomía relativamente mayor de que gozaban las
colonias inglesas era debida a la política de"Negli-
gencia Saluda.bl.e' adoptada por InglateÌTa
pasaba por graves crisis intemas- durante el-que
siglo
XVII.
Esa política sería abandonada al siglo siguien-
te, peroÌas tradiciones de autogobiernojunto a las
caràcterísticas excepcionales de las colonias ingle-
sas del norte, que analüaremos más adelante,
tendrán una gran importancia en el proceso de su
independencia.
Là imposibilidad de reducir a los indios del
norte a la condición de esclavos, hizo que la gran
característica de Ìas colonias inglesas fuese la
importación de esclavos africanos en gïan escala
(Inglaterra poseía eÌ monopoìio del tráfrco negrero
a partir deÌ Tratado de Utrecht, 1713).
El tipo de producción correspondiente a una eco-
nomía de exportación de materias primas es el
cultivo extensivo de la tierra (plantaciones). El tipo
de propiedad correspondiente a esos cultivos es el
latifundio. En una situación de escasez de mano de
obra, debida a la hecatombe demográfica, eÌ lati-
fundio está inseparablemente unido a las diversas
forÍnas de trabajo forzado.
"La esclavitud deÌ negro fue la fórmula encon-
trada por los colonizadores europeos para el apro-
vechamiento de las tierras descubiertas. En la
franja tropical, la gran propiedad monocultora y
(44) Maurice Dobb, Idem.
(45) Emilia Viotti da Costa. Da Senzala a Colonia. Sao PauÌo.
DIFEL. 1966.
(46) Proyecto de Tesis sobre el problema indíçna en México y
en defensa de1 Dfianxflsmo
tr
esclavista se convirtió en Ia base de la economía,
que giró en torno a la exportación de productos
tropicales para Ìas metrópolis de donde provenían
los-produclos manufacturados necesarios p-ara la
vidã de la Colonia. En las haciendas de aìgodón, en
los EEUU, en los ingenios y caflaverales de las
Antillas y del Brasil, el esclavo representó la prin-
cipal fuerza de trabajo. El sistema esclavista estu-
vo desde los orígenes de la colonización vinculado a
la labranza. Esclavitud y labranza constituyeron
en muchas áreas la base sobre la cual se irgrrió el
sistema colonial que s'e consolidó por mas de tres
siglos" (45).
-
De allí que haya sido incorrecto aíïrmar que "la
oposición entre lós orígenes y las tendencias- de los
pioneros de la coìonización en América es la raíz
profunday remota de las diferencias actuales entre
ios EEUU y la América Central y del Sur, la
América Latina"(46).
Las tierras americanas recibidas por Portugal
(Brasil) carecían de metales preciosos y de culturas
lo sufi cientmente desarrolladas para suministrar
mano de obra. Eì problema para la Corona consistió
en encontrar eì tipo de explotación que contribuye-
ra para financiar ìos gastos resultantes de la pose-
sión de tierras tan extensas y distantes. Factores
muy especiales ocasionaron el establecimiento en
basi a la producción de azúcar: el dominio de su
técnica de producción, aprendido de los italianos y
que ya había sido aplicado en las Azores, la ruptura
del monopolio comercial del azúcar, detentado por
Venecia, ón colaboración con los holandeses, lo cual
abre a los portugueses los mercados del Atlántico
Norte. La esclavización del indígena permite el
establecimiento de los primeros ingenios; segin
Passos Guimaraes, 'bajo el signo de la violencia
contra las poblaciones nativas, cuyo derecho congé-
nito a la propiedad de la tierra nunca fue respetado
y mucho menos ejercido es que nace y se desarrolla
el latifundio en Brasil. De ese estigma de ilegitimi-
dad que es su pecado original, Brasil jamás se redi-
miría". Adquirida una mayor rentabilidad, esa
mano de obra fue sustituída por el negro africano.
La plantación azucarera, utilizando el trabajo
esclavo, constituyó la base de la primera coloniza-
ción del Nordeste del Brasil,llegando a su auge a
fines del siglo XVI y comienzos del siguiente. Con
ella quedaron fijadas las bases del latifundio brasi-
lero.
"Cuando Don Juan III dividió sistemáticamen-
te nuestro territorio en latifundios denorninados
Capitanías, ya existían aquí Capitanes nombrados
paia ellas. to que se hizo entonces fue demarcar eÌ
luelo, atribuirles o declararÌes los respectivos dere-
chos y deberes que tenían los colonos que pag-ar al
reyy a los donatorios (...) con ìa suma de los poderes
América Latina. Boletín de información del Buró Americano'
Oriental de la IrÊ Internacional, n0 6, Nueva York, setiembre
de 1939.
 en d.efensa del ilfiarxflsmoo
conferidos por la Corona portuguesa autorizándo-
los a expedirfueros, que era una especie de contrato
en virtud del cual los "sesrneiros" o colonos se
constituían en perpetuos tributarios de la Corona
y de sus donatarios o Capitanes. La tierra dividida
en sefrorios, dentro deÌ sefrorío del Estado, éste es
el esbozo general del sistema administrativo en la
primera fase de nuestra historia" dijo Max Fleviss
en su História Administrativa de Brasil.
Como complemento necesario de la producción
de azúcar se desarrolla la ganadería, fuente princi-
pal de alimentos y que utiliza poca mano de obra, en
este caso indígena. No reqüere, al contrario de los
ingenios, grandes capitales iniciales. Se convierte
así en la actividad predilecta de los colonos recién
llegados, y consoÌida la estructura latifundista de
propiedad de la tierra.
"Los depredadores de ganado , como Cristovao
Pereira y tantos otros que, en el inicio del ciclo
depredador, son apenas cazadores nómades de
rebafros alzados, sienten necesidad, para el mayor
exito de sus empresas, de crear puntos permanen-
tes de fijación donde pudiesen acorralar al ganado"
(Oliveira Viana, Poblaciones Meridionales de Bra-
sil).
"Los estancieros de laTrontera de Río Grande'
recibirán " E e s rnarí o,s" o parte de " se stna rías" de sde
1738. Es una concesión de tierra por la cual se da al
"sesrneiro" el dominio sobre un área que varía entre
tres leguas en un sentido por otra de largo. Resulta
una superficie total entre 10 y 13 mil hectáreas. La
osesnl,aríao
era la estancia, y nacía la propiedad
privada, entonces revestida de las características
jurídicas de donación oficial y gubernamental. El
latifundio, la fazenda, estaba creada" (Dante de
Laitano).
El descubrimiento del oro, afines del sigÌo XVII
inaugura un ciclo nuevo, el de la coÌonización
minera (la exportación de az(tcar estaba en crisis
por la competencia de lasAntillas angÌofrancesas).
A diferencia de Ìa colonización espaflola del Alto
Perú (Potosí, en la actual Boliúa) no se explotan
minas através de una técnica complejay abundan-
te mano de obra. Se trata de un trabajo artesanal:
retirar el metaì aluvional, depositado en el cauce de
los ríos, y se utilizan pocos esclavos (no obstante
Ìlegan muchos colonos blaneos, cuya población
supera por primera vez ala africana). Este nuevo
ciclo colonizador amplía el área colonizada al pene-
trar el interior en labúsqueda de ríos auríferos.
El latifundio, como vasta extensión de tierra ad-
quirida a la espera de su valorización, y cuya
principal función es Ìa especulación inmobiliaria y
no la producción agrícola, también es característi-
ca de la América espafroÌa. La despoblación posibi-
litó la formación de extensas propiedades del
grupo étnico dominante. Nació el extenso latifun-
dio, con propietarios blancos, espafroles o criollos
(blancos nacidos en América), pero casi nunca
(47) Glaucio A. DiÌlon Soares, idem.
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
indios o negïos. La escasez de mano de obra, junto
a la abundancia de tierra, generó la uitilización de
esta última como forma de garantizar la primera.
Se institucionalizó el minfundio (posesión de
minúsculas extensiones de tierra) en el interior del
latifundio, para aseguÌar mano de obra barata y
constante. A la par de ese proceso, se vió la minifun-
dización de la periferia de Ìa formación social,
derivada de la tentativa de los indígenas de escapar
a las relaciones sociales de sumisión a un gïupo
étnico diferente. Estos patrones sobreviven hasta
hoy.
"La consecuencia fudamental de la despobla-
ción, es que el trabajo no la tierra- pasó a ser
el factor de producción -y
más escaso. Las institucio-
nes claves de la Colonia fueron aquéÌlas que
garantizaban trabajo , \a mita , el repartt mic,nto , y
no las que garantizaran tierra, como las mercedes
de tierra. La principal función de la encomi.enda
fue la de proveer mano de obra y no territorio físico.
En esa situación el trabajo libre tendría que ser
necesariamente bien remunerado. Dada la condi-
ción histórica de que el trabajo manual era poco
aceptable para los peninsulares y dada la desigual-
dad fundamental en el sistema de fuerzas, debida
a las diferencias de armamento y entrenamiento,
la esclavitud se impuso como Ìa solución lógica. Las
instituciones de la Colonia obedecieron a esa lógi-
ca, que no derivó de las caracteústicas intrínsecas
del tipo de actividad económica de plata
aquí, plantación de anicar allá, -minería
obrajes textiles
aculìá- sino del hecho de que el trabajo era el
factor escaso de Ìa producción (...) EÌ área cultivada
fue tremendamente reducida, dándose origen al la-
tifundio improductivo y, en las regiones más apar-
tadas de los centros consumidoresy de las rutas de
transporte, las tierras fueron simpÌemente aban-
donadas, ya que su valor como bién de producción
o bien de inversión era cero" (47).
Latifundio, tierras improductivas o desérticas,
trabajo forzado o servil, opresión étnica están uni-
dos por el mismo vínculo en el sistema colonial
americano.
En las colonias inglesas, por lo menos en aqué-
llas que cum$ían plenamente el papel que les fue
adjudicado en el sistema coloniaì por la Corona, el
proceso no siguió patrones diferentes. Nos esta-
mos refiriendo a las colonias del Sur de América del
Norte (Virginia, Maryland, Georgia, las Carolinas)
que conocieron, con la producción y exportación de
tabaco una prosperidad enorme, que casi hizo olvi-
dar ìa existencia de otras colonias inglesas en el
norte.
Prósperos, los hacendados sureflos mandaban
traer casi todas las manufacturas que consumían
de Inglaterra: los barcos llegaban a penetrar el
continente hasta sus haciendas por los ríos interio-
res. La realización del sistema colonial, especiali-
zando a las coìonias en la producción y exportación
 en defensa del Dfiarxflsmoo
Abril de 1992 ' afio 1 ' Ne 3 tr
pedazo de tierra. Todo indica que esa gente recibía
primarias, generaba en todas paúes efectos equi-
vaÌentes. i"ìtato igual o peor al dado a Ìos esclavos africa-
"EI hacendado sureflo descubrió que para pro- nos.El inïcio dJesa colonización de poblamiento
ducir el mejor tabaco tendría qu-e desvastar más abre una nueva etapa en la historia america-
ürgen' La na,(49).
ãì"1"ív.oi" eÍrza.- de nuevo en el suelo de po-
ti""ta b arata,era necesario tener más tierra' y ;Por qué una nueva etapa? Las co-lonias
fueron una excepìión, no sólo en relación
ásiüs """
pta"ta"iones continuaron creciendo ("') Una blailiento
sino
ã" úãin.tttades del hacendado era hacer frente a ãi".ã"út" de la coloniãación americana, (v mucho
;;úiã;ã;"tro de la colonización inglesa
ü i;h" á; út"tot (-.-) El primer cargamento de
,r"*ro, lÌeeó aJamestown en fOfg y, en- 1690 había ãàt ti.o"tideramos las colonias africanas y asiá-
."ït ã"ï"i"t" mil esparcidos por todas Ìas colo- iìÃã" ã." p"rs). Fueron las condicionesn-aturales (la
sido probàdos como trabajadores en el iu. oo. determinaron que ìas colonias del Noúe
se desarrol'lasen de
"ìàrlrrtfi""
norte, pero ano ser oDmo domésticos, nose adapta-
iL*-=;il N"eva IngÌaïerra) ingle-
totalmenhliferente a las colonias
;;; ï;;ú"j" allí. Pero sí eran adecuados para el -;;;à"t sur, y al resto de las coÌonias americanas'
ir.fã:" "" tt" plantaciones del sr'rr y durante el rár
--
traídos por millares- ("') Ya no "E"u úá óogr afíalaque determin aba la gran di-
.info Xfruf fueion y los
ãtïi* rJ.iì,;ú el pequeho hacendado o para eÌ r.t.".ã *ïtãÏo. .otti"ôs de Nueva Inglaterra ni brazos
irabajador libre ganarse la úda' Las tierras au- à;i;". No había haciendas enormes,
por los ni cosechas básicas en Nueva Inglaterra;
*ã"Iïi"" a" pootio y fueron acaparadas
"ágtot,
iar"pta"tacione s eran pequefl as,. trabaj adas por el
olantadores ricos' (48). pÃõi"tu"io v producían gran variedad.de cosechas'
'--Èàtãa"-rás de un sigto del inicio de ìa coloniza-
habitantã ãbtenia eÌ sustento de la tierra con un
'El
cio" ãmeìeana, las perúcusiones políticas y socia-
i;il;;;ú;idilmn con el surgimiento período de las pri- l"ïlãjá ã"ttaustivo y ese trabajo agotaba todas sus
t""ttufacturas y precedìeron al de nrã""át, por eso buãcó una ocup-ación más adecua-
-ãà-t y1688) àã, v t. ãncontró' Algunas millas-al este de esta
1âá W""a"s rernhtciarui" burguesas 1640
(
;àilõ;ã;üi" .oitu d. Terra Nova, tal vez el
ãï fieráte.* hicieron -que-fuesen deportados pesca del mundo' Los futuros hacen-
ãpotlti."t poÌíticos y disidentes religiosos (purita- -ãiot toeat de
daáos súolcarìn al mar. Luego las aguas costeras
pt".biì"rianos, cuáquero s' c atóli co s ). general-
"ãt,
ãu"tu burgueses o nobles. La población.sin ocupa- i" ll..tu.ot, de barcos pesqueros que volvían carga- Los
los coÌo- ãá.-ã" úu.uú, salmoie s,-arenques y caballas'
;tó"; p"tí.erriat fue encaminada hacia XVII ( 16 20) páÌsãs catoÌicos de Europa eran un-mercado perma-
ãã"a", ã partir deÌ in icio del sig]o
"iá.,
.lããlo" f irimeras colo nias de poblamiento -di' lã"t" pu"u tos peces de mejor calidad, y los planta-
ãã..ì ã" t". Inãias OccidentaÌes compraban("')-Los los de
i;;;;;. d; "" i', s'olnnins dc explotación"de la pobla-
pã"".ufiaua, para aÌimentar a sus esclavos,
riã" de los ibéricos- en el norte de-América, la
iá. "ati"a Estados Unidos, configurando a partir táÉit""t". de Nueva Ingìaterra no dependían deque
".t"uf"*
de entonces un ampÌio fenómeno de "colonización lì;;u nataì para conseguir sus barcos' Todo Ìoallí a
moderna". à*.r"...urio para su*construcción estaba conse-
i'La colonización de poblamiento que se inicia en mano (...) los hõmbres de Nueva Inglaterra
*u" iuú"i.u" más barato oug crla]o3ier otro país
América en el siglo XVII constituyó ya sea una
ãp."u.iã" con finãs poìíticos, ya sea üna forma de ã-rtto.to" debarcos del mundo (...)At contrario de
iãt tot.not, ellos no disponían de cultiv-os básicos
eipÌotación de mano de obra europea-que un con- -buscados
en el Viejo Mun-
qou fo"..t ávidamente
iunto de circunstancias tornara relativamente podían transportar el e.sos
b"t"ttó" las Islas Brikínicas. Al contrario de Ìo ãã, p""o -producto $.e
qrrã-à.o*i".a con Espafr a y Portugal, que se h abían .oitirrot .o, navíos, pues en el sur se dedicaban
"t
exclusivamente a la plantación de tabaco y aÍÍoz'
iisto aÍligidas por útta p".tntnertte escasez de preocuparse Por el acarreo."
*à"o a""obra õuando iniciaron la ocupación un de sin
---'biettátttico quedó cubierto de embarcaciones
Ãããti.", IngÌaterra en el siglo XVIr presentaba
consiaetâUte-excendente de pobtación gracias a las a. uttot Và"quis àmprendedores, que olfateban el
ptãno"at. modificaciones de su agricultura inicia- ;;;;;;i;en ãualquier lugar ("') El escenario inhóspito
de
y
i.IoÀnu Inglaterra hasta 1760: suelo
ãà. ..t el siglo anterior. Esta población sobrante p"d.egosol pequeflas granjal trabajadas por lo-s
[.. ) en õondiciones sufi cientemente precarias di-
como "i"iu
para someterse a un régimen de servidumbre iropiõtariôJ y sus hijõs, pioduciendo cultivos ciuda-
;;;ã;;F"thás pequúoá poblados, diversas
;;; iiãp" Ìimitado, con el fin.de acumular un
-p"
qo.no p utrimonio. [.a person a intere sada fi rma- à;;ú;J;; t i" largo dã la costa, el sonidoespe- del
ttrutlillo constructor de navíos, trabajadores
Lu ott.ottìtato en Ingìaterra, por el cual se compro- y
;"tá; habajar paú otra por un plazoeÌdepago cinco a ciali"ados, artesanado doméstico, algunos telares
iã"iuïi"a"ttriaìes, pocos escÌavos negros' 9n pT-
;;;;;t, reõibióndo en co-pensaeióncontrato' del un ;.JiG;";i t""rá:ã del hombre bÌanco libre' la
pasaje, manutención y aÌ final deì
Companhia Editora Nacional, 1976
(48) Leo Huberman. Historia da riqueza {o1EU{,' sao
ì;õiõ;t; F;;iãão. Fo'-uç'o Econ6mica do Brasil' Sao Paulo'
..
-€ en defensa det Dflanxflsmoo
naturalqza forzando a los pioneros a trabajar duro,
embarçaciones resistentes fabricadas poi los pro-
pios
labitantes, hombres que buscabâtt .r.go.io.
rentables en todos los rnercados del mundo'G0).
- Esto-explica que no llegara a Nueva Inglaterra
ni el trabajo servil ni el trabajo esclavo, a pesar de
no existir en los futuros \anquis" ninguna oposi-
ción de principios a esas formás de habãjo. Lo rpás
lmport-antei sin embargo, es que el mediô greográ-
fico y el tipo de producción determinaron eá Nueva
Inglaterra un tipo diferente de estructura de
propiedad de la tierra, que era, en la economía
colonial, el principal medio de producción.
. _"En Nueva Inglaterra las tierras que habían
sido concedidas inicialmente a un grupo de colonos,
para permitir allí el establecimi"tr'to ã" una nueva
ciudad, fueron divididas, después de 1635, porlas
propias ciudades en lotes residenciales. Algunos de
esos lo_tes no pasaban de medio acre en tãnto que
otros llegaban alos 22acres.Nueva Inglaterra õra
un territorio de pequeflas propiedades y de hacien-
das familiares, y en ningunã parte je veian los
extensos dominios o latifundioJde las colonias del
centro y del sur. En esas últimas colonias los
pequeflos lotes se aìternaban con las grandes pro-
piedades, como consecuencia del sisteãa de tráns-
misión de la tierra mediante ventas, lo cual prepa-
ró el terreno para la difusión de la especulación y el
acaparamiento" (51).
, El precoz desarrollo industrial fue determinado
por dos factores principales: 1) la existencia de
mano de obra calificada y abundante y 2) la concen-
tración urbanay la sociedad de pequeflos granjeros
t'ormaban un mercado locol.sin poder adquisitivo
para comprar los productos ìúi;r;r,;ero que
ngdían com_prar los productôs locãles máJ baratos,
además del mercadì de las Antillas. La industria
de exportación (navíos) se desenvolvió, al punto
que ál final del período colonial, un tercio-de la
m'arina mercante británica (la mayor del mundo)
estaba constituída por navíos construídos en Amé-
rica. Por otra paúe, la escasa atención que Ingla-
.tpya prestó a las colonias durante la mayor pãrte
del siglo XVII,-hizo que se crease en Nueïa Ingla-
lqrya una tradición de autogoblerzo, incluyendo
luchas políticas internas contra el Lotalitarismo
religioso de los puritanos, que llevaron a ìa creación
en 1636 de la colonia de Rhode Island, bajo la
divisa:'Dios no exige que se decrete ni seimponga
en eualquier sociedad civil una uniformidaã reTi-
Foqa". Todo esto convergió para que en Nueva
!-nglat-erra se estableciesen bases paia rrn desarro-
Ìlo radicalmente diferente, en relãción a las colo-
nias americanas de los países ibéricos.
(50) Leo Huberman. Idem.
(51) Stuart Bruchev. As origens do crescimento económico
americano. Río de Janeiro, Record, 1966.
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
La crisis del sistema colonial
lEs posible, entonces, decir que "una gran dife-
rencia que particulariza a tos EEUU y alas otras
ex-colonias inglesas es su dominación colonial: al
constituir espacios relativamente vacíos frente al
capiüal, y surbordinados a una metrópoÌi que es la
vanguardia del capitalismo, esos países realizan su
acu-mulación originaria durante el período colo-
nial. Esto es, nacen para la independóncia política
c-omo capitalistas ya constituídos, y ésa es su gran
diferencia con la América ex-ibérióa" (52)?;Fúe el
trabajo servil de buena parte de los primerõs colo-
nosfuente de acumulación originariá en eÌ norte de
los EEUU?;Fue el "intercambío desigual', (transfe-
rencia de valor) de los productos manufacturados
del Norte con el Sur y las Antillas esclavistas? En
cualqúer caso, la tesis que explica el nacimiento
del capitalismo en Nueva Ingláterra por el ,,d,eter-
minisrno geogrófrco"(defendida entre otros por Leo
Huberman y Milcíades Pefra) deja oscuro el punto
de saber el período y los mecanismos de su acumu-
lación primitiva. Lo esencial para el desarrollo del
futuro capitalismo norteameiicano no fae la,,colo-
nizaciin libre" (quLe producía una economía basada
en la pequefla producción mercantil) sino los exce-
dentes crga-dos por el trabajo esclavo, cuaÌesquiera
b"y- r_t4olq mecanismos de su capitalización. EÌ
desarrollo deÌ capitalismo es 1o contiario de la colo-
nización libre, o sea, de la propiedad fundada en el
propio_trabajo. Man< apuntó, en El Capitaì, que en
el conflicto que los oponía, en ìos EEúU icúando
éstos eran todavía "una coÌonia económica de In-
glaterra"),la clase capitalista inglesa, a pesar de
formales declaraciones en contraiio (ya hãbía sido
prohibido el tráfico negrero) apoyó a Ìós esclavistas
contra los partidarios de la abolición.
Para Stanley y Barbara Stein ,,la existencia de
l+na tierraúrg_en, de grandes dimensionesy subha-
bitada, poseedora de extraordinarios recrirsos, si-
tuada geográficamente en posición favorable ies-
pecto de Europa y disfrutando de condiciones
climáticas comparables a aquélìas encontradas en
suelos europeos representaba, en realidad, condi-
ciones fuertemente potenciales para el desarrollo,
inexistentes en cuaÌquier otra área del Nuevó
Mundo (...) las colonias ingÌesas del norte desarro-
llarán la construcción nãutica y las actividades
mercantiles, estas últimas paúicularmente des-
pués de 1763, en la región del Caribe; a su vez, las
colonias del sur establecerán las bases para una
agricultura de expoúación con utilización de mano
de obra escìava" (53).
(52) Hector Alimonda, idem.
(53) Stanley e Barbara Stein, idem. p. 100.
Abril de 1992 . afio 1 . Nq 3
Para otros autores, Ìos EEUU "ya antes de la
emancipación ejercían un próspero comercio con
base en sus materias primas y contaban con Ìrna
importanteflota. Dehecho, el avance técnico de los
EEUU era eüdente gracias a inventos taÌes como
el molino automático de Evans (1785);las máqui-
nas de hilar de Slater (1790); las técnicas de Whit-
ney para separar lafibra de algodón de las semillas
(tlg+lilaõonstrrcción de armas (1800). La prohi-
bición comercial de 1807 y Ìa guerra anglo-america-
na de 1812 arminaron el comercio ultramarinir, lo
que a su vez, en eontrapaúida, posibilitará el
despegue de laincipienteindustriadel Norte, y así,
en 1813, Francis Lowell funda la primera gran
fábrica estadounidense. La ola de productos britá-
nicos después de la paz de Gante, fue contenida
progresivàmente 1rcr las tarifas aduaneras de
181-6, t818, 7824,L828,1832 que elevaron los dere-
chos de 257c al45'*, enel caso de los productos más
gravados. Paralelamente se fue desanolÌando una
fuerte industria nacional. Así, a partir de 1840Ia
importación textil se hizo innecesaria. EÌ país ya
contaba eÍì esa época con más de 1.200 fábricas de
tela de algodón" (54).
En América Latina la "colonización moderna
(de pobtaciónf fue débiÌ y excepcional (región del
Río de la Plata y Costa Rica).
;Péro cómo entú en crisis el sistema colonial?
Durante tres siglos el sistema colonial america-
no funcionó, resolviendo sus contradicciones a
través del contrabando y de la piratería, de las
ocupaciones de tierra, y de la masacre cíclica de
pobìaciones nativas o de esclavos.
lDe qué manera el sistema colonial americano
trababa el desarrollo de lasfuerzas productivas en
las coÌonias? El monopolio comercial ejercido por
las metrópolis implicaba un sistema de "puerto
único', tanto para la recepción como para la expe-
dición de mercadeías. Esto, además de hacerlas
artificialmente más caras, fue determinando una
creciente escasez. Por ejemplo, para Ia América
Espafloìa poÌ su tâmano y peso económico
constituía -que
la fracción más importante de la Améri-
ca colonial- la Corona creó la Casa de Contrata'
ción,situada en Sevilla. Al comienzo, eìla organizó
y a$Lizó el comercio entre las coÌonias y la metró-
poÌi. Pero "al cabo de unas pocas décadas, se
convirtió prácticament€ en unâ corporación cerra-
da, ìimitada a unas pocas casas comerciales que
ejercían el monopolio del trrífico. Por su intermedio,
los comerciantes de Sevilla llegaron a controlar la
naturaleza y eì volumen de las cargas que salían, y
establecían a su criterio los precios de su venta a la
Corona, frecuentemente bajo la compuïsión o para
gat antizar favore s e speciale s. Gremio s comercia-
les simiÌares fueron establecidos más tarde en
Nueva Espafla (1594) y en Perú (1613), constitu-
(54) Francisco A. Ranirez Esparza e Alfonso B. de Mendoza.
Los Estados Unidos de América en el siglo XIX. in Demetrio R.
en defensa del Dfianxflsmo@
yendo asociaciones de los principales importadores
iuyos intereses coincidían con los de la oligarquía
comerciaÌ andaluza. El resultado fue la disminu'
ción del abastecimiento de mercaderías europeas a
América y de productos americanos a Europa. Las
colonias eran abastecidas por debajo de lo normal
y tenían que pagar precios exhorbitantgs por las
mercad.erías európeas. Constituyó uno de los más
serios obstácuìos para el crecimiento de su indus-
tria, su población y su bienestaf' (Clarence Ha-
ring).
à partir del siglo XVIII tanto Ìa América es-
paflola como la portuguesa protagonizan un cr-eci-
miento tanto de su pobÌación como de su produc-
ción. La producción y el comercio se expanden
particuìarmente en las áreas periféricas: Iìg!!e--de
México, Florida, Río de la Plata, Santiago de Chile,
Nueva Granada y Venezuela. En Brasil, eÌ auge dq
la economía minera da Ìugar a un conjuntb de
actividades subsidiarias (cría de ganado, agricuÌ-
tura, artesanías). Según Cardoso y Perez Brignoli
"el dinamismo de algunos rubros de exportación,
cueros deÌ Río de la Plata, cacao de Venezuela,
plata de Méxiôo, no puede ocuÌtarla reactivación de
muchas industrias artesanales que abastecen a las
regiones exportadoras y a los núcleos urbanos en
expansión. Entre el monopolio deÌ comercio legal
existen intersticios para esas primitivas activida-
des industriales".
Si, por un lado, el contrabando no puede canaÌi-
zar toda la'expansión potencial del comercio, por
otro, la Corona no puede permitir su crecimiento
indefinido. EÌ crecimiento del potencial productivo
y comercial de las colonias choca con la"erclusiui-
dad metropolitana" ;y para remediar esta situación
se producen los reajustes imperiales conocidos
como reformas borbónicos (de Ìa dinastía de los
Borbones de Espafla), y pombalinos (del marqués
de Pombal, regente de Portugal) que buscan la
diversificación del comercio colonial.
"Cauteìosamente, se operó una reforma en la es-
tructura del eomercio coÌonial, iniciaìmente en la
zona deì Caribe (1765), con Ìa apertura de diversos
puertos espafloles al contacto directo con ìos puer-
tos caribefros sin parada obligatoria en Cádiz; pos-
teriormente, se autorizó que trece puertos espaflo-
les comerciaran directamente con los mayores
puertos coloniales (L77$, a excepción de Veracruz
y La Guayra,recién incluídos en 1789. Esos redu-
cidos ajustes, a los que se denominó poìitica de
"libre comettlo", representaban apenas una libera-
lización del comercio dentro del cuadro imperial. Se
permitíaun limitado comercio inter-coÌonial,y aún
ãsírestringido únicamente a ìos productos colonia-
les, no admitiéndose ìa reexportación de importa-
ciones europeas. EÌ objetivo de estos cambios era el
mejoramiento del contacto entre la metrópoli y las
Perez, Historia de America. fV Parte, Madrid, Najera, 1987, p
L23.
t
en defensa det ilfianxflsmoo
@
colonias, tratando de reducir el eontrabando a
través de la ampliación de la oferta, y elevando el
porcentaje de manúacturas espaflolas en el comer-
cio con las colonias" (55).
Como toda reforma en Ìrn período de crisis, ésta
sólo consiguió agravar la causa que le dio origen,
sin solucionarla. Porque la "Iiberalizaci.ón del
Comercio dentro del cuadro imperial" chocaba con
un obsúculo insuperable: la débil industi{aliza-
ción de los países ibéricos, su incapacidad de sumi-
nistrar manufacturas en cantidad suficiente a las
colonias.
"Concebido únicamente en interés de la Metró-
poli, el sistema colonial del antiguo régimen econó-
mico es tanto más difreil de aplicar dado que des-
pués de más de dos siglos las metrópolis ibéricas
son incapaces de satisfacer las necesidades reales
de sus colonias americanas. El monopolio de Sevi-
lla y después el de Cádiz, que cede en 1765 lugar a
un monopolio más amplio de Espafia, así como el
monopolio de Lisboa no son, en tales condiciones,
más que un medio de exacción fiscal, es decir un
pesado aparato de fiscalización castellana y poúu-
guesa que sin benefrcio alguno para la economía de
los países productores, drena para una Europa pa-
rasitaria los metales preciosos que la técnica criolla
y la sangre del indio aÌTancan de las Rocallosas a
los Andes" (56).
A las contradicciones derivadas del monopolio
del comercio metrópoli-colonias debemos agregar
las surgidas de las prohibiciones y monopolio del
comercio intercolonial. Estas chocan a suvez con la
incipiente expansión de un mercado interno colo-
nial.
Ya en el siglo XVI, Potosí, uno de los polos
económicos de la América espafroÌa, tiene veinte
mil habitantes, cifra que será superada en el siglo
siguiente por Lima (Peú). La formación de una
sociedad en las colonias con un cieúo tejido social
y orden internos (creación de escuelas y universi-
dades) comienza a entrar en conÍlicto con lo que era
la prologación lógica del monopolio comercial: el
monopolio político en manos de la administración
colonial. Ya en 1640, en el actual Paraguay, el
movimiento de los "cornnneros" cuestiona ese mo-
nopolio político. La creación delos"cabildos" en la
América espafrola, buscando dar una cierta repre-
sentación a Ìos sectores privilegiados de la sociedad
colonial (el primer cabildo es de 1729) será, con las
reformas comerciales, un factor de complicación
del problema político.
Las contradicciones "externas" tienen, en las co-
lonias, una expresión'interna de acuerdo con la
posición ocupada por los diversos sectores y clases
sociales dentro del sistema colonial. Ya afines del
siglo XVII explotan revueltas contra el monopoìio
(55) Stanley e Barbara Stein, idem.
(56) Pierre Chaunu, Historia da América Latina, San Paulo,
DIFEL, 1978.
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
comercial (la revuelta de Bekman, en Maranhao,
en 1684). La abolición de las flotas de convoy reales,
de cáracier bianual (transporte obligatorio del
comercio colonial) en 1735 (Espafra) y en 1756
(Portugal) forman paúe de las reformas ya referi-
das. Los sectores que basaban sus ganancias en la
explotación de la población nativa, luchan y consi-
guen la expulsión de los jesútas (protectores de los
indígenas) y la incorporación de las misiones jesú-
ticas al dominio del Imperio Espafrol. En la Améri-
ca espaf,ola, en Brasil, la sociedad colonial se va
escindiendo en intereses clases- contrapues-
tos. -en
"De un Ìado, brasilefros propietarios que se con-
sideraban la nobleza de la tierra, educados en un
régimen de vidaholgaday de grandes gastos... del
otro, el "m&Ecate', el inmigrante enriquecido for-
mado en la dura escuela del trabajo y que viene a
hacer sombra con su dinero a la posición social de
aquéllos. Se generaliza así una oposición al
negociante'portugués-tnascate",'marinero', los
epítetos con los que se los tratabavariaban, porque
através del monopolio del comercio colonial excluía
de él al brasileflo; que ve como se le reducen los
medios de subsistencia; el conflicto así se profundi-
zay se extiende" (57).
Así, en la "guerra de los'ma s cate s" (17 1 0), se en-
frentan éstos con los naturales de la colonia. En la
América espaíola, las "refortnos" también acen-
túan la escisión interna de la sociedad. En el Perú,
los "indios forasters", escapados del trabajo y del
tributo forzado a la administración colonial, entran
en alianza con los espafloles que ocupan tierras sin
títulos y que no quieren pagar a la Corona para
regularizar su situación. A través de las oposicio-
nes internas de la sociedad colonial, se va procesan-
do la crisis general del sistema, que tiene su causa
en el monopolio económico y político de la metrópo-
li.
En las colonias inglesas, el monopolio comercial
produce efectos semejantes, atenuados por el acti-
vo comercio intercolonial y por el contrabando con
Francia. Pero el desarrollo de ese comercio estaba
condicionado al crecimiento de las industrias,
especialmente importantes en Nueva Inglaterra
(Norte).
Cabe preguntarse por qué los gobiernos colonia-
les no aprobaban ellos mismos una legislación
destinada a impuÌsar el desarrolÌo de las manufac-
turas. La respuesta es que eso es precisamente lo
que hicieron. "Antes de 1750las legislaturas pro-
vinciales concedieron frecuentemente el derecho al
monopolio en el intento de incentivar el suministro
seguro y regular de algunos artículos de gran
consumo (sal, azúcar, papel). A veces también
reducían ìas tarifas... Pero en L724una ordenanza
(57) Caio Prado Jr. Formaçao do Brasil Contemporáneo, Sao
Paulo, Brasiliense. 1965.
Abril de 1992 ' aõo 1 ' Ne 3
del reino prohibió que las colonias eolocasen im-
p"".út ,àbt" -"t*derías británicas' Tas leyes
ããtii"ua"t a incentivar industrias especÍficas fue-
át *i.*o tiempo, desautorizadas por el gobier'
"0",
no
--- británico" (58).
È1, ã"*-oronam'iento del sistema colonial se
produjo como conseguencia inmediata de las gue-
rras europeas en que sc viemn envueltaslasmetró-
à-ioUreciendose: la guerra de los Siete Arios
"oii".
il-t ri-ïãi ;;tre Ingl aterra i rran ci a ; I a i! v asión de
ìírp*áío" la Frínaa napoÌeonica (1808-1814)'
inglaterra satió Yistoriosa de la guerra contra
Franc"ia (conquistando, inclusive las-colonias fran-
;;;t d; A-eïca)' Pao Ìa victoria dejó sus finan-a
zas exhaustas. Este es el origen de los impuestos
Ë;;du;ús hísicos v tributos 9*v a" Sellos) al
oue sometió a sus colo-nias americanas a partir de
iiá4. È.". medirìas potíticas desnudaron el carfg-
;;;;;p;"t"ble y anãcronico del sistema económi-
ã. yïããí*. úoti"t*ocia de algunos sectores de la
población
-Boston provocó enfrentamieltos -y muertes en
(1??0). Estabs desatado el proceso que
Í;;;" ala caída del sistema colonial americano'
En los principales hechos del proceso que prece-
el Pacto
de esa caíâa-reforzamientoy cambios en
revueltas
Óolonial, contrabando creeiente,
U Áa-i"ittración y rerrreltas sociales-se
tãt a"."ti."e las nrabas que el sistemacolonial
pã"i" al desarrollo de Ìas fuenas productivas, en
Ias colonias y en EuroPa-
-- Éi ;;;;pouo ultp""o-portugués chocaba con la
necesidad aì erpansiOn dó mercados de Inglaterra
iõã t pà"O"ul* "iut*-edcamente a través del
àã"tt*â"ao) que vivía en plena'Êe u oluciôn Indus'
iiií,-v ion ouãe dee*tiv-amente el rnodo dn pro'
capitali.*a.
- Éf monãpolio
d,uccion
metropoütêno choeaba con la ex-
pansión del comercio de las colonias en todas direc-
ãio.r"t (Europa y comercio inter-coÌoniaÌ)'
La expaniiOã del come.cio y de la producción en
(58) Stuart BrucheY. idem'
en defensa del Sfianxflsmoo
E
'las colonias exigía el pleno aprovechamiento de la
rónta comerciãl poi los sectores propietarios
(comerciantes, propietarios de tierras, y minas,
ãã"iutoi e industiiales de Nueva Inglaterra) lo
ãr" ifo.aba con los tributos e impuestos de la
.otot* y con Ìa administración colonial'
tããós los factores de crisis del sistema colonial
mientras tanto, dentro de. ung crd-sls
"rpioútott,
;;;diat, e;decir, de una crisis del conjunto de las
relacionós internacionales que tuvo por centro a
;;õ;ú;t metrópolis. No pìr casua-lidadpoco, la inde-
a la
pã"ãã"ãiã (1??6) precedió, en
iã;.üfi "-ericâna
industrial ingìesa (1780)v a la revolu-
social en
;id õiíti." que inaugüró la revoluciónguerra
iÇt";ú (1?89). Man<ãonsideró que "la de
inauguró la nueva épo-
ind"o"ttdettcia americana
-- aô "...tso de las clases burguesas"'
.ã
Lt p"o.esos de independenôia hispano-ameri-
.u"o. tïgog-1826), a soìer, son tributarios de ìas
.ã"tã.".".ias de ósos acontecimientos-en el plano
ã*aiA. "En 1808 se explicita aquello que los
ini-
tt"t"ãÀt ya advertían desâe 1?95, cuaado se
do a
;ü;;; Ë iucú as franc -in gl as, tran-sforman
o es
f V * Atlántico en un interminabÌ e campo.de
""óp"
úiuftu,io que aisló casi completamente aAmérica
contra ãe tô*"í"".ãdos europeos' Las ventajas e,conómicas
pusie- ãõ"tn"úau. durante la segunda mitad del Siglo
im- )WIII comienzan a agotarse frente al predominio
ma"iti-o ittglés, quela a encontrar su coronación
- la batallãde Trafalgar' en 1805" (59)'
en
Tres afros después, ól monarca portugés, insta-
lado en Brasil, aìausa de la invasión napoleónica
a la península, decreta la apertura-de Ìos
puertos,
po"iã"ao frn áe hecho aÌ monopolio colonial, al
iliutno tiempo en que explotan los -movi-mientos de
i"ã.pã"a."õiu Àmérica espafrola' El cambio de
"t de ìas colonias fue un aspecto
la esiructura política
de la crisis iniernacional provocada por el colapso
ã.nniti"o del feudalismo õuropeo, Y Por la revolu-
ción económica, social y política de la burggesía'
en d,efensa det Dfiarxflsmoo Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3

Crític a
a la teoría de
la regulación por Claudio Katz
En los últimos aflos se produjo la irrupción de Ìos términos "fordismo",
'taylorisrno" , "toyotiEmo', "régirnen de acumulación" , "rnodo de regulación; ,
"paradigma industrial" y "gestión monet&ria" en eÌ ámbito de la ãconomía,
Ìa política y las cien_cias sociales. sus difusores son ex-marxistas que cons-
tituyeron una escuela denominada "Teoría de la Regulación",qoe ha tenido
gran aceptación en los medios académicos y en el ampÌio espectro del cen-
troizquierda. Esta corriente se forjó originalmente en torno acuatro autores
franceses, Alain Lipietz, Robert Boyer, Michel fulietta y Gerard de Bernis,
que se agruparon en dos corrientes (Paris-Cepremap y Genoble-Greec), y
que a su vez inspiraron diversas subvariantes. Los "regulacionistas" parti-
ciparon a comienzos de ìa década pasada en el proyecto político dela"únión
de Izquierda" del PC-PS que ìlevó a Mitterrand aÌ gobieino, acompaf,aron el
fracaso de esta experiencia "socialista'y también Ju posterior girõ derechis-
ta.
En América Latina, esta escuela se introdujo a través de los institutos de
investigación, pero además muchos de sus principales exponentes se convir-
tieron aceleradamente en funcionarios de dlstintos .egÌmenes democrati-
zantes. La teoría por esta vía adquirió el status de palãbra oficiaì. El caso
más representativo es el de carlos ominami, un prolífico autor regulacionis-
ta (1), que se conviúió en Ministro de EconomÌa de chile. En Ãrgentina,
Méxicoyvenezuela los "regulacionistas" también se han ubicado en-lugares
privilegiados de Ìa estructura estatal.
- Boyer (2)y _Lipietz(3) propugnan el reemplazo deì marxismo por concep-
ciones menos "fosilizadas" , "dogrndtic&s" o "mecctrnicistas" . No explican cuãl
sería la teoría superadora de estos defectos, ni se consideran a sí mismos
Dortadores de una nueva visión del mundo. sugieren que la confluencia de
distin-tas concepciones constituye el medio adeúado para co-prender la re-
alidad contemporánea. Boyer declara explíeitamentì la neceiidad de ,,ser
anti-teóricos" y pragmáticos. "No discriminar" ìdeológicamente, sino más
bien reunir en un mismo cuerpo teórico Tos "aportes" ãe diversas escuelas.
Marx sería compatible con Keynes, eì funcionamiento del capitalismo podría
explicarse con distintos fundamentos. Sería tan válido pa"tir de unainter-
pretación objetiva, histórica yjerarquizadora de Ìa producción como optar
por un e-nfoque contrario, es decir subjetivo, y sustènhdo en el .onsri-o.
Siguìendo este método, por ejemplo, Lipietz (4) estima que un capitalista
puede ser visto simultáneamente como un emprendedõr, forjadãr de la

(1) Onimani, Carlos. "La tercera reuolución indu.strial". RÌAL-GEL, Buenos Aires, 19g6.
(2) Boyer, Robert. "La Teoría dc la Regulación". Ed. Humanitas, Buenos Aires, 1ggg.
(3) Lipietz, Alain. "Mírages et Mi.racles". Editions La Decouverte, paris, 19g5.
(4)Lipietz, Alaín.^Reflexoes sobre unra fabula". Dados, no 1, 1989, Río de Janiero.
Abril de 1992 ' afio 1 ' Ne 3
"aventura de la acumuìación", o como un explota-
dor y expropiador de trabajo no re : unerado'
Él *ãtrit* o "d.ogmótiao seía incapaz de rea-
lizar esta nueva síntesis, )i permanecería aprisio-
nado de conceptos tarr'uniuergl,es' y 'g-enerales'
como capitalismo, proletariado, Todo de produc- '
ción, imperisfi-smo o fuerzas productivas' que re-
sultarían insuficientes e inservibìes para explicar
la realidad circundante- Para sup€rar esta limita-
ción, la "Regulnción- propone la inhoducción de
"categorícrs intcrmedias"' que sgúan -eonceptos
"coníretoso,capaces de permitir el abordaje "espe-
cífico" de los pmbÌemas ecnnómicos y sociales' Con
elios se evitaría los juicios *supra-históricos" y des-
conocedores de los na,hos singulares"' que carac-
terizarían al marrismo-
P ar ala'Regu lnci.ón',dala evolución de la eco-
nomía y la poÍtica mundiales en los úÌtimos dos
siglos habríà estado dictada por las transformacio-
nJs ocurridas en tres "mrt4oría.s inlermedias"" el
"parad,iglna indastrial', el'régímen dn' acumula-
ción" y el*mdo de regl&iarl'- Elprimero repre-
senhíía distintas formas de organüaeión del pro-
ceso de trabajo denominnr{as, artesanal, -manufac-
turera, taylorista fondi*a o toyotista- El segundo
diferenciaía 'modctre dc industrinlización" de
cada país, se gún su nahrral ez a'eÍtensiu a' o " inte n-
siua";y el tercero sería el más importante' porque
àufi"itiu eì modelo prevaìeciente en cada país, de
acuerdo aÌ tipo de competencia' las relaciones sala-
riaÌes y mon"t^"i"t do-irra.ntes. El factor prirrcipal
de un "mada de rz&lfrcion- serían las "formas
institucìonal€s'n es decir el régimen político y los
acuerdos sociales r-igentes- Los "regulacionistas"
describen el pasaje del sigto XD( al XX como una
evolución de- "mcd.clos' nan ufactureros' extensi-
vo6 y competitivos hacia otros tayloris-tas, intensi-
,ros y -o.opólicos. Pero su principal-foco de estu-
dios es el modelo 'fordi'*a', surgido en lo que
AgÌietta (5) catifiea como la 'edaddc oro" del capi-
ta'iismo, es decir el período que se inició con la crisis
del '30, se extendió durante el "boom de post-
guerra" y concluyó en Ìa década del'70. Durante esa
-consolidado
Lre ." habría primero en Estados
Unidos y luego en Europa Oceidental, una organi-
z ación deÌ tr ãbaj o'ford i s a', basada en l a "p r o d uc'
ción en flLasa",lâs fábricas gigantescas, y la activi-
dad rutinaria, repetitiva, parcelada, impuesta por
los principios tayloristas de las operaciones'en
cadóna. El "régirnen d'e acumulnción" setía intensi-
vo e incorporãría una nueva 'norma de constt'rno"
para el grueso de la población, que accedería po-r
primerJvez a una masa de nuevos bienes (esleciaÌ-
mente la vivienda y el automóúl) obtenidos por
incrementos en los-salarios equivalentes al gran
aumento de la productividad del trabajo registrado
(5)Agtietta, M íchel.'Regulación y crisis del copiÚaJrsno"' SigÌo
XXI, Madrid, 1979.
ieiíipi"tr, Átuir'. "Hoy que rced.itar el espíriiu dz la CEPAL",
Pdgitn 12, Buenos Aires, 2911211991.
en defensa del Dfiarxflsmo
tr
en esta etapa. El "modo de regulación" se basaría
en lacapacidad de los monopolios para administrar
equilibradamente sus beneficios y at-emperar
mìdiante la intervención monetaria y fiscal del
Estado los vaivenes del ciclo económico. Los éxitos
del "capitalismo fordisto" se basarían en la solidez
delos'Tpactos sociales" alcanzados entre Ìa burgue-
síay lâ clase obrera, que habrían permitido el fun-
cioriamiento de un "EÀtado benefactor", garante de
todas las concesiones sociaÌes obtenidas por los tra-
bajadores. F,l"New Deal" de Roosvelt es el ejempÌo
más citado de este tipo de acuerdos.
En los af,os '70 habría comenzado la "crisis
orgdnica d'el fordismo", causada por la caída de la
prãductividad, provocada a su vez por el agota-
miento de este "paradigma industrinl". Esta decli-
nación de la próductividad obstruiría eÌ funciona-
miento del"régimen de acumulaciÓn" y de todas las
reìaciones sociaÌes, institucionales y monetarias de
sa"mod,o d,e regulación". Existen entre los "regula'
cionistas" diversas opiniones sobre la conclusión o
persistencia de esta ôrisis, pero-tod-os coinciden en
ãaracterizar cuales son las ialid as "post'fordistas"
en curso partiendo del presupuesto de que se de-
senvolveún bajo el régimen capitalista. Varios
af,os antes de lidebacleìel stalinismo en el URSS
y Europa Oriental, Boyer ya declaraba que el "so-
ãialistno es un problema alejado de nuestros inte-
nogantes actuãles". Todos los razonamientos "re-
gulãcionistas" consideran que el capitalismo es un
ãato invariable de la realidad contemporánea y ex-
cluyen incÌuso como hipótesis el reemplazo de este
régimen social.
En el inminente escenario del "capitalismo post-
ford,ista" sóìo cabrían dos alternativas: un modelo
'"monetarista"
y "neo-taylorista", que acentuaría
las insuficiettcias del "régimen de acumulación"
precedente, agravando la caída de la productividad
y todot los deãequilibrios económicos' Este sería el
saldo de los ajuãtes brutales prevalecientes en el
"capitalismo ialuaie y neoliberal" que según Li-
pieiz (6), predominaría en Estados Unidos, Gran
bretafla dèsde el triunfo del reaganismo y thatche-
rismo, y en Francia y Espaf,a desde 1"983. La otra
opción lería el "capitalismo negociado" que estaría
upli.áttdo.e globalmente en Alemania y Escandi-
nãvia, pero que se manifestaría puntuaìmente a
nrecon-
escala internacional en todos los casos de
versión consensuadd", es decir acordada entre las
patronales y ìos sindicatos. Este modelo
ãiguiendo un proyecto de la General Motors, Li.-
-que'
piãtz (7) denomina "saturniErno"- 5sf i3 eÌ único
de las
ãue permitiría una introducción provechosa
"Nuàror Tecnologías", porque contaría con el aval
para
y serviría por esta razón
de los trabajadores nregu-
superar la crisis de productividad. Para los
(?) Lipietz, Alain "Ì'{uevas tecnologías, nuevas .forrnas de
produc-
ìug"f *iO"i "Reuolucíón industrial y reestructuracíón
úiria". RIAL-GEL, Buenos Aires, 1991.
 en d.efensa d.el ilfiarxflsmao
E
lacionistas", el modelo japonés o "toyotismo", repre-
sentaría unavariante intemedia entre el fracasado
"capitalisrno neoliberal" y el exitoso "capitalismo
negociado",ya que estaría prosperando sin recurrir
a\ oconsenso sacial".
Una disyuntiva semejante entre "aiustes
ilizadas" enfrentaía
salu qj e s" o "reconu ersiones ciu
América Latina al integrarse al mundo "post'for-
distau. En este caso los 'regulacinnisÍos" son más
reacios a contraponer ejemplos de ambos modelos
ante la aceleradísima modifïcación de los"regíme-
nes de acumulación" ponderados o criticados. Eì
clásico contraste que hacían por ejemplo hasta
hace algunos afros entre Brasil y Chile se ha inver-
tido ahora por completo. La "Regulación" actía
como una usina de argumentos para todos los
partidarios de la "modernización con justicia so-
cial,y por eso ha sido adoptada tan fervorosamen-
te por los desertores del man<ismo, los centroiz-
quierdistas y la burocracia sindical. La crítica a sus
fostulados es una impugnación simultánea del
orden político y económico capitalista que sostie-
nen estos tres sectores.
La herencia socialdemócrata,
keynesiana y stalinista
La idea de que el capitalismo tiende a eternizar-
se como régimen sociaÌ, y que se va modificando de
acuedo al tipo de regulaciones predominantes en
cada economía nacional proviene en primer lugar
de la sociaìdemocracia. Para sus teóricos --como
Hilferding- la"Regulación" eraptopia de ìa nueva
era del "capitalismo organizado", que habría erra-
dicado las crisis cat'astróficas y auguraba un hori-
zonte de bienestar, si los trabajadores capturaban
progresivamente la dirección del Estadoy afranza-
ban la convivencia social, humanizando y planifi-
cando el desenvolvimiento del capital. Esta idflica
creencia quedó sepultada por la barbarie de dos
guerras mundiales y ìa realidad de explotación,
miseria, desempleo, lenocidios y horrores que han
caracterizado las últimas décadas. Del fracaso de
esta formul aciôn "regulacionista" inicial, los auto-
res franceses no extraen ninguna concìusión.
El keynesianismo vulgarizó posteriormente la
noción de "regulación" camo equivalente a la apli-
cación de reglamentaciones estatales para incenti-
var cierta política económica. Boyer reconoce esta
inÍluencia de Keynes, pero considera que su escue-
la actual es más compleja y no puede ser asimilada
con la idea trivial de una mayor ingerencia estatal
(8) De Bernis, Gerard Destanne. "El capitalismo contemporó'-
neo'.8d. Nuestro Tiempo, México, 1.988.
(9) ver reseía en: Theret, Bruno - \{ieúorka, Michel. "Crítica
a Ia tearía del capitalismo monapolista de estadn" . ERA. Méxi-
co, 1978.
Altvater, Elmar. "Acerca del desarrollo de la teoría del CME".
"Cuadernos Polítiros", N! 29, México, julio 1981.
Sandoval, Luis. 'El capitalismo d'e estad,o - Capitalismo Mono'
Abríl de 1992 . afio 1 ' Ne 3
en Ìa fijación de normas económicas. Sin embargo,
las "regulacionistas" son campeones en la defensa
de una "urtrelta" al intervencionismo contra el"neo'
liberalismo", ocultando que la presencia creciente
deÌ Estado es un rasgo general deì capitalismo con-
temporáneo en todos los países, y especialmente en
los kregímenes de acumulación antiestatistas".
Como concepción general, la "Regulación" es un
sub-product o deTa "Teoría del capitalismo monop o-
lista de Estado" (CME), que fue durante décadas la
interpretación ofi cial del stalinismo de la economía
contemporánea. Aglietta reconoie esta inspiración
y De Bernis (8) la defiende explícitamente, mien-
tras que Boyer y Lipietz intentan relativizar su
influencia.
Los puntos de contacto entre ambos plantea-
mientos abarcan un campo vastísimo. La existen-
cia de una etapa de eapitalismo regulado
-diferen-
te deÌ libre cambio y del imperialismo clásico-fue
estatuída por economistas oficiaÌes de la URSS (9),
que estimaron que el monopoÌio estabilizaba el fun-
cionamiento de este modo de producción. Las con-
tradicciones det capitalismo tenderían a dismi-
nuir, se despìazaban exclusivamente al campo de
la distribución, y el creciente poderío del "campo
socialista" imponía transformaciones progresistas
en todo el planeta. El CME también introdujo la
cìasiÍicación de diversos "regímenes de acurnula'
ción', que antes de llamarse "extensü)os" e"intensi'
uos", fueron agrupados en "capitalismos de estado"
de mayor o menor influencia "rnonopólica" y grado
diverso de"dependencin" (L0). Con el mismo proce-
dimiento que la "Regulación", los stalinistas frag-
mentaban al capitalismo en múltiples categorías
intermedias según el país y su régimen político.
Estas clasificaciones carecían de todo rigor, ya
que eran manipulaciones del momento. Las deno-
minaciones se asignaban simplemente según el
tipo de vinculaciones establecidas entre el gobierno
de turno de tal o cual "régimen de acumulación" con
la burocracia stalinista. Un tipo de capitalismo de
estado "progresista" podía incluir características
idénticaÀ a ótro declaradamente "reaccionario", de
Ìa misma forma que los monopolios podían ser los
responsables del estancamiento o intrumentos de
udernocracia auanzo'da".
la evolución hacia la
La misma noción de "capitalisnxo rnonopolista
dc Estado" tuvo una infinita variedad de signifrca-
dos de acuerdo a las cambiantes prioridades políti-
cas, y por eso careció de toda coherencia. La etapa
que caracterizaríaal CME tenía un comienzo inde-
finido, se incluía y se distinguía simultáneamente
'(10) de Estado".IIEC, IINAM,fase
polista México, 1987-
actual del capitalismo".
Ver Aguilar, Alonso. "La
"Economía y Desarrollo', Na 45 , La Habana, enero l'978.
del capitalismo en América Latina" Tentas cle
- "La crisis
Economía Mundial, ne lZ,La Habana, 1984.
Mendoza Carlos. "lo dependencia economico'soctal". Ed.
-Anteo, Buenos Aires, 1985.
Abril de 1992 . aõo 1 ' Ne 3
de la época del imperialismo, alteraba y atenuaba
la acción del ciclo económico, y se expresaba a
través de una "crisis gencral', que no designaba
nada especÍEco. Se y-uxtaponían obsewaciones
contradiótorias que seõalaban "por u'n lndo" ten-
dencias opuestas a las formuladas "por otro lado".
Durante treinta arlos la teoría del CME siguió los
vaivenes de la burocracia y su principal ideóÌogo
el economista Varg+- modiEcó su contenido tan-
tas veces como la dirección de las purgas lo exigía.
En los primeros escritos de los "regulacionis'
tas", y en toda la obra de De Bernis, las exitosas
"norrrl.as de consumo- o los logros de la "relación
fordista" en los países desarrollados' -aparecen
oaudn'
como efectos de la influencia ejercida por los
ces rnundialpà dzl wialísmo'. La "Regulación"
retomó paúicularmente deì CME la idea de que el
nmodos de rggu'
capitalismo apadrinaba sucesivos
laciôn" a veces conectados entre sí por medio de la
crisis. El CME presentaba estas transformaciones
como la ruta hacia el socialismo y al Estado como el
in strumento de esta tran sición, con indepen den cia
de su carácter de elase. I-as"regulacionistas" deia-
ron de mencionar este desemboque final, pero repi-
tieron literaìmente el concepto de"regulación esta-
tal.
A medida que la debacle del stalinismo fue con-
virtiendo a la teoía del CME en una pieza de
museo cesó la exaltación de las "conquistas del
campo sociali.#o". I-os'regímenes de acumulación"
se desprendieron de toda referencia a la"competen'
cia entre dos si"slcmas'para convertirse en instru-
mentos de rejuvenecimiento periódico del sistema
capitalista. Si antes servían para explicar la ob]iga-
da lentitud de la emancipación del capital, ahora
pasaron a interpretarse como modelos de un esta-
dio final y perfectible del género humano.
C ategorías disolventes
del eapitalismo
Al igual que eÌ "Capitolismo Monopolista de
Estado",las "cotegortas intzrmedias" de la Regula-
ción tienen múltipÌes y eontradictorios significa-
dos. Carecen expresamente de todo cimiento teóri-
co, ya que se construyeron en oposición al marxis-
mo o cualquier otra concepción general.
Los "p aradigmos in dustriales', los " regímenes
de acumulación' y las "normas de regulación"
pretenden ser sumamente específicos, pero no se
vuelven más concretos por la sola voluntad de sus
divulgadores de considerarlos inmediatamente
emergentes de Ìa realidad, y opuestosalas"genera'
Iidades marxistas'. Esto no es concreto, sino super-
frcial. Para que fueran noeiones específrcas debe-
rían ser el punto de partiday llegada de un ruìzona-
miento abstracto sustentado en categorías más
abarcadoras, como son el valor, el trabajo-, ìa mer-
cancía, el capital o la plusvalía. Pero como I a"Regu'
lación" es "anti-teórieo" y prescinde de estos funda-
mentos, sus ocategonas intermed,ias" no pueden
en defensa det Dfianxflsmoo
A
traspasar la vaguedad. Tienen usos tan diversos,
que en un punto resulta imposible definir a que se
refieren, y cual es su utilidad. oregt-
Lo que describen como etapa s "fordistas",
menes inten sirJ o s" o " regulaciones monop ólicos" son
rasgos particulares del funcionamiento del sistema
capitalista, que se asientan en las relaciones de
prõpiedad de este régimen social y en Ìas leyes de
reproducción del capital. Si se ignoran o se despre-
cian estos cimientos todos los razonamientos poste-
riores giran en el vacío. La"Regulación" fragmenta
al capitalismo en normas y regímenes diversos,
relativizando primero y omitiendo después, que el
capitaìismo constituye ante todo, una totalidad
inãivisible, es decir un modo de producción, histó-
ricamente transitorio y asentado en la explotación
deÌ trabajo asalariado. No puede descomponerse en
pedacitos, ni se pueden analizatlas "relaciones sa-
lariales", las "relaciones mercantiles" y las "formas
de mmpetencia' en sí mismas, divorciadas del régi-
men social que las sostiene. Por ese camino la
realidad queda invertida, el capitalismo en vez de
ser el determinante del monopolio, ìa producción
en serie o las oscilaciones deÌ consumo, pasa a ser
gobern ado por "t oy otismos " autónom o s, " o'cu'mula -
ciones intensiu as" independien tes y "regulaciones
rnonetarias" con úda propia.
Después de disoìver al capitalismo en
incontables "categortas intermedias" para captar
la especificidad de los "regímenes de acumulación",
la"Regulación" declara que en realidad serían los
tipos de instituciones sociales y políticas las deter-
minantes deì modeÌo vigente en cada país. Desco-
nocer este hecho "simplificarlo" cualquier inter-
pretación y conduciúa al odiado "dnterminisrno
marxista". Así, los "regírnenes de acumulación" no
surgirían de las categorías económicas introduci-
das, sino de otros fenómenos de naturaleza jurídi-
ca, sociaÌ o poÌítica. No es por supuesto, el primero
ni el último de los contrasentidos delos"regulacio'
nistas". Ahora serían Ìas convenciones colectivas,
las estructuras de los bancos centrales, las formas
del régimen político burgués, el tipo de pactos
sociales, es decir las "formas institucionales',las
gestadoras de los "regímenes de acumulación".
Frente a la pregunta lquién y cómo determina la
acción de e sta s "forma s in stitu qio n ale s"?, la "Re gu'
lnción" se queda en silencio.
Pero las instituciones que habrían alumbrado
todas las relaciones sociaÌes no han caído del cielo.
Surgieron objetivamente de las relaciones que
establecen los hombres en la actividad económica,
asumen ìas características que leshan impresolas
clases sociales dominantes, fueron forjadas como
garantes de esta dominación y como instrumento
ãe la apropiación de la riqueza creada por las clases
sometidas. Como es la existencia la que determina
Ìa conciencia y no al revés, estas superestructuras
políticasyjurídicas no son creadoras de la organi-
àaci6n social del trabajo, o el tipo de competencia
prevaleciente, sinô que por el contrario surgen y
 en d,efensa del [fianxflsmoo
tr
se transforman siguiendo los cambios operados en
la economía capitalista.
Retrotrayéndose al idealismo más primitivo, la
"Regulnción" ignora que los "pactos sociales",las
"gestiones rnonetarias" y los "fordismos" son ape-
nas formas de perpetuación de Ìa acumulación
capitalista, que se nutre de la propiedad que deten-
ta Ia burguesía de los medios de producción. Ios
hombres no hacen y deshacen "reghnenes de
acurttulación" guiados por la sabiduría de
"instituciones" asépticas y servidoras del progïeso
general, sino que actúan de aeuerdo a los intereses
sociales y adecúan a este fin la acción de las super-
estructuras que han creado.
La economía mundial
como punto de partida
Como natural consecuencia del fraccionamien-
to del capitalismo en diversos "regímenes de acu-
mulan ión", la "Reg ulación' se opon e a considerar a
la economía mundial como el punto de paúida de
los fenómenos contemporáneos. Lipietz incluso
declara que hay que aÌejarse de este "fetìche" para
concentrarse en el análisis de cada formación eco-
nómico-social. Proclama que se deben "priorizar
las características internas" yjerarquizar la diver-
sidad de "patrones nacionales", ante la inexisten-
cia de un "régimen de acumulación a escala inter-
nacional".
Pero en la época de la internacionalización ma-
nifresta de las principaÌes actividades financieras,
productivas y mercantiles, este propósito es im-
practicable. Cualquiera sea la indagación nacio-
nal, los propios "regulacionistas" no pueden dar un
solo paso sin toparse con el condicionamiento de la
economía mundial. Lipietz contradice su objetivo
permanentementey no puede abordar el estudio de
ningún "régimen de acumulación" sin referirse
previamente a Ìos cambios en la división interna-
ci<inaÌ del trabajo. La idea de que la economía
mundial es una realidad potente con vida propia,
que domina por completo los rumbos de las econo-
mías nacionales, fue formulada por Tïotsky (11)
hace más de sesenta aflos y es completamente in-
cuestionable en la actualidad. No tiene sentido
"priorizar el estudio de las ca.uEas internas'en un
período histórico en que las fuerzas productivas
han desbordado las fronteras nacionales y destru-
yen la autarquía nacional.
Abdtraídas de la economíamundial, las detalla-
das diferencias entre "taylorismo", "fordistnos" y
"post-fordisi'zlos" que presentan los "regulacionis -
los" resultan doblemente inexplicables, puesto que
el principal impulso a las transformaciones del
proceso de trabajo y de las formas de gestión de la
empresa provienen de la pugna por la ganancia que
(11) Trotsky, Le6n. "In Internacinnal Comunísta dcspues de la
m,uerte dc Leni.n" . Materiales Sociales, Buenos Aires, 1983.
Abril de 1992. aõo 1 . Ne,3
impone la competencia internacional de los capita-
listas. ElNew Deal estudiado por Aglietta-
-tan a ìa luz de Ìa prepara-
sólo resulta comprensible
ción de la guerra mundial y del proceso de despla-
zamiento del imperialismo europeo por el nortea-
mericano. Í,os cambios recientes en el capitalismo
norteamericano y japonés la "Regulación"
simboliza con los nombres de -quefábricas automotri-
ces- son consecuencias directas de las rivalidades
entre ambas potencias.
Ningrin "régimen de acumulo.ción" puede ser
aislado como si fuera un microbio de ìaboratorio.
Entre lo "intemo" ylooexterno" existe una completa
interdependencia económica, que la "Regulación"
pretende omitir al olvidarse que el análisis cientí-
fico debe paúir de un orden básico denominado
economía mundial, y que las economías nacionales
son sólo combinaciones diversas de los rasgos,uni-
versales de esa totalidad.
Cuando se pretende estudiar los "modos de re-
gulneión" nacionale s de scon e ctado s de la ec onomía
internacional, se sustituye inevitablemente Ìa
caracterización objetiva por Ìas preferencias de
cada autor y sus prejücios nacionales. Aglietta
indaga los Estados Unidos, pero reivindica al
"modzln europeo", Lipietz realzael ej emplo alemán
y eseandinavo. Los " regulacionistas" latinoameri-
canos tienen predilecciones cambiantes, pero siem-
pre ponderan a Cor€a y Taiwan. En vez de analizar
el capitalismo y sus contradicciones se embelle-
een"md,elos", eüê cuando son deteriorados o pul-
verizados por la crisis, quedan reemplazados por
ornodel,os',
nrrevos que a su vez repetirán la misma
secuencia.
Lipietz y Boyer creen que fragmentando el capi-
talismo rnundial en "patrones nacionales" rehuirán
el"determinkmo marxista", al dejar indefinida la
evolución futura de cada "régimen de acwnula-
ción". Sin embargo, la"Regulación" establece una
rígida secuencia de desarrollo del "tayl,orismo" al
"fordistno", de las "ecumulaciones extensiu as" alas
"intenEiuaso, de la pobreza a los nuevos "htíbitos de
consu,mo",lo que representa un verdadero "pan'a-
Qigma" demecanicismo. Como además clasifican a
cada economía según el gr.ado de cumplimiento de
estas etapas, el fatalismo es completo. Fiel a su
origen socialdemócrata y stalinista, la
"Regulación" actualiza la vieja creencia en el de-
senvolvimiento repetitivo de los capitalismos na-
cionales, que no.se ha vèrificado en ninguna parte
desde. que el imperiaÌismo domina el mercado
mundial. Ni Asia, ni Africa, ni América'I,atina, ni
gran parte de Europa acceden al "fordismo" y ala
"producción extensiu a" por esta acción bloqueadora
del imperialismo, que la "Regulación".también
desconoce.
Revolución Perntanente". Ed. El Yunque, Buenos Aires,
-"La
7972.
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3 en defensa del [fiarxflsmoo

El nito delford'ismoo la transitoriedad de estas mejoras del poder de

consumo, ya que en Estados
la atención de la -especialmente
Unidos- se sustentaron en el endeudamiento
El "fordismao que acapara
"Regulnción' no representa una transformación permanente de las familias y en la inseguridad de
esencial de las características del capitalismo, ni Áaldar los créditos cuando (como ocurre en la actua-
una etapa en eÌ desenvolvimiento histórico de este lidad) crece la reeesión y el desempleo.
sistema, como lo fue por ejemplo, la acumuìación Es qna impostura presentar al "fordismo' como
ocompromisos sociales" libremente
primitiva, el Ìibre cambio o el imperialismo. Los un resultad o de
kregulacinnistas' unilateralizan las modificacio- suscriptos por los trabajadores y laburguesía(I2),
tr"í.t la organización del trabajo, lasformas de puesto que esta libertad de opciones no exjste en un
consumo y lal regulaciones económicas de ìos Esta- iégimen basado en la opresión de clase. La"Regu-
dos, las àesconectan de sus bases socialgs y lgs Inõión" oculta que el"New Deal" y todoslos" pactos
abstraen de las leyes de la economía capitalista. Lo sociales" fueron instrumentos de esta dominación,
que describen como el pasaje del "taylorisrno" a\ sostenidos en la cooptación creciente de laburocra-
"fordismo" y al"pog-fordis;rno" son las alteraciones cia sindical al sistema capitalista. En un acto de
que la burguesía impone en la organización social tergiversación enorme, \a "Regulación" aftma qlu.e
del trabajúara
-(o incrementar la tasa de plusvalía y extiajo la denominación"fordisn'Lo" de los escritos
reforzar recuperar) su mayor control de los de Giamsci, un dirigente comunista que combatió
movimientos y los tiempos de la actividad del en su miÌitancia y en la cárcel, la misma concilia-
operario. I'a%egylacün" presenta como una crea- ción de clases, que sus reivindicadores ahora glori-
ción suya este aniíIisis marxista, pero Ìo desüncu- fican. Los "regulacionistas" tomaron un término de
la del proceso de valorización, que es la verdadera Gramsciylo asimilaron a lafascinación que tienen
motivãción de los cambios en el "parodigma indus- por eÌ viejo "americanisrno', es decir la concepción
trial". Omitiendo la compulsión a maximizar la que identifica al capitalismo con el progreso ilimi-
ganancia nue rige todala actividad capitalista- tado y el ascenso sociaÌ perdurable'
el pasaje de una furdu.cci'ón en cadena taylnrista" Tódas las mistifrcaciones creadas en torno al
a rtn "círtuln de ulidnd' post-fordista" resulta in- "fordisrno" provienen de la pretensión de sustituir
comprensible. Al desconocer que el proceso de valo- el capitalismo y sus tendencias imperialistas por
rizaõión condiciona todas las alteraciones en la for- variaciones de esta categoría artifrcial. Lipietz, por
ma de la actividad laboral ,\a"Regulación" ocultael ejemplo, luego de maraviìlarse poruna "reuoluci'ón
carácter supet*explotad,or, descalificador y confis- fordista" que sê "tnurudializctrfo", expÌica que esta
catoúo de los trabajadores, que tienen todos los expansión da Ìugar a la aparición de "tu?-
procesos de orüonu ersión industriol". Tansmite, foidismos", "fordismos locales", "fordismos perifé'
ãn cambio, el mito capitatista, según el cual el móül ricos" y "fordismos caricaturales", según las pecu-
omayor haridádes de cada "régimen de acumulación"- Es-
de estos cambios sería la búsqueda de una
calidad," o un'mennr rutinaristno". tablece esta clasificación para destacar que ningg-
La"Regulacüno estima que los "nu,evos hdbitos na de las cualidade s del "fordi s mo ce nt ral" se tr ans-
de consumoo son un fenómeno específrco del "for- Íiere a la periferia, lo que contradice la idea inicial
dismo", olvidando que el capitalismo funciona re- de una mundialización de este régimen. Las sub-
creando permanentemente no excepcional- categorías de la "Regulo'ción" describen como en
mente- estos'Mbi.Íns', porque -y es un régimen vez del "suefto americano" el imperialismo exporta
productor de mercancías que necesitan realizarse labrutalidad taylorista y afranzael subconsumo en
países atrasados. Si las variantes degradadas
ãn los mercados. Pero es completamente
estadísticamente indemostrable- que en la post-
falso
-y los del "fordismo" intentan expÌicar este fenómeno,
guerra el incremento del poder adquisitivo fue hubiera sido preferible ahorrarse las nuevas deno-
equivalente al incremento en la productividad del minaciones, porque la teoría leninista del imperia.
trabajo. La retribución que recibió el obrero norte- lismo explica adecuadamente la polarización co4-
americano fue invariablemente inferior al aumen- temporínea entre países opresores y oprimidos.
to registrado en la capacidad de producción. El Perõ para la "Reg ulac ión", 1o s "s ub - fo rd i smos " son
podei de compra se elevó menos que la productivi- etapaì hacia el ideal norteamericano y ésta es la
y ganancias,
ãad las -estas y por eso el salario relativo finalidad del Ìaberinto de clasificaciones que esta-
que mide
-
proporeiones- continuó deelinan- blecen, y que los lleva a un embrollo interminable.
do. Los "regulacinnistas' también omiten que este Los regímenes "tayloristas primitiuos" estarían
proceso siguió a una desvalorización y destrucción más alejados de la meta final que los "fordismos
ãe las fueizas productivas. El denominado"fordis' perifériõos", pero en los países que habrían lle-gado
rno'no sólo quèdo confinado a un número reducido ãesle estadiõ, como Brasil o Corea, se mantendrían
de países imperialistas, sino que excluyó a algunas las características de ambos regímenes, sin que se
de las economías de mayor crecimiento, como Ja- sepa si subieron o no de escalón, cuándo y de-qué
pón. Lo peor es que la "Regulación" también ignora foima. Toda Ìa deducción es errada porque en pleno

(12) Ver Boyer, Robeú. "Acumu.lation, iÌLÍlotion, crrsis", PUF. Paris' 1978'
 en d,efensa det Sfiarxflsmoo
E
proceso de recolonización imperialista internacio-
nal, intentan demostrar la mayor viabilidad de un
desarrollo capitalista nacional de los países atrasa-
dos.
Recientemente se comenzó a aplicar el
razonamiento*fordista" para explicar la crisis de Ìa
URSS_. Graziano (13) por ejemplo interpreta esta
debacle como el agotamienio dã un "foidisrno" de
tipo "endógenoo, sostenido en la "acumulación es,-
tensiua', Iiquidador de los recursos energéticos y
humanos, y basado en el"gigantismo', métodos d-e
planificación "obsoletos" y una "relación salarinl
poco flexible". Otros *regularionistas" catalogan el
mismo fenómeno con otras denominacianes: nrela-
ción salarial atenuada", "taylorismo arttmico", nre-
g ulación d e la p e nur ia". T ant a innovación de ape-
lativos no esclarecen sin embargo la naturalõza
social de Ia crisis, porque la"Regulacíón "ní siquie-
ra menciona la descomposición de un Estado obrero
burocratizado y el proceso de restauración capita-
lista en curso. Asimila la ex URSS a cualquier
economía capitalista buscando otra vez analogías
en el proceso de trabajo, las formas de consumo o el
manejo administrativo de las empresas. Descono-
cen que Ìas diferencias en lafijación de los precios,
los salarios o la dinámica del ciclo económico no
provienen del tipo de"fordismo"vigente, sino de la
gestión totalitaria y derrochadora de una capa
burocrática en ausencia de propiedad capitahsìa
de ìos medios de producción. Como a su juicio
también la ex-URSS debería "rzo dern izar se" in gre-
sando en la era del "post-fordisrno",la"Regulación"
defiende la restauración capitalista
-y en primer
lugar la "d,e sre gulatión s alnrial"- presentãn dola
como un eslabón hacia el establecimiento de un "ré-
gimen d,e acumulación intensiuo".
Crisis (I): "Purifi.caaiòneso y
auto-reparaciones
Según explica Boyer, para la "Regulación" las
crisis representan "fases de purificación de tensio-
nes y desequilibrios acumulados durante la expan-
sión". Serían simplemente instrumentos de trasla-
do de un " ré g imen de acumulación" a otÍ o, Boyer no
dice por qué el capital necesitaría "purificarse" a
través de una interrupción general del proceso de
acumulación. Solamente repite las teorías burgue-
sas tradicionales sobre las fluctuaciones periódi-
cas, que identifican las crisis con momentos de
auto-reparación, tan naturales para el capitalismo
c_omo los resfríos para los individuos. Esta imagen
de ciclos inofensivos y regenerativos contradice la
cruda realidad de todas las depresiones, que están
asociadas a desvalorizaciones de capitales y des-
trucciones de fuerzas productivas, padecidas por
milÌones de personas con sufrimientos cada vez
más indescriptibles.
( 13) Grazziano, Ricardo "Agotam.i.ento, crisis y reestructuración
del régi.nen de acunr,ulacíón soui.ético". Reali.dad Económica,ne
96, Buenos Aires, 5to. bimestre 1990.
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
Como los "regulacionistas' son ex-marxistas,
empeflados en saldar cuentas con su pasado, pre-
sentan una visión armonicista de la crisis polemi-
zando con todas las interpretaciones, que desde
principio de siglo buscaron conectar las depresio-
nes económicas con las tendencias a la desapari-
ción del capitalismo. Entre los economistas mar-
xistas -{ue coincidían en la impoúancia primor-
dial del decrecimiento periódico de la tasa de ga-
nancia- estuvo presente siempre el debate sobre
las causas directas de la crisis: el sub-consumo, las
desproporcionalidades y la sobreacumulación ( 14).
Familiarizados con esta controversia, los "regula-
cionistas" invierten el propósito de este debate y se
proponen demostrar la invalidez de cada una de
estas escuelas. Convierten una discusión sobre la
crisis en un intercambio de argumentos sobre la
inexistencia de Ia crisis. Una polémica destinada a
ilustrar ìos mecanismos de la depresión queda
transformada en un debate sobre la ausencia de
estos fenómenos.
Lipietz encabeza el alegato contra el subconsu-
mo. Se burla de los "realizacionistas" que, como
Rosa Luxemburgo, habrían considerado que la
contradicción entre la producción creciente y la
estrechez de los mercados empujaba al capitalismo
a colapsos mayúsculos. Para eÌ economista francés,
el "fordismo" habría dem ostrado que un in cremen-
to del poder adqúsitivo y la introdueción de "nue-
uos luíbitos de consumo" anulan Ìos obstáculos a la
reproducción, que existieron en el pasado por los
reducidos ingresos de la mayoría de la población.
Pero Lipietz no observa que el subconsumo apenas
resuelto al inicio del "régirnen de acumulación in-
tensiuo" reaparece en la crisis de este "nnodelo",
cuando los consumidores no pueden seguir en-
deudándose para absorber las mercancías sobran-
tes en los mercados saturados. El subconsumo no
se mide poÌ una canasta de bienes físicos sino por
la relación entre las necesidades siempre crecièn-
tes del consumo de nuevos productos con la capaci-
dad concreta para adquirirlos. Aunque los capita-
listas, obligados a vender, recurran por distintas
úas a la ampliación artificial del poder de compra,
no pueden eliminarla restricción relativa aÌ consu-
mo que nace como consecuencia de la tendencia a
incrementar la tasa de plusvalía mediante una
acumulación superior de capital constante con re-
lación al variable. Cualquierprogïeso de la técnica
capitalista se reduce a esto, por lo tanto a ampliar
la brecha entre la capacidad de producción de
mercancíasy el consumo personal. Todos Ìos patro-
nes desearían el ensanchamiento del mercado a
partir de un aumento del salario reaÌ, pero sólo si
esta mejora es concretada por su competidor.
La forma más directamente verificable de este
desequilibrio es la sobreproducción de los
rasgos innegables de la crisis actuaÌ -uno
incluso para
(14) Ver Rosdolsky, Román. "Génesis y estructura en El Capital
dp Marx", Siglo )Ofi, Méúco , 19?9.
Abril de 1992 . afio 1 ' Ne 3
los "regul,atinnistas'- ya que se trata de una
contraõara del subconsumo. Afirmar que hay un
excedente de mercancías es lo mismo que decir que
hay una insuficiencia del consumo. Lipieta mismo
reõonoce que los'problemas de realizacióno son
palpables ãn la pauperización existente aescala in-
iernaciontl, y {Fte en tér:ninos r,'elativos se verifica
también en lospaíses avanzados. Como todos los
armonicistas, no objeta la unilateralidad de la
escuela subconsumista (1Ínica contradicción del
capitaÌismoo), ni su derirración reformista ("puede
reÀolverse con un aunento de saÌariosl, sino que
objeta la existencia de este desequilibrio en los
módelos "fordistn' y bosú-forìdtsú4s"-
Lipietz y futrietta rechazan categórieamente
también la presencia de desproporcionalidades
severas entré Ìos distintos s€ctáres industriales,
que intercambian ingrmos y productos durante el
proceso de reproducción- Aunqre curiosamente
Lipiet" seflale que esta armonización fue casi "mi-
lagrosa" durante la'edad de oro del fordismo",
esiima que en los anodm fu reeulnciAn'contern-
poráneoÁ la marcha general del proceso productivo
se encuentra bajo la supen'isión de instrumentos
correctivos y plenificadores, especialmente en los
"post-fordismos' antilíberales del "capitalisrno ne-
gociada". Qìizás ahora que [a crisis golpea las
puertas de Alemenie, Escandinavia y el norte de
Ìtaha, los "reguÌ.rcioni'úas' descubran que la anar-
quía de la produeción no perdona tamp,oco a las
economías'intnmmcionistaso o'no thatch,eristas".
insistía
-en la o detanto
La desproporcionalidad que
Lenin- con stitrrye un desequilibri la ec onomía
capitalista firndado en Ia acsión ciega de la Ìey del
't aior y en la anarquía de Ìa producción, en la cual
el mercado acepta o rechaza las mercancias sólo
después de concluído el prooeso de su fúricación.
La "regulatión' no ve despmporcionalidades por-
que Ìas consideratannaturales como el desempleo.
Pero justamente porque son la norÍna reveÌan el
carácter parasitario y derrochador de la"economía
de tnercada', en oralquiera de sus"regímenes de
acumulnci.ón'. Todos los rasgos de racionalidad
presentes en cada uno de los'para.digmas indus'
triales" chocan con la iracional desproporción que
rige las relaciones gue mantienenotol/ entre sí las
fábricas "tayloristas', fordi'úaso, o otiEtas"
FinaÌmente Aglietta retoma del "capitalismo
monopolista de Estado'la idea de que eÌ capital
puede sustraerse de los colapsos causados por la so-
breacumulación (capital excedente con relación a
las posibilidades de lucro), mediante mecanismos
de desvalorizaciôn periódica y paulatina de estos
capitales. En el "régimen dn otumulnción intensi-
ua" rcgqría esta depuración controlada ya que los
grandõs monopoÌios manejarían sus procesos de
ámortización y distribución de capitales sobrantes.
El "regulacinnista' olvida que Ìa sobreacumulación
(15) Boyer, Robeú. 1\iÍarx, la técnica y la dinámica de la acumulación". "Cuadernos políticos", ne 43, México, abril 1985'
en d,efensa del ilfranxflsmoo
E
de capital es sólo un desenvolvimiento de la sobre-
producción de mercancías en general y que si no
àportó pruebas de la posibilidad de superar la so-
breproducción de mercancías, no hay razón, para
que anuneie la superación de la sobreacumulación
de capital. Incluso si cada corporación redujera sus
flujoJ de fondos y el ciclo de rotación de-su capital
fijõ, ello sólo provocaría la extensión de la crisis de
dãmanday I ageneralización de la sobreproducción
a las ramas productoras de ìas mercancías que
funcionan coúo medios de producción. Si el manejo
fuera el contrario, para activar la demanda de
medios de producción, la contradicción entre la
capacidad productiva y el consumo personal se
ensancharíâ. En las últimas dos décadas la sobre-
acumulación fue el rasgo más evidente de la crisis;
originó directamente los petrodólares-, la gran-li-
qoidez mundial, los cracks bursátiles, los capltales
financieros goÌondrinas, los "bonos basura", las
operaciones lnmobiliarias especulativas. ;Dólde
se ha podido procesar una desvalorización pacífica
y con[rolada de estos capitales? La "Regulación"
ïnventó un capitalismo emancipado de la crisis, sin
subconsumos, sin desproporcionalidades y sin
sobreacumulaciones, pero lo más sorprendente es
que tampoco estaría gobernado por las leyes de la
ganancia.
Crisis (II): Negación de la tendencia
decreciente de la tasa de ganancia
Para deshacerse de otra rémora del pasado
marxista, los "regulacionistas" rechazan por com-
pÌeto (Boyer) o anulan el sentido (De Bernis, Lj-
piet") de la ley de la tendencia decreciente de la
tasa de ganancia. Esta postura es lógica, ya qu€
para uná concepción que defiende la regularidad,
eternidad y saneamiento periódico del capitalismo,
es indigerible la idea de que el propio proceso de
acumulación tiende a bloquear la valorización del
capital y a contradecir su objetivo principal, que el
-incrómento
el del beneficio. La üesis de que el
incremento de la composición orgánica del capital
(es decir, el aumento porcentual del capital inver-
tido en maquinaria y materias primas en relación
al desembolsado en salarios) propia del desenvolvi-
miento capitalista, tiende a provocar una caída de
la tasa de beneficio (por el decrecimiento porcen-
tual del trabajo vivo, que es la fuente deÌ plusvalor
y por lo tanto de la ganancia), constituye el pÌanteo
más explosivo de la economía marxista, ya que
deduce la declinación del capitaÌismo de su dinámi-
ca interna.
Boyer (15) considera que Man< habría generali
zado õsta ley a partir de'tripótesis muy particula-
res", que postetiormente habrían quedado "invali-
dadas" empíricamente. Estima que incluso acep-
tando que el proceso de acumulación genere un
 en defensa del DEanxflsmoo
tr
incremento de la composición técnicadel capital (es
decir la participación de la maquinaria en relación
' al total de los nuevos productos elaborados), podría
mantenerse inaÌterable la relación entre trabajo
Vivo y mueúo. Selala que la caída de la tasa de
benefrcio no es inexorable, sino que depende de
cómo y dónde se introducen las mejoras técnicas, lo
qne a su vez resultaría del tipo de'ré,gimen de acu-
mulãción" dominante. Declara que, como los capi-
talistas no se suicidan extinguiendo la fuente de
sus iiquezas, Ia disminución de Ia rentabilidad es
un hecho everrtual e imprevisible, dictado exclusi-
vamente por la relación entre salariosyganancias
(una especie de'ley de bronce" de los beneficios,
que siempre deberían irse para arriba).
Sin embargo, la caída de la tasa de ganancia
aparece manifiestamente en todas las crisis y
constituye por lo tanto un fenómeno tan "particu-
Iar' como la propia crisis. Si la ley fue enunciada a
partir de hipótesis específicas (el capitalismo in-
glés del siglo pasado), todos los ciclos económicos
posteriores a escala internacional confrmaron su
vigencia. Las objeciones empíricas suelen fundar-
se en gruesas equivocaciones en la forma de medi-
ción, ya que las catqgorías marxistas no son inme-
diatamente eqúparúles con las contabilidades co-
rrientes. No se puede considerar, por ejemplo, tos-
camente la evolución de la relación "capital-pro-
ductoo registrada en las cuentas nacionales como
un espejo de la composicón orgrínica del capital.
El debate sobre la evolución de la tasa de ganan-
cia es uno de los más fecundos de la economía
marxista, puesto que, como la misma ley genera
tendencias contrarrestantes que permiten la valo-
rización y el funciona iento del capitalismo,
numerosos teóricos decÌararon que el decrecimien-
to ile la tasa de beneficio quedaba neutralizado por
alguna de las fuerzas contrarrestantes (suba de la
tasa de plusvalor, aumento de la velocidad de
rotación del eapital, super-beneficios en el exterior,
abaratamiento del capital constante), o que su
evolución era indefinible (16).
Boyer recoge una de estas objeticionesformula-
da reiteradamente en el pasado ( 17) que seflala que
el incremento de la productividad abarata el capi-
tal coústante. Por eso dice que todo depende del tipo
de innovación introducida. Pero olvida que la con-
dición de toda esta secuencia siempre es el aumen-
to porcentual del peso de las maquinarias y mate-
rias primas, y Ia consiguiente elevación de la com-
posición orgánica, que empuja, a Ia larga, hacia un
descenso del beneficio. Aunque se abaraten indivi-
dualmente máqúnas y materias primas, la propor-
ción del trabajo muerto en el producto total neóesa-
riamente debe incrementarse, especialmente en
(16) Ver nuevamente Rosdolsky, Roman. Obra citada CapÍtu-
lo Parte 5. Puntos 25,26 y apéndice.
(17) Ver Moszkowska, Natalie ."Contribución a la d.iuimira d.el
capitalistno tardín". Pasado y kesente, ns 91, México, 1981.
-Meek, Ronald. "Econorníd e Idcología.". Ariel. Barcelona.\972.
Bresser Pereira, Luiz. "Lucro, Acurnulaçao e crise". Editora
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
Ìas fases de "innovación tecnológica" que Boyer
tanto resalta. Esta dinámica es fáciÌmente verifica-
ble en todas las economíasy "regírnenes de aaunu,-
lación". Por otra paúe, no tiene ningún sentido la
disociación entre la composición técnicayla compo-
sición orgánica que establece el autor francés,
porque es ilógico separar la evolución de una ten-
dencia en términosfisicos de su expresión envalor.
Boyer oscila entre estas extravagancias abs-
tractas y el simplismo de afirmar que la tasa de
beneficio no cae porque sería contrario a los intere-
ses de los capitalistas. Olvida que la competencia
anárquiea consiste justamente en esta dialéctica
de destrucción del beneficio en la misma acción que
se realiza para mejorarlo. Para sobrevivir los capi-
talistas deben inveúir y aumentar la productivi-
dad, lo que a su vez hará crecer la composición
orgánicay decrecer la tasa de ganancia. Este movi-
miento interno de las leyes capitalistas frena la
valorización con independencia de la evolución del
salario. No es la relación burdamente inversa de
salarios y ganancias sugieren los "regulncio-
nistas"-lacausa de -que la declinación de la rentabili-
dad, sino el obstáculo que levanta el propio proce-
so de reproducción a la capitalización de masas
crecientes de plusvalía. La crisis actual demuestra
este hecho en las principales economías capitalis-
tas porque el retroceso salarial no alteró Ìa conti-
nuidad de Ìa tendencia descendente del beneficio.
De Bernis (18) retoma del"capitalismomonopo-
lista de Estado'una visión acomodaticia de la ley
en cuestión. Altera sus caracteústicas, para que en
vez de iÌustrar los límites de la auto-valorización
del capitaÌ, sirva para explicar como se regulan los
distintos "regímenes de acumulación". Para ello
recuerda primero que la formación de la tasa de gal
nancia está antecedida por la constitución de una
ganancia media, que por medio de la competencia
facilita la redistribución del plusvalor creado en la
producción entre las distintas ramas y sectores, de
acuerdo a la magnitud del capital invertido en cado
uno de ellos. Precisa entonces que el probÌema no es
la simple caída de la tasa de ganancia, sino el
choque entre esta tendencia y la formación de la
ganancia media. Este conflicto sería ya es
-como
costumbre- específico de cada "ré.gimen de acu-
mulación", y esta colisión generaría períodos de.
armonización o de desequilibrio en cada "paradig-
rna', seg(rn el "modo de regulació2" dominante.
Para arribar a esta indeterminación, De Bernis
introduce un problema que no tiene nada que ver
con la evolución de la tasa de lucratividad, ya que
todo el proceso de conversión de la plusvalía en
ganancia, ìas transferencias de valores y la nivela-
ción en unbeneficio medio, son eslabones de una re-
BrasiÌense, Sao PauÌo, 1986.
(18) De Bernis, Gerard. "La articulación de las leyes de la
ganancia". "El Capitalisnt o C ontem,poráneo".
"La crísis de las economías capitalistas" en "Fase actual del
-capitalísmo". IINAI\4, México, 1985.
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
flexión para formular tendencias efectivas de la
tasa de ganancia. Mezclando distintos momentos
del razonamiento, suestiones de índole diferente,
De Bernis neutreliza la ley desde su pmpia forma-
ción. TYaslada un fenómeno verificable empírica-
mente aÌ mundo especulativo de tendencias que
chocan en ìas nubes con resultados aleatorios (19).
A través de esta torhrosa vía" la tasa de ganancia se
desprende del desenvoh'imiento del capital y que-
de sujeta a la manipulación de los conductores de
cadai'rnodo dc regulación'. Esta extraia versión de
una ley que acbraría desrnintiéndose a sí misma,
fue planteada durante varias décadas en los ma-
nuales oficiales de la ex URSS (20).
Al igual que Boyer, Lipietz habìa de una "crisis
de rentabilid.a.d.'en cada trinen dc aturnula-
c ión" . El e n emigo de las'ge tu rdizactbnes' m an<i s-
tas también impugna las cmtrwersias'talmúdi'
cas'y "úulgores' úrela ley, punuralizando que su
acción variaría de asrerdo al país y al momento
considerado. R€giría por ejenplo, en algún "posú-
fordismo", pero no en Japón (21). No se da cuenta
que la tendencia de la tasa de ganancia no puede
restringirse a los ÍraFoos de un "mod'eln de
acutnulncìón". Aunque Ia tasa de ganancta
igual que los precio+ Ic salarios, las monedas,-al
tienen patrones nacionales diferentes y carecen
por lo tanto de comportâmientos uniformes- está
básicamente r%ida por Ìa evolución del eiclo capi-
talista a escala internacional- No es un resultado
amoldabÌe alos'parú.Ìgmas-más objetados o a los
nregímenes dc acumulaciott- que desagradan a
cada autor'regulrcioniÉo'.
"Regulación y ge*ión de fa moneda"
P ar ala"Regulnción', en el auge y decadencia de
cada "régimen de rcumubión- juega un papeÌ
prep on derante el tipo de norras ancieras ügen-
"t prevalecien-
tes y la política crediticiay monetaria
te. Denomin an'gestión monetafii' s esto "md.o de
regulaci.ón'y le atribrryen una importancia casi
equivalente al'paradigma ind.u#riaL @rrespon-
diente. Lipietz, por ejemplo, considera que la
instrumentación del'sÉop and go" es decir, la
- la oferta mo-
política de eontracción y expansión en
netaria como freno o reanimador del ciclo económi-
co- fue una de Ìas claves del "exiÍa dnl ford.ismo".
Para Aglietta, el sistema bancario moderno actúa
como organizador de Ia circulación monetaria,
estabiliza los intercambios mediante el control de
las fuerzas "integra.dnras" sobre lasfuerzas "fra*
tu,rantes", e interviene sobre todos los movimientos
de la moneda mediante operaciones de "ante-
op
u alid,ación", seudnu olidaci.ón" o "u alidación" di-
(19) Lo mismo hace Fine, Ben-Harris, Laurence. "Para leer EI
Capital", FCE. México, 1985..
(20) Ver en Sánchez, Ramón. Tiferentes criterios acerca de la
Iey de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia". 'Emnu
nía y Desarrollo", ne 83. La Habana, noviembre 1984.
en defensa del Dfianxflsmoo
recta. Esta nueva tanda de "categorías interrne-
dias" inusuales en el léxico eco-
nómico-compÌetamente
y académico- forman parte de un extraflo
bagaje de nociones introducidas por Aglietta (22);
para explicar cómo a través del sistema monetario
la socieãad logra establecer normas de funciona-
miento y convivencia sociaÌ a"una masa de indivi-
duos, intrínsecamente disolventes y perversamen-
te inclinados a recurrir a la violencia para imponer
su voÌuntad. Una maÌa gestión de tipo "rnonztaris'
ta" agravaría el agotamiento del "fordismo". Con la
política financiera de Reagan-Bush, Thatcher y el
"neo -liberalismo" latinoamericano se estaría inclu-
so precipitando una regresión'heo-taylorista" a
"reghnene s de acumulación" fracasados.
Con el mismo método que disocia los "paradig'
mas industriales" de los procesos de valorización,
los "tnodelos" nacionales del curso de la economía
mundial, la caída de la productividad del sub-
consumo, la desproporcionalidad y la sobreacumu-
lación; o la evolución de la rentabilidad de la ley de
la tendencia decreciente de Ìa tasa de ganancia, la
"Regulación" divorcia también la política moneta-
ria del proceso de reproducción y de la crisis del
capitalismo. Olvida que la apaballante intewen'
ción monetaria del Estado en la economía no es una
juiciosa invención del "fordismo", sino un producto
del gran entrelazamiento de los bancos y las corpo-
raciones con la burocracia estable de los bancos
centrales y los ministerios de economía. Lipietz no
percibe que la generalización de esta ingerencia
retrata el agotamiento de un modo de producción,
cuyas fuerzas espontáneas no garantizan la perdu-
rabilidad del ciclo ascendente de la economía y
requieren el auxilio de las políticas monetarias. Por
esta razón el endeudamiento público y privado
invariablemente crecientes- es el rasgo dominan- -
te de las "gestiones monetarias", la dificultad
y para
controlar su efecto inflacionario es la principal
causa de los periódicos fracasos de estas acciones.
Se trata de un fenómeno internacional, resultante
de la crisis capitalista, que afecta a todos los"regí-
rnenes de acumulación".
Las *regulacionistas" rechazan esta interpre-
tración global. Atribuyen los desequilibrios finan-
cieros (endeudamiento, emisión sin respaldo, que-
brantosbancaúos, insolvencia del tesoro) al "mone-
tarismoo, sin explicar concretamente en qué consis-
ten los desaciertos de estas políticas, ya que es tan
difrcil eneontrar analogías en la orientación credi-
ticiayfinanclera de los gobiernos caratulados como
"monetaristos", como diferencias con los que han
recibido el mote de "ant i- lib er ale s" . Lo s " re g ulncio'
nistas"
-abanderados
de lo "específics"- 1s pqs-
den trasponer la barrera de las generalidades más
(21) Lipietz, Alain. "Behind the crisis". Seview ofRadical Eco-
nomics", vol. 18. na 1-2. New York, 1986.
(22)Aglíetta, Michel. "La violencia de la moneda". Sigìo XXI,
México 1990.
I
en defensa det Dfianxflsmoo
abstractas en eì terreno de la moneda. Indagan por
Ios cuatro costados las falencias del "ïnonetarismo",
en vez de reconocer simplemente que la tendencia
a la caída de la tasa de beneficio y a la sobre-
acumulación que, durante el boom de posguerra,
fue contrarrrestado por el armamentismo, la
"gu,e7ra fria", la exportación de capital hacia el
"tercer tnundo" (absorbiendo a las masas expulsa-
das por ìa crisis agraria), la inflación crónica, etc.,
se transformó, a partir de la década del'70, en una
caída de la tasa de ganancia y en una sobre-
acumulación de capital, dando paso a la expuìsión
de masas de capital sobrante del círcuito producti-
vo hacia la esfera financiera. Los desajustes finan-
cieros se potencian, pero no se originan en Ìas
"gestiones monetarias" inadecuadas, ni tampoco
son eÌ efecto lineal del agotamiento de unaforma de
organización del proceso de trabajo. La disminu-
ción de la productividad atribuída al"rutinarismo
fordista" no es conectada con la explosión de la
deuda pública. Sin embargo, la sobreacumulación
de capital es la causante de una bola de nieve que
autonomiza cadavez más los desequilibrios credi-
ticios y monetarios de su base productiva, multipli-
cando los cracks bursátiles y bancarios que concen-
tran la crisis actual.
En un arranque de misticismo, Agliettapresen-
ta a la moneda como una sabia creación para
ordenar la convivencia y contrarrestar el carácter
anti-social, üolento y malvado del espíritu huma-
no. Le achaca así a los individuos las característi-
cas de un régimen fundado en la opresión de clases,
que se ejerce a través del poder del dinero. La fun-
ción de la moneda no es permitir I a"integración" de
individuos "fracturados", sino dotar a un régimen
anárquico de un equivalente general, verificador
social de los trabajos privados dispersos. Como este
sistema funciona además en base al benefrcio y la
valorización, protagoniza crisis periódicas, que
desencadenan a su vez procesos inversos de desva-
lorización y depuración del capital.
Lo que Agìietta presenta como astutos manejos
"ualidantes" o "antiualidantes' de la masa moneta-
ria por parte de los Bancos Centrales son apenas
recursos para posponer y precipitar estas crisis. La
creencia en la capacidad de controlar la economía
a través de la política monetaria- que los "regula'
cionistas" tradujeron del keynesianismo habitual
al Ìenguaje sofi sticado- viene siendo puntualmen-
te desmentida por la crisis de las últimas décadas.
Como rechazan eÌ punto de partida de la economía
mundial, los "regulncionistas" no observan que su
tan trillado "fracaso del monetarismoo es la expre-
sión agravada a escala de cieúas naciones de la
ruptura de todo orden monetario mundial. No rige
actualmente ni el patrón-oro, ni el patrón-dólar, ni
el ECU, ni Ìos Degs, y desde hace veinte aflos todos
los programas de coordinación monetaria interna-
(23) Ver esto úÌtimo en De Bernis, Gerard. "On marxist theory
of Regrrlation" . Monthly Reuiew, ne 8, voÌ, 41, New York, enero
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
cional chocan con el antagonismo entre Ìas grandes
potencias imperialistas. La ausencia de una
"gestión" monetaria común potencia el descontrol
de los capitales especulativos y agrava ìa vulnera-
bilidad de las economías más endeudadas y las
divisas con menor respaldo. Los "regulacionistas"
interpretan como desaciertos en los "modos de
regulación" fi nan ciera neoliberal, lo que con stituye
sólo un efecto de la tendencia disgregadora inter-
nacional creada por la sobreacumulación de capi-
tal.
De tanto oponer una "gestión monetaria" a otra,
imaginarque ìamoneda es un instrumento ordena-
dor y suponeÌ que eÌ ciclo económico es manejable
desde el Banco Central, la "Regulación" termina
aprobando la acción de los grandes banq-ueros in-
ternacionales que operan a través del FMI. Para
Lipietz esta institución representaría un progreso
para la humanidad, ya que dada su mayor capaci-
dad de "ualidación" y "preualidación" de la mone-
da, superaríaìos desequilibrios propios de la "regtr-
lnción priuada" y facilitaría elordenamiento de las
transacciones financieras internacionales. Aun-
que no olüda mencionar que las políticas fondomo-
netaristas son cuestionabìes, Lipietz concluye en
una apología del mayor depredador de las naciones
semicoloniales y al "ualidador" del sobreendeuda-
miento de éstas en proyectos"elefantíaslcos", que
contradice toda su cruzada contra el "monetaris-
rno".
La única opción: "Capitalismo
s alu oje" o "ciailizqd'o"
Toda la "teoría de la Regulación" apunta a
demostrar que ìa única disyuntiva para Ìa humani-
dad es eì "capitaÌismo salvaje" o el "capitalismo
negociado". Este es el propósito de jerarquizar los
"regímenes de acumulación", contraponer
auspiciosos "post-fordism"os'o a regresiones'heo-
tayloristas", contrastar "regulacioneE monetaria.s"
con desórde nes "tnonetaristas" , reivindicar catego-
rías específicas frente a las "generalizaciones"
marxistas y sustituir el estudio de la crisis por el
análisis de ìas 'regularidades" capitalistas. (23)
Este enfoque de conjunto es una petición de
principio, es decir que está üciado por la intención
de estabÌecer como presupuesto lo que se debería
demostrar. La propia noción de un capitaÌismo "no
saluaje" choca con el cimiento de este régimen
social, que es la explotación del trabajo asalariado.
La brutalidad, ìa degtadación, y la alienación son
el pan de cada día en cuaìquier modalidad laboral
basada en la compra-venta de la fuerza de trabajo.
Afros de historia sindical y política de la clase
obrera deberían bastar para ilustrar que el capita-
lismo es un régimen hambriento de plusvaÌor, que
sólo toÌera una mayor cuota de "ciuilización" de las
1990.
AbríÍ de 1992'aõo 1 ' Ne 3
relaciones obrero-patronales eomo consecuencia de
Ìas luchas, las conqústa-q de los trabajadores y la
amenaza popular ---siempre present€- de acabar
con el despotismo burgués-
La"Regulatuín'aóstumbra a medir los éxitos
v fracasos del capitalismo ooÍt la misma vara que
ítitiza la clase dominantc- Aptaude o despotrica
contra vtt'regimen & rcumuJrción' sigrriendo las
opiniones, siU=fa"to;as o críücas, gue la-burgue-
sia presenta de su-c 'modcüos'guiada por el natural
paràmetro de la ts-ca de benetrcio- Si un !osú-
ís conveniente que un
fordismo" se ha ruelto
'"neo-taylorisma' es porsre un cojunto de indica-
dores õconómicc retelan que este 'régimen de
acumulnci.ón'devengeí"e urr nirel superior de ga-
nancias.
La"Regul.atian' tt;uaoorno un eeo de esta pI9-
bÌemáticalapitalista, present-e'n do corÌo-preferible
para toda la iocieaaa U q"" lSt"lciajr Ìa minoría
àe explotadores gtre detentael @e1- Es completa-
mentã falso que oo =tto hacia el iost-fordismo"
mejora la situación de }os rnbaja{o1gs' En cada
puir tot la organizrión política y- sindical, la com-
batividad y lãconciencia de srs objetivos de clase,
los factores determinantcs de las mejoras obteni-
das por el proletariado - La'
-Regulgti'ón" oculta
adeúás que eI 'ftdisrno'etadounidense , elotoyo-
tisrno" jíponés y el @-fordismo'alemân, deb-u-
taron invãriablãmente con de walorizacione s s ala-
riales, aumentos de la desocupación o un violento
ataque a las conquistas de la clase obrera; y -se
sostienen en el saqueo y la superexpÌotación de los
pueblos semicoloniales-
' Todas las preocupriones de la "Rzgulación"
giran en torno ã hs causas del auge o la decadencia
-d,e
lo s " r e gí m.e tu s de uu m uloc ión ",lo que n o e s m á s
que la generalización de un problema típico de-Ìa
òmpetãncia capitaÌista- Si el mayor-interés del
empresario inditidual es intrepretar lo-s secretos
de su concurrente, a escala de toda la clase domi-
nante la cuestión es saber porgué prospera o decae
w"modcln'en el mercado mundial. Atrapados por
esta angustia monot€mrítica' los "reguLacbnistas"
aconsejãn cambios en losprocesos de trabajoy en Ia
"gestión monetorin", oh-idando eÌ papel de las con-
d*iciones objetivas y la acción de Ìas leyes del desa-
rrolÌo desilral y óombinado que caracterizan la
evoÌución del capitalismo.
Es compÌetamente simplista interpretar el
adelanto dã Estados Unidos en relación a Gran
Bretafla en el pasado por Ia pujanza desu"tayloris-
flra', y más reducáonista arin es ver en el
"toyotísmo" la razón del veloz crecimiento reciente
deiapón respecto a Estado Unidos. Un conjuntode
circunstanciãs determina los cambios de las rela-
ciones de fuerza entre los rivales imperialistas y la
conversión de las ventajas det período precedente
en desventuras de una etapa posterior' La unilate-
(24) Agìietta" Michel. Tl capitaÌismo mundiaì en Ìos 1983'
ochenta". "Cuad.ernos Polítiios", ne 37. México, Julio
en defensa del üÃanxflsmo
E
ralidad de la "Regulación" se revela en qJre ella
misma reconoce qúe la clase capitalista combina de
i smo s', " satu,rni s m o s" y " tay -
divers a man er a "t oy of
l,orismos" en sus propios países, de acuerdo a las
tlgiottu* y al tipo de èmpiesas "racionalizadas"'
"La teãis de- mejorai la situación de la clase
obrera contribuyendo a la implantación de "post-
ford,ismos" en un "capitalismo negociado" ha con-
uó*iao ala"Regulación" en la fuente principal de
a"g:rtne.ttos deTos Ministerios d-e Trabajo y lop.!u-
tããtat"s sindicales, que impuìsan las medidas
antiobreras dela " recoiu ersión indu strial"' Justifi -
can el desempleo, la descalificación,las medidas de
;íiitUtti""rión laboral", la reduc-ción de. Ìos sala-
rios y los atropeÌìos a la seguridad social, en- la,
,r"..ãidud de ettabÌece" "nueios contratos sociales"
con la burguesía para auxiliarla en su batalla por
el aumentõ de la competitividad a escala interna-
cional. Pero no han probado en ningún Ìado que
estos sacrificios inmìdiatos de los trabajadores
entrafren alguna mejora futura. La rivalidad inter-
imperialistã no tiene una estación terminal; al
arrìbatamiento de una conquistahoy le seguirá un
avasallamiento maflana. La despiadada historia
de la lucha por el dominio deÌ mercado mundial
demuestra q-ue los capitaÌistas zanjan sus diferen-
cias estrujando primero al mríximo Ìa fuerza de
trabaio v útlti"andola luego como carne de caf,ón'
f,a p"tfünai zaeiónde la so-breproducción y la caída
d. fu tu.u de ganancia convierten cadavez más las
ii
reconu ersion-es" auspiciadas por los'7' egulacionis -
úos" en justificaciones de la destrucción de empre-
sas, la õHminación de competidores,-o en simples
preiextos del reforzamiento de la explotación obre-
ra.
La"Regulación" actía como vocera de la mino-
ritaria ariitocracia obrera de los países imperiaÌis-
tas, que se ha sustraído del padecimiento deÌ con-
lunio de los trabajadores y desempleados, y toma
ãctiva posición en lavor de "sus capitalistas" contra
ìos imperialismos rivale s. Aglietta Q4) y D e Bernis
arsumentan en favor de la unificación europea
fuïu qou el capitaÌismo francés no siga perdiendo
bosiciãnes frente a sus competidores.internaciona-
ie s. Por e so prop a ga n la " nip onfob ia" pr oteccionis-
ta v oarticipan de labatalla arancelaria de Ìa CEE
.ontia Estàdos Unidos. Este mismo posiciona-
miento refleja Lipietz cuando alienta por un lado
nna mayor "cooperación" financiera de Europa con
América Latina y aconseja simultáneamente que
esta región se desligue de la "declinante economía
estadoünidense". Pãra los "regulacionistas" de o-
iias latitudes imperialistas seguramente los "p ost-
g de la. " co op e ra-
r d,i smos" se alcãnzarán por medi
fo
'ii,Ai" de otro origen' F,n el"capitalis-
"oncapitales
de la "Regulación", los negocios sj-
mo ciuilizad'o"
gue" siendo negocios, y las teorías burguesas Ìa
forma de justificarlos.
 en ôefensa alêl Dfianxflsmoo
El uso latinoamericano
Para los "regulacinnistas", los "regímenes de
acumulnción" se desenvuelven libremente en
América Latina, ajenos a toda opresión imperialis-
ta. Lipietz cree que sería "abusivo" asigrarle algu-
na importancia al problema de la dependencia
semicolonial y asegura que "no obstaculiza la in-
dustrialización del tercer mundo". Para Aglietta la
construcción de "espacios productivos naciona.les"
es mucho más factible en la aetualidad, y De Bernis
también coincide con este diagnóstico, al caracteri-
zar que existe un "mayorgrado de libertad" para el
desenvolvimiento latinoamericano. Otro "reguln-
cionista" de la región como Dabat (25) pronostica
pujantes procesos de "industrialización de la peri-
feria''. Los "regímenes de acumulaci.ón extensiuos'
al transformarse en "intensiuoso (en una época
Brasil, ahora México o qúzás también Chilô) se
encaminarían hacia "milagros económicos". Pero
lqué cambió en América Latina para posibilitar
este"despegue2 iQué impedimento del pasado al
desenvolvimiento de las fuerzas productivas fue
erradicado de ta región? La "Regulación" repite
viejas consignas "desarcollistas' y los mensajes
optimistas del FMI sin detenerse a expìicar si el
imperialismo jamás inÍluyó en Latinoamérica, o si
acompaflando la evolución generaÌ del capitalismo
también seha"ciuilizadou. En la década del'80 no
hubo " indu st rialización ", sino desinversión, fu ga
de capitales, y la mayor depredación financiera de
lahistoria. Al inicio de los'90 no hay "espacios pro-
du.ctiu o s nacionale s" sino recolon ización, privati-
zaciones fraudulentas, depredación de materias
primas y recursos naturales, 180 millones de po-
bres, cólera, desnutrici ón, "hombres-enanoE', d,es-
trucción de industrias locales, mercados cautivos,
mayor endeudamiento y una avalancha de impor-
taciones.
La "Regulación" se desentiende de esta reali-
dad, que revela Ìa vigencia del imperialismo como
el rasgo dominante de la eeonomía mundial, y
presenta datos dispersos de inversiones, aumentos
deÌ PBI o incrementos de las exportaciones
affos y países unilateralmente considerados- -de
como prueba del avance registrado por tal o cual
"régimen de acumulación". No toma nota de que
frecuentemente los logros reivindicados son
realizacione s"tayloristas' de ornodos de regulación
extensiuos" y de "capitalistas saluajes'carentes de
todo "consenso social", Las metas se alcanzarían,
por 1o tanto, con los métodos que la "Regulación"
cataloga como fracasados e inviables. El origen de
este contrasentido es la propia desubicación histó-
rica de la tarea de desenvolver el capitalismo, que
(25) Dabat, AÌejandro. "Crisis y reestÍucturación en
América latina". "Cu.adernos del ,Sar", nq 4. Buenos
Aires,marzo 1986.
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
la"Regulación" se fija como objetivo para América
Latina.
En este último punto recrea los postulados que
anteriormente defendían los precursores de la
escuela francesa en ìa CEPAL, la "Teoría de la
Dependencia" y el"capitalismo monopolista de Es-
tado".Mediante convocatorias al ingreso de capital
extranjero, o a través de propuestas de estatización
y restricción de la actividad del capital foráneo;
como una vía hacia el "desarrollo" o como una
"etapa hacia el socialismo"; la erección de un capi-
talismo latinoamericano "sano" ha sido durante
décadas el objetivo principal de Ìas corrientes de
pensamiento en la zona. La "Regulación" justa-
mente es bien recibida y fácilmente asimilada
porque renueva estos planteamientos. Si antes un
gobierno era nredcciona.rio" o "progresista" de a-
cuerdo a su grado de promoción del crecimiento
capitalista, ahora merece un calificativo equiva-
Ìente según "regule o no regule"laeconomía en esta
dirección.
La"Regulación" actú.a como una vocera de las
burguesías nacionales de América Latina y acom-
pafró naturalmente su política de pago de la deuda
externa. Lipietz argumenta que el "endeudamien-
to no es condenable en principio", omitiendo que en
la región está super-comprobado su carácter frau-
dulento, y alerta contra eÌ peligro de su "reptr,dio" o
sv,"desconcicirniento". Seflala que el quebranto de
los acreedores desfavore cetía ala región. Presenta
así ----en forma invertida- el antagonismo de los
banqueros con los pueblos como una identidad de
intereses. Se hace eco de ìa esencia de los "planes
Brady", que intentan imponerle a Ìos saqueados la
tarea de rescatar a los saqueadores, solventando
con su sacrificio la supervivencia de los bancos en
quiebra.
Lipietz se pronuncia por "reeditar el espíritu de
la CEPAL", pero en los nuevos tiempos del "post-
fordismo" este propósito se aìcanzaúaimitando a
Corea del Sur y Taiwan, es decir a dos economías
descriptas hace aÌgunos aflos atrás por los
-hasta
propios "regulacionisfss" ejempÌos despia-
dados de la superexpÌotación - ssÍnoobrera. Con estos
ornodel,os"
a la vista se despejan las úÌtimas dudas
sobre cuales son los pilares en los que esperan
sostener los fubttos"rnilagros económicos" del capi-
talismo latinoamericano.
Contradiciendo sin embargo sus "modelos" de
Corea y Taiwan, que surgieron y se sostienen en
sanguinarias dictaduras, los "regulacionistas"
declaran que la "democracia" es el único régimen
político que permite desenvolver el tránsito de
"regtrnenes extensiuos" a"intensiuoE'. No sólo cons-
tituiría un oualor uniuersal" y la forma suprema de
gobernabilidad del género humano, sino también el
medio de convertir los "taylorismos primitiuos" en
países periféricos y Ìa economía m undial" . "Teoría
y-"Los
Política" nq 1. México, Abril 1980.
Abril de 1992. aõo 1 ' Ne 3
"p o st -fordismo s' . En lo s ej emplos de estas afi rma-
ciones, la'Regulnrión' * enreda una y ottavez,ya
que todos los saltos que elogia hacia el"fordismo pe'
iiferico" o Esparla en los afros '60 y'7Y
-Brasil bajo terribles dictaduras, y la
fueron perpetrados
"democracin lntinmmcrimnoso de los '80, que
tanto ponderan, fue el canal de una inocultable
re gre sión económica- La identidad entre "dern oc ra -
cia"-crecimiento y dictadura-recesión fue la tesis
democratizante más repetida e incomprobable de
los úÌtimos afios. La disociación del régimen políti-
co democratizante de su carácter de clase es un
e slabón más deì desgajamiento gen eral que realiza
la "Regulac ión", de {os'rcgímenz s de acumulaciin"
de su-naturalua capitalista. Este divorcio es la
causa del atractivo que ejerce esta escuela sobre el
centroizqüerda-
La'ReguJación' no ha introducido elementos
realmente originales al pensamiento económico y
político preexiltente. Presentan en el lenguaje de
Tas "catàgorías intermcdios" Ìas propuestas de la
clase capitalista- Âl reivindicar una postura
"pragyndííra' y 're).úicisÍc'frente a los grandes
procèsos de la economía internacional se niegan a
ií mismos como una corriente real, ya que no basta
con agrupars€, rscoÍÌooer siertos prineipios comu-
nes y uniformar un oódigo de expresiones para con-
vertirse en una verdadera escuela. Hay que repre-
sentar intereses sociales e históricos definidos, y
éste fue et mérito dellnercantilismo" de los comer-
ciantes a el'industrìalisma' de Ia economía políti-
ba clásica. I'a'Regplaxión', en cambio, sólo está
uniformada en la aceptación y defens a del ré gimen
capitalista. La receptividad de sus planteos no se
eorresponde con srrs logros teóricos, sino con la
generálización de un proceso de regresión cultural
de los intelechrales desertores del marxismo. Per-
durarán mientras subsista esta reacción, y pa-
sarán al olvido eon el desarrollo de la revolución
socialista y el renasimiento del pensamiento mate-
rialista y dialéctieo.
en defensa del Sfiarxfls*t
E
Bihlioqrafía adici on al
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 en defense dêl [Eanxflsmoo Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
E
Brasil

Congreso del PT:

6Adonde
va la Lzquierda?
por Christian Rath

El momento de mayor tensión en el Congreso del ï{I entre el

25 de noviembre y el -realizadosalieron a
1q de diciembre- fue cuando sus dirigentes
defender abrazo paúido la presencia del cónsul norteamericano entre los
invitados a las deliberaciones. El hecho sirve para trazar un balance políti-
G0.
Tesde la apertura que el partido hace hacia la sociedad hasta las
novedades en la organización partidaria... el PI se está preparando efectiva-
mente para un día asumir el poder en este país" planteó Lula al sintetizar las
resolusiones del Congreso (Boletín Nacional del FT, diciembre'91). Pero
furepararse para la toma del poder" significa eonvertir al PI en un partido
de Estado que ha renegado de cualquier posibilidad de fungir como oposición
socialista del proletariado.
La evolución del PI no puede desprenderse de la brutal crisis económica
y política que tiene lugar en BrasiÌ. EI completo fracaso de los planes econó-
rycgs capitalistas ha colocado al gobierno Collor al borde del hundimiento y
haplanteado una crisis política de la eual la oposiciónburguesay sectores del
propio gobierno quieren salir mediante una serie de combinaciones políticas.
El PT ha abandonado todo tipo de oposición cìasista al régimen, para entrar
delleno en estas maniobras, con lo que sólo logró trasladarÌa impásse política
general a su propio seno.
El mismo día en que el Congreso del PI abordaba a las apuradas el
tratamiento d,ela"coyuntura', una encuesta nacional revelaba que "cerca de
los dos tercios de la población quieren al Presidente Collor fuerã del gobier-
no y casi el l0?o de las respuestas espontáneas piden el exilio y hasta la
muerte del presidente" ("Estado de Sao Paulo", U12). Sin embargo, la tesis
original presentada por "At-ticulación" (tendencia dirigente del PT) al con-
greso planteaba el respeto al calendario electoral previsto, o sea sostener el
gobierno de collor hasta el final de su mandato. El repudio que suscitó este
planteo deformadamente en el 40Vo de los deÌegados de las
tendencias-reflejado
de izquierda que se alinearon en torno a la consigna "FL[era
Collor'-llevó a una modificación cosmética de la tesis presentáda. La pos-
tura final de "Articulnción', en alianza con otros sectores, varió tan solo en
admitir que "el PI no dudará en recurrir al'irnpeachment'-juicio político-
en defensa de la democracia..."
Como lo dice la propia tesis "el centro de nuestra intervención política en
la coyuntura" es "la construcción de un amplio movimiento de oposición
popular e institucional a las políticas del gobierno y su proyecto neoliberal",
una política de alianzas con la burguesía, sus instituciones y sus partidos
prácticamente sin fronteras. Poco tiempo después del Congreso, un dirigente
paulista del PI "sugirió una Íbrmula que podría senrir de base para la forma-
ción de coaliciones (con vistas a las elecciones munícipales de este aio): en las
Abril de 1992 . afio 1 ' Nq 3
ciudades donde el Pl fuese gobierno, el paúido es-
cogería la cabeza de la lista, donde el PDT o el
PSDB estuviesen en el poder, ellos escogerían el
candidato a intendente" {'Estado..", 8l UgZ)' Lula
pone el acento, mas aìÌá de los partidos de "izquier'
da y progresistaso,en las'personas serias y respon-
sabÌãs".- Por otra parte, "nuesta alianza en el
Congreso NacionaÌ es mÍrs amplia que una alianza
electoral" (Boletín ]iacional del Pl).
Sobre las "prü:aÍizaciones" que el gobierno
proimperiaÌista r-iene llevando adelante, en reali-
àad rr.ta entregada de grandes empresas estatales
por precios irriiorios pagados co-n papeles sinvalor,
ory'un uro" no frja posición, lo
ïa ràsolución sobre
que es coherente con otra definición del Congreso:
"El Estado debe mantener en sus manos sólo los
sectores estratégicos para el desenvoìvimiento na-
cional", definieiõn que podría suscribir hasta An-
drés Pérez. Debe recordarse que, anticipándose ala
aprobación de este programa,los diputados del PI
uãturott recientemente en favor de la apertura al
-La extranjero en el iírea de la informática.
capital
resolución sobre"cq,,untura" no plantea un
programa de reivindicaciones mínimas, y en su
iogãr s" proponen generaÌidad-es taÌes-como "gà...
r ínúadeìlevaciOn progresiva del sal ario mínimo"
o "definición de una políbica de defensa del empleo
y protección de los trabajado-res desempleados". La
ïenuncia a pÌanteary defender lo más elementaÌ, la
subsistenciã de la cÌase trabajadora, está en línea
con la ausencia de un pìanteo de luchabasado en
la acción directa de los trabajadores, Ìo que es
reemplazado por un llamado genérico a "actos, ca-
,arrarias, vigilias, huelgas, como el recurso a inicia-
tivas populares legisÌativas".
En el C ongreso ì{acional la bancada del FT-lle gó
al punto de ãpoyar la adopción de una polítiga
salã;at de congel"m;ento, que incluye un salario
mínimo de 50 ãóÌa.es, uno de los más bajos del
mundo. En los sindicatos la política del PI, hege-
mónico en la CIII, ha lìevado al bloqueo y la
derrota de numerosas huelgas contra los despidos,
siempre en nombre del "retome deì crecimiento",
una bandera que es enarboladajunto a empresa-
rios y gobernadores de "oposición"'
Pâia imponer esta poÌítica como la supre-
sión de tenãencias dentro del Pt
-así
-"Articulación"
seÌló una aÌianza con un sector de la "iz quierda" del
I{1, Democraeia Socialista, representante del Se-
eretariado Unificado de la IV Internacional, que
abandonó sus propias tesis democratizantes para
sumarse a la coaìición oficialista. "Fstaalianza'por
la izquierd.a'era necesaria para la tendencia diri-
gentô, pues aliarse exclusivamente con la derecha,
también los aspectos más reaccionarios
ão" apòya
-poiitica
de ta de Colior, hubiera abieúo una diná-
mica ãe ruptura (derecha versus izquierda) en el
FI" (Osvalão Coggiola, Prensa Obrera,3/12).
en defensa del Marxflsmoo
E
Supresión de tendencias Y
partido "abiertot'
El Congreso se abrió con el veto del Directorio
Nacional del PI a los delegados democrática y es-
tatutariamente electos de "Causa Operaria' ,ltego
de haber prohibido la divulgación de sus Tesis en
el períodó precongreso. La proscripción fue total-
mánte clanìestina, porque no fue informada ni so-
metida a la consideración del Congreso, y contó con
la complicidad de la izqu ietda "trotskisÍo"
-inclui-
da Convergencia, el Mas brasileflo, que se-negó-a
plantear el-punto luego de haber participado en la
reunión citada de Directorio.
Este fue tan sólo el debut de una decisión que
para la dirección del PT \salís," todo el Congr-eso y
que fuera anunciada por Lula en qu Manifiesto
previo: "se terminó el ôiclo del partido^ otganizaio
ãn tendencias". Con el apoyo de la DS, "Articula-
ción" lnizo aprobar una resoìución que significa la
virtual liquidación de las corrientes internas, al
excluir "sú funcionamiento como fr acciones públi-
cas, organizando sus apoyos para intervenir en los
movim-ientos sociales y la coyuntura", prohibir
"que las tendencias puedan exigir de sus iltegral-
tós cualquier tipo de centralismo", e introduciendo
la claúsula reaccionaria de que "no habrá represen-
tación de tendencias deÌ PI en eventos u organis-
mos internacionaÌes", pues "las relaciones interna-
cionales son atributo exclusivo de su dirección"
(que sí tiene las manos libres para invitar al cónsul
yanqui).
- psto ha sido presentado como el método "para
que los afiliados no pertenecientes a tendencias no
tengan menos condiciones de participación en el
puúdo, para que eÌ centro de la vida partidaria
èsÉ en loì espàcios del partido y no en los espacios
de las tendeniias" (Boletín Nacional del PT) lo que,
de ser cierto, innovaría en lahistoria de los partidos
políticos. Laburguesía, que no se engafla sobre el
punto, seflala sinãmbajei que se trata de la"stali-
nizaci,ón" del PT y que esta conducta es necesaria:
"para defender el pluralismo democrático, Ìa econo-
mía de mereado, la libertad política y las alianzas
políticas tan propias de la democracia
-plantea
nada menos que el "Estado de Sao Paulo", 5lL2- el
Pl tuvo que rècurrir a métodos represivos, liquida-
dores del pluraìismo y de la ìibre manifestación
ideológica de su militancia... 1,es que había otro ca-
minof. Es redundante aclarar que las "alianzas
tan propias de Ia democraeia" se refieren a las del
PI con las corrientes burguesas de todo tipo y que
esto requiere impedir la manifestación en el inte-
rior de[ Pt de lás corrientes que se oponen a la
política de colaboración de clases.
Pero son los propios miembros de la coalición
oficialista los que reconocen, mas aììá de los argu-
npara Ia tribuna", el verda-
mentos inconsistentes
 ên defensa ôel Dfianxflsmoo
@]
dero objetivo de la castración dispuesta. Para
Augusto de Franco, coordinador político general
del Congreso,la discusión del der-echo de tendencia
no provino del temor a la izquierda "toda vez que la
vieja reglamentación permitía encuadrarlay, en el
Ìímite, hasta concedía poderes al Directorio Nacio-
nal para excluir del partido a sus integrantes", sino
"porque son aqueÌlas tendencias que componenhoy
el80% de las direcciones (Aúiculación, DS y otras)
las que imponen una vieja dinámica fraccional a la
vida partidaria" (Boletín Nacional del PI). Trans-
formado en un factor directo de sustentación del
régimen político, el FT requiere de una dirección
"ho mo génea' e " inc tre st ionada" . Jo sé Dirceu, dipu-
tado del PT y hombre de "Articulación" lo plantea
aún mas brutalmente : "es inaceptable que haya un
partido con varias cabezas, como si tuviera varios
centros de decisión o peor, varias políticas y prácti-
cas sociales. La sociedad (es decir el capital;Ch. R.)
quiere saber, de antemano, quién va a gobernary
con qué programa" (Boletín Nacional, ídem).
Pero el Congreso fue aún más lejos en la redefr-
nición deÌ PI, al plantear que "son considerados
núcleos (del partido) cualquier agrupamiento de
por lo menos nueve petistas... Los núcleos son
abiertos a laparticipación de personas no afiliadas
al I{I, que solo se pueden representar en las instan-
cias dirigentes y de deliberación del partido a
través de afiliados al F{1" (resolución sobre organi-
zación). Es decir, el FIl ya no puede reclamarse
socialista o lo que sea, porque a partir de ahora
incluye dentro de sus márgenes a"hombres serins
y respongables" que pueden carecer de un progra-
ma poÌítico definido y hasta hostiles a la definición
de un programa político cualquiera. La pretensión
es despoj ar de todo rasgo cÌasista al PT
"ciud adanos ", no de "tr ab aj adoreg"- -paúido
de
y con solidar
eì tránsito hacia un movimiento policlasista e
integrado al Estado burgués.
La dirección del PT le ha dado "fuerza de ley" a
un proceso de larga gestación. Ya en el Congreso de
la CentraÌ Unica de Trabajadores (CUT), realizado
en setiembre del af,o pasado, se puso de relieve la
extrema burocratización operada en relación a
congresos anteriores: la representación fue poco
más de 1.500 delegados, sobre 6.000 en el pasado,
y hubo un veto en masa de delegaciones regionales
y de varios sindicatos conducidos por tendencias
combativasy clasistas. El Congreso del FTfue una
asamblea, no obrera sino de funcionarios como lo
reconoce uno de los miembros de la coalición
oficialista: "la investigación sobre el perfrl de los de-
legados mostró que los parlamentarios, asesores y
ocupantes de cargos en las administraciones repre-
sentaron una porción bien mayor que la de militan-
tes" (Joao Machado, DS, en Boletín Nacional), sin
habÌar de la presencia de Ìos funcionarios del par-
tido. Según una encuesta realizada en eÌ propio
Congreso, el7ïVo de los delegados tenía formación
universitaria. La conclusión es que la política del
PI es dictada por los funcionarios públicos
-
Abril de 1992. aõo 1 . Ns 3
15.000 dirigentes dependen ya del presupuesto
oficial y partidarios, no por los trabajadores.
-
No a la dictadura del proletariado
En la resolución sobre "socialismo y estrategia"
el Congreso delFI definió que "la democracia para
nosotros es simultáneamente medio y fin. Decir
esto implica rechazar todo y cualquier tipo de
dictadura, inclusive la dictadura del proletariado,
que no puede ser otra cosa sino la dictadura del
partido único sobre la sociedad". Es una tamaf,a
impostura definir al FT como osocialista", pues "so-
cinlismo" sin dictadura del proletariado es una
frase vacía, supone un"socialistno" autorizado por
los eapitalistas, un "socialisrno" que nace y se de-
senvuelve sin resistencia de éstos.
Es natural que todos los textos del PT y del
propio LuÌa hablen de "democracia" a secas y no de
democracia burguesa, frcción que es compartida
por el conjunto de la izquierda democratizante que
ose
prepara pare tornar el poder", y que pretende
que las fábricas, los bancos y los campos puedan ser
el monopolio de los capitalistas, pero eI Estado es
wr"bizn" detodos. El Estado "dernocrdtico"gira así
en el vaeío, no importa que él sea un rehén frnancie-
ro del capital que lo controla económicamente por
medio de la deuda pública y el sistema impositivo.
Ciertamente que estas definiciones estratégi-
cas no son nuevas en el núcleo dirigente del PI,
pero se las presenta ahora como "resoluciones de
Congreso", en la línea de ofrecerse a la burguesía
como partido "confinble", Ala vez,como ultimátum
a todas las corrientes que cuestionen el rumbo
tomado: "puede haber compafleros que no eoncuer-
den con esto
-ha dichoyLula
balance del Congreso-
en su reportaje de
que quieran aún conti-
nuar ortodoxos. Pero esas personas se acostum-
bran al PI o van a tener que procurar otro
paraguas" (Boletín Nacional, ídem).
El rol de la izquierda
l0uáles la política dela"izquierda petista", que
integran básicamente los morenistas (Convergen-
cia) y lambertistas (O Trabalho) acompafrados por
otros grupos, frente a lainequívoca transformación
del FI, el cual deja de ser un canal de la lucha de las
masas, se transforma en "partido de Estado" y
modifica su régimen interno para impedir que se
expresen dentro y fuera del Pt las posiciones de
independencia clasista? La Tendencia Democracia
Socialista, que responde al S.U. de la IVe Interna-
cional, peúenece, por sus posiciones, al bloque
oficial.
En el Congreso estaizquierda eligió la consigna
de "fuera Collor'para dar su batalla contra las po-
siciones oficiales. Presentada en el punto "Coyun-
tura y tdctica",la moción proponía "profundizar la
crisis del gobierno y construir las condiciones polí-
ticas necesarias para poner fin a su mandato", esto
 aõo 1 ' Ne 3
Abril de 1992 ' tr
por medio de'campafris" políticas. Se trataba de
un planteo inconfirndiblemente parÌamentari sta
y por lo tanto eondenado al fracaso' o a servir en
-eÌ mïmento oportuno para un acoúamjento deÌ
mandato de Cõllor por parte de los partidos patro-
nales (oficialistas y opositores), como recurso para
superar una crisisde gobierno sin salida' Era una
consiglÌa disociada de una estrategia revoluciona-
ria, pies no destaeabaque debía serimpulsadapor
de clases y en conexión con el
-óaìo de la lucha
.ã"úto de Ìas reivindicaciõnes y luchas de las
masas.
La consigna'furzv, Collof fue votada favorable-
mente por lõs deìegados presente s en eÌ pre-congre-
,o puoii.t",lo onl indicaba que' en los términos
descriptos, era apo5rada por una mayoría de la
tendencia ônAal Tlpieo de un aparato autoritario,
ia aitecciOtt de la -Á.rtÈulndón" ordenó a sus dele-
gados rechaz ar discipÌinadamente-esa consi-gn-a en
Ël .orrgr""o nacimal- A la hora-de la verdad, la
fraccióï de Lula adwtó el peor de los aspectos de un
régimen interno de aeeptación de las fracciones' su
asfiecto reaccionario incompatible con-la democra-
ciá interna, a saber, eÌ voto de bloque disciplinado,
que niega el canícter soberano de los representan-
tes a un congreso soberano. Los únicos bloques
admisibles en-un ooÍrgreso son los que forman los
propios delegadoe oflno una derivación de las pro-
- discusiones.
nias
La moción parlarnentarista de la izquierda no
era solament€ una eonsecuencia de sus limitacio-
nes políticas y de su carácter democratizante'
Respãndía, sinentrar en contradicción con lo ante-
riorl a s1a'çslqfleda maniobra po-lítiga. Como fue
seflaìado en la intewención del líder lambertiano,
Markus Sokol';con esta politica es posible unir al
partido!' (O Trabalho,611:291-)' Es decir que se
ãd-itiu concientemente el eatáctet ficticio de la
consigla y se desarrollaba su asp-ecto distraccio-
-guela fraceión de Lula,
nistalodã vez que en el supue-s-
to que tuüera votar esa consigna-, jamás. le
daria un canácter efectivo. Se ofreció a la fracción
d,e " Articul atión- la posibilidad de ganar el con gre
- los congresos sindicalós o estaduales del Fl,,y en
so de cualquier manera, sea enfrentando a la iz-
quierda o áIi,áttdot" eon ella, algo que "Artbula-
uprouechó luego haciendo un qacto con la
"iór"
fracción Democracia-socialista. Pero al bloque CS-
OT el tiro Ìe salió por la culata' ya que seguramen-
te la patern idad'ìzquierdisto' delaconsigna-obligó
a Luia a rechazarla, para no verse retratado a la
rastra de Ìa izquierda. En otras circunstancias,
Lula hubiera podido apoyar' y Ìo hará en el futuro
si fuera necesario, un planteo semejante que no
salga del parÌamentarismo. La conclusión que se
,u.ã ut qoã lu irqúerda no fue al congreso a delimi-
tarse de la "Artitulo.cúón', menos a clarificar la
discusión y mucho menos a pÍep-arar políticamen-
te una escisión inevitable, sino al contrario, amez-
clar las cartas, confundir a todo el mundo y sem-
brar ilusiones imPosibles.
En el punto referido al funcionamiento de ten-
en defensa del Sfianxflsmoo
dencias, la"izquierda"no defendió este derecho en
forma incondiõional, sino la vigencia de la restric-
tiva reglamentación vigente hasta- ese momento'
Este blõque no se pronunció contra la expulsión de
los delegãdos de Biasilià, ordenada por Ìa dirección
porque pertenecían a Causa Operaria, y que se ma-
leriâtizO en el propio Congreso. Los mismos que
proclamaron prlviàmente que "el dereúo de o1g-a-
iización de tendenciasy corrientes de opinión debe
ser perÍnanente (dentro del PT)", se llamaron a
silencio ante el ataque concreto al derecho de ten-
dencias que se prodújo de entrada. No caben dudas
ã" qo" laìonsigna "fúera Collor" fue una cortina de
humo de una pãlítica de capitulación en cuestiones
de principio decisivas.
'Esta la
poÌítica de compromiso ayudó a ocultar
propio previsto
naturaleza frcticia del Congreso,
con un carácter "i'deológico", en donde estaba ex-
cluída la elección de la dirección que quedó para
-
un "encuentro nacional en junio del '92"-, lo que
conveúía ala"instancia soberano" en una ficción'
"No queremos mezcÌar la lucha de ideas con Ìa
lucha interna por el poder", planteó Jorge Bittar,
de la direcciOn del PT (La República, 29/Lt/91),
como si pudieran mantenerse separadas. Es decir,
el"pod.er" no estaba en discusión, cuaÌquiera fuera
el resultado ideológico' Para la dirección, el Con-
sreso fue la oportunidad para hacer un recuento y
ãonstatar fidelidades y compromisos.
Resultado claro de todo esto es que las corrien-
tes que conforman e\ "frente de izquierdo" carecen
conjunto de la situación' No
de una comprensión de
perciben ia contradicción explosiva que se ha
instalado entre la evoÌución contrarrevolucionaria
de la politica de Ìa dirección del I{t y Ì? e-volución re-
volucionaria de la situación en Brasil. Los trabaja-
dores brasileflos necesitan contar con una referen-
cia política independiente, en tanto la dirección del
PT está empenãda en que Ìas masas sufran los
costos de la crisis del caPital.
Estas tendencias de la situación se expresan en
el crecimiento de la izquierda en los sindicatos y en
el debil"itamiento de la base de sustentación de Ìa
dirección "Iulista". En et IV Congreso de la CUT
(setiembre '91) se hizo patente la extrema burocÍa-
ìización de ésta, al punto de que hubo poco más de
L.500 delegados, la cuartaparte de con-gtesos ante-
riores, y sã vetó Ìa participación de delegaciones
regionales y sindicatos que no por casualidad esta-
baï alrigiaôs en un 9074 por tendencias combativas
y ctatistãs. Sóìo gracias ã estos recursos "At'ticula-
Lión" pudo imponer una mayoría propia' La vota-
ción ciave sobie ìa representación proporcional en
la Ejecutiva Nacional salió empatad a 724 a 724 y
con iotos "obseruad.os" que eran del frente opositor'
Èi oficialismo pudo imponer su criterio y alzarse
con el cien poicien dela dirección especialmente
;; i" ialta'de previsión y de preparación de la
izquierda,
__=Ètt originada en suincomprensión política'
el proplo Congreso del Pf se reveló "el creci-
 en defensa det üfiarxflsmao
E
rniento de la llmada izquierda tracional la cual ha
dejado de lado las pretensiones de quienes defien-
den una renovación del partido", algo que provoca
las "preocupaciones" del núcleo dirigente del Pï,
segrin La Folha de Sao Paulo Q5/1L).
Esta situación obligó a "Articulación" a coali-
garce con "Democracia Socialista", lo que no puede
sorprender cuando ésta procÌama "el socialismo
como obra de la democracia", pero que en rigor de
verdad, fue un paeto para permitir la subsisiencia
del bloque dirigente al frente del fII. Para un
comentarista "el papel de Lula en el Pï es cadavez
más parecido al que Luiz Carlos Prestes desem-
pefraba en el Partido Comunista Brasileflo. La
fórmula consiste en unir eÌ culto de la personalidad
con la dirección de una corriente centrista que, por
encima de posiciones políticas, se sustenta en el
control de la máqúna partidaria...esencentro"
sobrevive gracias a acuerdos eventuales eonla'dc -
reclta'ola'izquierdo'... según la dirección en que
sople el viento" (Folha, 29/lL).
Por todo esto, sería un error de apreciación
suponer que los ataques dela"ArticuLacün" conLra
la izquierda y el reforzamiento de las represalias
ulteriores signifiquen que Lula quiera eipulsar a
la izquierda. Lula la necesita dentro del PI,
obÌigríndola a adaptarse a la política oficial. En
palabras del propio dirigente mráximo "estoy contra
la expulsión de los colegas ( de la corriente ãerrota-
da en el Congresso) porque creo que ellos se van a
acostumbrar al nuevo ordeno (O Estado, g/Lz/g]-).
Estos conceptos son una prueba más de que LuÌa es
ya un "estadista" y que conoce a sus adversarios
mejor de lo que estos mismos creen conocerse.
aQué hacer?
Las conclusiones de las fuerzas más importan-
tes dela * izq uierda p etista" 4 Trabalho y Óonver-
gencia- con relación al Congreso revêlan una
acentuación de su confusión y en algunos casos de
un franco seguidismo a los políticos democratizan-
tes y a la burocracia sindical.
Para O Trabalho los resultados del Congreso
son un"triunfo". "Queríarl refundar al Pl, no lo re-
fundaron, querían acabar con el derecho de tenden-
cias, no lo lograron, el PI continúa, está lanzada la
simiente de una nueva mayoúa" (O.T. g1g).
;De qué Congreso habla O T? Porque el del FT
aprobó explícitamente el frente de colaboración de
clâses, el respeto a los gobiernos constitucionales,
el rechazo al socialismo y la Ìiquidación de la
democracia interna.
El balance de O Trabalho es un caso ejemplar de
manipulación política, que sólo puede sorprendera
quien no conoce al lambertismo. Dice, por ejemplo,
que "La decisión final acabó restringiendo el dere-
cho de tendencia. Pero si consideramos que los ins-
piradores del Congreso (sic) querían extinguir las
tendencias no lo consiguieron. Las tendencias
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
continúan vivas". Sólo una política de disimulo
puede valerse, en un párrafo, del eufemismo "inspt-
radores del Congreso" y en otra ocasión (discuiso
de Sokol) referirse "al partido que por medio de la
vozy la imagen del compaflero Lula simboliza la
'I,ucha
de los trabajadores brasileflss" lo cual no
deja de ser una expresión de disimulo, - Iporque se
di socia aì " ins p ir ador de l C ong re so' de su" imagen"
y de su"t)oz',
Pero, cÌaro está, nadie quiso abolir las tenden-
cias, lo que hubiera significado expuìsarlas, es
decir hacer lo contrario de lo sefraÌado por Lula
respecto a su"colega" de la izquierda. La direción
del PT no quiere, por ahora, a la izquierda fuera del
partido, con excepción de la consecuente nCeusa
Operaria".Lo que quiere es que no dispute pública-
mente la dirección de las masas a"Artiiulnción" y
alaburocracia sindical, o más precisamente que no
intervenga abiertamente con una política revolu-
cionaria. La resolución del congreso prohibe,
exactamente, "orientar y organizar la intervención
política en torno a las tendencias en el movimiento
social" (O Trabalho ,6/LZ),lo cual les impide tener
una prensa y organización propias. "Las tenden-
cias siguen (sic) vivas" concluye, sin embargo, O
Trabalho-sin percibir, obviamente, que un enfer-
mo en estado de coma también "sigue" vivo.
La manipulación a la que se libra Convergencia
con relación al Congreso no es lambertista sino
morenista. "La izquierda resiste y defiende al PT
socialista y revolucionario", y llama a unirse para
"rescdtar" al PT contra "la orientación de la actual
di_-rección", seõalando que '?ray una resistencia y
ella crece día a día" (Convergencia N s 918). Pero nô
es la "resistencia de la izquierda" sino el contenido
de las conclusiones del Congreso lo que es necesario
esclarecer,en paúicular si se quiere dar una orien-
tación políti caala"resistencia". Con respecto a esta
cuestión central, Convergencia no dice nunca si la
ubicación y la política de la dirección del PT en la
lucha de clases y la prohibición de actuación
pública de las tendencias, son incompatibles o no
con una política clasista e independiente y por lo
tanto, quién se somete a quién dentro de este ITI: la
burguesía a ìos explotados o éstos a aquéÌla.
Lo que las corrientes protagonistas de la'tiz-
quierdapetisúo"no pueden definir, y que el Congre-
so puso al rojo vivo, es que el PT no es una organi-
z-aciónindependiente de los trabajdores yha deja-
do de ser el marco para el desarrollo de una van-
guardia obrera. Seflalar el "electorerismo" o Ia
adaptación ala *institucionalidad" de parte de la
dirección "lulista!'no pasa de ser una ciíticaempí-
rica que oculta la función de conjunto del PI en la
situación brasilerla.
Esto es particularmente dificil para Convergen-
cia, que apoyó el principio de viraje a la derecha del
PT cuando la direeción de éste formó el "Frente
Brasil", frente de conciliación de clases, mucho
antes de las últimas elecciones presidenciales. O
para O Tïabalho, cuyos dirigentes votaronjunto al
Abril de 1992'ano 1 'N:
3
PI la Ìey de ccn:e,a:-.itrt.: sa.a::al :i eì Congreso
Nacionai.
i. ==:a= ::---=:-::=
TodaÌap,:-:::c:- .e resume, aÌ
día dehol'. el'"::::::l: a l-:t=s:::alj'n del F{f", es
decir una ì:a:a,-. l. :.:,:=:z:l:a i=n:ro del apara-
to.
Estas c:::-.:-:É: :,- :1.:'a:- ::- a;ú::a eÌ agota-
miento poìl:.-: := lT l-1r,, l -s:::.:jaC de Ìucha
para Ìa ôlas= .:r=:= . ::-:;;':::: Ce su dirección
ã1 Estado, :.: =. ::l -1 :.:- t: I l--r-ci!Ìrìs que reviste
abandonar la :-::':',-:- :.::.::a :.b:erta en un mo-
mento en q',-1. ttt;s :-:n :. -:"::3 s: pìantea ia necesi-
daddeuna-dr:: : :. ::. :=-. : -'::l::a.:e. SiÌo hubieran
ciones, mrtaha= := t= : -'-=.:::j'3ll gn ámbitOS
regionales cr :::: j ;-, = = E - :::;l'a:xa deÌ frente es
el que la izq::=::: :-i.l *:: =i-- e, Ccngreso' Pero,
luego de toã - .: i-:: : :: a :- - Ês su principal
limitaciórr. La : ::: :,: .-,-:-::.a:r:i Cel frente esque
tiene por ob"'=-:-" - :::-::ÉI-:: 3a:ar ej EnCuentrO
NacionaÌ pre'.-::'. :'-'' -::--: :pcrtunidad en la
que debería ::-::--:=- : ': ' ' i::r lÊnl€ de una nueva
úayoría" que :-:-: *.: .. I : : .:-:,aia en eÌ Congreso-
Semejante p :,::--:, - :: : . =::,:r:e significa que el
frentó no r-e -a -:.:-::.:.-:--:.,::al que existe entre
una poìítica l:- i=: =:.
t'=:-:i -,' aparato del PT, es
=.
decif que as:-1 . =: : 'i. ::-:; '*-c:'aría' la tarea
de llegãr a'ijt ::t:t:r:::-,:: ::l las posiciones y
hndeãcias ii:-" =i S.::.;'l--:e política significa
también ur:a :::-' l: :: n::: - :intra el oficialismo,
dentro de Ìa= r.: '::a:,:,':1 -lì:s Ce éste, Ìo cual es
una recetâ SÉó-;:3 : ::: -. i=:r:ia. La formación de
un"frente c;- .: :*:.-l; ; : J:-a ser un aciertofeno-
menaÌ si se as:;:,'r: : ::- - : :;:::','c fundamentaÌ la
intervencicl -"r=::: ::- -' ,'-:.c:a cie cÌases con un
progïama pr:,;:: l- - :::': ::: 2r1al pOr eÌ mOmentO
suslnsuficien:,== i== : ::, : ::.r:dc Ìas restricciones
ala actuacic:- :-: -:::: := -as :e:-dencias, El"frente
d,e izquie r.tÌc' ç : i:-' : - :-','É :: -r: e.en unfactor de re-
agrupamlenla ;e -, = : l:::: s :lás avanzados, y en
este ie..erto dtr-i:--: ì'j.n1 É: e. PT. si los pequeflo
burgueses que lltaulâ:- i.e, ;resupuesto estataÌ yla
burãcracia Ce .:s s::-i::at;s' c ìa izquierda y los
en defensa del Dfianxflsmoo
tr
,
luchadores.
Si el"frente de izquierda" decide tomar concien-
cia del lugar que ocupa en esta lucha, debería tam-
bien discutir sobre Ìa estategia revolucionaria que
corresponde a las peculiaridãdes de Brasil yde la
actual situación internacional. Porque wn "frente
de izquierd.a" que actúe en forma consecuente está
Ì1amâdo a convertirse en dirección polítiea; elhecho
de que tal discusión no Íìgure en la agenda frentista
pued4 figurar dado el carácter
0 qìe diÍïcilmente
de ôapillas que tienãn CS y OT), es una demostra-
ción suplemèntaria de que, por sus limitaciones, el
"frente; se encamina al compromiso y a la disolu-
ción.
Es altamente probable que una escisión iz-
quierdista real en el PT siga dejando por un tiem-
po el monopolio electoral de las masas aÌ ofrcialis-
mo; ésa es Ìa veneración electoraÌista subya-ce1tg
qoó hay en la referencia surrealista (a la Dalí) del
lãmbeitiano Sokol, a la "imagen" y â la "voz'de
Lula, de claro encandilamiento televisivo. El as-
cendiente electoral no puede ser un criterio para
caracterizar las perspectivas políticas de las ma-
sas; lo que importâ es por dónde canalizan sus
luchas, es decir su experiencia viva. Pero aún en
términos de ascendiente electoral, ìa tendencia no
es al crecimiento del voto al PT sino al votoblan'
quismo, lo que expresa una corriente de repudio en
"l
r"no de las masas a los partidos políticos burgue-
ses y al propio PT por su asimilación al Estado
capiiahsfa. En una encuesta tealizada por Folha
de Sao Paulo para detectar la intención de voto
para las elecciones municipales de este-afro, el voto
õn blanco o nulo es la opción de120Vo de los entre-
vistados, contra un 18Vo del candidato con mayor
respaldo (Maluf, pDS) y un LAlo del representante
del-Pf. Tres meses atrás, la intención de voto en
blanco era deÌ 4Va (FSP,8/3). Es signifrcativo que el
apoyo al candidato burgués del PT (Suplicy) "pro-
viene de segmentos que teóricamente no constitu-
yen la base privilegiada de su partido: su acepta-
õión crece cuanto mayor es el poder adquisitivo y
mejor es el nivel de escolaridad" (FSP, ídem)'
La escisión del Pf está objetivamente plantea-
da y es subjetivamente impuÌsada por-la dirección
ofiõial en función de una estrategia de conjunto.
Hasta ahora la izquierda ha sido la víctima pasiva
de los acontecimientos.
ã-a3=

en dcfensa det üfianxflsmoo Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3

E

El PT después
del fe' Congreso
por Aldo Ramírez

. La crisis política del gobierno Colìor alcanzó eÌ nivel del ajuste de cuentas
entre gangsters, con tres ministros acusados criminaÌmente y amenazados
de ir a dar con sus huesos a una celda. con apenas dos aflos ãu *u"daú, Li
vaciamiento {el gobierno es irreversible. Los èscándalos de corrupción en la
sgludy en la Preüsión (la"propina"de 30.000 dólares de Magri).or, rp"rru,
el pretexto para una operaciõn política más amplia, o .óiro dice ãierlo
qglitico brasileflo, "la Previsión àonde un único ãbogado de Rio obtenía
30-000 dóJar_e9 por hora" (o Estado de sao paulo, lltí). po, encima de las
cabezas de lvlagri,
gobierno y del
9".._-q y Margarita procopio, figuras centrales deì
l,qtado (Jarbás Pasúrinho y er generaï ag"nor Homen de
carvalho) son alcanzadas, acusadas de "nãgìigãncia", urï.o-o ta propiã
Policía Federal.
se alcanza así un nuevo estadío en la descomposición del gobierno y del
p"gpio régimen políbico..El fracaso espectacuÌar deÌ plan coÍlor y ta crisis
política consecuente hicieron explotaila tentativa inicial de aprõvechar el
capital político acuml+lado por cóllor para recuperar, a través dô una especie
de-bonapartismoÌcollor rodeado de ministros inexpresivos), la capacidàd de
arbitr?i-e del Estado. Las Fuerzas Armadas y tos rromliãs rri.,à.,lado. ái
capital financiero internacionaÌ (Jarbas passarinho y Marcilio Marques Mo-
reira) ocup-aron los puestos centraìes del segundo goLi.*o collor, intentan-
do ìlenar el vacío creado, pero también vacíando p"otrti.utn."1ã aÍgobie;o.
Esto e.xpl$a ahora, en una situación en Ìa cuaì, segrin p".iãalrï" carlos
"t
9asteÌlo-Br?nco,, "se percibe la ausencia de canafes poúti.o. dentro del
Palacio de Planalto (...). La desmilitarización de toi pàrããio, pÀsidenciales
fue retrasada por la inesperada revaÌorización potítica ã"t úr:."o militar en
la estructura de los servicios del planaÌto. comï et poder no con..irre con el
vacío, era preüsible que algo semejante ocurriera" ?Jornal ao Brasil, o/ãi.
La tentativa iniciaÌ de cróar una ba-se político-parÌámentaria al gobiernô,
pÌan colrôr. Ahora, con el d'istancia-
a través
{91_fR{,_explotó junto con el
miento púb.li-co del gobjerno del líder parlamentario oficiáhsta <ydeiÈrI,l
Marco Maciel, ex_plota la tentativa de álcanzar el objetivo inicial
ior las vías
fisioÌógicas que colìor condenó durante Ia campanã electoraÌ y durante el
primer período de su mandato.
-
El inmovilismo poÌítico del gobiern o alcanzaahora su máximo nivel: el
g-obierno_se reduce, actualmentã, a las actividades del hombre de
enlace con
el capital internacional instalado en el ministerio de EconomíÀ, que orien-
ta los acuerdos internacionales, la política salarial y previsionai, en fin todo
lo que impoúa. La quiebra del gobiìrno corìor es la'quiebra delá burguesia
nacional en su tentativa de estructurar un poder (uì hrreno común") para
negociar con eÌ imperialismo y disciplinar alìonjunto de los explotados. De-
trás de-esa quiebrâ se encuentra, de un lado, ra rlsistencia obrãra y popular
contra_los planes de superexpìotación y, por el otro, la catastróficã óriãis de
la producción capitalista en BrasiÌ.
:'
Abril de 1992 . afio 1 . Nq 3
Crfuis capitalista
Siete millmes de rhsempldos; destrueción
sistemática de los serviúE prúblicos (en especial
del sistema de saludLca*l,ahi$lúrft:a del crecimien-
to demográfico; aprfoiún de rma subraza de pig-
meos suMesandl& en todm lm sentidos, en las
rcgtortes más pohes; dcsursllo eftdénico y en dé-
mico de enfermcdedm cmoladas hace ya mucho
tiempo por la ucdichl (mo el cólera), destruc-
ción de polos irildcr como Manaos y San
Bernardo do Cqo ftry, *gfu la Folha de Sao
Paulo (22Í3l,cm u fofict h fwhs' superior al
de RiodeJaneirot;rrrffi aïaaehs" cuando
llueve, más de 5íXFm de esclavihrd rural, con-
gelamiento salrial y prwinlnal (eon jubilados
muriendo en lag qtl* pe rcs'tir unas migajas.
He aquí los todks & tr brtrie, de la completa y
progresiva inoaffid cntr,e el capitalismo
brasileflo y el dcsrrob&hsfrerzas productivas
nacionales.
La crisis cqfrndr l3ve e la drora burguesía
más poderosa dcÂúb d Sn a abandonar toda
veleidad de indeprnfuciem velación al imperia-
lismo, alcuâl p&rrnrteHade salvación: ése
conteni&&hruinhsamerdoseon el FMI
es el
y del prograna & csrrh:liración, oficialmente
apoyados por la Can nmca, a través de David
Mulford, secrttrbdlt*rode los Estados Uni-
dos. Y ése tamtién crd daido de toda la política
seguida en 19!lf- pfuúi-ii1'alr,rturn. econüni-
ca" (frn de la rcscru & nemado y de las barreras
arancelarias), InEo& lLüIl rrrílones de dólares a
los acreedores cdrÍomr mtra 5.500 millones en
1990, a pesar dc ç d FAI per eípita ha sufrido
una brusca caflt-
Así, asistimc r m IilEes de centralización de
capitales que bem.frie pincipalmente al capital
extranjero. Es lo f crylica el toom' de la Bolsa
de Valores en plcm crisis emómica, y que no
afecta en absoho fas rdces de esa crisis: 'Se trata
de óptimos negwix m rieqgw mínimos, que fue-
ron rápidamerb dcsalicrtm por los inversores
extranjeros- Por efenpto, Tdebnís, que monopoÌi-
za, aveces, el 5016 de Ìas bansacciones de la Bolsa
brasilefr a: a mklroe de Ut91, el valor bursátil de
Telebrás repÍ€Ê.rtrbc i:penas el Lffi delvalor de
sus activos! El tÍblo sdlo podría mbir. Más arin con
el reajuste, 1rcr encim del úndirx de inflación de las
tarifas públieas, exigülopcel FMIy el Banco Mun-
dial, ya apÌicado pa el gobierno. Tas empresas
estatales s€ yan a wlver rentqhles y a distribuir
buenos diüdendm- De allí l,a corrida de los fondos
de pensión de los Es*adc Unidos, que acumularon
acciones de Eletrobnís y de Petrobnís' (Liberation,
París, 8/1).
La apertura de las Bolsas al capital extranjero
(autorizada en 1991por el propio Marcilio) es, por
esô, tan importante como las propias privatizacio-
nes. Pues es lo que permite al eapital financiero
internacional participar directamente del proceso
en d.efensa del,Ãfianxflgmo@
E
de fusiones y de centralización que permitió que, en
el'nefasto" 1991, 1se mantuúera la tasa de benefi-
cio del sistema financiero, mientras que en el co-
mercio saltó del I al llVat
Entre tanto, las privatizaciones, último recurso
lanzado por el Estado y por la burguesía brasileffa
en dirección al imperialismo, son incapaces de
contener la crjsis financiera del Estado. lBn la
licitación de Usiminas, el dinero vivo captado fue
menos que el de dos salarios mínimos! (el resto
fueron "junk bonds", titulos basura de las diversas
deudas públicas del Estado: agraria, externa, de-
bentures de las estatales, etc.). De allíque seapura
retórica la promesa gubernamental, en la Carta de
Intención al FMI, de captar 18.000 millones de
dólares vendiendo su participación accionaria en
veintiséis empresas. La lista de "monedas podri-
dos" homologada por el Tesoro Nacional para el
programa de privatizaciones alcanza a ... 67.000
millones de dólares (Folha de Sao Paulo, 26/LL/9L).
Todos los objetivos del gobierno están compro-
metidos: prometido al FMI un superávit fiscal de
4.400 millones de dólares, el monto de Ia deuda del
gobierno aumentó, mientras tanto, 4Vo o 6,Lbillo-
nes de crirzeiros en un aflo; "el aumento puede
comprometer las metas prometidas al FMI" (Folha
de Sao Paulo, 20/il.
Exactamente 6 billones de cruzeiros es el monto
del giro de la deuda rural, concedida por el gobierno
para \olver más lenta la venta dela zafra", o sea,
para evitar unn caída general de valores y precios:
"El productor no va a necesitar deshacerse de sus
mercaneías ahora para saldar esa deuda y podrá
obtener mejores condiciones para el precio de su
producto" (Folha de Sao Paulo, 13/3). 1Y así, en el
aío de unazafrarécord, los precios de los alimentos
de primera necesidad también van a alcanzar un
ré cord ! E sta es la " mode rnización" y la" r ee st ruct u -
ración": una catástrofe económica que hambrea a
ìos trabajadores, hunde financieramente al Estado
y destruye la capacidad productiva deÌ país.
Sindicatos, PT y respuesta obrera
La posición deiensiva en que fue colocado el mo-
ümiento obrero frente a la crisis no es, como pre-
tenden las direcciones sindicales, una consecuen-
cia directa de la crisis. La ocupación por más de dos
meses del Frigorífico Pedroso está ahípara probar
lo que un sindicato (el Sindicato dos Frios e da
Carne de Sao Paulo) puede hacer cuando tiene una
dirección revolucionaria. Las propias estadísticas
elaboradas por DIESSE demuestran que, si bien el
número de paralizaciones cayó (910 en los primeros
nueve meses de 1991 contra 1582 en igual período
de 1990), au:nentó el número de hombres/hora
parados (Jornal do Brasil, 30/1). Esto significa:
huelgas más largas y profundas, aisladas sin
embargo por las centraìes sindicales, que no orga-
nizaron ningrin moúmiento de conjunto, a pesar de
la agudización de la crisis y del hecho de que los
 en ôêfensa dêl [Ganxflemoo Abril de 1992. afio 1 ' Ne 3

trabajadores no súrieron ninguna derrota decisi- nido con las contribuciones de los parlamentarios,
va y mantienen intacta su disposición combativa. prefectos, secretarios, asesores y hasta con las del
Sucede que las centrales (sus direcciones) están impuesto sindicaÌ. Estos recursos de fuerttes públi-
profundamente integradas al proceso descripto- cas cristalizaron en el comando del partido a los
más arúba. Esto es obvio en el caso delos"pelegos" detentores de los mandatos populares y a sus
de Força Sindical y de las CGTs, las cuales, además grupos de influencia.
- aLa mayor parte de los participantes de los
de reivìndic arlafl'exibilidadlaboral" (caída de Ìos
salarios), pidieron oficialmente "más prisa en la últimos Encuentros del PT fueron cuadros de pro-
privatización de las empresas siderúrgicas" (Ar- fesionales de la política. Esto evidencia una fuerte
naldo Gonçalves, ex stalinista, director de los me- y densa capilaridad entre el paúido y Ias institucio-
talúrgicos âe Santos, llegó a perìjr-"urgencia" en la nes. Nos lleva a observar cuan sustantivamente
privaÍización de Cosipa) (Jornal da Tarde, 6/3). comprometido está el PI con el orden institucionaì
La propia CUT, sin embargo, ve enìa eatástrofe que pretende transformar'(Folha de Sao Paulo,4/
descripta una "restructuración capitalista" yplaq: 3).
tea quã
,1os
desaffos de lamodernización en Brasil Nuestra corriente no esperó que una tesis uni-
van más allá de la utilización de la política de versitaria demostrara Ìo obvio
(ver artículos
comercio exterior como instrumento central de "Adonde va el f{1", Prensa Obrera, ne 342, Buenos
estímulo para la actualización tecnológica del sis- Aires, L0lL0/91; "IJna asamblea de funcionarios",
tema proãuctivo. Es fundamental garantizar la ídem, nq 347,31L2/9I: y "IJna mayoría de burócra-
participación activa del Estado y considerar la tas en el Ie Congreso", Causa Operaria, ne 156, 20/
posibilidad de una estrategia de modernización IzlïL)que sólo puede ser considerado sorprenden-
õentrada en la dinamización del mercado interno y te por los ingenuos o por los oportunistas. La misma
en la integración competitiva a los mercados mun- investigaciõn demuõstra que el 707o de los <ìilega-
diales" (Db SEPiCUT, "Re structuración industrial dos al Ia Congreso det PT aceptan el capitalismo,
y- acción sindical en los aflos'90", marzo de 1992). porcentaje que, tratándose deÌ capital extranjero,
Laburocracia de la CUT, principal central, se ... lsube a más del957ot (ídem).
coloca en posición de apoyo crítico a la "moderniza- Es evidente y salta a ìa vista lo que constató un
ción", que signifrca la catástrofe para los-explota- sector de la izquierda petista: "El Iq Congreso del
dos. Se pretende apoyar en los intereses, además de PT profundiza la distancia entre la base y la direc-
una erlensa burocracia de los sindicatos, de las ción partidaria. Pues aquélla se siente traicionada
capas más calificadas y mejor remuneradas del cuando ve a sus dirigentes dejar de encausar sus
prôletariado (que pueden resistir mejor la crisis), reivindicaciones y las luchas de la clase trabajado-
vendiendo la ilúsión de que obtendrán ventajas del ra para ir a los Pactos Sociales, Movimientos de
actual proceso capitalista. Es por eso que no sólo no OpõiOn por Brasil, defender el mandato de Collor
y
cumplib con su obligación de organizar un movi- a José Genoino defender un salario de 8.000 dóla-
miento de conjunto en defensa de los sectores más res para los diputados federales y votar un saÌario
golpeados por la crisis sino que además aisló y mínimo de 42.000 cruzeiros (cuarenta y dos miì
boiõoteó las luchas en curso contra los despidos cruzeiros = 45 dólares) para la clase trabajadora. Y
(Pedroso, Calfat), integrándose en diversos foros demostró eso en su desinterés en participar de los
"anti-recesióno conrepresentantes patronales y de Encuentros preparatorios del Ie Congreso del PT"
Ìa lglesia. (Documento MRS de Paraíba, diciembre de 1991).
La dirección de Ìa CUT, además de eso, se Esa es la base social de la estrategia del PT, que
expresa políticamente a través del PT. Y aquello consiste en la alianza con la burguesía "progresis-
qu-e en IaCUT se expresa enforma oblicua, debidl ta" (y notanto, al punto de considerar que el vice de
a la presión de las bases sindicales, en el PI la fõrmula de Lula-94 sería nada menos que el
despliega abiertamente sus banderas. He aquípor actual Procurador General de ìa República, Aristi-
qué, en el caso del PT, nos encontramos ante un des Junqueira, figura central del Estado de ìos
caso de degeneración políticararasvecesvisto en la explotadores en el cuadro del actual régimen poÌí-
historia de la izquierda latinoamericana. ticõ, ver editorial de O Estado de Sao Paulo, 1213)'
La base social de ese proceso es la burocratiza- Los Congresos y Encuentros se transformaron en
ción del paúido y la integración de su capa dirigen- apenas una cortina de humo de esos objetivos, como
te a la ãdministración del Estado, ejerciendo su lo demuestra el testimonio insospechable de un
"oposición" en ese cuadro, que es el propio euadro representante postergado de la direcciól, eÌjurista
del régimen político. Una tesis universitaria vino a y diputado federal por el PT Helio Bicudo: "incluso
demoJtrar áhora que "el PT hoy es un paúido ântõs de la realización del Ie Congreso del I{I,la Di-
dirigido por profesionales de la Políbica, pagados rección NacionaÌ se oponía a una actuación más
conãineio de los cofres públicos. Esta burocratiza' clara del paÉido como oposición al gobierno CoÌlor.
ción, a los once aflos de existencia, escl,erotizó los Cruzó losbrazos ante los crímenes electorales en la
núcleos de militantes' compÌometiendo la idea campafla -
det '89. Confundió y confundq legalidad
original de construir un partido de masas. con legitimidad. Tiene miedo de hablar de
t'Según el estudio, el aparato petista es mante' 'impeaíhmenf'(fuicio político), y cuando el Iq Con-
 Abril de 1992. afio 1 . Ns 3
greso adopta una decisión irrebatible al respecto,
prefiere ignorarla pÉrra @ncentrarse en la ántici-
pràción del plebiscito
-preüsto para el ? de setiern-
bre de 199L sobre presidenciãhsmo o parlamen-
tarismo'(Folha de Sao Paulo,3/B).
, Eecordenos que Ia euestión del"impeachrnent"
fue la pieza maestra de la alianza sellãda entre la
Articulación dirigente y un sector de la izquierda
(la DS, Democ"racia Socialista, del Secrelariado
Unifi cado de la l\tr Internacional), lo que denuncia-
mos en sumonento eomo un engaf,abobos lanzado
para contener a ìas bases de la izquierdapetista, lo
que ahora queda demosfado
La derechiEación del PT es tan grande que llega
a provocar el alerta del editorialista del principãl
órgano de la prensa bnrrguesa:'Una cosa ôs cierta:
si e-l Pt no consigue revertir este proceso, irá
nerdiendo espacio y nesonancia. Alejada de las
deeisiones, l^a base fadicional tendiá cada vez
menos motivos para mantener únculos con el
partido en la medida €n que ya existen en exceso
partidos que l_€ hrc€rr e! juep al establishment, y
de forma mucho rnÉs sficaz-qìrs el PT" ("Estaüzá-
ciólnartidaria', en Folha de Sao Paulo,3/B).
Este es el nudo de Ia cuestión: para la burguesía
es vital que lasbsses obreras conseryen al pf como
refereneia parUaaria, o sea, que su inevitable des-
plazamiento hsdâ la izquieida no dé lugar a la
estructuraeión de una Írueva alternativa política.
Esto demuestra por anticipado, los Iímites de
cualquier' izquisdi"eün' del discurso petista e
ilustra la afin-maclón hecha por Lula, en ãff, a un
gran diario (-es necesario hacer algo") frente a la
crisisy a la insntiqfncsión crecienteõ. "AÌgo" fueron
unos vaciados actos el 13 de marzo, en loãcuales la
CUT y el PI ompartieron la tribuna con conspi-
en defensa ôel SEanxüsmoo
cuos Íepresentantes patronales (en el acto de porto
I.ula habló junto principales
4lggtu, a uno de los -
industriales metalúrgicos, Sergio wtindlin).
Ytambién ilumina el papel de la "izquierda pe-
tista", inclusive y sobretodo en su versión supues-
tamente "radical"(Convergencia Soeialista) y de su
política "independinnte", que se traduce ant-es que
nada en el terreno electoral y que reconoce ias
fronteras del PI como infranqueãbles. Así, en el
reciente choque provocado por el proyecto de IPTU
de la intendencia petista ãe San páblo (proyecto
que pasó en la Cámara a través de negociaciones y
eI apoyo de partidos burgueses), CS llamó a ,,dar ú
claro carácter clasista al proyecto" (Convergencia
Socialista, ns 323, ?lB) ien ei mismo momento en
que la intendente Ertrndina amenazaba con recau-
dar los fondos,que el,supremo Tribunal le negaba
... a través del congelamiento salarial de loJem-
pleados municipalesy del aumento de las tarifas de
ómnibus!
!g base de la política burguesa del PI es social,
no ideológica, como supone el g}Vo de la izquierda
petista. La lueha en el PI, y cualquier "frènte de
izquierda" en ese sentido, debe estar dirigida, no a
oendereza
f'a la burocracia pequef,o burguesa diri-
gente sino a abrir una alternativa de lucha inde-
pendi-ente y una alternativa política propia (un
partido revolucionario de los trabajadórei). Sólo
con esa perspectiva un reagrupamiento de fuerzas
de izquierda podrá proyeclarãe como alternativa
de dirección en las organizaciones obreras (en pri-
me-r lugar, en la CUT) para convertirlas en órganos
de lucha antimperialista y revolucionaria en-Bra-
sil, junto con sus hermanôs de clase de toda Amé-
rica Latina.
23 de marzo de 1992
=F

en dêfensa det Dfianxflsmoo Abril de 1992. afio 1 . Ne 3

E
Apuntes a la historia del
trotskismo argentino - 2".Parte
La cuestión
boliviana
(L943-46)
por Julio N. Magri

Los acontecimientos políticos en Bolivia en la década del '40 fueron objeto

de viva discusión en los nacientes gïupos trotskistas argentinos. El interés
fue_provocado por los alcances revolucionarios que iba cobrando la aguda
Ìucha de clases en el Altiplano, Iuego de la derrota de Bolivia en la guerra del
chaco;la aparición de una fuerte tendencia nacionalista en el ejãrcito y en
la pequefra burguesía; la ausencia de una importante tradición socialdemó-
cratay anarquista de la clase obrera; y el profundo desequilibrio político del
país; todo lo cual permitíapronosticarla inminencia de lãrevoluciìnbolivia-
na eon el consiguiente debate sobre su carácter y la clase social que la
llevaría a termino.

' El gobierno de Villarroel

El 21 de diciembre de 1943 se produjo en Bolivia un golpe de Estado de
características similares, al precedente en Argentina, aãt Z ae junio. una
{r1cció-n deÌ Ejército, nucleada en RADEPA, coá el apoyo del MNiì, desplazó
del poder al ggb_ierno Peflaranda, un títere del imperiaiismo yanqui, y colocó
en- su lugar al General villarroel, secundado poi paz Estenisorô. Éi nuevo
gobierno pretendió inaugurar una política de 'Íiberación nacional", asi como
de "erradicación de los odios" de clase.
._-Pl imperialismo yanqu!, loq "barones del estafto" (larosca) y el stalinismo
(PIR) caracterizaron al golpe de "nazi-fascista" y le declararon la guerra. El
nuevo. g-obierío- respondió con una política dó apaciguamiento-frente al
imperialismo y la rosca al punto de decÌararse a fávorãe "un entendimien-
to de equitativo beneficio entre Bolivia y los Estados unidos". EEUU se
negó, sin embarg-o, a reco_nocer al nuevo gobierno, lo cual "acrecentó gran-
demente la popularidad del nuêvo régimõn; fue perceptible un movimìenb
de masas en su apoyo. Hubieron manifestacionôs en Òro"o, potosí, cocha-
bamba, en-algunas minas. Menudearon las protestas contra el imperialis-
mo, pero el tono de los pronunciamientos aprobados se limitaba a èxigir el
reconocimiento del.régimen Villarroel, notándose en ellos la mano de loi mo-
vimientistas (MNR)" (1). Et imperialismo, por su lado, exigía un rápido
llamado a elecciones, para pasar el poder a lã unión Democrãtica vernãcu-
la.
"El reconocimiento se otorgó, finalmente, cuando el gobierno de Villa-
rroel tuvo que eapitular ante las exigencias del enviadã norteamericano
Awa warren. Todos los residentes alemanesyjaponeses, muchos de ellos es-

(1) Guilìermo Lora, "contribución alaHistoriaPoÌítica de Bolivia", Tomo I, pág. g?0. '
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
tablecidos hacía largo tiempo, fueron capturados
con sus esposâs e hijos y entregados a EEUU, que
los trasladó a campos de concentración en su terri-
torio mediante un puente aéreo. Sus bienes fueron
intervenidos" (2).
Eì autor nacionalista, Luis Pefraloza, en su
Historia del MNR, reconoce que "el gobierno de
Bolivia tuvo que aceptar condisiones inadmisibles
en otras circunstancia-s:i3) lo que le valió a ViÌla-
rroel el reconosi iento diplomático internacional.
Pero lo más significativo era que "del reconocimien-
to dependía, parcialmente, eì éxito de las negocia-
ciones para la venta de estaflo" (4) por lo que las
concesiones de Villarroel aÌ imperialismo yanqui
formaban parte de un acuerdo más global con la
gran minería.
La experiencia nacionalista no era novedosa en
Bolivia, país que había sido gobernado por milita-
res nacionalistas enbuenaparte de la década del
'30 (Toro y Busch). Comparado a esos regímenes
nacionalistas, el delïIlarmel se caracterizó por un
enorme conserr-adorismo. Por este motivo la sim-
patía que logró en los sectores obreros fue superfi-
cial ---cl gobierno t€níe por apoyo a la policía y el
Ejército. Cuando este riütimo se desplazó hacia el
campo "dem.enÍ.tim', \'illarroel quedó en el vacío.
Lafuena de choque de la oposición proyanqui
fue principalmente el stalinisrno, el Partido Iz-
quierda Revolucimaria, PIR). El 24 de mayo de
1944 se formó la ï-inión Democrática Boliviana
(UDB), que agrupaba a los partidos de la rosca y al
stalinismo, con Ìm progrâm a muy simple : "extirpa-
ción del nazifaeismo y solidaridad con las Naciones
Unidas y constitucionaÌización del país". La UDB
pasó a dgn6 inars€ luego FDA (Frente Democrá-
tico Antifascista) y a lanzarse audazmente a la
formación de comités fipariitos (maestros, estu-
diantes, obrerosl.
Segrin Mariano B. Gumuncio, "los radepistas de
derecha, procüves a la influencia de la proclama de
la oligarqúay del Departamento de Estado, fueron
los autores de los cambios de ministros del MNR
para lograr eÌ reconocimiento diplomático interna-
cional" y prosigue: "A los tres meses de cogobierno,
el MNR fue totalmente desplazado de las funciones
de poder..." (5).
La política de acercamiento de VilÌarroel a
Estados Unidos abrió una crisis en su gobierno y
condujo al desplazamiento del gabinete de los
hombres vineulados al MNR, principal blanco del
FDA. La roscâ y el stalinismo aumentaÌon enton-
ces sus apuestas, pìanteando directamenteÌa caída
de Villarroel. El reclamo cobró actualidad con el
pasaje del ministro de Defensa y del comandante
(2) Mariano B. Gumuncio, fiistoúa Contemporánea de (6) Jose Fellman Velarde.
BoÌiúa", pag 524.
(3) Luis Peflaìoza, "Historia del MNR", pá9.66,
(4) Idem, pag.66.
(5) Mariano Gumuncio, Idem, pag. 525.
en defensa det DEanxflsmo@'
@
de las Fuerzas Armadas al campo dela"constitu-
cionalizaci.ón". Villanoel tuvo que hacer frente a
tres intentonas golpistas, de L944,media-
dos de 1945 y a comienzos -a fines
de 1946, en las que
demostró que aún contaba con el apoyo de la mayo-
ría del ejército. Pero cuando los altos mandos
cambiaron de campo,luego del desplazamiento del
MNRyen medio deunacrisis económicay social de
proporciones gigantescas, el gobierno de Vilìarroel
quedó reducido a la nada.
En estas condiciones se inició un movimiento
reiúndicativo salarial de sectores obreros y docen-
tes en la ciudad deLaPaz, que fue apoyado por la
Federación Universitaria. La Confederación Sin-
dical de Trabajadores bolivianos (CSTB), el gremio
de los maestros y la Federación Universitaria esta-
ban política y organizativamente dominados por eÌ
stalinismo. El rector de la Universidad , vinculado
a la rosca, se puso ala cabeza de los universitarios
y se convirtió en el emblema "democrdtico" de La
Paz. La prensa "democrdtico" rosquera respaldó
las movilizaciones, a las que presentaba en sus
alcances "antifascistas".
José Fellmann Velarde, un historiador naciona-
lista, en su Historia de Bolivia (Tomo III) sefrala
que "a Íines del mismo mes de junio, estalló una
huelga de ferroviarios, seguida, a poco, por otras de
maestros, estudiantes y universitarios. Desde
entonces, el gobierno empezó a vivir artificialmen-
te gracias a la inercia que, a veces, suele prolongar
la agonía de los gobiernos que ya han perdido su
ütalidad" (6).
Fellmann Velarde admite que se había produci-
do un giro en la situación como resultado de la
intervención de la masas. Hasta entonces la situa-
ción políticaboliviana estaba caracterizada por el
enfrentamiento entre una variante burguesa na-
cionalista y otr a " democrdt ica" ( ésta ap oyada por el
imperialismo yanqui y el stalinismo), con reitera-
dos conatos golpistas alentados por la gtan minería
y la embajada norteamericana.
El cambio que se había producido eonsistía en la
irrupción de las masas ante un gobierno impotente.
"Las manifestaciones se sucedieron, cada una más
beligerante que la anterior, hasta que el 10 dejulio,
desembocaron en la muerte de un estudiante,
Beugel Camberos..." (?). Sin embargo, como lo reco-
noció Jorge Abelardo Ramos, en un texto de 1947,
"el gobierno Villarroel ... aislado, cercado, en el frlo
del pánico pierde la cabeza y dispara sobre una
manifestación de estudiantes" (8).
Según Peflaloza, "La Fed,eración Bancaria did-
gida por el POR: Edwin Moller, Victor Villegas,
Angel Guerrero y otros de la misma tendencia
Historia de BoÌiüa, pâg.3L7.
(7) Idem, página 317.
(8) Victor Guerrero, Revolución de Octubre na 4,marzo-
abril,7947
 en d.efensa del Dfianxflsmoo Ahril de 1992. aõo 1 . Ne 3

política, deeretó la huelga de empleados de banco. La sublevación popular que culminó el 21 de

Con exeepción del Banco Minero, todos los bancos julio tuvo entonces un carácter parcial, encuadrado
obedecieron Ìa orden âÌrnque era ilegal" (9). por el stalinismo como punta de lanza del imperia-
Liborio Justo (Quebracho) sostuvo que el movi- lismo. Se corrió el riesgo en esos días de un
miento del2l de julio de 1946 tuvo características enfrentamiento armado entre los mineros, que
masivas y populares. "Aunque iniciado por la pe- estaban bajo la influencia viÌlarroelista, y Ìos tra-
quefla burguesía, que había hecho un símbolo del bajadores de las ciudades, que se encontraban en la
mismo quitarse Ìa corbata, logró abarcâr masas órbita staliniana.
cadavez mayores, hasta alcanzar al proletariado Como consecuencia de su cooperación con los
urbano, influenciado por el stalinismo. Sobre esa barones del estaflo y del propio imperialismo norte-
base se organizaron los llamado s"comités triparti- americano, el stalinismo se terminó "ganando" el
tos", de predominio pequeflo burgués..." (10). odio de los mineros y rápidamente eÌ del conjunto
Esteban Rey, un periodista afín al trotskismo, del proletariado.
circunstancialmente en Boliviaenjulio de 1946, en
un pormenorizado reÌato de los hechos seflaló que La posición del POR de Bolivia
"la clase trabajadora no paúicipó desde eÌ comien-
zo en ìa insurrección. Simpatizó con Ìos que se El POR de Bolivia también caracterizó al go-
oponían y luchaban contra el gobierno, se mantuvo bierno de Viìlarroel de nazi-fascista y esto durante
casi ajena a los sucesos... Luego la clase obrera, los tres aflos de su gobierno. Guillermo Lora reco-
superando a sus propios líderes, bajó al terreno de noce que: "el POR usaba el término nazifacista,
la acción y llevó mucho más lejos que nadie hubiera como los demás sectores políticos, para atacar o
podido suponer que irían los acontecimientos". tipificar al gobierno Villarroel-MNR. Esto fue un
Esteban Rey transcribe volantes de la época, entre equívoco; fue el precio que se pagó por no haber
ellos del Comité Revolucionario de Obreros Fabri- podido (talvez no hubo fuerzas para ello) sobrepo-
les, que plantean el derrocamiento de "laburguesía nerse a la montafra de papel impreso que se destinó
criminaÌ que detenta el poder". Tarnbién el Comité a combatir el nazifascismo de VillarroeÌ"(12). In-
Obrero Revolucionario, vinculado al POR, lanzó un cluso "algunos Comités Regionales, particular-
manifiesto, ya colgado Viìlarroel, en el que seflaló mente los de Cochabamba y Sucre, ponían dema-
que "la caída de la camarilla nazi-fascista de Villa- siado énfasis, actitud extrafla al partido como tal,
rroel-Paz Estenssoro marca la epopeya más gran- acerca de la naturaleza fascista del gobierno Villa-
diosa de la lucha de clases puesta de manifiesto en rroel, esto como una concesión a la campaf,a stali-
las grandes jornadas del 18 al21de julio..."(11). nista, sobre todo" (13). Sin embargo, Lora no expli-
La represión gubernamental contra los mani- ca porqué el POR, trotskista, se pudo dejar influen-
festantes y hueÌguistas colocó prácticamente a ciar por la campafla stalinista, ni tampoco las con-
toda la ciudad de La Paz contra el gobierno. Obre- secuencias que esto tuvo en su acción política.
ros, estudiantes, maestros, ganaron ìas calles, Ya directamente cuando comienzan las mani-
lucharon contra la policía, tomaron por asaìto la festaciones obreras y de maestros, en julio de 1946,
Municipalidad y edificios policiales, ocuparon la "los comités regionales del POR Lora-
Casa de gobierno y colgaron a VilÌarroeì de los -prosiguetanto en
no demostraron una total homogeneidad
faroles de la plaza Murillo. su análisis de la perspectiva política a mediados de
Con el acuerdo del stalinismo, el presidente de 1946 como en su actuación en Ìas jornadas de julio.
la Corte de Justicia (un hombre del "establish,- Los comités que actuaban en las ciudades, sopor-
ïnent" rosquero) fue nombrado presidente de la tando la tremenda presión de la propaganda del
Junta de Gobierno. El stalinismo recibió algunos FDAy de los comités tripaúitos quedaron impacta-
cargos en el gabinete de "unidad nacional", espe- dos por las movilizaciones populares, concluyeron
cialmente el ministerio de Trabajo. La tarea del creyendo que los comités tripartitos eran revolucio-
stalinismo, cuya consigna era'hay que trabajar narios y que había que apoyarse en eìlos. Casi
ahora por una Bolivia democrática-burguesa", fue mecánicamente llegaron al convencimiento de que
la de reprimir a los trabajadores. el 2L dejulio se estaba produciendo una insurrec-
Los obreros mineros no participaron de ìa suble- ción popular mal dirigida y que una acertada y
vación; debido a las concesiones que ìes había osada intervención del POR (espectacular procla-
otorgado ViÌlanoel y ala presencia dirigente deÌ mación del programa revolucionario, por ejemplo)
stalinismo en las manifestaciones paceflâs, los podría permitir que la victoria se tradujese, en el
mineros fueron hostiles al movimiento desatado en mejor de los casos, en el gobierno obrero-campesi-
las ciudades, lo cual se acentuó con el asesinato de no. Dentro de esta línea, actuaron los comités de
Villarroel y con el regreso de ia rosca al poder. ,Sucre, Cochabamba y en gran medida el deLaPaz"

(9) Luis Pef,aloza, Idem pfu. 90. (11) Liborio Justo: idem, páginas 148 a 151.
(10) Liborio Justo: Bolivia. La RevoÌución derrotada, (12) Lora, Idem, Tomo II, pag. 14
pág. 1-48. (13) Idem, pág 15.
 Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3
(1a). SeSín Lor4 habrían actuado con una "Iínea
reuolueinnaria"los co ités de Oruro, Potosíy paúe
de La Paz, aunque no seõala qué fire lo que hicieron
ni da a conocer el programaylas consignas con que
habrían actuado diúos comitésy se limita a sefla-
lar que libraron aesia batalla contra el PIR, el
FDA, la rosca y los comités tripartitos y la incapa-
cidad..del gobierno nacionalista". Lo cierto es que
comités regionales del POR integraron los comités
tripartitos y se movi'eru prácticamente detrás de
la p olítica del stalinismo, en tanto que lo s restante s
estuvieron totalmente al margen de los aconteci-
mientos.
Todo esto es un.a prueba concluyente de que el
POR no preüó los acontesinientos ni Ìa vasta
movilizació'n poplarque hnro lugar, ni la situación
revolucionaria que se podía crear. De este modo, la
sublevación pçülr de julio de 1946 quedó domi-
nada por el stalinismo (que le dió un desenlace con-
trarrevolucionario, premsquero, antiobrero) como
alternativa ìini6 s irxlisputada. Lora dice que
algunos comitésdel FoRaograron ubicarse en una
línea revolusimaria desde el primer momento: el
21 de julio se baba pmducido un levantamiento
contrarrevolucinariq que no podía menos que
inaugurar rm período & restauración rosquera,
esto fue el sexenio, y qre Io eorrecto consistía en
combatir los omillb tripartitos y seflalar a los
explotados una hea polÍtica independiente y con-
traria a los wndedrcs de las jornadas julianas"
(15).
Es evidente qm cl FOB no eshrvo presente como
partido en lasirnadae de julio y que su balance
sigue siendo" a caei ncdb siglo, para decir lo
menos, sÌrmaÍEntc cofrso. En La Revolución
Boliviana, escrito en f964 Lora seõala que "por sus
objetivos y realiaftnes, el21de julio de 1946 se
operó un levantmicrrto contrarrevolucionario, a
pesar de que s€ apoyóenlamovilización masiva de
ciertos sectores podres. El control poÌítico deÌ
moümiento, de -nerileolut4 estuvo en manos
de la Rosca" que arfuó por medio de sus propios
partidos, de la masmería, amo virtual de la situa-
ción y colocada por encirna de todas las divergen-
cias políticas de su dase, y del stalinismo, que fue
el eje de las operacinnes callejer:as y el que impri-
mió cierto carácteÍ pqlulâr al movimiento".
Aquí I-ora presenta las jornadas de julio como
un putsch rosquerodalinista que manipuló a las
masas. Interpreta a las huefuas y manifestaciones
obreras como una er?acifu de la masonería, que se
valió para ello del stalinismo. Llrma a reprimir a
los comités de rnasas fipaÉitos, postulando una
insólita guerra civil dmtro del pmletariado. No
distingue la tendensia revoluciotraria de las masas,
del putchismo frente populista de su dirección
staliniana. Considera simplemente irrelevante
que el POR fuera a remolque de los stalinianos.
Aun en 1946 el PoRseguía czraúerrzaÍrdo aVilla-
(1-4) Idem, pag.4L.
en d.efensa d.el Dfianxflsmoo
rroel de "nazi-fascista" y esto no era una concesión
al stalinismo sino una consecuencia del simple
hecho de que en tres aflos el POR no había logrado
esbozar una poÌítica ante el gobierno de Villarroel.
Lora dice que "lo correcto era combatir a los
comités tripartitos...", de lo cual se inferiría que los
obreros ganados para "una línea política indepen-
diente" debieron reprimir a los obreros sublevados
contra Villarroel. lPero cómo hubiera podido el
POR desplegar la "línea independi.enle" si los tra-
bajadores urbanos muìtitudinariamente se levan-
taban contra Villarroel?
La caracterización de los acontecimientos de
1946 por parte del POR son un justificativo de su
total ausencia como partido en las jornadas de
julio; de que sus comités y militantes actuaron a
ciegas con una caracterización del gobierno de
Villarroel y de los objetivos revolucionarios, que
eran del stalinismo.
La revolueión rusa de febrero de 1917 sólo abrió
un desenlace socialista por la intervención del
partido bolchevique; de lo contrario hubiera conso-
lidado un régimen de contrarrevolución burguesa
como eÌ que surgió de la revolución de noviembre de
1918 en Alemania. Toda rebelión obrera que no
corona en la toma deÌ poder, da lugar a la contrarre-
volución burguesa sea en la forma democrática o
fascista. Decir que el desenlace del 21 de julio de
1946 no podía ser sino contrarrevolucionario es un
juicio abstracto del historiador, que se vale de los
íiresultados" posteriores a los acontecimientos. Se
trata de un enfoque historicista típico, del tipo "lo
que ocurrió no podíahaber oeurrido de otro modo".
De todos modos, los documentos de la época
muestran que los militantes del POR apoyaron la
sublevación contra ViÌlarroel. En lugar de extraer
un balance de la ausencia del POR como partido,
Lora lo escamotea con el argumento del carácter
revolucionario del movimiento de masas contra
Villarroel: "La experiencia ensefla que los observa-
dores marxistas e inclusive algunos militantes del
POR no supieron dar la respuesta adecuada y
creyeron que Ìo popular era revolucionario" (15).
;Dónde estuvo "lo reuolucionario", entonces, en
esos tres aflos de convulsión política enorme? En
realidad, el 21 de julio fue un ensayo general "szi
generis" de la revolución del 9 de abril de 1952,
donde las masas, yendo más a fondo en sus métodos
insurreccionales, cambiarán a la dirección stalinis-
ta por la nacionalista.
La ausencia política del POR en los sucesos de
julio de 1946 (algo que volverá a suceder en la
revolución obrera de 1952) la relata del siguiente
modo Guillermo Lora: "Escobar (seudónimo de
Lora) secretario general, perseguido por la policía
üllarrroelista y tremendamente agotado ffsica-
mente se refugió en el campo por unos dos meses.
Fallas técnicas determinaron su total aislamiento
de las actividades partidarias y hasta de las nove-
(15) Idem, pág 38.
T
en defensa üel Manxflsmoo
H
dades políticas. Cuando retornaba a la ciudad se
informó vagamente en el camino (sic) de lo sucedi-
do en La Paz. En los datos que le proporcionaron
viajeros y tenderos (sic) habían inexactitudes de
bulto. Su decisión fue ganar rápidamente Oruro
para informarse qué había ocurrido con el POR.
Pasó de frente Llallagua y en Huanuni supo que
algunos dirigentes obreros lo buscaron infructuo-
samqnte, sin que úora se hubiese podido estable-
cer que intenciones llevaban" (16).
El levantamiento de julio de 1946 fue contrarre-
volucionario por sus resulüados políticos generales,
unavez que la revolución hubiera sido confrscada
a Ìas masas. Las masas se insurrecionaron contra
el gobiernp moribundo de Villarroel. La falta de
previsión deÌ PO& su actuación totalmente dividi-
da, errática y a Ìa rastra de los acontecimientos, sus
catactetizaciones políticas, dejaron a la vasta
movilización popular sin alternativa, no ya políti-
ca, sino histórica, con relación a la del stalinismo,
enfeudado a la rosca y al imperialismo. El régimen
que,surgió del derrocamiento de Villarroel fue con-
trarrevolucionario y no podía ser de otro modo, por-
que EÌ.stalinismo fue la verdadera dirección políti-
cade las masas.
. "La.caída de Villarroel no detuvo el ascenso re-
volucionario de las masas; por el contrario, lo esti-
m uló rnucho y le dió nuevas formas..." e scribió Lora
en 1952 (17). Esto se explica porque las masas
lograron desplazar por un momento la rivalidad
entre el nacionalismo burgués y el imperialismo y
ocuparon el centro de la escena política, aunque no
le hubieran dado su propio desenlace político.
La califrcación del levantamiento popular de
julio de l-946 de contrarreqolucionario constituye
una apología sinuosa del nacionalismo en el go-
bierno y un justificativo de la ausencia de previsión
e intervención centralizada del POR boliviano.
!:. Los grupos tfotshistas
argentinos: el G.O.M.
.:
, . El levantamiento
de julio de 1946 provocó una
vivadispusión en los grupos trotskistas argentinos
que duró varios aflos.
La discusión sobre Bolivia entaffaba una discu-
'sión, sobre Argentina, porque al igual que en el
Altiplano, en Argentina había surgido un gobierno
, nacionalista, enfrentado al imperialismo yanqui,
que fue calificado de nazi-fascista y que contaba
con apoyo popular.
, Para Nahuel Moreno (entonces en el Grupo
Obrero Marxista, GOM), "el régimen de Villarroel
(a.l,ìguaÌ que el peronismo) desde su surgimiento,
fue .trgmendamente reaccionario y con francas
caraeterísticas totalitarias; supresión de las liber-
tades democráticas más primarias, peÌsecusión a
los oposiüores burgueses y proletarios... Como
(16) Idem, pag.44.
(17) Liborio Justo. Idem, pâg155,
Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3
Bolivia nunca había pasado por una época econó-
mica tan buena y de tanto trabajo como bajo el go-
bierno de Villanoel, el gobierno reaccionario y
totaÌitario para sostenerse en el poder inició una
política de demagogia social: ocho horas de trahajo
en las minas, pago de despido, aguinaldo, etc., etc.
En un principio logró el apoyo de todo el proletaria-
do boliúano. La carestía de la vida, el alza conti-
nuo, que tenía como una de sus consecuencias más
inmediatas el colosal aumento de la burocracia y
losgastos estatales, despeÉó del letargo demagógi-
co totalitario con prontitud a la pequefl aburguesía,
artesanado y proletariado urbano de Bolivia, prin-
cipalmente de La Paz, su principal ciudad. El
proletariado minero, sin ninguna tradición ante-
rior política, seguía en su mayoúa bajo la influen-
cia de Villarroel..."(18).
La calificación deÌ gobierno de Villarroel como
"reaccione.rdo" revela la torpeza teórica de Moreno,
que era incapaz dedistinguir entre el imperialismo
y los movimientos nacionalistas de contenido bur-
gués. No le dio importancia de principios al choque
del gobierno nacional de Villarroel con el imperia-
lismo yanqui y sus agentes en el país, los barones
del estaflo. Estos, para Moreno, no etantnreocciona'
rios" sino "democruitico.s", lo cual conveúía al falle-
cido líder del Mas en pobre víctima de la demagogia
liberal. Los lÌamados sectores "democrd.ticos" re-
presentaban a la gran patronal (la gran minería)
enlazada con el imperialismo mundial, y Ia buro-
cracia rusa.
El gobiemo de Villarroel'efectuó concesiones
importantísimas al movimiento obrero, en especial
al minero, como las seflala el propio Moreno' Esas
concesiones exacerbaron aún más la colisión con
losbarones del estafro, para quienes las ocho horas,
el pago del aguinaldo, las indemnizaciones por des-
pido, eran al igual que para Moreno "demagogia
social","totalitarismo". En lugar de denunciar a la
gran patronal minera, Moreno atacó la concesió-n
de dichas reivindicaciones que formaban parte de
la lucha histórica de los mineros y la clase obrera
boliviana en su conjunto. Para Moreno esas reivin-
dicaciones no eran reales, es decir necesarias para
las masas, en virtud de que tenían un carácter de
"demagogia social" para los militares nacionalis-
tas. El marxismo exige ir más allá de las proposicio-
nes unilaterales.
Los barones del estaflo llevaron adelante una
política concertada de boicot económico contra
Bolivia, explotando de este modo la propia incapa-
cidad política del gobierno nacionalista para llevar
adelante su enfrãntamiento con el imperialismo.
De tal modo, el sabotaje económico de la patronal
gran minera, unido a la impotencia nacionalista,
generaron un cuadro de descomposicióú económica
que se tradujo en una colosal inflación.
Moreno omite por completo la responsabilidad
(18)Nahuel Moreno, "GCI, agenteideológico del peronis-
mo", noviembre de 1951.
 Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
del imperialismo y de la gran patronal minera, en
la descomposicióneconómica del último período del
gobierno Villarroel. La atribúa aI "aumento de la
burocracia y los gastos estatales", sin distingurr los
que se debían... al pago del aguinaldo, las ocho
horas, etc. Moreno le daba la razôn a la rosca
boliviana para quien eI aguinaldo... era inÍlaciona-
rio y perjudicaba a los trabajadores (adelantándo-
se varias décadas a Cavallo).
La oposición de Moreno aI gobierno Villarroel
era pro-imperiaÌista- Era también la posición del
stalinismo, Moreno apoyó el levantamiento popu-
lar contra Villarroel con esa política y luego al
régimen político rosguero-stalinista conocido como
elasexenin".
'Ì.,Iosotros crsemos que Ia actitud de nuestro
partido hermano fire conpletamente aceúada,-
dice Moreno evaluando al POR-ya que liquidar el
régimen totalitario de Villarroel a través de una
revolución poprlar como fue la del 2 1 de j ulio es una
medida altamente prqgresiva lnra el desarrollo de
la lucha de clases en Bolivia y la primera tarea a
cumplir en el proceso de la revolución en Bolivia, es
decir, abrir un período democrático de verdaderas
libertades democráticas asquradas por la presión
del proletariado yla pequel+'burguesía que permi-
tiríáun enfrentmientofrancoy resuelto de las dis-
tintas cìasesbolivianas" ESO FtlE JUSTAMENTE
LO QUE SE LoGBO GSACIAS A IÁ INSURREC-
CION POPTJIÁB DELI'EINTIT'NO DE JULIO,
EL PERIOI}O ìíÂ.S DEMOCRATICO DE LA
HrsToRra BoI.IwaxÀ QUE PERMITIO LA
INTERVENCIOìÍ DE NI'ESTROS PROPIOS
coMPAtrERO.S Elr EL PARIÁIVÍEÌ{IO" ( mayús-
culas, en el original) (19).
Moreno saludó el levantamiento del 21 de julio
porque éste lognó la 'in*ittrcionolización", es decir
porque estrangulóla revolueión. Por eso 4o denun-
õió àl st"lln;sáo ni destâsó la traición âe éste al
levantamiento pogilar- Para Moren o la "con stitu-
cionaliza.ción' de ontenid.o rosquero era progresi-
va y en esto coinsidía punto por punto con el
stalinismo.
Moreno nunca s€ apartó de este punto de üsta
y es asíque en décadasposteriores seguirá apoyan-
do y calficando de 'prqre.siws'los procesos de
"instituci,onalizrcún- impulsados poï el imperia-
lismo y las burguesías nativas ante las crisis de los
gobiernos miÌitaÌes. Para Moreno, esos procesos de
institucionaìización inauguraban una nueva cate-
goría que Ttotsky no habría previsto, la de la
"revolución democnática contra los regímenes tota-
litarios" es deciï la'rewhrci.ón" de una cìase, la
gran burguesía naeional, contra sí misma (20). La
óposición formaì entre democraciay dictadura le
(19) Idem.
(20) Jorge Altamira, La Estrategia de la Izquierda en
Argentina, capítulo'La revolución democrátic* pá5.
129 en adelante.
I
en defensa ôeI Dfianxflsmoo
permite a Moreno pasar por alto los contenidos de
clase de los procesos políticos.
Grupo Octubre
El grupo Octubre dirigido por Jorge Abelardo
Ramos, entonces con el seudónimo de Victor Gue-
rrero, amediados de L946 sehabía convertido en un
fervoroso partidario del gobierno perbnista. Antes
de 1946, Ramos había negado Ìa lucha nacional y
había calificado alos gobiernos nacionalistas deVi.
llarroel y de Perón cotmo "demagógicos" y "totalíta'
rios", etc. (2I).
Para Ramos el levantamiento de las masas bo-
liüanas contra Villarroel se asemejaba al "8-9 de
octubre de 1945, cuando el esfuerzo común de la
oligarqúa agropecuaria, el imperiaÌismo y la-pe-
queúo burguesía derribó a Perón e influyó sobre
importantes cuadros del Ejército" (22).
Se trata evidentemente de una total distorsión,
porque el 8-9 de octubre no tuvo ìugar una subleva-
èiónpopular sino un semigoÌpe de estado ejecutado
por una fracción del Ejercito, que detuvo a Perón y
lo confinó en la isla Martín Garcia. A diferencia de
la experiencia argentina, en Bolivia las masas
venían de una experiencia reciente con los gobier-
nos nacionalistas (Toro y Busch) y un sector se
movilizó contra el gobierno. Ramos reconoce que en
Bolivia "las grandes masas se ajustaban el eintu-
rón", debido a la fenomenal carestía, lo cual creó
"una efervescencia política natural" (23). La gran
diferencia con los sucesos de octubre de 1945 es que
en Argentina, las ilusiones en el nacionalismo
militar recién empèzaban y en Bolivia se habían
agotado.
Ramos identifica intencionalmente el levanta-
miento popular boìiüano con el semigoÌpe de esta-
do del 8 de octubre en Argentina exclusivamente
para seflaÌar que Ëa actitud revolucionaria era
defender a Villarrodl como "el 17-18 de octubre la
clase obrera argentina barrió de las calles por-
teflas, en un aluvión incontenible, a la conspiración
imperialista e impuso el retorno de Perón, persoli-
ficación episódica de las conquistas sociales del
proletariado" (24).
Pero las masas en Bolivia estaban movilizadas
contra VilÌarroel: no queúan un retorno sino su
caída. Ramos no dice que Villarroel reprimió las
huelgas obreras, detuvo a decenas de ferroviarios y
Ìanzó la policía contra los manifestantes populares.
ViÌlarroel se "auto-colgó", cuando la mano blanda
que le tendió al imperialismo y ala rosca se convir'
tió en mano dura contra los trabajadores. Es así
que Ramos reconoce que "el gobierno Villarroel,
(21) En Defensa del Mamismo, ne 2, pâg.87.
(22) Revista "Octubre".ne 4, marzo-abril, L947.
(23) Idem.
(24) Idem.
 en ôefensa del Sfiarxflsmoo Abril de 1992 ' afio 1 ' Ne 3

ürabai ado por contradiccione s internas originad-as "Los hombres del réglmen derrotado y sus laca-
por tã pteôiótt del imperialismo, aislado, cercado, yos en el campo obrerõ dentro y fuera cìp Bolivia
ãn.inrã a.t pánico, piãrde la cabezay dispara sobre óondenaron el-levantamiento como un golpe imp-e-
sostuvo ta UOR en una clara alusión a la
una manifestación de estuüantes. El resto es una "iãtitiu;, embarg-o, proseguía El
;ú;ión de episodios que culminan con elencolga- Gúã;'ãà Ru-o". "Sin
miento de Villarroel y que no interesan est'e í{ilitante, el carácter popular del movimiento es
(2õ). i"""À"Ui.. El 21 de Sutió fue un verdadero alza-
----Si, ;i;tõ;púar en el {ue intervin o- to d^o el pueblo de
"*6msn" ittt"""gan "en este exámen", porque la "sucê-
sion ãe Àpisodios" no es otra cosa que un
proceso de r,áFã.ïã r"e un combate entre dosfracciones del
t"Ut"uu.iO" obrero-popular. Ramos vacía los acon- eiército. ni una escaramuza entre grupitos aisla-
i.Ããi""tãt de juÌio dô 1946 de la actuación de las il; il una verdadera lucha entie ydecenas de
pala- miles de hombres, mujeres y nifros un gÍupo
*.."., para p*ãsentarlo como una acción de
ãi"*"-ã"t" a.-uáo quã en riitimo momentohabía
ció, de ïu y el imperiaìismo y por esa vía
riao uUattaonado por eì ej ército. El 2 1 de ulio fue un
j
"oi."
justificar su apoyo aVilÌarroel.
iã"*i"*i""to popular donde Ìas masas afuerza y
de
sansre v coraie se apoderaron de fusiles ametra-
UOR (Unión Obrera Revolucionaria) Í;à;;Ë y utãlta"ott las comisarías, los-cuarteles y
La UOR, que editaba el períodico El lWilitante los edificios gubernamentales. Querer hacer creer
;;";il á..ï0" fue fomentada y preparada por el
dirigido por l\iateo Fossa, tuvotna pltción distin- por
ú aia aótos restantes grupos- Para El Militante el frnperialismo y la burguesía- es dar,. cierto,
--
-".fto más prleba de estupide3 Que de mala fe"'
robiu-o de Villarroel õe enfrentó a una "oposición
y del imperialismo. implacable", Ès indudâble que la UOR soslayaba el problema
ãã-ü f""g.tesía por
pã"o q"u
""el viilârroelismo no podía ni de diiección política de las masas, que- estaba
^realizarfun- cómpleto enmanos del stalinismo, aliad-o alarosca'
ãiq"i""u en pequefra medida las dos reformas
ãããentaÌes'e*igidas urgentemente para la rees- l,a ÚOR destacaba el carácter popular del levanta-
iroeiu"acion ecõnómica y sociaÌ de Boliúa: la revo- mìento, e incìuso afrrmaba que "el21 rle julio tuvo
i;;tó" agraria que diõra a Ìos camp-esinos las un verdadero contenido antiburgués"' En parte
t"ãtú"t"otensioies de tierra en po4er de lafeudal esta afirmación de la UOR es una exageració-n -que
b;;d;;t Ìa expropiación sin.indemnización de iitï" * "tig"tt "tt lu ittt""pretación que hace del rol
imperialismo, fuente del80 jugado poi"t nOnUoliviáno en esos acontecimien-
iur Ãittu. du rnanõs dãl "tË, seiala
por ciento del comercio exterior y del presupuesto útô"" forma insi stente El Militante
en
de acuer-
:-
nacional" (26). qoói" á.titod que asumió el POR estuvo
y que el ão .o" t"t .atuct"útticas del moümiento antivilla-
'ã medida que pasaban los mesesmás-y más rroelista y sus propias limitaciones"'
gobierno 'antimperinlista' se revelaba
ímpotente para cumpÌir su9 promesas..."-,ilq q*- El levántamienio contra VillarroeÌ fue amplia-
d"ia"do en la clase tiabajadora la necesidad de de- mente popular pero ello no le dio un carácter
;antibursias" poi falta de independenc'l rolítica'
a Villarroel, según El Militante' Finalmen-
ft. ;;; una lucha heroìca donfle murieron cerca de
""o.u, Las masãs se movieron encuadradas políticamen-
dos mil personas, la població1 pacefra terminó con te ã" el campo "d'emocrótico", dirigido por el staÌi-
Villarroel y el MNR'. ) nismo y la rosca.

(26) El Militante, nq 6, junio de L947 '

(25) Idem.
Abril de 1992'aõo 1 'NE 3
Marxismo y
realismo
poÍ Jorge H$Hoa f)
Durante décadas s ha pretendido crear la idea
de que el marxismoyelrealismoen el arteeran casi
ri"ã"i*o.t eI prircro se ilentificaría casi total-
;;"te ;" el*rmdn' y écúe expresaría a aquél en
tãt-itto" c"asi pomm- Et reúo de los movimien-
ús artístieos oã sc'tlm ú'a cosa que expresiones
"d,ecatter*es-, mmiltsâsiones culturales de la
burguesía en str ettpo de desconposición' La acti-
i"a?" severa srítica ante todo lo que no sea reaÌis-
mo ha sido Ia carrtcrística de la erítica denomina-
ãu *á.titt" quc,incluso' &-ma que !a insistencia
ãã modern*tãs y pmodenni*as en la alienación
como fenómeno- lgpecentativo del siglo XX no
constituiía nâs çe una desviación o escapismo,
al carecer de una perspettiva revolucio-naria que
los ubique en rm contFto optimista de la vida'
No solamentc eso: el realismo del siglo XIX
toui""" como la rec*r mrÉqgica para el aúe moder-
nã. Si bi"t fue eÌ hr@aro G€org Lukács quién más
iãjot tt"go po" em cmino' el realisno es, al fin y al
.ãbo, el-t"iboto qus pqgan todos los estudiosos al
acercarse al rníliqis marxista del arte.
A nadie pu,ede escryórsele que tantoMarK como
Ensels tuúeron grm simpaUa por el realismo,
p""ã a" ahí a fundar la estética materialista sobre
ãse movimiento ardstico que nunca
tuvieron los ereadores del-intención
socialismo científico-
hay una distaneia nuY grande. -
"Bul"u",
en particular' fue uno de los escritores
oue más meresierm su ateneión; Marx declaraba
que había adquirido rnás conocimentos de la histo-
ià moderna ae francia en sus novelas que en todos
los libros de historia de su tiempo.
De aquí en adelante se impuso-el sello realist'a
a la preiendida estética materialis+i' Pero, ;qué
enterìder por realismo? Variadas- y hasta contra-
ál.totiut Jott definieionesy sólo el esquenatis-
;;õ;;"r "* asignar a sus cultores el mote de
podía
excluyentemente progresistas- o- revolucronanos;
en otias palabras,lìs realistas habían sido y serían
ios casi útti"o. amigos de la revolución social, y su
arte, expresión de elìo-
(*) Jorge Figr:.eroa, 34 aúos, tucrrmano, periodista'
profesor, militante siadical.
en üefensa del [fianxflemoo
H
Como se sabe, Balzac clásico ejemplo-- no
fue ni amigo ni vocero de-el
las clases trabajador?rs'
iã""f Ogi."Ãenb defendió I a monarquía y a aquella
.fu." ã". impugnaba la ya fuerte burguesía' En
tanto,'Paul Vcrlaine y Artur Rimbaud -exponen-
iã" .iinUotittas- llegaron a ser funcionarios de la
Co-rrttu de París en 18?1, el antecedente histórico
bolchevique.
-- la revoÌución
de
Co-o se ve, la peúenãncia a un determinado
movimiento no'atribuye por sí el carácter político a
los artistas: hubo realistas monárquicos coÍro
Piát u" y revolucionarios como Courbet (también
narticipó en laComunade París);futuristas de uno
vãt"" tis". y surrealistas (tendencia que en algú1
inot"."io llógó a identificarse con el comunismo)
.o*o S"Puaãr Dalí que apoyaron al régimen cleri-
cal franquista.
La hiitoria deÌ aúe está plagada de estas su-
puestas contradicciones entre artistas revolucio-
ãarios y políticamente conservadores o a la inver-
sa.
Pero, se entiende,rcuando tratamo.s de descubrir
qué se cômprende por realismo no hablamos de las
iiclittacionïs de uno u otros aúista, sino del movi-
miento, de la corriente, pero ya será un dato valioso
có"siaãú que de ésoípueãen salir solidaridades
para muy opuestos ProPósitos.
' Entonceã,;qué significa el realism-o?lSon irea-
listas los *óìi*i.ttãos del siglo )O(?;Sólo puede
reivindicarse una tendencia determinada?
Muv nosiblemente tales sean los principales in;
tenogánies que deba plantearse la crítica marxis-
ta, prãguntas que exigen también otras respuestas
y aìa qoe intentaré resPonder.
Criterios
Para Marx y Engels habría cuatlo criterios
esenciales del rãalismo: a) Tipicidad' Debían pre'
sãntarse personajes y situaciones representativas,
debían
;ípi;. b] ndi,riãuãraaa. Los pers-onajesy pre991-
,ui de las diversas clases
""p""t"tttativos
;;;;"; cualidades distintivas, únicas e indivi-
duales. c) construcción orgánica de la trama "La
;""d;;.ú pàtiti.u debía surgir de la situacióna yella
.4e ,
ü;;;ie;;ismas, sin qoe súaga referencia
explícitamente"(1). Aconsejaba Engels en una car-
iuã tu escritora Minna Kautsky que "cuánto más
=-
en defensa del Dfiarxflsmao
ocultos se mantienen los puntos de vista del autor,
tanto mejor para la obra" (2); en su correspondencia
con Lasalle el compalero de Marx se quejaba de la
literatura "en la que los personajes anuncian o
proclaman sus ideas y sus sentimientos, en lugar
de manifestarlos a través de la acción y el compor-
tamiento de maneranatural" (3); d) lapresentación
del.os hombres como sujetos y como objetos de la
historia. Se amargaba Engels cuando en un texto
los trabajadoïes aparecían dóciles y sometidos, le
interesaba sobremanera que se refleje una clase lu-
chadora, pujante, pues en ella residía, sin más, el
destino de la humanidad (4).
Los humanos como sujetos y objetos de la histo-
ria no podía sino concebirse como el hornbre en el
centro de la atención y representación aúística,
pero el hombre no en relación consigo mismo, sino
en directa relación con la sociedad.
La simpatía hacia el realismo no era casual;
partía de la función que ellos asignaban al arte:
desenmascarar la realidad, mostrarla tal cual es
detrás de los velos ideológicos.
No obstante, no podemos ignorar ni pasar por
alto que, igualmente, los padres del marxismo
elogiaron como las mayores expresiones aúísticas
de la historia las del arte griego y el Renacimiento
y, como se sabe, ambas surgieionde circunstancias
muy precisas.
Eì Cinquecento renancentista, con Rafael, Leo-
nardo y Miguel Angel fue un arte aristocrático y
refinado, dependiente totalmente de sus mecenas:
la Iglesia en primer lugar y algunas familias de
banqueros. 7,Las madonnas rafaelistas y los santos
miguelangelescos, podían e4presar algo más que
Ios intereses de la propia Iglesia? Los escultores
gïregos del Siglo de Oro,;revelaban una de las
democracias más antidemocráticas que existió en
el mundo, basada en la esclavitud?
Cuando Lunarcharsky sò consterna ante Re-
noir exige no pedirle que pint'e más que Ìa felicidad,
y si bien se entiende que el iúpresionismo produjo
avances notorios en el descubrimiento de Ìa reali-
dad, al acercarse al dinamismo propio de la vida y
sus cambiantes condiciones, no puede aceptarse
que tal "felicidad" sea un reflejo acertado si se tiene
en cuenta que en las dos últimas décadas del siglo
pasado se presentaban ya las condiciones que afros
más tarde generarían la guerra interimperialista
(5).
Como se observará, entonces, el desenrnascara-
miento de la realidad no es la única misión asigna-
da aì aúe por los marxistas; cuando existe un goce
porun MigueìAngel o por el Partenón,lainfluencia
de aquella cuaÌidad queda neutralizada por la evo-
cación estética.
(1) Marx-Engels,"Escr.itos sobre eI arte". Recopilación de Carlo
Salinari.Página 133.
(2) Ibidem. Página 136.
(3) Ibidem. Página 145.
(4) Ibidem. Página 136.
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
Ya aconsejaba Lunacharski a la crítica no sólo
contextuaÌizar socioìógicamente, sino también
juzgar al arte "por sus propias leyes" (6).
Cuando la premisa básica era contrarrestar la
teoría del arte por el arte, y todo el acento debía
estar puesto ahí, el realismo aparecía vigoroso y
como el instrumento más apto para conocer la
realidad, para demostrar que el arte no podía
ignorar a su alrededor, pero es bueno que aclare-
mos que ello sucedía a principios del siglo XIX,
cuando todavía no se habían acallado los llantos
románticos, los mecanicistas dominaban el mate-
rialismo, el ideaìismo la dialéctica y eì socialismo
era una pura utopía.
Para justificar su vigencia en nuestra época,
Lukács se ve obligado a exagerar las diferencias
entre naturalismo y realismo, atribuyendo al pri-
mero captar lo superficial, lo aparente, y al segun-
do, lo esenciaÌ de ìa realidad (7).
Cómo se razonarâ para separar tan tajante-
mente lo superficial de lo esencial es cosa que no
podemos explicar, pues ambas no se oponen, son
pares dialécticos y hasta la espuma es esencial. Lo
superficial se entiende por lo esencial y éste se
reconoce en aquéÌ.
No puede afirmarse, por otro lado, que impor-
tantes naturalistas como Cimabue, Giotto o los
propios góticos captaban Ìo aparente: por el contra-
rio, fueron una fuente de conocimiento que permi-
tió a ìos quatrocerttistas el posterior dominio de la
forma exterior del hombre y de la naturaleza.
De este modo, para comprender lo esencial nos
es necesario lo superficial; a la cerveza también la
apreciamos por su espuma, porque ellaforma parte
de su esencia en un estado diferente.
El Tiziano, a diferencia de Miguel Angeln cons-
truía sus figuras desde afuera hacia dentro, es
decir captaba en primera instancia la forma exte-
rior, lo aparente, lello es un desmérito, a juzgar por
los resuìtados? Los renacentistas de los Países
Eajos no conocían las leyes científicas sobre la
perspectiva geométrica ni la proporción y sin
embargo su aproximación al hombre fue tan exacta
que a veces nos cuesta distinguir un relieve de una
pintura. EÌ detallismo de un Van der\Mayden, o los
rostros campesinos de Van der Gooes no son super-
ficiales; paúen de los caracteres visuales a prime-
ra vista para arribar a la psicología de los personâ-
jes. Y, no obstante, son naturalistas...
MiguelAngel deslumbró por el conocimiento es-
tructural del hombre y por la antropomorfizaciín
de sus santos y dioses; aunque no fue el primero,
desnudó a los personajes sagrados y los mostró de
carne y hueso, como los hombres.
Nadie podrá negar que con sus frescos, como con
(5) Anatoìi Lunacharski, "Sobre la líteratura y el arte" . Página
3 15.
(6) Ibidem. Página 14.
(7) Georg Lukács, "Estética". Tomo 2. Capítulo 1.
 Abril de :l992 .aõo1.Ne3
los de Rafael y muchos otros podemos aprender y
conocer bastante de la vida de aquellos días, pero
no se tratadeunavisión desinteresada. Í'El divino",
a quien le gustaba que lo llamasen simplemente
Miguel Angel a s€cas, no sólo recibía encargos sino
también órdenes de la Iglesia; su pintura, su escul-
tura reflejaban los deseos o apetencias de sus
mecenas, ya en la etâpa elegíaca o en la fatalista.
Arnold Hauser narra que en el"Cinquecento"la
curia se asemejaba alacorte de un emperador ylas
casas de los cardenales, a pequeflas cortes princi-
pescas; son aficionados al arte y dan trabajo a los
artistas para inms76,2|i2s1 sus propios nombres;
"con cada lglesra" cada capilla, cada imágen, pare-
cen los papas haber querido erigirse un monumen-
to a sí mismos y haber pensado en su propia gloria
antes que en la de dios" (8). La tutela eclesiástica se
imponía con todo rigor-
tru presentada, como se ve, es sólo una
parte de""sliÍlad
ella, es la $r€ corresponde a las ambicio-
nes de las clases doninantes; en los artistas de la
época no existernás que esto, pero sin embargo son
casi srrficientes pâra inferir el movimiento de toda
Ìa sociedad, aunqu€ más no sea por las omisiones
manifiestas- De aquí que el arte puede signifrcarse
como una totalfolad o oomo una parte de ella, pero
en sí mismo total y generalizadora. Si como defrne
Lukrícs, el arte es la antoconciencia de la evolución
de Ìahumanidad r'9), esa evolución no es lineal sino
plagada de mtradirximes, marchasy contramar-
chas, y esa arúoncieincia, sólo un proceso de
aproximaeión a ella-
Pero esa definir:irin es lirnitada: el arte no es úni-
camente conocimierrto, información o reflejo, si se
quiere; tambien es interpretación y evocación.
Podemm enciuarnos ante un Rubens, un
Rembrandt, IErìo el banoco fue uno de los movi-
mientos más lnutados gue existió en la historia.
La Contrarndorma ordenaba los nuevos santos,
mártires, la-s virtndes que debían ser destacadas
(el bautismo, le virginidadl para, precisamente,
contrarrestar las idluensias de Lutero. Describía
exactamente qu€ deHan pintar lgs artistas, el
Concilio de T?ento se pasó casí treinta afros discu-
tiendo parte de ello.-. y sin embargo apreciamos a
un Murillo o un !'elázquez.
En la Edad M€diq la pkística tuvo un gran
desarrollo y pasó a ser el arte predominante por
excelencia al solo decto de gue la Iglesia pudiera
invadir y conquisar las conciensias de los campe-
sinos anaìfabetos;
Se equivocan quimes opinan que durante el Re-
nacimiento el arte se libera de la Iglesia; fue tan
religioso como lo flss€nhân sns mecenas (10); tos
desnudos --+l ejemplo que siempre se toma para
tratar de demostrar la irreligiosidad- al principio
(8) Arnold Hauser, ?íistúia social de I.a li.temtura y el artz".
?omo 1, Pá97na428.
(9) Georg Lukács, 'Estético'. Tomo 2. Pág7na295.
(10) A. Hauser, Ibidem, Tomo 2. Pagina 337.
(11.) Marx-Engels, -Escriúos sbre arte'. Recopilación de C.
en defensa del il@anxflsmoo
tr
fueron mal vistos pero luego, prontamente asimila-
dos; sí fueron una conquista aúístiça pero rápida-
mente adecuada a las necesidades religiosas.
Si bien no puede enjuiciarse a Miguel Angel por
sus propias ideas, corresponde citar que "el divino"
opinaba que las artes derivaban de ideas innatas
puestas por dios en el hombre, teoría que se desa-
rrollará más adelante, en el manierismo.
Entonces, lde que desénmascaramiento esta-
mos hablando? Mientras se revela algo, se oculta
algo, por lo que tal función es relativa! dependerá
de los intereses sociales que represente el artista.
Ahora bien, existen situaciones en las que a
pesar del artista y de su ideología, la verdad se
levanta contra ellos misrnos; la verdad se rebela y
termina por imponerse. En un artista esta inup-
ción es casi incontenible. Goya, por ejemplo, era un
pintor de la corte pero a través de sus retratos
expresaba todo el desprecio por la misma.
"El realismo del que yo hablo --dice Engels re-
firiéndose a Balzac- puede manifestarse también
a pesar de las ideas del autor" (11).
Pero como podrá apreciarse seguidamente, las
visiones sobre el arte no son coincidentes entre los
man<istas.
León Trotsky fustigaba vivamente a quienes re-
ducían laDivinaComãdiadel Dante aun docümen-
to histórico.
"Plantear el problema de ese modo es borrar la
Divina Comedia del terreno del arte. Si digo que el
vaÌor de esta obra consiste en que me ayuda a
comprender la mentalidad de clases determinadas
en una época determinada, la transformo en un
documento histórico ya que, en tanto que obra de
aúe, la Divina Conleáia ie dirige a mi propio espÍ-
tiru, a mis propios sentimientos y debe decirles
algo" (12).
Luego, el creador del Ejército Rojo sefiala que
abordar al Dante disde el punto de ústa histórico
es perfectamente ìêgítimo y necesario y que eso
ayuda a nuestra reâcción estética frente a la obra,
"pero no se puede sustituir una cosa por otra" ( 1B).
Más adelante, yya para ser concluyente, el revolu-
cionaúo ruso recomienda: "el aúe y la política no
puede ser abordados del mismo mòão. EÍaúe tiene
sus reglasy métodos, sus propiasleyes d,e d,esarrolln
y sobre todo, porque en la creación artística los
procesos subconcientes juegan qn papel considera-
ble y esos procesos son más lentos, más indolentes,
más difíciles de controlar y de dirigir, precisamente
porque con subconcientes" (L4).
Este párrafo refuta la unilateralidad de la críti-
ca y separa bien la paja del trigo. Esa blaridad tat
vez provenga de considerar que la propuesta
(no
es
crear una nueva cultura en el sistema capitalista
sino derrumbar el capitalismo para crear una
Salinari, Página 136.
(f2) !eO1 úo5tky, "Literatura y reuolu.cün". Pá$na 167
(13) Ibidem. Página 169.
(14) Ibidem. Pâg1na L74.
 en defensa del Manxflsnoo
E
nuèva cultura... aÌrnque desde luego, podrá haber
obras aúísticas que contribuyan al desarrollo revo-
lucionario..."
Desde este punto de üsta es errónea una de las
tesis firndamentales de Lunacharski sobre Ia críti-
ca marxista: "todo aquello que ayude al desarrollo
y victoria del proletariado es bueno, todo aquello
que lo perjudica es malo" (15). Grosera contradic-
ción de quien había afirmado que el arte tenía sus
propias leyes, y un simplismo que no ayudaba para
nada a comprender las relaciones entre arte y
polítiòa. Tïotsky, en tanto, reiteraba que no puede
abordarse del mismo modo el arteyla poÌítica, noya
equipararlos.
Una primera conclusión, entonces, es no enjui-
ciar una obra artística en función únicamente de su
supuesta revelación de la realidad, pues ese come-
tido no es acatado +n la práctica- en forma
desinteresada, sino que depende de los intereses
sociales y políticos qrre representa el artista y la
manera de cómo influyen en é1, concretanente, en
un periódo determinado.
Ay, con la realidad
La realidad no puede sino entenderse como Ìrn
concepto dialético. Si partimos de su cognoscibili-
dad ya dijimos que el arte es una fuente de conoci-
miento. Pero esa realidad es polifacética, cambian-
te, dinámica, distante, dialéctica; por tanto, su
reflejo no podrá ser otra eosa.
Como diría Brecht "nada impide a los realistas
Cervantes y Swift ver a los caballeros luchar con
molinos de viento y a los caballos fundar su propio
estado'' (16)... ni al propio Brècht imaginar tiburo-
nes en un mar de cultura.
Es que como explica Hauser, el arte es rigurosa-
mente realista porque no se separa nunca de la
experiencia práctica ni deì óonocimiento teórico,
aunque ello no significa que no existan discrepan-
cias entre la visión artística y la realidad empírica
(17).
Todo lo fantástico o absurdo que pueda contener
la creación aúística tiene su origen en la propia
realidad, en el mundo de la expeúencia. La ficción
surge de lo real, en tanto que también lo que en un
principiofue irreal,luego se conürtió en su contra-
rio.
"A pesar de cuánta fantasía y extravagancia
entran por sus pueúas, el arte está tan indisoluble-
mente ligado a la realidad como la ciencia, si bien de
otro modo; sus creaciones se apoyan siempre en los
cimientos de la realidad aunque a veces sigan un
plan extrafro a la misma" (18).
La mitología griega del correspondiente
-base
(15) A. Lunacharski, 'lbidem. Página 16.
(16) Citado por A. Hauser. Tomo 1. Sociología del Arte. Página
18.
(l?)Ibidem. Tomo 1. Página 17.
(18) Ibidem. Página 18.
Abril de 1992 . afro '1 . Ne 3
arte tan admirado por Marx- tenía mil lazos con
la realidad; magia, rito, mito, realidad, que más
da...
Todos estos términos interactúan entre sí, por lo
que es inútil ya distinguir qué es lo real y qué no. La
propia imaginaeión se funda en hechos ya existen-
tes como base o que están pronto a existir. Los
procesos inconcientes, eno forman parte de una
personalidad? ;No se accionan mutuamente los
fenómenos concientes con Ìos ineoncientes?
Estas formulaciones sirven, por supuesto, si
acordamos que el arte es fundamentaìmente
mímesis, reproducción de la realidad, reflejo, pero
que también la obra de aúe crea formas específicas
de reflejo de larealidad; al existirya constituye una
realidad propia.
I,os futuristas rusos agregaban que el art€ no es
un espejo sino un martillo; no refleja, forma. Pero
Tïotsky respondía: de espejo sólo pude hablarse de
manera harto relativa, porque nadie puede exigir
un grado tal de objetividad que refleje como un
espejo (19).
Yesto es muy impoúante valorarlo, pues de ello
dependerá que se extienda en más o menos el tan
mentado concepto de la realidad.
Como se sabe, en el arte conviven los dos térmi-
nos: objetividad y subjetividad, siendo eÌ segundo
casi siempre prevalente por la propia dirección y
característica artística.
Pero si bien se ve, ambos términos no son anta-
gónicos: la subjetividad no se hace de la nada,
aunque la nada puede ser subjetiva: tiene su cor-
dón umbilical con lo objetivo, aunque no es igual
cosa, es a y no a.
Es más, hasta es posible que lo que existe inde-
pendientemente de nosotros, un hecho objetivo,
también esté forjado por nosotros mismos, claro,
no en eluso de nuestra plena concienciayvoluntad.
"No lo saben pero lo hacen", había dicho Man<
hace muchos aflos (20).
Por su parte, Lenín escribe: hay una diferencia
entre lo subjetivo y lo objetivo, pero esa diferencia
tiene sus límites y, citando a Hegel, "es erróneo con-
siderar la subjetividad y la objetividad como una
contraposición rí;gida y abstracta. Las dos son re-
sueltamente dialécticas" (21).
Sólo comprendiendo cabalmente esta relación
es que podemos afirmar que el arte no es mero
reflejo: el artista seleciona, opta, interpreta, no nos
brinda la realidad crudamente sino cocinada por
sus propias expeúencias, sus ideas, sus intereses,
sus formas; lo objetivo y lo subjetivo se funden en é1.
La mera reproducción al iguaì que 1o objetivo
como único término es antiartístico. Comprobad la
diferencia, pues, entre la fotografía común y la
(19) León lYotsky, "Li.teratura y reuolución'. Página 64.
(20) Carlos Marx,"EI Capital". Tomo 1, Página 88.
(21) Vladimir Lenin, "Cuademos fi.losóftcos". Página 31, 18 y
104.
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
arüística.
Ahora bien, cuando menifissto que el aúe es
máq que el mero reflejo, gue el artista opta, inter-
preta, es porque tanbién toma partido a favor o en
contra de algo.
En ese sentido, tiene razón Ernst Fischer cuan-
do indica que lo que caracteitzalarelación artísti-
ca con el mundo no es un reflejo pasivo, sino más
bien una intenrensión activa del objeto que se debe
representar, un acto de fusión, de transformación,
de identificaeión(?9,1"
Para el artistâ, en nesumen, la realidad es más
compleja, más ambigua:'no úlo el mundo existen-
te independient€mente de nosotros, sino también
las asociaeiones produeirìas por nuestras fanta-
sías"(23).
Siguiendo a Fischer en este aspecto, al optar el
artista reconooe una jerarquía de lo reaÌ y es ahí
donde eská obligado a tomar paúido por algo o
contra algo Q$.
Forma4ontenido
Los ríos de tinta que se han gastado en esta
polémcia sm incalcnlables, sobre todo a partir del
surgimiento & Tort pw I'ort" y su reiúndicación
para el arte de rma abeoluta autonomía.
Los ejes del debme prtían de tratar de estable-
cer la primasúa de un término sobre el otro, la
detenninación de lafarma 1rcr el contenido, en una
palabra, süíi es el que inporta-
Partiremos indicando que forma y contenido
son dos cosasben distintas pero concebibles única-
mente en rel,acifu núa: nohay obra de arte que
sea forma ni otra qE s€a mero contenido.
Para Lukrícs, ha5r nne saidad dialéctica pero el
contenido determina la forma como forma de una
determinada materia y rsoonoce en la materia su
condición de portadora inrnediata de la evocación
estética (25); la eryesirón artística es inseparable
del contenido estÉtirn-
Lunacharski sugiere al crítico marxista tomar
antes que neda 'como objeto de su análisis" el
contenido de la obra, ptres'éste determina plena-
mente la forma'íãi)-
El propio Plejanovìe guien finalmente adop-
tan sus puntos de r-ista los dos autores menciona-
dos arriba- manife*aba que 'cualquier invasión
de ideas desnudas o propaganda va siempre en
detrimento de la obra" (27).
La forma aparece de ese modo eomo una cásca-
ra, como un asp€sto que únicamente tendúa el fin
de recubrir lo importante (el contenido) para que
éste pueda apreciarse; oomo vestido de la idea o
propaganda, 1rcr tanto, acesorio. Pero, entiéndase
(22) Lukács, ISscher y otuoq 'Polémirrl gobre el realismo".
Páginas 105 y 106.
(23) Ibidem. Pagína 105-106.
(24) Ibidem. PáSina 1O5.
(25) Georg Lukács, 'Fsetia'- Tom 2. Pagína 326.
(26) Anatoli Lunacharski, Ibidem Página 14.
en defensa del Sfianxüsmoo
bien, accesorio en cuanto al contenido, no en sí
mismo, pues en relación a esto en
-anticipándose
aflos al concepto de la publicidad capitalista-eI
envase es fundamental para vender el producto.
En un sentido contrario, Gustave Flaubert de-
seaba redactar un libro sin tema ni contenido, qÌre
fuese forma pura. Schiller aseguraba que la mate-
ria era aniquilada por la forma.
Flaubert, para muchos el verdadero padre del
realismo, sentenciaba: no hay temas ni buenos ni
maÌos, todos pueden ser lo uno y lo otro, porque ello
dependen exclusivamente de su tratamiento. En la
misma dirección, escritores como Mario Vargas
Llosa concluyen que la novela es forma.
A su vez, David Caute considera que en Ia
estrótica mamista no se ha distinguido suficiente-
mente entre el "tema" hisórico y social de una obra
y su ocontenido". Eì contenido no es sólo el tema
correctamente interpretado y dotado de una expre-
sión formal atractiva; es el tema que mediatiza la
forma aúística empleada y se ve mediatizada por
ella. Caute prosigue: entendemos este hecho cuan-
do dejamos de identificar el contenido con Ìa repre-
sentación mimética del tema (28).
Según Hauser, la manera en que un artista
diga algo constituye parte integral de lo que tiene
que decir, y así se observa con claridad la insepara-
bilidad de ambos términos (29).
Es verdad, entonces, que en toda obra de árte,
forma y contenido dèben encontrarse, fusionarse,
sin que al frn podemos distinguir entre un elemen-
to formal o de contenido.
Fischer valora que en nuestra época esa unidad
aparece turbada frecuentemente; en el mundo
burgués han Ìlegado a constituirse formas desproì
ústas de contenido y en el mundo trabajador se
llega a incrustar contenidos nuevos en formas
envejecidas (30). De esa manera forma y contenido
pueden llegar a no coincidir, con lo que se resentirá
seriamente eÌ resultado de la creación artística. Sin
embargo, es apresurado condenar una obra por
formal.
A veces, la sola forma es el contenido. Cuando
un artista innova en la técnica artística su propues-
ta será ella, su "mensaje" será la nueva forma que,
a su vez, es un nuevo contenido.
Esto nos lleva a un segundo problema: el cambio
de contenido varía la forma; un nuevo concepto del
deber, del honor, o la moralidad pueden variar la
forma del drama, por ejemplo. Es más,los cambios
de los géneros, históricamente, se vieron motiva-
dos por nuevos contenidos: la épica, la tragedia, el
drama, la novela. Cada uno de estos géneros'venía
aplasmar ideas innovadoras en la soeiedad respec-
tiva.
(27) Ibidem. Página 18.
(28) E. Lunn, "Marxiano y modernism.o". Página 39-40.
(29) Hauser, "Socinlogía d,el arte". Tomo 3, Página 506.
(30) Lukacs, Fischer y otros, "Polém,ica sobre eI realís-mo,"
Página 104.
r
tr
l

en d.efensa det ilfianxüsmoo Abril de 1992 . afio 1 . Ne 3

A

Qn la plástica, por ejemplo, la perspectiva, Ìa sión el nuevo contenido. En otras palabras, Antonio
sección áurea y el sistema de propôrción renacen_ Gramsci Io formula del siguiente modo: óf p"irnã"
tista corrppotdían al pretenãidô dominio de -la contenido que no satisfacia, también era fôrma y
naturaleza por el hombre. El contenido cientificis_ cuando se alcanza Ia forma sati sfactoria el confu ní_
ta de la eoncepción humana del ,,euattrocento" do también cambia (BB).
imponía sus formas: la simetría, la proporción, la Ul ejemplo a tener en cuenta es el biomoúsmo
preocupación por el espacio y la composÌción para que fusiona la materia con ìa forma. El contenido
ordenar el caos aparente. de
las. obras de Arp y de Brancussi es et apego ã ia
. Las figuras humanas del"Cinquecentoo fueron
imp. onentes_ y majestuosas, preãisamente para
naturaleza pues sus formas nos dan a coìoier las
formas naturales.
ratificar plásticamente ese dominio sobre h nãtu_ formas: expresión, La forma persigue conocer las
medio, conìenid"o v forma.
raleza, pero dios todavía estaba ahí. Otro aspecto polémico de esta reiación forma_
- Con el manierismo
figurahumana
esaforma se modificafia.La contenido es su exclusividad.
se encuentra perdida en un cuadro, Lukács y otros autores modernos consideran
son prácticamente hormigas; el espacio no es único, que a un contenido corresponde una forma. pero
se lo fragmenta, se usa la perspectirra pero no como esto no es así: la expresión y Ìa recepción de un
los renacentistas para aceicarie a la reãlidad exter_ mismo contenidovarían de aite en urte, de tenden_
na, sino para alejarse de ella, por eso las diagona- cia_ a tendencia,
de obra a obra, de individuo a
les se cortan o se ocultan; Ìa figura se defolrma, individuo. En
-qoe otras palabras, un contenido po"dã tu
alargándola y hsta es posibile yu no se la tener,formas muy variadas y una forma
represente enteramente. buede rÍt
entrafrar diversos contenidos. sh
lo que \{orringer denomina "voluntad de
^ Sucede
forma". Es_to es, que el úista no plantea àtunou - Fi
rg piensa que la protesta contra el orden es_ tüx
tablecido ha tenido cientos de expresiones diferen_
otro modo la forma por desconocimiento o incapaci_ tes a través
ri.
de los aflos... pero seãmos más especí_ j!í
{ad, sino por voluntad. pero esa voluntad no es ficos: la reacción contra la primera gu".ra *orrãial, F
libre, está determinada. aúísticamente hablando, se manìfestri en el da- úll
En el sig_lo XVI se produce una profunda crisis bd
que abarca diferente s aspe ctp s : el,, íacco,' deRoma, {1ismo, expresionismo, cubismo y surrealismo.
Diferentes formas para un mismo õonhnido. Más
su invasión por Espafri y &ancia,la qurebra Je aún: eI expresionismo, ta
poderosos banqueros y, bor, ende, la pérdida de como como forma particulai, I|lil
actitud, expresó igualmente difereirtes conte_ tcú
numerosos mecenas; la reforma luteraÀa; los des_ nidos ideológicos;
el abslraccionismo es también un rtd
cubrimientos_copernicanos que demuestran que la ejemplo
tierra no es el ej_e del sisterna sino sólo
de ello. lqr
ptâ"etã
y que, por lo tant_o, el lombre,ro "n .Por otra parte es característico de este siglo Ìa Pcü
podíu re", unión de formas diferentes para conformar una dd
-más hasta entonces, el rey del universo.
lcomo nueva, como Ìa ìlamada nueva imagen o nueva tr
La pequeflez humana se ve inmediatamente figuración. {trl[
reflejada en.la plástica-, se intenta huir de àsf dor
realidad, alejar al aúe de ella, pero, de ese modo, nido . -En síntesis, interesa subrayar que forma_conte_ Glr1
no son más que otros de ïo, pà"e" dialécticãs,
creando una propia y nueva realidad. al que cnt
Las nuevas formas corresponde a un nuevo con_ práctica; -igual que objetiüdad-subjetìvidad, teoría y acd
son inseparablei y que no puedeir dcú
tenido. imaginárselos aisÌadamente unó dàl otro; que se eia
- Juan Acha tiene la virtud de aclarar que tanto la interaccionan mutuamente y que así como un
forma como el contenido son productàs sociales contenido nuevo deÌ
puede transfoimar la forma y I
(31ì, { ello lo hemos venido viendo hasta aho"u; ã. orrglnar un_a nueva, cd
decir,_han surgido de Iahistoriu.o-o iãrrà-enos de un
ésta también puede producir
contenido diferente. ooll{
la lucha del hombre. Ì"P
Por tanto, t-ambién la forma puede originar un dan _ Las formas son conceptos; en su percepción se
los comienzos de Ia- formación ãã eorrceptos .JDe
n-uevo contenido, lo que sucede cuando laÍorma es (34). pafr
el propio contenido. y en ello no hay nada de I
objetable siempre que no se trate de"reducir ú ,blecerse , Por todo ello, en una obra de arte no pued.e esta_
la primacía de ninguno de los'dos pares.
tent
creación aúística a un determinado modeÌo de Ambos se necesitan orìd€
realismo. mutuariente, aunque se trata es d,
de cosas muy distintas y no sean lo miËmo. .stâi
Como bien agrega Acha, el aúe no es sólo
dtdt
expresió_n, ante todo, implica el dominio de los El crítico marxista debe atender al arte en su impl
meclros de expresión (32). globalidady gi bien ésta se conforma a partir de las c{rml
, La forma es, al mismo tiempo, expresión y medio partes, aquella es más que la suma deÌodas éstas.
oe expresrón y es esa expresión y medio de expre_ Sí corresponde
pcil
URS
atenderìu coÌTespondencia.
cráti
(3 1) Juan Acha "Arte y socied,ad Sher
, latinoamericana. El sktema d,e
produc"iÁn.". Páginas 78 a IO7 . !!!J $rqms.ci, "Cultura y tí.teratura". página
(34)
1.84. presj
{lzl lbidem. Página 84. R. Arnheim. Citado por Acha. IbidJm. página 802. i-pr
en zc
tre er

i
L
Abril de 1992. aio 1 . Ne 3
Las "Memorias
de Gorbacho
Shevardnadz
ryutirm'El
A fines de 1.S1
futuro peÉenece e h librrtad iEdi-
ciones B, Barer; ò tòard
Shevardnadre, cx curítcr è la ex
URSS, Y "El golp dt 4'#'(Edito-
rial Atlántida, BcrocÁina)dG lfi-
jaiÌ Gorbaràc, flfino ccan*ario
general dd úd[mrfto FCtiS y
último presi&úe dc h t-nilién au-
todisuelta Uniih Soiail-
El alcanee qu hs drcs pre.
tenden dar am teccslicn dife-
rente. Mienfa Shanüadre in-
tenta presenta hfÉtuir ü la pe-
restroikao, Gct&rç liritr a ên-
sayar una ddcon ft s =bradfa
personal en lc,lÍ- t g*pc y a
defender su prolf,rËÒ qa mna-
ta Unión dc E*ir Sobcr-noe
( UE S) que debrrír haLrrrccnplaza
do a la IJRSS. C.l-+rxl-es pdíü-
cos íntimm en el Fsrdq adursarim
en el presente, m y ôc nÉan
acabaciarn entê --rffi cn ss coind -
riencias como en ss dÉuageocias-
el contenido sial rr*uriorrista
de la perestrclla-
El librode Shcvadmducviene a
confirmar Cue la pcrus&rcta fire
concebida ç6rp6 .m prcgmatión de
la política restau ddürta abierta
que siguen hoy lc Yclbin y com-
paiía.
La perestrdLa nrió cmo el in-
tento de Ìa bumaacia de inyectar un
orden jurídico a n
prrqia dictadrra
es decir consârrìer sus pivilegios y
establecer las garantías a la pryie-
dad privada- Pero eSapolfrica debía
impÌementarse en el marto de un
compÌeto desmorrnamiento de las
posibiìidades de desrrrollo de la
URSS por parte del Égimcn brno-
tcrritoric
crático. "Vastos
Shevardnadze- han srúi&-&ma
tal
presión por parte de un centralismo
imprudente que se hao convertido
en zonas muertas a causa del desas-
tre ecoÌógico. Habiendo ganado cien-
en d.efensa del üfiarxflem@
to ochenta mil millones de dólares
con el?ópido y fcícil'petróÌeo, la
nación no mejoró por eìÌo ni sus ha-
bitantes vieron mejorar su nivel de
vida". La burocracia había eonverti-
do a Ìa URSS en un"país delTercer
Mundo", pero no por "centralisnto
imprud.ente" sino saqueando con-
cientemente a la propiedad deÌ Esta-
do.
Paraleìamente al estancamiento
económico, el régimen político bu-
rocrático sufría una acelerada des-
composición política que se ponía de
manifiesto en que ula mafia se había
infiltrado en (todas) Ìas estructuras
(estataÌes) y las mantenía bajo su
control. Se había destruÍdo la con-
fianza en el gobierno, el dinero se
- había convertido en juez supremo y
la sociedad se había envuelto en una
atmósfera de desesperanza".
Segin Shevardnadze, miembro
prominente d ela" nomenklatura',\a
causa del estancamiento soüético
no habrÍa sido otra que Ìa % otnpeten-
cia militar". EÌ canciìler no eìabora
esta premisa, porque ello Ìo hubiera
lìevado a cuestionar eÌ piÌar estaté-
gico de staÌinismo: la coexistencia
pacífrca, es decir Ìa posibilidad de
saltar la vra revolucionaria para ter-
minar con el capitalismo y reempìa-
zarìa por la pretensión de que un
pars atrasado supere a Ìos países
desarroÌlados pormedio de Ìa autar-
quía económica. La "cotnpetencict
miJitar'es el compÌemento naturaì
dela estrategi adel"socialismo en un
solo país" y tiene un carácter incon-
fundiblemente nacionaÌista y opre-
sor.
lPero más aún que la "competen-
cia militar", Shevardnadze confi esa
a su modo que ìa "perestroika'fue
determinada por el temor a las
masas, es decir a la revolución.
La burocracia asistió aterrofiza-
da a los acontecimientos poìacos de
E
1980 "un movimiento apoyado porla
cl intelligentsia (o
ase prol etari a y \a
cÌase intelectual) (que) constituyó
una verdadera amenaza eapaz de
desestabilizar el podero. Shevarnad-
ze reconoce que ya en 1980 Ia buro-
cracia moscovita no tenía condicio-
nes, ni internas ni internacionales,
para intervenir militarmente Polo-
nia y dudaba enormemente de la po-
sibiÌidad del ejército poÌaco de llevar
a cbbo la represión. Once af,os des-
pués, el'd.emócrata" Shevardnadze
sostiene que la "decisión" de Jaru-
zeÌsky (iel golpe!) "salvó" a Polonia y
no deja de recordar el terror de
Moscú porque "JaruzeÌski también
podría haber fracasado". ";Fue Ia
perestroikala que contribuyó al sur-
gimiento de Solidaridad?"-es la
réplica de Shevardnadze.a los "con-
srua.dores'que acusan a la peres-
troika de nha.ber abierto |as pu.ertas
del infierno". "La perestroika nació
con razón Shevardnad-
-remacha
ze-- por la necesidad objetiva de su-
perar Ìa situación de crisis que ame-
nazaba tanto a la seguridad nacional
como a.los intereses nacionales".
La perestroika nace de las filas
del "uiejo régimen", porque "era im-
posible actuar al antiguo modo bajo
condiciones que impiden cualquier
posibilidad de actuar de tal manera'.
Shevardnadze defiende la peres-
troika para eÌ presente y al stalinis-
mo para el pasado, cada uno a'3a
tiernpo". Así aÍirma que "en cual-
quier caso, el sistema administrati-
vo. de mando, denunciado amplia-
mente hoy en día, fue capaz de acti-
var ese enorÌne potenciaì (pararepe-
Ìer Ìa invasión nazi y emprender ìa
reconstruccíón del paÍs) y por lo
tanto sería equivocado afirmar que
lo hizo sólo por medio de la coacción".
EÌ hiÌo conductor entre una etapa y
otra es Ìa ügencia de los intereses de
Ia burocracia. Shevardnadze se lan-
|-62 I en defensa del DfiarxflemoO
lt
za incluso a la apologra: "I(ruschov
expresó las emociones de una perso-
na largo tiempo humillada Y lanzó
degradantes invectivas contra su
"maestro', Despreciaba a Stalin, no
sólo como tirano, lo que Por suPues-
to había sido, sino también como una
persona profundamente ignoyVntl y pTom acia'perestroikal. segÚn She-
èstúpida. No obstante, si tal había
sidoiicómo pudo crear un estado tan
convertirse en un dios
oodeioso v tas adecuãdas a las peticiones de los
para millõnes de Personas? ;Cómo
Labía conseguido ser reconocido
como digno interlocultor y coÌega por
muchos de Ìos políticos más destaca-
dos deì mundo? (lesPeciaìmente
esto!) lAcaso lo había Ìogrado-me-
diante Ìa mera insidia, cmeldad, co-
acción y astucia? 1No, era imPosi-
ble!".
Han sido ìos más "duros" sle,li'
Shevardnadza-
nistâs
los que -recuerda
dieron el puntapié inicial de
Ìa pãrestroika (la que, por otro Ìado,
no-hubiera podido ver ìa Ìuz sin eì
"uísto bueno" de la KGB Y el alto
mando militar). El ex canciller reve-.
la, por ejemplo, que eloconseruador"
Brózhnev fúe eÌ primer"perestroiko"
en la dirección deÌ PCUS Porque
"apoyó . nuestros experimientos ;;en
Gôoigia" (donde Shevardnadze ãra
secretario general del PC) que Ón-
sistÍan nala menos que en "atrâer
capital extranjero para financiar Ìa
construcción de centros vacaciona-
les y de deporte en las montafrasi".
Shevardnadze destaca también
eÌ papel jugado en la génesis de la
peieJtroika por otro "duro', Andrei
Gromiko, semi-centenario dipìomá-
tico de Staìin y canciller de Kruschov
y Brezhnev. Gromiko firmó en 1975
los "acuerdos de Helsinki", de Segu-
ridad y Colaboración Este-Oeste,
donde la URSS reaÌizó'concesiones
claves" (InternationaÌ HeraÌd Tlibu-
ne,4/6/89) enmateúade derechos de
propiedad. Sin este trabajo prepara-
ioriã no habría habido perestroika:
"eÌ número de contactos, consultas y
negociaciones ... eÌ potenciaì acumu-
lado durante af,os... para darun sal-
to hacia adelante era muy sustan-
cial". Pero Gromiko sobrevi-
viente delos"Procesos-un de Moscú"-
no sólo creó el "PotenciaÌ Para el
salto" sino que obtuvo que Gorba-
chov fuera nombrado secretario
seneral deì PCUS en 1985, aPoYó
Ío"go la candidatura de Shevard-
nadle a la canciÌlerÍa y hasta disefró
lo que "éÌ creÍa que debía ser Ìa
ooHìica exterior de la nación en Ìa
àtapa de ìa perestroika". En ningún
momento, Shevardnadze seflala
haberse apdrtado un milímetro de
esas "direetiuas'.
La diplomacia
\tereetroikoo
"La tarea estratégica (de la di-
vardnadze, (era) crear lae condicio-
nes externas favorables al máximo
para la reforma interior", que Stre-
vardnadze resume en como "des'
mantelar las üejas barreras quê se
interponían a nuestras relaciones
con Õccidente". Pero "desmantela'
miento de las barreras" sólo Puede
significar derribar Ìas diferencias de
principios sociales entre- los !sta-
ão", ei decir, restaurar el capitalis-
mo en ìa URSS y enel"gla'ck".
Shevardnadze enfatiza que este
nnttreuo pensa'miento diplomótico"-
fue un pãtrimonio común de todo el
PCUS. Recuerda que en febrero de
1986, en el 2?a Congreso, "Ìa Parte
dedicada a la política exterior del
informe fue apÌaudida" Y que máe
tarde, enjulio de 1988, "la 19q Confe-
rencia del Partido había Precisa'
mente confirmado nuestra Priori-
dad fundamental: fomentar las con-
diciones extemas de paz favorúIes
a ìas reformas internas ...". La
verdadera
nnoud.ad'de la diPÌoma-
cia perestroika era que venÍa a liqui-
daf las oposiciones eúernas" que la
burocracia había considerado hasta
entonces como Ìa salvaguarda de su
"seguridad".
-Itos
" acuerd.os armamentísticoso
fueron consagtando la superioridad
estrattágica del imperiaÌismo notte-
americano en materia de armas nu'
cleares, Por eso "eÌ método secular
de reafirmar la seguridad mediante
las armas ... ya no garantizaba ni
nuestra seguridad nacionaì ni ga-
rantizaba nuestros intereses nasio-
naìes". El
*desarme unilateral" dela
URSS, se regocija Schavardnadze,
fue impulsado por el"complejo yil,i-
tar-indltstrial"-: las razones de "la
destrucción del complejo de misiles
Oka, (hay que preguntarlas) no a mí
sino al mariscal Ajromeiev, que so
sentó junto al secretario general
durante las negociaciones aceÌca de
este tipo de misiles. EÌ mariscal sabe
tan bien como yo, o incluso mejor,
quién dió su consentimiento- Y Por
qué: también es conciente de que
tales decisionês no se toman sin el
consentimiento del minístro de De-
fensa y det jefe del estado ma{orni
Cuando saca los traPitos al sol, el
libro de Schevardnadze es invalora'
Abril de 1992 ' afio 1 ' Ne 3
ble.
Pero tampoco EuroPa Oriental
servía ya como taPón de seguridad.
'ï,as foÉifi caciones exteriores cre&-
das para defenderla causa porlaque
trabajábamos mis colegas Y-Yo-sê
desmãronaban.... en casi todos los
oaíses de Europa (oriental) los diri-
centes polÍticoã estaban perdiendo
iapidamente el control de la situa-
ción y no podían encontrar respues-
defensoree de ìos cambios democró-
ücos. En algunos casos' en su persis-
tencia de rechazar las reformas ...
fortalecían a la oposición desorga-
nizada". "Oposición d'èsorganizad,a'
es el eufemismo de Schevardnadze
para revolucionaria. No, la burocla-
ãa .to s" bancaba más una revolu-
ción en sus fronteras. 1La amenaza a
la seguridad del régimen venÍa de los
trabãjadores, no del imperiaÌismo!
La dipÌomacia del"nueuo Pensa"
tnicnb" se Ìimitó a llevar a cabo una
Ìiquidación "ordenada'" y pautada
con elimperialismo de Ìos regímenes
sociales anticapitalistas para pre-
servar el áparato de estado de estos
resímenes.- es decir, la burocraciâ.
"L* boto.t"cia calculaba que el
nretiro" soviético serviría como una
válvula de escape a la presión de las
masas, pêro en realidad la activó.
Estose vió al final en Rumania, Pero
antes que nada en Aìemania,- a l-a
cual, nõ casualmente, Shevardnad-
ze dedica dos capÍtulos de su libro.
La ìlamada "c risis d.e refugitzd'os"
de 1989 en Ìa RDA que obligó a
Honnecker a renuncíar Ya sus suce-
osa" peres-
sores a intentar reaÌizar
troika fue tramada Por Moscú, en
colaborasión con el imperialisrno
norteamêricano y alemán. Pero esta
uoperación quirú'rgica" estuvo a
púnto de convertirse en sangría y eÌ
Lmor üsceraÌ de Gorbachov -que
"el poder quede en las calles'- pare-
ció estar a punto de materiaÌizarse.
La caÍdà del Muro Planteó obje-
tivamente (es decir como una alter-
nativa) e7 "peligro'de una unidad
revolucionaria de Alemania. La polÍ-
tica de Ìa burocracia soüética era
marchar a wa " unificación" Pattta'
da, cort"gara'nlía's y reasegr4ros'y en
el plazo áe varias décadas. Pero en el
apremio de elegir entre el peligro ala
rôvoÌución y la anexión como salida
de emergencia, la burocracia se jugó
a muertã por esta última. Alemania
no es enionces de ningún modo,
comir sostienen algunos trotskistas,
un "caso atípico". Es en reaÌidad el
único modelo normativo de restau-
!
Abrìl de 1992 . aío 1 . Ne 3
ración capitalista. Alemania es de'
masiado importante para convertir-
\a ennexcepción". Shevardnadze la
califiea como la única opción racie
nal"... después de haber obtenido de
Kohl unabuena zuma de dinem. El
tt at ado de anexi ón fu e ratificú pr
el Soviet Supremo de la URSS, nahr-
ralmente con el voto de Ìos'drrruc-.
Si \a "polítün alanana' b la
burocracia moscoúta fue una eryÊ-
sión del carácter restarrrionista de
la perestroika, otra eryresitón -j de
no menores dimensiones- firc su
política frente a la gucrra del C'ofo.
Con un cinismo sin igtlsl. Shevsrd-
nadze acusa a Saddm de Ìmperia-
Iista" ycalifica a loc reyenrelm
kuwaitíes como gúr*'nemeis de un
paÍs "débiÌ". Nahralnente, d ex
canciller pasa p<r aüto lrs fúrc-
ciones sauditas-Mca conEa
Irak e induso la -ono-qoc le tendió
la diplomacia Ílc,rtGantericrn4 y
también pasa pc altolainvasión de
Estados Unidrc al'délff Panmâ
La brrcracis scÉtica no sólo
"jusüfiú' eSa agrceiiín cút'&Tê-
volucionaria eslrdédci dr{ ime
rialismo nsrtêmcri.ln. trjsil
Gorbachov Sbrudnad-
ze- adviúió-rcturrdr
seri.mcm a Tar.ek
Azis (canciller inLÍi qG s Eís se
encontraría en rula poÍúGüin dË@
trosa a mênos gu lc lítLreo ira-
quíes tomaran la.lririrfu dc retÍrar-
se'de Kuwait ".. kfornmc al gr
bierno iraqrd qu€ m hâürÍa lÍruites
al empleo de la firerza cmÈa hsk (ês
decir, que el impcrialÍmo no fucr-
la "opción etbl
t ab a (paqoe) Ia
resolución 678 dc la ONU m cdable-
cía ìÍmite alguno'.
El salvaje bombardoo 'aliú'
contra las ciudâd€s iraguÍec ca'nrí
mas de mucrtc cnhe l,a
300.0OO
m imlidc aI
población civíl, lo cnal
hombre que declaró fqe Ia vidâ
humana debe ser el valc sqÍrcmo
de Ìa polítiea internarjonaP asegu-
rar, al mismo tienpo, que'tampoco
cabe dudadeque fepü:E n cese el
fuego en ìas etapae faalcs de las
hostilidades (csmo lo hatÍa plantea-
do Gorbachovy el nuevo can.iïlerso-
viético que sustituyó a Schevard-
nadze) era un enof. Schevadnad-
en defensa del [frarxflsmaO
ze no dedica una sola línea a los
intereses ona cionales" de la burocra-
cia que justifi casen la alianza contra
Irak. Si se tiene en cuenta que labu-
rocrada qúere explotar el petróleo
siberiano con la Esso, la O:ry y la
C:hewo4 esindudable que almenos
por el mòmento Gorbachov no podÍa
chocar con los intereses petroleros
norteamericanos quê determinaron
la guerra contra Irak. Pero todaúa
más importante para la burocracia
era la necesidad de alinearse con
Arabia Saudita, Egrpto, T\rrquía,
etc. para hacer frente a ìa crisis revo-
lucionaria en sus repúblicas "islámi-
c'aso. Gorbachovy el georgiano Sche-
vardnadze apoyan al imperialismo
contra Irak para obtener de ésta el
apoyo contra los pueblos árabes,
musulmanes y asiáticos de la ex-
IIRSS.
El golpe de Agosto
El libro de Shevardnadze termi-
na exactamente donde comienza el
de Gorbachov, en el goìpe de agosto,
alrededor del cual los antiguos cola-
boradores se libran a una encarniza-
da disputa.
Shevardnadze acumula eviden-
cias de la participación de Gorba-
chov en los"preparatiuos" del golpe
(apaõamiento de los golpistas y des-
pido de los odem.ócraraso del gobier-
no), del los cuales sólo se habrÍa
'dapegado'cuando los golpistas se
'da pqoron" deEl libro de Gorba-
é1.
chov parece ser una respuesta a las
acusaciones de Shevardnadze. Pero
incluso enladefensa de su papeÌ per-
sonal frente al golpe, Gorbachov no
puede aventar las acusaciones de
Shevardnadze. En efecto, Gorba-
chov relata que la llegada de los
representantes -a
del "Contité" que
venían a detenerlo-intentó mante-
ner una negociación con los
golpistas. "kopongo dijo- quê
oonvoquemos a una -les
reunión del
Soviet Supremo y del Consejo y lo
resolvamos todo allí. 1A ustedes les
preocupa la situación actual? Tam-
bién nos preocupa a todos nosotros.
Ust€des ereen que son necesarias
medidas urgentes. Yo comparto su
opinión. De modo que reunámonos y
tomemos algunas decisiones. Estoy
. dispuesto a acceder aÌa convocatoïia
del Congreso de Delegados del Pue-
bÌo y del Soviet Supremo, dado que
muchos líderes del pats tjenen du-
das. Reunámonos, discutamos las
cosas. Demos aìgunos pasos". No se'
trata, sin duda, del lenguaje de un
*antigolpista'
,
Shevardnadze sostiène que el
golpe fue la consecuencia de la polí-
tica de "concesiones y demoras' de
Gorbachov frente a los "conservado-
resy reaccionarios". Por el contrario,
Gorbachov aÍirma que esta polÍtica
de "concesiones" permitió avanzar
sin que los 'conservadores y
reaccionarios' osacãran los pies del
pl,ato". Shevardnadze sostiene que el
goÌpe demuestra el fraeaso de la pe-
restroika mientras que, inversa-
mente, Gorbachov afirma que Ìa de-
rrota del golpe eüdencia la victoria
de la perestroika. El primero no lo-
gra expÌicar porqué Yeltsin se ha
lanzado a recorrer en el te-
nêno interno como en-tanto
el externe eÌ
camino abierto por la "fr acasada" pe-
restroika. El segundo no consigue
explicar porqué no logró sobreüvir
al triunfo" de su polÍtica.
La discusión entablada entre
Gorbachov y Shevardnadze
mos colaboradores políticos -ínti-
poco
tiempo atrás* pone al descubierto
la imparable disgregación de la bu-
rocracia soviétiea. Pero es completa-
mente insustancial en lo que respec-
ta al golpe de agosto.
El fracaso del golpe de agosto
puso al desnudo el completo agota-
miento deì régimen polÍtico existen-
te; fue una manifestación insupera-
ble de que las relaciones deì "estado
obrero degenerado" ya no serúan
para mantener la unidad de la buro-
cracia. Debía marchar rápidamente
a la restauración abierta, ya sea me-
diante una dictaduramilitar, ya sea
mediante una *dictadura ciuil' de
los "demócranlrs". Por eso debió 'en.
terra.r" ala perestroika ---es decir, a
ìa restauraqión con métodos "libera-
les" y elecciones periódicas.
Jorge Martín

en defensa del ilfianxflsmoo
"Repensando o socialismo"
de José Genoino
(prólogo de Tarso Genro)
El ex guerriÌlero José Genoino Neto (y ex maoísta-
stalinista por aõadidura) es el prototipo de personaje que
se ha aprwechado del PI para escalar posiciones
dentro
del Estãdo yluego asumir su circunstanciay convertitse,
"comme il fatrt" , enohornbre de Estado"' En su carácter de
líder de Ìabancada de diputados del PT, Genoinojugó un
papel cìave en las articulacion'e s" políti cas que ll evaron
u Estado de AÌagoas y ex'!'agente" de Ìa dictadura miìitar
i}l a vot.r un salario mínimo que equivaÌe apenas a la
"ì
tercera parte de la canasta famiìiar, o a aprobar eì pre-
.rrpr""ú de CoÌlor "en nornbre dz la' gobern'ab-ilidad de
Biasit" y a votar en fin el cese de Ìa reserva deì mercado
para Ìa industria informática como lo recÌamaban eÌ im-
perialismo y la mayor paúe de Ìa burguesía cliente de
brasit. Su nombre es infaÌtabÌe en las sistem âtlcas"ar'
ticulacion'es" que procuran concietar tn"pacto social" o
unnentend,irníento' entre el gob{erno y la oposición'
Genoino es, además, el prlhcipal dirigente de Ìa
tendencia derechista del PT que se agrupa en torno al
"Proyecto paraBrasiÌ", cuyas tesis plantean "Ìa apertura
externa dã la sociedad brasileúa. en todos sus terrenos",
la "renegociación de la deuda exLerna", "Ìa presencia de
.mpr".Ã d" extranjero o de empresasinternacio-
"apitaÌ
nales'y la'teforma del Estado". Genoino eÌogió Ìa priva-
tización de la siderúrgica estatal Usiminas y criticó
duramente a Ìos miìitantes del PT y de la CUT que ma-
nifestaron en contra de sunpriuatizaciótt'''En eì reciente
Congreso del PT, Genoino se destacó por su intransigen-
te dãfensa de la permanencia de Coììor hasta 1995 "'
contra Ìa exigencia de que "CoÌlor se vaya" deÌ 807o de la
población brasiìeõa, según ìas encuestas-de- opinión'
No debe extrafrar, por ìo tanto, que su folleto "Repen-
sando o Socialismo" (un reportaje publicado por Editora
Braziliense, Sao Paulo, 1991) se reduzca a unavuÌgarra-
cionaìización de la política cotidiana de integración del
PT al Estado burgués. Esta justificación toma, naturaì-
mente, la forma de un ataque frontal aÌ marxismo'
Latesisfundamental de Genoino es que eÌ socialismo
hábría dejado de ser una necesidad histórica para con-
vertirse à "ont utopía basada en valores universaìes"'
A lo largo de toda Ìa ãbra Genoino reitera que su "utopía
está en construcción" y su proÌoguista, Tarso Genro, co-
eÌ rasgo funda-
miÌitante de su tendencia, declara que
es su "provisoriedad"'
mentaì de "ìa nueva construcción"
su
Y aunque Genoino no sepa' por lo tanto, donde queda
que
nueva lcaria afirma que eÌ sociaìismo no es otta cosa
ia radicaìización de Ía democracia"' Esta "defensa de la
democracia"no debería amainarincluso si el régimen de-
mocratizante Ììeva adeìante uÌra política de ataque a-
Abril de 1992 ' aõo 1 ' Ne 3
bierto alas condiciones de vida de las masas y de entrega
al imperiaÌismo, esto porque "para mí los -valores de-
,"o.ràti.ot no están subordinados a aquello que me
sirve, defiendo los valores democráticos, cuaìquiera sea
el agente político". Ducho prestidigitador, Genoino ha
conl""*iao al "agente" de la oìigarquía azucarera del
en"agente político" dela democracia, 1o cual se compren-
de pei{ectámente bien, porque si Genojno pretende
que
su conversión
Ìa bìrguesía te reconozca la legitimidad de
a Ia dJfensa deÌ capitalismo, recíprocamente se le recla-
ma que encubra alos"agentes" de los explotadores bajo
et ropaje de representantes de Ìa democracia poìítica' La
d"fen=á d.elos"uakves de la detnocrcrcio" se revela como
la defensa de Ìos Collor de Melìo proclamada por Ìos
"agentes políticos" de sus vÍctimas.
"
A esto se reduce ìa "r touedad" delfolleto, porque en lo
que atafie a Ìa cítica del marxismo los dichos de Genoino
son un refrito de recetas anticuadas' No es "urlo inquie'
tante y ualiente bú.squ'eda teórica"lo que lìeva a Genoino
a"reualorizar" la democracia burguesa y la dominación
capitalista; aÌ conttario, es su ya avanzadaintegración a
esie régimen en descomposición Ia que lleva alos "argu-
*antideternin'ista"
,nerúoí tuóricos" que la justifique' El
Genoino es un reflejo pasivo de la tesis marxista relativa
a la existencia y la conciencia, porque en Genoino no es
Ìa existencia social la que determina su conciencia, sino
su existenciaindividuat de parÌamentario de un Congre-
so constitucionaÌmente tutelado porÌas fuerzas armadas
se ha
lo que determina su concie ncia"collorido"' Genoino
*teoría"
formado enlaoescuela" stalinista, donde la eÍa
inme-
una herramienta para la defensa de Ìos intereses
diatos de laburocraciay paraÌajustificación de sus vira-
jes, Por eso eì itinerario de la "ruptura'" de Genoino con
eÌ marxismo es el mismo que ha recorrido la burocracia
rusa de Stalin a Gorbachov y Yeltsin'
Necesidad Y Posibilidad
Genoino rechaza "Ìa tesis cÌásica de que eÌ sociaìismo
una necesidad histórica y no un proyecto de futuro que
es
puede o no serasumido porÌostrabajadtresy otras caPas
sociaìes ... una posibilidad, una opción basada en vaìores
universales".
Genoino opone, entonces, ìo necesario a- ìo posible'
EstabÌece entie ambos no una reìación dialéctica sino
metafísica' Eì socialismo es"ttttct opciótt'", en esto consis-
tiría su esencia; porque entendido como "n'ecesidad' se
Abril de 1992. aõo 1 . Ne 3
*socialisrno reolo-
.caería en el Y el capitalismo: aes una
"opeión" también é1, o "úlo" rtna nnqqida.d? Si se le
reconoce "jerarquía" de 'opión'tendría entonces el
atributo 'radical" dela'ükrtat que Genoino le asigna
al socialismo cuando es concebdo amo"proyecúo"y que
su prologuista, Tarso Genrg concibe como'contingen-
cian o azar. Pero si el capitaÌismo puede gor tembién un
"proyecto" que nace de la'librtad del ltmbre", estabÌe-
cer el sociaÌismo significarÍa coartar esa libertad, con lo
cual se caería en una -uulgar' dictadura del proletaria-
do, y en el' m.eltr" de los casos (' mejt" pat aGe noi no, qu e
Ìo apoyó mientras existió) en el'sor,iolismo real". iJ'a
ocontrouersia' entre la'ryión' capitalista y la "opc.ión"
socialista podría ser dirimida mediante el voto? Claro
que no, porque en tal c-.o el voto se convertirÍa en un ins-
trumento de coacción- Precisamente por esto Genoino se
opone a acortar el mandato de Collor llamando a eleccio-
nes, a pesar de qloela'ciudada,nía" así1o ha reclamado.
La inadecuación del roto es superada pot eloconsenso':
sea por el 'ongrs- cotidiano en el parlamento, sea por
el "pa,cto sei4l'. s.a por el'ettend.irniento naciona.l"
por fin, apor qué no?. pc el gobierno de coalición. iNo
existe acaso rma vieja ley de ìa burguesÍa que dice que la
democracia (el rvüol no pr.ede ser usada para destrür a
la democracia {el rÉgimcn burgués)?
Genoino sr$iü{E I^a dialectica por la metaffsica, ìo
concreto pcr Ìo àstaao, la determinación por la inde-
terminación. I,a,'dialtuIú de nuestro héroe lo lleva
a un retroceso terfoico dc algunm miles de aflos, puos en
definitiva todo prqyeso cientÍfico no es otra cosa que el
avance de la deauinri,óo sobre laindeterminación,
la determinación dc nwas indeterminaciones. Genoino
no se ha percataò de qE la'pibilidad.'como catego-
ría es un aspecto dcÌa'ruani.d.at, de que la primêra no
puede 'serpezsodc'sino en relación con esta última. La
"posibiüdad- fuera dc la,'rwidad'es lo mismo que la
"imposibüdat- Al ncgar la relación diaÌéctica entre la
"necesidad' y la -úitryercia', es decir, aÌ convertir a
ésta en una categcría abeoluta, Genoino se desliza irre-
meüablemente haria C iracjonaÌismo, que es la filoso-
fía burguesa típica en la época imperialista (Nietzche,
Heiddeger) y euyahijo pohllico es el fascismo. El prolo-
gursta deÌ folleto afirma que srólo funa praxis Ìiberadora
... puede alimentarla podtrilidad"(se supone que del so-
ci aìismo pero por cne mdivo l lexige que "no se fij e' o que
),
no se determine esa praxis líberadora! ! A esto lo denomi-
na Ìa "conciencia de la contingenciao, es decir que para
Tarso la conciencia socialista es nada menos que la con-
ciencia de la indetenminasión (si es que esto quiere decir
alguna cosa). La dupla responsable del folleto procìama
a la ignorancia de la teoría y de la práctica de la lucha li-
beradora como la condición para su liberación. T,a ver-
dad es proceso', dice Tarso, es decir, abstracta, "y el fu-
turo está abierto", es decir que no puede nunea convertir-
se en pÌesente. Tarso y Genoino desconocen que el
futuro, para ser real, debe existir, como futuro concreto,
como posibiÌidad que nace de la necesidad, en el presen-
te.
El socialisrno sólo es posible si es necesario, si se abre
paso con la fuerza de una ley natural en la conciencia de
Ìos hombres. La "pasibilìdadn no es otra cosa que la
en defensa det Sfianxflgmoo
relación dialéctica entre la "npcesidad" y el oazar' olo
ncontingente".
Sól o para I os
stalini stas con I os que comul-
gaba Genoino, el sociaìismo era postulado como una"fa-
talidad", ya que para ìos staÌinistas era fundamental
eliminar la intervención de las masas, la acción revolu-
cionaria y la revolución en el alumbramiento del soqia-
lismo, eliminarla*contingencia" del surgimiento y des-
arrollo de una conciencia y de una organización revolu-
cionarias capaces de realizar la*necesidad" del socialis-
mo que surge deÌ agotamiento de Ìas fuerzas productivas
del capitaìismo. (En 1933, enAlemania, o en 1937, enEs-
pafla, por ejemplo, cuando eì stalinismo logró ìiquidar ìa
*contingencia" de la revolución proletari a,la"necesa.ria"
descomposición del capitaÌismo se impuso a través de la
ocontingencia.' fascista").
Por Ìo tanto, el stalinista Genoino entendÍa, tiempo
onecesidad,"
ha, a la sinoantingencia', como una fatali-
dad que se consagra burocráticamente; ahora, el ex sta'
Ìinista Genoino concibe a\a "contingencio" fuera de ìa
onecesidad',
Ìo que Ìe permite dotar a laocotttingencia"
y capaz de reaÌizar eì socialismo de un contenido comple-
tamente arbitrario, es decir, democratizante, igualmen-
tehostil alarevolución proìetaria que el stalinismo. Ente
el stalinista y el ex stalinista, el tránsito fue ocupado por
el foquista, el cual, de un lado, seguía pensando que el
socialismo era una fatalidad burocrática, que se manifes-
taría en la asistencia de la burocraeia del Kremlin a una
üctoria guerrillera, y que ya pensaba, al mismo tiempo,
que el socialismo era una pvra"contingerrcdo", que podÍa
imponerse por la mera voluntad de un grupo armado al
y margen de Ìa experiencia de las masas y de la lucha de
clases. Entre el subjetivismo abstracto del foquista y el
del democratizante hay, sin embargo, una diferencia: el
primero creía que combatía contra el Estado burgués, el
segundo sabe quê es su sirviente.
ocozciencia d.e su. condición" ee
Que Genoino posee Ìa
ve en quê plantea romper "con ìa idea de la revolución
como acto explosivo que se deriva del agravamiento dela
contradicción entre fuerzas productivas y reÌaciones de
producción'. Genoino distingue bien aquí a la nne-
cesidad" dela"contingencia", de un ìado, y Ìa reÌación
dialéctica entre ambas del otro. Eì socialismo revoÌucio-
nario no se idealiza a sí mismo como una fatalidad que se
impone contra Ìa libertad abstracta de los hombres, y por
lo tanto con alcances esencialmente totalitarios. El
"acto erplosiuo que se derìua'de Ìa contradicción del
capitalismo, puede efectivamente derivarse en ese acto o
no; eso depende dela*contingencia"histôrj.ca de madu-
ración de una vanguardia revoÌucionaria organizada en
partido y de su relación recíproca con el proletariado re-
voÌucionario. No es un decreto totalitario el que asílo dis-
pone sino las masâs que ganan confianza en sus propias
fuerzas. Pero Genoino, que no puede exigir que se rompa
o se aboÌa la contradicción entre las fuerzas productivas
yreÌaciones de producción, lo que sería arremeter contra
un moÌino de üento, exige sÍ'?onrper con eI acto explnsi-
uo', una idea de indudable cuf,o reaccionario e inconfun-
dibìemente represiva y totalitaria. La suma de todos los
Estados burgueses no podrÍa abolir aquella contradic-
ción, pero la policía y el ejército sí tienen Ìa'posiô ilida.d"
(sólo eso) de "ro mper el acto explnsiuo", dependiendo de la
 en dgfüúa cer $frannflsmao
'nntingentio? doQue los obf€Íroe tengan o no una buena
dirocciún polÍtiqai'una buena organización y suficientes
arÍÍlas o tnodos de proeurárselas
Genoirtu acusa al mqrlcismo d€ 'lbúolisúo'para mejoi
oóulter su defensà dsl fetalismo de la eternidad de la
explotación asalaríada.
Dictadura revolucioueria
y Thermidor liberal
Tarso C,enro,'prologuicta y altei'ego de Genoino,
pretendc llóvat q cabo ún emprendimiento tan aventura-
do como infructuoso: refutatal inar:rismo utilizando ... Ìa
teoría manrista.
uel problema
Parf Marrt Oesis sobre Feuerbach), de
súer si el pensamients'húmdno puede aspirar a una
verdad objetiva nb sorresponde a la teoría sino a la
práctica. Ee en éstadonde,elhombretiene que demostrar
la verdad, es decir lÍr realidad y el poder, la naturaleza te-
rrestre de su pensamiento". Paraftaseándolo, Tarso afir-
ma que "si la historia ee la cï{tiea verdadera de Ia filoso-
fíq el eocialismo de la historia -es decir el"socialismo
real"-hacc egtallar el concepto de llberación que funda-
mentó éticamentè los actos de la revolucióno. Negro
sobre blanco, Tarso sosdene çià ta2-r" " del"sociolis'
mo rcal"habrtarefutado el pmgrama de la Revolución de
Octubre o, €n sus palabras, a la teoría que Ìo precedió".
Pero la Revolución de,Octubre támbién ee historia, y en
tanto. tal refutó en la práctica taïiamiaaa del reformis-
moy del democratismoburgrréside manerri que apuntar
a su frúaso para revitalizar a uh'socialts mo democróti-
coo responsable del as'censo del fasçismo italiano, del
nazismo alemán, del franquismb espaíol y del pinoche'
tismo chileno no lìbva a ningu'nd pârte. En loe gobiernos
,de pgeguerrq el"soeialrsmo 'dcr-iacrótico' nô fue más que
ìa máscara dol gran capital ê ingtrqÍïlonto d'e sus guenas
coÌoniales (Argulia, Indochina, laborismo ingtés en Afri-
ca, etc.).
Pero si el atalinismo eg un dqsêndlente legÍtimo de la
Revolución:de Oc,tubre lo miçmo etebefía ser cierto para
la perestroika y parbla rêstauÍâè.ión capitalistq de un
lado porque se desenvuelven a partir del Estado Òbrero
realmente existsntê y porque loc Gorbachov y los Yeltsin
son mieübros relevantes de ls brlrocracia y de la no-
mehklatura ioüCtióag. De donde se sigue que; como
Gertoino es partidario de la lereerroí-na- y delomerca'
d.o", es decir de Gorbachov y de Yeltsin, él mismo es un
utenorista" y
descendientê deÌ ïacobinoo Lenin, una
especie de primo-nieto det frrndadãr del boÌchevismo. Lo
cual es políticamente una tonterJa incluso aunqus pue-
dan hallarse rastros genéticos del ruoô en los cromoso-
mas del brasilefro,
El secrsto-de'semejantestó4tefÍ€F ee poner un signo
igual entre la Revotución dc,Octubre y el lhermidor o ìa
contrarrevolucióirlde la burocracia rusa, entre Lenin y
SÌalin. LaRevoltrción de Ochrbícllevó ai proletariado al
poder, el Therrnidof lo deasloió y Ïe entreg6 la suma del
poder público alaburoctacial Lqburocraciq aún dentro
ãel brreno de ïa pdpiedad conÍïscada al capital,'llevó
adelanta una política brrrgueea ds diferenciaciónrsocial y
una políticade adadaeiónal ôrden- imperiaÌista' El sta-
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
linismo es la negación de Ìa RevoÌución de Octubre que no
puede liquidar el Ìegado sociaÌ (propiedad) de ésta.
Gorbachov-Yeltsin son esa mismaburócracia que procÌa-
ma, porfin, su contenido contrarrevolucionario sociaÌ. La
operación de Genoino es tomar aì staiinismo como pre-
texto para ìiquidar al boìchevismo, una operación, dicho
sea de paso, inconfundibÌemente staliniana.
El"socialismo d.e la historia"ha dejado por supuesto
sus enseíanzas; poÌ ejemplo ha refutado a Genoino-
Tâtsonauant la bttre". En efecto, eÌ hundimiento deÌto-
cialismo real" constituye la refutación histórica acabada
de la política del"socialismo en ulx sólo país", es decir de
ìa posibiÌidad de que se desarroÌle un régimen sociaÌista
sinlaúctoria de larevolución proÌetaria en los principa-
les países avanzados. Como quiera que Genoino, al igual
que el PI, aboga por un"socialismo alegre" (sic, brasi-
leflo), el destino del staÌinismo es un anticipo de su ine-
vitable fracaso. Afuer de "moderno,s" Ìos centroizquier-
distas a la Genoino se pasan al sigÌo XIX, cuando se
formuÌó por primeravez la especie anti-marxista deÌ "so-
cialisrno en un solo país" o"socialísmo naciottal" (VoÌÌ-
mar, ver L, Trotsky "La Tercera Internacionaì después
de Lenín").
lGenoino se pasó de staÌiniano en las discusiones
preüas al reciente Congreso del Pl al criticar "ìa idea
anacrónica de que Ìa sociedad socialista no puede ser
construída en marcos nacionaÌes" y reiündicar la
difunta "coeristencia pacífica'", e incÌuso aÌ aÍìrmar "(1a
idea) de que taÌ sociedad sóìo podrá entrar en ügencia
como sociedad totaÌ mundiaÌ ... significa decir que no
podrá conüür con sociedades diferentes" (Folha de Sao
Paulo, 22/I])t. Genoino repite textualmente ìas tesis sta-
linistas de 1924. El stalinismo persigue a Genoino como
*un' socialisnto cott
una sombra aÌ cuerpo: su tesis de
alqría" es el refoito vulgar de una üeja utopía reaccio-
naria condenada por la historia.
Genoino afirma que es necesario "rescatar simuìtá-
neamente el ideario de lo que hubo de más avanzado en
las revoluciones burguesas y Ìos ideales generosos de ìas
revoluciones socialistas (que para Genoino es ìa tesis 'so-
cialisrno en un sóln país)o. Genoino, incÌuso, parafrasea
la üeja consigna de la revolución francesa para plantear
"una sociedad basada en la igualdad, Ìa soìidaridad y ìa
ìibeúad".
Genoino, sin embargo, no defiende Ìa democracia
es decir, la soberanía popular- sino, sus "ualores",lo
-
cuaÌ no es ìo mismo. La burguesía se ha encargado de de-
finir esos'ualores", precisamente para subordinar a eÌÌos
la soberanÍapopuÌar. Laburguesía define como taÌes, en
primer Ìugar Ìos "derechos in'diuidtt'ales" y, entre estos,
naturalmente, el sacrosanto derecho a Ìa propiedad pri-
vada. La defensa de estos valores conduce, irremediabÌe-
mente, a la defensa deì Estado gendarme, capaz de
garantizar lo snderechos indiuiduales" contra ìas decisio-
nes democráticas de Ìas masas.
El redescubrimiento del"ualor wtiuersal de la detno-
cracia' empatenta a Genoino, no con "Ìo más avanzado de
las revoluciones bur$uesas'sino con Ìo más reaccionario
de ellas, con el Ìiberalismo ingÌés de Locke contra el de-
mocratismo radicaÌ de Rousseau, con ìa revoÌución
ing\esa"ütglorinsa" de 1688, que consagró lamonarquía
constitucionar,contraÌade ,-u,29"*'no'v'botnhevi' r'uar que *"ïïïïA"iË*ï:"!ï11#ï:*;tr;ïït!üjttü
que") quele cortó la cabeza al rey' "ïï;ffi;
En efecto, p... no*ãão (v't-'Robespierre)'
los **tti+ "l: A"i,"igfuê. democratizant'1Ln
ffiï i::;Tff;;ffi;,ffi;'ïïã.:siü
,,d.erechos indiuidwlcs- estabãn subo.A,'"aot^ui?a"o- medio de
úìiãt" deçppãPosiçión'ççonónica' Sólo
propi".or"- * "iã
p"qrr"noú"gu!" bi"n a[mentaao v bien alojado'
que
peuple,. Robespierre suspendio Jhui"d"p"ndizado
heur d.tt "r al Eetado
titución e implantó ,#'d;;il;rlìa"';"'ïïï."" Ëlffi1;íi;;"gÌg;e'
acabar con lareacción. Robespierr"
.o-n,""aï*;;il U*,".*;*Ã""'J"ra"f""-asas-sintscho'eintierra'
pop .el canitalismo a ìa de-
-pt,Ãt Jo- Ì" .ã"rrio" Lá"ir"- *ruri*"nit"", Ãpui"aa"
sigros atrás, qu" ã-ï"ttooeso bioÌfrco- puede afir'
lía al suicidio de
"t
tarevolución.
"or,el
Para lil""u'*o-iïãoi "'"p""'rnïïï"* unaüeión eco'
por eÌ contrario, to,
-.;;ã ìÃn *t"r, yt""';ï*ïa-, -"" qo" ""i-p"oyecto cosialiotabasado'en
noni;ista;;;ÌLaot nçóloalqsatisfaccióndelasnece-
ind.iuiduales,,estánp","r,"i-,delasoberani.prp"r."t
p;;ü;;": sidades *ilffi;;;;;"i a"t"ncUo*ente eeo resol-
ninguna resoìución a"-*.ï,i.. del
pueblo ia'initividuali'
cuana" e.*1. viera los pï;Ë; ã; i" qeq""r'"ìti"'de
cuìcar timitar esm'deraáos', aún
o "ã""f " a"a, to" p"oüï"*.! ú rrodo'devida. de las çoetumbree'
gr de la
causa de ìa desgracia deì pueblo. "i*-""""r."*"í d"-ü ."'rye'^ftp*t"i*"ie1t dc lá sexualidad'
canode
,,d.erechttsygaratttíos',omásaún,la;;;;A eetá supera'
*o**ïïõï* a"iíoúu"t tonlaiaturatezq:e.o
constitucional u.it'oi"lJooa" t" aê l;út*
doo: P*" ;;;;;t otqpobtddae y hümilladas' ìa
Ìu-
está subordinada a la Corooa" encarnaciórr,ri-U?ii"" opción que
los propi"t"rio"--". a chaporteãìn"Jio".rúrpitarisno no esouna
ros,,d.erechos índiciduab- de "e- po"ãt""'üïïi;;ü;íüúcompulsionmaterial di-
gimen poÌítico-aa"r'Ãr"a"r""od"lor',oúoo'lát- ;"t1' e*u;; paraSenoiqo-'laverdad deió dc r€poÊar
mocráticos contrata-i.,gaz^cl'delasresol;;;;;"ã"-
mocráticas de la-. ma"a.
ol* v'erdad ee un
de "n"tpontoil'tiei"dàdaee"(ytnroalidad"en"cual4uier
úi"d paq-Genoino
í;;;
La izquierda a.-ãri""ot
r". 'pro*so"4;r"*"
rechaza el principio glt diecrrrso' no
q,re soli exi'gte en ebeÈracto' en
Ìa soberanía p"prr"rïilã" J, ^"^,traat"-"'ã" priva- ,or,"""ïã]"i ú t-úel, sólo el-Runto de vieta de clase
,,d.erechos &cir de ìa propiedad
ind,iú.duab-, es "n
po"a"a""nlir;;;i;r-;;ú daallúnptp"peea'laverdad
da.EstoserióenerrecientcEn*".rt-oa"p.JãiJá"rr-
iËïj:"*ìï#:#rrl};gï*t"*tt$Ëx;ï:*trËïi*everabarbarieinte,ec-
la deoanria- por otro qrr"-.o,,"ãs'u"t
;"] *d' ;;Jl" ;útando Ìa explotación del hombre
.Ei
universaì de
ooï.5"-ni" p* ,r rroliü"ã-v Ì; fiü; sociâl'que esta
explotación
vaÌor universar de ra sobcranÍa popuraro. ^"igtin'".;J"" úõ;ì;" metía8' lã humanidad podrá
paìmario deì repudioirquisdistaalasob*;;;;pt'ï;; a"r.*arãJio" "r"JiÃie" o*"neionee deÌ ser humanoo'
a t""antar lïil:tg"" *socinlrewç s4 un sob
es ej cerrado reeha-ro da Genoino del
*fuera colìor- oontra el ncl'mo ile la inmens;;õ;; rvra"-ttr"li"ãìJi*T;;id;d en re-
brasrfena- p"r""poi i"*ïr"" if"t"."o rtis!órìco de la URSS
delasrevolucio' ïtú" A J"plái"*" a"lql:Ï4*"la-çqnsglidación de la
de ra pobÌación no una pretendida
Genoino no abrazato'más a'anzado tot*ìit""in'- la 9auçq de
nes burguesas-. Toma partido por.Iocke
.orrltr" Roo"- "rdsión
hizo fuerte medialte el
Robespierre,#ï;""o"d; pt'"*1"iu'"JïUnS$111" "e
seau, poÌ ltirabeau-ot" aristocrática i"ï'*a"' a*p"*"ot''pocosoci*listâdesacarle adiezparasatisfa'
fu.ndadnres'd. f" a.-c"tia
paine, por ìos owhi6s, contra ,"r"orroïtl"l"út"ky,LaRevoluciónlraicionada)'
nnu&u? utopía" porle'éticd'
unidos contra rbomas r":u"tiãtttìórl ã;#t
cromweìl.
GenoinonotomalnrtidoporÌarevoluciónsinoporelpuedesonarìemuyblertaGenoino,pôtro08tÍpicamenue
Thermidor: por er rbermidor burgués
q"" iiq"ião r" i"taiti.,í"q""a"au."-losdeberesmoJalesdelhom- Y C'onoino
t";;;; bt" d"il'i#,i;L-utUl q: ": prooia cabeza'
democracia en Francia 1 7tlt) '"tar"*"o;*
( Jcã"loa"'f progresiva dc log
,calores-.el derecho de propiedJt J/ oË a no tiene la i"to.tttamenta
cia de sus
a*-*ruãl JJãii.u ""totoaoir"iãprinçiploç r".qr*u* d"t eiglo xvul que también
Thermidor soüético, que liquidóla e Par6r de Ìarazón' Pgro Para
con eì objetivo a" *o;;úúï los.d,,.l,,s
irrairia".,t"t; d"d,.rjr"on sus suyos del
de Ìaburocracia esrâbrecidos enra
consu*.loï.ã',ri"- "p""i,"r"" "i"iiãããíúuir"oouededudalos el punto de
(derecho a ìa propiedaa pri.,.a" ãlï* úi"rr""
a"r""l,o"ãiiiïl' oïã:qi $9dB d" gue desde
na de 1936
etc.). virta pr#'r'iio ffi"{e.."t %nündi'ttc*\ twcionali
de consumo, derechc de herencia, pare enradicar al teu-
,ino u'ru á.ict"dura r'evolycionaria
como todo thermidoriano, Genoino es
un restaura-
cionista'EìThermidorburguésconcloyo"'ü"""úo,u.dalisrnoyalamo4arqrlÍa.
gf dt;;iú;.u*t9nt11y"*r*uniu*eorqueintçgraría
ción borbónica; eÌ soviéüco en Ìa
pr"t"*ioïã;il;;;- "utopíc'que al'
cracia de restauÌar la erplotació" .rpit ri"ã Jã" q"", tu'^**ïiíu"J"rir"at*u.*cia"runa sigros' La
Genoino dãfiende t
en nomur" oeroË usúu- *"0 ",i Ino-iciã-rÌ p1"a*ta hacc algunos
i"ã"rà1"-
naturarmente,
reshu,na,,asuniuqsob' [XÍ'i:ii:fnïl*:ruUUliËïlüË']:
sociarismo y democracia i1*trjff:frÏ.i#ir,*xmiË'"ï*:.i:
' f" ttnto, la existencla oprgsores eupone da

,"!,:^:'i,;"*,2:^":x:'i"i"*;:ffi 'ffi$;"ï:iffi ïËir:ffi , v ú"

ffiï'üffi n"ï"jï#:f*"
ï* p"il"""J"'nttsf* spgçndm"Donde hay eqcialimo
Genoinohablade"fundar(es decir, creard;ütaã;;; ,roriuvï"rtïïï,uú*úh#p{p, oohty'çppiaüsmo' La
sociedad socialisra"- apenas es una
f"rá;;ì;át"i

en defensa del Manxügmoo
pretensión de que el socialismo arribaría por Ìa úa de la
"radica.lización" de la democracia es una estafa política
que sólo sirve para consolidar la explotación burguesa.
Genoino se define como "radicalmente democráticoo
en oposi ción a\ " totalitarisrno" marxi sta. Pero lqué tiene
de democrática su defensa deì régimen democrático? La
democracia es Ìa expresión mistificada de Ìa dictadura
del capitaÌ, que dice gobernar en nombre delas*mayo'
ríos" pero las priva sistemáticamente de las herramien-
tas parahacervaìer su voluntad. Lamistificación deì Es-
tado democrático es el*cotnplcrnento" polítrico de Ìa mis-
tihcación social del capitalismo, según la cual al obrero
selepaga*todo sutrabajo" y no sólo unaparte de éÌ. Una
y otra mistificación pretenden velar la esencia explota-
dora deÌ capitalismo y la esencia represoÌa del Estado.
Genoino exagera, naturalmente, cuando aseg:ura
que, con eì desarrolÌo del Estado demoerático, el dominio
de la burguesía deja de ejercerse por medios represivos
para apoyars e "crecientemente" enla dominación ideoìó-
gica. Pero srla*dominación ideológico"tiene algún sen-
tido (Ìa dominación es una categoría política, las ideas
son expresión, en cuanto tales, del desarroÌÌo social en ge-
neral), sóÌo puede significar que encubre una expìotación
social y una opresión política. Aún con los organismos re-
presivos en hibernación, el Estado democrático desarro-
Ìlado (ta od.etnocra.cia
a.uanzadao de Ìos stalinos) conti-
núa siendo la dictadura del capitaÌ. Si esto es así es ne-
cesario entonces desenmascarar esa ideología encubri-
dora de la explotación y de la opresión, 1o que provocará
la aparición del gendarme; incluso si no es desenmasca-
radá, los explotados y los opúmidos tenderrán a enfrentar
empíricamente a sus üctimarios; en determinado mo-
mento la represión es ineütable.
Pero no ha si do l a lÌamada "dominación ideológica" lo
que ha permitido la duración del capitaÌismo en el tiem-
po, sino ìa posibilidad (y ìa necesidad) de su constante re-
producción social. Los indiüduos de una sociedad cuyos
lazos se reconstruyen y reproducen sin cesar, como una
fuerza que parece nacer de ellos mismos aunque no ha-
yan asistido a su inauguración y quê por 1o tanto no lo
producen ni reproducen concientemente, no necesitan la
dominación ideológica para adaptarse a ese régimen
social, porque esaodominaciótt ideolÁgica" la producen
ellos mismos sin que necesiten para elìo Ìeer a Genoino
Neto. Claro que Ìa reproducción social en una sociedad
diüdida en cìases es inseparable de su contrario, de la
tendencia aÌa disÌocación social. Los lÍmites históricos de
la reproducción social del capitaì, y por consiguiente la
tendencia creciente a la dislocación sociaÌ, entran en
contradicción con eÌ desarrollo democrático del Estado,
9s decir con sus posibilidades puramente mistificadoras.
Cuando más universaÌ es eÌ desarrollo del capitalismo,
mayores son Ìas condiciones para la democracia, porque
mayor es la capacidad de someter a ìos explotados y al
conjunto de la sociedad a una coerción social que les es ex-
traõa. Pero precisamente cuando Ìas condiciones de la
democracia han alcanzado ìa madurez, menores son s!!s
posibilidades de desarroìlo, porque con la universalidad
del capitalismo también se universalizan sus contradic-
ciones. Es decir que ìa democracia desanollada está
obligada a llegar tarde, y aún más ìos demócratas recon'
Abril de 1992. aõo '1 . Ne 3
vertidos a la Genoino. El agotamiento de Ìa democracia,
es decir, eÌ debiÌitamiento agudo de las posibiÌidades de
reproducción social del capitaÌ, debe abrir paso al gen-
darme, recurriendo a Ìa úÌtima mistificación que se
puede explotar en Ìos seres humanos, ìa superstición
(miedo) en las armas.
Es por todo esto que Ìa dominaciôn"crecientetnente"
ideológica de la burguesía va acompafrada del fortaÌeci-
miento sin precedentes de ìos aparatos represivos en
todos Ìos Estados burgueses (alcanza para corroborarlo
la Ìectura de los presupuestos fiscaÌes de cuaÌquier país)
y Ìa anexión a las instituciones represivas"cltísicas" de
un sinnúmero de instituciones nuevas: educacionaÌes,
científicas, reÌigiosas, depoúivas, aÌgo compìetamente
necesario, si se lo piensa, ante el avance de ìa electróni-
ca, de la sicologra, de la química y de los medios de comu-
nicación masivos. El espionaje y la manipuÌación de la
conducta humana no podrían prescindir de semejantes
auxiliares. Eì Estado de la democracia m oderna es, en-úo-
dns-la-dos, un Estado policiaÌ.
"Comunidad organizada"
En cada página, Genoino reitera que la"dentocracia"
ser{a la vra para llegar al socialismo, pero no se moìesta
en explicarpor qué ese "uclor hu'mano"ha sido el vehícu-
lo del saqueo inmisericorde de América Latina y de un
verdadero "genocidio social" , sea cual fuere eì partido go-
bernante, desde eÌ "neo-liberal" CoìÌor hasta el "socia lde'
mócra.tcr." Carlos Andrés Pérez' Genoino califica a Ìa
dialéctica como un "dogtna", por eso es incapaz de com-
prender Ìa identidad-contradicción entre la forma (el
régimen poìítico) y su contenido (la poìítica de descargar
el costo de Ìa crisis capitaÌista mundiaì sobre Ìas masas).
Asíla"democracia", para cumpÌir la misión que le han
impuesto el imperiaìismo ylas burguesías nacionales de
América Latina, tiende a Ìiquidar sistemáticamente las
conquistas democráticas y de organización que han
ganado las masas y que les sirven como una defensa fren-
te al saqueo capitaÌista (regÌamentación deì derecho de
huelga, concliliación obÌigatoria, preúsión sociaÌ, etc.) y
aún a convertirse en "dictaduras ciuiles'que gobiernan
por decreto.
El desprecio de Genoino por los resultados sociales
del proceso poÌítico democratizante constituye, por sí
mismo, una expresión de bancarrota ideológica incon-
fundible. Claro que si la verdad no es concretã sino "tot
proceso", el fracaso de la democracia no sería ni cierto ni
verdadero, ni hoy ni nunca, de modo que da Ìo mismo que
su contenido de cìase sea éste o aquél, Ìo imporüante es
que permita cobrar una dieta de diputado u honorarios
en una Fundación.
A la hora de defrnir los "eÌementos constitutivos" de
la "nueva utopía", Genoino sef,ala, además dela"demo'
cre.cia", un conjunto de reÌaciones sociaÌes pÌenamente
capitalistas: propiedad privada, benefi cio y acumuìación
de capitaì, inversión externa, mercado, funcionamiento
de una BoÌsa de Vaìores, potestad de Ìos capitaÌistas de
despedir trabajadores, "una cierta diferenciación social"
(un ejemplo d e esLa"cierta diferenciaciórtsoçlol"lo dio re-
cientemente eÌ propio Genoino en un reportaje
-Veja,
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3 en d.efensa del Marxflsmoo

2?/LL- donde a{ìrmó que el "salarl
do sería de 8.000 cìói ares. ;unas Coscientas veces
al salario mínimo que é, aprobó en eÌ Congreso!) y,
Íinaìmente, "Ìa exis:e ncl a d.e e:rpresarios y asaÌariados",
es decir de expÌotadcres 1- explctados ("pluraÌismo so-
ci al").
Esta organizac'-,-:: s: ::'-,,' poìÍtica pÌenamente capi-
talista permitina. s=-:. G::-r::0. *el acceso de Ìa pobÌa-
ción a derechos fu:- i:::. =:-:a- e s: ei derecho a ìa aìimenta-
ción, el derecho al e::: : -. :.- iescanso, a Ìa educación, a
ìa saìud ...". Cua::i: ;. ::::e''.stador Ìe hizo notar que
esos derechos teó:--: - s :s:.; I :asciptos en la actual Cons-
titución brasiÌei a ; er : :'*. :ì : 3:ar anti zan nada, Genoino
le respondió que -És ::::-:.: es:ablecer una nueva reÌa-
cióndeÌasociecaj : :--- :s :: ì::echos": laculpaesdeÌaso-
ciedad, es decir. je --:::asas. Por eso Genoino va a
repetir en eÌ fol-e:: ;: a ::e:, t1,i)'cara alos"pedagogos"
y políticos de jz:.:: =::: :: -i::énca Latina: hay que "ci-
ülizarÌa concra: ::: : :,::::a :e.os de abajo". Serían "los
d.e a.bajo", en:? I :. s. ., -. i - : arc s responsables de Ìos crÍ-
menes y 1as ::r:::.. :: . as :-:in-ias décadas, o de ìas ex-
travagancias p ---:,: =. i= -:s icquistas, en ìo que aÌa iz-
quierda se re=.:: - : ::-pa cclectiva deÌ pueblo es un
planteo las: : :: :. - s :.. -, :-,s::.
hecho pr:;l:, I:: -a -:::::a- de Genoino esa"nuevareÌa-
ción" no es :::i:-:: :iÊ -'a existencia de normas de-
mocrática--- Ës:rt:::: '; ::=c:sas que determinen eì ta-
maõo de las e:r::=s. s ;::-,'adas. que pongan ìímites a la
inversión. a, b::,.i,:-: :rr-aic 1' aÌ funcionamiento de la
Bolsa, que -i:-::e:- -:" ::".a,i:siio del mercado" y que,
sobretodo. re:-'::e::::. -,s :lrflictos entre los expìota-
dores y los er;-::.j -: ::- :.:erencia a Ìos despidos y los
salarios.
E1 "iiea i= l.:: :,: :-'lscÌutamente reaccionario
':
o ideal" de:un diputa- porque impÌicala regimentación deì conjunto de Ìas rela-
superior .ion"= .o.iuÌ.s por parte del Estado y la estatización áel
conjunto de las organizaciones de las distintas clases
sociales. En oposición aÌ marxismo, que considera aì
Estado como un producto deÌ desarrolÌo social y de Ìa
diüsión de la sociedad en cÌases, para Genoino la socie-
dad es una creación deÌ Estado. La"r.rtopío" de Genoino
es un a versj ó n "po st - ntodenta " y " de nrocr tí ticn" de la teo-
rÍa de la "cottttutida.d organízada." de Perón'
Perola"líntìtación tlentocrótica" del capitaÌ no es una
utopÍa sino una tontería, que ha fracasado en todos y
cada uno de los Ìugares en que ha siclo puesta en prâctica,
EÌ arbitraje estataì capitaìistajamásha podido superar
las contradicciones del régimen sociaÌ que cìefiende ni Ìos
choques enfre las distintas fraccjones de Ìa burguesía
nacional y entre ésta y eÌ imperialismo. El Ìímite histó-
rico a Ìa acción del capitaÌ y deÌ mercado ìo ìmpone ìa
cìase obrera cuando se organiza como clase, aÌgo que
Genoino rechaza por "estrecho".
Lo que reaÌmente queda en pie de toda ìa "utopía" es
Ìa pretensión de castrar y estatizar las organizaeiones
obrerasyregimentar súsÌuchas. Genoino 1o tiene muy en
ciaro cuando ataca el "corpora.tiuisrtto" (como Genoino
J^.Ìe Ì os democratizantes han denomina a Ìa defensa de Ìos intereses de cÌase) de Ìas
bases del PT y de Ìa CUp va que "está superado y no pue-
de transformarse en eJ ideario de un partido que va â
gobernar toda ìa sociedad". Por eso, Ìe asigna al PT ìa
tarea de "ciüÌizar ìa conciencia poìítica de los de abajo",
dejando en cìaro que "no (responde a) una visión
excÌusivista (es decir, en beneficio de los de abajo) sino
con un proyecto para eÌ conjunto de la sociedad", capita-
lista cÌaro.
Luis Ouiedo

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e t##rfrÂ
Una historia ffie *tËfr$*ru#e

del PT Ëffi
.
A lógica da drÍe'ença' aC Parfido dos res). Moacir Gadotti y Otaviano Pereira" ción comentada de Ìos principa.es
Trabalhadores na ccnslrJçac da demo- Sao Paulo. 1989. Cortez Editora. documentos poìíticas del Partido,
cracia brasileira), Margaret E. Keck. Sao desde los manifi estos fundacionaì es
Paulo, 1 991 . Fd. Atica (0rìginal: Yale Uni- La historiado r a y "bra zílianí st a" hasta la pÌataforma electoraÌ de ìa
versity Press,"The Workers Partyand de- americana Margaret Keck reúne eÌ campafla presidenciaÌ de 1989. Adi-
mocratization in Brazil"). resultado de una investigación de cionaÌmente, los dos ljbros intentan
una década sobre Ìa clase.obrera formular una interpretración res-
* "Pra que PT". (Origem, Projeto e brasilefra y el Pl. El voÌumen de pecto del papeÌ deÌ PT en ìa
Consolidaçao do Partido dos Ïrabalhado- Gadotti y Pereira es una recoPiÌa- historia deÌ Brasiì y de su moü-
 en detease ael Manxfre@@
miento obrero.
Los orígenes
Luego de estúlecer el marco
lústórico del gran ascenso obrero
que se produce entre 1978 y L979,
Keck Èitúa al sindicalismo natúénü-
co' --que Lula integraba- como
uqa de las fraceiones dirigentes de
los sindicatos burocráticos. Keck
relata el ingreso de Lula a la comi-
sión directiva del Sindicato Me-
talúrgico de San Bernardo luego de
ser cooptado por el "pelcguismo' y
destaca su desconfianza en las opo-
sisiones sindicales fabriles: "Lula
creía que la tarea más importante de
los militantes obreros era consegúr
ganar el control institucional de los
sindicatos, afirmando que las orga-
nizaciones de base en las fábricas
tenÍan poca representatiüdad y no
tenían sentido sn una situación au-
toritaria" 1p. 65). En esas condicio-
nes era natural, sef, ala Keck, qrie las
primeras conÍlagraciones huelguÍs-
ticas de esa etapa, impulsadas y-or-
ganizadas por el activismo fabril,
sorprendieran ala dirección sindical
oauténtica'. Cuando, en 1979,
más
de tres millones de trabajadores
brasilef,os paraìizan su trabajo, los
sindicalistas oa.uténticoso u so conür-
tieron en una especie de grupo de
asesor{a, ayudando en algunos casos
a la negociación entre los líderes
sindicales y sus bases en rebelión"
(p.81). La direqsiónes oauténtica.s'
procuraron pilotear aquel ascenso
obrero, pêro no eran la expresión
natural del mismo. En la gran huel-
ga salarial metalúrg:ica de 1.979,
Lrrla ya había logrado canalizar al
movimiento obrero, desplazando a
la oposición sindical dirigida mu-
chas veces por nostálgicos del fo-
quismo. Sin embargo, "luego que el
gobierno interviniera el sindicato se
decidió volver al trabajo y esperar a
que las cosas se enfriasen por 45 dÍas
antes de retomar la huelga, y mien-
tras continuaban las negociaciones
con los patrones. Pero la
tensión
crecÍa-relata Keck- y se transfor-
maba en fiebre: los trabajadores
estaban preparados para retomar el
moümiento en cualquier momentol
Los patrones ofrecieron un irrisorio
6%,y "IÃay otros dirigentes eindi-
cales debieronir ala asambloa delos
huelguistas (...) Lula describió aque-
lla asamblea como el día más difícil
de su üda. Después de una conme-
moración deì himero de Mayo de
150.000 personas, toda la ciudad
estaba moülizada. La asamblea
esperaba que Lula les trajese un
acuerdo favorable o, si no, que conti-
nuase dirigiéndolos. Por eì contra-
rio, y después deì discurso de otro
dirigente sindicaÌ en favor del acuer-
do, él pidió un voto de confianza a la
dirección del sindicato y terminó ob-
teniéndolo" 1p. 82).
Mientras tanto, en el plano polí-
tico, los sindicalistas "autérúiços'
discuffan, precisamente, sus pasos
futuros con la izquierda del Movi-
miento Democrático Brasileflo
(MDB). En 1978, el sindicato me-
talúrgico de San Bernardo había
apoyado para senador al intelectual
democratizante Fernando H.
Cardoso. "Lula Keck- lo
-relata
calificó públicamente como 'una. re-
serua mora,l' de la sociedad, y el sin-
dicato fue a las puertas de las fábri-
cas a hacer campaãa para Cardoso"
(p. 69). Keck relata, luego, las nego-
siaciones entre los "auténliros" y los
políticos de la izquierda emedebista,
en torno de la formación de un
paúido "de base popularo: uAunque
Ìas propuestas de que el partido re-
presentara los intereses de los asala-
riados y oprimidos en general co-
rrespondiesen a sus deseos, la posi-
biìidad de aeuerdo acabó por desva-
necerse debido a las diferencias de
apreciación tanto de la estrrrctura,
que daba lugar a las oportunidades
políticas, como de ìaidentidad e inte-
reses de los gruposinvolucrados". La
posibüdad de un acuerdo con la iz-
quierda del MDB se disipó en torno
de disputas organizativas, no tuvo
un carácter de principios.
Una vez lanzado el PI, muchos
"políticos" del MDB no tardarían en
acudir a él pãra"relanzar'sus carre-
ras políticas: "el grueso de la afilia-
ción de los parlamentarios --dice
Keck- üno después de mediados de
enero de 1980, cuando una disputa
sobre elecciones internas en el MDB
de San Pablo hizo que algunos
miembros de la tendencia popular
siatieran que'estaban siendo margi-
nados de la dirección del partido"(p.
100). Los cuadros "políti.cos'del PI
fueron reclutados en las Íïlas de la
Abril de tr992 . afio'l . Ne 3
burocracia carrerista del partido pa-
tronal que hacÍalas veces de noposi-
toro en la división del trabajo esta-
la dictadura militar.
blecida por
Hasta aquí no se ve ninguna
*diferencia" en la formación del Pl
aunque sí mucha "lógica'.
El PT y los sindicatos
Keck sef,ala que en el comité pro-
PI que se constituyó a mediados de
1979, "aunque estaba compuesto ex-
clusivamente por líderes sindicales,
sus miembtos esi,aban actuando
como indiüduos y no como represen-
tantes de sus sindicatos. Esta distin-
ción se convirtió en un elemento im-
portante en el debate sobre lamane-
ra de çrear el partido" (p.8a). Más
tatde, en el encuentro con los políti-
cos emedebistas, "Lula argumenta-
ba que eì PT no debería estar forma-
do por los sindicatos como institucio-
nês, ya que eso podría comprometer
ìa autonomía sindicaÌ; los debates
sobre eì partido deberían tener lugar
fuera delossindicatos, sin exigir que
sus líderes apoyasen al PI'(p.86).
Esta posición es un reflejo muy
agudo de la conciencia que los diri-
gentes sindicales tenían de susinte-
reses burocráticos. Al separar al
sindicato del partido, la burocracia
ratificaba su voluntad de no permi-
tir ingerencias de ningún tipo en el
aparato, que elìa controlaba férrea-
mente con el concurso de la legisla-
ción estatal. Al mismo tiempo que
afirmaba su posición de únieo repre-
sentante obrero en el nuevo partido,
esta misrna burocracia lo converffa
en un grupo de presíón de susintere-
ses ante las instituciones estatales.
El régimen militar se encontraba
por esé entonces en una "fasg d,e
transición' hacia la " d.emocra.cia" 1o
cuaì iba a comportar una modifica-
ción en todas las instituciones, in-
clúdos el Congreso y los sindicatos.
Estas afirmaciones fundaciona-
les caracterizan al "PT das origensn
como pequef,o burgués, de ningrin
modo como proletario o soeialista.
' Los dirigentes petistas procura-
ron, desde el vamos, diluir eualquier
fisonomía cìasista deÌ partido a for-
mar. Afirma Keck que'a comienzos
de 19?9,labase sindicaì del partido
(a formar) se había comenzado a es-
treúar". El,Hl surgía como un com-
Abril de 1992. afio 1 . Ne 3
promiso entre la dirección 'auténti-
napartabon enncientemen-
ca"
-que
te de este proceso polÍtico a las orga-
nizaciones de masaE que dirigía- y
un conjunto de grupc de izquierda
açtuantes en eÌ principal parüido
patronal aunque en algunos casos
fueran -centristas, ex-foquietas o a,b,c de su estrategia política. Es un
maoístas.
Aì reseõar el punto de vista delos
na.uténtbos' Keck destaca gue
"la
huelga de 1979, según Lulq había
demostrado los Umites de la acción
industrial (sindical) para conquistar
úctorias signifi cativas, los trabaja-
dores precisaban de una organiza-
ción política propia (...) El partido no
debía @nd.ucir a los trabajadores,
pero sí etpresar en la arena política
las necesidades y reivindicaciones
que... iban surgiendo en las organi-
zaeiones sindicales y sociales". Para
los
*auténticos', el FIf no debía partir
de una política de clase frente al
Estado sino hacer política otradcu-
nianista', en donde las "reiuindiae-
ciones obrera.s" serían dgfinirlas por
la burocracia de los sindicatos.
Tanto Keck como Gadotti-Perei-
ra destacan la "compleja y diffcil ar-
ticuÌación" entre el Pl y el movi-
miento sindical de base que se dio
luego en la primera mitad de los '80,
es decir los choques entre las accio-
nes de masas y los militantes de
base, de un lado, y el aparato del
otro. Este procuró Ìlegar a un acu€r-
do con ]os burócratas sindicalee del
PC y con los "pelegos" (agentes del
gobierno) para formar una CentraÌ
Obrera. Pero hácia 1985, seõaÌa
Keck, partir de la coordinasión
-"a sn gtan escala, el creci-
de huelgas
miento contínuo, y las victorias en
elecciones en varios sindicatos consi-
derados como reductos de la Conclat
(de donde se habÍan retiradolos"au-
ténticos')laCLll comenzó a sêr reco-
nocida como la organización sindical
más irnportante".
Aseenso y Crisis
Este período de ascensos y lu-
chas, será gimultáneamente... de
crisis y de reflujo en las filas !eúrs-
üos". Margaret Keck destaca esta
contradicción, y la explica por la
propia relación que eÌ petismo había
establecido cgn los sipdicatos: si el
partido es un mero complemonto
en defensa del Dfianxflsmo
parlamentario de aquéllos, entonces
Keck- aflora cuando las
-razona
ìuchas obreras tefluyen, y se diluye
en los períodos de ascenso huelgús-
tico. Keck no ve en esta dicotomía la
naturaleza conservadora deÌ parìa-
mentarismo deÌ PT y por lo tanto del
ncomplcmento" eÌ parÌamen-
curioso
nrefluye"
tarismo que ante la acción
más bien revela que su
de las masas;
olw.bitat" propio es Ìa apatía de los
explotados.
Los testimonios recogidos al res-
pecto por Keck son elocuentes:
'muchos de los núcleos que habían
sido formados en el período inicial
terminaron por ser absorbidos en
cornités electoraÌes en 1982, para
nunca más ser reconstituídos"
(p.124). Luego, "aÌgunos núcleos mo-
ribundos se reconstituyen en los
períodos preelectorales, para permi-
tir que sus miembros paÈticipen de
la eìección (de candidatos)" (p.133),
pero'el deseo demantener en activi-
dad organizaciones partidarias de
base fuera de las elecciones no puede
ên gran parte ser realizado" (p.143).
En cuanto al crucial problema de las
finanzas, Keck destaca ìa "ineficacia
organizacional en la cobranza de
cuotas a los afrliados", y la depen-
dencia frnanciera "respecto de los di-
putados petistas así como deÌ finan-
ciamiento partidario proveniente
del gobierno" (p.131). Al analizar la
primera campaõa electoraÌ petista,
Keck dice que la tentativa de unifi-
carla fracasó, \r larazín eÌa en gïan
parte financiera". En una entreústa
con el Ìider petista Weìfoút, éste
reconoce que los apelativos a esta-
blecer en cada Estado "un centro de
comando político para todos Ìos can-
didatos en igualdad de condiciones
era el camuflaje ideoÌógico de un
compoúamiento electorero desen-
frenado. En algunos comités, los
candidatos no tenían fondos simple-
mente porque ìos candidatos, que
habÍan acordado contribuir con un
porcentual de los fondos recaudados
en sus campafras para un fondo
común no lo hicieron". La ausencia
de finanzas centralizadas servía de
cobertura paÌa que Ìos carreristas
poìíticos pudieran destinar recursos
a sus campaõas personaÌes, en detri-
mento.de otros candidatos de extrac-
ción obrera.
Tn mis conversaciones con va-
rios líderes petistas a mediados de
1985 Keck- muchos expre-
saron-reÌata
una seria preocupación en
fin
saber si eÌ parüdo duraría hasta
de af,o". En aquel momento, 'era
fáciÌ predecil que el PT pronto voÌve-
ría a disolverse en los movimientos
de los cuaÌes surgió" (p. 268). No se
Ìlegó a taÌ situación partidaria sin
pasar poï un conjunto de crisís polÍ-
ticas. En Ìa campaf,a por Ìas eleccio-
nes presidenciales directas, Ìa posi-
ción del FIl "era que el moümiento
continuase hasta que eÌ gobierno
concordata en convocar a elecciones"
(Keck, 251). Pero cuando el PMDB
renuncia a Ìa campaia por las direc-
tas y se dirige a consag"rar aì dere-
chista Tancredo Neves por medjo del
digitado CoÌegio Electoral, una par-
te de los dipuados petistas
-entre
ellos el Ìíder de ìabancada- rechaza
el;boicot, concuÌTe al Colegio Electo-
raf, vota por Tancredo Neves y ter-
nrina renunciando al PT. Un afro
despues, y en referencia a la salida
de los 'tancredista.s', LuÌa decla-
rará, sin embargo, que "cuaÌquier
persona que hubiera dejado el paúi-
do sería nuevamente bienvenida"
(Keck, 253).
La campaf,a por las directas no
remontó la crisis partidaria: "eì éxito
deÌ PT en movilizarse para una
campaf,a podría haberle dado al
parüdo unainyeceión de ánimo muy
necesaria, pero el resultado de la
campaf,a pareció ljmitar esa posibi-
lidad" (Keck). La desmoralización
posterior a Ìa campaõa reflejaba, en
defrnitiva, la desilusión en la
burguesía "democrrítica".
El otro aspecto de la crisis paúi-
daria es la experiencia de Ìas prime-
ras administraciones municipaÌes
(Dadema, Fortaleza), donde fraca-
sa Ìa pretensión de establecer un
"pod.er popu.la7" 6 de resoìver las
reivindicaciones -populares- en eÌ
marco estrecho de los municipios.
"Consolidación" partidaria
ParaKeck, el punto de partida de
una recuperación de fuerzas deì PI
se ubica en las elecciones municipa-
Ìes de 1985. En medio de un ascenso
de las luchas obreras, la campaõa
petista se destacó" sin embargo, por
Ìa "predominancia de los candidatos
 en defensa del Dfianxflsmoo
de clasemedia'' (Keck). Para Ìahisto-
riadora, la consoÌidación posterior
del Pt se traduce en un conjunto de
progresos electorales y de actuación
parÌarnentaria (constituYentes,
1988, 1989), que explica "por la ban-
calrota del gobierno Sarne/ Y la
"desilusión en el proceso de transi-
ción',.
En este período eì FI decir
de
-al inhe-
Keck- resuelve "la tensión
rente al deseo de ser un partido de
acción y moülización social Y al
mismo tiempo actuar con eficiencia
en el plano de las instituciones polí-
ticas". Esta tensión se resolvió hacia
Ìo que Keck denomina ìa "institu-
cionalización" del PI, es decir, la
consoìidación de un partido'cuYo
futuro depende de su capacidad en
crear un espacio para sí dentro deÌ
sistema político donde pueda buscar
sus objetivos". Es este partido'de es-
tado" el que se volcará ala constitu-
yente para "dernocratizar" Ìa trahsi-
ción, e impondrá ìuego eì 'ordenfts'
cal" en el municipio paulista a cósta
de sus trabajadores.
Uno de los capítulos del libro de
Candotti-Pereira ética petis'
-"ln
ta."-reÍleja cuál es el tiPo de üda
paúidaria que se coresPonde con
nética"
esa orientación: la sefralada
consiste en "Ìavar la ropa sucia en
c&sa'. Todo materiaÌ, en conse-
cuencia, "debe pasar por la aproba-
ción del partido antes de ser pubìica-
do dentro o fueta". La ética petista
consiste en que, "si dentro del paúi-
do todos üenen derecho a voz, en la
relación externa todos deben cantar
manteniendo su voz, pero.como un
coral unÍsono y afinado" (En cambio,
en el autoritario bolchevismo de
Lenin temido por los autores
del
-tanlos militantes y tenden-
libro-,
cias podían êxpresar públicamente
sus divergencias, mientras mantu-
üeran launidad en la acción...). Esta
"ética" de cufro staliniano se tradu-
cirá en la regimentación y proscrip-
ción de tendencias (Causa OPera-
ria).
En cuanto ala composición social
partidaria que se corresPonde con
esta evolución, Keck cita a un soció-
' d"n la consolidación deÌ PT como
logo brasileflo que caracteriza al FII
como "un partido de clase media
asalariada, básicamente de profe-
sionales Ìiberaìes y otras profesio-
nes intelectuaÌes, siendo minorita-
ria ìa proporción de trabajadores
manuaÌes como la de miembros de
las clases aÌtas..." (219).
Petismo y Partido Obrero
A Ìa hora de interpretar al PT Y
su historia, ÌÌama Ìa atención eÌ
desprecio de ìos dos autores por los
factores poÌíticos (subjetivos) que
hacen aÌ desarrolÌo deÌ moümiento
obrero.
Keck asocia eÌ surgimiento del
PI con eÌ intenso crecimiento y con-
centración de la clase obrera brasi-
Ìeía desde mediados de los '60. La
historiadora reconoce la insufi cien-
cia de esta expÌicación "sociológica"
pero no Ìogra superarÌa.
EÌ historiador no marxista es
incapaz de un punto de üsta crítico
con relación a la sociedad existente,
por lo que tampoco puede caracteri-
zar \a conciencia de ìas clases en
cuestión. La clase obrera brasiìef,a
no es, por otra parte, una abstrac-
ción "sociológica" sino una reaÌidqd
histórica, con tradiciones y expe-
riencias. De ahÍ que Keck no perciba
la lucha de tendencias en el moü-
miento obrero, como la expresión de
las tentativas por superar ìa crisis
de dirección del proÌetariado ocasio-
nada por el nacionalismo y eÌ staÌi-
nismo, y que perciba lna"construc'
ción democrática." en cuadros diri-
gentes que üenen deÌ stalinismo o
de la colaboración con ìa dictadura
militar, y que no se han despojado ni
de una herencia ni de Ìa otra.
En el caso de Candotti-Pereira,
el esfuerzo por desvincuìar aÌ PT del
procêso histórico lÌega a la vuÌgari-
dad: según eÌÌos, el PT "no üno a
cubrir ìas ìagunas no ÌÌenadas por
nuestra historia", "ni ìe cabe al PT
ser el heredero más o menos ìegrti-
mo de la historia y de Ìas ìuchas en
elÌa emprendidas",
El borrón y cuenta nueva no es
gratuito, ya que los dos Ìibros saÌu-
"partido de Estado', caPaz de hacer
Abril de 1992. afio 1 ' Ne 3
alianzas con "referentes" de Ìa bur-
guesÍa e integïar estamentos deÌ
aparato estataÌ, esto es, un Partido
dominado por los sobreüüentes
poÌÍticos del nacionaÌismo y el stali-
nismo.
Aì interpretat "sociológicalnen'
le" eÌ surgimiento deÌ PT, Keck sef,a-
ìa que la "población trabajadora que
históricamente dió su apoyo o parti-
cipó de Ìa formación de partidos so-
ciaÌistas o laboristas en Brasil sólo
alcanzí trna'tnasa crítica' necesana
después deÌ período de rápido creci-
miento industriaÌ de frnaÌ de los aõos
'60 e inicio de la década deì '70". Pero
si las posibiìidades de un Partido
obrero dependen simplemente del
peso social de Ìa cìase obrera enton-
ces no sería posibÌe una PoÌítica
obrera duradera. A esa conclusión
ÌÌega Keck, aì sefralar que "Ìas ten-
dencias actuaÌes de la industria
brasiìefl a sugieren una desacelera-
ción ... de Ìa expansión deÌ proleta-
riado industriaì, a medida que nue-
vas tecnologras sean utiìizadas (...)
Si esto ocurriera, el PT puede esPe-
rar una estabilización Y aun una
disminución de su base sociaÌ entre
Ìos trabajadores industriales".
Cuando paúidos obreros euroPeos
se enfrentaron a ese diÌema' "debie-
ron escoger entre mantener su pure-
za de clase o ampli ar su propuesta en
dirección a otros gtupos". Keck en-
cuentra, así, una fundamentación
" socioLógica" parala " consolidn ciótt"
del PI
como "partidn de Estado',
precisamente cuando eì Estado en
cuestión atraüesa una imPonente
crisis.
Pero Ìa necesidad de un Partido
obrero surge deÌ Ìugar histórico que
ìa cÌase obrera ocupa en la produc-
ción, y por referencia a Ìas otras
clases sociaÌes. La relación entre la
cÌase obrera y otras franjas oprimi-
das pequeio propietario, el tra-
-eì
bajador autónomo- no vigne dicta-
da por Ìos censos, sino por Ìos objeti-
vos históricos de la clase obrera la
aboÌición de ìa propiedad
-
Privada
capitaÌista- que son Ìos que pueden
abrirìe un rumbo a todos los oprimi-
dos.
Marcelo Perolta
 Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
Naciones y nacionalismo
desde 1780
de Eric Hobsbaurn
Con sus traducciones al castelÌano y al portugués (1),
eÌ Ìector latinoamericano tiene acceso ahora a una obra
impoúante de Eric Hobsb awn:"Naciones y narionalismo
desd.e 178O". La importancia deÌ tema es obüa. El autor,
a su vê2, es considerado como uno de ìos principales es-
pecialistas del mundo en historia contemporánea- Vin-
cuìado tiempo atrás al PC inglés, Hobsbar*m rompió con
é1, al igual que otros destacados inteìectuaÌes de ese
paúido, que realizaron una importante tarea de investi-
gación ì.ristoriográÍica: Edward P. thompson (1he ma-
king of the english working class), PerryAnderson (Lin-
hagens do Estado Absolutista" Passagens da antiguida-
de para o feudalismo), Christopher Hill (Reform to In-
dustriaÌ Revolutión, O mundo de ponta-cabeça) y otros.
Además de estar vinculados a New Lefb Reüew, otra
característica común de estos autores (que tenían diver-
gencias entre í una célebre poìémica entre
-hubo
Thompson y Anderson) fue la de romper con el dogmatis-
mo staliniano contraponiéndole un anáÌisis de la reali-
dad histórica basado en una enorme erudición. Los
trabajos de Hobsbawn ("A era das revoÌuçoes 1?89-
1848", '.A era do capitaì 1848-1875" y "A era dos imperios
1875-1914") son hoy manuaìes en universidades deÌ
mundo entero, trabajos de síntesis historica basados en
una enorme masa de conocimientos. Fue sobre la base de
esa producción inteìectual que Perry Anderson llegó a
afirmar que la 'crisis d,el marxismo" era un fenómeno
específicamente ìatino, dado que el mancismo eüdencia-
ba una buena saÌud en los países angÌosajones (2).
Se configuró así una especie de'marxistno académi-
co", pata eÌ cuaì, según una opinión típica, "Eric J.
Hobsbawm puede ser considerado el mayor historiador
vivo contemporá-neo" (3). Resta saber si, además de su
erudíción, la obra constituye una verdadera superación
teórica del stalinismo, o sea, si es marxista. La primera
característica del libro que comentamos es, justamente,
I a extraordi naria canti dad de investigaci ones hi stóricas
recientes en que se apoya, y a Ìas cuales Hobsbawm,
como en otros trabajos, procura sintetizar.
(1) EricJ. Hobsbawm, Nacionesy nacionalismo desde 1780, RÍo
de Janeiro, Paz e Terra, 1990.
(2) Perry Anderson, A crise da crise do marxismo, Sao PauÌo,
Brasiliense, 1984.
(3) Carìos G. Motta, "Dois nomes da historiograÍìa inglesa con-
en defensa det ilfiarxflsnao
acionalidades
Los tres primeros capÍtuìos, que seran leídos con
gusto, se refieren a los procesos de formación de las
nacionaÌidades y del Estado-Nación, en Europa. Lo que
queda, sin embargo, es unaimpresión puramente nega-
tiva: la base de Ìa formación de las naciones no fue étnica
ni lingústica. Las naci.ones modernas, sin excepción, se
constituyeron sobre una base pÌuriétnica (frecuente-
mente diüdiendo una'etnia entre varias nacionalida-
des). En cuanto al idioma: "Los idiomas nacionalôs son
siempre construccioneê semi-artificiales y, a veces, vir-
tualmente inventados(...) son Ìo opuesto a ìo que la
mitologra nacionaìista pretende que sean
- las bases
fundamentaÌes de ìa cultura nacional y Ìos moldes de la
mentaìidad nacional" (pp. 70-71). AÌgo que ya sabÍamos
a partir de las mejores investigaciones recientes: en el
caso ejempÌar de Francia, por ejempÌo, el francés sóÌo se
transformó en Ìengua nacional (superando a las lenguas
y diaÌectos regionales) apenas un siglo después de la Re-
volución Francesa (o sea, de Ìa constitución de Ìa nación)
gracias a la alfabetización en masa y a ìa escuela prima-
ria laica, gratuita y obÌigatoria, o sea, gracias al Estado
(4).
Hobsbawm descarta toda problemática etimológica
(no menciona qre "nationes' fue un término usado
inicialmente por Ìos romanos parâ referirse a "otros
pueblas", que posteriormente pasaron a ser designados
por eÌ término griego "barbaros") yÌÌega ala conclusión
de que eÌ significado moderno del término fue, inicial-
mente, político. Digamos que, en sus comienzos, el
movimiento obrero internacionaÌista ya constataba que
Ìa base de la nación no era étnica: "Casi todas las grandes
naciones deben separarse de una fracción de su propio
cuerpo, desprendida de lavida nacional e incorporada a
Ìa vida nacional de otro pueblo, al punto de no pretender
volver a su cuerpo originaÌ", decía Ìa Primera Internacio-
nal (5).
Hobsbawm, sin embargo, se queda ahí, y no nos dice
temporánea: Maurice Dobb e Eric Hobsbawm", Encontros com
a Civilizaçao Brasileira, ne 5, Sao Paulo, noviembre 1978.
(4) Eugen Weber, La Íìn des Terroirs, París, Fayard, 1985.
(5) K. Marx e F. Engels, "The First International", Londres,
Penguin Books, 1973, p. 283.
 en ôefensa del ilEarxflsmo
cuál es la base histórica real de la nación, situada en la
economÍa capitalista victoriosa contra el feudalismo
anacrónico. La disgresión étnico-linguística sirve para
descaúar Ìa definición restrictiva, idealista e histórica-
mente inexacta dada por Stalin:'Una nación es una co-
munidad históricamente constitúda y estabÌe, formada
sobre Ìa base de una Ìengua común, de un territorio, de
una úda económica y de una cultura psicológica mani-
festada en una estructura común. Basta que una de estas
características falte, para que Ì a naci ón dej e de serÌ o" (6)'
En la tentativa de contraponerse al ideaÌismo dogmá'
tico staìiniano, Hobsbawm, como todo el omarrismo
académino',cae en una especie de relativismo, donde los
factores no se jerarquizan mutuamente, culminando en
una incapacidad para explicar nada. Una verdadera de-
finición marxista de nación debe ser historica: ï'as uni-
dades poìíticas y sociales de la antigüedad no eran más
que naciones en potencia. La nación' en un sentido
estricto, es un producto directo de la sociedad capitalis-
ta, que surgê y se desarroÌÌa donde surge y se desarrolla
el capitalismo (...) La burguesía tiende a constituir un
Estado nacional porque es Ìa forma que mejor correspon-
de a sus intereses y que garantiza un mayor desarrollo de
las relaciones capitaìistas. Los movimientos de emanci-
pación nacional expresan esa tendencia ("') representan
un aspecto de la lucha general contra las sobrevivencia
feudaies y por Ìa democracia (...) Cuando la creación de
grandes Estados corresponde al desarrollo capitalista o
io favorece, constituye un hecho progresivo" (7)'
La nación, como todo fenómeno histórico, solamente
puede ser comprendida a paúir de la infraestructura
económica de là sociedad. Esto no significa eìiminar la
mediación del proceso histórico: "La emergencia de
nuevas comunidades calificabìes como nacionales co-
menzó a ocurir en Europa, al final de la Edad Media,
gracias a una convergencia singular de diversos factores
úi rtóri desfavorabl es simultáneamente al manteni-
miento"o",
de la cohesión étnica y al predominio de una
entidad religiosa globalizante. De hecho, Ìa Europa
medieval era Ìa única parte deÌ mundo donde, por largo
tiempo, había prevalecido completamente esa atomiza-
ción ãel poder político entre una multitud de principados
y sefroríos que llamamos feudalismo. En eÌ mismo perío-
âo, los imperios y reinos de China, de India, de Persia y
de vastas regiones de Africa permanecían como Estados,
si no fuertemente centralizados, al menos suficiente-
mente unidos como para que no puedan ser calificados de
feudales" (8). Fue en esas condiciones históricas objeti-
vas que se constituyó eÌ factor subjetivo (ìos moümientos
naciãnales encabezados por la burgrresía, o por su frac-
ción revolucionaria) que hizo de palabra s comooEstado",
"Naciótt" y "Pu'ebla', sinónimos, aunque designificados
diferentes (Hobsbawm se queja de la confusión hecha in-
iciaÌmente entre esos términos, sin percibir el trasfondo
histórico dela"confu'sión"), factor sin el cuaÌ esimposibìe
el surgimiento de cualqúer creación histórica, toda vez
(6) J. Saütin, O marxismo e o problema nacional e colonial, Sao
PauÌo, Ciencias Humanas, 1979'
de emancipación nacional,
izj Ãíat"" Nin, Los movimientos
Barcelona, Fontamara, 1977, pp. 42-43.
de 1992. aõo 1 'Ne 3
que Ìas leyes de la historia no se verifican automática-
mente (como ìas leyes, por ejempÌo, de fisica) sino a
través de la lucha de los hombres, con mayor o menor
grado de conciencia' La nación se fue elaborando lenta-
mente, entre los sigÌos XV y XVIII, gracias a una alianza
entre la potencia polÍtica de la monarquía (Estados
absolutistas) y el creciente poder económico y social de la
burguesía; alianza que, por su propia diaÌécticainterna,
se dãsdobló, transformándose en un conflicto, al final del
cual la burguesía destruyó al Antiguo Régimen y se
erigió en nueva clase dominante, dotándose de un nuevo
Estado, el Estado-Nación.
Marxismo
Solamente interpretando Ìas naciones a partir de su
base económica es posible comprender eÌ fenómeno
(constatado apenas empíricamente por Hobsbawm) de la
universaÌización de la nación, o sea, de la difusión
mundiaÌ de ìa aspiración a Ìa construcción de Estados na-
cíonales, difusión que tiene por base eì propio carácter
tendencialmente mundial de la producción capitalista,
desde sus comienzos. La constitución de un factor subje-
tivo, sin embargo, no se desprende mecánicamente de
t.." económica, sino que torna en cuenta también
""*
factores históricos acumuÌados y decantados a lo Ìargo de
ìos siglos, que son el propio basamento (Tlotsky los lÌama
"conúciones estructurales") del desarrollo capitalista'
Los marxistas se opusieron desde el comienzo alaficción
burguesa del "principio de las nacionalidades", que "pre-
tenáe dar derecho de existencia nacionaÌ independiente
los numerosos restos de pueblos que aparecen en el es-
a
cenario histórico durante un perÍodo más o menos Ìargo,
y que fueron absorbidos definitivamente por naciones
más poderosas que, gracias a su vitalidad, vencieron
todos los obstáculos". Contra esto, Engels citaba el
ejempÌo "de los romenos deValaqúa, que nuncatuüeron
historia ni la energa necesaria para tenerla, Y ltue
tendrÍan la misma importancia que los itaÌianos, dota-
dos de unahistoria de dos mil aflos y de unaütaìidad na-
cional incomparable' (9).
Nos encontramos en eÌ medio de Ia famosa y contro-
vertida cue sti ón de los "p ueblo s hi stór icòs" (aqueÌl os que
tuüeron la energía suficiente para constituirse en Esta-
do en los perÍodos históricos pre-capitalistas) y de Ìos
"pueblos sin historia" (carentes de esa característica),
nacida de los trabajos de Marx y Engels durante ìa
revoÌución de 1848, y cuya simpÌe eistencia revela
claramente que eì marxismo nada tiene de un simpÌe
determinismo económico. Para iìustrar 1a pobreza teóri'
ca del trabajo de Hobsbawm basta decir que pasa por
encima de esta cuestión (y también por encima de los
fundamentales debates habidos en Ìa II Internacional
sobre la "cuestión n'acional') y que se limita a disculpar
a Engels ("totalmente equivocado con respecto de los
checos y "otros puebLos") por ser "un puro anacronismo
(8) Pierre Fougeyrollas. La nation. Essor et declin des societés
modernes, Paús, FaYard, 1987, P. 1?.
iói É.B"ót, "O principio do Íim da Austria", Deutsche Brus'
seler Zeiiung, Bruxelas, 27 de enero de 1848'
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
criticarÌo por postura esencial 0a del derecho nacionaì
su
de los "pueblos históricos') la cual era compartida por
cualquier observador imparcial de mediados del sigÌo
XD(" (p. 46). Hobsbawm asemeja así aì marxismo con el
liberalisrno burgués, y ìo descarta como perspectiva
teórica: es el anü-dogmatisrno transformado en dogma-
tisrno al revés, por obra y gracia de la erudición académi-
ca.
Diversos autores se han quejado de la inexistencia de
una teoría marrista de ìa nación (o del Estado en
general). Generalmente se olvida: 1) Que Marx y Engels
abordaronÌacuestión nacional a partir de un principio de
clase (eì proletariado) y sociaÌ (el comunismo) superador
de la nación, o sea, superador de la organización poìítica
de las reÌaciones capitalistas de producción;2) Se olüda
tambiénlo que fueresumido enÌa juiciosa observación de
Georges Haupt: "Se silencia un hecho capitaÌ: que las
eÌaboraciones teóricas marxistas, preüas a Ìa kimera
Guerra Mundial, se hicieron dentro de un moümiento
largo y diffciÌ, en eÌ cuaÌ se operó un desplazamiento del
tema, de la periferia aÌ centro, desplazamiento debido
tanto a la madurez deÌ pensamiento marxista como a la
eclosión deì fenómeno nacional, y su encausamiento a
partir de 1848" (10).
Para EngeÌs, todo eÌ desarroÌìo de ìacuestión nacio-
naÌ a lo largo deÌ siglo XD( dejó en clam que osin autono-
mÍa y la unidad de cada nación, no habrá ni unión inter-
nacional del proÌetariado ni la tranquila e inteligente co-
operación de esas naciones (...) Para un puebÌo es histó-
ricamente imposible discutir seriamente cuaÌquier
cuestión en tanto está ausente Ìa independencia nacio-
naÌ" (11) (citas de 1882 y 1893). Para el marxismo, Ìa
cuesüón nacional nunca fue la de Ia homogeneidad
étnica o Ìinguística en un soÌo Estado, sino la del desa-
rrollo de las fuerzas productivas sobre la base histórico-
natural de Ìa nación y, a través de eìlo, el desanoÌlo de
la clase obrera y de una üda políticainterna, o sea, de Ìa
lucha de cìases. Las cuestiones nacionaÌes no resueltas y
Ìa opresión nacional fueron siempre, paraMarxyEngeÌs,
obstácuÌos al desar:roìÌo de lasfuerzas productivas y de la
democracia (o sea, al Ìibre curso de lalucha de clases). La
posición marxista fue resumida así por Andrés Nin:
"Actitud democrática consecuente frentre a Ìos moü-
mientos de emancipación nacional. Apoyo incondicionaì
a todo ìo que tengan de progresivo y que sirva a ìos inte-
reses generaÌes del proÌetariado. Afirmación, al mismo
tiempo, de ìa unidad de la clase explotada, por encima de
los intereses nacionales. Todo desvío, en ese aspecto, deÌ
democratismo consecuente, es considerado un desúo
burgués yreaccionario, así como todo desvío de los prin-
cipios de unidad proÌetaria es una manifestación de
influencia burguesa, una sobrevivencia del nacionaÌis-
mo burgués. Marx y EngeÌs reaccionaron enérgicamen-
te contra los que, como Proudhon, consideraban, en
nombre de un internacionalismo abstracto, que Ìa cues-
(10) Georges Haupt, Lhistorien et Ìe mouvement social, ParÍs,
Maspero, 1980, p. 295.
(11) F. Engels, Briefwechsel mit Karl Kautsky, Viena, 1955,
pp. 50-52.
(12) Andreu Nin, Op. cit. p. 47.
(13) Roman Rosdolsky, Friedrich Engels y el problema de los
en d,efense del ilfianxflgnoo
tión nacional era un prejuicio burgués, así cÒmo contra
aquélìos que subordinabanla causa del proletariado alos
intereses nacionaÌes" (12).
Esto no significa aceptar acríticamente todas las po-
siciones tomadas por Marx y Engels frente a problemas
nacionales concretos. En las luchas nacionales de media-
dos deì siglo XDÇ Marxy Engels apoyaron Ìa destrucción
de Ìos imperios muÌtinacionaìes y la constitución de
grandes nacionalidades (Inglaterra, Francia, Italia,
AÌemania, Hungríay Polonia). Rechazaron en bloque las
aspiraciones nacionales de los pueblos eslavos del Impe-
rio Austro-Húngaro y deÌ Imperio Ruso ( excepción, claro
está, de Polonia). Esta posición no fue confirmada por la
historia, en especial en el caso de Checoslovaquie, quo
conocería un importante desarrollo capitalista. En el
más importante trúajo cútico al respecto, Roman Ros-
doÌsky sostiene que "esa concepción (que remonta a
Hegeì) era insostenible y estaba en contradicción con ìa
concepción materialista de la historia que el propio En-
geÌs contribuyó a crear, porque en lugar de derivar la
esencia de Ìas luchas entre nacionalidades y de los
moümientos nacionales de Ìas condicionesmateriales ds
üda y de ìas reÌaciones de cÌase (continuamente cam-
biantes) de los pueblos, encontraba st"última ra.tio" en
el concepto de 'uiabilida.d. nacional', con resonancias
metafÍsicasy que no explican absoìutamente nada"(18).
EÌ autor lo üncuÌa con el error, admitido por Marx y
EngeÌs, respecto aìas posibilidades de expansión del des.
arroÌlo capitaÌista después de las revoluciones de 1848, o
sea como consecuencia de eso; que Marx y Engels creÍan
que sería más rápido el útmo histórico del paso del perío-
do de tenninación de Ia formación de las naciones a un
perÍodo de unificación de aquéÌlas a través de la revolu-
ción socialista.
Algo muy diferente es la crÍtica del"pos-marxisrnoo
Ìatino-americano, que pretende dotarse de una identi-
dadteórica a paúir de un abuso. Lasnocionesde"pueblos
históricos" y "pueblns sin historia" tenían sentido en el
período de revoluciones nacionalês europeas, cuando
ambos pueblos estaban en contacto y choque directo, en
la Ìucha contra eì feudaÌismo y los imperios multinacio-
naÌes. CuaÌquiera que sean las críticas, es imposible ex-
trapoÌar de eìlas Ìa idea de que'aunque Marx y Engels
nunca habían apÌicado la expresión "pu.eblos sin
historia" (a ìos latino-americanos), ella eüdentemente
subyacía en todos sus juicios y apreciaciones sobre el
proceso socio-histórico de América Latina(...) Las verda-
deras causas de su aproximación prejuiciosa a la reali-
dad Ìatinoamericana remiten al propio seìlo del apaÌato
conceptual marxista' (14), Esta super-simplifi cación, a
partir de una extrapolación abusiva, no sólo no ayuda a
entender los discutidos fragmentos de Marx y Engeìs
sobre América Latina (por ejemplo, sobre Bolívar o sobre
la anexión de parte de Mcxico por los EEUU), sino que
también pretende responeabilizar al propio marxismo
pueblos "sin historia", México, Siglo X)ü, (Cuadernos Pasado y
Presente n 88), 1980, p. 127.
(14) Leopoldo Mármora, El concepto socialista de nación,
México, Siglo )Oü, (Cuadernos Pasado y hesente, no 96), 1986,
p.252.
 en d€fensa del üfianxflsmoo
por la impotencia deÌ marxismo latino-americano y, de
paso, cuestionar al propio marxismo a partir de escritos
secundarios: mucha imaginación y ning:rin rigor científi-
co.
Imperialismo
de Hobsbawm enfoca"Las
El cuarto capítulo deÌ ìibro
trançform aciones del nacionalismo : 18 70' 19 18". Culmi-
nado el proeeso de formación de Ìas grandes naciones ca-
pitalistas, su nacionalismo cambia de carácter: "Eì na-
cionalismo étnico recibió enormes refuerzos, en términos
prácticos, a través de la creciente y masiva migración
geográÍìca; en la teorÍa, por la transformación de Ìa raza
en un concepto centraì de las ciencias sociaÌes (.'.) sin
mencionar una situación internacionaì que proveía
abundantes disculpas para sostener manifestaciones de
hostilidad hacia los extranjeros" (pp.131-132). Al final
del período (la conflagración mundial 1914-1918) el na-
cionalismo europeo ya no es mas "un sustituto más suave
para la revoìución sociaÌ (sino)la matriz del fascismo"(p.
153). Como en los capítulos anteriores, Hobsbawm se
ahorra anaÌizar la base histórico'económica de estas
transformaciones.
La transformación del nacionalismo democrático,
anti-feudal y progresista de la primera mitad del siglo
XD( en el nacionaÌismo agresivo, exclusiústa, reacciona-
rio y racista de la segunda mitad, tiene sus raÍces en un
doble proceso: 1) ìa transformaçión de la burguesía en
clase contrarrevoÌucionaria a partir del surgimiento deÌ
proletariado como clase independiente en el escenario
europeo, en las revoluciones de 1848, en especial en Ìas
jornadas de junio enParís. Marx analizó, sobrelabase de
estatransformación, el fracaso delarevolución democrá-
tica en Alemania (Hobsbawm ni menciona esos hechos,
tampoco los célebres análisis de Marx); 2) EÌ proceso de
concentración y centralización de los capitales en los
países de capitaÌismo más avanzado, donde el monopoÌio
tiende a sustituir la Ìibre competencia, asÍ como la
exportación de capitaÌes y la exportación de mercade-
ías en dirección aì mundo atrasado. Cambio que da
lugar al "imperialismo, que es ìa fase superior del desa-
rrollo capitaÌista. En los paÍses avanzados, el capital re-
basó el marco de ìos Estados Nacionales, sustituyó Ìa
competencia por el monopolio, creando las premisas ob-
jetivas para la realización deÌ socialismo"(15)' El nacio-
nalismo burgués de las naciones capitalistas se arma
contra esa perspectiva, que se realiza subjetivamente
con eÌ avance de la organización y de la conciencia deÌ mo-
úmiento obrero, en el último cuarto deÌ siglo XDL
El imperiaÌismo adquiere necesariamente un carác-
ter agresivo y racista, que conduce a la guerra contra Ìas
nacionaÌidades oprimidas y a Ìa guerramundial. Debido
a las desigualdades deì desarroìlo capitalista mundial, le
tocó al nazismo aÌemán expresar al máximo esas carac-
terÍsticas, pero no debido a aÌguna peculiaridad"nacio-
(15) V.I.Lenin, Problemas de polÍtica nacional e internaciona'
lismo proletario, Moscú, Progresso, 1966' p. 114:
-- fascismo,
(16) Láon Trotsky, "Que es el nacional'socialismo', El
Buenos Aires, CEPE, 1973, PP.7740.
Abril de 1992 " aõo 1 ' Ne 3
nal": el irracionalismo hitleriano reconoce sus fuentes en
la Francia "democrática", donde el conde de Gobineau
elabora las tesis de Ìa superioridad racial y donde se des-
envuelve por primera vez eÌ antisemitismo de Estado
(caso Dreyfuss). Frente aÌ desarrolìo internacional de Ìas
fuerzas productivas, el nacionalismo se convierte en un
anacronismo reaccionario, refugiado en Ìos más üejos
prejuicios eÌaborados por Ìa humanidad: "En el terreno
de la economía contemporánea internacional por sus
reÌaciones e impersonal por sus métodos, eì principio de
raza parece surgido de un cementerio medieval (...) Para
elevar a la nación por encima de la historia, se le da eÌ
apoyo de ìa raza" (16).
Cabe destacar que Marx y Engels se anticiparon a
estos desarrollos. Después de las transformaciones refe-
ridas, Marx y Engels voìüeron a apreciar el probÌema
nacionaÌ: "lVÍarx no aprobaba la formación de Estados
nacionaÌes pequeios, y esto está iÌustrado por su actitud
(contraria) a Ìa independencia irìandesa (...) Confi aba en
que Ìas naciones mayores y avanzadas, en especiaÌ IngÌa-
terra, instaurarían el sociaÌismo y emanciparÍan des-
pués políticamente a Ìas naciones pequefras y atrasadas,
conduciéndolas por el camino deÌ progreso económico y
social. Esta opinión cambió en las décadas de 1850 y
1860. No hubo revolución en Inglaterra, y Marx, invir-
tiendo eì orden anterior, sintió que ìaÌiberación irÌande-
sa debÍa preceder al sociaÌismo ingÌés" (17). No se trató
de un cambio puntual, "irlandés', sino de una compren-
sión del nuevo carácter de la cuestión nacionaì, a partir
de la constitución de ìas grandes naciones capitaÌistas.
En carta a Kugelmann, Marx, aÍirma: "estoy cada vez
más convencido de que Ìa cÌase obrerainglesa no podrá
hacer nada decisivo en IngÌaterra en tanto no separe su
política respecto a lrÌanda de Ìa política de ìas cÌases do-
minantes; en tanto no haga causa común con los irìande-
ses; entanto notomeÌainiciativa de disolverlaUnión es-
tabÌecida en 1801, sustituyéndoìa por unalibre reÌación
federaì. Esto debe ser hecho, no por simpatía con Irì anda,
sino como exigencia de ìos intereses deÌ proÌetariado
inglés". Ya en ìa década de 1860, Marx verá en Irlanda,
"Ìa clave de la soìución de la cuestión ingìesa, la cuaì es,
a su vez, ìaìlave de la soÌución de la cuestión eutopea".
En 1864, en Ìa fundación de Ìa Primera Internacio-
nal, uno de los ejes, diüsoria de aguas en el moúmien-
to obrero europeo, será la toma decidida de posición en
favor de la independencia de Poìonia contra el imperio
zarista: es ìalucha en favor de las nacionalidades oprimi-
das, sea por las grandes naciones capitaÌistas, o por los
imperios multinacionales con sobreüvencias feudales.
Veinte aios después, Engels escribirÍa: "Dos naciones
europeas tienen no sóìo el derecho, sino eÌ deber de ser
nacionalistas antes de transformarse en internaciona-
Ìistas: Irlanda y Polonia. Estas naciones alcanzarán el
máximo internacionalismo, cuando sean genuinamente
nacionalistas"(18). René GaÌlissot constata que "desapa-
reció la distinción entre naciones históricas y puebÌos sin
(1?) Solomón F. Bloom. El problema nacional en Marx, El
mundo de las naciones, Buenos Aires, Siglo XXI' 1975' p.47
(18) F. Engels,"Carta a Karl Kautskt',7 de febrero de 1882'
Op.cit.
Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
historia, de modo tal que una revoìución democrática
desembocará en Ìa liberación de las nacionalidades" ( 19).
Se trata de mucho más que eso: se trata de la progre-
siva eÌaboración de una estrategia para Ìa revolución
proìetaria, europea y mundiaÌ. No es por azar que ìos
debates más violentos al interior de Ìa II internacional
*cu.estión
se den en torno dela nacional y colnnial". El
fenómeno ya observado por Marx en el proletariado
inglés en relación a la cuestión irÌandesa, aÌcanzó enton-
ces proporciones europeas, influyendo en la propia sociaì
democracia: un aÌa de la sociaì democracia aÌemana (Da-
vid) se proclamó abiertamente,"social imperialista' , en
tanto eÌ oaustro-ntarrisnro" (Otto Bauer) proponía una
"alrtonomía. cultural" para las nacionalidades oprimi-
das, lo que Lenin lÌamó una "teorización refinada del na-
cionaìismo". EÌ dernrmbe nacionalista de la Segrnda
Internacional durante la primera gueÌTa mundial tiene
sus antecedentes teóricos.
En el medio de esos debates y choques, tocó aì bolche-
úsmo destacarse como fracción revolucionaria, no sólo
defendiendo los intereses históricos del proÌetariado sino
también incorporando todo el acervo teóúco deÌ marxis-
mo, ìa interpretación teórica de la nueva era del capitaÌ.
La polÍtica revolucionaria deì bolchevismo, que le permi-
tió Ìiderar üctoriosamente la Revolución de Octubre,
estaba apuntaÌada en una interpretación teórica gÌobal
de la época del capital financiero (eÌ impeúalismo), que
destacó como su característica esencial la diüsión deÌ
mundo entre naciones opresores y naciones oprimidas
(esto es, la forma en que eÌ capital unificó aÌ mundo bajo
su dominio) con todas sus implicancias para Ìa esürategia
revo lucionaria: "Eì objetivo del socialismo no es sola-
mente la eìiminación del particularismo estata! y de todo
aislamiento de las naciones, sino también su fusión. Pero
para alcanzar ese objetivo debemos exigir la liberación
de Ìas naciones oprimidas. AsÍ como la humanidad sólo
puede llegar a ìa abolición de ìas cÌases a través deÌ
perÍodo de transición de la dictadura de la cÌase oprimi-
da, sólo se puede lìegar a esta ineütable fusión de ìas
naciones a través deì peíodo de transición de una com-
pleta Ìiberación, esto es, la libertad de secesión de todas
Ìas naciones oprimidas" (20).
No se trata, por lo tanto, de una posición aisìada,
fruto de la"itttttición política", sino de un aspecto inte-
gral de una estrategia revolucionaria internacional de
transición aÌ socialismo, con profundos sustentos pro-
gramáticos. En palabras de Lenin: "Igualdad completa
de derechos para todas las naciones, derecho de ìas
naciones a disponer Ìibremente de su destino, fusión de
los obreros de todas ìas naciones: ése es el programa que
eÌ marxismo y la experiencia de Rusia y del mundo
entero enseian a los obreros". Para Hobsbawm, la cues-
tión nacional fue apenasun eÌemento que"Lenin, con su
habitual ojo penetrante para las reaÌidades poÌíticas,
transformó en uno de los fundamentos de la poìítica
comunista en el mundo colonial" (p. 147). O sea, que el
antimperialismo serÍa apenas un elemento empírico,
(19) René Galllissot, t[ación y nacionalidad en Ìos debates del
movimiento obrero", in: E.J. Hobsbawm et alíi, Historia del
marxismo, vol. 6, Barcelona, Bruguera, 1981, p. 167.
en d.efensa del Dfianxflsmao
aisÌado y accidental, de una política con otros fines que eì
fin de la opresión nacional.
Esta incomprensión absoluta de la diaÌéctica de la
cuestión nacional (y de su asimiÌación por el bolchevis-
mo) tiene su raíz en la ausencia de Ìa noción de imperia-
lismo en su análisis de ìas naciones: eÌ imperialismo,
simultáneamente, unifi ca la economÍa mundial creando
Ìas bases materiaÌes para la superación de los Estados
nacionales, pero hace esto con métodos tan anárquicos,
que exacerban la opresión nacionaÌ en todos los planos,
tornando más ügente que nunca la lucha por Ìa eman-
cipación nacional, con totaÌ independencia deÌ carácter
del régimen poÌítico de Ìos países coÌoniaìes y semicolo-
niaÌes (que tienden a ser dictatorialesjustamente debido
aÌa necesidad que crea el mantenimiento de ìa opresión
imperialista). Hobsbawm ignora esto. Para éÌ, debido al
carácter mundiaÌ de la economía actual, una nación no
pasa de una "comunidad imaginaria". Pero constata: "El
llamado en favor de una comunidad imaginaria de la
nación parece haber vencido todos Ìos desafíos, sobre
todo en aquellos lugares donde Ìas ideoìogas están en
conflicto. Qué otra cosa podrÍa haber lanzado a Argen-
tinay a Ingìaterra aunaloca guerrapor un pantanoyun
pastizal accidentados y ásperos sino ìa soÌidaridad que
emana de un'nosotros'imaginario, en oposición a un
2llos'simbólico" (p.195). Hobsbawm no sabe, porque
ignora en la guerra de las MaÌünas (además de su
dudosa interpretación de la importancia de las islas, que
no está de acuerdo con lòs estrategas miÌitares) eì ataque
deì dispositivo militarimperiaÌista (ìa OTAN) contra
una nación oprimida.
El stalinismo significó ìa negación teórica y política
deì Ìeninismo, porque fue ìa expresión de una capa social
ajena y hostil al proÌetariado (la burocracia). Pero el
virus stalinista (Ìa presión de los aparatos) afectó a
mucha gente, sobretodo en la segunda posguerra, incÌu-
sive corrientes de izquierda, hasta
*trotskisto.s'. De aÌlÍ
suincomprensión de la política antimperialistabolehevi-
que, y su perpetua oscilación entre eÌ seguidismo a ìa
burguesía nacional y el neutraìismo pro-imperialista,
éste último ha sido la característica de casi toda Ìa
izquierda mundiaÌ (inclusive, insistimo s, "trotshista") en
el conflicto de Ìas Malvinas y, más recientemente, en la
gueÌTa deÌ Goìfo Pérsico. La Tendeficia Cuartainterna-
cionalista (y el Partido Obrero) por eÌ contrario, se distin-
guió, en sus documentos programáticos, por la asimila-
ción de la herencia bolcheüque (marxista) sobre la era
imperialista del capital: "En esa época, en que el movi-
miento revolucionario de las coìonias coincide objetiva-
mente con el moümiento de la revoÌución proletaria
mundiaÌ,la relación entre eì trotskisrno y los auténticos
movimientos revolucionarios antimperiaÌistas puede de-
finirse en ìos términos deì Manifiesto Comunista: 1) en
Ìas diversas etapas del desarrollo de ìa Ìucha contra el
imperiaÌismo, los trotskistas representan siempre en
todos lados los intereses del moümiento en su conjunto,
esto es, por la emancipación, no sólo nacional, sino de
(20) V. I. Lenin, Obras CompÌetas, vol. 20, Buenos Aires,
Cartago, p. 20.
 en defensa det ilfianxflsmoo
toda forma de explotación; 2) en cada lucha nacional
combaten por la unidad del movimiento revolucionario
colonial con eÌ proletariado internacional" (21).
Las tendencias objetivas deì imperialismo chocan ne-
cesariamente con ìas tendencias subjetivas de la nacio-
nalidad oprimida, creando (así como eÌ capitaìismo crea
su sepuÌturero, eì proletariado) el "sujeto de Ìa auto-
determinación". Como fue bien observado: "(Para Lenin)
donde. existe un moümiento popuìar'qae siente ser otta
naciótt', ya está definido el sujeto de ìa autodetermina-
ción. A diferencia de los autores que van tomando distin-
tos trazos diferenciados para caìificar su especificidad
nacional, Lenin enfatiza una descipción amplia de las
modalidades de protesta" (22).Pata eì proletariado, se
trata de conquistar un ìugar dirigente en eì movimiento
nacíonal antimperiaÌista, haciendo eì eslabón con Ìa
lucha socialista mundiaì de la clase obrera.
Nacionalidad y Socialismo
De lo dicho hasta aquí queda claro que la poìítica
puesta en práctica por la Revolución de Octubre (Ìa
independencia de las nacionalidades oprimidas por el
Imperio Ruso) no fue un mero recurso táctico (nocivo,
según Rosa Luxemburgo, alos intereses de la revolución)
sino que estaba basada en tazones estratégicas de prin-
cipio. Se comprende el juicio de Tlotsky: "Sean cuales
fueren los destinos ulteriores de Ìa Nación Soüética, Ìa
poÌitica nacionaÌ de Lenin ingresó para siempre en Ìa
materia sólida de la humanidad" (23).
El stalinísmo debutó rompiendo con el leninismo en
torno de la cuestión nacional (Stalin Ìlegó a criticar aì
moribundo Lenin, en el Politburo, por "liberalismo nacio-
naÌ"), al favorecer una política chauünista gran-rusa
para resolver el conflicto con los comunistas georgianos.
Lenin rompió con Stalin, escribiendo que "nada atrasa
tanto el desarrollo y la consoÌidación de la solidaridad de
clase como la injusticia en eÌ terreno nacionaì. Nada
ofende tanto al componente de una nacionalidad como eì
ataque al sentirniento de iguaÌdad por sus camaradas
proletarios, aunque lo hagan por negÌigencia" (24)' PÌe-
namente desarroìÌado, el staÌinismo iría aun mas lejos,
pasando de Ìa "negligencia' aÌa opresión burocrático-na-
cionaÌ (rusa), incluyendo deportaciones y asesinatos en
masa.
Hobsbawm comete un espectacular abuso histórico
aÍirmando que eÌ final de Ìa I Guena Mundial presenció
ìa victoria de la'ïdeología leninista-wilsoniana" de auto-
determinación nacional. Asemejar Ìa poÌítica de Lenin
(la revoìución) a Ìos 14 puntos de Woodrow Wiìson (pre-
sidente de los EEUU) por su semejanzafotmal, no es sólo
oÌvidar el ataque de todas las potencias imperiaÌistas
contrala naciente URSS, sino también ignorar Ìa utiÌiza-
ción, por primera vez a escala mundiaÌ, de Ìa poÌítica de-
mocratizante (la autodeterminación nacionaÌ equivale a
(21) Rafael Santos, Destmyamos Ìa provocación de Just-Lam-
bert. Ed. Poìítica Obrera, Buenos Aires, 1979.
(22) Jaúer Villanueva, "Lenin y las naciones", Madrid, Revolu'
ción, 198?, p. 287.
(23) León 'Í\otsky, Histoire de la Revolution Russe, Paris,
Abril de 1992. aõo 1 . Ns 3
la democracia en eì terreno de Ìas relaciones internacio-
naìes) como arma contra Ìa revolución. Fue en torno de
\os"74 pu.ntos" que se soldó Ìa alianza histórica entre la
social democracia europea y eì imperialismo yanqui,
baluarte decisivo de Ìa contÍarrevolución en la primera
pos guerra (Aìemania, Plan Dawes + SPD= contratrevo-
Ìución democrática, que preparó el carnino del nazis-
mo...).
En ìas naciones deÌ Imperio Ruso momentáneamente
"autodztenninadas" por el imperialismo en la primera
pos guerra (Ucrania, Georgia, etc.) y gobernadas por ìos
mencheüques (social-democracia) Ia poìítica seguida fue
lo contrario de ìa democracia (represión saìvaje) y de
independencia nacionaì (ocupación militar por tropas
alemanas y francesas). Fue justamente en el curso de la
guer:ra ciül en Georgia, contra el"dent'ocratisnro" impe-
rialista, que Tlotsky precisó la dialéctíca de la auto-
determinación nacional y la revoÌución social: "La Repú-
blica soviética, contra el imperio zarista soÌdado por la
üolencia y ìa opresión, proclamó abiertamente el dere-
cho a la auto-determinación de ìos pueblos, y la Ìibertad
para que se constituyan en Estados nacionales indepen-
dientes. Entendiendo la impoúancia de este principio
para Ìa transición al socialismo, nuestro partido no Ìo
transformó, sin embargo, en dogma absoìuto, superior a
todas Ìas tareas históricas. EÌ desarrolÌo económico ac-
tual de la humanidad tiene un carácter profundamente
centralizado. EÌ capitalismo creó ìas premisas esenciales
para Ìa realización de un sistema económico mundial
único. Eì imperiaìismo no es sino la expresión de rapif,a
de la necesidad de unidad y dirección para toda la üda
económica deÌ pÌaneta (...) El principio de autodetermi-
nación de los pueblos no está por encima de las tenden-
cias unifrcadoras propias de la economía sociaìista.
Ocupa en eì curso del desarroììo histórico el Ìugar subor-
dinado quetambién corresponde alademocracia. Pero eì
centralismo socialista no puede tomar inmediatamente
eÌ ìugar deì centraìismo imperialista. Las naciones opri-
midas deben tener ìa posibilidad de relajar sus miembros
anquiÌosados por el yugo capitalista(...) Pero laimpoten'
cia económica de esos compartimentos estancos que son
ìos diversos Estados nacionaìes se reveìan en toda su
extensión a partir deÌ nacimiento de cada nuevo Estado
nacionaì (...) Larevolución social üctoriosa dejará a cada
grupo nacional la facuÌtad de resolver Ìos problemas de
cultura nacional, pero unificará en beneficio de los
trabajadores cony su acuerdo-
-
las tareas económicas
cuya solución racionaÌ depende de las condiciones histó-
ricas y técnicas naturaìes, no de la naturaleza de los
grupos nacionaÌes (...) Laindependencia nacional es una
etapa histórica, frecuentmente inevitable, en dirección a
Ìa dictadura deì proletariado, que, en viúud de las leyes
de ìa estrategia revolucionaria manífiesta, incìusive en
ìa guerra ciüI, tendencias profundamente centralistas,
opuestas aÌ separatismo nacionaÌ y coincidentes con Ìas
Seuil, 1950, p.812.
(24)V.Í. Lenin, "Acerca del problema de las nacionalidades o
sobre la autonomización", Obras Escogidas, Moscú, Progreso,
vol. III. I97O,p.770.
 Abril de 1992 . afio 1 Ne 3 en d,efensa del Sfianxflsmoo
necesidades de Ìa economía socialista racional deÌ futu-
ro" (25).
La lucha de los pueblos y nacionalidades oprimidas
de la ex-URSS (que tienen hoy infinitamente menos
posibilidades de crear naciones independientes de ìo que
tenían en 1917), contra la opresión burocrática gran-
rusa (presente hoy en la CEI a través de Ìas pretensiones
imperiaÌes de los ex-stalinistas, que comandan la Fede-
ración Rusa) sigue un curso objetivamente semejante al
descripto, siendo uno de los puntos de apoyo deÌ proìeta-
riado soüético contra la restauración capitalista. Des-
preciarÌa, como hace Hobsbawm, en nombre de que " 1o
que los nuevos Estadm europeoo harían sería solicitar la
admisión en la CEE, que iría una vez más a limitar sus
derechos sob-eranosf (p. m)
equivaÌe a apoyar a Ìos
opresores naôionales y restauracionistas de hecho, a los
YeÌtsin y Cía, que se alxryan justamente en el imperialis-
mo yanqui y aÌemán-
La susütución de ìa opresión imperiaÌ por la opresión
burocrático-nacional fue eì primer paso del stalinísmo en
ascenso, que açÍÍ manifestaba su vocación para transfor-
marsê en un factor de orden internacional . El "último
cotnbated.e Lenin'fu e, justamente, contra Ìa política sta-
linista para Georgia, cuando propuso un bÌoque a
TYotsky en ese sentido. Una leyenda persistente preten-
de que "los partidarios de thotsky no pueden explicar
porqué, en1924, él no csrdenó, en eÌ CC, la coacción de
los georgianos por Stalirq cuando Lenin le había pedido
que 1o hiciese (por ìo que) sus seguidores no pueden ser
tomados en serio en este aspecto (de las nacionalidades)
(26). Si la intención calumniosa fue siempre eüdente, la
nuevainvestigación historica en ìa URSS (apertura par-
cial de los archivc del PCUS) pone en eüdencia que
TloLsky se opuso en el CC ala'polítìra georgiana" (y a Ìa
poìítica nacionalt de Stalin antes d el "bloque con Lenin",
y que fue por eso que Lenin ìo contactó para ese asunto
en.
Que decir entonces de las afirmaciones de que el
actual probÌema nacional en IaURSS "no expresa anta-
gonismos seculares, sino que también cuestiona el orden
establecido por el Ejército Rojo a comienzos de los afros
veinte (..) (El boÌcheüsrno) justificó una defensa de Ìa re-
voÌución que violaba principios de liberación nacional y
sociaì defendidos por la misma revolución" (28). Estas
aÍïrmaciones, que sosüenen implícitamente que el staìi-
nismo es Ìa continuación del bolcheüsmo, en aspectos
esenciales, fueron escritas pr el'trotskista" Secretaria-
do Unificado de ìa IVq Internacional (organización reü-
sionista cuya procupación por librarse de la herencia de
Lenin y TloLsky se ha tornado una obsesión) el cual se
pronuncia por la defensa de Ìas fronteras de la URSS y
contraìa unificación aìemana, o sea... iicontrala auto-de-
terminación nacional!!
(25) LeonTlotsky, Entre I'impeúalisme et la revolution, Bruxe-
las, La Taupe, 19?0, pp. 162-1ffi.
(26) Horace B. Daús. Para una teoria marxista do nacionaÌis-
mo, Río de Janeiro, Zahar, 19?9, p. 99,
(27) V.V.JuravÌev e N.A. Nenakorov, "Lenin, Tlotsky e o proble-
ma naciorral na Georgia", Pravda,Moscú, 12 de agosto de 1988.
(28) E. Traverso e C. Samary, "La cuestión nãcionaÌ en la
TYotsky se pronunció en 1938 por la independencia
sociaÌista de Ucrania, y denunció en 1g3g Ìa invasión de
los países báÌticos por Stalin como una violación de la
auto-determinación nacionaÌ, Nuestra tendencia no
esperó eÌ desbande burocrático de 1989 parapreocuparse
por Ìa cuestión nacional en ìa URSS, proclamando en
1988, uComo una consigna de la mayor importaneia, Ìa
independencia sociaìista de las repúbìicas que integran
Ìa URSS. La reestructuración socialista de la URSS, la
revolución poìítica, la toma del poder por eì proÌetariado,
van a ser imposibÌes sin la lucha por la independencia de
esas naciones (...) Si esa consigna no es tomada pór la fiF
Internacional, eÌÌa va a ser tomada por la derecha (...)
contra esa autonomía capitalista, debemos levantar la
bandera de la autonomía socialista" (29).
Crisis de la Nación
Hobsbawm comenzó sin dar ninguna definición
marxista (en verdad, ninguna definición general) de
nación. Después nos hizo saber que Ìa considera una
"comunidadimaginaria",esto es, una entidad carente de
cuaÌquier fundamento histórico. En nombre de estairra-
cionaìidad básica (de coúe idealista) de la cuestión nacio-
nal, se libró a una verdadera justificación histórica deÌ
'staÌinismo: "La gran conquista de Ìos regrmenes comu-
nistas en parses multinacionales fue la de limitar, en su
interior, Ìos efectos desastrosos del nacionalismo" (p.
205). Lo qúe no le impide, en otro texto, explicar la carda
deÌ stalinismo por no haber sido nacionalista, asimilan-
do de paso, aÌ bolcheüsmo al stalinismo: "Lenin es cier-
tamente la gran úctima de Ìos acontecimientos de 1989.
Lo que se üno abajo fue el modeÌo bolcheüque de socia-
lismo,la perspectiva soüética de ìos cambios sociales yla
herencia de Ìa Revolución de Octubre, que hasta hoy no
consiguió conveúirse en parte integrante de las tradicio-
nes rusas, sobreponiéndose al mismo tiempo, y forzada-
mente, a Ìas varias identidades nacionales de Ìos parses
deì Este" (30). La trayectoria intelectuaÌ de Hobsbawm
es exactamente igual a ìa trayectoria social y política de
la burocracia staÌinista.
Con esabagaje, Hobsbawm se propone explicar, en el
último capítuÌo ("EÌ nacionaÌismo aÌ final del siglo XX")
la"crisis de la naciórt" y deì nacionaìismo (,,ya no se pre-
senta como el principal vector deì desarrollo histórico").
El fundamento: " La nación hoy, üsiblemente, está en
vras de perder una paúe importante de sus üejas funcio-
nes, nominaÌmente aquéÌla de la constitución de una
economÍa nacional confinada territoriaÌmente, que for-
maba, aì menos en las regiones desarroÌÌadas del mundo,
un bÌoque establecido en Ìa economía mundial más am-
plia" (p.206). Si esto no tiene nada de nuevo, pues ya
había sido constatado por el marxismo a comienzos del
URSS, Fuerza y debiÌidad de una tradición marxista",
Inprecor,ne 7?, Madrid, Julio 1990.
(29) Jorge Aìtamira,"Debate Jorge Altamira-Michael Lowy
(1988)" in: Osvaldo Coggiola, Trotsky ontem e hoje, Belo
Horizonte, Oficina de Livros, 1990, p. 146
(30) Eric J. Hobsbawm, "Socialism: Ìost horizons", New States-
man Society, 14 de setiembre de 1990, p. 18.
 en defensa ôer ilfiarxflsmoo
Abril de 1992 'aflo 1 ' Nc 3

de ahí también la úgencia de fenomenos como el funda-

siglo, Hobsbawm es incapaz de aprúenderlo en su
mentaÌismo isìámicã (que Hobsbawm cita sin entender,
dimensión dialéctica: Ìa internacionaìización de las
anaìizándolo sobre ìa base de los más castigados cliches
fuerzas productivas promovida por el imperialismo nacio-
(sobre ÌaLase del desarrolÌo desigual deì capitaÌismo) no deÌ psicoÌogismo), enarbolado sobre las ruinas deÌ
áiabe, históricamente incapaz de lÌevar a ìa
elimina, sino que acentúa, todos los fenómenos de opre- "alirmo modernización capitaÌista e
práctica sus promesas de
sión nacional, al acentuar cada vez mas la distancia
independencià nacionaÌ, se trate del nasserismo en Egip-
entre paíçes atrasados y avanzados, ìo que es ìa base que
to, dãl mossadeghismo en lrán o deì FNL en ArgeÌia,
p... *itoqrr". nacionaìes y enfrentamientos con eÌ impe- proletaria de la
no fueton sustituídos por la dirección
rialismo cada vez más úoìentos (como las guerras de
nación.
úut,ri.tu* y del Golfo, bloqueos de América Central y deì
Oriente Anaìizando eÌ aparentemente sorprendente resurgi-
Caribe, de CoÌombiay de Libia, miìitarización de que'El
miento político deì Isìam enArgelia (FIS), se dijo
Medio, etc.)' y reliqioso en un
Islám resurge como modelo político
El lx-tambertista Pierre Fougeyrollas (el Ìambertis- e intelectual atravesado simultá-
cae en contexto Ìinguistico
mo concluyó como una escuela de anti-marxismo) y por la
constata "una crisis de Ìas neamente pã, pen"amiento islámico clásico
ìa mismaionfusión cuando "Ì (32)' Es una
modernidaà poÌídca, científica y cultural"
identidades coÌectivas (...) declinación de la nación como y polí-
traducción "íìúelecttnl" del compÌeto vacío social
idea fuerza (..') la era de Ìas naciones está terminando' del FNL' El sandinismo
ú"o ut que cayó el nacionalismo
Taì vez no sobreúvan de aquí a poco más que los imperios
con capacidades de otra &pre.ìón de 1a completaimpasse de ìas revolucio-
I sus satéÌites, cubriendo sociedadesla vuelta de la ideoìo-
"s nacionalistas, inclusive en su versión más radieal' lo
nes
íntegración decrecientes'(31)' Es
que coÌoca aìa orden del día al proletariado comojefe de
gít i,ttgtt del super-imperialismo, despojada del funda-
irento marxista que, Kautsky por ejempìo, trató de ü tu.h. antimpef ialista, en la perspectiva de Ìa revoÌu-
ción sociaìista mundial.
darle.
I El audaz recorrido del trabajo de Hobsbawm demues-
Lo qo" ocurre, sí, de ìo ofreçido y citado por Hobs- el
tra dos cosas: 1) los estragos irreparables que ocasionó
bawm es la crisis del nacionaÌisynoburgués, o sea, de ìa más cuìtas e inteligen-
stalinismo, incìuso en las cabezas
tentativa de crear naciones "irldependienúes" sobre la
tes; 2) que eì marxismo es hoy más que nunca la cìave
base de la producción capitaÌista, posibiÌidad cada
vez
por Ìa internacionaÌización de las fuer- pur. i.ri"tptetar (y transformar) la época contemporá-
ma* .rr"rUorrada
zas productivas. De ahÍ el desbande pro imperiaìista
de n€a'
peronismo' Y osuald'o coggiota
*oü-i"ttto. nacionalistas típicos, como eì

(31) P. Fougeryoìlas' Op. cit., pp' 2!2/-2:?4 Le Monde Diplomatique, Paris, março 1992
ìã;í ü;h;;ï;J tl;"li' 'La sàòonde Liberation du Maghreb"'

Asedio ala
lnteligencia
de Juan José Sebrelli
dadhistórica de trascenderse a sí mismo y convertirse en
En eì "Asedio alaModernidad" (editoriaÌ Sudameri- un producto universaÌ, váìido para todasìas épocas
y na-
cana) SebreÌli se propone demostrarla superioridad
de
cion"s. Para demostrar ìa eternidad e ilimítada capaci-
la denomina da"cíuilízación occidental" sobre cualquier una espe'
dad de progreso del capitalismo, SebreÌÌi arma
tip" a" sociedad o cultura creadas por el hombre' El .ì" a" p"fr""f justiãieros y maÌvados, en donde el bien
"t*
Uú"o a.nu"ae admitirlo, claro- ìa difundida tesis
a de
-sin ..ta prot.gonizaão por el capitalismo avanzado el mal y
ã"|;fin de la hístoria" para la cuaì el capitaìismo sería ìa pot munão. Recoge esta contraposjción-casi
fase'úìtima y perfectible del desarrolÌo social' Ningún "it."tãael
escolar- de las concepciones coloniaÌistas del sigìo
pasa'
ãe*enrroÌr.imi..rto fttttto sería concebibìe o aceptable "Oríinte" a"Occid'ente",y que en Améri'
fuera de ìos moìdes de este sistema surgido en Europa
ao, f"" oponían
ca'Latinà se difundieron como un choque enttela"ciui'
."tt. lo* siglos XVII-XD! tendría la sorprendente cuali-
 Abril de 1992 . aõo 1 . Ne 3
lización y la barbarico. Desconociendo la monumentaì
obra desmistificadora reaÌizada por luchadores socialis-
tas y antimperiaìistas en dos siglos de resistencia a la
opresión nacionaÌ, Sebrelli tiene la enciclopédica ambi-
ción de reactualizar en todos los campos deÌ saber Ìa an-
ticuadÍsima ideoÌoga del liberalismo pro-imperialista.
OcuÌta que Ìaracionalidad, la cienciay eÌ progreso ce-
saron de ser características del capitalismo cuando este
régimen agotó su capacidad de desenvolümiento progre-
sivo de la humanidad, y se transformó en destructor de
la ciüìización, deì medio ambiente, de ìa cuÌtura y de la
fuerza de trabajo. La inacionaÌidad xenófoba, el
"fundantentalismo" proüncialista, el paúicularismo so-
focante, ìa opresión totalitaria del indiüduo --{ue para
Sebrelli constituyen los grandes obstrículos actuales
para el avance de la sociedad- lejos de ser ajenos al
ncapitalisnto
eci.dentaL'son un acabado producto de su
decadencia historica, y se comprueban diariamente en
los atropeÌÌos imperiaÌistas. Sebrelli no sólo pasa por
alto ìa naturaleza reaccionaria delas"democracias" im-
perialistas, sino que demuestra hasta qué punto está
imbuído ideológic"mente de este totalitarismo al erigir-
se enjuez inquisidor de lo que represent aríala"barba.ie'
o la "ciuiliza.ción- en el pÌano de la cultura. Aprueba o
desecha en cada capítuìo Ìas más diversas teorÍas cientÍ-
ficas, psicoÌógicas, literarias, antropológicas, históricas o
éticas siguiendo este parámetro. Ni siquiera es concien-
te deÌ enorme parecido que tiene esta actitud con el des-
potismo fascista o stalinista que afirma combatir en su
ìibro.
Al pasar de Ìa cultura a la poÌítica el"Asedio de la
modernidad," se convierte en un panfleto de la embajada
norteamericana. Justifica la masacre de 200.000 ira-
quíes en nombre dela-pz mund.ial", presenta la inva-
sión yanqui a Panamá como un acto emancipador y
afirma que la usurpación inglesa en Malünas contribu-
yó a Ìa lucha contra la tiranía. Sebrelli decÌara la obso-
Ìecencia jurídica deÌ principio internacio nal de "no inter-
uención'y apÌaude el rol de gendarme coìoniaìista que
está cumpìiendo la ONU. Estima que eÌ nacionaìismo es
la principaÌ desgracia deÌ mundo contemporáneo si ex-
presa Ìa resistencia a Ìa opresión imperiaÌista. Pero con-
tribuiría aÌ bienestargeneral si emana de laprepotencia,
el avasaÌÌamiento y la acción poìicial de Ìas potencias im-
periaìistas disfrazadas de "fterzas multütacionales".
SebreÌli se considera integrante de Ìa eìjte de perso-
nalidades con derecho a utiÌizar la materia gris frente a
Ia masas. Desprecia alasomtrch.el.umbres' que periódi-
camente irrumpen en la escena polÍtica participando de
acontecimientos revoÌucionarios. EÌ autor considera que
estos fenómenos son manifestaciones de primitiüsmo
sin reparar en su inevitable repetición y creciente actua-
lidad en Ìos propios centros de la "ciuilización ecid.en-
tal". Sebrelli condena a la izquierda por su afinidad con
los actos derebeldrapopularignorando que sonlas accio-
nes revoÌucionarias Ìas que eÌevan la conciencia política
de Ìos indiüduos despertando como ninguna otra actiü-
dad las potenciaÌidades intelectuales de los trabajadores
y explotados.
en defensa del Dfianxflemoo
Sebrelli también habìa pestes de los campesinos y de
su participación en grandes revoluciones como Ìa china
o Ìa üetnamita y desprecia eÌ acercamiento a la rebelión
agraria que intentaron militantes como el Che Guevara.
En vez de reconocer estos hechos como intentos poten-
cialmente progresivos para erradicar el atraso yÌamise-
ria en los parses semicoloniaÌes, les atribuye sin nigun
fundamento Ìa intención de frenar el progreso y la urba-
nización. El sociólogo argentino hace una defensa tan
conservadora y aristocratizante del orden establecido
que incluso arremete contra ìos ecologistas, cuya defen-
sa del medio ambiente también atentaría contra el avan-
ce de Ìa ciüìización, ala que porlo tanto Sebrelli le asigna
una salvaje característi ca depredatoria.
EÌ "Asedio a la modernidad" es un manifiesto de ra-
cismo y de coìonialismo. Luego de identificar todo lo
"asiótico" con la irracionalidad, la magia, y eì despotis-
mo, se despacha contra todas las manifestaciones cultu-
rales o poìíticas de reiündicación de la "negritud' o el
nacionalismo af icano. Obviamente no cuestiona la es-
trechez del primero, ni Ìas limitaciones políticas del
segundo, sino su aspecto de resistencia a la opresión. Con
vulgaridades que parecen extraídas del diario de un
explorador inglés del sigÌo pasado relatiüza Ìas aürocida-
des de la esclavitud, y presenta a Ìa monarquía británi-
ca como la emancipadora de esta espantosa forma de
opresión. EÌ capítulo de ataque aÌ indigenismo está muy
a tono con los festejos oficiaÌes deÌ Quinto Centenario, ya
que muestra aÌ genocidio y Ìa devastación perpetrada
Ìuegò deì descubrimiento de América como un armonioso
"encrtentra de dos cu.lturas".
SebreÌÌi ha escrito un verdadero "Ased.io a la Inteli.
gencict" ya que resume todos los prejuicios del liberalis-
mo oÌigárquico de maneraburday simplona. Se reiündi-
ca iguaìmente
umarxista"
ìuego de transformar al prin-
cipaÌ impugnador del capitalismo en un artÍfice de su
desarrollo. Para ello separa arbitrariamente a Marx de
sus continuadores, le inventa propósitos coìonialistas
hacia Ìa India, ocuÌta su apasionada militancia contra ìa
opresión nacional de lrlanda, China o Polonia.
Sebreìli representa una forrna caricaturesca de Ìa re-
acción general anti-nacionaÌista que predomina entre Ìa
inteÌectualidadopost-tnarxlsla', que en los aõos 'G0 y ,?0
simpatizaba con la causa del antimperialismo, y que en
Ìa década pasada giró hacia eÌ democratismo pro-impe-
rialista. En esta corriente, SebreÌli representa un caso
particular porque se mantuvo como fervoroso anti-nacio-
nalistatambién durante el auge del latinoamericanjsmo
tercermundista. Defendía en ese momento teorías ..so.
cialistas puras" que se oponían por principio a cualquier
reiündicación o Ìucha nacionaÌ. Esta misma linea de
pensamiento sin la liturgia de cita de los clásicos del
-ya
marxismo- predomina en el "Asedio a Ìa Modernidad",
que representa un eco tardío del gorilismo liberaÌ, enemi-
go üsceral del "alu.uión zool.ogico" que Ìidera revolucio-
nes y resiste en gris cotidianeidad la opresión del capita-
Ìismo.
Clotdio Revel
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WISrt[O Ne1
Octubre de 1991

. Jorge Altamira' Revolución y contrarrevolución en la URSS '

. Aleksandr Podtchekoldin. Los orígenes de la burocracia stalinista'
. Osvaldo Coggiola' La burocracia stalinista y Trotsky, hoy'
. Luis Oviedo . Socialismo a la china . Jorge Altamira . La segunda violación de Alemania '
. Alexei Gussev' Los partidos políticos en la Unión Soviética hoy'
. Jorge Altamira . El Simposio lnternacional sobre León Trotsky realizado en San Pablo'
. Jorge Attamira . Balance del Encuentro de la lzquierda Latinoamericana en México'
. El Congreso del Partido dos Trabalhadores - Socialismo y Revolución Proletaria (Tesis) '
. Luciano Avila . El Cuarto Congreso Mundial de la Liga lnternacional de los Trabajadores '
. Rui Costa Pimenta . Las tendencias trotskistas en el origen del PT '

Ne2
Diciembre de 1991

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1i;i;;:iiiii;iiii:;il; i;üüffiãffi
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. Jorge Altamira' La perestroika y América Latina'
. Claudio Katz . La realidad histórica de la descomposición capitalista y
el escepticismo de los " izquierdistas"'
. Aldo Ramírez ' Caracterización del 1" Congreso del PT de Brasil '
. Rui Costa Pimenta . Convergencia Soci4lista y su "defensa del socialismo' '
. RaÍael Fernández. Las "tradiciones nacionales" del PC de Uruguay'
'Osvaldo Coggiola' Rosa Luxemburgo y la Revolución Rusa'
. Julio N. Magri. Apuntes a la historia deltrotskismo argentino'
. Pablo Hieznik ' El POR en la Revolución Boliúiana de 1952 '
'Correo de lectores'