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Interciencia

ISSN: 0378-1844
interciencia@ivic.ve
Asociación Interciencia
Venezuela

Isasi Catalá, Emiliana


Los conceptos de especies indicadoras, paraguas, banderas y claves: su uso y abuso en ecología de
la conservación
Interciencia, vol. 36, núm. 1, enero, 2011, pp. 31-38
Asociación Interciencia
Caracas, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33917727005

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LOS CONCEPTOS DE ESPECIES INDICADORAS,
PARAGUAS, BANDERAS Y CLAVES: SU USO
Y ABUSO EN ECOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN

Emiliana Isasi-Catalá

RESUMEN

Evaluar el estado de conservación de la biodiversidad es i) confusión y ambigüedad en las definiciones y clasificaciones,


un reto que involucra decisiones efectivas y eficientes a corto ii) sobrestimación de su alcance, iii) falta de un método están-
plazo. Investigadores y manejadores de biodiversidad se han dar para la selección de las especies, iv) validación de la es-
enfocado en la evaluación parcial de componentes del com- pecie y seguimiento del programa insuficientes, v) dificultades
plejo sistema natural, a partir de indicadores ecológicos. Los de implementación, y vi) información biológica insuficiente. Las
más utilizados son las especies sucedáneas (del inglés, surro- especies sucedáneas son estimadores adecuados pero insufici-
gate species), de las cuales las más conocidas son las espe- entes para evaluar el estado de conservación de los sistemas
cies claves, paraguas, indicadoras, y banderas. A pesar de su naturales. Deben ser consideradas sólo como herramientas par-
amplia utilización, estas herramientas han sido criticadas por ciales para evaluar el grado de conservación de estos sistemas.
su baja efectividad. El objetivo de este trabajo es discutir los Combinar el uso de las especies sucedáneas junto con otras
conceptos de especies sucedáneas, evaluando sus alcances y herramientas de evaluación podría mejorar la efectividad con
limitaciones. Existen diferentes definiciones para cada una de la que se perciben y cuantifican los cambios en la biodivers-
las categorías de especies sucedáneas, lo cual ha dificultado idad debidos a las perturbaciones originadas por las activi-
su correcta implementación. Sus principales limitaciones son: dades humanas.

l estudio de los sistemas rencia de las Partes en el Convenio sobre la lizados son las especies sucedáneas (del in-
naturales resulta muy Diversidad Biológica celebrada en el 2004, glés surrogate species), las cuales han sido
complejo debido al gran como una estrategia para evaluar el estado empleadas con diferentes funciones, desde
número de factores a ser considerados simul- de la biodiversidad y el cumplimiento de me- señalar cambios ambientales o poblacionales,
táneamente para lograr una visión global de tas de conservación (Balmford et al., 2005a, hasta atraer la atención pública para el desa-
la diversidad de sus elementos o biodiversi- b; Dobson, 2005), por lo que se han desarro- rrollo de programas de conservación (Sim-
dad (Noss, 1990; Steneck, 2005; Nicholson y llado muchos tipos de indicadores. Los indi- berloff, 1998; Caro y O´Doherty, 1999). Se
Possingham, 2006). Sin embargo, debido a la cadores ecológicos son herramientas biológi- han propuesto muchos tipos de especies su-
velocidad con que las actividades humanas cas (especies, grupos taxonómicos, procesos, cedáneas, siendo las más conocidas las espe-
están produciendo cambios en los sistemas entre otros) que permiten evaluar total o par- cies claves, paraguas, indicadoras y banderas
naturales, es necesario hacer un esfuerzo adi- cialmente a los sistemas ecológicos, por lo (Noss, 1990; Andelman y Fagan, 2000; Ca-
cional en el diseño de estudios de calidad, que pueden ser considerados como estimado- rignan y Villard, 2002).
útiles y pertinentes que permitan generar la res de la biodiversidad de un sistema, actuan- La verdadera utilidad de
información necesaria para plantear solucio- do en diferentes niveles jerárquicos (genes, las especies sucedáneas, sin embargo, ha ge-
nes a corto plazo (Carignan y Villard, 2002; especies, poblaciones, comunidades y paisa- nerado gran polémica (Simberloff, 1998;
Butchart et al., 2006). Es por ello que la so- jes) y determinando diferentes componentes Lindenmayer, et al., 2002). Algunos autores
lución más aceptada ha sido el uso de indica- de la biodiversidad (composición, estructura indican que son herramientas útiles para es-
dores. (Parrish et al., 2003; Roberger y An- y función; Noss, 1990; Dale y Beyeler, 2001; tudiar, hacer seguimiento y resolver proble-
gelstam, 2004; Rodrigues y Brooks, 2007). A Niemi y McDonald, 2004). mas de conservación, pero otros señalan que
nivel mundial, el uso de indicadores fue pro- A nivel de especies, los no han sido sino artefactos, es decir, símbo-
puesto en la Séptima Reunión de la Confe- indicadores ecológicos más comúnmente uti- los que realmente no sirven para proteger los

PALABRAS CLAVE / Especies Claves / Conflictos / Conservación / Especies Indicadoras / Especies Paraguas /
Recibido: 11/05/2009. Modificado: 17/12/2010. Aceptado: 20/12/2010.

Emiliana Isasi-Catalá. Licenciada en Ciencias Biológicas. Doctorante en Ciencias Biológicas,


Universidad Simón Bolívar (USB), Venezuela. Dirección: Laboratorio de Conservación y Manejo de Fauna, USB, Apartado 89000,
Caracas 1080-A, Venezuela. e-mail: zmiliana@gmail.com

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sistemas biológicos naturales (Simberloff, poco variable sobre el impacto y iv) ser Definiciones de especies sucedáneas
1998). Esto puede atribuirse principalmente efectiva, eficiente y fácil de medir (princi-
a la confusión que existe en sus definiciones palmente aplicables en un lapso de tiempo Especies indicadoras
y alcances (Favreau et al. 2006) y a que son corto y de bajo costo; Noss, 1990; Dale y
muy pocos los casos en los que se verifica Beyeler, 2001; Carignan y Villard, 2002; Son aquellas que por sus
su funcionamiento (Andelman y Fagan Niemi y McDonald, 2004). características (sensibilidad a perturbación o
2000). A pesar de todo, no existen muchas Los indicadores ecológi- contaminantes, distribución, abundancia, dis-
alternativas para estudiar el estado de con- cos pueden ser y actuar a diferentes niveles persión, éxito reproductivo, entre otras) pue-
servación de la biodiversidad, por lo que es jerárquicos, desde un gen hasta una comu- den ser utilizadas como estimadoras de los
necesario determinar cuáles son las principa- nidad o paisaje, y representar diferentes atributos o estatus de otras especies o condi-
les definiciones que han sido propuestas para componentes de la biodiversidad (composi- ciones ambientales de interés que resultan
las diferentes clases de especies sucedáneas; ción, estructura y función); entre los más difíciles, inconvenientes o costosos de medir
cuál es el alcance y las limitaciones de cada ampliamente utilizados se encuentran los directamente (Caro y O´Doherty, 1999;
una de estas herramientas, según la defini- indicadores ecológicos a nivel de especie, Fleishman et al., 2001). Las especies indica-
ción más aceptada hasta el momento, y cuál basados en el estudio de las poblaciones y doras pueden ser clasificadas, según su uso,
es la causa del conflicto, ¿la herramienta o de la dinámica que las caracteriza (Noss, en aquellas que señalan cambios ambientales
su implementación? 1990; Redford et al., 2003). Las especies o indicadoras de salud ecológica, las que se-
El objetivo de esta revi- sucedáneas son indicadores ecológicos a ni- ñalan cambios en las poblaciones o indica-
sión es desarrollar y discutir los conceptos vel de especies, que actúan bajo los si- doras poblacionales, y las que señalan áreas
de especies sucedáneas, evaluando sus alcan- guientes supuestos: i) su riqueza o abun- de alta riqueza de especies o indicadoras de
ces y limitaciones, haciendo especial énfasis dancia está relacionada con la presencia de biodiversidad (Caro y O´Doherty, 1999).
en su implementación en la ecología de la un gran número de especies de otros taxo-
conservación. nes conocidos, principalmente taxones rela- Las especies indicadoras de cambios am-
cionados o con requerimientos similares; y bientales han sido definidas como aquellas
Indicadores ecológicos y especies ii) la riqueza de especies y la diversidad de que se encuentran altamente relacionadas
sucedáneas hábitat están relacionadas con la presencia con condiciones ambientales particulares, por
de amenazas (Carignan y Villard, 2002; lo que su presencia señala la existencia de
Un indicador es un ele- Caro, et al., 2005; Favreau, et al., 2006). dicha condición (Patton, 1987). Inicialmente
mento, proceso o propiedad de un ecosis- Se han definido muchos fueron utilizadas para evaluar la presencia
tema a través del cual se puede estudiar tipos de especies sucedáneas, los cuales de contaminantes o sustancias tóxicas en el
y/o cuantificar, de manera precisa y senci- han sido clasificados de maneras distintas, ambiente, como es el caso del uso de líque-
lla, los elementos y el funcionamiento del debido a características biológicas que las nes (Conti y Cecchetti, 2001; Hawksworth et
mismo (Noss, 1990; Dale y Beyeler, 2001; hacen ideales para estimar cambios o atri- al., 2005), invertebrados (Clarke, 1993; Peck
Carignan y Villard, 2002; Balmford et al., butos ecológicos de algún componente de et al., 1998; Camargo, 2005) y peces (Sap-
2005a; Rodrigues y Brooks, 2007). Inicial- la biodiversidad del sistema donde habitan pington et al., 2001; Füreder et al., 2003). Su
mente los indicadores, principalmente (Caro et al., 2005; Wiens et al., 2009). Las uso se ha expandido a la determinación del
plantas y animales, fueron utilizados para diferentes categorías de especies sucedá- efecto de otras perturbaciones antropocéntri-
asociar organismos a zonas de vida parti- neas cumplen diferentes funciones tales cas como la pérdida de hábitat (Caro y
culares (Carignan y Villard, 2002). Poste- como: i) señalar cambios ambientales cau- O´Doherty, 1999), siendo ampliamente utili-
riormente, el concepto fue cambiando, sados por la actividad humana (Caro y zadas las aves (Canterbury et al., 2000;
aplicándose más comúnmente como esti- O´Doherty, 1999), ii) señalar cambios po- Browder et al., 2002; Paillisson et al., 2002),
madores de los cambios ambientales y blacionales de especies particulares (Noss, los insectos (Peck et al., 1998; Scott et al.,
ecológicos (Dale y Beyeler, 2001; Niemi y 1990; Noss et al., 1996; Steneck, 2005), 2006), así como briofitas (Frego, 2007) y
McDonald, 2004). Por tanto, los indicado- iii) identificar áreas con una alta riqueza otros grupos taxonómicos. Las característi-
res ecológicos se convirtieron en herra- de especies (Andelman y Fagan, 2000; cas más importantes que debe tener una es-
mientas para el estudio y monitorización Thomson et al., 2005), iv) identificar áreas pecie indicadora de cambios ambientales son
de objetivos de conservación como la bio- prioritarias para la conservación (Yerena, (Tabla I): biología bien documentada, fácil
diversidad, la integridad ecológica, o la sa- 1994; Noss et al., 1996; Sanderson et al., de estudiar, sensible a las perturbaciones hu-
lud de un ecosistema, conceptos amplia- 2002; Ozaki et al., 2005), y v) atraer la manas (tanto negativa como positivamente),
mente debatidos, principalmente debido a atención pública o el apoyo para el desa- ampliamente distribuida y preferiblemente
la falta de precisión y claridad en sus defi- rrollo de programas de conservación (Sim- poco longevas (Caro y O´Doherty, 1999). Un
niciones (Simberloff, 1998; Carignan y Vi- berloff, 1998; Ray, 2005). Cuatro catego- ejemplo clásico de especies indicadoras de
llard, 2002). rías recogen toda esta diversidad de con- perturbaciones a nivel de hábitat es la lechu-
El funcionamiento de los ceptos y funciones: las especies indicado- za moteada (Strix occidentalis), utilizada por
indicadores ecológicos se basa en el su- ras, paragua, bandera y clave (Simberloff, el Servicio Forestal de EEUU como una in-
puesto de que la evaluación parcial de los 1998; Favreau et al., 2006). Sin embargo, dicadora del efecto de la pérdida de bosques
elementos de un sistema natural y la im- existen muchas definiciones diferentes maduros por explotación (Caro y O´Doherty,
plementación de programas de manejo con para cada una de estas categorías de espe- 1999), encontrándose una relación entre pér-
base en estos, permite la conservación de cies sucedáneas, las cuales se han utiliza- dida de hábitat y disminución en el tamaño
todo o gran parte del sistema (Noss, 1990; do indistintamente generándose confusión poblacional de esta ave. Por otra parte, en
Dale y Beyeler, 2001). Por ello, los indica- y ambigüedad en el momento de seleccio- regiones templadas y recientemente en los
dores deben cumplir con ciertas caracterís- nar el tipo de especie sucedánea adecuada trópicos, los líquenes han sido utilizados
ticas, tales como i) proporcionar respuestas para cumplir con los objetivos de cada como bioindicadores de contaminación am-
tempranas sobre la presencia de una ame- programa de conservación (Simberloff, biental y calidad del aire, de cambios climá-
naza, ii) señalar la causa de la amenaza, 1998; Caro y O´Doherty, 1999; Carignan y ticos y de la estabilización del suelo (Conti y
iii) proporcionar una respuesta continua y Villard, 2002; Wiens et al., 2009). Cecchetti, 2001; Hawksworth et al., 2005).

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TABLA I biodiversidad es el esca-
ATRIBUTOS QUE CARACTERIZAN A LAS DIFERENTES ESPECIES SUCEDÁNEAS rabajo Osmoderma ere-
Atributos Especies sucedáneas mita, cuya presencia
está altamente relaciona-
Indicadoras da con la presencia y ri-
Salud Poblaciones Biodiversidad Paraguas Banderas Claves queza de otras especies
Atributos básicos de escarabajo, muchas
Representa a otras especies No necesario Si Si Si No necesario Si de las cuales están en el
Una especie o grupo de especies Una o grupos Una Grupos Usualmente una Una Una libro rojo de las especies
Conocimientos biológicos previos Necesarios Necesarios Necesarios Necesarios No necesario Necesarios de Suecia, por lo que O.
Fácil de estudiar Si Si Si Si No Si eremita ha sido propues-
Atributos de historia de vida to como una especie de
Tamaño corporal Pequeño Irrelevante Irrelevante Grande Grande Irrelevante gran valor como indica-
Tiempo generacional Corto Corto Irrelevante Largo Largo Irrelevante dor de biodiversidad
Tasa metabólica Alta Irrelevante Irrelevante Irrelevante Irrelevante Irrelevante (Ranius, 2002). En los
Atributos ecológicos estuarios del sureste de
Tamaño de área de acción Media Irrelevante Irrelevante Grande Irrelevante Irrelevante Australia, la riqueza de
Nivel trófico particular Si Posible No Posible No No especies puede ser eva-
Poblaciones grandes Probable Probable Irrelevante Posible No Posible luada a través del estu-
Amplia distribución Si Si Si Probable No necesario No necesario dio de la riqueza de es-
Especialista de hábitat Probable No necesario Si No necesario No necesario Probable pecies de anélidos, ar-
Sensibilidad trópodos y moluscos,
Sensible a perturbaciones humanas Si Si Si Si No necesario Si por lo que estas especies
Baja variabilidad en la respuesta Si Si Si Si No necesario Si sucedáneas son utiliza-
Tiempo largo de persistencia No Irrelevante Irrelevante Si No necesario Si das como indicadores
para la selección de
Adaptado de Caro y O´Doherty, 1999, y completado con información obtenida durante la revisión. áreas protegidas en esos
ecosistemas acuáticos
Otras especies como los macroinvertebrados el mantenimiento de la integridad ecológica (Shokri et al., 2009). Por su parte, las briofi-
bentónicos, que habitan en el lecho fluvial, de los ecosistemas marinos donde habitan tas son consideradas como posibles estima-
han sido utilizados para evaluar perturbacio- (Steneck, 2005). La utilidad de las especies dores de biodiversidad, ya que su presencia
nes humanas como la regulación y rectifica- indicadoras poblacionales ha sido altamente se relaciona con la riqueza de plantas vascu-
ción de cauces, la contaminación por materia criticada, pues son pocas las evidencias de lares, hongos, líquenes, insectos y aves, así
orgánica, la eutrofización, contaminación y que: i) los factores que afectan a las diferen- como con la presencia de procesos biológi-
pérdida de hábitat por actividades mineras, tes poblaciones sean los mismos o tengan el cos como ciclo de nutrientes y productivi-
entre otros (Camargo, 2005). mismo impacto, incluso entre especies de un dad, entre otros (Frego, 2007).
mismo gremio, ii) existe un alto grado de
Las especies indicadoras poblacionales son solapamiento de hábitat de las especies o de
Especies paragua
aquellas que permiten estimar las variacio- estrategias utilizadas para la obtención de re-
nes poblacionales de otras especies con las cursos, y iii) la extensión e intensidad del Estas son especies que re-
que coexiste, gracias a sus propias variacio- impacto afecta por igual a las poblaciones de quieren de grandes extensiones para el man-
nes producto de perturbaciones ambientales las diferentes especies (Simberloff, 1998; tenimiento de poblaciones mínimas viables,
(Landres et al., 1988; Caro y O´Doherty, Caro y O´Doherty, 1999). por lo que garantizar la conservación de sus
1999). Han sido ampliamente utilizadas en la Las especies indicadoras poblaciones pudiera implicar la protección de
evaluación de especies pertenecientes a un de biodiversidad son aquellas cuyos patrones poblaciones de otras especies simpátricas de
mismo gremio o grupo funcional, o especies de distribución están relacionados con áreas su mismo gremio (Berger, 1997; Roberger y
relacionadas por algún factor, como la rela- de alta riqueza de especies (Andelman y Fa- Angelstam, 2004; Favreau et al., 2006), espe-
ción depredador-presas (Noss et al., 1996; gan, 2000; Thomson et al., 2005), por lo que cies de menor nivel trófico (Caro y
Steneck, 2005; Dalerum et al., 2008), bajo el se les considera como un estimador del nú- O´Doherty, 1999), o una sección apreciable
supuesto de que los hábitat de estas se en- mero de especies o taxones con las que se del ecosistema (Caro et al., 2004). Las espe-
cuentran altamente solapados. Las caracterís- halla en simpatría (Caro y O´Doherty, 1999). cies paragua han sido ampliamente utilizadas
ticas que deben tener estas especies indica- Las características de estas especies indica- para la selección y diseño de áreas protegidas
doras poblacionales, son similares a las antes doras son principalmente una amplia distri- (Noss et al., 1996; Caro y O´Doherty, 1999;
mencionadas (Tabla I): biología bien docu- bución, ser hábitat especialistas, así como Hitt y Frissell, 2004) como el caso de los ñus
mentada, fácil de estudiar, sensible a las per- estar bien documentadas y ser fáciles de es- (Connochaetes taurinus) utilizados para defi-
turbaciones humanas y estar ampliamente tudiar (Caro y O´Doherty, 1999). Existen nir los límites del Parque Nacional Serengeti
distribuida (Caro y O´Doherty, 1999). La es- muchos ejemplos del uso de especies o gru- en Tanzania, o el jaguar (Panthera onca) em-
trella de mar (Pisaster ochraceus) ha sido pos de especies indicadoras de biodiversidad, pleado para diseñar la Reserva de Cocks-
considerada indicadora de las poblaciones de entre las que destacan aves (Ramírez, 2000; comb en Belize (Caro, 2003). Sin embargo,
sus presas naturales y de su competidor na- Pearson y Carroll, 1998; Roberge y Angels- en ocasiones las áreas requeridas para la con-
tural, el mejillón Mytilus californianus. Cam- tam, 2006), mariposas (Pearson y Carroll, servación de poblaciones viables de especies
bios en su abundancia pudieran reflejar fluc- 1998; Thomson et al., 2005), escarabajos paraguas pueden ser muy grandes. Por ejem-
tuaciones en las poblaciones de sus presas y (Pearson y Cassola, 1992; Anderson y Ashe, plo, el oso pardo (Ursus arctos) ha sido utili-
de su competidor, por lo que plantear medi- 2000; Ranius, 2002), briofitas (Frego, 2007), zado para diseñar una reserva natural en las
das de manejo para garantizar el manteni- y plantas (Chiarucci et al., 2005), entre Montañas Rocosas que permitiría su protec-
miento de sus poblaciones pudiera favorecer otros. Ejemplo de especies indicadoras de ción y la de un 65% de las especies de la re-

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gión (anfibios, reptiles, aves y mamíferos). A esta condición las hace más útiles como su- teza Ips typographus; Müller et al., 2008),
pesar de esto, esta reserva resulta poco facti- cedáneas. entre otros. Un ejemplo clásico de especies
ble y de alto costo, pues abarcaría 34% del Existen muchos ejemplos claves son los perritos de la pradera (Cy-
estado de Idaho en EEUU (Noss et al., de especies bandera. El lobo (Canis lupus), el nomys ludovicianus), los cuales juegan un
1996). tapir de montaña (Tapirus pinchaque) y la le- papel fundamental en el mantenimiento del
Otro uso de las especies chuza moteada, entre otros (Caro et al., equilibrio del ecosistema (Stapp, 1998; Miller
paraguas es el establecimiento de corredores 2004; Sergio et al., 2006; Clucas et al., et al., 2000). Entre sus numerosas funciones
ecológicos para interconectar áreas naturales 2008), son ejemplos clásicos de especies utili- están la alteración del paisaje (alteran la com-
relativamente aisladas entre sí, pero que en zadas para atraer el apoyo gubernamental. El posición y estructura de las comunidades de
conjunto pudieran facilitar la conservación de panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) plantas, llegando a crear áreas abiertas), son
las biodiversidad (Yerena, 1994; Lambeck, adoptado por el Fondo Mundial para la Natu- presas potenciales de algunos depredadores
1997; Roberger y Angelstam, 2004). Por sus raleza (WWF), y el oryx (Oryx leucoryx) (e.g. hurón de pies negros Mustela nigripes,
amplios requisitos espaciales y el tipo de há- adoptado por la Sociedad Preservacionista de gavilán herrumbroso Buteo regalis, y casca-
bitat que su persistencia requiere, el oso andi- Fauna y Flora (hoy Fauna Flora Internacio- bel de las praderas Crotalus viridis), generan
no (Tremarctos ornatus) ha sido propuesto nal) son ejemplos de especies utilizadas refugio y sitios de anidación para muchas es-
para el diseño de corredores ecológicos que como símbolos que han promovido la conse- pecies (e.g.: salamandra tigre Ambystoma ti-
integren áreas protegidas de los Andes Sura- cución de fondos y la aceptación de proyec- grinum y mochuelo de hoyo Athene cunicu-
mericanos (Yerena, 1994). tos de conservación (Caro et al., 2004; Clu- laria), y alteran la tasa de los procesos ecoló-
Para que una especie pue- cas et al., 2008). Los grandes felinos ameri- gicos como el reciclaje de nutrientes (Kotliar,
da ser considerada como paraguas, debe pre- canos, principalmente el puma (Puma conco- 2000). A pesar de que las especie claves no
sentar áreas de acción grande, tener un tiem- lor), han sido utilizados como símbolos para tienen una función de especies sucedáneas
po de persistencia largo y ser generalista de promover el desarrollo del programa de con- directa, se incluyen muy a menudo dentro de
hábitat (Caro y O´Doherty, 1999; Fleishman servación del Corredor Biológico Mesoameri- este grupo (Simberloff, 1998; Carignan y Vi-
et al., 2001). En general, estas características cano (CBM), conocido originalmente como llard, 2002; Dalerum et al., 2008). Es por
las cumplen las especies de gran tamaño cor- el “Paseo Pantera”. Este proyecto busca inter- ello que los atributos que caracterizan a las
poral y largo tiempo generacional, como por conectar áreas protegidas de Centroamérica especies clave dependen principalmente de la
ejemplo las aves (Martikainen et al., 1998; para crear un puente de conservación entre función que cumplen dentro del ecosistema
Suter et al., 2002; Ozaki et al., 2006) y gran- Norte y Sur América (Lambert y Carr, 1998; (Payton et al., 2002). Sin embargo, para que
des mamíferos, en particular los carnívoros Ray, 2005).Este proyecto incluye esfuerzos una especie clave tenga funciones de sucedá-
(Noss et al., 1996; Sanderson et al., 2002; de conservación de ocho países centroameri- nea debe poseer como atributos adicionales
Cluff y Paquet, 2003; Ray, 2005; Dalerum et canos, promoviendo el mantenimiento de el ser sensibles a las perturbaciones ambien-
al., 2008). A pesar de no ser necesario, las áreas protegidas y el desarrollo sostenible tales, que esta sensibilidad esté dada por una
especies paragua pueden presentar otros atri- (García, 1996; Lambert y Carr, 1998). respuesta estable de las especies ante la per-
butos que mejoren su efectividad como espe- turbación, y que tengan un tiempo de perma-
cie sucedánea, tales como ser sensibles a las Especies clave nencia largo (Tabla I; Davic, 2003).
perturbaciones humanas (e.g. sensibles a pér- Las categorías de especies
dida de hábitat, como es el caso del carpinte- Inicialmente se considera- sucedáneas no son mutuamente excluyentes.
ro de espalda blanca, Dendrocopus leucotos ; ban como especies clave, aquellas cuya acti- Port ejemplo, en un ecosistema y bajo condi-
Martikainen et al., 1998; Roberge et al., vidad genera un efecto sobre otras especies ciones específicas, una especie puede ser pa-
2008), representar a otras especies (e.g. espe- de la comunidad que excede considerable- raguas e indicadora. Por otra parte, se han
cies de herbívoros que son presas de algún mente el esperado según su biomasa o abun- planteado otras categorías de especies suce-
depredador; Fleishman et al., 2001; Ozaki et dancia (Noss, 1990; Simberloff, 1998; Andel- dáneas, como especies vulnerables (Noss,
al., 2006), o atributos del ecosistema que se man y Fagan, 2000; Carignan y Villard, 1990), o especies limitadas por su capacidad
quieran conservar (e.g. procesos biológicos 2002). Este concepto, propuesto por Paine, de dispersión, por los recursos y por proce-
relacionados con los cambios estacionales y estaba basado principalmente en las relacio- sos ecológicos (Carignan y Villard, 2002). En
que pueden ser representados por especies nes tróficas y en la regulación que algunos algunos casos, estas categorías han sido con-
migratorias, como el ñu; Caro, 2003). componentes ejercen sobre otros, como el sideraras como subclases de las antes defini-
efecto de la estrella de mar (P. ochraceus) en das, junto con los grandes carnívoros, gene-
Especies bandera la regulación de la abundancia y riqueza de ralistas o especialistas de hábitat, edad avan-
sus presas en hábitat intermareales (Paine, zada de la primera reproducción, longevas,
Son especies carismáticas 1995; Kotliar, 2000; Payton et al., 2002; Ga- muy amenazadas, extensa distribución, ribe-
que sirven como símbolo para atraer el apo- ribaldi y Turner, 2004). Hoy el concepto se reñas, entre otras (Andelman y Fagan, 2000).
yo gubernamental, del público o de posibles ha extendido, considerándose también aque-
donantes, para la implementación y desarro- llas que afectan no sólo a otras especies, sino Conflictos en el uso de las especies
llo de programas de conservación que involu- a la estructura y función del sistema natural sucedáneas como herramientas para la
cren a la especie bandera y las especies me- (Paine, 1995; Simberloff, 1998; Payton et al., conservación
nos llamativas con las que pudiera estar aso- 2002). Es por ello que una especie clave pue-
ciada (Noss, 1990; Andelman y Fagan, 2000; de ser organismos que controlen dominantes Problemas de definición y clasificación
Carignan y Villard, 2002; Caro et al., 2004). potenciales (e.g. productores de enfermedades
En general, son pocos los atributos que debe como la bacteria del ántrax Bacillus anthra- Existe una gran variedad
tener una especie bandera para cumplir con cis; Payton et al., 2002), proveedores de re- de definiciones para cada una de las catego-
sus objetivos; basta con que sea llamativa y cursos (e.g. peces anádromos; Willson y Ha- rías de especie sucedánea mencionadas ante-
atraiga la atención (Noss, 1990; Caro y lupka, 1995), mutualistas (e.g. mosca del riormente (Noss 1990, Caro y O´Doherty
O´Doherty, 1999). En la mayoría de los ca- higo, como polinizador específico de ficus; 1999, Andelman y Fagan 2000; Dalerum et
sos, es ventajoso que la especie sea sensible Payton et al., 2002) y modificadores o inge- al., 2008). Las definiciones no resultan nece-
a las perturbaciones, principalmente porque nieros de ecosistemas (e.g. escarabajo de cor- sariamente similares y no existe un consenso

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respecto a qué significa cada una de las cate- ma comienza con el hecho que no se tiene tes de la biodiversidad (Carignan y Villard,
gorías de especies sucedáneas ni cuál es su una idea clara de lo que se quiere medir o 2002; Lindenmayer et al., 2002; Caro et al.,
función específica. La gran variedad de defi- representar con cada categoría de especie su- 2005; Favreau et al., 2006). Además, la ma-
niciones ha generado confusión entre las ca- cedánea (Simberloff, 1998; Carignan y Vi- yoría de las perturbaciones ambientales no
tegorías de especies sucedáneas, por lo que llard, 2002), puesto que el término biodiversi- son independientes, sino que se encuentran
en algunos casos se han empleado de manera dad es confuso y muy complejo (Noss, estrechamente vinculadas. Por tanto, aunque
vaga e intercambiable (Caro y O´Doherty, 1990). Se han planteado otros objetos de es- una especie sucedánea pueda reflejar el efec-
1999; Dale y Beyeler, 2001). Por ejemplo, tudio, tales como la integridad ecológica to de una perturbación o algunas en particu-
además de la definición de especie indicado- (Dale y Beyeler, 2001; Parrish et al., 2003), o lar, no necesariamente lo hace para todas las
ra de cambios ambientales de Patton (1987) la salud del ecosistema (Caro y O´Doherty, perturbaciones que tienen lugar en el ecosis-
ya mencionada, Lambeck (1997) las define 1999; Carignan y Villard, 2002). Sin embar- tema (Lindenmayer et al., 2002).
como especies cuyos requerimientos para su go, estos plantean implícitamente la evalua- Como se mencionó, la fal-
persistencia encierran los del resto de las es- ción del estado de la biodiversidad de forma ta de definiciones y planteamiento de objeti-
pecies del sistema, mientras que Noss (1990) comparativa, utilizando como base un siste- vos claros y adecuados para cada tipo de es-
las considera como aquellas capaces de seña- ma natural no perturbado que pudiera haber pecies sucedáneas ha dificultado la definición
lar el efecto de las perturbaciones sobre otras dejado de existir hace mucho tiempo (Sim- de sus alcances e implementación. Por ejem-
especies con requerimientos de hábitat simi- berloff, 1998; Dale y Beyeler, 2001; Parrish plo, muchas especies bandera, por presentar
lares. La definición de Patton (1987) se ajusta et al., 2003). Una solución lógica, más no co- tamaños corporales grandes se asumen y ma-
a lo que se ha considerado como una especie mún, es la investigación e identificación a nejan como potenciales especies paraguas
indicadora de cambios ambientales, mientras priori de los componentes de la biodiversidad (e.g. rinoceronte negro, Diceros bicornis, en
que la de Noss (1990) pudiera generar confu- que podrán ser luego monitorizados por las los parques nacionales de Namibia; Berger,
sión entre esta categoría y la categoría de es- diferentes especies sucedáneas, para así po- 1997), sin ser verificadas, aun cuando existen
pecies indicadoras poblacionales. La defini- der indicar explícitamente el alcance de la otras especies en el área que, aunque menos
ción de Lambeck (1997) resulta tan general, herramienta (Rodrigues y Brooks, 2007). carismáticas, pudieran cumplir mejor el rol
que pudiera ser aplicada a todas las catego- Otro de los problemas en de especies paragua.
rías de especies indicadoras, así como a la de el alcance e implementación de las diferentes Seleccionar especies que
especies paraguas. categorías de especies sucedáneas tiene que cumplen con los atributos necesarios para ser
Esto resulta particularmen- ver con el cumplimiento de los dos supuestos considerada una especie sucedánea de una
te problemático a la hora de seleccionar una planteados para definir su función como indi- categoría particular no resulta tan sencillo, y
especie, puesto que los atributos que dicha cadores ecológicos. En primer lugar, son po- depende sobre todo de la cantidad de infor-
especie debe tener, cambian entre categorías. cas las evidencias y estudios que demuestren mación disponible sobre ella y del objetivo
Por ejemplo, el Servicio Forestal de EEUU que la presencia de una especie o taxón esté que se persebese (Simberloff, 1998; Andel-
considera a la lechuza moteada (S. occidenta- relacionada con la presencia de un gran nú- man y Fagan, 2000; Dale y Beyeler, 2001;
lis) como indicadora de cambios ambientales mero de especies de otros taxones (Carignan Lindenmayer et al., 2002). Son muchas las
y poblacionales de manera indistinta, por lo y Villard, 2002; Favreau et al., 2006). En estrategias que se han utilizado para seleccio-
que también se ha utilizado como indicadora muchos casos se ha determinado que este su- nar especies, y la mayoría ha sido fuertemen-
del estado de conservación de los pequeños puesto no se cumple, principalmente debido a te criticada por basarse en atributos cualita-
mamíferos y otras especies que se encuen- que la correlación entre especies es un factor tivos y no cuantitativos (Carignan y Villard,
tran por debajo de su trama trófica (Caro y que depende en gran medida de la escala en 2002; Rodrigues y Brooks, 2007). Por ejem-
O´Doherty, 1999). Sin embargo, no existen la que se trabaja (Paine, 1995; Lindenmayer plo, el Servicio Forestal de EEUU selecciona
evidencias que relacionen lo que ocurre en et al., 2002; Ozaki et al., 2005). Un caso par- especies sucedáneas en base a su importancia
las poblaciones de aquellas especies que se ticular lo representan las especies indicadoras (valor económico, interés público y/o rol eco-
cree estar monitorizando y las variaciones y paraguas, cuya evaluación y conservación lógico) o porque se cree refleja el estatus de
poblacionales de esta ave (atributo necesario se asume permiten la conservación de las es- otras especies del hábitat (Simberloff, 1998;
de las especies indicadoras poblacionales; Ta- pecies con las que se encuentra en simpatría, Carignan y Villard, 2002). Aún no existe una
bla I), debido a la pérdida de hábitat (Simber- más aún si existe algún vínculo entre ellas solución a este problema. Las especies deben
loff, 1998; Caro, 2003). En consecuencia, es (Carignan y Villard, 2002; Lindenmayer et cumplir al menos con una serie de atributos
necesario aclarar las definiciones de especies al., 2002; Favreau et al., 2006). En la mayo- específicos para cada categoría, destacando la
sucedáneas, sus características y funciones, ría de los casos el vínculo está dado por el sensibilidad a las perturbaciones, y deben po-
para evitar un empleo inadecuado. Por otra uso del hábitat, definido como la manera con der señalar qué tipo de perturbaciones y en
parte, cualquier programa de conservación que un organismo aprovecha los componen- qué escala espacial y temporal afectan a la
basado en el uso de especies sucedáneas tes físicos o biológicos del área que habita especie (Carignan y Villard, 2002; Favreau et
debe justificar bien la selección de la especie (Hall et al., 1997). De esta manera una espe- al., 2006).
y definir la categoría, para aclarar los objeti- cie indicadora puede ser utilizada para eva- La falta de verificación de
vos y alcances del programa. luar las condiciones de los elementos que in- que una especie seleccionada como sucedá-
tegran su hábitat, más no del sistema comple- nea realmente cumpla su función de una ma-
Problemas de alcances e implementación to (Carignan y Villard, 2002). nera eficiente y eficaz, así como la falta de
En segundo lugar, en algu- seguimiento del programa de conservación o
El alcance de las diferen- nos casos se ha demostrado que el efecto de manejo, una vez decidido el objetivo y la es-
tes categorías de especies sucedáneas ha sido, las perturbaciones humanas no resulta nece- trategia para implementarlos, son fallas que
en la mayoría de los casos, sobreestimado sariamente equivalente entre especies, incluso afectan la efectividad de la herramienta (Ro-
por quienes las emplean. Es irreal pensar que en los casos en los que las especies compar- berger y Angelstam, 2004; Favreau et al.,
a través de una especie o taxón se puede es- ten un mismo hábitat o están ecológicamente 2006). Roberger y Angelstam (2003) revisa-
tudiar, monitorizar o conservar la biodiversi- vinculadas, por lo que el estado de conserva- ron 110 trabajos sobre especies paragua, en-
dad de un sistema particular (Favreau et al., ción de la especie sucedánea no tiene por contrando que sólo 59 evaluaban o sugerían
2006; Rodrigues y Brooks, 2007). El proble- qué representar al del resto de los componen- una forma de evaluar la eficiencia de la espe-

JAN 2011, VOL. 36 Nº 1 35


cie seleccionada. Este tipo de acción podría En este sentido, es funda- jetivos, criterios y necesidades que lleven a
corregir a tiempo la selección incorrecta de mental mejorar la implementación de las es- generar indicadores robustos y efectivos,
la especie. pecies sucedáneas como herramienta de con- pero a su vez concisos, relevantes y signifi-
Como otras herramientas servación. Es necesario estandarizar la he- cativos para quienes los utilizan en la resolu-
de conservación, las especies sucedáneas rramienta (categorías, definiciones, atributos ción de problemas de conservación (Schiller
pueden presentar limitaciones en su imple- de las especies, selección de las especies, en- et al., 2001; Failing y Gregory, 2003). En
mentación debido a la información básica tre otras), fijar con claridad los objetivos de este sentido, las herramientas de conserva-
disponible, costos de implementación, y los estudios o programas de conservación ción como los indicadores ecológicos aquí
factibilidad, entre otras. Estas limitaciones contemplando metas reales, e implementar analizados deben ser diseñadas con base en
deben ser consideradas previo a la selección un método estándar de evaluación de la he- los conocimientos científicos, pero deben ser
de la especie y a la definición de los objeti- rramienta que permita analizar su efectivi- incorporados en un contexto donde el mane-
vos, para así poder plantear escenarios rea- dad, para así poder realizar ajustes que me- jo de los sistemas naturales es el objetivo
listas y efectivos de conservación (Andel- joren su implementación y sus resultados en fundamental. Por tanto, es necesario consi-
man y Fagan, 2000; Lindenmayer et al., conservación (Dale y Beyeler, 2001; Carig- derar que estos indicadores contemplen otros
2002). nan y Villard, 2002; Favreau et al., 2006). atributos adicionales, como lo es el valor so-
Para que este proceso de cial y cultural de la biodiversidad, los cuales
Discusión definición de las especies sucedáneas sea exi- influyen no sólo en su implementación, sino
toso, es necesario enfrentarse a una limitante en su aceptación como herramienta de con-
Aunque el uso de especies común que no parece despertar el interés de servación a nivel local (Norton, 1998; Fai-
sucedáneas como herramienta para evaluar los investigadores ni de los manejadores de ling y Gregory, 2003).
la biodiversidad ha presentado confusiones y áreas: la falta de vínculos entre el conoci-
rechazos, muchos autores y manejadores de miento y su implementación. El principal AGRADECIMIENTOS
áreas consideran la herramienta adecuada y problema de las especies sucedáneas es que
útil para la conservación. Es necesario en- no están siendo utilizadas para lo que fueron La autora agradece a G.
tonces preguntarse cuál es la efectividad del creadas (Berger, 1997; Caro y O´Doherty, Barreto y H. Caballero por su asesoría en la
uso de especies sucedáneas. Favreau et al. 1999; Caro, 2003). Esto puede atribuirse a revisión y redacción de este trabajo, a E. He-
(2006) evaluaron la efectividad de 50 traba- muchos factores, pero quizás el más factible rrera y E. Yerena por sus correcciones y co-
jos basados en el uso de especies sucedáneas sea el desconocimiento, por parte de los que mentarios.
(sin incluir a las especies claves), encontran- las aplican, de su significado, limitaciones y REFERENCIAS
do que tan sólo nueve consideraban no efec- forma de implementación, así como la falta
tiva la herramienta (18 efectivos y 23 par- de interés de quienes elaboran los conceptos, Andelman S, Fagan W (2000) Umbrellas and
cialmente efectivos), siendo las categorías de para que estos sean aplicables (Dale y Beye- flagships: Efficient conservation surrogates or
especies indicadoras y paraguas las más ler, 2001; Schiller et al., 2001). La mayoría expensive mistakes? Proc. Natl. Acad. Sci. 97:
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efectivas. Otro estudio de efectividad de las de los indicadores son ideados y diseñados
Anderson R, Ashe J (2000) Leaf litter inhabiting
especies sucedáneas, basado en 27 trabajos y por investigadores que buscan contestar pre- beetles as surrogates for establishing priorities
464 casos, reportó efectividad de la herra- guntas ecológicas complejas, por lo que la for conservation of selected tropical montane
mienta en el 59% de los casos, aunque la re- herramienta resultante suele ser igualmente cloud forests in Honduras, Central America
presentación de especies de cada sistema por compleja y queda generalmente definida en (Coleoptera; Staphylinidae, Curculionidae).
Biodiv. Cons. 9: 617-653.
las diferentes especies sucedáneas evaluadas un lenguaje técnico que no es necesariamen-
fue bajo (Rodrigues y Brooks, 2007). Estos te fácil de comprender (Failing y Gregory, Balmford A, Bennun L, Ten B, Cooper D, Côté I,
Crane P, Dobson A, Dudley N, Dutton I,
resultados podrían demostrar que la herra- 2003). Además, a menudo el desarrollo de Green RE, Gregory RD, Harrison J, Kennedy
mienta no es inadecuada sino más bien insu- estas herramientas tiene un objetivo científi- ET, Kremen C, Leader-Williams N, Lovejoy
ficiente, lo cual no la invalida sino que la li- co, no necesariamente vinculado con necesi- TE, Mace G, May R, Mayaux P, Morling P,
mita, y que pudiera estar siendo incorrecta- dades inmediatas de conservación (Schiller et Phillips J, Redford K, Ricketts TH, Rodríguez
JP, Sanjayan M, Schei PJ, van Jaarsveld AS y
mente implementada. al., 2001), lo cual las hace poco efectivas Walther BA, (2005) The Convention on Biolo-
Arriba se mencionó que para resolver problemas. Por otra parte, en gical Diversity’s 2010 Target. Science 307:
pretender que una sola especie pueda servir muchos casos los actores involucrados en la 212-213.
como estimador del estatus de conservación toma de decisión, manejo de biodiversidad y Balmford A, Crane P, Dobson, A, Green RE,
de toda la biodiversidad de un sistema resul- resolución de problemas ambientales, no acu- Mace GM (2005b) The 2010 challenge: data
ta muy ambicioso (Paine, 1995; Simberloff, den a las fuentes de información, ni buscan availability, information needs and extraterres-
trial insights. Phil. Trans. Roy. Soc. B 360:
1998; Maddock y Du Plessis, 1999). En con- implementar las nuevas herramientas de con- 221-228.
secuencia, es necesario aceptar las limitacio- servación generadas. Esto ocurre a veces por Berger J (1997) Population constraints associated
nes de la herramienta o buscar otras alterna- desconocimiento, pero también por falta de with the use of black rhino as an umbrella
tivas. La mayoría de las opciones alternati- acceso a la información, por barreras en el species for desert herbivores. Cons. Biol. 11:
vas al uso de especies sucedáneas, como el idioma, y por el nivel de especificidad y 69-78.
manejo de ecosistemas (Simberloff, 1998; complejidad técnica de la información (Schi- Browder SF, Johnson DH, Ball IJ (2002) Assem-
Parrish et al., 2003), el uso de conjuntos de ller et al., 2001). blages of breeding birds as indicators of
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especies del mismo gremio o grupo funcio- El establecimiento de vín- Butchart S, Akcakaya R, Kennedy E, Milton-Ta-
nal (Carignan y Villard, 2002), las especies culos de comunicación y participación entre ylor C (2006) Biodiversity Indicators Based
focales (Lambeck, 1997), la combinación de quienes generan herramientas y quienes las on Trends in Conservation Status: Strengths
indicadores ecológicos (Nicholson y Pos- implementan es fundamental para su diseño, of the IUCN Red List Index. Cons. Biol. 20:
singham, 2006), y el uso de las listas rojas correcta utilización, el logro de objetivos de 579-581.
(Butchart et al., 2006; Quayle y Ramsay, conservación y el mejoramiento de la herra- Camargo A (2005) Estado actual y perspectivas en
el empleo de la comunidad de macroinverte-
2006), entre otros, presentan las mismas li- mienta en sí (Norton, 1998; Failing y Gre- brados bentónicos como indicadora del estado
mitaciones en su alcance y se fundamentan gory, 2003). Para ello, es necesario iniciar ecológico de los ecosistemas fluviales españo-
en los mismos supuestos. diálogos entre estos actores, comparando ob- les. Ecosistemas 14: 87-99.

36 JAN 2011, VOL. 36 Nº 1


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INDICATOR, UMBRELLAS, FLAGSHIPS AND KEYSTONE SPECIES CONCEPTS: USE AND ABUSE IN
CONSERVATION ECOLOGY
Emiliana Isasi-Catalá
SUMMARY

Assessing the state of conservation of biodiversity is a chal- tions are: i) confusion and ambiguity in definitions and clas-
lenge that involves effective and efficient short term decision sifications, ii) overstatement of its extent, iii) lack of a stan-
making. Researchers and biodiversity managers have focused dard method for selecting species, iv) insufficient validation
their attention on the partial evaluation of components of of the species and monitoring of the program, v) difficulties
complex natural systems, based on ecological indicators. The in implementation, and vi) inadequate biological information.
most commonly ecological indicators used are surrogate spe- Surrogate species are adequate but insufficient estimators to
cies, of which the best known are keystone, umbrella, indica- assess the conservation status of natural systems. They should
tor, and flagship species. Despite their widespread use, these be considered only as partial tools for assessing the degree of
tools have been criticized for their low effectiveness. The ob- conservation of these systems. Combining the use of surrogate
jective of this work is to discuss the concepts of surrogate species with other assessment tools, could improve the effec-
species, assessing their extent and limitations. There exist tiveness for perceiving and quantifying changes in biodiversity
different definitions for each category of surrogate species, due to disturbances caused by human activities.
making difficult their correct implementation. The main limita-

OS CONCEITOS DE ESPÉCIES INDICADORAS, GUARDA CHUVA, BANDEIRAS E CHAVES: SEU USO E ABUSO
EM ECOLOGÍA DA CONSERVAÇÃO
Emiliana Isasi-Catalá
RESUMO
Avaliar o estado de conservação da biodiversidade é um de- dade nas definições e classificações, ii) sobrestimação de sua
safio que envolve decisões efetivas e eficientes no curto prazo. abrangência, iii) falta de um método estándar para a seleção
Investigadores e manejadores de biodiversidade têm-se focado das espécies, iv) validação da espécie e acompanhamento do
na avaliação parcial de componentes do complexo sistema na- programa insuficientes, v) dificuldades de implementação, e vi)
tural, a partir de indicadores ecológicos. Os mais utilizados informação biológica insuficiente. As espécies sucedâneas são
são as espécies sucedâneas (do inglês, surrogate species), das estimadores adequados mas insuficientes para avaliar o esta-
quais as mais conhecidas são as espécies chaves, guarda chu- do de conservação dos sistemas naturais. Devem ser conside-
va, indicadoras, e bandeiras. Apesar de sua ampla utilização, radas somente como ferramentas parciais para avaliar o grau
estas ferramentas tem sido criticadas por sua baixa efetivida- de conservação destes sistemas. Combinar o uso das espécies
de. O objetivo deste trabalho é discutir os conceitos de espécies sucedâneas junto com outras ferramentas de avaliação poderia
sucedâneas, avaliando suas abrangências e limitações. Existem melhorar a efetividade com a que se percebem e quantificam as
diferentes definições para cada uma das categorias de espé- mudanças na biodiversidade devidos às perturbações origina-
cies sucedâneas, o que tem dificultado sua correta implemen- das pelas atividades humanas.
tação. Suas principais limitações são: i) confusão e ambigui-

38 JAN 2011, VOL. 36 Nº 1

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