COMPAÑEROS PRIISTAS
Ayer comentaba del fraude que se estaba preparando en el país para llevar a la dirigencia
del CEN a Alejandro Moreno, tan escandaloso como la Estafa Maestra –decía yo–, aunque
jamás imaginé que alcanzara las proporciones de lo que se ha visto hoy particularmente en
Oaxaca, Campeche y Coahuila, donde ya darán cuenta las actas de las mesas receptoras de
la supuesta “histórica” participación que en muchísimas mesas alcanzó el 100 % del padrón
y, en casi todas, más del 90% en favor de Moreno Cárdenas.
Los funcionarios de las mesas fueron designados en su gran mayoría por el propio CEN a
partir de las estructuras del partido, quienes se encargaron de inflar las votaciones en tantos
casos que el menor análisis dejará en claro el fraude.
Pero no entendieron. El PRI necesitaba más que nunca reivindicarse con sus militantes, pero
también con la ciudadanía. No costaba nada más que voluntad, pero ésta fue la de imponer
a su candidato al costo que fuera.
Vendrán días de análisis, de recursos legales, de inconformidades, pero queda claro que,
cueste lo que cueste, los mismos de siempre van a tratar de imponer su voluntad. A la
cúpula le decimos, no engañan a nadie. La gran mayoría de quienes votaron por Alito saben
Ulises Ruiz Ortiz
que fueron por dádivas surgidas de los recursos públicos o, peor aún, del dinero de
funcionarios de los gobiernos priistas amenazados con dejarlos fuera de la nómina si no
aportaban, saben que fueron acarreados o intimidados, como se ha denunciado en las redes
sociales.
Es lamentable que estemos dejando ir esta que es quizás la última llamada para rescatar al
partido de la peor crisis de su historia. Lo que hemos visto en Oaxaca, Campeche y Coahuila
hasta este momento hacen prever un resultado tan increíble que sólo servirá para
demeritar más la imagen del priismo ante la ciudadanía.