La neumonía
Autor: Dr. Salvador Giménez - 15 de julio 2002
La neumonía o pulmonía es el término empleado para definir la inflamación e
infección de los pulmones
Se estima que cada año pueden morir unos miles de personas a causa de neumonía en
nuestro país. Aunque la neumonía es más grave y frecuente entre los ancianos y los que
padecen enfermedades crónicas, también puede afectar a las personas jóvenes y sanas.
Existen más de 50 tipos de neumonía que producen enfermedad entre leve y muy grave.
Microorganismos como las bacterias, los virus u otros, atacan los pulmones y la infección
produce la inflamación de los pulmones, haciendo más difícil la respiración. La neumonía
puede afectar a uno o a ambos pulmones, siendo este último caso conocido popularmente
como pulmonía doble.
En muchos casos la neumonía sigue al resfriado común o a la gripe. También puede estar
asociada con otras enfermedades o aparecer por sí misma. Lo mejor es prevenir la
neumonía, pero si aparece, lo mejor es el tratamiento lo más precoz posible.
Signos y síntomas
Bacterias. Se puede desarrollar una neumonía bacteriana tras haber padecido una infección
de las vías respiratorias superiores, como un resfriado o una gripe. Entre sus signos y
síntomas se encuentran el comienzo brusco con escalofríos, fiebre alta, sudoración, dolor
torácico y tos que produce una mucosidad espesa, de color amarillo-verdoso o marronácea.
Los ancianos y los que tienen enfermedades crónicas pueden tener menos fiebre o síntomas
más leves, pero eso no significa que la infección sea menos grave. Para los mayores de 65
años o los que tienen una enfermedad crónica, la neumonía puede ser extremadamente
grave.
Virus. Los virus, incluido el de la gripe, son responsables del 50% de los casos de neumonía.
La neumonía vírica suele aparecer en otoño e invierno y suele ser más grave en los
pacientes con enfermedades cardiovasculares o pulmonares. Generalmente se inicia con
tos seca no productora de mucosidad, dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares y fatiga.
Así como progresa la neumonía, aumenta la dificultad respiratoria y la tos va produciendo
mucosidad. La neumonía vírica aumenta el riesgo de padecer también una neumonía
bacteriana secundaria.
Hongos. Ciertos tipos de hongos también pueden causar neumonía. Algunos pacientes no
experimentan signo alguno, mientras que otros desarrollan síntomas de neumonía aguda y
otros pueden desarrollar una neumonía crónica que puede persistir durante meses.
Causas
Los pulmones son dos órganos esponjosos rodeados de una membrana húmeda, la pleura.
Cuando se inspira, se lleva aire a los pulmones a través de la tráquea y de los bronquios.
Ya dentro de los pulmones los bronquios se van dividiendo hasta unas 20 veces en millones
de bronquiolos, que finalmente terminan en racimos de pequeños sacos aéreos llamados
alvéolos.
Existen mecanismos que protegen los pulmones de la infección, ya que, de hecho, en todo
momento estamos expuestos a bacterias y virus que pueden causar una neumonía, pero el
organismo normal los destruye evitando que lesionen los pulmones y causen problemas. En
ocasiones, especialmente si las defensas son o están bajas, estos microorganismos
sobrepasan estas resistencias y producirán la infección.
Neumonía por aspiración. Este tipo de neumonía aparece cuando se inhala, o aspira,
material extraño al interior de los pulmones. El más común es el contenido del estómago
que entra en los pulmones tras el vómito.
· Mayores de 65 años
· Enfermedades crónicas
Es probable que el médico solicite una radiografía de tórax para confirmar la presencia de
la neumonía y para determinar su extensión y localización. Si el sistema inmunitario está
comprometido o la radiografía de tórax no está clara, se pueden solicitar exploraciones de
imágenes más sofisticadas como la tomografía computerizada (TAC) o escáner.
En ocasiones, el médico puede examinar una muestra de moco para ayudar a identificar el
microorganismo que está produciendo la infección.
Tratamiento
Neumonía vírica. Los antibióticos no son eficaces contra la neumonía vírica. Y aunque la
neumonía vírica puede ser tratada con medicamentos antivíricos, el tratamiento
recomendado es el mismo que para la gripe: reposo y reposición de líquidos. Normalmente
la recuperación de una neumonía vírica es más prolongada que la de una neumonía
bacteriana.
Además del tratamiento específico, pueden emplearse medicaciones para reducir la fiebre,
aliviar el dolor y las molestias musculares, reducir la tos , etc.
Si la neumonía es grave con gran dificultad respiratoria, por ejemplo, puede ser necesario
el ingreso hospitalario y el tratamiento con antibióticos por vía intravenosa y con oxígeno,
durante los primeros 3 o 4 días de tratamiento, para continuar luego en casa con
antibióticos por vía oral.
https://www.medicina21.com/articulos-v1456-la_neumonia.html