La hermosa provincia de Samaná desde sus inicios cuenta con una agraciada
multiculturalidad que ha sido herencia de la mezcla de distintos pueblos. La ciudad
marítima de Samaná fue fundada en 1756 por familias españolas y desde 1791
con el estallido de la rebelión de los negros en Cabo Haitiano empezaron a llegar
a Samaná grupos de hacendados franceses en calidad de refugiados, estos se
establecieron rápidamente y a través del cultivo de la tierra este grupo de
franceses darían inicio a los fundamentos del desarrollo socioeconómico de
Samaná; el desarrollo fue tan notable que para inicios del siglo XIX Samaná se
había convertido en un emporio de mucha importancia en el Caribe. El desarrollo y
contingente migratorio en Samaná, trajo consigo cambios a nivel lingüístico en
esta ciudad, esto debido a que la mezcla franco-afro-haitiana influyó de manera
directa en la aparición de un nuevo idioma que fue el “Patois”, un idioma parecido
al Creole pero con algunas diferencias lingüísticas.
“Se puede conjeturar que las escuelas, si las hubo fuera del grupo familiar, eran
de carácter privado o particular con una matrícula muy exigua”.