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25.

ELEMENTO HUMANO: SOCIEDAD libro de Teoría del Estado Francisco Porrúa


269-273

ELEMENTOS FISICO: TERRITORIO 277-279

Una primera reflexión sobre la población de los Estados permite dar cuenta
que se agrupan de muy diversa manera, que igualmente tienen muy diferentes
condiciones geográficas de extensión, localización en el globo terrestre, etcétera, y es que,
como explica Dabin la población se encuentra repartida entre los diversos Estados que
existen en la superficie terrestre; es decir, no existe un Estado que abarque toda la
población mundial.

La nacionalidad es un concepto que se emplea también como criterio


racional o natural de reparto de la población.

Tomando en cuenta este criterio se agruparán los hombres de acuerdo con


la diversa nacionalidad que tienen. Pero se presenta el problema de determinar en qué
consiste la nacionalidad, pues no existe un criterio uniforme, sino que hay diversas
corrientes doctrinales que tratan de explicarlo, de acuerdo con distintos, puntos de vista.
¿En qué consiste la nacionalidad? Para expresar la respuesta correcta se debe partir del
análisis de otros conceptos, es decir, que de dicha operación deben resultar los conceptos
de sociedad, pueblo y nación, y en esta forma poder llegar a explicar en qué consiste la
nacionalidad.

Para Groppali, sociedad es el término o concepto más amplio. Los otros


serán formas concretas o conceptos concretos de sociedades. La sociedad, dice Groppali,
es la unión de los hombres basada en los distintos lazos de la solidaridad. Pueblo y nación
son conceptos particulares de la sociedad examinada desde puntos de vista especiales.
Pero ambos conceptos tienen como género supremo, dentro del cual están contenidos, la
sociedad.
En cuanto al concepto población, se advierte que se utiliza para designar un
conjunto de hombres en un sentido aritmético. Se dice que la población es el número de
habitantes de un Estado.

El concepto pueblo es más restringido; se utiliza este vocablo para designar


aquella parte de la población que tiene derechos civiles y políticos plenos, es decir, el
concepto de pueblo tiene una característica distintiva: el tener este ingrediente jurídico.
Este concepto de pueblo referido a ese matiz jurídico lo encontramos ya desde el Derecho
romano. El pueblo romano estaba integrado por los ciudadanos romanos; y así
encontramos la expresión: "El pueblo romano y el Senado romano."

De acuerdo con Manzini, la nación es una sociedad natural de hombres con


unidad de territorio, de costumbres y de lengua y con una vida y conciencia comunes.
Pero tenemos que distinguir entre nacionalidad y nación. La primera conduce a la
integración de la nación. Pero, ¿qué cosa es la nacionalidad?
Para Porrúa Pérez, la nacionalidad es un determinado carácter o conjunto de
características que afectan a un grupo de individuos haciéndolos afines, es decir, dándoles
homogeneidad, y por ello la nacionalidad aproxima a los individuos que tienen esas
características afines y los distingue de los grupos extranjeros que tienen otros signos
peculiares.

CONCEPTO DE NACION.

Se ha discutido mucho sobre el concepto de nación nosotros nos


concretaremos a exponer que elementos la integran:

La nación es una realidad social que nace de un estado de conciencia colectivo.


Es un conjunto de hombre que tiene en común un pasado histórico propio, una cultura y
una civilización también propias y sentimiento y creencias religiones análogas.

Estos son propiamente los elementos que integran el concepto de nación pero
a ellos debemos de agregar la raza el lenguaje. Vínculos que contribuyen a realizar la
unidad nacional. Según lo anterior podemos definir a la nación como una comunidad
social, unida por sentimiento, ideas tradiciones, costumbres y necesidades propias que no
se confunden con otros grupos humanos y que se perpetuán en el tiempo

DIREFENCIA ENTRE ESTADO Y NACION.

Señalados los conceptos de nación explicaremos su diferencia. A continuación


a menudo se confunden ambos conceptos y se piensa que nación y estado son sinónimos
este es un error que es necesario aclarar.

Como bien hemos dicho la nación es una comunidad social unida por vínculos
de tradición, sentimiento, etc. Mientras en la nación no existe una autoridad capaz de
ejercer su soberanía, es decir su propio poder no puede hablarse de estado. Este existe
cuando se consolidad la autoridad, por lo cual concluimos que la diferencia entre ellos
estriba en el elemento llamado autoridad. La nación no necesita para su existencia ni de
un gobierno propio ni de un territorio determinado el estado sí. En conclusión la nación es
un concepto sociológico y el estado un concepto político.

TERRITORIO

Existen agrupaciones humanas en las que el territorio no es de importancia


primordial; por ejemplo: la Iglesia, las organizaciones internacionales, etcétera. Pero
tratándose del Estado, el territorio es un elemento de primer orden, colocado al lado del
elemento humano en cuanto a que su presencia es imprescindible para que surja y se
conserve el Estado.
Los hombres llamados a componer el Estado, deben estar
permanentemente establecidos en su suelo, suelo que se llama patria; que deriva de dos
vocablos latinos: terra patrum (tierra de los padres).

La formación estatal misma supone un territorio. Sin la existencia del


territorio no podría haber Estado, por lo tanto, Porrúa Pérez afirma que es un elemento
necesario para su vida. Este hecho se expresa por Jellinek diciendo que el Estado es una
corporación territorial.

La extensión del territorio del Estado no tiene trascendencia decisiva, en lo


que se refiere a los principios de la doctrina política. Lo importante es que exista ese
territorio; la mayor o menor extensión territorial y la abundancia o escasez de bienes
materiales en el Estado, determinarán su mayor o menor extensión, e incluso tendrá
repercusión en lo que se refiere, según se verá oportunamente, a las formas de Estado; en
su mayor o menor riqueza y poderío, pero no son esenciales a la existencia del Estado en
determinada cantidad. Siempre han existido Estados ricos y pobres, grandes y pequeños,
pero Estados al fin y al cabo.

El Estado es considerado una agrupación política, y no una expresión


geográfica o económica. El territorio comprende además de la superficie terrestre, el
subsuelo, la atmósfera y el mar territorial, al igual que la plataforma continental.

EL territorio tiene dos funciones: una negativa y otra positiva. Tiene una
función negativa en cuanto circunscribe, en virtud de las fronteras, los límites de la
actividad estatal y pone un dique a la actividad de los Estados extranjeros dentro del
territorio nacional. Estos límites se encuentran establecidos por el Derecho Internacional.
El Estado fija sus límites por una autonomía sujeta naturalmente a las contingencias
históricas y a la convivencia con los otros Estados.

Pero la función del territorio no se circunscribe a estos límites. A esta


función negativa se añade una función positiva, que consiste en constituir el asiento físico
de su población, la fuente fundamental de los recursos naturales que la misma necesita y
el espacio geográfico donde tiene vigor el orden jurídico que emana de la soberanía del
Estado.

El Estado, para realizar su misión y sus fines, tiene necesidad de un


territorio, es decir, de una porción determinada del suelo que le proporcione los medios
necesarios para satisfacer las necesidades materiales de su población. Esta obligación que
tiene el Estado de proporcionar los medios necesarios a su población es una de sus
obligaciones específicas.

El Estado, dentro de su territorio, está capacitado para vigilar a los


habitantes que se encuentren dentro del mismo. El dominio de un espacio determinado le
permite controlar a la población, y le permite considerarla como parte de la misma
organización político-jurídica.

Por otra parte, en el aspecto internacional, goza de la exclusividad con que


posee su territorio y en caso de invasión puede defenderlo de acuerdo con sus
posibilidades militares.

El Estado que pierde su territorio desaparece, pues ya no tiene espacio


donde hacer valer su poder, donde desarrollar su misión, del territorio depende también
su independencia frente al extranjero. Por tanto, Porrúa Pérez concluye que el Estado
tiene un derecho sobre su territorio.

26. ELEMENTO TELEOLÓGICO FIN DEL ESTADO: EL BIEN COMÚN PUBLICO TEMPORAL. EL
FIN COMUN
EL ELEMENTO FORMAL EL PODER.

El Estado como una comunidad jurídica y política, se distingue de otras


formas de organización humana, por la presencia de los elementos constitutivos: El fin o
los fines y la autoridad o poder público. Para Arnaiz Amigo, los hombres del Estado tienen
propósitos y realizan fines. Deciden agruparse y realizar la convivencia social por medio de
las instituciones políticas. Los medios de que disponen son el derecho y la autoridad. Las
estructuras de las instituciones políticas surgen de esos propósitos.

En este sentido, Immanuel Kant habla de los fines objetivos, intrínsecos en


las cosas; de los fines subjetivos que son los propósitos de los hombres para que las cosas
cumplan con sus finalidades.

Es decir los fines objetivos del Estado son los apropiados a su existir,
coexistir y subsistir. El fin del estado es el bien público temporal – señala Porrúa Pérez -.
El Estado, que es producto de la cultura se caracteriza por tener una finalidad, aquello
para lo cual fue creado por el hombre. Estudiar al Estado tiene que ver con el fin al que
dirige su actividad y solo así. Será posible determinas cada una de las funciones, la
estructura y las atribuciones de los órganos del poder público. Se identifica el fin del
Estado, con el bien común, con el interés general. El bien común es un fin que beneficia a
todos los miembros de la sociedad. Puede hablarse de un bien común particular o de un
bien común público. El primero es el que solamente beneficia a algunos, y el segundo, es
el perseguido por el Estado Porrúa Pérez señala que el triple aspecto del bien común, es lo
que da origen a los elementos formales de orden y paz para moderar la lucha de unos
contra otros, de coordinación de la actuación de los particulares y de ayuda a los
necesitados.

En la Filosofía Política de Tomás de Aquino, citado por Porrúa Pérez, se


establece que el estado tiene un fin que realizar que consiste en lograr que los hombres
no sólo vivan, sino que vivan bien. El bien público se relaciona primero con el bien del
propio Estado, de su existencia y de su conservación. La defensa del Estado contra
cualquier peligro interior o exterior que lo amenace, y el buen funcionamiento de su
estructura y economía. Tiene que ver el bien público con los fines de mejoramiento de la
vida de la población, de la riqueza, de la salud, de la educación, de la cultura y del trabajo.
La idea de bien público está relacionada con principios universales, pero sus aplicaciones
dependen de las circunstancias de tiempo y lugar, de la realidad de la cultura y de la forma
de operar del estado, la creación de las condiciones económicas, sociales, y políticas
necesarias para que los hombres puedan alcanzar su pleno desarrollo. El fin del estado
aparece formulado en las normas escritas y La Constitución contiene la descripción de
estos fines. El fin es enunciado a partir de la promoción de la justicia, el bienestar general,
de los beneficios de la libertad, de la consolidación de la paz, la defensa común. El estado
responde a sus fines, como son el promover el bien de la comunidad y la buena
convivencia, justamente en cuanto a su fin tenemos que este fin se convierte en varios
fines: 1. El desarrollo de su población. 2 la defensa hacia el exterior. 3. Mantener su
soberanía. 4. La conservación de la paz. 5. La conservación y el bienestar de los individuos
o bien el desarrollo de los individuos “...finalmente es potestativa la elección de una u otra
de las anteriores posturas, pero por encima de esto podemos concluir que el fin del
Estado consiste en lograr el bien común a través de las instituciones que se desprenden de
él.”

ELEMENTO FORMAL: EL PODER.

La autoridad y el poder público resultan ser necesarios para el


funcionamiento de grupos sociales. Se requiere de un orden y del establecimiento de
reglas que permitan la convivencia humana, la que se traduce en el ejercicio del poder.

En toda sociedad se conforman grupos que, de una u otra manera crean un


centro de poder que irradia su acción en diversas direcciones, tales como la religión, la
economía, la cultura, e incluso la moda.

El poder nace como la necesidad de asegurar la convivencia humana, por lo


tanto, si no hay orden y autoridad, se destruye la posibilidad de convivir y de interactuar
en una sociedad capaz de alcanzar la categoría de Estado.

En sentido material, al poder público se le identifica con el conjunto de


órganos e instituciones del Estado, por lo tanto es la capacidad jurídica que poseen los
tres poderes del Estado para ejercer en forma eficaz, mediante la coactividad, las acciones
y los cometidos que les son conferidos por la Constitución o Ley fundamental de un
Estado.

Un Estado con autoridad es el que cumple con los deberes y los fines de sus
instituciones públicas, señala Arnaiz Amigo. No podría existir ni alcanzar sus fines sin la
existencia de un poder, de una autoridad.
La función del Estado implica que pueda imponer sus decisiones y por eso
se postula la necesidad de una autoridad. Se requiere una autoridad que coordine la
actividad económica, el respeto a los derechos de los gobernados, vigile el cumplimiento
de las obligaciones.

Dos son las principales funciones del poder público, en la perspectiva de


Francisco Porrúa Pérez: El Gobierno y la administración.

El primero de ellos, tiene que ver con la dirección general de las actividades
de los ciudadanos en razón del bien público en todos sus aspectos; y la segunda situación,
con la organización de los servicios públicos de dirección, ayuda y suplencia de la actividad
de los particulares.

La política proviene de la acción, que a su vez se origina en el titular de la


decisión política. Tanto una como la otra están limitadas por la ley. La acción política tiene
una libertad condicionada por el derecho positivo del Estado. Es la propia Ley la que
confiere atribuciones para decidir.

El gobierno es acción por medio de la que la autoridad establece una


conducta a los gobernados. Es dar órdenes en todo lo que se relaciona con el bien público.
Estas órdenes se establecen a través de preceptos jurídicos, y regulan las relaciones entre
particulares, de los órganos del poder público y las que se van a dar entre los gobernantes
y los gobernados.

El derecho en esta forma nace y consolida a partir de la actividad de la


autoridad considerada como gobierno. El gobierno resulta ser el conjunto de órganos del
Estado que ejercen las funciones en que se desarrolla el poder público que a la entidad
estatal pertenece, y en su acepción dinámica se revela en las propias funciones que se
traducen en múltiples y diversos actos de autoridad.

Se aplica a la estructura institucional, mediante la cual el Estado hace


efectivas sus funciones específicas. La autoridad –señala Porrúa Pérez - tiene no solo el
derecho, sino el deber ineludible de velar por el cumplimiento de sus mandatos para que
se cumpla el bien público temporal, haciendo uso de sus manifestaciones materiales de
poder: las órdenes de aprehensión, los embargos, las multas, son las formas de sancionar
a quienes no respetan las órdenes encaminadas a los fines del Estado.

En tanto la administración, que es otro aspecto de la autoridad, permite


proveer de bienes y servicios para la satisfacción de los intereses que se consideran
incluidos en la esfera del estado y del bien público. La actividad de la administración se
dirige hacia las cosas, y el gobierno se relaciona directamente a las personas. Inicialmente,
cuando se habla de gobierno y la administración se remite al funcionamiento de los tres
poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, y de los servicios que prestan a los gobernados.
27. CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DEL ESTADO.- Porrua 323-336

Personalidad moral.- Tal como hemos afirmado, como toda ocupación


organizada en vista de un fin a titulo eminente el estado es una persona moral, es pues
carácter esencial del estado.
Soberanía.- Sabemos que es, el orden temporal la sociedad suprema, a la
que están subordinados todos los individuos y grupos que viven dentro de sus fronteras.
Sumisión al derecho.- Por estar estructurado en vista de un fin y por
realizarlo, su actividad queda encuadrada en el orden jurídico formado por el Derecho
positivo constituido y sancionado.

PERSONALIDAD DEL ESTADO


La personalidad moral del estado nace con el ente social, esto es, al
constituirse un estado independiente, soberano y autodeterminarse, se hace susceptible a
tener derechos y obligaciones.
El problema de la personalidad del Estado origina problemas similares a los
que provocan todas las entidades de tipo colectivo para la definición de su personalidad.
Las posiciones frente a la cuestión pueden clasificarse como sigue:
1) Teorías negatorias: Solo reconocen como persona al hombre y niegan
personalidad al Estado.
2) Teoría de la personalidad jurídica: Solo admite al Estado como persona
jurídica.
3) Teoría de la personalidad moral: Afirman que la personalidad jurídica del
Estado es solo cobertura de su personalidad moral como realidad de tipo social.
4).- Teoría de la Doble personalidad. Afirman que existe una doble
personalidad por parte del estado.
TEORÍAS NEGATORIAS.- Hay doctrinas que han negado la existencia del
estado como personalidad, unas decían que el hecho de tener conciencia y tener voluntad
sólo pertenece a la persona física y que no puede haber otro ente que no fuera la persona
física porque carecería de estos, por ello no aceptan la personalidad jurídica del estado.
Saviny, propugnador de la escuela histórica del derecho. Negó la
personalidad Jurídica, como real dijo que es una ficción, invenciones, herramientas del
derecho.
Duguit, decía que tampoco podía haber personalidad jurídica, que eso era
una idea, una abstracción.
TEORÍA DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA
Dice que el Estado es “nada más que una persona jurídica” creada por el
derecho, fabricada por el legislador y aplicada al Estado para que este pueda ser titular de
derechos y obligaciones como sujeto de derecho.
Dentro de estas teorías, encontramos a la teoría de Kelsen, para quien el
Estado es igual al derecho.
Estas teorías dejan en el aire a la personalidad jurídica y no explican que
hay por debajo de esta ficción del derecho. Prescinden de toda consideración sociológica,
ética o política.

TEORÍA DE LA PERSONALIDAD MORAL.


También afirma que el Estado es una persona jurídica, pero no ficticia ni
vacía, sino colocada por el derecho por encima de una realidad social.
Se puede decir que este enfoque admite una personalidad “moral” o social
preexistente a la personalidad jurídica. La personalidad moral surge con independencia
del derecho, como fenómeno sociológico; mientras la personalidad jurídica es una
elaboración del derecho: la personalidad moral es soporte de la personalidad jurídica.
El Estado como persona.- El Estado tiene personalidad pero carece de
realidad sustancial: existe en y por los hombres. Es de tipo accesorio y accidental: no
existiría si no hubiera hombres.
Aunque no surge ni subsiste sin los hombres, es una unidad estable. Los
hombres pueden cambiar o substituirse, pero siempre tiene que haber hombres que
remplacen a los que han desaparecido.
Esta realidad social accidental que es, al mismo tiempo, independiente y
dependientes de los hombres, porque existe y dura por ellos, se llama persona moral. El
Estado es esa persona moral que es a la vez persona jurídica, porque sirve de soporte a la
“mascara” que le pone el derecho para que actúe como sujeto en el mundo jurídico.

TEORIA DE LA DOBLE PERSONALIDAD DEL ESTADO.


Se explica la personalidad del Estado mediante dos teorías: La que habla de
una doble personalidad, esto es cuando el estado actúa como ente soberano teniendo
relaciones con otros estados -derecho público-; y cuando se relaciona con particulares
para celebrar contratos sujetos al derecho civil -Derecho Privado-; La que considera que el
estado tiene personalidad pero expresada en dos voluntades, siendo una de Derecho
público y otra de Derecho privado.
La doctrina dividía la personalidad jurídica del Estado en una persona
pública y en otra privada. La persona pública estaba representada por el Estado actuando
en rigor de su imperium; mientras la persona privada era vista cuando el Estado actuaba
en pie de igualdad con los hombres en el marco del derecho privado. Así el Estado carecía
de responsabilidad cuando actuaba como persona de derecho público, pero asumía
responsabilidad cuando actuaba como sujeto de derecho privado. Esta teoría de la doble
personalidad no goza de crédito en la doctrina. No es necesario dividir en dos la
personalidad del Estado: basta con admitir que a veces el Estado actúa en el campo del
derecho público, y otras veces en el del derecho privado.
La personalidad jurídica del Estado es una sola y siempre pública o de
derecho privado; la que es diversa es su actividad.
Por lo anterior, se considera que el estado al ser una realidad social a la que
le corresponde una realidad jurídica consistente en ser una persona jurídica colectiva de
Derecho Público capaz de ejercer derechos y obligaciones, por lo que se encuentra
establecida en la Constitución; dicha personalidad jurídica surge en el momento en que el
Estado es independiente y soberano, que cuenta con una sola voluntad la cual ejerce a
través de sus órganos que el sistema jurídico establece para que emita su voluntad.

28.- LA SOBERANÍA porrua 362-366


La Soberanía es la cualidad específica del poder del Estado y consiste en el
derecho de mandar en última instancia en forma inapelable, o de hacerse obedecer en el
territorio estatal, fijando las normas a las cuales circunscribe su actuación y, afirmando su
independencia respecto de los demás Estados, sin más límites que los que crea el derecho
internacional, principalmente, a través de la organización de las naciones.
La soberanía de un pueblo se manifiesta en el derecho de darse leyes,
emitir decisiones administrativas y sentencias para los casos controvertidos.
En principio, no debe haber otro poder que el que corresponde al pueblo y
lo ejerce por medio de los poderes de la unión.
El jurista Grocio elaboró una teoría un tanto incierta de la soberanía,
manifestando que originalmente, los hombres, no por mandatos de dios sino de su propio
acuerdo, después de aprender por la experiencia que la familia aislada no podía
asegurarse contra la violencia, se unieron en sociedad civil donde surgió el poder civil”.
Al referirse al poder Grocio dice que es un poder supremo que consiste en
la facultad moral del Estado, facultad que no está sometida a los derechos de los otros y
cuyos actos no pueden ser anulados por otra voluntad humana.
Sin embargo, contradiciendo en parte la afirmación anterior considera que
ese poder supremo o soberanía se haya limitado por la ley divina, la natural, y la de las
naciones y por los convenios pactados entre gobernantes y gobernados.

Para Duguit el origen de derecho de la soberanía consiste en forma


objetiva en que unos hombres puedan mandar sobre otros.
29. LÍMITE RACIONAL Y OBJETIVO DE LA SOBERANÍA
Afirmamos rotundamente que la soberanía tiene un límite racional y
objetivo constituido por la misión que tiene que realizar el estado por el fin hacia el cual
se orienta su actividad y este límite, esta competencia, se encuentra enmarcada por el
derecho, por las normas jurídicas. En esta forma la soberanía se encuentra sometida al
derecho.
Es el constituido por la misión que tiene que realizar el estado, por el fin
hacia el cual se orienta su actividad, y este límite, esta competencia, se encuentra
enmarcada por el derecho, por las normas jurídicas.
Estos límites son establecidos por el derecho al cual el estado se encuentra
sujeto y al que no puede renunciar sin apartarse de su misma constitución esencial.
La Constitución Mexicana nos ofrece un concepto de soberanía nacional
como un derecho específico y una característica esencial y definidora del Estado
Mexicano.
Una de estas es que fuera del bien público temporal, fuera de sus funciones
encaminadas a lograrlo, el estado ya no es soberano, porque ya no es competente. El
estado solo es soberano dentro del campo mismo de la esfera en que debe desarrollar su
actividad. Fuera de esa esfera, la soberanía no existe. El estado tiene competencia en lo
relativo al bien público temporal y en este sentido su soberanía es relativa

30.- SUMISION DEL ESTADO AL DERECHO 367-369


El estado, considerado desde un punto de vista sintético presenta otro de
sus caracteres esenciales, la sumisión al Derecho. Las conclusiones derivadas de la
solución de este problema serán la base del desarrollo de este tema. Enmarcado a la
soberanía de una manera objetiva, existen límites que provienen de la misma naturaleza
del Estado, que derivan de su fin y de su misión.

El estado en sus relaciones con otros estados, se encuentra sujeto a


normas, a las normas del derecho internacional, que acepte su soberanía por medio de los
tratados y en sus relaciones con los ciudadanos que forman su población, también se
encuentra sometido a un orden, que es el establecido por las normas jurídicas; es decir,
que en su aspecto interno, la soberanía también se encuentra sometida al Derecho.

Duguit dice: si la soberanía es, por definición ese derecho de una voluntad,
que no se determina por sí mismo, a esta voluntad no puede estar limitada por una regla
de derecho, porque si lo estuviera no podría ir más allá del derecho. No obstante esto
carece de fundamentos porque parte de un concepto falso de soberanía. La soberanía no
es “el derecho de una voluntad, ni es su atributo fijar ella misma el dominio de su acción.

La soberanía significa la existencia de un poder supremo que implica el


derecho, no de no someterse a ninguna regla, sino de dictar y aplicar las conducentes a la
obtención del bien público, encaminando su actividad dentro de los senderos dados por
esas normas. El estado no tiene derecho de dar órdenes incondicionadas, esto es, dar
órdenes que no estén sujetas a principios rectores. El estado es una institución de
competencia delimitada por su finalidad específica. Su soberanía solo puede existir
lógicamente dentro de esos límites. Diversos autores han tratado de resolver la
pretendida contradicción entre el concepto de Soberanía y su sumisión al Derecho, por la
idea de auto limitación. Afirman que la soberanía tienen un carácter absoluto pero que el
estado, acepta limitar el mismo su poder soberano dictando las reglas a las que quedara
sometido.
No es satisfactoria esta doctrina ya que la soberanía no es un derecho del
estado si no un atributo de su esencia, y si fuera absoluta la teoría no tendría sentido que
la volviera relativa por un acto de propia voluntad. Además si la soberanía, en principio es
absoluta, no podría quedar restringida en ese carácter ni aun por su propia decisión, la
sumisión del estado al derecho viene no de su decisión voluntaria de acatarlo, si no que se
deriva de la realidad misma, de la naturaleza propia del Estado, tal como aparece o debe
aparecer en su existencia histórica.

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