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UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA

FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


LIC. CIENCIAS SOCIALES
GEOGRAFÍA ECONÓMICA
YEIMMY PAOLA LEON
JUAN CAMILO VASQUEZ MORENO
ROMMEL ALEXANDER
ALEJANDRO MEJIA

El HAMBRE Y LA ECONOMIA

Solucionar el problema del hambre y la escasez, es un tema del cual se ha


ocupado por muchos años la geografía económica con el paso de años. A pesar
de ello, estos fenómenos no parecen desaparecer de la cotidianidad del mundo. El
hambre afecta a, aproximadamente, mil millones de personas en todo el mundo y,
a medida que la crisis económica continúa, los esfuerzos por impulsar el
crecimiento empeoran la situación

La crisis financiera mundial y la posterior recesión económica han dominado


las mentes de los líderes económicos durante los últimos cuatro años. Pero una
crisis más cruda y persistente evidencia el fracaso de la economía global para
buena parte de los 7.000 millones de personas que viven en el planeta, y señala la
necesidad de buscar una nueva forma de hablar de economía.

La auténtica crisis no reside en la subida o bajada de los valores y las


acciones de los mercados financieros sino en los estómagos vacíos de mil
millones de personas. Una crisis que desaprovecha oportunidades, frena el
desarrollo y deja sin alimentos a una importante fracción de la humanidad. Como
bien lo expone cornejo en los antecedentes de su libro “la geografía del hambre”
donde dice que los pueblos son más vulnerables y susceptibles a la guerra cuando
sus necesidades de alimento son insatisfechas, siendo los países del tercer
mundo los más afectados por el hambre, donde la falta de producción de
alimentos y los desastres naturales están a la orden del día. ¿la causa? Explosión
demográfica expuesta por Malthus o tal vez debamos remitirnos a las corrientes
marxistas- leninistas o a la corriente del desarrollo social, donde la pobreza es un
hecho histórico y que esta se da por los esfuerzos de los países poderosos por
estar por encima de los otros. El hambre como cuna de una serie de problemas no
solo económicos, sociales políticos y por qué no de salud mundial.

se están haciendo esfuerzos para hacer frente al hambre en el mundo. En


2008, tras las revueltas provocadas por el aumento de los precios de los alimentos
en una docena de países, los líderes mundiales prometieron emprender acciones.
Los líderes del G8 acordaron en L'Aquila (Italia) que la agricultura y la seguridad
alimentaria deben figurar "en el centro de la agenda internacional". Más tarde ese
mismo año, el Comité de Seguridad Alimentaria (CSA) fue reformado para
fortalecer los mecanismos de gobernanza del sistema alimentario mundial.

Pero estos esfuerzos o bien deben aún dar sus frutos (el recién reformado
CFA aún está dando sus primeros pasos) o simplemente se han reducido a
promesas vacías. Tras la crisis alimentaria de 2008, los líderes del G8 se
comprometieron en L'Aquila a proporcionar 20.000 millones de euros para
impulsar la agricultura en los siguientes tres años. Estos fondos han resultado ser
fondos reciclados de anteriores promesas o destinados a cumplir distintas
promesas al mismo tiempo

aún se impulsa la producción de biocombustibles a pesar de que hay


evidencias que señalan que éstos fueron la principal causa del aumento de los
precios de los alimentos mientras, la presión sobre las personas que viven en
condiciones de pobreza continúa aumentando a medida que los recursos, la tierra
y el agua de los que dependen para alimentarse se han convertido en el principal
objetivo de poderosos intereses, ansiosos por acceder a estos valiosos recursos.

En los países en vía de desarrollo varios kilómetros de hectáreas han sido


vendidas o arrendadas, en su mayor parte a inversores internacionales a quienes
no sólo les interesa la tierra sino los recursos hídricos vitales a los que ésta les
permite acceder. muchas de las supuestas inversiones son en realidad casos de
"evaporación de recursos", dejando, a menudo, a las personas más pobres sin
tierra, sin recibir compensación alguna y expuestas a la inseguridad alimentaria,
sin nombrar los problemas políticos que subyacen de estas acciones.

En el mundo hay suficientes alimentos para que todos tengamos suficiente


que comer hoy y durante las próximas décadas. Otras cuestiones son la
distribución de estos alimentos y el deseo político. Ser conscientes de que vivimos
en un mundo con recursos limitados nos obliga a poner sobre la mesa la situación
de la seguridad alimentaria. En donde se debe pensar en la, Asimismo, estos
recursos limitados nos obligan a tomarnos en serio la cuestión de la sostenibilidad,

Hoy el mundo ha avanzado en el respeto de derechos e igual, pero en este


tema tan delicado es imperativo decir que, en vez de la igualdad, lo que vemos
florecer es la desigualdad. Mientras en 2010 el número de personas que padecía
hambre en el mundo aumentó hasta los 925 millones de personas, el número de
millonarios aumentó un 8%, incluso en países en los que cientos de millones de
personas viven con menos de 1,25 dólares al día. Esto tiene que ver con la
desocupación de las personas, la falta de trabajo, la mendicidad, el no lograr
adquirir los mínimos para tener una vida digna, en donde el hambre y la pobreza
desencadenan problemas de salud asociadas a estas condiciones socio-
económicas.

En lugar de hacer frente a la escasez de recursos, muchos gobiernos buscan


simplemente restituir el crecimiento sin apenas tener en cuenta la capacidad de
nuestro planeta. El costo que ha abarcado el avance tecnológico en términos
ambientales. Que no debemos olvidar que el calentamiento global al afectar el
clima, constituye un riesgo latente para la humanidad en materia alimentaria en
donde es el primer sector de la economía el más afectado.

Pero el problema del hambre no solo está relacionado con la escasez de


alimento también con la mala nutrición, La obesidad ha sido enfocada por la
sociedad como un problema de apariencia física, pero ante todo es una
enfermedad que incide directamente en la esperanza y calidad de vida de quien la
sufre y de un gran impacto social y económico. Desde hace alrededor de dos
décadas, la obesidad se está manifestando en asocio con la pobreza. En donde
estamos consumiendo alimentos que no aportan a nuestro organismo los
nutrientes necesarios que necesita nuestro cuerpo para desarrollar actividades
diarias, en este punto no hablamos de escasez de alimento o de dinero para la
adquisición del mismo por el contrario en este caso es el exceso tanto del alimento
en sus componentes y la capacidad económica que tiene el ser humano para
adquirirlo. Un alimento que no proporciona más que un bienestar temporal ya que
es escaso en materia nutricional y si muy perjudicial para el cuerpo. La Aparición
de estos alimentos procesados chatarra entre otros ha hecho que florezca
problemas de salud pública tales como la obesidad ya catalogado como una
enfermedad en donde los excesos son los protagonistas. Podríamos decir que
muchos intereses capitalistas hay sobre este problema, así como el desperdicio la
inactividad de la población, el sedentarismo, entre otros.

Usualmente la pobreza es asociada con falta de comida; y no es mentira.


Pero desde hace alrededor de dos décadas la pobreza también está siendo
asociada con un nuevo problema nutricional, la obesidad.

Hace una década, la desnutrición afectaba a cerca de 815 millones de


personas en el mundo, y todavía en 2010 alrededor de 104 millones de niños
mantenían esta condición, la cual causa aproximadamente un tercio de las
muertes en la población infantil. Pero mientras que los gobiernos continúan
esforzándose en reducir el hambre, ese enfoque deja de lado la creciente tasa de
sobrepeso y obesidad en el mundo en desarrollo.

Para la misma fecha, 2010, junto a los 104 millones de niños en condición de
desnutrición coexistían en el mundo 43 millones de niños menores de 5 años con
sobrepeso y en muchos hogares había un miembro desnutrido (casi siempre el
hijo) y uno de los padres con sobrepeso.

En la última década en particular varios factores han influido sobre la


disponibilidad de alimentos en diversos países. Las características de la
alimentación de las zonas urbanas y en muchas de las áreas rurales de los países
de medianos y bajos ingresos han cambiado al mismo con los cambios
tecnológicos que se producen en la industria alimenticia, el mercadeo, el
transporte y el flujo de capitales y servicios. El potencial efecto adverso de este
fenómeno es el incremento a alimentos procesados más baratos, con alto
contenido en grasa, con más azúcar y más sal en los países en vías de desarrollo.

Ante la necesidad creciente de alimentos básicos para los pobres, la


comercialización, disponibilidad y facilidad de acceso a aceites comestibles de
bajo costo y alimentos de calorías vacías, han estimulado a la población urbana de
escasos recursos a consumir alimentos de menor calidad que promueven la
obesidad. En la medida en que disminuye el ingreso, los alimentos que son bajos
en nutrientes pero altos en energía y de bajo costo se convierten en la alternativa
de los hogares para satisfacer la ingesta diaria de calorías. Por el contrario, los
alimentos ricos en nutrientes y las dietas de alta calidad no solo cuestan más, sino
que quedan al alcance exclusivamente de los grupos de mayores ingresos.

Esta condición destruye la población activa de la sociedad. No solo porque


produce una incapacidad económica o una repercusión en los estilos de vidas de
las personas si no limitan la esperanza de vida de la población, patrocinan la
muerte prematura. Sin dejar de lado los grandes impactos en materia de sistema
de salud el cual tampoco está preparado para preservar la vida de estas personas.

En conclusión, la geografía económica siempre se ha centrado en estudiar y


generar solución al problema de la escasez. Siendo la alimentación la primera
necesidad indispensable para poder vivir. Son deficientes las políticas mundiales
para asegurar la buena alimentación de la población en riesgo. Es imperativo
generar proyectos sustentables, es necesario que el capitalismo piense menos en
engordar sus bolsillos y más en pensar en preservar condiciones óptimas para la
extracción de las materias primas, generar producto alimenticio sanos, poco
procesados y a costos asequibles, permitir el acceso de las poblaciones en
condiciones de pobreza a sistemas diseñados para ayudarlas a superar esta
condición. Y así mejorar sus estilos de vida y alimentación.

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