TALLER PSICOSEXUALIDAD
GRECIA Y ROMA Los romanos creían que los hombres debían ser los participantes activos en
todas las formas de actividad sexual. La pasividad masculina simbolizaba
pérdida de control, la virtud más preciada en Roma. Era social y legalmente
aceptable para los hombres romanos tener sexo así con mujeres y hombres
prostitutos como con esclavos, siempre y cuando el hombre romano fuese el
activo. Leyes tales como Lex Scantinia, Lex Iulia y Lex Iulia de vi publica
regulaban las actividades de sexo homosexual entre hombres libres y, tanto
Lex Scantinia como otras legislaciones especiales de la milicia romana,
ponían pena capital a estas prácticas.2 Un hombre que disfrutaba siendo
penetrado era llamado pathicus o catamita o cinaedus, duramente traducido
como «pasivo» en sexología moderna, y era considerado como débil y
femenino.
Uno de los argumentos que se ha esgrimido para explicar esto -por lo menos
desde un buen sector de autores progresistas-, es nuestra herencia
judeocristiana. El argumento se basa en la represión de la sexualidad no
reproductiva que estableció el pueblo judío en el comienzo de su historia.
Esta represión de la libre sexualidad no tenia para los judíos un fin moral,
sino primariamente un fin de diferenciación ideológica y religiosa. También
una utilidad política y militar.
Los pueblos del Asia Menor invadidos por los judíos consideraban el placer
sexual como un regalo de los dioses, y los ritos de fertilidad, las orgías, los
bacanales, la mal llamada prostitución sagrada (de ambos sexos), formaban
parte integral de las religiones no monoteístas. Por lo tanto, la lucha contra
las demás religiones (fundamento del carácter nacional de los judíos),
adquirió características de combate contra el placer sexual. Es decir, la lucha
contra la llamada idolatría se convirtió en lucha contra el cuerpo, propio y
ajeno.
Esto no costó demasiado a los judíos, puesto que fueron los representantes de
las primeras sociedades totalmente patriarcales de la historia. Para ellos la
obediencia, la confianza en la autoridad, era la máxima virtud.
MEDIO ORIENTE En las culturas de Oriente Medio se tuvo en general una visión cultural muy
positiva acerca del sexo y la sexualidad, ya que el sexo llevaba a un estado
de felicidad. Una pista sobre esta visión positiva son sus abundantes
representaciones artísticas con escenas sexuales y una literatura sumeria y
babilónica con bastantes relatos de carácter erótico, sobre todo a finales del
tercer y principios del segundo milenio. Además, uno de los principales
textos pertenecientes a esta cultura, La Epopeya de Gilgamesh, en donde se
presenta el sexo como uno de los placeres que el hombre debe disfrutar.
Por extrañas que nos resulten, algunas fantasías son más comunes que otras,
como la del juego con cuerdas (kikkou) o el comer sushi del cuerpo de una
mujer desnuda (nyotaimori). Mientras que otros son sumamente extremos y
problemáticos, como la inserción de anguilas en la vagina de una mujer
(unagi) o tan extravagantes como un examen dental de una mujer totalmente
vestida mientras es observada con gran interés por hombres (ha daisuki).
CULTURAS Practicaban la poligamia, especialmente en las clases sociales nobles, y las
PRECOLOMBINAS esposas secundarias y sus hijos nunca eran relegados o estigmatizados
socialmente, sino que formaban parte de la familia junto con el señor y su
esposa principal. Existían dos formas permitidas de relación sexual: aquellas
dentro de la familia y las existentes entre guerreros y sacerdotisas, que en
realidad eran prostitutas rituales. Estas les proporcionaban alucinógenos y
afrodisíacos para hacer de la relación sexual una experiencia aún más
estimulante y apasionada. Sin embargo, el adulterio era penado gravemente,
excepto para los individuos situados en las escalas sociales más altas.
El matrimonio en esta cultura, más que un acto de amor, era una cuestión
práctica. La pareja recién casada recibía por parte del estado una parcela para
trabajar y desarrollar. Si la pareja se llevaba bien, formalizaban el
matrimonio, si no, se separaban sin más ataduras. La virginidad,
evidentemente, no figuraba entre los dones de las mujeres, al contrario, se
consideraba que una mujer virgen no había encontrado a nadie que quisiera
amarla. La libertad y naturalidad con que los incas vivían su sexualidad
quedó reflejada en el Archivo de Indias, haciendo referencia a la enseñanza
de la masturbación, la homosexualidad de ambos sexos, el entrenamiento
sexual a las mujeres, posiciones varias en el coito, sexo oral y anal.
Adecuados Inadecuados
-Estar sobrio -No cuidarse
-Protegerme y decirle a mi pareja que se -No ser responsable antes, durante y después
proteja de la relación sexual
-Hablar sobre los riesgos de una relación -Estar con varias parejas y no cuidarse
sexual con mi pareja, -No conocer las enfermedades de las que me
puedo contagiar
-Tener relaciones ebrio o drogado y no
medir mis actos