12 razones contundentes
¿Cuán tristes se habrán sentido aquellos discípulos que caminaban hacia Emaús? Cristo
había muerto. Su desánimo y desconcierto debió haber sido grande. Ellos lo conocían, nadie
les había contado sobre Él, habían sido amigos cercanos. No solo habían perdido a su
maestro, a su amigo, habían perdido su razón de ser. Algunas mujeres decían que había
resucitado, que no había nadie en el sepulcro pero, para ellos eso era incomprensible, una
locura.
Y así en plena oscuridad, es nuevamente el mismo Jesús el que sale al encuentro, el que
siempre da el primer paso. Y no aparece diciendo: –«¡Hey amigos! ¿De qué están tristes? Soy
yo, ¡que no ven que no he muerto!»– Por el contrario, Jesús delicadamente aparece como uno
más, se hace el desentendido, les pregunta, entiende su dolor, les habla nuevamente sobre
todo lo que el maestro les enseñó…acompaña su camino y cuando están preparados les
Pasa que en nuestro caminar por esta vida no pocas veces nos encontramos como esos
discípulos de Emaús. Caminamos tristes, con un anhelo profundo en el corazón por la Verdad.
Una verdad que tantas veces se nos olvida. Es por eso que una pausa en el camino, dejar que
Un retiro espiritual es esa pausa que necesitamos en el caminar de nuestras vidas para
encontrarnos de una manera más profunda y directa con Dios. Esta es una práctica común
en la iglesia que no debemos dejar de lado. Si nunca has ido a alguno o si de pronto crees que
espiritual. Anímate a ir a uno. «Los hombres y las mujeres de hoy necesitan encontrar a Dios y
conocerlo “no de oídas”. (…) un buen curso de Ejercicios Espirituales contribuye a renovar en
quien participa la adhesión incondicional a Cristo y ayuda a entender que la oración es el medio
Cuando un retiro empieza, los primeros momentos suelen ser raros. Es como si de pronto el
mundo se detuviera y entraras en algo que no comprendes. Tal vez tengas la urgencia de salir
o la incomodidad de encontrarte con este nuevo espacio. ¿Para qué habré venido? ¿Para qué
complicarme la vida? Ten paciencia, ábrete a la acción de Dios y permite que sea El quien guíe
Hacer una pausa y entrar en un retiro necesariamente lleva a que revisemos nuestra
vida. Cómo la hemos venido viviendo, cuáles son esos eventos que nos han marcado. Es mirar
también de frente a nuestro pecado, reconocer que hemos hecho daño y nos hemos dañado.
Mirar de frente ese dolor que tal vez en un primer momento resulte difícil de reconocer y
misericordia de Dios.
Así como experimentas esa oscuridad, también empezarás a ver la obra de Dios en tu vida, a
insospechados, la belleza de la gente que te rodea, tu familia, tus amigos, tu comunidad, las
mismas personas que acompañan tu retiro, todo te hablará de Dios y empezarás a descubrir la
riqueza en tu vida. Una riqueza que ningún dinero podrá jamás comprar.
4. Experimentarás la Verdad y la Belleza de Dios
Los momentos de oración en un retiro son intensos. Las visitas al Santísimo Sacramento, las
relativo, la verdad es Dios mismo.Ese Dios que cumple su promesa cuando dijo: «Y yo
estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28,20).
El trato personal lo inventó Dios. Sí, no fueron las grandes corporaciones ni el servicio de
atención al cliente. Fue Dios. El fue el primero que ama con un amor infinito y a la vez “hecho a
medida”. Como padre bueno que es, conoce hasta el último detalle de nuestro corazón,
nuestros sueños, anhelos y todos los toma en consideración. Muchas veces no entendemos
por qué permite ciertas cosas, pero lo cierto es que Él nos conoce incluso mejor que nosotros
mismos. En un retiro experimentarás ese amor que te hace sentir su hijo favorito.
Así como experimentas ese amor y ese cuidado hacia a ti. Si sales un poco de ti y miras a los
demás verás cómo de esa misma manera quiere a cada uno de los que está presente. Los que
provienen de una familia numerosa tal vez puedan entender esto mejor. El padre que llena de
detalles a cada uno de sus hijos, que da las respuestas que cada uno pregunta y las da a la
medida. Trata y educa de acuerdo a las necesidades especiales de cada hijo. Mirar la acción
de Dios en otros es una experiencia por demás conmovedora. Una enseñanza de cómo
¿Alguna vez te has reído de las ocurrencias de un niño? De la misma manera escucharás a
Dios reírse de las tuyas, jugarte bromas tiernas y reír hasta quedar sin aliento. El sentido del
humor de Dios es inigualable. Es un sentido del humor tierno, que busca que aprendas
con cariño y diversión.Me recuerda a mi madre riéndose cuando mis hermanos empezaban a
hablar…
8. Encontrarás descanso
Entrar de retiro es salir a una vida nueva. Es poder echarte a mirar el cielo y descubrir una
grandeza que eras incapaz de ver por estar siempre parado mirando hacia el
piso. Encontrarás una parada, alguien que te dio posada para poder volver a leer el mapa
continuar.
Muchas veces pensamos que con ir a misa y rezar brevemente por las noches o en algún
espacio del día es suficiente. Cuando te das una pausa y tienes un tiempo prolongado de
encuentro con el Señor como sucede en los retiros, tu vida de oración necesariamente se
es ese “idioma” para hablar con Dios, para conocerlo y sobre todo para
Es probable que a un retiro vayas acompañada de amigos, o tal vez ahí mismo conozcas gente
que te acompañará siempre, aunque no veas mucho después. «No hay amor más grande que
dar la vida por los amigos» (Juan 15, 9-17), es una realidad tangible, en un retiro abrirás tu
corazón, compartirás con ellos y celebrarás con ellos todo el amor recibido. Los amigos que
hacemos en el Señor son verdaderos regalos, amistades especiales con las que
compartes toda tu vida. Sé tú también para ellos ese “lugar-persona” donde descansar,
En el camino de Emaús, Jesús sale al encuentro, reconforta a sus discípulos tristes por su falta
de fe, pero no solo eso, Jesús termina esa conversación partiendo el pan, y es ahí donde los
hacemos mecánicamente, el silencio y el espacio que brinda un retiro espiritual permita que
12. Saldrás con una ganas infinitas de gritarle al mundo que Dios está vivo
Es imposible que después de todo lo vivido y recibido en un momento de profundo contacto con
Dios, no tengas ganas de salir a gritarle al mundo que Dios está vivo. Así de la misma manera
como lo hicieron los discípulos de Emaús, ellos no se echaron a descansar, ¡el corazón les
ardía!, y así, salieron corriendo a contar a los demás que Cristo había resucitado.