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Nutrición de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) -


Associació de malalts de Crohn i Colitis Ulcerosa de Catalunya
12-15 minutos

ACCU Cataluña y la Unitat de Suport Nutricional de l'Hospital Universitari Vall d'Hebron de Barcelona organizan una
conferencia y unas sesiones prácticas sobre "Nutrición en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)".

Debido a las numerosas peticiones que hemos recibido por parte de nuestros asociados sobre el tema de la nutrición en la
EII, estamos organizando diferentes actividades sobre este tema. En primer lugar, se impartirá una charla teórica y en días
posteriores se organizarán varias sesiones prácticas, en pequeños grupos, para las personas que estén interesadas.

La conferencia (charla teórica): "Nutrición en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)", se realizará el miércoles 19 de
septiembre a las 19:00 horas en el Hospital Vall d'Hebron, Antigua Escuela de Enfermería, 1a. planta. Unidad de Nutrición.

Nutrición en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

(Resumen de la conferencia)

El pasado miércoles día 19, *ACCU Cataluña y la Unidad de Apoyo Nutricional del Hospital Universitario Vall de Hebrón de
Barcelona organizaron una conferencia sobre "Nutrición en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)". Seguidamente os
hacemos un resumen de lo que se habló en la conferencia.

El dietista de la unidad Hegoi Segurola es quien realizó la charla, a la que asistieron muchos socios y familiares de ACCU. Al
principio hizo una breve explicación de lo que es la enfermedad inflamatoria intestinal, síntomas y qué partes pueden estar
afectadas.

Seguidamente nos habló de la alimentación que se recomienda a las personas que tienen una enfermedad inflamatoria
intestinal (EII) cuando se encuentran en una fase activa de la enfermedad, diferenciando un brote severo, moderado o leve,
y la alimentación que se recomienda en una fase de remisión.

Nos comentó que en la EII, hay una prevalencia alta de desnutrición, debido a varias causas cómo; la mala absorción de los
nutrientes a nivel intestinal cuando la enfermedad está activa, puede haber hipercatabolismo en el organismo (debido a la
actividad inflamatoria, fiebre, corticoides, infección...) y a menudo hay una disminución de la ingesta (dolor abdominal,
pérdida de hambre, malestar, ayuno terapéutico...).

Si hay algún déficit vitamínico y/o mineral se suministrará por diferentes vías las vitaminas y/o suplementos.

También comentó brevemente la nutrición enteral (NE) que pueden necesitar algunos enfermos cuando están en un brote
severo de la enfermedad o cuando están hospitalizados por complicaciones debidos a la propia enfermedad. Algunas
personas pueden empezar haciendo una dieta líquida (obteniendo un mínimo de calorías más hidratación) y con batidos
orales (enriquecidos con proteínas y energía). Después de unas horas o días (mucha variabilidad individual: gravedad de los
síntomas, qué parte está afectada, respuesta al tratamiento...) ya se iniciará una dieta basal sin residuos ni lactosa y se irán
reduciendo el envase de NE.

Dieta en la enfermedad inflamatoria intestinal, en diferentes fases

Dieta Brote Severo

Está indicada en aquellas personas que sufren un brote severo (episodios diarréicos abundantes, con sangre y moco) y dolor
severo.

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Después de un ingreso por complicaciones propias de la enfermedad.

Características de la dieta

Dieta con bajo contenido en lactosa.

Dieta elaborada con alimentos sin fibra, excepto los aconsejados (ver cereales, patatas y frutas)

Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales)

Alimentos aconsejados

Lácteos: Leche especial sin lactosa. ( La eliminación total de la leche en la dieta sólo está indicada en aquellas personas que
manifiesten intolerancia (diarreas, flatulencia, dolor abdominal.

Carnes: Ternera tierna o picaa, pollo (sin piel), conejo, pechuga de pavo.

Pescados: Pescado blanco magro (merluza, bacalao fresco, gallo...).

Huevos: Tortilla (con una yema y si se quiere se puede añadir más claras), huevo hacer muy cocido. Embutido: Jamón
cocido, jamón país sin grasa, pavo cocido.

Pan: Tostadas, biscottes, galletas tipos "María".

Cereales: Sémola de arroz, sopa de tapioca, arroz hervido, pasta de sopa pequeña, harina maíz (maizena) Patatas: Puré de
patata y zanahoria.

Frutas: Manzana al horno, manzana rallada (ennegrecida), manzana hervida con canela, membrillo, melocotón en almíbar
sin zumo, plátano muy maduro, pera hervida, al horno o en almíbar.

Dulces: Membrillo, mermelada de melocotón, naranja, ciruela (poca cantidad).

Grasas: Aceite de oliva, mantequilla cruda (poca cantidad).

Bebidas: Agua natural, caldo vegetal, agua de arroz y zanahoria (pero no abusar del agua de arroz), té suave. Ir
combinando diferentes líquidos para hidratarnos.

Condimento: Sal.

Tipo de Cocción: Cocido y papillote.

Dieta brote moderado

Está indicada en aquellas personas que sufren un brote de intensidad moderada.

Después de haber tolerado la dieta del brote severo.

Características de la dieta

Es una dieta algo más permisiva que la anterior, con moderado contenido en lactosa.

Elaborada con alimentos sin fibra, excepto los aconsejados.

Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales)

Lácteos: Leche especial sin lactosa. Introducción del yogur natural, queso semiseco en cantidad moderada (tipo Manchego,
Emmental, Gruyere) y quesitos desnatados. La eliminación total de la leche en la dieta sólo está indicada en aquellas
personas que manifiesten intolerancia (diarreas, flatulencia, dolor abdominal). Se irá introduciendo gradualmente la leche
con lactosa, si no ocasiona complicaciones digestivas se irá aumentando las cantidades e introduciendo del todo.

Carnes: Ternera tierna o picada, pollo (sin piel), conejo, pechuga de pavo, lomo de cerdo, cordero sin grasa, perdiz, potro.

Pescados: Pescado blanco magro (merluza, bacalao fresco, gallo...), gambas y langostinos.

Huevos: Tortilla (con una yema y si se quiere se puede añadir más claras), huevo hacer muy cocido.

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Embutido: Jamón cocido, jamón país sin grasa, pavo cocido.

Pan: Tostadas, biscottes, galletas tipos "María", pan tostado (no integral), pan de molde (tipo Bimbo), pan del día anterior.

Cereales: Sémola de arroz, sopa de *tapioca, arroz hervido, pasta de sopa pequeña, harina maíz (maizena), macarrones,
espaguetis hervidos muy cocidos, cereales para adultos sin leche, cereales de de almorzar sin azúcar ni fibra (tipo Corn
Flake).

Patatas: Puré de patata y zanahoria.

Frutas: Manzana al horno, manzana rallada (ennegrecida), manzana hervida con canela, membrillo, melocotón en almíbar
sin zumo, plátano muy maduro, pera hervida, al horno o en almíbar, zumos de uva o manzana caseros y colados.

Dulces: Membrillo, mermelada de melocotón, naranja, ciruela (poca cantidad).

Grasas: Aceite de oliva, mantequilla cruda (poca cantidad).

Bebidas: Agua natural, caldo vegetal, agua de arroz y zanahoria (pero no abusar del agua de arroz), infusiones y café suave.

Condimento: Sal.

Tipo de Cocción: Cocido, papillote, plancha, horno, grill y parrilla (evitar la formación de costra quemada).

Dieta brote leve

Está indicada en aquellas personas que sufren un brote de intensidad leve.

Después de haber tolerado la dieta del brote severo y/o moderado..

Características de la dieta

Elaborada con alimentos con fibra soluble, poca fibra insoluble y residuos.

Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales)

Lácteos : Si se ha tolerado la leche sin lactosa, introducirla con normalidad. Aumentar el aporte de queso.

Carnes: Ternera tierna o picada, pollo (sin piel), conejo, pechuga de pavo, lomo de cerdo, cordero sin grasa, perdiz, potro.

Pescados: Pescado blanco magro (merluza, bacalao fresco, gallo...), gambas y langostinos.

Huevos: Tortilla (con una yema y si se quiere se puede añadir más claras), huevo hacer muy cocido.

Embutido:Embutidos: Jamón dulce, jamón país sin grasa, pavo cocido, lomo, fuet y longaniza de buena calidad.

Pan: Tostadas, biscottes, galletas tipos "María", pan tostado (no integral), pan de molde (tipo Bimbo), pan del día anterior.

Verduras: Verduras tiernas en forma de purés o chafadas (puntas de espárragos, corazón de alcachofa, remolacha,
calabacín y calabaza sin piel). Judía verde muy tierna hervida, berenjena (sin piel ni semilla), escalibada (al horno), endibias
cocidas, acelgas sin tronco. Todavía NO introducir verduras crudas.

Cereales: Sémola de arroz, sopa de *tapioca, arroz hervido, pasta de sopa pequeña, harina maíz (maizena), macarrones,
*espaguetis hervidos muy cocidos, cereales para adultos sin leche, cereales de almorzar sin azúcar ni fibra (tipo Corn Flake).

Patatas: Puré de patata y zanahoria .

Frutas: Manzana, plátano maduro, pera, zumos de uva y manzana caseros. Dulces: Membrillo, mermelada de melocotón,
naranja, ciruela (poca cantidad), bizcocho o coca caseros.

Grasas: Aceite de oliva, mantequilla cruda (poca cantidad).

Bebidas: Agua natural, caldo vegetal, agua de arroz y zanahoria (pero no abusar del agua de arroz), infusiones y café suave.

Condimento: Sal.

Tipo de Cocción: Cocido, papillote, plancha, horno, grillo y parrilla, guisos y estofados suaves.

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Dieta en fase de remisión

Los consejos generales sobre la dieta para las personas diagnosticadas de una EII en época de remisión son las generales
para la población. Seguir una dieta equilibrada es la mejor garantía de cubrir todas las necesidades del organismo y de
estar en las óptimas condiciones para hacer frente a problemas de brotes de la enfermedad.

Se recomienda incluir todos los alimentos, pero se aconseja que cada persona haga un aprendizaje personal, identificando
aquellos alimentos que por un motivo u otro no tolera. Es decir que habrá personas que le sientan bien unos alimentos y en
cambio a otros no le sientan tan bien, debido que hay diferencias individuales.

Alimentación equilibrada

Es la que nos aporta todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, a través de la ingesta de una cantidad adecuada de
energía. Es una alimentación sin carencias nutritivas ni desequilibrios calóricos que produzcan alteraciones en el
peso corporal (estar demasiado delgado o tener exceso de peso) y en la salud en general.

Los requerimientos nutricionales y energéticos dependen de la edad, actividad física y situación fisiológica (embarazo,
enfermedad de base).
La alimentación tiene que ser variada. La dieta cotidiana tiene que contener la máxima variedad posible de alimentos, para
garantizarnos una aportación de nutrientes que evite posibles carencias.

Hay que tener en cuenta que no hay ningún alimento que aporte todos y cada uno de los nutrientes que nuestro organismo
necesita. Por tanto, tenemos que conseguir que en nuestra alimentación haya alimentos de los diferentes grupos:

Verduras: Cocidas y crudas (introducirlas gradualmente después de dejar la dieta en un “brote leve” observar cuáles nos
sienten mejor).

Legumbres.

Carne. Disminuir el consumo de carnes grasas por el consumo de pescado y carne más magra (aves, conejo y pescados).

Pescado blanco y azul.

Grasas: Aceite de oliva (preferente para cocinar y aliñar). Limitar el consumo de grasas saturadas (se encuentran en la
bollería industrial, algunos platos preparados, salsas industriales, snacks...).

Cereales. Consumir algunos alimentos integrales.

Lácteos.

Fruta fresca.

Frutos secos.

Moderar el consumo de sal (tanto de adición, como a través del consumo de alimentos salados: snacks, embutidos,
algunos precocinados...). No utilizar el salero en la mesa.

Reducir el azúcar de adición: limitar los alimentos dulces, zumos industriales y refrescos.

También se recomienda (todavía más importante para las personas afectadas de EII):

Dedicarle un tiempo a las comidas: disfrutando del momento, sentarnos y comer despacio. Importante masticar bien
los alimentos.

Beber preferentemente entre las comidas (agua, tés...).

Hacer varias comidas al día: almuerzo, medio mañana, comida, merienda y cena (esto también dependerá de los
horarios de cada uno). Así distribuimos el aporte energético y de nutrientes en cuatro o cinco ingestas diarias. Esto también
favorece que tengamos unas digestiones más fáciles.

No estirarnos después de acabar de comer. Dejar pasar un rato.

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En resumen, una alimentación saludable tiene que ser:

- Variada: tanto en alimentos (unos se complementan a otros, al alimento que le falta algún nutriente lo aporta otro),
como en técnicas de preparación.

- Moderada: hay que adecuar la cantidad de las raciones a la edad y a las necesidades individuales (ni carencias, ni
excesos)

- Equilibrada: adecuando la proporción entre los diferentes alimentos y su origen (animal y vegetal).

- Satisfactoria: el placer de comer bien, hay que conseguir combinar el carácter saludable de la alimentación y disfrutar
de la comida.

Agradecemos la colaboración de la unidad de apoyo nutricional del Hospital Universitario Vall de Hebrón de Barcelona.
Debido al interés de los asistentes se habló que más adelante se realizará un taller práctico enfocado a la alimentación,
debido que en esta charla no se pudo realizar por falta de tiempo.

Resumen elaborado por la dietista y socia de ACCU:

Núria Duran Martí.

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