¡Buen día! Con las escalas te dije que podías componer melodías; pues con los acordes
puedes acompañar esas melodías y crear de este modo armonía.
Los acordes son los ladrillos para componer y tocar música al piano, de forma que
vamos a aprender a construirlos a partir de las escalas que ya hemos aprendido en la lección
1 de 4 Días de Piano.
Y para que sea fácil aprenderse los acordes, vamos a explicarlos en base a las escalas, como
acabo de decirte, pero también a partir de los tonos y semitonos que seguro ya sabes
reconocer entre dos sonidos del teclado del piano.
Pues bien, esos tonos y semitonos se pueden sumar para medir la distancia entre dos
sonidos, o teclas del piano, distantes. Nosotros nos vamos a centrar en tres intervalos: el de
3ª mayor y menor, y el de 5ª perfecta.
3ª menor 1T + 1/2T
Para formar estos intervalos al piano, tienes que partir de cualquier tecla y ir sumando tonos
y semitonos hasta llegar a la tecla donde sumes la cantidad de tonos y semitonos según la
tabla.
¡Ahora ya estás listo para tocar el acorde que quieras al piano! Elige una nota y,
consultando la tabla, superpone los intervalos necesarios para construir el tipo de acorde
que tú quieras.
Inversión de acordes
Aunque este concepto tiene más que ver con las progresiones armónicas (el próximo día
aprenderás a construirlas), he querido incluir este apartado ahora para poder centrarnos más
en las progresiones de la próxima lección.
Invertir un acorde consiste en cambiar el orden de sus notas para hacerlo sonar más
agudo o más grave. Lo que se hace es subir una octava las notas del acorde para que,
siendo el mismo acorde, cambie la disposición de sus sonidos musicales.
La inversión de acordes es importante a la hora de usar varios acordes uno detrás de otro.
Con los acordes invertidos podemos evitar que, al pasar al siguiente acorde, no haya
un cambio muy brusco en el tono.
Esto último que te acabo de contar tiene que ver con el tema de mañana: las progresiones
armónicas. Se trata de otro elemento musical más complejo que consiste en utilizar varios
acordes distintos, haciéndolos sonar uno detrás de otro en una progresión.
Todo lo mejor, sinceramente: