en la gestion educativa
Experiencias en Brasil, Chile y Venezuela
UNESCO/OREALC
Noviembre de 1995
Impreso en Chile
Presentación 7
Juan Casassus
1. La transformación del modelo de organización y
gestión educativa: el aprendizaje acumulado
América Latina está atravesando por cambios muy profundos: se está modificando
el patrón de articulación entre el Estado y la sociedad civil a través de un papel
más prominente de los mercados, se están alterando las prioridades a las que los
gobiernos dirigieron su atención por décadas y se afirman formas de convivencia
y orientaciones políticas de respeto a la diversidad y al pluralismo. Así, los
términos modernización y democratización no son sólo aspiraciones compartidas
sino fuerzas que alientan comportamientos nuevos y que dan lugar a la emergencia
de actores sociales que plantean nuevas demandas y que transforman la significación
de lo público.
Esas aspiraciones y estos cambios han Estado acompañados -y a veces
impulsados- por una renovación en el pensamiento y en los proyectos sociales.
La “transformación productiva con equidad” los resume, dando lugar a revisio-
nes de los marcos institucionales existentes, a las políticas establecidas y a los
modelos de organización y gestión pública y social que surgieron como respuesta
a otras demandas y desafíos.’ En el nuevo escenario, además, la competitividad
en el plano internacional y lo dramático de las generalizadas situaciones de
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10 INNw*C,,,Nt.~,:N,A
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construir las nacionalidades. Nació de este modo centralista y jerárquico.
Adoptó prácticas napoleónicas de estructuración aún cuando las realidades
enfrentadas se adaptaban poco a sus requerimientos de funcionamiento. Surgió
así desde el inicio una tensión entre el diseño a que obedecía el aparato estatal
y los comportamientos efectivos. Conforme a ese diseño, la concentración de la
capacidad decisoria hacia que los niveles intermedios se constituyesen exclusi-
vamente en cadenas transmisoras de órdenes y regulaciones. En principio, los
juicios de valor estaban exclusivamente reservados a aquellos niveles políticos,
con la función administrativa limitada a operar en un marco de restricciones en
el que la explicitación de los objetivos era redundante dada la importancia a los
procesos, a las rutinas y a las operaciones centralmente definidas.
Las tensiones derivadas del conjunto de restricciones propias de un Estado
centralizado llevaron a refuerzo constante de un natural formalismo. Incorpora-
das las normas jurídicas que suponían una ciudadanía homogénea en derechos
y capacidades, el derecho administrativo procuraba regular los comportamientos
de la gestión pública de manera que se preservaran las garantías de los
administrados, asegurando que las prestaciones públicas fueran también homo-
géneas. La pesada carga reglamentarista era una necesidad funcional de ese
Estado centralizado y a la vez extremadamente débil en su sustento social. Era
la garantía de la jerarquía con respecto al comportamiento de un funcionariado
con baja capacitación, disperso geográficamente y atado a múltiples lealtades
particularistas y locales. Esa garantía estaba reforzada por la supuesta posibili-
dad del ejercicio de la capacidad de sanción, legitimada por una legislación que
hacía del universalismo de las políticas estatales su racionalidad última aún
desconociendo las limitaciones y deformaciones de la acción pública.
Sobre estas bases se fue construyendo el aparato organizacional del Estado,
el que ganó en complejidad a medida que pretendía enfrentar nuevos problemas:
al surgimiento de cada uno de ellos en la agenda social ‘seguía como práctica
regular la creación de un nuevo mecanismo, haciendo del principio de diferen-
ciación estructural y de especialización funcional otro cimiento de esa construc-
ción. Cada uno de esos espacios terminó siendo apropiado por los especialistas
en la resolución de esos problemas, tal como eran circunstancialmente definidos.
Las profesiones tuvieron así sus ámbitos de control: sus conocimientos eran la
justificación de su poder, alejados del escrutinio público y protegidos por el
carácter centralizado de la administración.
Surgen así tres características básicas: centralización, formalismo y seg-
mentación. Como se anticipó, las mismas no nacieron de azares históricos.
Respondieron a una lógica de construcción de instituciones públicas y de
complejización de las sociedades. Eran coherentes con la naturaleza de las
políticas adoptadas y con los objetivos que se pretendía alcanzar.
13
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articulación con la comunidad y con otras instituciones. Todos ellos hacen
alguna referencia a la cuestión del financiamiento, pero siempre en el contexto
de esas problemáticas.
En las secciones siguientes se hará una revisión sumaria de esos estudios
presentando una interpretación de los datos aportados por cada uno de ellos. Esta
interpretación, por cierto, deja en la penumbra muchos de los aspectos tratados
con detenimiento en los trabajos y concentra los focos de la atención en otros. La
selectividad ejercida, si bien arbitraria, no deja de estar fundada en el intento de
construir conocimiento a partir de aportes dispersos pero convergentes.
El estudio señala que en los municipios con avances más sostenidos también se
dieron procesos de activación ciudadana en torno a movimientos de base, con
nuevas formas de participación y dc incidencia sobre los gobiernos locales.
Esta constatación permite inferir que la problemática de la organización y de
la gestión educativa esta correlacionada con la autonomización local y, por lo
tanto, con la capacidad de los sujetos locales para operar como actores sociales
relevantes frente al proceso educativo.
Su consecuencia tiene que ver con la dinámica del cambio educacional y de
su sostenibilidad: este sera más lento y frágil cuánto más débil sea su soporte
social. La escuela y el con.junto institucional del que forma parte no son sistemas
cerrados: cuánto mayor sea su apertura a la comunidad, mayores serán los
estímulos y exigencias que ésta planteará.
La iniciativa social
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La iniciativa social es un dinamizador estratégico del sistema educativo
_-_- _-.--.
Pero esa heterogeneidad pone al descubierto otra complejidad mayor: los límites
convencionales entre lo estatal y lo privado se diluyen y se hacen más confusos.
En el nivel universitario los nuevos tipos institucionales y las modalidades
de articulación y de financiamiento con participación del Estado dramatizan este
tránsito hacia una mayor complejidad con consecuencias sobre la organización
y la gestión institucional, tanto a nivel de conducción del sistema como de las
unidades que lo integran.
Entre las nuevas cuestiones que surgen están las referidas a los mecanismos
de control social más allá de la demanda del mercado por los productos
generados, los medios utilizados por la regulación estatal -el financiamiento
atado, la supervisión, la acreditación, etc.-, las demandas por mayores capaci-
dades para el “análisis situacional” y la evaluación, la estructura misma de
gobierno de estas entidades, etc..
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básicas de intervención del ministerio de educación central. Las subvenciones,
calculadas en base al numero de alumnos y a la concurrencia a clase con algunos
factores de corrección por la naturaleza y circunstancias particulares de la
escuela, deben alcanzar para financiar los costos totales de la actividad.
En aquellos procesos decisorios en torno al presupuesto y a la ejecución del
gasto se movilizan distintos actores dentro del sector público, se recolecta y
analiza información y se definen los niveles de subvenciones. Durante la
operación, el ministerio ejerce la supervisión y el control de las escuelas que
obtuvieron el reconocimiento como cooperadoras de la función educacional.
Participan en los trámites los niveles provinciales y regionales, agregando y
validando información.
Este proceso plantea la necesidad de disponer de un ajustado sistema
administrativo sustentado en una información oportuna y adecuada, apoyado en
normas explícitas y de una capacidad para aplicar sanciones por incumplimien-
tos. Pero también pone de manifiesto la existencia de una negociación constante,
de la necesaria incertidumbre con respecto a los resultados de la misma y la
necesidad de contar con una distribución adecuada de capacidades analíticas y
para la concertación a lo largo de todo el sistema.
Hasta aquí, los casos considerados arrojan aprendizajes de enorme interés sobre
los aspectos macroestructurales del sistema y sobre los instrumentos y consecuencias
de la descentralización. Ahora la perspectiva cambia: la atención se fija en la
base del sistema y en las articulaciones horizontales y hacia arriba que tienen a
la escuela por protagonista.
Desde esta perspectiva, el interés del caso de lared Fe y Alegríade Venezuela
radica en su capacidad para ilustrar la coherencia entre distintas dimensiones
institucionales, la interacción entre ellas, la lógica de su desarrollo y las
consecuencias observadas.
La red Fe y Alegría puede considerarse, además, como es una “expresión
organizacional” de lo que en la sección inicial fue considerado un nuevo
paradigma. En éste, las notas centrales son la horizontalidad, la descentraliza-
ción, la autonomía, la cultura institucional, la responsabilidad por los resultados
y la apertura a la comunidad.
Varios aspectos merecen analizarse a partir de este caso y que tienen que ver
con esas dimensiones:
- la horizontalidad a través del despliegue de una red institucional, con un
centro que desempeña un papel de promoción, apoyo y reconocimiento de la
identidad.
- la autonomía de los integrantes de la red, la que puede conceptualizarse en
forma analógica como ilustración de un sistema descentralizado con capa-
cidad de decisión atribuida a la base,
- la integralidad de los planteos, enmarcada en una “cultura organizacional”
que privilegia los aspectos socio-afectivos por sobre los procedimientos de
la racionalidad instrumental.
- la articulación con la comunidad.
La horizontalidad
La autonomía
La eficiencia y la equidad
Sobre el financiamiento
Lo anterior abre el rumbo para identificar algunas tareas que podrían formar
parte de una agenda para el futuro. Las que se enumeran a continuación no tienen
carácter exhaustivo y simplemente constituyen resultados de las consideraciones
que se formulan a lo largo de este trabajo.
En materia de investigación
Consideración final
5 Estosprocesosdeapropiaciónsonmásevidentescuandogruposdeingresos~ltosomediosyconescolaridadmás
elevadaseaseguran unaenseñanzasuperiorde”excelencia”; pero ocurre. también, con segmentos de las burocracias
medias ydecategoríasde trabajadores industrialesyde serviciosenrelación alaeducaciónmediay alaformación
profesional.
47
6
Se constata, por +mplo, que en Brnsil. la mayoria de los cursos superiores privados operan con costos muy bajos
-debido u los mrnorrs salarnos de los docentes , sin embargo. sus sgresndos- provenientes de estratos sociales
medio-infcriores-obt~enenpequeñ;~sventajnse~~”lifrlingincomes”, loqueseretlejaenlas tasasderetornoquese
asemejanalasdeI«scursos supertores más~alificad«sydrcostoluucho máselevado. Uncomportnmientosemejante
se observa en los servicios de salud, en la oferta habitacional, en los transportes colectivos, etc. Esas clientelas,
aunque perciben In menor calidad de esas ofertas, en general se acomodan ü sus moderados resultados puesto que
“oc”e”ta”c”notranltrrnativa.
-__ . -__------ _
los modos tradicionales de evaluación de sus determinantes y resultados,
circunstancia que ya los lleva a iniciar nuevas líneas de debate político y
proyectos de cambio o innovación educativa.
Se percibe, por una parte que el sistema escolar brasileño experimenta
dificultades para transformarse porque se desarrolló bajo el signo de modelos
clientelistas/populistas, de diseño y conducción de las políticas educacionales
asociados a esquemas fuertemente centralizados de dirección y financiamiento
en el ámbito macro político, condiciones estas que asociadas al corporativismo
y a la escasa articulación social de las escuelas implicaron un acentuado
formalismo y pasividad burocrática de la organización escolar, así como frágiles
competencias técnico-pedagógicas de gestión en el ámbito de las agencias
regionales y locales y de las unidades escolares.
Esto redujo su capacidad para ajustarse a las demandas educativas especí-
ficas de los grupos sociales que atienden, para innovar sus prácticas mejorando
la atención a esas demandas y para adoptar métodos descentralizados y más
eficientes de organización y gestión, factores que contribuyen nítidamente a
mantener la heterogeneidad y, en consecuencia, los enormes grados de inequi-
dad en la oferta y distribución de las oportunidades educativas.
Financiamiento inviable
1
CT. Musgrave, R.A.. Provision forsocial goods, en Houghton, R.W, (Ed.),Puhlicfinance, 2” Ed.: Harmondsworth
g (Middlesex), PenguinEducation. 1973,~. 260-266.
Estudios con mayor profundidad sobre “casos” innovadores seestán desarrollando todavía y su diversidad aun no
permiteestablecer“perfiles”consistentesde cómo seonginan, sediseñanysesustentan. Deahíderivael carácter
preliminar de las apreciaciones que aquí se hacen.
estructurales que surgen de la distribución y gestión de recursos para optimizar
los resultados deseados.
A pesar de que desde los años veinte se habían organizado en Brasil significa-
tivos movimientos intelectuales y político-legislativos con el objeto de promover
reformas y cambios educativos, sólo en los años cuarenta se inició la instauración
de un sistema educativo-escolar socialmente generalizado y universal de la
enseñanza elemental. Este proceso -que en Europa y Estados Unidos y aun en
algunos países latinoamericanos comenzó hace más de un siglo- constituye un
episodio reciente en nuestra formación social.
En verdad, adquirió forma inmediatamente después de la post-guerra,
dinamizándose al complementarse con el proceso de urbanización y de intensa
transformación económica y política de los años cincuenta que se proyectó en las
tres décadas siguientes. Una rápida mirada de las estadísticas sería suficiente
para verificar este hecho.
El propósito central de esta primera parte es, justamente, ayudar y compren-
der: los caminos seguidos en estos últimos cuarenta años por la enseñanza
elemental universal, tomando como referencia el ciclo en que fueron más
contundentes las acciones del Estado en la generalización y diversificación del
sistema educativo que se cerró a mediados de los ochenta; identificar los
principales problemas de eficiencia y de equidad-calidad que se derivan,
actualmente, del modo cómo ocurrió ese proceso; y señalar algunas tendencias
de reorganización y desarrollo que se diseñan en el marco de algunas experien-
cias innovadoras con miras a alcanzar objetivos de calidad, equidad y eficiencia
educativa.
-.--__- --
educativas con una razonable autonomía y efectividad en muchos de los Estados
y municipios.
La concepción de desarrollo de las estructuras y mecanismos de financia-
miento que instrumentalizaron las políticas educacionales a lo largo de los años
sesenta y setenta, son una parte importante de lo acumulado por la capacidad
gubernativa. Su estudio muestra cómo fue posible enfrentar y superar las
dificultades políticas, organizacionales y económicas para realizar una larga e
intensa movilización de recursos, para concluir en la constitución de la amplia
infraestructura de la oferta educativa disponible en el país y con la que cuenta
para buscar sus nuevas metas de eficiencia y calidad para el futuro.
Es importante. desde luego, recordar que los esfuerzos más intensos de instau-
ración de un sistema escolar generalizado se dieron en un período en que Brasil
experimentaba un crecimiento demográfico casi inédito en el mundo. A partir
de un volumen del orden de casi 50 millones de habitantes, al final de los años
40 la población crece con tasas superiores al 3% anual; la proporción de su
población rural es de 65%, en cl mismo período se intensifica el ritmo de las
migraciones para las ciudades calificadas como precoces tanto por su reducida
capacidad de generación de empleos productivos como por su infraestructura
insuficiente para cobijar mínimamente las poblaciones que ya vivían en éstas,
además de los nuevos contingentes que iban llegando.
A pesar de esas condiciones, cl proceso de industrialización prosiguió y se
profundizó a lo largo de los años 40-50 y desató importantes efectos sobre los
demás sectores productivos, así como sobre algunos de los modelos culturales
más relevantes del país, afectando sustancialmente las expectativas de movili-
dad social, las ocupacionales y las de educación incrementando, en consecuen-
cia, las expectativas respecto de los propósitos de expansión y de extensión de
las oportunidades de escolarización.
Es necesario reconocer, a su vez, que desde fines de los años cincuenta los
grupos sociales básicos de las ciudades más importantes estaban más atentos y
políticamente ocupados con cuestiones objetivamente urgentes derivadas de su
reciente inserción en las estructuras urbanas, que con las derivadas de las
oportunidades educacionales disponibles.
De hecho, la importancia de éstas sólo era percibida -de manera más
inmediata e ideológicamente articulada- por los estratos medios y altos, en
especial ante las nuevas perspectivas de consolidación de sus posiciones tradi-
cionales. o de alternativas de ascensión social que se les abrían con la rapidez de
las transformaciones económicas y sociales. Ello se sentía especialmente en los
conglomerados urbanos capitalinos y en el interior de los Estados del Centro-
Sur, factores que con formulaciones ideológicas distintas, motivarán los movi-
mientos estudiantiles por la Reforma Universitaria que serán resumidos más
adelante.
En relación con los grupos sociales básicos, se puede admitir que las
políticas de mera expansión de la oferta de las escuelas primarias y, de manera
limitada, del gimnasio” -concentrada notoriamente en los centros urbanos de
mayor tamaño- eran percibidas como relativamente satisfactorias. Desde luego,
la disponibilidad de matrículas en la enseñanza primaria debió parecerles
incomparablemente superior a las que habían experimentado en los pueblos y
pequeñas ciudades del interior y en las zonas rurales de donde provenía la
mayoría de sus miembros.
Cabe recordar que las tasas de crecimiento de las matrículas en la enseñanza
primaria alcanzaban a más del 6% anual a lo largo de 1950/60 y había sido
considerable el aumento dc las tasas de escolaridad básica de 44% a 53% en el
grupo de edad de 7 a 14 años -en el mismo lapso de tiempo- considerando que
el crecimiento demográfico en esa época en las ciudades de tamaño mediano y
grande estaba en 5.1% y 5.5% al año. Y lo que era más importante: a la vez que
aumentaba la cobertura, también la oferta escolar era predominantemente
pública, al punto de que al inicio de los años 50 las matrículas en las escuelas
primarias privadas se habían reducido a un décimo del total, manteniéndose en
este nivel hasta ahora.
58
-_-
7.30 para 3.56; es decir, si se ingresa con 7 años de edad en la escuela, estos dos
últimos grupos permanecerán en ella hasta los 15 y 14, completando sólo el
quinto y el tercer año, respectivamente.
Comprender objetivamente los factores determinantes de este proceso es
todavía difícil; desde luego porque evaluar todavía no constituye una preocupa-
ción seria en el sistema, ya sea en la práctica escolar cotidiana -donde existe el
subjetivismo y la debilidad técnica-, ya sea entre las actividades de administra-
ción de las redes. Pero también porque hay poca claridad en los objetivos de
aprendizaje a ser alcanzados y enormes y estériles controversias entre los
educadores respecto de lo que se debe, de hecho, esperar del proceso de
enseñanza y de las maneras más confiables de proceder en evaluación.
En general, cuando se observan los resultados de la educación y principal-
mente, su distribución social, las evaluaciones recurren a una distinción analí-
tica -muy artificial, al fin y al cabo- entre factores “exógenos” y “endógenos”
al sistema o al proceso escolar. Aquellas están referidas a las condiciones
socioculturales con que el alumno ingresa al proceso educativo o a las condicio-
nes discriminatorias que se suponen vigentes en las mediaciones entre el sistema
escolar y la sociedad; éstas a las condiciones y recursos con los que se desarrolla
el proceso de enseñanza- aprendizaje, o con las que se organizan las unidades
escolares y el sistema educativo escolar.
Pocas evaluaciones trabajan con hipótesis efectivas de interacción dialéctica
entre esos factores, incluso porque buena parte de ellas se apoya en marcos
teóricos -al margen de la educación en sí o de la inserción estructural de los
sistemas educativos en la sociedad- que no dan cuenta del tratamiento de esa
interacción, al atribuir todo lo que sucede a las condiciones exógenas y/o a una
supuesta tendencia inherente de la escuela a la exclusión social.
Otros creen que el mejoramiento dc los “resultados” derivan del aumento de
los insumos que componen una adecuada “función de producción” de la
educación. El proceso educativo, por analogía, pasa a ser analizado como un
sistema de inyut-output, con el agravante de que una porción sustancial de los
determinantes del proceso (como cualidades personales de los docentes y
relaciones escuela-familia entre otros) quedan congelados, bordeando la condi-
ción de ceteri parihus, fuera del modelo, además de que se descuidan los nexos
entre esos resultados -por regla general expresados en indicadores de desempe-
ño académico- y los modos de inserción y participación social de los sujetos o
grupos, es decir, sus impactos sociales, económicos, políticos.
Estas limitaciones restringen la percepción y comprensión de la calidad de
la educación. También, en general, la calidad se confunde con la eficiencia del
sistema escolar-a partir dc los coeficientes de quiénes concluyen en relación con
los que ingresan- o de efectividad del proceso escolar -grado en que los alumnos
alcanzan ciertos niveles de desempeño cognitivo establecidos como metas del
proceso. En términos más simples, el sentido común admite que un sistema de
calidad sería el que proporciona un mejor promedio de cursos concluidos en cada
generación escolar. o bien que la escuela de buena calidad es aquella en que los
alumnos obtienen notas elevadas por el dominio de determinados contenidos o
habilidades cognitivas consideradas de manera singular.
Sin duda estas propiedades están presentes en un sistema (o en un proceso)
de buena calidad. Sin embargo, éste existirá donde la eficiencia y la efectividad
sean medios para que los sujetos o grupos que se educan alcancen, por medio de
la obtención de aprendizajes, competencias cognitivas y sociales que les permi-
tan mejorar su inserción y desempeño en la participación social.
Hay en Brasil centenares de estudios evaluativos; desgraciadamente, con
pequeña cobertura y pocas posibilidades de generalización. La primera investi-
gación de este tipo, de mayor dimensión y confiabilidad -inclusive por su
pragmatismo- fue hecha recientemente por la Fundación Carlos Chagas. Sus
resultados, a pesar de ser aparentemente modestos, abren valiosos caminos para
entender diversas cuestiones sobre el desempeño de las escuelas brasileñas.
Mediante pruebas construidas con los propios materiales utilizados en las
escuelas de diez capitales de Estado (y luego aplicadas en 18 Estados), se intentó
evaluar el desempeño cognitivo de los alumnos de l”, 3”, 5” y 7“ en Portugués y
Matemática, así como Redacción y Ciencias en los dos últimos cursos. Es un
objetivo limitado, pero focaliza lo que podría llamarse una parte importante de
las funciones nucleares de la enseñanza: el desarrollo de habilidades cognitivas
básicas.“’
Un primer resultado llama la atención: los alumnos no tienen mal desempe-
ño en los primeros cursos. Para un puntaje máximo de 30 puntos en Portugués
y Matemáticas, las medias fueron de 16.38 y 20.24, mostrando una tendencia
hacia los puntajes elevados más que a los bajos. Sc comprueba, entonces, una
fuerte heterogeneidad, en las desviaciones tipo de 8.36 y 6.56, respectivamente.
En los terceros años, el desempeño en Portugués mejora (17.64) y se reduce la
variabilidad, en tanto baja cn Matemática (17.74). En tanto demuestran, por
e.jemplo, cierta habilidad en leer u operar cantidades y relaciones, los alumnos
tienen dificultad de escribir -u ordenar frases- y aplicar las nociones de
operatoria adquiridas. En otros términos, obtienen un aprendizaje insuficiente.
En ambos casos, cabe destacar que los test se ciñeron en su alcance a los
objetivos determinados por las propias escuelas; no se refieren a objetivos
10
En 1990 y 1993, fueron aplicados test de desempeRo en aprendizajes y búsqueda de los perfiles y conductas de los
d»crn~rs ygrstoresderscurl;ispúblicnsdrt«doslos Est;~d»s,alconstiruirseel S~ste~naNacional de Evaluaciónde
Ii1 Educación Básicn(SAEB).
deseables a partir de otros modelos de apreciación de la calidad de los contenidos
o de grados deseables de desarrollo de capacidades cognitivas o de comporta-
miento.
0 sea, frente a datos objetivos modestos, se deben esperar resultados
modestos, aun cuando no sean en sí mismos tan discretos como se piensa
generalmente. No obstante, si se considera que hubo repitencia -supuestamente
para reforzar los aprendizajes- en los dos primeros cursos, el desempeño en
tercer año deja mucho que desear.
Por haber existido una fuerte selección anterior, el alumnado se torna
homogéneo (las desviaciones tipo se reducen dramáticamente), pero con un nivel
más bajo de desempeño. En especial, se observa que hay un mejoramiento de los
puntajes en Portugués en quinto año -tal vez porque se pregunta por el
conocimiento formal de la materia- en contradicción con los pobres resultados
en Redacción -que mostraría la aplicación de esa habilidad, hecho que se puede
atribuir exactamente al formalismo dominante en la práctica escolar. Y más
enfáticamente, la caída de las notas promedio en Matemática, con un resultado
mediocre correlativo en Ciencias, hechos que se repiten hasta el final de la etapa
como se observa en los puntajes relativos a séptimo año.
Es posible retornar una observación que se intuyó hace tiempo y que se
refuerza a través de los resultados de modo indirecto: hay un problema muy serio
de orden genético-estructural en los cursos finales de la enseñanza de primer
grado, que viene a reiterar -porque no cambió esencialmente lo que se hacía en
el antiguo gimnasio- las deficiencias tradicionales de este último. Destinado,
desde las leyes orgánicas de los años 40 y por la LDB de 196 1 para los sectores
sociales intermedios y altos, el primer ciclo (o gimnasio) y el segundo ciclo
(colegial) de enseñanza secundaria fueron concebidos como etapas propedéuti-
cas que conducirían a la enseñanza superior. De allí se deriva su estructura
curricular y el perfil de formación y de práctica pedagógica de sus profesores.
Aplicada sin alteraciones sustanciales a otro contexto histórico-social en el
momento que cambiaron las clientelas originales y aumentaron otras, esa
estructura sólo podría tornarse disfuncional e ineficaz.
Combinando esos datos de evaluación con hallazgos de otras investigacio-
nes, aquella observación que se intuyó adquiere nuevo vigor. En los cursos
finales, la escuela se viene debatiendo, primero, con la dificultad para identificar
qué ajuste pedagógico sería efectivo para enfrentar el desarrollo en la pre-
adolescencia en las condiciones actuales y luego, con la organización de los
contenidos por medio de los cuales ese desarrollo sería estimulado y apoyado.
Esta primera dificultad afecta, también, el funcionamiento de 3er. y 4to. año
en la medida que parte importante de sus alumnos, por efecto de la repitencia,
llega allí con 10 años o más. Más adelante se acentúa por estar basados los
programas de enseñanza en un abanico de múltiples y diversas disciplinas, lo que
fragmenta el conocimiento y dificulta la posibilidad de darle un tratamiento
adecuado al modo natural de aprendiza.je de esta fase de vida.
Esta ineficacia de la dimensión pedagógica se entrelaza con los efectos de la
trayectoria recién mencionada que retarda y dificulta el avance en la extensión
de la escolaridad. Evidentemente, aparece de forma más aguda para los alumnos
que provienen de familias con menos recursos para el apoyo “extraescolar” del
desarrollo cognitivo y con mayores exigencias provenientes de su propia
mantención.
Por su parte, otros registros, como el PNAD, muestran una rápida elevación
de la tasa de actividad económica exactamente alrededor de los lo-14 años, ya
sea en empleos formales, o en actividades lucrativas fuera de la casa. Esa
condición alcanza al 12%, e incluyéndose la otra podrá decirse que no menos del
35% de los pre-adolescentes realizan algún tipo de trabajo y esta circunstancia
termina por estimular el abandono de la escuela.
Debido a estas razones objetivas interrelacionadas, las familias comienzan
a percibir la irrelevancia -por falta de calidad- del proceso escolar frente a sus
urgencias y la reducción de los ingresos de otros de sus miembros con más edad,
así mismo requieren del aporte del trabajoirendimiento de los que estudian,
luego de lo cual aparece la oposición entre estudiar y trabajar, con efectos obvios
sobre la permanencia en la escuela.
Allí se cierra un ciclo de determinaciones. La mayoría de los alumnos de
estratos sociales inferiores va siendo excluida del sistema de educación escolar
sin obtener suficientes estímulos para su aprendizaje o su desarrollo personal ni
los atributos necesarios para su adecuada socialización. El efecto más evidente
e inmediatamente percibido es sobre su calificación para el trabajo, pero se
extiende a otras dimensiones de su vida: la disposición para integrarse a grupos
organizados, para cooperar en el modo de dimensionar y resolver problemas
colectivos y para participar con discernimiento en la vida política.
Alternativas y perspectivas
II
Cf. Teixeira, Atmio, S.,Mucupn mm Iprivikgio, 3” Edición, Sao Paulo. Cía. Editora Nacional. 1971, pags. 9 I
y SS y Educa$m no Brasil, Sao Paulo, Cía Editora Nacion;~l. 196 I (testitnonto en el Congreso Nacional sobre el
ProyrctodeLBD, reedttodorn Revista Br:tstleiradeEstudos Pedagógicos, N” 173.1992).
La territorialidad es, en este plano, la variable fundamental. Aun cuando se
hace mención a una mayor autonomía en las decisiones y en la forma de operar
en las instancias locales de gestión -a fin de incrementar la solidaridad, el poder
de iniciativa y el control social de los ciudadanos-, es en el ámbito de las
unidades federadas que la cultura brasileña hace que tome cuerpo la represen-
tatividad política y la cohesión social.
No es en cada municipio del Estado, sino en la articulación entre ellos -y
considerando sus diferencias- que se hace posible repartir equilibradamente las
responsabilidades gubernamentales en función de la disponibilidad efectiva de
recursos de todo orden -fiscales, humanos, técnicos- que se hacen necesarios
para sustentar las políticas sociales y de educación, especialmente cuando se
trata de evitar la pulverización y la dispersión de los esfuerzos que hoy día se
observan en la distribución de los escasos medios fiscales disponibles.
Esto no debe ser visto como un resultado aleatorio -0 sólo dependiente de los
bajos niveles de desarrollo regional; es un hecho que los más bajos índices de
cobertura y de eficiencia y de calidad escolar se encuentran en aquellas unidades
federales donde la mayor parte de las redes escolares locales, especialmente las
rurales, quedaron bajo la responsabilidad de municipios desprovistos de recur-
sos, en tanto los grupos sociales mejor dotados son atendidos en las ciudades de
mayor tamaño y en las capitales por las escuelas pertenecientes a la administra-
ción estatal. Y por el contrario, aquellos indicadores son mejores en las unidades
federadas en las que se fue alcanzando una distribución más equilibrada de
responsabilidades entre las administraciones estatales y municipales, como
también lazos de cooperación mk efectivos entre ellas.12 Fue en estas últimas
regiones que se experimentaron, en la prktica, las proposiciones de autonomi-
zación local en estricto sentido, vista como corolario de la madurez política y
organizativa de los movimientos sociales y comunitarios.
De hecho, le cupo aestos movimientos la responsabilidad de darle el soporte
político más importante para que grupos y partidos progresistas vencieran en las
elecciones locales o bien para que los grupos tradicionalmente dominantes
adoptasen programas educacionales innovadores o de sustantivas transforma-
ciones. También fue allí que SCrealizó el testde la práctica de esas concepciones,
de lo cual se derivó la percepción de que no basta “ganar” el gobierno local para
asegurar la consistencia y la continuidad de las políticas más avanzadas.
Algunos ejemplos son concluyentes. En dos municipios administrados por
coaliciones políticas con orientaciones ideológico-programáticas diametral-
mente opuestas, se hicieron intentos de autonomización escolar estructuralmen-
te semejantes. En ambos, la idea básica era la de que las escuelas públicas
convencionales eran poco eficientes y proporcionaban aprendizajes de baja
calidad y, por lo tanto, era necesario crear nuevas escuelas con total autonomía
en la decisión pedagógica y administrativo-financiera.
En uno de los casos, de orientación neoliberal, se optó por estimular a las
familias y grupos de profesores a crear escuelas cooperativas que, con el tiempo,
sustituyeron las escuelas públicas municipales convencionales. El gobierno
municipal abrió una licitación pública para evaluar y seleccionar los proyectos
presentados; los aprobados recibirían una dotación financiera correspondiente
a un “costo-alumno-año” estimado como eficiente, multiplicado por el número
de alumnos que la escuela se proponía atender. Las familias evaluarían el
desempeño de las escuelas y manifestarían su satisfacción o insatisfacción con
los resultados alcanzados. Por su parte, el gobierno local mantendría o suspen-
dería las dotaciones conforme a esta evaluación.
Pasados los cuatro años de mandato de este gobierno hubo una nueva
elección municipal. Los grupos de oposición adoptaron el experimento educa-
cional como uno de los principales puntos de ataque a la candidatura sustentada
por el grupo que la había implantado y vencieron las elecciones con una amplia
ventaja de votos. Como es obvio, se discontinuó el programa y las escuelas
convencionales volvieron a constituirse en la única oferta.
En el otro experimento, de orientación socialista, se optó por la creación de
escuelas comunitarias que, progresivamente, sustituyeron alas escuelas públicas
municipales convencionales. Grupos de profesores residentes en una determina-
da región del municipio -con apoyo de los habitantes- constituyeron estos
nuevos establecimientos, recibiendo una dotación financiera equivalente al
costo-alumno-año de las escuelas municipales multiplicado por el número de
alumnos atendidos por la unidad educativa. El seguimiento sería hecho por el
gobierno local y por la comunidad atendida.
Como en el caso anterior, la oposición inició la campañaelectoral con fuertes
ataques al programa y en seguida se dedicó también a otro temas. Como las
elecciones fueron hechas en dos vueltas, perdió en el primero, pero ganó en el
segundo. Después de asumir el gobierno, decidió darle continuidad al programa,
imprimiéndole algunas alteraciones secundarias.
Un caso un poco diferente son las escuelas municipales que fueron animadas
para construir, por medio de capacitación y discusiones continuas entre los
profesores y el personal administrativo, incluyendo padres y alumnos, su propia
propuesta político-pedagógica. Al ser aprobada por la administración munici-
pal, la escuela ganaría progresiva autonomía de gestión, en la medida en que
mejorasen sus resultados y su eficiencia.
Cuando hubo nueva elección, se mantuvo el mismo partido en el gobierno,
pero el grupo de educadores que asumió la administración de las escuelas tenía
otras concepciones con respecto a cómo conducir el proceso y decidió cambiar
todo el programa, interrumpiendo los avances anteriores.
Algunos aspectos del desempeño de las escuelas involucradas en estas
experiencias de política educacional local mostraron resultados alentadores. En
los dos primeros casos, los salarios dc los profesores mejoraron y fue posible
incrementar su dotación de recursos pedagógicos. En ninguno de ellos hubo una
comparación de los avances en el aprendizaje que, si ocurrieron, fueron
ciertamente insignificantes. El seguimiento se basó en la evolución de las tasas
de promoción y deserción y en las respuestas de los padres a los cuestionarios
propuestos por las escuelas. En el tercero, se adoptaron medidas de seguimiento
semejantes. En algunas escuelas, la repitencia y la deserción disminuyeron, en
otras no, tal vez por el grado de avance en la explicitación de sus propuestas
político-pedagógicas y por la motivación de los profesores.
Como resultado de la observación y de la vivencia de estos y de otros
experimentos semejantes, se tiene hoy día la percepción siguiente:
- En la mayoría de los casos, la demanda en períodos de tiempo es superior a
la de los mandatos gubernamentales para implementar y madurar las
iniciativas innovadoras, por tanto cs necesario diseñar estrategias políticas
de mediano y largo plazo para asegurar la continuidad de sus principios
rectores y la capacidad de ajustar sus formas de organización y métodos de
gestión a los cambios de coyuntura político-administrativa, inherentes a la
alternancia de los grupos de dirigentes públicos.
- Tanto los educadores como, especialmente, las familias y los grupos sociales
mas influyentes tienen que ser mejor informados sobre la marcha de los
resultados de esos programas, para darles sustentación política-y condicio-
nes de continuidad-en el caso de ser pertinentes y exitosos, o apoyar cambios
específicos cuando son posibles y necesarios, o para sustituirlos cuando son
irrelevantes y/o ineficaces.
- Varias innovaciones, aun con resultados evidentemente positivos, se han
restringido a una pequeña escala local y debido a la carencia de mecanismos
eficaces para multiplicarlas han visto reducido su impacto sobre los valores
y prácticas dominantes en los sistemas; además, aisladas de un soporte
político y técnico-administrativo más amplio -intermunicipal o estadual-
esas experiencias locales se vuelven más vulnerables a los factores de
discontinuidad.
- Los cambios “superestructurales” ( ad ministrativos, financieros, técnico-
operacionales, elecciones de directores, etc.), sin duda que son necesarios
para aumentar la eficiencia productiva de las escuelas, pero insuficientes
para asegurar el mejoramiento de los modelos de aprendizaje y la eficiencia
70
LA EDUCACIÓN SECUNDARIA:
EL CASO DE LA FUNDACIÓN EDUCACIONAL DE MONTES CLAROS
--
a través de cursos “híbridos” de recuperación.
El resultado es que casi un tercio de los adolescentes y jóvenes trabajadores
brasileños se encuentran sin instrucción o con menos de 4 años de escolaridad;
un 50% aun no completa el primer grado y de éstos, más de la mitad tendrá
posibilidades razonables de hacerlo. Sólo el 7% de los jóvenes de 18 a 24 años
terminarán los cursos de enseñanza media y superior.
Por ello es que se afirma que son insuficientes e inapropiadas las oportuni-
dades educacionales proporcionadas, en Brasil, a los jóvenes mayores de 14
años, especialmente a quiénes ya ingresaron al mundo del trabajo. Este modo
inapropiado de atención educativa incide en dos aspectos de la inserción del
joven en los diferentes planos de la vida social. En lo inmediato, se dificulta
todavía más su ingreso a la estructura productiva, al negársele las condiciones
mínimas de capacitación y de socialización como trabajador. A más largo plazo,
contribuye, por omisión, ala adopción de comportamientos o conformistas o de
confrontación a través de la violencia o por la adhesión a las formas ilegales de
organización de la sobrevivencia.
Las alternativas de reorientación de la enseñanza secundaria, como las que
se muestran en este estudio de caso son, en consecuencia, imprescindibles para
superar tales limitaciones.
Esta es una parte importante del escenario básico en el que se desenvuelven los
liderazgos empresariales y las autoridades públicas de la región de Montes
Claros, ubicada en la parte norte del Estado de Minas Gerais, a mediados de los
70. Hoy el municipio cuenta con alrededor de 300 mil habitantes de los cuales
el 88% reside en el radio urbano y su fuerza de trabajo es predominantemente no
agrícola, con 1/4 de ella utilizada en actividades industriales y 1/3 en actividades
terciarias.
También está presente la condición de implementación e impacto de los
programas de desarrollo que el gobierno aplicó en esa región. Lo anterior es parte
del ámbito de influencia de la Superintendencia de Desarrollo del Nordeste
(SUDENE), órgano del gobierno federal destinado a hacer efectivas las políticas
de desarrollo de una de las regiones más pobres del país y es parte, también, de
las líneas de fomento a la modernización agropecuaria y a la industrialización
del Valle del Río San Francisco. Ademas, es un objetivo de las políticas del
gobierno estatal enfrentar los agudos problemas de pobreza y subdesarrollo del
Valle del Río Jequitinhonha ubicado en la misma región.
A través de estímulos políticos, de generosos incentivos fiscales e inversio-
nes focalizadas en infraestructuras económicas, esos programas gubernamenta-
les procuraron revertir las escasas venta.jas dc instalación de la región, atrayendo
hacia ella a inversionistas de las áreas mas prósperas para que establecieran allí
plantas industriales y empresas agrícolas modernas, capaces de provocar efectos
de arrastre (linkuge #ects) en una futura industrialización autosustentada.
Aunque exitosos en cuanto a atraer inversiones privadas, esos programas
carecieron de dos condiciones básicas. Al concentrar sus esfuerzos y recursos en
los elementos más directamente relacionados con las instalaciones industriales
y agropecuarias con mayor densidad de capital, tendieron a dejar sin alteración
las condiciones sociales y de producción en que vivía la mayor parte de la
población rural. Por ello es que cuando surgieron nuevos empleos y actividades
auxiliares en algunas ciudades, como Montes Claros, se desencadenó un fuerte
movimiento migratorio haciaellas que rápidamente sobrepasó las oportunidades
de absorción de la población activa creadas hasta ese momento.
Por otra parte, la misma concepción económica unilateral de esos programas
omitió la inversión en infraestructura y servicios sociales que son imprescindi-
bles para apoyar el crecimiento urbano derivado del crecimiento industrial.
En consecuencia, la ciudad fue obligada a absorber de cualquier forma a una
población bastante superior a su capacidad de ubicación en términos habitacio-
nales, de salud, de educación y de servicios básicos, razón por la cual sus
responsabilidades administrativas y de inversión superaron el aumento de la
recaudación fiscal provocada por el crecimiento económico. En particular, el
gobierno local se vio imposibilitado, a sí mismo, de atender las demandas por
escuelas que hacía el crecimiento de la población.
Esta, por su parte, provenía de un medio rural subdesarrollado y contaba con
un perfil de escolaridad extremadamente precario y niveles de sociabilidad y de
80 INN(>VA(.IoNI;.slhl,*
W..Y7wN m”(‘*T,“A
Estructuras y desempeño
Lecciones y perspectivas
---. ”______
._..... _~,_. .._.- -- --. . -~_--“. _-._
superior, sobrecargado de problemas en lo que tiene relación con su heterogenei-
dad en términos de estructuras y resultados y de los modelos de inequidad en el
acceso a las diferentes oportunidades que ofrece. Todavía sus mejores represen-
tantes son capaces de atender la demanda por personal calificado y por docentes
e investigadores de buen nivel.
En esta parte, el foco principal de estudio son las llamadas “universidades
comunitarias”. Configuran un conjunto peculiar de instituciones ubicadas -
desde el punto de vista jurídico-administrativo- en un espacio poco claro entre
las que son financiadas y generadas por el poder público exclusivamente y las
que, de hecho, se constituyeron en el sector privado con características de
empresas, aun cuando por una ficción jurídico-legal continúan siendo conside-
radas “sociedades civiles sin fines de lucro”. Para comprender su rol y su
dinámica actual, será necesario considerar el escenario de la evolución reciente
del subsistema de enseñanza superior para, luego, delinear la constitución de
esas universidades comunitarias y las perspectivas a las que apuntan.
Brasil cuenta, al final de los 80, con 95 universidades y 749 escuelas superiores
aisladas, en las que estudian poco más de 1.5 millón de estudiantes que postulan
a un grado y cerca de 55 mil en programas de postgrado, atendidos por 13 1 mil
docentes. Sin dudas, un sistema de grandes dimensiones aunque insuficiente
para atender, de una manera eficiente y equitativa, las necesidades objetivas del
país.
En realidad, cubre una parte relativamente pequeña de la población que
puede ser educada, ya sea que se comparen los países con un desarrollo más
avanzado o con los de un nivel equivalente en América Latina. En este momento
son atendidas 1 I personas de cada mil, en tanto que Estados Unidos y Canadá
llegan a 55 y 39, respectivamente y los sistemas argentino y venezolano atienden
a 20 y 21 estudiantes por mil habitantes.
Además, son distintos los modelos cualitativos de la oferta-y asociados con
ellos, los de posibilidad de acceso social- entre cursos similares pertenecientes
a universidades y escuelas superiores aisladas y los cursos proporcionados por
una misma institución.
Se observa, con claridad, lo que Germán Rama denominó como “segmenta-
ción” de la oferta educativa, con la peculiaridad de que este fenómeno incide en
diferentes direcciones, no sólo por el tipo de instituciones, sino que por la
naturaleza del financiamiento (público y privado), por región del país y por
clases de cursos en cada área de conocimiento. En términos generales, pueden
distinguirse tres grandes segmentos:
el de “excelencia” al que acceden, especialmente, estudiantes de grupos
medios y de elites, formando cuadros de alta calificación para la tecno-
burocracia pública y privada, para las instituciones científicas y de P&D,
notable en el enlace graduación-postgraduación.
el técnico-profesional al que acceden los estudiantes de los grupos medios
intermedios, con un destino al ámbito típicamente operativo-profesional (o
de cuadros para los estamentos burocráticos intermedios) y para suplir
actividades “liberales” de servicios, y
- el de enseñanza masificada que se ofrece, en general, en horario nocturno,
cuyos programas de enseñanza son nominalmente semejantes a los de los
cursos profesionales del segmento anterior, pero con una calidad notoria-
mente inferior; en él predominan jóvenes y adultos trabajadores de grupos
medio-inferiores, que buscan pequeños upgradings ocupacionales o mera-
mente un símbolo de status que, eventualmente, les abra nuevas posiciones
sociales u oportunidades de movilidad horizontal.
Heterogeneidad y diferenciacibn
Problemas y alternativas
_-“-..“---__--.--. --_-_-...-..-
todavía están en la fase de consolidación de su infraestructura, sus gastos de
inversión son considerables y tienden a comprometer, tanto el rendimiento del
capital virtualmente disponibles, como las subvenciones y rentas de servicios
que obtienen (Carbonari, Tramontin y Braga, 1991).
Por otra parte, al final de los años 80, al preservar sus objetivos de calidad
de enseñanza y su compromiso con la investigación y la extensión -lo que
significa mantener cuadros docentes mejor capacitados y con una mayor dedi-
cación a la institución- las comunitarias no tenían cómo asegurar salarios
competitivos con los valores contenidos de la anualidad y ello en un momento
en que los salarios y las ventajas de la carrera de los docentes de las universidades
públicas aparecían como relativamente superiores, al punto que atrajeron varios
de los mejores profesores de las comunitarias. Las universidades y escuelas
aisladas empresariales, por el contrario, venían pagando salarios reales decli-
nantes respecto del valor de la anualidad (Guimaraes, 1989, pag. 53). Sin
embargo, buena parte de esas instituciones ha experimentado, aunque con
dificultades, reestructuraciones administrativas y financieras que han ampliado
su margen de viabilidad para ocupar los espacios posibles en los dos segmentos
superiores del sistema.
Aunque parezca trivial partir por racionalizaciones operacionales internas
frente a las dificultades ambientales, las organizaciones brasileñas de enseñanza
superior -a excepción de las empresariales- no disponen de conocimientos,
técnicas ni comportamiento administrativo adecuados para ello, aunque parado-
jalmente la enseñanza de la administración esté presente en casi todas ellas y a
pesar de que desde hace unos años, se han hecho más frecuentes los estudios,
experimentos y seminarios en torno del tema.
En el caso particular de las comunitarias, se han originado grupos de
profesores que decidieron asumir su dirección, puesto que las instituciones no
disponían de cuadros profesionales para operar las estructuras gerenciales que
se fueron creando improvisadamente y ha sido la agudización de las crisis y
dificultades financieras el móvil principal de la capacitación de sus administra-
dores. En consecuencia, es posible percibir, hoy día, dos fenómenos: ex-
profesores que pasan a dedicarse exclusivamente a funciones políticas y técnico-
burocráticas y la incorporación a través de ellos y de sus cuadros auxiliares de
nuevos métodos y técnicas de gestión. Se observa también una clara disemina-
ción de los procesos de reestructuración organizacional, especialmente a partir
de la transformación de conjuntos de escuela en universidades. Las unidades
académicas se reagrupan y adquieren líneas más definidas de comando y
operación y surgen organismos colegiados que se adscriben a las pro-rectorías
especializadas, entre las cuales es más frecuente la presencia de pro-rectorías de
planificación y administración.
En varios casos, la gestión es orientada por centros de costos y sistemas
computarizados de control y las gerencias están cada vez más generalizadas. Al
mismo tiempo, la disponibilidad de estas bases ha estimulado la oferta de
procesos de capacitación de cuadros, ya sea bajo la forma convencional de cursos
de especialización en administración universitaria, ya sea a través de seminarios
y workshops para el intercambio y la divulgación de estudios y experiencias. Es
significativo, al respecto, que el Consejo de Rectores de las Universidades
Brasileñas (CRUB) mantiene un programa continuo de formación y capacitación
en este campo y que una parte importante de su clientela proviene de estas nuevas
universidades.
La investigación aplicada y la oferta de programas de postgraduación luto
sensu y de extensión proporcionados aorganismos y gobiernos estatales y locales
ha sido, desde otra dimensión, otro factor de ampliación de las posibilidades de
acción y de financiamiento de estas instituciones. Por un lado, al asociar gastos
de enseñanza con los de estos nuevos campos, las instituciones hacen viable la
mantención de un mayor número de cuadros calificados con régimen de trabajo
a tiempo integral y, de este modo, con mejores niveles de remuneración, creando
importantes ganancias de productividad colectiva. Por el otro, amplían y
confieren una mayor visibilidad a sus vínculos objetivos con las organizaciones
económicas, sociales y político-administrativas de su entorno y, finalmente,
amplían las posibilidades de operar con un consorcio de recursos, aumentando
el componente de financiamiento operacional no-docente, cuyoovertzead puede
contribuir de manera importante al financiamiento de la enseñanza de mejor
calidad.
Finalmente, algunas universidades comunitarias -hasta por su propia natu-
raleza- han ampliado la captación de recursos educacionales, técnicos y finan-
cieros mediante la cooperación y el intercambio internacional. Esta ya era un
camino presente en las pontificias, pero se hizo más frecuente en casos como los
de la Universidad del Valle del Río dos Sinos (UNISINOS), en la Universidad
Luterana de Brasil (ULBRA) y en la Universidad de Ijuí (UNIJUI), donde las
políticas activas y agresivas de contactos con el exterior han posibilitado la
venida de profesores e investigadores visitantes (alemanes en los dos primeros
casos y rusos en el último), la donación de equipamiento, centros de procesa-
miento de datos y ayudas financieras para inversiones en infraestructura; la
primera, incluso, procura traer a su campus programas de doctorado ofrecidos
por universidades españolas, inglesas y francesas.
No obstante el despliegue de esfuerzos en estas líneas y considerando las
dificultades de los métodos habituales de financiamiento, las comunitarias han
empezado a reorientar el tenor de sus exigencias de apoyo gubernamental.
Verificada la discontinuidad, el caracter aleatorio y la poca eficacia de las
subvenciones directas, están proponiendo, por una parte, alguna forma de cost-
sharing para los cursos de graduación, a fin de poder aliviar la presión de la
demanda sobre las universidades federales y ampliar la cobertura hacia los
grupos con niveles menores de ingreso familiar y por otra, mayor apoyo
financiero directo para los programas de inversión, especialmente en recursos
humanos y mejoramiento de los niveles de enseñanza, de manera de poder
ofrecer currículos más actualizados y eficientes, equiparables a los de los
segmentos superiores del sistema. Entretanto, en virtud de las dificultades
gubernamentales con sus propias instituciones de enseñanza superior, estas
exigencias no han obtenido respuestas concretas significativas.
Lecciones y perspectivas
Queda poco por destacar además de lo que han evidenciado las observaciones
expuestas hasta este momento. En un plano global, es importante subrayar un
aspecto político institucional básico: aunque estas instituciones están dirigidas
y administradas por grupos civiles van adquiriendo, con niveles distintos, un
carácter nítidamente público. Por un lado, está el compromiso por la atención de
los intereses colectivos más que a los corporativos 0 particulares. Por otro, el
adherirse a formas más amplias de control social, ya sea por los modos utilizados
en la designación en los puestos de mando y gestión, ya sea, y principalmente,
por la transparencia y discusión con los órganos civiles y gubernamentales de su
entorno de los procesos que desarrolla y de los resultados que alcanza.
Luego, debe destacarse el rápido avance de su aprendizaje organizacional en
el sentido de enfrentar las restricciones y las amenazas ambientales -en especial,
las de naturaleza económico-financiera- con la búsqueda más activa de eficien-
cia interna sin perjuicio de la primacía de sus objetivos de eficacia social y
equidad. Se adoptaron técnicas de gestión semejantes a las de las entidades
empresariales, aplicándolas a valores y objetivos distintos, sin perjuicio o
falseamiento de sus propósitos (Bruson, 1988).
Por último, se perfila una perspectiva interesante, en el sentido de que estas
instituciones aparecen como capaces de superar los niveles pasados de formación
superior -claramente, el riesgo de ampliar la oferta de enseñanza masificada
poco calificada para ser viables económicamente- y de ocupar nuevos espacios
en los segmentos de enseñanza de mejor calidad y esto con una particularidad
importante, la de ofrecerla en las ciudades del interior y para grupos sociales que,
de otra forma, estarían excluidos de esas oportunidades.
III. El sistema de subvenciones vigente en Chile
En la década de los ochenta, la educación chilena tuvo uno de los períodos más
significativos de su historia, lo que se manifestó en todos los planos de su
desarrollo tanto en la forma como en el fondo.
La manifestación concreta de esta afirmación puede encontrarse al analizar
los roles que le cupo desempeñar al Ministerio de Educación ya sea en lo relativo
al esquema teórico que enmarcó su actuación o también en la organización que
se dio para la administración del sistema en su conjunto.
Este trabajo se estructura sobre la base de aceptar la descentralización
educativa como una necesidad del país, atendiendo a los grados de complejidad
en la administración de un sistema educacional con grandes volúmenes de actores
y recursos de la más variada índole. El objetivo del estudio es analizar los
fundamentos, la estructura y la organización del sistema de financiamiento de la
educación subvencionada. Se orienta a analizar su evolución histórica, la forma
de transferir dichos recursos y, por último, la relación entre el financiamiento y
otras variables comprometidas en el mejoramiento y desarrollo de la calidad y
equidad de la educación.
El sistema de financiamiento de la educación no sólo supone la decisión
técnica de asignar y fiscalizar recursos en aquellos sectores de la sociedad con
mayor necesidad, sino también destinarlos donde su efecto multiplicador sea
mayor y permita lograr objetivos globales de acuerdo a las políticas educaciona-
100 /NN<)VAC!0NI_(.
CNLlG,:STI«N
r.-““cAn”*
les. En este contexto y por las características y el nivel de los recursos que el
Estado asigna mediante la subvención, es importante conocer los efectos de un
sistema totalizador que afecta no solamente aspectos financieros. También ejerce
su influencia en la movilización de todos los demás recursos de la organización
educativa.
Cuadro 1
Marco de referencia
16
Recorderreformaadmintstr:itivasndivrrsospaísrs. Et~Chile.esrecomettdableconsultarLibrosobre laReforma
AdministrUtivnpublicadop»rlnC»misiónNtt~ton~lpnralaRrformaAdministrativa(CONARA 1974).
administrativa y pedagógica teniendo como marco políticas educativas que
mejoran calidad y buscan mayores grados de equidad.
Una de las dificultades de emprender tareas de desconcentración y descen-
tralización es el sentido común de los actores educativos. Es decir, profesores,
alumnos, padres y apoderados y la comunidad en general. Los actores, en
conjunto, sobrevalorizan las características tradicionales de los estados naciona-
les y la sociedad civil muestra cierta lentitud para adoptar compromisos de
participación más realistas.
De acuerdo a lo mencionado, podría decirse que existe una manera simplista
de resolver el problema de la desconcentración y la descentralización. Por una
parte, se trata de adjudicar al Estado todas las características de eficiente manejo
y de gran espíritu democrático y por otra asignar estas mismas características al
mercado. Así planteada, la conclusión constituye una falsa aporía porque se
desconoce el aporte de la sociedad civil en la gestión educacional.
El proceso en Chile
17
de unidades territonnles.
18
Para estos efectos se recuerdan los contenidos de la Constitocibt Política de Chile del üño 192.5 y las leyes
municipalescol~espondirntes.
19
Decreto con Fuerza de Ley N” 3.063 del 2 de junio de 1980. del Ministerio del Interior.
20 Directivas Presidenciales, 5 de marzo de 1980.
21
22 Circular N” 63 del 25 de julio de 1990del Ministerio de Interior.
En agosto de 1986 se registraron los últimos traspasos de los establecimvzntos comunales a Corporaciones yen
dicirmbre.del mismoañ«. se trnspüsnron lasescuelns tCcnicasdesdeel MtnisterioaCorporacionrsprivadas.
106 INNO”*(.ION,:S,IN,~
IAS110
NC,>“CAU”,4
23
DecretoSuprrmo7378.títuloVIIIart.30del IOdrjuliode 1957.LeyOrgánicaN” 18956,Art.N”16del 18demarzo
de 1990
En otras palabras, la mantención del sistema educativo sigue descansando en
el actor estatal, lo que permite entender los fuertes efectos que sufre el sistema ante
cualquier modificación en la asignación de los recursos públicos, por mínima que
ella sea. Esto se reafirma si se piensa que la subsidiariedad del Estado se manifestó
plenamente traspasando la responsabilidad de la gestión educativa al sector
privado o al gobierno local y reduciendo globalmente el nivel de recursos
aportados. Al respecto se estimó que el traspaso hacía financieramente viable la
operación del sistema porque el mecanismo establecido para asignar el recurso (o
subvención) permitía pagar la totalidad de los gastos de la unidad educativa, por
estar asimilado a una unidad de medida actualizadora como la unidad tributaria
mensual (UTM). Asimismo, a manera de estímulo se entregaron recursos
adicionales a todos aquellos municipios que iniciaron el sistema. La situación
financiera-desde el punto de vista fiscal- no fue sostenible en el tiempo y en 1982
fue necesario congelar la indexación de la UTM base de la subvención. Esta
. decisión económica influyó negativamente en la evolución del sistema y facilitó
la generación de déficit educacionales que exigieron la entrega de recursos
adicionalesz4 por parte del Estado para enfrentarlos, situación que ratificó el
carácter público del financiamiento educativo.
La evolución de la subvención en UTM y en USE (unidad de subvención
educacional) refleja el grado de deterioro que alcanzó esta última. Al respecto
cabe destacar la Ley 18681 de diciembre de 1987 que cambió la base de la
subvención UTM por USE y los factores según los diferentes niveles. En el mismo
contexto, la Subvención Técnico Profesional y la de Educación Especial se
incrementaron con una subvención adicional.
Otro elemento que es necesario considerar en el tratamiento del sistema de
financiamiento es la estructura presupuestaria del Ministerio de Educación. En
la actualidad, aproximadamente el 99% de los ingresos del sector es de origen
fiscal. De estos recursos, el 63.7% corresponde a subvenciones a colegios de
enseñanza gratuita (el % corresponde al presupuesto inicial 1990). El tratamiento
de estos recursos en la técnica presupuestaria refleja la orientación y el tipo de
gasto que SCrealiza mediante su ejecución. En tal sentido, la estructura presu-
puestaria del Ministerio de Educación refleja a partir de 198 1 el desprendimiento
de la responsabilidad en la ejecución del gasto, que se realiza a través de
transferencias (conceptualmente, transferencia es un gasto que no tiene
contraprestación equivalente). Antes del año mencionado, el ministerio realizaba
directamente los gastos tanto de remuneraciones como del resto de la operación.25
De acuerdo a lo indicado, son las subvenciones las que contienen la mayor parte
de los recursos destinados a la operación del sistema educacional gratuito y en la
clasificación económica del presupuesto constituyen transferencias al sector
privado.
La subvención es un monto de recursos que el Estado entrega aun sostenedor
y constituye el pago por la prestación de un servicio educacional que se entrega
al educando. El monto involucrado en la transacción se supone suficiente para
financiar los gastos de remuneraciones y de operación del respectivo estableci-
miento y se percibe periódicamente.
Como último elemento a considerar en el estudio del financiamiento, se
pueden señalar los criterios de programación y asignación de los recursos de que
dispone el sector educacional. En este aspecto es de fundamental importancia
definir claramente los lineamientos generales de la política educativa y los
criterios de focalización del gasto al interior de los diferentes rubros involucrados
en la operación del sector. La circunstancia de constituir éste un sector mayori-
tariamente financiado con recursos públicos, supone asignar eficazmente las
prioridades del gasto; tanto en lo referido a gastos ejecutados directamente por el
ministerio o aquéllos realizados por otros niveles de la gestión educacional como
es el caso específico de la subvención.
Cuadro 2
27
DFL N” 2 de 1989 Ley de Subvenciones
28
AlresprctosehapresentadonlCongres«Nnc~onal unn~niciativülegalque.entreotrasmedidas,eliminalosfondos
acotados enel presupuesto (con la excepción de internndo) traspasando esos recursos â los montos globales de
subvención y aumento de los factoresra su equivalenteen las distintas modalidades de enseñanza.
29
Losp»rcrntajesparaobtr~~rrlaas~gnaciónencomentoestbnestüblecidoseneI articulo26”del DecretoconFuerza
3. de Ley N” 450, de 1974.
Artículo 13”del Decretocon Fucrrüde Ley N”2dc I989.quepud1era srrmodificadoen un nuevo proyectodeLey
presentado en diciembre de 1990.
114 INNOVACIoNLS,:~,II
G,Sn,,N
t,>“(ì\1?“,4
Cuadro 3
Cuadro 4
Fuente: Estados de laGestión Presupuestariadel Sector Público. Contraloría General de la Repúblicade Chile
118
Pago de la subvención
Entorno y procedimientos
Existen disposiciones legales que tienen directa relación con aspectos específicos
vinculados a la procedencia o improcedencia del pago de la subvención. Normas
relacionadas con asistencia media, número de alumnos por curso, tipo de
establecimiento, cantidad de cursos o ciclos correspondiente al nivel de enseñan-
za que proporciona, condiciones y capacidad del local físico, higiene ambiental
y materiales didácticos adecuados al tipo de enseñanza que se imparte.
Diagrama 1
SISTEMA ADMINISTRATIVO
Confección
Presupuesto
Petición
k Fondos
t- Proyección
ADMINISTRACIONFINANCIERA + delGasto
Emtrega
l
de Fondos
Cálculo de
Subvención
Diagrama 2
FLUJOGRAMA DE PAGO DE SUBVENCIONES Y
NIVELES DE RESPONSABILIDAD
Control visitas
- resumen Ajustes al pago Cálculo
- ajustes compu- subvenciones
--..r-
L : tacional
Programa de
[-ij;gt -i~~~~ -iii?-
subvenciones
Distribución de docentes
---
126
Cuadro 5
del poder adquisitivo. Fluctúa en los docentes de educación básica entre 410% y
413% y en los docentes de educación media entre 2 14% y 2 16%, según los años
de servicio.
El año 1973 fue el de mayor pérdida del poder adquisitivo (aproximadamente
375%) tanto en los docentes de educación básica como en los de educación media
para todos los años de experiencia consideridos.
En el “Sistema de Información de Educación Municipalizada” (encuesta
anual para un sistema de información municipal) de 1986 y 1987 sólo se
recabaron valores máximos y mínimos comunales de remuneraciones. En el
estudio correspondiente a 1988 este dato no se consideró importante, aunque
algunas comunas adjuntaron sus planillas de remuneraciones.
En marzo de 1990, al asumir el gobierno democrático, una de las preocupa-
ciones de las nuevas autoridades fue la respuesta a interrogantes sobre los niveles
de renta de los profesores en las distintas comunas y los porcentajes de la
subvención destinados a remuneraciones.
Para ello, en el mes de abril siguiente se realizó un Censo de Remuneraciones
del sector subvencionado. El nivel de respuesta alcanzó un 97% en el plazo
establecido, considerando un número total de 9 073 establecimientos educacio-
nales particulares y municipales. El análisis incluyó a 1 18 462 profesionales de
la educación (cifras finales).
En términos comparativos, las corporaciones municipales destinan un 95.4%
de recursos de subvención a remuneraciones. En los DAEM se destina el 90.5%
y en los particulares subvencionados el 67.2%. En esta última dependencia que
incluye los colegios confesionales y no confesionales, se encuentran todos los
valores mínimos nacionales por desempeño y también las mayores diferenciales
--“._
,__~-__._--ll---
(máximo y mínimo valor hora promedio).
Se aprecia, también, una alta heterogeneidad en las remuneraciones. Así, el
57.9% de los docentes tienen remuneraciones menores que el promedio de su
nivel y el valor por hora fluctúa entre $572 (US$ I .93) y $15.000 (US$ 50.67).
El estudio de remuneraciones que aquí apenas se ha reseñado se utilizó de
base para hacer análisis de simulaciones que permitieran proponer nivelaciones
de los valores hora más bajos. Con las proposiciones resultantes, en concreto, se
espera disminuir en el mediano plazo el tamaño de la brecha existente en
remuneraciones.
Asistencialidad escolar
Infraestructura
Cuadro 6
Cuadro 7
Cuadro 8
Niveles de eficiencia
Tipos de subvenciones
Rendimiento de alumnos
Cuadro 9
1982 3 1 240 249 4.82996 150 889 1.53 2334 III 64.65
1983 35 052 828 3.79596 133 059 133 2 394 738 55.56
1984 40 569 331 3.16671 128 471 306 2 461 209 52.20
1985 50 595 791 2.4237 I 122 629 525 2 512 187 48.81
1986 68 482 679 2.02786 138 873 285 2 883 772 48.16
1987 83 509 436 1.69156 141 261 222 2 786 679 50.69
1988 97 078 518 1.47499 143 189 843. 2 790 636 51.31
1989 ll2251 375 1.26036 141 477 143 2 756 127 51.33
1990 133 489 881 1.ooooo 133 489 881 2 728 504 48.92
Tipo de educación 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991
Enero Enero
- Enero Enero Enero Enero Enero Enero Enero Enero Enero
Educación parvularia
2” nivel transición 897.92 945.67 952.22 1 149.81 1 348.15 1 818.90 ] 995.33 2 232.18 2 700.94 3 139.14 3 757.1
Educación general básica
l”-2” 897.92 945.67 952.22 1 149.81 1 348.15 1 818.90 ] 995.33 2 480.20 3 001.04 3 487.93 4 133.2
3". 4”, 5" 1 015.04 1 069.02 1 076.43 1 299.78 1 524.00 2 056.15 2 255.59 2 480.20 3 001.04 3 487.93 4 133.2
6" 1 093.12 1 151.25 I 159.23 1 399.77 1 641.23 2 214.31 2 429.10 2 480.20 3 001.04 3 487.93 4 133.2
7", 8" 1 093.12 1 151.25 1 159.23 1 399.77 I 641.23 2 214.31 2 429.10 2 745.58 3 322.15 3 861.14 4 575.4
Educación especial
diferenciada 2 283.84 2 405.29 2 422.962 924.51 3 428.99 4 626.33 5 075.08 5 734.22 6 938.41 8 064.10 9 556.0
Educación general básica
de adultos 312.32 328.93 331.21 399.93 468.92 632.66 694.03 783.74 948.33 1 102.19 1 306.1
Educación media científico-
humanista (diurna) I 229.76 1 295.15 1 304.13 I 574.74 1 846.38 2 491.10 2 732.74 3 087.85 3 736.30 4 342.47 5 145.8
‘Educación media técnico-
profesìonal
l”y 2 722.24 760.65 765.92 924.85 1 084.38 1 463.03 I 604.94 3 087.85 3 736.30 4 342.47 5 145.8
3" a 5” 1 229.76 I 295.15 1 304.13 1 574.74 1 846.38 2 491.10 2 732.74 3 087.85 3 736.30 4 342.47 5 145.8
Fuente. OficinaPagodeSubvenciones.
Nota. Losvaloresdesubvenciónporalumnoen losdiferentes tiposdeeducaciónqueseobservanenelcuadro. sepresentanasumiendolasdisposicioneslegalesalmomentode
impetrare1 pago de dicha subvención. Enel ario 1989, los valores base de laeducación especial se han incrementado en 1 3 12 USE. Laeducación técnicwprofesional no
contempla los incrementos de subvención adicional, vigentes acontar de 1988.
reprobación ocurren en la dependencia particular pagada. Respecto de la depen-
dencia municipal, que presenta los más bajos porcentajes de aprobados y los más
altos porcentajes de abandono y repitencia, tiene obligación de recibir a todos los
alumnos en edad escolar, no puede seleccionar a los mejores alumnos e incluso
debe recibir a los alumnos expulsados ya sea por su conducta y/o rendimiento
pertenecientes a otras dependencias administrativas.
Logro de objetivos
Cuadro Il
Cuadro 12
Cuadro 13
CONCLUSIONES
Mariano Herrera
Jesús Díaz
CONSIDERACIONESGENERALES
CARACTERIZACIÓNVELAACCIONEDUCATIVADELARED
Una de las características que fue expresada de manera muy explícita e insistente
es la autonomía del equipo directivo. Esta autonomía permite un amplio margen
de maniobra a los directores, especialmente en el aspecto pedagógico. Los
proyectos y las concepciones educativas o de acción sociopedagógica pueden
diferir notablemente de un plantel a otro, lo cual no forzosamente incide en la
calidad de los resultados escolares. Es decir, en todos los planteles se evidencian
logros parecidos en términos de la prosecución escolar y en términos de la
eficiencia administrativa si se toman como indicadores las asistencias y el
cumplimiento de las funciones por parte del personal docente.
En lo administrativo-financiero, el hecho de estar los planteles en su mayoría
afiliados al convenio ME-AVEC, tiene como consecuencia que los directores
sean los patronos directos del personal. Los sueldos son cancelados directamente
por cada plantel y esto configura un funcionamiento interno autónomo y con un
control directamente ejercido desde el mismo colegio. Este factor fue constante-
mente señalado por los directivos entrevistados como muy importante para
responsabilizar a los docentes y evitar el ausentismo laboral característico de los
oficiales y de los privados que funcionan con la modalidad de subvención directa.
Incluso, en algunas entrevistas fue expresado el problema que se derivaba del
hecho de que algunos docentes obtenían su sueldo mediante cheques directamente
emanados por el Ministerio y era con esos docentes con los que había mayores
problemas de inasistencias y otras inconveniencias administrativas.
Además, dentro de lo administrativo, hay que señalar que los directivos de Fe
y Alegría contratan y seleccionan su personal docente de manera autónoma, a
diferencia de los planteles del Estado en los cuales el personal docente es asignado
desde las oficinas centrales del Ministerio. La Oficina Central de la red dispone
de un banco de recursos humanos que & utilizado cuando algún plantel requiere
de personal docente. Dicha oficina envía los recaudos de personal docente al
director en cuestión y éste selecciona autónomamente sus docentes.
De las entrevistas personales con los directores se pudo establecer que la
fuente principal de este banco de recursos humanos son los mismos docentes que
laboran en la red quienes recomiendan colegas y a su vez informan a sus colegas
acerca de posibilidades de empleo en la red. De esta manera, existe cierta
participación de los docentes en la conformación de equipos estables y afines en
lo profesional cuando menos y generalmente también en lo religioso.
La autonomía para seleccionar los doccntcs que ingresan a trabajar en los
planteles también funciona para despidos, permisos y otros detalles de la
administración del personal.
En lo referente a mantenimiento, mejoramiento de la planta física y de la
dotación también existe cierta posibilidad de realizar acciones de manera
autónoma tales como adquirir equipos, construir espacios deportivos o edificacio-
nes auxiliares. Los fondos para estas iniciativas provienen en la mayoría de los
casos de los ingresos propios que a su vez tienen su origen fundamental en las
mensualidades de los alumnos y sobretodo en los beneficios que se derivan de la
venta de boletos dc la Rifa Anual, antes mencionada y descrita. En algunos casos
se dan otras iniciativas para recabar fondos. Generalmente se trata de gestiones
individuales de algunos directivos ante organismos estatales, municipales o ante
instituciones privadas.
Ahora bien, en cuanto a la presión para elaborar y ejecutar proyectos
educativos en cada plantel, la intluencia de la Oficina Central puede entenderse
como parte de la gestión que corresponde a todo organismo dc coordinación que
permite evaluar procesos y logros. Las entrevistas y las visitas tanto a los planteles
154 tNN~I”“(.,,~N,l.s,:~,~U,..,~,,>NIO>”(PI?”~
Este aspecto concierne: los programas específicos que tienen como finalidad
vinculara los colegios con lacomunidad del barrio o sector donde éstos funcionan
y que son propios de cada plantel y un Proyecto de la red denominado Proyecto
Familia, Escuela, Comunidad.
156
Puede señalarse que tanto los planteles visitados como las respuestas de los
cuestionarios permiten inferir que existen estrechas relaciones entre los planteles
y la comunidad de Padres y Representantes. Es necesario aquí hacer dos
señalamientos: el primero es que las relaciones con la comunidad tienen dos tipos
de realización. El primer tipo de relación consiste en entender por comunidad lo
que el Ministerio de Educación llama la Sociedad de Padres y Representantes y
el segundo tipo agrupa los casos en los que el plantel se relaciona con su
comunidad vecinal en sentido amplio. Ambas formas de relación pueden darse en
un mismo plantel y además, cada una puede concebirse y operacionalizarse de
distintas maneras.
En el caso de las relaciones conlos padres y representantes, estos pueden
tener una participación tradicional en el sentido de limitarse a contribuciones
puntuales de tipo económico o con actividades precisas en determinadas ocasio-
nes. Otra forma de participar está más vinculada a su poder de decisión en cuanto
a la programación de las actividades pedagógicas y hasta en la selección del
personal, y por último, participando como grupo de presión para exigir calidad
en los procesos y en los resultados educativos. En dos de los planteles visitados
se señalaron estas dos últimas formas de participación y en todos se expresaban
de manera positiva acerca de una relación más clásica en lo que a relación
sociedad de Padres y Representantes se refiere.
En el caso de las relaciones con la comunidad en sentido más amplio, pudo
observarse que existen dos tipos de concepción. La concepción de apertura del
plantel a actividades comunitarias que van desde el uso de los espacios recreativos
y deportivos de la infraestructura física hasta el uso de sus instalaciones para
actividades de las organizaciones comunitarias como asociaciones de vecinos,
clubes juveniles, grupos culturales, etc. durante los fines de semana o en horarios
que no coinciden con las actividades escolares. La segunda concepción tiene un
carácter más asistencial y consiste en ofrecer cierto tipo de servicios a la
comunidad. Estos servicios pueden ser cursos específicos para capacitar a los
participantes en oficios que van desde carpintería hasta corte y costura, pasando
por otro tipo de talleres. También pueden consistir en un servicio médico-
asistencial muy organizado y eficiente como cl que existe en uno de los planteles,
que ofrece atención médica en muchas especialidades y tiene un índice de
población atendida diario muy elevado.
Es necesario tener prescntc que de los planteles visitados, dos tienen una
relación con la comunidad en el sentido amplio y uno de ellos ofrece un servicio
médico asistencial eficiente pero no tiene ninguna otra relación con la comuni-
dad. Por otro lado otro plantel tiene una actitud de solidaridad puntual con la
comunidad basada en actividades precisas organizadas con fines específicos en
ocasiones especiales.
Esta realidad está perfectamente reflejada en la encuesta. El 5.5% de los
directores afirma que sí desarrolla actividades para la promoción socio-comuni-
taria. Es evidente que hasta el presente no todos los planteles desarrollan
actividades para la promoción socio-comunitaria. Esta labor aún no ha sido
incluida como una actividad inserta en los programas o planes de trabajo de todos
los colegios. Sin embargo, los datos aportados en los párrafos anteriores muestran
que sí existen iniciativas y que esta actividad comienza a formar parte de forma
más sistemAtica, como lo evidencia lo que se describe a continuación concerniente
al proyecto FEC.
El Proyecto FEC
Los bet@ciarios
Los beneficiarios de los programas de la red son atendidos por 1966 docentes, de
los cuales 194 pertenecen a congregaciones religiosas y 148 son directivos, de los
cuales 17 pertenecen a congregaciones religiosas. Estos planteles emplean
además a 185 personas en funciones administrativas y a 329 obreros, para un total
de 5 14 personas en el área de servicios. Los funcionarios docentes representan el
67% del total de los empleados de la red, luego le siguen los obreros con casi el
12% del total; en tercer lugar corresponde al personal profesional, técnico y muy
de cerca el administrativo, ambos grupos con cerca del 8% del total y por último,
la plana directiva con el 5% del total dc la red.
La distribución proporcional del personal del sector educación formal de Fe
y Alegría para el año 1989 muestra que el 72% del total lo constituyen los
docentes -el primer grupo representativo dc los empleados de la red- seguidos
muy de lejos por el personal obrero (el I 1%) y por el grupo de los profesionales
36
.77 Ver: AVEC: Boletín Estadístico 19X9-90, p. I 18.
Ibídem
y técnicos al igual que el personal administrativo (6%). En último lugar figuran
los directivos con apenas el 5%.
Resulta evidente que estas proporciones se asemejan considerablemente alas
proporciones de la red total.
La proporción de religiosos y de laicos en el sector de educación formal para
Fe y Alegría en 1989. fue de un 7% para los primeros y un 93% para los segundos.
Es interesante notar que a pesar de que el personal de la red que pertenece a
congregaciones religiosas es netamente minoritario, su presencia resulta cualita-
tivamente significativa en cuanto a los aspectos de considerable importancia
como lo son la identificación institucional, la identidad propia del plantel y
aspectos no menos importantes como lo son el mantenimiento y la higiene de cada
colegio.
RESULTADOS PEDAGÓGICOS
CONCLUSIONES
38
Aquíentraríaladiscusiónacrrcadcsiesamensualidadvaenc«ntradelpreceproconstitucionalrelarivoalagratuidad
de Ineducación. Sobretodoen lasescuelaso~cialescn Issqueestamodalidadpodrktraerbeneficiossi lacomunidad
asume SI, rol y le exige calidad â la escwzlil.