y
las limitaciones evolutivas e intelectuales de la
Especie Humana.
En el momento en que nacemos, y tal vez desde la concepción, entramos a un grupo social,
que, por razones obvias, se convierte en la cuna, que para cada uno de nosotros deriva en
nuestra formación inicial de lo que percibimos de la realidad.
Al encontrarnos limitados por carecer de libertad de escoger nuestro propio origen, muchos
de nosotros adoptamos la percepción de la realidad que nos rodea y la interacción personal
de nosotros con ella.
La ciencia y el conocimiento ha evolucionado ligada a dos factores limitantes que nos impide
y hace casi imposible la interpretación de quienes somos, al menos de las maneras más
adecuadas, y cuál es nuestra función en el ambiente en que nos desempeñamos.
Somos una sociedad dual
Uno de los factores es que, en este corto periodo de historia que se reconoce a la raza
humana como tal, hemos evolucionada claramente en dos sentidos o polos en general:
masculino y femenino.
Claramente el modelo masculino fue el que tomó el control, siendo autoridad sobre el otro
modelo, impulsando al ser humana bajo estas condiciones a evolucionar en los parámetros
machistas de una sociedad dual, anulando en un sentido, la otra parte fundamental de la
especie.
Imaginemos por un momento lo absurdo de la evolución machista, es claro que la
ignorancia de ambas partes, han causado que una especie completa, que es considerada
por sí misma “superior a todas las otras”, haya vivido sólo bajo los parámetros de una de
sus dos partes fundamentales, relegando a la otra hasta las últimas y más recientes épocas;
siendo tan reciente éste relego del que hablamos, que aún hoy, el cambio de paradigma
que habilita la fundamental parte femenina, ni siquiera está concebido como una remota
posibilidad en otra parte de éste gran pequeño mundo en el que habitamos.
Pensemos pues un poco más; podemos imaginar que las cosas fueron de esta manera por
el sólo hecho que así se dieron las situaciones evolutivas y que somos una mera coincidencia
en este corto periodo de la edad de la tierra. En sí, pasó lo que pasó, sólo porque sí.
Pero, no necesariamente, los seres humanos evolucionamos con la necesidad de
sociabilizar, características naturales en los seres vivos, también la de fijar jerarquías, otro
rasgo que destaca a los seres vivos, pero con un Ego que nos acompaña constantemente,
tal vez por conservación, por egoísmo o por imperfección, no lo sabemos, porque no
tenemos aún capacidad de entender la increíble e insignificante chispa de existencia de lo
que somos como especie.
Aún así, evolucionamos por la mayor parte del tiempo, en una sociedad Machista o
patriarcal. Se cree que pasamos de ser regidos por la luna que acompañaba a los cazadores
en las noches, la que coincidía con el periodo menstrual de la mujer; a una sociedad que
evolucionó en una agrícola, regida por el Sol; la mujer perdió protagonismo jerárquico y el
hombre paso por los primeros cambios de algunos de los primeros paradigmas a una
sociedad gobernada por el patriarcado.
Sociedad Ego Machista
Sin embargo, cómo estaremos hablando de otros asuntos más a nivel “psicológico estático
evolutivo” como ser el Ego, diremos que no fue una sociedad gobernada por el hombre
como se menciona o suele mencionar, sino que fue gobernada y regida por los machos de
la especie.
Tal situación pudo verse potenciada por los avances o consecuencias de cultivar la tierra,
los grupos humanos dejaron de deambular de un lugar a otro, dejaron de ser nómades,
apareciendo los primeros asentamientos, que derivaron en aldeas organizadas, primeras
sociedades precarias que se fueron haciendo complejas bajo el mismo paradigma del
macho de la especie.
Tal paradigma, al coincidir tan sincronizadamente el sol, la caza y el asentamiento, la
concepción del sol y el establecimiento de los grupos humanos y la formación de aldeas,
provocó que se quedara presente en modo perpetuo por una razón fundamental, el sistema
se mantuvo así desde ese entonces, así que no fue necesario nuevos paradigmas porque no
fue necesario cambiar.
Observemos algunas de las simples limitaciones de la concepción social machista, pero no
culpemos al hombre por usar esa palabra, machista es algo que tiene que ver con
percepción, idiosincrasia, ideas, creencias, etc. La sociedad era Machista en sus dos formas
masculina y femenina. Aún hoy existen mujeres machistas, inclusive las machistas
extremistas que se definen como Feministas. Al menos cuando miran una película de acción
y les resulta lógicamente entretenido ir al cine a ver Iron MAN en vez de una Iron Woman.
Es sólo un ejemplo, no es para entrar en debate.
Lo que sí es interesante es que, al hablar del desarrollo del conocimiento y la ciencia en una
sociedad históricamente machista, las limitaciones en cuanto al margen de ciencia y
sapiencia que se podía llegar a aprender o la amplitud del campo de desarrollo, produjeron
como resultados el retraso de muchos avances en conceptos sociales, científicos, entre
otros; especialmente tecnológicos, que afectaron directamente a la otra parte. Me refiero
a la femenina.
Ejemplo claro es la evolución de la medicina.
¿Cómo piensan que sería la medicina hoy en día si no tuviese padres, o al menos tuviese
más madres al momento evolutivo en que nos encontramos ahora?
Es impresionante como en ciertos aspectos, hoy la medicina es mucho más invasiva y
agresiva, diría yo, para examinar los genitales femeninos que los masculinos.
Esto se debe a que por empatía los padres de la medicina inconscientemente cuidaban de
su bienestar en el proceso de investigación e intervención médica como seres únicos,
mientras investigaba a la mujer que tenían al lado, la que, en muchas clases, eran
consideradas objetos con diferentes grados de humanidad.
La mujer no puede ser incluida dentro del modelo machista
Por eso primero se evolucionó en derechos de los hombres, y hoy estudiamos la complicada
manera de incluir a la mujer en ese modelo, modelo que al incluir la otra parte de la dualidad
humana, parece colapsar inexplicablemente en sí mismo, siendo que la explicación es
sencilla: Si el modelo fue unilateral exclusivamente machista, ahora que estamos
empezando a darnos cuenta de que la mujer es parte fundamental en todos los aspectos
humanos, psicológicos, intelectuales, sociales, emocionales, científicos, tecnológicos, etc.;
al incluirla en tal modelo machista, el modelo colapsa por su propia ideología, haciendo
percibir en miles de ocasiones que algo no anda bien.
La mujer al no ser macho e incluirla en modelos precarios, arcaicos machistas, ya sea por
iniciativa propia o por evolución de pensamiento del macho, hace colapsar el sistema que
evolucionó siempre con una sola pata.
Es como llevar una nueva computadora de escritorio, en un mágico viaje en el tiempo hacia
el antiguo Egipto. Por más que le expliquemos las ventajas al faraón de los cálculos que la
máquina puede hacer y las aplicaciones que tiene, nunca entenderá que es mejor que el
ábaco, porque le falta electricidad para que funcione y así vea y entienda su utilidad. Así
que tomaría el Ábaco y descartaría el nuevo y mejor sistema de cálculo.
Pero la aventura tornaría en otro sentido, si además le proveemos de un generador de
energía eléctrica y el faraón percibe las maravillas de la ciencia. Allí, seguramente optaría
por la tecnología que se le presenta, y él mismo, por elección de un sistema mejor, haría
colapsar el viejo.
Es necesario un nuevo modelo inclusivo
Entonces nos damos cuenta que el cambio necesario no es incluir, no es crear políticas
inclusivas ni de diversidad, porque todo nace del mismo modelo es obsoleto. La clave es
crear un nuevo modelo, lo que por defecto hará colapsar el modelo viejo evolutivo
machista.
¿Creen ustedes en que, si la medicina hubiese evolucionado con mujeres como madres,
hubiese sido tan invasiva en cuanto a análisis ginecológicos para la mujer?
De esta pregunta me animo a asegurar que no, o que lo más probable es que no.
Pero pensemos por un momento cómo hubiese sido la evolución de las herramientas, la
tecnología y la guerra si se hubiesen tenido en cuenta las necesidades del sexo femenino y
su posición social, desde que existieron las primeras aldeas o tal vez antes.
No podemos asegurar nada sobre esta posibilidad, no somo dueños de los hechos ni el
pasado, ni es lógico pensar en lo que pudo suceder. Sólo he de decir que al tener relegada
la participación femenina en los diferentes ámbitos sociales y de conocimiento en la
evolución de la especie humana, es fácil llegar a la conclusión que evolucionamos a media
máquina o menos, haciendo un total misterio el destino que hubiésemos tenido con tal
recurso.
Pero bueno, parece que estamos empezando a “querer dar los intentos de tratar de
orientarnos” hacia nuevos paradigmas sociales.
Sólo recalco el detalle más importante sobre este punto discutido, no es lógico incluir a la
mujer en una sociedad unilateral que desea evolucionar en un modelo único machista, ya
que la inclusión de ella, provocaría el colapso del propio modelo. Lo que debemos
comprender es que debe aparecer un nuevo paradigma general evolutivo inclusivo, en el
que todas las partes tienen similar participación en todo aspecto.
Ya el sólo hecho de incluir un modelo feminista en un medio en el que se encuentra otro
machista, originaría la necesidad de convivencia y sí o sí la aparición de conflictos; tal y cual
viene sucediendo en las últimas décadas o siglos, en los que el feminicidio cada vez se hace
más común, porque el viejo modelo prevalece en una absurda inconciencia de su
inefectividad, siendo excluyente en sus bases.
Un nuevo modelo
La solución está en el nuevo modelo. ¿Pero quién y cómo lo hará? Si aparentemente nos
guíala razón, pero en realidad evolucionamos por necesidad y conveniencia, filtrados
nuestros actos por decisiones.
No somos seres que fijamos modelos complejos de convivencia perfecta aplicables a todos
los demás seres, si lo fuésemos, no existirían las guerras.
Otro factor es el que tiene que ver en mayor parte con la psicología, las emociones
primitivas del ser humano y la necesidad de reducir las circunstancias complejas a lo más
simple posible de comprender para garantizar la subsistencia del YO, y luego la de los
demás, aunque lo que creamos comprender no sea lo adecuado, porque lo que nos interesa
es que simplemente las cosas tengan el sentido que les damos o se apliquen a nosotros.
Esto se debe a que cuando nuestra existencia como individuos se ve amenazada por la
circunstancia que sea. Tendemos a creer que nuestro mundo se acaba y por lo tanto el
mundo de todos aquellos que nos rodea, en cierta forma, cruza la idea por nuestra cabeza
que, en momentos precisos de nuestra vida, alguien no podrá vivir sin nosotros.
Es aquí donde hablaremos del Ego y cómo influencia nuestra percepción y todo lo que
deriva de ella.
Miedos, deseos y Coartadas
Nos aterra morir, porque queremos abarcar todo lo que podamos abarcar en, al menos
cuatro aspectos, siendo en realidad tres, ya que el último es una consecuencia y causa de
cada aspecto que coarta la evolución de la especie.
Uno es la necesidad de vivir y si no se puede vivir para siempre, la necesidad de trascender;
esa es la más importante para todos nosotros a la hora de fijar las prioridades, por eso
amamos, nos asociamos, juntamos, elegimos pareja y/o nos reproducimos, porque en
cierto punto entendemos que no viviremos para siempre, pero nuestros genes, desde la
concepción física, harán que características nuestras sigan en la descendencia; es decir algo
nuestro sigue en nuestros hijos.
El otro motivo es el buscar conocimiento: buscamos llenarnos de la mayor cantidad de
conocimiento posible, no para establecer modelos evolutivos superiores e inclusivos, nos
basta con modelos simples o complejos en los que descubramos maneras de alargar la vida,
aún cuando para gran parte de la sociedad presente la vida no tiene sentido, no hablo de
las personas que analizan la vida desde la filosofía, hablo de todos aquellos que viven
estados depresivos severos rondando ideas suicidas porque para ellos las soluciones se
acabaron y no tienen mayores motivos para continuar existiendo.
Irónicamente, el grupo de personas con depresión en el mundo es cada vez mayor,
Avanzamos en ciencia y tecnología para supuestamente hacer la vida sencilla, más vivible y
más bella, si queremos llamarla así; increíblemente la mayor parte de ese grupo son
hombres, digo esto porque hemos hablado del famoso modelo obsoleto evolutivo
machista.
En fin, es natural que aún cuando existen personas que no encuentran sentido a la vida, una
buena porción de este grupo, permanece y apoya la búsqueda de conocimiento para
prolongar su existencia. No desea vivir, pero tal vez tomará una aspirina para calmar el dolor
de cabeza.
Esto se debe, específicamente hablando de estos casos extremos, al hecho de que estas
personas no buscan la muerte, lo que simplemente quieren es “dejar de vivir” o, en otras
palabras, dejar de sufrir.
Así arribamos completamente al segundo aspecto del que estamos hablando, la necesidad
de vivir es tal que, aunque no queriendo, apoyaremos al desarrollo de la ciencia, porque
simplifica la vida y la prolonga.
La tercera característica son las emociones, somos seres sociales, amamos porque el amor
es vida. No es necesario dar un mensaje cursi, lo que sí es necesario es comprender que si
el Amor o los sentimientos comunes, sociales y de convivencia no existen, no existe la
sociedad.
Somos sociales porque necesitamos de al menos un miembro de la sociedad para
reproducir algo de nosotros en nuestros hijos y continuar prevaleciendo en el tiempo.
Por lo que, para ser sociales; el afecto, al amor, la tolerancia y otros aspectos, se vuelven
necesarios para que reine la armonía y genere un clima óptimo, seguro y estable en el que
las relaciones y condiciones sean apropiadas para reproducirse y continuar viviendo.
La cuarta característica de este segundo aspecto que tratamos, condiciona todo lo que
hemos planteado hasta el momento y es el más poderoso condicionante que nos pone en
ridículo, cuando nos evaluamos a nosotros mismos como especie.
Éste es aspecto y característica que envuelve cada detalle traído hasta el momento, porque
es capaz de obstruir la razón y la emoción sana y, evolutivamente hablando y generar un
círculo vicioso.
El aspecto condicionante es el EGO.
El ego es lo que obstruye y condiciona enormemente todo lo que tiene que ver con la
percepción individual y general de la especie humana. Nos condiciona en nuestra
percepción de nosotros mismos, individual y colectivamente hablando.
De las tres características citadas anteriormente, tenemos que comprender que el ego es
de máxima influencia para todas.
Primero yo quiero vivir; segundo, quiero todo el conocimiento necesario para que yo pueda
vivir más tiempo o para siempre; tercero quiero tener amor en sociedad, para encontrar la
manera de reproducirme, y seguir viviendo yo en mi decendencia.
Por eso el Ego es la cuarta característica por la que nuestra existencia se condiciona, porque
influye en todas las demás y termina siendo la otra gran causa que hace de lo que es la
evolución, algo muy diferente de lo que creemos.
Es el Ego lo que hizo que la sociedad sea machista al pensar en hombres y mujeres como
seres separados en diferentes ámbitos y orden social, causando un proceso evolutivo con
características claramente machistas en todos los aspectos.
Si bien parece que es importante a la hora de priorizar la existencia humana, también
debemos comprender que se considera a sí mismo como causa de todo y así es como
gobierna los puntos importantes de la propia subsistencia.
Alguno pensará en este momento: ¿Y qué de aquellos que dan la vida por los demás?
Bueno, en cierta manera lo hacemos por nosotros mismos, si es por algún familiar, es
porque llegamos a la necesidad de garantizar que una parte nuestra siga viviendo, y sin
importar las circunstancias, cuando es cuestión de decidir continuar “como sea”,
entendemos que algo de nosotros, aunque sea genéticamente hablando, vive en el otro.
En el caso de aquellos que dan la vida por los que no son familia, tal vez ni amigos o ni
siquiera emparentados de alguna manera. Uno podrá afirmar que no existe nada de uno en
la otra persona, pero entendemos consciente o inconscientemente que eso es mentira; ya
que a la ora de decidir, cuando no quedan opciones, comprendemos que lo que tenemos
en común es la especie, y que “seguiremos viviendo como especie” al dar la vida por alguien
que es una parte de ella.
En el caso de esos “Egos Egoístas”, personas que pensarían en sólo en salvarse a sí mismo,
bueno, es más simple, es netamente cosa de EGO.
No es intención debatir los motivos por lo que la gente quiere vivir, el objetivo es que
comprendamos las influencias de Ego en la Evolución.
El Ego que suma y resta
Si tengo que deducir en qué suma el Ego, en mantener el sentido primitivo de subsistencia.
Ahora, analicemos cómo nos afecta.
En cuanto a la necesidad de amar en sociedad para completar los ciclos de las relaciones
interpersonales que nos llevan a unirnos, entre otros motivos para reproducirnos. El ego
tiene un cuadro protagonista en cuanto a sentimientos, no quiere decir que somos egoístas
y que no podemos ser solidarios, pero somos solidarios porque nos permitimos igualar
ciertas condiciones que, al beneficiar a otros, al menos nos trae sentimientos “positivos” y
garantiza que la especie en la que Yo pertenezco siga trascendiendo, haciendo más
llevadera la vida, o la convivencia.
Nuevamente, no nos enfocamos en que si somos o no solidarios, caritativos o amorosos;
nos estamos centrando en los posibles errores de percepción que causa el EGO en nuestra
comprensión y evolución como especie.
Entonces, aclarar ciertos puntos como estos puede sonar duro, pero lloramos por los seres
amados que fallecen porque, soy Yo el que los o las extraña, soy Yo el que siente dolor, soy
Yo quien tiene que aprender a vivir sin la otra persona y seré Yo quien tenga que aprender
a vivir bajo un nuevo modelo de vida.
La gran diferencia de la muerte de la pareja y la unión con ella es que, al unirnos, primero
Yo me siento bien y segundo, yo sé que ahora tengo posibilidades de prevalecer. La parte
más importante es el hecho de que es una elección, elección que llega hasta el inconsciente,
porque, llegan a llevar el acto reproductivo en muchas situaciones sociales de forma
inconsciente, no sin saber lo que estamos haciendo, más bien, sin comprender la
implicancia evolutiva que buscamos desde nuestros sentidos más profundos y primitivos.
Esto contrasta con la perdida del ser querido o de la pareja, ya que en general no es un
aspecto que se elige, llega solo hasta en el caso de circunstancias emocionales que provocan
separaciones o divorcios, debido que al elegir romper una relación somos conscientes, pero
mientras vivimos momentos emocionales profundos, los sentimientos amargos que
acompañan el proceso y desembocan en la separación, son totalmente inconscientes,
entonces en cierto grado, no los elegimos todo del todo.
Al percibir esta dura realidad, nos sentimos solos en la sociedad y nuestro entorno, nos
damos cuenta que ya no somos la el eslabón más fuerte de la cadena, que estamos en
similar situación, que también moriremos y que no podeos hacer nada para evitar tal
desenlace.
Algunas personas comprenden un poco todo esto, así que se dedican en su vida a dejar algo
para los demás y/o los que vendrán; lo hacen en forma de actos, herencias, conocimientos,
etc., para que, al morir, puedan asegurar el sentimiento de satisfacción de haber dejado
algo para los demás, en esencia, haber dejado parte de ellos mismos.
Ahora, el Ego siempre protagonista de todos estos hechos nos condiciona, como vamos
percibiendo de a poco, lo hace individual y colectivamente.
Esto es demostrable cuando creemos absurdamente que “el mundo se nos acaba al no
alcanzar esas cosas que creemos que nos hacen felices”, allí es donde explicamos que no
podemos vivir así, que ya no se puede, es difícil, porque no es como YO quiero.
Somos tan egocéntricos inconscientemente hablando, que llegamos a creer que el mundo
de los demás, inclusive ellos mismos, no podrán continuar “Si YO no estoy”.
Y ahí empieza la causa de la influencia del EGO en la evolución de nuestra especie.
No analicemos la evolución, analicémonos nosotros:
Con Darwin, encontramos dos ideas muy contradictorias que giran en un mismo eje.
Dejo en claro que no es mi idea hablar de la Teoría Origen de las Especies; les recuerdo que
hablamos del Ego y su influencia en ésta.
Por lo que los que creen en Dios, Allah, o cualquier principio de creación, les invito a pensar
en el principio de cómo el Ego nos influencia, nos puede limitar y condicionar. Ya que, si se
demuestra o no la existencia de Dios por medio de la ciencia, o la teoría de las evoluciones
u orígenes de las especies, sin importar la que se compruebe, el Ego es parte nuestra
existencia y lo seguirá siendo.
El eje principal del que hablamos es naturalmente nosotros mismos. Miramos a Darwin
como un elemento lejano, una fuente de conocimiento arcaico remoto, que todo mundo
sabe de lo que creen podría haber investigado, pero nadie se dedicó a aprender, total no es
necesario para que Yo viva. Pero el punto es que viendo la evolución desde la óptica en la
que englobamos cada ser viviente que habitó la tierra y lo hizo aún desde el principio,
hablando desde su formación. Si consideramos los millones de años que pasaron desde el
primer organismo viviente, llamémosle virus, hasta el presente con toda la variedad de vida
existente en todas sus especies, tanto plantas, como insectos, animales, organismos
microscópicos y quién sabe qué más existe. Nos damos cuenta que en la línea histórica, la
existencia del ser humano, es un breve suspiro.
Como para tener una idea, si tomamos el origen del mundo y los distribuimos en un periodo
equivalente a un año, los seres humanos apareceríamos los últimos minutos del 31 de
diciembre, si no son lo últimos segundos.
Nuevamente, para los que creen en Dios, (el Ego nos obliga a plantar esta situación), bueno,
yo creo en un origen divino, algunos le ponen el nombre Dios, otros lo consideramos como
un gran Arquitecto del Universo. Como sea, ya que el EGO nos carcome desde adentro,
vamos con esa parte.
El cristianismo de una u otra manera dice que Dios puso al hombre en el mundo hace más
o menos siete mil años, no quiero hablar de cómo evolucionamos tanto en tan poco tiempo,
sólo quiero basarme en las coincidencias para continuar sin escuchar a fanáticos perderse
en el tema.
Si bien el Génesis plantea una creación de 6000 años, seguido de un periodo de descanso
de mil, de acuerdo ala cábala, o días de acuerdo al cristianismo, al empezar Génesis 2,
saltamos al Edén, dónde se menciona que vivió Adán y Eva y no se hace referencia al tiempo
que estuvieron en el jardín. Así que, mientras la tierra evolucionaba con dinosaurios y otros
seres, el tiempo que pasó hasta que Adán desobedeció, como relata la historia siendo
expulsado con Eva y todo comenzó. Deducimos que no sabemos el tiempo de permanencia
de Adán en el Edén; pudieron ser millones de años y si quieren discutir en que, si morirían
o no, sólo diré que en el Génesis se describe una cosa: Que desde el momento que coman
el fruto, “de cierto morirán” y no antes.
Así que me sostengo que ésta humilde coincidencia para continuar con el tema que estamos
tratando, sea como sea, el tiempo de la humanidad es un breve suspiro, comparado con el
tiempo en que apareció la vida en el planeta.