Anda di halaman 1dari 12

LAS CONDICIONES DEL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y LAS

DEMANDAS A LA PROFESIÓN (Trabajo Social) DESDE LAS DIMENSIONES


TEÓRICAS, METODOLOGICAS, ÉTICAS Y POLÍTICAS

Ana Elizabete Mota∗∗

El contenido de mi ponencia es resultado de mis observaciones y experiencias en mi

condición de Presidenta de la ALAEITS en el periodo 2006/2009 y como docente e

investigadora brasileña. La mayor parte de este escrito fue objeto de mi exposición en

una mesa de trabajo sobre los desafíos de la formación profesional, realizada en

Guayaquil, en el XIX Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social

(SLETS) en Octubre del 2009.

Lo articulo tiene el siguiente orden: primero destaco los trazos generales de la

coyuntura latinoamericana para informar sobre: a) los proyectos económicos y políticos

que están en marcha en el subcontinente; b) las tensiones entre democracia y autonomía

de los Estados nacionales en el contexto de la mundialización capitalista. Después

reflexionaré sobre las tendencias de estos procesos en el enfrentamiento de la cuestión

social – que es el lugar de las demandas que se hacen al Trabajo Social; y finalmente,

abordaré la relación entre profesión y realidad, el papel de la formación profesional y

los desafíos teórico-metodológicos, éticos y políticos del Trabajo Social, apuntando mis

principales conclusiones.

∗∗
Profesora Titular del Departamento de Serviço Social de la Universidad Federal de Pernambuco.
Doctora en Serviço Social de la Pontifícia Universidad Católica de São Paulo/PUC-SP. Ponencia
presentada en el XIX Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social. El Trabajo Social en la
coyuntura latinoamericana: desafíos para su formación, articulación y acción profesional. Universidad
Católica Santiago de Guayaquil. Guayaquil, Ecuador. 4-8 de octubre 2009.

1
I. Trazos generales de la coyuntura Latinoamericana

El movimiento de las izquierdas latinoamericanas desde finales de la década del

ochenta del siglo pasado, apunta hacia la superación de las dictaduras militares y a la

resistencia al neoliberalismo. Desde el comienzo de los años 2000 hacia el surgimiento

de gobiernos de izquierda y centro-izquierda en países de las regiones Andina y Cono

Sur. Este proceso se desarrolla en un periodo de crisis capitalista 1 – iniciada en los 70

del Siglo XX – y cuyos medios de enfrentamiento determinaron cambios en las

tradicionales modalidades de producción material, redefiniendo los espacios y tiempos,

la organización del territorio, la intervención del Estado y demarcando un conjunto de

aportes teóricos e ideológicos (Vasapollo,2005; Vasapollo att al 2004;

Vasapollo,2004B; Harvey,2006).

En la actualidad los gobiernos de izquierda y centro-izquierda alimentan la hipótesis de

creación del desarrollo nacional en articulación con políticas sociales compensatorias.

Su consecuencia es un nuevo mito: el crecimiento económico con desarrollo social y

ambiental como un proyecto de superación de las históricas desigualdades sociales 2.

Nosotros nos preguntamos si esto es posible y cuál es la estratagema de este proceso,

cuál es su horizonte. No hay duda de que este modelo está más allá del neoliberalismo,

1
Para István Mészáros es necesario establecer las diferencias relevantes entre tipos o modalidades de
crisis. No es lo mismo una crisis periódica-coyuntural y una crisis estructural. “ ...la diferencia crucial
entre los dos tipos nítidamente contrastantes de crisis (...) es que las crisis coyunturales o periódicas se
desarrollan y se resuelven con mayor o menor éxito dentro de una estructura dada de política, mientras
que la crisis fundamental afecta la propia estructura en su totalidad. El Autor presenta las características
de la crisis estructural: su carácter universal y no sectorial o en una rama de producción; su alcance global
y no limitado a un conjunto de países; su escala de tiempo extensa, continua y permanente; su modo de
desglosarse es permanente y todos los esfuerzos de administración pierden su energía con el desarrollo
del tiempo. (2009:51-52).
2
Sobre la cuestión del desarrollismo y los proyectos de los gobiernos de centro izquierda en América
Latina consultar Petras y Veltmeyer. Espejismos de la izquierda en America Latina. Mexico D.F.,
Editorial Lumen Mexico, 2009.

2
pero no más allá del capitalismo, aunque sea una estrategia de resistencia al

imperialismo norteamericano, bajo el argumento de la autonomía, del que es ejemplo el

proyecto ALBA, la creación del Sucre, etc.. Según Rosero (2009), “Un proyecto

reformista de capitalismo nacional en la periferia no tiene viabilidad histórica y a duras

penas alcanza, en la era de la globalización, a sustituir una dependencia por otra”.

La realidad no indica buenas posibilidades de éxito en este proceso porque no ha sido

posible mantener el crecimiento económico con socialización de riquezas o una mayor

y mejor distribución de parte de la riqueza producida. Se mantiene la concentración de

la riqueza. Hoy en América latina más del 40% de su población es pobre y entre el 15%

y el 20% es indigente, las desigualdades sociales se han acrecentado; pero lo que

cambia es la creación de otros medios de enfrentamiento de la pobreza a través de las

políticas de ingreso, por cuotas, o de mínimos sociales. Las políticas compensatorias

reconocidas a través de los subsidios dirigidos a los más pobres.

De acuerdo con Claudio Katz(2009) América Latina soporta también un abismo de

desigualdades sociales, superior al de cualquier otra zona del planeta. La diferencia que

separa al 10% más rico del 10% más pobre alcanza 157 veces en Bolivia, 57 veces en

Brasil, 76 veces en Paraguay, 67 veces en Colombia, 46 veces en Ecuador y 39 veces en

Chile. El caso brasileño es más significativo por la dimensión y poderío económico del

país. Allí el 10 % más rico posee casi el 75% de la riqueza total, mientras que el 90%

más pobre se queda solamente con el 25%.

Lo que llama la atención es el hecho de que no se estén desarrollando reformas

substantivas que reviertan la “destrucción neoliberal de las políticas; lo que el escenario

continental muestra es la expansión de políticas de excepción, de ingresos, en

substitución al derecho al trabajo. Es obvio que estas políticas permiten el aumento del
3
consumo de las familias pobres, pero son iniciativas que no intervienen en los orígenes

de la desigualdad. Estas políticas de naturaleza compensatoria y focalizada,

conceptuadas como de enfrentamiento a la pobreza, en general son apoyadas por las

élites. Aún las políticas sociales más amplias y estructuradoras de la seguridad como la

salud, las jubilaciones, la educación, entre otras, que los gobiernos neoliberales

transformaron en servicios mercantiles, son objeto de una fuerte reacción de la derecha

continental, históricamente patrimonialista, oligárquica y anti-reformista. Cualquier

iniciativa que permita democratizar el acceso a bienes y servicios públicos, así como

instituir mecanismos de control en el ámbito de la sociedad son suficientes para

“desencadenar” la ofensividad de la derecha contra lo que algunos identifican como lo

“populismo radical”.

Es evidente que como ahora los Estados Unidos no tiene más hegemonía absoluta en las

relaciones comerciales con América Latina, producto de la emergencia del ingreso de

China e India en el mercado mundial, su nueva pan-americanismo no se hace más con

la “ayuda” para el combate a la pobreza como en los años 60 en plena guerra fría.

Ahora su ofensividad es declarada por la defensa de “la paz”, “contra el terrorismo” y a

través de la criminalización de las luchas sociales, a través de la “militarización

preventiva” como es el caso de la región andino-amazónica con la propuesta de

instalación de las siete bases militares en Colombia.

Es necesario señalar que hubo de hecho un crecimiento económico en la economía del

Subcontinente Latinoamericano, en especial con las exportaciones de commodities

(soya, trigo, millo, caña de azúcar), petróleo, níquel, cobre, hojalata para la China e

India. Esta llamada “primarización” (Petras y Veltemeyer, 2009:10-12) de la economía

ha permitido la expansión de empresas agromineras nacionales y extranjeras cuyos


4
grupos de propietarios tienen poder en el sector financiero, junto a los gobiernos

nacionales y regionales, cambiando los ejes del poder político.

II. Tendencias de estos procesos en el enfrentamiento de la cuestión social

No hay duda de la existencia de nuevas respuestas politicas a los 20 años del

neoliberalismo, pero ellas no superan la herencia y la cultura neoliberal con la

destrucción de los derechos y de las políticas que junto con las ideas pos-modernas y la

cooptación/estatización de los movimientos sociales, han destruido las ideologías

clasistas en favor de otra concertación de clases como la del “buen vivir”3, cuyos

marcos son: convivencia solidaria, sin discriminaciones, mínimos sociales garantizados,

recuperación del bien público, universal, etc.

Desde mi punto de vista está en curso – un proceso de “re-politización regresiva” de la

política que se hace con los argumentos anti-neoliberales, anti-imperialistas, pero en

defensa del nacional-capitalismo cuya principal mediación no son reformas sociales con

impacto en la distribución de la renta. La intervención social de los gobiernos

progresistas es en las políticas compensatorias de enfrentamiento de la pobreza, hechas

con el uso de nuevas pedagogías de concertación de clases. Esta concertación tiene por

base una “alianza productiva” (Petras y Veltmeyer, 2009:16) que permitiría el control

de los ingresos generados por la primarización y la extensión del bienestar para los

pobres. Aún, la gran armadilla es que la derecha no acepta más la alianza para
3
La expresión “buen vivir” (sumac kawsay en el idioma quechua) es un principio que orienta la
disciplina indígena en la región andina Este concepto fue incorporado en la Constitución Política del
Ecuador y originalmente significa una forma de vida en donde hay un equilibrio entre los hombres, entre
las comunidades y, entre los seres humanos y la naturaleza.

5
compartir la riqueza, los gobiernos ahora son rehenes de los acuerdos hechos que están

por encima de las Constituciones nacionales y no cumplen sus promesas con los

sectores populares que los apoyan. Lo que está en disputa es la democratización de la

esfera de la política en sociedades que no democratizan el acceso a la riqueza

producida.

Sin el conocimiento de estos procesos es imposible comprender el Trabajo Social en la

actualidad. De acuerdo con José Paulo Netto en ponencia presentada en XIX

Conferencia Mundial de Servicio Social, en Brasil, en 2008, “nuestra profesión nació y

se desarrolló considerando que la “cuestión económica” no constituía un problema

profesional – y, por décadas pensamos las políticas sociales desvinculadas y

desconectadas de las políticas económicas. (...) este posicionamiento es inaceptable (...)

no se puede analizar la cuestión social, y, menos aún, intervenir en ella con efectividad,

si la tomamos como cuestión moral o cultural. Por esto la referencia a la economía

capitalista contemporánea es esencial si queremos, de hecho, y no solamente en

palabras, aceptar el desafío de concretizar derechos en el marco de la globalización”

(Netto, J.P,2009:20).

III- El Trabajo Social latinoamericano: demandas, intervención y formación

profesional en la actual coyuntura – contradicciones y paradojas:

En la coyuntura que planteé anteriormente es posible identificar un conjunto de

demandas a la profesión de Trabajo Social, entre ellas, las intervenciones con las

familias, las prácticas terapéuticas, la gerencia social, la responsabilidad social de las

6
empresas, el énfasis en el desarrollo local, en el empoderamiento personal y de género,

la educación ambiental, entre otros.

Estas tendencias tienen relación con las nuevas modalidades de enfrentamiento de la

cuestión social y, desde mi punto de vista, presentan una tendencia de tecnificación del

Trabajo Social.

En esta perspectiva se sitúa el mayor desafío del Trabajo Social Latinoamericano que es

el de completar el proceso inconcluso del Trabajo Social Latinoamericano4 que empezó

con el movimiento de reconceptualización en el Continente; O sea, un proceso que

intentó la ruptura con el conservadurismo – pero que en su desarrollo se enfrentó

inicialmente con las dictaduras y posteriormente con el neoliberalismo y pensamiento

pos-moderno y ahora con el desarrollismo en otra etapa del capitalismo.

Para atender a estas nuevas demandas - resultado de procesos históricos relativos a las

tres últimas décadas – hay una tendencia regresiva de la profesión en el campo teórico-

metodológico y político. Los procesos sociales dejan de ser pensados como totalidad

histórica para reducirse a los fenómenos sobre los cuales se demanda la acción

profesional. Temas como familia, jovenes, niños, mujeres, relaciones interpersonales, y

prácticas como las de gerencia de proyectos, entre otras, vienen siendo trabajadas y

pensadas fuera del campo de las políticas públicas, de los derechos sociales, de la

relación entre Estado, democracia y sociedad, fuera de las contradicciones de las

relaciones sociales.

Con esta dirección, la formación profesional y la enseñanza se orientan hacia las

competencias técnicas, transformando los fenómenos y las demandas en objeto de

especializaciones, centradas por tanto, en supuestas teorías específicas. Además, la

4
Expresión dicha por Lorena Molina en ponencia hecha en el XIX SLETS.

7
propia noción de metodología se restringe al saber hacer: al cómo hacer. El papel de la

teoría, que es el de explicar la realidad para transformarla, se limita a justificar lo

existente y, en este sentido, también desaparece cualquier pregunta sobre el “para qué”

de la acción profesional, sobre sus finalidades.

Estas tendencias pueden identificarse en los contenidos de los currículos, en los planes

de los programas de pregrado, en las especializaciones precoces y, especialmente, en el

incremento de las maestrías profesionalizantes que forman en temas específicos, tal es

el caso del tema familia. También el énfasis en la intervención, en detrimento de la

investigación como lo soporte para la intervención.

Además hay una tendencia a la supresión de lo “político” bajo la falsa invocación de

que la teoría debe ser aplicada a la práctica y vice-versa, reiterando no sólo el peso de la

concepción positivista de la ciencia y del conocimiento, sino la expansión del

estructural funcionalismo. Esto porque cualquier explicación que implique crítica al

orden existente o que oriente propuestas cuya finalidad afecte la reiteración de este

orden, son consideradas inadecuadas, politicistas, idealistas, etc., en una palabra, son

objeto de descalificaciones.

Así, el actual escenario político de América Latina, salvo algunas excepciones, no se

viene constituyendo en objeto de reflexión profesional, implicando el no

reconocimiento de la dimensión intelectual de la profesión, expresa en su capacidad de

investigar la realidad, analizar los fenómenos como parte de la dinámica de lo real,

produciendo un pensamiento crítico. En el vacío de este proceso la idea de crítica se

banaliza ya que no tiene densidad teórica, confundiéndose con la mera y a veces

superficial oposición a los mecanismos institucionales y gubernamentales.

8
IV – Trabajo Social: profesión y área de conocimiento

Pienso que es necesario reconocer el Trabajo Social como una profesión y como un área

del conocimiento sin que eso signifique una división entre los que investigan y los que

tienen una práctica profesional. Al contrario, lo que quiero es defender la unidad de

estos procesos y no su identidad porque hay una distinción entre el ámbito de la

producción intelectual, teórica y el campo de la acción práctico-operativa.

1. Si restringimos el Trabajo Social a la condición de una práctica, destinada

solamente a realizar sistematizaciones empíricas, ciertamente la tendencia de la

profesión seria abrazar “pseudo-teorías sectoriales aplicadas” , dejando de lado

el uso y manejo de las categorías teóricas que dan inteligibilidad a la realidad

desde una perspectiva de totalidad, con una visión histórica y de la crítica

radical que garantiza fundamentos consistentes y orienta estrategias de acción

profesional;

2. La supervalorización de la dimensión práctica de la profesión – desde mi

perspectiva - no viene permitiendo el ejercicio de la función intelectual del

sujeto profesional, lo que impide a los trabajadores sociales ejercitar una relativa

autonomía teórica, política y práctica, estando encargados solamente de

“innovar” en el ámbito de las técnicas de intervención y no en el campo de las

propuestas, de la socialización de nuevos valores, de la construcción de otras

formas de representación ética y moral. El rechazo de esta comprensión tenderá

a producir una cultura profesional alienada y tecnicista, marcada por el

pragmatismo profesional y, por tanto, por una profesión cuya utilidad social es

cada vez más residual, ya que está vulnerabilizada teórica, política y éticamente.
9
3. Esta unidad, con todo, no es mecánica y para eso es necesario asegurar su

articulación a través de las esferas:

a) político-organizativa profesional (asociaciones de escuelas, de

profesionales, de estudiantes) con poder de intercambio y

representatividad pública, reconocida por el Estado y por los otros

segmentos de la sociedad;

b) político-institucional -defensa de regulación de los contenidos

curriculares, de los mecanismos legales y formales de reglamentación de

la profesión, de las funciones privativas de los trabajadores sociales,

creación de códigos de ética profesional- además del acceso a

convocatorias y otros medios de financiamiento de la investigación por

órganos públicos, -reconociendo al trabajador social como investigador-

c) teórico-metodológica y ética , mediante la definición de directrices,

orientaciones y estrategias que moldeen un determinado proyecto

profesional desde la formación hasta su exercício.

Este proyecto profesional no se confunde con el papel de un partido político, ni con el

protagonismo táctico de los movimientos sociales, ni tampoco con las tendencias

gubernamentales del Estado, pero las retoma como mediaciones de los procesos

sociales en curso, definiendo una determinada orientación estratégica de la profesión

vinculada a la conquista y ejercicio de los derechos, al acceso universal a los bienes

civilizatórios, a la negación de cualquier forma de explotación y discriminación,

pautados por el ideario de la construcción de una sociedad radicalmente nueva y

emancipada.
10
Es verdad que la coyuntura económica y política actual no se presenta favorable a la

concretización de las aspiraciones democráticas de control y regulación sobre los

medios de producción y distribución de la riqueza; esta es la contradicción en proceso,

porque así mismo siendo desfavorable, no se puede hablar de una falencia de la

democracia. “Puede significar, al revés, que precisamente la demanda democrática –

cada vez mas contradictoria con el orden económico contemporáneo – es capaz de

potenciar la superación de ese orden” (Netto, J.P., 2009:31). La profesión de Trabajo

Social puede ser protagonista de este proceso.

Bibliografía

HARVEY,D. A produção capitalista do espaço. São Paulo, Annablume Editora,


2006.

KATZ, Claudio. Integración o unidad latinoamericana. Disponible en


http://lahaine.org/katz/b2-img/katz_integ.pdf . Consultado en 04.10.2009.

LUCITA, Eduardo. América Latina en las tensiones de la economia mundial. In El


diario internacional.com, 05 de noviembre de 2009, Edicipon 347. Centro de Estudios y
Comunicación de América Latina (CESAL-ASBL). Bruxelas (Bélgica). Disponible em
lhttp://www.eldiariointernacional.com . Consultado en 12.11.2009.

MÉSZÁROS, István. La crisis estructural de la política. Coyuntura Actual,


latinoamericana y mundial: tendencias e movimientos. Borgianni & Montaño
(Organizadores). Cortez Editora, São Paulo, 2009.

NETO, José Paulo. La concretización de derechos em tiempos de barbárie.


Conyuntura Actual, Latinoamericana y mundial:tendencias y movimientos. Borgianni y
Motaño (organizadores). São Paulo, Cortez Editora, 2009.

PETRAS, J. e VELTMEYER, H. Espejismos de la izquierda em América Latina.


Mexico D.F/Argentina., Lumen Mexico, 2009.

ROSERO, Andrés. Ecuador: el proceso político em perspectiva. Disponible en


http://www.lsqueluchan.org . Consultado en 6.11.2009.

VASAPOLLO. L. Novos Desequilíbrios Capitalistas. Paradoxos do Capital e


Competição Global.Londrina, Editora Práxis,2004.

11
___________ A Europa do Capital. Transformações do trabalho e competição
global. São Paulo, Xamã,2004B.

___________ O Trabalho atípico e a precariedade.São Paulo, Expressão Popular,


2005.

12

Anda mungkin juga menyukai