32 INTERNACIONAL
LA SALIDA DEL LABERINTO
Lisboa no supone un salto cualitativo en la integración
económica y política š Es un reconocimiento expreso
del papel preponderante de Alemania
José María
de Areilza
Carvajal
Cátedra Jean
Monnet-IE
I
rlanda ha dicho «sí» al nue-
vo Tratado de Lisboa en su
segundo referéndum so-
bre esta reforma europea. Los
habitantes de la isla de Eire
han votado con la cartera.
También han ayudado las ga-
rantías dadas de que se respe-
tarán aspectos importantes
de la identidad irlandesa y de
que se mantendrá un comisa-
rio por Estado. Esto último es
un apaño poco europeista y
puede dañar a la Comisión co-
mo motor de la integración.
Pero la Unión todavía no
ha salido de su laberinto, en
el que se metió una vez desca-
rriló la Constitución europea
en 2005: queda por comple-
tar la ratificación de Polonia y
de la República Checa del nue-
vo pacto. El presidente Va-
clav Klaus se ampara para no
fimar en un segundo recurso
de inconstitucionalidad con-
tra Lisboa, presentado en Pra-
ga esta semana. Este euroes-
céptico recalcitrante espera a
que David Cameron gane las
elecciones en el Reino Unido
en primavera y promueva un
referéndum sobre el Tratado.
Si británicos y checos lo
permiten, las nuevas reglas
del juego europeo mejorarán
algunos aspectos del funcio-
namiento de las instituciones
y fortalecerán la política exte-
rior y la cooperación en asun-
Un partidario del «sí», ayer, ante el centro de recuento, en Dublín
tos de justicia e interior. No
obstante, este Tratado contie-
ne aspectos criticables como
la poca claridad deliberada
con la que está redactado y la
proliferación de nuevos pues-
tos unipersonales en un siste-
ma institucional ya muy com-
plejo. En conjunto, Lisboa no
supone un salto cualitativo
en la integración económica y
política, sino un paso adelan-
te más y un reconocimiento
expreso del papel preponde-
rante de Alemania, no sólo en
el Parlamento Europeo sino
también en el Consejo de Mi-
nistros, como si en la Unión
hubiese dos Cámaras bajas.
En todo caso, la ratifica-
ción de Lisboa debe permitir
que la Unión Europea de 27
salga de una introspección ex-
cesiva y afronte mejor los de-
safíos que tiene ante sí, que
no consisten en repartir una y
otra vez puestos y votos en
Bruselas. El verdadero reto es
formular de nuevo un proyec-
to europeo atractivo, que mo-
vilize y atraiga a los 27 gobier-
nos y a sus ciudadanos. Asun-
tos como el futuro de la ener-
gía o el papel de la Unión en
el mundo pueden servir para
dar con una nueva narrativa.
El contexto no ayuda, por
la falta de líderes europeos y
el proteccionismo que ha trai-
do la crisis económica. Ade-
más nunca en la historia de la
integración París y Berlín han
tenido menos sintonía entre
ellos en cuestiones europeas
y se han sentido tan alejados
de Bruselas. Pero si algo sabe
el espíritu europeo es que el
buho de Minerva levanta su
vuelo al atardecer.
EFE
Edelman, en sobreimpresión sobre una foto histórica de una saca de judíos del gueto de Varsovia
Edelman, el héroe que
murió en su cama
Fallece a los 90 años de edad Marek Edelman, el
comandante del épico levantamiento judío del
gueto de Varsovia en el verano de 1943
POR RAMIRO VILLAPADIERNA
CORRESPONSAL
BERLÍN. Entonces los héroes
tenían 19 años. «Peor que mo-
rir es hacerlo como ganado»,
explicaría Edelman a este dia-
rio, mucho después, en su ca-
sa de Lodz. Era el verano de
1943: estrangulados en nú-
mero de 200.000 en el gueto
de Varsovia, entre el hambre
y el cólera, hostigados por los
nazis y las ratas, diezmados
por el goteo diario de los tre-
nes para los campos de exter-
minio, un puñado de jóvenes
judíos decidieron vender ca-
ras sus vidas. Y dar con ello su
propia respuesta al anonima-
to de Auschwitz.
Un éxito del nazismo fue
robar el rostro humano a los
judíos para hacer asumible a
los alemanes, y luego al mun-
do, el Holocausto. El indecen-
te titular de portada del «New
Cork Times», el 10 de mayo
de 1943, dice todo sobre el si-
lencio de la historia contra el
que se rebelaron: «Reacción
excesiva de los judíos de Var-
sovia. Líderes europeos cul-
pan a los judíos por una res-
puesta desproporcionada».
Pero ante el matadero, Ma-
rek Edelman decidió morir co-
mo un hombre; Celina, como
una mujer; el maestro Janusz
Korczak, junto a sus huérfa-
nos; Anielewicz, reservárselo
a su conciencia y a su pistola:
«Es la capacidad de elegir en
el extremo la que dignifica a
la persona». El diario «Praw-
da Mlodych» intentó explicar-
lo: «Los judíos de Varsovia no
luchan para evitar morir, sino
para poner ellos mimos el pre-
cio a sus vidas».
«Arder vivos sobre el muro»
El pánico no era desaparecer
de la historia, tal y como ya se
sabían sentenciados, sino mo-
rir sin que sus vecinos de Var-
sovia, al otro lado del muro
del gueto, o en Londres, lo su-
pieran. «Pensamos prender
fuego al gueto y arder vivos
sobre el muro para que el
mundo lo viera», diría Zucker-
man, otro de los conjurados:
Hacía falta traer Auschwitz al
centro de Varsovia: «Para que
nadie dijera que no lo sabía».
De los cinco mandos de la
Organización Armada Judía
(ZOB) del gueto, Edelman
fue el último jefe y el único en
poder contarlo. Pero contar
realmente le costaba y desdra-
matizaba la importancia de
DOMINGO 4š10š2009 ABC
FOTOS AP
todo: «Como me vuelva a ha-
blar de heroicidad, se va y no
vuelve más por aquí», decía.
Ante los héroes de aquella
epopeya que enfrentó a unos
cientos de jóvenes desharra-
pados, enfebrecidos y apenas
armados, contra la más pode-
rosa maquinaria bélica de su
tiempo, en la esquina con la
calle Chmielna —donde el
monumento que encabeza
hoy el torso de su primer co-
mandante Anielewicz—, ca-
yó de rodillas en 1970 un can-
ciller de la nueva República
Federal de Alemania. El gesto
de Willy Brandt difícilmente
haya sido igualado después
por otro político en ejercicio.
Después de Anielewicz, su
vicecomandante, Edelman
quedó al mando, sobrevivió
entre los escombros y logró
huir y unirse a la resistencia
polaca. En su segunda vida y
sin más ambages llegó a ser
un reputado cardiólogo pola-
co, y de eso es de lo que le gus-
taba hablar. Acaba de fallecer
a los 90 años, en su casita de
Lódz. No todos los días muere
un héroe, de verdad.
Resistencia judía, en 1943, en
el heroico gueto de Varsovia
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