La estructura social judía estaba dividida en tres estratos o clases sociales. Existía
una clase superior que era ocupada por la “nobleza sacerdotal”, que vivía del
comercio del Templo y de las rentas que producían sus propiedades y fincas. Eran
grandes terratenientes y comerciantes que tenían una vida de lujos. Una clase
media en que se agrupaban aquellos pequeños comerciantes, artesanos y
algunos sacerdotes. Por último, la clase baja: los pobres, en esta clase social se
incluían los jornaleros, los esclavos, los libertos (hombres que habían sido
esclavos) y los mendigos, que solían ser ciegos y leprosos sin medios para poder
ejercer alguna actividad laboral, sometidos a la limosna.