Primera objeción. El uso de la primera persona del plural: “nosotros los pobres”.
Creo que se arroga
una representatividad que, tal vez, no tenga. Su testimonio podría ser muy valioso como relato en primera persona de las experiencias vividas por un individuo en situación de pobreza, con el cual, incluso, muchos se podrían identificar. Los problemas aparecen cuando se cree hablar en nombre del conjunto. Creo que eso no es válido. Otra cuestión ligada a esta es la del esencialismo. Uno no es algo en términos esenciales, y menos aún “pobre”, ya que ella misma admite que ha superado esa situación. Uno está en una situación de pobreza y, evidentemente, puede salir de ella. Tampoco creo que haya que darle un tono moral y acusatorio: “Ustedes, los de clase media, nos juzgan a nosotros, los pobres, pero no saben de las situaciones que tenemos que atravesar”. A esto se podría replicar rápidamente, si es que lo convertimos en pases de factura: “Pues bien, vos tampoco me podés juzgar a mí, ya que en lo relativo a la ignorancia de la situación del otro, somos exactamente iguales”. En vez de hacer esto, podríamos hacer algo más interesante, que tal vez sea el propósito original de la charla, que es reflexionar desde un punto de vista sociológico sobre la conducta y sus determinantes. Es evidente que la experiencia determina, al menos en cierta medida, mayor o menor, la conducta. Probablemente, dos personas expuestas a experiencias de vida diametralmente opuestas, se conduzcan, frente a determinados temas, de manera diferente. La mujer de la charla dice: en algunos casos me comportaba de manera diferente por desconocimiento (el caso del bidet); en otros, me comportaba de forma incomprensible para otros como respuesta a lo que yo vivía subjetivamente como una agresión por mi condición social (el ejemplo de los útiles). También podríamos incluir el tema de los valores: no todos los grupos tienen los mismos valores. Es decir, puedo conducirme de un modo diferente, también, por tener valores diferentes. Estoy seguro de que, si seguimos escarbando, vamos a encontrar razones para cada conducta. Pero el problema es que lo mismo podría decirse de los que se comportan de modo opuesto: siempre habrá determinantes sociales detrás de la conducta, independientemente de cuál sea la conducta y cuáles los determinantes. Las experiencias sociales nos forman, y estas experiencias a las que estamos expuestos se relacionan con nuestra condición social, en el sentido de que las distintas clases sociales y los distintos segmentos de clase están expuestos a experiencias diferentes.
Marco teórico.
Liberalismo: si bien es un término polisémico, en el contexto de este trabajo referirá a una
corriente de opinión política y social en la que priman los siguientes valores y concepciones: tolerancia hacia las diferencias y respeto de las libertades individuales. Los liberales, en este sentido, se oponen a la rigidez y a las restricciones demasiado severas en materia de costumbres y hábitos socio-culturales, cultivando un espíritu proclive a la aceptación de la diversidad, a la que reputa como valiosa. Laico. Conservadurismo: actitud inflexible en materia de costumbres y hábitos socio-culturales, en la que se muestran reacios a toda innovación, a la modificación de las formas tradicionales de conducirse socialmente. Suelen tener una actitud favorable a las instituciones tradicionales de la sociedad, como los sectores religiosos y las fuerzas represivas del Estado, ya que ven en ellas la última ratio en la preservación de las normas y valores consuetudinarios. Derecha: corriente de opinión en materia económica que no sólo acepta la desigualdad sino que incluso la considera como un valor a desarrollar, ya que entiende que la desigualdad retributiva es el producto de un desigualdad desempeño en materia económica, en el mercado, y, en consecuencia, si se igualara artificialmente la retribución, se eliminaría todo incentivo para el esfuerzo individual. Por estas razones, también, se oponen a la intervención del Estado en la economía, ya que, según creen, eso genera distorsiones en las señales e incentivos que genera la libre concurrencia de los factores productivos. Apoyan al sector empresario, al que conciben como el motor de la economía. Izquierda: corriente de opinión en materia económica que aspira a combatir la desigualdad que produce el sistema económico capitalista, tanto a través de reformas (socialismo), como por medio de la revolución social (comunismo) o de un cambio de sistema. Se muestra favorable a una intervención de los poderes públicos para, ya sea, la regulación o la eliminación del mecanismo del mercado. Apoyan al sector trabajador en sus reivindicaciones, al que consideran el único productor de riquezas.