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Contenido:
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Anexos:
A, Ejemplos de aplicación.
Este concepto implica que, durante su operación normal, aun cuando los equipos
electromecánicos estén expuestos a una gran variedad de solicitaciones térmicas,
mecánicas y eléctricas, deben ser capaces de resistir y cumplir su función, sin
presentar ningún tipo de daño o deterioro. Es decir; tanto desde el punto de vista
comercial como desde le punto de vista operativo, si todas las condiciones son
normales, si todos los parámetros de operación se encuentran dentro de los márgenes
nominales especificados y, además, se han realizado todas las operaciones de
mantenimiento preventivo especificados, el equipo funcionará perfectamente dentro de
su vida útil, sin que haya ninguna razón para que fallen.
Como sabemos, las fallas provocadas por las anomalías del tipo eléctrico producen
chispas, incendios y deterioro de los materiales aislantes, además de los daños que
puedan transmitirse a otros equipos y personas. Las fallas provocadas por sobre-
velocidades o esfuerzos mecánicos exagerados producen deformaciones y roturas de
los elementos activos y estructurales de los equipos.
Entre las condiciones anormales perjudiciales más conocidas podemos mencionar las
siguientes:
_Sobre-tensiones.
_Sobre-corrientes.
_Variaciones anómalas de la frecuencia de la red.
_Sobrecargas mecánicas.
_Sobre-velocidad de máquinas rotatorias.
_Sobre-presiones en ductos y sistemas hidráulicos o de gas.
_Temperaturas ambientales exteriores extremas.
1.2.1. Sobre-tensiones:
1.2.2. Sobre-corrientes:
2. Formas
Formas de medición, detección y protección de las instalaciones y personas:
Vemos, entonces, que los sistemas de protección incluyen una gran variedad de
subsistemas que es necesario tener presente en su diseño, construcción,
mantenimiento y calibración.
A) Detección, mediante algún elemento sensor, del fenómeno físico que se desea controlar:
Termómetros transformadores de corriente, etc.
G) Generación de una señal destinada a operar los elementos del circuito que permitan corregir
o evitar la anomalía detectada (transductor de telecomando)
EQUIPO DE POTENCIA: A B C
Generador, línea de transmisión,
transformador, subestación de pasada, etc.
Energía saliente
ELEMENTO CONTROLADOR:
Interruptor, fusible, etc.
Energía suministrada
Los fenómenos físicos básicos más comunes que resulta imprescindible medir son los
siguientes:
_Las corrientes.
_Las tensiones.
_Las frecuencias.
_Las temperaturas.
_Las velocidades de giro.
_Las presiones
_La velocidad de los flujos de agua, gases y otros fluidos.
Las magnitudes físicas que es necesario medir pueden varias desde valores muy
pequeños (mili-voltios, amperios, hertzios, metros por segundos etc.) hasta valores
muy altos (kilo-voltios, kilo-amperios, kilo-hertzios, etc.), lo que da origen a
instrumentos de muy variada factura y tecnología.
Las demás magnitudes eléctricas, como por ejemplo la potencia activa, la resistencia
eléctrica, la potencia reactiva, la reactancia, el factor de potencia, la energía, el flujo de
agua, entre otras, se “construyen” artificialmente a partir de las mediciones básicas
indicadas. Es decir; si las magnitudes básicas están correctamente medidas, las
demás magnitudes se logran mediante combinaciones más o menos ingeniosas de las
magnitudes básicas. Así, por ejemplo, la potencia activa se obtiene combinando el
efecto de la señal de corriente y la de tensión sobre el eje de un solo instrumento
(instrumento de bobina móvil). El efecto combinado de las dos señales es igual al
producto instantáneo de ambas, es decir; la potencia.
Como sabemos, para medir corrientes es indispensable que el cable principal pase
físicamente por dentro del instrumento, es decir; el instrumento debe conectarse en
serie. Por esta razón, para la medición de corrientes bajas normalmente se utilizan
instrumentos cuyas bobinas son de muy baja impedancia, del orden de micro- ohmios.
Esta tensión genera un campo eléctrico E entre los contactos cuyo valor, de
acuerdo al la Ley de Coulomb; está dado por la siguiente expresión:
u
E ≈
d
I
E = −L
td
Para:
d LI v
v = ; E ≈ −
t d2
1 2
Wa ≈ I Ra t
2
1ρd 2
Wa ≈ I t
2 A
2.3.3. Interruptores:
Los interruptores que mejor se acercan a este objetivo son los que tienen sus
contactos sumergidos en exa-fluoruro de azufre (gas SF6). En efecto; la rigidez
dieléctrica de este gas a presión, comparada con la del aire seco o el aceite, es
bastante mayor, lo que permite menores distancias entre los contactos y, por lo
tanto, la energía a disipar es sensiblemente menor. Esta particularidad permite
el diseño de equipos de menores dimensiones físicas y, por lo tanto, menores
Obviamente, el ideal es que el tiempo de apertura sea lo más corto posible; por
ejemplo entre un octavo de ciclo y medio ciclo (2,5 ms a 10 ms). Para lograr
este objetivo tanto la detección de la señal anómala, como el proceso de
comparación, la toma de decisiones y la transmisión de la señal de apertura,
deberían ser, en lo posible, inferiores a estos tiempos, lo cual, en la práctica, es
casi imposible.
Vemos así que, desde el momento en que el pestillo libera el resorte, el tiempo
total de apertura depende, básicamente, de la aceleración o fuerza que el
resorte pueda imprimirle al sistema electromecánico, por ejemplo un cuarto de
ciclo ( 5 [ms]). No obstante. El tiempo que el bimetal tarda en adquirir la
temperatura de régimen y deformarse depende del nivel de la corriente y de su
constante de tiempo térmica. Este parámetro, como sabemos, depende de la
ld = kd D/d)),
capacidad calórica (cM) y de la conductancia térmica del sistema (l
cuyo valor es relativamente alto. De allí que la respuesta de este tipo de
interruptores sea relativamente lenta. El tiempo de operación está dado por la
siguiente expresión aproximada:
Isc 2 − Ii 2
topT = Γ Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
En esta expresión:
topT = Tiempo de operación del elemento térmico.
In = Corriente nominal o de placa (el ITM no debe operar).
Ii = Corriente inicial antes de la sobrecarga.
∆Iop = Sobrecarga mínima a la cual se produce la operación (p.ej. = 5%).
Iopmín = Corriente mínima de operación (Iopmín = In + 5%)
cM
Γ = Constante de tiempo térmica; Γ =
K S
d e
A partir de este valor, el tiempo de operación es cada vez más rápido, según el
valor de la sobrecarga. En la gráfica se muestran las curvas de operación con
el IMT frío y caliente, según que inicialmente esté sin carga o con la corriente
nominal, respectivamente. La constante de tiempo Γ en este ejemplo es de 300
[ s]
Según las normas métricas internacionales (europeas) los interruptores del tipo
magneto-térmicos de aplicación domiciliaria e industrial se construyen para
ciertos niveles preestablecidos de corriente nominal, según la escala
exponencial siguiente:
c) Fusibles:
Los fusibles son los elementos más antiguos económicos y seguros que
existen para proteger instalaciones eléctricas de media y baja tensión. Tienen
el inconveniente que, cada vez que operar se destruyen, se funden, y, por lo
tanto; es necesario cambiarlos. Sus curvas de operación, comparadas con las
de los interruptores magneto-térmicos, son bastante similares, aunque nunca
tan exactas e imposibles de regular con precisión.
1000,000
Isc2 − Ii 2
topT = ΓT Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
100,000 ΓT = 300[ s] ∆Iop = 5% In
Kcc
topM =
10,000
( Isc − Iopcc )
4 4
Tiempo de operación [s]
IT frío
Kcc = 5,00 [ A4 s ] IT caliente
1,000 IM frío
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 IM caliente
FUS
Isc 2 − Ii 2
0,100 topF = ΓF Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
ΓF = 43[ s]
0,010
0,001
Corriene de sobrecarga referida a la nom inal [0/1]
Isc 2 − Ii 2
top F = Γ Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
En esta expresión:
topF = Tiempo que tarda el fusible en fundirse.
In = Corriente nominal o de placa (el IMT no debe operar).
Ii = Corriente inicial antes de la sobrecarga.
∆Iop = Sobrecarga mínima a la cual se produce la fusión (p.ej. = 5 %).
Iopmín = Corriente mínima de operación (Iopmín = In + 5 %)
cM
Γ = Constante de tiempo térmica; Γ =
K S
d e
a) Pararrayos gaseosos:
b) Pararrayos semiconductores:
En los sistemas en estrella, en que la energía fluye desde el tronco hacia las
ramas y hojas, basta con abrir el interruptor apropiado para proteger
adecuadamente los equipos que hayan fallado. No obstante, si se abren los
interruptores ubicados “aguas arriba” del punto de falla, no solo se
desconectarán los equipos en falla, sino que se dejará sin energía a los demás
equipos del sistema. Por esta razón se hace necesario establecer una
adecuada coordinación, priorizando las operaciones que correspondan solo al
equipo o sistema fallado, por sobre los demás ubicados “aguas arriba” o en
“paralelo” del punto de falla.
I.1.2.1.a
. I.1.2.2.1
F1 I.1 I.1.2.2.a I.1.2.2.b
I.1.2.2.2.a
F2
F3
I.1.2.2.2.b
.
Flujo de energía I.1.2.2.2.1.
F4
2
BIL ≥ N Uff
3
En esta expresión:
Una vez establecido el nivel BIL, los pararrayos deben ser capaces de permitir
la conducción, justamente, a este nivel de tensión. A partir de este concepto la
tensión de conducción de los pararrayos se especifica según los diferentes
niveles normalizados de la tensión BIL. Obviamente, en caso que el BIL del
equipo sea inferior al del pararrayos, el dispositivo de protección no servirá de
nada. Cuando esto ocurre, si eventualmente aparece alguna sobre-tensión ésta
se descargará por el equipo y no por el pararrayos. Lo normal es que los
pararrayos se calibran para el nivel BIL inmediatamente inferior al especificado
para los equipos, de esta manera se garantiza una adecuada protección de los
equipos (transformadores, interruptores, etc.).