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DANZA “EL SON DE LOS DIABLOS”

El Son de los diablos es una danza peruana donde disfrazados de diablos,


los afroperuanos celebran el Corpus Christi y los carnavales.

La danza el Son de los diablos desarrollada durante el Virreinato del


Perú con orígenes en la península española, fue asimilada por los negros de la
colonia. Después de la independencia del Perú, en 1821, los afrodescendientes
habitaron en callejones cerca de iglesias y plazas; lugares donde se realizaban
fiestas. Antes las celebraciones, los negros se incorporaron a las fiestas formando
cuadrillas que danzaban el Son de los Diablos.

Esta danza Son de los Diablo estuvo íntimamente ligada a las


celebraciones del Corpus Christi; en un inicio los negros eran quienes abrían la
procesión y estaban encargados de recoger la limosna, iban cuidadosamente
vestidos, llevando un distintivo de diferentes colores que los identificaba con su
respectiva cofradía. Esta limosna era recogida en una cajita de madera, que luego
se convertiría en el instrumento de percusión que hoy conocemos. Es posible
también que el portador de la cajita, golpeara ésta abriendo y cerrando la tapa, lo
que invitaba al público devoto a poner monedas de limosna en ella. Se desconoce
el momento en que esta colecta para la iglesia pasa a ser la representación de la
“lucha entre el bien y el mal”; luego pasa a ser una danza de Carnaval.

La danza desapareció de las calles a mediados del siglo XX, y más aún con
la prohibición del juego de carnaval en 1958 y la suspensión de los feriados el lunes
y martes posteriores al domingo de carnaval y previos al miércoles de ceniza.

Por las acuarelas de Pancho Fierro, pintor del siglo XIX, se conoce como se
realizaba dicha danza. Esto sirvió para que en 1986 el Movimiento Negro Francisco
Congo rescate las tradiciones culturales de los negros y lleven la danza nuevamente
a las calles y teatros. La danza representa al diablo (con máscaras, rabos, tridentes)
y salía por las calles como una Comparsa al mando del Caporal. La coreografía
incluye pasadas de zapateo y movimientos acrobáticos así como gritos para asustar
a los transeúntes. Se acompañaba con guitarras, cajita y quijada de burro.

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