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UNAJ – Ciclo inicial: Prácticas Culturales.

Profesores: Nora Otero; Nicolás Herrera.


Comisión 51.

TRABAJO PRÁCTICO INTEGRADOR 3:


Diversidad de género.

Objetivos:
- Examinar las semejanzas y diferencias existentes entre culturas
hegemónicas y subalternas.
- Analizar las luchas, disputas y negociaciones operantes entre la
hegemonía y la cultura trans.
- Exponer la naturalización operante del sentido común de la sociedad.

Actividad realizada:
Entrevista a la coordinadora de Derechos Humanos de la asociación Varela
Diversa, Laura Gallardo.
Se exponen preguntas pertenecientes a 4 áreas fundamentales: política,
educación, salud y religión, además de analizar la diversidad de situaciones
discriminatorias que sufre el la subcultura TRANS.

Conclusiones área Salud.


La cultura es una dimensión omnipresente en la vida de cada individuo. Será
quien, a través del establecimiento de las normas, modelos, sentidos y
validaciones, marcará las pautas a través de las cuales se llevarán a cabo todas
las relaciones sociales. Esta validación de sentidos, se presenta como natural,
innata e indiscutible, por medio de la invisibilización y opresión de las luchas y
disputas que hacen quiebre en las orientaciones hegemónicas impuestas.
La cultura no es más que una construcción social, un artificio, que busca validar
ciertos modos de organización de la vida, la experiencia y las relaciones entre
los diferentes actores sociales. Siempre va a depender del contexto
histórico/social y temporal en que se desarrolle, así como de las relaciones
hegemónicas, contrahegemonicas y subalternas que interactúen en determinada
circunstancia.
UNAJ – Ciclo inicial: Prácticas Culturales.
Profesores: Nora Otero; Nicolás Herrera.
Comisión 51.

La hegemonía siempre va a buscar, como principal medida, convencer, hacer


partícipe y constituir un sentido común acorde con sus ideales, posturas y
valores, con el fin de mantener su soberanía cultural, económica, política y social.
No obstante, existen actores sociales que se oponen a dichas imposiciones. Ya
sea a través del establecimiento de un nuevo poder hegemónico o de la
búsqueda de reconocimiento por parte de la sociedad.

Asociaciones como Varela Diversa, son parte de estos actores sociales


subalternos, en donde sus valoraciones, puntos de vista y roles se ven
inadecuados en la operación “normal” de la sociedad. No buscan formar un
nuevo régimen político/cultural, sino más bien, ser reconocidos como iguales, en
derechos y deberes, por la sociedad que forman parte. Sus consideraciones de
lo bueno, lo malo, lo justo y lo injusto, se observan distorsionadas a los ojos del
sentido común, pues no cumplen con los cánones presentes en la cultura
imperante. Se los considera, inadecuados, inoportunos, raros, pervertidos, de
vida fácil, sin respeto, incapaces de formar familia y como un grupo inmoral que
debe ser “desterrado” de las fronteras sociales. No obstante, muy pocos de estos
sujetos sociales pueden apoyar estos juicios de valor con algo más que un “es
así”. La naturalización imperante nos encierra en cuatro sólidas paredes que nos
hacen ver la vida (y las relaciones que se establecen en ella) a través de filtros
que invisibilizan las luchas que estos grupos subalternos deben llevar a cabo
para existir.

Un claro ejemplo de lo anterior se observa analizando la relación del sector de


salud con la comunidad TRANS (análisis basado en las experiencias vividas o
trabajadas por Laura Gallardo, empleada administrativa de la división de
diversidad de la dirección de Derechos Humanos de Varela Diversa).

A través de los relatos, Laura nos explica como la relación de los grupos TRANS
con el sector de salud siempre debe ser mediada por algún agente interno o
externo, nunca de manera directa, puesto que existe una fuerte discriminación
desde todo el personal de salud hacía este grupo social. Nos cuenta el caso de
una mujer TRANS que espero por 8 horas en la guardia de un hospital una
atención médica que nunca llego. Fue necesario la intervención de la asociación,
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Profesores: Nora Otero; Nicolás Herrera.
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llamando a médicos de confianza, para poder lograr que se hicieran los análisis
necesarios para tratar el padecimiento de la mujer. Crudamente, no es el primer
ni el último caso. Muchas mujeres TRANS piensan en la opción del suicidio antes
de considerar asistir a un centro asistencial, por las burlas, codazos, chistes y
malos tratos que sufren cada vez que deben interaccionar con profesionales
dedicados al tratamiento de pacientes. Médicos, enfermeras y/o administrativos,
directamente dicen “yo no tengo las capacidades para atenderte”, incluso antes
de que se explique el trastorno por el que se le consulta. La exclusión del grupo
existe, es latente y se observa en la mayoría de los centros asistenciales en
donde asociaciones como Varela Diversa, no cuente con médicos y/o
administrativos “conocidos”. No obstante, un gran número de pacientes,
familiares o personas pertenecientes al mismo contexto social, no conocen las
discriminaciones que sufren estos grupos sociales, puesto que las luchas son
siempre invisibilizadas.

¿No tenemos todos derechos a la atención en salud? ¿No tenemos todos


derecho a un trato digno y que respete nuestra diversidad? Muchas veces nos
encontramos con que, aunque existan normativas vigentes a través de los
grupos hegemónicos imperantes, los dobles mensajes establecen estereotipos
que son naturalizados por la población y condicionan nuestro sentido común, de
manera tal, que las relaciones que establecemos con estos actores sociales
“anormales” son tortuosas, denigrantes y discriminatorias.

Laura, no pide hospitales para personas TRANS, ni cuidados especiales por su


condición, ni mucho menos “levantar”, “coquetear” o “tener actitudes sexuales”
con el personal sanitario que la atiende en los centros asistenciales, solo busca
una atención digna, en donde se respe su condición de ciudadana y su elección
cultural, su diferenciación sexual.

No es distinta al paciente anterior o posterior del médico, solo ha realizado una


elección sexual diferente a los cánones imperantes. Ampliar las fronteras del
sentido común, es la única forma de observar ello. Es la única forma de destapar
las luchas y disputas imperantes entre los sectores subalternos y la hegemonía
imperante.
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Profesores: Nora Otero; Nicolás Herrera.
Comisión 51.

Estos grupos sociales no buscan dominar, ni crear su propia hegemonía, sino


más bien una enseñanza multisectorial, en donde educación, política, salud y los
diversos actores sociales, se sienten y discutan sobre como todas las personas
socialmente activas en la civilización actual contamos con los mismos derechos
y deberes.

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,


dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros” – Declaración de Derechos Humanos.

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