"Todos ustedes saben que esa es la manera que nosotros dos
trabajamos y que por eso, hemos sido capaces de hacer diez veces la cantidad de trabajo que de otra manera hubiéramos hecho y todo de una manera maestra.
Cuando nosotrosSABEMOS que la Mente de Dios y la nuestra son
una y estamos concientemente conscientes de Su Presencia en cada momento de trabajo, nuestro trabajo no podría ser sino magistral. Trabajar a sabiendas con Dios constantemente, sin cesar, es estar inspirado constantemente con el éxtasis de Su Naturaleza. Nosotros nos hemos sentido así desde que éramos niños. Dios fue nuestro maestro. No necesitamos otro. Él siempre estaba con nosotros, como Alma, y nos elevaba a grandes alturas, inclusive en nuestros primeros días. Durante toda nuestra vida, hemos caminado, hablado y trabajado concientemente con Dios. Siempre hemos conocido vagamente los años que tendríamos en nuestro futuro y ambos estábamos tan claramente conscientes de la presencia del otro, que concientemente nos buscábamos, sabiendo cada uno que no podríamos servir a la humanidad sin el otro. Sabiendo que debemos demostrar por nuestras propias vidas, eso que debemos enseñar a otros hombres, nuestro único deseo a través de la vida ha sido de vivir la vida merecedoramente para manifestar el poder que Dios le da a cada hombre que lo pida, e inmunizarnos de todo aquello que no es bello, para que siempre pudiéramos crear con Él, esa belleza del pensamiento rítmico balanceado que es su universo. Esa es la razón por la que ambos debemos ahora escribir nuestras enseñanzas de esta manera, para que ella siempre esté con aquellos que buscan el “cero de la quietud” en lugares cercanos y mas allá de donde nosotros podríamos ir alguna vez. EL PRIMER PASO Para meditar con Dios, primero olvida tu cuerpo y no pienses en nada. Descéntrate al cero de la quietud. Convierte en un vacío lo que concierne a tus sentidos. Desea la Luz, si pudieras expresarlo en palabras, deja que esa expresión tenga significado pero sin palabras. Deja que sea algo así como una realización, como si dijeras en estas palabras:
“La gloria de Tu ungiente Luz está sobre mí
Estoy en el espíritu. Tu Luz está a todo mi alrededor. Ella me rodea. Brilla a través mío. Yo estoy disuelto en Tu Luz. Tu Luz es mi Luz. Estoy sumergido en mi Luz. Estoy en Tu Luz, conociendo Tu Luz. Sé Tú yo, para que así no sea yo mismo solo”
"Primero, tú encontrarás muy difícil el dejar de pensar. Cuanto más
trates de dejar de pensar, más activamente pensarás. Por lo tanto, nosotros te decimos cómo parar de pensar: sustituyéndolo por el éxtasis del SABER. Entonces, primero llena toda tu alma con el DESEO, por ese ÉXTASIS que es el estado perpetuo de la Mente-Dios.
Recuerda que el éxtasis es ese perpetuo estado universal de la Mente
del Creador – y desea que sea tu estado de Mente. Primero sentirás un creciente estado de alegría interna que viene de la paz y quietud de la completa relajación corporal. Ese estado de alegría interna gradualmente se convertirá en una característica permanente de tu naturaleza, entonces encontrarás que es tan imposible para ti expresar emociones imbalanceadas como miedo, enojo, desesperación, inferioridad, envidia o celos, como lo seria para Dios tener tales emociones. Conforme ese estado de alegría interna viene a ti, todos tus males físicos y mentales se desvanecerán, pues todos ellos son el resultado de pensamientos emocionales imbalanceados, los cuales desarrollan toxinas en tu cuerpo y disturbios mentales en tu mente.
La completa relajación de todas las tensiones físicas y mentales que
viene al dejar de pensar, es reemplazada con EL DESEO DE UNA SOLA COSA – LA FELICIDAD INTERIOR, la cual empezará inmediatamente la cura de cualquier mal corporal y disturbio mental. Para desarrollar fuertemente este estado mental que te conduce al estado extático de Divinidad, debes aislar tu cuerpo y mente de cualquier mal que tú mismo causaste y para protegerte de infecciones de otros orígenes.
Segundo, después de adquirir el estado mental de regocijo interno, o
éxtasis, formula un deseo por una cosa específica – el problema de vida que estás enfrentando ahora, o un concepto que tú deseas crear. En otras palabras da forma a tu deseo. Eso es “hablar con Dios acerca de él”. Esa es la real oración. Te has colocado a ti mismo en la condición-Divina de la Mente – por lo que ahora puedes hablarle a Dios acerca de tus creaciones, que son asimismo, las creaciones de Dios cuando sabes que Él está trabajando contigo."