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Ana Padawer
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ón La reproducción
ento Del conocimiento
gena tradicional indígena
MbyÀ en un espacio social
ocial rural en transformación
ción
ana padawer
universidad de buenos aires, argentina
237
Padawer, A.
Resumen
Resumo
Abstract
The tasks mbyà children perform in the woods and in the fields
for the reproduction of the domestic unit are scarcely recognized
as learning experiences from both common sense and academy.
More often, people define them as child labor; according to in-
ternationally sanctioned children rights some situations are per-
secuted for eventually preventing schooling, without regard for
the knowledge and skills they can produce. The participation of
children in domestic household production can be understood
as a learning experience when analyzed as part of the socializa-
tion process, where knowledge is produced from the action and
reflection on the performed procedures. Therefore, it should be
Los mbyÀ y la ocupación del tre 100 y 500 habitantes), mientras que
territorio en san ignacio los 15 núcleos restantes localizados en
San Ignacio es uno de los 17 departa- ese departamento cuentan con menos
mentos en que se divide la provincia de 100 personas cada uno (CTI 2008).
de Misiones, al NE de Argentina. Esta Como puede verse en el fragmento del
provincia limita ampliamente con Paraguay mapa que se incluye a continuación, los
y Brasil, y se trata de la jurisdicción del núcleos se asientan mayoritariamente
país donde, en la actualidad, se con- en el límite sur del departamento de
centran mayoritariamente los núcleos San Ignacio, en proximidades de la
poblacionales que se reconocen como cabecera del departamento. Unos po-
mbyà-guaraní o descendientes en 1era cos núcleos se ubican a una distancia
generación de este pueblo indígena. El mayor, en inmediaciones de rutas na-
análisis de los datos obtenidos por la cionales o cursos de agua.
Encuesta Complementaria de Pueblos La zona a la que se refiere este artí-
Indígenas, efectuada en 2004-2005 por culo es precisamente aquella de mayor
el Instituto Nacional de Estadísticas y concentración de núcleos mbyà en el
Censos (INDEC 2010), muestra que departamento de San Ignacio, que in-
en la provincia de Misiones las per- cluye a 9 de los 16 identificados por el
sonas que se reconocen y/o descien- CTI en el 2008. La razón por la cual se
den en primera generación del pueblo ha delimitado esta zona radica en que
mbyà-guaraní son 4.083, mientras que se trata de aquellos núcleos que se en-
en el país totalizan 8.233. Si bien esta cuentran más próximos a la ciudad ca-
información indica que en la provin- becera y los que, en principio, viven en
cia viven poco menos de la mitad de un espacio rural con mayores transfor-
los que se reconocen y/o son descen- maciones producto de la explotación
dientes de primera generación mbyà, económica del entorno.
si se considera el dato de aquellos que
residen en comunidad, los que habitan Hasta el momento se dispone de in-
en Misiones representan el 85% (3.684 formación heterogénea de 8 de los 9
sobre 4.322 personas). núcleos: Andresito, San Ignacio Miní,
Katupyry, Kokuere’i, Pindoju (Pindoity), Ñu
Si se analiza el mapa elaborado por or- Porá, El Tacuaral y Ivy Poty. Como ya se
ganismos de Argentina, Brasil y Paraguay anticipó, uno de ellos – Katupyry – se
y coordinado por el Centro de Trabalho destaca por contar con más de 100 po-
Indigenista en 2008, se observa que la bladores mientras que en el resto de los
mayor cantidad de núcleos poblacio- núcleos viven entre 20 y 50 personas.
nales mbyà en la provincia de Misiones El espacio disponible oscila entre las
se encuentra localizada en los depar- 10 y las 450 hectáreas, siendo el núcleo
tamentos de San Ignacio y Libertador más grande el que tiene acceso a una
General San Martín, aunque en el caso mayor extensión territorial y, a la vez,
del primero se ubica solamente uno de la situación legal más estable respec-
de los núcleos de mayor tamaño (en- to de la propiedad de la tierra.
Figura 1 - Fragmento del mapa Guarani Reta 2008. Pueblos Guaraníes en las fronteras de Ar-
gentina, Brasil y Paraguay. Centro de Trabalho Indigenista, Brasília (coord.).
Para analizar estos procesos desde provocando con el tiempo una pro-
una perspectiva más estructural, los gresiva dispersión y desgranamiento
datos estadísticos del Censo Nacional de las aldeas, aunque aún es posible en
Agropecuario (CNA) brindan infor- algunas jefaturas reconocer un acata-
mación relevante. Dado que la misma miento político a una autoridad dis-
se proporciona a nivel departamen- tante (Gorosito 1993). Esta dimensión
tal -y por ende con un mayor nivel de política se vincula estrechamente con
agregación, es necesario relacionar es- los condicionamientos económicos
tos datos con aquellos obtenidos en el para la reproducción de las familias y,
trabajo de campo y en los estudios que por ende, en la transmisión intergener-
desde distintas disciplinas han aborda- acional de esos recursos: como se verá
do la estructura productiva de la zona. más adelante, en la zona de San Igna-
Este análisis permite considerar como cio se observa actualmente un proceso
para las poblaciones mbyà-guaraní de dinámico de creación de pequeños nú-
esta zona, los procesos de socialización cleos poblacionales que surgen como
de los niños se producen en una con- desmembramiento de otros de may-
figuración socio-histórica de impor- ores dimensiones, los que se asientan
tantes transformaciones, asociadas en terrenos cada vez más pequeños y
especialmente a cambios en el modelo generan nuevos liderazgos políticos.
económico predominante en la región
Como se anticipó, en las últimas déca-
que habitan.
das del siglo XIX comenzó en el terri-
Si bien existieron ocupaciones datadas torio de Misiones un proceso de colo-
en 2000 años A.P. (Noeli 2004: 31-32), nización organizada principalmente
se considera que los mbyà actuales son por el Estado, la que se realizó sobre las
los descendientes de aquellos indígenas tierras remanentes de una venta masiva
que lograron permanecer al margen a 40 grandes compradores. El proceso
del experimento colonial desarrollado de colonización se extendió hasta casi
por los jesuitas entre los siglos XVI y la mitad del siglo XX, y como resul-
XVIII, a través de la constitución de tado de ambos procesos, se generó una
pequeñas comunidades refugiadas en estructura de la propiedad de la tierra
la selva que supusieron la construcción en la que coexisten grandes latifundios
de una identificación social definida y un número importante de propie-
por la confrontación y el contraste con dades familiares surgidas del padrón
el mundo de los extranjeros, primero de colonización, fijado este último en
blancos y luego de sus descendientes 25 has por familia. Los colonos debían
mestizos (Bartolomé 2004). Poste- plantar el 20% de su parcela de tierra
riormente, el establecimiento de los con yerba mate (anteriormente se pro-
mbyà en el actual territorio argentino ducía con plantas del monte nativo) y
se definió en interrelación al avance el resto lo dedicaron a la producción
de las fronteras de poblamiento de de maíz, porotos, mandioca y animales
la sociedad nacional durante el siglo de granja, los que se destinaban al con-
XIX y primeras décadas del siglo XX, sumo familiar y la venta de excedentes
Lave y Wagner retoman estas ideas so- implican la venta de la fuerza de tra-
bre el aprendizaje en sus dimensiones bajo y la consecuente extracción de un
individuales y estructurales de los estu- plusvalor por parte del adulto, situacio-
dios inspirados en la noción de zona de nes de riesgo y escasas o nulas situacio-
desarrollo próximo de Vygotsky. nes de aprendizaje de un oficio o ha-
bilidades (Leite de Sousa 2004; Neves
Con este sustrato conceptual, la noción
1999; Jacquemin 2004).
de adiestramiento utilizada por Lave y
Wagner se distancia de las aproxima- Las dificultades conceptuales en la
ciones clásicas al concepto, mucho más definición de trabajo infantil deri-
restringido en sus alcances, y que fue van, por un lado, de que la definición
entendido como una actividad ligada a precedente supone el establecimiento
la producción artesanal, individual y en de categorías excluyentes en tanto en
pequeños grupos, la utilización de her- la realidad social los límites no son
ramientas simples y conocimiento tá- siempre precisos: exceptuando algunas
cito, la división del trabajo basada en la situaciones claramente definidas de
adaptación individual y la prevalencia relaciones asalariadas, las situaciones
de códigos de protección tradicionales: de juego, formación y trabajo se en-
para estos autores el adiestramiento tremezclan en la cotidianeidad de los
asume diversas formas históricas, tradi- niños mbyà, quienes usan instrumentos
ciones culturales y puede encontrarse adultos para sus juegos y participan
en diversos modos de producción; no progresivamente de las actividades
es inherentemente igualitario ni ex- domésticas de reproducción social
plotador, sino que debe analizarse bajo iniciándolas a partir de escenificacio-
que forma de organización política y nes lúdicas, aprendiendo a través de
social se desarrolla en cada contexto, esa participación.
bajo que principios formativos se ar-
Por otro lado, la transmisión de un
ticula y se realiza (2007: 62-63).
patrimonio de saberes que integra la
Como se ha advertido, las tareas que definición de las experiencias forma-
los niños y jóvenes mbyà realizan me- tivas en contextos indígenas involucra
diante su participación periférica en un debate sobre la noción de tradición,
actividades para la reproducción fa- la que implica contemplar las estruc-
miliar doméstica pueden constituir turas productivas en cada zona de
experiencias formativas pero, también, manera de precisar las actividades que
constituir modalidades de trabajo in- se identifican como tales para los mbyà:
fantil. Las primeras son condición para como se verá mas adelante. Depen-
la transmisión de un patrimonio de sa- diendo de la movilidad de las comu-
beres y la construcción de sucesores en nidades y la ocupación del territorio
la actividad desarrollada por los adul- en cada región es posible identificar
tos del grupo doméstico, y se vinculan ciertas actividades que se llevaban
con las expectativas de formación de adelante en una generación y que
las unidades familiares; las segundas no se puedan continuar en las siguien-
tes, por lo que la noción de tradición nes en términos de los principios rela-
resulta problemática en términos de tivistas de la antropología y sus debates
continuidad temporal. En este sentido, actualizados por las leyes de pro-
la revisión de este concepto permite tección de los derechos de la infancia,
superar este requisito de antigüedad y ya que las nociones de protección y au-
permanencia en el tiempo (Hobsbawm tonomía pueden complejizarse desde
y Ranger 1983), lo que posibilita anali- una perspectiva comparativa, propia
zar el carácter formativo de la partici- de la disciplina. Por otra parte, es im-
pación en actividades productivas de portante destacar como esta perspec-
manera que “nuevas” o “renovadas” tiva experimental de la producción de
actividades podrían también ser vali- conocimiento se vincula con un énfa-
dadas y reconocidas por su contenido sis en la emoción como complemento
educativo. del pensamiento racional, que la edu-
cación escolar suele considerar como
Distintos estudios han abordado el
subsidiaria y restringida a ciertas áreas
aprendizaje en comunidades guaraníes
de tipo expresivo lenguaje, arte.
recientemente, y han advertido sobre la
centralidad que adquieren los procesos Coincidentemente, en las aldeas Palmito
de observación, imitación y experimen- y Marangatú (Departamento Guaraní,
tación como parte de la constitución Misiones, Argentina) Larricq (1993)
de una autonomía e individualidades exploró aquellas situaciones de juego
de los niños en tanto personas que se que, a edades muy tempranas como los
reconocen como parte de un colectivo. 4 o 5 años, configuraban escenificacio-
Como señala Bergamaschi (2007), más nes de trabajo adulto macheteo, cocina,
que la enseñanza lo que pudo obser- carpida, recolección. Si bien se trataba
var en Lomba do Pinheiro (Rio Grande de tareas habituales de los mayores que
do Sul, Brasil) fue una búsqueda de los niños realizaban conscientes de que
aprender por parte de niños y jóvenes, se trataba de imitaciones, implican una
quienes acompañaban a los mayores y observación detallada y una repetición
en ese “dejar hacer” por parte de los seriada de operaciones a la vez que se
adultos - donde el consejo es diferido adquieren competencias motoras, in-
en el tiempo -, se proporciona un espa- telectivas y lingüísticas.
cio para que los sujetos experimenten
Larricq (1993) indica que la realización
y establezcan por si mismos los límites
obligada de tareas hogareñas fundadas
de sus acciones, aunque por ello - advi-
en estas escenificaciones - tales como
erte la autora- se vean expuestos en oc-
el acarreo de agua, el cuidado de ani-
asiones a ciertos trastornos menores,
males, la preparación de alimentos - co-
que erróneamente han sido interpreta-
menzaban a los 6 o 7 años (dependiendo de
dos por algunos funcionarios e investi-
la composición de los grupos domésti-
gadores como una “falta de cuidado”.
cos y la división sexual de trabajo); en
Las observaciones de Bergamaschi otras actividades del monte o la huerta,
(2007) provocan interesantes reflexio- en cambio, colaboraban en forma in-
termitente y sin obligación hasta los camente una labor para la producción
11, 12 o 13 años, si bien desde unos y/o reproducción del grupo familiar.
años antes los niños acompañaban a Esto permite analizar reemplazos,
sus padres en la jornada laboral y realiza- diferenciaciones genéricas, de edad y
ban entonces este mismo proceso de de posición en la escala de hermanos
aproximación progresiva a la práctica ya no como mandatos culturales fijos
por imitación. sino en su proceso de construcción
sociohistórica. En este sentido considera-
En virtud de lo anterior, ciertas ob-
mos que el tipo de tareas realizadas, su
ligaciones domésticas que los niños
frecuencia y distribución merece ser
mbyà realizan desde temprana edad plan-
descripta empíricamente y analizada
tean un interés conceptual específico,
conceptualmente para poder precisar
ya que su realización no implicaría en
los alcances del concepto de trabajo
principio una experiencia formativa
infantil doméstico en cada contexto
en términos de conocimiento cultural
social e histórico particular en el que
complejo. Sin embargo pueden ser en-
se lo aplique.
tendidas como experiencias formativas
en tanto su cumplimiento es parte de la
comprensión y ejercicio de procesos de
LOS CULTIVOS Y LA CRÍA DE ANIMALES
colaboración para el sostenimiento de
EN SAN IGNACIO
los grupos domésticos. Esto no impli-
ca ignorar las relaciones de poder que El departamento de San Ignacio ocupa
se producen en el seno de los grupos un lugar de relevancia a nivel provincial
domésticos; siguiendo la orientación en la producción de cultivos industria-
conceptual de Schiavoni para estudiar les, especialmente de yerba mate y en
las familias y la división del trabajo, es menor medida de té. Por la superfi-
interesante entenderlas como un cam- cie dedicada a estos productos posee
po de poder, donde las posiciones que respectivamente el 3ero y 4to lugar en la
ocupan los integrantes deben ser en- provincia, siendo la proporción de la
tendidas de acuerdo a los recursos que superficie del departamento destinada
logran disponer. La autora plantea la a cada producto el 18% y el 2% respec-
necesidad de problematizar conceptual tivamente (INDEC 2010. Cuadro 4.10
y empíricamente las actividades pro- CNA 2002)4 .
ductivas y reproductivas, ya que de esa En ambos cultivos, la superficie prome-
manera el trabajo doméstico puede ser dio por productor en San Ignacio es un
entendido como trabajo necesario para poco mayor a los valores provinciales –
la reproducción de los grupos sociales en el caso de la yerba mate, 14 y 10 has;
(Schiavoni 2003). en el caso del té, 25 y 4 has respectiva-
De estas definiciones surge que, al mente (Gobierno de Misiones 2008:
referirnos a los sujetos como traba- 351, 352 y 358)5 . Esta información
jadores, podemos incluir a todos los permite concluir que la plantación de
miembros que desempeñan sistemáti- yerba mate y té continúa siendo pro-
ducto de colonos y ocupantes en toda verifica con los porcinos – 959 cabezas
la provincia, si bien en el departamento sobre 125.128 – en piaras también de
considerado tiende a haber comparati- número reducido (Gobierno de Misio-
vamente mayores extensiones; por otra nes 2008: 366, 380 y 382).
parte, esta producción se integra en
Las actividades de horticultura y cría
una cadena agroindustrial significativa-
de animales en los núcleos mbyà próxi-
mente concentrada, ya que la primera
mos a San Ignacio presentan similari-
venta se realiza sin procesamientos y
dades con el panorama descripto para
directamente a la industria en un 60%
el departamento, si bien pueden se-
en el caso de la yerba mate y en un
ñalarse asimismo algunas diferencias.
70% en el caso del té (INDEC 2010.
En principio, la producción vegetal y
Cuadro 12.1. CNA 2002).
animal que se observa en estas comu-
Asimismo, el departamento de San Igna- nidades no es muy amplia, proceso en
cio ocupa el primer lugar provincial en el que probablemente incida en hecho
la producción hortícola bajo cubierta de que el turismo y las relaciones con el
– 41.250 m2, representando más del Estado son fuente complementaria de
23% de la superficie provincial des- ingresos para las familias. No obstante,
tinada a este tipo de productos –, siendo es posible advertir que la producción
también relevante el cultivo de mandi- vegetal – al menos en Katupiry, An-
oca – 747,5 has sobre 9.097,7 has en la dresito y Pindoity, donde se pudo abor-
provincia (INDEC 2010. Cuadro 4.18. dar con mayor detalle – responde a los
CNA 2002). En el caso de los cereales, cultivos tradicionales en las comuni-
la producción provincial se concentra dades mbyà tales como mandioca, maíz,
fundamentalmente en el maíz, pero el batata, porotos, zapallo (sobre todo de
departamento de San Ignacio no se de- los dos primeros productos) y se puede
staca por su producción – es de sola- observar asimismo la cría de gallinas y
mente 653,5 has por sobre las 33.523 la compañía de perros.
a nivel provincial (INDEC 2010.
Pese a que la variedad animal es es-
Cuadro 4.6. CNA 2002) –; este último
casa, es importante hacer una breve
producto reviste especial relevancia,
referencia a la presencia en la cotidi-
ya que se trata de una especie que se
aneidad de los niños de interacciones
reconoce como tradicionalmente culti-
con animales domésticos, ya que la
vada por los mbyà, como se verá más
potencialidad formativa es significa-
adelante. Finalmente, de los datos es-
tiva. En su trabajo en las aldeas Palmito
tadísticos surge que la cría de animales
y Marangatú (Departamento Guaraní,
no es significativa en San Ignacio si se
Misiones, Argentina), Larricq (1993)
la compara con otros departamentos
advierte la importancia que tiene para
de la provincia, destacándose el ga-
los niños ya desde aproximadamente
nado bovino en rodeos predominante-
los tres años de edad la observación y
mente pequeños - 6.658 cabezas sobre
el manejo de animales domésticos, que
345.648 en 2002. Un proceso similar se
brindan oportunidades para comparar
de su infancia son similares a las reconstruidas que los insectos retiraban resina y liba-
en Palmito y Marangatú (Misiones, Ar- ban las flores7.
gentina) a fines de los 80 por Larricq
Asimismo, este conocimiento implica-
(1993). Este autor describió como los
ba reconocer las formas y estructuras
varones, a partir de los 6 o 7 años,
internas de los panales de cada especie,
acompañaban a los mayores en activi-
y los períodos en los cuales convenía
dades del monte cercano, participando
recolectar la miel. En su trabajo, Ce-
progresivamente de un conocimiento
bolla Badie (2005) advirtió que, pese
amplio del ambiente natural asociado
a la amplitud de conocimientos im-
con relatos míticos a los que los niños
plicados, en los últimos tiempos estas
también accedían paulatinamente. En
prácticas comenzaron a reducirse por
estudios recientes, en cambio, estas ac-
la desforestación, extinción de la fau-
tividades fueron registradas en aldeas
na y la pérdida del acceso a territorios
más alejadas de los centros urbanos;
donde se realizaban estas actividades8.
este es el caso de las responsabilidades
de los varones desde los 10 años descrip-
tas en el trabajo de campo de Enriz en LA PRODUCCIÓN DE ARTESANÍAS
Tekoa Yma – localizada en la reserva de Y EL TURISMO EN SAN IGNACIO
biosfera Yabotí (Misiones, Argentina)
– donde los niños se encargaban pro- El Parque Nacional Iguazú, donde se
gresivamente de revisar trampas para ubican las cataratas del mismo nom-
animales (Enriz y Palacios 2008; Enriz bre, es el primer destino turístico de
y Padawer, 2008). la provincia de Misiones. Dispone de
aeropuerto propio, 75 establecimien-
Aprovechamientos del monte similares tos para alojamiento y de acuerdo a
pudo reconstruir Cebolla Badie (2005) los datos oficiales recibió en 2007 a
con el trabajo de campo en Takuapí, Jejy 1.020.529 visitantes, siendo el creci-
y Fortín Mbororé (Misiones, Argentina), miento constante en los últimos años
donde pudo analizar el conocimiento hasta llegar a duplicar los valores del
mbyà sobre las especies de abejas y año 2000, con la sola excepción del
avispas que permite el uso de la miel período 2001-2002, cuando la cri-
en la dieta, la medicina y prácticas re- sis económica y política que atravesó
ligiosas. Estas prácticas de recolección el país tuvo su impacto también aquí
se realizaban de acuerdo a un patrón (Gobierno de Misiones 2008: 430).
reconocido como “tradicional”, por el
cual esta tarea era realizada por varones El departamento de San Ignacio, y es-
que podían eventualmente ser acom- pecíficamente las Ruinas de San Igna-
pañados por mujeres. Esta actividad cio Mini, constituyen el segundo des-
implicaba disponer de la habilidad para tino turístico de la provincia. Los 60
la detección de los nidos, distinguir dis- km de distancia respecto de la ciudad
tintas especies de abejas y avispas, así capital provincial permiten los trasla-
como de las especies arbóreas de las dos diarios, por lo que cuenta con
un número significativamente menor
trabajo doméstica pero donde es posible el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya
cierta acumulación del capital, condujo a con apoyo gubernamental estableció en Aldea
que los reclamos políticos de los colonos Perutí (Misiones) una escuela, viviendas, una
se centraran en el acceso al crédito, la co- carpintería, un criadero de pollos y cerdos, una
mercialización y distribución de mercan- panadería y un taller de costura, entre otras inicia-
cías (Baranger 2008). tivas. El contexto en el que se realizó la propuesta
3
De la tipología, solamente la categoría se vinculaba con una etapa de incipiente uso de
de “hacendado” presenta problemas para tierras cultivadas por parte de colonos en la zona,
ajustarse a los rangos del CNA ya que por lo que el proceso de sedentarización se efec-
teóricamente se debería incluir unidades tivizó cuando las familias mbyà podían realizar sin
productivas entre 100 y 1.000 hectáreas, dificultades sus actividades en el monte, lo que
mientras que el censo establece dos categorías implícitamente tuvo como consecuencia la
parcialmente superpuestas con esta: EAP “liberación” del mismo de presencia indígena.
entre 50 y 200 hectáreas, y entre 200 y 1000 7
Cebolla Badie pudo reconstruir una clasifi-
hectáreas. Dada esta dificultad y con la in- cación de las especies a partir de criterios tales
formación disponible, a los fines de este como el comportamiento del insecto (ei porecha
trabajo se ha optado por sumarlas. chu’u o “abeja que muerde en los ojos”), a las
4
Estos productos experimentaron variaciones características morfológicas (eira viju o “abeja de
en el periodo 2002-2007: en el caso de vello abundante”), a alguna particularidad de la
la yerba mate, la superficie destinada a la miel que producen (ei kachi o “miel de olor de-
producción provincial disminuyó – de sagradable”), a su mordedura (tata éi o “abeja
167.300,3 has a 161.180 has – mientras que de fuego”), a la forma del panal (eira pu’a o
en el departamento San Ignacio ascendió “redondo”), al lugar donde construyen el nido
levemente – 19.160 has a 19.394 has. En el (yvy éi o “abeja de tierra”) o a un mito de origen
caso del té, en cambio, se verificó un incre- (yvyra’ija o “el que porta la vara-insignia”). En
mento de la superficie destinada a la pro- este sentido un aporte de la autora para analizar
ducción a nivel provincial – de 34.843 has el conocimiento del mundo natural radica en la
a 44.801 has - así como en el departamen- identificación de especies que fueron clasificadas
to San Ignacio – de 2.140 has a 7.738 has aun cuando no tenían un uso inmediato para las
(Gobierno de Misiones 2008: 350 y 352). comunidades.
5
Se trata de un promedio teórico obtenido 8
Un cambio significativo en los saberes vincula-
en base a datos de cantidad de productores dos con esta práctica lo constituyó la introduc-
y superficie cultivada por departamento, ción de una especie europea hace aproximada-
que son los datos proporcionados en las mente un siglo – ei kuaapyre’ey: abeja desconocida o ei
fuentes mencionadas. remã; abeja alemana, que se expandió invadiendo
nichos de otras especies. Asimismo, los mbyà ex-
6
Para analizar las actividades de la población
pusieron sus reclamos acerca del uso indiscrimi-
mbyà en Misiones en relación a huertas y cría de
nado de insecticidas y pesticidas en las plantacio-
animales desde una perspectiva más diacrónica
nes comerciales cercanas a sus asentamientos,
es interesante recurrir al análisis de Enriz (2008),
que contaminan las aguas de los arroyos y exter-
quien advierte que el proceso de sedentarización
minan a los insectos melíferos o vuelven tóxica la
de la población mbyá en el actual territorio ar-
miel que producen (Cebolla Badie 2005).
gentino es reciente, pudiendo ser ubicado en
los últimos 50 años. Esta autora reconstruyó
acciones externas en pos de la sedentarización,
específicamente en el período 1978-1988 donde