doctor
3/11/2017
por Dr. Jacob L. Freedman
“¿Alguna vez tienes problemas para cuidar Shabat por ser médico?”, me preguntó
mi nuevo colega en el hospital. He estado respondiendo a alguna variación de esta
pregunta desde que empecé la facultad de medicina y mi compañero de
habitación me preguntó: “¿Cómo vas a hacer para aprobar el enorme examen de
anatomía del lunes si no estudias nada todo el sábado?”.
El Shabat fue más una salvación que un obstáculo. Hace muchos años, en una
caminata por el norte de Israel, conocí a un joven jasídico que iba en la misma
dirección. No compartíamos un idioma, sin embargo nos comunicamos fácilmente
en la soledad compartida del bello entorno. En cierto momento de nuestra
improvisada conversación, él me preguntó—aunque es una traducción
imperfecta—si yo “protegía al Shabat” (shomer Shabat). La respuesta fue fácil: yo
no protejo al Shabat; el Shabat me protege a mí.