Síntomas
Artrosis
La artrosis, el tipo más frecuente de artritis, consiste en el daño por desgaste
de los cartílagos de la articulación (el recubrimiento rígido y resbaladizo en
los extremos de los huesos). El daño acumulado puede provocar que los
huesos se desgasten entre sí, lo que causa dolor y restricción del movimiento.
Este desgaste puede ocurrir a lo largo de muchos años o puede acelerarse
debido a una lesión o infección de las articulaciones.
Artritis reumatoide
En la artritis reumatoide, el sistema inmunitario del cuerpo ataca el
revestimiento de la cápsula de las articulaciones, que consiste en una
membrana dura que encierra todas las partes de las articulaciones. Este
revestimiento, conocido como «membrana sinovial», se inflama y se hincha.
El proceso de la enfermedad puede finalmente destruir el cartílago y el hueso
dentro de la articulación.
Tratamiento medicinal
1. El romero
2. Cola de caballo
3. La cúrcuma
4. El jengibre
5. Lino o linaza
Sarcomas sinoviales
Los sarcomas de partes blandas son
tumores malignos no epiteliales de
tejidos extra esqueléticos del
cuerpo que incluyen el músculo, la
grasa, el tejido fibroso, los vasos y
el sistema nervioso periférico. Son
un grupo heterogéneo de
neoplasias mesenquimatosas, que
se clasifican según el tejido adulto
al que se parecen o del que se
supone que se derivan. Estos tumores son poco frecuentes. Con una
incidencia anual de alrededor de 2-3/100.000, suponen menos del 1% de
todos los tumores malignos y del 2% de todas las muertes por cáncer,
aunque, en los niños, los sarcomas de partes blandas representan el 8% de
todas las neoplasias malignas.
El sarcoma sinovial (SS) representa uno de los tumores malignos más
frecuentes de los tejidos blandos, sumando, aproximadamente, el 8% de
todos ellos. Según algunos informes, el SS no es el más frecuente en los
adolescentes y adultos jóvenes, sino que lo es el rabdomiosarcoma, con el
15-20% de los casos (Weiss, 2001). El pico de incidencia está en la 3ª década
(aproximadamente el 30% de los casos ocurren en pacientes de menos de
veinte años), y los hombres se afectan con mayor frecuencia que las mujeres
(razón alrededor de 1,2:1).
Los síntomas pueden ser muy variados, aunque la masa indolora sigue siendo
la presentación más frecuente. La dificultad para la deglución y la respiración,
o la alteración de la voz, por ejemplo, podrían estar asociados con el SS de la
región de cabeza y cuello. El dolor puede estar relacionado con la afectación
de los nervios. Debido a que el tumor crece lentamente, los síntomas pueden
estar presentes durante largo tiempo antes de que se haga el diagnóstico, lo
que puede retrasarlo.
Tratamiento medicinal
Cirugía
La cirugía es la piedra angular del tratamiento del SS. Su objetivo es
obtener márgenes adecuados con pocas o ninguna secuela a largo plazo,
y, en la medida de lo posible, la amputación. Si este objetivo no parece
alcanzable en un primer momento, es posible administrar quimioterapia
y/o radioterapia para reducir el tumor y poderlo someter a cirugía
posteriormente. El logro de márgenes adecuados es una cuestión
crucial, estrictamente influenciada por el tipo de tejido sano alrededor
del tumor. Es muy difícil cuantificar con exactitud la distancia que se
considera "segura" entre el tumor y los márgenes de resección (Gronchi
2005). La conclusión de la Conferencia de Sarcomas de Partes Blandas
en Adultos, celebrada en Milán en junio de 2004 sugirió como márgenes
adecuados lo que son "mayores de 1 cm de tejido sano alrededor del
tumor, en todas las direcciones, cuando el tejido es un músculo, y de 1
mm de tejido sano alrededor el tumor cuando el tejido una barrera
anatómica, como el periostio, (tejido mesenquimatoso que envuelve los
huesos, excepto en las articulaciones), los vasos, el epineuro, o la fascia
muscular.
Quimioterapia
En cuanto al papel de la quimioterapia, es bastante sorprendente que, a lo
largo de los años, se han establecido estrategias diferentes en los niños y en
los adultos. Dado que es en los niños en los que se han observado tasas muy
altas de respuesta a la quimioterapia, los oncólogos pediátricos han
equiparado el SS al rabdomiosarcoma, considerándolo un tumor
quimiosensible. Por lo tanto, los pacientes pediátricos han recibido
quimioterapia adyuvante, independientemente del estadio del sarcoma,
incluso después de la extirpación completa de tumores muy pequeños
(Ladenstein de 1993, Pappo de 1994, y Ferrari, 1999). En cambio, en el caso
de los adultos, la quimioterapia adyuvante sólo se ha utilizado en ensayos
clínicos que incluían, además del SS, muchas otras variedades de sarcoma
(Meta Análisis Cooperativo de Sarcomas 2997, Bergh 1999, Lewis 2000,
Spillane 2000, Frustaci de 2001, y Trassard 2001). Sólo recientemente, los
oncólogos de adultos empiezan a considerar el posible papel de la
quimioterapia adyuvante para los casos de alto riesgo, es decir, cuando el
tamaño del tumor es grande (Frustaci 2001, Spurrel 2005).
Terapia
La radioterapia juega un papel bien definido en el control local de los
sarcomas de partes blandas. En los adultos, se recomienda la irradiación
después de la extirpación incompleta, pero, a menudo, también después de
la excisión amplia, especialmente en el caso de tumores de gran tamaño.
Ciertamente la indicación de la radioterapia tiene que ser más estricta en los
niños, jóvenes y adolescentes que en los adultos, dado el mayor riesgo de
secuelas sobre el crecimiento.
La serie anteriormente citada del INT de Milán informó sólo de una tendencia
favorable para la adición de la radioterapia en pacientes que inicialmente
fueron sometidos a resección completa.: en los pacientes del grupo I del IRS,
la supervivencia libre de recidiva local (LRFS) a los 5 años fue del 78% en el
grupo tratado, frente al 67% de los que no recibieron radioterapia
postoperatoria. Sin embargo, sí se observó un beneficio claro en los
pacientes cuya resección inicial fue marginal: el grupo II del IRS radiado
obtuvo un LRFS del 57% a los 5 años, frente a solo el 7% cuando no se
aplicaba la radioterapia (Ferrari, 2004). Según el protocolo EpSSG, la cirugía
se debe considerar como el único tratamiento local para los pacientes del
grupo I (a pesar de que la necesidad de la irradiación en el caso de los
tumores mayores de 5 cm es todavía una cuestión abierta), mientras que la
radioterapia post-operatoria es necesario para los pacientes del grupo II del
IRS (Ferrari, 2005).
FIEBRE REUMÁTICA
Síntomas
Los síntomas de la fiebre reumática varían. Puedes tener unos pocos
síntomas o varios, y pueden cambiar en el transcurso de la enfermedad. La
aparición de la fiebre reumática por lo general ocurre después de dos a
cuatro semanas posteriores a una infección de garganta por estreptococos.
Los signos y síntomas de la fiebre reumática, que son el resultado de la
inflamación del corazón, las articulaciones, la piel o el sistema nervioso
central, pueden incluir:
Fiebre
Dolor en las articulaciones, con el movimiento y la palpación, con mayor
frecuencia en las rodillas, los tobillos, los codos y las muñecas
Dolor que se traslada de una articulación a otra
Articulaciones enrojecidas, calientes al tacto o hinchadas
Bultos (nódulos) pequeños e indoloros debajo de la piel
Dolor de pecho
Soplo cardíaco
Fatiga
Erupción cutánea de aspecto plano o levemente elevado, indolora, con
bordes irregulares (eritema marginado)
Movimientos corporales espasmódicos e incontrolables (corea de
Sydenham, conocida como «baile de San Vito»), con mayor frecuencia
en las manos, los pies y el rostro
Arrebatos de comportamiento inusual, como llorar o reírse de manera
inoportuna, que acompañan la correa de Sydenham
Tratamiento medicinal
Los objetivos del tratamiento para la fiebre reumática son destruir los
remanentes de la bacteria estreptocócica de grupo A, aliviar los síntomas,
controlar la inflamación y evitar las recurrencias.
Síntomas
Si tienes bursitis, la articulación afectada puede:
Doler o sentirse rígida
Doler más cuando la mueves o la presionas
Verse hinchada y enrojecida
Tratamiento natural
Tratamiento medicinal
Síntomas
Signos y síntomas
La artropatía se desarrolla
varios años después del
comienzo de la enfermedad
neurológica, pero puede
progresar rápidamente y llevar
a una desorganización articular
completa en pocos meses. El
dolor es un síntoma temprano
frecuente. Sin embargo,
debido a la alteración de la
sensibilidad al dolor, este es
mucho más leve en relación con el daño articular. En los primeros estadios,
es frecuente la presencia de derrame importante, a menudo hemorrágico, y
subluxación e inestabilidad de la articulación. También puede producirse
una luxación articular aguda.
Diagnostico
Debe considerarse el diagnóstico de artropatía neurogénica en un paciente
con una enfermedad neurológica predisponente que desarrolla una
artropatía destructiva pero indolora varios años después del comienzo de la
enfermedad neurológica. Si se sospecha una artropatía neurogénica, debe
tomarse una radiografía. El diagnóstico se basa en las anomalías
radiológicas características en un paciente con una enfermedad
predisponente y signos y síntomas típicos.
Destrucción de huesos