Nehemías 1: 1-4
Introducción:
“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he
oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he
descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos a una tierra buena y
ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del
amorreo, del fereseo, del heveo y del jebuseo”.
Nuestro Dios está esperando hoy, que alguien se pare en la brecha delante de Él a
favor de esta nación, como lo hizo Abraham por Sodoma y Gomorra. “Procurad la paz
de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz
tendréis vosotros paz”. (Jeremías 29: 7). En la paz de nuestra nación, tendremos nosotros
paz.
Desarrollo:
Hay cuatro aspectos en todo cuanto nos rodea y vivimos, que nuestro Dios quiere
que edifiquemos para Él.
El hogar de los hijos de Dios debe servir como referente para la sociedad en la
cual hacemos vida. La vida ejemplar de Jesús debe proyectarse desde nuestro hogar y
alcanzar a todos los que nos rodean. Jesús y su vida ejemplar debe ser el modelo,
debe ser el centro de nuestro hogar, de nuestra familia. Edificar la casa sobre la roca es
permitir que la vida de Cristo se proyecte desde nuestro hogar hacía la comunidad . Cristo
debe ser el fundamento sobre el cual descansa nuestra familia, nuestro hogar.
Edificar una iglesia para el Señor, no es sólo predicar el evangelio; sino vivirlo en
nuestra vida diaria. Es predicar a tiempo y fuera de tiempo en todo lugar. Predicar
significa hablar, testificar acerca de las maravillas de Dios realizadas a favor del hombre.
Predicar también significa mostrar esas maravillas en nuestras vidas. Mostrar la vida de
Jesús reflejada en nosotros, su carácter, su compasión, su amor, su misericordia, su
generosidad, su poder, su autoridad. Una iglesia edificada en estos principios y valores,
jamás será vencida por Satanás. La iglesia debe convertirse en la solución de los
problemas espirituales, morales, éticos, sociales y económicos de la comunidad donde se
encuentra enclavada. El que quiere tener amigos ha de mostrarse amigo. Quien quiera
ganar almas para el Señor ha de mostrarse como Cristo mismo se mostró.
Edificar un templo para Dios es santificarse y purificarse cada día para estar en la
presencia de Dios, es mostrar gratitud desde el corazón por lo que él hizo, está haciendo y
aun hará por nosotros. Es adorarlo y alabarlo en espíritu y verdad, es enseñar a otros a a
adorarle de la misma manera, es permitir que el esté sentado en el trono de nuestro
corazón permanentemente.
Conclusión:
Pero el Dios del cielo, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y
edificaremos una vida santa, una casa santa, una iglesia santa, un templo santo, una
nación santa para nuestro Gran Dios.