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Sentencia T 301 de

2016. M.P Alejandro


Linares Cantillo

Temas Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos

Descriptores Aborto- Interrupción Voluntaria del Embarazo

Derechos CEDAW a la salud

Sumario

Una mujer con 20 semanas de embarazo fue sometida a una ecografía en un hospital que
hace parte de la red de servicios de su E.P.S, encontrando que su bebe presentaba
como patología “hidrocefalia bilateral no comunicante”, se le informó la posibilidad de
solicitar la interrupción voluntaria del embarazo dado que su caso se encontraba inmerso
en una de las causales contempladas por la sentencia C 355 de 2006. La mujer manifestó
su deseo de interrumpir su embarazo ante el hospital en el que recibió la atención. La
mujer procede a hacer la solicitud formalmente arguyendo como causal “grave afectación
mental” e informa que se encontraba en ese momento en su 27 semana de embarazo,
situación que le genera grave peligro para su integridad mental y física. La mujer fue
atendida por el servicio de psiquiatría de su I.P.S, considerándose la urgencia de la
interrupción, la especialista sugiere intervenir a la paciente lo más pronto posible, sin
embargo, el hospital en el que fue atendida manifesto que debido a lo avanzado de su
estado gestacional no se realizaría el procedimiento solicitado, el hospital adujo
igualmente que ese tipo de procedimientos no se realizaban en su entidad. El hospital
mencionó a la mujer que le entregarían un certificado médico en donde se indicaría que
estaba incursa en una de las causales establecidas por la Corte Constitucional para la
interrupción del embarazo y de esta manera referirla a su E.P.S para que desde allí se
diera curso a su solicitud. La EPS indicó que ninguna de sus IPS contaba con las
condiciones técnicas para llevar a cabo dicho procedimiento y le indicó a la usuaria que
podría proceder a la solicitud de un rembolso en caso de que lograra ubicar una institución
reconocida que le practicara dicho procedimiento. La mujer decide interponer acción de
tutela en contra de su E.PS. En sentencia de primera instancia el juez negó la tutela y
ordeno a la E.P.S autorizar y efectuar el tratamiento médico quirúrgico que requiera el que
estaba por nacer, lo que implica realizar un estudio interdisciplinario con médicos
nacionales e internacionales para que determinen la posibilidad de intervenir
quirúrgicamente intra útero o inmediatamente luego de nacido, al menor. Dicha decisión
fue impugnada y el juez de segunda instancia que confirma parcialmente la decisión.

La Corte decide declarar carencia actual de objeto por hecho superado en tanto lo que se
pretendía principalmente era el procedimiento de I.V.E y dadas las circunstancias dicho
procedimiento no se pudo ordenar ni realizar puesto que el hijo de la actora ya había
nacido para el momento de proferir el fallo. Sin embargo, la Corte condenó a la E.P.S a
pagar y reparar integralmente los perjuicios sufridos por la mujer y el daño ocasionado a
su salud mental por la violación del derecho fundamental a la interrupción voluntaria del
embarazo o aborto al que tenía derecho. La Corte confirma las disposiciones del fallo de
primera instancia en lo referente a hacer efectiva la atención integral al menor ya nacido
así como la atención integral para la mujer, incluido el tratamiento psicológico o
psiquiátrico que requiere. Se ordenó al ICBF disponer de un grupo interdisciplinar en
adopción para que puedan orientar a la mujer en la posibilidad de dar en adopción al
menor. Previene a la E.P.S para que en adelante responda con celeridad las solicitudes
de I.V.E
Análisis Aunque con este fallo no se pudo proteger el derecho de la actora de I.V.E tal como lo
contempla la normatividad, dado el nacimiento del menor durante el trámite de la acción,
esta sentencia permite a partir de sus aclaraciones tener claridad en lo referente a la
exigibilidad de los derechos por parte de las mujeres dado que pueden y es su derecho,
exigir a las entidades prestadoras de salud que se les practique dicho procedimiento si se
encuentran incursas en una de las tres causales contempladas en la sentencia C 355 de
2006.

La entidad que se niegue a prestar dicho servicio debe remitir a la paciente de inmediato
a un médico o institución en la que se le pueda prestar dicho servicio, de lo contrario
estaría incurriendo en violación directa de las normas constitucionales. Uno de los
elementos más importantes de este fallo, es la claridad que establece en cuanto a que la
sentencia C355 de 2006 reconoce la posibilidad de aducir como argumento en la solicitud
de dicho procedimiento, la grave afectación de la salud mental, este argumento es
rechazado de manera reiterada por las empresas prestadoras de salud al momento de
estudiar una solicitud de I.V.E, incurriendo en una flagrante violación de los derechos
sexuales y reproductivos de las mujeres, entre otros. Aunque está claro que con este fallo
no se pudo atender a la pretensión principal de la actora, se logró establecer, por parte de
la Corte, que esta mujer y E.P.S proporcionarla, abriendo la posibilidad a las mujeres que
hayan sido sujetas a este tipo de irregularidades por parte de las instituciones prestadoras
de salud y de las entidades prestadoras de salud, de recibir la atención integral necesaria,
incluyendo los tratamientos y atención psicológica que permita afrontar la situación a la
que fueron sometidas. Este tipo de atención se ordenó en este caso a título de reparación
de la víctima, por lo que no está limitada únicamente al acceso a los servicios
contemplados en el plan obligatorio de salud, sino que debe proporcionarle todos los
cuidados que requieran sin poder excusarse en que estos no hacen parte del plan
obligatorio.

En esta sentencia, la Corte: - Reitera la existencia de un derecho fundamental derivado de la


posibilidad de interrumpir voluntariamente un embarazo bajo el marco de las causales previstas
por la Sentencia C – 355 de 2006. - Afirma que desde la sentencia C-355 de 2006 se estableció para
las EPS la obligación de contar en su red con prestadores capacitados para la realización del aborto
en las condiciones delineadas en la jurisprudencia, y que la sentencia T-209 de 2008 fue clara en
señalar que las EPS “deben tener de antemano claro, y definida la lista correspondiente, que
profesionales de la salud y en que IPS se encuentran, están habilitados para practicar el
procedimiento de IVE, a fin de que el transcurso del tiempo no haga ineficaces los derechos
fundamentales de las mujeres”
Resumen
La sentencia T-301 de 2016 analiza el caso de una mujer que solicita la interrupción
de su embarazo en semana 27 por la afectación emocional y el riesgo para su salud
mental tal y como lo confirmó la valoración psiquiátrica, precipitados por el
diagnóstico de hidrocefalia fetal. El servicio le fue negado en el Hospital San José
por “limitaciones técnicas” al ser necesario un procedimiento de feticidio previo,
dada la edad gestacional, por lo cual fue redireccionada a su EPS, Saludcoop, que
a su vez aseguró no haber encontrado ningún prestador de este servicio, por lo que
la paciente se vio obligada a continuar su embarazo y dar a luz.
En su análisis, la Corte Constitucional identifica la actuación de Saludcoop como
inoportuna e inadecuada ya que “…arriesgó la salud y la vida de la paciente al cesar
su atención y eludir un manejo directo de su situación”. Ante el hecho de que el
embarazo se encontrara en una etapa avanzada y ante la ausencia de un prestador
dispuesto, la Corte añadió: “…que uno de los prestadores de la red no estuviera en
capacidad de realizar el procedimiento requerido, no es excusa válida para relevar
a la entidad de su deber de realizar el procedimiento cuando se reúnan los requisitos
de la sentencia C -355 de 2066, así como tampoco de tener previamente
identificados los prestadores para atender abortos en etapas iniciales o tempranas
del embarazo y también en etapas avanzadas, teniendo en cuenta los protocolos
adecuados científicamente a cada uno de los escenarios”
Por la vulneración del derecho a la IVE como consecuencia de una acción clara y
arbitraria de su EPS, la Corte Constitucional conminó a la misma a indemnizar a la
afectada por los perjuicios causados, en especial el daño ocasionado a su salud
mental.

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