Del matonaje al bullying

El papel de los medios de masas en la constitución de

la violencia escolar como realidad cotidiana en Chile1
Fernando A. Valenzuela
Universidad Andrés Bello
Claudio Ramos Zincke
Universidad Alberto Hurtado

Introducción

La palabra bullying, hoy de uso habitual en Chile, hizo su primera

aparición en el periódico El Mercurio de Santiago recién en 2001. 2 Esto
no quiere decir que el bullying no haya existido con anterioridad como
forma de conducta social. Sabemos al menos que las burlas y el matona-
je eran vistos como fenómenos que pertenecían naturalmente al ámbito
escolar. Pero en la primera década del siglo XXI emergió el bullying como
una nueva realidad cotidiana: como un modo de violencia escolar que ha
de ser medido y gestionado por una diversidad de actores dentro y fuera
de las comunidades educativas. El bullying no reemplazó el matonaje,
pues no es identificable con él: no solo es más específico como manera de
conducta violenta, sino que es señalado como un problema social urgen-
te que ha de ser monitoreado e intervenido. En el periódico El Mercurio

1. Este artículo ha sido realizado como parte del proyecto Fondecyt N°

1121124. Versiones previas de este texto fueron presentadas en el seminario:
“Cómo las ciencias sociales moldean la realidad que vivimos”, Universidad Alber-
to Hurtado, Santiago, Chile, 16 de enero de 2015, y en la conferencia: “Desa-
rrollos contemporáneos sobre medios y sociedad en Argentina y América Latina”,
Universidad de San Andrés, Buenos Aires, Argentina, 27 de noviembre de 2015.
2. Utilizamos este medio, uno de los más prestigiosos en el país, porque su
buscador en línea incluye ediciones desde el 1º de agosto de 1999, fecha anterior
a la incluida por las colecciones en línea de cualquier otro medio impreso en
Chile. Las colecciones en línea de los periódicos Las Últimas Noticias y EMOL
también incluyen ediciones anteriores a 2004, pero ninguna publicación anterior
a esa fecha incluye la palabra bullying en cualquiera de sus versiones.
84 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
observamos que entre los años 2000 y 2014, mientras la cantidad de
publicaciones referidas al matonaje escolar se mantuvo relativamente
estable, las referencias al bullying se multiplicaron hasta alcanzar la cen-
tena. En la primera década del siglo XXI emergió el bullying en Chile
como una nueva realidad social.
La trayectoria del bullying en la prensa escrita en Chile da cuenta del
papel clave que los medios de comunicación de masas jugaron en su
emergencia como realidad compartida. En particular, la cercanía de los
primeros usos de la palabra bullying en este medio con las controversias
altamente mediatizadas en torno a la masacre de Columbine High School
en 1999 –la cual se atribuyó tempranamente a experiencias de bullying,
entre otros factores (véanse por ejemplo Brown y Merritt, 2002; Cullen,
2010)–, hace razonable pensar que la importación pudo haber sido ini-
ciada por los mismos medios. Sin embargo, ninguna de las noticias que
cubrieron este caso en El Mercurio hizo referencia al bullying: este no
existía aún como realidad identificable. Esto sugiere que la aparición del
bullying en la prensa escrita en Chile no respondió directamente a su
circulación mediática internacional, sino al entrelazamiento de las ope-
raciones de los medios masivos con otras esferas de la vida social.
Como han señalado Pablo Boczkowski y Leah Lievrouw (2007), los
estudios sobre medios de comunicación se pueden beneficiar del diálogo
con trabajos realizados en el área de los estudios sociales de la ciencia y
la tecnología. En este capítulo seguimos esta propuesta, explorando de
qué manera la prensa escrita pudo contribuir a la emergencia del bullying
como realidad cotidiana en Chile gracias a su participación en redes
heterogéneas que entrelazan comunicaciones mediáticas con operaciones
legales, políticas, científicas y educativas. Pondremos énfasis en los efec-
tos performativos de estas redes, comprendidas como agenciamientos
sociotécnicos (Callon, 2007; MacKenzie, 2006): en su capacidad para
construir realidades y no solo referir a ellas. En este sentido, la emergen-
cia del bullying como objeto de atención en Chile se debe a la emergencia
de un agenciamiento sociotécnico particular, el cual opera como infraes-
tructura sociomaterial de los medios de masas. Su historia es la historia
de esta red.
En este sentido analizaremos cuatro momentos claves en la historia
del bullying en Chile, cada uno de los cuales enfatiza de manera distinta
cómo los medios adquieren eficacia performativa en su entrelazamiento
con operaciones heterogéneas. a) Los primeros usos de la noción de
bullying en Chile siguieron la vinculación de las noticias y los reportajes
de la prensa escrita con las investigaciones que realizaban académicos de
las humanidades y las ciencias sociales como parte de redes internacio-
Del matonaje al bullying 85
nales, las cuales operaron como la principal vía de difusión de este obje-
to social. b) Una serie de encuestas sobre violencia escolar contribuyó a
dar forma al bullying como problema social en los medios de masas. Ello
redundó en la generación de una Ley Sobre Violencia Escolar (LSVE),
que entró en vigencia en el año 2012. Esta ley ha tenido dos efectos prin-
cipales. c) Por una parte ha obligado a las comunidades educativas a
establecer procedimientos formales de identificación y sanción del
bullying. d) Por otra parte ha establecido un sistema de denuncias públi-
cas a través de una Superintendencia de Educación, permitiendo fiscali-
zación estatal y cuantificación, con el consiguiente efecto de publicidad
medial.
Postulamos que cada uno de estos cuatro factores hace una diferencia
específica en el agenciamiento sociomaterial que performa al bullying en
Chile, por lo que la ausencia de cualquiera de ellos implicaría probable-
mente una modificación en la trayectoria de este objeto. Pero ello no
implica que estos cuatro factores sean suficientes para lograr dicho efec-
to performativo: los hemos seleccionado porque ellos permiten compren-
der de mejor manera la participación de los medios de comunicación de
masas en este agenciamiento particular, y en consecuencia su análisis
brinda una oportunidad para explorar cómo los medios adquieren efica-
cia performativa. La red de actores humanos y no humanos involucrados
en este proceso es mucho más compleja que lo que podemos presentar
aquí. Podemos destacar, entre otros elementos que hemos debido dejar
de lado en el presente capítulo, la proliferación de programas de inter-
vención escolar y el uso de la prueba SIMCE como mecanismo de control
de las comunidades académicas.
Este capítulo se estructura en cuatro secciones. Una primera sección
presenta de manera esquemática el marco teórico que orienta nuestras
indagaciones. Una segunda sección presenta en detalle la evolución de las
publicaciones sobre matonaje y bullying en un medio de la prensa escrita
en Chile: el periódico El Mercurio de Santiago. La tercera sección desa-
rrolla un análisis de cada uno de los cuatro momentos antes señalados,
con el objetivo de explicar esa evolución por alusión a la infraestructura
sociomaterial de los medios de comunicación. Una cuarta sección resume
las principales conclusiones.
Performación del bullying en agenciamientos sociotécnicos
Exploraremos cómo los medios de masas adquirieron eficacia perfor-
mativa en la construcción del bullying como objeto de preocupación
86 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
pública y de regulación en Chile en la primera década y media del siglo
XXI, gracias a su entrelazamiento con actores y operaciones de diverso
tipo como parte de agenciamientos sociotécnicos. De esta manera, este
estudio está en continuidad con la propuesta de Pablo Boczkowski y Leah
Lievrouw (2007), en la medida en que busca establecer puentes entre los
estudios de la comunicación y los estudios sociales de la ciencia y la tec-
nología.
En el sentido de la teoría del actor-red (Latour, 2008), y particular-
mente del trabajo de Michel Callon (2007) y Donald MacKenzie (2006)
sobre la performatividad de la economía, proponemos que los medios
masivos de comunicación adquieren eficacia performativa como parte de
agenciamientos sociotécnicos. Es decir que la emergencia del bullying
como realidad respondió a la participación de los medios en ensamblajes
o redes de actores heterogéneos: no solo arreglos materiales –lo que sugie-
re la exterioridad de actores humanos– sino agenciamientos de actores
humanos y no humanos, que incluyen las afirmaciones que los describen.
Esto último es central para constituir nuestro problema de referencia,
pues nos interesa comprender la relación entre una serie de afirmaciones
acerca de cómo opera el mundo –afirmaciones sobre una forma de con-
vivencia o de violencia que se lleva a cabo al interior de comunidades
escolares– y el agenciamiento sociomaterial que no solo posibilita su
selección como un tema de comunicaciones en los medios masivos de
comunicación, sino que constituye a los mismos objetos a los cuales ellas
se refieren: esto es, el bullying. De ahí que nos preguntemos por cómo se
alcanza la eficacia performativa de las operaciones mediáticas, y que
dirijamos nuestra indagación hacia las redes (agenciamientos sociotécni-
cos) en las cuales tanto las afirmaciones como los medios participan, y
que incluyen más allá una heterogeneidad de actores humanos y no huma-
nos: redes de individuos, equipamientos e instrumentos, organizaciones,
y textos (Ramos Zincke, 2012, 2014).
Como señalan Boczkowski y Lievrouw (2007), este cruce entre los
estudios sociales de ciencia y tecnología y los estudios de la comunicación
permite replantear las relaciones entre tecnologías de los medios y de la
información, sociedad y cultura. En particular, la distinción entre una
dimensión institucional y una dimensión simbólica queda en entredicho.
Boczkowski y Lievrouw (2007) destacan que las tecnologías de los
medios y de la información (media and information technologies) se
caracterizan por una relación íntima entre una dimensión material (o
infraestructural), y una dimensión simbólica. De un lado, los medios
participan de extensas redes de objetos materiales que suelen ser invisi-
bilizados: repisas, cables, líneas telefónicas, computadores, etc. Aún más,
Del matonaje al bullying 87
en la dimensión infraestructural se pueden incluir estructuras institucio-
nales de diverso tipo –así en los sistemas institucionales de los medios de
comunicación, en la teoría de George Gerbner (Gerbner, 1966; Morgan
y Shanahan, 2010). En referencia a esta dimensión, la noción de agencia-
miento sociotécnico antes descrita permite ir más allá y dar cuenta de la
participación de actores humanos no como meros usuarios de estas tec-
nologías, sino como parte de estas mismas redes.
Del otro lado, Boczkowski y Lievrouw (2007) enfatizan la dimensión
simbólica que es característica de estas tecnologías, y que complementa
la anterior: “Las tecnologías de los medios y la información no son solo
artefactos en el sentido material sino que son además medios para crear,
circular, y apropiarse de significados” (p. 955) . En este sentido hemos
señalado que el bullying emerge como una realidad que tiene una dimen-
sión simbólica, lo que puede ser observado en noticias y reportajes de la
prensa escrita. Ahora bien, en el programa teórico antes trazado, esta
dimensión simbólica de los medios –los sistemas de mensajes de George
Gerbner (Gerbner, 1966; Morgan y Shanahan, 2010)– no es escindida de
la “dimensión infraestructural”. Como se ha señalado, los agenciamien-
tos sociotécnicos incluyen sus propias descripciones: las instrucciones
para usar las tecnologías no son independientes de las tecnologías, sino
que son parte de su mismo mundo. En nuestro caso, las comunicaciones
mediáticas sobre el bullying forman parte de una nueva realidad –un
nuevo agenciamiento sociotécnico– en la que este ha emergido y se ha
estabilizado como parte de la experiencia cotidiana. Los actores humanos,
la infraestructura material e institucional en que despliegan sus acciones
(y con la cual interactúan), y los sistemas simbólicos y de sentido que son
creados, circulados y apropiados en interacción con las tecnologías de los
medios y de información, constituyen totalidades, agenciamientos socio-
técnicos o redes de actores humanos y no humanos, cada uno de cuyos
nodos es a su vez una red (comúnmente invisibilizada) de actores (Callon,
2012). Es en este sentido que nos interesa explorar la historia del bullying
en Chile como la historia de un agenciamiento sociotécnico particular.
Matonaje y bullying en la prensa en Chile
Podemos adentrarnos en la historia del bullying, como objeto que es
habilitado por un agenciamiento sociotécnico particular, siguiendo su
inclusión en publicaciones de la prensa escrita. Su emergencia se observa
con mayor claridad sobre el trasfondo de los usos de la noción de mato-
naje, de más larga data.
88 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke Del matonaje al bullying 89

Para ello revisaremos la historia reciente de estas dos palabras, “matón” TABLA 1
y “bully”, en el periódico El Mercurio de Santiago, Chile. Escogimos este
periódico impreso porque, además de ser uno de los más influyentes en Palabra clave Resultados Resultados Referencia al
el país, tiene una de las colecciones digitales más antiguas, incluyendo totales relevantes ámbito escolar
desde la edición del 1º de agosto de 1999. Cubre así todo el período en el maton* 963 788 189
cual emergió y se estabilizó la noción de bullying en Chile. Para poder
*bully* 760 632 474
comparar anualmente, incluimos aquí los resultados que corresponden
al período que va desde el 1º de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2014. bullying 655 569 418
Consideramos todo el contenido no publicitario de cada edición, inclu-
bulling 20 10 5
yendo sus suplementos: noticias, editoriales, cartas al editor, caricaturas
y reportajes. TOTAL 2.398 1.999 1.086
La colección en línea de este periódico puede ser filtrada usando un
motor de búsqueda disponible a través de Internet (<www.buscador.emol. Resultados del buscador <www.buscador.emol.cl/emol> para cada palabra clave,
com>). Para reconstruir la historia reciente de ambas nociones filtramos para el periódico El Mercurio en el período 2000-2014. Elaboración propia.
esta colección utilizando cuatro términos: maton*, bullying, bulling,
*bully*. El asterisco permite conocer variaciones de las palabras señala-
das. En el caso de maton*, se obtiene un listado de noticias que incluyen 10 por ciento y un 17 por ciento entre 2000 y 2005. Aquella porción
las palabras matón/a, matones/as, matoncillo/a, matonaje, matonesco/a aumentó en años posteriores, significando entre un 25 por ciento y un 50
y matonezco/a, entre otras. En el caso de *bully*, se incluyen resultados por ciento del total (2010). En términos generales, en este gráfico se
que contienen las palabras bully, bullying, ciberbullying, y antibullying, observa que desde el inicio del período se hace referencia al matonaje
entre otras. escolar, si bien su frecuencia es relativamente baja. Es decir que, si bien
Los resultados obtenidos fueron revisados individualmente aplicando formaba parte de la representación de la realidad social recreada por este
tres criterios. Los dos primeros son criterios de relevancia. En primer
lugar se consideraron solo resultados únicos, desechándose la presencia
de estas palabras claves en índices o en portadas cuando las noticias GRÁFICO 1
aludidas eran desarrolladas en extenso en otras secciones de la misma 70
edición. Se consideraron, por lo tanto, solo entradas únicas. En segundo
60
lugar se desecharon todas aquellas publicaciones que utilizaban los tér-
minos clave como parte de nombres propios (de personas, caballos, u 50
otros) o títulos (de libros, películas, u otros), sin incluir una referencia
40
explícita al fenómeno en cuestión. Los resultados relevantes, es decir
aquellos que no fueron desechados en esta etapa, fueron registrados en 30
una hoja de cálculo. En ese momento se distinguió entre aquellas noticias
20
que usaban estos términos en referencia al ámbito escolar y las que no.
La tabla 1 resume los resultados obtenidos. 10
El gráfico 1 muestra los resultados de la búsqueda maton*. A lo largo
0
de este período la cantidad de publicaciones que usan palabras derivadas 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

de “matón” se mantiene relativamente estable, sumando entre 40 y 70 Matonaje no escolar 46 59 34 44 44 55 39 43 21 33 34 39 36 30 42

Matonaje escolar 5 4 7 9 6 8 14 18 11 19 34 13 13 19 9
publicaciones anuales. El año 2008 es el único que está por debajo de este
nivel, con 32 publicaciones. Al inicio del período una porción muy redu- Frecuencia de noticias publicadas en El Mercurio entre 2000 y 2014 que hacen
cida de estas publicaciones hacía referencia al ámbito escolar: entre un referencia al “matonaje”, según referencia al ámbito escolar. Elaboración propia.
90 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke Del matonaje al bullying 91

medio, rara vez era un tema relevante. Su relevancia aumentó desde 2006,
y encontró su mayor frecuencia en 2010, cuando sumó 34 publicaciones.
El gráfico 2 muestra los resultados agregados de las búsquedas por
palabras clave *bully*, bullying y bulling. En ella se observa cuándo la
noción de bullying comenzó a usarse regularmente en este medio. Entre
los años 2001 y 2002 dos publicaciones hicieron referencia al bullying
como una forma de violencia que se lleva a cabo en el ámbito laboral. Las
pocas publicaciones de los años 2001 y 2002 que aluden al ámbito esco-
lar hacen referencia a la película norteamericana Bully, dirigida por Larry
Clark y estrenada en 2001. Si bien estas publicaciones dan cuenta de que
la película hace referencia a la violencia escolar (y por ello ha sido con-
tada como una publicación relevante según los criterios antes descritos),
no identifican esta forma de violencia con el matonaje ni usan la palabra
bullying. Recién en una noticia del 8 de diciembre de 2004 se habló de
bullying en referencia a una forma de intimidación que tenía lugar en las
escuelas (Elgueda, 2004). A partir de entonces la noción de bullying se
volvió lugar común. El año 2012 concentró la mayor cantidad de publi-
caciones que ocupan la noción de bullying, con un total de 136. El año
siguiente se alcanzó el peak de publicaciones que ocupan esta noción en
referencia al ámbito escolar, con un total de 99. Todo hace pensar que,
pese a algunas bajadas cíclicas, la tendencia se mantendrá en ascenso.
La distinción entre las publicaciones que se refieren al ámbito escolar
y las que no durante este período permite observar una importante dife-
rencia entre esta nueva noción de bullying y el viejo matonaje. A diferen-
cia de la noción de matonaje, la de bullying hace referencia
predominantemente al ámbito escolar. Mientras que en el caso del mato-
naje los textos hacen explícita su referencia a este ámbito (incluyendo
expresiones tales como “matón del curso” o “matonaje escolar”), la expre-
sión “bullying escolar” es redundante. En este caso las publicaciones
suelen hacer explícita su referencia a ámbitos distintos al escolar, usando
expresiones como “bullying político” o “bullying mediático”.
El gráfico 3 muestra la frecuencia de publicaciones que hacen referen-
cia al ámbito escolar, distinguiendo entre el matonaje (resultados a la
búsqueda maton*) y el bullying (resultados únicos y relevantes a las bús-
quedas *bully*, bullying y bulling). En este gráfico se distinguen también
las publicaciones que incluyen ambas nociones (“AND”).
Este tercer gráfico muestra que la palabra bullying no vino a reemplazar
la palabra “matonaje”. Excluyendo las publicaciones que utilizan ambas
nociones, la frecuencia de las publicaciones que se refieren al matonaje
escolar se mantuvo mayormente estable durante todo el período. Con la
excepción del año 2010, cada año ellas no han superado la decena. Las que
solo se refieren al bullying escolar, en cambio, se volvieron cada vez más
frecuentes, hasta acercarse al centenar en 2013. La importante cantidad de
publicaciones que usa ambas expresiones sugiere que, efectivamente, ellas

GRÁFICO 2 GRÁFICO 3
120 100
90
100 80
70
80
60
50
60
40
40 30
20
20 10
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Bulling escolar 0 2 2 0 1 2 2 17 9 35 59 53 85 90 58

Bulling escolar 0 2 2 0 1 4 7 27 17 49 69 61 92 99 61 And 0 0 0 0 0 2 5 10 8 14 10 8 7 9 3

Bulling no escolar 0 1 1 0 0 0 0 2 0 5 14 30 44 35 33 Matonaje escolar 5 4 7 9 6 6 9 8 3 5 24 5 6 10 6

Frecuencia de noticias publicadas en El Mercurio entre 2000 y 2014 que hacen Noticias publicadas en El Mercurio entre 2000 y 2014 que hacen referencia al
referencia al “bullying”, según referencia al ámbito escolar. Elaboración propia. “matonaje escolar” y/o al “bullying (escolar)”.
92 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
pueden referirse al mismo fenómeno. Por otra parte, es muy claro que el
uso de la noción de bullying no vino a reemplazar, en este medio de comu-
nicación, el uso de la vieja noción de matonaje. Más bien se le añadió. Y
esto ocurrió de tal manera que dejó en la sombra al matonaje.
Algo a lo que ya nos hemos referido permite concluir este punto.
Mientras que el matonaje es minoritariamente escolar, el bullying lo es
mayoritariamente. La noción de bullying hace referencia al mismo fenó-
meno de matonaje escolar, cuando este ha cambiado de manera radical.
En lo que sigue intentaremos explicar esta paradoja, observando una
arista del cambio que ha experimentado este fenómeno con la emergencia
del bullying. Es evidente que al menos ha cobrado una relevancia en este
medio que antes no tenía. Pero este cambio no ha sido fortuito, sino que
correspondió a un proceso a lo largo del cual esta forma de violencia
escolar se ha constituido en un objeto que es medido e intervenido reflexi-
vamente por una diversidad de actores, incluyendo al Estado en una
posición prominente. La historia del bullying no es la de una forma de
comportamiento violento, ni la de una mera expresión lingüística; es la
historia de un agenciamiento sociotécnico que lo constituye.
Bullying y su agenciamiento sociotécnico
La historia del bullying en Chile puede ser reconstruida como la his-
toria de tal agenciamiento sociotécnico. No es posible detenerse en los
detalles de esta infraestructura sociomaterial que lleva a constituir el
bullying como realidad compartida en Chile. Nos concentraremos más
bien en cuatro momentos claves de la historia de su agenciamiento, cada
uno de los cuales permite comprender de mejor manera el papel desem-
peñado por los medios de masas en la configuración del bullying como
parte de la realidad cotidiana en este país. Postulamos que si bien cada
uno de estos factores hace una diferencia específica en el agenciamiento
sociomaterial que performa al bullying, los medios de comunicación masi-
va desempeñan un rol decisivo: a) La constitución de redes académicas
internacionales; b) La realización y publicación de encuestas sobre vio-
lencia escolar; c) El establecimiento de procedimientos formales de iden-
tificación y sanción del bullying en respuesta a la publicación de una Ley
Sobre Violencia Escolar (LSVE); d) La consiguiente instalación de un
sistema de fiscalización centrado en la Superintendencia de Educación.
Cada uno de estos elementos echa luz sobre el papel desempeñado por
los medios de masas en la configuración del bullying parte de la realidad
cotidiana en Chile. En el primero de ellos se observa que en el caso chi-
Del matonaje al bullying 93
leno el bullying no tuvo su origen en los medios de masas, sino que ellos
lograron constituir como tema de relevancia pública un objeto que reciben
de otras esferas. Este rol activo de los medios de masas se observa con
claridad en los siguientes tres elementos; es decir en relación con las
encuestas, con la publicación de la LSVE y en el rol fiscalizador de la
Superintendencia de Educación. Hemos dejado fuera de nuestro análisis
otros dos elementos que si bien son importantes en la extensión del fenó-
meno del bullying, no lo son para su constitución inicial: el desarrollo de
programas de intervención de la convivencia escolar y la inclusión de
indicadores de bullying en formularios anexos a la prueba SIMCE de
desempeño académico, y su uso por parte de la Agencia de Calidad de la
Educación para orientar procesos de cambio en los colegios.
Redes académicas
Contamos con rastros de un primer evento de importación de la noción
de bullying, que posiblemente sea la primera en Chile. Entre 1996 y 1998,
Abraham Magendzo y Patricio Donoso, alojados en el Programa Inter-
disciplinario de Investigación en Educación (PIIE), llevaron a cabo una
investigación sobre los mecanismos de discriminación social y cultural
que operaban en las escuelas (Fondecyt Nº 196095). En su informe de
investigación, publicado en el 2000, ellos señalan haber reconocido una
forma peculiar de discriminación, que originalmente conceptualizaron
en términos de una “construcción del sujeto intimidado”. Según obser-
varan en retrospectiva en un informe de 2004, “esta se relacionaba con
acciones de ‘separar’, ‘no considerar al otro’, ‘molestar’, ‘poner sobrenom-
bres’, ‘marcar’ (negativamente), ‘hacer bromas’ y ‘comparar’” (Magend-
zo, Toledo, y Rosenfeld, 2004: 11). Según los mismos autores señalan,
entre 1998 y 1999, miembros del equipo de investigación realizaron una
estadía en la Universidad de Massachusetts para continuar su revisión
bibliográfica sobre formas de discriminación escolar. Fue allí que, tras
sostener algunas discusiones con el profesor Ervin Staub, 3 los chilenos
notaron que aquello que habían conceptualizado en términos de una
“construcción del sujeto intimidado” coincidía con la forma de relación
3. Ervin Staub es profesor emérito en la Universidad de Massachusetts,
Amherst. Tiene una reconocida trayectoria de investigación y publicación sobre
violencia en niños y adultos. Fundó un programa doctoral en Psicología de la Paz
y la Violencia (<www.ervinstaub.com>).
94 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
social que hace ya treinta años la literatura internacional denominaba
“bullying” y “mobbing”. Magendzo y Donoso ofrecen un testimonio de
este descubrimiento:
Durante la estadía en la Universidad de Massachusetts se identificó el
fenómeno del matonaje u hostigamiento (bulling) [sic], gracias al contacto
que se sostuvo con el profesor Erwin Staub [sic] del Departamento de Psico-
logía Social. Este fenómeno se revela como elemento central del proceso de
discriminación escolar, en el cual grupos de alumnos proceden a hostigar y
acosar, por razones muy diversas, a cierto tipo de estudiantes y se reveló como
presente en nuestra investigación (Magendzo y Donoso, 2000: 7).
A falta de una traducción literal de “bullying” y de “mobbing” en
español, los autores optaron en su informe del 2000 por las palabras
“matonaje” y “hostigamiento”, privilegiando la primera de estas. Sin
embargo, ellos mismos notaban que debía distinguirse entre el viejo mato-
naje y esta nueva forma de discriminación que encontraban definida en
textos de Anatol Pikas y Dan Olweus: “Nos referimos a la discriminación
que se ejerce grupalmente contra algún miembro de la comunidad escolar
excluyéndolo de la convivencia grupal” (Donoso, 2000: 133). En un
nuevo libro de 2004 usaron los términos “intimidación” y “hostigamien-
to permanente” (Magendzo et al., 2004). En cualquiera de estas versiones,
el bullying finalmente había llegado a Chile.
Al notar que esta forma de relación social violenta había sido del todo
“invisible” en Chile, Magendzo y su equipo asumieron la misión de visi-
bilizarla, de orientar programas de política pública hacia ella, y de guiar
su intervención en las escuelas. Con este objetivo, publicaron revisiones
de la literatura internacional, generaron versiones simplificadas de mode-
los de intervención que habían sido desarrollados en el extranjero, y lle-
varon a cabo una activa labor de difusión a través de libros, páginas de
Internet, y seminarios, conscientes de que el factor esencial sería la gene-
ración de voluntad política:
Sin embargo, lo más importante para abordar la problemática de la inti-
midación en las escuelas es la decisión política de hacerlo. Esperamos que este
texto contribuya a tomar esta decisión sobre la base de un conocimiento más
acabado de la intimidación, de una mayor comprensión de las vivencias de los
que la experimentan y la sufren en carne propia y con la comprensión de los
programas, métodos y procedimientos de atención de la intimidación que se
han desarrollado en otros lugares del mundo (Magendzo et al., 2004: 13).
Para generar aquella voluntad política, que terminó tomando forma
en la publicación de una Ley Sobre Violencia Escolar en 2011, fue crucial
Del matonaje al bullying 95
construir una imagen del fenómeno que pudiera ser transportado a través
de los medios masivos de comunicación. El 8 de diciembre de 2004 el
periódico El Mercurio dedicó una noticia al texto de Magendzo, Toledo
y Rossenfeld de 2004 (Elgueda, 2004). No solo se trata de la primera
referencia al bullying como fenómeno que pertenece al ámbito escolar,
sino que es la primera en aventurar las dimensiones del fenómeno: “Una
investigación define y da pautas para enfrentar un fenómeno que afecta
al 15 por ciento de los niños en el colegio”. En ello observamos la reifi-
cación de constructos sociales por medio de desmodalizaciones (Latour
y Woolgar, 1986): no se dice en el periódico que en el estudio citado aquel
15 por ciento carece de referencias a datos empíricos, y que corresponde
más bien a una referencia general a lo que se menciona en la literatura
internacional, sin identificar la fuente precisa: “Algunos estudios muestran
que un porcentaje no despreciable de estudiantes, cercano al 15 por cien-
to, ha sido intimidado alguna vez o ha presenciado situaciones de intimi-
dación” (Magendzo et al., 2004: 7). Ya que no se contaba aún con una
cifra asentada en instrumentos de medición aplicados en Chile, estos
autores habían debido aludir a la literatura internacional. Su inserción en
la prensa escrita toma su argumento y retira las modalidades por medio
de las cuales se hacía referencia a limitaciones de los datos. De tal modo,
la prensa lograba imprimir a este dato un acento de realidad. Como han
señalado Latour y Woolgar (1986), un hecho es un argumento sin moda-
lidades y sin rastros de sus autores. Eliminando modalidades, el objeto
referido gana un acento de realidad.
En todo ello observamos la necesidad de ofrecer en los medios de
masas una imagen del bullying como un objeto cuyas dimensiones lo
convierten en un tema de relevancia pública. En ello desempeñaron un
papel clave las encuestas sobre la violencia en el ámbito escolar.
Encuestas
Hacia finales de la década de 1990 se observa en Chile un fuerte desplie-
gue mediático en torno a problemas de violencia escolar. Según ha señalado
Pamela Aravena Bolívar, las primeras noticias sobre este fenómeno en Chile
datan de 1997. Desde entonces, “cada año se conocen al menos dos casos
que conmueven a la ciudadanía” (Aravena Bolívar, 2000). Desde luego, esto
no quiere decir que antes de ese año no hubiese violencia en el ámbito esco-
lar en Chile, sino que no se configuraba como hecho noticioso ni como un
objeto que podía ser dimensionado y gestionado rutinariamente.
La violencia escolar era una realidad mediática internacional. En el
96 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
periódico El Mercurio de Santiago, Chile, se publicaban noticias de even-
tos de este tipo ocurridos en Chile, Estados Unidos y Francia (Aravena
Bolívar, 2000; EFE, 1999, 2000; Firestone, 1999; Gómez, 1999). Uno de
los casos más impactantes, la masacre de Columbine High School, data
de 1999. En el tratamiento de estos hechos se entendía por violencia
escolar, principalmente, un conjunto de conductas que atentaban contra
la seguridad física de los estudiantes y que fácilmente podían ser clasifi-
cadas como conductas delictuales. Curiosamente, aun cuando en los
medios internacionales se mencionaba al bullying como una posible cau-
sa de estos hechos de extrema violencia escolar, esta noción no fue impor-
tada por los medios nacionales hasta varios años después, respondiendo
a la publicación de los textos de Magendzo y Donoso.
En este contexto, una serie de encuestas sobre violencia escolar cola-
boró a dar forma al bullying como problema social en el trasfondo de
realidad que construyen los medios masivos de comunicación. Ello resul-
ta claro en dos noticias publicadas en 2006, en las cuales se enmarca el
suicidio de Pamela Pizarro, estudiante de 13 años del colegio Javiera
Carrera de Iquique, como resultado de bullying. Este fue el primer hecho
noticioso en ser configurado en forma referencial de este modo en este
medio. Es propiamente, por lo tanto, el primer hecho de bullying obser-
vado por él. En este medio la categoría de bullying deja entonces de ser
un término técnico ajeno (propio de esferas académicas) y pasa a formar
parte de los objetos que pueden ser señalados en el mundo.
La primera noticia publicada al respecto en El Mercurio data del
martes 28 de noviembre de 2006 y se tituló “Caso de Iquique abre deba-
te. Un brusco cambio de conducta en un niño puede ser síntoma de mato-
naje escolar” (Disegni y Torres, 2006). Se trata de una nota de reflexión
sobre un hecho que ya ha sido noticia, pues el suicidio había ocurrido el
23 de noviembre: “El caso de la escolar Pamela Pizarro, de Iquique, que
la semana pasada se suicidó porque no soportaba las burlas de sus com-
pañeras, ha abierto el debate sobre el “bullying” o matonaje al interior
de los colegios”. El bullying es ya una realidad que es asumida como dada,
y de la cual se debaten características, causas, consecuencias y modos de
intervención.
Esta noticia no solo constata la aplicabilidad de la categoría “bullying”,
sino que establece su urgencia como problema social que debe ser inter-
venido. Esto lo hace por referencia a estudios de carácter científico social.
En ello fue de utilidad la primera de una serie de Encuestas de Violencia
en el Ámbito Escolar (ENVAE) que el Ministerio del Interior, en alianza
con el Ministerio de Educación, realizó en los años 2005, 2007 y 2009.
En aquella noticia de noviembre de 2006, la primera encuesta de esta
Del matonaje al bullying 97
serie permitió dimensionar el bullying como realidad en la opinión públi-
ca: “El fenómeno no es aislado. Según el Primer Estudio Nacional de
Violencia Escolar, realizado por el Ministerio del Interior en conjunto
con el de Educación y la Universidad Alberto Hurtado, el 44,7 por cien-
to de los alumnos ha sufrido algún tipo de agresión en la escuela y el 38,3
por ciento ha sido agredido por otro compañero”. Podemos ver nueva-
mente que se elimina la referencia a la construcción del dato por medio
de la aplicación de una pregunta en un cuestionario: el estudio no permi-
te afirmar victimización efectiva, sino solo declaración de victimización
por parte de una muestra representativa de una población. Tampoco se
trata de un indicador de victimización por bullying, sino por agresión en
general. Sin embargo, se le enmarca de tal manera que el dato funge como
índice de las dimensiones de matonaje y bullying. Si la desmodalización
logra, como hemos dicho, dar un acento de realidad al dato de bullying,
este enmarcamiento le otorga urgencia.
Una segunda noticia publicada por El Mercurio el 3 de diciembre de
2006 profundiza en este enmarcamiento del suicidio de Pamela Pizarro
causado por bullying: “Primera víctima fatal de la violencia escolar en
Chile: el último día en la vida de Pamela Pizarro” (Aravena, 2006). El
artículo es particularmente efectivo construyendo la categoría de bullying
como parte de la realidad cotidiana. Luego de presentar a Pamela Pizarro,
se detallan los comportamientos que serán luego categorizados:
Pamela les había dicho que era molestada en el colegio. Que había un
grupo de niñas de su curso y de otro octavo año que la hostigaban. Le tiraban
el pelo, le golpeaban la cara, la insultaban, la amenazaban, le advertían que
la ahogarían en el paseo de curso o que le romperían su vestido de graduación
[…] al final fue incapaz de soportar las burlas y las descalificaciones, que
incluso continuaron durante su velorio y entierro, con frases publicadas en
fotoblogs de Internet.
Se pasa luego a presentar el bullying como una categoría de análisis:
“Para que exista “bullying” es necesario que la víctima sufra agresiones,
hostigamientos, burlas o amenazas intencionadas por parte de un com-
pañero o un grupo, en forma sistemática y permanente en el tiempo”. El
artículo cierra con cifras que dan cuenta de las dimensiones de la violen-
cia escolar en Chile, sin señalar su fuente. Ellas provienen nuevamente de
resultados de la ENVAE 2005: casi la totalidad de los estudiantes eran
conscientes de las agresiones que recibía la mitad de ellos de parte de una
porción considerable de compañeros (cuatro de cada diez), incluyendo los
casos de bullying que sufría uno de cada diez; agresiones acerca de las
cuales las familias poco o nada sabían. Las graves consecuencias de estas
98 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke
agresiones ya no requerían elaboración, tratándose del suicidio de una
estudiante de 13 años. Se trataba entonces de un problema social urgen-
te que merecía la atención de las autoridades y la generación de planes
oficiales de acción.
Leyes
El año 2009 se presentó por primera vez una moción parlamentaria
para prevenir y sancionar el maltrato escolar, que no tuvo éxito. Una
segunda moción fue presentada el 2010, que explícitamente buscaba
prevenir y sancionar el bullying. Habiendo fracasado también aquella
segunda moción, el mismo año se presentó una tercera, cuya tramitación
llevó a la publicación de la Ley Sobre Violencia Escolar (LSVE) (N°
20.536) el 17 de septiembre de 2011. Esta ley entró en vigencia en el
año 2012.
En su tramitación se observa el papel decisivo que desempeñaron tan-
to las encuestas sobre violencia escolar y las comunicaciones de los medios
de masas. En las actas que fijan las controversias que surgieron durante
la tramitación de la LSVE no hay menciones a la ENVAE de 2009. En su
moción original (10/08/2010) sí se menciona, en cambio, que “según el
último Estudio de Violencia en el Ámbito Escolar (2008) [sic] realizado
por el Ministerio del Interior, el 10,7 por ciento de los estudiantes se
declaran víctimas de amenaza permanente y discriminación” (Biblioteca
del Congreso Nacional (Chile), 2011: 5). Es una referencia a un indicador
de bullying construido en la ENVAE de 2007, que reconoce como tal la
ocurrencia conjunta de victimización por “discriminación y rechazo” y
“amenaza u hostigamiento permanente”. Los datos de la ENVAE de 2007
no estaban solos en este nuevo escenario de controversias legales, sino
que participaban de un concierto de cifras: estudios de Fundación Paz
Ciudadana y de UNICEF, un ranking de países con agresiones de violen-
cia escolar producido por Naciones Unidas, denuncias de maltrato esco-
lar por MINEDUC. A estas cifras se sumaron casos que habían atraído
la atención de los medios masivos de comunicación, entre ellos el suicidio
de Pamela Pizarro.
Esta moción parlamentaria se presentó originalmente como un pro-
yecto de regulación de la violencia escolar, pero en el texto derivó rápi-
damente en un proyecto de regulación del bullying, entendido como
“acoso escolar”. Concretamente, el proyecto establece derechos y deberes
de los diversos miembros de la comunidad académica en relación con el
bullying, y propone la creación de dos actores: un Comité de Sana Con-
Del matonaje al bullying 99
vivencia Escolar y una tipología de las faltas a la convivencia escolar que,
formando parte del Reglamento Interno de cada establecimiento, debe
establecer las sanciones correspondientes a cada una. La creación y apli-
cación de esta sección del reglamento interno sería responsabilidad del
Comité de Sana Convivencia Escolar. Todo caso de bullying tendría que
ser denunciado por quien lo presencie, e informado a los apoderados. Si
estas definiciones no se respetaran, el establecimiento podría ser sancio-
nado con una multa en dinero, de hasta 50 UTM.4
De esta manera, la ley de Violencia Escolar obliga a los colegios a
gestionar activamente la convivencia escolar, incluyendo de manera explí-
cita la prevención y la sanción del bullying. La ley especifica los mecanis-
mos que cada colegio debe poner en marcha para hacer esto. Así, la ley
misma obliga a la visibilización del bullying y a su establecimiento como
un objeto que ha de ser rutinariamente monitoreado y gestionado por las
comunidades escolares, incluyendo actividades de socialización temprana
que lo hacen parte de la realidad cotidiana de los estudiantes desde la
más temprana escolarización.
Hemos visto que la referencia a objetos creados por los medios de
masas permitió justificar la relevancia de la moción parlamentaria que
derivaría en la LSVE. La operación de los medios en relación con este
proceso legislativo tiene otra faceta. Como observáramos en el gráfico 3,
este proceso legislativo fue acompañado por un primer peak en la canti-
dad de publicaciones que incluyeron referencias al matonaje escolar o al
bullying escolar en el periódico El Mercurio: 20 en 2008, 54 en 2009, y
93 en 2010. En el año 2011 se observa una leve baja (66). Un segundo
peak ocurre tras la entrada en vigencia de la LSVE, aumentando a 98
publicaciones en 2012 y a 109 en 2013. Desde luego, el proceso legisla-
tivo no solo fue acompañado de noticias sobre este objeto, sino que él
mismo fue una fuente de eventos noticiosos.
Fiscalización
La Superintendencia de Educación Escolar del Gobierno de Chile tie-
ne la misión de fiscalizar el cumplimiento de la normativa que regula el
funcionamiento de los establecimientos educacionales en Chile. Desde el
4. La UTM (Unidad Tributaria Mensual) es una unidad variable. En mayo
de 2015 equivale a 43.499 pesos chilenos, o a 72.99 dólares estadounidenses. La
multa puede ascender a US$ 3.649,50
100 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke Del matonaje al bullying 101

2012 ella vela por que los objetos y procedimientos establecidos en la la coordinación y ajuste recíproco de los múltiples y heterogéneos actan-
LSVE respecto a la convivencia escolar y al bullying existan y estén en tes involucrados.
operación. Para ello realiza fiscalizaciones regulares e investiga denuncias Paralela a ella se inicia una segunda vía: las denuncias recibidas por
informadas por cualquier miembro de las comunidades educativas, inclu- la superintendencia desde el 2008 son agregadas, generando una nueva
yendo denuncias por maltrato a estudiantes y discriminación. En sus versión del bullying. En el sitio en Internet de la superintendencia (<www.
instrumentos de observación vuelve a enactarse el bullying. supereduc.cl>) es posible generar reportes estadísticos por año, mes, terri-
Hasta el 2012, las denuncias de maltrato debían ser realizadas ante torio (total del país o región), y por materia, incluyendo “maltrato a
la Unidad de Atención Educacional del Ministerio de Educación. Desde estudiantes”. También es posible descargar reportes más detallados por
la creación de la Superintendencia de Educación, esta división es la encar- materia: por ejemplo, evolución de denuncias de maltrato escolar. La tabla
gada de recibir y procesar denuncias por incumplimientos a la normativa 2 muestra esa evolución, para el caso de maltrato de estudiantes, para el
escolar, siempre que dichos incumplimientos no sean constitutivos de período 2008-2014.
delito. La denuncia puede realizarse de manera presencial en la Dirección
Regional respectiva o a través de un sitio web (<www.denuncias.supere-
TABLA 2
duc.cl>).
El proceso de denuncia tiene dos componentes principales: de identifi-
Año 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 TOTAL
cación y de relato. Por una parte requiere que la conducta sea tipificada,
tanto en referencia al tipo de violencia (física o psicológica) como en refe- Denun-
1.813 2.030 3.508 4.465 4.320 4.408 3.952 24.496
rencia al estatus de las personas involucradas (entre alumnos o de adulto a cias
alumno, en el caso de maltrato a estudiantes). Al seleccionar cada alterna-
tiva en el canal web de denuncia se presentan descripciones detalladas suyas, Denuncias de maltrato de estudiantes 2008-2014. Elaboración propia en base a
incluyendo una definición de cuándo cada una puede corresponder a datos entregados por la Superintendencia de Educación.
bullying. Se sigue en ello la definición de acoso escolar de la LSVE. Por
otra parte, el denunciante debe construir un relato de los eventos ocurridos Estas estadísticas alimentan también noticias en los medios de masas,
a la luz de la clasificación provista. De este modo se genera una clasificación aunque en una modalidad distinta. La tabla 3 muestra, como ejemplo de
de la experiencia propia a la luz de este nuevo objeto.5 la salida a los medios de estas cifras de denuncias, los titulares de 7 noti-
A partir de este punto podemos seguir las denuncias recibidas en dos cias publicadas entre 2009 y 2013 en el periódico El Mercurio, en las
direcciones. Por una parte inician procesos de fiscalización: se recaba más cuales se alude a resultados entregados por este instrumento de medición.
información para decidir si la situación denunciada constituye una infrac- Al entregar datos agregados de la evolución del maltrato escolar, estas
ción a la normativa educacional, se inicia fiscalización, se inicia proceso estadísticas reemplazan la función que ocuparon las encuestas al inicio
administrativo, y se determinan sanciones. Llamemos a ésta la vía de del período –lo que puede ser la razón por la cual la serie de encuestas
fiscalización. Ella puede derivar en los medios de comunicación de masas realizada en 2005, 2007 y 2009 fue interrumpida hasta 2015. Si bien
en la forma de casos noticiosos, evidenciando nuevamente que el bullying estas noticias advierten que no todas estas denuncias corresponden nece-
existe como parte de un agenciamiento sociotécnico amplio: la noticia en sariamente a situaciones de bullying, ellas son sistemáticamente leídas a
este caso se fundamentará en que los colegios fracasaron en hacer ade- la luz de esta noción, constituyendo nuevas versiones de este objeto en los
cuadamente visible el bullying, o en que no pudieron gestionarlo del modo medios masivos de comunicación.
esperado. En cualquier caso, se acusa un fracaso en la realización del
bullying, en su “performación” por el mismo agenciamiento. Esto es, en
Conclusión

5. Un análisis más detallado del proceso de relato, aunque en casos de vio- En el análisis de la frecuencia de publicaciones que incluyen las pala-
lencia intrafamiliar, puede encontrarse en Valenzuela y Ramos Zincke (2015). bras “matonaje” o bullying en referencia al ámbito escolar en el periódi-
102 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke Del matonaje al bullying 103

TABLA 3 la trayectoria de este objeto, en los cuales los medios de comunicación

masiva desempeñaron un papel central: establecimiento de redes acadé-
Fecha Titular URL micas internacionales, realización de encuestas, elaboración de procedi-
18/03/2009 Denuncias de alumnos maltrata- http://diario.elmercurio.com/
mientos formales de identificación y sanción del bullying en respuesta a
dos por sus profesores crece un detalle/index.asp?id={f30608c1- la publicación de una ley sobre violencia escolar, y la puesta en marcha
40 por ciento en un año ee89-4c63-a05e-36500d21030f} de las labores de fiscalización de la superintendencia de educación. Es a
través de la complementación de estos procesos, facilitada por los medios
08/11/2009 Denuncias por maltratos entre http://diario.elmercurio.com/
alumnos se duplican en 2009 detalle/index.asp?id={f30608c1- de comunicación, que se logra la emergencia del bullying en la sociedad
ee89-4c63-a05e-36500d21030f} chilena. Un recorrido diferente de tales procesos o una combinación dife-
rente de ellos hubiera provocado variaciones en el efecto performativo.
19/04/2011 Casos de violencia escolar se http://diario.elmercurio.com/
duplican en primer trimestre detalle/index.asp?id={97b5d798- El bullying es una realidad contingente al dispositivo agencial que lo
2af4-46bf-9247-e16b6f363bad} constituye.
En cada uno de esos procesos hemos destacado el rol desempeñado
17/04/2012 Sólo en abril, Mineduc ha reci- http://diario.elmercurio.com/
bido 279 denuncias por maltrato detalle/index.asp?id={4ab81cc5-
por los medios de masas, los cuales contribuyeron a la constitución del
escolar 62b9-45fa-ad90-eacd46df3b27} bullying como un objeto que forma parte del trasfondo de realidad que
es asumido como estable por parte de diversos actores. En el caso chileno,
24/11/2012 Superintendencia ha recibido http://diario.elmercurio.com/
3.700 denuncias de maltrato en detalle/index.asp?id={720c5831-
el bullying no fue importado originalmente por los medios de masas: su
colegios en 2012 3d65-48b1-aca9-ab0a0c177e4a} llegada fue posibilitada por la conformación de redes académicas inter-
nacionales a fines de la década de 1990, las cuales posibilitaron que
03/04/2013 Superintendencia recibe 2.283 http://diario.elmercurio.com/
investigadores nacionales tuvieran acceso a la literatura que hace décadas
denuncias de maltrato y 191 de detalle/index.asp?id={c465f9d7-
abusos sexuales 61e4-48af-af95-1b55d9ea4e01} se acumulaba en torno a este objeto. Esta fuente proveyó a los medios un
modo de organización de la experiencia cotidiana novedosa en la forma
18/06/2013 Denuncias sobre maltrato esco- http://diario.elmercurio.com/
del matonaje escolar y del bullying. En la primera década de 2000 estas
lar han aumentado 25 por ciento detalle/index.asp?id={5128d11c-
respecto de 2012 743b-4d07-b4ff-8e1b44ab13fc} categorías se volvieron operativas en los medios de masas, orientando la
clasificación de eventos noticiosos. En ello fue clave la traducción que
Ejemplos de noticias publicadas en El Mercurio de Santiago, Chile, entre 2009 hicieron los medios de los resultados de las encuestas nacionales sobre
y 2013, que aluden a las cifras de denuncias de maltrato escolar. Elaboración violencia escolar. Por medio de estrategias de desmodalización, los medios
propia. utilizaron estos resultados para dimensionar el bullying y darle urgencia
como objeto de relevancia pública. En una siguiente etapa, todos estos
elementos sirvieron para justificar mociones parlamentarias que derivaron
co El Mercurio de Santiago, Chile, en el período 2000-2014, se observa en la promulgación de la Ley Sobre Violencia Escolar en 2011. Su proce-
que el uso de la noción de bullying no vino a reemplazar la vieja noción so de tramitación y posterior entrada en vigencia fue acompañado por
de matonaje. Más bien se le añadió. Y esto ocurrió de tal manera que dejó un peak en las publicaciones sobre bullying en el periódico que analiza-
en la sombra al matonaje. La noción de bullying hace referencia al mismo mos, constituyendo la misma tramitación una fuente de noticias. La pues-
fenómeno de matonaje escolar, cuando este ha cambiado de manera radi- ta en marcha de las prácticas de fiscalización de la Superintendencia de
cal: se ha constituido en un objeto que ha de ser rutinariamente monito- Educación constituyó también una fuente de hechos noticiosos al entregar
reado y gestionado por una multiplicidad de actores dentro y fuera de las rutinariamente estadísticas de denuncias de maltrato de estudiantes, las
comunidades escolares. Para comprender este proceso debe ponerse aten- cuales han servido en los medios de masas como índice de las cambiantes
ción al agenciamiento sociotécnico (Callon) dentro del cual se constituye dimensiones del bullying en Chile.
el bullying como objeto social. La historia del bullying es la historia de El objetivo de este capítulo ha sido explorar cómo los medios de masas
su agenciamiento. Aquí hemos destacado cuatro procesos que marcaron adquirieron eficacia performativa en la construcción del bullying como
104 Fernando A. Valenzuela y Claudio Ramos Zincke

objeto cotidiano en Chile en la primera década y media del siglo XXI, Chequeando a Chequeado
gracias a su entrelazamiento con actores y operaciones de diverso tipo
como parte de agenciamientos sociotécnicos. Hemos propuesto que la
historia del bullying en Chile puede ser reconstruida como la historia de
Reflexiones sobre la verificación del discurso público
su agenciamiento sociotécnico. En línea con la propuesta de Boczkowski en la Argentina polarizada
y Lievrouw (2007), nuestro análisis ha buscado establecer un puente entre
los estudios sociales de ciencia y tecnología, y los estudios de la comuni- Martín Becerra y Santiago Marino
cación. Universidad Nacional de Quilmes

Introducción

El trabajo explora variables que intervienen en el desarrollo de la

experiencia de la organización sin fines de lucro Chequeado-La Voz Públi-
ca a partir de su creación en 2009 y en el marco de otras experiencias
internacionales de verificación del discurso público, por un lado, y de
organizaciones que en el caso argentino postulan en el seno de la sociedad
civil una mayor apertura deliberativa y una mejora de las condiciones de
articulación democrática, por el otro.
El trabajo analiza la intervención en el espacio mediático del ejercicio
de verificación de dichos y datos proporcionados por protagonistas (polí-
ticos, económicos, sociales) de informaciones difundidas por los medios
de comunicación y reflexiona sobre el alcance e impacto de la experiencia.

El debate público en la Argentina

La Argentina es un país que se caracteriza por un debate público

vigoroso. La agenda política ampliada trasciende el ambiente del esta-
mento político profesional y de la intelectualidad interesada en temas de
gobierno. El desarrollo histórico de las industrias culturales y de los
medios de comunicación es destacado en comparación con otros países
latinoamericanos (Ford y Rivera, 1985). Esta dimensión de las industrias
culturales y los medios de comunicación es uno de los indicadores que
muestran una agenda política dinámica y socialmente extendida, toda
vez que se trata de los soportes de producción y circulación social a esca-
la masiva de los temas que nutren la agenda.