La actividad minera por pequeña que sea, siempre demanda infraestructura física tales como
campamentos, talleres, caminos, canales, túneles, plantas, equipos, maquinarias, derechos de agua,
etc., todo lo cual se traduce en un esfuerzo logístico cuya magnitud varía en función del tamaño de
la explotación. Esta necesidad ha sido prevista en todas nuestras leyes mineras con un mayor grado
de liberalidad o de restricción, dependiendo del momento político o económico del criterio del
legislador.
Examinemos, por lo tanto, el alcance de estos atributos adicionales, colaterales o accesorios del
concesionario, pero indispensables para el ejercicio de la industria minera. Su base legal está en el
Título Quinto del TUO señalando que todos estos atributos son comunes a todos los
concesionarios.
Actualmente, el artículo 66 de la Constitución de 1993 nos refiere que las tierras, recursos
naturales renovales y no renovables son patrimonios de la Nación y siendo este quien fije las
condiciones que las que se deba usar y su otorgamiento a particulares de acuerdo al segundo
párrafo de dicho artículo.
La Ley de tierras (Le N° 26505) incluye algunos cambios sobre el artículo 37 incisos 1 y 2, el cual
dispone que el uso de las tierras para uso minero y de hidrocarburos requiere acuerdo con el
propietario o la culminación del procedimiento de servidumbre estableciéndose una
indemnización para él.
2
Belaúnde Moreyra, Martín “Derecho minero y concesiones”, quinta edición Lima (2015) p.92
3. ibdem, p.95