Estamos ante Ti, para alabarte, bendecirte y adorarte, Tú nos has llamado, Señor, y hemos
respondido a esta llamada. Ayúdanos a apartarnos de todo lo que nos separa de Ti. Que el
tiempo que estemos aquí sea totalmente tuyo. Entra en nuestro corazón, habita en él. Danos
tu luz para que podamos alejarnos de las tinieblas y sepamos dónde está el bien. ¡Ven
Señor! ¡Ven a nuestro corazón! ¡Que no nos separemos nunca de Ti!
Canto
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar (sea por siempre bendito y alabado
jesus sacramentado 3 veces) (nos podemos sentar)
Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad.
Gracias, Padre mío, por Tu inmensa paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío, por Tu
inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí. La única recompensa que puedo darte en
retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.
Estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en tu
adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y entregarte
mi homenaje de alabanza y adoración.
Te amo, Señor, y es mi deseo amarte hasta el último respiro de mi vida. Te amo, Dios
infinitamente digno de amor, y prefiero morir amándote que vivir un solo instante sin amarte.
Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es la de amarte eternamente. Te amo, Dios mío,
y deseo el cielo solo por tener la felicidad de amarte perfectamente. Dios mío, si mi lengua no
puede decir en cada instante: te amo; que mi corazón te lo repita cada vez que respiro. Te
amo, divino Salvador, porque te han crucificado por mí y me tienes aquí crucificado por ti.
Dios mío, dame la gracia de morir amándote y sabiendo que te amo
cancion
LECTURA A DOS COROS.
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido
y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a
Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste
cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco.
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en
oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te encuentro, te llamo y no
respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no
gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús!
Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme
y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón,
cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra
en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza
para luchar y vencer.
No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al
fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo...
Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las
virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con
generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen,
fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que
no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado
con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido
triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del
mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.
Amén
Jesús, nosotros somos tan pobres, tan pequeños…, vemos tantas necesidades en el mundo y es tan
poco lo que podemos hacer... Pero Tú que lo puedes todo y nos amas tanto, sí que puedes darnos lo
que te pedimos, si lo pedimos con fe. Escúchanos, Señor, y haz lo que tu corazón te diga.
Queremos, sobre todo, hacer tu voluntad. Cada intención respondemos ESCUCHAME SEÑOR
1.- Por todos los niños y niñas que estamos ahora aquí, para que nunca nos separemos del Señor.
Roguemos al Señor.
2.- Por los que no conocen a Jesús, para que descubran que el Señor les quiere mucho. Roguemos
al Señor.
3.- Por nuestros padres, que nos han ayudado a conocer a Dios, para que vivan de tal modo que un
día puedan ir al Cielo. Roguemos al Señor.
4.- Por los niños que, después de haber recibido a Jesús, se han alejado de Él y ya no le quieren,
para que vuelvan. Roguemos al Señor
- Jesús nuestro, Tú nos has dado tantas cosas... Te damos gracias por todo lo que hemos recibido
de Ti, pero de una forma especial queremos darte las gracias por habernos dado por madre a tu
misma Madre, la Virgen María. Sabemos que yendo de su mano estamos seguros. Ella quiere
llevarnos al Cielo y lo hará si le dejamos que nos guíe. Por eso nos queremos consagrar a Ella,
meternos en su corazón, para que Ella nos proteja del mal.
Ahora pensamos en todas las cosas buenas que nos ha dado y le damos gracias. Unos minutos para
pensar.
UN NIÑO: Gracias, Jesús, por los árboles, el agua, el sol, la luna, las flores, los pájaros y toda la
creación.
TODOS: Gracias, Seño
UN NIÑO: Gracias, Jesús, por mi familia, mis abuelos, mis amigos, mis maestros, mis catequistas, mi
párroco y por todas las personas que se preocupan por mí.
TODOS: Gracias, Señor.
UN NIÑO: Gracias, Jesús, por mis manos, mis pies, mis piernas, mi nariz, por el don de la vida, por
crearme a tu imagen y semejanza.
TODOS: Gracias, Señor.
UN NIÑO: Gracias, Jesús, por querer quedarte entre nosotros en el Santísimo Sacramento del Altar.
TODOS: Gracias, Señor.
UN NIÑO: Gracias, Jesús, por amarnos tanto.
TODOS: Gracias, Señor.
UN NIÑO: Gracias, Jesús porque quieres vivir entre nosotros.
TODOS: Gracias, Señor.
Luz en nuestras tinieblas. Quédate con nosotros.
Fuerza en nuestra debilidad. Quédate con nosotros.
Consolador en nuestra aflicción. Quédate con nosotros.
Misericordia en nuestro pecado. Quédate con nosotros.
Paz en nuestra inquietud. Quédate con nosotros.
Esperanza en nuestro desaliento. Quédate con nosotros.
Canción
(Todos juntos)
Yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón por los que no creen, no esperan, no adoran y no
te aman.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
- Y para acabar este rato contigo, Jesús, queremos hacer una oración muy especial para consolarte,
para decirte que los niños, jóvenes y adultos queremos ser tuyos y que Tú seas nuestro amigo,
nuestro mejor amigo.