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HISTORICOS Y LEGENDARIOS

HUANACAURI

Mis padres me referían que en


lejanos tiempos vino del Collao, Ccolla
Ccápacc, en compañía de una hija,
trayendo gente y muchos ganados, quien
hizo muchas construcciones y
especialmente una acequia para conducir
agua desde muy lejos; que sufrió el rapto
de su hija, a quien buscó por todas
partes, y colérico al no haberla hallado,
resolvió regresarse al Collao, de donde
había venido, arreando siempre sus
ganados y destruyendo antes la acequia y
poniendo después un inmenso cerco para
impedir que el ganado regrese a esos
lugares, dejando sólo una puerta llamada
Puma-punco [puerta del jaguar], que el
raptor de la hija de Ccolla-Ccápacc, fue
el astuto mancebo Huanacauri, que fue
inca después, quien dio nombre al cerro
y cuya casa dícese ser los restos que aún
quedan.
[Narrado por Mariano Huamán, un indígena anciano,
a los doctores Romualdo Aguilar y Alberto A.
Giesecke y recogida en el artículo de Luis A.
Pardo, "Huanacauri, el santuario máximo de la
incanidad". Publicado en Revista Universitaria del
Cuzco. Segunda época . Cuzco, Segundo semestre
de 1931, p. 243.]

PA R I A CA C A Y W I C H U C A

Hace muchos años, poblaba el territorio


ollerano una tribu gobernada por Wichuca,
mujer joven, muy hermosa y fascinadora .
La capital de esta tribu se levantaba en la
parte más alta de la comarca . Desde
allí„ ella veía a su pueblo dedicarse a la
confección de ollas y otros objetos de
arcilla . La pobreza y el hambre rondaban
siempre por los campos . Los olleranos no
podían dedicarse a la agricultura como los
pueblos vecinos, pues carecían de agua .
Los terrenos se extendían pelados y
desnudos como el cuello de los cóndores .
De la juventud, belleza y coraje de
Wichuca se comentaba mucho en toda la
región . Los curacas vecinos se interesaron
primero por conocerla y luego
por tomarla como esposa . Al este del reyno de
la
bella curaca, en un pedazo de terreno frígido,
tenía su asiento la tribu gobernada por
Pariacaca . Este era rico, poderoso y de
avanzada edad . Toda la historia de ese pueblo
giraba en torno de la agricultura . Sus hombres
tenían cosechas, no sólo para alimentar a los
huérfanos, ancianos, enfermos, niños, adultos,
sino también para mantener a sus dioses y a
centenares de miles de muertos en sus propias
tumbas sin recurrir a los vecinos . La
abundancia de agua daba
vida a los campos y felicidad a sus hombres . Al
noreste se extendían las tierras de una pequeña
tribu
gobernada por sistema de
Wallaquini, andenería.
cacique joven, Estos hermanos
hermoso y de cultivaban en
cuerpo atlético, un manantial
pero tirano y sagrado, desde
sanguinario. la muerte de su
Relata la padre, el árbol
tradición oral de la coca como
que todo aquel símbolo de uni-
que infringía dad y trabajo .
las leyes y las En determinada
costumbres del época del año,
lugar, era ellos hacían la
colgado de los promesa
pies en una solemne de no
argolla de fierro separarse, de
que pendía en trabajar y
la cumbre más defenderse
alta del reyno unidos . Así
— Al norte y vivían
frente a los poderosos y
dominios de fuer-
Wichuca, cinco tes . Decíamos
curacas que los curacas
hermanos vecinos se
gobernaban en habían
armonía a un interesado
pueblo que se primero por
dedicaba a la conocer a
agricultura Wichuca y
empleando el luego por
tomarla como amorosas con el
esposa. Así, el joven
viejo Pariacaca, Wallquini...
envió emisarios Esta última
secretos al reino noticia indignó
de Wichuca con a Pariacaca.
el fin de que le Sintió celos .
informaran con No podía
lujo de detalles resignarse a
sobre la tan perder a la más
comentada bella y valiente
curaca y de la de la región .
vida de su Montó en cólera
pueblo. Los hasta hacer
encargados estremecer a los
salieron rumbo cerros, y
al oeste en u na colocando en su
noche de luna . huaraca una
Días después enorme piedra
regresaron arrojó violento
trayendo en sus sobre Wallquini
labios: . El joven
¡Wichuca es cacique al
bellísima! advertir el
¡Tiene los ojos peligro, salva el
de estrella! Vive cuerpo
en medio de un echándose hacia
pueblo atrás. La piedra
esquelético y cayó muy cerca
hambriento. Sus a sus pies y se
tierras se abren destrozó en mil
como bocas pedazos. Es ésta
sedientas en la causa, dice la
espera del tradición, por lo
agua . Ella, para que el cerro
salvar a sus Wall-quini se
hombres, había encuentra
entablado inclinado hacia
relaciones el norte: y en
las
faldas de aquél,
se halla la
extensión
cubierta entera-
mente de
piedras blancas
propias de las
alturas del cerro
Pariacaca .
Actualmente se
denomina ese
lugar: "Piedra
Lima" .
Pariacaca había
conseguido
ahuyentar al
joven Curaca
Wallquini .
Ahora ya podía
poner en
práctica su
experiencia de
viejo "cuco" .
No tardó
mucho en
plantear a la
bella que la
quería por
esposa . Por ese
entonces,
también los
cinco Caciques
del Norte
prendados de
la hermosura
de Wichuca
ofrecíanle
continuas
galanterías . la misión dada .
Galanterías Wichuca,
que no tardó en ofendida en su
hacer despertar orgullo de
celos y rencillas mujer, por tan
entre los her- mísero regalo,
manos . Por un colérica la
tiempo estuvo arroja a un
en peligro el rincón de su
árbol de la hermoso palacio
unidad. diciendo:
Pariacaca, viejo "Mejores tinajas
experimentado elaboran mis
en las correrías vasallos . Mi
del amor y buen belleza no se
conocedor de compara con
las costumbres y objetos de ba-
necesidades de rro. Daré mi
más tribus mano a aquél
vecinas, envió a poderoso que
un grupo de sus me ayudé a
generales más salvar a mi
destacados, con pueblo" Los
la misión ex- cinco hermanos
presa de del Norte
solicitar la oyeron estas
mano de palabras y, ni
Wichuca y cortos ni
entregar al perezosos, le
mismo tiempo ofrecieron
una tinaja llena sendos y
de agua, valiosos
herméticamente adornos hechos
cerrada con con la plata y el
"champa", ichu oro más fino de
y otras plantas sus minas .
del lugar. Los También
generales reoueríanle
cumplieron con como esposa .
Ella, al escuchar artefacto a
tamaña medida que
pretensión, llena avanzaba en su
de ira e caída por las
indignación, tiró lomas y
uno tras otro los cuchillas
adornos. Estos peladas iba
fueron a caer en derramando
"Cerro cenizo'', gotas de agua y
un poco más al al llegar a
sur de la "Buenavista"
comarca . —Se (Lurín)
acordó al destrozóse
instante de la cayendo allí
tinaja y furiosa todo el líquido
la echó cerro que
abajo. El
contenía. La todos los que se
tradición oral encuentran en
dice: de las los pueblos de
gotas esparcidas Matara.
a todo lo largo Chatacancha y
del recorrido Calahuaya. Y en
que hiciera la Buenavista,
tinaja en su lugar en donde
caída surgieron se derramara la
los manantiales: mayor parte del
Cukquinacu, líquido apareció
Cuacaya, la fuente de su
Shatama, nombre . En la
Michacaya, boca de ese gran
Salcachi, manantial
Lachacanza. crecen desde
Cunicha, entonces ichu y
Huallanchi, otras plantas
Utaya, oriundas de las
Comalipa, alturas de
Llacallaca y Pariacas. El
viejo y astuto su huaraca
Pariacaca, al empieza a
enterarse del derrumbar los
destino de su cerros. Las
tinaja que, piedras caen una
según él, tras otra en las
valoraba más cuchillas y
que todo el oro lomas
del mundo, or- olleranas .
denó furioso a Pasaban las
uno de sus horas y los días
generales que y el General no
regresase todo logró alcanzar
el agua de las su cometido . Es
tierras olleranas por eso, dice la
y de tradición, que
Buenavista . los cerros y la
"Hay que jurisdicción de
castigar a la Matará, se
bella y a su presentan como
pueblo hasta cortados por
hacerla perecer gigantes con
de hambre" — bloques de
dijo con voz de granito. Una
trueno . El gran piedra,
robusto general diferente a las
para cumplir la que se
orden pensó encuentran en la
trazar un gigan- zona, se halla
tesco camal a sentada en las
partir de inmediaciones
Buenavista de "Buenavista"
hasta las faldas (011eros); se
del Pariacaca, cree que es uno
pasando por de los que
011eros, arrojó el
Huallanchi, Ma- General en su
tará, Calhuaya y intento de hacer
Mariatana . Con el canal.
Por otro tonces cóndores
lado, los plomizos
hermanos paséanse en el
caciques del sitio donde
Norte, al cayeron los
conocer el triste adornos.
final de los
regalos de oro y [Publica
plata que do en
enviaron a forma
Wichuca anónima
en
ordenaron a Folklore
cinco cóndores Peruano
que recogiesen (alreded
el valioso or de
tesoro de 1940,
"Cerro pp. 9-
Cenizo" . Estas 10)
aves al llegar según
en el lugar informac
ión de
señalado se Pierre
"encantaron'', Duviols,
no volvieron quien lo
más a "Cinco reproduc
Cerros" . Desde e como
en apéndice
docume
ntal de
su
estudio
"Sumaq
T'ika ou
la dia-
lectique
de la
dépenda
nce" en
el
Journal
de la
Societé 1976,
des pp. 176-
America 178, de
nistes donde lo
Tome hemos
LXIII. tomado.
París, ]
1974-

Yacu, acampó
PALLA bajo blancas
tiendas de
HUARCUN algodón . El
Soberano, con
A sus mujeres, se
aposentó en el
Leyenda palacio,
compuesto por
Incaica salas de cantería
muy pulida, con
techumbre y
cornisas
exteriores
Por los almagradas de
años de 1450, barniz rojo y
marchando a la luciente, y
conquista de azoteas y
Quito, Túpac escaleras de
Yupanqui se piedra . Las
detuvo en el puertas
gran tambo de trapeciales,
Izcuchaca . El atestadas de
crecido ejército, guardianes y
en toda la que- camayos, se
brada de Ancash cubrieron con
pieles de esmalte y
animales raros y calados vasos de
cortinas de intrincada
finísimo cumpi. ornamentación,
Decoraban el in- copones y vajilla
terior tapetes toda de metales
mullidos, hechos preciosos y
de alas de formas
murciélago; desmesuradas y
mantas fantásticas,
policromas de algunas de las
telas de vicuña, cuales
con dibujos de remedaban en
grecas, rollos y bulto niños, lla-
aspas, y en mas y cóndores;
cuyas cenefas resplandecientes
aparecían escabeles, y
pintados grupos bancos
de caciques y
combatientes;
braseros de oro,
en que ardían
hierbas olorosas,
gomas y resinas
de las selvas
vírgenes, y
sahumerio de
pájaros pul-
verizados;
petacas tejidas
de gruesas raíces
de la Montaña;
pequeños
espejos
mujeriles de
bruñida plata; ti-
najas
refulgentes, con
bajos con estaban
espaldares enjalbegados de
cóncavos, un estuco
repujados a blanco, brillante
imitación de e inmaculado
colas de aves y como la nieve;
de monstruos y remataban en
marinos. bóvedas su-
Vistieron los perpuestas, a
muros planchas semejanza de
portátiles de campanas,
oro, con última y admi-
incrustaciones rada innovación
de pedrerías y de la
relieves de arquitectura
figuras incaica. El patio
humanas, dra- mayor tenía en
gones, árboles y el centro el
animales estanque para el
mitológicos; y baño exclusivo
en las múltiples del Inca,
y simétricas forrado, y con
hornacinas un caño de agua
cuadrangulares, fría y otro de
deslumbraba el las próximas
áureo reflejo de fuentes termales
los ídolos . Se agolpaban
gigantes y de en los
las aquillas, corredores los
enormes dignatarios.
cántaros Auquis,
labrados por los Huamincas,
más hábiles Apus, Sinchis,
joyeros de la Aucacamayos y
provincia Curacas; y en la
Chimú . galería que
Algunos miraba al jardín
aposentos imperial,
colocaron la el supremo
tiara o trono, simulacro del
para las dios Ppúnchau y
audiencias la sagrada
ordinarias. Los piedra del cerro
edificios Huanacauri .
circunvecinos Venían después,
se destinaban a por su orden,
la recámara y los Canchis,
servidumbre ceñidas las
particular del frentes con
Monarca; y más listas rojas y
allá de los negras; los
grandes reales Canas y Collas,
de las tropas, con monteras de
que en la lana; los Cuntis,
estrechura si- Chancas,
nuosa de valle Charcas,
tomaban dos Tucmas y
leguas de Chilis, todos
largo . Se asen- con gorros
taba en primer distintos, largas
término a legión picas, banderas,
noble de los paveses in-
Incas u mensos y libres
Orejones, que de colores a
usaba anchos modo de
turbantes escaques; los
(llantos), Huancas, con
redondos y barboquejos y
embutidos trenzados los
zarcillos de oro, cabellos; los
cascos y mazas Antis y
de cobre y Chunchos, con
sandalias muy flechas
adornadas, y emponzoñadas
llevaba consigo y
los rostros pintados; y los
Chinchas y los toldos y las
Yungas, con hon- flámulas del
das (huaracas), campamento .
jabones y rodelas Algunas fogatas
de algodón, hacían relucir las
mantos como lanzas de champi,
rebozos y fijas en las
extravagantes puertas de las
máscaras. tiendas; y apenas
Habían acabado turbaba el
ya las extáticas silencio el eco
aclamaciones de gemidor y
los habitantes ahogado de una
comarcanos, las quena o de una
ceremonias de la antara . Cuando
vista y las de pronto,
adoraciones e inexplicable en
informes de los esta calma
gobernadores y profunda y en
quipocamayos esta provincia tan
lugareños; y una pacificada y
noche, el ejército central, resonó
descansaba . En extrañamente la
el alto gran trompeta de
firmamento de la alarma, el churu
Sierra, fulgían de retorcido
las estrellas, caracol. A la
lejanísimas. En señal
los intervalos de respondieron con
las divisiones estruendo los
(suyus) y de los cuernos y los
millares tambores. En el
(huarancas), tumulto, las
reposaban voces de los jefes
rumiando despertaron y
innumerables alinearon a sus
recuas de llamas. hombres
El aire agitaba sobresaltados .
Aquietada un sacrilegio. y la
tanto la orden de buscar y
confusión detener a la
imprevista, se fugitiva .
vino a averiguar Era ésta
la causa: la una de las
Mamacona de cautivas de la
servicio había última campaña,
advertido en el en que habían
serrallo del Inca sido sojuzgados
la ausencia de la los territorios de
concubina, Chachapoyas y
favorita. En vano Moyobamba .
se registraron La singular
todos los belleza de la
compartimentos y prisionera hizo
dependencias del que la
palacio y los reservaran para
depósitos y se el Soberano.
escudriñaron los
cuarteles del real
y los sitios
inmediatos.
Entonces, a más
de media noche,
encendieron
hogueras de
aviso
en las cumbres;
despacharon
exploradores en
diversas
direcciones; y
enviaron chasquis
que a toda prisa
comunicaran a las
regiones vecinas
el inaudito
De tez cánones de la
ambarina, como estética femenil
tantas de sus aborigen;
comprovincianas arreboladas las
, recibió por su mejillas con el
relativa blancura llimpi; cubierta
el título de infinitas
elogioso y me- joyas, y
tafórico de coronada de tur-
Mama Runtu, quesas y
con que esmeraldas;
designaban a las suntuosa y
menos morenas relumbrante
de las esposas y como un ídolo,
concubinas macerada en
imperiales. perfumes,
Ceñida y fajada flexible como un
la saya sedosa; junco; libre,
las ropas,, de viva y
preciada ancallu desenvuelta,
y de entretejida como que era
plumería hija de los cá-
tornasol, reca- lidos bosques;
madas con las su hermosura
cuentas y eclipsó la de las
brocados de otras mujeres, y
chaquira de oro sedujo los
y plata; sentidos y el
abultados los corazón de
brazos y piernas Túpac Yupanqui.
con brazaletes Resaltaba
caprichosos y marfilina y clara
apretados, sobre el regio
numerosísimas coro de sus
ajorcas y sartas compañeras,
de cascabeles, cetrinas unas
según los como la fruta de
extraños los lúcumos,
doradas otras de las
como la flor preferidas,
amarilla de los amedrentada
amancaes, ante las
algunas desdeñosas, alti-
leonadas como vas y taciturnas
el tusón de las princesas
vicuñas quechuas, de
obscuras de la estirpe solar, y
Costa y los la innata
valles melancolía de
tropicales, como las demás pallas
estatuas de serranas. Sólo
bronce. La congeniaba con
cautiva de Norte algunas alegres
encantó y yungas, traídas
triunfó en los de las ardientes
severos palacios playas del
incaicos. La Septentrión,
ensalzaron los lascivas y
poetas burlonas,
harahuicos; envueltas en
para ella mantas
consultaron en multicolores,
los astros todas depiladas
presagios y ungidas de
venturosos los aromas, y allí
sacerdotes y tan exóticas y
amautas; y en su desterradas
honor los como ella .
bufones Reconoció por
extremaron los acaso, en el gran
acertijos y do- patio del Cuzco,
naires. Se sentía a un Curaca de
extraña, aislada su tierra, reién
contra los celos venido a la
obligatoria temporada en la
Corte; le habló, ñar y
recordaron Tomebamba, se
ambos las exaltó hasta
dulzuras del enloquecer,
suelo natal, y, imaginando
como la Su- fácil la fuga en
lamita bíblica o las peripecias
la Cusi Cóyllur del viaje y de la
del Ollanta, guerra.
prefirió el Comunicó el
cariño del joven designio al
compatriota a intrépido
los halagos del cacique de
amo Moyobamba, y
omnipotente. Ya le arrancó su
no soñaba sino aceptación,
en huir de la deslumbrándolo
helada y dura con delatarlo y
Sierra, de los perderlo si se
graves negaba . En el
esplendores y la camino combinó
sombría el plan de
disciplina evasión; y
imperial, y temerosa de que
refugiarse con recayeran
su prometido sospechas en su
amante más allá trato, se decidió
aún de las a ponerlo por
comarcas obra no bien
nativas, en las llegados a
selvas Izcuchaca .
impenetrables, Aprovechar
exentas del on los
yugo cuzqueño . cómplices la
Cuando supo confianza
que ella y el general y el
Curaca serían de bullicio del
la jornada al Ca- campamento al
caer la noche; y y suscitar una
burlando la insurrección de
vigilancia de frontera, como
los guardias la reciente de
ganaron los Ollanta en el
cerros de Antisuyu . Mas
Acostambo . Se pasado el
apartaron de las primer mo-
aldeas, mento de
indicadas en el consternado
horizonte estupor, la
nocturno por los persecución de
fuegos los servidores
domésticos, y del Inca fue
treparon por los tenaz y
senderos de activísima, a la
pastores, entre luz de un
las breñas más sinnúmero de
agrias. Quizá se antorchas. Con
proponían la prisa y
torcer luego al ávidez por la
Oriente, y captura, y lo
salvarse en las incierto del
intrincadas rumbo de los
florestas y fugitivos,
ciénagas del mientras unos
Chanchamayo y destacamentos
Rupa Rupa; o cruzaban el río
continuar al por el puente de
Norte, y a criznejas, otros
través de lo remontaban o
Huánuco, lo surcaban
todavía mal
domado, seguir
el Huallaga
abajo, la
legendaria ruta
de Uscuhuillca
en diversos colocó a la
parajes nadando Princesa a sus
sobre redes de espaldas para
calabazas. A cubrirla de los
punto de tiros arrojadizos
amanecer, y comenzó a
lograron dar asaetear con
alcance al feroz denuedo .
Curaca y la Su misma
Palla, compañera lo
traspuesta la ayudaba con el
cordillera, cerca carcaj . Cayeron
ya de los ma- en los riscos
nantiales y el algunos
pueblo de asaltantes.
Huayucahi, y Entonces se le-
algo adelante vantó una
del riachuelo de terrible vocería,
Upia Huanca . y redobló el
Llevaba el huáncar para
Curaca un arco advertir atrás a
muy alto, de los soldados .
durísima Al poco rato los
chonta, cuyas perseguidores
flechas tenía formaban un
arpones de círculo humano
agudo pedernal, movible, un aro
untados en que se
veneno; y estrechaba
cuando oyó la rápidamente,
grita de los pri- como en los
meros chatos, grandes
corredores que cacerías
lo avistaban, se imperiales .
detuvo, echó al Pretendieron al
hombro principio coger
izquierdo la vivos a los
amplia yacolla culpables; pero
que vestía,
al verse arrojado; y la
repelidos con sangre
tanto empapaba sus
encarnizamiento vestidos .
, despidieron Debajo,
una lluvia de acurrucada,
piedras y herida
flechas. El levemente,
bravo indio les deshecho el
hacía rostro y tocado y
combatía con el descompuestas
coraje de la las galas, gemía
desesperación. la concubina del
Tapó con su Cápac Inca .
cuerpo el de su Con femenil
amada, y al flaqueza
cabo se imploraba ahora
desplomó bajo piedad .
la nube de Túpac
proyectiles. Ya Yupanqui era
de cerca lo tan piadoso en
lacearon con un la paz como
ayllu, cuerda cruel en la
que remata en guerra; sus
dos pesas vasallos lo
redondas . apellidaban el
Cuando lo Dominador
asieron, Radiante y
expiraba . Tenía Justo, el Espíritu
clavado en la de la Equidad .
garganta un Pocos años
dardo; otro, en antes había
el pecho, se libertado a su
balanceaba aún hermana Cusi
por la violencia Cóy-
con que fue
llur (la estrella y la había
de la alegría), desposado con
su seductor el del puelo no
rebelde osaba
011anta; pero el figurárselo; y su
crimen de esta impunidad
esposa suya era habría desatado
incomparable y sobre el Imperio
no alcanzaba re- los más tre-
misión. No mendos castigos
debía ni podía celestes.
perdonarla . Túpac
Sólo por el Yupanqui,
incorpóreo sereno en su
matrimonio con alteza, ajeno
el Sol y la santa tanto a la
castidad del debilidad de la
excelso compasión
convento del ilícita como al
Cuzco, se per- arranque de la
mitía renunciar ira, se dirigió
al tálamo del sin apresurarse a
Inca, como en el su acostumbrada
reinado etapa del Tamo
siguiente lo hizo de Acos; y se
la Princesa dispuso a
Cuca, que cumplir con el
rehusó reinar deber de ordenar
como Coya y y presenciar la
casarse con su ejecución . La
hermano Huayna favorita, al igual
Cápac, por ser de las
abadesa de las sacerdotisas
Acllas. La impuras, debía
infidelidad ser liada viva al
conyugal para cadáver de su
con el Soberano amante y
era un delito tan ahorcada luego
monstruoso que sobre el cuerpo
la imaginación de éste. El Inca,
con todo su sangre, e izaron
séquito, llegó al el bulto horrible
lugar en que la en un horcón de
prendieron y la palo.
guardaban . Antes de
Ella, al ver que le anudaran
aproximarse las el lazo fatal, la
resplandecientes concubina abrió
andas de su real los párpados
esposo, intentó para despedirse
suplicar y de la vida en
clamar; pero la una última
inaccesible Mirada . Sobre
expresión del la abigarrada
Monarca la hizo mancha de las
enmudecer. tropas, ornadas
Comprendiendo de armaduras y
su destino plumajes, la
inevitable, se refulgente
resignó y cerró
los ojos.
Desfilaba el
ejército,
apretado, lento y
sordo; y los
pasos de aquella
muchedumbre
parecían una
fúnebre
crepitación . Por
fin, ataron a la
Princesa junto
con el hinchado
cadáver del
Curaca, en el
que se en-
negrecían los
cuajarones de
litera del Inca se almas en la otra
erguía como una vida, en el
balsa de oro Ucupacha de las
sobre un mar de sombras. Que-
luces. La daron colgados
enigmática los cuerpos de la
insignia del horca infame,
Súntur Páucar como fruta de
se recortaba en oprobio, para
el cielo verdoso ser pasto de las
y violeta: y el aves carniceras;
Sol, como pero los
aplacado por el habitantes de la
holocausto, comarca
descendía tran- pretenden que
quilo en la Supay, el
majestad de su Espíritu del
púrpura divina. Mal, transformó
Frente al los trágicos
patíbulo, y en despojos en
primer término peñascos, y que
estaban los por eso una roca
vasallos y presenta la
comprovinciano figura de la
s del Curaca de Palla
Moyobamba ajusticiada. Las
para que lágrimas que
advirtieran vertió,
mejor el alimentaron el
escarmiento. arroyo de Upia
Los Huanca; de no-
delincuentes che suspira y se
sacrílegos no queja en el
recibieron viento; a veces,
sepultura, a fin a la luz de los
de que fuera relámpagos,
eterno el muestra por
suplicio de sus instantes su
rostro de funesta pp.
hermosura; y 1576-
pierde y despeña 1579.
a los viajeros Posterior
mente
que se le pasó a
acercan en las Integrar
tinieblas. parte del
capítulo
[Recogid XV de la
a por edición
José de póstuma
la Riva- de Pai-
Agüero y sajes
publicad peruano
o en s. Lima,
Variedad Imprenta
es N. Santa
906, María,
Lima, 11 1955.
de Julio pp. 147-
de 1925, 154.]

LA PRINCES A belicosos y se
SUMA CCTTIC entregaron al
A laboreo de sus
tierras, y,
cuando el
afortunado
Emperador
Allá, en Huaina
tiempos en que Ccápacc,
los de sometía a los
Piquillaccta sirys del
dejaron de ser Ecuador, cerca
al Cuzco, a imperioso jefe
cinco leguas y de sus vasallos;
media, en armado de
Piquillaccta, huaracas y
florecía en macanas, al
hermosura, la ritmo vibrante
hija del Curaca de su pututo,
Rumichaca, había logrado
orgulloso de su imponerse en la
estirpe real, era vasta comarca,
apasionado por eso era
defensor de la respetado y
pureza de su temido, llegó a
casta; anciano y ser el sinchi, el
viudo, rodeaba jefe aguerrido y
de cuidadosa valiente.
atención a su Sumacctti
linda hija ca, había
Sumaccttica, llegado a la
consuelo de su plenitud de su
vida, alegría y vida, era la
contento de su mujer más bella
cansada vejez . que ojos
Junto a humanos
ella retozaba en vieron.
felicidad incomparable
Paccoruna. en hermosura,
hermano de la de negras
Princesa; desde pupilas, ondu-
su tierna lantes cabellos;
mocedad re- pechos
velóse, bravío y ebúrneos, eran
severo, jamás sus caderas an-
dejó mermar la chas y repletas
heredad. se hizo pantorrillas.
el vigilante de La
las chacras, el Princesa
señor de los mimada de
graneros, Piquillaccta, en
la vida íntima, dicha - era
era mujer deshacerse en
sobria, recatada solícitos
y pudorosa; su cuidados para
única su amado padre
y su celoso
hermano,
guardián de su
honra .
La fama de
tan singular
mujer se
extendió por
toda la región;
los hijos de los
curacas vecinos,
se disputaban el
honor de
solicitar la
mano de la
doncella, pero
ella se mostraba
esquiva y
retirada .
Los mozos
le cantaban sus
endechas y la
rondaban con
sus quenas y
pincuillus, pero
todo era en
vano.
Pasaron
los años, bajo
cuya acción
todo cambia; al
fin
Sumaccttica,
pudo ser
condescendient y presuntuoso,
e a los re- creyó empresa
quirimientos fácil el
amorosos de un conquistar los
noble mancebo, tiernos afectos
heredero de un de la Princesa
gran Curaca de núbil de
Antipampa, Piquillaccta, a
llamado quien disgustó
Auquittito, era grandemente el
diestro en el carácter
manejo de la altanero del
huaraca y el joven ccolla, no
lihui, a pesar de pudiendo darle
su juventud una negativa
hablase formal, le hizo
distinguido en consentir que
recias ella no podría
campañas, este tomar estado,
fue el que logró mientras
obtener las viviera su
simpatías de anciano padre,
Sumaccttica, y que necesitaba
la rotunda de su cuidadosa
aceptación del atención .
padre y el Atoccrima
hermano. Pero chi, que había
días antes había venido desde el
llegado del Altiplano,
Collao, abandonando la
Atoccrimachi, vida cortesana
hijo de un de su padre,
Tacuiricocc, y placeres,
pariente de comodidades y
amautas y embargado por
sacerdotes de el peso de su
renombre; por decepción
eso era amorosa, juró
engreído, altivo matar a
cualquier rival establecerse por
que pudiera ser una temporada
favorecido con en Piquillaccta
el cariño de En
Sumaccttica; presencia del
con este empedernido,
popósito, se como porfiado
hizo el que galán, despertó
aceptaba la graves alarmas
negativa, re- en el pueblo y
solviendo desespe-
radas congojas Auquittito y
en el corazón de Atoccrimachi,
la linfa flor, que les hizo saber
por los su última
juramentos del voluntad; esa
amartelado resolución era
ccolla; abrigó en bien de su
serios temores pueblo, que
por el elegido carecía de agua,
de su alma, el y que sería
Príncipe de esposa del
Antipampa . primer mancebo
La que hiciera
Princesa llegar tan
Sumaccttica, preciado
después de elemento, hasta
muchas re- las puertas de
flexiones, su palacio .
resolvió poner La
término a sus mayoría de los
temores e in- enamorados
quietudes, para renunciaron a
lo que llamó un sus
día a todos sus pretenciones
adoradores, amorosas, por
entre los que se ser tarea casi
encontraban: imposible, sólo
dos se Ese cauce
resolvieron a abandonado, se
tomar ve actualmente
semejante desde
empresa; estos Anchibamba,
eran Auquittito Lucre y los
y Atoccrimachi, confines de
que luego Piquillacta
partieron por Mas el
diferentes afortunado
lugares, en Auquittito
busca de prosiguió la
hábiles labor, tendiendo
ingenieros y el mencionado
técnicos, que acueducto por
reunieron gran encima de la
número de gran portada de
trabajadores, Rumiccollca,
acometieron la
empresa; haciendo llegar
ladeando linfas
fragosos cerros, impetuosas de
abrieron dos lejanas
grandes cumbres.
canales. Uno de Desde la
ellos, iniciación de
Atoccrimachi, los trabajos
tropezó con habían trans-
insalvables currido seis
meses, cuando
inconvenientes, el líquido
en las ásperas elemento corría
faldas de. límpido y
Racchi; cantarino por
impotente para la puerta de
proseguir se Sumaccttica .
declaró Entonces
perdido, Piquillaccta, se
dejando la obra llenó de
a medio hacer.
fontanas; en los La alegría
jardines de Sumaccttica,
empezó a subió de punto
florecer el al enterarse, de
hermoso que el paladín
achanccarai, el de tamaña
vistoso empresa había
amanccai y el sido el elegido
encarnado de su tierno
ñucchu; lujoso corazón, el
ornamento de gallardo
la estética Auquittito,
incaica . quien le exigió
el
cumplimiento
de la promesa,
porque él había
cumplido la
suya .
Sumacctti
ca, loca de
amor, se echó
en los brazos
de su fiel
prometido, con
el frenesí de su
ardiente
pasión. ..
Atoccrima
chi,
mustio y
abatido, se
ahorcó.
El pueblo
de Piquillaccta
celebró el
matrimonio de su
benefactora, con
exutante alegría,
con bailes y cttica".
festines Publica
inacabables. da en
Revista
[Recogi Univer
da por sitaria
Luis A. del
Pardo Cuzco,
en su Segun
artículo da
"Las época,
ruinas N° 64.
de Cuzco,
Piquilla primer
cta y la se-
leyend mestre
a de la de
Princes 1933,
a pp.
Sumac 144-
147.]

P I Z A R RO Y emprendieron
EL viaje al centro
CH I H U A C O del Perú, los
chasquis no
ticiaron el día
de la llegada a
Taratambo; a
A la caída dicho lugar
del Imperio del concurrieron
Tahuantinsuyo miles de indios
por la invasión para ver de
española y cerca a los
cuando Pizarro españoles y se
y sus huestes cree que
llegaron a ese recibimiento del
lugar el 26 de ayllu de Ricrán
julio de 1534. fue solemne y
Al continuar el las enseñanzas
viaje de Pizarro que dictaban los
a Jatun Xauxa, españoles
la mayoría de influyeron en
los curiosos Tapo para que
formaron in- los preparativos
mensa fueran
caravana, entre superiores.
los que se Anunció el
hallaban Chasqui de
cientos de Shururuyoc que
vecinos de los españoles se
Tapo. acercaban a
Pizarro en Tapo. En efecto
Jatun Xauxa, y fueron recibidos
después de un con admiración.
largo descanso, Delante de los
dividió la jinetes un indio
expedición en cargaba una
dos fracciones; pesada Cruz de
una para Pacte que fue
proseguir viaje confeccionada
al Cuzco y otra en Ricrán para
para retroceder fundan la
a la costa . Iglesia. Llegado
La segunda a la plaza
guarnición principal y ante
después de la el público de
estadía en el rodillas, el jefe
valle del de la
Mantaro expedición
mantashayacu colocó
emprend'ó viaje
de retorno por la
ruta de Ricrán y
Tapo . El
la Cruz en el lado mejor plano con
norte de la plaza calles, playas,
donde más tarde templos y
se construyó la camposanto . El
iglesia . audaz conquis-
El jefe tador exclamó:
extremeño "Este trazo está
manifestó que muy bien".
la planicie del Pero, ¿qué
frente sucedió? Parte
(Ycahapa- de las calles
Catasha - estaban
Ucruto) ofrecía borradas. El
una zona
apropiada para chi-huacho las
fundar la había rascado.
capital del Perú Que si el
y preguntó: maldito
¿cuál de chihuaco no
ustedes sabe hubiera rascado
hacer planos de el plano, Tapo
pueblos? Pre- habría sido
senten el mejor capital del Perú
plano y Tapo .
será la capital
del Perú . [Narrad
Al día o por el
profesor
siguiente, Marino
después del César
desayuno, el Córdova
extremeo del
reclamó los pueblo
planos, planos de Tapo
que los curiosos en la
provinci
habían trazado a de
en la plazuela, Tarma,
en los arenales depart
de las playas amento
Toropuquio, de
donde resultó el Junín, a
Sergio central
Quijada peruana
Jara y ". En
recogid Folklore
a en el America
artículo no N
°

"Los 16,
pájaros Lima,
en el 1969-
folklore 70, pp.
de la 152-
sierra 153.1

EL TESORO echaba
DE continuamente
PUMAKAHUA en cara el
haberse casado
con un pobre a
quien creyó rico
por el pomposo
Es tradición título que tenía,
difundida el Inca le dijo
en estas
tierras del una noche, que
Kosko era más rico que
incaico, que el todos los
Inca Carlos, conquistadores
juntos y que no
descendiente de había rey en la
Huayna tierra que po-
Cápac, casó con seyera el tesoro
una española que él tenía . Le
Doña María de vendó los ojos y
Esquivel la cargó corta
y que como la distancia del
chapetona le
palacio de paisanos lo que
Ccolcampata, había visto y la
donde vivían; resolución de su
luego bajaron marido para no
unas cuantas tocar esos
gradas y la tesoros mientras
Esquivel, ante la los chapetes
luz de un vivieran en el
farolillo, pudo Cuzco, pues así
ver en el interior estaba ordenado
de un gran por el Sapan
aposento Inca . Más tardó
cuadrangular, la Esquivel en
"colocadas en comunicar la
bancos alrededor noticia, que los
de la pared, las conquistadores
estatutas de los en reunirse y
Incas, cada uno correr a
del tamaño como Ccolcampata,
de un niño de en pos de don
doce años y Carlos,
todas de oro
macizo .
También vio
'muchos vasos
de oro y plata,
en fin, según
ella decía, era
uno de los
tesoros más
magníficos del
mun-
do entero".
La
española bajó al
Cuzco al día
siguiente, y
contó a sus
pero éste que América tienen
había maliciado 300 años de
la conducta de antigüedad, que
su am- biciosa son los mismos
mujer, ya estaba de su
lejos, camino de descubrimiento;
Vilcabamba, el pero por la serie
último reducto progresiva de
de los incas. las revoluciones
Pasaron los humanas, la
años y en, 1814, America se
volvió el hilo de hallaba
esta tradición a creciendo, y
tener nuevas saliendo de esta
noticias. El infancia de las
Brigadier de los naciones en que
reales ejércitos de ordinario son
don Mateo presas de otras
García más fuertes o
Pumakahua, que más astutas"
el 3 de enero de Pumakahua
1781 decía al. trataba de con-
Cabildo del seguir para su
Cuzco, "La mía causa la
es la única que cooperación de
ha quedado de su compadre el
la sangre real de coronel don
los Incas, Reyes Domingo Luis
de este Reino", Astete, pero,
tramaba una su- éste le había
blevación dicho una vez:
general como la "Compadre,
de Túpac para hacer esa
Amaru, para li- revolución se
brarse de las necesita gente y
autoridades mucha plata"
peninsulares ya contestándole el
-
que estas cacique de
quejas de la Chincheros que
gente tenía toda dejó vendar y
la que en en las espaldas
América había y del indio, inició
que plata el viaje..
sobraba para Llegaron a la
cien revolu- desierta plaza
ciones iguales. mayor y
Pero, don después de darle
Domingo, no unas cuantas
era de los que vueltas para
se confiaba despistarlo del
fácilmente de camino,
las palabras y prosiguieron;
entonces Pu- sintió que
makahua le pasaron un
ofreció llevarlo pequeño arroyo
al lugar donde —que suponen
tenía el tesoro fuera el de
que la Choque-chaca—
revolución y que movidas
libertadora unas piedras,
requería . Una bajaron unos es-
de tantas
noches, salió el
Brigadier
revolucionario,
de su casa de
Santo Domingo
y luego a la de
Astete, sita en
la esquina de
Saphi y cuesta
de la Amargura,
acompañado de
un recio indio .
Astete, de
conformidad
con lo
convenido, se
talones en llevar un
donde le rosario de
quitaron la cuentas de
venda y el azabache las
coronel pudo que iba dejando
ver, ni más, ni caer, de trecho
menos, de lo
que nos en trecho, en el
cuentan que ignorado
vio la Esquivel, camino .
tantos años Vueltos los
antes, compadres a la
agregando que casa de Saphi,
había unos en la misma
pumas enormes forma en que
de champi, con salieron, se
ojos de es- despidieron
meralda y muy
muchos cortesmente
ladrillos de oro hasta el día
y plata, de los siguiente. Si
cuales Astete durmió,
Pumakahua no lo sabemos,
sólo le permitió pero, sí que al
tomar uno . rayar la aurora
Cuando estaban del nuevo día,
en el secreto abría la puerta
lugar, sintieron de calle y se
dar las nueve dirigía a seguir
en el reloj de la la pista de las
Catedral, lo que cuentas de
indica que el azabache y.
sitio no era cuál no sería su
lejos. sorpresa, al
Astete que encontrar al
había pensado y mismo Pu-
meditado en el makahua que lo
asunto, tuvo la saludaba
astucia de afectuosamente
y le decía: e.
"Compadre: Revista
estas Universi
taria
cuentecitas se del
le cayeron Cuzco.
anoche" . Segund
a época
[Narrad Nº 78.
a por Cuzco,
Mariano 1940,
Rodrígu pp. 62-
ez, 64.]
canónig
o que
fue
capellán
del
ejército
peruano
durante
la
guerra
con
Chile en
1879.
Rodrígu
ez
falleció
en
1929.
Publi-
cada en
el
artículo
"El
tesoro
de
Pumaka
hua" de
Jorge
Cornejo
Buroncl
guardado en su
FENOMEN colea. Por eso,
OS al poco tiempo
de que
NATURAL sobreviniera la
consiguiente
ES hambruna,
todas sus pro-
visiones
concluyeron.
No quedaba ya
ni un grano de
maíz .
EL ORIGEN Tampoco, de
DE LAS SIETE quién
CABRILLAS mendigarlo,
pues todas las
gentes huyeron.
Y los niños
lloraban de
Cierta vez, hace necesidad. Sus
mucho tienrpo, padres
una espantosa doloridos de tal
se-
quía terminó estado,
con las decidieron
sementeras . En hartar con sus
las chacras propias carnes,
abandonadas no el hambre de
crecía ni el más sus hijos.
mísero abrojo: Cortáronse las
la tierra llena piernas y los
de grietas brazos y
parecía entregaron a
maldita . Vivía cada niño un
por entonces, trozo de ellas
una familia muy con que
pobre con siete satisfacieron su
hijos, que casi gran necesidad.
nada tenía Se había
realizado el contemplar la
último horrible agonía
sacrificio: ya que la desgracia
nada más podía deparaba a sus
hacerse. hijos,
Impotentes para
prefirieron buscarlos. A
dejarlos en la poco de
cueva que les caminar,
servía de habi- afanosos
tación, rastreando
aprovechando huellas,
de su sueño. hallaron unas
Cuando rojas, de sangre
comprobaron fresca .
que los siete Correspondían
dormían a los pies
profundamente, mutilados de
los vientrecitos los viejos
saciados, amorosos.
semblantes Siguieron la
risueños, padre ruta marcada
y madre por ellas, a toda
transidos de prisa, y al cabo
pena, partieron de larga y
con el alba en fatigante
busca de más caminata
feraces llegaron a las
comarcas. orillas de un río
Tarde que recién
despertaron los descendía de las
pequeñuelos y cumbres,
tan pronto turbio,
como arrollador y
pecibieron la bullicioso . Allí,
ausencia de sus muy cerca ya de
padres salieron las aguas yacían
de la cueva a cuasi
despedazados hermanos
los cadáveres prometamos no
de sus padres . separarnos nunca
Los infelices no . ¿Quieren
habían logrado hacerlo?
saciar su sed ni —Sí, sí,
siquiera con el respondier
agua terrosa de on los
la lloglla . seis .
Cando los niños —Pero,
se dieron cuenta ¿cómo lo
de que habían conseguiremos?
comido las les preguntó de
carnes de sus nuevo . Y como,
padres, buenos por aquellos
hasta el tiempos las
heroísmo. se gentes tenían el
deshicieron en poder de tomar
lágrimas y otras formas, los
lamentaciones . entristecidos chi-
El quillos gritaron:
mayorcito, —Nos
sobreponiéndos volveremo
e al dolor del s un
momento, montoncit
pensó en el o de
desamparo en piedras.
que vivirían si —No,
cada uno de los porque vendrá
hermanos algún cazador y
tomara distinto al aventarnos
camino y, así, con su huaraca
les dijo: contra los
—Ya que chiliptis nos
no podemos dispersará muy
estar como antes lejos .
juntos a nuestros
padres, como
buenos
— ascendieron a los
Volvámonos cielos y desde
aguas de un entonces, en el
río .
—No espacio, brilla
porque de él nos durante las
sacarán los noches, la
hombres para constelación de
bebernos o para las siete
regar sus cabrillas.
chacras.
[Recogi
—Nos da por
haremos Pedro
polvo del M.
sendero. Benven
—Menos, utto
cada viajero, Murriet
llevándonos en a y pu-
sus llanque nos blicada
separará poco a en la
Revista
poco y de la
conoceremos Univers
solos, regiones idad
lejanas . Católica
—Seremos N° 15.
estrellas. Lima,
Y sin decir julio de
más, los siete 1935,
hermanos pp. 360-
ilumináronse, 362.]

LA LAGUNA PARIAMARC
DE A
La laguna dicen, era de
Pariamarca, tejedores; las
cuyas mujeres hi-
dormidas laban, los
aguas mozos tejían y
son encantadas, los ancianos se
guarda en lo dedicaban a
más profundo confeccionar
de su seno la los tintes,
populosa extrayéndolos
población del jugo de
preincaica plantas
Pariallá, montañeses que
famosa entre sólo ellos
los auquillos conocían .
por sus Un buen
enormes día, y cuando
jardines, todos se
graníticos dedicaban a tan
palacios y ardua labor,
templos y, llegó a Pariallá
sobre todo, por un forastero,
sus primorosos auquis, ca-
tejidos, cuyos minando con la
indelebles ayuda de un
tintes aún palo, semi-
conservan la cegatón y an-
frescura y drajoso que a la
brillosidad de puerta del
los primeros primer vecino
días, como mendigó una
puede verse en posada.
los En cuanto
huatrchucos, los niños del
fajas y ponchos pueblo se
que se con- dieron cuenta
servan de de su presencia
recuerdo. comenzaron a
La ciudad,
rodearlo y vertidámente
mofarse de él,, una enorme
pues su vestido tinya que, desde
era de lo más luego, los
extraño y muchachos
estaba hecho comenzaron a
cendales, por disputarse y
cuyos harapos repiquetear por
se percibían ambos parches
sus carnes o hacerla rodar
flácidas y por el suelo
amarillentas. como si se
Poco tratara de una
tiempo pelota o
permaneció tan arrojarla hacia
exótico lo alto a pun-
personaje en tapiés.
Pariallá, y al Y en esto
retirarse de ella fue lo de
obsequió a los acabar; pues la
niños del tinya al caer
pueblo para sobre la
que se endurecida
pampa se abrió
entretuvieran
estrepitosament
más sana y di- e y toda la
ciudad quedó
inundada
primero y
sepultada
después dentro
de las aguas de
la encantada
laguna de
Pariacocha o
Pariamarca que
hoy existe
entre las la-
deras de unos
cerros y antes da por
estuvo Hildebr
contenida ando
dentro de la Castro
Pozo y
tinya. public
A las doce ada en
de la noche de su libro
los días de Nuestr
conjunción, a
según unos, o en comuni
la luna llena de dad
los de semana indígen
santa, según a.
Lima,
otros, se Editori
entreabren las al "El
ondas de la Lucero"
laguna y en- , 1924,
tonces aparecen pp.
en el fondo la 211-
ciudad Pariallá. 212.
como en los En
ade-
mejores días de lante
su esplendor . citamo
Los pariallenses s este
continúan libro
tejiendo . . . por la
sigla
[Recogi NCI.]

LUM I- dra, en cuyas


HUAÑU C lacras y
pequeñas
hendiduras
jamás ha
nacido una
Lumi- yerbecilla ni
huañuc es una siquiera un
gigantesca y hongo. Cuando
renegrida pie- la lluvia vierte
el raudal de sus la piedra se abre
lágrimas sobre como una
tan desolado enorme boca .
ser parece que Al principio se
nuevamente escucha como el
reanudara el rumor lejano de
voto de su un enjambre de
duelo vistiendo abejas, flébiles
el negrísimo alaridos de
capuz de las pincullos,
viudas. caracoles y
Terror de quenas después
los pastores, de y el tañir lento y
sus clamoroso de
inmediaciones una enorme
huyen azorados campana que se
y, según refiere va haciendo más
la tradición, perceptible
sólo hay uno hasta escucharse
que, perdido en clara y
la obscuridad distintamente
de la noche. dos leguas a la
llegó hasta élla redonda .
y palpó la En cuanto
frialdad intensa se oye el canto
de sus formas, de los gallos
alejándose rumi-huañuc
precipitadament enmudece
e tan pronto nuevamente
como se dio
cuenta de que hasta la
estaba en las duodécima
inmediaciones quilla-huañuc.
de Lumi- [Recogi
huañuc da por
Anualment Hildebr
e, en la ando
duodécima Castro
quilla-huañuc, Pozo y
publica ASHINKUY
da en
su libro L
NCI, pp.
212-
e
2131 y
e
n
d
a
d
e
u
n
a
l
a
g
u
n
a
p
e
r
s
o
n
if
i
c
a
d
a
y
d
e
u
n
p
a
s tarde regresaba
t a la chuklla o
o choza y
r después de
p acorralar el
e ganado
t preparaba su
r comida . Así
if transcurrían los
i días y los
c meses de la
a vida de este
d joven pastor,
o hasta que la
. laguna de
Ashinkuy se
compadeció de
él. Un día,
En las mientras el
cercanías de la pastor estaba en
laguna de el campo, la
Ashinkuy vivía Ashinkuy,
solitario un personificada
joven dedicado en una
al cuidado de simpática
llamas y muchacha, se
allpakas de su dirigió a la
propiedad. choza con el fin
Solía preparar de prepararle la
bien temprano comida,
el chupe o regresando
almuerzo inmediatamente
consistente en a su origen .
lawa o sopa y Cuando el
papas pastor, después
sancochadas y de asegurar el
en seguida salía ganado, fue a la
al campo con el cocina, se
rebaño. Por la
encontró con volver
las ollas encontró,
humeantes. Se nuevamente, la
sorprendió cena preparada.
mucho, sin entonces pensó
poder explicar en descubrir al
la causa de este autor o autora
hecho. Probó la de esta
comida y al bondadosa
enontrarla acción .
sabrosa Al
satisfizo su subsiguiente
apetito. Al día, después de
siguiente día, dejar el ganado
como de en un paraje de
costumbre, buenas moyas
salió al campo, o pastos, se
y en la tarde al puso en
acecho detrás puerta de ésta y
de unas piedras dando un grito
que habían sorprendió a la
cerca de la mujer en
choza . Así momentos que
estuvo todo el ya encendía el
día hasta que fuego. "¿Quién
en la tarde vio está aquí?",
cómo salía de preguntó el
la laguna una pastor, a lo que
mujer respondió la
acompañada joven: "Soy
por un pichi o Ashinkuy, he
perrilo y luego venido a
se dirigía a la ayudarte en los
choza . Se quehaceres de
acercó tu casa: si tú no
cautelosamente tienes a mal te
y de un salto se haré la
puso en la compañía por
el tiempo que multiplicándos
quieras" . El e enormemente,
pastor aceptó el hasta que muy
ofrecimiento, pronto el
quedando nombre del
concertada la pastor fue
amistad entre tomado como
ambos . Pero la el de un Kapac
Ashinkuy le Apu o Señor
puso como poderoso.
condición el El Pichi
buen permanecía
tratamiento a leal a sus
su Pichi, quien, amos; cada vez
según decía, que el pastor
ella era muy degollaba una
aficionado a llama o
comerse los ri- allpaka, se lan-
ñones de las zaba sobre los
llamas y riñones para
allpakas . El devorárselos
pastor aceptó sin que nadie
también la se lo impidiera
condición . Pero un día,
propuesta . el pastor,
Desde entonces olvidándose de
la vida de la
ambos recomendación
personajes de Ashinkuy, le
transcurrió en dio un puntapié
medio de una al pobre Pichi,
felicidad y entonces éste
abundancia . dando unos
Las lluvias alaridos se fue
fueron copio- en dirección de
sas, las oroyas la laguna . Al
fueron oír los gritos
abundantes y el del perrillo, la
ganado fue
Ashinkuy salió gó a la orilla y
de la choza y en el instante
se fue tras de de lanzarse al
él. Las llamas fondo de las
y las allpakas aguas se
que estaban en convirtió en
la kancha o piedra, tal
corral, al ver como se ve
que la dueña se hasta hoy la
iba en pos del enorme piedra
Pichi, también encorvada que
corrieron tras existe al borde
de ella y se de la laguna de
sumergieron en Ashinkuy .
las aguas. El
pastor [Recogi
viéndose aban- da por
donado corrió M.
hacia la laguna Toribio
Mejía
llamando a la Xesspe
Ashinkuy, al y
Pichi y a las publicad
llamas y a en
allpakas hasta Ayllu Nº
que lle 1. Lima,
junio de
1937,
pp. 4 y
241

LEY EN D A Antes,
D E LA ahora
LAG U N A D E muchísimos
S CH U RU RO años, esta
laguna taba en donde hoy
el sitio está . . .
nombrado En la
Poyunte piedra de la
Cucho al otro Laguna,
lado del Río cuando había
Schururo. sol,
Esta acostumbraba
laguna era el becerro o
grande; esta puma a
laguna tenía, recostarse y
casi al medio tomarlo
de su seno, una durante
piedra negra y muchas
plana que, horas ...
cuando soplaba Cierto
viento, la arriero brujo,
bañaban las nombrado
aguas frías de Rauraico, con-
la Schururo versando con
Esta su compadre
Laguna tenía su Requejo, le
madre, que, decía que el
algunos dicen, becerro o puma
era un torito y
era de oro y
otros afirman
que era un que se lo iba a
puma . Cierto robar
día el puma o convirtiéndose
becerro se salió en cóndor.
de la Laguna, Y así
pasó el Río y se sucedió que,
fue a reposar un buen día,
en la explanada cuando unos
de Schururo . arrieros
Entonces la regresaban de
Laguna lo fue Pallan, vieron
siguiendo y se y sintieron que
estableció una gran ave
caía sobre la ción
yentre del cóndor
se entabló
piedra en que ambos
una gran
estaba to- l
ucha.
mando el sol el Tronaron
becerro o y rugieron los
puma, lo cogió truenos y se
y suspendió desencadenó
entre sus una furiosa
garras, tempestad. Los
remontando el rayos se
vuelo . encrespaban
Entonces la como
Laguna se serpientes,
lanzó, como entre la
una columna, cabellera de la
en persecu negra Laguna
enfurecida,
hasta que
venció al
Cóndor y
recuperó a su
madre, el
becerro o puma
.
Hubo una
gran
inundación, y
de entonces el
becerro o
puma ya no
sale a tomar el
sol en la
piedra de la
Laguna de
Shururo, que
también ha
desaparecido
entre sus
aguas . . . tuada
cerca
[Recog de
ida por Celend
Hildebr ín,
ando ciudad
Castro -
Pozo y capital
publica de la
da en pro-
Folklor vincia
e Nos. del
V y VI. mismo
Lima, nombr
mayo e,
de depart
1943, ament
p. o de
103.] Caja-
marca,
en el
sitio
así
nombr
ado.
Me
contó
esta
leyend
a el
artista
Juan
Rocha
(el
Nota ñato).
del Dice
autor. que
— ella es
Schuru muy
ro es popula
una r en
laguna Pallasc
. Está a.
si- Cashac
onga, on sus
Urolino abuelo
, s
Pampa mater
y nos,
mucho don
s otros Antoni
pueblo o
s de Abanto
esta y doña
región. Carme
A él se n
la Velásq
refirier uez.

LA LAGUNA piedra de
DE superficie
Q U I N G R AY plana y de
QUERO color gris ne-
gro que está
rodeada por un
huáchaj y
totoras.
En el Los
pueblo de moradores de
Ocsamarca, aquella
capital del comarca saben
distrito del que ñaupa en
mismo nombre, ese mismo
hacia el Este en sitio, hubo una
el barrio de laguna muy
Palta Rume y grande y
junto al cerro profunda que
de Quingray rodeaba a la
Quero, existe piedra .
una enorme Afirman que
aquella laguna salía a
era brava si mashaquearse
alguien se sobre la piedra,
acercaba a sus donde al sentir
orillas, el suelo el calor de los
comenzaba a rayos del Sol,
temblar, el abriendo sus
agua se en- fauces, hacía
crespaba como que los
cubriendo la lamiera en se-
piedra, ñal de
iniciándose de adoración y
inmediato la gratitud.
chirapa; pero, De
si alguien diferentes
osaba llegar lugares iban a
hasta sus aquel pueblo
bordes, el muchos brujos
imprudente de profesión
desaparecía solicitados o
tragado por la voluntariament
laguna. e, a cumplir
En la con sus tareas
profundidad de profesionales.
sus aguas, Es así como
aseguran, habi- apareció, de
taba un puma
repente, un
de oro, de
yáchraj, famoso
tamaño
extraordinario, él, en las ar
que era lila de
la región y
madre de la
laguna . En las
mañanas de sol
de los días de
pasada de luna,
cuentan, que el
félido aquel
tes de curar, momento el
hacer daño y anhelo más
hasta en grande de su
transformarse vida . De
en animal o en pronto, oyó un
cosa si fuera rumor intenso
menester . Era en la laguna .
temido y Luego vio que,
respetado, emergiendo del
porque en su agua, subía a la
voluntad estaba piedra re-
hacer bien o fractando los
mal a rayos solares
cualquiera . Tan en todas
pronto como direcciones. Se
llegó indagó paró, mirando
por el puma, el agua, donde
porque en otras sin duda vio
tierras había reflejada su
oído hablar imagen, por lo
mucho acerca que, estirando
de él. Los la cola, se puso
naturales a gruñir
dijéronle: "Es enfurecido .
de oro finísimo; Anduvo de un
su ferocidad lado a otro,
rivaliza con su creyendo
hermosura; quizás que
brilla como la había visto a
luz, no hay otro otro de su
igual" . especie, hasta
Un día el que se echó a
brujo se puso dormir la siesta
en acecho para . El brujo se
ver al puma y quedó
constatar así maravillado de
aquello que tan grande
para él era realidad .
hasta ese Sólo así, se
puso a trabajar color azul
sin oscuro orlaba a
preocupaciones la piedra, sobre
hasta cumplir con la cual, como si
sus compromisos. fuera una
Por fin llamarada en el
llegó el día en altar de los
que, holocaustos,
acompañado estaba el puma
por su hermano de oro. Como
Raurayco y su agitar sus
ayudante caleros
Requejo, el hicieron un alto
yáchraj para mirarlo
resolvió hacer mejor . De
el viaje de pronto
regreso a su desapareció: el
tierra por la brujo y sus
ruta de La compañeros
Quinua . Al decidieron
subir la cuesta esperarlo
de La Con- sentados a la
dorilla miraron sombra de un
por última vez árbol, como
el pueblo de los tomarse un
ocshas donde descanso,
habían hecho creyendo que
buenas algo sin
relaciones. importancia le
Contemplaron habría
también la retrasado.
laguna cuyo
Mientras afán de
sombreaban, mishquichar sus
golpeaban sus armadas las que
caleros en se habían puesto
las uñas de sus amargas . De no
pulgares, en el conseguir su
intento el puma y
mirándose tomándolo entre
mútuamente las sus garras se
arrojaron. El elevó
sabor tan raro nuevamente
de la coca les hacia sus
intrigó, porque dominios; pero,
así sabe ante el asombro
solamente, de los co-
cuando quiere marcanos que
augurar alguna ya asistían a
desgracia . aquel evento, el
Como masticar Sol se ocultó,
coca nueva se aparecieron
pusieron a nubes negras y
conversar . comenzó a
De pronto llover . El agua
escucharon un toda de la
ruido laguna se
ensordecedor . levantó, cual
Luego vieron a una tromba
un cóndor inmensa, en su
gigante que, afán de rescatar
cortando el ai- al puma raptado
re, tomaba y como si fuera
altura . Sus una descomunal
enormes alas al serpiente luchó
rozar con las con el cóndor
nubes dejaban en el aire. A
una estela que ratos parecía
señalaba la que todo era
dirección que sólo una gran
había tomado. masa de agua .
Cuando se De pronto el
encontró a la cóndor
altura de la escapaba con
laguna como un velocidad
bólido se vertiginosa .
precipitó sobre Entonces el
agua volvía a miraron
alargarse asombrados;
siguiéndole, pues, aunque
entablándose, alguna vez les
cuando lo había dicho
alcanzaba, que intentaría
nueva lucha . robar el puma
Pero, de pronto, de oro, no
el cóndor soltó sabían, hasta
su presa la que ese momento,
junto con la si el cóndor era
laguna cayó en
la cima del'
cerro de
Quingray Quero
donde quedaron
hasta hoy.
El yáchraj
no tardó en
llegar a donde
estaban sus
compañeros .
Entonces,
reanudando la
marcha, con-
tóles su
fracaso: "El
puma es muy
grande —
díjoles—. Pesa
demasiado y
como tuve que
luchar con el
agua
embravecida,
me cansé
pronto" . Los
compañeros
del brujo se
verdadero o Intervención
una "médica" de los
transformación brujos, para sa-
nar a sus
del brujo . Así enfermos de "mal
caminaron la malo" o brujería.
senda, llevando Chirapa.—
el recuerdo de Lluvia escasa y
un desengaño con Sol, esta
fatal, para no lluvia "hace mal"
volver más por si hay Arco Iris,
esos lugares . de allí que se
llama también
"chirapa"
a las infecciones
de la piel, hasta
de los huesos,
VOCABULARIO etc.
Hacer daño.
— Brujear a
Armada.— alguien, darle un
Ración de coca brebaje que le
que sirve produzca alguna
enfermedad.
solamente para
una sola "bola". Huacha.—
La misma "bola" Pantano, ojo de
agua, lugar que
o porción, en la siempre per-
boca. manece húmedo.
Calero.— Illa.— Tótem,
Calabozo muy personaje
pequeño que fantástico al que
sirve para guar- se le atribuye
dar cal, al que se poderes
emplea para misteriosos y del
"endulzar" la cual dependen
"armada" o "bola" todos los de un
de coca en plena lugar
masticación. En determinado.
Runa simi Origen de los
(quechua) se mismos.
llama: iscu puru. La Quinua.—
Porito de cal. Lugar de clima
Curar.— frío de la región
ocsamarquina,
donde
antiguamente,
sembraban
"quinua".
La
Condorilla.—
Lugar de
Ocsamarca,
garganta de un
cerro de tierras
rojisas.
Los ocshas.—
Se les dice hasta
hoy a los
ocsamarquinos.
Ocsha, fue el
antiguo nombre
del pueblo de
Ocsamarca.
Ocsha quiere
decir en lengua
quechua: Gualte
o Ichu. (Stipa
Ichu, Fam.
Graminaceae) .
Entonces la
palabra, Ocshas,
quiere decir:
Región donde
abunda el
"Gualte" o Ichu.
Este pueblo se
encuentra a
2,744 metros de
altura sobre el
nivel del mar.
Madre.—
Origen de
algún lugar
encantado.

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