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FENOMENOLOGÍA

Es el estudio de los fenómenos. La palabra se compone de las voces griegas φαινόμενoν


(fainómenon), que significa ‘fenómeno, lo que se manifiesta, lo que se muestra’, y λóγος
(lógos), ‘estudio, tratado’.

Como tal, la fenomenología es una corriente idealista subjetiva dentro de la filosofía que
se propone el estudio y la descripción de los fenómenos de la conciencia o, dicho de otro
modo, de las cosas tal y como se manifiestan y se muestran en esta. Asienta que el
mundo es aquello que se percibe a través de la conciencia del individuo, y se propone
interpretarlo según sus experiencias. En este sentido, valora el empirismo y la intuición
como instrumentos del conocimiento fenomenológico.

Fenomenología trascendental

La fenomenología trascendental es un movimiento filosófico, opuesto al positivismo,


desarrollado por Edmund Husserl, quien se propuso que la filosofía tuviese las bases y
las condiciones de una ciencia rigurosa (como las ciencias naturales), y que además
sirviese como fundamento en las ciencias humanas. Su punto de partida es la vivencia
del sujeto y la intencionalidad que rige las relaciones de este con su realidad externa,
pues estas experiencias configuran las ideas que definen el mundo que lo rodea. En este
sentido, la fenomenología trascendental se constituye como un método que funciona
para desentrañar el sentido y características de la intencionalidad humana, y así
finalmente arribar a la conciencia pura o trascendental.

Fenomenología del espíritu

Se titula una de las obras capitales del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
En ella son abordados temas tan complejos como la teoría del conocimiento, la historia,
la ciencia, la religión y la ontología, con el objetivo de dilucidar el concepto de ciencia.
De esta manera, Hegel avanza en una dialéctica de las formas o fenómenos de la
conciencia, desde la sensación individual hasta llegar a la razón universal, es decir, el
saber absoluto.
Fenomenología en Psicología

En Psicología, la fenomenología, inspirada en el pensamiento de Edmund Husserl,


designa el estudio de los fenómenos de la conciencia en cuanto experiencia subjetiva, y
se ha constituido como un campo de saber científico denominado psicología
fenomenológica. En este sentido, como psicología fenomenológica se considera la
explicación de las vivencias de un individuo basada en la consideración de sus
experiencias concretas con el mundo. Este método de estudio ha sido aplicado para el
análisis de diferentes patologías y su finalidad, como tal, es obtener una comprensión
teórica que posibilite lidiar con el fenómeno.

Historia de la fenomenología

Desde la difusión y valoración de la obra de Husserl, la fenomenología no ha sido un


movimiento homogéneo, pero sí fértil y popular, que se ha aplicado a los más diversos
campos del saber.

La búsqueda de Husserl aspiraba a una “fenomenología pura” o “filosofía


fenomenológica”, ya que en el fondo proponía una renovación de los conceptos de
filosofía y de ciencia; y en ese sentido fue el motor de futuras e importantes líneas de
pensamiento filosófico del siglo XX como el existencialismo, la desconstrucción,
el postestructuralismo y la posmodernidad.

Conceptos básicos de la fenomenología

Aunque la fenomenología resulta siempre difícil de definir y compleja de caracterizar,


es posible identificar en el corazón del concepto la idea de Husserl de ir “a las cosas por
sí mismas”, o sea, desprovistos de razonamientos previos y preconceptos, e intentar
describirlas lo más fielmente posible. Esto parte de la idea de que es posible percibir las
estructuras esenciales de un asunto y sus relaciones esenciales a partir del estudio
cuidadoso de ejemplos concretos provenientes de la experiencia o bien de la
imaginación.
A partir de allí, los métodos pueden divergir hacia aproximaciones interpretativas
(llamadas “heurísticas”) del fenómeno, o la exploración de aspectos genéticos, lo cual
requiere, según Husserl, una previa “suspensión de la credulidad” (epochē).

¿Cuál es el método de la fenomenología?

El método fenomenológico, como lo proponía Husserl, parte de la no suposición de nada


(absolutamente nada: ni el sentido común, ni las experiencias psicológicas, etc.) y
abarca una serie de etapas que son:

 Examinar todos los contenidos de la consciencia, es decir, tener consciencia del


objeto como cosa sensible.

 Determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc., o sea, tener
autoconsciencia.

 Suspender la consciencia fenomenológica, para lidiar con lo dado en su “pureza”.

Muchas veces se acusa este método de ser subjetivo y, por ende, de elaborar
descripciones que tienen más que ver con el fenomenólogo que con el fenómeno; sin
embargo, este método de algún modo aspira a ser una síntesis entre una perspectiva
objetiva y una subjetiva. Se trata, por demás, de un método cualitativo, no cuantitativo.

¿Qué es la investigación fenomenológica?

Una investigación fenomenológica es, comprendido lo previo, un intento por entender


las percepciones, perspectivas e interpretaciones que la gente hace de un fenómeno
determinado, es decir, un intento por responder a la pregunta de “¿cómo es la
experiencia de algo?”.

Así, a partir del cotejo y la revisión de las múltiples perspectivas revisadas, puede
tenderse hacia la generalización y hacia la elaboración de una perspectiva que parta
desde “adentro” de la experiencia y no de las teorías, hipótesis o razones externas a la
misma.
Aplicaciones de la fenomenología

El método fenomenológico no es solo de importancia filosófica, sino que ha contribuido


con otras disciplinas afines, como son la psicología, la sociología, la antropología y sobre
todo la educación y la pedagogía, a partir de trabajos como los de Hans-Georg Gadamer
(1900-2002) en torno a la fenomenología de la comprensión, entre muchos otros
autores.

Representantes de la fenomenología

Aparte de Husserl, algunos importantes representantes de esta escuela de pensamiento


son:

 Friedrich Oetinger (1702-1782), quien empleó el término en su estudio del


“sistema divino de relaciones”.

 David Hume (1711-1776), un filósofo escocés partidario del escepticismo, que


toma un enfoque fenomenológico en su Tratado sobre la Naturaleza Humana.

 Immanuel Kant (1724-1804), uno de los más grandes filósofos modernos y autor
de Crítica de la razón pura, en donde distingue entre los objetos como fenómenos
(formados y asimilados por la sensibilidad humana) y noumenos (cosas-en-sí).

 Max Scheler (1874-1928), quien desarrolló el método de Husserl para abarcar


el método científico.

 Gaston Bachelard (1884-1962), epistemólogo francés y autor de literatura,


quien redefinió el concepto de símbolo gracias a su fenomenología de la
imaginación material.

 Martin Heidegger (1889-1976), filósofo crítico de la teoría de Husserl, quien


intentó desarrollar una teoría de la ontología en Ser y tiempo.
 Maurice Merleau-Ponty (1908-1961), filósofo existencialista que estudió la
fenomenología del cuerpo en la percepción y la sociedad, en Fenomenología de
la percepción.

Biografía de Martin Heidegger

Martin Heidegger fue un filósofo alemán que nació en Messkirch el 26 de septiembre de


1889 y que falleció en Friburgo de Brisgovia el 26 de mayo de 1976.

Estudió teología católica y luego filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia,


donde fue discípulo de Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad
docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (1923-1928) en
Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.

Influyó en toda la Filosofía del Existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros
pensadores en apuntar hacia la Destrucción de la Metafísica (movimiento que sigue
siendo repetido), en quebrar las estructuras del pensamiento de la Metafísica (que
domina al hombre occidental), que se dio cuenta que el problema de la filosofía no es la
verdad sino el lenguaje con lo que hizo un aporte inmenso al Giro Lingüístico, problema
que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos -
y con el paso del tiempo en los no europeos-, a partir de la publicación de Ser y tiempo
(1927). El estilo, innovador, complicado y aún oscuro que utiliza Heidegger con el fin
de Abrir-Mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente
oscuro y casi místico); influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que
utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus
Escritos, el de Jaques Derrida con su crítica a la Presencia, Gianni Vattimo y a una gran
parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el
nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista.

Como escritor fue muy prolífico, teniendo en cuenta que como típico profesor alemán
redactaba sus clases como conferencias, que luego terminaban en libro. Todavía en este
inicio del nuevo siglo XXI no se han terminado de recopilar sus trabajos completos, que
en la edición total de sus obras, ya exceden con amplitud los cincuenta tomos en su
lengua original.

La filosofía de Martín Heidegger (1889-1970) es considera por muchos filósofos dentro


de la corriente existencialista del siglo XX. Él nunca se consideró existencialista porque
ésta corriente se interroga por la misma existencia humana, es decir, por el mismo
hombre, y este fin no es buscado por Heidegger, sino únicamente es el punto de partida
para llegar a su búsqueda del ser. Así que, Heidegger no intenta hacer una antropología,
sino más bien una ontología. Sin embargo, en su ontología postula el ser para la muerte,
o sea, que el hombre es un ser finito y destinado a la muerte. Esta manera de concebir
al ser le ganó la categoría de existencialista, pero ¿en verdad lo es?

Heidegger comienza diciendo que lo más característico del hombre es la existencia, y a


través de ella intenta llegar al conocimiento del ser, es decir, que “el conocimiento del
hombre es lo que posibilita el acceso al ser”. Por lo tanto, el ser está inmerso en el
mundo, donde es arrojado a la existencia -pero no como un sujeto aislado- sino en
relación con los demás entes que salen a su encuentro. Y al desenvolverse en él, está
designando la fatalidad de los entes, es decir, el hombre es un ser arrojado en el mundo
de un modo determinado, es un ser finito, un ser para la muerte.

Esta realidad le genera un sentimiento que Heidegger denomina angustia, es decir, “la
experiencia de la nada”, un sinsentido de la vida. Y esta experiencia le brinda dos
posibilidades de afrontar la existencia: la primera es viviendo en la superficialidad de
las cosas que lo rodean, de este modo es arrastrado por las masas, con lo cual pierde su
individualidad: “hacer lo que todos hacen sin replantearse nunca las consecuencias
últimas como la muerte, el ser…”y al vivir de esta manera, es absorbido por las masas.
A esta manera de existir Heidegger la denomina una existencia inauténtica.

La segunda manera es la existencia auténtica, la cual consiste en que el hombre acepte


libremente la realidad de la muerte y la asuma como parte de su ser, con lo cual ésta se
coloca como su fin último. Por lo tanto, todos sus proyectos, posibilidades, anhelos…
terminan siendo frustrados por la muerte, es decir, que no sirven para nada. Sin
embargo, “el hombre auténtico ante esta realidad, no se amedrenta, sino que partiendo
de la muerte y de la nada, sacará razones para definir el sentido de su existencia”. Así
pues, esta experiencia es exclusiva del hombre auténtico, “porque éste es consciente de
la muerte y de la nada, con esto experimenta la nada, la cual es también una experiencia
del ser.” Por lo tanto, “la muerte para Heidegger es el fin del ser-ahí”, es decir, el fin
último del hombre.

Con todos estos elementos, concluyo que aunque Heidegger no se considera


existencialista, la manera de fundamentar su ontología lo delata, porque necesita de
esta para llegar a su fin último que es el ser. Del mismo modo, al tocar el tema de la
muerte, de la angustia, del ser arrojado en el mundo… está retomando problemas
existenciales del hombre. Por lo tanto, terminó diciendo que para mí Heidegger es un
existencialista, diferente a los demás, pero al fin y al cabo existencialista.

El Existencialismo

El existencialismo es un movimiento en la filosofía y la psicología contemporáneas que


surgió en forma natural en diferentes partes de Europa y entre distintas escuelas de
pensamiento. Tiene sus raíces en los movimientos de resistencia de la 2da. Guerra
mundial y en las filosofías de Kierkegaard, Heidegger y Sartre. El enfoque existencial se
centra en el ser humano, en la forma en que está surgiendo y transformándose. Los
existencialistas sugieren que no hay verdad o realidad para nosotros como seres
humanos excepto en la medida en que participamos en ella, somos concientes de ella y
tenemos alguna relación con esta realidad. El conocimiento no es un hecho del
pensamiento sino un acto del hacer. No necesariamente descartan las "esencias" pero
dicen que la existencia precede a la esencia. El enfoque existencialista no es
anticientífico: surge del deseo de ser más empírico y no menos, pero exhorta a una
mayor amplitud de la metodología científica. Cree que un enfoque reduccionista es
erróneo, y que, según Rollo May, lo más simple puede ser explicado sólo en términos de
lo más complejo. Al estudiar la estructura de la existencia humana, la misma naturaleza
del sujeto moldea a la ciencia que lo investiga. Los existencialistas han dejado claros los
límites de la objetividad en el entendimiento y la necesidad de ampliar la metodología.
El existencialismo comienza con la existencia personal, preguntándose qué significa ser
un yo?. Cuestiona el propósito y naturaleza de la existencia. Considera a los individuos
como seres con opciones libres que son responsables de sus acciones. Cada uno de
nosotros se labra su propio destino, y, de manera literal, somos lo que hacemos. El
existencialismo enfatiza la idea que una vida valiosa es aquella que es auténtica, honesta
y genuina.

Fenomenología de Heiddeger

Heiddeger define el concepto de fenomenología en Ser y Tiempo como: lo que se


muestra, sacar a la luz, hacer que algo se visible en sí mismo, poner a la luz. Ahora bien
lo que se puede mostrar, en sí mismo, por sí mismo, de diferentes maneras, según cual
sea el modo de acceso a ello.

Existe la peculiar posibilidad de que lo ente se muestre en cuanto algo que, sin embargo,
no es. A tal ente lo llamamos fenómeno, lo que se muestra en sentido propio sin
apariencia.

La fenomenología es investigación sobre el ser de los entes. El ser de los entes es


comprensible como “fenómeno”, es decir, en cuanto un mostrarse en su cómo.

Si se quiere ser estrictamente fenomenológico en el análisis de la vida humana, lo que


inmediatamente aparece en la vida y para la vida es el cuidado, deduciendo por tal cómo
la vida humana se cuida en todo momento de sí misma. La observación es un modo
derivado del cuidado. El mundo está presente en la vida y para ella, pero no en el sentido
de algo que es simplemente mentado y observado.

Nuestra propia existencia encarna una determinada representación e interpretación


del mundo. El ser es lenguaje y tiempo, y nuestro contacto con las cosas está siempre
mediado por prejuicios y expectativas como consecuencia del uso del lenguaje.
Cualquier respuesta a una pregunta acerca de la realidad se halla manipulada de
antemano, ya que siempre existe una precomprensión acerca de todo lo que se piensa.
LUDWING BINSWANGER

Psiquiatra suizo, nació el 15 de abril de 1881 en el pueblo de Kreuzlingen, en el cantón


de Turgovia, muy cerca de Constance, ciudad fronteriza entre Suiza y Alemania. Su
familia alemana, una familia de psiquiatras de raíces judías, había emigrado desde
Alemania a Suiza. Su abuelo, también llamado Ludwig, fundó la Clínica Bellevue en
Kreuzlingen, que luego dirigió su padre Robert, conocido por su carácter muy
autoritario. Fue en ésta clínica donde Breuer había internado a Berta Pappenheim, el
famoso caso Anna. O de Freud.

Entra como “asistente voluntario” en la Clínica Universitaria Burghölzli dirigida por


Eugen Bleuler y pasa su doctorado de medicina en 1907 con una disertación inaugural
dirigida por C.G. Jung, titulada “El fenómeno reflejo psicogalvánico en la experiencia de
las asociaciones”. Allí conocería también a Karl Abraham. Con Jung fue a visitar por
primera vez a Freud en 1907. Freud ya conocía el prestigio de la Clínica Bellevue de la
familia Binswanger, a la que incluso había derivado algunos pacientes.

En el curso 1907-1908, participa como asistente en las actividades de la Clínica


Universitaria Psiquiátrica de Lena donde atiende y enseña su tío, Otto Binswanger,
conocido por haber atendido a F. Nietzsche. De 1908 a 1910, colabora con su padre en
la clínica psiquiátrica familiar y en 1911, con 30 años de edad, toma la dirección de
dicho establecimiento que acabará cediendo a su hijo, Wolfgang, en 1956.

Ya siendo director del Sanatorium Bellevue fue el primero en Suiza en introducir el


psicoanálisis en un establecimiento psiquiátrico, y durante los 45 años que le dedicó,
supo darle al centro una reputación internacional principalmente justificada por la
calidad de su acogida y asistencia, así como por su especialización en la psicoterapia de
las psicosis.

Binswanger participó en actividades psicoanalíticas en Zürich, pero en base a su


formación filosófica hizo su propio camino, por fuera de la pura ortodoxia analítica. La
relación entre Freud y Binswanger duraría a lo largo de sus vidas, con el mayor respeto
por sus respectivas trayectorias.
Dirigiendo el sanatorio, en 1910, prescribe el psicoanálisis como el recurso absoluto.
En 1911, publica dos trabajos sobre el tratamiento psicoanalítico de los pacientes
histéricos, sosteniendo lo que entonces era una audacia: “tocar constituye, junto con la
palabra, un modo significativo y eficaz de la relación terapéutica”. Entonces para él era
inconcebible que el ser humano pudiera habitar el mundo sin una vivencia corporal
primaria que mediara decisivamente en ello.

Sus intereses filosóficos le llevan a conocer y leer a Ortega y Gasset, Pfandner, Sheler,
Bergson, Buber, Heidegger, Husserl, Jaspers, Goldstein y Minkowski. Con estas lecturas,
Binswanger se aleja ya del psicoanálisis. En la fenomenología, encuentra el modo de
paliar las dificultades epistemológicas del psicoanálisis freudiano, que queda, según él,
preso de sus condicionantes naturalistas y biológicos. El error freudiano es, según él,
haber pretendido a una conclusión teórica antes de que sea iniciada la exploración
auténticamente fenomenológica de las cosas en sí mismas.

A partir de 1942, las investigaciones de Binswanger tienen ramificaciones


antropológicas. La reflexión psiquiátrica es atravesada por una reflexión ontológica
sobre lo humano. Definido por su libertad, auténtica o defectuosa, el ser-humano es
fundamentalmente presencia. Ahí donde el ser humano se permite ser su propia
posibilidad en su historia personal, es llamado auténtico; ahí donde está trabado en su
presencia, el ser humano es incapaz y a merced de una imposición de elecciones desde
el exterior.

Aparte de esa dimensión individual del ser, Binswanger pone el acento sobre la
importancia de la comunidad del Nosotros que representa la relación terapéutica dual,
pero también la comunidad asilar, y ahí es donde a su entender el esquizofrénico por
ejemplo, presenta una de sus mayores dificultades.

El 22 de septiembre de 1950, asiste al primer congreso internacional de psiquiatría en


París, y presenta a la comunidad científica su línea de trabajo. En su exposición, el ser
humano en la psiquiatría, intenta demostrar qué tipo de psiquiatría sería capaz de
rehabilitar y sostener al ser-humano-enfermo
En 1956, a la par que Binswanger obtiene la distinción más importante en psiquiatría,
la medalla Kraepelin, su hijo Wolfgang toma la dirección de la clínica. La atribución de
ésta medalla venía a honrar un trabajo considerable tanto en el campo de la
investigación psiquiátrica como en la reflexión antropológica subyacente a ella.

Binswanger fallece en el silencio e indiferencia de la comunidad científica el 5 de


febrero de 1966, pero con la convicción de que algo nuevo había sembrado para las
generaciones futuras. Dirá entonces: “Mi muerte es lo que vuelve posible lo que he hecho.

Pensamiento existencial

La Analítica Existencial de la que se reclama L. Binswanger es una síntesis de


psicoanálisis, fenomenología y conceptos existencialistas con vistas a la reconstrucción
del mundo interior experiencial de los enfermos mentales, habiendo tenido su campo
de observación en las psicosis.

El término Dasein hace referencia a existencia o presencia actuales. El adverbio Da


significa aquí y sein significa ser. Esto es ser aquí, todo ser humano es una presencia en
el mundo, y toda presencia un ser en el mundo.

El análisis existencial o análisis de la presencia intenta esclarecer la historia de vida del


paciente y sus singularidades patológicas no según una doctrina determinada, sino
captándola en la estructura total y específica de su ser-en-el-mundo. Es un abordaje que
no enseña, sino que aprende por experiencia. El paciente no es un objeto que
aprehender, sino un sujeto con quién encontrarse, y este encuentro se realiza en un
abismo temporoespacial, el ser-presente.

En este sentido, la transferencia solo es una modalidad de ese encuentro, un ser-juntos


en el presente. Con ello, el psiquiatra está en y es el encuentro, y la enfermedad mental
solo es un modo de aparición de la existencia de su paciente. Lo que es objeto de análisis
del psiquiatra entonces es la existencia y el ser-en-el-mundo del paciente como
manifestación posible de su existencia. No hay ya entonces enfermedad mental como
tal, ni tampoco enfermos mentales sustanciales como tales. Hay para cada uno de ellos
una experiencia, eventos vivenciados que le son propios y constituyen su propio yo, y
es ese yo opuesto al yo de otros el que conviene al psiquiatra que penetre
intuitivamente.

Para ello, el psiquiatra desde la perspectiva del Daseinanalyse se mueve con dos
principios metodológicos: la utilización de la noción de “estructura del ser-presente” y
la interpretación del contenido del lenguaje. Solo existe el ser, y el ser solo es completo,
por las relaciones que entreteje con su entorno, y el análisis del Dasein consiste
justamente en el estudio de esa vida de relación. La enfermedad mental es entonces
sustituida por el concepto de fenómeno biográfico y existencial, y se trata de analizar el
cómo siente el paciente su existencia-en-el- mundo, sin considerar esa expresión como
síntoma o signo de enfermedad.

Pero, el Análisis Existencial, dice Binswanger, no analiza la solidez estructural de la


biografía interior, sino más bien la solidez de la estructura trascendental que, a priori,
precede y sirve de base a todas las estructuras psíquicas en cuanto condición
indispensable para las mismas. Hay un antes de lo biográfico, tanto como tiempo como
lugar, primario y esencial, trascendente, cuya estructura difiere según las patologías, y
que es preciso aprehender si se quiere “describir” el mundo en el que se mueven los
pacientes. Pero a diferencia de la psicopatología clásica, esa descripción persigue
objetivos diferentes, en tanto que en esta última no se está preocupado por lo que sea
en esencia el delirio por ejemplo (tarea del análisis existencial), sino porque sea o no
un delirio. El análisis existencial se pregunta el qué es en sí mismo aquello que se
describe, ahí donde la psicopatología clásica se pregunta si aquello que se describe es o
no es. En este sentido, el saber psicopatológico resulta desbancado del lugar de
privilegio de la psiquiatría, para convertirse en dependiente o derivado de este otro
saber ontológico que le precede.
ROLLO MAY

Antecedentes biográficos

Rollo May nació el 21 de abril de 1909 en Ada, Ohio, y creció en Marine City, Michigan,
donde prevalecía una actitud de clase media estadounidense anti intelectual. Su padre
comentó varias veces que un episodio psicótico experimentado por la hermana mayor
de Rollo se debió a demasiada educación. May sintió que el comentario fue inhumano y
destructivo y llegó a odiar la enfermedad del anti intelectualismo, Sin embargo, indicó
que en otros aspectos su padre era un hombre muy simpático (1983). May se graduó
en el Colegio Oberlin en Ohio donde completó el bachillerato en artes en 1930. Trabajó
en Grecia durante tres años, impartía clases en el Colegio de Anatolia en Salónica y
viajaba durante el verano. El impacto de la filosofía y la mitología griega es claro en sus
escritos. También fue a Viena y estudió de manera breve con Alfred Adler, cuyo enfoque
influyó en él en forma considerable.

A su regreso, la Psicología estadounidense le pareció ingenua y simplista. Así que se


inscribió en el Seminario Teológico Unión en Nueva York, no con la intención de
convertirse en sacerdote, sino con el propósito de esclarecer dudas. Ahí pudo realizar
investigaciones profundas sobre el significado de la desesperación, el suicidio y la
ansiedad, cuestiones ignoradas en gran medida por los psicólogos. En Unión, comenzó
una amistad de toda la vida con el eminente teólogo protestante Paúl Tillich, una
asociación que enriqueció las vidas, la obra y los escritos de ambos. Regresó a East
Lansing, Michigan y sirvió como consejero estudiantil en el Colegio Estatal de Michigan.
Pudo regresar a Nueva York y terminar su licenciatura en teología en 1938.

Durante sus últimos años en Unión escribió su primer libro, The Art of Counseling. Más
tarde, May sirvió como ministro parroquial en Momclair, Nueva Jersey, antes de
regresar a Nueva York para estudiar psicoanálisis en el Instituto William Alanson White
de Psiquiatría, psicoanálisis y Psicología. Se inscribió en la Universidad Columbia y
recibió su primer doctorado en Psicología clínica.
La actividad de May fue interrumpida en forma abrupta cuando enfermó de
tuberculosis cerca de los treinta años de edad. La enfermedad de May le ayudó a
apreciar la importancia de un punto de vida existencial. Su propio libro The Meaning of
Anxiety (1977) ha sido reconocido en forma amplia como el primero en Estados Unidos
en alentar una unión genuina entre la Psicología y la filosofía y en demostrar la
importancia de los valores para la Psicología.

May sirvio de consejero para estudiantes universitarios en el City College de Nueva


York, desarrolló una práctica privada en psicoanálisis y se convirtió en miembro del
Instituto White. Ha impartido enseñanza en la Escuela Nueva para la Investigación
Social, la Universidad de Nueva York, Harvard, Yale y Princeton. Tiene numerosas
publicaciones y ha sido galardonado con varios premios. En la actualidad, May vive en
Tiburón, California.

La Actitud Existencial

El existencialismo es un movimiento en la filosofía y la Psicología contemporáneas que


surgió en forma natural en diferentes partes de Europa y entre distintas escuelas del
pensamiento. El nombre existencialismo proviene del latín existere, que significa
sobresalir o surgir, y el enfoque existencial se centra en el ser humano, en que está
surgiendo y transformándose.

En la Psicología, la actitud esencialista se expresa en el esfuerzo por entender a los seres


humanos en términos de fuerzas, impulsos y reflejos condicionados. El existencialismo
busca salvar la brecha entre lo que es cierto de manera abstracta y lo que es real de
modo existencial. Los existencialistas no necesariamente descartan las esencias, pero
la existencia precede a la esencia. Los existencialistas creen que la preocupación de los
psicólogos por la legalidad y predecibilidad se interpone en el camino para entender a
la persona real. May señala que la conducta de un neurótico es bastante predecible
debido a que es compulsiva, mientras que la persona saludable es predecible porque su
conducta está integrada y unificada, pero al mismo tiempo puede ser flexible y
espontánea.
El enfoque existencialista no es anticientífico. Surge de un deseo de ser más empírico y
no menos, pero exhorta a una mayor amplitud de la metodología científica. Al estudiar
la estructura de la existencia humana, la misma naturaleza del sujeto moldea a la ciencia
que lo investiga. Los existencialistas han dejado claro los límites de la objetividad en el
entendimiento y la necesidad de ampliar el panorama de la metodología. El
existencialismo comienza con la existencia personal. Se pregunta ¿Qué significa ser un
yo? Cuestiona el propósito y naturaleza de la existencia. Considera a los individuos
como seres con opciones libres que son responsables de sus acciones. De manera literal
somos lo que hacemos. La postura existencialista conduce a un énfasis en la elección y
responsabilidad y en la opinión de que una vida valiosa es aquella que es auténtica,
honesta y genuina.

Nuestro predicamento

May señaló (1967) que en la segunda mitad del siglo XX, el problema central que se
enfrentaría sería un sentimiento de impotencia, una convicción penetrante de que el
individuo no puede hacer algo efectivo frente a los enormes problemas culturales,
sociales y económicos. Los sentimientos de impotencia son agravados por la ansiedad
y la pérdida de los valores tradicionales.

Impotencia

El problema de la impotencia es mucho más profundo que el hecho de que ésta es una
época de incertidumbre y de agitación social. A principios de la década de 1950, May
observó que muchos de los pacientes que acudían a verlo sufrían de sentimientos
internos de vacuidad (1953) .

Notó que el neurótico con frecuencia actúa aquello de lo que otros están temporalmente
inconscientes. May anticipó que la experiencia de vacuidad e impotencia que había
registrado en sus pacientes con el tiempo se volvería epidémica.

La impotencia conduce a la ansiedad y a la represión, lo que conduce a su vez a la apatía,


la cual es una forma de protección. La impotencia y la apatía, sin embargo, también
fomentan la violencia y la hostilidad, y nos enajenan más a unos de los otros, al servir
sólo para incrementar nuestro aislamiento (1972).

Ansiedad

El trabajo de May se distinguió por sus esfuerzos para sintetizar los discernimientos
tanto de la Psicología como de la filosofía. Desde este momento ha aplicado su síntesis
analítica a los dilemas del amor y la voluntad, el poder y la inocencia, la creatividad, y
la libertad y el destino.

Algunos psicólogos prefieren usar el término estrés en lugar de ansiedad. La palabra


estrés se ha vuelto popular debido a que tiene sus orígenes en la ingeniería y la física;
puede ser definida con facilidad y medida con precisión. El problema con el concepto
de estrés es que no describe de forma adecuada la aprensión a la que se hace referencia
de manera ordinaria corno ansiedad. De hecho, pone énfasis en lo que le sucede a una
persona, mientras que la ansiedad está vinculada en forma distintiva con la conciencia
y la subjetividad (1977).

May propuso la siguiente definición de ansiedad: “la ansiedad es la aprensión


caracterizada por una amenaza a algún valor que el individuo considera esencial para
su existencia corno persona (1977). La ansiedad no tiene objeto, debido a que ataca a
esa base de la estructura psicológica en la que ocurre la percepción de uno mismo como
distinto del mundo de los objetos.

El potencial para la ansiedad es innato, aunque los acontecimientos particulares que


pueden volverse amenazadores son aprendidos. El temor es la expresión de la ansiedad
en una forma objetiva específica. La ansiedad por consiguiente, es otro síntoma de un
problema más profundo.

La pérdida de los valores

El origen de los problemas se ubica en la pérdida del centro de valores en la sociedad.


Junto con la pérdida del valor dominante del individualismo, se perdió un sentido de la
valía y dignidad del ser humano. Nos alejamos de la naturaleza y el uno del otro. En la
actualidad, muchas personas están más cómodas conversando con una computadora
que con otro ser humano. La soledad y el aislamiento que fueron potenciales en la
sociedad occidental se han vuelto evidentes en forma amplia en nuestra época.

La respuesta a nuestro dilema es descubrir y afirmar una serie nueva de valores. Existen
aquellas personas que sugerirían que se necesita reafirmar los valores tradicionales,
expresados en las antiguas filosofías y religiones, a los cuales se les ha mantenido al
margen.

Aquí, la postura existencial de May se vuelve evidente. Debido a que no tenemos


esencia, no hay valores dados o preestablecidos en los que podamos apoyarnos.

La elección es nuestra, y también lo es la responsabilidad. Podemos retraemos en la


ansiedad, abandonando nuestra capacidad humana distintiva para influir en nuestro
desarrollo por medio de la propia conciencia; podemos rendirnos ante el poder de la
tecnología que hemos creado o armarnos de valor necesario para preservar nuestra
sensibilidad y responsabilidad y trabajar juntos de manera consciente en el desarrollo
de una sociedad nueva.

Redescubrimiento de la identidad

May cree que la conciencia del yo es el distintivo único de la persona humana. La


conciencia de sí mismo le permite al ser humano discernir entre él y el mundo, aprender
del pasado y planear para el futuro, percibirse a sí mismo como lo hacen los demás y
tener empatía con la gente que lo rodea. Sin embargo, tal conciencia trae consigo el
riesgo de la ansiedad y la crisis interior. Significa que debernos sostenernos por nuestra
cuenta y desarrollar una identidad aparte de la de nuestros padres y antepasados.
Incluso podemos ponernos en contra de ellos, si es necesario. La identidad no es
automática, sino que nace en un contexto social y crece en las relaciones
interpersonales.
Supuestos ontológicos concernientes a la persona

May admite con franqueza que hace ciertas suposiciones ontológicas y filosóficas acerca
de lo que significa ser un individuo humano (1967).

Primero, asume que todos los organismos vivos están en potencia centrados en sí
mismos y buscan preservar esa atención. Segundo, los seres humanos tienen la
necesidad y la posibilidad de salir de su centralidad para participar con otras personas.
Tercero, May sugiere que la enfermedad es un método por el que un individuo busca
preservar su ser.

Por último, May afirma que los seres humanos pueden participar en un nivel de
autoconciencia que les permite trascender la situación inmediata y considerar y
realizar una gama amplia de posibilidades.

Estos supuestos ontológicos pueden proporcionar una base estructural para una
ciencia de la personalidad.

Redescubrimiento de los sentimientos

Al descubrir la identidad, la mayoría de las personas tiene que regresar al comienzo y


hacer lo mismo con sus sentimientos. Muchos de nosotros solo tenernos una idea vaga
de lo que sentirnos en un momento determinado.

Reaccionamos a nuestros cuerpos corno si estuviéramos separados y fueran distintos.


Mientras negamos nuestras propias emociones, atribuirnos sentimientos a las
máquinas, describiéndolas corno amistosas, afectuosas, etc.

Volverse una persona no sólo requiere estar en contacto con los sentimientos y deseos
propios, sino también luchar contra aquellas cosas que impiden sentir y desear. A fin de
avanzar y ser uno mismo, una persona debe liberarse de los poderes dominantes y
autoritarios aunque esto requiera adoptar una postura en contra de los padres u otras
autoridades. Son nuestros lazos infantiles de dependencia los que nos impiden ser
claros en cuanto a nuestros sentimientos y deseos. La lucha temprana contra la
autoridad es externa; conforme crecernos, el problema se vuelve interno. Por tanto,
como adultos, mucho de nosotros continuarnos actuando como si todavía tuviéramos,
que pelear contra las fuerzas originales que nos sometieron cuando de hecho ahora nos
esclavizamos a nosotros mismos.

Cuatro estados de la conciencia del yo

May sugiere que hay cuatro etapas de la conciencia del yo. La primera es la etapa de la
inocencia, antes de que nazca la conciencia del yo. Esta, es característica del infante. La
segunda es la etapa de la rebelión en la que el individuo busca establecer alguna fuerza
interna. La tercera etapa es la conciencia ordinaria del yo. Esta es la etapa a la que se
refiere la mayoría de las personas cuando hablan de una personalidad saludable.
Implica ser capaz de reconocer los propios errores y vivir en forma responsable. Se
refiere a la última etapa como la conciencia creativa del yo. Implica la capacidad de
observar algo afuera del punto de vista limitado usual de la persona y vislumbrar la
verdad última como existe en la realidad. La cuarta etapa, lograda sólo rara vez, es algo
análoga a la experiencia pico de Maslow. No obstante, es el nivel que da significado a
nuestras acciones y experiencias en las etapas inferiores.

Los objetivos de la integración

En su análisis existencial de la personalidad, May busca socavar el dualismo tradicional


de sujeto y objeto que ha atormentado al autoentendimiento occidental desde
Descartes, quien dijo que éramos conscientes de nosotros mismos ya fuera como un
sujeto o como un objeto.

May considera al yo como una unidad. En lugar de abstraer conceptualizaciones, se


necesita reconocer y enfrentar las paradojas de nuestras propias vidas. En una paradoja
dos cosas opuestas son planteadas en contra y parecen negarse entre sí, sin embargo,
no pueden existir la una sin la otra.
Los objetivos de la integración implican enfrentar las propias potencialidades para lo
demónico, el poder, el amor, la intencionalidad, la libertad y el destino, y la valentía y la
creatividad.

Lo demónico

May, reintroduce el concepto de lo demónico e insiste en que llegamos a adaptamos a


éste. Lo demónico es cualquier función natural que tenga el poder de asumir el control
de la persona entera. Se puede reprimir lo demónico pero no evitar sus consecuencias.
Al hacer esto nos convertimos en sus peones.

Lo demónico comienza como impersonal; al traerlos a la conciencia, hacemos


personales los impulsos demónicos. Con un entendimiento más sensible de estas
fuerzas en el cuerpo y la vida propia, lo demónico nos empuja hacia la estructura
universal de la realidad. Esto sucede de una dimensión impersonal a una personal a una
transpersonal de la conciencia.

Poder

El poder es un estado ontológico del ser. La potencialidad de experimentar y expresar


el poder está presente en todos nosotros. Nadie puede escapar a sentir el poder en
deseo o en acción. Nuestro objetivo es aprender cómo usar nuestro poder en forma que
sean apropiadas para la situación, ser asertivos en lugar de agresivos. Debemos
encontrar formas sociales de compartir y distribuir el poder de modo que todas las
personas puedan sentirse significativas.

Amor y sexo

El amor solía verse como la respuesta a los problemas humanos. Ahora el amor mismo
se ha convertido en el problema (1969). La dificultad real es ser capaz de amar. Nuestro
mundo es esquizoide, fuera de contacto, incapaz de sentir o de participar en una
relación íntima. La carencia de afecto y la apatía son actitudes predominantes hacia la
vida, son formas de protección contra la estimulación excesiva de la sociedad moderna.
Nuestra libertad sexual tan alabada se ha convertido en una forma nueva de
puritanismo en la que la emoción está separada de la razón y el cuerpo es usado como
una máquina. Se ha colocado al sexo contra el eros, el impulso de relacionarse con otra
persona y crear nuevas formas de vida. Ahora está sancionada socialmente reprimir el
eros y nos hemos precipitado a la sensación del sexo a fin de evitar la pasión y
responsabilidad que ordena el eros.

May, sugiere que sólo la experiencia y el redescubrimiento del afecto, lo opuesto a la


apatía, nos permitirá resistir el cinismo que caracteriza a nuestros días. Los mitos del
afecto parecen señalar hacia la necesidad de desarrollar una moralidad nueva de
autenticidad en las relaciones humanas.

Intencionalidad

Por intencionalidad May quiere decir la estructura que da significado a la experiencia.


Una capacidad humana distintiva; la intencionalidad es una atención imaginativa que
subyace a nuestras intenciones e informa a nuestras acciones. Es la aptitud de
participar en el conocer.

La intencionalidad reduce la brecha entre sujeto y objeto debido a que es la estructura


del significado que permite a un sujeto entender al mundo como objeto. La percepción
es dirigida por la intencionalidad.

Libertad y destino

Libertad significa apertura, disposición a madurar, tolerancia y cambio en la búsqueda


de valores humanos más importantes (1953). Implica nuestra capacidad de intervenir
en nuestro propio desarrollo. La libertad es básica para el entendimiento existencialista
de la naturaleza humana debido a que subyace a nuestra capacidad de elección Y al
valor. Sin embargo, la libertad sólo puede ser experimentada en yuxtaposición con el
destino humano.

May define destino como el diseño vi tal del universo expresado en cada uno de
nosotros. En forma extrema, nuestro destino es la muerte, pero también se expresa en
los talentos individuales propios, nuestras historias personales y colectivas, y en la
cultura y la sociedad en la que hemos nacido. El destino nos establece límites, pero
también nos proporciona medios para ejecutar ciertas tareas. Hacer frente a estos
límites produce valores constructivos. En la actualidad, la libertad está en crisis debido
a que la hemos percibido sin su opuesto necesario.

En los términos de Psicología, la libertad es la capacidad para hacer una pausa entre un
estímulo y una respuesta.

Valentía y Creatividad

La valentía es la capacidad para avanzar a pesar de la desesperación. En los seres


humanos, la valentía es necesaria para poder existir y volverse posible. La valentía no
es una virtud, sino un fundamento que subyace y da realidad a todos los demás valores.
La valentía creativa es el descubrimiento de formas nuevas, símbolos y patrones sobre
los que puede ser construida una sociedad nueva. Los psicólogos con frecuencia ignoran
la creatividad porque, como un acto de encuentro entre dos polos, es muy difícil de
estudiar.

Una necesidad de mitos

May define a los mitos como patrones narrativos que dan significado a nuestra
existencia y los considera esenciales para la salud psicológica.

Nuestros mitos actuales ya no desempeñan ese papel; en vez de esto, incrementan


nuestras frustraciones.

Los mitos que creamos son tanto conscientes como inconscientes, personales y
colectivos.

Por tanto, cada quien desarrolla su propia narrativa única en la que desempeña el rol
principal y por la cual modela su vida. Esto se debe a que los mitos son patrones
arquetípicos en la conciencia humana.
Los mitos nos motivan porque implican potencialidades e interpretaciones nuevas.
Nuestra angustia actual con el abuso sexual de los niños por sus padres es una forma
nueva del mito edípico.

PSICOTERAPIA

El objetivo central de psicoterapia es ayudar a promover el entendimiento del yo y el


propio modo de ser en el mundo. May señala que ser en el sentido humano no es dado
de una vez y para siempre. Como humanos tenemos que estar conscientes, ser
responsables de nosotros mismos y volvemos nosotros mismos.

Volverse consciente del propio ser no significa ser explicado en términos sociales. La
cuestión crucial es que el individuo mismo, en su propia conciencia y responsabilidad
de su existencia, dé con el hecho de que puede ser aceptado.

A fin de comprender lo que significa existir, se necesita entender también la opción de


no ser. La muerte es una forma obvia de la amenaza de no ser, pero el conformismo es
un modo alternativo que May encuentra muy frecuente en estos días. Las personas
abandonan su propia identidad para ser aceptadas por los demás y evitar ser
condenados al ostracismo o a la soledad, pero al hacerlo pierden su poder y su carácter
único.

Mientras que la represión y la inhibición fueron patrones neuróticos comunes en la


época de Freud, en la actualidad el conformismo es un patrón más prevaleciente.

Por tanto, la tarea central del terapeuta es buscar entender el modo de ser y de no ser
en el mundo del paciente.

Comparación entre la Psicología humanista y existencial

La psicología humanista se centra en el estudio de la persona como un todo y parte de


la idea de que los seres humanos somos innatamente buenos. Los psicólogos
humanistas no se observan la conducta humana solo a través de los ojos del observador
sino también a través de la persona que actúa o piensa. Entienden que el
comportamiento humano no puede separarse de sus sentimientos, intenciones,
autoimagen o historia personal. Se centra en la libertad, el potencial y creatividad
humanas. Uno de los primeros referentes de esta corriente psicológica fue Carl Rogers,
uno de los creadores del enfoque humanista. Esta corriente que es holística recoge ideas
de algunos estudios muy conocidos Abraham Maslow.

Características principales del humanismo

Hay una serie de elementos de la psicología humanista que cuando se llevan cabo
dentro del contexto de terapia reciben el nombre terapia centrada en la persona.
Algunos de los rasgos más importantes de la psicología humanista son:

1. No juzgar

Las teorías y técnicas del humanismo se basan en un enfoque en el que el profesional


no juzga lo que la persona cuenta en terapia

2. Empatía

Un aspecto fundamental de la terapia centrada en la persona es la empatía. Los


terapeutas que adoptan un enfoque humanista se “acercan” a sus clientes cuando
exploran los aspectos emocionales.

3. No patologizar

Muchos terapeutas humanistas dejan a un lado la jerga clínica, así como el diagnóstico
y se centran en la esencia de la persona. Muchos humanistas emplean el enfoque
centrado en la persona para animar al cliente a centrarse en sus fortalezas.

4. Énfasis en el yo

El objetivo de esta terapia es promover la expresión de sentimientos, pensamientos y


emociones a través del diálogo. En algunos casos, se anima al cliente a escribir, pintar y
actuar (psicodrama) como formas de expresar los sentimientos.
5. Existencial

Los componentes existenciales son una de las características más importantes del
humanismo. Los terapeutas existencialistas ayudan a los clientes a trabajar patrones
restrictivos y enfoques que fomentan la creatividad como una forma de expresarse. Las
4 dimensiones existencialistas exploradas son: física, psicológica, social y espiritual.

Limitaciones de la psicología humanista

El humanismo sostiene que las experiencias subjetivas de las personas dificultan la


medida, evaluación y estudio de las variables humanas y sus características. Trabajar
principalmente con datos cualitativos hace imposible medir y verificar cualquier
observación hecha en terapia. No solo es complicado comparar datos cualitativos con
otros, sino que también la falta de datos cuantitativos hace que las teorías no puedan
ser apoyadas por evidencia empírica.

Otros expertos que critican al humanismo hablan también de su falta de eficacia para
tratar trastornos mentales graves y las generalizaciones hechas sobre la naturaleza
humana, como el completo rechazo de algunos conceptos comportamentales y
psicoanalíticos.

Por ejemplo, aunque la psicología humanista sostiene que los estudios animales no
sirven para estudiar la conducta humana, algunos datos de estudios animales han
permitido establecer conceptos aplicables a personas. Además, la psicología humanista
se centra exclusivamente en el libre albedrío y el consciente.

EXISTENCIALISMO

El existencialismo es un movimiento filosófico que se preocupa por la existencia


humana (la cual posteriormente se plantea que es la única) y pretende dar respuesta a
los problemas del hombre, ese hombre que existe y que es algo principal pues es el
principio de la existencia, pues el mundo solo es para el hombre lo que este crea de él.
Según el existencialismo, nada existe en sí, todo es mas no existe; el existencialismo
supone que solo existe el hombre en si pues la existencia es el pensamiento del yo
mismo, los pensamientos que no son conocimiento lo que hace a ese ser es en sin el
modo de ser del ser lo que en realidad existe; el existencialismo plantea popularmente
que la existencia precede a la esencia (sastre), esto implica el concepto de que el hombre
es libertad y que existe en la medida en la que es creador de sus ideas, de él mismo y de
su mundo, ya que solo el hombre puede crear ideas de esa manera es lo único que existe
en esta concepción. El hombre es libre de crear su esencia por medio de sus decisiones;
la libertad del ser se encuentra en él mismo por tanto son tomados como sinónimos.

Características

 El existencialismo centra su atención en la existencia y cuestiones propias del


hombre, de su ser, y en dar solución a los problemas del hombre.

 No solo la razón descubre la realidad: también sentimientos básicos como la


angustia y frustración la descubren.

 El pesimismo: los existencialistas se caracterizan por un remarcado pesimismo


en sus ideas.

 El hecho de crear su propia esencia: el existencialismo plantea que solo el


hombre existe y que a pesar de haber un pesimismo remarcado se encuentra un
positivismo en poder crear la propia esencia.

 Su popularidad se dio después de la segunda guerra mundial pues era una salida
de pensamiento a la bancarrota de valores que dejó la guerra.

 Las cosas son pero solo existe el hombre: el hombre es el único que se crea su
mundo y el existencialismo se concentra en esto se toman como sinónimos
existencia al hombre y a la existencia, dado eso las cosas son pero no existen,
solo el hombre existe de verdad en función de su libertad.

 Positivamente afirma la existencia humana y concreta.


 Sus representantes mantenían una lucha con el racionalismo que terminó con
Hegel.

 Su existencia es libre y precede a la esencia.

 El hombre es libre.

 Salir de la propia conciencia para dirigirse hacia el Mundo: El hecho de existir


consiste en estar en el mundo e interactuar con el entorno creando la esencia de
las cosas saliendo de la propia conciencia.

 La existencia es tomada como trascendencia: ya que consiste en reconocer lo


externo.

 Los valores son creaciones de la libertad humana: eso se da gracias a que solo el
hombre existe y crea sus ideas del mundo.

Referencias Bibliográficas

MAY, Rollo (1963). Psicología Existencial. Buenos Aires: Paidós, p. 88-89.

Menéndez, M. (14 de agosto del 2018). Qué es la psicología humanista: características


principales. Recuperado en (17 de Julio del 2019): https://www.psicologia-
online.com/que-es-la-psicologia-humanista-caracteristicas-principales-
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Ortiz, E. (31 de Mayo del 2015). Martin Heidegger. Recuperado en (14 de julio del
2019): http://www.colloqui.org/colloqui/2015/5/31/martin-heidegger

Rahmani, R., y Pacheco, L. (2016). A modo de fichas sobre clásicos de la Psiquiatría


(XXI): Ludwig Binswanger y el Daseinanalyse. Lmentala. 1 – 10.

YALOM, Irvi. (1984). Psicoterapia Existencia. Barcelona: Hender, p. 30.

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