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DISENOS EXPERIMENTALES
DE CASO ÚNICO

INTRODUCCIÓN ........... .......... .... .. ........... ... .... .......... ......................... .... ......... .............. ......... 304

CARACTERÍSTICAS DE LOS DISEÑOS EXPERIMENTALES DE CASO ÚNICO ....... ... 305


¿Un experimento de verdad con un solo sujeto?................... .... ............... .......... .............. ... 305
Cuándo utilizar los di seños de caso único................ ....................................... .................... 307
Fases en la experimentación de caso único .................................. ...................... ................. 309

TIPOS DE DISEÑO DE CASO ÚNICO................. ....................... ............................. .......... .... 3 13


Diseño AB ................... ............................................... .... ................... ...... ... ................. ........ 313
Diseño ABAB .... ... ... .... ... .... .. . .... ... .... .. .... ... ....... .... ... ... .. . ....... ... ... .... ...... ... ... ... .... ... ... .... .. .... .. 315
Diseños de línea base múltiple ................................... .......................... ............................... 3 17

VALIDEZ Y LIMITACIONES DE LOS DISEÑOS DE CASO ÚNICO......... ................... ...... 321

ANÁLISIS DE DATOS............................................................................................................. 322

GLOSARIO......................... ................. .............................. .............................. ......... ........ ... .... . 326

303
304 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

INTRODUCCIÓN

Comenzamos este capítulo sobre los diseños con un solo individuo haciendo un repaso
sobre los diseños ya vistos que utilizan grupos. Es una reflexión relativamente abstracta que
supone que previamente se conocen Jos capítulos anteriores. A continuación se refieren los
orígenes de los actuales diseños de un sujeto.
Al decidir investigar con grupos, hemos visto que tenemos que asumir que los individuos
que los componen mantendrán ciertas diferencias, a pesar de recibir el mismo tratamiento de
la variable independiente. En el experimento sobre amnesia retrógrada, todos los individuos
que ven la película con final violento no presentan exactamente los mismos niveles de
recuerdo. Estas diferencias dentro del grupo tratan de ser eliminadas mediante el control de
variables. Podemos resumir el control experimental diciendo que este tipo de métodos supo-
nen una lucha constante contra las diferencias individuales. Las diferencias que después del
control siguen persistiendo entre los individuos y que no se deben a variables contenidas en
las teorías son consideradas, desde el punto de vista del análisis de datos, como errores. La
estrategia para lidiar con estos errores es difuminarlos en las medidas de tendencia central.
Así, se informa que el grupo de choque emocional recuerda menos que el grupo sin choque
o, lo que es lo mismo, la media de elementos recordados por el primer grupo es menor que la
media del segundo. Debido al uso generalizado de los promedios, se dice de estos métodos
que estudian un sujeto inexistente: el sujeto media. Si bien es cierto que el sujeto media no
existe, también lo es el hecho de que las predicciones hechas sobre ese sujeto son las que pro-
ducen menos errores 1• Si queremos describir cómo es el recuerdo, bajo condiciones de cho-
que emocional, de un individuo cualquiera, la mejor forma de hacerlo es utilizando la media
del grupo. Esta descripción será más ajustada cuantas menos diferencias -errores- exis-
tieran en el grupo. ¿Es posible la total desaparición de los errores, de forma que las diferen-
cias entre los grupos se deban sólo a las diferentes condiciones experimentales? La elimina-
ción total de Jos errores se produciría cuando el investigador fuera capaz de incluir en las teo-
rías un número tal de variables relevantes que su control permitiera seleccionar a individuos
con comportamientos iguales. Esto parece que no se pueda lograr jamás, al menos en los
seres humanos. En este límite ideal el sujeto media se materializa, porque todos los indivi-
duos que tienen los mismos valores en las variables controladas se comportan de igual
forma en la variable estudiada. Si todos los sujetos seleccionados se comportan de la misma
forma, no hace falta un grupo, con un sujeto por condición sería suficiente.
La Psicología no siempre ha optado por este tipo de aproximación metodológica. Aquí
conviene recordar lo dicho en el Capítulo 8 de los primeros estudios del aprendizaje de Pav-
lov y Thorndike. Además, si bucea usted en la historia de esta joven ciencia, encontrará que
los trabajos de Fechner, Wundt, Ebbinghaus o, más recientemente, Skinner utilizaban sujetos
de forma individual. La lógica de esta otra aproximación centrada en el individuo es que, si un
fenómeno es lo suficientemente básico, se tendrá que producir de forma similar en el resto de
los individuos. Recordemos el caso del condicionamiento instrumental: si el investigador logra
mostrar que la probabilidad de que una paloma picotee un disco de su jaula aumenta cuando,
contingentemente al picoteo, se le dispensa una bolita de comida, es suficiente con justificar
que esto, de hecho, ocurre. Seguramente habrá diferencias entre los individuos en el número
de ensayos necesarios para producir el aprendizaje, pero lo relevante --dicen- es comprobar

1
A este respecto conviene recordar la propiedad de la media que establece que este índice es el que minimi-
za las distancias cuadráticas al resto de las puntuaciones.
10. Diseños experimentales de caso único 305

que el fenómeno se produce en todos ellos. Teniendo presentes los diseños para estudiar el
aprendizaje del Capítulo 8 encontrará que lo que vamos a exponer en este capítulo es una con-
tinuación natural.
La evolución en el tiempo de la teoría del aprendizaje ha producido, entre otros, un suce-
so de gran interés: la aparición de la terapia de conducta como aplicación clínica de los prin-
cipios del análisis experimental de la conducta. Independientemente de las críticas a la teoría
subyacente, se ha acumulado una importante evidencia de su eficacia (Kazdin, 1998). A nosotros,
desde el punto de vista de los diseños de investigación, nos interesa especialmente porque las exi-
gencias de la clínica hacen que en muchas ocasiones el diseño con un solo sujeto sea el único fac-
tible (Kazdin, 1998).

CARACTERÍSTICAS DE LOS DISEÑOS EXPERIMENTALES


DE CASO ÚNICO

¿Un experimento de verdad con un solo sujeto?

La primera pregunta que deberíamos contestar es si es posible realizar un experimento con un


solo sujeto. Recordando los criterios que habíamos establecido en los métodos experimen-
tales, tenemos que comprobar que:

l. Se produce covariación entre la variable dependiente y la independiente.


2. La aplicación y medida de las condiciones de la variable independiente anteceden a la
medida de la variable dependiente.

3. Otras variables, distintas de la independiente, son descartadas como posibles explica-


ciones de los cambios observados en la variable dependiente.

En definitiva, deben cumplirse los tres requisitos para poder contrastar una hipótesis cau-
sal. Vamos a verlo a través de un ejemplo. En un centro de salud, recién inaugurado y que
tiene sólo un paciente alcohólico, se plantea si la administración de una sustancia química,
disulfuam (Floyd, Monahan, Finney y Morley, 1996), es eficaz para reducir el grado de con-
sumo de alcohol. Para comprobarlo siguen la siguiente estrategia:

l . Le piden al paciente que, como parte del programa de tratamiento, haga su vida normal
durante la próxima semana. Esto supone que, aunque debe tratar de beber lo mínimo, no debe
cambiar sus hábitos sociales o de ocio. Lo que debe hacer con carácter excepcional es apun-
tar lo que bebe cada día. Para facilitar el registro se le proporciona una planilla con indicación
de días y horas. En cada celda debe anotar el tipo de bebida y la cantidad. Al cabo de la sema-
na vendrá a la consulta de nuevo para recibir un medicamento que le ayudará a controlar el
impulso de beber. El resultado hipotético se muestra en la Figura 10.1, resumido por días y
traducido a una unidad estándar de bebida, por ejemplo cañas de cerveza (una copa de
brandy puede equivaler a cinco cañas).

2. Durante la segunda semana tomará cada día una dosis similar de un medicamento,
cuya sustancia activa es el disulfiram. Este compuesto reacciona con el alcohol produciendo
náuseas y vómitos, circunstancia que se explica al paciente, así como su propósito: hacer que
la sensación desagradable se asocie con el acto de beber y por tanto éste empiece a perder su
atracción. Se le proporciona una nueva planilla para que apunte el alcohol consumido duran-
306 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

FIGURA 10.1. REGISTRO DE BEBIDA EN UNA SEMANA. Registro de la cantidad de alcohol


consumida cada día de la semana, expresada en número de cañas de cerveza.

30

<:t:
8 20
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o
10
u

1 2 3 4 5 6 7
L D
DÍAS

te la semana, debiendo volver al cabo de la misma para revisión. Los resultados de esta
segunda semana se muestran junto a los de la primera en una gráfica (Figura 10.2).

3. En esta tercera parte del experimento se informa al paciente de que se le va a suprimir la


medicación durante la próxima semana. Se le aclara que no se considera que ya esté curado y
que no debe preocuparse si, después de haber disminuido la cantidad de bebida en la semana
pasada, en esta próxima bebe algo más. Aunque, claro está, debe poner fuerza de voluntad en
beber lo menos posible. Como en los períodos anteriores, se le pide que registre su conducta.
La gráfica del consumo de la semana se presenta añadida a las dos anteriores en la Figura 10.3.

4. En la última parte del experimento se le vuelve a proporcionar la medicación y se le


vuelve a pedir que, por última vez, registre su conducta en la próxima semana. Los resultados
de las cuatro semanas aparecen en la Figura 10.4.

Analicemos si este proceso cumple con las tres condiciones para contrastar que la acción
del disulfiram reduce el consumo de alcohol.
¿Existe covariación? Existirá si a los cambios en la administración del disultiram corres-
ponden cambios en la ingesta de alcohol. Observando la Figura 10.4 comprobamos que en las
fases dos y cuatro (coincidiendo con la presencia del disulfiram) el consumo es menor que en
las fases uno y tres (coincidiendo con la ausencia de disulfiran1). Por tanto, podemos decir
que existe covariación.
Se cumple que los niveles de la variable independiente se miden antes que la dependiente
porque en la primera fase y en la tercera se decide la no administración del disulfiram y des-
pués se observa cuánto bebe. En la segunda y cuarta fase, primero se le administra el medi-
camento y luego se anotan los niveles de la bebida.
1O. Diseños experimentales de caso único 307

FIGURA 10.2. EVOLUCIÓN DE LA BEBIDA TRAS UNA SEMANA DE TRATAMIENTO. En la


parte izquierda de la gráfica se representa la semana sin tratamiento (Figura 10.1) y en la derecha el
consumo con tratamiento.

Sin tratamiento Con tratamiento

30

20

10

1 7 8 14
L D L D
DÍAS

La tercera condición es que se puedan descartar otras explicaciones alternativas de la evo-


lución del consumo de alcohol durante el período de cuatro semanas observadas. El cambio
observado entre las fases uno y dos podría ser consecuencia del cambio iniciado en la propia
fase uno hacia menor consumo, como fruto del cambio de actitud del paciente mostrada en el
hecho de acudir al consultorio, más el efecto de registrar y observar la propia conducta, que,
como es sabido en clínica, produce un cambio en la tasa de conducta en observación. Sin
embargo, estos razonamientos no pueden aplicarse al aumento de consumo observado en la fase
tres (sin disulfiram). Estas hipótesis de explicación alternativa quedan deshechadas. En resumen,
cumplidos los tres criterios, podemos decir que se trata de un experimento en toda regla.
Como puede comprobar, la lógica de esta estrategia (Figura 10.3) es identica a la lógica
de la estrategia general de Skinner (Figura 8.7).

Cuándo utilizar los diseños de caso único

Veamos ahora cuáles de las circunstancias del ejemplo propuesto se pueden generalizar
para la realización de experimentos con un solo sujeto.
En primer lugar, tenemos el hecho de que en el centro de salud sólo tenían un caso de
alcoholismo. Esta contingencia es muy común en los entornos clínicos, donde es muy difícil
conseguir grupos de sujetos con similares diagnósticos para poder realizar seguimientos
conjuntos. Además, aunque al cabo de un cierto tiempo - varios meses- pudiéramos reunir
sujetos similares, el sujeto experimental es un cliente que demanda ·ayuda en el momento de
llegar a la consulta y, por tanto, no le podemos decir que vuelva dentro de varios meses cuan-
do podamos formar un grupo.
308 Métodos de invesLigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

FIGURA 10.3. EVOLUCIÓN TRAS RETIRAR EL TRATAMIENTO. Se representa de forma


conjunta y sucesiva la conducta de bebida en tres fases: sin tratamiento, con tratamiento y de nuevo sin
tratamiento.

Sin tratamiento Con tratamiento Sin tratamiento

30

10

1 7 8 14 15 21
L D L D L D
DÍAS

En segundo lugar, hemos observado cómo el propio paciente era su control. En las flses
uno y tres no tomaba medicación, lo que posibilitaba que se pudiera comparar su conducta
con y sin tratamiento. En muchas circunstancias clínicas es muy difícil encontrar sujetos oara
formar grupos control. Fíjese que en el caso del alcohólico tendríamos que encontrar perso-
nas con la misma historia de bebida, similares circunstancias socioeconómicas y familiares v
que, estando dispuestos a dejar la bebida, acepten no hacer ningún tipo de tratami<!nto
durante el tiempo que dure la terapia de los que van a formar parte del grupo experimental.
Otros problemas de carácter ético han aparecido en los experimentos con grupos. En un expe-
rimento, como el que presentamos en el Cuadro 7.5, se supone que los sujetos que forman
parte del grupo creen que están siendo tratados, cuando en realidad sólo reciben un medica-
mento placebo. Si las consecuencias no son graves, los sujetos pueden ser asignados al azar
a cada una de las condiciones, pero piense, por ejemplo, en el caso de los enfermos de
SIDA que después de haber tomado el medicamento placebo son informados de que no toma-
ron nada en realidad y que la enfermedad ha avanzado irremediablemente durante el tiempo
del experimento. De hecho, al tiempo de redactar este texto, se ha prohibido en algunos esta-
dos de Estados Unidos usar el diseño con grupo control con enfermos de SIDA. Suponemos
que es una polémica que va a permanecer abierta durante bastante tiempo.
La tercera particularidad del ejemplo del tratamiento del alcohólico es que esa persona en
concreto pide una intervención y, por tanto, establece un compromiso con el terapeuta de
alcanzar un objetivo. Dicho de otra manera, desea que el tratamiento sea efectivo con él, inde-
pendientemente de cómo pueda decir la literatura que ha funcionado en el 95% de los casos
informados. Comprobar la eficacia de una intervención en un cliente es un patrón común a la
aplicación de los diseños de caso único.
10. Diseños experimentales de caso único 309

FIGURA 10.4. EVOLUCIÓN A LO LARGO DE CUATRO FASES. En la parte izquierda de la gráfica


se representa la semana sin tratamiento y en la derecha el consumo con tratamiento.

Sin tratamiento : Con tratamiento Sin tratamiento Con tratamiento

30 '
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7 8 1415 21 22 28
L D L D L D L D
DÍAS

Por último, imaginemos que la acción del ejemplo del mencionado centro de salud
transcurre en el momento en el que se comenzó a utilizar el disulfiram en la curación del
alcoholismo. Como paso previo, los investigadores quieren comprobar que la sustancia en
combinación con el alcohol produce náuseas y vómitos, circunstancia que luego podrá ser uti-
lizada para el condicionamiento. El experimento trata ahora de comprobar la aparición de
estos síntomas asociados al medicamento. El sujeto es un alcohólico que nunca ha sufrido de
náuseas ni vómitos. La variable dependiente es ahora la frecuencia de vómitos durante los
períodos con tratamiento y sin tratamiento. Establecida la relación causal con este sujeto,
podríamos pasar a la fase siguiente y utilizar el medicamento para condicionar la conducta de
bebida. En definitiva, cuando la investigación es sobre procesos muy básicos o con clara base
biológica, el usar diseños con un solo sujeto es adecuado.

Fases en la experimentación de caso único

El ejemplo sobre el paciente alcohólico se desarrolla dentro de un diseño particular, llamado


ABAB, el cual expondremos más adelante dentro del apartado de diseños, donde podrá
comprobar que se podía haber elegido otra estrategia para probar la influencia de la medi-
cación. Sin embargo, el ejemplo nos permite comentar las fases comunes a todo diseño de
caso único: establecer la línea base, aplicar la intervención e interpretar los resultados. Vea-
mos cada una de ellas:

l. Establecer la Línea base. Quizá le llamó la atención al comienzo de la presentación


del caso el hecho de pedir al sujeto que registrara la cantidad de alcohol consumida duran-
31 O Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

te una semana. En la lógica de los diseños con grupos hubiéramos tomado una única
medida sin medicamento y otra con medicamento - lógicamente, en varios sujetos-. Si
hubiéramos hecho eso, lo que habríamos obtenido sería lo que muestra la Figura 10.5,
suponiendo que empieza la medicación el lunes (2) y nos informa de lo que bebió el
domingo (1).
Observando la gráfica de la parte izquierda podemos deducir que se ha producido un des-
censo en la cantidad de alcohol consumido, por efecto de la medicación. Es decir, estos dos
puntos serían el último y el primero de una serie de observaciones que no tenemos, pero que
imaginamos, porque no hay nada que nos haga sospechar que la ingesta de alcohol del día
«Sin medicamento» es diferente a otros días y el mismo razonamiento para los días «con
medicamento». Si nos permite la expresión psicologicista, podemos decir que cuando vemos
estos dos puntos estamos haciendo la gestalt de la gráfica situada en la parte derecha.
Como puede imaginar, esta representación es la que mejor se ajusta a los deseos del
investigador. Desafortunadamente, éste no es el único patrón que puede estar detrás de los
puntos registrados. Al menos otros tres patrones son posibles. Vea la Figura 10.6.
En la parte izquierda de la gráfica hemos representado un patrón correspondiente a una
situación en la que la disminución en el consumo de alcohol cuando toma la medicación es
equivalente a la disminución ya iniciada en el proceso anterior. Es decir, de estos resultados
no se puede inferir que la medicación influya, ya que el proceso de mejoría ya estaba en mar-
cha. El caso central muestra una situación donde tanto en la fase previa como en la fase de
tratamiento hay mucha variabilidad, circunstancia que propició el hecho de registrar una dis-
minución de niveles de consumo. Esta disminución se atribuía inicialmente a la acción de la

FIGURA 10.5. MEDIDAS SIN SERIES. Se representa, en la izquierda, el último valor de la


primera serie sin tratamiento y el primero de la serie con tratamiento, tomados de la Figura 10.2. En
la derecha, la tendencia inferida.

DATOS EVOLUCIÓN DESEADA


30 - ' 30 -
Sin ' Con Sin Con

'

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ce 20 - 20 -
UJ
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DÍAS DÍAS
1O. Diseños experimentales de caso único 311

FIGURA 10.6. INTERPRETACIONES ALTERNATIVAS DE UN DESCENSO DE VALORES.


Tres representaciones de series compatibles con un descenso de la tasa de bebida y que suponen
conclusiones distintas a las deseadas: mejoría ya iniciada, variabilidad y progreso insuficiente.

MEJORÍA VARIABILIDAD P. INSUFICIENTE

30 - Sin Con 30- Sin ' Con 30 - Sin Con


y y' t
o
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l ' l l ' l' l' 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1


DÍAS DÍAS DÍAS

medicación, cuando en realidad se debía a la variabilidad de la conducta en las dos situacio-


nes y, por tanto, lo correcto sería concluir que no hay mejoría. En la tercera situación, la dere-
cha, el progreso que imaginábamos que iba a continuar se detiene, no proporcionando unos
resultados satisfactorios.
Estas tres situaciones, tendencia previa, variabilidad de la conducta y mejoría insufi-
ciente, lejos de ser circunstancias excepcionales, son frecuentes en contextos de terapia.
Todas han de ser tenidas muy en cuenta en la interpretación de resultados. Ahora lo que nos
interesa es que quede claro que la posible existencia de estas circunstancias obliga al inves-
tigador a tomar más de una observación en cada una de las fases por las que pase el experi-
mento. El conjunto de observaciones dentro de una condición se denomina serie y la serie
registrada antes de la intervención se denomina línea base. En todos los manuales de diseño
y de terapia puede leer la recomendación de tomar una serie lo suficientemente grande para
poder asegurar su estabilidad. La estabilidad significa uniformidad, pero esta uniformidad se
puede aplicar a una tendencia -el consumo de alcohol desciende uniformemente- o a una
variabilidad -la variabilidad permanece en la misma cuantía. La longitud de la serie, com-
probada cierta estabilidad, depende más de las características de cada terapia, no pudiéndo-
se generalizar de un caso a otro.

2. Aplicar la intervención. Esta fase supone de hecho dos acciones: una, intervenir en sen-
tido literal y la otra, registrar la serie correspondiente a la propia fase de intervención. Como
ya vio en el ejemplo del alcoholismo, la variable dependiente no sólo debe ser la misma de la
fase anterior, sino que debe ser medida de la misma manera y con la misma escala de repre-
sentación para que la comprobación visual no sea sesgada.
312 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

La intervención puede ser puntual, uniforme o gradual. La terapia con el disulfiram


era uniforme porque durante todos los días de tratamiento tomaba la misma cantidad de
medicación. Un ejemplo de intervención puntual en alcoholismo es el uso de otro fármaco
-anectine-, el cual produce una parálisis respiratoria total durante un período de un
minuto a minuto y medio. Normalmente sólo se hace un ensayo. Una intervención gra-
dual se da en los casos en los que el tratamiento se aplica para conseguir una mejora par-
cial. Conseguida ésta, se vuelve a utilizar para conseguir un nuevo nivel y así sucesiva-
mente hasta conseguir el objetivo. Por ejemplo, una fobia a volar puede ser superada
entrenando a superar la ansiedad de las siguientes situaciones: a) imaginarse que se está
volando, b) estar en un aeropuerto, e) subirse a un avión (sin volar) y d) volar en avión.
3. Interpretar los resultados. La interpretación de los resultados es uno de los puntos más
discutidos de este tipo de métodos. Aunque volveremos sobre ello en el análisis de datos, pre-
sentamos aquí los dos puntos en los que se plantea el debate.
En el primer punto se mezclan dos objetivos: uno, el objetivo científico, preocupado
por descubrir relaciones causales generales, y otro, el terapéutico, cuyo objetivo es cam-
biar la conducta de un cliente hasta un cierto nivel de satisfacción. Hay ocasiones en las
que coinciden, hay otras en las que difieren. Un terapeuta está interesado primordialmente
en cambiar la conducta del paciente, independientemente de que en el proceso seguido se
haya preocupado de la validez. Si el paciente deja establemente de beber, el terapeuta y el
cliente estarán satisfechos, aunque no se sepa si el paciente ha dejado de beber porque
hizo un condicionamiento químico, porque se hizo miembro de Alcohólicos Anónimos o
porque cambió de trabajo. El investigador está interesado en mostrar que una intervención
novedosa reduce de forma estadísticamente significativa una determinada tasa de con-
ducta, lo cual supone, además de incrementar el conocimiento de la comunidad, mejorar
su currículum. Tendrá que ser muy cuidadoso en asegurar la validez de sus experimentos
y deberá ajustarse a los estándares de las revistas científicas, si quiere ver publicado su
trabajo.
El segundo punto de debate se produce al determinar el nivel al que hay que analizar
los datos: unos defienden que los criterios de eficacia terapéutica son mucho más exi-
gentes que los estadísticos y que cuando se alcanzan son evidentes, en el sentido literal
de poderse ver. Esto conduce a que se propugne una inspección visual de los datos. Ade-
más, la significación estadística no tiene ninguna trascendencia si el paciente no está
«curado». Frente al criterio de significación estadística 2 defienden la existencia de otros
criterios: la significación clínica, donde es el terapeuta el que, en función de su expe-
riencia y del grado de conocimiento existente en un determinado momento, decide
cuándo el cambio es relevante; la significación subjetiva, donde el cliente transmite
cuáles son las expectativas de su entorno, familia, amigos, trabajo, que harán que su con-
ducta se considere aceptable; la significación social, donde el patrón para evaluar el cam-
bio se establece con arreglo a lo que se admite que es el comportamiento de los sujetos
normales. Desde el otro punto de vista, que defiende el análisis matemático, otros argu-
mentan que la inspección visual puede ser clara cuando los resultados son perfectos, pero
que, por una parte, existen situaciones intermedias donde es más arriesgada la interpre-
tación y, por otra, puede haber intervenciones en fase de investigación que no alcancen el
nivel de eficacia terapéutica, pero que merezca la pena contrastar si los efectos encon-

2
Recuerde el problema de la significación estadística planteado en el Cuadro 6.6.
1O. Diseños experimentales de caso único 313

tractos se deben al azar o hay una influencia que deberíamos seguir estudiando y per-
feccionando.

TIPOS DE DISEÑO DE CASO ÚNICO

Con un solo sujeto también hay varias posibilidades de organizar la administración de


condiciones experimentales. Posibilidades que dan lugar a los distintos diseños. Al igual
que con los diseños experimentales usando grupos, la selección del más idóneo no se
puede hacer en abstracto sin conocer el tipo de problema sobre el que queríamos investi-
gar. Con los diseños de un solo sujeto esto es todavía más importante. Cada problema,
cada tratamiento e incluso cada técnica para llevar a cabo el tratamiento hace que unos
diseños sean adecuados y otros no. Por tanto, en investigación clínica - donde hay un
paciente que padece- es muy importante hacer la selección del diseño después de un
buen conocimiento del tema.

DiseñoAB

En el ejemplo de presentación de los diseños de caso único habíamos mencionado que se tra-
taba de un diseño ABAB. Esto era así porque había cuatro fases, designando la letra A a las
fases sin tratamiento y la letra B a las fases con tratamiento. Ésta es una de las formas de
notación para estos diseños y es la que vamos a seguir. Un diseño AB es entonces un plan en
el que primero se establece la línea base -sin tratamiento- y una vez estabilizada se pro-
duce la intervención y la medida de la nueva serie. Es el más simple y el más débil de este
tipo de diseños y sólo se usará cuando sea imposible hacer una retirada del tratamiento. A
continuación, en el Cuadro 10.1 presentamos los datos de un experimento que utiliza este
esquema.

CUADRO 10.1. DISEÑO AB

Presentamos a continuación el trabajo de Montorio, Fernández de Trocóniz y López (1998,


pp. 598-605) en el que se utilizó un diseño AB para mejorar el miedo a las caídas en una persona
mayor.
«El miedo a las caídas es la complicación más frecuente en . personas mayores que han
sufrido un episodio de caída de la que no se ha derivado lesión física importante. La persona( ...),
limita su movilidad tras la caída por un miedo excesivo a sufrir nuevas caídas, restringiendo las
actividades que podrían facilitarlas. Tras una experiencia de este tipo, más de la mitad de las per-
sonas admite tener miedo a volver a caer, y una de cada cuatro dice evitar o limitar sus activi-
dades esenciales. Los amigos y familiares también suelen experimentar ansiedad ante la caída de
la persona mayor, lo que les lleva a mostrar comportamientos sobreprotectores que, en último
término, disminuyen la independencia de la persona mayor y con ella su movilidad y capacidad
funcional. (... )En definitiva, la calidad de vida de la persona mayor que sufre miedo a las caídas
puede verse seriamente alterada, pues su capacidad funcional disminuye, su actividad social se
reduce, aumenta la dependencia de otros y ha de enfrentarse con la ansiedad que le produce el
miedo a caer. ( ...)
314 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

Ana es una mujer de 69 años que ha sufrido diversas caídas durante un periodo aproximado
de un año por Jo que ha reducido drásticamente su actividad, no realizando en el momento en el
que acude a consulta ninguna acción que implique mantenerse de pie y desplazarse, si no es apo-
yada en muebles o en alguna persona. (... ) se determina que su conducta no está justificada por
causa médica( ... )
El registro de la línea base se realizó durante 7 días consecutivos, observándose que la
mayor parte de sus desplazamientos los realizaba apoyada en muebles, sin que ninguno de
ellos tuviera lugar de forma independiente.»
La intervención incluyó cuatro fases diferenciadas:
l. Fase educativa. Reconocimiento por parte de Ana de su miedo a caer y explicación del
mismo en términos de antecedentes-conducta-consecuentes.
2. Reducción de la ansiedad. El objetivo de estafase fue reducir la ansiedad ante la reali-
zación de actividades que implican desplazamientos. Se trabajaron: Aprendizaje de ejer-
cicios para facilitar la movilidad, el balance postura!, el equilibrio y el tono muscular.
Adquisición de habilidades de afrontamiento.
3. Exposición en vivo. Ana practicó las técnicas aprendidas para vencer su ansiedad a
andar. El proceso de enfrentamiento a la situación de andar finalizó en las dos primeras
sesiones con refuerzo por parte del terapeuta y, a partir de la siguiente y hasta el final de
la intervención, se disminuyó progresivamente el refuerzo externo que se sustituiría por
autorrefuerzo.
4. Control de situaciones y riesgos. Se hicieron con Ana correcciones ambientales y se eli-
minaron factores de riesgo para evitar en el futuro nuevas caídas.
Resultados

FIGURA 10.7. MOVILIDAD AUTÓNOMA.

85 Líneabase ------ Tratamiento


75
65
UJ¡....
a iií 55
45
35
S: 25

15
5

2 3 4 5 6 7 l.' 2.' 3." 4.' 5.'
DÍAS SEMANAS
TIEMPO

Los resultados obtenidos en este caso indican la eficacia de las técnicas empleadas, técnicas
de exposición en vivo, junto a1 aprendizaje de habilidades de afrontamiento, ejercicios físicos, así
como educación acerca del control de los factores de riesgo y situaciones asociadas a las caídas
para el tratamiento de una fobia a caerse.
JO. Diseños experimentales de caso único 315

Suponga que el diseño, en el ejemplo del alcohólico, lo reducimos a la mitad, es decir, a


las dos primeras fases. Una razón para terminar aquí el experimento puede ser que el pacien-
te ha mejorado sensiblemente desde que está tomando disulfiram, mejoría que no era espe-
rable después de observar la línea base. Además, se puede pensar que una retirada del trata-
miento puede producir, como consecuencia de una nueva recaída, una desmoralización del
paciente y acabar complicando el proceso de la terapia. Sin embargo, otros problemas adi-
cionales aparecen. Por ejemplo, el descenso en la tasa de bebida se puede deber a que, como
consecuencia de «haberse puesto en tratamiento», la actitud de su novia ha cambiado, siendo
ahora más tolerante como forma de ayuda a la superación del problema. Esta mayor com-
presión se traduce en un menor número de conflictos y por tanto de excusas para beber. En
definitiva, si hay una variable enmascarada que es responsable de parte o de todo el cambio
observado en la fase B, no lo podemos comprobar. Al experimento le faltará validez interna.
De nuevo se vuelve a plantear la disyuntiva entre la terapéutica y la investigación. Si con
la fase de tratamiento hemos curado la fobia a volar de un paciente, ya no puede volver a sen-
tir lo que sentía en la fase A, ya que el cambio se ha hecho permanente. Podemos imaginar un
caso más extremo: un cliente llega a la consu lta con un niño que presenta un claro cuadro de
dislexia. Durante los primeros días elabora una línea base y a continuación comienza con un
tratamiento hasta alcanzar un nivel de lectura adecuado a su edad. ¿Cree posible que el
niño «desaprenda» con la finalización del tratamiento y así probar la relación causal? Éste, y
muchos casos parecidos, sólo admite esquemas AB. Formas de mejorar la validez son reco-
ger datos de más casos individuales donde posibles variables enmascaradas tengan otros valo-
res o aplicar el tratamiento de forma múltiple a más conductas. Edgington (1992) aconseja
introducir el tratamiento en un punto aleatorio una vez asentada la línea base. De este modo
ganamos seguridad en la atribución del cambio de la conducta estudiada. En el caso del alco-
hólico, podríamos descartar la influencia de las mejores relaciones con la novia, buscando
datos de otro paciente, con similares características, pero sin novia.

DiseñoABAB

El diseño ABAB es el que corresponde al ejemplo del tratamiento del alcohólico con disul-
firam. Antes de comentar alguna característica adicional a lo ya dicho, le hacemos notar que
hemos pasado por alto un par de posibles diseños intermedios: los diseños BAB y ABA.
Ambos se pueden considerar como aplicaciones parciales del ABAB.
El caso BAB se puede dar en las situaciones en las que es necesario una intervención
inmediata sin poder esperar a establecer una línea base. Tras la retirada del tratamiento y su
vuelta posterior es posible determinar los cambios en la conducta dependientes del trata-
miento.
El caso ABA es menos frecuente en la clínica porque el diseño acaba en una fase sin
tratamiento, aunque se pueda utilizar en la investigación básica. Por ejemplo, suponga que
deseamos -como ya habíamos dicho- comprobar la asociación de la aparición de náuseas
y vómitos con la medicación. Comprobamos que el sujeto no padece estos síntomas, esta-
blecemos la línea base; le administramos la medicación, comprobando que aparecen las
náuseas cuando bebe, acabamos con una nueva fase en la que se comprueba que el malestar
cesa al terminar la medicación. No es necesario volver a hacerle pasar por el «mal trago».
Estos diseños se denominan de vuelta atrás, retirada o inversión -«reversa! designs», en
inglés-, debido a que después de una fase de tratamiento se vuelve a la situación anterior, es
3 16 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

decir, a una fase sin tratamiento. La ventaja fundamental de la vuelta atrás es que con la reti-
rada del tratamiento podemos poner de manifiesto la influencia de otras variables que han
actuado simultáneamente. Si el alcohólico recae, a pesar de que su novia se muestre más
complaciente, podemos atribuir el cambio con más seguridad a la medicación.
En muchas terapias en las que se conoce que existe un gran efecto del experimentador,
puede convenir retirar el tratamiento durante un período, para comprobar hasta qué punto el
terapeuta produce una influencia positiva, aunque «no haga nada».
El propio cliente puede mejorar sólo por el hecho de haber decidido cambiar, por pres-
tarle atención, por sentirse escuchado y por su propia expectativa de «curarse». Incluso
puede estar mejorando por el hecho de querer dejar de pagar cuanto antes. Esta reacción del
cliente -reactividad positiva- puede contaminar un experimento, y si el deseo del inves-
tigador es contrastar la eficacia del tratamiento, debería usar un diseño de vuelta atrás.
En otros casos, cuando se sospecha que el factor tiempo juega a favor del cambio favo-
rable de la conducta, también es indicado un diseño de vuelta atrás. Suponga que un estu-
diante, debido a los malos resultados en los exámenes, desarrolla una depresión como reac-
ción a las malas notas. Parece razonable pensar que, a medida que el desencadenante se aleja
en el tiempo, se produzca una recuperación espontánea.
Otro de los factores de difícil control en los diseños de caso único es el desarrollo de la
propia historia del sujeto, que está cambiando simultáneamente y que puede hacer que apa-
rezcan sucesos de gran influencia que generalizan sus efectos a otras áreas. Suponga el
caso de una mujer a la que se le trata por un problema de cefaleas, una vez descartado el ori-
gen orgánico. Se le aplica un tratamiento de biofeedback 3, dejándose de lado sus tormentosos
problemas familiares. Al cabo de un tiempo, encuentra trabajo y decide divorciarse. Simul-
táneamente, termina su tratamiento y, ¡feliz ella!, las cefaleas han desaparecido. ¿Cuál ha sido
la causa de que se acabaran sus dolores de cabeza?
Por último, se señala la propia maduración biológica del sujeto como una variable
extraña potencial, en especial en niños. Suponga que un tratamiento de enuresis empieza
cuando el niño tiene tres años y medio y finaliza nueve meses después -con éxito- .
¿Podemos asegurar, en este hipotético caso, la efectividad del tratamiento? En el Cuadro 10.2
le presentamos los datos de un experimento con diseño ABAB.

CUADRO 10.2. DISEÑO ABAB

Heard y Watson (1999) probaron la eficacia de manipular contingencias sociales para reducir la
conducta de andar perdidos en pacientes geriátricos. Estos pacientes con demencia estaban
ingresados de forma permanente en una institución. Andar perdidos -desplazamientos continuos
dentro de la institución, sin ningún objetivo y desorientados- es una de las conductas más
difíciles de controlar y que más tiempo exige de los responsables de las instituciones. Los autores
trabajaron con cuatro participantes, de los que aquí presentamos uno: Diana, una anciana de 83
años. La estrategia de los autores consistió en realizar una observación natural de la conducta de
andar perdido para encontrar alguna contingencia social que mantuviera la conducta. En el caso
de Diana observaron que se asociaba con las atenciones recibidas del entorno. Para probar si esta
consecuencia podía modificar sus hábitos realizaron la siguiente estrategia. A: registro del por-

3
Véase el Cuadro 7.4.
1O. Diseños experimentales de caso único 317

centaje de conductas sin ninguna intervención, sobre un periodo largo de tiempo. B: prestarle
atención cuando no andaba perdida y eliminar todo tipo de atención cuando lo hacía. A: retirar el
tratamiento y dejar que obtuviera normalmente la atención derivada de andar perdida. B: reiniciar
el tratamiento. Los resultados después de treinta sesiones se muestran en la Figura 10.8.

FIGURA 10.8. REDUCCIÓN DE LA CONDUCTA DE ANDAR PERDIDO

100 -
Línea base Atención social Retirada Atención social

90 -

80 -
Ul
o
..J
<( 70 -
> <(

¡=:o 60 -

UJ""' 50 -

40 -
UJUJ
30 -
o
""' 20 -

10 -

o 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25
SESIONES

En palabras de los autores (Heard y Watson, p. 382): «Quizá la contribución más novedosa e
importante de este estudio es la demostración de que una conducta que previamente era atribuida
a un fallo neurológico puede ser sensible a consecuencias sociales controladas».

Diseños de línea base múltiple

Los diseños con un solo sujeto alcanzaron un notable grado de complejidad debido a la gran
cantidad de investigación que se generó a partir de los principios del aprendizaje. Por ejem-
plo, la necesidad de probar la posible existencia de interacción entre dos variables llevó al
desarrollo de diseños en los que aparecen nueve series sucesivas. Estos procedimientos se
pueden aplicar sin demasiados problemas con animales, ya que las intervenciones suelen ser
condicionamientos que luego se extinguen y se pueden producir las vueltas atrás necesarias
en el diseño.
Una de las extensiones de los diseños que hemos presentado y que tiene más uso en la
psicología clínica es el caso de los diseños de línea de base múltiple. Una línea base múltiple
318 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

es en realidad varias líneas base. Se consideran una extensión de los diseños AB porque sol-
ventan el problema de la imposibilidad de la vuelta atrás.
Suponga que se está tratando un caso de alcoholismo, no con procedimientos de condi-
cionamiento aversivo químico, sino estableciendo conductas incompatibles con la bebida
(indirectamente se producirá un descenso en la bebida). Estas técnicas basan su lógica en
premiar - mediante fichas que equivalen a dinero o cualquier otra cosa valorada muy
positivamente por el sujeto-- comportamientos que ayudan a evitar beber, como respuestas
asertivas. El hecho de aprender a no decir «SÍ» cuando en realidad se quiere decir «nO», le
ayudará a defenderse de las múltiples ocasiones en las que le incitarán a beber. En esta lógi-
ca de la economía de fichas, la persona se adjudica una ficha cada vez que ha realizado una
determinada conducta: en nuestro ejemplo, una respuesta asertiva. Como puede imaginar, en
este método la fuerza de voluntad del sujeto es crucial, así que, si se consigue que baje la
tasa de la bebida, no parece razonable que se le suspenda el programa de refuerzos para
establecer la vuelta atrás, ya que éste se podría desmoralizar, lo que afectaría a su voluntad
al pensar que otra vez tiene que empezar de cero. La forma de evitar la vuelta atrás, de no
perder la ganancia tan duramente conquistada por el paciente y poder establecer la relación
del cambio con el programa de refuerzo es seguir un diseño con varias líneas base. Este
diseño prescribe que al tiempo de establecer la línea base de las frecuencias de conductas
asertivas del paciente, se establezcan también otras líneas base de otras conductas que
sean susceptibles de ser modificadas con el mismo sistema de refuerzo con fichas. Por ejem-
plo, ante el impulso de beber, relajarse --con una técnica aprendida- antes de decidir si se
bebe. Cada vez que utilice la técnica de relajación se autorrefuerza con una ficha. El pro-
grama de refuerzo de la relajación empieza una semana después del de refuerzo de las con-
ductas asertivas, con el propósito de haber establecido la serie con tratamiento, en la que
observa si se ha producido un aumento de asertividad. La otra razón de empezar un poco
más tarde a reforzar la relajación es poder comprobar que la frecuencia de ésta no ha
mejorado al incrementarse la frecuencia de respuestas asertivas. Si el programa de refuerzos
con fichas fu nciona, el paciente debe ir incrementando el número de relajaciones antes de
decidir beber.
Si consideramos de forma simplificada lo que llevamos comentado de este tipo de dise-
ño, podemos establecer el siguiente esquema:

A B • (conducta 1)
A A B (conducta 2)

La conducta (2) podríamos decir que hace de gemela de la (1). Explicamos brevemente
esta idea: imagine dos hermanas gemelas, Pili y Mili, ambas con fobia al ascensor. Empe-
zamos a tratar sólo a Pili, y mejora. Le pedimos, lógicamente, que no comente nada con su
hermana Mili, la cual, al no ser tratada, permanece con su fobia. Si el tratamiento es verda-
deramente eficaz y no se ha producido ninguna circunstancia extraña que haya hecho mejo-
rar a Pili de forma externamente al tratamiento, ¿qué cree que debe pasar con Mili, cuando
ella reciba a su vez el tratamiento? Teniendo en cuenta lo «iguales» que son las gemelas,
parece razonable pensar que ella también mejore.
Observe ahora, en términos generales, que al pasar de la conducta (1) en fase B a la con-
ducta (2) que estaba en fase A, estamos remedando el esquema conocido:

ABAB
lO. Diseños experimentales de caso único 319

En definitiva, al no poder hacer la vuelta atrás en la conducta (1), se utiliza la conducta


(2) que permanecía «atrás». Esta lógica expuesta con dos conductas la podemos generalizar
a más conductas, consideradas como relevantes para ser modificadas en relación al objetivo
con el cliente.
Antes de precisar algunas de las características contenidas en el ejemplo del paciente con
alcoholismo, presentamos en el Cuadro 10.3 un caso real, publicado por Femández et al.
(1997).
Precisamos ahora las características que permiten utilizar los diseños de línea base múl-
tiple:

l. Independencia de las conductas seleccionadas. Condición sine qua non, ya que la


dependencia de una conducta (2) respecto a otra (1) que está siendo tratada, hará que se
produzcan cambios en (2) antes de que se le aplique el tratamiento. Al producirse la modi-
ficación sin la presencia de la variable independiente, no podremos establecer la relación
causal.
2. Similar sensibilidad de las conductas seleccionadas. Condición igualmente necesaria
para poder hacer el diseño. La sensibilidad se refiere a que las conductas en estudio puedan
ser afectadas por las mismas variables. De aquí se pueden inferir dos cosas: una, que todas
deben ser receptivas de igual forma al tratamiento y, dos, que si hubiese una variable enmas-
carada con la independiente, se pondría de manifiesto en las conductas no tratadas. Suponga
que un chico joven acude a una terapeuta de la que queda gratamente impresionado. Una vez
establecida la línea base de cuatro conductas, comienza la intervención en una de ellas y, por
tanto, se hace explícito cuál es el criterio de mejoría y para qué servían los registros de la pri-
mera semana. Como el paciente desea obtener el comentario positivo de la terapeuta, no sólo
mejora en la conducta bajo el tratamiento, sino en las otras tres -ya que así la terapeuta se
mostrará más contenta-. Este efecto extremo de reactividad positiva -nada infrecuente- no
se podría haber detectado con un diseño AB sobre una sola conducta.

CUADRO 10.3. EJEMPLOS DE PREGUNTAS BÁSICAS

Fernández et al. (1997, pp. 6-20) llevaron a cabo una investigación en la que probaron la efica-
cia de un entrenamiento en habilidades conversacionales. El estudio se hizo en pacientes con
anorexia.
«Los pacientes aquejados de anorexia nerviosa se caracterizan comúnmente, entre otras
por presentar déficit en habilidades sociales y una tendencia marcada a presentar
ansiedad y evitación sociales. El objetivo del presente estudio era investigar la efectividad de un
entrenamiento en habilidades conversacionales con pacientes anoréxicas. Se empleó una mues-
tra de 5 pacientes anoréxicas restrictivas, que previamente habían estado tratadas bajo interna-
miento en nuestro Servicio de Psiquiatría. Como variable independiente fue utilizado un pro-
grama en habilidades sociales (... )en situación grupal ambulatoria. En todo el proceso del tra-
tamiento se siguió un diseño de línea base múltiple entre conductas. Tras doce sesiones de
tratamiento, y como consecuencia de las mismas, se observó una mejoría sustancial en todas las
conductas meta, y principalmente en dos de ellas: contacto visual y frecuencia en preguntas con-
versacionales. Estos resultados mostraron que las habilidades .sociales entrenadas habían sido
aprendidas adecuadamente.>>
320 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

FIGURA 10.9. LÍNEA BASE MÚLTIPLE. Valores medios de nuestro grupo de pacientes
anoréxicos (N=5) tras aplicar un tratamiento en habilidades conversacionales siguiendo un
diseño de línea de base múltiple entre conductas.
10. Diseños experimentales de caso único 321

Con esta lógica de varias líneas base y aplicaciones sucesivas del mismo tratamiento se
pueden dar tres tipos de diseño:

a) Varios registros del mismo individuo en diferentes condiciones. Un posible ejemplo


sería probar escalonadamente la eficacia del refuerzo, mediante fichas, de la conducta asertiva
de un individuo en casa, en el trabajo y con sus amigos.

b) Diferentes variables del mismo individuo en una sola condición. Ejemplos de este tipo
son el caso del alcohólico al que se le refuerza la conducta asertiva y la relajación antes de la
bebida y el del Cuadro 10.4.

e) Varios individuos observados en la misma variable y condición. Este tipo es muy uti-
lizado en instituciones, ya que lo que interesa es cambiar la conducta de todos los pacientes
de similares características. Fíjese que a pesar de que al final tendrá datos de un grupo en las
dos condiciones, línea base y tratamiento, la diferencia fundamental con los diseños de
grupo es que la intervención se hace sujeto a sujeto de forma escalonada, comprobando que
un sujeto mejora en comparación a la línea base del resto. Cuando se da una interferencia
positiva del sujeto que está mejorando con los que no están siendo tratados, puede invalidarse
el diseño (aunque terapéuticamente se logre el objetivo).

VALIDEZ Y LIMITACIONES DE LOS DISEÑOS DE CASO ÚNICO

La validez interna de los diseños con un solo sujeto depende, como en el caso de los grupos,
de la correcta aplicación del método, es decir, del correcto control que permita asignar los
cambios de la variable dependiente a la independiente. Las mismas reflexiones que hicimos
en el caso de los grupos son pertinentes aquí. De lo expuesto sobre las precauciones que se
deben tener en la realización de un experimento con un solo sujeto, y que son pertinentes para
la validez, recordamos: la necesidad de controlar la historia, la maduración, el efecto expe-
rimentador, el tiempo y la reactividad positiva. Hay, no obstante, algunas consideraciones adi-
cionales que merecen un poco de detenimiento: el diseño AB y la interacción sujeto con tra-
tamiento.
El diseño AB con un solo sujeto presenta numerosas incertidumbres sobre su validez
interna \ ya que no es posible desechar explicaciones alternativas de variables enmascaradas
con la variable independiente. Todos los esfuerzos por incrementar el control no serán bal-
díos. Otra forma adicional - ya mencionada- de escapar a esta limitación es acumular evi-
dencias con más sujetos equiparados.
Respecto a la interacción «sujeto x tratamiento», pensemos que un sujeto particular, por
sus características individuales, puede reaccionar de una forma especial al tipo de trata-
miento que le estén aplicando y hacer que sus respuestas sean mucho mejores o mucho peo-
res que las de la mayoría de los individuos. Por ejemplo, algún sujeto puede sentir una
aversión tan profunda a los sistemas de economía de fichas que el aparente refuerzo positivo
pierda gran parte de su carácter reforzador. Esta interacción, que en los diseños de grupos se
puede aislar, aquí es invisible, salvo que sea detectada colateralmente por el terapeuta. En los
registros sólo observaremos conjuntamente los efectos del tratamiento más los de la interac-

4
Razón por la que algunos autores Jo han clasificado como <<Cuasi experimento». Véase el Capítulo 11.
322 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

ción y, por tanto, contaminará las conclusiones que deseemos establecer sobre el tratamiento
en general, es decir, sobre la posible eficacia del procedimiento y, por consiguiente, su
generalización a otras personas. Esto último conecta ya directamente con la validez externa
que comentamos a continuación.
Las críticas a la validez externa son obvias. ¿Cómo puede una sola persona represen-
tar al resto de los mortales? Sin embargo hay dos respuestas adecuadas. La primera es que,
ya que estos diseños se utilizan mayoritariamente en poblaciones clínicas, el sujeto del
experimento suele representar bastante bien a los sujetos con el mismo síndrome. El
aspecto de la conducta fóbica de un sujeto se parece mucho al de otro sujeto con la
misma fobia. La segunda respuesta es que los cambios que se producen como efecto de la
intervención son tan grandes que «hay margen de sobra» para esperar que se produzcan en
otros sujetos.
Conviene resaltar que el hecho de que se puedan hacer experimentos con un solo
sujeto no quiere decir que se haga una renuncia a utilizar grupos cuando se pueda agrupar
resultados de casos individuales e informar de ellos en grupo, diciendo, por ejemplo, cuál
fue el tanto por ciento de casos que modificaron su conducta hasta llegar al nivel deseado.
No cabe duda que cuando se hace esto último se incrementa la validez externa. (Véase el
Cuadro 10.4.)
¿Cuándo es claramente inadecuado aplicar diseños de caso único? En primer lugar, y aun-
que parezca un poco tautológico, cuando es perfectamente factible aplicar diseños de grupos.
En segundo lugar, cuando la variabilidad de la conducta en la línea base es muy grande. Antes
de proceder al experimento habrá que reducir la variabilidad localizando y controlando las
variables que producen esa variabilidad. Este análisis previo puede hacer que se reenfoque el
experimento. Por ejemplo, suponga que la frecuencia de bebida, absolutamente irregular, de
una persona se explica por las diferencias entre diario y fines de semana; esta observación
será fundamental para orientar el tratamiento y para poder proceder al experimento, cen-
trándose los registros sólo en los tres días del fin de semana. En tercer lugar, cuando se nece-
sita un informe de la eficacia de un tratamiento con objeto de utilizarlo de forma generalizada
en instituciones. Y, por último, cuando hay que hacer estudios comparativos de la eficacia de
varios tratamientos alternativos. En este caso no se puede deducir la superioridad de un tra-
tamiento sobre otro porque el sujeto X haya mejorado más que el Y. Recuerde el problema de
las interacciones.

ANÁLISIS DE DATOS

Queremos empezar dejando claras dos ideas: una, no hay acuerdo entre los especialistas que
utilizan diseños de caso único sobre la conveniencia de realizar análisis estadísticos, y dos, el
grado de complejidad de los análisis estadísticos es tal que no figuran en las materias tron-
cales de los estudios de Psicología. Dicho esto, quizá le parezca que lo más sensato es
cetTar en este momento el apartado, y, sin embargo, queremos que conozca algunas de las pis-
tas que pueden ayudarle a orientarse, si en algún momento de su formación decide profun-
dizar en estos temas.
En primer lugar, presentamos algunos de los criterios de cómo interpretar los resultados
sin análisis estadístico. La interpretación, como ya adelantamos, se basa en la consecución de
objetivos, ya sea por significación clínica, subjetiva o social. La consecución de objetivos se
comprueba, simplemente, observando las gráficas. Las gráficas deben estar bien hechas y el
10. Diseños experimentales de caso único 323

mejor criterio para evaluar si una gráfica está correctamente ejecutada es compararla con las
habitualmente realizadas y publicadas en las revistas especializadas. En cualquier caso, dos
criterios deben presidir la realización de cualquier gráfica: un número grande de observa-
ciones por serie y una correcta reducción de la variabilidad, ya sea por control experimental
o por cálculo de promedios adecuados. ¿Cómo se puede ver lo que de verdad ha pasado? La
casuística es muy grande. Nosotros hemos seleccionado un conjunto de situaciones como
muestra:

a) Cambios en la tendencia de la línea base.

b) Cambios en el nivel de la línea base.

Combinando los patrones de las Figuras lO. lO y 10.11 podríamos generar un conjun-
to nuevo de patrones de cambio en el que se mezclarían los cambios de tendencia y de
nivel.
Como puede observar, la mayoría de los ejemplos mostrados presentan cambios lo sufi-
cientemente grandes como para que la inspección visual constate su presencia. Los problemas
surgen cuando las situaciones no son tan claras, y esto puede ocurrir por las siguientes cir-
cunstancias:

a) Cuando el cambio es débil y surgen dudas sobre la interpretación.

b) Cuando las series tienen mucha variabilidad y no se percibe claramente ni un cambio


de nivel ni de tendencia.

FIGURA 10.10. CAMBIOS DE TENDENCIA. Distintos tipos de cambio de tendencia que permiten
concluir la influencia del tratamiento en una inspección visual.

'
A B A , B

A B A B

'/
324 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

FIGURA 10.11. CAMBIOS DE NIVEL. Distintos tipos de cambio de nivel que permiten concluir
la influencia del tratamiento en una inspección visual.

'
B A B
A
..'' ..'

A '
' B A B

------ ------
' '
t t

------ ------
e) Cuando se inicia una nueva línea de investigación y los patrones de eficacia no están
todavía claramente establecidos.
d) Cuando queremos comparar dos casos similares y no se producen claras diferencias
gráficas.

Al menos por estas razones, y por las más generales que hacen que todos los resultados
científicos variables se contrasten frente a la hipótesis de que lo encontrado no se debe al azar,
deberían analizarse los datos con los modelos estadísticos apropiados.
Quizá haya tenido usted la intuición de que el análisis debería ser tan fácil -o tan difí-
cil- como los análisis de los datos provenientes de experimentos con grupos. La base por la
que piensan así muchas personas es considerar que en definitiva lo que tenemos es un con-
junto de puntuaciones obtenidas en una condición sin tratamiento y otro conjunto obtenido
con tratamiento. Luego ¿por qué no hacer una diferencia de medias? Vamos a justificar, con
la mínima cantidad de estadística, por qué esto es incorrecto.
Observemos cómo son las puntuaciones de un grupo de sujetos que está en una condición
sin tratamiento. Carlos, por ejemplo, bebió como 8 sobre 10. Juan, que está en la lista a con-
tinuación, habrá bebido como ... cualquier valor, ¿no?, ya que la conducta de Juan nada tiene
que ver con la de Carlos. Ambas son independientes.
Observemos ahora cómo son las puntuaciones de un solo sujeto, Óscar, en una condición
sin tratamiento. El domingo bebió como 9 sobre 10, ¿cree usted que lo que beba el lunes es
independiente de cómo actuó el fin de semana? Puede ser que se haya quedado tan mal que
el lunes apenas beba o que una vez iniciada la racha no pueda bajar la tasa drásticamente y
necesite beber bastante. En definitiva, beba más o menos, esta nueva puntuación está rela-
cionada con la anterior. Ésta es la diferencia fundamental que hace que no se puedan aplicar
las técnicas clásicas de diferencias de grupos de puntuaciones, que se basan en la indepen-
dencia de las puntuaciones.
10. Diseños experimentales de caso único 325

Para solventar el problema de la correlacción de las puntuaciones dentro de la serie se han


desarrollado técnicas de análisis de series temporales, específicas para este tipo de situacio-
nes. Uno de los modelos más utilizado se conoce con el nombre de ARIMA 5, expresión que
puede encontrar en los análisis de resultados de las revistas especializadas. Si desea leer sobre
estas técnicas, en castellano, puede consultar en Arnau (1984), Martínez (1984) y Vallejo
(1996).

s Siglas de AutoRegressive lntegrated Moving Average.


326 Métodos de investigación en Psicología y Educación 1 León y Montero

GLOSARIO
diseño AB. Plan de investigación con un solo sujeto en el que la secuencia es: línea base-tratamiento.
Es muy difícil probar la causalidad.
diseño ABAB. Plan de investigación experimental de caso único en el que la secuencia es: línea
base-tratamiento-retirada del tratamiento-tratamiento.
diseños de línea base múltiple. Plan experimental donde varias conductas se registran simultánea-
mente y donde se interviene con el mismo tratamiento de forma escalonada. Este diseño es una
extensión del AB, donde no puede reali zarse una retirada del tratamiento.
diseños de vuelta atrás. Planes de investigación experimental de caso único en los que se produce
alguna retirada del tratamiento, esperándose que la conducta vuelva a ser como era en la línea base
(atrás).
historia del sujeto. Conjunto de sucesos de la vida del paciente que pueden influir en la variable
dependiente bajo tratamiento. Es una amenaza a la validez interna.
intervención. Aplicación de un tratamiento, considerado como un nivel de una determinada variable
independiente.
intervención gradual. El tratamiento supone una aplicación de distintos niveles a medida que se van
alcanzando objetivos parciales.
intervención puntual. Sólo se produce una aplicación del tratamiento en el tiempo.
intervención uniforme. El tratamiento, aplicado de la mi sma manera, necesita repetirse a lo largo de
un cierto período de tiempo. Se puede decir que hay una aplicación repetida del mismo nivel de la
variable independiente.
línea base. Serie de registros sin intervención.
maduración biológica. Cambios producidos en el organismo del sujeto como consecuencia del paso
del tiempo, que producen influencia en la variable dependiente bajo tratamiento. Es una amenaza
a la validez interna.
reactividad positiva. Cambio positivo del paciente como respuesta al hecho general de estar siendo tra-
tado, independientemente del tipo de tratamiento.
serie. Conjunto de puntuaciones registradas a lo largo de un período de tiempo.
significación clínica. Criterio para evaluar el cambio de conducta y que es establecido por el terapeuta
en función de su experiencia.
significación social. Criterio para evaluar el cambio de la conducta y que es establecido dependiendo
de lo que se considere como comportamiento normal.
significación subjetiva. Criterio para evaluar el cambio de conducta y que es establecido según las
expectativas de la familia, amigos o entorno laboral del paciente.
tendencia. Patrón común en la evolución de los registros de una serie.

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