La sintaxis latina estudia las relaciones sintácticas, tanto de los constituyentes sin-
tácticos como de la concordancia gramatical y otros aspectos que aparecen en los
textos latinos.
Índice
1 Introducción
2 La estructura de la oración
o 2.1 Nivel representativo de la estructura oracional
o 2.2 Nivel presentativo o interactivo
3 Constituyentes de la oración
o 3.1 3.1 El predicado
o 3.2 3.2 Los demás constituyentes
3.2.1 3.2.1 Constituyentes obligatorios
3.2.1.1 3.2.1.1 Nivel sintáctico
3.2.1.2 3.2.1.2 Nivel semántico
3.2.1.3 3.2.1.3 Nivel léxico
4 Concordancia
5 Referencias
o 5.1 Bibliografía
o 5.2 Enlaces externos
o
Introducción
Han sido numerosas las propuestas de definición de oración a lo largo de la his-
toria. Todas ellas comparten la concepción de la oración como el resultado de la
asociación de un determinado tipo de contenido con una forma sintáctica espe-
cífica. En la formulación más sencilla posible puede definirse la oración como la
estructura predicativa –combinación de un predicado con los complementos
adjuntos y disjuntos asociados a él– capaz de constituir un mensaje completo
o enunciado. Desde el punto de vista del contenido, un mensaje es la unidad
lingüística mínima de comunicación que un hablante o emisor dirige a un
interlocutor. Todos los mensajes tienen una finalidad, por ejemplo la de informar
(las aserciones), o la de provocar un comportamiento (las órdenes). Desde el punto
de vista comunicativo un mensaje es completo y autónomo, es decir, no necesita
de otros elementos lingüísticos para poder emitirse.
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Todas las oraciones son mensajes, pero no todos los mensajes son oraciones; es
preciso que a su capacidad comunicativa se asocie una determinada estructura
sintáctica predicativa.
En este sentido los ejemplos de (1) son mensajes que constituyen oraciones; los
ejemplos de (2) son mensajes no oracionales pues carecen de la estructura sintáctica
predicativa que requiere una oración:
(1a) En la calle, los niños jugaban con un balón el día de aquel infausto evento.
(1b) Quin taces? (“por qué no te callas”, Plaut. Merc. 494)
(1c) mene incepto desistere uictam! (“¡¿desistir yo, vencida, de mi empeño?!”, Verg.
Aen. 1,37)
(2a) ¿Eh?
(2b) ¡Ay!
(2c) ¡Hola!
Desde un punto de vista gramatical, una estructura predicativa está compuesta por
un predicado (generalmente un verbo o forma verbal, aunque no exclusivamente)
y aquellos elementos que dependen de él bien como elementos necesarios o
argumentos, bien como elementos opcionales o satélites (adjuntos y disjuntos).
De forma paralela a lo que sucede con los mensajes, toda oración tiene una
estructura predicativa, pero no todas las estructuras predicativas son oraciones;
precisan para ello ser un mensaje completo. De acuerdo con este criterio, son una
oración los ejemplos de (1) y no lo serán los de (3) porque no constituyen mensajes
completos:
(3a) dum haec Romae geruntur (“mientras estas cosas suceden en Roma”, Sall.
Cat. 32,3)
(3b) Caesare interfecto (“muerto César”, Cic. Phil. 2,28)
A diferencia de los de (1), las frases de (3) contienen una expresión en torno a un
predicado verbal, pero carecen de función comunicativa propia y, por consiguiente,
de autonomía sintáctica y comunicativa. La forma que presentan, por otro lado, en
el caso de (3a) de subordinada introducida por una conjunción, y en el de (3b) con
el predicado en participio en caso ablativo (Tema 15), no corresponde a la que
adoptan en latín las oraciones completas.
La estructura de la oración
Como hemos dicho, sintácticamente, la oración es una forma de estructura
predicativa. Comparte, por tanto, estructura con otras unidades que no son
oraciones, como son las frases subordinadas, por ejemplo. El análisis de las
estructuras predicativas será válido, por tanto, para todas las unidades lingüísticas
de tipo oracional, sean éstas independientes o no. De ahora en delante
denominaremos esta estructura como "estructura oracional".
En una oración como la que ilustra (4) se encuentra información de dos tipos: por
un lado, la que aparece representada en la oración principal, que hace referencia a
una situación en la que un hombre, Juan, ayudó a otro en una tarea. El núcleo de
esta información está constituido por el predicado "ayudó" y los argumentos o
complementos necesarios que son en este caso el Sujeto "Juan” y el receptor de la
ayuda "Pedro". Como información adicional y complementaria (adjunto) se nos
informa de la finalidad o destino de la ayuda "a sacar agua". Por otro lado, la
oración de (4) contiene información relativa a las relaciones de los participantes en
la conversación (por si lo quieres saber) y a la actitud del emisor de la frase sobre
lo que está contando (sorprendentemente). Este tipo de constituyentes se
denominan disjuntos.
En (6’) la estructura mínima obligatoria con el verbo copulativo esse, que contiene
un Sujeto (bellum) y un predicado (multiplex) se expande mediante una infor-
mación temporal (eodem tempore) y una espacial locativa (ad Veios, ad Capenam
etc.). En (7’), la estructura mínima con el verbo donare requiere tres elementos, un
Sujeto, un Objeto y un Receptor o Beneficiario, y aparece expandida mediante un
adjunto que es un complemento predicativo ligado por concordancia a uno de sus
miembros, el Objeto. En (8’) la estructura mínima requerida por el verbo no
contiene ningún otro elemento y la expandida incluye un adjunto de carácter
locativo.
Los dativos de (9) y (10), multis y sinum intranti (llamados de “punto de vista” o
iudicantis en Ernout-Thomas,[3] aportan una información necesaria para conocer
el valor de verdad sobre la belleza de Quincia, en (9), y la posición de Antícira, en
(10); el punto de vista que expresan avala la verdad de la proposición; por tanto,
no se sitúan en el nivel representativo de la oración, a diferencia de los dativos
complemento indirecto o Receptor, que sí lo son. El caso de (11) contiene una
subordinada final que no informa de la finalidad de la oración principal, sino sobre
la organización de la información representativa que la sigue. En (12) la final
establece un punto de contacto entre el hablante y el destinatario y justifica el
propio acto de hablar ("para decirte la verdad, (te diré que)"). Por último en (13) el
adverbio expresa la opinión del hablante sobre el contenido de la predicación
siguiente, no el modo en que tiene lugar reprehenderunt.
CONSTITUYENTES DE LA ORACIÓN
3.1 El predicado
Como se ha mencionado arriba, las oraciones, en tanto que estructuras
predicativas, se componen de un predicado, que constituye su núcleo básico, y de
una serie de elementos dependientes de él como complementos, adjuntos o
disjuntos. El predicado es usualmente una forma personal cuando la estructura
predicativa es una oración independiente o una frase subordinada. En otras
predicaciones dependientes menores que la oración, el predicado también puede
ser un nombre, un adjetivo o un adverbio, como se ve en frases como las de (14)-
(16):
(14) aduentu Caesaris (“a la llegada de César”)
(15) defectione sociorum anxius (“preocupado por la defección de los aliados
Liv. 7,25,7)
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(16) ubi terrarum (“en qué tierra” (lit. “dónde de las tierras”), Cic. Att. 11,1,1)
A las oraciones que tienen como predicado un verbo –y que son denominadas por
ello "de predicado verbal"– las gramáticas tradicionales suelen contraponer otro
tipo de oraciones llamadas "de predicado nominal" u "oraciones copulativas". Este
tipo de estructura oracional presenta como constituyentes fundamentales un Sujeto
y otro nombre o adjetivo que concierta con él y que recibe el nombre de Atributo
o predicado nominal. Es frecuente también que aparezca una forma verbal de un
tipo de verbos denominados "copulativos", cuyo representante más típico es el
verbo esse "ser". Los ejemplos (9) y (10), mencionados más arriba, contienen frases
de este tipo.
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Por el contrario, otros muchos lingüistas defienden que los verbos copulativos se
comportan como el resto de los verbos, es decir, como verdaderos predicados.
Según esta concepción el Atributo no sería más que uno de los argumentos
dependientes del predicado.
Nótese que (17) encaja en la definición que se ha dado de oración igual que (1a): la
única diferencia es que varios de sus constituyentes tienen forma distinta de la de
un sintagma nominal ("allí", "cuando apareció la vaquilla"). De esto puede
deducirse que la forma que presentan los diversos constituyentes de la estructura
oracional, diferentes del predicado, no es la propiedad que condiciona su función.
Así pues, tanto los nombres, como los sintagmas preposicionales, adverbios y
frases subordinadas pueden desempeñar el mismo tipo de funciones en la oración
y deben tratarse, en cuanto constituyentes de la oración, de la misma manera.
lugares donde es este nivel el responsable de la forma final que adquiere la oración.
Esto sucede, por ejemplo, con la voz pasiva y en el orden de palabras
No hay acuerdo entre los lingüistas sobre el contenido gramatical que aporta el
caso en estos complementos. Algunos lingüistas asocian el contenido de las marcas
con los valores funcionales que se atribuyen al caso cuando es marca de cons-
tituyentes libres (dativo = Beneficiario; ablativo = Instrumento u Origen, etc.).
Otros, sin embargo, opinan que en posición de argumento los casos son una mera
marca vacía, sin contenido semántico sistemático.[4]
CONCORDANCIA
El latín en tanto que lengua flexiva fusionante usa numerosos sufijos para marcar
categorías gramaticales no léxicas. Dado que el orden sintáctico es bastante libre
parte de la información sobre las relaciones sintácticas depende del marcaje
explícito en las palabras. La concordancia es uno de los recursos sintácticos más
ampliamente usado en latín para indicar dependencias gramaticales. Así se tienen:
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Referencias
1. ↑ García Velasco 2003, 135-176; Bolkestein 1993
2. ↑ Pinkster 1995, 5
3. ↑ 1953, 72
4. ↑ Pinkster, 1989
Bibliografía
Baños, J.M. - Cabrillana, C. - Torrego, M.E. - de la Villa, J. (eds.) (2003):
Praedicatiua. Complementación en griego y latín, Verba, Anexo 53, Santiago de Compostela, Servicio de
Publicaciones.
Bolkestein, A.M. (1993): “Functional Grammar and Latin Linguistics”, Lalies 12, 75-114.
García Velasco, D. (2003): Funcionalismo y Lingüística: la Gramática Funcional de S.C. Dik, Oviedo,
Universidad de Oviedo.
Kroon, C. (1995): Discourse particles in Latin. A study of nam, enim, autem, vero and at.
Amsterdam, Gieben.
Pinkster, H. (1988): "Non-Accusative second arguments of two-place verbs in Latin", Cuadernos
de Filología Clásica 21, 235-245.
Risselada, R. (1993): Imperatives and other directive expressions in Latin. A study in the Pragmatics of a
dead language, Amsterdam, Gieben.
Torrego, M.E. (ed.) (1998): Nombres y funciones. Estudios de sintaxis griega y latina, Madrid,
Ediciones Clásicas – UAM Ediciones.
Villa, J. de la (1989): "Las funciones de los elementos nominales: Criterios para su identifica-
ción y caracterización en Griego y Latín", Cuadernos de Filología Clásica, 22, 291-303.
Enlaces externos
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