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SINTAXIS LATINA

La sintaxis latina estudia las relaciones sintácticas, tanto de los constituyentes sin-
tácticos como de la concordancia gramatical y otros aspectos que aparecen en los
textos latinos.

Índice
 1 Introducción
 2 La estructura de la oración
o 2.1 Nivel representativo de la estructura oracional
o 2.2 Nivel presentativo o interactivo
 3 Constituyentes de la oración
o 3.1 3.1 El predicado
o 3.2 3.2 Los demás constituyentes
 3.2.1 3.2.1 Constituyentes obligatorios
 3.2.1.1 3.2.1.1 Nivel sintáctico
 3.2.1.2 3.2.1.2 Nivel semántico
 3.2.1.3 3.2.1.3 Nivel léxico
 4 Concordancia
 5 Referencias
o 5.1 Bibliografía
o 5.2 Enlaces externos
o
Introducción
Han sido numerosas las propuestas de definición de oración a lo largo de la his-
toria. Todas ellas comparten la concepción de la oración como el resultado de la
asociación de un determinado tipo de contenido con una forma sintáctica espe-
cífica. En la formulación más sencilla posible puede definirse la oración como la
estructura predicativa –combinación de un predicado con los complementos
adjuntos y disjuntos asociados a él– capaz de constituir un mensaje completo
o enunciado. Desde el punto de vista del contenido, un mensaje es la unidad
lingüística mínima de comunicación que un hablante o emisor dirige a un
interlocutor. Todos los mensajes tienen una finalidad, por ejemplo la de informar
(las aserciones), o la de provocar un comportamiento (las órdenes). Desde el punto
de vista comunicativo un mensaje es completo y autónomo, es decir, no necesita
de otros elementos lingüísticos para poder emitirse.
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Todas las oraciones son mensajes, pero no todos los mensajes son oraciones; es
preciso que a su capacidad comunicativa se asocie una determinada estructura
sintáctica predicativa.

En este sentido los ejemplos de (1) son mensajes que constituyen oraciones; los
ejemplos de (2) son mensajes no oracionales pues carecen de la estructura sintáctica
predicativa que requiere una oración:
(1a) En la calle, los niños jugaban con un balón el día de aquel infausto evento.
(1b) Quin taces? (“por qué no te callas”, Plaut. Merc. 494)
(1c) mene incepto desistere uictam! (“¡¿desistir yo, vencida, de mi empeño?!”, Verg.
Aen. 1,37)
(2a) ¿Eh?
(2b) ¡Ay!
(2c) ¡Hola!

Desde un punto de vista gramatical, una estructura predicativa está compuesta por
un predicado (generalmente un verbo o forma verbal, aunque no exclusivamente)
y aquellos elementos que dependen de él bien como elementos necesarios o
argumentos, bien como elementos opcionales o satélites (adjuntos y disjuntos).

Esta estructura predicativa describe un evento y la forma en que el emisor desea


que esta descripción sea recibida por el receptor.

De forma paralela a lo que sucede con los mensajes, toda oración tiene una
estructura predicativa, pero no todas las estructuras predicativas son oraciones;
precisan para ello ser un mensaje completo. De acuerdo con este criterio, son una
oración los ejemplos de (1) y no lo serán los de (3) porque no constituyen mensajes
completos:
(3a) dum haec Romae geruntur (“mientras estas cosas suceden en Roma”, Sall.
Cat. 32,3)
(3b) Caesare interfecto (“muerto César”, Cic. Phil. 2,28)

A diferencia de los de (1), las frases de (3) contienen una expresión en torno a un
predicado verbal, pero carecen de función comunicativa propia y, por consiguiente,
de autonomía sintáctica y comunicativa. La forma que presentan, por otro lado, en
el caso de (3a) de subordinada introducida por una conjunción, y en el de (3b) con
el predicado en participio en caso ablativo (Tema 15), no corresponde a la que
adoptan en latín las oraciones completas.

En conclusión, sólo una estructura predicativa que constituya un mensaje


completo puede recibir la etiqueta de oración.
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La estructura de la oración
Como hemos dicho, sintácticamente, la oración es una forma de estructura
predicativa. Comparte, por tanto, estructura con otras unidades que no son
oraciones, como son las frases subordinadas, por ejemplo. El análisis de las
estructuras predicativas será válido, por tanto, para todas las unidades lingüísticas
de tipo oracional, sean éstas independientes o no. De ahora en delante
denominaremos esta estructura como "estructura oracional".

La estructura oracional se configura como una estructura jerarquizada formada por


diversos niveles sintáctico-semánticos.[1] La forma mínima que ha de adoptar la
estructura oracional requiere la combinación de un predicado y sus elementos
obligatorios. Esta estructura puede expandirse con la adición de elementos no
necesarios de diverso tipo. En (4) se ofrece un ejemplo en castellano que ilustra la
oración en sus máximas posibilidades estructurales de expansión:
(4) Por si lo quieres saber, sorprendentemente Juan ayudó ayer a Pedro a sacar
el agua.

En una oración como la que ilustra (4) se encuentra información de dos tipos: por
un lado, la que aparece representada en la oración principal, que hace referencia a
una situación en la que un hombre, Juan, ayudó a otro en una tarea. El núcleo de
esta información está constituido por el predicado "ayudó" y los argumentos o
complementos necesarios que son en este caso el Sujeto "Juan” y el receptor de la
ayuda "Pedro". Como información adicional y complementaria (adjunto) se nos
informa de la finalidad o destino de la ayuda "a sacar agua". Por otro lado, la
oración de (4) contiene información relativa a las relaciones de los participantes en
la conversación (por si lo quieres saber) y a la actitud del emisor de la frase sobre
lo que está contando (sorprendentemente). Este tipo de constituyentes se
denominan disjuntos.

El primer tipo de información pertenece al nivel representativo de la oración y el


segundo al nivel presentativo o interactivo. Un esquema muy simplificado de la
estructura oracional es el que se ofrece en el siguiente gráfico:[2]
(5)* Oración ( “Información sobre un asunto”. JJV )
 Disjuntos (nivel presentativo)
 Adjuntos (nivel representativo no necesario)
 Predicado Argumentos (nivel representativo necesario)

Nivel representativo de la estructura oracional


La información del nivel representativo de la oración está formada, en primer lugar,
por la estructura sintáctica mínima, formada por el predicado y sus elementos
4

obligatorios. A esta unidad sintáctica la llamaremos “predicación nuclear”. Los


ejemplos de (6)-(8) contienen oraciones de este tipo:
(6) bellum multiplex fuit
(7) cui dono nouum libellum?
(8) pluit.

Las estructuras mínimas de (6)-(8) se pueden expandir con distintos tipos de


elementos no obligatorios, que aportan informaciones adicionales sobre otros
participantes o sobre las circunstancias en las que se desenvuelve la situación. El
nombre que asignaremos a esta estructura es el de “predicación expandida”; los
elementos que se integran en este nivel corresponden a lo que Pinkster (1995)
denomina adjuntos y la gramática tradicional "complementos circunstanciales". En
(6’)-(8’) se ofrecen algunos ejemplos:

(6’) bellum multiplex fuit eodem tempore ad Veios et ad Capenam et ad Fale-


rios, et in Volscis ... (“la guerra fue múltiple al mismo tiempo en Veyos,
en Capena, en Falerios y en la zona de los Volscos”, Liv. 5,10,2)
(7’) cui dono nouum libellum, arida pumice expolitum? (“¿A quién le regalo
mi nuevo librito, pulido con áspera pómez?”, Catull. 1,1-2)
(8’) pluit in terris (“llueve en las tierras”, Verg. Aen. 10,807)

En (6’) la estructura mínima obligatoria con el verbo copulativo esse, que contiene
un Sujeto (bellum) y un predicado (multiplex) se expande mediante una infor-
mación temporal (eodem tempore) y una espacial locativa (ad Veios, ad Capenam
etc.). En (7’), la estructura mínima con el verbo donare requiere tres elementos, un
Sujeto, un Objeto y un Receptor o Beneficiario, y aparece expandida mediante un
adjunto que es un complemento predicativo ligado por concordancia a uno de sus
miembros, el Objeto. En (8’) la estructura mínima requerida por el verbo no
contiene ningún otro elemento y la expandida incluye un adjunto de carácter
locativo.

Nivel presentativo o interactivo


Además de la información sobre el asunto del que se habla, tan completa como el
hablante decida, dentro de las posibilidades que el predicado le ofrece, la estructura
oracional puede contener otros elementos que no informan sobre el asunto
representado en la oración, sino sobre otros aspectos de la comunicación. Estos
elementos, que son también opcionales, son los que Pinkster (1995) denomina
disjuntos. La gramática tradicional no los clasifica de forma específica. Los
elementos de este nivel de la oración hacen referencia a aspectos variados de la
comunicación; algunos justifican el propio acto de habla, otros avalan la verdad de
la predicación, otros muestran la actitud u opinión del hablante sobre la
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predicación, otros se refieren a la forma de presentación del enunciado. Estos tipos


de información pueden darse simultáneamente, como se ve en (4). En los ejemplos
que siguen se muestran algunos tipos de disjuntos:
(9) Quinctia formosa est multis (“Quincia es hermosa para muchos”, Catull.
86,1)
(10) sita Anticyra est in Locride laeua parte sinum Corinthiacum intranti
(“Anticira está situada en la Lócride, en la parte izquierda para el que en-
tra en el golfo de Corinto”, Liv. 26,26,2)
(11) ut uero iam ad illa summa ueniamus quae uis alia potuit homines con
gregare? (“para llegar ya a lo importante, ¿qué otra fuerza pudo congre-
gar a los hombres?, Cic. de orat. 1,33)
(12) ut uerum tibi dicam, pater, ea res me male habet (“para decirte la ver-
dad, padre, este asunto me pone malo”, Plaut. Asin. 843)
(13) male reprehenderunt (“hicieron mal en desaprobarlo”, Cic. Tusc. 3,34)

Los dativos de (9) y (10), multis y sinum intranti (llamados de “punto de vista” o
iudicantis en Ernout-Thomas,[3] aportan una información necesaria para conocer
el valor de verdad sobre la belleza de Quincia, en (9), y la posición de Antícira, en
(10); el punto de vista que expresan avala la verdad de la proposición; por tanto,
no se sitúan en el nivel representativo de la oración, a diferencia de los dativos
complemento indirecto o Receptor, que sí lo son. El caso de (11) contiene una
subordinada final que no informa de la finalidad de la oración principal, sino sobre
la organización de la información representativa que la sigue. En (12) la final
establece un punto de contacto entre el hablante y el destinatario y justifica el
propio acto de hablar ("para decirte la verdad, (te diré que)"). Por último en (13) el
adverbio expresa la opinión del hablante sobre el contenido de la predicación
siguiente, no el modo en que tiene lugar reprehenderunt.

CONSTITUYENTES DE LA ORACIÓN
3.1 El predicado
Como se ha mencionado arriba, las oraciones, en tanto que estructuras
predicativas, se componen de un predicado, que constituye su núcleo básico, y de
una serie de elementos dependientes de él como complementos, adjuntos o
disjuntos. El predicado es usualmente una forma personal cuando la estructura
predicativa es una oración independiente o una frase subordinada. En otras
predicaciones dependientes menores que la oración, el predicado también puede
ser un nombre, un adjetivo o un adverbio, como se ve en frases como las de (14)-
(16):
(14) aduentu Caesaris (“a la llegada de César”)
(15) defectione sociorum anxius (“preocupado por la defección de los aliados
Liv. 7,25,7)
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(16) ubi terrarum (“en qué tierra” (lit. “dónde de las tierras”), Cic. Att. 11,1,1)

Las relaciones semánticas y estructurales que se establecen entre aduentus (“llega-


da”) y Caesar (“César") son exactamente las mismas que se dan entre la forma del
verbo aduenire (“llegar”) y Caesar(“César”) en una frase como (14'). Lo mismo suce-
de en las oraciones de (15').
(14') Caesar aduenit (“llega César”)
(15') angebant ... uirum Sicilia Sardiniaque amissae (“preocupaba al hombre
la pérdida de Sicilia y Cerdeña”, Liv.21,5,1)

Por consiguiente, el sustantivo, adjetivo y adverbio de (14)-(16) son predicados de


una estructura predicativa exactamente igual que los verbos en forma personal de
(14')-(15’). La diferencia entre unos ejemplos y otros es que los primeros son
predicaciones, pero no oraciones, por no constituir mensajes completos, mientras
que los segundos son predicaciones que también constituyen oraciones.

El predicado es el elemento central de la oración y determina las características


básicas de los constituyentes obligatorios que deben acompañarle. Algunos estu-
dios sobre la relación entre los rasgos léxicos de los predicados y sus complementos
obligatorios en griego y en latín pueden encontrarse en Baños et al. (2003).

En las formas más complejas de estructura oracional, es decir, en las oraciones


independientes y en algunas subordinadas, el predicado pertenece a la clase de
palabras de los verbos. En este caso el predicado es el portador de cierto tipo de
información de importancia semántica y sintáctica, que expresa mediante las
categorías morfosintácticas verbales. Junto a las categorías de Tiempo y Aspecto y
Modo, que tienen un carácter deíctico, es decir, que sitúan el evento en
determinadas coordenadas temporales y de realidad, tienen una especial relevancia
sintáctica las categorías de Número y Persona, que determinan la concordancia del
verbo con el Sujeto, y la de voz.

A las oraciones que tienen como predicado un verbo –y que son denominadas por
ello "de predicado verbal"– las gramáticas tradicionales suelen contraponer otro
tipo de oraciones llamadas "de predicado nominal" u "oraciones copulativas". Este
tipo de estructura oracional presenta como constituyentes fundamentales un Sujeto
y otro nombre o adjetivo que concierta con él y que recibe el nombre de Atributo
o predicado nominal. Es frecuente también que aparezca una forma verbal de un
tipo de verbos denominados "copulativos", cuyo representante más típico es el
verbo esse "ser". Los ejemplos (9) y (10), mencionados más arriba, contienen frases
de este tipo.
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Muchos gramáticos han considerado que en las oraciones copulativas el verdadero


predicado es el Atributo, mientras que el verbo copulativo sería un simple soporte
de las categorías verbales de tiempo, modo, etc., vacío de contenido semántico.

Por el contrario, otros muchos lingüistas defienden que los verbos copulativos se
comportan como el resto de los verbos, es decir, como verdaderos predicados.
Según esta concepción el Atributo no sería más que uno de los argumentos
dependientes del predicado.

Una variante de este tipo de oraciones es la llamada "oración nominal pura" en la


que no aparece la cópula. Este tipo de frases se utiliza en contextos muy expresivos,
como refranes, sentencias etc.: omnia praeclara, rara “todo lo excepcional, es raro”.
Compárese con el castellano perro ladrador, poco mordedor.

3.2 Los demás constituyentes


El contenido de una oración como (1a), que repetimos, podría también formularse
como aparece en (17):
(1a) En la calle, los niños jugaban con un balón el día de aquel infausto evento.
(17) Allí, los niños jugaban con un balón cuando apareció la vaquilla.

Nótese que (17) encaja en la definición que se ha dado de oración igual que (1a): la
única diferencia es que varios de sus constituyentes tienen forma distinta de la de
un sintagma nominal ("allí", "cuando apareció la vaquilla"). De esto puede
deducirse que la forma que presentan los diversos constituyentes de la estructura
oracional, diferentes del predicado, no es la propiedad que condiciona su función.

Así pues, tanto los nombres, como los sintagmas preposicionales, adverbios y
frases subordinadas pueden desempeñar el mismo tipo de funciones en la oración
y deben tratarse, en cuanto constituyentes de la oración, de la misma manera.

Todos los constituyentes que aparecen en una oración asociados a un predicado,


es decir, los argumentos, los adjuntos y los disjuntos, pueden analizarse desde tres
puntos de vista: sintáctico, semántico y pragmático.

El punto de vista sintáctico especifica el número de elementos necesarios y su


posición estructural; el nivel semántico analiza la relación semántica que se
establece entre el elemento y su predicado (esta es su “función semántica”, también
conocida como "papel semántico" o "caso semántico"); finalmente, el aspecto
pragmático analiza su relevancia informativa. En esta sintaxis no se trata
sistemáticamente el nivel pragmático, pero se menciona al menos en aquellos
8

lugares donde es este nivel el responsable de la forma final que adquiere la oración.
Esto sucede, por ejemplo, con la voz pasiva y en el orden de palabras

3.2.1 Constituyentes obligatorios


Los constituyentes obligatorios de una oración o argumentos están determinados
específicamente por el predicado en tres aspectos: en su número, en su
configuración léxica y en el tipo de relación (semántica y sintáctica) que mantienen
con él, que es lo que determina las marcas formales que presentan. El número de
argumentos, su forma y la perspectiva sobre la que se organiza la oración, que
condiciona la voz, pertenecen al nivel sintáctico. La relación semántica que
establecen con el predicado corresponde al nivel semántico.

3.2.1.1 Nivel sintáctico


El número de argumentos que deben acompañar al predicado en una estructura
bien formada varía según los predicados. En latín hay predicados que no requieren
ningún argumento, junto a otros que requieren uno, dos o tres elementos obliga-
torios. En los ejemplos (18)-(22) se muestra un caso de cada tipo:
(18) tronat (“truena”)
(19) dormitabo (“me dormiré”)
(20) tu descendis de caelo (“bajas del cielo”)
(21) Catullus Cornelio librum donat (“Catulo le regala un libro a Cornelio)
(22) Caesar urbem moenibus circumdat (“César rodea la ciudad de murallas”)

La información que se ofrece en la oración se organiza tomando como referencia


o punto de partida uno de los argumentos, que recibe entonces la marca de Sujeto
–el caso nominativo, para los nombres en frases con verbo en forma personal, y el
acusativo para las construcciones de Acusativo con Infinitivo-. El Sujeto recibe un
tratamiento sintáctico especial, que se refleja en su concordancia con el predicado,
según las formas, en número, persona y género.

En los predicados de dos elementos obligatorios, hay un tipo especial, que se


denomina tradicionalmente “transitivo”, en el que el segundo constituyente tiene
la función sintáctica de Objeto, marcada por el acusativo (Tema 5). Esta función
tiene de diferenciador el poder recibir también la función de Sujeto en las versiones
pasivas de las oraciones. Véanse los ejemplos (23) y (24):
(23) crateram quem dat Sidonia Dido (“La cratera que le da la sidonia Dido”,
Verg. Aen. 9,266)
(24) qui (sc. seruus) mihi peculiaris datus est (“el esclavo que me ha sido da-
do como propio”, Plaut. Capt. 988)
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En la versión activa (dat) el segundo argumento aparece como Objeto en acusativo


(crateram). En la pasiva (datus est) el segundo argumento del predicado aparece como
Sujeto (seruus).

No todos los predicados de dos argumentos obligatorios requieren un Objeto en


acusativo. Algunos presentan un elemento con la marca de dativo (p.e. nocere),
ablativo (utor) o genitivo (memini). En general, estos predicados no admiten
pasivización.

No hay acuerdo entre los lingüistas sobre el contenido gramatical que aporta el
caso en estos complementos. Algunos lingüistas asocian el contenido de las marcas
con los valores funcionales que se atribuyen al caso cuando es marca de cons-
tituyentes libres (dativo = Beneficiario; ablativo = Instrumento u Origen, etc.).
Otros, sin embargo, opinan que en posición de argumento los casos son una mera
marca vacía, sin contenido semántico sistemático.[4]

Los predicados que requieren un tercer complemento obligatorio tienen, por lo


general, un segundo constituyente con la función de Objeto, es decir, son
transitivos. El tercer constituyente obligatorio requerido por los predicados puede
adoptar diferentes marcas de función. Los terceros argumentos adoptan el dativo
(en los verbos de transmisión material o comunicativa, como “dar” o “decir”) o el
ablativo (con verbos como circumdare (“rodear”) o donare (“regalar”); el genitivo
como marca de un tercer constituyente obligatorio es menos frecuente, pero
también puede darse en los verbos de “acusar” y los de “castigar” (en general, este
caso alterna con el Ablativo o SP (de + abl.)). Igualmente pueden considerarse
terceros argumentos los complementos de Estimación y Precio.

El caso menos frecuente para un tercer argumento es el acusativo, que está, no


obstante, documentado en verbos como docere aliquem aliquid (“enseñar a alguien
algo”) o rogare aliquem aliquid (“pedir a alguien algo”) [ docere grammaticam pueros enseñar
gramática a los niños o rogare mala aliquem pedirle manzanas a alguien. JJV ]

Las marcas preposicionales, en la medida en que son variantes formales de los


casos, pueden codificar como ellos los complementos obligatorios de los predi-
cados que requieren las funciones semánticas que ellas representan. Así, in + abl.
alterna con el abl. solo para marcar el argumento segundo de verbos como habitare,
pro + abl. codifica el segundo argumento Beneficiario en verbo como pugnare
(pugnare pro patria, “luchar por la patria”). Como muestra de marca preposicional en
un tercer argumento puede citarse el caso de ab + abl. con verbos como prohibere
(prohibere aliquem ab aliquo loco, “mantener alejado a uno de un lugar”). Los ejemplos
podrían multiplicarse.
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3.2.1.2 Nivel semántico


Igual que el resto de los elementos nominales de la estructura oracional, los
elementos obligatorios o argumentos mantienen unas determinadas relaciones
semánticas con su predicado, que se denominan “funciones semánticas” o
“papeles semánticos”. Estas relaciones, en general, se manifiestan por medio de
marcas específicas de función. Así, en (20) el segundo elemento obligatorio de des-
cendere designa semánticamente el Origen del movimiento, función que se marca
en latín mediante el caso ablativo o las marcas preposicionales ab, de, ex + abl. En
(21), Cornelio es quien recibe o se beneficia de la situación: la relación que establece
con el predicado es la de Receptor o Beneficiario y se marca mediante el dativo (o
en otros predicados, como pugnare, mediante marcas preposicionales como pro +
abl.). En (22) el ablativo moenibus designa el Instrumento con el que alguien circum-
dat el objeto. Siempre que se utilicen esos predicados, los elementos que aparezcan
en ablativo (o sus variantes) con descendere, el dativo con dare o el ablativo
con circumdare representarán las funciones semánticas de Origen, Receptor-
Beneficiario e Instrumento respectivamente. Estas relaciones semánticas están
específicamente condicionadas por las características del predicado.

La lista de funciones semánticas que establecen los constituyentes obligatorios con


sus predicados es limitada y no muy amplia. Algunas de las más importantes son
Agente y Fuerza (para el primer elemento obligatorio); para el segundo, Afectado
(o Paciente) con los verbos transitivos, Receptor-Beneficiario (p.e. nocere),
Instrumento (p.e. uti), Origen-Dirección (verbos de movimiento); para el tercer
argumento, Receptor (verbos como dare), Instrumento (verbos como circumdare),
etc. Estas funciones, como veremos, son las mismas que desempeñan también los
adjuntos y algunos disjuntos.

3.2.1.3 Nivel léxico


Las características léxicas de los constituyentes obligatorios es otro de los aspectos
que depende en exclusiva del predicado. Así, en el caso de (19) que el Sujeto sea
necesariamente un ser vivo o que el de donare en (21) tenga que ser humano etc.
tiene que ver con la configuración léxica de su predicado. Lo mismo podría decirse
para los demás casos.

CONCORDANCIA
El latín en tanto que lengua flexiva fusionante usa numerosos sufijos para marcar
categorías gramaticales no léxicas. Dado que el orden sintáctico es bastante libre
parte de la información sobre las relaciones sintácticas depende del marcaje
explícito en las palabras. La concordancia es uno de los recursos sintácticos más
ampliamente usado en latín para indicar dependencias gramaticales. Así se tienen:
11

 Concordancia de número, dentro de un complemento nominal, y entre el


sujeto sintáctico y el verbo principal.
 Concordancia de caso, dentro de un complemento nominal.
 Concordancia de género, entre el núcleo de un complemento nominal
(nombre o adjetivo) y sus adjuntos (nombre, adjetivo o pronombre posesivo).

Referencias
1. ↑ García Velasco 2003, 135-176; Bolkestein 1993
2. ↑ Pinkster 1995, 5
3. ↑ 1953, 72
4. ↑ Pinkster, 1989

Bibliografía
 Baños, J.M. - Cabrillana, C. - Torrego, M.E. - de la Villa, J. (eds.) (2003):
Praedicatiua. Complementación en griego y latín, Verba, Anexo 53, Santiago de Compostela, Servicio de
Publicaciones.
 Bolkestein, A.M. (1993): “Functional Grammar and Latin Linguistics”, Lalies 12, 75-114.
 García Velasco, D. (2003): Funcionalismo y Lingüística: la Gramática Funcional de S.C. Dik, Oviedo,
Universidad de Oviedo.
 Kroon, C. (1995): Discourse particles in Latin. A study of nam, enim, autem, vero and at.
Amsterdam, Gieben.
 Pinkster, H. (1988): "Non-Accusative second arguments of two-place verbs in Latin", Cuadernos
de Filología Clásica 21, 235-245.
 Risselada, R. (1993): Imperatives and other directive expressions in Latin. A study in the Pragmatics of a
dead language, Amsterdam, Gieben.
 Torrego, M.E. (ed.) (1998): Nombres y funciones. Estudios de sintaxis griega y latina, Madrid,
Ediciones Clásicas – UAM Ediciones.
 Villa, J. de la (1989): "Las funciones de los elementos nominales: Criterios para su identifica-
ción y caracterización en Griego y Latín", Cuadernos de Filología Clásica, 22, 291-303.

Enlaces externos
 Panorama de la sintaxis latina: texto inglés en el Proyecto Perseus.

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