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El acto de hablar

Si consideramos que el lenguaje es un sistema de comunicación, podemos afirmar que muchos


animales hablan. Pero ningún animal es, ni podrá ser jamás, capaz de conversar con nosotros, ni
siquiera el chimpancé, que logra usar símbolos abstractos para comunicarse con los científicos que
lo estudian.

Todo se debe a la anatomía. De hecho, la laringe cumple funciones fundamentales de producción


de sonidos y modulación de la caja de resonancia que los modifica (faringe).

La cavidad interna de la laringe, delimitada por cartílagos, ligamentos y músculos, tiene


dimensiones muy reducidas respecto a la circunferencia externa. Dos relieves horizontales antero-
posteriores, llamados pliegues (ventricular o superior, y vocal inferior) o cuerdas vocales, la
dividen en tres segmentos:

El segmento superior o vestíbulo, que limita con la cara posterior de la epiglotis y comunica con la
faringe.

El segmento medio (la parte más estrecha), que comprende los pliegues: en el interior del pliegue
ventricular se encuentra la hendidura del vestíbulo, y dentro de los pliegues vocales está la
hendidura de la glotis. La amplitud y la forma de la hendidura de la glotis varían según el sexo del
individuo y las fases de respiración y fonación.

El segmento inferior, que se prolonga hacia abajo adoptando una forma cilíndrica.

De la longitud, el grosor la tensión de las cuerdas vocales (y, por tanto, de la hendidura de la glotis)
dependen la calidad y la altura de la voz; la intensidad está determinada por la presión de la
corriente de aire, y el timbre es debido casi exclusivamente a las vías aéreas supralaríngeas: la
lengua, el paladar blando y los labios son esenciales para articular el lenguaje, mientras que la
faringe constituye una auténtica caja de resonancia. Al cambiar la posición del cuello (alzándolo o
bajándolo), la laringe varía la amplitud de dicha caja, modificando la emisión sonora de forma
radical.

La posición de la laringe en el cuello influye también en la manera de respirar y de deglutir: en un


animal como el mono, o en un lactante humano, está muy alta en el cuello y bloquea la
rinofaringe, permitiendo beber y respirar al mismo tiempo. Pero una laringe tan alta reduce la caja
de resonancia faríngea hasta el punto de hacer imposible hablar: para articular sonidos diversos, el
mono usa principalmente los labios y la boca.
En el lactante, la situación es igual, pero con el crecimiento la laringe se desplaza progresivamente
hacia abajo: en un plazo de dos años, la manera de deglutir y de respirar cambian radicalmente, y
se adquiere la capacidad de vocalizar. Es un proceso aún misterioso en el que participan, además
de las estructuras laríngeas y faríngeas, las otras estructuras vitales: el lenguaje hablado es tan
esencial para el hombre que, para hablar, se altera incluso la frecuencia respiratoria; el anhídrido
carbónico es expulsado a un ritmo tan distinto del normal que si respirásemos de este modo
cuando estamos callados, nos encontraríamos rápidamente en situación de hiperventilación.
Además, cuando variamos el ritmo del discurso, no nos percatamos siquiera: nadie se cansa de
hablar.

Uso de la lengua

Con el enunciado uso de la lengua se hace referencia al empleo de esta en tanto que práctica
social, destacando de este modo la que se concibe como su función fundamental, que es la
comunicación. La lengua, entendida de este modo, se convierte en el objeto de estudio del análisis
del discurso, de la lingüística del texto, de la etnografía de la comunicación, de la pragmática,
entre otras.

En lingüística, el uso de la lengua se ha concebido de modos muy distintos. Así, suelen


considerarse dos perspectivas distintas de acercarse al estudio de la lengua:

- Una perspectiva formal, propugnada por el estructuralismo y el generativismo, cuyo objeto de


estudio es la descripción de la lengua como un sistema autónomo, abstracto o virtual. De todos
modos, cabe precisar que tanto el estructuralismo como el generativismo hacen mención al uso de
la lengua, aunque sin considerarlo objeto de estudio. Así, desde el estructuralismo se acuñó el
término habla; y desde el generativismo, se habló de actuación, en contraste con competencia,
entendida exclusivamente como competencia lingüística.

- Una perspectiva funcional, cuyo objeto de estudio es la uso de la lengua en contexto, en


situaciones reales de comunicación. Desde dicha perspectiva, se considera que el uso de la lengua
va más allá del empleo correcto del código lingüístico, pues supone tener competencia
comunicativa, y no sólo competencia lingüística. Por otro lado, se entiende que comunicar no
puede limitarse a transmitir información, sino que es un proceso interactivo mucho más complejo,
que incluye la continua interpretación por parte del destinatario de la intención comunicativa del
emisor, expresada explícita o implícitamente.
En didáctica de lenguas, este planteamiento de la lengua supone una revolución en la enseñanza
de idiomas. Tras el declive del método audiolingüe, esta concepción de la lengua constituye la
base de los enfoques comunicativos. Desde esta perspectiva, para la enseñanza-aprendizaje de un
idioma, no basta con conocer un conjunto de reglas de construcción gramatical, asignación
semántica y fonológica, sino que es preciso también emplear un amplio conjunto de
conocimientos de sentido común, para poder interpretar las intenciones comunicativas no
siempre expresadas lingüísticamente.

Funciones del lenguaje

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Las funciones del lenguaje son los distintos cometidos con que el lenguaje se usa por parte del ser
humano. Estos propósitos han sido estudiados fundamentalmente por la Lingüística y la
Comunicación, de forma que, por lo común, se ha dado una función del lenguaje por cada factor
de la comunicación que interviene en el proceso, siendo lo más normal que una función domine o
prevalezca y las demás le estén subordinadas.1

Con función lingüística se entiende la relación que se establece, por una parte, entre el destinador
y el mensaje y que es originada por la intención del emisor al construir un enunciado orientándolo
hacia cualquiera de los elementos del proceso u objetivos posibles.

Funciones del habla natural (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

Es verdad que el acto de hablar es único, integral, en toda su complejidad. Pero para estudiarlo y
comprender esa complejidad es indispensable, como en toda ciencia (y la lingüística pretende
serlo), el separar en componentes, aditivos o no, lo que está mezclado íntimamente. Tenemos que
analizar el habla como si de una mezcla o combinación química se tratara.

Por ello consideremos al habla como un acto complejo con varias funciones simultáneas. Estas
funciones están ligadas al emisor, a la transmisión y al receptor o receptores:

piensa y construye

articula y pronuncia

entona y ritma

profiere y suena
dice y significa

informa y notifica

opina y siente

expresar y exhala

denota y connota

gesticula y se mueve

acciona y reacciona

quiere y requiere

pretende y manipula

sucede y repercute

finge y miente

delata procedencia

irradia e impacta

apunta y muestra

lanza y envía

diRige y focaliza

transmite y comunica

O sea, al hablar, el hablante construye frases con un significado, el de las palabras unidas en
frases; y lo hace mediante sonidos, moviendo boca, cara, ojos, incluso manos y cuerpo.

El primer aspecto, el considerado siempre por la gramática, es el que se centra en el producto


lingüístico: una vez emitida una frase, se aísla y se analiza para ver su constitución, y su significado
en función de las palabras que contiene: es la función lógico-gramatical.

Además dota a esa frase de un contenido más rico: lamenta lo que dice o se alegra, añora, desea,
anuncia... muchos matices. Es la función expresiva, que apunta a lo que le sale al hablante sin
pretender nada: como un gemido, como un rugido.
asimismo, sin pretenderlo, dota de más o menos energía a lo que dice, potenciado por sus
emociones, sí, pero también por su naturaleza y complexión, su vigor natural. Esto también lo
vierte, se percibe, también inconscientemente por el oyente. hay gente que da energía y gente
que la roba, y así son recibidos por los demás.

Más aún, vierte en su decir todas las inflexiones y acentos regionales, nacionales locales, familiares
e individuales, todo ello muy inconsciente e espontáneamente, inevitablemente.

Por otra parte, el hablante puede variar su juicio ante lo que está diciendo: o está seguro (o lo
finge) en frase aseverativas o enunciativas. Si no lo sabe, lo pregunta, con igual contenido
sintáctico y semántico. Es la modalidad de frase. Esta importante aspecto del habla, tan
importante que tiene signos propios de puntuación, que da dentro del aspecto siguiente, el
impresivo.

También desea algo de su decir: ordena o ruega, quiere algo del o de los oyentes y requiere algo
de ellos, una acción por su parte que satisface un deseo del hablante. Es la función impresiva.

Ambas funciones, expresiva e impresiva pueden unirse en la función emocional.

Es decir, el hablante pretende cosas: convencer, sacar dinero, seducir, infundir dudas, Y todo con
los contenidos anteriores. Hay lo que dice y hay por qué y para qué lo dice. Todo ello matiza y
modula su frase, todo o casi iodo mediante la entonación, esa música del decir con infinitas
gradaciones todas inconscientes en los hablantes espontáneos.

Los técnicos del habla, como actores, oradores, declamadores, cantantes (y por lo tanto no ya
hablantes naturales, es decir, inconscientes de su hablar, sino muy conscientes en cuanto a su
deseo de comunicar un texto e influir en sus oyentes), tendrán que estudiar cuidadosamente esas
modulaciones para realizarlas. No pueden dejarse a la espontaneidad del hablante natural. Deben
dominar la paleta sonora.
La situación es parecida a la música popular o folklore, versus la música llamada culta o artística.
Pues bien afirmamos que, en cuanto al dominio técnico de la entonación y ritmo se trata, en
cuanto a la prosodia consciente, la mayoría de los actores son actores folklóricos. y se trata de
convertirlos en hablantes cultos y sofisticados.

Funcional

uncional es aquello perteneciente o relativo a las funciones. El


concepto está vinculado a algo o alguien que funciona o sirve. Un
funcionario puede ser funcional a los intereses del gobierno, por
ejemplo, mientras que una mesa es funcional si logra satisfacer las
necesidades de sus usuarios.

Funcional

Por lo general, este adjetivo se utiliza para hacer referencia a


aquello cuyo diseño se ha

centralizado en ofrecer facilidad, comodidad y utilidad en su


empleo.

De esta manera, partiendo de dicha acepción, es interesante


recalcar que dentro del mundo de la decoración se hace cada vez
más frecuente oír dicho término. Y es que el mismo se emplea para
referirse a todo ese conjunto de mobiliario que tiene como clara
misión conseguir que las personas que lo utilicen se encuentren
cómodas con él o les sea fácil usarlo.

Ciertos artefactos permiten que una persona tenga mayor


funcionalidad (pueda valerse por sí misma para distintas tareas),
sobre todo en los casos en que el sujeto sufre algún tipo de
discapacidad.

Una prótesis o un implante pueden ayudar a que la persona sea


más funcional, es decir, pueda cumplir con más funciones en su
vida cotidiana. Se trata de objetos que ayudan a aumentar la
capacidad. En este sentido, lo funcional está vinculado a la
accesibilidad, que es aquello de fácil acceso, trato o comprensión.
Un objeto funcional es una ayuda técnica que garantiza una mayor
accesibilidad; por lo tanto, mejora la calidad de vida y la autonomía
de la gente.

En el ámbito de las matemáticas, por ejemplo, también se emplea


con cierta frecuencia el término funcional. En concreto en aquel se
utiliza para hacer referencia a una serie de funciones. Así, por
ejemplo, estarían las llamadas ecuaciones funcionales que son
aquellas que están formadas por una serie de incógnitas y de
variables independientes que se tienen que resolver.
En la informática igualmente se utiliza el término que ahora nos
ocupa. En su caso el mismo se usa para construir la expresión
“programación funcional”, que es aquella que es pilar fundamental
de la programación y que se sustenta en un conjunto de funciones
de tipo aritmético.

Y todo ello sin olvidar que en el campo de la música también se


emplea el concepto que estamos abordando. En concreto, en dicha
área se habla de la música funcional que es aquella que se
caracteriza por el hecho de que se compone y se usa para un fin
concreto y determinado. De esta manera, por ejemplo, se puede
interpretar para un acto religioso o civil determinado, para vender
un producto, para que se identifique con una celebración deportiva
o para ejercer como banda sonora de una película.

La gramática funcional es aquella basada en el estudio de las


funciones de los elementos que constituyen una lengua. La
lingüística y otras ciencias sociales cuentan con una corriente
conocida como funcionalismo, especializada en el análisis de
sistemas como un todo integrado, coherente y funcional.

Categoría sintáctica

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El término categoría sintáctica se utiliza con sentidos diferentes en


la literatura y en la lingüística. Puede referirse a los conceptos que
se expresan mediante los morfemas flexivos (género, número,
persona, tiempo, aspecto, etc.), o a las partes de la oración con
función sintáctica o sintagmas.

Categorías Sintácticas

Un concepto de lingüístico lexica que son diferentes categorías de


sintagmas. Una sintagma es un grupo de palabras que forman una
parte sintáctica. Usualmente las sintagmas son parte de un oración
y un oración complete puede ser un solo oración. Hay cinco típos
de sintagmas. Cada típo es basado en el típo de palabra que es el
núcleo de la sintagma.

El primer típo es una sintagma nominal. En una sintagma nominal,


un sustantivo o pronombre es el núcleo de la sintagma. El
denotación de una sintagma nominal es [sn]. Cuando tiene una
sintagma nominal puede ser sólo una palabra . Los siguientes son
ejemplos de sintagmas nominales.

[sntoldos] de lotería

[snPortal] de los Mercaderes

[snel barco] de la Compañía Gaditana de Negros

Las sintagmas adjetivales tienen adjetivos como el núcleo. El


denotación de una sintagma adjetival es [sadj].

un gladiador [sadj romano]

unas ventosidades [sadj explosivas]


Las sintagmas adverbiales tienen adverbios o con un modificador
como el núcleo. El denotación de una sintagma adverbial es [sadv]

Bailaba con [sadv más gracia]

La Navidad fue [sadv más alegre]

Las sintagmas preposicionales tienen el núcleo de un preposición y


complementa una sintagma nominal. El denotación de una
sintagma preposicional es [sprep].

pleno sol [sprep con un bordon de carreto]

envuelta de pies a cabeza [sprep en una sábana blanca]

Las sintagmas verbales tienen verbos como el núcleo. El denotación


de una sintagma verbal es [sv].

[svduró] el tráfico

[sv manejaba] con la mano izquierda

Los ejemplos de sintagmas son del libro, "Del Amor y Otros


Demonios" por Gabriel García Márquez.

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