El Multilateralismo
El multilateralismo es un elemento fundamental de la estrategia impulsada por los Estados Unidos en
pro de la estabilidad y la prosperidad mundial. No hay en absoluto oposición entre una defensa
resuelta del interés estadounidense y la existencia de un sistema multilateral abierto, en la esfera de
las relaciones comerciales internacionales la característica fundamental y distintiva de la estrategia
impulsada por los Estados Unidos para garantizar la estabilidad y la prosperidad ha sido el
multilateralismo y el principio del multilateralismo no es más que la no discriminación.
El Regionalismo
Doctrina o tendencia política y amor a la propia región que defiende que el gobierno de un estado
debe considerar y ratificar el modo de ser, las aspiraciones y su carácter propio, incluyendo palabra
o modo de expresión de una región determinada.
Multilateralismo: Regionalismo:
nacional.
-origina la liberación progresiva del comercio. - tiende a ser menos fluida su desarrollo.
El Regionalismo es aquel proveniente de la soberanía de una región el cual tiene como propósito
esencial, la adecuación de la acción estatal a las necesidades locales, en donde exista un mayor
acercamiento de los ciudadanos a la gestión del Estado, la supervivencia, la promoción de las
costumbres propias; y en las regiones atrasadas la consecución de una justa redistribución de la
renta nacional la cual mejore las condiciones económicas y sociales.
Sin embargo de acuerdo a la O.M.C estos dos conceptos son complementarios, la cual se supeditan
uno del otro en donde el regionalismo se rige por la disciplina y las reglas multilaterales; que tiene
como finalidad buscar la integración para desarrollar políticas económicas adecuadas para
promocionar a través de mecanismos financieros la circulación libre de mercancías, servicios,
personas y capitales que permita beneficiar a las diferentes naciones involucradas.
El regionalismo ha adoptado variadas formas, que van desde un simple acuerdo tendiente a
establecer una zona bilateral de comercio preferencial, hasta el proyecto de integración holística
ambicionado por la Comunidad Europea, pasando por la integración "de hecho" practicada por los
países del Sudeste Asiático. Lo que tienen en común todos estos esfuerzos es que los países
participantes buscan intensificar y profundizar los nexos económicos entre ellos, ya sea mediante
acuerdos preferenciales de diferente envergadura o a través del aprovechamiento de ventajas de
cercanía geográfica y cultural.
Las diversas modalidades de integración son avaladas en el Acuerdo de Marrakech, siempre que
lleven al libre intercambio para "lo esencial" del comercio en un "plazo razonable". Estos términos
han sido interpretados como una proporción no inferior al 50% del universo arancelario, y un plazo
no superior a los 10 años, respectivamente. Los países en vías de desarrollo cuentan además con la
llamada "Cláusula de Habilitación", que les permite establecer entre sí acuerdos preferenciales de
comercio que no necesariamente cumplen con las condiciones arriba mencionadas. La flexibilidad
que ofrece la Cláusula de Habilitación ha sido aprovechada ampliamente por los países miembros de
la ALADI para negociar, en el transcurso de los años ochenta, un elevado número de acuerdos
bilaterales que tan sólo otorgaban preferencias a una cantidad reducida de productos, recogidas en
las llamadas "listas positivas". A éstos se sumó en lo que va de los noventa una cantidad casi igual de
acuerdos bilaterales "de nueva generación", llamados así porque suelen comprender "listas
negativas" de una limitada cantidad de productos que se exceptúan del programa general de
desgravación. Es decir, buscan alcanzar una situación de libre intercambio para lo esencial del
intercambio, además de abordar crecientemente áreas no tradicionales como la cooperación en
infraestructura de transporte y energía, la promoción de las inversiones mutuas y la solución de
controversias.
* Acuerdo de Marrakech.- La Ronda de Uruguay hace referencia a la octava reunión entre países con el
fin de negociar la política de aranceles y la liberalización de mercados a nivel mundial, que se abrió en
Punta del Este (Uruguay) en 1986 y concluyó en Marrakech (Marruecos) el 15 de diciembre de 1993.
Un total de 117 países firmaron un acuerdo sobre la liberalización comercial, además uno de los puntos
habla de la transformación del GATT en la OMC.
Dos puntos importantes de la negociación fueron la apertura del mercado monetario y la mayor
protección de la propiedad intelectual. Esto claramente beneficiaba a occidente.
La mayoría de los acuerdos de la OMC son el resultado de las negociaciones de la Ronda Uruguay, se
firmaron en la Conferencia Ministerial de Marrakech en abril de 1994. Existen unos 60 acuerdos y
decisiones, que suman unas 550 páginas, entre los que se encuentra el Acuerdo sobre Contratación
Pública.
Las negociaciones celebradas desde entonces han producido textos jurídicos adicionales, tales como
el Acuerdo sobre Tecnología de la Información, servicios y protocolos de adhesión. En la Conferencia
Ministerial celebrada en Doha en noviembre de 2001, se inició una nueva ronda de negociaciones.
Los esquemas plurilaterales de integración ocupan un lugar predominante entre los acuerdos de
integración. En la región coexisten la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Mercado
Común del Sur (Mercosur), la Comunidad Andina (CA), el Grupo de los Tres (G-3), el Mercado Común
Centroamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). Por lo general comprenden
compromisos de constituir, dentro de plazos delimitados, zonas de libre comercio o uniones
aduaneras. Además, todos menos el G-3, pretenden a largo plazo evolucionar hasta mercados
comunes.
D. El Regionalismo Abierto
Finalmente, se destaca que el regionalismo actual tiene características muy distintas de los esfuerzos
de integración desplegados en la región en décadas pasadas. El modelo de integración que ahora se
practica ha recibido acertadamente el nombre de "Regionalismo Abierto", ya que conjuga el interés
de los países de otorgarse mutuamente un trato preferencial, con el imperativo de simultáneamente
mantener, e intensificar los vínculos con el resto del mundo.
Dado que ahora más que nunca se percibe la integración regional como una vía para mejorar la
inserción de los países participantes en la economía internacional, resulta esencial entre otras
condiciones, que la protección hacia terceros países sea moderada, y en lo posible disminuya en el
tiempo.
Por lo tanto, la dimensión del "regionalismo" en la inserción internacional de América Latina y el
Caribe se debe entender como una liberalización aún más acentuada de los flujos intrarregionales de
bienes, servicios, capitales y, en lo posible, de la mano de obra. Lógicamente, para minimizar los
costos de desviación de comercio y maximizar los beneficios de la creación del mismo, es deseable
que el esquema de integración lleve a la constitución de un mercado ampliado de suficiente
envergadura. En términos concretos lo anterior implica que el acuerdo obliga a:
1) La liberación de lo esencial del intercambio mutuo dentro del mediano plazo;
2) Que el acuerdo incluya varios países, y
3) Que esté abierto a la adhesión de otros países de la región. Procediendo de este modo se
va generando una zona de integración que es permeable a la competencia desde terceros
países, y donde se generan las condiciones necesarias para competir en terceros mercados.
Datos Bibliográficos