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TEORÍA DEL ESTADO

La teoría del estado estudia el origen, evolución, estructura, justificación,


funcionamiento

1ra. Semana

Teoría del estado y finalidad del estado.

Toma el fenómeno estatal tanto en su generalidad como en su concreta realidad


presente. Indaga así las condiciones permanente que presenta el fenómeno
estatal, en cuanto organización del poder o forma de agrupamiento político, y se
detiene, particularmente en la investigación de la realidad de la vida estatal que
nos rodea.

Estas dos perspectivas de investigación científica del estado no son excluyentes.

La búsqueda de lo que es común a todos los estados a lo largo de su


desenvolvimiento histórico-social, de lo que es válido para cualquier tiempo y para
todo tipo de estado, la comprensión de las regularidades que dirigen su
desenvolvimiento no se opone a la investigación de la realidad concreta de la
entidad estatal. Se integran recíprocamente.

La expresión teoría del estado o teoría general del estado proviene de la


traducción de los términos Allgemeine Staatslehre, una de las dos disciplinas en
las que los autores alemanes dividian la ciencia del estado.

Dentro del sistema del derecho político, ella constituye el estudio de la


organización de la Sociedad mediante instituciones objetivas, en las que hace
residir el poder, es decir, el estudio del estado, titular abstracto del poder. Como lo
indica burdeau, si las decisiones políticas expresan la voluntad de los individuos
de las que emanan, el título en virtud del cual ellas pueden exigir obediencia
consiste en que el poder no reside en los gobernantes sino en el estado. El poder
de esta manera queda objetivamente situado por encima de las personalidades
cambiantes que tienen su ejercicio y confiado a un titular, que es el estado. De
este modo, los gobernantes devienen sus agentes, a quienes les está confiado el
ejercicio de las facultades que de aquél provienen y la denominación se convierte
en legal o jurídica, es decir, de carácter racional, basada en la creencia en la
legalidad de ordenamientos impersonales y objetivos.

La teoría del estado moderno se fundamenta alrededor de dos conceptos


estrechamente vinculados.

A) el estado moderno es estad o constitucional que se estructura en un sistema de


órgano mediante los cuales exterioriza una voluntad concreta y realiza las
funciones encaminadas al cumplimiento de sus finalidades esenciales.

B) el estado moderno es estado de derecho que, funcionalmente, somete a una


disciplina jurídica la relación de su actividad con los habitantes de su territorio, en
interés de estos y con la finalidad de protegerlos contra la arbitrariedad y la
injusticia.

Las constituciones demo-liberales del siglo XIX, inspiradas por la revolución


inglesa del siglo XVII o por la revolución francesa del siglo XVIII, desarrollaron una
teoría del estado sobre la base del dogma de la separación e independencia de
tres poderes fundamentales: legislativo, ejecutivo y judicial, a los que
constitucionalmente se les atribuyen funciones específicas: la legislación, la
Administracion y la jurisdicción, respectivamente.
La pluralidad de los órganos del estado exige que las funciones se diversifiquen y,
en consecuencia, en las manifestaciones del poder del Estado se distingue entre
la función legislativa, la función administrativa y la función jurisdiccional del estado
que se exteriorizan, respectivamente, en actos jurídicos legislativos,
administrativos o judiciales, en los cuales se concreta la autoridad emanada del
poder: un mandato expresivo de la voluntad del órgano, que podrá ser ley (acto
legislativo) si emana del órgano legislador; acto administrativo si emana del
órgano ejecutivo o un acto jurisdiccional, si emana del órgano jurisdiccional
(sentencia).

El origen del estado:

Como se ha citado en el punto anterior se introduce el término “stato” con


Maquiavelo, pero hay autores que creen que el estado como tal surge
anteriormente, aunque con otras características, (Séller).

Se entiende por estado como una forma de organización concreta, que posee un
territorio delimitado por unas fronteras en las que habita un pueblo que posee un
conjunto de deberes y derechos y que esta sometido a un ordenamiento jurídico
específico, aparece como tal en Europa a finales del S.XV-XVI.

Objeto de la teoría del Estado.

Nociones previas acerca del Estado.

a) El hombre en la realidad social.

b) La autoridad.

c) El orden jurídico.

d) El Estado.

Nociones científicas previas en relación con el Estado.

a) El Estado es una sociedad humana.

b) Establecida en el territorio que le corresponde.

c) Estructurada y regida por un orden jurídico.

d) Creado, definido y sancionado por un poder soberano.

e) Para obtener el bien público temporal.

Definición como Ciencia

La Teoría del Estado es la ciencia que tiene por objeto el estudio sistemático y
metódico del Estado considerando a éste como una realidad social, política y
cultural jurídica dinámica, cambiante y consecuentemente histórica.

Segunda Semana

QUE TIPO DE CIENCIA ES EL ESTADO


Ciencias: es todo conocimiento que quiere explicar una realidad, concepto muy
amplio, en sentido estricto se habla de ciencias positivas que son el conjunto de
conocimientos que quieren explicar una realidad sensible, grandes ramas:

Su ubicación entre las ciencias

1. Tradicionales

1. naturales: hechos, cuestiones que se dan independientes de la


voluntad humana.

Explican: los hechos por medio de leyes (ley de gravedad, alguien lo descubre
pero ya existía.) ejemplo: física, química, biología.

Culturales: estudian entes culturales, seres de la cultura, que resultan de la


actividad finalística del hombre. Ejemplo: psicología, derecho, moral, teoría del
estado etc. La diferencia entre estos es que en los culturales los entres son
creados para su

Conveniencia, fenómeno ideados, los naturales no son creados.

Como ciencia cultural

LA TEORÍA DEL ESTADO ES CIENCIA CULTURAL Y NO CIENCIA NATURAL

La doctrina natural del Estado, así nacida, concebía la naturaleza humana como
un esquema, regulado por leyes, de diversas "fuerzas" o "facultades" constantes
del hombre, siendo esas fuerzas las que, bajo el influjo del "medio", es decir, de la
geografía, la economía, la técnica, etc., creaban el Estado. Este esquema
fundamental, en cuanto objetivo de una concepción inmanente de lo social, se ha
mantenido sustancialmente hasta hoy, no obstante sus muchas y aun radicales
transformaciones.

Entonces, como ahora, sostenían que no existe diferencia alguna esencial entre el
Estado de los hombres y el "Estado" de las abejas, hormigas, castores y otros ani-
males.

Una araña ejecuta operaciones que semejan las manipulaciones del tejedor, y la
construcción de los panales de las abejas podría avergonzar, por su perfección, a
más de un maestro de obras. Pero, hay algo en que el peor maestro de obras
aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar la
construcción, la proyecta en su cerebro. Al final del proceso de trabajo, brota un
resultado que antes de comenzar el proceso existía ya en la mente del obrero; es
decir, un resultado que tenía ya existencia ideal. El obrero no se limita a hacer
cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza, sino que, al mismo
tiempo, realiza en ella su fin, fin que él sabe que rige como una ley las
modalidades de su actuación y al que tiene necesariamente que supeditar su
voluntad"

La cultura no es, pues, en modo alguno, una libre creación de realidad,


condicionada únicamente por el poder del espíritu humano, sino una conformación
de la realidad sujeta a las leyes psíquicas y físicas del hombre y de su material.
Debiendo añadirse que el conocimiento de estas leyes por el hombre, la manera
como son utilizadas, en suma, su acción social y su significación cultural es algo
que cambia también con la historia. La diferencia metódica que existe entre las
ciencias de la cultura y las de la naturaleza radica en la diversa actitud del co-
nocimiento humano frente a esas dos esferas de objetos. Nuestra relación con la
cultura, como formación humana, es fundamentalmente distinta de la que
guardamos con la naturaleza. En aquélla el sujeto que conoce no se halla frente a
un objeto externo y extraño, sino que el espíritu conoce vida espiritualizada, se
conoce, en realidad, a sí mismo.

Nadie ha combatido de modo más certero y completo que Marx esa superstición,
de tan difícil desarraigo (cf. también Oppenheimer, System der Soziologie, 1, 1922,
), que sostiene que el Estado y la sociedad pueden ser mejor comprendidos si se
les compara con las sociedades animales.

En apoyo de la consideración científico-naturalista del Estado se afirma que ella


implica una superior certeza en el conocimiento y una objetividad mayor. Y esto no
es exacto. Pues, al modo como lo han hecho primeramente con las significaciones
culturales, estos investigadores suelen también, y aun con mayor motivo, imputar
a la naturaleza valoraciones políticas antes de deducidas de ella "según la ley".

Como ciencia Sociológica

LA TEORÍA DEL ESTADO ES SOCIOLOGÍA Y, COMO TAL, CIENCIA DE LA


REALIDAD Y NO CIENCIA DEL ESPÍRITU

La doctrina dominante rechaza, casi unánimemente, la consideración de la teoría


del Estado como una ciencia de la naturaleza. Pero justamente contra esta misma
doctrina dominante hay que demostrar, con todo empeño, que tampoco el Estado
puede ser objeto adecuado para un conocimiento del tipo que es característico de
la "ciencia del espíritu".

Para nosotros, la cultura es aquella porción del mundo físico que cabe concebir
como formación humana encaminada a un fin. El hombre al labrar la tierra,
construir casas, crear obras de arte o formarse a sí mismo o a los demás de modo
consciente o inconsciente, es portador de cultura, posee y crea cultura.

El Estado, en esa esfera, no es más que uno entre muchos, existiendo, además
de él, el arte, la ciencia, la economía, la sociedad, la religión, cuyo contenido
jamás podrá agotar, en sus vivencias, un individuo.

Los motivos de sociología del saber a qué tal doctrina responde, se desprenden,
tal vez, de las palabras de Dilthey, quien, admitiendo que la historia nos habla
también de trabajo económico, de colonizaciones, guerras, fundaciones de
Estados, etc., declara, sin embargo, que lo que a nosotros -es decir, a los
intelectuales alemanes- principalmente nos mueve es lo "inaccesible a los
sentidos", lo que puede ser vivido y comprendido; "en torno a ellas gira todo el
alboroto de la historia . Intentando una solución del enigma propuesto, no
tardaremos en encontrarla al descubrir la existencia de dos confusiones inad-
misibles; pues, de un lado, se equiparan, al menos metodológicamente, las
formaciones sociales, como el Estado, con las estructuras o totalidades de sentido
abstractas, como el derecho; y, de otro, se confunden las totalidades de sentido
lógico-matemáticas con totalidades de sentido de carácter histórico.

La formación social que se llama Estado debe ser diferenciada tajantemente, no


sólo desde un punto de vista objetivo sino, además, metodológica, de toda
estructura de sentido. El Estado no es espíritu objetivo y quien intente objetivizarlo
frente a su sustancia humana psico-física, verá que no le queda nada en las
manos. Pues el Estado no es otra cosa que una forma de vida humano-social, vida
en forma y forma que nace de la vida.
La misión de la teoría del Estado es investigar el Estado en cuanta realidad. Si su
objeto es el Estado, resulta obvio que no ha de referirse sólo a una conexión de
sentido o a un contenido afectivo que tenga su expresión en el Estado, ni tampoco
a las causas psíquicas de la actividad estatal, únicamente, sino que ha de
proponerse la aprehensión de esa formación de la realidad que se llama Estado.
Es, por esta razón, ciencia sociológica de la realidad y no ciencia del espíritu o del
sentido.

Esa comprensión del sentido, que realiza la ciencia de lo real, tiene que ser
comprensión de la realidad social. La totalidad de la que hay que partir,
necesariamente, para poder comprender el sentido del Estado, según el modo de
la ciencia de la realidad, es la convivencia humana real, "la producción y
reproducción de la vida real"

Las formaciones sociales son grupos de voluntad y, en ellos, la voluntad humana


actúa como causa final; su estructura ideológica no excluye, en manera alguna, la
causalidad, antes la tiene por base. Sin duda que en las ciencias de la cultura no
se trata nunca, en último término, con referencia a la cuestión causal, del
problema de las leyes causales más generales, sino de las conexiones
individuales concretas a las que podemos atribuir este o aquel fenómeno.

Así, pues, la ciencia del sentido y la ciencia de la realidad, la jurisprudencia


dogmática y la teoría del Estado, aparecen, tanto por sus objetos cuanto por sus
métodos, claramente separadas. Página 74

No obstante, o justamente a causa de esta separación, cumple manifestar que la


emancipación del conocimiento propio de las ciencias del sentido, respecto a la
realidad social, no es jamás absoluta.

La ciencia del sentido sostiene su autonomía en virtud del peculiar y exclusivo


objetivo de su conocimiento, puesto que los préstamos que toma de la ciencia de
la realidad los utiliza únicamente como un medio para el fin de su específica
interpretación y para la cabal comprensión de la conexión de sentido.

De este modo la teoría del Estado es, en todos sus aspectos, una ciencia
sociológica de la realidad que, considerando el Estado como una formación real,
histórica, se propone comprenderla y explicarlo causal mente mediante la
interpretación de la "conexión de actividad" histórico-social.

Como ciencia de estructuras

LA TEORÍA DEL ESTADO ES LA CIENCIA DE ESTRUCTURAS Y NO CIENCIA


HISTÓRICA

Según una consideración inmediata y, por consiguiente, ingenua, la realidad social


toda y, en primer término, su status político, el Estado, presentan el carácter de
una rígida entidad objetiva. No se conciben las formaciones sociales como algo
que ha devenido y que deviene, no se le reconoce su condición de formas de la
actividad humana. La mayor parte de la enorme masa de vivencias de nuestros
antepasados, que actúa en nosotros como experiencia y formación, ha penetrado
tan sólo en nuestro saber inconsciente. Sobre la base de estas experiencias, todas
las formaciones sociales y formas espirituales posibles guían la corriente de
vivencias del hombre en cuanto ser de cultura, y casi siempre sin que se aperciba
de ello, por los cauces predeterminados por el lenguaje, las costumbres, el
derecho, la familia, el Estado, etc. Se comprende, por eso, que la conciencia
inmediata considere todas aquellas formas y formaciones sociales como algo que
no ha devenido, como algo inmutable, regido por leyes eternas. Pues "la reflexión
sobre las formas de la vida humana, así como su análisis científico, abre un
camino contrapuesto al de la evolución real.

Pero la teoría del Estado no es ciencia histórica y, por esta razón, resulta
esencialmente inaceptable una teoría del Estado que, al modo de la de R.
Schmidt, nos dé un resumen histórico del "desarrollo" del Estado, el cual, según
eso, se considera, de uno u otro modo, como algo constante; y también debe
estimarle equivocada una teoría del Estado que considere como clave de su
construcción la integración, es decir, el proceso de renovación permanente
(Smend, pp. 18 s.), pues en la multitud de los procesos de integración, que se
suceden unos a otros, tiene que disolverse y desaparecer lo único que puede ser
objeto de la teoría del Estado, a saber, la unidad del Estado que se afirma a sí
mismo en todo cambio. Pues toda historia es historia de algo; no existe una
"historia en general". La corriente de la historia, lo mismo que la corriente de
vivencias del individuo, no puede ser concebida como una totalidad indiferenciada
en movimiento, sino que se nos muestra como una estructura, sobremanera
diferenciada, de funciones y formas que se condicionan recíprocamente. Cuanto
más alto sea el grado de civilización, tanto más fuerte será la integración y
diferenciación de esta estructura. La ciencia de la historia no puede hacer otra
cosa sino describir la sucesión y la momentánea coexistencia de las diversas
actividades y objetivaciones de carácter político, económico, religioso, etc. Y me-
nos podrá renunciar a tal diferenciación una historia universal que, en la
actualidad, apenas existe más que como aspiración.

Con lo expuesto queda demostrado que es posible encontrar en la realidad


histórica el punto de partida de la teoría del Estado como ciencia de estructuras.

El problema de la teoría del Estado consiste, pues, en concebir el Estado como


una estructura en el devenir. Pues, por una parte, sólo existe el Estado si hay
hombres que, en determinada situación y mediante sus actos reales de voluntad,
operan para que llegue a ser. Pero, por otra parte, todos esos actos presentan un
enlace y ordenación especiales, mediante los que se ordena su pluralidad en la
unidad característica del todo activo que es el Estado. Si esta estructura tiene
cierta permanencia, la teoría del Estado habrá encontrado ya su objeto; pero como
dicha estructura o forma del Estado se halla constantemente inmersa en el río de
la historia y sometida a un cambio incesante, aunque, de ordinario, apenas
perceptible, no puede ser concebida como una forma cerrada. La historia fluye a
través de ella. Por eso es absolutamente ineludible que la teoría del Estado
busque, en lo devenido lo que deviene, las tendencias de la evolución de la
estructura del Estado.

Método de la teoría del Estado

El problema del método en la teoría en la Ciencia Política

El método en Ciencia Política significa el orden o sistema a través del cual se logra
el conocimiento político y la comprobación de sus proposiciones o postulados más
generales.

El objeto de la Ciencia Política es el Estado, en particular el poder del Estado,


porque no hay fenómeno político que no se relacione de un modo u otro con el
poder del Estado y en general con el sistema político.

El empleo del método es necesario en el estudio de cualquiera de las ciencias,


pero en verdad, su importancia se acentúa cuando se trata de precisar los objetos
esenciales de la ciencia Política.

En cada Estado hay una manera diferente de enfocar estos problemas en la


Teoría General del Estado, en el Derecho político, en el Derecho público o en la
Ciencia Política.
Concepto de Método

La metodología es la disciplina filosófica que determina el valor de los métodos de


investigación científica, es decir, se propone los procedimientos de prueba e
investigación de las ciencias. Con este conocimiento se comprenden diversos
temas:

El Estado lo encontramos en los entes espirituales. Se halla entre las múltiples


manifestaciones del espíritu objetivos, o sea, en el terreno de los objetos que el
espíritu crea por sí mismo y frecuentemente manifiesta em obras. Ese terreno es
la cultura. La cultura es obra del hombre, creación humana, que se hace en
función de valores. El Estado es un ente de cultura, es vida humana objetivada,
cristalizada en una institución social que trata de realizar valores propios.

Son numerosas las disciplinas positivas que estudian la renovación metodológica


de la Teoría del Estado. Entre ellas la Antropología social, la psicología social, la
sociología Política y Jurídica, la Geografía Económica y Política, con sus
disciplinas auxiliares como la estadística, la Demografía, el cálculo, y sobre todo la
Ciencia Política.

Para determinar lo que es el Estado precisa ubicarlo en el mundo de los seres y


determinar su verdadera posición.

El problema metodológico es un tema universal, que ofrece numerosas


contradicciones entre los autores. Cuando la serenidad de los espíritus vuelva al
mundo y se enjuicien los sistemas, principios y métodos de interpretación al estilo
de los viejos modos de la filosofía griega, sólo para entonces se bosquejará un
orden más justo, que logre la unidad del conocimiento, los sistemas de
desenvolvimiento y la jerarquización de los principios.

1.La lógica o la parte lógica que estudia los métodos.

2.La lógica trascendental aplicada.

3.El conjunto de los procedimientos metódicos de una ciencia o de varias


ciencias.

4.El análisis filosófico de tales procedimientos.

La palabra método viene de las voces griegas meta y odos; meta significa

“a través” y odos “camino”.

El método anhela llegar al conocimiento de algo, que se concreta diciendo que


cada ciencia se propone un objeto específico.

En el lenguaje científico moderno, el concepto de método reviste diversos


significados generales. Se alude al método como una particular técnica de
investigación, ordenada y comprobada para alcanzar sistemáticamente un
propósito válido, entendiendo por técnica un conjunto de principios que son los
idóneos para dirigir eficazmente una actividad científica.

Con certeza Hermann Heller concreta sus investigaciones en el círculo cultural de


Occidente a partir del Renacimiento y afirma que el Estado aparece como un algo,
como una realidad, como un hacer humano, incesantemente renovado.

El Estado actual se remonta a Maquiavelo, con un amplia revisión de los


supuestos teóricos, sus cuadros conceptuales y sus procedimientos lógicos. En su
obra El Príncipe, sostiene “Todos los Estados, todas las dominaciones que han
ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o
principados”.

El Estado se da en el dominio de la vida social del hombre. Se sitúa en el ámbito


de la cultura. Se impone una pluralidad de métodos para poder captar, en toda su
extensión la polifacética realidad de lo político. Los supuestos fundamentales en
que se basa la metodología política son:

1.Supuestos de orden metafísico, que localizan al Estado en el mundo del ser.

2.Supuestos de orden gnoselógico que buscan el modo de conocimiento que


mejor se adapta a la realidad estatal.

3.Supuestos del orden lógico, que tratan de ubicar el conocimiento político en el


dominio de las ciencias.

En este territorio de la cultura tiene un sitio especial: el de los entres sociales,


aquellos que se integran un organizan como instituciones. El Ser Social no es una
ficción, ni una creación arbitraria de la mente humana, sino un ser real, que se
constituye sobre la base de tres elementos:

1.Una pluralidad de individuos humanos.

2.Un fin único y objetivo buscado por sus individuos.

3.Un conjunto de relaciones organizadas en vista de ese fin.

Heller concreta sus ideas:

•La Teoría del Estado es ciencia cultural y no ciencia natural.

•La Teoría del Estado es sociología y, como tal, ciencia de realidad y no del
espíritu.

•La Teoría del Estado es ciencia de estructuras y no ciencia histórica.

Tercera Semana

El Estado

Origen del vocablo y su evolución

Si bien puede considerarse que el deseo de mandar es innato, el ser humano ha


civilizado el instinto de dominación, transformándolo en la autoridad. Y ha creado
el Estado para legitimarla.

Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado


políticamente. Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto
corresponde a la agregación de personas y territorio en torno a una autoridad, no
siendo, sin embargo, acertado entender la noción de estado como única y
permanente a través de la historia.

De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en la


que confluyen tres elementos, la autoridad, la población y el territorio. Pero, esta
noción ambigua obliga a dejar constancia de que si bien el Estado ha existido
desde la antigüedad, sólo puede ser definido con precisión teniendo en cuenta el
momento histórico.

Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por cuanto


surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se apoderase
de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el sentimiento de
vinculación de la población, generalmente invocando una investidura divina y
contando con la lealtad de jefes y jefezuelos regionales. Así fueron los imperios de
la antigüedad, el egipcio y el persa, entre ellos.

La civilización griega aportó una nueva noción de estado. Dado que la forma de
organización política que la caracterizó correspondía a la ciudad, la polis, se
acordaba a la población una participación vinculante, más allá del sentimiento
religioso y sin poderes señoriales intermedios. Además, estando cada ciudad
dotada de un pequeño territorio, su defensa concernía a todos los ciudadanos, que
se ocupaban de lo que hoy se llama el interés nacional.

En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal,


desapareciendo tanto la delimitación estricta del territorio como la noción de
interés general. El poder central era legítimo pero débil y los jefes locales fuertes,
al punto que éstos ejercían atributos propios del príncipe, como administrar
justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y reclutar ejércitos.

Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del feudal, la


noción de soberanía, un concepto revolucionario, tal como señala Jacques
Huntzinger,5 quien atribuye el paso histórico de una sociedad desagregada y
desmigajada, pero cimentada en la religión, a una sociedad de estados
organizados e independientes unos de otros.

Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a


desembarazarse de los lazos feudales y de la jerarquía eclesiástica, el estado –
nación, la unión de un poder central, un territorio y una población alrededor del
concepto revolucionario de la soberanía, habría de conocer dos formas, dos
definiciones diferentes, la primera, el estado principesco y la segunda, el estado
democrático.

El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido uniformemente


sobre un territorio estrictamente delimitado. El príncipe era el soberano, con
atribuciones internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba impuestos y
producía leyes de carácter general, aplicadas coercitivamente, mediante el
monopolio de la fuerza pública. Internacionalmente, representaba y obligaba a su
Estado.

Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana y


francesa, trasladó la soberanía del príncipe a la nación. Sus poderes fueron
asumidos por organismos surgidos de consultas a la población, mediante reglas
de juego previa y claramente definidas. Y al igual que en las polis griegas, el
sentimiento patriótico se desarrolló y con él los de pertenencia, civismo e interés
nacional.

Sea que se practique la democracia o sólo se adhiera verbalmente a ella, el


proceso histórico descrito ha llevado a la extensión del estado - nación como
forma política. Los principios desarrollados en Europa y Norteamérica se
propagaron con la descolonización producida durante el siglo XX y así, tal como
afirma Huntzinger, se “ha llegado a universalizar el modelo de estado – nación de
tal modo que el planeta, ahora, se encuentra poblado de estados.”

Lo antiguo
Cuando hablamos de Estado antiguo, tratamos del sistema de autoridad
perfectamente jerarquizado donde los individuos admiten y se someten al poder
de uno o varios soberanos. Con la creación de un estado antiguo, las fronteras se
delimitan. Entre las características principales encontramos que posee una
soberanía centralizada, una sociedad jerarquizada (grupos sociales perfectamente
definidos) y una economía basada sobre todo en la agricultura y en la ganadería
(ya pasaron una revolución neolítica). Además, el comercio tiene un papel muy
importante. Es el caso, por ejemplo, de Sumer (sur de Mesopotamia)
caracterizado por la carencia de materiales a falta de minas, canteras o zonas de
tala. Fue necesaria una movilización para potenciar el comercio. Otro elemento a
mencionar es una organización de la sociedad más compleja, donde
encontraríamos la especialización del trabajo. A parte de una gran masa de
población productiva, surgirán personas encargadas de otras actividades
necesarias (mantenimiento, burocracia…). Esto tiene como consecuencia el pago
en forma de cuota, por parte de los productores, mermando así un poco de su
calidad de vida. La clave estuvo en esa redistribución de los excedentes. De
hecho, estos impuestos se basaban en excedente y nunca en moneda (hasta bien
entrado el I milenio). El estado antiguo, como ya hemos mencionado, se
caracterizaba por una fuerte centralización. La forma de hacer respetar esta
autoridad fue mediante la religión. Ésta no era más que una manera de sumisión.
Los soberanos tenderán a la divinización para hacerse respetar y para consolidar
su posición. No obstante, en el caso de la no eficacia del arma ideológica, siempre
estaba la coacción mediante el ejército. Este ejército consistía en una pequeña
tropa o milicia permanente, financiada con esas aportaciones estatales de la mano
de los productores. El estado antiguo, pues, se basaba en el principio de
reciprocidad. El soberano ofrece seguridad y a cambio el pueblo se sacrifica
mediante el respeto, la sumisión y los impuestos. Para que surja son necesarias
unas élites que sepan coger las riendas del estado.

Lo medieval

Cuando se hace referencia al Estado en la edad media, la tendencia principal es


hacer alusión al Estado Feudal. El Estado Feudal en síntesis es la fusión que se
produjo entre los siglos V –VIII de los derechos y formas estatales germánicas y
romanas. Dicho modelo estatal poseía como características esenciales el ser un
Estado débilmente centralizado y donde los reyes –figura de dicha centralización-
cedían su poder a los nobles o a su comitatus debido a los servicios prestados en
la guerra. Lo anteriormente señalado se entendía en el marco del derecho
patrimonial germánico, es decir hay una personalización y privatización del
derecho, vale decir, que los territorios, la antigua hacienda pública, las riquezas,
bienes, etc. que dependiesen del Estado ya no eran públicos como en Roma (res
pública) sino que ahora pertenecían al monarca ( res privata ), así mismo “en un
mundo basado en la economía agraria, en que el comercio había quedado
reducido a un minium, en que la moneda había dejado de circular y en que la
única riqueza era la tierra, los reyes carecieron de instrumentos y recursos para
hacer efectiva su autoridad y el poder pasó a manos de los grandes señores,
dueños y amos de la tierra y sus hombres”, entonces el Estado terminó por
transformarse fruto de la transición del mundo antiguo al medieval en un mosaico
de unidades semi independientes y con poca coherencia política, salvo la figura
del monarca, sese ha debilitado fruto de esta patrimonialización del Estado, hecho
legitimado con el decreto de nobles y obispos de Clotario II lo que les dio el
ejercicio de la justicia a los nobles (y la asamblea de Quierzy donde los cargos
pasaron a ser heredables
Lo moderno

El Estado Moderno surgió entre los siglos XVI y XVII, cuando los reyes
aprovecharon la crisis del feudalismo para retomar su poder, y su proceso de
surgimiento se aceleró en el Renacimiento, con profundas transformaciones en los
mecanismos del gobierno y en el ejercicio del poder. Este proceso estuvo
respaldado por la burguesía, clase social que se fue fortaleciendo con este tipo de
Estado. El Estado moderno poseía identidad, estaba organizado, estructurado y
era formal; era reconocido políticamente por otros y el poder estaba centralizado.
Su formación tuvo varias consecuencias a nivel político, económico y social.

Lo contemporáneo

La formación del estado contemporáneo es el proceso de desarrollo de las


estructuras de gobierno centralizadas que se originaron en Europa a partir de la
segunda mitad del siglo XVII y que se expandieron posteriormente por todo el
mundo. La formación del estado ha sido objeto de estudio por parte de muchas
disciplinas de las ciencias sociales. En tales estudios se suelen diferenciar dos
tipologías estatales: los estados primitivos (aquellos que se desarrollaron desde
sociedades sin estado y de los que se ocupa otro artículo) y los estados
contemporáneos (que se tratan en éste). Hay distintas teorías que explican la
formación de los estados primitivos y de los contemporáneos, y los debates
académicos son abundantes al respecto.

Definición del Estado

El concepto de Estado difiere según los autores, pero algunos de ellos definen el


Estado como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para
establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y
externa sobre un territorio determinado. Max Weber, en 1919, define el Estado
moderno como una "asociación de dominación con carácter institucional que ha
tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima
como medio de dominación y que, con este fin, ha reunido todos los medios
materiales en manos de sus dirigentes y ha expropiado a todos los seres humanos
que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias
jerarquías supremas”.3 Por ello se hallan dentro del Estado instituciones tales
como las fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policía,
asumiendo pues el Estado las funciones de defensa, gobernación, justicia,
seguridad y otras, como las relaciones exteriores.

Probablemente la definición más clásica de Estado, fue la citada por el jurista


alemán Hermann Heller que define al Estado como una "unidad de dominación,
independiente en lo exterior e interior, que actúa de modo continuo, con medios de
poder propios, y claramente delimitado en lo personal y territorial". Además, el
autor define que sólo se puede hablar de Estado como una construcción propia de
las monarquías absolutas (ver monarquía absoluta) del siglo xv, de la Edad
Moderna. "No hay Estado en la Edad Antigua", señala el autor.4 Asimismo, como
evolución del concepto se ha desarrollado el "Estado de Derecho" por el que se
incluyen dentro de la organización estatal aquellas resultantes del imperio de la
ley y la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y otras funciones, como
la emisión de moneda propia.
Definiciones de los clásicos

1. Cicerón: Es una multitud de hombres ligados por la comunidad


del derecho y de la utilidad para un bienestar común.

1. San Agustín: Es una reunión de hombres dotados de razón y


enlazados en virtud de la común participación de las cosas que aman.

1. J. Bodino: Es un conjunto de familias y sus posesiones comunes


gobernadas por un poder de mando según la razón.

1. F. C. von Savigny: Es la representación material de un pueblo.

1. I. Kant: Es una variedad de hombres bajo leyes jurídicas.

1. F. Oppenheimer: Es la institución social impuesta por el grupo


victorioso al derrotado, con el propósito de regular su dominio y de
agruparse contra la rebelión interna y los ataques del exterior.

1. F. Lasalle: El Estado es la gran asociación de las clases pobres.

1. T. Hobbes: Una institución, cuyos actos, por pactos realizados, son


asumidos por todos, al objeto de que pueda utilizarse la fortaleza y
medios de la comunidad, como se juzgue oportuno, para asegurar
la paz y la defensa común.

1. L. Duguit: Es una corporación de servicios públicos controlada y


dirigida por los gobernantes.

1. G. W. F. Hegel: El Estado es la conciencia de un pueblo.

1. Hegel, 1986: El Estado es la realidad de la idea ética; es el espíritu


ético en cuanto voluntad patente, clara por sí misma, sustancial, que se
piensa y se conoce, y que se cumple lo que sabe. En lo ético el Estado
tiene su existencia inmediata; y en la conciencia de sí del individuo, en
su conocer y actividad tienen su existencia mediata, y esta conciencia
de sí, por medio de los sentimientos, tiene su libertad sustancial en los
fines y resultados de su actividad.

1. H. Grocio:La asociación perfecta de hombres libres unidos para


gozar de sus derechos y para la utilidad común. Es la asociación política
soberana que dispone de un territorio propio, con una organización
específica y un supremo poder facultado para crear el derecho positivo.

1. Karl Marx: El Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza; no


es el reino del bien común, sino del interés parcial; no tiene como fin
el bienestar de todos, sino de los que detentan el poder; no es la salida
del estado de naturaleza, sino su continuación bajo otra forma. Antes al
contrario, la salida del estado de naturaleza coincidirá con el fin del
Estado. De aquí la tendencia a considerar todo Estado como
una dictadura y a calificar como relevante sólo el problema de quién
gobierna (burguesía o proletariado) y no sólo el cómo.

Definiciones de tratadistas modernos

 Jellinek: Es una asociación de hombres sedentarios dotada de un


poder organizado de mando originario.
 Bluntschli: Es la personificación de un pueblo.
 Spengler: El estado es la historia considerada sin movimiento. La
historia es el Estado pensado en el movimiento de influencia.
 Kelsen: El Estado es el ámbito de aplicación del derecho.

El Estado es el derecho como actividad normativa.

El derecho es el Estado como una actividad normada.

"En el Estado alcanza su personalidad jurídica."

 Carré de Malberg: Es la comunidad política con un territorio propio y


que dispone de una organización.

Es la comunidad de hombres sobre un territorio propio y organizado en una


potestad superior de acción y coerción.

 Adolfo Posada: Son los grupos sociales territoriales con poder


suficiente para mantenerse independientes.
 Herman Heller: El Estado es la conexión de los quehaceres sociales.
El poder del Estado es la unidad de acción organizada en el interior y el
exterior. La soberanía es el poder de ordenación territorial exclusiva y
suprema.
 Herman Heller: El Estado es la organización política soberana de
dominación territorial. Es la conexión de los poderes sociales.
 Groppali: Es la agrupación de un pueblo que vive permanentemente
en un territorio con un poder de mando supremo representado éste en el
gobierno.
 Max Weber: El Estado es la coacción legítima y específica. Es la
fuerza bruta legitimada como "última ratio", que mantiene
el monopolio de la violencia.
 Definición ahistórica: Estado es la forma política suprema de un
pueblo.

Estado teocrático.

Teocracia es la organización del Estado de acuerdo con los principios y normas de


una religión. El dios se revela a través de los profetas, estos son interpretados por
los clérigos que los adaptan y aplican a los tiempos y a las circunstancias
concretas.

Los dogmas son los fundamentos y principios del Estado. Las normas morales son
las leyes; las normas positivas se convierten en obligaciones y los pecados en
delitos. Todos los órganos del Estado están orientados en este sentido.

Estado Ciudad

Una ciudad-estado es un Estado que solamente consta de una ciudad y un exiguo


territorio circundante. Pueden ser independientes —como por ejemplo Singapur o
la Ciudad del Vaticano actualmente—, o bien formar parte de una nación —como
Ceuta o Berlín—. Aunque los motivos de su origen son variados, predominan las
razones de tipo comercial, sobre todo en la Edad Media, y en consecuencia,
también de tipo político.

Las primeras ciudades-estado se hallaban al sur de Mesopotamia, entre los ríos


Tigris y Éufrates, en el territorio de Sumeria. Los ciudadanos ya practicaban una
cultura agraria. Alrededor del siglo IV a. C. los ciudadanos ya controlaban las
aguas de los ríos y las aprovechaban al máximo. Allí surgieron las ciudades-
estado que eran muy independientes.

Estado Absoluto

En el Estado absolutista, el gobernante (monarca), se considera como la autoridad


máxima, por encima de todas las leyes. La expresión del derecho romano
"princepes legibus solutus", de la que deriva ese uso de los términos absoluto y
absolutismo, se aplica en el sentido de que el gobernante no está sujeto a la ley, y
ejerce su gobierno sin límites ni restricción alguna más que consigo mismo. Esta
forma de gobierno corresponde a la monarquía absoluta, expresión de la forma de
gobierno por la cual los súbditos del Estado estaban conscientes de ser sometidos
a la autoridad única y soberana de un monarca absoluto.

El autor Perry Anderson en su libro "Lineages of the Absolutist State", el cual se


tradujo al castellano bajo el nombre de "El Estado absolutista", de la primera
edición en inglés de 19741 , explica el desarrollo del estado absolutista en los
principales países como Francia, Inglaterra y España2 , en los cuales se llego a
concentrar de mayor manera este sistema de gobierno autoritario.

Estado de Derecho

Un Estado de derecho es aquel que se rige por un sistema de leyes e instituciones


ordenado en torno de una constitución, la cual es el fundamento jurídico de las
autoridades y funcionarios, que se someten a las normas de ésta. Cualquier
medida o acción debe estar sujeta o ser referida a una norma jurídica escrita. A
diferencia de lo que sucede ocasionalmente en muchas dictaduras personales,
donde el deseo del dictador es la de una gran medida de acciones sin que medie
una norma jurídica. En un estado de derecho las leyes organizan y fijan límites de
derechos en que toda acción está sujeta a una norma jurídica previamente
aprobada y de conocimiento público (en ese sentido no debe confundirse un
estado de derecho con un estado democrático, aunque ambas condiciones suelan
darse simultáneamente). Esta acepción de estado de derecho es la llamada
"acepción débil" o "formal" del estado de derecho.

Este se crea cuando toda acción social y estatal encuentra sustento en la norma;
es así que el poder del Estado queda subordinado al orden jurídico vigente por
cumplir con el procedimiento para su creación y es eficaz cuando se aplica en la
realidad con base en el poder del Estado a través de sus órganos de gobierno,
creando así un ambiente de respeto absoluto del ser humano y del orden público.

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