Semestre 201910
Dimensión Razonamiento
Científico y TIC
THE ART OF
SCIENTIFIC
INVESTIGATION
FIRST PUBLISHED IN THE UNITED STATES OF AMERICA, 1950
REVISEDEDITION, 1957
ISBN-13: 978-1517665463
Incentivos y galardones
Los incentivos principales de la investigación son satisfacer la curiosidad y el
espíritu creador, saber si nuestras conjeturas conducen a la creación de nuevos
conocimientos y experimentar la sensación de importancia ganada mediante el
reconocimiento obtenido. Otros incentivos más mundanos pueden ser la
necesidad de tener un medio de vida y la ambición de "sobresalir en el mundo”,
"convenciendo” a aquellos individuos que dudaban de nuestra habilidad y al
mismo tiempo justificando la confianza de aquellos que nos la demostraron. El
reconocimiento de un trabajo efectuado es un incentivo importante, tal como lo
demuestra la aversión a veces demostrada por causa de la prioridad de una
publicación. Aun los grandes científicos, son celosos en lo que respecta al crédito
dado a sus descubrimientos. Indudablemente que uno de los principales
incentivos en la investigación es el deseo de ver nuestro nombre impreso y
nuestros logros reconocidos por todo el mundo científico. En adición a esos
incentivos, los cuales son comunes a todo tipo de investigación, existe además
en la investigación aplicada, el deseo de llevar a cabo algo por el bien de la
humanidad. Este deseo puede ser más efectivo aún, si en lugar de ser sólo un
ideal vago, beneficia a aquellos que son conocidos o, de algún modo, están
asociados con el investigador.
Tanto al hombre como a la mujer con mente investigadora, los fascina el desafío
mental de lo inexplicado, y gozan ejercitando su ingenio en la búsqueda de una
solución. Esta es una pequeña manifestación de aquel fenómeno placentero que
muchas personas encuentran al resolver problemas aun cuando no exista
recompensa material, tal como lo demuestra la popularidad de los crucigramas
y de las historias de detectives. Paul Ehrlich, incidentalmente, era un devoto de
las historias de detectives. A veces, el interés hacia una rama particular de la
ciencia, tiene su origen en la belleza intrínseca del material o técnica utilizada.
Los naturalistas y los zoólogos son atraídos muy a menudo hacia el estudio de
ciertos grupos de animales porque encuentran placentera su apariencia, y a los
bacteriólogos puede gustarle una cierta técnica porque la misma excita su
sensibilidad estética. Es muy posible que haya sido la atracción que Ehrlich sentía
por los colores brillantes (él decía que experimentaba un placer estético al
contemplarlos) lo que le interesó en los colorantes y ello determinó la dirección
hacia la cual se desarrolló su trabajo.
Albert Einstein distingue tres tipos de investigadores: aquellos que se dedican a
la ciencia porque les ofrece una oportunidad para ejercitar su talento especial y
luego se regocijan con ella como un atleta al llevar a cabo sus hazañas; aquellos
que la consideran como un medio de vida quienes, de no haber sido por las
circunstancias, hubieran podido ser prósperos y afortunados hombres de
negocios; y por último, los verdaderos devotos, quienes, contribuyen
enormemente al aumento del conocimiento.36
Algunos sicólogos opinan que el mejor trabajo de un hombre se efectúa bajo
condiciones adversas, y que la tensión mental y aun la pena física pueden ser
estimulantes. Varios hombres prominentes han sufrido o experimentado
trastornos sicológicos y dificultades diversas, sin las cuales tal vez no hubieran
logrado generar el esfuerzo requerido para superarse.
Muy raras veces el científico obtiene buena retribución monetaria por sus
labores; por lo mismo, se le debe garantizar cualquier justa fama que gane con
su trabajo. Pero la recompensa mayor de todas es la emoción del
descubrimiento. Tal como muchos científicos atestiguan, éste es uno de los
mayores goces que la vida puede ofrecer. Ella imparte una tremenda exaltación
emocional, además de una gran sensación de bienestar y satisfacción. No sólo
los descubrimientos de hecho, sino también el darse cuenta de súbito, de una
generalización, puede brindar la misma sensación de regocijo. Tal como el
príncipe Kropolkin escribió:
Baker cita la historia del gran biólogo Alfred Wallace cuando efectuó un pequeño
descubrimiento:
"Nadie que no sea un naturalista, escribe Wallace, puede entender la intensa
emoción que experimenté, cuando al fin logré capturarla (una especie nueva de
mariposa). Mi corazón latió violentamente, se me fue la sangre a la cabeza y me
sentí mis cerca de desmayarme, que si hubiera tenido temor hacia la muerte. El
resto del día lo pasé con dolor de cabeza, tan grande fue la excitación que me
causó aquello que para la mayor parte de la gente parece una causa
inadecuada’’.8
"La alegría que sentí ante la perspectiva de que yo fuera el instrumento destinado
para quitarle al mundo una de sus mayores calamidades... fue tan intensa, que
a veces me encontré como en una especie de ensueño”.30
Michael Faraday dijo que en los casos más afortunados, menos de un 10 por
ciento de las esperanzas y conclusiones preliminares resultaban ser verdaderas.
Cuando uno se siente deprimido, tal vez pueda ser reconfortante pensar en lo
acontecido a esos dos grandes científicos. Es buena idea que el joven científico
se dé cuenta de que los frutos de la investigación no se alcanzan fácilmente y,
por lo tanto, si él quiere triunfar necesitará valor y perseverancia.
La ética de la investigación
Sumario
por
GASTON BACHELARD
siglo ventiuno editores, s.a. de c.v.
C E R R O D E L A G U A 2 4 8 . D E L E G A C I Ó N C O Y O A C Á N , 0 4 3 1 0 M É X I C O , D. F.
7
sobrepasa pues notablemente la simple descripción geomé-
trica. El matematismo no es ya descriptivo, sino forma-
tivo. La ciencia de la realidad no se conforma ya con el
cómo fenomenológico: ella busca el porqué matemático.
Y entonces, puesto que lo concreto acepta ya la informa-
ción geométrica, puesto que lo concreto es analizado correc-
tamente por lo abstracto, ¿por qué no podríamos fijar la
abstracción como el derrotero normal y fecundo del espíritu
científico? En efecto, si se reflexiona sobre la evolución del
espíritu científico, se discierne de inmediato un impulso que
va de lo geométrico, más o menos visual, a la completa
abstracción. Desde que se accede a una ley geométrica, se
realiza una asombrosa inversión espiritual, suave y viva
como una concepción: la curiosidad da lugar a la esperanza
dé crear. Puesto que la primera representación geométrica
de los fenómenos significa esencialmlente poner en orden,
esta primera ordenación nos abre las perspectivas de una
abstracción alerta y conquistadora, que nos lleva a organi-
zar racionalmente la fenomenología como una teoría del
orden puro. Entonces, ni podría decirse que el desorden es
un orden desconocido, ni que el orden es una simple con-
cordancia de nuestros esquemas con los objetos, como po-
dría ser el caso en el dominio de los datos inmediatos de la
conciencia. Cuando se trata de experiencias guiadas o cons-
truidas por la razón, el orden es una verdad y el desorden
un error. El orden abstracto es pues un orden probado, que
no cae bajo las críticas bergsonianas del orden hallado.
En este libro nos proponemos mostrar este destino gran-
dioso del pensamiento científico abstracto. Para ello debe-
remos probar que pensamiento abstracto n o es sinónimo de
mala conciencia científica, como la acusación trivial parece
implicar. Deberemos probar que la abstracción despeja al
espíritu, que ella aligera al espíritu y que ella lo dinamiza.
Proporcionaremos esas pruebas estudiando más particular-
mente las dificultades de las abstracciones correctas, seña-
lando las insuficiencias de los primeros intentos, la pesadez
de los primeros esquemas, al mismo tiempo que subrayamos
el carácter discursivo de la coherencia abstracta y esencial
que nunca logra su objetivo de una sola vez. Y para mos-
8
trar mejor que el proceso de abstracción no es uniforme, no
titubearemos en emplear a veces un tono polémico insis-
tiendo sobre el carácter de obstáculo que presenta la expe-
riencia, estimada concreta y real, estimada natural e
inmediata.
Para describir adecuadamente el trayecto que va desde la
percepción considerada exacta hasta la abstracción felizmen-
te inspirada en las objeciones de la razón, estudiaremios múl-
tiples ramas de la evolución científica. Como las soluciones
científicas, en problemas diferentes, no poseen jamás el mis-
mo grado de madurez, no presentaremos una serie de cua-
dros de conjunto; no temeremos desmenuzar nuestros argu-
mentos para mantenernos en el contacto más preciso posible
con los hechos. No obstante, si por razones de claridad, se
nos obligara a poner groseras etiquetas históricas en las di-
ferentes etapas del pensamiento científico, distinguiríamos
bastante bien tres grandes períodos.
El primer período, que representa el estado precien tífico,
comprendería a la vez la antigüedad clásica y los tiempos
de renacimiento y de nuevos esfuerzos, con los siglos XVI,
X V I I y aun el XVIII.
El segundo período, que representa el estado científico,
en preparación a fines del siglo XVIII, se extendería hasta
todo el siglo X I X y comienzos del XX.
En tercer lugar, fijaríamos exactamente la era del nuevo
espíritu científico en 1905, en el momento en que la Rela-
tividad einsteiniana deforma conceptos primordiales que se
creían fijados para siempre. A partir de esta fecha, la razón
multiplica sus objeciones, disocia y reconfigura las nociones
fundamentales y ensaya las abstracciones más audaces. En
veinticinco años, como signos de una asombrosa madurez
espiritual, aparecen tales pensamientos, que uno sólo de
ellos bastaría para dar lustre a un siglo. Son la mecánica
cuántica, la mecánica ondulatoria de Louis de Broglie, la
física de las matrices de Heisenberg, la mecánica de Dirac,
las mecánicas abstractas y, sin duda, muy pronto las físicas
abstractas que ordenarán todas las posibilidades de la ex-
periencia.
Mas no nos limitaremos a inscribir nuestras observacio-
9
nes particulares en este tríptico, que no nos permitiría di-
bujar con suficiente precisión los detalles de la evolución
psicológica que deseamos caracterizar. Una vez más, las
fuerzas psíquicas que actúan en el conocimiento científico
son más confusas, más sofocadas, más titubeantes de lo que
se imagina cuando se las aprecia desde afuera, en los libros
donde ellas aguardan al lector. ¡Hay tan gran distancia
entre el libro impreso y el libro leído, entre el libro leído
y el libro comprendido, asimilado, retenido! Hasta en un
espíritu claro, hay zonas oscuras, cavernas en las que aún
residen las sombras. Hasta en el hombre nuevo, quedan
vestigios del hombre viejo. En nosotros, el siglo X V I I I
continúa su vida sorda; y puede ¡ay! reaparecer. No vemos
en ello, como Meyerson, una prueba de la permanencia y
de la fijeza de la razón humana, sino más bien una prueba
de la somnolencia del saber, una prueba de esta avaricia del
hombre culto rumiando sin cesar las mismas conquistas, la
misma cultura y volviéndose, como todos los avaros, vícti-
ma del oro acariciado. Mostraremos, en efecto, la endósmo-
sis abusiva de lo asertórico en lo apodíctico, de la memoria
en la razón. Insistiremos sobre el hecho de que no puede
prevalerse de un espíritu científico, mientras no se esté se-
guro, en cada momento de la vida mental, de reconstruir
todo su saber. Sólo los ejes racionales permiten tal recons-
trucción. El resto es baja mnemotécnica. La paciencia de la
erudición nada tiene que ver con la paciencia científica.
Puesto que todo saber científico ha de ser, en todo mo-
mento, reconstruido, nuestras demostraciones epistemológi-
cas no saldrán sino gananciosas si se desarrollan a la altura
de los problemas particulares, sin preocuparse de mantener
el orden histórico. Tampoco titubearemos en multiplicar
los ejemplos, si queremos dar la impresión que en todas
las cuestiones, para todos lo fenómenos, es necesario pasar
ante todo de la imagen a la forma geométrica y luego de
la forma geométrica a la forma abstracta, y recorrer el ca-
mino psicológico normal del pensamiento científico. Parti-
remos, pues, casi siempre, de las imágenes, a veces muy pin-
torescas, de la fenomenología básica; veremos, cómo y con
qué dificultades se sustituyen a esas imágenes las formas
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geométricas adecuadas. N o es de asombrarse que tal geo-
m<etrización, tan difícil y lenta, se presente durante mu-
cho tiempo como una conquista definitiva y que sea sufi-
ciente para constituir el sólido espíritu científico, tal como
aparece en el siglo XIX. Se es muy apegado a lo que se ha
conquistado penosamente. N o obstante necesitaremos pro-
bar que esta geometrización es una etapa intermedia.
Pero este desarrollo seguido a través de las cuestiones
particulares, en el desmenuzamiento de los problemas y de
las experiencias, no será claro sino cuando se nos permita,
esta vez fuera de toda correspondencia histórica, hablar de
una especie de ley de los tres estados para el espíritu cien-
tífico. En su formación individual, un espíritu científico
pasaría pues necesariamente por los tres estados siguientes,
mucho más precisos y particulares que las formas comtianas.
I 9 El estado concreto, en el que el espíritu se recrea con
las primeras imágenes del fenómeno y se apoya sobre una
literatura filosófica que glorifica la Naturaleza, y que, ex-
trañamente, canta al mismo tiempo a la unidad del mundo
y a la diversidad de las cosas.
2° El estado concreto-abstracto, en el que el espíritu ad-
junta a la experiencia física esquemas geométricos y se apo-
ya sobre una filosofía de la simplicidad. El espíritu se man-
tiene todavía en una situación paradójica: está tanto *nás
seguro de su abstracción cuanto más claramente esta abs-
tracción está representada por una intuición sensible.
3 9 El estado abstracto, en el que el espíritu emprende
informaciones voluntariamente substraídas a la intuición
del espacio real, voluntariamente desligadas de la experien-
cia inmediata y hasta polemizando abiertamente con la reali-
dad básica, siempre impura, siempre informe.
Finalmente, para terminar de caracterizar estas tres etapas
del pensamiento científico, deberemos preocuparnos de los
diferentes intereses que constituyen en cierto modo su base
afectiva. Precisamente, el psicoanálisis, cuya intervención
proponemos en una cultura objetiva, debe desplazar los in-
tereses. Sobre este punto, aunque tengamos que forzar la
nota, quisiéramos por lo menos dar la impresión que vis-
lumbramos, con el carácter afectivo' de la cultura intelectual,
11
un elemento de solidez y de confianza que no se ha estu-
diado suficientemente. ¿Dar y sobre todo mantener un inte-
rés vital en la investigación desinteresada, no es el primer
deber del educador, cualquiera sea la etapa formativa en la
que se encuentra? Pero tal interés tiene también su historia
y, aun a riesgo de ser acusado de entusiasmo fácil, deberemos
ensayar de señalar bien su fuerza a lo largo de la paciencia
científica. Sin aquel interés, esta paciencia sería sufrimiento.
Con aquel interés, esta paciencia es vida espiritual. Hacer
la psicología de la paciencia científica consistirá en adjuntar
a la ley de los tres estados del espíritu científico, una especie
de ley de los tres estados de alma, caracterizados por in-
tereses:
Alma pueril o mundana, animada por la curiosidad in-
genua, llena de asombro ante el menor fenómeno instru-
mentado, jugando a la física para distraerse, para tener el
pretexto de una actitud seria, acogiendo las ocasiones de
coleccionista, pasiva hasta en la dicha de pensar.
Alma profesoral, orgullosa de su dogmatismo, fija en su
primera abstracción, apoyada toda la vida en los éxitos
escolares de su juventud, repitiendo cada año su. saber, im-
poniendo sus demostraciones, entregada al interés deductivo,
sostén tan cómodo de la autoridad, enseñando a su criado
como hace Descartes o a los provenientes de la burguesía
como hace el "agrégé" de la Universidad ( 1 ) .
Finalmente, el alma en trance de abstraer y de quinta-
esenciar, conciencia científica dolorosa, librada a los inte-
reses inductivos siempre imperfectos, jugando el peligroso
juego del pensamiento sin soporte experimental estable;
transtornada a cada instante por las objeciones de la razón,
poniendo incesantemente en duda un derecho particular a la
abstracción, ¡pero, cuán segura de que la abstracción es un
deber, el deber científico, y la posesión finalmente depu-
rada del pensamiento del mundo!
¿Podremos lograr la convergencia dé intereses tan encon-
trados? En todo caso, la tarea de la filosofía científica está
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bien delineada: psicoanalizar el interés, destruir todo uti-
litarismo por disfrazado que esté y por elevado que preten-
da ser, dirigir el espíritu de lo real a lo artificial, de lo
natural a lo humano, de la representación a la abstracción.
Nunca como en nuestra época el espíritu científico necesita
ser defendido, ser ilustrado en el mismo sentido en que du
Bellay trabajó en la Défense et Illustration de la langm
frangaise. Pero tal ilustración no puede limitarse a una
sublimación de las aspiraciones comunes más diversas. Ella
debe ser normativa y coherente. Debe tornar claramente
consciente y activo el placer de la excitación espiritual en
el descubrimiento de la verdad. Debe forjar la mente con
la verdad. El amor por la ciencia debe ser un dinamismo
psíquico autógeno. Eii el estado de pureza logrado por un
psicoanálisis del conocimiento objetivo, ta ciencia es la esté-
tica de la inteligencia.
13
realmente llamativo que la antigua epistemología haya es-
tablecido una vinculación continua entre la observación y
la experimentación, cuando la experimentación debe apar-
tarse de las condiciones ordinarias de la observación. Como
la experiencia común no está compuesta, ella no podría
ser, creemos nosotros, efectivamente verificada. Permanece
siendo un hecho. N o puede darnos una ley. Para confir-
mar científicamente la verdad, es conveniente verificarla
desde varios puntos de vista diferentes. Pensar una expe-
riencia es entonces mostrar la coherencia de un pluralismo
inicial.
Mas por hostiles que seamos a las pretensiones de los
espíritus "concretos", que creen captar inmediatamente lo
dado, no trataremos de incriminar sistemáticamente toda in-
tuición aislada. La mejor prueba de ello es que daremos
ejemplos en los que las verdades de hecho llegan a inte-
grarse inmediatamente en la ciencia. N o obstante, nos pa-
rece que el epistemólogo —que en esto difiere del historia-
dor— debe subrayar, entre todos los conocimientos de una
época, las ideas fecundas. Para él, la idea debe poseer más
que una prueba de existencia, debe poseer un destino espi-
ritual. N o titubearemos, pues, en inscribir entre los errores
— o a cuenta de la inutilidad espiritual, que no está muy le-
jos de ser la misma cosa— toda verdad qu« no sea la pieza
de un sistema general, toda experiencia, aun justa, cuya afir-
mación quede desvinculada de un método general de experi-
mentación, toda observación, por real y positiva que sea, que
se anuncie en una falsa perspectiva de verificación. Un mé-
todo tal de crítica exige una actitud expectante, casi tan
prudente frente a lo conocido como a lo desconocido, siem-
pre en guardia contra los conocimientos familiares, y sin
mucho respeto por las verdades de escuela. Se comprende,
pues, que un filósofo que sigue la evolución de las ideas
científicas en los malos autores/como :n los buenos, en los
naturalistas como en los matemáticos, esté mal protegido
en contra de una impresión de incredulidad sistemática, y que
adopte un tono escéptíco que concuerda débilmente con su
fe, por otra parte sólida, en los progresos del pensamiento
humano.
14
CAPÍTULO I
LA N O C I Ó N DE OBSTACULO EPISTEMOLÓGICO
P L A N D E LA OBRA
16
telectuales que fueron útiles y sanas pueden, a la larga, trabar
la investigación. "Nuestro espíritu —dice justamente Berg-
son ( J ) — tiene una tendencia irresistible a considerar más
claras las ideas que le son útiles más frecuentemente." La
idea conquista así una claridad intrínseca abusiva. Con el
uso, las ideas se valorizan indebidamente. Un valor en sí se
opone a la circulación de los valores. Es un factor de inercia
para el espíritu. A veces una idea dominante polariza al es-
píritu en su totalidad. Hace unos veinte años, un episte-
mólogo irreverente decía que los grandes hombres son útiles
a la ciencia en la primera mitad de su vida, nocivos en la
segunda mitad. El instinto formativo es tan persistente en
ciertos hombres de pensamiento que no debemos alarmarnos
por esta boutade. Pero al final el instinto formativo acaba
por ceder frente al instinto conservativo. Llega un mo-
mento en el que el espíritu prefiere lo que confirma su saber
a lo que lo contradice, en el que prefiere las respuestas a las
preguntas. Entonces el espíritu conservativo domina, y el
crecimiento espiritual se detiene.
Como se ve, no titubeamos en invocar los instintos para
señalar la cabal resistencia de ciertos obstáculos epistemo-
lógicos. Es una concepción que nuestros desarrollos tratarán
de justificar. Pero, desde ya, hay que darse cuenta que el
conocimiento empírico, que es el que estudiaremos casi úni-
camente en esta obra, compromete al hombre sensible a tra-
vés de todos los caracteres de su sensibilidad. Cuando el co-
nocimiento empírico se racionaliza, nunca se está seguro de
que los valores sensibles primitivos no afecten a los racio-
cinios. De una manera muy visible, puede reconocerse que
la idea científica demasiado familiar se carga con un con-
creto psicológico demasiado pesado, que ella amasa un nú-
mero excesivo de analogías, imágenes, metáforas, y que poco
a poco pierde su vector de abstracción, su afilada punta abs-
tracta. En particular, es caer en un vano optimismo' cuando
se piensa que saber sirve automáticamente para saber, que la
cultura se torna tanto más fácil cuanto está más extendida
y que en fin, la inteligencia, sancionada por éxitos preco-
17
ees o por simples concursos universitarios, se capitaliza como
una riqueza material. Aun admitiendo que una buena cabe-
za escapa al narcisismo intelectual tan frecuente en la cultura
literaria, en la adhesión apasionada a los juicios del gusto,
puede seguramente decirse que una buena cabeza es desgracia-
damente una cabeza cerrada. Es un producto de escuela.
En efecto, las crisis del crecimiento del pensamiento im-
plican una refundición total del sistema del saber. Enton-
ces la cabeza bien hecha debe ser rehecha. Cambia de es-
pecie. Se opone a la especie precedente por una función
decisiva. A través de las revoluciones espirituales que exige
la invención científica, el hombre se convierte en "una especie
matante o, para expresarlo aún mejor, en una especie que
necesita mutar, que sufre si no cambia. Espíritualmente el
hombre necesita necesidades. Si se considerara adecuadamen-
te, por ejemplo, la modificación psíquica que se realiza a tra-
vés de la comprensión de doctrinas como la Relatividad o la
Mecánica ondulatoria, quizá no se encontrarían estas expre-
siones exageradas, sobre todo si se reflexionara en la real
solidez de la tienda prerrelativista. Mas ya volveremos so-
bre estos juicios en nuestro último capítulo, cuando habre-
mos aportado numerosos ejemplos de revoluciones espiri-
tuales.
Se repite también frecuentemente que la ciencia es ávida
de unidad, que tiende a unificar fenómenos de aspecto dis-
tinto, que busca la sencillez o la economía en los principios
y en los métodos. Esta unidad la encontraría muy pronto,
si pudiera complacerse con ello. Por el contrario, el progre-
so científico marca sus más puras etapas abandonando los
factores filosóficos de unificación fácil, tales como la unidad
de acción del Creador, la unidad de plan de la Naturaleza, la
unidad lógica. En el hecho, estos factores de unidad que aún
actuaban en el pensamiento científico del siglo XVIII, ya no
se invocan más. Al sabio contemporáneo que quisiera
reunir la cosmología y la teología se le reputaría muy pre-
tencioso.
Y entrando en el detalle mismo de la investigación cien-
tífica, frente a una experiencia bien determinada que pueda
ser registrada como tal, verdaderamente como una y com-
18
pleta, el espíritu científico jamás se siente impedido de va-
riar las condiciones, en una palabra de salir de la contem-
plación de lo mismo y buscar lo otro, de dialectizar la ex-
periencia. Así es como la Química multiplica y completa sus
seríes homologas, hasta salir de la Naturaleza materializan-
do cuerpos más o menos hipotéticos sugeridos por el pensa-
miento inventivo. Es así como en todas las ciencias rigu-
rosas, un pensamiento ansioso desconfía de las identidades
más o menos aparentes, para reclamar incesantemente mayor
precisión, ipso facto mayores ocasiones de distinguir. Preci-
sar, rectificar, diversificar, he ahí los tipos del pensamiento
dinámico que se alejan de la certidumbre y de la unidad, y que
en los sistemas homogéneos encuentran más obstáculos que
impulsos. En resumen, el hombre animado por el espíritu
científico, sin duda desea saber, pero es por lo pronto para
interrogar mejor.
II
19
po, el riesgo y el éxito. Sólo la razóú dinamiza a la in-
vestigación, pues sólo ella sugiere, más allá de la experiencia
común (inmediata y especiosa), la experiencia científica (in-
directa y fecunda). Es, pues, el esfuerzo de racionalidad y de
construcción el que debe atraer la atención del epistemó-
logo. El historiador de la ciencia debe tomar las ideas
como hechos. El epistemólogo debe tomar los hechos como
ideas, insertándolas en un sistema de pensamientos. U n
hecho mal interpretado por una época, sigue siendo un
hecho para el historiador. Según el epistemólogo es un obs-
táculo, un contrapensamiento.
Será, sobre todo, profundizando la noción de obstáculo
epistemológico cómo se otorgará su pleno valor espiritual
a la historia del pensamiento científico. Demasiado a me-
nudo la preocupación por la objetividad, que lleva al histo-
riador de las ciencias a repertoriar todos los textos, no llega
a la apreciación de las variaciones psicológicas en la interpre-
tación de un mismo texto. ¡En una misma época, bajo una
misma palabra, hay conceptos tan diferentes! L o que nos
engaña es que la misma palabra designa y explica al mismo
tiempo. La designación es la misma; la explicación es dife-
rente. Por ejemplo, al teléfono corresponden conceptos que
difieren totalmente para el abonado, para la telefonista,
para el ingeniero, para el matemático preocupado en las
ecuaciones diferenciales de las corrientes telefónicas. El epis-
temólogo tendrá, pues, que esforzarse en captar los conceptos
científicos en efectivas síntesis psicológicas; vale decir, en
síntesis psicológicas progresivas, estableciendo, respecto de
cada noción, una escala de conceptos, mostrando cómo un
concepto produce otro, cómo se vincula con otro. Entonces
tendrá cierta posibilidad de apreciar una eficacia epistemoló-
gica. Y de inmediato el pensamiento se presentará como una
dificultad vencida, como un obstáculo superado.
En la educación, la noción de obstáculo pedagógico es
igualmente desconocida. Frecuentemente me ha chocado el
hecho de que los profesores de ciencias, aún más que los
otros si cabe, no comprendan que no se comprenda. Son
poco numerosos los que han sondeado la psicología del error,
de la ignorancia y de la irreflexión. El libro de Gérard-Varet
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no ha tenido resonancia (*). Los profesores de ciencias se
imaginan que el espíritu comienza como una lección, que
siempre puede rehacerse una cultura perezosa repitiendo una
clase, que puede hacerse comprender una demostración re-
pitiéndola punto por punto. N o han reflexionado sobre
el hecho de que el adolescente llega al curso de Física con
conocimientos empíricos ya constituidos; no se trata, pues,
de adquirir una cultura experimental, sino de cambiar una
cultura experimental, de derribar los obstáculos amontonados
por la vida cotidiana. Un solo ejemplo: el equilibrio de los
cuerpos flotantes es objeto de una intuición familiar que es
una maraña de errores. De una manera más o menos clara se
atribuye una actividad al cuerpo que flota, o mejor, al cuerpo
que nada. Si se trata con la mano de hundir en el agua un
trozo de madera, éste resiste. N o se atribuye fácilmente esa
resistencia al agua. Es, entonces, bastante difícil hacer com-
prender el principio de Arquímedes, en su asombrosa sencillez
matemática, sí de antemano no se ha criticado y desorgani-
zado el conjunto impuro de las intuiciones básicas. En
particular, sin este psicoanálisis de los errores iniciales, ja-
más se hará comprender que el cuerpo que emerge y el cuer-
po totalmente sumergido obedecen a la misma ley.
De ahí que toda cultura científica deba comenzar, como
lo explicaremos ampliamente, por una catarsis intelectual y
afectiva. Queda luego la tarea más difícil: poner la cultura
científica en estado de movilización permanente, reempla-
zar el saber cerrado y estático por un conocimiento abierto y
dinámico, dialectizar todas las variables experimentales, dar
finalmente a la razón motivos para evolucionar.
Por otra parte, estas observaciones pueden ser generali-
zadas; ellas son más visibles en la enseñanza científica, pero
tienen cabida en todo esfuerzo educativo. En el transcurso
de una carrera ya larga y variada, jamás he visto a un educa-
dor cambiar de método de educación. U n educador no tiene
el sentido del fracaso, precisamente porque se cree un maes-
tro. Quien enseña manda. De ahí una oleada de instintos.
21
Von Monakow y Mourgue han observado justamente esta
dificultad de reforma en los métodos de educación, invocan-
dó el peso de los instintos en los educadores ( 1 ) . "Hay in-
dividuos para los cuales todo consejo relativo a los errores
de educación que cometen, es absolutamente inútil porque
esos llamados errores no son sino> la expresión de un com-
portamiento instintivo." En verdad, von Monakow y
Mourgue se refieren a "individuos psicópatas", pero la rela-
ción de maestro a alumno es una relación fácilmente pató-
gena. El educador y el educando participan de un psico-
análisis especial. De todos modos, el examen de las formas
inferiores del psiquismo no debe ser descuidado, si se desean
caracterizar todos los elementos de la energía espiritual y
preparar una regulación gnóseo-afectiva indispensable para
el progreso del espíritu científico. Dte una manera más pre-
cisa; discernir los obstáculos epistemológicos es contribuir a
fundar los rudimentos de un psicoanálisis de la razón.
III
22
gro de seguir las generalidades del primer aspecto, pues como
tan bien lo dice d'Alembert, se generalizan las primeras con-
sideraciones, en cuanto no se tiene más nada que considerar.
Veremos así el espíritu científico trabado desde su nacimien-
to por dos obstáculos, en cierto sentido opuestos. Tendre-
mos, pues, la ocasión de captar el pensamiento empírico en
una oscilación llena de sacudidas y de tirones, y finalmente,
todo desarticulado. Mas esta desarticulación torna posible
movimientos útiles. De rrtanera que el epistemólogo mismo
es juguete de valorizaciones contrarias que se resumirían
bastante bien en las siguientes objeciones: Es necesario que
el pensamiento abandone al empirismo inmediato. El pen-
samiento empírico adopta, entonces, un sistema. Pero el pri-
mer sistema es falso. Es falso, pero tiene por lo menos la uti-
lidad de desprender el pensamiento alejándolo del conoci-
miento sensible; el primer sistema moviliza al pensamiento.
Entonces el espíritu, constituido en sistema, puede volver a
la experiencia con pensamientos barrocos pero agresivos, in-
terrogantes, con una especie de ironía metafísica muy mar-
cada en los experimentadores jóvenes, tan seguros de sí mis-
mos, tan dispuestos a observar lo real en función de sus pro-
pias teorías. De la observación al sistema, se va así de los
ojos embobados a los ojos cerrados.
Es por otra parte muy notable que, de una mtanera gene-
ral, los obstáculos a la cultura científica se presentan siempre
por pares. A tal punto que podría hablarse de una ley psi-
cológica de la bipolaridad de los errores. En cuanto una
dificultad se revela importante, puede uno asegurar que al
tratar de eludirla, se tropezará con un obstáculo opuesto.
Semejante regularidad en la dialéctica de los errores no pue-
de provenir naturalmente del mundo objetivo. A nuestro
entender, proviene de la actitud polémica del pensamiento
científico frente al mundo de la ciencia. Comlo en una ac-
tividad científica debemos inventar, debemos encarar el fe-
nómíeno desde otro punto -de vista. Mas hay que legitimar
nuestra invención: entonces concebimos nuestro fenómeno
criticando al fenómeno ajeno. Poco a poco, nos vemos con-
ducidos a convertir nuestras objeciones en objetos, a trans-
formar nuestras críticas en leyes. Nos encarnizamos en va-
23
riar el fenómeno en el sentido de nuestra oposición al saber
ajeno. Es, naturalmente, sobre todo en una ciencia joven
donde podrá reconocerse esta originalidad de mala ley que
no hace sino reforzar los obstáculos contrarios.
Cuando habremos bordeado así nuestro problema median-
te el examen del espíritu concreto y del espíritu sistemático,
volveremos hacia obstáculos algo más particulares. Entonces
nuestro plan será necesariamente flotante y no trataremos de
evitar las repeticiones, pues está en la naturaleza de un obs-
táculo epistemológico ser confuso y polimorfo. Es también
muy difícil establecer una jerarquía de los errores y seguir
un orden para describir los desórdenes del pensamiento.
Expondremos, pues, en montón nuestro museo de horrores,
dejando al lector el cuidado de pasar por alto los ejemplos
aburridos cuando haya comprendido el sentido de nuestras
tesis. Examinaremos sucesivamente el peligro de la expli-
cación por la unidad de la naturaleza, por la utilidad de los
fenómenos naturales. Dedicaremos un capítulo especial para
señalar el obstáculo verbal, vale decir la falsa explicación lo-
grada mediante una palabra explicativa, a través de esa extra-
ña inversión que pretende desarrollar el pensamiento anali-
zando un concepto, en lugar de implicar un concepto particu-
lar en una síntesis racional.
El obstáculo verbal nos conducirá bastante naturalmente
al examen de uno de los obstáculos más difíciles de superar,
porque está apoyado en una filosofía fácil. Nos referimos
al sustancíalismo, a la monótona explicación de las propie-
dades por la sustancia. Mostraremos entonces que para el
físico y, sin prejuzgar de su valor, para el filósofo, el rea-
lismo es una metafísica infecunda, puesto que detiene la
investigación en lugar de provocarla.
Terminaremos esta primer parte de nuestro libro con el
examen de un obstáculo muy especial, que podremos deli-
mitar con suma precisión y que, por tanto, nos ofrecerá un
ejemplo lo más claro posible de la noción de obstáculo
epistemológico. Con su nombre completo lo designaremos :
el obstáculo animista en tas ciencias físicas.. Ha sido casi
completamente superado por la física del siglo XIX; pero
como en los siglos X V I I y XVIII se presenta de un modo
24
tal que, a nuestro parecer, constituye un rasgo característico
del espíritu precientífico, adoptaremos la regla casi absoluta
de caracterizarlo siguiendo los físicos de los siglos X V I I y
XVIII. Esta limitación hará quizá más pertinente a la de-
mostración, puesto que se verá el poder de un obstáculo
en la misma época en que va a ser superado. Por lo demás
este obstáculo animista no tiene sino una lejana vinculación
con la mentalidad animista que todos los etnólogos han
examinado ampliamente. Daremos una gran extensión a
este capítulo precisamente por que podría creerse que no
hay en esto sino un rasgo particular y pobre.
Con la idea de sustancia y con la idea de vida, conce-
bidas ambas a la manera ingenua, si introducen en las cien-
cias físicas innumerables valorizaciones que contradicen a
los verdaderos valores del pensamiento científico. Propon-
dremos pues psicoanálisis especiales para desembarazar al
espíritu científico de esos falsos valores.
Después de los obstáculos que debe superar el conoci-
miento empírico, en el penúltimo capítulo, llegaremos a
mostrar las dificultades de la información geométrica y
matemática, las dificultades en fundar una Física matemá-
tica susceptible de provocar descubrimientos. Ahí también,
reuniremos ejemplos tomados de los sistemas torpes, de las
geometrizaciones desgraciadas. Se verá cómo el falso rigor
bloquea al pensamiento, cómo un primer sistema matemá-
tico impide a veces la comprensión de un sistema nuevo. Nos
limitaremos por otra parte a observaciones muy elementales
para conservar a nuestro libro su aspecto fácil. Por lo de-
más, para completar nuestra tarea en esta dirección, debe-
ríamos estudiar, desde el mismo punto de vista crítico, la
formación del espíritu matemático. Hemos reservado seme-
jante tarea para otra obra. Según nuestro parecer, tal divi-
sión es posible porque el crecimiento del espíritu matemá-
tico es muy diferente del crecimiento del espíritu científico
en su esfuerzo para comprender los fenómenos físicos. En
efecto, la historia de las matemáticas es una maravilla de
regularidad. Ella conoce pausas. Ella no conoce períodos de
errores. Ninguna de las tesis que sostenemos en este libro
2*
apunta pues al conocimiento matemático. No se refieren sino
al conocimiento del mundo objetivo.
Es este conocimiento del objeto que, en nuestro último
capítulo, examinaremos en toda su generalidad, señalando
todo lo que puede empañar su pureza, todo lo que puede
disminuir su valor educativo. Creemos trabajar así en favor
de la moralización de la ciencia, pues estamos íntimamente
convencidos que el hombre que sigue las leyes del mundo
obedece desde ya a un gran destino.
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An Fac med. 2009;70(3):217-24
ARTÍCULO ESPECIAL
La teoría del conocimiento en investigación científica:
una visión actual
Knowledge's theory in scientific research: a current scope
Augusto V. Ramírez
American College of Occupational and Environmental Medicine
Resumen Abstract
El conocimiento es el acto consciente e intencional para aprehender las cualidades del Knowledge is a conscious, intentional and individual act to learn object's qualities
objeto y primariamente es referido al sujeto, el Quién conoce, pero lo es también a la and is firstly referred to who knows but also to the object thing what is known.
cosa que es su objeto, el Qué se conoce. Su desarrollo ha ido acorde con la evolución Its development has been close to human thought evolution. Epistemology, the
del pensamiento humano. La epistemología estudia el conocimiento y ambos son science that studies knowledge, is based in scientific research that begins with a
los elementos básicos de la investigación científica, la que se inicia al plantear una hypothesis exposition and develops afterwards with mathematical models to have
hipótesis para luego tratarla con modelos matemáticos de comprobación y finalizar verifiable and valid conclusions. Scientific research is an accepted and validated
estableciendo conclusiones valederas y reproducibles. La investigación científica ha process for new facts or questions solutions guided to recognize principles and
devenido en un proceso aceptado y validado para solucionar interrogantes o hechos laws that sustain man's life in the world. It owns methods based on hypothesis-
nuevos encaminados a conocer los principios y leyes que sustentan al hombre y deduction/induction complemented with statistics and calculation probabilities.
su mundo; posee sistemas propios basados en el método de hipótesis-deducción/ Scientific researchers should know its theory and evolution because they are
inducción complementados con cálculos estadísticos y de probabilidades. El buen indispensable tools in research and its good handling will allow technical and
manejo de la teoría del conocimiento en investigación científica permite respuestas suitable answers for any hypothesis.
correctas y técnicas a cualquier hipótesis, razón por la que el investigador científico
Key words: Knowledge; scientific research; epistemology; methods; research
debería conocer su teoría y evolución.
personnel.
Palabras clave: Conocimiento; investigación científica; epistemología; métodos;
investigadores.
217
Augusto V. Ramírez An Fac med. 2009;70(3):217-24
Dialécticamente, el método de inves- la teoría del conocimiento y por tanto a expresiones ‘filosofía de la ciencia’, ‘teoría
tigación científica cumple un proceso la epistemología. de la ciencia’, ‘teoría de la investigación
de razonamiento-cuestionamiento que científica’, entre otros.”
Este ensayo, precisamente, resume y
comienza con la abstracción de un hecho
actualiza los hitos relevantes de tales temas En general, la epistemología busca
nuevo, poco conocido, insuficientemente
y su corolario es un epítome sobre meto- responder interrogantes trascendentales:
explicado, o de necesaria confirmación;
dología de la investigación científica. ‘¿Cómo se desarrollaron, y desarrollan, los
de él toma y ordena sus características
modelos o las teorías sobre el pensamien-
para considerarlas como observaciones-
sobre-tal-hecho. Luego, a estas observa- to predominantes en cada época?’ ‘¿Cómo
La teoría del conocimiento avanza el conocimiento humano?’ ‘¿Las
ciones las valora con enfoque deductivo
o inductivo, según corresponda, para El conocimiento, tal como se le concibe teorías se complementan o compiten
teorizar y proponer una o varias hipótesis hoy, es el proceso progresivo y gradual entre sí?’, preguntas que adquieren mayor
para resolverlas (1-3). desarrollado por el hombre para apre- significado ahora cuando el hombre con
hender su mundo y realizarse como frenesí surca, en aventura fascinante, la
En investigación, y en enseñanza investigación científica y tiene la obli-
individuo, y especie. Científicamente, es
de la ciencia, este peculiar método es gación de formular interrogantes, buscar
estudiado por la epistemología, que se la
herramienta básica, por cuanto maneja respuestas y transmitir técnicamente el
define como la ‘teoría del conocimiento’;
hipótesis que deben ser encaminadas conocimiento.
etimológicamente, su raíz madre deriva
por vías válidas y reconocidas para que
del griego episteme, ciencia, pues por La teoría del conocimiento plantea tres
puedan ser aceptadas, verificadas y repro-
extensión se acepta que ella es la base de grandes cuestiones:
ducidas por la comunidad científica -cada
día mejor informada y comunicada- y no todo conocimiento. Su definición formal
es “Estudio crítico del desarrollo, métodos 1. La ‘posibilidad’ de conocer. ¿Qué posi-
las deseche por un mal planteamiento o bilidad tiene el hombre para conocer?
por no cumplir las etapas consideradas y resultados de las ciencias”. Se la define
también como “El campo del saber que La epistemología propone soluciones
necesarias en ciencia. Con este fin, la opuestas:
investigación tiene que ser divulgada, trata del estudio del conocimiento hu-
proceso encargado a publicaciones mano desde el punto de vista científico”. a) Escepticismo: los escépticos dudan
periódicas especializadas, calificadas, En cambio, gnoseología deriva del griego de la capacidad del hombre para
certificadas y reconocidas. Con miras a gnosis, conocimiento al que también estu- conocer y por tanto para alcan-
su difusión, el escrito debe cumplir deter- dia, pero desde un punto de vista general, zar alguna verdad o certeza. Sus
minados patrones de calidad y veracidad sin limitarse a lo científico. En la prác- maximalistas ponen en duda todo,
que le den esas características. Para su tica, la gnoseología es considerada como desconfían de la razón y aún de sus
verificación, las publicaciones cuentan una forma de entender el conocimiento propias impresiones sensibles; viven
con expertos, quienes mediante el sistema desde la cual el hombre -partiendo de en completa indiferencia, ignoran-
de arbitraje -peer review- se encargan de su ámbito individual, personal y coti- do todo lo aceptado, en cuanto es-
examinar sus atributos técnicos, nivel diano- establece relación con las cosas, peculación o práctica. Esta posición
científico y cumplimento de requisitos fenómenos, otros hombres y aún con lo extrema tiene en el probabilismo
éticos. Al hacerlo, los árbitros se plantean trascendente (2). seguidores que tratan de ‘atenuar’
interrogantes básicas e iniciales, como: Ambas propuestas, epistemología y tal radicalismo y cuyo principio
¿el artículo es actual y va con lo poco gnoseología, desarrollan corrientes y lo enuncian así: “nunca estaremos
conocido o esclarecido en el tema que sistemas de pensamiento que conllevan seguros de poseer la verdad, pero po-
trata? Después verán el aspecto medular, abstracciones paralelas en la manera de demos fiarnos de algunas probables
es decir, el planteamiento y fundamento representaciones de ella, lo que nos
conocer el mundo. Cada una de estas
de la tesis, hipótesis y método por el que bastará en la práctica”.
formas particulares de interpretar el co-
se arriba a las conclusiones. De aprobar nocimiento tiene ‘su’ propia visión y por b) Dogmatismo: el dogmático sostiene
este análisis, que debe ser riguroso, en- tanto un enfoque parcial para conocer en que sí es posible conocer y que para
tonces recién sopesan la claridad de la el contexto la generación y la solidez de su lograrlo solo existen verdades pri-
presentación, la bondad en su redacción validación y aplicación, pues substancian mitivas o evidentes, que tienen ese
y la forma en que es comunicado. El el conocimiento desde su propia circuns- carácter por que al pretender refu-
proceso nunca es a la inversa, pues si tancia. Padrón concibe la epistemología tarlas implícita e involuntariamente
se objeta el planteamiento científico, el en forma ecléctica a partir del concepto de se les afirma y porque fuera de ellas
artículo pierde todo valor (4,5). conocimiento obtenido de la ciencia y la no puede haber conocimiento.
Hoy, como nunca antes en la his- filosofía, y dice: “La epistemología estudia
Las verdades evidentes del dogma-
toria, el científico tiene herramientas el conocimiento en general, aunque desde
tismo son:
de investigación con un alto grado de el punto de vista filosófico se restrinja a un
sensibilidad, lo que le compromete con tipo de conocimiento, el científico, con lo - La existencia del mundo material.
la necesidad de un mejor acercamiento a cual el término pasa a ser sinónimo de las - La existencia del yo cognoscente.
218
An Fac med. 2009;70(3):217-24 La teoría del conocimiento en investigación científica
- El principio de la no contradic- le va a hacer la especie dominante. Es- tanto donde acaba la ciencia comienza
ción. tos logros se perpetúan con el desarrollo la filosofía, pero no la priva de tener su
- La amplitud de la mente para de la escritura y más aún con la reciente propia filosofía.
conocer. invención de la imprenta.
• Cuestionador: recusa todo lo conocido,
2. La ‘naturaleza del conocimiento’, es Consecuente con este avance y tal incluyendo la realidad, y se interroga
decir, cuál es la esencia del conoci- como hoy se acepta, el inicio y desa- por la vida y su sentido y por el hombre
miento. Se acepta al conocer como rrollo del conocimiento es un proceso mismo en cuanto hombre.
un acto consciente e intencional del gradual: el hombre al comienzo tiene
• Incondicionado: es autónomo, no
sujeto para aprehender mentalmente en la experiencia captada por los
acepta límites ni restricciones y, es
las cualidades del objeto, por tanto, sentidos la base para aprehender la
más, incorpora el concepto de libre
primariamente la relación sujeto- realidad, luego aprende a razonar, es
albedrío, para el acto de pensar para
conocimiento se establece como un decir a derivar juicios que le lleven a
conocer.
ser-en pero también con un ser-hacia representaciones abstractas, un campo
que le da intencionalidad, caracterís- diferenciado ya de la inicial captura de • Universal: su meta es la compren-
tica que lo hace frágil y cambiante; por la realidad en su experiencia diaria. sión total e integral del mundo, para
eso, en investigación se tiene la certeza encontrar una sola verdad, la verdad
que, Popper dixit, “La verdad en ciencia Caracterización del conocimiento universal (3,6-7).
siempre es provisional”. Basados en este desarrollo del h. sapiens, Conocimiento científico. El hombre
Para interpretar la naturaleza del al conocimiento se le caracteriza siguien- sigue su avance y para mejor comprender
conocimiento, su teoría propone dos do el medio con que se le aprehende; así, su circunstancia explora una manera nue-
grandes vertientes: al conocer obtenido por la experiencia va de conocer. A esta perspectiva la llama
se le llama conocimiento empírico y al investigación; su objetivo: explicar cada
a) Idealismo: como doctrina reduce el que procede de la razón, conocimiento cosa o hecho que sucede en su alrededor
conocer al mundo a una actividad racional. Ambas son etapas o formas para determinar los principios o leyes que
del espíritu e identifica lo real con válidas para conocer (3). gobiernan su mundo y acciones.
lo racional, al objeto con el sujeto
del conocimiento y afirma que aún Conocimiento empírico o conoci- La principal diferencia entre conoci-
lo que no se puede ver puede ser miento vulgar. En sus inicios, el hombre miento científico y filosófico es el carácter
conocido. por observación natural comienza a verificable de la ciencia, para lo que
ubicarse en la realidad, apoyado en el ella misma configura numerosas ramas
b) Realismo: al contrario, sostiene que conocer que le da la experiencia de sus especializadas. Otra es el hecho que en
el hombre solo puede conocer al sentidos y guiado únicamente por su cu- ciencia cualquier ‘verdad’ es susceptible
‘ser en sí mismo’ o al ‘ser real’ úni- riosidad. Este conocer inicial aprendido de cambiar con cada nueva investigación.
camente cuando su juicio es o está en la vida diaria se llama empírico, por Lorenz resume esta característica del co-
acorde con ‘su’ realidad, devinien- derivar de la experiencia, y es común a nocimiento científico así: "la verdad en
do en la corriente epistemológica cualquier ser humano que cohabite una ciencia, puede definirse como la hipótesis
opuesta al Idealismo. misma circunstancia. de trabajo que más le sirve para abrir el
3. Los ‘medios para obtener conocimien- Conocimiento filosófico. Conforme camino a una nueva hipótesis”.
to’: Tema controvertido, que implica el hombre avanza, busca conocer la natu- Con relación a la caracterización del
conceptuar de qué se vale el hombre raleza de las cosas y para entender mejor conocimiento científico, éste se estructu-
para iniciar y desarrollar el conoci- su entorno, y a él mismo, se cuestiona ra en base a la relación interdependiente
miento. Las primeras experiencias del cada hecho aprehendido en la etapa del de sus elementos:
protosapiens se habrían manifestado conocimiento empírico. Este cambio
• Teoría, característica que implica la
concomitantes a cambios anatómicos; propicia una nueva forma de alcanzar el
así, el tiempo consolida la oposición posesión de un conocer ya adquirido
conocimiento, a la que denomina filoso-
del pulgar, éxito que potencia y es po- y validado en base a explicaciones
fía, otro tipo de conocer que se caracteriza
tenciado por el desarrollo del cerebro, hipotéticas de situaciones aisladas,
por ser:
que por acierto y fracaso comienza a explicadas total o insuficientemente,
• Crítico: no acepta métodos ni reglas pero con las que se puede establecer
catalogar y valorar e instintivamente
preestablecidas, aunque ya hayan sido construcciones hipotéticas para resol-
a desechar lo superfluo y solo guardar
validadas y aceptadas. Somete todo al ver un nuevo problema.
hechos esenciales y vitales. Alcanza su
análisis, sin ninguna influencia ni la
apogeo al desarrollar el lenguaje, hecho • Método, procedimiento sistemático
de sus propios principios.
que mejora sustancialmente el avance que orienta y ordena la razón para,
al facilitar la transmisión a cada nueva • Metafísico: va más allá de lo observable por deducción o inducción, obtener
generación lo aprendido de la anterior, y entendible, al afirmar que el campo conclusiones que validen o descarten
para mantener la vida y que finalmente científico, físico, es finito y que por una hipótesis o un enunciado.
219
Augusto V. Ramírez An Fac med. 2009;70(3):217-24
• Investigación, proceso propio del entender; pero, indudablemente algo en tiene su etapa fundacional en las escuelas
conocimiento científico creado para lo que se concuerda es que ese camino filosóficas griegas, con la formulación y
resolver problemas probando una teo- tiene etapas progresivas de acumulación desarrollo de nuevos ‘saberes’ y ‘enten-
ría en la realidad sustantiva, dejando de experiencias y formulación de explica- deres’, paso necesario para avanzar a la
a salvo ir en sentido inverso, de la ciones, inicialmente simples, mas confor- siguiente etapa. Su importancia es tal
realidad a la teoría. me el hombre se ubica existencialmente que los orígenes de nuestro conocimiento
en su circunstancia y entabla contacto occidental ‘moderno’ sobre política, arte,
De acuerdo a estos elementos cons-
titutivos, el conocimiento científico, con la realidad objetiva necesariamente filosofía, historia, medicina y ciencia se
entendido como pensamiento de carac- trata de entenderla y, ora por observa- remonta a este pueblo fascinante que
terísticas propias, conlleva las siguientes ción, ora por experiencia, logra alguna vive hace 25 siglos y que tiene el acierto
‘naturalezas’: explicación incipiente a lo que le rodea. de cuestionarse todo lo hasta entonces
Sin embargo, incapaz aún de interpretar conocido en busca nuevos caminos en
• Selectiva, cada porción de conoci- adecuadamente cada hecho, elabora pos de la siempre inasible verdad.
miento tiene un objeto de estudio propio, conceptos ‘precategoriales’ que, al ser
excluyente y diferente. Este proceso ‘cuestionador’ del pen-
aceptados por su grupo, primero nómada
samiento mítico propicia la aparición
• Metódica, usa procedimientos siste- y después gregario, toman la característica
de nutridas formas de manifestaciones
máticos, organizados y rigurosamente ela- de mito.
de cambio plasmadas en variedad de
borados para comprobar su veracidad. En este primer eslabón del desarrollo ‘escuelas de filosofía’. De éstas, las más
• Objetiva, se aleja de interpretaciones del conocimiento, el hombre atribuye representativas son la de Platón y la de
subjetivas y busca reflejar la realidad tal todo lo inexplicable para ese su primitivo Aristóteles.
como es. conocer a uno o varios seres presentes más
Para Platón, y los platónicos natural-
allá de lo natural y por tanto ausentes del
• Verificable, cada proposición cien- mente, conocer es el simple tomar con-
mundo tangible. Así, crea a las deidades
tífica debe necesariamente ser probada, ciencia de las ideas y marcos absolutos, los
seres dotados de tal poder que, aparte de
cualidad que ha de ser realizada por obser- que según él existen independientemente
explicar, manejar y sustentar cada acto o
vación y experimentación tan rigurosas de cualquier hecho que se trate de captar.
suceso cotidiano, adoptan indistintamente
que no dejen duda sobre la objetividad Mientras que Aristóteles y sus seguidores
forma humana o divina y pueden aún con-
de la verdad (3,7,8). ponen mayor énfasis en los métodos lógi-
fundirse entre ellos, tomando parte activa
cos y prácticos como medios para acopiar
Nexo entre pensamiento y conoci- en eventos tan prosaicos de la cotidianidad
conocimiento y concomitantemente cap-
miento. Para establecer el nexo entre como la guerra, el comercio, el amor, la
tar los principios universales inherentes
pensamiento y conocimiento y tener una agricultura y otros muchos. En esta etapa
visión cierta de los cambios que el conocer a él (9,10).
mítica del pensamiento, los ‘protogriegos’
ha tenido en el tiempo, es preciso revisar de los milenios XXV al IV aC, los griegos La filosofía griega pone las bases para
su transcurrir histórico, sin pretensión de minoicos del s XVI aC, los mesopotámicos el inicio de la especulación filosófica en
prolijidad ni exhaustividad y sin caer en el y los hurritas e hititas -llegados al archi- el mundo occidental. Sus hipótesis intui-
maniqueísmo de sostener que la evolución piélago helénico y a la Arcadia desde el tivas son el núcleo de lo que más tarde
del conocimiento sigue un proceso lineal mediterráneo oriental- son los pueblos más se conoce como teorías de las ciencias y
ascendente, sino por el contrario tomar representativos del inicio de esta etapa del artes modernas.
conciencia que este proceso de cambio conocimiento en occidente. La mitología
algunas veces se presenta a velocidad Roma. Los romanos toman contacto
configura el inicio del desarrollo del cono-
vertiginosa y otras con desaceleraciones con las escuelas de filosofía al conquistar
cimiento y, vista con ojos actuales, puede
pasmosas e incluso retrocesos. Grecia; pero, debido a que la búsqueda
resultar acientífica; pero, es imposible ne-
del conocer Roma la aplica más a la
Una visión sucinta y rápida de la cro- gar su influencia en el camino del hombre
conquista y al engrandecimiento del
nología de la evolución del pensamiento hacia el conocimiento.
Imperio, inicialmente sus relaciones con
humano resalta la presencia de grandes Contra este pensamiento mítico y el pensamiento filosófico no son buenas.
hitos históricos significativos que con- primitivo aparece, avasallante, el plan- Así, Catón el Censor desaprueba el co-
dicionan sus periodos de cambio y son teamiento filosófico griego. nocimiento filosófico y, en el año 161 aC,
repasados aquí muy someramente. el Senado romano prohíbe la enseñanza
Los filósofos griegos. Los griegos son
de la filosofía, por considerarla peligrosa
los ‘inventores’ de la filosofía, concebi-
para la juventud. No obstante, luego el
Breve aproximación a la evolución da como una forma nueva de conocer
criterio romano cambia, en parte.
del conocimiento en occidente que busca confrontar al hombre con la
terrible realidad de estar ineluctable- Debido a estas razones, Roma modi-
De los inicios a la mitología griega
mente presente en su aquí y ahora para fica poco la filosofía y teogonía griegas.
La incógnita del inicio del conocimiento entenderla. Entre los años 600 y 200 Pero, cuando Constantino cristianiza el
humano desafía nuestro nivel actual de aC, la sistematización del saber humano Imperio, el Estado por primera vez en la
220
An Fac med. 2009;70(3):217-24 La teoría del conocimiento en investigación científica
historia del mundo ‘civilizado’ occidental nocer, entonces casi olvidada, que viene una verdad innata o accesible solo por
se atribuye la tarea de cuidar las almas a del mundo antiguo, especialmente de los razonamiento del intelecto, sino que
las que por extensión ve como la fuente griegos. Ese re-nacer se manifiesta en todas experiencia y sentidos son fundamentales
del conocimiento. Con esta nueva con- las formas del quehacer humano, artes, para conocer (13).
cepción, el rol del estado romano no solo letras, ciencias, medicina y por supuesto
Leibniz. Compendia su pensamiento
debe cumplir sus funciones tradicionales, en la búsqueda del conocimiento.
y el de toda una época en sus ‘Discurso
sino además permitir que las almas logren
Pensadores hitos de este periodo son de metafísica’ y ‘La Teodicea’, donde
la salvación e incluso forzarlas a ello. Al
Descartes, 1596-1659, Locke, 1632-1704, enfrenta el problema del conocimiento
final del imperio, la cultura romana se
Leibniz, 1640-1716, y al final del periodo proponiendo un nexo entre la razón y
funde con la tradición judaica presente
Comte, también de gran influencia en el la metafísica para solucionar grandes
en el cristianismo y las tres forjan el non
método científico actual (11). problemas, tales el método, el origen de
plus ultra en la concepción religiosa del
las ideas y del conocimiento, la comuni-
conocimiento y convierten al alma, y por Descartes. El eje medular del pensa-
cación de las substancias, el hombre como
tanto al conocer, en objetivo del estado. miento de Descartes es la duda metódica.
razón o de la naturaleza de Dios (14).
Este sincretismo del pensamiento roma- Descartes recomienda dudar de todo,
no, epónimo de lo latino u occidental, incluyendo dudar del conocimiento y Otras corrientes renacentistas. Propio
con el naciente cristianismo conlleva el de lo captado por los sentidos y aún, lo también de este periodo es el ‘mecanicis-
inicio del desarrollo de la cultura ‘Oc- más osado, dudar del hecho de tener un mo’. Sostiene que los cuerpos difieren solo
cidental y Cristiana’, hace 2000 años. cuerpo. Esta propuesta de dudar-de-todo- en su complejidad mecánica y que nada
Más, como ha sucedido siempre con los para-conocer lleva implícita la pregunta en la naturaleza vive realmente; todo en
imperios, se agotan y desaparecen. Los lá- hasta qué punto dudar, pues según él ella es mecanicismo; así movimiento y
baros el Sacro Imperio romano no serían hasta alcanzar algo sobre lo cual ‘ya sea conocimiento son siempre consecuencia
la excepción. Aún así, el mérito romano, difícil dudar’, como por ejemplo “dudar de un impulso ‘exterior’ y los cuerpos se
obligado por su afán de conquistas, es ha- de la existencia del hombre como ser mueven y conocen ‘desde fuera’.
ber sabido insertar la reflexión pragmática pensante” y desde esa duda construir el
Opuesto a estos entenderes mecanicis-
como parte de su cosmovisión y por tanto conocer, pero ahora sobre evidencias.
tas aparece el ‘vitalismo’ o ‘animismo’, de
como forma de obtener conocimiento.
Descartes deduce que la esencia de ánima, alma. Según esta concepción, el
Con el final de Roma se inicia el la naturaleza del conocimiento reside hombre no es una máquina sino un ser
largo sueño medieval de la filosofía; y, en el pensamiento y que todas aquellas viviente y el conocimiento su natural ca-
lenta pero firmemente, hace su ingreso cosas que podamos distinguir claramen- racterística. Todo en la naturaleza ‘vive’,
la escolástica (11). te con él son ciertas. De esta manera aunque el modo de vida de un cuerpo a
llega a la sentencia, Cogito, ergo sum, otro sea diferente y su movimiento solo
La escolástica. Entre los ss IX y XII, el
en español ‘Pienso, por tanto, existo’. efecto y expresión de un principio vital
conocimiento, en su largo recorrido y para
A esta clara distinción para conocer interior innato a la realidad misma del
sobrevivir a las nuevas formas de concebir
la llama intuición y afirma que no hay cuerpo que se mueve.
y aprehender, se refugia en los conventos
caminos predeterminados para arribar
y toma el nombre de escolástica, nombre La consolidación de escuelas tan
al conocimiento certero de la verdad y
que se refiere más a la manera de trasmi- disímiles, resultado del auge del rena-
que esta solo es alcanzable por intuición
tirlo en esas escuelas monacales que a una cimiento, genera esa dicotomía que
o deducción, únicos medios válidos para
caracterización filosófica intrínseca. se soluciona, aparentemente, con la
construir un cuerpo de conocimientos
antedicha tesis de Leibniz de contenido
En esta forma de pensamiento filosó- basado en fundamentos firmes. Sostiene
racional y metafísico.
fico, Dios cobra relevancia significativa que para alcanzar el conocimiento se debe
como motor y principio-fin de todas las fragmentar el problema y luego reacomo- Comte y el positivismo. El siglo
cosas y, en consecuencia, todo el conoci- dar los ‘pedazos’, de acuerdo a un orden XVII se caracteriza por el desarrollo de
miento viene y va a Él, razón por la que lógico. Descartes pone su fe en la razón las ciencias exactas. Gauss, Poisson,
para la escolástica el conocimiento se y en la matemática y a él, además de su Leibniz, entre otros, ensayan diseños de
inicia y termina en Dios. matemática y filosofía, la ciencia actual modelos matemáticos para conocer a
le debe el método como base de razona- priori posibilidades de ocurrencia de un
El renacimiento. La concepción
miento analítico, que ha probado ser útil determinado evento y crean pruebas de
monacal del pensamiento no va acorde
en el desarrollo de teorías y ensayos (12). cálculo de probabilidades que aún hoy
con el proceso de cambio y liberación
son paradigmas para el manejo de la
de espíritus y mentes que ocurre en los Locke. Contemporáneo de Descartes
estadística en investigación.
ss XV y XVI, cambio que da lugar a la examina la naturaleza y los límites del
corriente transformadora llamada rena- conocimiento humano y, contradicién- En esta etapa del desarrollo del cono-
cimiento, que como indica su nombre dolo, sitúa su fuente en la experiencia cimiento destaca Augusto Comte, quien
es un ‘re-nacer’, es decir, volver-a-nacer sensible. Sostiene que el conocer depende plantea los elementos fundamentales para
y un volver la mirada a esa forma de co- únicamente de ella, por lo que no existe el positivismo, doctrina que admite sin
221
Augusto V. Ramírez An Fac med. 2009;70(3):217-24
crítica alguna el valor de la ciencia como en el objeto-del-conocimiento, Kant lo Epistemología pragmática. Para la
tal, lo que aún hoy es base del modelo pondrá en el sujeto-que-conoce, pues posibilidad de conocer el pragmatismo,
de investigación en ciencias empíricas. según él el sujeto no encuentra al objeto propone crear modelos capaces de cap-
Otra característica de la epistemología como algo que ya es o está dado, sino que turar ‘toda’ la información relevante y
comteana es el monismo metodológico, lo construye. Considera que el conoci- con esta data solucionar o descartar una
entendido como la aplicación de un miento no se fundamenta en la costumbre hipótesis, algo semejante a lo que hoy ya
único método para analizar la ciencia, sea y precisamente desarrolla su ‘Crítica de hace una computadora. Suponiendo que
esta empírica o social. Los planteamien- la razón pura’ para responder a Hume pragmáticamente tales modelos pudiesen
tos del positivismo de Comte todavía son acerca de la base del conocimiento, que desarrollarse, su uso sería aberrante para
válidos para explicar los fundamentos según el inglés ‘se fundamenta solo en la la ciencia y la investigación científica,
epistemológicos y metodológicos en costumbre’. pues estas se limitarían a elegir un modelo
investigación y también la forma más acorde con la magnitud del problema-a-
La teoría kantiana no admite como
utilizada para enfocar y enrumbar el resolver, el que sometido a ese análisis
realidad a la cosa en sí, sino al propio
pensamiento científico dentro del campo debería solucionarse. Entonces cesaría
sujeto, quien porta ya las formas y esque-
académico. cualquier investigación y bastaría aplicar
mas universales que ha obtenido por la
uno de estos modelos ‘solucionadores’
El gran aporte del renacimiento para el experiencia, en el sentido que el intelecto
para tener respuesta a cualquier interro-
saber humano son sus redescubrimientos desconoce las cosas como son en sí mis-
gante científica.
y cambios en todos los órdenes del pensar mas (noúmeno) y solo conoce las que él
y del saber. Sin embargo, más que sus construye (fenómeno). Es decir, descarta El relativismo. El relativismo, una de
movimientos filosóficos son los cambios el noúmeno -la cosa en sí, la realidad tal las corrientes radicales del post-moder-
en física mecánica y en química los que como es en sí misma y que permanece nismo, sostiene que todo conocimiento
definitivamente influencian en las concep- incognoscible- y afirma el fenómeno. es relativo y niega cualquier absoluto.
ciones modernas del conocimiento (11). La epistemología kantiana conceptúa Al establecer la relatividad del conocer,
la subjetividad de los conceptos básicos su visión va más acorde con las ciencias
Empirismo y racionalismo. Luego del
de espacio-tiempo y la imposibilidad sociales, que en algunos casos permite a
renacimiento, dos posiciones mueven la
de llegar a representaciones puramente sus propias hipótesis estar contenidas en
filosofía: empirismo y racionalismo.
objetivas de cosas en sí mismas; para él, el diseño a analizar, lo que las empíricas
El empirismo, de raíces griegas por He- aun las categorías tomadas a priori (de- no admiten (16).
ráclito, es la posición epistemológica que ducibles) son estáticas e independientes
Constructivismo. El constructivis-
se caracteriza por no admitir otro medio de la experiencia, de manera tal que solo
mo concibe al sujeto-que-conoce y al
de conocimiento que no sea la experien- tienen condición de posibilidad.
objeto-por-conocer como entidades
cia. Su auge en las entonces recién apa-
Schopenhauer, no sin sutil ironía, acep- interdependientes y asume que la reali-
recidas ciencias experimentales lleva a la
ta esa distinción en el dilema kantiano: dad es, en importante medida, hechura
visión del conocimiento sustentada como
“La ingeniosa distinción de Kant entre humana y por tanto el conocimiento
teoría de cavilación-consenso semejante
fenómeno y cosa en sí, es el núcleo de toda solo puede ser construido bajo el control
al platoniano reflejo-correspondencia,
su filosofía… y su principal mérito” (15). de algo que ya es conocido. Para el cons-
donde el conocer se forja como un re-
tructivismo no hay cosas, datos, hechos
flejo del objeto externo en el cerebro, Conocimiento y materialismo dialéc-
objetivos o estructuras cognoscentes
tanto si es captado directamente por los tico. Hacia el siglo XIX y conducida por
que se den por descontados; establece
órganos sensoriales o si es ayudado por Hegel, Marx, Engels, Vogts y Buchner
conexiones valederas entre el ‘modelo’
instrumentos de observación; pero, aquí florece, principalmente en Alemania, el
y la ‘cosa-que-representa’, lo que puede
a diferencia de la concepción de Platón, materialismo, una forma de pensamiento
conducir a relativizar el conocimiento,
con deducción a priori. filosófico como método para analizar la
pues así cualquier modelo construido por
sociedad. Postula la tenencia de los me-
Como contraparte, el racionalismo va- el sujeto es tan bueno como cualquier
dios de producción como determinante
lora en extremo la razón, en el entendido otro y entonces no habría manera de
de todos los órdenes de la vida, ergo del
que es la única facultad humana capaz de distinguir un conocimiento ‘verdadero’ o
conocimiento y la investigación cientí-
alcanzar el conocimiento y afirma que solo adecuado de uno inadecuado o ‘falso’. El
fica. Para el materialismo, conciencia,
la conciencia posee contenidos e ideas para constructivismo no concuerda con la idea
espíritu y conocimiento solamente son
sustentarlo, por lo que su substancia es la de reflejo-correspondencia de la realidad
posibles en cuanto el mundo es materia.
razón. Para el empirismo, el conocimiento externa en el acto de conocer.
El materialismo sostiene a la materia
es producto de la percepción sensorial, y
como sustrato de toda realidad, tanto Epistemología evolucionista. Esta
para el racionalismo, su opuesto, lo es de
objetiva -física- como subjetiva -pensa- concepción parte del convencimiento
la reflexión racional (15).
miento, conocimiento- y su concepción que la capacidad de conocer y las estruc-
Kant y el conocimiento. Mientras privilegia e independiza lo material de lo turas biológicas concretas relacionadas
racionalistas y empiristas ponen su acento subjetivo (11). con él son producto de la selección
222
An Fac med. 2009;70(3):217-24 La teoría del conocimiento en investigación científica
natural. Sostiene a la teoría de la evolu- las súper simetrías o el bosón de Higgs, Primariamente, la investigación
ción como elemento imprescindible para son buenos ejemplos. científica está encaminada a aumentar
validar al conocer. Así, el conocimiento los conocimientos del hombre o a me-
No obstante que el final del siglo XX
resulta construido por el sujeto, o grupo jorar su calidad de vida. Estos objetivos
trae cambios, y ¡qué cambios!, estos no
de sujetos, para adaptarse a su ambiente implican desde aplicaciones industriales
son nuevas o actualizadas concepciones
con procesos realizados a diferentes ni- de la ciencia u optimización de la salud
sobre el conocimiento, sino más bien
veles -biológico, psicológico o social- y y bienestar humanos hasta el desarrollo
avances en la forma de transmitirlo,
su estructuración final deviene solo en de cuestionamientos que le permitan
hecho que comienza ya en los 70’s con
el ajuste de partes preexistentes. En encauzar el avance en otros aspectos, tal
el masivo desarrollo comercial de la
cada ‘neoestructuración’ solamente se su realización como ser humano, campo
computadora personal, luego la trans-
retienen las combinaciones o estructuras este tradicionalmente dominado por, o
misión de imágenes en tiempo real fuera
que contribuyan en forma preponderante compartido con, la filosofía (3).
del consabido sistema de televisión, la
a la supervivencia y reproducción del
nanotecnología y por último los avan- Aquí, la pregunta prístina es ¿para
sujeto dentro de su ambiente, el resto
ces fantásticos en el sistema de acopio qué la investigación científica?, pues de
‘regresiona’ o desaparece. Incorpora a sí
y distribución de datos –buscadores e acuerdo al estado actual del conocimien-
el concepto de la evolución de las espe-
internet. to la investigación en ciencia puede tener
cies; por tanto, para el evolucionismo,
el conocimiento solo es un instrumento Sin embargo, este vertiginoso avance variadas respuestas, algunas inmediatas
pasivo desarrollado para ayudar a la su- del conocimiento ha desbordado la ca- y hasta urgentes: la búsqueda de vacuna
pervivencia (2,11). pacidad de memoria del h. sapiens -locus para enfrentar una plaga, tal cual precisa-
minor en la evolución de su cerebro- pues mente ocurre hoy; otras mediatas como la
Memética. Con la epistemología cura para el cáncer o el mapeo del genoma
se ha visto imposibilitado de desarrollarla
evolucionista y el constructivismo como humano, investigaciones que abarcan ya
aceleradamente para que vaya acorde con
antecesores, pero con un enfoque más más de media centuria y cuyo final aún
esa abrumadora cantidad de información
radical, aparece la memética, propuesta no se vislumbra; por último, pero no la
que hoy posee. Mas ha hallado solución
inicialmente por el etólogo Dawkins. última, respuesta a cuestiones de largo
parcial y temporal al fabricarse un ‘hemis-
Según él, memética es la “Ciencia que aliento, como el desarrollo de nuevas
ferio cerebral accesorio’ para incrementar
estudia los memes y sus efectos sociales” y teorías, hipótesis o pruebas que permitan
y manejar su memoria, la computadora
su núcleo conceptual se centra en identi- conocer el universo, por lo menos hasta
portátil, hoy aditamento sine qua non en
ficar e individualizar al meme, cual un gen las cercanías o bordes de la parte ya sabida
su vida diaria, pues carga con ella do quiera
en genética, como unidad de transmisión o deducida, con el único fin de responder
que va, aunque previsiblemente por muy
de información del conocimiento. Así, preguntas atávicas aún irresolutas (6-8).
poco tiempo y solo hasta que la tecnología
el meme deviene en la unidad básica en
le permita incorporar a su encéfalo un Y ya al borde de este acápite, algunas
que se puede dividir el acervo cultural o
nanochip de memoria artificial. Es de es- líneas para enumerar los fines del pro-
la herencia intelectual de una sociedad.
perar que este atajo no retarde el desarrollo ceso de investigación científica en sí,
Para explicar el desarrollo del conoci-
evolutivo del cerebro humano. los que pueden ser de diversa laya y que
miento, la memética propone alcances
más afines a la comunicación y a procesos En este punto se encuentra hoy el h. generalmente se les resume en los cuatro
sociales; pero, en lugar de entender al sapiens orondo, por cuánto tiempo depen- capítulos más frecuentes, pero no los
conocer como construido por el sistema derá solo de la velocidad de desarrollo de únicos, de la cotidianidad de la ciencia y
social lo ve más bien a la inversa, ve al la investigación científica. la tecnología:
sistema social como construido por el
1. Obtención de información, o de mayor
conocimiento (17).
información, sobre fenómenos o siste-
Investigación en ciencia
Hasta aquí este breve hilvanar de mas científicos en actual uso.
las concepciones epistemológicas más La ciencia estudia hechos poco conocidos, 2. Demostración de una teoría o mo-
relevantes en la consolidación del insuficientemente explicados o carentes delo en los que se basa un proceso o
conocimiento científico, que describe de información aceptada. La búsqueda sistema
someramente su desarrollo, útil en cuanto de solución para esas, y otras, incógnitas
permite entender cómo desde una preca- es el campo de lo que por consenso se 3. Comparación de hechos o sistemas ya
ria e inicial abstracción el hombre llega a denomina investigación científica. Ésta aceptados en determinados procesos, a
enfocar el conocer como dependiente de se basa en el método hipótesis-deduc- fin de verificar si se corresponden con
su circunstancia y en cambio continuo, ción/inducción, complementándose -la condiciones de validez aceptadas a la
a tal punto que conceptos muy actuales mayoría de veces por limitantes en la luz del conocimiento actual.
pero no tangibles a la grossa realidad, al información disponible- con cálculos 4. Establecimiento de nuevas metodolo-
romper paradigmas, pueden llegar a ser estadístico-probabilísticos para resolver gías auxiliares para el mismo proceso
incongruentes con su mundo físico ya sus hipótesis, formular nuevos factores de de investigación, tal la creación de ins-
validado: conceptuar la materia oscura, interrelación o nuevas teorías. trumentos de medida o de contraste.
223
Augusto V. Ramírez An Fac med. 2009;70(3):217-24
El estado actual de desarrollo del co- aislado y único? ¿Cuál es el agente causal 4. Benos DJ, Bashari E, Chaves JM, Gaggar A, Kapoor
nocimiento lleva al hombre a persistir en o cuál es el aparente agente causal? ¿De N, LaFrance M, et al., The ups and downs of peer
investigar para ubicarse plenamente en estos hechos, cuál es condicionante y cuál review. Adv Physiol Educ. 2007;31:145.
5. Day RA. Cómo escribir y publicar trabajos
su locus existencial. En esta búsqueda, la determinante? Los hechos en cuestión,
científicos. OPS Publicación Científica y Técnica
investigación debería definir criterios de ¿requieren una explicación científica o No. 598. Washington, DC: OPS; 2005.
selección y, sobre todo, no conformarse bastará con una empírica?, interrogantes 6. Bunge M. La investigación científica. Barcelona:
con logros absolutos, pues todo absoluto que conllevan implícito establecer pos- Ed. Ariel; 1983.
en ciencia es signo de parálisis y, es más, tulados de solución, los que en adición 7. Popper KR. El conocimiento objetivo. Madrid: Ed.
cualquier ‘verdad’ siempre se encuentra deben ser consolidados por la experiencia Tecno S.A.; 1992.
en un punto medio entre lo absoluto y lo del investigador. 8. Sáez R. El conocimiento científico y el conocimiento
relativo. mítico asumidos en el método pedagógico. Revista
Si la metodología y el razonamiento Complutense de Educación. 1991;2:277-95.
En conclusión, el conocimiento se se han encaminado correctamente, el Disponible en: http://www.ucm.es/BUCM/revistas/
concibe como un sistema de interrelación resultado ha de ser la elucidación de las edu/11302496/articulos/RCED9191230277A.
sujeto-objeto capaz de desarrollar méto- propiedades cuestionadas en el objeto PDF
dos y parámetros propios para aprehender estudiado. El siguiente paso será conocer 9. Asimov I. The Greeks: A Great Adventure. Boston,
la realidad. Por esta cualidad, su teoría ‘por qué el hecho cuestionado es así’ y Mass, EE UU: Ed. Houghton-Mifflin; 1993.
deviene en herramienta necesaria para la averiguar si ‘mantiene alguna relación 10. H esiodo. La Teogonía. Barcelona, España:
Edicomunicación SA; 1995.
investigación científica. Su buen manejo con otros hechos u objetos’, lo que final-
11. D urozoi PG. Roussel A, Dictionnaire de la
permite responder cualquier hipótesis y mente conduce a un necesario dilucidar philosophie. Traducción al portugués de Maria de
los investigadores deberían conocer de racional que solo concluye al hallar la Fátima de Sá Correia. Lisboa: Ed. Porto; 2000.
su teoría y transcurrir histórico. causa de tal o cuál efecto del fenómeno en 12. Descartes R. El Discurso del Método. Madrid: Ed.
estudio, es decir, permite su explicación Alba; 2002.
racional y científica. 13. L ocke J. Compendio del Ensayo sobre el
Epítome sobre metodología de la entendimiento humano. Madrid: Ed. Alba; 2002.
Mas, al hallar esa nueva realidad, 14. Leibniz GW. Discurso de Metafísica. Madrid: Alianza
investigación científica
seguro también se identificará otros cam- Editorial SA; 2002.
Toda investigación científica tiene su pos inexplorados que hacen manifiesta la 15. Schopenhauer A. Sobre el fundamento de la moral.
punto de inicio en la abstracción de limitación del conocer recién explicado En: Los problemas fundamentales de la Ética.
un tópico que puede ser nuevo, poco o comprobado y, antes bien, es posible se Madrid: Ed. Siglo XXI; 1993.
conocido, insuficientemente explicado evidencie una nueva teoría que natural- 16. Lorenz K. La otra cara del espejo. Ensayo para
o que necesite confirmación científica, mente necesitará ser demostrada y, en un una historia natural del saber humano. Barcelona:
Plaza y Janés; 1974.
para con capacidad racional captar sus círculo virtuoso, la solución hallada invita-
17. Dawkins R. El gen egoísta. Barcelona: Editorial
características, las que luego de ordenadas rá a un nuevo proceso de investigación. Salvat; 2000.
minuciosamente han de ser consideradas
como ‘observaciones sobre tal hecho’
y valoradas, según corresponda, con REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Manuscrito recibido el 12 de agosto de 2009 y
enfoque deductivo o inductivo, a fin de
1. Morris D. El mono desnudo. Barcelona: Ed. aceptado para publicación el 4 de setiembre de
teorizar y proponer postulados en una o Random House Mondadori; 1968. 2009.
varias hipótesis de solución (6-7). 2. Abarca R. El proceso del conocimiento: gnoseología
El acto científico no queda allí; estas o epistemología [Internet]. Arequipa, Perú:
Universidad Católica de Santa María; 1991 [citado
hipótesis de trabajo habrán de ser cues-
el 15 de mayo de 2009]. Disponible en http://www. Correspondencia:
tionadas aplicando las preguntas clásicas: ucsm.edu.pe/rabarcaf/procon00.htm Augusto V. Ramírez, MD. OH.
¿Por qué este hecho es así? ¿Guarda 3. Padrón J. Tendencias epistemológicas de la Salud Ocupacional. Clínica Los Fresnos
alguna relación con tal otro hecho o investigación científica en el siglo XXI. Revista Los Nogales 179
acontecimiento presentado previa o de Epistemología de Ciencias Sociales de la Cajamarca, Perú
concomitantemente? ¿Es éste un hecho Universidad de Chile. 2007;28:1-28. Correo-e: augustovram@yahoo.es
224
¿QUÉ ES ESA COSA LLAMADA CIENCIA?
Alan F. CHALMERS,
Siglo XXI Editores, Argentina, 1988.
Sinopsis
INTRODUCCION:
Podemos distinguir entre dos tipos de enunciados observacionales: (a) los singulares,
derivados de la observación de un determinado fenómeno, en un determinado momento
y lugar y (b) los generales, que hacen referencia a todos los acontecimientos de un
determinado tipo en todos los lugares y en todos los tiempos. Las leyes y teorías que
forman el conocimiento científico son enunciados de este tipo, que se llaman
universales.
Las condiciones que deben cumplir los enunciados observacionales singulares para
establecer generalizaciones universales son tres y son las siguientes:
2. EL PROBLEMA DE LA INDUCCION
2) Los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen y
por lo tanto el hecho de ser base completamente segura sobre la cual edificar leyes y
teorías científicas es erróneo.
Esta postura es contraria a la que sostienen los inductivistas, que ven en la observación
la fuente del conocimiento.
Se sabe que usualmente las teorías son concebidas antes de hacerse las observaciones
que las comprueban. Para los acérrimos defensores del inductivismo, las teorías sólo
tienen sentido si se pueden verificar mediante la observación. Pero no se puede
mantener esta división tajante entre teoría y observación ya que esta última está influida
por la teoría.
c) que resista la falsación cada vez que se la someta a prueba (es decir, no se la pueda
refutar).
Las teorías con alto grado de falsabilidad son preferibles a las menos falsables. Cuanto
más falsable sea una teoría, más afirma y mejor será entonces -siempre y cuando no sea
falsada-. Las teorías falsadas deben ser rechazadas terminantemente.
Los falsacionistas exigen que las teorías que se formulen sean sumamente falsables;
así, las teorías serán establecidas con claridad. Lo mismo ocurre con la precisión: cuanto
más precisamente se formule una teoría, más falsable será.
Si bien nunca se puede decir que una teoría sea verdadera –pese a haber superado
múltiples pruebas- sí se puede decir que sea superior a otras, en virtud de haber
superado pruebas que las teorías predecesoras falsaron. Se debe tener en cuenta que los
problemas que se plantean, siempre se hacen a la luz de alguna teoría, y no de la
observación como sostienen los inductivistas.
Las hipótesis prudentes se refieren a los conocimientos bien establecidos y que no son
problemáticos. Por otra parte, la confirmación de conjeturas audaces supondrá la
falsación de alguna parte del conocimiento básico con respecto al cual eran audaces las
hipótesis.
Los falsacionistas, tanto los ingenuos como los más sofisticados, sostienen que si bien
las teorías se pueden falsar de modo concluyente acorde a las pruebas correspondientes,
no se puede establecer su verdad o la probabilidad respecto a la verdad. Este hecho
confiere a las teorías el carácter de ser conocimiento provisional.
Los elementos que constituyen este programa son el núcleo central y el cinturón
protector, siendo este primer elemento mencionado una característica definitoria de este
tipo de programa, además de las heurísticas positiva y negativa.
Entendemos por núcleo central las hipótesis teóricas muy generales que constituyen la
base a partir de la cual se desarrolla el programa; cabe aclarar que los núcleos son
aceptados e infalsables. Un ejemplo de núcleo central de la astronomía copernicana lo
constituye la hipótesis que dice que la Tierra y los planetas giran alrededor de un sol
inmóvil y que la Tierra gira una vez al día sobre su eje. Cualquier desajuste habido en la
confrontación entre un programa de investigación y los datos observacionales no habrá
que atribuírselo al núcleo central sino al cinturón protector, aquella otra parte de la
teoría conformada por el conjunto de hipótesis auxiliares, supuestos subyacentes de las
condiciones iniciales y enunciados observacionales.
La heurística positiva, aspecto del programa que dice lo que debe hacerse y lo que no,
indica cómo debe completarse el núcleo central para explicar y predecir fenómenos
varios. Serán las confirmaciones –deberá someterse el programa a pruebas
observacionales- y no las falsaciones quienes tendrán vital importancia. Se pide que al
menos, de vez en cuando, el programa resulte exitoso cuando se deban realizar
predicciones nuevas que se confirmen.
Respecto al 2do. punto de vista, los méritos de los diversos programas se deben juzgar
por la medida en que dichos programas progresan o degeneran. Si esto último sucede, se
da paso a un programa rival más progresista.
Un problema que aquí se plantea hace referencia al tiempo que deberá transcurrir para
considerar si un programa de investigación ha degenerado o no, si es capaz de llevar al
descubrimiento de nuevos fenómenos o no. Nunca se puede decir que un programa haya
degenerado, dado que siempre es posible que una modificación en su cinturón protector
Lakatos y Kuhn tienen puntos en común: ambas concepciones filosóficas deben resistir
a las críticas basadas en la historia de la ciencia.
Thomas Kuhn expresa su idea acerca del progreso de la ciencia por medio del
siguiente esquema abierto:
Una CIENCIA MADURA se rige por un solo paradigma, quien establece las normas
que dan legitimidad al trabajo que se realiza dentro de la ciencia que rige, incluyendo la
resolución de problemas que se presentan. Para Kuhn, será justamente la existencia de
un paradigma que pueda apoyar una tradición de ciencia normal lo que establecerá la
diferencia entre lo que es CIENCIA y lo que no lo es. Carecer de paradigma implica no
poseer el estatus de ciencia.
Las posturas de Kuhn y Lakatos son contrarias en cuanto a lo que debe considerarse
“ciencia” y “no ciencia”. Se emplearán los conceptos de “Racionalismo” y
“Relativismo” respectivamente para dar cuenta de dos concepciones acerca de la
valoración, la elección de la teoría y la demarcación entre ciencia y no ciencia.
Para los RACIONALISTAS, sólo serán científicas aquellas teorías que puedan ser
valoradas en términos universales y que sobrevivan a la prueba.
Los RELATIVISTAS sostienen que las teorías son siempre relativas al individuo o a
la comunidad científica que las sostienen. Por lo tanto, serán juzgadas en función de los
valores que cada individuo o comunidad posea.
10. OBJETIVISMO
Esta concepción –contraria al la del individualismo- sostiene que los datos del
conocimiento tienen características independientes de las creencias y la conciencia de
las personas que los conciben y las aprecian.
Esta postura, adoptada por el autor siguiendo a Musgrave, fue defendida por Popper,
Lakatos y Marx. Para Popper, podemos distinguir dos sentidos de conocimiento: a) el
conocimiento o pensamiento en sentido subjetivo –que se refiere al estado de la mente o
de la conciencia- y b) el conocimiento o pensamiento en sentido objetivo, por el cual el
conocimiento no depende de la pretensión de la persona de conocer ni de sus creencias,
disposición a afirmar o a actuar. Resulta así, un conocimiento sin conocedor, sin sujeto
que conoce. Por su parte, Lakatos se propuso que la metodología de sus programas de
investigación fueran una explicación objetivista de la ciencia. El materialismo histórico
de Karl Marx plantea una concepción objetivista de la sociedad: los hombres nacen en
una estructura social que los preexiste, la cual no eligen y su conciencia se forma por lo
que hacen y experimentan en dicha estructura.
Una concepción objetivista del cambio de teoría considera no sólo los grados de
fertilidad de programas rivales –que deberán llevar a nuevas predicciones- sino también
su éxito en la práctica.
Respecto a la relación entre las teorías científicas y el mundo al que se las pretende
aplicar, existen dos puntos de vista a los que se denomina “Realismo” e
“Instrumentalismo”.
Según las posturas realistas, las teorías describen o pretenden describir qué es el
mundo. Estas posturas conllevan la idea de verdad, ya que la ciencia aspira a dar
descripciones verdaderas de lo que es realmente el mundo. Así, la teoría que describa
correctamente algún aspecto del mundo y su modo de comportamiento será verdadera o
cierta. En esta concepción, el mundo existe independientemente de nosotros y de
nuestro conocimiento teórico de él. De acuerdo a la concepción alternativa, el
instrumentalismo, las teorías son instrumentos cuya finalidad es relacionar un conjunto
de estados de cosas observables con otros. La idea de verdad es más restringida: las
descripciones del mundo observable serán verdaderas o falsas según lo describan o no
correctamente. Aquí las teorías no serán evaluadas por su verdad o falsedad sino por su
utilidad como instrumentos. Para el instrumentalista ingenuo, a la ciencia no le
corresponde establecer lo que puede haber más allá de la observación. La ciencia no nos
otorga un medio seguro de llenar el hueco entre lo observable y lo inobservable. Los
instrumentalistas comparten así con los inductivistas la postura de no afirmar nada que
no sea derivado de la observación.
Desde la óptica que el autor desea defender, el mundo físico está constituido de tal
forma que nuestras teorías físicas actuales son aplicables a él en algún grado. La
finalidad de la física será establecer los límites de aplicabilidad de las teorías actuales y
desarrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor grado de aproximación
en diversas circunstancias. Este punto de vista será denominado como Realismo No
Representativo, el cual es realista en dos sentidos: a) se parte del supuesto de que el
mundo físico es como es independientemente de nuestros conocimientos sobre el
mismo; b) se parte del supuesto de que, en tanto las teorías son aplicables al mundo, lo
son siempre dentro y fuera de las situaciones experimentales. Sin embargo, no es
representativo, en tanto no conlleva una teoría de la verdad como correspondencia. No
se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista de la descripción del mundo tal
como realmente es, dado que no hay acceso al mundo independientemente de un cuerpo
teórico que permita valorar tales descripciones. Esto choca con las nociones propias del
sentido común. Sí se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista del grado en que
abordan exitosamente algún aspecto del mundo.
El realismo no representativo es más compatible que las tesis realistas habituales con
el hecho de que nuestras teorías son productos sociales sujetos a un cambio radical.
Nuestras teorías son un tipo especial de producto social, aunque no esté socialmente
determinado el grado en que son capaces de abordar el mundo físico –que no es un
producto social-.
En opinión del autor, la cuestión que da título a este libro es engañosa y presuntuosa.
Presupone que hay una sola categoría de “ciencia” e implica que diversas áreas del
conocimiento –física, biología, historia, etc.- entran o no dentro de esta categoría. Los
filósofos no tienen recursos que les permitan fijar los criterios que deben ser satisfechos
para que un área de conocimiento sea considerada científica. Toda área de conocimiento
puede ser analizada por lo que es: investigando sus fines, sus métodos para lograrlos, su
grado de éxito en dicha prosecución; y podrá ser criticada al criticarse estos mismo
puntos. Desde esta perspectiva, no se necesita la categoría de “ciencia” para que una
parcela de conocimiento sea considerada como tal o como no ciencia.
En opinión del autor, no hay una concepción intemporal y universal de la ciencia o del
método científico que pueda servir a los fines ejemplificados en el párrafo anterior. No
es lícito defender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajustan a algún criterio
prefabricado de cientificidad.
http://www.lafacu.com/sintesis/ciencia.htm
El presente artículo tiene por objeto brindar un panorama general sobre los distintos
enfoques y programas de investigación que han estudiado la tecnología con las ciencias
sociales como base, para analizar su configuración y su relación con la sociedad y la
cultura. Este texto se divide en dos apartados: el primero plantea una descripción de
algunas perspectivas disciplinarias que abordan los estudios sociales de la ciencia y la
tecnología como la historia de la tecnología, el evolucionismo económico, la
antropología de la tecnología y la sociología de la tecnología. El segundo plantea una
profundización sobre aquellos enfoques sociológicos constructivistas que permiten 129
analizar el problema de las relaciones sociales y la configuración de artefactos
tecnológicos. Finalmente, se presenta una reflexión sobre la incidencia de dichos
estudios en América Latina.
This article aims at providing an overview of the different approaches and research
programs that have studied technology from a social sciences’ perspective, in order to
analyze its configuration and its relation to society and culture. This paper is divided into
two sections. The first section presents some disciplinary perspectives that address the
social studies of science and technology, such as: the history of technology, the
economic evolution, the anthropology of technology and the sociology of technology. The
second section presents an in-depth approach to the sociological constructivist
perspectives that aid in the analysis of social relationships and the configuration of
technological devices. Finally, the authors present a reflection on the impact of such
studies in Latin America.
Introducción
No obstante, en la década del 60, en los Estados Unidos surgieron formalmente los
estudios CTS, el campo académico explícito para la enseñanza de la investigación,
donde se cuestionan los presupuestos positivistas y se pasa de concebir la ciencia y
la tecnología como resultados de procesos científicos racionales a entenderlas con
sus implicaciones valorativas y políticas. Este giro se origina como reacción a la
guerra de Vietnam, a las crisis ecológicas ocasionadas por el desarrollo industrial y el
consumo, a la gran brecha entre los pobres y los ricos, asuntos que no se
solucionaban con el progreso de la ciencia y la tecnología.3 Desde esta perspectiva
se comienzan a denunciar tales efectos, hasta posicionarse en disciplinas como la
historia, la antropología y la sociología. La temática científico-tecnológica comenzó a
2. En esta época, los análisis sobre los efectos de la tecnología en la sociedad se pueden estudiar con
filósofos como Oswald Spengler, Nicolás Berdyaev, José Ortega y Gasset, Friedrich Dessauer, Max Scheler,
Karl Jaspers, Ernst Junger, Martin Heidegger; y desde la teoría crítica con Max Horkheimer, Theodor Adorno,
Herbert Marcuse y Jurgen Habermas, entre otros (Doig, 2000: 25). Para una mayor aproximación al tema de
la filosofía de la tecnología y el enfoque crítico en su reflexión, véase Feenberg (2005).
3. En el enfoque de ciencia, tecnología y sociedad se pueden identificar tres líneas de investigación
interdisciplinares: 1) ciencia, tecnología y políticas públicas; 2) estudios de ciencia y tecnología; y 3)
programas de ciencia, tecnología y sociedad (Doig, 2000).
4. Sobre la base del trabajo de especialistas como Kuhn, Ziman y Bernal, los historiadores, los sociólogos y
los filósofos de la ciencia y la tecnología se alejaron paulatinamente de las subdisciplinas de orientación
internalista hacia intepretaciones más externalistas o contextuales (Cutcliffe, 2003b: 15).
Las antropólogas mexicanas María Josefa Santos y María Teresa Márquez (2003: 76)
enuncian los presupuestos básicos compartidos por la historia social de la tecnología,
* El estudio del uso y asimilación de tecnología debe privilegiar los procesos más
que los resultados.
* Los procesos de desarrollo tecnológico tienen un fuerte componente social y
cultural, y por tanto son esencialmente conflictivos y cargados de situaciones
predecibles.
* Las construcciones socio-técnicas se desarrollan a partir de procesos complejos
en los que los valores culturales, políticos y económicos juegan un papel muy
relevante en el interior del proceso mismo de construcción y en la sociedad que lo
sostiene.
* Los procesos socio-técnicos son reconfigurados a partir de la intervención de los
distintos actores, quienes le imprimen dirección e intencionalidad. Las
intervenciones de los actores se encuentran modeladas a su vez por las referencias
sociales, institucionales y simbólicas en las que están inmersos.
* El alcance de la tecnología depende de las circunstancias de su producción.
6. “Este enfoque permite analizar la composición de sistemas, por ejemplo, una oficina gubernamental está
compuesta por empleados, un edificio, una organización espacial y temporal, una organización jerárquica,
clientes, computadoras, varios artefactos (como abrochadores, biromes y teléfonos), afiches, signos,
regulaciones, procedimientos burocráticos, una estructura legal e institucional, ciertas metas y funciones,
códigos de comportamiento y vestimenta, archivos, formularios, elementos psicológicos (identificación,
interpelación, etc.), relaciones con otros departamentos, etc. Parecería que todo ensamblaje funciona, en
cierto modo, como una totalidad” (Vaccari, 2008: 190).
7. Un ejemplo de esto es el trabajo del sociólogo Phillipe Vergragt, quien analiza las opciones de investigación
y desarrollo I+D como el reflejo de relaciones de poder entre los diferentes actores involucrados (Aibar, 1996).
ser analizados en términos de luchas entre los diferentes actores por imponer su
definición del problema a resolver” (Aibar, 1996: 142).
Las nociones de “acción” y de “agencia” son claves para interpretar dicha teoría, el
punto de partida metodológico de este enfoque es el análisis de la ciencia y la
tecnología en acción que hace referencia a los procesos colectivos de elaboración de
artefactos. Este abordaje enfatiza que la acción no depende de un único factor, sino
de una cadena de factores, y que la agencia es la capacidad de actuar donde:
las narraciones de las grandes innovaciones en la región, siendo ésta última la rama
más acogida.
Conclusiones
Durante el siglo XX, la tecnología ha sido analizada por disciplinas como la ingeniería
o la administración, actores como los empresarios, administradores e ingenieros
asumían las responsabilidades políticas y económicas de las invenciones,
transferencias y avances tecnológicos. Sin embargo, dados los fenómenos que traen
consigo el avance y el consumo tecnológico, los investigadores sociales se han
ocupado de problematizar y estudiar la relación sociedad-ciencia-tecnología a lo largo
de las últimas tres décadas (Doig, 2000).
Bibliografía
143
AIBAR, E. (1996): “La vida social de las máquinas: orígenes, desarrollo y perspectivas
actuales en la sociología de la Tecnología”, Revista Española de Investigaciones
Sociológicas, vol. 76, pp. 141-170.
Javier Echeverría *
109
Este artículo parte de la hipótesis de que a finales del siglo XX ha surgido una nueva modalidad
de ciencia, la tecno-ciencia, que presenta dimensiones tecnológicas, económicas, políticas,
empresariales e incluso militares, aparte de las propiamente científicas. La tecno-ciencia no se
limita a describir o explicar el mundo, sino que pretende transformarlo. La búsqueda de
conocimientos está subordinada al logro de innovaciones. Por tanto, además de filosofía de la
ciencia es preciso hacer una filosofía de la tecno-ciencia y una filosofía de la innovación que se
derive de ella, debido a que los sistemas de I+D (investigación y desarrollo) están orientados a
innovar. Para ello hay que desarrollar nuevas líneas de investigación: filosofía de la práctica
científica, filosofía de la tecno-cultura y filosofía política de la ciencia, aparte de una axiología y
una praxiología de la ciencia. Para argumentar estas propuestas, se comentan tres ejemplos de
nuevas tecno-ciencias sociales y humanas (computación en la nube, sistemas de indicadores y
neurociencias humanas). Además, se propone la noción de tecno-paradigma, que regula las
agendas tecno-científicas actuales y el modo de hacer ciencia en el siglo XXI.
Palabras clave: filosofía de la ciencia, estudios CTS, práctica científica, estudios de innovación
Este artigo parte da hipótese de que, nos finais do século XX, surgiu uma nova modalidade de
ciência, a tecnociência, que apresenta dimensões tecnológicas, econômicas, políticas,
empresariais e até militares, para além das propriamente científicas. A tecnociência não se limita
a descrever ou explicar o mundo, mas pretende transformá-lo. A procura de conhecimentos está
subordinada à consecução de inovações. Portanto, além de filosofia da ciência, é preciso fazer
uma filosofia da tecnociência e uma filosofia da inovação dela derivada, em virtude de que os
sistemas de P+D (pesquisa e desenvolvimento) perseguem a inovação. Para isso, é necessário
desenvolver novas linhas de pesquisa: filosofia da prática científica, filosofia da tecnocultura e
filosofia política da ciência, além de uma axiologia e uma praxiologia da ciência. Para
argumentar estas propostas, são comentados três exemplos de novas tecnociências sociais e
humanas (computação em nuvem, sistemas de indicadores e neurociências humanas). Além
disso, propõe-se a noção de tecnoparadigma, que regula as agendas tecnocientíficas atuais e o
modo de se fazer ciência no século XXI.
This article is based on the assumption that at the end of the 20th century emerged a new form
of science, techno-science, which presents technological, economic, political, business, and
even military dimensions apart from the strictly scientific one. Techno-science is not limited to
describe or explain the world, but rather to transform it. The search for knowledges is subject to
the achievement of innovations. Therefore, as well as philosophy of science is needed a
philosophy of techno-science and a philosophy of innovation derived from it, because the
systems of ID (research and development) are today geared to innovate. For this purpose there
is to develop new lines of research: philosophy of scientific practice, philosophy of techno-culture
and political philosophy of science, apart from an axiology and a praxeology of science. To argue
these proposals three examples of new social and human technos-ciences are commented
(cloud computing, systems of indicators and human neurosciences). Furthermore, it is proposed
110 the notion of techno-paradigm, which regulates the contemporary techno-agendas and the way
of doing science in the 21st century.
Key words: philosophy of science, STS studies, scientific practice, innovation studies
Por su parte, las tecno-ciencias militares se han seguido desarrollando lejos del
escrutinio público, sobre todo en los Estados Unidos, pero también en China, Rusia y
otros países emergentes. Los asesores de las organizaciones militares, incluida la
OTAN, son conscientes de que ningún Estado ni organización internacional puede
tener un poder militar mínimamente relevante si no dispone de un sistema de I+D
111
(investigación y desarrollo) fuerte y consolidado. El modelo lineal de innovación sigue
estando plenamente vigente en la I+D+i militar, cuya función tractora sigue siendo
clara en varios ámbitos tecno-científicos. Analizar esa nueva modalidad de poder es
tarea de la filosofía política de la ciencia, lo cual no es lo mismo que una filosofía de
la política científica y tecnológica, aunque ésta también es otra de las fronteras para
la filosofía de la ciencia del siglo XXI.
Los filósofos de la ciencia, sin embargo, siguen sin interesarse por las aplicaciones
militares de la I+D. La mayoría parece mantener la idea ilusoria de que la filosofía de
la ciencia, para ser racional, sólo ha de ocuparse de las teorías científicas y de la
epistemología, no de la práctica científica.1 La antigua distinción de Reichenbach
entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación sigue teniendo una
influencia perniciosa, al reducir la ciencia a una determinada modalidad de
conocimiento: el conocimiento teórico. Sin embargo, la ciencia es una acción humana
y social, como afirmó Latour hace años (Latour, 1987) y ha mostrado
convincentemente Alfredo Marcos (2010). Por mi parte, considero que la filosofía de
1. Un buen ejemplo es la serie PSE (The Philosophy of Science in A European Perspective), que ha publicado
de 2010 a 2014 seis volúmenes colectivos en la editorial Springer. Son resultados de un proyecto de
investigación financiado por la European Science Foundation y coordinado por Maria Carla Galavotti, en el que
han participado más de 50 filósofos e historiadores europeos. Su objetivo era revisitar la filosofía de la ciencia
en el siglo XX, incluido el Círculo de Viena, y abrir nuevas líneas de trabajo para el siglo XXI. Sin embargo, la
epistemología tradicional predomina claramente en la mayoría de los artículos publicados.
2. Nuevas tecno-ciencias
Para ilustrar lo dicho hasta ahora pondré tres ejemplos, que voy a comentar
brevemente. El primero atañe a las neurociencias, que pueden ser consideradas
como una nueva frontera de la investigación. Las expectativas que suscitan son
muchas, y no sólo son científicas, también tecnológicas, empresariales, pola los niños
autistas y a los enfermos de Alzheimer se les stigacinido) la Feria de la Mente, en la
que se muestra claramente cuñíticas y militares. Estando presentes esas cinco
componentes culturales y axiológicas, es casi seguro que estamos ante una nueva
tecno-ciencia, dado que su componente tecnológica es muy intensa: infografía del
cerebro como método usual de investigación, y en un futuro próximo nanotecnologías.
2. Estas referencias provienen de una información publicada en el diario El País (España, 30-9-2014, p. 37) y
firmada por Guillermo Altares.
Un segundo ejemplo de tecno-ciencia recientemente surgida tiene que ver con los
Big Data, es decir, con la computación en la nube (cloud computing). Ofrece servicios
de acceso a documentos y archivos en Internet, incluidos los de los propios usuarios,
pero con la peculiaridad de ser masivos, porque esos servicios son utilizados por
millones de personas. La nube de la información es una bella metáfora, sin duda, pero
lo cierto es que todos esos datos están en tierra, concretamente en grandes
equipamientos informáticos gestionados por las principales empresas
115
transnacionales de la información, como Google, Apple, Amazon, Facebook, Twitter y
algunas otras. Utilizan grandes equipamientos y la novedad estriba en que no son
gestionados por entidades públicas (salvo los datos militares y policiales), sino por
empresas privadas que han sabido encontrar un modelo de negocio en esa minería
de datos, como también se denomina.
aportados gratuitamente por los propios usuarios y que luego son gestionados y
capitalizados por las empresas especializadas en este nuevo sector tecno-científico.
Valga este segundo ejemplo para mostrar que la tecno-ciencia convierte a las
acciones humanas en mercancía y capital, generando valor gracias a la acumulación
masiva de datos. Habría mucho que hablar sobre la “nube”, que en realidad es una
forma novedosa de tecno-ciencia, pero estas primeras consideraciones pueden valer
para indicar que los filósofos de la ciencia tienen mucho trabajo que hacer en torno a
la ciencia contemporánea, en lugar de seguirse restringiendo a analizar las teorías
científicas de Newton, Darwin y Einstein, por apasionantes que éstas sean.
Una vez logrado eso, y tras introducir sistemas de indicadores, los sistemas
nacionales y regionales de innovación devienen comparables, pudiendo incluso
definir clasificaciones entre ellos, al igual que entre las empresas y las
organizaciones. El objetivo es saber quién innova, y quién innova más. No se trata de
buscar las causas (know why), y ni siquiera de saber qué es la innovación. El Manual
de Oslo sólo se ocupa de las innovaciones generadas por empresas, aunque
reconoce que hay otras formas de innovación, no sólo empresariales. Su objetivo
último consiste en determinar cómo hay que medir la innovación y cómo hay que
operar luego con esos datos. Para ello, los expertos que lo han elaborado aportaron
No se trata más que de unos primeros ejemplos; podríamos aportar otros. En los
últimos quince años han emergido varias tecno-ciencias sociales y humanas, aparte
de las tres que he comentado brevemente. Lo que es común a todas ellas es su
condición transformadora del mundo, sea éste del tipo que sea, y sea del tamaño que
sea. La revolución tecno-científica ha llegado a las ciencias sociales y humanas y,
previsiblemente, no las va a abandonar. Sobre todo porque tiende a transformar
radicalmente a las personas, convirtiéndolas en tecno-personas, aunque ésta es una
cuestión que no voy a tratar aquí (Echeverría, 2013: cap. 1 y 6).
4. A modo de conclusión
Bibliografía
MARCOS, A. (2010): Ciencia y acción. Una filosofía práctica de la ciencia, Reno, NV,
University of Nevada Reno, Center for Basque Studies. la NSF (2002),cientáctica de
la ciencia, México DF, FCE.
119
MARTÍNEZ, S. (2005): Geografía de las prácticas científicas, México, UNAM, Instituto
de Investigaciones Filosóficas.
OECD (2002): Frascati Manual, Proposed Standard Practice for Surveys on Research
and Experimental Development, París.
ZIMAN, J. (2000): Real Science. What it is and what it means, Cambridge University
Press.