En lo que concierne a la
gestión de la política
fiscal, ésta procuró
contribuir a la estabilidad
macroeconómica,
manteniendo un nivel de
gasto acorde con el
contexto de crecimiento
negativo y continuando
con una política de
endeudamiento sostenible
(y en términos
concesionales). No
obstante, la menor recaudación tributaria, producto de la disminución
de la actividad económica, se expresó en un incremento del déficit del
sector público no financiero (SPNF) después de donaciones (4.1% del
PIB). El resultado global después de donaciones del SPNF obedeció
principalmente a un mayor déficit del Gobierno Central (2.0% del PIB),
seguido de mayores déficits del INSS, ENACAL, ENATREL, ENEL,
PETRONIC y TELCOR. Estos déficits no fueron compensados por el
superávit de ALMA, EAAI y otras empresas públicas. La disminución
de la recaudación tributaria fue de 6.1 por ciento respecto a 2017, en
tanto, la reducción de los ingresos por donaciones al Gobierno Central
alcanzó el 33.2 por ciento.
Todo esto permitió que las RIB finalizaran el año en 2,261.1 millones
de dólares, con una cobertura de RIB a base monetaria de 2.43 veces,
nivel que se corresponde con el régimen cambiario vigente
.En resumen, el historial de buen desempeño y conducción
macroeconómica responsable en la última década, así como la
respuesta de política macroeconómica frente a los eventos
sociopolíticos que se presentaron en el transcurso del año, han
permitido a la economía nicaragüense resistir los choques asociados a
dichos eventos, preservándose la estabilidad macroeconómica.
RESUMEN EJECUTIVO
En 2018, Nicaragua experimentó una serie de acontecimientos
sociopolíticos que afectaron a diversos sectores de la economía,
alterando la tendencia de crecimiento económico que se venía
observando desde 2010, lo que se reflejó en afectaciones a la
actividad económica estimadas en 1,453.3 millones de dólares,
reducción de la ocupación hasta el tercer trimestre en 154,512
trabajadores y 139,918 adicionales que salieron de la fuerza laboral.
Adicionalmente se cuantificaron daños a la infraestructura por 204.6
millones de dólares. Pese a lo anterior, la consolidación
macroeconómica alcanzada en los últimos años permitió enfrentar
dichos acontecimientos desde una posición de relativa fortaleza
económica y financiera: mayor diversificación en el sector real,
adecuado nivel de reservas internacionales, finanzas públicas
caracterizadas por bajos déficit fiscales, ratios de deuda pública
sostenible, y un sistema financiero sano, líquido y capitalizado.
Desde el punto de vista del contexto internacional, la economía
nicaragüense se desarrolló en un entorno mixto. El repunte económico
global que inició a mediados de 2016 se mantuvo durante 2018,
aunque con menor vigor que el observado en 2017. La economía
mundial registró un crecimiento de
Informe anual 20183Resumen ejecutivo3.7 por ciento en 2018 (3.8%
en 2017), como resultado del buen desempeño tanto de las
economías desarrolladas como de las economías emergentes, aunque
con una tendencia a la baja a partir del tercer trimestre, principalmente
en las economías europeas y de Asia. Sin embargo, los términos de
intercambio resultaron negativos presentando una reducción del 8.2
por ciento. Finalmente, con respecto a las operaciones del Banco
Central de Nicaragua, en 2018 se presentó un resultado en
correspondencia con los elementos de las políticas monetaria,
cambiaria y financiera implementadas. En el balance general del
Banco, destaca la disminución del saldo de las reservas
internacionales brutas (RIB) y de las obligaciones del MHCP con el
BCN, el desembolso recibido del Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE) y las operaciones de inyección de
liquidez al sistema financiero nacional mediante el instrumento de
reportos monetarios. También se destaca el aumento en el
rendimiento de las inversiones de las reservas internacionales y la
administración del efectivo de la Tesorería del Banco.