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México tal cual es
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México tal cual es

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"México tal cual es" de Carlo de Fornaro de la Editorial Good Press. Good Press publica una gran variedad de títulos que abarca todos los géneros. Van desde los títulos clásicos famosos, novelas, textos documentales y crónicas de la vida real, hasta temas ignorados o por ser descubiertos de la literatura universal. Editorial Good Press divulga libros que son una lectura imprescindible. Cada publicación de Good Press ha sido corregida y formateada al detalle, para elevar en gran medida su facilidad de lectura en todos los equipos y programas de lectura electrónica. Nuestra meta es la producción de Libros electrónicos que sean versátiles y accesibles para el lector y para todos, en un formato digital de alta calidad.
LanguageEspañol
PublisherGood Press
Release dateNov 11, 2019
ISBN4057664130952
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    México tal cual es - Carlo de Fornaro

    Carlo de Fornaro

    México tal cual es

    Publicado por Good Press, 2022

    goodpress@okpublishing.info

    EAN 4057664130952

    Índice

    Advertencia.

    A Theodore Roosevelt.

    Porfirio Díaz I, Czar de México.

    Sinopsis de la Vida de Porfirio Díaz.

    Primer Período.

    El Segundo Período.

    El Tercer Período.

    El Cuarto Período.

    La Morgue de Porfirio Díaz.

    Sus Asesinatos. Sus Víctimas.

    Los Asesinatos del General Ramón Corona, del General García De la Cadena y del General Ángel Martínez.

    La Carnicería de Orizaba.

    El Sistema.

    Una Mafia Política. Sus Resultados.

    Historia de Una Gran Conspiración.

    La Justicia bajo el Diazpotismo.

    Belén.—La Bastilla Mexicana.

    La Penitenciaría.

    La Escuela Correccional.

    El Departamento de Policía de México.

    Intervención del Embajador Americano, David Thompson, en la quiebra del Banco Americano.

    La Ley Fuga.

    Quintana Roo, la Siberia Mexicana.

    La Prensa en México.

    Los Partidos Políticos.

    Porfirio Díaz.

    La Cuestión Centroamericana.

    Los Recursos y el Porvenir de México.

    Advertencia.

    Índice

    A todos los que la presente vieren hago saber que yo, Carlo de Fornaro, autor de este panfleto, no abrigo intenciones de subvertir el Gobierno mexicano, ni pertenezco á ninguna Junta revolucionaria, ni tengo el plan de derrocar á Porfirio Díaz para instalarme en su puesto; que no soy ni gringo ni mexicano, y, por lo tanto, carezco de motivo para inventar proyectos socio-políticos, financieros y regeneradores.—Que no abrigo rencores ni mala voluntad en contra del Gobierno mexicano ni de individuo alguno de México, pues durante mi permanencia en ese país fuí tratado siempre con la mayor cortesía y hasta con distinciones. Que exhorto é instigo á Porfirio Díaz para que permita la libre circulación de este libro en México, tomando en cuenta que si las acusaciones en él contenidas carecen de fundamento, fácilmente serán desechadas con risa. Sin embargo, Porfirio Díaz no se reirá, sino que silenciosamente suprimirá la verdad, porque un gobierno tan corrompido como el suyo, envuelve sus actos en el más obscuro secreto. Que tengo perfecto conocimiento de los peligros á que me expongo en mi empresa, para ahora y para lo futuro; pero que apechugo resueltamente con todas las responsabilidades, con la esperanza de que, en un día cercano, algún filántropo de altos vuelos se decida á crear una sociedad para la preservación de los mexicanos contra la crueldad.

    Y, por último, que este panfleto contiene la verdad y solamente la verdad, y así Dios me ayude.

    Amén!


    A Theodore Roosevelt.

    Índice

    En carta dirigida á J. Creelman, el 7 de Marzo de 1908, al darle las gracias por el artículo que sobre el Presidente Díaz publicó en el Pearson’s Magazine, afirma Vd. que entre los estadistas contemporáneos ninguno es tan grande como el Presidente Díaz, porque ha hecho en favor de su país todo lo que un hombre puede humanamente hacer, y que Mr. Creelman ha presentado al pueblo americano el retrato mejor y más viviente de cuantos hasta hoy se conocen del gran Presidente.

    Pues bien, yo condeno esas tres aseveraciones por erróneas y por injustas, por estar basadas en informes incompletos, parciales y superficiales. Tanto la entrevista de Mr. Creelman con el Presidente Díaz, como la carta de Vd. dándole las gracias, han causado, por su amplia circulación, incalculables perjuicios, pues que una opinión, por más que sea honrada y sincera, es perniciosa cuando se funda en noticias falsas.

    Mr. Creelman permaneció en México solamente unas cuantas semanas, lo que acredita superficialidad; tomó directamente su artículo de los labios del Presidente Díaz, y eso constituye parcialidad; y sus conocimientos de las condiciones tanto políticas como históricas de México, son incompletos y con carácter de diletantismo, como bien lo prueba su referido artículo, con lo que se demuestra que son incompletos.

    Por mi buena fortuna hace cerca de tres años me trasladé á la ciudad de México, para ser uno de los fundadores, uno de los directores y el editor de la edición dominical de El Diario, que es hoy el primer periódico de ese país en lo que respecta al prestigio, y el segundo en lo que respecta á circulación. Durante esos años he tenido oportunidad de observar el desarrollo de los acontecimientos, desde las oficinas del periódico, como un médico que toma el pulso á un enfermo, y de vigilar la actitud del gobierno mexicano, representado por el Presidente Díaz, como un espectador curioso atisba detrás de los bastidores la labor de una compañía teatral.

    Me consagré en esos años á leer cuidadosamente y con asiduidad la historia de México anterior al período del presidente Díaz, y después examiné con escrupulosidad la del largo período de su administración, escudriñando panfletos y colecciones de periódicos ya olvidados, y en conferencias privadas é íntimas con enemigos y detractores, y con amigos y admiradores del Presidente Díaz, y, también, con los que miran con indiferencia su labor política.

    Después de haber reunido todos esos elementos, he reflexionado con madurez y he llegado á la conclusión de que el Presidente Díaz no ha hecho todo lo que era humanamente posible, sino todo lo que era inhumanamente posible que perpetrase un hombre; que el retrato que del Presidente Díaz presenta Mr. Creelman, no es la mejor representación de ese funcionario, sino que lo presenta tal como el Presidente Díaz gusta que lo exhiban, es decir, como el salvador y creador del México moderno; que en realidad no es más que un tirano y un déspota en el sentido más lato de las palabras; el creador de un sistema político mucho más cruel, diabólico y profundo que el que Machiavelli concibió en su Principe, más sutil é hipócrita que el de la orden de los Jesuítas formada por Loyola, más sanguinario é implacable que el del reinado de terror y asesinato de Abdul Hamid, más perverso y dañoso para México que la dominación de Calígula sobre Roma.

    Jamás ha hecho el Presidente Díaz algo en favor del pueblo mexicano, á no ser que ese algo sirviese al mismo tiempo para ayudarlo á su elevación al poder, á enriquecerlo y á darle prestigio internacional.

    Por lo contrario, ha sofocado todos los ideales puros y patrióticos de su pueblo, conservando, en vez de la substancia, una forma, una apariencia, mejor dicho, lo que para toda persona inteligente, no es más que una burla y un insulto.

    Por eso afirmo que no puede ni debe ser llamado un gran estadista; puesto que es esencialmente personalista, su obra morirá con él; que considerarlo como un gran presidente equivale á invertir todos nuestros patrones políticos, porque ni Washington puede ser tenido como un gran presidente, ni Lincoln como el más grande, el más puro, el más alto ideal del estadista, si aquel otro hombre es considerado como grande.

    Porque el Presidente Díaz ha sacrificado todas las libertades del pueblo mexicano en aras de su ambición personal, manteniendo sólo las de sus agentes serviles, sus cortesanos, sus favoritos y sus conspiradores asalariados. Ha arrasado los tres grandes baluartes de toda nación civilizada: la libertad personal, la libertad de la prensa y la justicia.

    Durante toda una generación el Presidente Díaz ha representado la farsa de un gobierno democrático, liberal, paternal y patriótico en beneficio de las cándidas naciones civilizadas; sus pregoneros en la prensa fueron los extranjeros que, á cambio de concesiones y privilegios, le prodigaron adulaciones y mentiras, ó guardaron silencios muy significativos; sus turiferarios, domésticos y extraños, se dividían el botín, como los Pashás, y el resto de los mexicanos recibía las migajas que caían de la mesa del festín, llena de manjares y de bebidas, y, si gruñían, á puntapiés se les sometía de nuevo al yugo.

    En realidad ha defraudado á todo el mundo por algún tiempo; pero no podrá engañar á todo el mundo en todo y por todos los tiempos.

    Si la paciencia de Vd. es tan grande como su buena voluntad, sírvase leer estas notas, que son el resultado de una inquisición honrada y concienzuda. Quien estas líneas escribe ha roto con sus intereses pecuniarios, á fin de hallarse en absoluta libertad para decir la verdad; y lo único que reclama para esta pequeña obra, es que se la considere como la primera hoja del libro de la futura Historia del México moderno, que necesario es que se escriba, desde los comienzos, por hombres verdaderamente libres.

    Carlo de Fornaro,

    National Arts Club, New York.


    Porfirio Díaz I, Czar de México.

    Índice

    Un gran hombre debe hacer grandes sacrificios y matar sus cien bueyes, sin saber si serán consumidos por los dioses ó los héroes, ó devorados por las moscas.

    Emerson.

    Héroe de mil y una batallas, Príncipe de la Paz, el Superhombre de Oaxaca, el Cincinato de la Noria, Salvador y constructor del México moderno, Gran Lama de Chapultepec, General Porfirio Díaz, Presidente inconstitucional de México, hoy Emperador por Derecho divino, se acerca el día de ajustar cuentas.

    En ese día la historia juzgará de su obra declarándola buena ó mala, no con la ayuda de los agentes asalariados de la prensa, los intrigantes, los parásitos y los lacayos de ese hombre; no sólo tomando en consideración las millas de ferrocarriles y telégrafos, los puertos de mar, los edificios públicos y los caminos asfaltados construídos en sus dominios; no por las batallas ganadas ó perdidas, ó de las múltiples decoraciones aglomeradas en su orgulloso pecho; ni por el ejército y la armada que ha creado, ni por las miriadas de concesiones que ha vendido á los extranjeros; ni por la ficticia prosperidad de México y la paz de los sepulcros, la paz de Varsovia.

    Será juzgado tomándose en cuenta todas las libertades que ha desgarrado, una tras otra, de un modo deliberado, los ideales políticos que ha pisoteado, so pretexto de una paz que sólo ha sido provechosa para la mafia política que él ha creado.

    Será juzgado tomándose en cuenta la Justicia que ha acogotado, encomendando su administración á títeres é ilotas que le pertenecen en propiedad; los millares de individuos que ha arrojado á las mazmorras, para que allí se pudran; por los millares de individuos asesinados á sangre fría, sin previo proceso ni siquiera acusación formal, como se mandan las reses al matadero, para que sirviesen de pasto á su ambición de buitre, para satisfacer sus propósitos de aterrorizar, en su desesperanza de cariño y de estimación; su miedo constante, su perpetuo temor á la revuelta, la que vendría á probar que no es amado, y, á la vez, que su imperio es efímero.

    Será juzgado por la carnicería de Veracruz, por el asesinato del General Corona, del General García de la Cadena y del General Ángel Martínez; por el asesinato de todos sus grandes rivales, por el día rojo de Orizaba, por la multitud de periodistas sacrificados en aras de su Gran Miedo, por su terror hacia la Libertad, la Justicia y la Rectitud de Conducta.

    Fué un gran sacrificio, y el holocausto levantó sus llamas hasta las nubes, y el humo y las cenizas de un rojo gris tomaron la forma de Porfirio Díaz, el héroe de mil y una batallas.

    Pero la Historia juzgará y arrojará á los cuatros vientos la gran Sombra.


    Sinopsis de la Vida de Porfirio Díaz.

    Índice

    La vida de Porfirio Díaz puede dividirse en cuatro períodos bien determinados. El primer período comprende desde su nacimiento hasta que cumplió los 24 años; el segundo comienza cuando se huyó para unirse á los que hacían la oposición á Santa Ana, y concluye en 1867, con la muerte del Emperador Maximiliano; el tercero comprende desde 1867 hasta 1876, período de tempestades y violencias, que concluyó con el escalamiento de la presidencia de la República; el cuarto desde 1876 hasta el momento actual, y que es el período de su poder continuo, con excepción del interregno del General González. (1880-1884.)

    Primer Período.

    Índice

    Este es el período de incubación, el brote de la flor silvestre, la evolución del discípulo teológico hacia el estudiante de jurisprudencia.

    Este hombre predestinado nació en la más humilde cuna, en Oaxaca, el año de 1830, vástago de un padre de origen español, y de una madre india, y ascendió hasta la cumbre más alta del poder jamás alcanzada en su país, por el sendero de la guerra, la revolución y la anarquía. Pero sus primeros pasos fueron pacíficos, casi vulgares: fué buen hijo, discípulo industrioso y buen muchacho.

    En el año de 1846 la ciudad de Oaxaca tuvo aprehensiones de guerra.

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