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La documentación aplicada a la traducción

Usaremos el término “documentación” en el sentido de disciplina instrumental al servicio de cualquier materia que sirve de fuente para obtener nueva información
(incluye los procesos de búsqueda, almacenamiento y recuperación). Toda rama del saber dispone de una documentación especializada que trabaja para la misma y en
cuyo caso se denomina “documentación aplicada”.

Cuando la documentación se pone al servicio de la actividad traductora, tomando un carácter utilitario y convirtiéndose en un elemento más del proceso translativo,
toma el nombre de Documentación aplicada a la traducción.

Efectivamente, si el proceso translativo se desdobla en dos fases:


1) Comprensión del sentido del Texto Origen (TO)
2) Reexpresión del Texto Meta (TM),
la documentación se utiliza para resolver los problemas que afloran tanto en el análisis del texto de la lengua de partida (proceso semasiológico) como los relacionados
con la reexpresión del texto en la lengua de llegada (proceso onomasiológico).

La documentación afecta a la traducción de modo diferente según se trate de traducción literaria o especializada.
Traducción literaria: documentación sobre el autor (información sobre su trayectoria, contexto y estilo); documentación sobre la obra (estudios y críticas sobre el
texto, ediciones en lengua original y ediciones traducidas); además de la información lingüística.
Traducción especializada: El conocimiento y uso de las fuentes de información son herramientas esenciales debido a la concreción de los campos temáticos de la
traducción especializada: es necesario apoyarse contantemente en las fuentes de información para solucionar dudas sobre el contenido del texto: información factual.
La documentación le permite al traductor adquirir conocimientos sobre el campo temático, sobre la terminología y sobre las normas de funcionamiento textual del
género en cuestión.
El traductor especializado recurre a las fuentes documentales para adquirir:
A. Información sobre el contenido (factual) del TO, que le permita comprender el asunto del que trata el texto objeto de traducción.1
B. Información terminológica que le faculte para utilizar con precisión el vocabulario especializado de esta materia o asunto.
C. Información fraseológica que le permita utilizar el estilo propio del texto.

TIPOS DE INFORMACIÓN
Información factual: referida a los conceptos
Información lingüística: relacionada con la forma del texto y no con su contenido. No solo incluye los elementos léxicos y gramaticales, sino también los elementos
de estilo y también de género y formato. Si bien al traductor no se le puede exigir un grado de familiaridad muy elevado con el tema, sí se le puede exigir un uso muy
preciso de la terminología y el estilo. Como norma general, en traducción especializada, toda buena traducción mejora la redacción del original
Información metalingüística o pragmática: la que nos permite comprender el contexto y la situación de comunicación

FUENTES DE INFORMACIÓN
Para A. y B. Son fuentes de información lingüística y factual las enciclopedias, diccionarios enciclopédicos, diccionarios monolingües, bilingües y
plurilingües, diccionarios ideológicos o tesauros, de sinónimos y antónimos, dudas, dificultades, etc., los libros de estilo, las obras terminográficas (terminologías
sistemáticas, vocabularios, glosarios, “glosarios escondidos” en artículos académicos), los manuales académicos, los manuales de instrucciones, los manuales técnicos,
los textos publicitarios, las patentes, los catálogos, los folletos, los repertorios, los tesauros documentales, las nomenclaturas, los directorios, la prensa y publicaciones
periódicas, las monografías, la literatura gris, la bibliografía, los boletines oficiales, los códigos, los formularios, las normas, etc.


1
Se ha constatado que una buena parte del tiempo que el traductor profesional dedica a su trabajo (hasta un 30 % aproximadamente) lo dedica a la
repetición de operaciones de búsqueda de información ya realizadas. De aquí que tan importante como la búsqueda de información resulte para el
traductor su almacenamiento y un sistema de recuperación ágil.
Para C. En lo relativo a la fraseología y al estilo lo recomendable es acudir a textos equivalentes en ambas lenguas. Los textos equivalentes son
también el recurso más fiable para la documentación lingüística junto con las fuentes orales (los hablantes nativos para la lengua común, los especialistas para la
lengua profesional).

***Es importante tener en cuenta que las soluciones de traducción ofrecen formas muy diversas que en algunas ocasiones revisten la forma de términos o palabras pero
que en otras ocasiones pueden adoptar la forma de definiciones, de explicaciones, de omisiones o de soluciones múltiples, soluciones que suelen estar ausentes tanto de
diccionarios como de glosarios.***

Algunos criterios de evaluación de las fuentes de información


Fiabilidad: nivel de confianza
Accesibilidad
Originalidad (que no sean, a su vez, traducciones)
Especificidad y exhaustividad
Corpus: obras basadas lexicográficas y terminográficas que parten de corpus reales

FUENTE: Mayoral Asensio, Roberto (1997), “La traducción especializada como operación de documentación”, Revista Sendebar, Vol: 8-9, págs. 137-153.
Disponible en: http://www.ugr.es/~rasensio/docs/Trad._Esp._y_Documentacion.pdf
Consultado en abril de 2017

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