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CASO CLINICO: DIABETES MELLITUS

Jim Meléndez, de 24 años de edad, es un estudiante de enfermería de tercer año en una


importante universidad. El Sr. Meléndez también trabaja 20 horas a la semana como guardia de
seguridad en un campus. Su horario de trabajo es de 8 p.m. hasta la medianoche, cinco noches
a la semana. Vive con su padre, quien también es estudiante. A ninguno de los dos le gusta
cocinar, y por lo general comen “lo que tienen a mano”.
El Sr. Meléndez ha fumado de 8 a 10 cigarrillos al día durante 5 años. Fue diagnosticado de
diabetes mellitus del tipo 1 a los 12 años. Aunque su dosis de insulina ha variado,
habitualmente se administra un total de 32 unidades de insulina cada día, 10 unidades de NPH
y 6 unidades de insulina regular por la mañana y por la tarde. Controla su glucemia
aproximadamente tres veces por semana. Siente que está demasiado ocupado para llevar a
cabo un programa regular de ejercicio y que realiza suficiente ejercicio en su trabajo y en sus
actividades deportivas durante los fines de semana. No ha visitado a ningún médico desde
hace más de 1 ano.
Un día, durante unas prácticas clínicas de 6 horas en pediatría, el Sr. Meléndez nota que esta
orinando con más frecuencia, tiene sed y la visión borrosa. También está muy cansado, pero
atribuye todos sus síntomas al hecho de haber bebido un par de cervezas y haber dormido solo
4 horas la noche anterior mientras estudiaba para un examen, y al estrés al que ha estado
sometido últimamente en la universidad y en el trabajo. Cuando se acuerda que se le ha
olvidado administrarse su insulina por la mañana, es consciente de que debe tener una
hiperglucemia, pero decide que va a estar bien hasta que llegue a casa por la tarde. Alrededor
del mediodía, empieza a presentar dolor abdominal, sensación de debilidad, tiene un pulso
acelerado y vómitos. Cuando informa sobre sus síntomas a su médico, le envían de inmediato
al servicio de urgencias del hospital, acompañado por otro estudiante.

VALORACIÓN
Cuando llega al servicio de urgencias, el Sr. Meléndez tiene unos niveles de glucemia de 300
mg/dL. Las muestras de orina y las muestras de sangre adicionales se envían al laboratorio para
su análisis. La glucemia es de 330 mg/dL, la HgbA1c es del 9,5%, la orina muestra la presencia
de cetonas, los electrolitos son normales, y el pH es de 7,1. Sus constantes vitales son los
siguientes: T 37,2°C, P 140, R 28, y PA 102/52. Se inicia una infusión intravenosa de 1000 mL de
solución salina normal (0,9%) con CIK 20% a un ritmo de 400 mL/h. Se inicia también la
administración intravenosa de cinco unidades de insulina regular a la hora (diluidas en solución
salina al 0,9%). Se inicia el control horario de la glucosa sanguínea. El Sr. Meléndez presenta
náuseas y se encuentra letárgico, pero sigue estando orientado. Tres horas más tarde, tiene un
nivel de glucosa en sangre de 160, y su pulso y su presión arterial son normales. Es dado de
alta del servicio de urgencias después de concertar una cita para la mañana siguiente con la
enfermera del programa de Diabetes del hospital. Cuando se reúne con ella dice que ha
perdido el control sobre su diabetes y su futuro objetivo de convertirse en un enfermero de
Centro quirúrgico.

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