La primera señal que puso sobre el tapete el tema de los balcones que corren peli -
gro de caerse la dio la casona ubicada en 45 entre 2 y diagonal 80, donde el 18 de no-
viembre pasado comenzó a desmoronarse la ornamentación de dos de sus balcones.
Todo comenzó minutos antes del mediodía, cuando los pedazos de mampostería
cayeron sobre la vereda de la calle 45 (a la altura del N' 335) y provocaron una rápida
reacción de los vecinos y comerciantes de la zona, que enseguida llamaron a la comi -
saría 11'.
El edificio, que no está habitado y que habría sido construido entre 1930 y 1935 por
el ingeniero Julio Barrios, forma parte de las construcciones declaradas patrimonio ar-
quitectónico de la ciudad. La planta baja está ocupada por el comercio de electrodo-
mésticos "Mundogar", y los pisos superiores por la oficina de una compañía de segu-
ros.
Pero la cosa no quedó ahí: a menos de una semana del derrumbe de la casona de 2
y 45, más precisamente el 22 de diciembre pasado, la mampostería del balcón de un
antiguo edificio de diagonal 80 entre 5 y 49 empezó a flaquear y casi provoca una tra-
gedia.
Los pedazos de revoque rompieron el toldo del kiosco ubicado en planta baja, hirie-
ron levemente al dueño del negocio y abollaron el freezer de los helados que es taba en
la vereda. Afortunadamente, en ese momento no había clientes en la ventanilla del lo-
cal, el lugar donde cayeron los cascotes.
Si bien este edificio no fue declarado patrimonio arquitectónico de la ciudad, su
construcción data de principios de siglo. Y tiene en la ornamentación los detalles ca-
racterísticos de la época fundacional.
Un grupo de inspectores de Control Urbano y bomberos de la Policía de la provincia
de Buenos Aires ingresó el año pasado al lugar para verificar sus condiciones edilicias.
Allí, observaron algunas rajaduras en los cielorasos, el deterioro de la escalera metálica
que conduce a la terraza, y una marcada grieta en la fachada del edificio, entre otras
deficiencias.