Resumen: “El sacerdote responde a las exigencias de la sociedad, haciéndose voz de quien no
tiene voz: los pequeños, los pobres, los ancianos, los oprimidos, marginados” (Cardenal Mauro
Piacenza)
Por esto, el sacerdote y el seminarista debe volver siempre a la pregunta sobre su identidad y
misión, pero es menester preguntarle a quién sólo nos puede dar la respuesta verdadera: al Divino
Maestro, preguntándoles quiénes son, cómo quiere Él que sean, cuál es, ante Él, su identidad. Y Él
dirá: “¡Sois sacerdotes! ¡Sois mis elegidos! ¡Sois mis llamados, mis consagrados y mis enviados!
¡Sois necesarios, más aún, imprescindibles!”. Y como dice el purpurado Piacenza: “el sacerdote no
pertenece a sí mismo sino a los demás, compartiendo así las alegrías y los dolores de todos, sin
distinción de edad, categoría social, procedencia política, práctica religiosa”.
Estudiante de I Teología. Actualmente pertenece al área comunitaria. Fecha de Publicación: 12.02.17. E-mail:
jsph94@hotmail.com.
1
JUAN PABLO II, Discurso a los obispos de Francia, 01.06. 1980
2
Cf. JUAN XXIII, Enc. Mater et Magistra, sobre la Iglesia como madre y maestra, VATICANO 1961
Entonces, ¿qué significa ser sacerdote hoy? Hoy, como siempre, ser sacerdote en acto o
potencia, es aceptar el compromiso de vivir completamente al servicio de Dios, extendiendo su
Reino en el mundo. Pueden cambiar las circunstancias, lo que no
cambia es la elección que Cristo ha hecho de ellos desde la
eternidad. Son los mensajeros de un anuncio que el mundo necesita;
que a pesar de la minoría, este sigue siendo importante en nuestros
días. Trabajemos sin descanso y descubriremos la alegría de ser un
obrero de la viña del Señor. Nuestro trabajo es ante todo de orden
espiritual y seremos tanto más eficaces cuanto más estemos unidos
a la Vid verdadera, que es Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote.
Por tanto, no se debe olvidar nunca que lo que se pide al sacerdote y al seminarista en estos
tiempos tan difíciles por los que atraviesa el mundo y la Iglesia es que dé a Jesucristo, con sus
palabras y sobre todo con el ejemplo de su fe. “Sacerdos, alter Christus”3.
3
Sacerdos, alter Christus – “El sacerdote, otro Cristo”